Sin fuego solo queda oscuridad
2 participantes
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Sin fuego solo queda oscuridad
21/07/24, 04:57 pm
Ethan odiaba la gran mayoría de noches pues siempre eran igual de silenciosas, oscuras y sobre todo, solitarias. Ni las estrellas parecían querer salir en un páramo tan mustio como era aquel y sin su luz ni la de una mísera luna la oscuridad espesaba entre las calles. El patio no era menos, la neblina que conformaba la más absoluta negrura sólo se veía ahuyentada por un modesto farol colocado sobre el pozo. Una llama diminuta que titilaba tímida, como si tuviera miedo de irrumpir el paisaje natural de aquel lugar. Al londinense poco le importaba, centrado en golpear el aire con uno de los palos de práctica como si con cada estocada pudiera liberar parte de la tensión acumulada durante aquellas semanas.
Estaba cansado y en parte aquel pequeño rincón de la casa no era más que su forma de demostrarlo. Sobre la fuente, al lado del ascua, había un bol lleno de insectos muertos, tan lleno que habían pagado su malestar las figuras deshechas y quemadas de ambos lados. Era como un altar mal ejecutado, un atractivo que nunca era suficiente para que Antorchita quisiera regresar a su lado. Sabía que era un capricho estupido, que aquel animal era una especie salvaje y extraña de un lugar horrible, pero le había pillado suficiente cariño como para tenerlo como un diminuto pilar durante las noches más duras. Que le hubiera fallado hasta a un murciélago que solo quería comida fácil era, cuanto menos, patético.
Así que entrenaba, sumido en unos pensamientos que trataba de evaporar con cada movimiento brusco de aquel palo. El aire silbaba al ser cortado y la piedra le devolvía un eco de su dureza cuando ya fuera por error o aposta, acababa impactando el arma contra ella. A pesar del frío, su piel se llenaba de rocío y sus músculos se lograban mantener tensos, doloridos por el esfuerzo extra de todo el ejercicio. ¿Por qué seguía así tan tarde? No lo sabía o mejor dicho, no lo quería saber. Pensar a veces salía demasiado caro y el peso de responsabilidad que tenía encima quemaba más que la fricción de sus manos contra la madera.
Eran los intentos de homicidio, era la incipiente realización de que si luchaba era por otros y no por él mismo, la triste realidad de que los putos cabrones que los querían muertos eran a la vez lo que necesitaba para tener una meta por la que querer seguir luchando. Era la culpa, el miedo a no saber si llegado el momento podría golpear a otro ser humano, el miedo a que precisamente fuera capaz de hacerlo. Su cabeza era una contrariedad continua, llena de supersticiones a futuro y de horribles recuerdos del pasado. Era Serena muerta, era lo que quedaba de Aria o el coche que decidía acelerar a su encuentro pero también era Aniol sin vida perdido entre aquellas calles, era Damian inconsciente por la caída o Connor siendo devorado por una monstruosa bestia.
Era todo lo que podía salir mal y todo lo que podía salir bien. Eran sus manos manchadas de sangre ajena, era el terror de nunca poder olvidar el rostro de a quien arrebatara la vida, era el temor a que no hacerlo podría significar sostener entre sus manos el cuerpo mustio de otro compañero. Era no saber qué hacer, era la incertidumbre de que escogiera lo que escogiera estaría mal. Sus movimientos se volvieron más violentos, más agresivos, la coleta acabó cayendo antes de que un mal cálculo le llevará a chocar rodilla contra muro. Un quejido lastimero se escapó de su cuerpo, pero tan rápido como su piel se estaba levantando cubierta de sangre volvía a sanarse hasta no dejar más marca que la de un dolor que no había dado tiempo a procesar. Su pierna tenía un reguero rojo sin procedencia alguna mientras bajo su camisa un fugaz tono verdoso indicaba lo que acababa de suceder.
Al menos, tenía algo valioso consigo.
-Menuda mierda de noche.
Acabó mascullando entre dientes, dejando el palo apoyado contra un lateral del patio para acercarse a la fuente a beber algo, sediento. Sabía que aún le quedaban horas hasta que el sueño le exigiera subir a la habitación y se estaba intentando preparar psicológicamente para que cuando llegara el momento, el run run constante de su cabeza no acabará convirtiéndose en una pesadilla demasiado realista.
Estaba cansado y en parte aquel pequeño rincón de la casa no era más que su forma de demostrarlo. Sobre la fuente, al lado del ascua, había un bol lleno de insectos muertos, tan lleno que habían pagado su malestar las figuras deshechas y quemadas de ambos lados. Era como un altar mal ejecutado, un atractivo que nunca era suficiente para que Antorchita quisiera regresar a su lado. Sabía que era un capricho estupido, que aquel animal era una especie salvaje y extraña de un lugar horrible, pero le había pillado suficiente cariño como para tenerlo como un diminuto pilar durante las noches más duras. Que le hubiera fallado hasta a un murciélago que solo quería comida fácil era, cuanto menos, patético.
Así que entrenaba, sumido en unos pensamientos que trataba de evaporar con cada movimiento brusco de aquel palo. El aire silbaba al ser cortado y la piedra le devolvía un eco de su dureza cuando ya fuera por error o aposta, acababa impactando el arma contra ella. A pesar del frío, su piel se llenaba de rocío y sus músculos se lograban mantener tensos, doloridos por el esfuerzo extra de todo el ejercicio. ¿Por qué seguía así tan tarde? No lo sabía o mejor dicho, no lo quería saber. Pensar a veces salía demasiado caro y el peso de responsabilidad que tenía encima quemaba más que la fricción de sus manos contra la madera.
Eran los intentos de homicidio, era la incipiente realización de que si luchaba era por otros y no por él mismo, la triste realidad de que los putos cabrones que los querían muertos eran a la vez lo que necesitaba para tener una meta por la que querer seguir luchando. Era la culpa, el miedo a no saber si llegado el momento podría golpear a otro ser humano, el miedo a que precisamente fuera capaz de hacerlo. Su cabeza era una contrariedad continua, llena de supersticiones a futuro y de horribles recuerdos del pasado. Era Serena muerta, era lo que quedaba de Aria o el coche que decidía acelerar a su encuentro pero también era Aniol sin vida perdido entre aquellas calles, era Damian inconsciente por la caída o Connor siendo devorado por una monstruosa bestia.
Era todo lo que podía salir mal y todo lo que podía salir bien. Eran sus manos manchadas de sangre ajena, era el terror de nunca poder olvidar el rostro de a quien arrebatara la vida, era el temor a que no hacerlo podría significar sostener entre sus manos el cuerpo mustio de otro compañero. Era no saber qué hacer, era la incertidumbre de que escogiera lo que escogiera estaría mal. Sus movimientos se volvieron más violentos, más agresivos, la coleta acabó cayendo antes de que un mal cálculo le llevará a chocar rodilla contra muro. Un quejido lastimero se escapó de su cuerpo, pero tan rápido como su piel se estaba levantando cubierta de sangre volvía a sanarse hasta no dejar más marca que la de un dolor que no había dado tiempo a procesar. Su pierna tenía un reguero rojo sin procedencia alguna mientras bajo su camisa un fugaz tono verdoso indicaba lo que acababa de suceder.
Al menos, tenía algo valioso consigo.
-Menuda mierda de noche.
Acabó mascullando entre dientes, dejando el palo apoyado contra un lateral del patio para acercarse a la fuente a beber algo, sediento. Sabía que aún le quedaban horas hasta que el sueño le exigiera subir a la habitación y se estaba intentando preparar psicológicamente para que cuando llegara el momento, el run run constante de su cabeza no acabará convirtiéndose en una pesadilla demasiado realista.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
23/07/24, 01:14 pm
Airi no pretendía quedarse hasta tan tarde en pie. La noche ya hacía que había caído, pero no tenía sueño. Después de todo lo que había ocurrido en los últimos días le costaba meterse en la cama; sentía que estaban expuestos, que tal vez si cerraba los ojos no habría un mañana.
Por eso se entretuvo fregando hasta tarde, frotando incluso las cestas que usaban para almacenaje con un cepillo. No podía ni ver si los huecos entre el mimbre quedaban limpios, pero le daba igual. Sus manos solo buscaban moverse para estar ocupadas. Por desgracia, no le impedían pensar.
Al salir a por agua limpia para enjuagar el cepillo fue cuando se percató de que el patio no estaba vacío. Vaciló un segundo antes de salir, pero vio que Ethan estaba solo, bebiendo del pozo, y por tanto no interrumpía nada. Al acercarse se dio cuenta de que parecía agotado, y llamó su atención con un movimiento de brazo.
—Hey —saludó—, pensé que ya estaba casi todo el mundo en cama.
Airi miró a su alrededor, buscando la presencia del murciélago flamígero de forma nada disimulada, y encontrando solo el cuenco con insectos del que no parecía haber comido nadie todavía.
»¿Estás esperando a Antorchita? —preguntó. Por su aspecto debía haber estado ejercitándose entre tanto. Le preocupaba que incluso a esas horas solo pensase en hacerse más fuerte, pero no podía juzgarle por ello. Ninguno de ellos podía darse el lujo de ser el mismo de siempre después de todo lo que les había ocurrido, y aun así le preocupaba. Sabía bien lo que suponía para Ethan tanto esfuerzo, y no sabía cómo pedirle que frenase un poco cuando todo el mundo estaba dando lo mejor de sí mismos desde hacía tiempo.
Por eso se entretuvo fregando hasta tarde, frotando incluso las cestas que usaban para almacenaje con un cepillo. No podía ni ver si los huecos entre el mimbre quedaban limpios, pero le daba igual. Sus manos solo buscaban moverse para estar ocupadas. Por desgracia, no le impedían pensar.
Al salir a por agua limpia para enjuagar el cepillo fue cuando se percató de que el patio no estaba vacío. Vaciló un segundo antes de salir, pero vio que Ethan estaba solo, bebiendo del pozo, y por tanto no interrumpía nada. Al acercarse se dio cuenta de que parecía agotado, y llamó su atención con un movimiento de brazo.
—Hey —saludó—, pensé que ya estaba casi todo el mundo en cama.
Airi miró a su alrededor, buscando la presencia del murciélago flamígero de forma nada disimulada, y encontrando solo el cuenco con insectos del que no parecía haber comido nadie todavía.
»¿Estás esperando a Antorchita? —preguntó. Por su aspecto debía haber estado ejercitándose entre tanto. Le preocupaba que incluso a esas horas solo pensase en hacerse más fuerte, pero no podía juzgarle por ello. Ninguno de ellos podía darse el lujo de ser el mismo de siempre después de todo lo que les había ocurrido, y aun así le preocupaba. Sabía bien lo que suponía para Ethan tanto esfuerzo, y no sabía cómo pedirle que frenase un poco cuando todo el mundo estaba dando lo mejor de sí mismos desde hacía tiempo.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
25/07/24, 10:25 am
La tensión no desaparecía ni en la comodidad de su hogar. Ethan se quedó quieto al escuchar pasos, sintiendo la incertidumbre de quien aún a sabiendas de que sería algún compañero tenía miedo de girarse y descubrir que no. Por suerte no se dejó llevar por el ligero pánico y la voz de Airi no tardó en reconfortar su soledad. Terminó de beber haciendo un improvisado cuenco con sus manos para tras mojar su rostro apartarse del pozo entendiendo que su compañere también quería usarlo.
-Ah, yo también lo pensaba si te sirve de consuelo. No sé si te he molestado con los ruidos. -Sonrió un tanto apurado al percatarse de que quizá no eran horas para andar pegando señuelos y paredes con el arma. -No podía dormir, aunque imagino que ya somos dos, o tres, me apuesto lo que quieras a que Connor está en la azotea.
Seguramente no mentía, pero no le apetecía molestar en esos instantes a su amigo. Airi preguntó entonces algo lógico e igual de hiriente. En parte se avergonzaba de aquel rechazo continuo. Admitir que el animal ya no le quería resultaba hasta infantil pero, para su desgracia, el cuenco le había dejado en suficiente evidencia como para no poder excusarse.
-Nah, dudo que venga. -Acabó confesando mientras usaba su camiseta aún puesta como improvisada toalla con la que secarse la cara. -Lleva sin hacerlo ya días. Vete a saber si le ha pasado algo, o quizá se ha enfadado conmigo por no haber salido con comida la semana pasada.
Soltó una risa queda, un tanto desganada como quien cuenta un chiste que sabe que no le hace gracia. Tras eso se quedó apoyado en un lateral del pozo, echando un vistazo curioso a lo que estuviera haciendo le joven. No le hizo falta más que ver la cesta con cepillos para entender que estaba limpiando, lo que no entendía era porqué hacerlo esas horas de la noche pero… bueno, él estaba entrenando también a esas horas.
-¿Estás limpiando? -Se quedó un momento en silencio, sin saber si la siguiente pregunta era del todo oportuna. -¿Va todo bien?
Nadie hacía esas actividades tan tarde sin un motivo aparente. Ni con todo el aburrimiento cargante del día se solapaba el no querer acostarse para pasar a la siguiente madrugada por lo que, comprendía que el insomnio de Airi vendría más bien de todos los temas intrincados que tenían entre manos. Un tabú que no era tabú pero que afectaba como si lo fuera.
-Ah, yo también lo pensaba si te sirve de consuelo. No sé si te he molestado con los ruidos. -Sonrió un tanto apurado al percatarse de que quizá no eran horas para andar pegando señuelos y paredes con el arma. -No podía dormir, aunque imagino que ya somos dos, o tres, me apuesto lo que quieras a que Connor está en la azotea.
Seguramente no mentía, pero no le apetecía molestar en esos instantes a su amigo. Airi preguntó entonces algo lógico e igual de hiriente. En parte se avergonzaba de aquel rechazo continuo. Admitir que el animal ya no le quería resultaba hasta infantil pero, para su desgracia, el cuenco le había dejado en suficiente evidencia como para no poder excusarse.
-Nah, dudo que venga. -Acabó confesando mientras usaba su camiseta aún puesta como improvisada toalla con la que secarse la cara. -Lleva sin hacerlo ya días. Vete a saber si le ha pasado algo, o quizá se ha enfadado conmigo por no haber salido con comida la semana pasada.
Soltó una risa queda, un tanto desganada como quien cuenta un chiste que sabe que no le hace gracia. Tras eso se quedó apoyado en un lateral del pozo, echando un vistazo curioso a lo que estuviera haciendo le joven. No le hizo falta más que ver la cesta con cepillos para entender que estaba limpiando, lo que no entendía era porqué hacerlo esas horas de la noche pero… bueno, él estaba entrenando también a esas horas.
-¿Estás limpiando? -Se quedó un momento en silencio, sin saber si la siguiente pregunta era del todo oportuna. -¿Va todo bien?
Nadie hacía esas actividades tan tarde sin un motivo aparente. Ni con todo el aburrimiento cargante del día se solapaba el no querer acostarse para pasar a la siguiente madrugada por lo que, comprendía que el insomnio de Airi vendría más bien de todos los temas intrincados que tenían entre manos. Un tabú que no era tabú pero que afectaba como si lo fuera.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
26/07/24, 11:45 am
Le sanaí vio a Ethan apartarse del pozo pero no se dirigió al borde enseguida, más interesade en escucharle. Negó con la cabeza cuando este mencionó el ruido, admitiendo para sí misme que había estado tan enfrascade en la limpieza que no se había parado a analizar quiénes seguían en pie o qué hacían.
La respuesta a su pregunta le cogió por sorpresa, frunciendo el ceño con preocupación al escuchar que el murciélago llevaba días sin aparecer.
—Oh, no —murmuró—. Seguro que no… no puede estar enfadado por eso.
No era tranquilizador aunque decía aquello para no hacerle sentir mal. Estaban en la ciudad que estaban y, igual que sus vidas eran frágiles debían serlo también las de las criaturas más indefensas. Además, ambos sabían que Antorchita no era el más agudo de su tribu.
Airi se había quedado sin palabras, apenade. Si el murciélago no volvía nunca sabrían qué le había pasado. Tal vez solo era uno más de todos los animales de la ciudad, pero era una pequeña conexión amable con esa tierra que solo parecía regalarles desgracias. Elle no sabía qué decir, pero quizá Ethan prefería cambiar de tema porque le preguntó qué estaba haciendo.
—Sí, limpiaba… cosas en la cocina —respondió, alzando un poco más lo que tenía entre manos para que lo viese mejor—. Es una tontería, debería estar en cama en realidad. —Suspiró—. Es solo que no quería dormir —matizó, esperando que eso contestase su otra pregunta. Era diferente no tener sueño de tenerlo y tratar de alejarlo por no sentirse vulnerable, por no sumergirse en la incertidumbre de lo que deparaba un nuevo día—. No sé si en eso también somos dos… o tres —añadió con un intento de sonrisa cansada.
La respuesta a su pregunta le cogió por sorpresa, frunciendo el ceño con preocupación al escuchar que el murciélago llevaba días sin aparecer.
—Oh, no —murmuró—. Seguro que no… no puede estar enfadado por eso.
No era tranquilizador aunque decía aquello para no hacerle sentir mal. Estaban en la ciudad que estaban y, igual que sus vidas eran frágiles debían serlo también las de las criaturas más indefensas. Además, ambos sabían que Antorchita no era el más agudo de su tribu.
Airi se había quedado sin palabras, apenade. Si el murciélago no volvía nunca sabrían qué le había pasado. Tal vez solo era uno más de todos los animales de la ciudad, pero era una pequeña conexión amable con esa tierra que solo parecía regalarles desgracias. Elle no sabía qué decir, pero quizá Ethan prefería cambiar de tema porque le preguntó qué estaba haciendo.
—Sí, limpiaba… cosas en la cocina —respondió, alzando un poco más lo que tenía entre manos para que lo viese mejor—. Es una tontería, debería estar en cama en realidad. —Suspiró—. Es solo que no quería dormir —matizó, esperando que eso contestase su otra pregunta. Era diferente no tener sueño de tenerlo y tratar de alejarlo por no sentirse vulnerable, por no sumergirse en la incertidumbre de lo que deparaba un nuevo día—. No sé si en eso también somos dos… o tres —añadió con un intento de sonrisa cansada.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
26/07/24, 11:35 pm
La verdad, hubiera preferido alguna mentira piadosa de parte de Airi antes que la opción más lógica y realista. Estaba humanizando demasiado a una bestia solo por ser más pequeña que el resto pero era obvio que no se habría enfadado con él, no importaba tanto como para eso. En el peor de los casos habría muerto a manos de alguna criatura superior, en el mejor estaría danzando en algún lugar donde se alimentaba mejor, fuera cual fuera la opción elegida él seguía perdiendo su constante compañía por las noches. No había nada bueno en aquello, por eso no quiso reincidir en el tema, le dolía más de lo que estaba dispuesto a admitir.
-Oh -Respondió por fin cuando se cambió el enfoque de la conversación. En su tono hubo notoria alegría. -Eres increíble, ni a estas horas descansas un poco.
Obvio que sus palabras venían cargadas de más matices de los que había mencionado. Desde que supo un poco más acerca de la condición de Airi había estado más atenta a la misma, esa conexión extraña que les unía le hacía empatizar muchísimo más con le joven valorando que todo el esfuerzo que hacía por el grupo solía acarrear malas condiciones para su persona. Por eso mismo era el único compañere al que solía cederle el collar sin preguntas ni pretensiones. No es que fuera tampoco un perro acorralado protegiendo su comida, pero aquel colgante se había convertido en su usufructo para sentirse validado y sobre todo, para sentirse algo más ¨normal¨ al poder mitigar más a menudo su condición.
-O quizá más…
Acabó respondiendo a sus palabras con la sonrisa torcida. Entendía bien ese sentimiento pues a esas alturas era compartido. Despiertos al menos tenían un mínimo control sobre lo que hacían… pero dormidos? No, dormidos estaban al yugo cruel de su propia mente. Suspirando se acabó apoyando sobre el muro más cercano a la fuente, dejando su espalda descansar mientras tomaban la vara de madera y se la colocaba entre las piernas a modo de bastón. La postura era desinteresada aunque a veces se le podía escuchar respirar algo más fuerte a medida que se recuperaba del cansancio provocado por el entrenamiento.
-Lo puedo entender, quiero decir, llevo rato huyendo también del sueño. -Respondió con una risa escueta, exhausta. -No puedo evitar dejar de pensar en… todo, pero al menos es eso, pensamientos. Tengo miedo a que si cierro los ojos una parte de ellos vuelvan a ser reales.
Carraspeó incómodo en el sitio pues confesar algo así seguía siendo difícil. No quería recordar, le daba pánico hacerlo. Ahora aún había cierta contención pues su propia mente trabajaba formando un muro para que no se acabara filtrando el horroroso pasado. Serena era un borrón en su memoría, el lápiz no más que un sonido lejano, la caída a los subterráneos se sentía irreal y lo de Aria simplemente era un mal cuento. No, claro que no, todo era horrorosamente real pero al menos, mientras miraba a Airi podía entretenerse en la forma curiosa de sus cuernos o en la disparidad de colores que tenía su pelo natural.
-Sé que quizá suena un poco egoísta pero si te soy honesto, me hubiera gustado no haber ido a ayudar a Serena. -Tomó una pausa, quemado, no le ayudaba nada las horas intempestivas con el saber callarse. -O haber caído lejos de los niños, siento que, siempre estoy en el peor lugar. No quiero ver a nadie más m…
Por fin guardó silencio. Definitivamente estaba hablando de más. Su mirada se desvió al suelo, culpable, pues todo lo que no había dicho se volvía veneno en su boca.
-Oh -Respondió por fin cuando se cambió el enfoque de la conversación. En su tono hubo notoria alegría. -Eres increíble, ni a estas horas descansas un poco.
Obvio que sus palabras venían cargadas de más matices de los que había mencionado. Desde que supo un poco más acerca de la condición de Airi había estado más atenta a la misma, esa conexión extraña que les unía le hacía empatizar muchísimo más con le joven valorando que todo el esfuerzo que hacía por el grupo solía acarrear malas condiciones para su persona. Por eso mismo era el único compañere al que solía cederle el collar sin preguntas ni pretensiones. No es que fuera tampoco un perro acorralado protegiendo su comida, pero aquel colgante se había convertido en su usufructo para sentirse validado y sobre todo, para sentirse algo más ¨normal¨ al poder mitigar más a menudo su condición.
-O quizá más…
Acabó respondiendo a sus palabras con la sonrisa torcida. Entendía bien ese sentimiento pues a esas alturas era compartido. Despiertos al menos tenían un mínimo control sobre lo que hacían… pero dormidos? No, dormidos estaban al yugo cruel de su propia mente. Suspirando se acabó apoyando sobre el muro más cercano a la fuente, dejando su espalda descansar mientras tomaban la vara de madera y se la colocaba entre las piernas a modo de bastón. La postura era desinteresada aunque a veces se le podía escuchar respirar algo más fuerte a medida que se recuperaba del cansancio provocado por el entrenamiento.
-Lo puedo entender, quiero decir, llevo rato huyendo también del sueño. -Respondió con una risa escueta, exhausta. -No puedo evitar dejar de pensar en… todo, pero al menos es eso, pensamientos. Tengo miedo a que si cierro los ojos una parte de ellos vuelvan a ser reales.
Carraspeó incómodo en el sitio pues confesar algo así seguía siendo difícil. No quería recordar, le daba pánico hacerlo. Ahora aún había cierta contención pues su propia mente trabajaba formando un muro para que no se acabara filtrando el horroroso pasado. Serena era un borrón en su memoría, el lápiz no más que un sonido lejano, la caída a los subterráneos se sentía irreal y lo de Aria simplemente era un mal cuento. No, claro que no, todo era horrorosamente real pero al menos, mientras miraba a Airi podía entretenerse en la forma curiosa de sus cuernos o en la disparidad de colores que tenía su pelo natural.
-Sé que quizá suena un poco egoísta pero si te soy honesto, me hubiera gustado no haber ido a ayudar a Serena. -Tomó una pausa, quemado, no le ayudaba nada las horas intempestivas con el saber callarse. -O haber caído lejos de los niños, siento que, siempre estoy en el peor lugar. No quiero ver a nadie más m…
Por fin guardó silencio. Definitivamente estaba hablando de más. Su mirada se desvió al suelo, culpable, pues todo lo que no había dicho se volvía veneno en su boca.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
30/07/24, 01:19 pm
Airi casi quiso reírse al escuchar el halago de Ethan. No era muy increíble ahogar las penas en tareas innecesarias, y ese día no se encontraba mal, con lo que ni en ese sentido tenía mérito. Era diferente en el caso del chico, que no solo compartía su problema sino que además estaba haciendo algo que demandaba muchísimo más esfuerzo. Pero de nada servía compararse, lo que realmente importaba en aquel momento era cómo se sentían: vulnerables, perdidos y sobrepasados por una situación que no habían pedido en primer lugar.
La sinceridad de Ethan al respecto no le sorprendió. Si no tuviese esa clase de pensamientos le parecería más raro, en realidad. Nadie era virtuoso hasta la náusea como para no dudar de lo que hacía o no querer huir de las cosas desagradables. Lo que importaba era que Ethan estaba ahí cuando se le necesitaba, pero tener tan claro lo que pensaba al respecto no hacía más fácil saber cómo transmitirlo.
Airi dejó todos los bártulos que traía en el suelo, cerca del pozo. Con todo encima aquello no parecía una conversación seria, y se estaba convirtiendo en una rápidamente. Además, quería transmitirle que tenía todo el tiempo del mundo para escucharle.
—No eres egoísta, eres una persona normal que intenta ayudar en lo que puede —comenzó diciéndole—. Nadie quiere esto, nadie vino preparado para esto… Lo normal es estar harto. —Inspiró hondo. Airi no había participado tan directamente en nada desagradable, precisamente por su propia inutilidad, así que tenía menos derecho que nadie a juzgar el deseo de huir de todo, que era algo que elle llevaba haciendo desde el principio—. Mientras sigamos aquí van a seguir pasando cosas malas y… —su voz se quebró, delatando que sus ojos se estaban empañando en contra de su voluntad—, no creo que nadie deba juzgar a nadie por no actuar como… como un cazador, o un militar o… lo que sea. Ninguno tendríamos que estar sufriendo por no estar preparados. Para empezar, nada de lo que nos está pasando es culpa nuestra.
Airi se esforzó en mantener un tono normal de voz, evitando respirar por la nariz para que no se notase que le estaban escapando un par de lágrimas. Con disimulo se las secó para que no le delatasen al brillar en la oscuridad.
La sinceridad de Ethan al respecto no le sorprendió. Si no tuviese esa clase de pensamientos le parecería más raro, en realidad. Nadie era virtuoso hasta la náusea como para no dudar de lo que hacía o no querer huir de las cosas desagradables. Lo que importaba era que Ethan estaba ahí cuando se le necesitaba, pero tener tan claro lo que pensaba al respecto no hacía más fácil saber cómo transmitirlo.
Airi dejó todos los bártulos que traía en el suelo, cerca del pozo. Con todo encima aquello no parecía una conversación seria, y se estaba convirtiendo en una rápidamente. Además, quería transmitirle que tenía todo el tiempo del mundo para escucharle.
—No eres egoísta, eres una persona normal que intenta ayudar en lo que puede —comenzó diciéndole—. Nadie quiere esto, nadie vino preparado para esto… Lo normal es estar harto. —Inspiró hondo. Airi no había participado tan directamente en nada desagradable, precisamente por su propia inutilidad, así que tenía menos derecho que nadie a juzgar el deseo de huir de todo, que era algo que elle llevaba haciendo desde el principio—. Mientras sigamos aquí van a seguir pasando cosas malas y… —su voz se quebró, delatando que sus ojos se estaban empañando en contra de su voluntad—, no creo que nadie deba juzgar a nadie por no actuar como… como un cazador, o un militar o… lo que sea. Ninguno tendríamos que estar sufriendo por no estar preparados. Para empezar, nada de lo que nos está pasando es culpa nuestra.
Airi se esforzó en mantener un tono normal de voz, evitando respirar por la nariz para que no se notase que le estaban escapando un par de lágrimas. Con disimulo se las secó para que no le delatasen al brillar en la oscuridad.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
02/08/24, 11:07 pm
Ethan se revolvió incómodo en el sitio mientras escuchaba hablar a Airi, no porque no tuviera razón si no porque precisamente la tenía. La situación quemaba y en esos momentos era donde más pesaba la idea de que nadie tenía siquiera una edad justa para enfrentarse a todo eso. Eran putos críos tratando de hacerse pasar por adultos, todo por sobrevivir, por seguir adelante. Su mirada se desvió al arma que cargaba cuando mencionó lo de no ser cazadores, sus manos se abrieron y se cerraron sobre la misma a medida que notaba el escozor de alarma tras la sien. No quería llorar cuando debía de ser del grupo ¨fuerte¨ pero era complicado no ponerse emocional cuando precisamente todo era tan complicado.
-Perdón. -Mencionó más al aire que a nadie en particular, como otras tantas veces que esa palabra quedaba perdida en el olvido. No había nada que perdonar, y aún así se sentía culpable por absolutamente todo. -Nunca me he pegado contra nadie, en plan, en serio y tampoco he tenido que.. curar nada grave.
Se encogió de hombros en el sitio como si aquello fuera un secreto inconcebible, como si estuviera rompiendo una máscara que ninguno de ellos se podía permitir perder. No tenía magia pero es que su ineptitud iba mucho más allá que ese resquemor. No era un guerrero, ni médico, ni tampoco era un buen hermano mayor. Era un chaval tan absurdamente normal que ahora le pesaba en el alma ver cómo su vida tan cotidiana no le había preparado para unos juegos tan bélicos.
-Si tienes razón…
Asintió en bajo antes de dejar la lanza apartada, como si el mero contacto le quemara. La escasa luz del exterior dificultaba discernir cuánto de mal podía estar pasándolo su compañere, pero no le hacía falta ver un acto así para querer acercarse a elle apenado. Si él lo estaba pasando horrendamente mal solo con las suposiciones no quería ni imaginarse cómo era todo aquello para los más pequeños del torreón, y no porque considerase a Airi como une niñe si no al contrario, porque a veces deseaba que pudiera serlo un poco más.
-En verdad, nunca se lo que hago, me siento muy estúpido tratando de fingir que sí. -Suspiro en una risa queda antes de abrazar a Airi a la altura de los hombros, un gesto cariñoso en el que aprovechaba la diferente altura para poderla espachurrar con un poco más de ánimo. Su vista quedó perdida en la fuente, en la vela que a cada instante ardía un poco menos. -Me da miedo todo esto pero, quiero que volváis a casa, sea como sea solo… no se como hacerlo. No se como puedo ayudaros bien.
Su garganta escocía en alarma, un picor que le llevó a parpadear repetidamente para no perder el hilo de lo que quería decir. Joder, es que llevaba siendo el hermano pequeño tantos años, que le estaba costando de sobremanera aprender a ser lo contrario. ¿En esto consistía ser el mayor? ¿En verse deseoso de proteger a los demás pero encontrarse con la frustración de no poder hacerlo? ¿En sentirse culpable por tener emociones humanas porque le tocaba a él ser quien estuviera allí para los demás? Su vista quedó difusa pero ya no sabía si era por las lágrimas o no.
-Perdón. -Mencionó más al aire que a nadie en particular, como otras tantas veces que esa palabra quedaba perdida en el olvido. No había nada que perdonar, y aún así se sentía culpable por absolutamente todo. -Nunca me he pegado contra nadie, en plan, en serio y tampoco he tenido que.. curar nada grave.
Se encogió de hombros en el sitio como si aquello fuera un secreto inconcebible, como si estuviera rompiendo una máscara que ninguno de ellos se podía permitir perder. No tenía magia pero es que su ineptitud iba mucho más allá que ese resquemor. No era un guerrero, ni médico, ni tampoco era un buen hermano mayor. Era un chaval tan absurdamente normal que ahora le pesaba en el alma ver cómo su vida tan cotidiana no le había preparado para unos juegos tan bélicos.
-Si tienes razón…
Asintió en bajo antes de dejar la lanza apartada, como si el mero contacto le quemara. La escasa luz del exterior dificultaba discernir cuánto de mal podía estar pasándolo su compañere, pero no le hacía falta ver un acto así para querer acercarse a elle apenado. Si él lo estaba pasando horrendamente mal solo con las suposiciones no quería ni imaginarse cómo era todo aquello para los más pequeños del torreón, y no porque considerase a Airi como une niñe si no al contrario, porque a veces deseaba que pudiera serlo un poco más.
-En verdad, nunca se lo que hago, me siento muy estúpido tratando de fingir que sí. -Suspiro en una risa queda antes de abrazar a Airi a la altura de los hombros, un gesto cariñoso en el que aprovechaba la diferente altura para poderla espachurrar con un poco más de ánimo. Su vista quedó perdida en la fuente, en la vela que a cada instante ardía un poco menos. -Me da miedo todo esto pero, quiero que volváis a casa, sea como sea solo… no se como hacerlo. No se como puedo ayudaros bien.
Su garganta escocía en alarma, un picor que le llevó a parpadear repetidamente para no perder el hilo de lo que quería decir. Joder, es que llevaba siendo el hermano pequeño tantos años, que le estaba costando de sobremanera aprender a ser lo contrario. ¿En esto consistía ser el mayor? ¿En verse deseoso de proteger a los demás pero encontrarse con la frustración de no poder hacerlo? ¿En sentirse culpable por tener emociones humanas porque le tocaba a él ser quien estuviera allí para los demás? Su vista quedó difusa pero ya no sabía si era por las lágrimas o no.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
07/08/24, 01:44 pm
Airi no entendió por qué Ethan pedía perdón, o a quién. Lo que dijo a continuación no era algo malo: no era un problema ser personas normales, sino haber acabado allí. Por eso se tranquilizó cuando le dio la razón, sintiendo alivio de que supiese que no tenía que fingir. Encima de todo lo que se les había venido encima, no necesitaban ocultar cómo se sentían o fingir ser quiénes no eran.
Le sanaí no vio venir el abrazo. Estaba apartando la mirada para que no se diese cuenta de sus lágrimas, que quería que desaparecieran cuanto antes. Le había escuchado dejar la lanza y acercarse, pero cuando llegó el abrazo se lo devolvió sin reservas. Si no tenían que fingir, elle tampoco debía fingir que estaba bien.
—Todos tenemos que volver a casa, tú también, no es tu responsabilidad —le dijo, y se sorbió la nariz con toda la suavidad que pudo—. Hay muchas cosas que no podemos controlar y creo que todos estamos haciéndolo lo mejor que… que sabemos.
Airi se apartó para mirarle cara a cara, buscando sus manos para apretarlas, transmitiéndole apoyo, fuerza y comprensión.
»Pase lo que pase, no va a ser realmente culpa de ninguno de nosotros… Da igual qué. Es lo que pienso.
Su mirada podía estar bañada por los restos de las lágrimas que se le habían escapado, pero en ese momento transmitía una firmeza que daba veracidad a sus palabras. Eran víctimas, secuestrados, y los más débiles entre estos. No era algo de lo que debiesen avergonzarse porque en sus vidas anteriores, de las que los habían sacado sin explicaciones claras, no necesitaban ninguna de las fortalezas que ahora se les pedían. Airi sentía lástima de sí misme, sí, pero a la vez había en elle un rencor profundo que le mantenía en pie en momentos como aquel.
Le sanaí no vio venir el abrazo. Estaba apartando la mirada para que no se diese cuenta de sus lágrimas, que quería que desaparecieran cuanto antes. Le había escuchado dejar la lanza y acercarse, pero cuando llegó el abrazo se lo devolvió sin reservas. Si no tenían que fingir, elle tampoco debía fingir que estaba bien.
—Todos tenemos que volver a casa, tú también, no es tu responsabilidad —le dijo, y se sorbió la nariz con toda la suavidad que pudo—. Hay muchas cosas que no podemos controlar y creo que todos estamos haciéndolo lo mejor que… que sabemos.
Airi se apartó para mirarle cara a cara, buscando sus manos para apretarlas, transmitiéndole apoyo, fuerza y comprensión.
»Pase lo que pase, no va a ser realmente culpa de ninguno de nosotros… Da igual qué. Es lo que pienso.
Su mirada podía estar bañada por los restos de las lágrimas que se le habían escapado, pero en ese momento transmitía una firmeza que daba veracidad a sus palabras. Eran víctimas, secuestrados, y los más débiles entre estos. No era algo de lo que debiesen avergonzarse porque en sus vidas anteriores, de las que los habían sacado sin explicaciones claras, no necesitaban ninguna de las fortalezas que ahora se les pedían. Airi sentía lástima de sí misme, sí, pero a la vez había en elle un rencor profundo que le mantenía en pie en momentos como aquel.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
12/09/24, 09:19 pm
Ethan agradeció en silencio cuando notó el agarre firme de le joven. Los abrazos así no se daban todos los días, aunque quizá en esa ciudad fuera necesario darlos más a menudo. El frío de aquel lugar y su extraña soledad desaparecía durante los segundos donde el calor hogareño se compartía en brazos ajenos, por eso, siendo egoísta lo alargo cuanto pudo. Hasta que Airi empezó a hablar y el enlace se desligó con la suavidad de una brisa primaveral. Seguía sosteniendo sus manos, un gesto que se le antojo injustamente maduro para la corta edad que tenía Airi.
-Gracias - Murmuró en una sinceridad vergonzosa. El miedo de perder aquel contacto le hizo desviar la vista hacía un lado, tratando entre pestañeos de controlar las lágrimas que luchaban por escapar. -Dios, me siento estúpidamente suertudo porque a pesar de todo, me alegro mucho de haberos conocido.
Y es que, era verdad. Había pasado de una casa horrorosamente silenciosa a un hogar lleno de voces, le habían separado de una fría lápida para juntarlo a la hoguera de una compañía reconfortante. Sí, aquel lugar era una pesadilla, pero al menos era un mal sueño compartido. Su habitación tan vacía quedaba poco a poco desdibujada de su memoria pues las lágrimas que ahora descendían silenciosas por sus mejillas purificaban unos malos recuerdos que cada vez se le hacían más lejanos.
-Ay, Airi, cuando vinieron a por mi, me recogieron de un cementerio. Yo no tengo un hogar al que quiera volver, no hay nadie esperándome. -Sonrió a pesar de ello, como si ese detalle fuera una ventaja tan mustia que hacía temblar su propia convicción. -Se que no podemos luchar contra todo, somos bueno… eso, chavales. Pero no es, no exagero, no es un decir. Si lucho por vosotros es porque es lo único que ahora mismo me da fuerzas para querer seguir.
Su voz tembló en el último momento, una antesala que le hizo soltar una de las manos de su compañera para poder secarse parte del rostro con la manga manchada de su blusa. Era muy difícil admitir un secreto que solo Connor conocía, pero más difícil era asumir que a pesar de todo lo que quisiera demostrar era de los más dependientes del torreón. Si no contara con ellos, si no tuviera nadie a quien querer… No se sentía lo suficientemente valiente para recorrer ningún camino solo.
-Por eso, por favor, por favor… -Rogó a medida que las emociones le desbordaban en un titubeo absurdo. -Si alguna vez tengo que hacer algo desagradable, por favor, no me des la espalda. No me importa ser quien se manche las manos, pero.. por favor…
-Gracias - Murmuró en una sinceridad vergonzosa. El miedo de perder aquel contacto le hizo desviar la vista hacía un lado, tratando entre pestañeos de controlar las lágrimas que luchaban por escapar. -Dios, me siento estúpidamente suertudo porque a pesar de todo, me alegro mucho de haberos conocido.
Y es que, era verdad. Había pasado de una casa horrorosamente silenciosa a un hogar lleno de voces, le habían separado de una fría lápida para juntarlo a la hoguera de una compañía reconfortante. Sí, aquel lugar era una pesadilla, pero al menos era un mal sueño compartido. Su habitación tan vacía quedaba poco a poco desdibujada de su memoria pues las lágrimas que ahora descendían silenciosas por sus mejillas purificaban unos malos recuerdos que cada vez se le hacían más lejanos.
-Ay, Airi, cuando vinieron a por mi, me recogieron de un cementerio. Yo no tengo un hogar al que quiera volver, no hay nadie esperándome. -Sonrió a pesar de ello, como si ese detalle fuera una ventaja tan mustia que hacía temblar su propia convicción. -Se que no podemos luchar contra todo, somos bueno… eso, chavales. Pero no es, no exagero, no es un decir. Si lucho por vosotros es porque es lo único que ahora mismo me da fuerzas para querer seguir.
Su voz tembló en el último momento, una antesala que le hizo soltar una de las manos de su compañera para poder secarse parte del rostro con la manga manchada de su blusa. Era muy difícil admitir un secreto que solo Connor conocía, pero más difícil era asumir que a pesar de todo lo que quisiera demostrar era de los más dependientes del torreón. Si no contara con ellos, si no tuviera nadie a quien querer… No se sentía lo suficientemente valiente para recorrer ningún camino solo.
-Por eso, por favor, por favor… -Rogó a medida que las emociones le desbordaban en un titubeo absurdo. -Si alguna vez tengo que hacer algo desagradable, por favor, no me des la espalda. No me importa ser quien se manche las manos, pero.. por favor…
No quiero volver a estar solo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
15/09/24, 07:03 pm
La sinceridad de Ethan al confesarle que sentía que era una suerte conocerles a pesar de haber acabado en aquel lugar le cogió por sorpresa. Airi podía notar la amargura que le producía poner todo lo que les había ocurrido en una balanza y darse cuenta de que no se veía capaz de decir lo mismo. En aquel momento pensar eso le hizo sentirse una mala amistad, y necesitó recomponerse del golpe recordando que aquella inseguridad era su miedo hablando. Les quería, había hecho amigos y conocido cosas que jamás hubiese imaginado siquiera que existían, pero solo podía pensar en la sangre derramada, sus familias desesperadas, y las amenazas constantes que se cernían sobre ellos. Sí había algo que era cierto, y fue lo que le respondió con sinceridad en vez de hacerse eco de sus palabras.
—Y yo no puedo alegrarme más de que vosotros os hayáis convertido en mis compañeros.
Le sanaí pensó que tal vez esa conversación acabaría ahí, o que buscarían consuelo desahogándose de sus preocupaciones del día a día. En vez de eso, Ethan le contó algo de su pasado que desconocía, y que le hizo enmudecer. Aquellas pocas palabras fueron suficientes para intensificar sus lágrimas, notando la soledad de Ethan en sus carnes. Elle conocía la soledad, aunque no de la misma manera. Sin su madre, había tenido a su hemana, y sin su hemana había tenido a Lihkos, e incluso a Rased. Su tribu siempre estaba con elle. La vida de los humanos, en cambio, era mucho más solitaria. La tribu Damian y la de Connor eran grandes, pero había aprendido que se trataba de excepciones. Aniol solo tenía a su familia, aunque fuese grande, y recordaba que Rick y Aria habían vivido en casas prácticamente vacías.
Tal vez nunca le había preguntado a Ethan sobre sus padres porque él mismo no sacaba el tema. Le dolía darse cuenta de lo poco que sabía de él, pero no le gustaba hacer preguntas personales si la situación no era propicia, y aquella no lo era. Saber que estaba solo era suficiente para empatizar con su dolor, escucharle, y entender su petición. Las lágrimas rodaban por sus mejillas sin contención cuando negó con efusividad. Ya no necesitaba tratar de ocultarlas si él tampoco lo estaba haciendo.
—Por supuesto que no voy a darte la espalda. No hemos elegido estar aquí, no hemos… —dijo con voz entrecortada. Sabía que Ethan no era violento. Tal vez no podía decir lo mismo de Connor, a quien tampoco conocía tan bien, pero Ethan no necesitaba explicarle que no estaba haciendo aquello por gusto. Tal vez, algún día, quien haría algo horrible sería elle. A veces pensaba que les perdería si, precisamente, no era capaz de hacerlo. Que Ethan albergase esa clase de dudas aligeraba un poco más las suyas propias.
»No puedo decir que todo vaya a ir bien, pero si hay algo que no podemos perder es… esto, esta tribu. No importa las diferencias que tengamos entre nosotros, al final estamos… estamos intentando mantenernos vivos unos a otros. Cada uno como sabe. —Airi tenía dudas, por supuesto. Podía recordar a Connor exprimiendo el animal del bosque y no sabía si sería capaz de mirarle de la misma manera si le hiciese eso a una criatura pensante y viva. No creía a Ethan capaz de llegar a tanto y por eso podía asegurarle que nunca le guardaría rencor, pero una parte de elle temía que llegase el día en que tuviese miedo de alguno de sus propios compañeros.
»Si alguna vez ocurre algo que nos distancie —añadió con convicción, pues lo que respectaba a ellos dos lo tenía más claro— me aseguraré de que lo hablemos.
Le dedicó una pequeña sonrisa que duró lo que tardó en recordar que la soledad también podía provenir de la muerte. Aquel pensamiento ominoso fue duro de ignorar, pero lo empujó con fuerza al fondo de su mente. Sobre aquella soledad que Ethan parecía conocer bien no podía anticipar ningún tipo de consuelo.
—Y yo no puedo alegrarme más de que vosotros os hayáis convertido en mis compañeros.
Le sanaí pensó que tal vez esa conversación acabaría ahí, o que buscarían consuelo desahogándose de sus preocupaciones del día a día. En vez de eso, Ethan le contó algo de su pasado que desconocía, y que le hizo enmudecer. Aquellas pocas palabras fueron suficientes para intensificar sus lágrimas, notando la soledad de Ethan en sus carnes. Elle conocía la soledad, aunque no de la misma manera. Sin su madre, había tenido a su hemana, y sin su hemana había tenido a Lihkos, e incluso a Rased. Su tribu siempre estaba con elle. La vida de los humanos, en cambio, era mucho más solitaria. La tribu Damian y la de Connor eran grandes, pero había aprendido que se trataba de excepciones. Aniol solo tenía a su familia, aunque fuese grande, y recordaba que Rick y Aria habían vivido en casas prácticamente vacías.
Tal vez nunca le había preguntado a Ethan sobre sus padres porque él mismo no sacaba el tema. Le dolía darse cuenta de lo poco que sabía de él, pero no le gustaba hacer preguntas personales si la situación no era propicia, y aquella no lo era. Saber que estaba solo era suficiente para empatizar con su dolor, escucharle, y entender su petición. Las lágrimas rodaban por sus mejillas sin contención cuando negó con efusividad. Ya no necesitaba tratar de ocultarlas si él tampoco lo estaba haciendo.
—Por supuesto que no voy a darte la espalda. No hemos elegido estar aquí, no hemos… —dijo con voz entrecortada. Sabía que Ethan no era violento. Tal vez no podía decir lo mismo de Connor, a quien tampoco conocía tan bien, pero Ethan no necesitaba explicarle que no estaba haciendo aquello por gusto. Tal vez, algún día, quien haría algo horrible sería elle. A veces pensaba que les perdería si, precisamente, no era capaz de hacerlo. Que Ethan albergase esa clase de dudas aligeraba un poco más las suyas propias.
»No puedo decir que todo vaya a ir bien, pero si hay algo que no podemos perder es… esto, esta tribu. No importa las diferencias que tengamos entre nosotros, al final estamos… estamos intentando mantenernos vivos unos a otros. Cada uno como sabe. —Airi tenía dudas, por supuesto. Podía recordar a Connor exprimiendo el animal del bosque y no sabía si sería capaz de mirarle de la misma manera si le hiciese eso a una criatura pensante y viva. No creía a Ethan capaz de llegar a tanto y por eso podía asegurarle que nunca le guardaría rencor, pero una parte de elle temía que llegase el día en que tuviese miedo de alguno de sus propios compañeros.
»Si alguna vez ocurre algo que nos distancie —añadió con convicción, pues lo que respectaba a ellos dos lo tenía más claro— me aseguraré de que lo hablemos.
Le dedicó una pequeña sonrisa que duró lo que tardó en recordar que la soledad también podía provenir de la muerte. Aquel pensamiento ominoso fue duro de ignorar, pero lo empujó con fuerza al fondo de su mente. Sobre aquella soledad que Ethan parecía conocer bien no podía anticipar ningún tipo de consuelo.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
10/10/24, 12:05 am
Su primer intento de dar unas gracias murió al poco de salir por sus labios, como una risa queda un tanto rota por la situación. Escuchar a Airi decirle aquello, aunque en parte ya supiera que iba a ser así fue reconfortante, como un salvavidas que llegaba a tiempo para evitar una catástrofe, y es que una pequeña parte de él, tan ínfima que permanecía aletargada creía en esa posibilidad. En qué podría salir en algún momento a flote y en que a pesar de no tener vida a la que regresar, quizá y solo quizá les darían la opción de comenzar una nueva. Tenía que refugiarse en esa idea, en que habría algún consuelo tras tanta tragedia o un mísero premio tras haber sobrevivido todo este tiempo.
Porque desde luego no quería volver a la que era su casa, no después de haber redescubierto entre las paredes frías del torreón lo que era volver a tener compañía.
-Gracias -Logró decir esta vez un poco menos roto, terminando de limpiar sus lágrimas antes de dedicarle una sonrisa sincera a le joven. Claro que la tristeza seguía empañando su rostro, pero al menos sabía que podía compartir parte de la misma. -Ay, perdón… Si tienes razón, es todo, bueno, un despropósito, pero al menos estamos juntos.
Le hubiera gustado remarcar que lo podrían seguir estando, que saldrían de allí más unidos, pero al igual que lo que ocurría en la mente de la Sanai se veía incapaz de pronunciar medias verdaderas. Dolían demasiado como para sacarlas a la luz en una conversación tan sincera.
-Perdona el desastre, si es que confío en ti, siempre estás ahí para todos. No lo olvido.
Le hubiera gustado poder dedicarle una sonrisa menos rota que la que tenía pero se contentó con poder regalar una suave risa, una de las que salían empapadas en lágrimas, con una alegría modesta teñida de un matiz azulado. Fue entonces, como si hubiera logrado reconectar a una conversación anterior que su vista regresó al pozo. Al fin de cuentas, había interrumpido los planes de su compañere.
-Oh uhm, perdón no se ya ni que venías a hacer. Si quieres te ayudo y ehm, luego puedo calentar un par de vasos de leche. -Señaló algo distraído hacía el salón. -Quiero decir… ya que ninguno va a irse a dormir, que menos que estar acompañados.
Había genuino ánimo en aquel plan, pues sabía que aún harto de llorar no iba a lograr conciliar el sueño tan pronto. Al menos, tras haber perdido la escasa luz que le quedaba en el patio había recordado que tenía una más pequeña que a pesar de todo, seguía haciendo lo imposible por iluminar y aportar calor al resto de sus compañeros. Desde luego que ya no había fuego, pero lejos de lo que esa ciudad quería, aún quedaba mucho para estar a oscuras.
Porque desde luego no quería volver a la que era su casa, no después de haber redescubierto entre las paredes frías del torreón lo que era volver a tener compañía.
-Gracias -Logró decir esta vez un poco menos roto, terminando de limpiar sus lágrimas antes de dedicarle una sonrisa sincera a le joven. Claro que la tristeza seguía empañando su rostro, pero al menos sabía que podía compartir parte de la misma. -Ay, perdón… Si tienes razón, es todo, bueno, un despropósito, pero al menos estamos juntos.
Le hubiera gustado remarcar que lo podrían seguir estando, que saldrían de allí más unidos, pero al igual que lo que ocurría en la mente de la Sanai se veía incapaz de pronunciar medias verdaderas. Dolían demasiado como para sacarlas a la luz en una conversación tan sincera.
-Perdona el desastre, si es que confío en ti, siempre estás ahí para todos. No lo olvido.
Le hubiera gustado poder dedicarle una sonrisa menos rota que la que tenía pero se contentó con poder regalar una suave risa, una de las que salían empapadas en lágrimas, con una alegría modesta teñida de un matiz azulado. Fue entonces, como si hubiera logrado reconectar a una conversación anterior que su vista regresó al pozo. Al fin de cuentas, había interrumpido los planes de su compañere.
-Oh uhm, perdón no se ya ni que venías a hacer. Si quieres te ayudo y ehm, luego puedo calentar un par de vasos de leche. -Señaló algo distraído hacía el salón. -Quiero decir… ya que ninguno va a irse a dormir, que menos que estar acompañados.
Había genuino ánimo en aquel plan, pues sabía que aún harto de llorar no iba a lograr conciliar el sueño tan pronto. Al menos, tras haber perdido la escasa luz que le quedaba en el patio había recordado que tenía una más pequeña que a pesar de todo, seguía haciendo lo imposible por iluminar y aportar calor al resto de sus compañeros. Desde luego que ya no había fuego, pero lejos de lo que esa ciudad quería, aún quedaba mucho para estar a oscuras.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sin fuego solo queda oscuridad
21/10/24, 12:42 am
A Airi no le importaban las sonrisas rotas o bañadas en lágrimas. Lo que le importaba era la sinceridad detrás del gesto, y eso era lo que estaba viendo. No solo eso, sino que sentir que era digne de depositar confianza en elle le hacía bien. Siempre se había sentido prescindible, incluso en su propia tribu, y aquella cosa que se le daba bien era la única que quería su madre que no hiciese. No le gustaba que en su nueva tribu siguiese sintiéndose un lastre, quería al menos ayudar de alguna manera, fuese traduciendo hechizos o sabiendo escuchar.
Le sanaí le devolvió una sonrisa bañada en lágrimas parecida, y con voz entrecortada dijo:
—Gracias. Yo también confío en ti.
Estaba ahí para todos, siempre dispuesto. Si necesitaba alguien con quien hablar, él nunca le rechazaba, y viceversa. Agradecía aquella amistad muchísimo, y en momentos como aquel sus dudas respecto a todo se hacían un poco más pequeñas.
Ethan le hizo volver a la realidad recordándole a qué había salido al pozo. Ya ni siquiera importaba, y pensar en lo centrade que había estado en la tarea hasta hacía un momento le parecía ridículo.
—Estaba ocupando el tiempo limpiando, pero no es nada que no pueda hacer mañana. Solo quería distraerme, así que… Creo que acepto ese vaso ahora mismo —confirmó con una sonrisa.
Quería alargar aquel instante de paz, donde sus emociones parecían haberse estabilizado. Al día siguiente volverían las dudas, el miedo y los pensamientos sombríos; incluso en ese momento estaban con elle, pero no pesaban tanto como de costumbre.
Le sanaí le devolvió una sonrisa bañada en lágrimas parecida, y con voz entrecortada dijo:
—Gracias. Yo también confío en ti.
Estaba ahí para todos, siempre dispuesto. Si necesitaba alguien con quien hablar, él nunca le rechazaba, y viceversa. Agradecía aquella amistad muchísimo, y en momentos como aquel sus dudas respecto a todo se hacían un poco más pequeñas.
Ethan le hizo volver a la realidad recordándole a qué había salido al pozo. Ya ni siquiera importaba, y pensar en lo centrade que había estado en la tarea hasta hacía un momento le parecía ridículo.
—Estaba ocupando el tiempo limpiando, pero no es nada que no pueda hacer mañana. Solo quería distraerme, así que… Creo que acepto ese vaso ahora mismo —confirmó con una sonrisa.
Quería alargar aquel instante de paz, donde sus emociones parecían haberse estabilizado. Al día siguiente volverían las dudas, el miedo y los pensamientos sombríos; incluso en ese momento estaban con elle, pero no pesaban tanto como de costumbre.
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