Torre Serpentaria (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Sepalian Xila se dirigió a los allí congregados y esperó a que se hiciera el silencio.
-Esta es la Torre Serpentaria, una de las más antiguas torres de hechicería de nuestra ciudad. Acogerá a magos, brujos y criaturas con mucha magia -decía desde su máscara sin rasgos pero con raíces cruzadas por todas partes-. Los hechiceros somos pocos pero podemos hacer muchas más cosas que otros. La magia no es sólo un arma que usar en la batalla sino que también puede ayudar a crear y conservar. Y no sólo eso, pues también puede torcer y engañar, ocultar y revelar, y puede hacer cosas para las cuales no existen verbos que las describan. Yo os animo, nuevos ciudadanos, no sólo a que bebáis de las maravillosas fuentes del conocimiento mágico, sino también a que contribuyáis a este noble saber capaz de elevar a quien lo comprende. Dentro de esta torre encontraréis todo lo básico para iniciar vuestro camino por la senda de la magia y estableceros en la ciudad y colaborar en vuestras investigaciones y aprendizajes -a Sepalian le estaba gustando su discurso. Le agradaba la imagen de importancia que debía estar proyectando sobre los recién transformados.
-Este es un lugar serio de trabajo, así que rogaré a los curiosos que os abstengáis de entrar. Por eso también os daré la contraseña para sortear el hechizo de la puerta.
Con un gesto de la mano del brujo, pequeños papiros salieron de un bolsillo de su túnica para ir a manos de los allí presentes.
"Por la puerta trasera he de entrar", podía leerse en ellos.
-¡Memorizadlos! ¡Ya! -exigió Sepalian. Y al momento, cerró la mano en un movimiento enérgico que acompañó de una sílaba distorsionada. Los papiros ardieron con un fogonazo que los hizo desaparecer sin quemar las manos de los hechiceros.
-Sed bienvenidos a la Torre Serpentaria -concluyó.

Por fortuna Tap parecía más tranquilo (o no; sin poder verle bien la cara u oírle hablar era difícil saberlo) y el resto de la noche hasta la madrugada transcurrió sin incidentes. Aún no era muy tarde cuando el poltergeist terminó por despedirse de él y poner rumbo a la Sede, y Shizel daba vueltas sin prisa a la información que había leído. Incluso se había bajado unos libros para seguir buscando a lo largo de la noche.

Al entrar en su habitación, después de pasar por la cocina a limpiar los restos de hollín del hechizo explosivo, volvió a encontrarse una nota a sus pies. "Voy a instalarme un buzón al lado de la puerta", pensó con una sonrisa cansada mientras la recogía.
Negó con la cabeza cuando leyó su contenido. Ya se había sorprendido en su momento por el descontrol emocional que sus compañeros de otros mundos llevaban encima; no iba a volver a hacerlo ahora.

Comparado con el estallido en diversas direcciones que había tenido lugar en la cocina, Shizel estaba muy tranquilo. Quizá desde que hacía planes para volver a casa todo lo relativizaba en función a eso, o quizá fuese un cambio más que había tenido lugar en él, igual que las fumarolas de vapor o las esquirlas de hielo. En cualquier caso no llegó a dormir esa noche, dejando que las horas pasaran a la lumbre de la lamparilla de luz mágica que usaba para leer. El lacayo grotesco no volvía, y el idrino supuso que eso era una buena señal.

Llego al desierto en un momento montado en mi montura arenosa y tras unos minutos llenando con un torrente continuo de arena hasta intuir que ya tengo suficiente cantidad como para ir tirando pongo rumbo a la torre. Tras unos momentos sobrevolando las montañas la ciudad se muestra ante mí imponente como siempre y mas limpia de muerte de como la deje hace dos días.

Sobrevuelo en círculos con mis quimeras la torre y aterrizamos gracilmente en la puerta misma de Serpentaria. Suelto un profundo bostezo mientras abro la puerta con un hechizo de impulso leve y entro acompañado de mis dos quimeras.

Las dos figuras son demasiado grandes como para poder movernos los tres con libertad por lo que resoplo y acaricio a las dos figuras a la vez. -Lo siento mucho querida pero somos demasiados aqui ahora mismo. Venga. Al saco.- Tras decir esto chasqueo los dedos y señalo la bolsa haciendo que Pili se disuelva poco a poco y entre en por el agujero formando un pequeño torrente de arena hasta desaparecer por completo. -Bueno Mili cariño mio de mi corazón. Tu quédate por aquí que yo voy a comer algo y luego nos acostamos un rato.-

Tras decirle esto le acaricio la cabeza dejándola tumbada al lado de las escaleras de subida mientras yo me meto en la cocina para comerme unas rebanadas de lo primero que me encuentre. "Que ganas de comer comida no cazada ni cocinada por mi. ¿Habrá hecho el tío este algo de cenar anoche?" Pienso rebuscando en la despensa con un trozo de cecina en la boca. -¿Donde coño me han puesto el pan?-

De pronto un sonido de pasos en la zona de la entrada me hace salir de la cocina con un par de piezas de fruta masticando con ganas. Al llegar a la entrada puedo ver como el sonido proviene de uno de los nuevos inquilinos por lo que giro la cabeza de Mili en su dirección y la hago levantarse moviéndose en su dirección moviendo el aguijón lentamente sobre el cuerpo de la quimera.

Suelto un profundo bostezo y comienzo a hablarle al chico intentando reprimir una sonrisa malévola por la actuación de mi niña. -Buenos días señor hombre. ¿Que me he perdido en mi ausencia? ¿Mis criaturas se han comido a alguien que haya intentado entrar en mi cuarto?- Esa última pregunta me salio mas como un chiste que como una advertencia. Mis criaturas no pueden hacer eso si no las programo antes pero, a decir verdad, siempre me gustó ser algo fantasma.

Tuve una noche mala, me fui despertando poco a poco y cuando mire por la ventana parecía que acababa de amanecer. Me levante aun con algo de pesadumbre por los acontecimientos de la noche anterior. Me acerque a las enredaderas y las fui acariciando mientras acababa de despejarme.

-Buenos días chicas, ¿que tal estáis?,- la sensación que me llego fue de sed y un poco de súplica,- Anda que sois exageradas, pero esta bien, ahora os traigo algo de agua.

Baje las escaleras para encontrarme de bruces un bicho hecho de arena y unas palabras que me descolocaron un poco.

-Matt, ¿cuando has vuelto? ¿Perderte? Nada, no ha ocurrido nada remarcable en tu ausencia ,- mentí, por que si llega a descubrir lo que pasó nos despelleja vivos.- No, no se han comido a nadie.

Entre en la cocina y vi una pintada que no había visto el día anterior, debía ser posterior a que yo me fuese de la cocina. <<El próximo yo ¿eh?, no te preocupes, estaré preparado, a ver como lo intentas>>. Borre todas las pintadas y regué mis plantas, hice el desayuno, y una buena parte presentada en bandeja se la subí a Shizel a su cuarto, si no me había perdonado el día anterior con la nota debía seguir intentándolo. Golpee la puerta tres veces y entre cuando se me indicó, la diferencia de temperatura con el resto de la torre era notable.

-Hostias, que frío. Dejando eso de lado te traigo el desayuno,- se lo dejé en el escritorio y después me atreví a decirle.- Bueno, cuando quieras vamos a practicar, y seria bueno que avisásemos a DL, si quieres claro. Estaré en mi habitación, avísame cuando quieras.- Ya en mi habitación recordé la amenaza de Tap y en mis libros de hechizos comencé a buscar protecciones, las cuales anclé a mi alrededor. <<Son rudimentarias, pero hasta que sepa mas magia me servirán>>.

Shizel no había llegado a dormir bien esa noche, reduciéndose sus horas de sueño a un par de cabezadas cuando se le cansaba demasiado la vista al leer. Y leyendo le sorprendieron la mañana y los golpes en la puerta. Se frotó los ojos y dio permiso al que fuese para pasar.
La imagen de alguien llamando a la puerta para servirle el desayuno le recordó, como demasiadas cosas últimamente, a casa. Adormilado como estaba, Shizel llegó a procesar quién le estaba trayendo la bandeja justo a tiempo para no soltar el "gracias, no necesito nada más" que murmuraba a los criados.

-¿De verdad, frío?- repitó distraído. La noche anterior la ropa de cama e incluso las capas de ropa de dormir le habían resultado un estorbo, así que había ido deshaciéndose de ellas poco a poco hasta acabar durmiendo sólo con el pantalón. No obstante la afirmación de Enredo no le resultó extraña al recordar que al fin y al cabo a él las bajas temperaturas ya no le afectaban. "Si está muy exagerado debería plantearme ajustar el termostato de la habitación."

Se estiró, aplicándose discretamente un hechizo despejante. Era algo que había encontrado la noche anterior en el estudio, junto con otra variante más interesante aún, y que había sido el responsable de que hubiese pasado toda la noche en vela.
-Muy considerado lo del desayuno. Si me das un momento me visto y nos vamos.

Unos minutos después Shizel llamaba a la puerta de Enredo, bien provisto con los talismanes que había recogido la noche anterior en el último piso, y tras informar brevemente a un recién llegado Matt de adónde iban, se pusieron en camino.

Sigue en la Sede de los Taumaturgos.

Llegué ante la puerta y, aunque en un principio iba a entrar sin miramientos dado que recordaba la contraseña, decidí pararme y llamar por educación. De paso, bien pensado, preguntaría si estaban las sinhadres, porque aunque el portal podría servir para todos, si no estaban no entraría <<Stefan>> Sin más, suficiente. No tenía ninguna ganas de verle. Esperé a que alguien escuchase los golpes y apareciese, y fíjate quién acudió. Sacudí la cabeza y fingí sorpresa.

-Oh, hola, ¿nos conocemos? Skarog, encantado. Va, ¿cuánto hace...? Menos de doce horas, ¿no? ¿Se quedó satisfecho tu amigo? Y sí, cambié el nombre... Pero usa el que quieras.-dije al final.-¿Oye, no sabrás si están Alder y Seon por ahí?-y con la respuesta afirmativa, me dejó pasar y fui a buscarlas.

De paso, cotilleé un poco el sitio para buscar un sitio para el portal. ¿A un lado de la chimenea, quizá? <<Fácil acceso y que no moleste al paso...>> Y que los malditos muebles no lo pisen, al contrario que esa odiosa silla que la tenía tomada con mis pies. Hasta que la miré y gruñí, como diciendo <<Otra vez y te hago cenizas>> Por fin me dejó tranquilo y subí al dormitorio donde dejé el otro día a las chicas, llamé a la puerta y dije un "Soy Atol, estoy abajo" antes de volverme a la sala común. Este no era mi refugio y seguramente habría más gente allí, así que mejor esperar abajo como invitado.

-Junto a mi amiguita la silla que arderá pronto. Quieta ahí.-le vuelvo a gruñir mientras la cojo y, para que se quede quieta, me siento con otro gruñido.

Alder se separó de Seon como activada por un resorte. la sinhadre corrió a recoger su ropa y le lanzó al aurva la que le correspondía. Cuando bajaron, sonriendo, se notaba cierto sonrojo en Seon, y el pelo alborotado en ambas.
- Sentimos el retraso.¿A que debemos el honor?

Las chicas no tardaron mucho, aunque tampoco había prisa. Me pillaron revisando los cristales, por si había olvidado cargar alguno. Y tan ensimismado como estaba recordando las instrucciones del hechizo, di un respingo a causa de la repentina llegada y se me cayeron unos cuantos. Vale, miento, "a causa de la repentina llegada y la visión de ambas tan naturales, con el cabello alborotado y sonrientes", ¿contentos? <<Gah... Al lío, digo, al asunto. ¿Qué? ¿Honor?>>

-Hey, buenos días, espero no haberos molestado... Y oh, no, el honor es mío.-dije, dando un salto en la silla, y ya de pie, -No es nada, quería veros y montar un portal para comunicarnos entre torreones, sencillamente.-dije de forma acelerada, pero la perspectiva de hablar del segundo hechizo me relajaba un poco.-Es un hechizo sencillo pero tiene que hacerlo el mismo hechicero en ambos sitios, así que servidor tiene que acabarlo. Lo que no sé es dónde ponerlo. Y de paso para contaros que escogí un nuevo nombre más rocavarancolés, Skarog, pero usad el que queráis, por favor.-remato, parando para coger aire y volver a sentarme, espero que no-visiblemente nervioso y sin dejar de martillearme con que tendría que haber venido más tarde.

"Maldita magia, demasiado util para cogerle mania"
- Eso suena estupendo. ¿Como funciona exactamente? - prefuntó Seon curiosa. El nerviosismo de Atol quedó disculpado como emoción por el descubrimiento. En cambio Alder se quedó un rato en silencio extrañada. Distraída por el cambio de nombre, replicó:
- Estoy demasiado acostumbrada al nombre de Atol como para llamarte de otra manera, la verdad. Aunque la idea es interesante, ¿Deberia cambiarme el nombre? - bromeó- Voy a llamarme "Bragas" y seré una bruja de la castidad. Piensalo, justifica mi falta de magia.

Seon se llevó una mano a la frente mientras se reía.

- Y a ti te llamaremos Dama Narcolepsia, a juego con Dama Urticaria. También te dejo llamarte "Sujetador"
- creo que prefiero Seon -dijo aun sonriendo.- ¿Donde quieres poner el portal, Atol?

Por suerte para mi nerviosismo, Seon se interesó por el tema y me fui calmando. Entonces escuché a Alder responder a lo del nombre y tuve que soltar una carcajada.

-Creo que prefiero seguir llamándoos Alder y Seon. Ah, con lo de Dama Narcolepsia, luego os cuento una cosa. Y el portal... No sé, realmente, ya que es vuestro hogar por el momento. Yo no vivo aquí... Pero sugeriría al lado de la chimenea, que no molesta.-y tras mirarlas inquisitivamente, Seon aceptó.

Luego saqué los cristales, el tarrito de tinta y dibujé el portal tal como venía en las instrucciones.
-Listo. Solo falta probarlo, pero para eso tiene que haber alguien pendiente en el de allí. Es sencillo, se escribe un mensaje en un papel y luego este se quema encima del portal, y acto seguido debería aparecer el mensaje en el portal gemelo. Lo que mosquea de esto es que es de nivel bajo, podríamos haberlo hecho en la cosecha de haberlo conocido.

Después vuelvo a sentarme y entonces recuerdo lo de los sueños que dije antes
-Ah, sí, que tenía que contaros... Fui a Asrena con Matt, un mundo de los muchos que hay conectados...-les resumí la expedición e hice especial detalle en los sitios que intenté grabar en la memoria.-Había sitios que os encantarían, así que intenté recordarlos, así que cuando... Dama Sujetador domine lo de los sueños, podéis verlo. Y también tengo pensado ir a Sinhdro a curiosear y ver cómo es.-remato con una sonrisa mientras intento que la silla no me tire. <<¿Ya se hartó de que esté sentado? Va lista>>

- Hubiera estado bien. Especialmente tras la luna.- dijo recordando la preocupacion por ellos en ese momento. Luego añadió con una sonrisa- Bueno, no hay limite de mensajes, no? Os molestaré adecuadamente.
Escucharon su excursión a Asrena con interes. Seon quería detalles y pidió acompañarlo a la siguiente, mientras que su edeel estaba seria, pensando en su antiguo hogar, y apenas abrió la boca. La perpectiva de ver algo distinto a las ruinas de siempre se le hacia apetecible, de todas formas.

-El límite sólo está en el hechizo. Creo que tendré que reponer los cristales semanalmente... Ahora solo tengo que probarlo, a ver si cuando llegue a la Sede llegó el mensaje. Y de ser afirmativo, mandaré otro de vuelta.

Dicho eso, extraje el mensaje de prueba de un bolsillo y, con un encendedor de la cocina, lo quemé en el portal.
-Listo. Ahora mismo está en mi cuarto, pero lo moveré al salón si funciona. Bueno, tengo que ir a confirmarlo. Otras cosas requieren mi atención, además, así que os deseo un buen día y hasta otro rato.-me despido finalmente.

Acto seguido recojo mi espontón y mi bolsa y salgo del torreón. Pasaré por la Sede y luego iré a la Cicatriz a ver si puedo hacerme un martillo decente.

Sigue en la Sede de los Taumaturgos.

Shiz y Enredo se van dejándome solo en la estancia con mi figura por lo que aprovechando mi soledad suelto un profundo bostezo y acaricio a mi quimera. -Bueno es hora de que veas tu nueva casa señora.- Digo encaminándome a las escaleras. La subida se ve interrumpida por unos sonoros golpes en la puerta de entrada por lo que arrugo el entrecejo preguntándome quien podría ser.

Abro la puerta y un ya conocido Atol se encuentra en la puerta esperando a entrar saludándome diciéndome que tiene un nuevo nombre para el mismo. -Hoombreee ¿Que pasa?¿Me echabas de menos?- Le digo haciéndolo pasar. -¿Alder y Seon? Pues en la planta baja no están. Sube a ver si están arriba que yo acabo de llegar.- El helión sale a buscar a las dos chicas por lo que yo continuo con mi camino a mi cuarto pasando el muro de arena acompañado de mi quimera. -Bueno vamos a sacar a tu hermana de la bolsa a ver donde coño os meto a todas.- Digo abriendo el saco y soltando un largo silbido.

Del interior de la bolsa un torrente de arena sale disparada girando en el aire y formando de nuevo a la otra quimera por lo que esta acción me hizo concentrarme en los planes que puedo darle a la bolsa. -¿Has salido en condiciones?- Digo tocando su lomo y apretando sus patas para comprobar su consistencia. -¿No se descompone al entrar en el espacio de la bolsa?Interesante... Muy interesante.-

Chasqueo los dedos haciendo que los Fennecs y un par de lobos salgan elevándose a la superficie quedando las figuras rodeándome. -A ver señores.- Digo mientras giro. -Vamos a hacer una prueba. Adentro de uno en uno.- Digo mientras dejo la bolsa en medio y me alejo un par de pasos.

Cuando me veo preparado comienzo a introducir uno a uno las figuras en su interior y al entrar las todas vuelvo a silbar y de su interior sale tímidamente un fennec en perfecto estado por lo que una gran sonrisa se dibuja en mi cara acercándome a la figura y levantándola soltando una profunda carcajada. -¡Muy bien señores!- Al decir mis figuras enterradas se levantan al unisono y fijan su mirada inerte en mí. -Todos de uno en uno a la bolsa. UNO, DOS, UNO, DOS, UNO, DOS.- Tras meter a la mayoría de mis figuras es el turno de Sandy pero la hago acercarse a mi lado y le acaricio el pelo. -Tu te vas a quedar aquí conmigo.-

Tras el vacío de la sala el nivel de arena ha quedado bastante mermado por lo que saco de la bolsa una buena cantidad de arena sin moldear que cogí del desierto esta mañana haciendo que se restablezca un poco la cantidad hasta casi llegar al punto principal. Unos golpes en la puerta me hacen salir de mi cuarto para encontrarme con un Tsusu brillante que me comunica que hay nuevos habitantes en la Torre y que no sabe muy bien como voy a tomarme su presencia.

-¿Pues habrá que ir a saludarles no? Sandy, venga, que hay que saludar a los nuevos.- A decir verdad me inquieta un poco las palabras del drake pero llegamos a la habitación de los nuevos mientras le voy comentando mi incursión a Tsusu y enseñándole mi nueva super bolsa.

Abro la puerta tras llamar sin esperar a tener respuesta y los dos chicos que hay dentro parecen sorprenderse al verme entrar con Sandy. -¡Hola buenas! Mi nombre es Matt y junto con este señor de aquí somos los veteranos en la Torre.- Digo señalando con el dedo a Tsusu. -¿De donde venís vosotros dos? No recuerdo haberos visto cuando visitamos los torreones.-

Tras las explicaciones algo escuetas de los nuevos me acabo encogiendo de hombros. -Bueno señores. Os digo exactamente lo mismo que les dije a los demás. Como la liéis mi amiga aquí presente os echara a patadas.- En ese momento hago que Sandy se adelante graciosamente y levante la mano hasta sus arenosos ojos enseñándoselos y girando la muñeca para señalar a los dos chicos.

Tras que llegasen a Serpentaria y dieran la contraseña, Enredo fue a preparar la cena. DL se quedo hablando un poco con Shizel, Alder y Seon que también estaba allí para la cena, sobre los hechizos que tenían aun que practicar y de paso estuvo mostrandole al idrino como cambiaba  su aspecto, aunque fuese aun bastante torpe al respecto en comparación con Mephis. Cambiando ya fuese su color de piel, de cabello o de ojos, que era lo que mas fácil le resultaba. Así estuvo mostrandole al los tres hasta que llego Enredo con la cena. La comida fue amena y tranquila, DL empezaba  coger ya como habito el cenar prácticamente siempre allí. Convivía mas con los Serpentarios que con los de la Sede y eso que estaban bajo el mismo techo y creía que eso debería solucionarse, no era muy normal que no se hablase apenas casi nada con los Sendarios salvo algunas excepciones.

Tras terminar la cena, quiso ayudar con la limpieza y lo hizo pese a las negaciones de Enredo, para finalmente irse tras compartir algunas bromas con Alder para ponerse ya en camino a la Sede, pensando en darse una ducha y irse un rato a practicar a su cuarto, aunque dudaba resistir mucho. Había usado mas magia de la habitual en el ese día y estaba un poco cansado, así que estaba seguro no tardaría en dormirse.

Sigue en la Sede de los Taumaturgos.

Los últimos días fueron aburridos, con Seon durmiendo cada dos por tres. Alder conseguía mantenerla despierta, una vez abría los ojos, lo difícil era saber cuándo iba a hacerlo. Había escrito algunas notas a la sede con el nuevo invento. Siempre tonterías y bromas, aunque la idea de ir de visita seguía rondándole la mente. Alder se deslizó a la habitación de Shiz al atardecer, aprovechando una ausencia momentánea, y dejó bajo la almohada un pequeño detalle. Cenar con Shiz y Dl hacía unas cuantas noches le había recordado que el idrino vivía bajo su techo, y lo cierto es que congelado o no, lo tenía pendiente. La nota que Shiz encontraría oculta en su almohada tenía un hechizo de olor sobre ella, cortesía de Seon. Era el mismo aroma que recordaba de las pastelerías del centro de la ciudad, una mezcla a cacao, azúcar, crema y bizcochos recién horneados.
“ ¿Te tiento a un postre en otra cama?
A.”
Su firma dibujada con chocolate. Las sinhadres, después de varias vueltas infructuosas habían acabado por reencontrar la casita de caramelo, de la que habían hecho otro pequeño robo.

Las prácticas de magia se alargaron durante los siguientes días. Cuando Enredo y DL dominaron con soltura algunos hechizos básicos ofensivos pudieron invertir parte del tiempo en pantomimas de prácticas de duelo, que eran lo que a Shizel le interesaba. Se lo tomaban con calma, simplemente haciéndose de diana unos a otros, pero al idrino no le importaba ese inicio suave. A ellos les servía para practicar puntería con los hechizos ofensivos y reflejos con los defensivos; y a él le venía bien ver con claridad desde qué dirección y con qué intensidad le llegaban los encantamientos, para empezar a estudiar con precisión de qué manera los rebotaba su escudo.

El resto del tiempo Shizel lo empleaba en explorar la ciudad, a veces por su cuenta y otras acompañado. Sin embargo aún no había visto la Sede por dentro, ya que apenas se pasaba por ahí a recoger a DL y en ocasiones también a Karime por las mañanas.
La bahía de los naufragios era un punto de pasaje obligatorio en sus rutas en solitario, y en ocasiones había visto al grupo de Noel y Gael entrenando allí por las mañanas. Por lo general los saludaba de lejos para no interrumpir y seguía su camino.
Se descubrió incapaz de respirar tranquilo el resto del día si no calmaba su nostalgia de Idris nadando en aquellas aguas. Sus lecturas se desviaron paulatinamente a temas relacionados con su regreso, que adquiría cada vez un caracter más definitivo aunque para ello necesitaría más de un viaje.

De una consulta a la biblioteca volvía cuando al ir a encender la lamparilla olfateó algo fuera de lo normal. Olor a dulce.
Puso patas arriba la zona cercana a la cama en busca del origen de éste hasta descubrir, no sin cierto desencanto, que provenía de un simple trozo de papel.
"Necesito urgentemente ese buzón", pensó con una sonrisa resignada, que sin embargo se hizo más amplia y maliciosa en cuanto leyó el contenido de la nota. Los intercambios de comentarios más o menos descarados a lo largo de la cosecha, con quienquiera que fuesen, estaban bastante bien; pero pasar a la acción le gustaba más. Y también era algo que echaba en falta, como si últimamente todo se confabulase para recordarle a su vida anterior.

Una nota era algo discreto incluso para cánones idrinos, por lo que el método de Alder pasó la prueba de buen gusto. Y el que ofreciese dulce era un aliciente, para qué mentir. Shizel aún se acordaba del desayuno que se había encontrado una de las mañanas que la sinhadre pasó en Maciel. Por esa razón tras gastar la tarde haciendo sin prisa unas consultas sobre hechizos térmicos, al anochecer Shizel se encontró golpeando con tres precisos toques la puerta de Alder y Seon.

Los siguientes días fueron parecidos al primero, Shizel nos instruía con calma, si tenia prisa por empezar practicas de duelo en ningún momento lo dejo ver. Hechizos que antes se me antojaban imposibles ahora resultaban sencillos con un poco de práctica. Un día le pedí a Shiz que me enseñase el hechizo humedecedor para poder usarlo con las plantas. El resto del tiempo que no estaba practicando magia o el dominio usaba mi tiempo en un regalo que tenia pensado para nuestro pequeño grupito. Poco a poco fui doblegando la madera para darle la forma que yo quería, pero cuando estuvo listo necesite de libros sobre runas y magia concretos, decidí ir a la biblioteca a por ellos y al día siguiente de tarde tras pasar un segundo por la torre para recoger unas cosas salí hacia la biblioteca.

Sigue en la Biblioteca Mágica.

La habitación de las sinhadres estaba solo ocupada por Alder en ese momento. Para pasar dormida dos tercios de su tiempo, Seon no había tardado en dejar su huella por toda la estancia. Un hechizo termico, desde casi que se instaló, mantenía una temperatura calida mucho más proxima al clima de Sinhdro que al de la ciudad. Cosa que, dada la persona a la que acababa de invitar a su cama, la edeel agradecía enormemente. Una pequeña luz mágica estaba anclada como un farolillo en cada pared. su pareja había planeado imitar el cielo nocturno, pero dejaba el trabajo para otro momento. La soñadora estaba durmiendo apaciblemente varios cuartos más alla, y mientras el sol terminaba de caer, Alder se había entretenido con uno de sus libros. Tres toques en la puerta interrumpieron su lectura.
La edeel abrió a Shiz con el inició de una sonrisa.
- Tengo fruta y chocolate caliente. Podrías mojar la fruta en el chocolate, pero eso sería mucho mas aburrido.