Discurso de bienvenida
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Red
Manasard
Tak
Lathspell
Seth
Evanna
Giniroryu
11 participantes
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- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Discurso de bienvenida
05/11/15, 02:10 pm
[Evento para los cosechados de la 7ª generación que se hallen presentes en este momento en la Plaza de la Fuente. Se rolea aquí directamente. Si alguno tiene dudas sobre los miembros del consejo mencionados, que mire aquí.]
Garoni y Gahna llegaron volando, el primero mediante magia y la segunda utilizando sus alas y permanecieron levitando a poca distancia sobre la Fuente. Un vistazo rápido para confirmar que se encontraba allí una parte muy reducida de la totalidad de esencias encontradas aquel año no los detuvo. A lo mejor el resto ya se había muerto, o tal vez aquel año habían cosechado a un grupo especialmente lento: no les importaba en lo más mínimo.
—Bienvenidos a Rocavarancolia, nuevos elegidos —comenzó la mujer reptil gesticulando en dirección a los cosechados con un movimiento de su brazo—. Bienvenidos a vuestra única oportunidad para demostrar vuestra valía.
—Si es que tenéis algún valor —apostilló la fría voz de Garoni—. Hasta la llegada de la Luna Roja deberéis demostrar que sois rentables.
—Que sois aptos —tomó el relevo Gahna—. No os preocupéis por cómo lo averiguaréis: si lo sois lo sabréis en cuanto la Luna Roja se alce sobre vuestras cabezas.
Hubo un silencio prolongado durante el cual, aunque los cosechados no podían saberlo, ambos miembros del Consejo intentaban pasarse el marón el uno al otro telepáticamente de continuar el tedioso discurso. Una promesa en forma de beneficio económico convenció a Garoni para retomar la palabra.
—Mientras tanto, sois libres de vagabundear por las calles de Rocavarancolia siempre y cuando no os acerquéis a los lugares que estáis contemplando ahora mismo en vuestras mentes.
Una serie de imágenes del Castillo, Rocavaragálago y el Panteón Real se sucedieron en las mentes de los presentes.
>>Pero no creáis que tenéis una sola oportunidad de llegar a ver la Luna si no hacéis uso de los refugios que el Consejo os ofrece desinteresadamente —pronunció la frase con cierto desdén y les dedicó una mirada con la que pretendía transmitir que debían sentirse agradecidos de que así fuera—. Aprovechar los recursos de los que disponéis será la clave para vuestro éxito. Nadie puede ayudaros, pues no se podría separar los diamantes en bruto de las falsificaciones si así fuera. Buena suerte, la necesitaréis.
La momia ya se había girado para irse, aunque la maga y hermana de dragones permaneció inmóvil, observando como su compañero pretendía emprender la marcha. Suspiró: estaba segura de que Garoni lo había hecho a propósito.
—Ahorra hasta en sílabas —masculló entre dientes de forma que los cosechados no pudieron entender lo que había dicho. A continuación alzó la voz, mientras la momia ya se perdía en la distancia—. Y seguid las bañeras que saldrán a diario. En ellas se encontrará vuestro suministro diario de comida. Pronto llegará la primera.
La maga emprendió entonces el vuelo siguiendo la estela de Garoni mientras refunfuñaba para sí. El final del discurso le había quedado extraño porque la vieja momia había decidido despedirse antes de lo que correspondía.
Garoni y Gahna llegaron volando, el primero mediante magia y la segunda utilizando sus alas y permanecieron levitando a poca distancia sobre la Fuente. Un vistazo rápido para confirmar que se encontraba allí una parte muy reducida de la totalidad de esencias encontradas aquel año no los detuvo. A lo mejor el resto ya se había muerto, o tal vez aquel año habían cosechado a un grupo especialmente lento: no les importaba en lo más mínimo.
—Bienvenidos a Rocavarancolia, nuevos elegidos —comenzó la mujer reptil gesticulando en dirección a los cosechados con un movimiento de su brazo—. Bienvenidos a vuestra única oportunidad para demostrar vuestra valía.
—Si es que tenéis algún valor —apostilló la fría voz de Garoni—. Hasta la llegada de la Luna Roja deberéis demostrar que sois rentables.
—Que sois aptos —tomó el relevo Gahna—. No os preocupéis por cómo lo averiguaréis: si lo sois lo sabréis en cuanto la Luna Roja se alce sobre vuestras cabezas.
Hubo un silencio prolongado durante el cual, aunque los cosechados no podían saberlo, ambos miembros del Consejo intentaban pasarse el marón el uno al otro telepáticamente de continuar el tedioso discurso. Una promesa en forma de beneficio económico convenció a Garoni para retomar la palabra.
—Mientras tanto, sois libres de vagabundear por las calles de Rocavarancolia siempre y cuando no os acerquéis a los lugares que estáis contemplando ahora mismo en vuestras mentes.
Una serie de imágenes del Castillo, Rocavaragálago y el Panteón Real se sucedieron en las mentes de los presentes.
>>Pero no creáis que tenéis una sola oportunidad de llegar a ver la Luna si no hacéis uso de los refugios que el Consejo os ofrece desinteresadamente —pronunció la frase con cierto desdén y les dedicó una mirada con la que pretendía transmitir que debían sentirse agradecidos de que así fuera—. Aprovechar los recursos de los que disponéis será la clave para vuestro éxito. Nadie puede ayudaros, pues no se podría separar los diamantes en bruto de las falsificaciones si así fuera. Buena suerte, la necesitaréis.
La momia ya se había girado para irse, aunque la maga y hermana de dragones permaneció inmóvil, observando como su compañero pretendía emprender la marcha. Suspiró: estaba segura de que Garoni lo había hecho a propósito.
—Ahorra hasta en sílabas —masculló entre dientes de forma que los cosechados no pudieron entender lo que había dicho. A continuación alzó la voz, mientras la momia ya se perdía en la distancia—. Y seguid las bañeras que saldrán a diario. En ellas se encontrará vuestro suministro diario de comida. Pronto llegará la primera.
La maga emprendió entonces el vuelo siguiendo la estela de Garoni mientras refunfuñaba para sí. El final del discurso le había quedado extraño porque la vieja momia había decidido despedirse antes de lo que correspondía.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Discurso de bienvenida
05/11/15, 05:39 pm
Vió pasar a todo el mundo para beber y como ya se iba a formando un grupito en torno al mencionado Milo, aquel chico igual a su compañera ahogadora cuyo nombre aun no sabía. Pam apenas si presto mucha atención a las presentaciones, cuando algo interrumpió tapando la fuente con su sombra. La niña levanto la vista y el susto al ver a esas dos figuras volando sobre su cabeza, una mas monstruosa que la otra, fue tal que en un intento de retroceder, lo hizo en dirección contraria y se cayo dentro de la pileta. Comenzó a toser habiendo tragando aun mas de esa agua, a tiempo de alcanzar a escuchar con ojos abiertos como platos, paralizada y temblando por el frío y el miedo las palabras de aquellas dos figuras.
Porque no tenia otra forma de calificarlas, pues hasta cierto punto entendía que la figura retiliana volara teniendo alas pero el que lo hiciera la otra no era nada normal, parecía humanoide, pero flotaba sin alas. Y eso era únicamente lo insignificante de todo lo lo mal que había en esos dos. << Que majo >> pensó Pam con sarcasmo ante las palabras del tipo con toga ante lo de ser rentable. Le recordaba tanto a lo de ser útil como esclavo que le ponía el apenas vello que poseía de punta, ¿o tal vez era el frío?.
La mención de la Luna Roja ya si fue algo desconcertante. ¿Era un juego de palabras? La que ella conocía de toda la vida era simplemente blanca, ni roja ni leches y era visible en el cielo todas las noches. << ¿Acaso pasa algo en el cielo por la noche? >> pensó confundida, tiritando de frío pues no se atrevía ni a moverse. Unas imágenes en su mente le sobresaltaron, mirando a todas partes al darse cuenta que esos lugares no estaban a la vista en aquellos momentos, ni los había visto en su vida, pero de algún modo los recordaba como si acabara de verlos segundos antes. Pam estaba sin habla con tan credulidad en sus facciones que era difícil de concebir.
Aun así tuvo suficiente entereza para aceptar que le resultaba irritante la forma de hablar del tipo cubierto en telas. Había vivido durante su vida el desprecio y el desdén millones de veces, como para notarlo a leguas, por lo que tuvo que morder la lengua para no decirle unas cuantas palabritas al tipo ese. Solo prestó atención a la parte improtante de sus palabras olvidándose del tono usado, como era por ejemplo el hecho de que tenia refugios donde guarecerse o que no podían recibir ayuda para separar originales de falsos. Pam se inquieto con aquellas palabras. Dama Aroma le había dicho que era especial, no se podía estar confundiendo. Ella no era falsa, seguro que no.
El tipo 'majo' fui sustituido por la reptiliana alada, luciendo mas inquietante para Pam pero menos malaje al hablar. Pam lo agradeció, pues la forma de hablar de su acompañante le ponía nerviosa, por mas que ella le diera mas miedo por su aspecto.
Lo de seguir a las bañeras le sonó tan bizarro como todo lo demás, pero a esas alturas Pam solo aceptaba y luego ya, sin miedo en el cuerpo, procesaría con calma. La niña no supo que había estado conteniendo el aliento casi durante todo ese discurso, hasta que no lo expulso de golpe tras verlo alejarse por el aire.
Salio de la fuente, tiritando visiblemente con el poncho pesándole mas y pegándose a su cuerpo.
-Esto es una autentica mierda de tirada - dijo Pam con el miedo aun en su voz mezclado con el fastidio. Al final si era verdad que estaba jugando una especie de juego de Rol donde solo tocaba sobrevivir y para hacerlo, iba a tener que acercarse al grueso del grupo, si o si- Deberíamos buscar esos refugios. -fue lo siguiente que dijo acercándose al nutrido grupo mientras intentaba exprimir el exceso de agua del bajo del poncho, sin mucho éxito.
Porque no tenia otra forma de calificarlas, pues hasta cierto punto entendía que la figura retiliana volara teniendo alas pero el que lo hiciera la otra no era nada normal, parecía humanoide, pero flotaba sin alas. Y eso era únicamente lo insignificante de todo lo lo mal que había en esos dos. << Que majo >> pensó Pam con sarcasmo ante las palabras del tipo con toga ante lo de ser rentable. Le recordaba tanto a lo de ser útil como esclavo que le ponía el apenas vello que poseía de punta, ¿o tal vez era el frío?.
La mención de la Luna Roja ya si fue algo desconcertante. ¿Era un juego de palabras? La que ella conocía de toda la vida era simplemente blanca, ni roja ni leches y era visible en el cielo todas las noches. << ¿Acaso pasa algo en el cielo por la noche? >> pensó confundida, tiritando de frío pues no se atrevía ni a moverse. Unas imágenes en su mente le sobresaltaron, mirando a todas partes al darse cuenta que esos lugares no estaban a la vista en aquellos momentos, ni los había visto en su vida, pero de algún modo los recordaba como si acabara de verlos segundos antes. Pam estaba sin habla con tan credulidad en sus facciones que era difícil de concebir.
Aun así tuvo suficiente entereza para aceptar que le resultaba irritante la forma de hablar del tipo cubierto en telas. Había vivido durante su vida el desprecio y el desdén millones de veces, como para notarlo a leguas, por lo que tuvo que morder la lengua para no decirle unas cuantas palabritas al tipo ese. Solo prestó atención a la parte improtante de sus palabras olvidándose del tono usado, como era por ejemplo el hecho de que tenia refugios donde guarecerse o que no podían recibir ayuda para separar originales de falsos. Pam se inquieto con aquellas palabras. Dama Aroma le había dicho que era especial, no se podía estar confundiendo. Ella no era falsa, seguro que no.
El tipo 'majo' fui sustituido por la reptiliana alada, luciendo mas inquietante para Pam pero menos malaje al hablar. Pam lo agradeció, pues la forma de hablar de su acompañante le ponía nerviosa, por mas que ella le diera mas miedo por su aspecto.
Lo de seguir a las bañeras le sonó tan bizarro como todo lo demás, pero a esas alturas Pam solo aceptaba y luego ya, sin miedo en el cuerpo, procesaría con calma. La niña no supo que había estado conteniendo el aliento casi durante todo ese discurso, hasta que no lo expulso de golpe tras verlo alejarse por el aire.
Salio de la fuente, tiritando visiblemente con el poncho pesándole mas y pegándose a su cuerpo.
-Esto es una autentica mierda de tirada - dijo Pam con el miedo aun en su voz mezclado con el fastidio. Al final si era verdad que estaba jugando una especie de juego de Rol donde solo tocaba sobrevivir y para hacerlo, iba a tener que acercarse al grueso del grupo, si o si- Deberíamos buscar esos refugios. -fue lo siguiente que dijo acercándose al nutrido grupo mientras intentaba exprimir el exceso de agua del bajo del poncho, sin mucho éxito.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Discurso de bienvenida
05/11/15, 07:41 pm
Drusar se alegró bastante cuando sus compañeros bebieron de la fuente, ya que tuvo el resultado que el reptil esperaba.-Ya era hora de que pudiéramos hablar.- Les dijo. Inmediatamente llegaron más desconocidos y el asreniano sin saberlo confundió el sexo de algunos, uno de ellos se parecía bastante a la chica de pelo verde, ya que compartían en parte los rasgos y un brazo diferente. También prestó atención al resto, fijándose bastante en el “chico” de pelo morado que se le acercó dando vueltas.
-¿Y tú quién eres?- Preguntó con curiosidad y un poco de vergüenza por la reacción del desconocido. Dio un salto hacia atrás instintivamente cuando la peliverde le metió la cabeza en la fuente a su compatriota. <<Bonita manera de decirle que beba...>> Finalmente todos estuvieron reunidos y el lagarto esperó a que no faltara nadie sin beberse el agua.-Soy Drusar, de Asrena.- Informó sencillamente ya que no creía necesario explicarles como era su mundo si no podían verlo.
Los observó detenidamente, sin saltarse ningún detalle de sus extraños cuerpos. No se esperó para nada lo que vino después, abrió la boca al ver al reptil volador sin creerse lo que estaba contemplando, sin embargo quedó eclipsada cuando se dio cuenta de que el otro ¡volaba sin ninguna ayuda! <<¿Cómo es posible?>> Pensó cuando tres imágenes mentales le vinieron a la cabeza, el lagarto estaba convencido de que nada podía sorprenderle más. <<Es el poder de Nassandra...>> <<¿Qué es una Luna Roja?>> <<¿ Y una bañera?>> Se planteaba sin enterarse muy bien de lo que hablaban cuando llegaron a esa parte. La única conclusión que sacó fue que tenía que sobrevivir un año para ver algo llamado Luna.
Estaba tan ensimismado que ni siquiera de dio cuenta del tropezón de la criatura sin pelo hasta que lo vio empapado. -Vayamos entonces.-
-¿Y tú quién eres?- Preguntó con curiosidad y un poco de vergüenza por la reacción del desconocido. Dio un salto hacia atrás instintivamente cuando la peliverde le metió la cabeza en la fuente a su compatriota. <<Bonita manera de decirle que beba...>> Finalmente todos estuvieron reunidos y el lagarto esperó a que no faltara nadie sin beberse el agua.-Soy Drusar, de Asrena.- Informó sencillamente ya que no creía necesario explicarles como era su mundo si no podían verlo.
Los observó detenidamente, sin saltarse ningún detalle de sus extraños cuerpos. No se esperó para nada lo que vino después, abrió la boca al ver al reptil volador sin creerse lo que estaba contemplando, sin embargo quedó eclipsada cuando se dio cuenta de que el otro ¡volaba sin ninguna ayuda! <<¿Cómo es posible?>> Pensó cuando tres imágenes mentales le vinieron a la cabeza, el lagarto estaba convencido de que nada podía sorprenderle más. <<Es el poder de Nassandra...>> <<¿Qué es una Luna Roja?>> <<¿ Y una bañera?>> Se planteaba sin enterarse muy bien de lo que hablaban cuando llegaron a esa parte. La única conclusión que sacó fue que tenía que sobrevivir un año para ver algo llamado Luna.
Estaba tan ensimismado que ni siquiera de dio cuenta del tropezón de la criatura sin pelo hasta que lo vio empapado. -Vayamos entonces.-
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Discurso de bienvenida
05/11/15, 07:53 pm
Zob salió de sus cavilaciones cuando escucho que le preguntaban algo. No tardo en voltear a ver quién se había dirigido a él, pero aun así fue muy lento, y solo alcanzo a ver como el chico del brazo extraño era metido de cabeza al agua. Trastabillo al querer evitar empaparse, y solo dio media vuelta antes de caer sentado a los pies de la fuente. El ánimo se había relajado un poco, y a pesar de reír ante aquel espectáculo, no olvidaba donde estaba. Y como si pudiese olvidarlo llegaron más dioses, volando sobre ellos. Ni siquiera el chapoteo que escucho a su lado lo distrajo de aquellos seres y sus palabras, aquellas que hundieron su fe.
Las palabras resonaban en su mente, haciendo eco con las imágenes. Elegidos los habían llamado, y el corazón de Zobriel latió con fuerza, rentables…aptos…valor… y el mundo se desmorono.
Su infancia se había visto plagada de cuidados, la gran parte de ellos superficiales y mezquinos. Cuando tuvo edad para comprender a su abuela se había sentido humillado, como una mascota de la que pudieran enorgullecerse, una joya que su abuela luciría. ¿Y ahora le decían que dudaban de su valor? Los dioses le habían dicho que solo era una ciudad. ¿Y él era una mercadería poco rentable? Se secó con la manga el llanto, tratando de no hacer ruido y levanto la vista. No. Para el todo había cambiado en menos de un día. No eran dioses, si acaso, demonios. Pero Zob no sería más mera mercadería de una ciudad de demonios, ni quería recordar que fue el nieto de aquella gran señora. Solo era Zobriel, un elegido más en aquella ciudad infernal, hasta que alcanzara a ser otro demonio de ella, uno del que solo él estaría orgulloso.
La criatura blanca se había levantado y se dirigía hacia los demás, al parecer ella fue el chapoteo que sintió, pero se le escucho decidida cuando propuso buscar los refugios. << dioses cero, demonios dos >> pensó mientras se levantaba con una sonrisa.
- Totalmente de acuerdo - dijo acercándose a los demás mientras miraba la ciudad con nuevos ojos.
Las palabras resonaban en su mente, haciendo eco con las imágenes. Elegidos los habían llamado, y el corazón de Zobriel latió con fuerza, rentables…aptos…valor… y el mundo se desmorono.
Su infancia se había visto plagada de cuidados, la gran parte de ellos superficiales y mezquinos. Cuando tuvo edad para comprender a su abuela se había sentido humillado, como una mascota de la que pudieran enorgullecerse, una joya que su abuela luciría. ¿Y ahora le decían que dudaban de su valor? Los dioses le habían dicho que solo era una ciudad. ¿Y él era una mercadería poco rentable? Se secó con la manga el llanto, tratando de no hacer ruido y levanto la vista. No. Para el todo había cambiado en menos de un día. No eran dioses, si acaso, demonios. Pero Zob no sería más mera mercadería de una ciudad de demonios, ni quería recordar que fue el nieto de aquella gran señora. Solo era Zobriel, un elegido más en aquella ciudad infernal, hasta que alcanzara a ser otro demonio de ella, uno del que solo él estaría orgulloso.
La criatura blanca se había levantado y se dirigía hacia los demás, al parecer ella fue el chapoteo que sintió, pero se le escucho decidida cuando propuso buscar los refugios. << dioses cero, demonios dos >> pensó mientras se levantaba con una sonrisa.
- Totalmente de acuerdo - dijo acercándose a los demás mientras miraba la ciudad con nuevos ojos.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Discurso de bienvenida
05/11/15, 08:58 pm
Acabó metida en medio de la conversación observando las fibras del brazo de la mujer animal a apenas un palmo de distancia. Podía ver cómo se deslizaban bajo una película transparente las fibras que constituían aquel músculo artificial cada vez que ella se movía. De fondo estaba el barullo de presentaciones y personas confusas, pero la niña tenía su atención centrada en aquellos extraños personajes.
La mujer se dirigió a ella de pronto. Por un momento pensó que se había enfadado por su curiosidad, pero acto seguido empezó a aligerar ropa para dejarle ver mejor «ya era hora, porque no sé qué parece tan tapada». La niña no veía que hiciese tanto frío como para llevar tantas prendas y tan largas, porque por lo que podía ver, la mayoría poco dejaban ver de su cuerpo «deben de ser de muy, muy lejos, de algún sitio frío». Por las conversaciones ya había asumido que muchos, o quizá todos, eran tan ajenos a la ciudad como ella.
—¡Hala! ¿Qué es? ¿De dónde lo has… habéis sacado? ¿Cómo funciona? ¿Es mágico o algo así? —Soltó preguntas como una metralleta, a la vez que toqueteaba el brazo mecánico de la irrense sin pedir permiso, y en esas fue cuando llegaron los monstruos.
El chapoteo de su primera compañera cayendo en la fuente casi se le pasó por alto mientras miraba boquiabierta a la persona con vendas y, sobre todo, a la mujer dragón. Otra persona reptiliana más no marcaba mucha diferencia en aquel día de novedades, pero el porte de aquella mujer era muy diferente, en buena parte gracias a sus poderosas alas. La otra figura parecía sostenerse por arte de magia, lo que tampoco le quitaba mérito.
Sonrió con excitación al descubrir que eran un comité de bienvenida, y dio un saltito. Había esperado encontrarse a la cosechadora, pero no le importaba quién fuera. Les hablaron de pruebas y de demostrar su valía, más o menos eso pudo entender la libense. Sonaba a aventura, y sonaba tremendamente bien. Simplemente tenían que evitar los lugares de aquellas imágenes mentales que invadieron sus pensamientos. Nime no prestó atención a las formas de los monstruos a la hora de dar el discurso, sino que se quedó con su visión idealizada de lo que había escuchado. A fin de cuentas ya tenía una idea aproximada de a qué iba a aquel lugar. Era feo, pero había refugios, comida dispuesta en bañeras, por raro que sonase, y eran un grupo grande. Tan difícil no podía ser si ni siquiera tenían que procurarse la comida.
—¡Seguro que nos hacen pruebas! Como de valor y peleas y cosas así —comentó con emoción. Escuchó también cómo tres de compañeros ya estaban deseando ponerse en marcha y les preguntó, extrañada—: ¿No queréis esperar a la bañera? —La curiosidad la estaba matando y no quería perdérselo, porque lo que imaginaba era una bañera con patas corriendo a su encuentro llena de comida. La mujer escamosa había prometido que llegaría pronto y no deberían irse sin esperarla.
La mujer se dirigió a ella de pronto. Por un momento pensó que se había enfadado por su curiosidad, pero acto seguido empezó a aligerar ropa para dejarle ver mejor «ya era hora, porque no sé qué parece tan tapada». La niña no veía que hiciese tanto frío como para llevar tantas prendas y tan largas, porque por lo que podía ver, la mayoría poco dejaban ver de su cuerpo «deben de ser de muy, muy lejos, de algún sitio frío». Por las conversaciones ya había asumido que muchos, o quizá todos, eran tan ajenos a la ciudad como ella.
—¡Hala! ¿Qué es? ¿De dónde lo has… habéis sacado? ¿Cómo funciona? ¿Es mágico o algo así? —Soltó preguntas como una metralleta, a la vez que toqueteaba el brazo mecánico de la irrense sin pedir permiso, y en esas fue cuando llegaron los monstruos.
El chapoteo de su primera compañera cayendo en la fuente casi se le pasó por alto mientras miraba boquiabierta a la persona con vendas y, sobre todo, a la mujer dragón. Otra persona reptiliana más no marcaba mucha diferencia en aquel día de novedades, pero el porte de aquella mujer era muy diferente, en buena parte gracias a sus poderosas alas. La otra figura parecía sostenerse por arte de magia, lo que tampoco le quitaba mérito.
Sonrió con excitación al descubrir que eran un comité de bienvenida, y dio un saltito. Había esperado encontrarse a la cosechadora, pero no le importaba quién fuera. Les hablaron de pruebas y de demostrar su valía, más o menos eso pudo entender la libense. Sonaba a aventura, y sonaba tremendamente bien. Simplemente tenían que evitar los lugares de aquellas imágenes mentales que invadieron sus pensamientos. Nime no prestó atención a las formas de los monstruos a la hora de dar el discurso, sino que se quedó con su visión idealizada de lo que había escuchado. A fin de cuentas ya tenía una idea aproximada de a qué iba a aquel lugar. Era feo, pero había refugios, comida dispuesta en bañeras, por raro que sonase, y eran un grupo grande. Tan difícil no podía ser si ni siquiera tenían que procurarse la comida.
—¡Seguro que nos hacen pruebas! Como de valor y peleas y cosas así —comentó con emoción. Escuchó también cómo tres de compañeros ya estaban deseando ponerse en marcha y les preguntó, extrañada—: ¿No queréis esperar a la bañera? —La curiosidad la estaba matando y no quería perdérselo, porque lo que imaginaba era una bañera con patas corriendo a su encuentro llena de comida. La mujer escamosa había prometido que llegaría pronto y no deberían irse sin esperarla.
- Manasard
Ficha de cosechado
Nombre: Ain
Especie: Humano
Habilidades: Nociones de Lucha, Planificación, Rapidez Mental
Re: Discurso de bienvenida
05/11/15, 09:45 pm
Por fin parecía que nos entendíamos todos, los que parecían más pequeños empezaron a hablar sin parar, sonreí levemente al final iba a ser como un campamento. Miré con curiosidad a todos los presentes, pero los que más intriga me seguían causando era Drusar y Pam . Mientras todos se presentaban yo hice lo mismo, pero sin alzar demasiado la voz tampoco era de que quisiese destacar.
Después vi como dos pequeñas manchas se acercaban desde el cielo, pensé que serían pájaros aunque según se fueron acercando vi que no, eran más criaturas una de ellas venía batiendo unas alas que bien podrían ser de dragón, el otro venía simplemente flotando <<Tengo que aprender a hacer eso>>. Oí un salpicar del agua y cuando miré vi a Pam caída en la fuente. Hice ademán de ayudarla. Pero las criaturas habían llegado, y cuando empezaron a hablar toda mi atención en ellos.
Mientras hablaban parecía que se querían pasar el marrón el uno al otro. Empezaron hablando de que debíamos demostrar nuestra valía cuando llegase la luna roja, << ¿Se referirán a una luna de sangre? O igual en este sitio la luna es distinta que en la tierra>> mis pensamientos quedaron ahogados un momento por las imágenes de unos edificios que nunca antes había visto pero se me quedarían grabados en la memoria, sobre todo el inmenso edificio rojo.
Por fin terminaron de hablar y mi cuerpo se relajó de una tensión de la que no había sido consciente hasta ese momento. La situación parecía clara, estábamos atrapados en aquel inmenso sitio, pero con demasiada libertad. Mi cuerpo me pedía comer, pero mi gran experiencia de campo basada en los juegos me decía que lo mejor era encontrar refugio. Nos habían dicho que nadie iba a interferir durante el tiempo que estuviésemos allí, pero eso no significaba que no interfiriera ninguna otra cosa. Parecía que varios de mis compañeros pensaban parecido que yo.
-Creo que es buena idea buscar los refugios, ya comeremos cuando tengamos un sitio donde comer- Dije esto último intentando poner una pequeña sonrisa hacia Nime, que parecía demasiado ilusionada con la situación.
Después vi como dos pequeñas manchas se acercaban desde el cielo, pensé que serían pájaros aunque según se fueron acercando vi que no, eran más criaturas una de ellas venía batiendo unas alas que bien podrían ser de dragón, el otro venía simplemente flotando <<Tengo que aprender a hacer eso>>. Oí un salpicar del agua y cuando miré vi a Pam caída en la fuente. Hice ademán de ayudarla. Pero las criaturas habían llegado, y cuando empezaron a hablar toda mi atención en ellos.
Mientras hablaban parecía que se querían pasar el marrón el uno al otro. Empezaron hablando de que debíamos demostrar nuestra valía cuando llegase la luna roja, << ¿Se referirán a una luna de sangre? O igual en este sitio la luna es distinta que en la tierra>> mis pensamientos quedaron ahogados un momento por las imágenes de unos edificios que nunca antes había visto pero se me quedarían grabados en la memoria, sobre todo el inmenso edificio rojo.
Por fin terminaron de hablar y mi cuerpo se relajó de una tensión de la que no había sido consciente hasta ese momento. La situación parecía clara, estábamos atrapados en aquel inmenso sitio, pero con demasiada libertad. Mi cuerpo me pedía comer, pero mi gran experiencia de campo basada en los juegos me decía que lo mejor era encontrar refugio. Nos habían dicho que nadie iba a interferir durante el tiempo que estuviésemos allí, pero eso no significaba que no interfiriera ninguna otra cosa. Parecía que varios de mis compañeros pensaban parecido que yo.
-Creo que es buena idea buscar los refugios, ya comeremos cuando tengamos un sitio donde comer- Dije esto último intentando poner una pequeña sonrisa hacia Nime, que parecía demasiado ilusionada con la situación.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Discurso de bienvenida
06/11/15, 07:29 pm
Milo se pasó la mano por la cara para retirar el exceso de agua y le agradeció a Rox las palmadas en la espalda con una leve sonrisa, evitando fruncir demasiado el ceño cuando se rieron de él. Visto con perspectiva había tenido su gracia, pero no dejaba de ser algo demasiado repentino.
—Claro, como no —accedió con una sonrisa torcida a la petición de Rena, ignorando la ligera amenaza velada tras sus palabras. El detalle de la ausencia de chip era preocupante, a fin de cuentas.
Dejó que fuera su compatriota la que le aclarara a la coreana y a los demás su planeta de origen, confirmando mientras tanto que ahora no podía leer la pantalla de su brazo.
—Mierda. —masculló por lo bajo, apagando el holograma para escuchar el resto de presentaciones. La curiosidad de Nime le resultó encantadora, pero cuando la niña empezó a toquetear la prótesis de la peliverde el hacker dio medio paso atrás, preocupado ante la idea de ser el siguiente.
Olvido dicha posibilidad en cuanto los miembros del Consejo hicieron su aparición desde el aire, pues su atención pasó a centrarse casi por entero en los dos rocavarancoleses. La magia de la vieja momia no le impresionaba, pues ya había visto a su cosechadora caminando por el aire, pero el aspecto de la hechicera, en cambio, le tenía fascinado. Aquella mujer pelirroja con aspecto de dragón tenía una presencia imponente, y cuando empezó a hablar el irrense contuvo la respiración.
En cierto modo se esperaba un discurso así, sobre todo después de ver el estado de la ciudad, y aunque le dejó bastante preocupado se cuidó de no reflejarlo en su expresión. No iba a dejar que todo aquello le superara, sobreviviría y volvería a Irraria para demostrarle a todo el mundo que aquella ciudad solo era otro engaño de su gobierno. La mentalidad antisistema de Milo no contemplaba la posibilidad de que el SGR también hubiera sido embaucado.
—Yo estoy de acuerdo con Nime —secundo a la pequeña libense cuando le llegó el turno de intervenir, frotándose el puente de la nariz con expresión pensativa—. La pelirroja alada dijo que la primera bañera no tardaría en aparecer, solo hay que esperar un poco, y si la seguimos tal vez demos con alguno de esos refugios. ¿No es lógico suponer que estarán cerca de los puntos de abastecimiento? En cualquier caso opinó que la comida es muy importante, sobre todo si es cierto lo de que son raciones diarias —comentó con una media sonrisa.
Mientras esperaba las respuestas de los demás el chico centró su atención en Pam, percatándose de que estaba completamente empapada.
—Tienes que estar congelada… —murmuró, quitándose el abrigo y la sudadera para tenderle esta última—. Quítate ese poncho mojado y ponte esto, anda, o pillaras un resfriado de campeonato —le dijo con una sonrisa amable.
—Claro, como no —accedió con una sonrisa torcida a la petición de Rena, ignorando la ligera amenaza velada tras sus palabras. El detalle de la ausencia de chip era preocupante, a fin de cuentas.
Dejó que fuera su compatriota la que le aclarara a la coreana y a los demás su planeta de origen, confirmando mientras tanto que ahora no podía leer la pantalla de su brazo.
—Mierda. —masculló por lo bajo, apagando el holograma para escuchar el resto de presentaciones. La curiosidad de Nime le resultó encantadora, pero cuando la niña empezó a toquetear la prótesis de la peliverde el hacker dio medio paso atrás, preocupado ante la idea de ser el siguiente.
Olvido dicha posibilidad en cuanto los miembros del Consejo hicieron su aparición desde el aire, pues su atención pasó a centrarse casi por entero en los dos rocavarancoleses. La magia de la vieja momia no le impresionaba, pues ya había visto a su cosechadora caminando por el aire, pero el aspecto de la hechicera, en cambio, le tenía fascinado. Aquella mujer pelirroja con aspecto de dragón tenía una presencia imponente, y cuando empezó a hablar el irrense contuvo la respiración.
En cierto modo se esperaba un discurso así, sobre todo después de ver el estado de la ciudad, y aunque le dejó bastante preocupado se cuidó de no reflejarlo en su expresión. No iba a dejar que todo aquello le superara, sobreviviría y volvería a Irraria para demostrarle a todo el mundo que aquella ciudad solo era otro engaño de su gobierno. La mentalidad antisistema de Milo no contemplaba la posibilidad de que el SGR también hubiera sido embaucado.
—Yo estoy de acuerdo con Nime —secundo a la pequeña libense cuando le llegó el turno de intervenir, frotándose el puente de la nariz con expresión pensativa—. La pelirroja alada dijo que la primera bañera no tardaría en aparecer, solo hay que esperar un poco, y si la seguimos tal vez demos con alguno de esos refugios. ¿No es lógico suponer que estarán cerca de los puntos de abastecimiento? En cualquier caso opinó que la comida es muy importante, sobre todo si es cierto lo de que son raciones diarias —comentó con una media sonrisa.
Mientras esperaba las respuestas de los demás el chico centró su atención en Pam, percatándose de que estaba completamente empapada.
—Tienes que estar congelada… —murmuró, quitándose el abrigo y la sudadera para tenderle esta última—. Quítate ese poncho mojado y ponte esto, anda, o pillaras un resfriado de campeonato —le dijo con una sonrisa amable.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Discurso de bienvenida
06/11/15, 09:10 pm
Asintió complacida al ver que Neil y el niño bebían por fin. De hecho incluso otro chico con protuberancias en los oídos que aún no había visto también se acercó a probar el agua mágica. De pronto había muchos nombres que recordar y Adrune no tenía la paciencia necesaria para esperar a que todos se presentasen cuando ya correteaba en dirección a Milo para preguntarle, ahora que podían entenderse, acerca de su brazo de metal. Se dio cuenta de que la niña pequeña de pelo negro parecía interesada en lo mismo y cuando empezó a hacer preguntas, la edeel cambió su objetivo a Rena, ya que había sido interrogada primero.
Mientras esperaba a que la chica de hocico respondiese, Neil se dirigió a ella y planteó una cuestión en la que la sinhadre todavía no había reparado.
—¡Tienes razón! —Exclamó tras arrugar la expresión como concentrándose muy fuerte en hablar en su idioma natal—. Ya sé, seguro que si volvemos a beber vuelve a cambiar.
Y antes de que su aurva pudiese procesar sus palabras, la chica ya se había acercado a la fuente y, esta vez sí, bebió directamente de ella salpicando a su alrededor en el proceso.
>>Probando, probando… No funciona —constató en tono de decepción mientras volvía junto a Neil—. ¡Ya sé! Tenemos que encontrar magia más poderosa —afirmó asintiendo con convicción, recuperando inmediatamente el optimismo.
Se giró entonces hacia el niño de piel morada cuando empezó a hacer una enumeración.
—Así no se juega —le informó—. Tienes que decir una palabra que empiece por la última silaba de la anterior. Pero es más divertido jugar con otra gente. Minino, minino… —repitió adquiriendo un aire pensativo pero sin dejar de moverse—. ¡No..!
Había iniciado un gesto con el brazo señalando al niño mientras sonreía con el que pretendía indicar que había dado con una palabra, pero fue entonces cuando el batir de unas alas interrumpió todas las conversaciones.
Aquellos dos desconocidos que parecían sacados de algún cuento fantasioso consiguieron que Adru callase durante el tiempo que duró el discurso. Ello no impidió, no obstante, que la edeel se acercase lo máximo posible a ellos, siendo salpicada completamente por la caída de la niña calva diminuta y les observaba desde abajo dando vueltas en círculo a su alrededor. La mujer reptil la impresionó considerablemente y el haber experimentado ella misma la magia para volar gracias a Jack le hizo ignorar al hombre que parecía tener tendencia a padecer más accidentes que ella a juzgar por los vendajes que le cubrían por completo. Se sobresaltó cuando aparecieron las imágenes en su mente, sintiendo fascinación por aquel edificio de color rojo intenso, pero solo retuvo a medias lo que aquellos dos habitantes de la ciudad mágica decían debido a que estaba más ocupada en analizar a la mujer reptil, preguntándose si Drusar la conocería de algo.
En cualquier caso, Adrune comprendió lo básico de aquel discurso: era una aventura para encontrar la Luna Roja. O al menos ella creía que había extraído lo importante de tanta palabrería.
—¡Eh! —Agitó la mano echando a correr tras la mujer lagarto cuando echó a volar siguiendo a su compañero accidentado—. ¿Dónde está Jack? ¡Tiene que enseñarnos a hacer magia!
Se rindió tras darse cuenta de que se había alejado demasiado de Neil y, tras permanecer observando con los brazos en jarras como la mujer reptil se perdía en la distancia, correteó de vuelta a su lado.
Llegó justo para escuchar a la niña de pelo negro y asintió colocándose cerca de ella mientras se cruzaba un brazo bajo el pecho y colocaba la otra mano bajo su barbilla.
—El señor de las vendas dijo que teníamos que demostrar nuestra valía sin ayuda. Seguro que también tenemos que encontrar a Jack por nuestra cuenta para que nos enseñe magia —finalizó haciendo un gesto con los puños para enfatizar su conclusión.
La niña también había mencionado lo último que había dicho la mujer reptil. No entendía cómo una bañera se relacionaba con la comida, pero estaba claro que tenía que ver con magia y aquello no se lo pensaba perder. Eso y que su estómago había comenzado a rugir ante la mención de alimento ahora que ya se le había pasado la emoción inicial de haber visto a una mujer tan increíble. Cuando el chico de la cicatriz propuso algo diferente, la sinhadre estuvo a punto de decirle que podían ir después a buscar refugio, pero Milo se le adelantó explicando lo que ella ya iba a decir… Más o menos. Tal vez el chico del brazo metálico había sabido ser más convincente de lo que que hubiera ella, pero no era eso lo importante.
>>¡Tenemos que esperar a la comida! —Añadió para reafirmar a los que pensaban como ella.
Mientras esperaba a que la chica de hocico respondiese, Neil se dirigió a ella y planteó una cuestión en la que la sinhadre todavía no había reparado.
—¡Tienes razón! —Exclamó tras arrugar la expresión como concentrándose muy fuerte en hablar en su idioma natal—. Ya sé, seguro que si volvemos a beber vuelve a cambiar.
Y antes de que su aurva pudiese procesar sus palabras, la chica ya se había acercado a la fuente y, esta vez sí, bebió directamente de ella salpicando a su alrededor en el proceso.
>>Probando, probando… No funciona —constató en tono de decepción mientras volvía junto a Neil—. ¡Ya sé! Tenemos que encontrar magia más poderosa —afirmó asintiendo con convicción, recuperando inmediatamente el optimismo.
Se giró entonces hacia el niño de piel morada cuando empezó a hacer una enumeración.
—Así no se juega —le informó—. Tienes que decir una palabra que empiece por la última silaba de la anterior. Pero es más divertido jugar con otra gente. Minino, minino… —repitió adquiriendo un aire pensativo pero sin dejar de moverse—. ¡No..!
Había iniciado un gesto con el brazo señalando al niño mientras sonreía con el que pretendía indicar que había dado con una palabra, pero fue entonces cuando el batir de unas alas interrumpió todas las conversaciones.
Aquellos dos desconocidos que parecían sacados de algún cuento fantasioso consiguieron que Adru callase durante el tiempo que duró el discurso. Ello no impidió, no obstante, que la edeel se acercase lo máximo posible a ellos, siendo salpicada completamente por la caída de la niña calva diminuta y les observaba desde abajo dando vueltas en círculo a su alrededor. La mujer reptil la impresionó considerablemente y el haber experimentado ella misma la magia para volar gracias a Jack le hizo ignorar al hombre que parecía tener tendencia a padecer más accidentes que ella a juzgar por los vendajes que le cubrían por completo. Se sobresaltó cuando aparecieron las imágenes en su mente, sintiendo fascinación por aquel edificio de color rojo intenso, pero solo retuvo a medias lo que aquellos dos habitantes de la ciudad mágica decían debido a que estaba más ocupada en analizar a la mujer reptil, preguntándose si Drusar la conocería de algo.
En cualquier caso, Adrune comprendió lo básico de aquel discurso: era una aventura para encontrar la Luna Roja. O al menos ella creía que había extraído lo importante de tanta palabrería.
—¡Eh! —Agitó la mano echando a correr tras la mujer lagarto cuando echó a volar siguiendo a su compañero accidentado—. ¿Dónde está Jack? ¡Tiene que enseñarnos a hacer magia!
Se rindió tras darse cuenta de que se había alejado demasiado de Neil y, tras permanecer observando con los brazos en jarras como la mujer reptil se perdía en la distancia, correteó de vuelta a su lado.
Llegó justo para escuchar a la niña de pelo negro y asintió colocándose cerca de ella mientras se cruzaba un brazo bajo el pecho y colocaba la otra mano bajo su barbilla.
—El señor de las vendas dijo que teníamos que demostrar nuestra valía sin ayuda. Seguro que también tenemos que encontrar a Jack por nuestra cuenta para que nos enseñe magia —finalizó haciendo un gesto con los puños para enfatizar su conclusión.
La niña también había mencionado lo último que había dicho la mujer reptil. No entendía cómo una bañera se relacionaba con la comida, pero estaba claro que tenía que ver con magia y aquello no se lo pensaba perder. Eso y que su estómago había comenzado a rugir ante la mención de alimento ahora que ya se le había pasado la emoción inicial de haber visto a una mujer tan increíble. Cuando el chico de la cicatriz propuso algo diferente, la sinhadre estuvo a punto de decirle que podían ir después a buscar refugio, pero Milo se le adelantó explicando lo que ella ya iba a decir… Más o menos. Tal vez el chico del brazo metálico había sabido ser más convincente de lo que que hubiera ella, pero no era eso lo importante.
>>¡Tenemos que esperar a la comida! —Añadió para reafirmar a los que pensaban como ella.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Discurso de bienvenida
06/11/15, 10:39 pm
La sonrisa que le había procurado descubrir la pequeña ayuda del agua y escuchar el comentario de la niña valiente duró lo que tardó en ver a los dos seres que se acercaban en la lejanía. Eitne conocía la magia, había flotado en el aire en alguna ocasión gracias a su abuela, pero jamás habia visto magia que convirtiera a la gente en monstruos come niños. Y una de las figuras, definitivamente, era uno de esos monstruos. Su expresión se quebró en cuestión de segundos y en su mente se dibujaron todas las formas horribles en las que se los podrían comer a todos.
Inconscientemente, el daeliciano caminó hacia atrás y buscó a los dos amigos que le habían rescatado para refugiarse tras ellos. Las lágrimas surcaron en cuanto los tuvo casi tan cerca como para oler su aliento y no cesaron al escuchar sus palabras. Eitne no estaba entendiendo nada. Hacía frío, todo era oscuro y siniestro, tenía miedo y no entendía absolutamente nada. ¿Por qué tenía que demostrar qué? ¿Por qué no podían ir los sitios que habían cruzado su mente? ¿Qué pasaba con la luna? ¿Y con ellos? ¿Y con los monstruos? ¿Y las bañeras? ¿Por qué los abandonaban allí? ¿Qué querían? Eitne se vio saturado por tanta desinformación y tanto mensaje críptico. ¿Qué hacía él allí, que solo había hablado con un hada?
El daeliciano se dejó caer de culo al suelo, flexionó las piernas y se abrazo a sus rodillas. En aquellos momentos solo podía llorar y no había razones suficientes para que se aguantara las ganas. El muchacho enterró la cabeza entre las piernas y chilló. Todo lo que ocurría a su alrededor pasó a un segundo plano. El primero estaba totalmente ocupado por el miedo.
Inconscientemente, el daeliciano caminó hacia atrás y buscó a los dos amigos que le habían rescatado para refugiarse tras ellos. Las lágrimas surcaron en cuanto los tuvo casi tan cerca como para oler su aliento y no cesaron al escuchar sus palabras. Eitne no estaba entendiendo nada. Hacía frío, todo era oscuro y siniestro, tenía miedo y no entendía absolutamente nada. ¿Por qué tenía que demostrar qué? ¿Por qué no podían ir los sitios que habían cruzado su mente? ¿Qué pasaba con la luna? ¿Y con ellos? ¿Y con los monstruos? ¿Y las bañeras? ¿Por qué los abandonaban allí? ¿Qué querían? Eitne se vio saturado por tanta desinformación y tanto mensaje críptico. ¿Qué hacía él allí, que solo había hablado con un hada?
El daeliciano se dejó caer de culo al suelo, flexionó las piernas y se abrazo a sus rodillas. En aquellos momentos solo podía llorar y no había razones suficientes para que se aguantara las ganas. El muchacho enterró la cabeza entre las piernas y chilló. Todo lo que ocurría a su alrededor pasó a un segundo plano. El primero estaba totalmente ocupado por el miedo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- InvitadoInvitado
Re: Discurso de bienvenida
07/11/15, 02:07 am
-A todos nos ponen uno cuando nos hacemos mayores- explicó Rena, cubriendo el ordenador de su brazo con su otra mano para evitar que la niña hiciese estropicios- Y qué va a ser mágico, funciona con electricidad.
No tuvo tiempo de explicar mucho más, el ''comité de bienvenida'' apareció entonces, flotando en el aire. Rena solo había visto ciudadanos bastante normaluchos, raros a veces, pero nada impresionante, pero sin duda aquellos dos imponían. El discurso la dejó confusa. ¿Qué decían de unas pruebas? ¿No iban a aprender magia? << Que tenemos que demostrar que somos rentables dice el cabrón>> pensó con rabia. Sonaba demasiado a mierda que ya había oido mil veces. Dio un respingo cuando unas imagenes extrañas se colaron en su mente, sitios prohibidos, lugares que debían evitar... La intrusión no le hizo ninguna gracia, de pronto ya no estaba tan emocionada con la magia.
Los ciudadanos se marcharon, y sorprendentemente Rena se las había apañado para no gritarles cuatro cosas. Nadie le había dicho que tendría que pelear para conseguir la maldita magia. Miró a su alrededor. Casi todos eran crios que estaba claro no eran plenamente conscientes de la situación en la que estaban. Uno de los más pequeños, el de color de chuche, empezó a gritar. Sin duda no había sido un discurso muy motivador.
-No nos vamos a mover de aquí- dijo con voz firme.- No se si os habeis coscado pero no nos han dicho donde estan los malditos refugios, así que entre dar vueltas como gilipollas en una ciudad que no conocemos y seguir una ruta marcada que nos va a llevar hasta nuestra comida, prefiero lo segundo.
Ya se había quitado la chaqueta antes para enseñarle el brazo a Nime, así que se acercó a Eitne y se la echó por encima, cubriéndole la cabeza por si así se sentía más seguro. Se arrodilló a su lado.
-Deja ya de gritar, gominola. Ya sé que eran feos los pobres pero tampoco era para tanto, ¿no?- dijo sonriendo- Va, en nada van a aparecer las bañeras esas, sean lo que sean, y nos traerán comida. ¿No tienes hambre? Porque yo me estoy muriendo, no he desayunado siquiera. ¿Qué te gustaría desayunar? Yo tengo antojo de gachas con azucar derretido por encima y bollos de leche y magdalenas...
Hablar de comida le calmaba cuando era niña, esperaba que con aquel crío funcionase.
No tuvo tiempo de explicar mucho más, el ''comité de bienvenida'' apareció entonces, flotando en el aire. Rena solo había visto ciudadanos bastante normaluchos, raros a veces, pero nada impresionante, pero sin duda aquellos dos imponían. El discurso la dejó confusa. ¿Qué decían de unas pruebas? ¿No iban a aprender magia? << Que tenemos que demostrar que somos rentables dice el cabrón>> pensó con rabia. Sonaba demasiado a mierda que ya había oido mil veces. Dio un respingo cuando unas imagenes extrañas se colaron en su mente, sitios prohibidos, lugares que debían evitar... La intrusión no le hizo ninguna gracia, de pronto ya no estaba tan emocionada con la magia.
Los ciudadanos se marcharon, y sorprendentemente Rena se las había apañado para no gritarles cuatro cosas. Nadie le había dicho que tendría que pelear para conseguir la maldita magia. Miró a su alrededor. Casi todos eran crios que estaba claro no eran plenamente conscientes de la situación en la que estaban. Uno de los más pequeños, el de color de chuche, empezó a gritar. Sin duda no había sido un discurso muy motivador.
-No nos vamos a mover de aquí- dijo con voz firme.- No se si os habeis coscado pero no nos han dicho donde estan los malditos refugios, así que entre dar vueltas como gilipollas en una ciudad que no conocemos y seguir una ruta marcada que nos va a llevar hasta nuestra comida, prefiero lo segundo.
Ya se había quitado la chaqueta antes para enseñarle el brazo a Nime, así que se acercó a Eitne y se la echó por encima, cubriéndole la cabeza por si así se sentía más seguro. Se arrodilló a su lado.
-Deja ya de gritar, gominola. Ya sé que eran feos los pobres pero tampoco era para tanto, ¿no?- dijo sonriendo- Va, en nada van a aparecer las bañeras esas, sean lo que sean, y nos traerán comida. ¿No tienes hambre? Porque yo me estoy muriendo, no he desayunado siquiera. ¿Qué te gustaría desayunar? Yo tengo antojo de gachas con azucar derretido por encima y bollos de leche y magdalenas...
Hablar de comida le calmaba cuando era niña, esperaba que con aquel crío funcionase.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Discurso de bienvenida
07/11/15, 02:41 am
Sabía a ciencia cierta que tres cuartas partes de los allí presentes no eran humanos, pero eso no evitó que la coreana quedará sorprendida. A su mente vinieron todas aquellas noticias relacionadas con la existencia de vida en otros planetas, o la posibilidad de vida inteligente lejos de la Tierra, notablemente emocionada por ser ella uno de los privilegiados en conocer a un ser inteligente que no fuera otro ser humano... o delfín.
Una sonrisa cargada de emoción se dibujó en sus labios al oír primero el nombre del planeta de Milo y Rena, después el de Drusar.
—Irraria... Asrena... — Los pronunció en voz baja varias veces, deleitándose de como sonaban. "La Tierra" quedaba tremendamente cutre al lado de un nombre más original como aquellos, y de no haber dicho Hyung de donde venían los humanos, quizás ella se hubiera permitido bromear con que provenía de Pangea. Al menos sonaba más bonito.
Necesitaba mantener a raya su curiosidad. Tenía 18 años, no 12 o 14 como los menores allí presentes, no podía ponerse a saltar y disparar preguntas como si fuera un aspersor aunque ganas no le faltasen.
Todos parecían haber bebido ya, percatándose entonces de la presencia de un humano más. Le asustó no haberse fijado en él hasta entonces, cuestionándose cuanto tiempo llevaba entre ellos.
Unas voces a su espalda le hicieron voltearse para mirar, dejando a un lado preguntas, no dando con los que hablaban hasta que se fijó en la dirección que tomaban los ojos de sus compañeros. Creyó que era imposible que vinieran de arriba hasta que vio ambas siluetas flotando en el cielo, dejándola con una cara de estupefacción que sería un fácil motivo de risa. El aspecto de ambos la dejó sin habla. Lo de la momia flotante, bueno, era raro, pero la mujer dragón... No pudo evitar mirar de reojo a Drusar, buscando semejanzas en cuanto a criaturas con escamas se trataba. En ese instante recordó con espeluznante claridad al chico de piel grisácea que se presentó en su habitación la pasada noche, teniendo muy asumido que aquello no era ningún tipo de sueño o broma muy elaborada.
Lo que más le sorprendía es que no le asustaba, sino todo lo contrario: le emocionaba estar allí. Si iban a ser una serie de pruebas, Rox se esforzaría por llevarlas a cabo.
Arrugó con sutileza la nariz al oír el término de "Luna Roja", pensando en la luna de sangre que tenía lugar en la Tierra. Algo le decía que no se trataba de lo mismo. Las imágenes que cruzaron repentinamente su cabeza le hicieron sujetarse la frente con la palma de la mano, pestañeando con rapidez por lo que acababa de ver, pero sobre todo tratando de quedarse con toda la información posible. Era como tratar de memorizar una fotografía en menos de diez segundos.
—¿Bañeras...? —resopló, sacudiendo la cabeza con suavidad, confundida. Meter comida en una bañera no sonaba muy higiénico, pero más raro era el tener que perseguirlas. Una vez se fueron la momia y la mujer dragón escuchó las ideas de los demás, tan ensimismada que ni siquiera se fijó en lo mojada que estaba Pam.
Iba a exponer su opinión, pero un llanto la sacó de conversación para buscar con la mirada el origen de este. El niño morado, del cual aún desconocía su nombre, había pasado de un estado de felicidad a uno de pánico de nuevo. La irrense fue, sin embargo, más rápida que ella a la hora de consolarle, quedando Rox asombrada por el trato tan amable que mostraba con el menor. Esbozó una sonrisa de satisfacción, recordando entonces el frío que tenía al ver a la de pelo verde deshacerse con tanta facilidad de su chaqueta. ¿Acaso no sentían frío? Llevando ella dos capas de ropa ya estaba tiritando.
Se acercó a ambos, abrazándose a sí misma para no perder la temperatura y agachándose cerca de los dos para dedicarle una sonrisa al más pequeño.
—Vaya, yo tengo un hambre bestial y eso que comí hace nada. Por mi me comería hasta la bañera. —le siguió el juego a la otra, guiñando un ojo. Alzó una mano, dubitativa por lo fría que la tenía, para acomodarle al de pelo azul la corona de flores, procurando que no quedase muy aplastada por el peso de la chaqueta de la muchacha. Alzó la voz para que le escucharan todos—. ¡Es verdad! Lo mejor es que esperemos a las bañeras y luego nos vayamos a uno de esos refugios. Seguro... —trató de que la duda no la interrumpiera, poniendo un tono de voz casi infantil—. Seguro que en los refugios tienen camas, ¡y un montón de mantas para arroparse!
Se levantó de un pequeño salto y se estiró, actuando lo más segura de sí misma para evitar que nadie más entrara en pánico.
Una sonrisa cargada de emoción se dibujó en sus labios al oír primero el nombre del planeta de Milo y Rena, después el de Drusar.
—Irraria... Asrena... — Los pronunció en voz baja varias veces, deleitándose de como sonaban. "La Tierra" quedaba tremendamente cutre al lado de un nombre más original como aquellos, y de no haber dicho Hyung de donde venían los humanos, quizás ella se hubiera permitido bromear con que provenía de Pangea. Al menos sonaba más bonito.
Necesitaba mantener a raya su curiosidad. Tenía 18 años, no 12 o 14 como los menores allí presentes, no podía ponerse a saltar y disparar preguntas como si fuera un aspersor aunque ganas no le faltasen.
Todos parecían haber bebido ya, percatándose entonces de la presencia de un humano más. Le asustó no haberse fijado en él hasta entonces, cuestionándose cuanto tiempo llevaba entre ellos.
Unas voces a su espalda le hicieron voltearse para mirar, dejando a un lado preguntas, no dando con los que hablaban hasta que se fijó en la dirección que tomaban los ojos de sus compañeros. Creyó que era imposible que vinieran de arriba hasta que vio ambas siluetas flotando en el cielo, dejándola con una cara de estupefacción que sería un fácil motivo de risa. El aspecto de ambos la dejó sin habla. Lo de la momia flotante, bueno, era raro, pero la mujer dragón... No pudo evitar mirar de reojo a Drusar, buscando semejanzas en cuanto a criaturas con escamas se trataba. En ese instante recordó con espeluznante claridad al chico de piel grisácea que se presentó en su habitación la pasada noche, teniendo muy asumido que aquello no era ningún tipo de sueño o broma muy elaborada.
Lo que más le sorprendía es que no le asustaba, sino todo lo contrario: le emocionaba estar allí. Si iban a ser una serie de pruebas, Rox se esforzaría por llevarlas a cabo.
Arrugó con sutileza la nariz al oír el término de "Luna Roja", pensando en la luna de sangre que tenía lugar en la Tierra. Algo le decía que no se trataba de lo mismo. Las imágenes que cruzaron repentinamente su cabeza le hicieron sujetarse la frente con la palma de la mano, pestañeando con rapidez por lo que acababa de ver, pero sobre todo tratando de quedarse con toda la información posible. Era como tratar de memorizar una fotografía en menos de diez segundos.
—¿Bañeras...? —resopló, sacudiendo la cabeza con suavidad, confundida. Meter comida en una bañera no sonaba muy higiénico, pero más raro era el tener que perseguirlas. Una vez se fueron la momia y la mujer dragón escuchó las ideas de los demás, tan ensimismada que ni siquiera se fijó en lo mojada que estaba Pam.
Iba a exponer su opinión, pero un llanto la sacó de conversación para buscar con la mirada el origen de este. El niño morado, del cual aún desconocía su nombre, había pasado de un estado de felicidad a uno de pánico de nuevo. La irrense fue, sin embargo, más rápida que ella a la hora de consolarle, quedando Rox asombrada por el trato tan amable que mostraba con el menor. Esbozó una sonrisa de satisfacción, recordando entonces el frío que tenía al ver a la de pelo verde deshacerse con tanta facilidad de su chaqueta. ¿Acaso no sentían frío? Llevando ella dos capas de ropa ya estaba tiritando.
Se acercó a ambos, abrazándose a sí misma para no perder la temperatura y agachándose cerca de los dos para dedicarle una sonrisa al más pequeño.
—Vaya, yo tengo un hambre bestial y eso que comí hace nada. Por mi me comería hasta la bañera. —le siguió el juego a la otra, guiñando un ojo. Alzó una mano, dubitativa por lo fría que la tenía, para acomodarle al de pelo azul la corona de flores, procurando que no quedase muy aplastada por el peso de la chaqueta de la muchacha. Alzó la voz para que le escucharan todos—. ¡Es verdad! Lo mejor es que esperemos a las bañeras y luego nos vayamos a uno de esos refugios. Seguro... —trató de que la duda no la interrumpiera, poniendo un tono de voz casi infantil—. Seguro que en los refugios tienen camas, ¡y un montón de mantas para arroparse!
Se levantó de un pequeño salto y se estiró, actuando lo más segura de sí misma para evitar que nadie más entrara en pánico.
- ♪♫♬:
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Re: Discurso de bienvenida
07/11/15, 01:54 pm
Poca conversación salió de la gente, pues la escena fue rápidamente eclipsada por dos seres voladores que les empezaron a hablar. Hyung se sobresalto al ver en su mente los lugares de los que los seres hablaban, no podía creérselo, un sentimiento de desesperación abordaba su mente según hablaban. << Probar que somos aptos>> no lo habían dicho exactament pero Hyng dio por hecho q se referían a sobrevivir <<No lo conseguiré>>. Hyung sentía como se le iban todas las fuerzas no quería moverse, ¡¿Por qué habría sido tan tonto de aceptar?! Había sido un estúpido ahí solo hallaría la muerte y no volvería a ver a su hermana, a su familia, no más quedadas, no más karaokes, no más nada. Solo le quedaba la desesperación no tenía nada que le hiciera capaz de sobrevivir en aquel lugar desconocido: Era enclenque y cobarde, no tenía ni una gran personalidad que en el caso de que estuvieran en una peli de terror le salvara. Miro a los lados <<un grupo de niños solos en ese mundo, que iban a hacer>> Hyung no hacía más que imaginarse peligros, que aunque fuera posible que no existieran, no quería descubrirlo.
El niño volvió a chillar y a llorar, esta vez se acercaron la chica animal y Rox. Al mirar al niño pensó en lo patético que resultaba que se estuviera sintiendo como aquel enano, en cómo no quería ser así. No debía pararse a pensar todo lo horrible que le iba a pasar debía seguir a la grupo y no resultar un lloricas por mucho que su cuerpo le gritara que iba a morir.
Por otro lado Milo le ofrecía su sudadera a la chica que, al parecer, se había caído en la fuente. Todo el mundo estaba intentando ayudar a todos. Y él en cambio solo pensaba en su propia supervivencia, Hyung se reafirmo <<No debo ser un lastre>>.
La gente estaba opinando entre ir a refugio o esperar a la bañera, a Hyung le daba igual lo que hicieran el simplemente iría con el grupo más grande, pasaba de opinar. Miro hacia el cielo y luego a todos. Debería irse a hablar con la gente al menos por conveniencia, aunque no fuera mucho de hablar, si se llevaba bien con los demás, estaría más seguro.
- H-hey- dijo con cierta inseguridad y todavía miedo en su voz, dirigiéndose al otro coreano.- ¿qué opinas sobre todo lo del discursito?- se sentía estúpido, no tenía mucha practica hablando con la gente, y esperaba que el otro no se diera cuenta de sus nervios.
El niño volvió a chillar y a llorar, esta vez se acercaron la chica animal y Rox. Al mirar al niño pensó en lo patético que resultaba que se estuviera sintiendo como aquel enano, en cómo no quería ser así. No debía pararse a pensar todo lo horrible que le iba a pasar debía seguir a la grupo y no resultar un lloricas por mucho que su cuerpo le gritara que iba a morir.
Por otro lado Milo le ofrecía su sudadera a la chica que, al parecer, se había caído en la fuente. Todo el mundo estaba intentando ayudar a todos. Y él en cambio solo pensaba en su propia supervivencia, Hyung se reafirmo <<No debo ser un lastre>>.
La gente estaba opinando entre ir a refugio o esperar a la bañera, a Hyung le daba igual lo que hicieran el simplemente iría con el grupo más grande, pasaba de opinar. Miro hacia el cielo y luego a todos. Debería irse a hablar con la gente al menos por conveniencia, aunque no fuera mucho de hablar, si se llevaba bien con los demás, estaría más seguro.
- H-hey- dijo con cierta inseguridad y todavía miedo en su voz, dirigiéndose al otro coreano.- ¿qué opinas sobre todo lo del discursito?- se sentía estúpido, no tenía mucha practica hablando con la gente, y esperaba que el otro no se diera cuenta de sus nervios.
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