Burdel de Dama Espasmo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Elegante, era la palabra apropiada para el edificio. Cain no estaba seguro de que Dirke supiese realmente donde les había llevado, pero eso ya no importaba. El lugar parecía deshabitado, y desde hace bastante tiempo, a juzgar por su aspecto dejado. Pero ese aire decadente hacía del sitio un lugar...
-Mágico...- susurró Caín dejando su cesta en el suelo
Nada más llegar, los chicos se habían dejado caer en los divanes y cojines del suelo, agotados por la carrera.

me cuesta levantarme, pero lo ago. Comienzo a entrar por las habitaciones, y en ellas encuentro objetos que aun siendo de madera preferiría no tocar, hasta que encuentro una silla de madera seca, la cojo y la parto contra el suelo. Luego vuelvo a la sala.
- ya estoy aquí, ¿donde dejo la madera?

Despues de haberme recuperado de la carrera, me levanto de los cojines
- ¿Necesitais ayuda?- pregunto a los chicos

Cain le arrebata la madera y la echa al hornillo. Rebusca en sus bolsillos y saca dos tickets de compra y les prende fuego con el mechero. Espera hasta qeu el fuego tiene un tamaño considerable, soplando de vez en cuando para avivarlo, y coloca una sartén encima con los trozos de carne. No había sitio para las verduras, pero no pasaba nada.
-Te gusta la ensalada?- preguntó troceándo algunas piezas en un cuenco. La lástima era no tener nada para aliñarlas. La carne empezó a cocinarse en su propia grasa.- Puedes explorar las habitaciones...- le dice a la chica

- Sí. De todas maneras, comería cualquier cosa con hambre. - digo.- Está bien, exploraré la habitaciones.
Subo hasta el primer piso y entro en una habitación. Empiezo a buscar objetos útiles.

- hey cuando va estar me muero de hambre
me dejo caer en los cojines
- en las habitaciones no hay nada bueno, te lo aseguro kaila

Cain tenía el volumen al mínimo para poder escuchar mientras le hablaban
-Quieres cocinar tú?- le dice a Leon con reproche- Si tanta habre tienes puede comerte la carne cruda... - puso el cuenco con la ensalada y la carne asada en una mesa baja, y se sentó en uno de los cojines. No recordaba el nombre de la otra chica pr lo que se limitó a gritar- ¡La comida está lista!

Los miro a todos, extrañado. Desde que hemos bebido de esa fuente con serpientes, mis compañeros no han vuelto a hablar en alemán o inglés y estoy bastante confundido. Además, ahora utilizaban un acento y unas palabras que soy incapaz de reconocer... no parece un idioma normal, o no uno común, al menos. Decido ponerme en pie y preguntarles, parece lo más sensato. Bueno, realmente lo más sensato que había hecho en todo el día era no soltar la vara de las cortinas... Esos bichos arratonados daban verdadero miedo.

-[Alemán] Esto... ¿Chicos? No me entero de lo que decís... ¿Podéis traducirme alguno al alemán?-les digo, especialmente a Kaila y Erika, que habían hablado antes en mi idioma. Entonces le llega el olor de la comida y se acerca- [Inglés] ¿Qué es?-le pregunta al chico de la música.

En una delas habitaciones había un baúl con ropa. Tal vez la necesitaramos más tarde. Cuando Cain grita, sonrío para mí misma.
- ¡Voy!- digo mientras bajo las escaleras todo lo rápido posible sin tropezarme. Salto las tres últimas escaleras y voy andando hasta la mesa, donde me siento en uno de los cojines.

Dirke parece no entendernos...
- Lo siento. No te entiendo...- me disculpo.- Sientate y cena algo, Dirke- le digo, gesticulando mucho.

- a este no le a afectado la magia de la fuente, que curioso
dicho esto me cojo un trozo de carne y verduras

No entiendo una sola palabra de lo que me dice, pero por los gestos... creo que quiere que me siente. Lo hago sobre un cojín y me quito el delantal de trabajo con las tuercas y el reloj roto. Aprovecho para subirme los tirantes y me quedo mirando de nuevo a Kaila.
-Ehm... Kaila, ¿puedes hablarme en alemán?... Es que no entiendo lo que me dices...-le digo preocupado. <<¿Habré hecho mal al beber de esa fuente?>>. Doblo las rodillas y las rodeo con los brazos, mientras miro la comida embelesado y pregunto de nuevo en inglés-¿qué es?-a ver si esta vez hay alguien que sepa responderme...

Cain hace una mueca al probar una verdura de sabro amargo y la aparta a un lado. Coge un trozo de carne para quitarse el sabor. El chico repetía una frase parecida a otra de una canción... por lo que dedujo que estaba hablando en inglés. Pero él ya no podía hablar inglés. Se limita a ofrecerle algo de carne.

- Dirke, no te entendemos...- le digo. Tal vez, si él gesticulase, podríamos entendernos...-Intenta hablar por gestos, a ver si entiendo algo- le pido, haciendo gestos para que lo entienda.

Arrugo la expresión y noto como empiezan a picarme los ojos... ¡Esto no tiene sentido!
-Pero... si hablasteis conmigo hace un rato...-les digo, sin entender lo que ha dicho Kaila. La situación empieza a frustrarme... ¿Cómo narices puedo haber dejado de entenderlos de repente? <<Ha sido esa fuente... me ha hecho algo>> Pienso mientras me llevo la mano a los oídos, tal vez me haya afectado en ellos de alguna manera.

Resignado, cojo el trozo de carne que me ofrece Caín y le doy un mordisco.
-Gracias-le digo, aunque estoy casi seguro de que no me entenderá...

Caín sonríe cuando el chico coge la carne. Dejó le plato a un lado y se levantó
-Voy a explorar un poco- dice simplemente y se va escaleras arriba. Las habitaciones no estaban mal... Estaban las de los clientes con un montón de objetos curiosos, había cuartos más pequeños con útiles de limpieza y algún almacén, el dormitorio de la dueña, que ocupaba prácticamente una planta entera y la zona cercana a el hueco del techo, cerrado con rejas, con algunas cuerdas de tender, barreños de madera... Volvió a bajar y a revisarlo todo por segunda vez; sabía que en un sitio tan lujoso debía haber seguridad, y un cuarto con lanzas y alabardas se lo confirmó. <<Al menos tenemos con qué defendernos...>> Antes de llegar de nuevo al salón central, vio que detrás de la escalera había otra que bajaba... Qué habría ahí?

Bajo las escaleras y llego al salón, donde están todos reunidos, me siento donde puedo y empiezo a comer.

- Hola, Erika- la saludo. Me doy cuenta de que no he empezado a comer, y tengo hambre. Cojo un pedazo de carne y empiezo a masticarlo poco a poco, saboreando cada bocado como si fuera el último

-¿Quién ha sido el cocinero?- Digo señalando la comida.