De flores y fuego (encuentro de Seon y Zmey)

Viene de aquí

Zmey no terminaba de entender de qué estaba hablando la soñadora, y le dio vergüenza preguntar. Aun así estaba contento de poder abrazarla, de estar en sus brazos. Hacía muchísimo tiempo que no abrazaba a nadie, y era algo que venía de mucho antes de su muerte.

-Me siento solo- se atrevió a susurrar.- Cuando fui a morir pensé que ya no me quedaba nadie aquí, ni en ningún sitio. Ahora siento que he fracasado incluso en la muerte.

Las lágrimas le cayeron por las mejillas y las sintió ardiendo como si fueran de lava. Los ojos le escocían. Se abrazó con más fuerza a Seon y se echó a llorar como un niño.

-Lo he hecho todo mal, desde el principio.

"yo me siento sola también" pensó Seon, para después imaginar que sus personajes la regañaban por ello. Tuvo la prudencia de no sonreir, ni triste ni de ninguna forma.
Respondió a la fuerza de Zmey haciendola ella de vuelta, enterrando una mano en el pelo de su nuca y haciendo caricias consoladoras.
- Has hecho lo que podías y lo que sabías, y tenerte aqui es suficiente- dijo en voz baja. Hizo circulos entre los mechones de pelo, dejando que se desahogara antes de seguir:- No es un error no morirse, no digas eso. Cuando las cosas se desarrollan distinto, es solo otro camino de oportunidades apiladas. Y que tu camino sea más largo, que signifique volver a verse, todo eso es bueno desde mi punto de vista. Encontrarás otras cosas que hagan esta versión la correcta.

-No sé hasta que punto es cierto eso- dijo con la voz amortiguada por el cuello de Seon. No era justo, pero era lo que pensaba. ¿Era bueno realmente que él estuviera vivo? ¿Era cierto que los demás lo habían extrañado, que Seon se alegraba de verle?- Pero da igual, estoy aquí. Seré un hechicero rojo para el ejército. Mi maestra cuida de mi, puedo empezar de nuevo, supongo.

Seon no sabía nada de su maestra, de hecho casi nadie lo sabía, a pesar de que Nihil lo había presentado en sociedad y no lo ocultaba. Y los que lo sabían sospechaban. Zmey aún tenía ataques de pánico repentinos cuando pensaba que a lo mejor sí que era alguna marioneta nigromántica, que en realidad no estaba allí, que no estaba vivo. Empezó a temblar ligeramente.

Seon se quedó pensativa. Murmuró un asentimiento, su mano todavia entre los mechones del aurva. Inspiró, espiró. Por unos segundos, olvidó que uno no podía detener el tiempo despierto, y sus pensamientos derivaron. Luces que creía olvidadas, al menos reprimidas. Y podía ver lo que quería hacer con el escenario y la situación, de haber tenido la capacidad. Empezar de nuevo sonaba bien.

El temblor de Zmey la devolvió a la realidad. Seon le besó la frente, el pelo.

- Hey. Estoy contigo. Despierta o dormida- le susurró entonces la frase de Alder, la que había inventado para despertarse. Fue extraño y dolió un poco, pero era el ofrecimiento más sincero que sabía hacer. Lo abrazó otra vez, con dificultad para separarse-. Nos veremos otra vez, ¿verdad? Podemos inventar algun sistema para encontrarnos.