Sede de los Taumaturgos (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.

—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.

Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.

—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.

Wednesday

Wen sonrió, feliz de que Saren confiara en ella y agradeciera su ayuda. Sabía que por su transformación no era fácil confiar así como así en nadie y agradecía el gesto.

- Lo entiendo. Es difícil decirlo en voz alta y cuando resulta innecesario preferimos obviarlo.- le dijo-. Fíjate, creo que eres la primera persona a la que le digo mi transformación. Al resto de personas que lo saben no tuve que decírselo. Algunos me lo tuvieron que decir ellos a mí.- rió-. Lo importante es cubrirte las espaldas. Es inevitable que los que te hayan visto ya no sepan aunque sea una parte, pero si puedes evitar que lo sepa más gente. Toda precaución es poca cuando se habla de la vida de uno. Por ejemplo, en las presentaciones nunca des el nombre de tu transformación. Seguramente no la conozcan, pero pueden investigarla, como bien has dicho. Yo, por ejemplo, busqué un tipo de transformación que justificara mis aptitudes de cara al mundo. Ya te habrás dado cuenta que mentí al presentarme como bruja maldita.- la vouivre rió de nuevo-. La razón es muy simple: en Rocavarancolia la gente suele presentarse con el nombre de su transformación y más aun si esta no salta a la vista. No decir nada sería sospechoso. Bruja maldita me permite una gran versatilidad: por cortesía nadie preguntara el dominio específico ni se extrañaran de no verme haciendo uso de este, y queda justificado mí uso de la magia, pero también que la limite y desee a su vez desarrollarme en el plano físico. Es el camuflaje perfecto.- le explicó-. Otra precaución que seguí fue el nombre. Decidí usar dos nombres rocavarancoleses: uno para una forma y otro para la otra. De esta manera puedo presentarme en ambas formas, pero nadie tiene por qué encontrar relación entre ambas. Mi nombre “humano” sería dama Diurna y mi nombre de reptil, dama Nocturna. Aunque tú ahora puedes llamarme Wen.- La complicidad que habían alcanzado le daba pleno derecho al idrino a llamar a la británica por su nombre real y más teniendo en cuenta la importancia que ella le daba a los nombres.- A partir de aquí, si tienes alguna pregunta estaré encantada de responderla dentro de mis posibilidades.


Karime

- Bueno, para mí el ejército no es solo verles las caras a los miembros del consejo.- explicó-. Para mí el ejército es tener la seguridad de que voy a estar lo suficientemente entrenada como para poder proteger a mis seres queridos en todo momento. Aunque ya hemos visto que no me sirve de mucho, ¿no?- la licántropa rió sin ganas-. Siento lo de vuestra amiga. Los humanos tenéis una forma… diferente de ver la muerta de la que tenemos los libenses. Desde que estoy en Rocavarancolia mi visión de la muerte ha cambiado un poco, como todo.- la licántropa cambió enseguida de tono y expresión. No le gustaban los derroteros por los que viajaba su cabeza-. ¡Ey! A mí me parece que está bastante bien.

Una vez hubo comprobado que la conversación entre Wen y Saren iba bien pudo dejar de prestarle la mayor parte de su atención, ya que de todos modos tampoco le gustaba sentirse como si estuviera husmeando en un asunto que la vouivre había decidido emprender por su cuenta y se centró en la que en ese momento era realmente su interlocutora.
—En ese caso nuestra motivación principal es la misma —le respondió a Karime una vez la líbense le hubo explicado sus motivos para ingresar en el ejército. Mientras hablaba, pasó de la postura de brazos cruzados a meter las manos en los bolsillos de su pantalón mientras se dejaba escurrir ligeramente por la pared—. En esta ciudad es imposible prever todo lo que te podría perjudicar. Una vez te ves en una situación como esa es cuando te das cuenta de hasta qué punto es necesario adelantarse a las circunstancias… —La mirada del sueco se perdió momentáneamente en el vacío. Suspiró y meneó la cabeza levemente, apartando algún pensamiento desagradable y continuó hablando—. A Saren no le volverá a pasar nada —aseveró finalmente aunque sin profundizar más en ello.

Su cola continuaba moviéndose nerviosamente, golpeando de vez en cuando en erráticos bandazos el suelo o la pared a su alrededor. Era el único reflejo de su caos interno, ya que mantuvo su expresión relajada durante casi toda la conversación.
—Lo de la forma de ver la muerte de los libenses es algo que comprobé durante la criba, por Mánia —dijo poco después para continuar la conversación—. Pero no creo que le deis la misma importancia a una muerte natural, o por accidente, que a un asesinato. Aunque a pesar de haber convivido con una libense durante siete meses tampoco conozco vuestra cultura en demasiada profundidad. Mánia tendía a ignorarme casi siempre —explicó esbozando una sonrisa y reflejando indiferencia en su expresión—. De hecho me cuesta bastante acostumbrarme a que no se me ignore por sistema. Ya han empezado a mostrar más interés por nosotros como cazarrecompensas. Va a ser raro —reflexionó mientras se sacaba una garra del bolsillo y se mesaba la barba distraídamente. Tras pronunciar la última frase dejó escapar una leve risa.

Saren continuó escuchando a dama Diurna en silencio, prestando atención a sus palabras y sopesando las ideas que le iba dando. El norteño nunca había revelado su transformación de forma directa, y cuando se presentaba a algún desconocido solía evitar el tema, pues no se le daba demasiado bien mentir. Era cierto, sin embargo, que debía pensar en algún tipo de respuesta alternativa al silencio, algo que aplacara la curiosidad de la gente en un momento dado, pues su seguridad dependía de ello.
—¿Wen? —preguntó el chico sonriendo, comprobando la sonoridad del nuevo nombre— Es bonito, sin duda, y en mi opinión suena mucho mejor que dama Diurna —comentó, enterrando las manos en los bolsillos y observando la ciudad a través de la ventana durante unos segundos—. Entiendo de todo modos que esto es mas bien privado, así que seguiré llamándote por tu seudónimo enfrente de la gente ajena al secreto y todo eso —aclaró con una sonrisa—. Yo sin embargo creo que seguiré con el mismo nombre, no puedo evitar presentarme con el, y se me haría muy extraño cambiarlo, aunque fuera únicamente con desconocidos... en ese sentido no tengo arreglo —rió.

El selkie volvió a ofrecer asiento a la vouivre, sentándose el a su vez y abordando el tema de la transformación falsa. El chico había leído mucho en la biblioteca, y mas o menos empezaba a tener una idea.
—Creo que algo tan simple como brujo no serviría en mi caso, porque muchos han visto mi forma alternativa. ¿Tal vez una transformación doble? Es algo raro, pero hay casos registrados... Matt, sin ir mas lejos —sabía que había compartido cosecha con la británica, así que no se molesto en describirlo—. Creo que pasaría por un animorfo, y lo de la magia lo puedo explicar con una parte de brujo maldito, como haces tu, así nadie preguntaría por el precio.

Al chico le parecía una buena idea, pero prefería tener una segunda opinión, y su nueva mentora era la persona ideal a la que recurrir.
—¿Qué te parece a ti, Wen? —preguntó, mirándola directamente.

Wednesday

- Lo del nombre es más bien una manía.- explicó-. Doy una importancia especial a los nombres y, en este sentido, se podría decir que solo doy mi nombre terrestre a las personas en las que de verdad confío.- En silencio escuchó la sugerencia del selkie-. Es una gran idea, al fin y al cabo en tu caso puedes mostrarte en tu otra forma sin peligro. En cualquier caso veo dos pegas en ello. Ten en cuenta que hay que ser muy concienzudo con estas cosas, tu cuartada debe ser perfecta o caerá por su propio peso.- Levantó un dedo y luego el siguiente-. La comunicación telepática y que no tengas transformaciones medias. Como ya he dicho la idea es genial, pero debes buscar una escusa para esos dos hechos. Un animorfo puede comunicarse de forma verbal perfectamente, debes prepararte una razón por la cual un animorfo decidió aprender telepatía y no hablar en su forma animal. Y, por otro lado, todo animorfo, a diferencia de nosotros, tiene la capacidad de transformarse parcialmente, al igual que conservan heridas de una forma a otra y tú y yo no lo hacemos. Debes pensar en esos detalles, Saren, es muy importante que tu camuflaje sea perfecto.- recalcó para que el idrino entendiera la importancia de ocultarse debidamente.


Karime

- ¿Ignorarte?- preguntó incrédula la licántropa. Realmente el draco estaba consiguiendo distraerla con su conversación-. No me puedo imaginar ninguna razón por la que ignorarte. ¿Durante la criba no estabas igual de bueno que ahora y por eso la embajadora no te miró lo suficiente o es que eras tú el que ignoraba las insinuaciones? Que, por cierto, sigues haciéndolo.- añadió sonriendo-. ¿Sabes? Por alguna razón creo que no te tomas enserio que quiera meterme en tus pantalones, lo cual me ofende, aunque no me extraña. Últimamente nadie se cree que me quiera meter en sus pantalones, ¿No soy lo suficientemente clara?- preguntó realmente interesada por la respuesta.

Noel no sabía dónde meterse. Hasta ese momento había mantenido un diálogo completamente normal con la líbense, la cual había llegado incluso a caerle mejor tras conocerla un poco más gracias a aquella conversación, pero las insinuaciones eran terreno desconocido para él. Estaba acostumbrado a intercambiar aquella clase de comentarios con Wen, pero solo con ella y porque después de más de un año no podía sino aceptar que el interés de la vouivre por él fuese genuino a pesar de que todavía le costaba comprenderlo. Pero si le costaba comprender el interés de la británica, mucho más le costaba el de cualquier otra persona con la que ni siquiera había intercambiado una sola palabra, en referencia a la primera vez que había hablado con ella.

El draco era consciente de que su cara debía ser todo un poema en aquel momento, de hecho se le habían abierto considerablemente los ojos y le había dedicado una mirada incrédula a Karime de la que no había sido consciente antes de desviar la vista y dejar escapar una risotada tan nerviosa como seca.
—Eres… —Cuando finalmente se decidió a hablar, el sueco tuvo que hacer una pausa para carraspear, ya que la voz le había salido ligeramente estrangulada—. Eres lo suficientemente clara, descuida. Demasiado —añadió la última palabra tras un breve silencio en voz mucho más baja. Su cola, que había detenido su vaivén nervioso al final de su último aporte a la conversación, ahora volvía a balancearse descontroladamente—. Tal vez no lo comprendan, o tengan la sensación de que te burlas de ellos. —<<Como por ejemplo yo>>, completó mentalmente mientras se mesaba nerviosamente la barba—. Y claro que no… “estaba bueno”. Solo era un crío de catorce años sin nada especial. Ahora, en cambio, soy un draco de Estínfalo de más de dos metros de altura sin nada especial. —Una amplia sonrisa de burla auto-dedicada se abrió paso, al fin, en su expresión—. Partiendo del hecho de que soy la clase de monstruo que soy, claro está, y precisamente por eso es más sensato mantenerse alejados de mí —constató con un deje socarrón.
Noel, para sus adentros, rogaba haber conseguido desviar el tema de conversación tan eficaz como sutilmente.

Saren volvió a prestar atención a las palabras de la vouivre, sopesando los pros y los contras de lo que le decía, tratando de buscar una solución para los problemas que le planteaba. El selkie recurrió a lo que había leído en la biblioteca, y no le costó recordar un aspecto de las transformaciones dobles.
—Bueno, eso de no tener forma intermedia es fácil de explicar: las transformaciones dobles no suelen tener todas las características de las dos en que se basan, no es descabellado pensar que solo tenga dos formas posibles —opinó—. En cuanto a lo de la telepatía... bueno, podría consultarlo con Ka, ella es experta en el tema.

Guardó silencio esperando las palabras de Wen, pero él creía que era un buen enfoque. Nunca había pensado en ello, pero ahora se daba cuenta de que todo lo que le había contado la británica era importante, pues obviar cual era tu transformación cuando te preguntaban acerca de ella no era la solución mas inteligente: cualquiera podía sospechar algo. Lo mejor era darles algo que les bastara, y que a ser posible evitara preguntas.

Wednesday

Wen quedó pensativa cuando Saren habló. La opción que daba era buena y factible, pero habría que pensar en lo de la telepatía.

- Creo recordar que Circe decía que cuando se transformaba podía hacerlo por completo.- recordó en voz alta y, como no sabía si Saren conocía a su compañera, le explicó-. Circe es la licántropa que trabaja de prostituta en el burdel. La promiscuidad debe ser algo que viene con la transformación, al parecer.- comentó sin darle importancia-. La cuestión es que si Circe esta en lo cierto lo de la telepatía podríamos achacarlo a lo primero igualmente. Habrías aprendido a comunicarte por telepatía en tu forma de roc porque en tu transformación completa no podrías hablar verbalmente porque no tienes la capacidad para las medias formas y por lo tanto no puedes modificar tu aparato fonador.- explicó-. Es algo rebuscado, pero a mí me parece factible. Aunque si quieres consultarlo con tu “amiga” yo no te lo voy a negar. No es mi persona favorita del mundo, pero algo tendrá para que te caiga bien. Aunque he de reconocerle que me sorprendió la dedicación y aprecio que mostró en tu rescate, pero no se lo digas. Tiene toda la pinta de que se le subirá a la cabeza y ya tengo bastante con mantenerla alejada de Noel.- dijo medio en broma medio enserio.


Karime

La licántropa rió satisfecha ante la reacción del draco, le encantaba provocarlo de esa manera.

- Oh, venga ya, ¿acaso no te has dado cuenta?- preguntó acercándose peligrosamente a él-. Yo me burlo de todo y de todos, Grandullón. Y a la vez no me burlo de nada. Nunca me guardo una opinión y cuando alguien me gusta, lo digo. Además…- Karime se acercó más y susurró-. Nunca he sido una persona sensata.

En ese momento la puerta de la habitación se abrió y salió Wen encontrándose con la libense muy cerca de su pareja.

- Hola, Ojos Grises, ¿ya has terminado con mi emplumado?- saludó con naturalidad, como si la imagen que diera fuera del todo inocente-. Espero que al menos le hayas enseñado algo nuevo que yo pueda aprender. ¿posturas terrestres, quizás? Me han dicho que pueden llegar a ser muy interesantes.


Wednesday

Al finalizar la conversación, Wen volvió a remarcar que podía acudir a ella para lo que quisiera y le dijo que un día de esos le haría llegar un comunicador, tanto para avisarlos en caso de emergencia como para consultarle lo que necesitara.

Lo primero que vio al salir fue a la licántropa demasiado cerca del draco, el cual le miraba como pidiendo socorro. La vouivre bufó e ignoró las palabras de la loba. Miró a Saren como preguntándole “¿por qué tienes una amiga así?” y luego se acercó a Noel, le cogió del brazo y juntos caminaron a la salida, despidiéndose con un movimiento de mano.

- Odio a ese chucho.- susurró para que solo Noel pudiera oírla.

La idea de Wen era buena, y el chico se aseguró de recordar ese detalle pare preguntarle a Ka mas adelante. Por otro lado, le hacía gracia que a la vouivre no le cayera bien la licántropa, pero nadie se lo podía reprochar, pues la libense podía ser muy "cercana", y no debía hacerle gracia que se le insinuara a Noel.
—Ya es mucho tiempo, y compartimos criba... el truco está en tener la sutilezaque a ella le falta, supongo —dijo con una sonrisa, complacido porque la muchacha se hubiera esforzado en encontrarlo.

Después de que la chica le hablara del comunicador que pensaba traerle y le asegurara que podía preguntarle cualquier cosa de ahora en adelante, el norteño se puso en pie y la acompañó hasta la puerta, encontrando a Ka peligrosamente cerca del draco. Saren le devolvió una media sonrisa de resignación a la británica y de despidió de la pareja tras darles las gracias, prometiendo que les haría una visita pronto.

Una vez a solas con su amiga, el chico la observó en silencio unos segundos, como sopesando sus próximas palabras.
—Oye Ka —empezó—, no se si lo he dicho ya, pero de verdad te agradezco que te acordaras de mi y me sacaras de aquel infierno. No se si habría podido aguantar mucho mas, y alguna vez estuve a punto de aban... —el norteño se quedó callado, su rostro sombrío. Recordar aquello no le hacía bien, así que apartó los pensamientos de su mente— Simplemente gracias —añadió con una sonrisa cansada, invitando a la muchacha a entrar de nuevo en la habitación con un gesto.

Instintivamente pegó la cabeza a la pared sobre la que seguía apoyado cuando Karime se acercó a él más de lo que le hubiese gustado, mientras dirigía una mirada nerviosa a la puerta del cuarto de Saren. Escuchó lo que dijo tratando de mantener la compostura, aunque en sus expresivas facciones se traslucía un deje de pasmo imposible de pasar por alto.
—¿Quiere eso decir que debería sentirme ofendido, entonces? —inquirió esbozando una sonrisa nerviosamente sarcástica.
En realidad no estaba seguro de haber entendido la explicación de la licántropo. Él solía burlarse maliciosamente de casi cualquiera, aunque sin auténtica intención de ofender, pero el tren de pensamiento de Karime no lograba alcanzarlo. <<Creo que el que dijo la gilipollez de que las mujeres son complicadas se estaba refiriendo a las libenses>>, bufó con ironia en su mente. Pero tuvo que abandonar sus pensamientos porque la chica se le acercó aún más, llegando incluso a susurrar muy cerca de su oído. El draco experimentó en aquel momento algo muy similar al inicio de un ataque de pánico ya que no tenía la más remota idea de cómo iba a lidiar con aquella situación, cuando la puerta del cuarto se abrió.

Sintió alivio y miedo a partes iguales, pues intuía que a Wen no le iba a hacer ninguna gracia haber salido justo en aquel momento, pero al mismo tiempo una clara petición de auxilio se abrió paso en la mirada que intercambió con su pareja. Apenas prestó atención a las palabras que le dirigió la líbense a la británica, mientras se “escabullía” de aquella pared que se le había antojado como una especie de encerrona en los últimos segundos y se acercó al idrino para despedirse de él, prometiéndole que lo visitaría de vez en cuando y ofreciéndole volver a los entrenamientos cuando se encontrase con ganas.

Se dejó llevar por Wen a través de los pasillos del minarete y bufó conteniendo una risa que encerraba una clara ironía ante el comentario.
—Prefiero no hablar de ella ahora mismo —le respondió empleando el mismo tono bajo—. Sé que con Saren fue bien, aunque preferí dejar de prestar atención en cuanto lo comprobé, ya me contarás lo que quieras más tarde —cambió apresuradamente de tema.
Aun así, si obviaba la incompresible situación que la líbense había provocado al final, no había resultado una charla desagradable. Solo faltaba conseguir que dejase de insinuársele, especialmente con Wen peligrosamente cerca, y probablemente podría llevarse bien con Karime. Al fin y al cabo intuía que iba a verla con bastante frecuencia, siempre que visitase al selkie.

Sigue en el Cuchitril.

La loba dio un saltito hacia Saren sonriendo cuando Noel y Wen se despidieron de ellos, devolviéndoles el gesto con exagerados movimientos de su mano y gritando.

- ¡Adiós! ¡Volved cuando queráis! ¡Sois una pareja encantadora!- luego rió y se giró hacia Saren-. Deberíamos quedar con ellos más a menudo. Es tan divertido poner nervioso al grandullón y molestar a su novia de bonitas piernas.- Con un dedo se tocó la oreja-. Oído lobuno. Sabía que ibais a salir. Tranquilo, no he escuchado la conversación. Parecía muy privado y no me meto donde no me llaman. No siempre… solo a veces… cuando no me llaman, pero en el fondo sé que quieren llamarme.- La licántropa le guiñó un ojo divertida. Karime miró con ternura al selkie cuando este le dio las gracias-. Venga, tonto, no me des las gracias por algo que hice encantada. Lo volvería a hacer mil veces si eso significara tenerte aquí. Además, no me puedes dar las gracias cuando llegué tan tarde. El sufrimiento que te podría haber ahorrado si no hubiera estado centrada en la tontería del torneo. ¡ni siquiera gané! Aunque me llevé un bonito pellizco. Por cierto, ¿en qué quieres que nos lo pulamos? La mitad es tuya. Si no hubiera sido por lo contenta que me dejaste la noche anterior no habría conseguido nada.- dijo guiñándole un ojo como si hubiera rememorado una situación muy obscena.- Bueno, volviendo a lo que nos toca.- siguió diciendo mientras rodeaba el cuello del idrino con los dos brazos-. Me muero de ganas de saber por qué tanto secretismo. Juró que no preguntaré, pero me lo vas a contar, ¿verdad?- preguntó con sonrisa picara dándole un sonoro y fuerte beso en la mejilla. Luego le soltó y entró en la habitación. A mitad de camino se dio la vuelta y sonrió dulcemente al selkie, aunque no de forma fingida como sería común en ella.- Gracias a ti por haber aguantado lo suficiente para que te encontráramos, Burbujita.

Saren escuchó las palabras de Ka con una sonrisa, pues el buen humor de la chica era como una brisa fresca para él, y mas teniendo en cuenta su estado anímico actual.
—Ese dinero es tuyo y deberías gastarlo en lo que te apetezca, no llegaste tan lejos por volar conmigo una noche —rió el idrino—. Felicidades, por cierto, estas hecha una auténtica fiera —la alabó. Lamentaba haberse perdido el torneo, pero se tendría que conformar con lo que le contaran sus amigos para hacerse una idea de como había sido.

No se esperaba que la licántropa le rodeara el cuello con los brazos de forma tan repentina, y el sonoro beso en su mejilla después de sus palabras le dejó descolocado. Ka le soltó y entró en la habitación, dejando al idrino clavado en el sitio, y hasta que no se giró de nuevo hacia él no recupero la compostura. La muchacha le sonreía con sinceridad, y por un momento había dejado de lado esa picardía que llevaba siempre a cuestas.
—No me rendiría sin compensarte antes por la promesa rota, ¿no crees? —respondió con una media sonrisa, disimulando perfectamente el imperceptible rubor que se había extendido por sus mejillas. Seguía sin entender el motivo, pero Karime despertaba en él sentimientos que no acababa de comprender.

Apartó aquellos pensamientos de su cabeza y siguió a la libense después de cerrar la puerta, ofreciéndole asiento antes de resumirle parte de la conversación que había mantenido con Wen. Omitió los detalles que hacían referencia a la vouivre, y se limitó a contarle a Ka los diversos consejos que le había dado la británica.
—¿Qué opinas sobre la explicación de la telepatía?, ¿suena creíble lo de las cuerdas vocales? —preguntó. Quería conocer la opinión de su amiga, pues era una licántropa y ademas conocía los detalles exactos de su transformación.

- No seas tonto, Burbujita.- le respondió cuando él se negó a recibir la mitad del premio-. Quiero compartirlo contigo, ¿me vas a negar ese placer?- le preguntó poniéndole morritos-. Todo lo que necesito lo cubro con mi sueldo y había pensado en comprar amuletos de esos tan chachis que suelen ser muy útiles para viajar entre mundos, pero prefiero gastar ese dinero en hacer algo divertido contigo. Opino que eso me traerá más… satisfacciones.- comentó con sonrisa picara.

La libense dio un salto para subirse a la cama, donde se sentó cruzando las piernas y moviendo la cola como un perrito feliz. La cola, por si no era suficiente su cara, era un buen indicador del estado de ánimo de la licántropa, que en ese momento se encontraba bastante contenta.

- No sé si te lo dije, pero Ilol está deseando conocerte. Le dije que volabas y se entusiasmó. Quiere saber si jugarías con él al salto de ventana desde la torre del palacio.- le dijo como le estuviera contando un secreto-. Obviamente, yo también participaría, no me podría perder algo así. Lo malo es que no creo que la guardia de la Reina Madre ni la Reina Madre permitan algo así. Una pena, la verdad, porque estoy segura de que sería el salto de los saltos.

Saren le contó lo que había hablado con la bruja o, al menos, parte de ello. Karime sospechó que el idrino omitía parte de la conversación, pero no dijo nada al respecto. La licántropa sentía gratitud hacia el grupo al que pertenecía la humana y hacia ella misma por lo que habían hecho por Saren, por lo que no iba a dudar de sus buenas intenciones a menos de que le dieran razones para ello. Además, saltaba a la vista su desconfianza con todo lo ajeno a su círculo y que demostrara cierta confianza con el selkie solo podía ser algo bueno, sobre todo teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba su amigo.

- Para ser tan gruñona da buenos consejos.- comentó riéndose-. A ver, yo soy capaz de aullar, gruñir y ladrar como lo haría cualquier lobo, lo que quiere decir que puedo transformarme por completo en uno. Si tu animorfismo implicaría adoptar solo la forma completa sin intermedios, sería lógico que no te permitiera adaptar tus cuerdas vocales para hablar.- La licántropa quedó pensativa unos segundos-. A mí me parece una buena explicación para que “te veas obligado” a usar la telepatía, solo que tendría que ser algo aprendido, no innato, ¿no? Quiero decir, ¿habrá diferencias? ¿Es posible que un animal pueda aprenderlo? ¿No deberías quizás aprenderlo también para tu forma idrina? Porque si aprendes telepatía en una forma también la sabrás en la otra, ¿no? La verdad es que de estas cosas mágicas no tengo mucha idea, pero a mí me suena creíble y no sospecharía de que me ocultas tu verdadera transformación. De hecho, si no fuera porque te vi transformarte por primera vez, podrías colármela.- contestó con sinceridad, esperando ser una ayuda para el idrino y sus planes de camuflaje. En aquel momento, la seguridad de Saren era lo más importante.

Ka insistió en que quería gastar el premio en compañía del idrino, y el chico acabó cediendo al verla tan convencida.
—Está bien, pero que sepas que no se me ocurre nada... no estoy muy original últimamente —aclaró con una sonrisa apagada. Aun seguía tocado por su estancia con los de Gar.

La licántropa también le habló de la fiesta de Libo, de como su hermano había mostrado interés en conocerle y de que este quería jugar a algo llamado salto desde la ventana con él. No sabía que era, pero se podía hacer una idea, y aunque le parecía una propuesta divertida, había muchas posibilidades de que la dueña de muchacho no le dejara hacerlo. Aun así prometió acompañar a la libense en otra ocasión, manifestando su interés por ver algunas cosas de su mundo.

Ka estaba de acuerdo con las ideas que había comentado con ella acerca de la fachada sobre su transformación, y tener su apoyó le ayudo a decidirse en ese punto. Solo le quedaba decidir que tipo de brujo maldito sería, por si acaso tenía que dar detalles, pero eso lo podía dejar para otro momento. Lo de aprender telepatía también era un buen consejo, así no sería sospechoso que solo pudiera hacerlo en su forma animal, y se prometió a si mismo que empezaría al día siguiente sin falta.

La conversación continuó con temas mas informales, pero Saren estaba cansado, y después de un rato se fue a dormir. Los días pasaron poco a poco, y el norteño se recuperó completamente de sus heridas físicas, le las que solo quedaron una bonita colección de cicatrices que había decidido conservar como recordatorio a pesar de tener la posibilidad de eliminarlas. Su estado anímico, sin embargo, apenas si varió, y no recuperó su buen humor particular. Algunos de sus compañeros le preguntaron que le había ocurrido para desaparecer tanto tiempo, y él les explico lo del secuestro y el cautiverio, omitiendo los motivos y tratando de no ahondar demasiado en el tema. No le hacía gracia recordarlo, pero sus amigos estaban preocupados, y al menos les debía una explicación.

Enterarse del destino de Yrio le golpeó como una maza, y durante unos días se aisló aun más de sus compañeros. No entendía que había conducido al sinhadre a hacer aquello, y pensar que de haber estado tal vez podría haber hecho algo para impedirlo le torturaba. Tardó bastante en asimilarlo, y ni siquiera la presencia constante de Ka le ayudo en el proceso. La libense se le había pegado como una sombra desde que le rescataron, y solo le dejaba solo cuando tenía que ir a trabajar. El chico en parte lo agradecía, pero también apreciaba los momentos a solas, y siempre que podía se escaqueaba de la vigilancia constante de su amiga.

Saren retomó sus estudios y sus entrenamientos, así como su afición por el dibujo y la cocina, empezando a practicar con la telepatía en su forma idrina cuando el tiempo se lo permitía. A pesar de ser innata en su forma de roc, aquella rama de la magia era bastante complicada, pero con paciencia y trabajo empezó a hacer progresos poco antes de la llegada de la Luna Roja.

La noche en la que astro rojo iluminó la ciudad, el chico se despidió de Ka en la puerta de la Sede, pues el instinto de la libense le empujaba a correr hacia la manada para aullar junto a ellos. Ese mismo instinto animal también empujaba al norteño a alzar el vuelo, y en cuanto la perdió de vista, el selkie se puso su piel y ascendió al cielo, persiguiendo la luz rojiza.

Continúa en Rocavaragálago.

Y allí estaban, acompañados del bizarro cortejo que eran las estirges y sombras, sin haber sufrido ningún percance por el camino pero inseguros y torpes con sus nuevos cuerpos y dones. El edificio era bastante más grande y más bonito que Letargo; las ventanas eran más amplias, estaba decorado con relieves y había macetas y ropa tendida en algunos balcones. Marsi se detuvo unos metros antes de llegar a la puerta, pues alguien les estaba esperando.

Cicatriz tenía un gesto adusto y serio, que no dejaba entrever el aburrimiento que sentía por estar allí de pie toda la mañana. Sus ojos fieros evaluaban a los recién transformados que por fin se habían dignado en aparecer. A su lado, Nasher paseaba su peso de un pie a otro, emocionado por la perspectiva de tener nuevos compañeros.

Marsi vio que no eran los únicos que irían a la Sede. Se avergonzó un poco por no haber pensado en los macieleros, y se alegró de verlos con vida. Ya tendrían tiempo de ponerse al día, pues la enorme loba con armadura de cuero parecía a punto de hablar.

-Bienvenidos y enhorabuena por llegar hasta aquí. Soy Cicatriz la Sangrienta, comandante de los ejércitos de Rocavarancolia. Ahora sois ciudadanos legítimos de Rocavarancolia; milagros en pleno derecho y al mismo nivel que las demás bestias de la ciudad. Aquí se os formará para que podais pulir vuestras nuevas habilidades y sacarles el máximo provecho, y tendréis todas las necesidades básicas cubiertas hasta el día de vuestra muerte, o hasta que decidáis seguir vuestro camino por vuestra cuenta. Os daré la contraseña que necesitareis para entrar, y Nasher aquí presente- señaló a la quimera, que saludó con una reverencia- Os mostrará el interior y os conducirá a vuestras habitaciones. No tengo intención ni ganas de dedicaros todo el día, así que espero que estéis todos aquí ya, porque no pienso repetir este discurso. Mucha suerte.

Nasher se despidió de la comandante y Marsi la vio alejarse sin moverse del sitio. Era realmente imponente, pero de una forma diferente a los monstruos que habían encontrado a en la ciudad.

-Bueno, es un poco brusca, pero creo que una de los miembros del Consejo más tratable- explicó Nasher.- ¿Empezamos?

Marsi se despidió de sus compañeros, un poco insegura. Al menos Sura iba con ella, y había más caras conocidas entre sus futuros compañeros. Abrazó a Alice con fuerza y le dejó una nota prometiendo que pronto se pasarían por Serpentaria. No tuvo mucho tiempo de saludar a los recién llegados, lo que tardó su guía en coquetear con Gres, pero pronto desapareció por la puerta de la Sede, ansioso por empezar.

La decoración era simple pero agradable. La madera resultaba mucho más cogedora que las paredes frías de Letargo. El tal Nasher les mostró las salas comunes, la cocina, los baños, las salas de entrenamiento. Marsi estaba fascinada con lo bien equipada que estaba la Sede, y tantas comodidades, aunque en realidad no fueran nada del otro mundo, se le hacían extrañas. La quimera también hizo las pertinentes advertencias sobre cierto poltergeist y su gusto por las bromas pesadas, además de un montón de referencias a rivalidades con cierto vampiro, explosiones, trampas rúnicas, venenos y demases. Marsi empezó a plantearse si no habría sido mejor ir a Serpentaria.

-Los dormitorios ocupados están marcados en rojo, es un sistema nuevo para evitar situaciones incómodas. De las libres podeis coger la que más os guste y modificarla si así os sentís más cómodos con ella. La ropa es básica y está usada en su mayoría, pero puede servir. Claro que si quereis algo más decente vais a tener que pagarlo. Yo puedo buscaros algo, pero no hago milagros.- explicó Nasher, riendo.- Podeis pedirme ayuda para cualquier cosa, y los demás inquilinos son también bastante majos. Ah, en la sala de entrenamiento hay un calendario con los horarios de cada uno, por si buscais a alguien en particular con quien queráis entrenar o si necesitais una sala vacía. También lo hemos puesto nuevo.

Marsi no se atrevía a preguntar, y tampoco se le ocurría nada que pudiera decir. En general todo estaba bastante claro, y solo quería tiempo para poder instalarse y explorar por su cuenta. Tiempo para ponerse al día con sus amigos y estar tranquila y segura por primera vez en bastante tiempo. Se sentía ansiosa, eran muchos cambios y muy seguidos.

En la biblioteca consigo tres libros que me van a durar lo suyo, uno sobre magia básica, otro de runas tambien básicas y un libro titulado "Nagas: de la cabeza a la punta de la cola" escrito por una tal dama Sierpe.

Llegamos a la aclamada Sede y me quedo conforme, espaciosa y bonita. Me pongo en tensión al ver a una mujer cubierta de cicatrices, en mi oficio una persona que ha pasado por tanto y aún sigue viva es una luchadora, y tengo que contenerme para no ponerme firme ante su tono al hablar. <<No me extraña que ella sea la comandante, infunde respeto solo el mirarla>>. Miro a nuestro guía cuando lo menciona, ella captó toda mi atención y ni siquiera he reparado en el chico, que ahora que me fijo debe ser de la especie de Gres.

Entro con Marsi detrás del chico y tras saludar a los de Maciel, miro a los lados para memorizar lo más rápido que puedo el lugar. En la armería silbo sorprendida por el arsenal que hay dentro, esto va a ser interesante.

Y todo va bien hasta que veo a mi nuevo némesis, las escaleras, ya podrían haber puesto una rampa o algo oye. Me ayudo de una barandilla que hay para subir penosamente por la escalera.

-Eh Marsi - llamo cuando me fijo en algo.- ¿Qué te parecen estas habitaciones? - señalo dos libres que están una frente a otra.

Una vez terminada la explicación del asreniano paso dentro y observo mi nueva habitación. Parece espaciosa y es bastante básica, pero para vivir no está mal. Salgo y me dispongo a explorar cuando sin darme cuenta llego a las escaleras y claro, la cola muy guapa pero agarre ahora mismo cero por lo que las bajo como si fuese una centella.

-¡Naga va! - me da tiempo a gritar por si hay alguien que se aparte. Ciertamente este lugar es más bonito que Letargo, pero el suelo es exactamente igual de duro.

Atol

El día de la mudanza tanto de recién transformados que vendrían como de mi partida, había madrugado para terminar de recoger mis cosas. Una alforja bien llena, una mochila a reventar con apuntes y cosas, la ropa que me había comprado en este tiempo y mis armas que había hecho yo mismo en la herrería. Ordené y limpié la habitación, recargué las uñas y desayuné, avisando entre tanto a los demás. Luego esperé a que llegara Cicatriz, para avisarla también si fuera necesario, y entonces salí a la calle con todo a cuestas, pero no me quedé allí a esperar a los novatos sino que me fui directo para Serpentaria. Sin embargo, todos los trastos me ralentizaban y no iba tan rápido como hubiera querido, así que no sería raro que me cruzara con los novatos de Serpentaria.

Alice

Pedazo... de torreón. ¡Eso sí que es un torreón! Era enorme y muchísimo más chulo que Letargo.¡Había hasta ropa tendida de los balcones! Y toda su decoración... <<Wow. ¡Espero que Serpentaria sea igual!>> Pero no solo me impresionó el torreón sino también quién nos recibió. Bueno, recibió a los que se iban a quedar y... <<¡Idiota!>>  Había macieleros también... Y me había olvidado de ellos por completo... <<Joder, espero que no nos lo tengan en cuenta...>> Así que me apresuré a saludar mientras me quedaba en segundo plano para que las onyces no molestasen, y observaba el recibimiento. Cuando nos tocó separarnos, abracé con fuerza a Marsi y con la misma intensidad la nota que me dejó, y nos marchamos.  

¡Eh! Ese de allí es el de la Taberna—dijo una onyce al rato, señalando a alguien que iba unos metros por delante.
—No sé, parece Sancho Panza, bajito y con tantos trastos...—susurré en broma.

El chico iba bien cargado, así que le alcanzamos en poco tiempo. Y sí que era Skarog. ¿Pero a dónde iba?
—Voy a ver... No os preocupéis, le conozco—dije a los míos. Luego me adelanté y le llamé por detrás—¿Skarog?

Atol y Alice
El chico se giró y nos miró con expresión neutra. Las onyces que me seguían corrieron a intentar molestarle, pero apenas las miró y pronto se cansaron.

—Ah, hola. ¿Serpentaria, verdad? Vamos a ser vecinos.
—¿Pero no vivías en la Sede?—inquirí, señalando con el pulgar hacia atrás, por encima del hombro.
—Sí. Pero ya he entrenado bastante mi parte física. Necesito mejorar en magia, ya que mi transformación es mágica. Lo intenté allí pero la Sede no es muy tranquila para poder concentrarse, y Serpentaria tiene su propia biblioteca—normalmente no hablaría tanto, pero como era ciudadano más "antiguo" que ellos, era mi deber informarles.
—Vaya... Oye, ¿puedo presentarte a los demás?—inquirí en un susurro. Ya había visto lo seco que era con sus amigos, así que mejor preguntar antes.
—Son demasiados. Primero lleguemos a Serpentaria.

Sigue en la Torre Serpentaria

Dhelian

En la biblioteca había cogido un par de libros, uno sobre criaturas de la ciudad donde se mencionaban a las estirges, un compendio sobre cuervos negros de un tal Topaz, con suerte encontraría algo ahí de crianza o comportamiento, y sino volvería la biblioteca próximamente. También tomo un libro sobre leyendas, cuentos y mitología sobre aves negras del mundo de Alice recomendado por ella. Al parecer existía pájaros negros similares a las estirges en la tierra, informarse un poco de ello no le vendría mal.

No tardaron en llegar al torreón, la bienvenida recibida impresiono al ghoul que observo un poco intimidado a la loba y aquel joven  que le recordaba tanto a Gres. Tras que la loba se fuera Dhelian se despidió de Sura y Marsi con un abrazo se marcharon, en el camino pudieron ver a un transformado que de no se porque Alice se acerco repentinamente a hablarle Dhelian lo hubiese dado por un desconocido, confundiendo a Dhelian. Las estirges revoloteaban de aquí allá manteniendo un distancia que Dhelian les había impuesto desde que salieron del torreón temiendo que les atacasen en el camino. Cuando la humana se alejo un poco del chico Dhelian se le acerco mientras se dirigían a Serpentaria.

-¿El es uno de los que mencionaste que conociste en la taberna no?- pregunto Dhelian suponiendo que seria algo así, pues ellos no conocían a muchos mas transformados- ¿Es de fiar?- pregunto bajando la voz mirando ala humana no sabiendo aun como tratar con esos transformados.

Sigue en Torre Serpentaria

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DL

Ese día llegaba los nuevos al torreón y DL estaba curioso sobre quienes se mudarían a la Sede. Nuevos llegaban y veteranos, de un año apenas eso si, se iban. Skarog anuncio durante el desayuno que se mudaría a Serpentaria y siendo que el cambiante pasaba mas tiempo en el otro torreón que en el suyo el cambio no le supondría muchos problemas para verlo de ser necesario.

Se encontraba  en su cuarto recostado dibujando circuitos de runas cuando llegaron los novatos y recibieron la charla de Cicatriz y la visita guiada de Nasher, igual a la que ellos mismo tuvieron cuando llegaron por vez primera al torreón. Aparte de los nuevos, venían aquellas sombras y las estirges como comitiva dando una imagen bastante curiosa cuando se despidieron, Skarog aprovecho ese momento para irse uniendo a los novatos en la marcha a Serpentaria.

Ya en el interior del torreón el grito de la naga alerto al cambiante que salio al pasillo encontrándose a la chica reptil estampada contra el suelo cerca de las escaleras. DL tuvo que aguantar las ganas de reírse ante la escena, consciente que las transformaciones físicas podían ser muy puñeteras al inicio.

-El sistema de frenado no viene instalado en la transformación de naga, por lo visto- comentó acercándose a la chica y ayudando a incorporar su torso del suelo, observándola detenidamente ya viendo la cola completamente formada pues el solo la había visto a medias-Veo que tu cola se formo sin problemas. Un placer conocerte ya despierta, ¿a donde querias ir con tanta prisa?- preguntó mirándola entretenido ya notándose que a pesar de saber moverse las escaleras eran un enemigo natural.