Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

-Vaya... Tu vida fue más dura que la mía. Mucho más... -Le dije alargando mucho la última palabra y acabándola en un susurro, pensativo...
<< Debe de ser muy duro convivir sabiendo que has matado a tu padres...>> Pienso un poco triste.
-Bueno, al menos tenemos algo en común... Somos callejeros y venimos de las calles. -Le sonrío para que se anime un poco.

Alexander sirve la comida y maldice en alto al olvidarse los cubiertos.
<<Qué carácter>>
- A mi cuando me brindaron la oportunidad de venir tampoco me lo pensé dos veces. No me imaginaba nada peor que la situación en la que vivía, aunque ahora veo que si que las hay. Pero bueno, yo tampoco me arrepiento... Aunque me haya salido más pelo. -Bromeé.

Pruebo el estofado y hago un sonido de satisfacción.
-Ummmmmmm...! No recordaba comer nada tan bueno como esto!! - Agradecí el magnífico estofado.
- Espero que se pueda repetir!.

Recuerdo que se me convocó en la Sede de los Taumaturgos, oí el discurso; pero no decidí entrar hasta hoy. ¿La razón? Volar. Naturalmente, he tenido mis momentos de descanso, aunque mayoritariamente los he pasado en el torreón o, un día, incluso en el burdel. Pero llegó el momento de ir a mi nuevo hogar.
Cuando llego, entro por la puerta y me inscribo en el registro que mencionó la loba que nos dio el discurso:
Adara.
Leo sobre las dependencias de que dispone el edificio. Mientras estoy en ello, noto un olor que proviene de donde, creo, deben estar las cocinas. Soy asaltada el hambre, así que me dejo llevar por el aroma hacia la cocina.
Allí se encuentran dos que, supongo, son los que figuran en la lista conmigo. Me acerco a ellos y me presento de forma abierta.
-Buenas, chicos -aunque ya parecen de todo menos eso-. Supongo que vosotros debéis ser mis compañeros en la residencia. Mi nombre es Adara.

Las calles...sí,supongo que soy algo callejero,pero no es eso;mientras estaba en la calle no tenía que dar explicaciones a nadie,todo era mío en cierto modo,había gente de noche,pero nadie sabía quien era. Se podría decir que dejaba de ser yo,solo corría,pintaba,huía,escalaba,era una liberación del animal que llevo dentro. Cambiando de tema,parece gustarle mi cocina.
-Gracias,no es para tanto,es un plato fácil,pero la elección de especias es la clave,con los mismos productos y las especias equivocadas,sabría a mierda-bromeo,pero es verdad-ten quédate mi plato,guardate algo para mañana yo no necesito comer muy a menudo, y tampoco tengo hambre.
Le paso el plato y entra una...una...bueno,es una chica,pero tiene alas y es negra como el onyx. Esta situación es algo extraña,pero supongo que es la nueva compañera de clase y habrá que tratarla bien.
-Hola Adara,soy Reisha,de Seattle,y el tigretón (no te dejes engañar es un tío muy majo) es Jau,también es americano,pero el es de Detroit.-no se si tendrá hambre,pero bueno,seamos educados- Encantado de conocerte Adara,acabo de hacer la cena,si tienes hambre te sirvo.

Me quiere servir algo de ese estofado que tan buena pinta tiene. Supongo que ya habrá comido, así que no le voy a rechazar el plato.
-Me has leído la mente, compañero -le digo mientras esbozo una sonrisa-. En cuanto a mi procedencia... Si te refieres a dónde nací, en una pequeña ciudad de Gales, pero lo cierto es que me pasé la vida viajando de un lado para otro con mi madre, así que nunca me he considerado de ninguna parte.
Me sirve un plato de estofado y empiezo a cenar.
-Pero bueno, que me enrollo como una persiana y seguro que te aburro -tomo una cucharada del plato-. Oye, ésto está realmente bueno, chico.
Me termino la ración en silencio. A continuación, me levanto y estiro el cuerpo, incluidas las alas -que, si bien las domino en el aire, aún me parecen raras cuando estoy en tierra-.

Drew trató de convencerse de que aquello era lo correcto. Puede que no supiera manejar armas, pero aún podía aprender. Era un negado para la magia, solo había dominado un hechizo nada útil en combate. Podía combinar su dominio con las prácticas mágicas.

Abrió la puerta y entró al edificio.

¡Otro más!

Alexander me ofreció su plato y lo acepté agradecido. Estaba hambriento y mi apetito no se quedaba tranquilo con un solo plato.
- Para saber elegir especias hay que controlar bastante del tema. -Le contesté en forma de cumplido.

Después entró una mujer con grandes alas oscuras y gran presencia.
Alexander se presentó y también me presentó ami.
Escuché atento a lo que decía Adara mientras me comía el otro plato de Alexander.
-Una vida nómada, interesante... Me hubiera gustado viajar, pero nunca pude. -Le comenté a Adara.

Después terminamos de cenar, y la nueva compañera se estiró y extendió sus imponentes alas. Yo no pude evitar poner cara de impresión... Era magnífico un ser así...
-Vaya, tuvistes que darte algún trompazo que otro para aprender a volar, supongo... -Le dije contemplando sus oscuras alas.

Tal cual dice el licántropo esas palabras, me acuerdo de las leches épicas que me llevé al principio. Le respondo jocosa.
-Sin duda, al principio me costó muchísimo dominar el vuelo. Recuerdo que, en mi primer salto, casi me rompo las piernas. Además, no me sé desenvolver con las alas en tierra, es como tener dos extremidades de más, y siempre estoy temiendo darle a alguien sin querer -termino soltando una carcajada.
>>Supongo que vosotros también debisteis tener vuestros problemas para dominar las nuevas características que componen vuestro cuerpo. ¿Cuáles fueron? -así, de paso, descubro más sobre ellos y sus capacidades.
He oído una voz que, parece, proviene de la entrada del edificio. Me suena de algo... ¿Drew?
-Parece que también tenemos un nuevo compañero en el edificio.

Adara me cuenta los problemas de sus comienzos en el vuelo y me entran dolores en las piernas de pensarlo...
<<Aisss...>> Pienso.
Después nos pregunta por nuestros problemas en las transformaciones.
- Puff... Nada más te digo que, aunque ahora tenga un aspecto más o menos humano, antes era un enorme tigre que no sabía transformarse en persona, y mi instinto me pedía comer cada pocas horas... Tuve que desaparecer por una temporada para no devorar a ningún amigo. Menos mal que conseguí vencer al instinto, poco a poco... -Le respondí un poco amargo recordando esos días.

Escucho algo proveniente de la planta baja y Adara nos dice que tenemos otra visita nueva.
-Esto se va animando.

Drew? Espero que no se acuerde del talismán que le robé y cambié luego por preservativos. Si bien estoy nervioso no estoy a favor de que la gente sepa de mis problemas. Sin cambiar la cara un ápice observo las alas de Adara.
-Son preciosas-comento-pero no te preocupes,no soy ningún pervertido-bromeo temiendo haber sonado demasiado apasionado.-La verdad,yo no tuve demasiados problemas-digo mientras levanto los platos con el aura y los coloco en la encimera,ya los lavaré luego.-ciertamente es un poder intuitivo,al principio lo de ver en 360º fue algo confuso,y besé las paredes más de una vez pero ahora siento el aura como parte de mí.Siniestro,¿verdad?

Después de la charla con los dos habitantes de la sede, fui hasta un cuarto vacío y allí me aposenté. No llevaba pertenencias de ningún tipo encima, así que no había nada que organizar. Salí de la habitación a explorar el resto del torreón y comprobé que el edificio cuenta con dos salas de entrenamiento, perfectas para seguir entrenando las técnicas de combate desarmada, aunque creo que debería aprender también con alguna arma; un salón decorado con multitud de tapices; y un estudio en que reposan diversos tratados relacionados con armas y seres cuya principal base es la guerrera. Y ahí pude descubrir el nombre de mi raza, el ángel negro. En seguida que lo vi, extraje el libro de la estantería y empecé a hojearlo.
No se trata de un tratado demasiado extenso, pero pone lo imprescindible para poder conocer las características de mi raza. Y descubro cosas tan interesantes como el que mis propias alas son un arma, que se pueden endurecer y cortar como el filo de una espada, contando con la ventaja de que se trata de una extensión de mi cuerpo.
Así, con esos interesantes conocimientos, dedico mis días al entrenamiento físico -tanto a practicar con las alas como a las propias disciplinas que practicaba en la tierra y que, creo yo, pueden servirme también aquí-, sin olvidar tampoco practicar el vuelo y mejorando así mi confianza en el aire. Debería aprender algo de magia, y creo que la biblioteca me ayudará. Algún día de estos me pasaré por allí...

Que coñ*** de cena, voy a relajarme un poco.
-Me abro-digo secamente.
Bajo a mi nueva habitación y saco las pocas pertenencias que me quedan. Descubro con cierta satisfacción que aún conservo mi casi prehistórico walkman. Saco de una pesada disquetera el disco Scream Aim Fire y me pongo música de pensar deliver us from evil por ejemplo. Me siento en la cama y cruzo las piernas. Echo la cabeza hacia atrás y siento el flujo de odio e ira dentro de mí. Como el miedo y la desconfianza avanzan por mi ser como la sangre o el agua en un río. Altero ese flujo y lo desvío hacia mi mano derecha,que se sume en las tinieblas. Después doy forma al odio y los dedos negros se alargan y afilan como dagas. Me abstengo de comprobar su filo dentro de mi habitación. en vez de eso salgo de élla y voy a la 2ª sala de entrenamiento,no se por que,supongo que me apetece y,si algo he aprendido de mí en estos últimos meses es que soy increiblemente inestable e impulsivo. Adara también entrena por aquí. Reprimo mis ganas de retarla,aún no se controlar el flujo de oscuridad y podía perder el control otra vez. Afilo el aura en torno a brazos y pies formando unas garras afiladas y me dedico a trepar por las paredes. Después de 4 o 5 caídas más que dolorosas imito el diseño de las patas de araña y para srpresa mía funciona mas o menos bien,el menos es que después de unos minutos la ira me domina y soy incapaz de mantener esa forma. Abandono y me siento en el suelo a controlar el aura.Paso los siguientes días en esa posición,atado de pies y manos,moviéndome solo con el aura,atacando solo con el aura y por supuesto,con los ojos cerrados viendo con el aura (¿por donde si no?). Al principio la ira incontenible,si no fuese por mi escasa fuerza (soy de constitución delgada) me habría roto las atadurasy liado a golpes con lo 1º que encontrase. Pero poco a poco fui controlando el odio,sintiéndolo como algo normal. La furia,el miedo,todo pasa a ser parte del día a día y cada vez consigo mantener el aura mas tiempo antes de perder el control. me auto-impongo un reto,crear mi reflejo con el aura.
-Allá vamos-a veces hablar solo me relaja.
Expulso casi todo el aura de mi cuerpo y empiezo a moldearla. Brazos y piernas son fáciles. La cara y el pelo son mas complicados. Con la mano extendida como si fuese una zarpa voy ordenando en silencio a la oscuridad que forme rizos. Que trace mis ojos perfectos y vacíos,mi nariz mediana tirando a grande y una boca con una sonrisa de absoluto desprecio por la vida. Doy relieve a la piel para formar la ropa y dibujo los pequeños detalles,como las quemaduras,el brazalete y algun tatuaje. Intento cojer mi espada con mi doble oscuro,pero su escasa solidez lo hace imposible,voy a necesitar mas furia.Guardo el aura en mi interior y me tumbo maniatado para descansar y lo que es mas importante,para acallar la voz que me pide mas odio.

Después de conocernos, Reisha, Adara y yo, decido meterme en mi habitación y ordenarla un poco y así organizar mi entrenamientos dentro de este lugar. Tras ordenarla según mis necesidades, me fui a la sala que más me gustaba. Era una gran sala con tapices y objetos tanto en el suelo como en las pareces y en el techo, acolchonadas. Habían columnas de distintos tactos, duros y blandos, de diferentes formas y relieves. También habían obstáculos donde trepar y grandes sacos que colgaban del techo para practicar golpes con o sin armas...
Aquella habitación parecía haber sido creada para mí. Podía bailar, entrenar y pelear a mis anchas, donde nada me molestaba. Era más de lo que podía imaginar.

Después de trepar por techos, paredes y obstáculos, probar los sacos con mis garras y bailar en el suelo acolchonado, me paro a pensar lo que debería de mejorar...
Me sorprende descubrir tantas limitaciones en mí... No se utilizar mi forma animal frente una pelea, y todavía no me transformo con verdadera habilidad. Necesito saber más sobre mis posibilidades y mis habilidades...

Observo que Adara mejora leyendo un libro sobre su raza y yo decido imitar su idea.
Con poca idea de lo que quiero hacer, me acerco a la biblioteca de la Sede y busco algún libro que pueda darme información que me interese.
Con suerte, descubro un libro de licantropía utilizada para métodos de lucha. En ese libro veo que se enseña a aprender a transformarse con facilidad y como utilizar combinaciones con golpes humanos y golpes animales. Ese libro también enseña como se puede pelear sin armas, con partes de animal, como las garras o los dientes...
<< Desde luego este libro me va a ayudar mucho...>> Pienso.
También veo un libro sobre vida animal, donde se describen los sentidos más desarrollados de los animales, como el oído, el olfato, el equilibrio o la fuerza. Describe a muchos animales terrestres y otros que desconocía, poniendo sus hábitos y habilidades. Decido coger también ese libro para aprender a desarrollar el olfato, el oído o la visión y aprender más sobre el instinto y los hábitos de los animales salvajes...

Después de coger esos dos libros, los guardo en mi habitación y paso los siguientes días leyendo y aprendiendo en la habitación, y peleando, transformándome y poniendo en práctica la teoría aprendida de los libros en mi sala favorita...

Me levanto de una siesta improvisada sobre el suelo de la sala de entrenamiento.¿Desde cuando no dormía? No me gusta dormir,es tiempo perdido en pesadillas y necedades. no estoy de muy buen humor,así m me será imposible concentrarme en dominar mi aura. Alcanzo el walkman y saco Scream Aim Fire y coloco Toxicity en su lugar. Avanzo hasta la última y posiblemente mejor del disco y me concentro en dominar la oscuridad que es sustituida por una calma casi infinita. Este arrebato de tranquilidad se transforma en un bostezo y me espabilo con un buen bofetón antes de hacer que el aura me levante. Las ataduras ya no son necesarias,he ejercido control suficiente para no tener que usarlas. Con el aura tensada y afilada cerceno las sogas con facilidad,irónicamente estaban ahí para contenerme.Seré estúpido! Bueno,,no es el momento. Ahora toca entrenar en combate,el sucio Jau es demasiado bueno como para vencerle en un combate limpio. Practico la rama mas sucia del combate,técnicas rastreras basadas en trampas,patadas genitales y fingida debilidad. Una de mis favoritas es en un cruce de espadas en el que hago creer a mi rival que voy a perder y el aura sale disparada desde mi cintura a modo de pierna y le golpea en sus partes nobles. También ideo un golpe en el que "pierdo mis armas" y estas ascienden desde el suelo azuzadas por mi aura. Así es el ancestral modo sabandija (xD).

Tras estar leyendo el libro en la sala de entrenamiento unas cuantas horas seguidas, consigo dar unos pequeños avances como el hecho de sacar las garras como si de un gato fuese.
En el libro leí que necesitaba intensificar la fuerza en la yemas de los dedos y dejara correr más la sangre en la mano... Al poco tiempo noté un breve escozor en los dedos y fui viendo como las garras se alargaban y, al hacer más fuerza en las manos, conseguí sacar las garras de todo. Las garras lograban medir hasta unos 13 centímetros de largo sacadas del todo, y su grosor y dureza también aumentaban.
Decidí atacar con ellas y descubrí lo cortante que podían llegar a ser al decapitar un muñeco de caucho duro sin problemas.
Dediqué toda la tarde sacando las garras y metiéndolas una y otra vez... Al principio me sangraban, pero poco a poco mi piel se iba acostumbrando a esos cambios.

Después practiqué movimientos de ataque y defensa con lar garras y trepé por las paredes con ellas. Eran increíblemente duras y se le podía asemejar al metal. Unas garras fuertes y negras como el betún...
Poco a poco iba descubriendo cosas que antes no conocía y estaban ocultas dentro de mí...

Jau parece estar muy concentrado,mejor no molestarle.Pero necesito matar a algo,destruir,poner fin a una existencia,o por lo menos romper algo. Bueno,comprobemos si esta sala está completa de verdad. En un rincón hay varios autómatas poco elaborados,básicamente espantapájaros con armadura y espada,algo es algo. Tienen una especie de manivela en el cuello,será para activarlos digo yo. Doy cuerda a uno de los autómatas y este se alza. El casco que es su cabeza da un repaso con la mirada a la sala y se me queda mirando antes de alzar la espada. Sus movimientos son bruscos,ortopédicos y arcaícos. No me supone mucho esfuerzo esquivarlos,pero al menos es más rápido de lo que supuse en un principio. Bloqueo su espada con mi katana y le doy un puñetazo en la cara,error,es un casco,es de hierro. Mientras me soplo la mano dolorida,el autómata se cierne sobre mí. dado que tengo las manos ocupadas,doy una patada trasera y golpeo en la oquedad entre el casco y la pechera. Haciendo saltar al 1º por los aires. La armadura corre a su encuentro. Esto es muy fácil pero quizá...
Ahora combato contra 4 de los androides,lo que me viene de perlas para ejercitar mi sentido circular de la vista. Un androide se acerca por mi espalda,recibe una patada que lo desequilibra y de un corte hago saltar su cabeza. Me agacho para evitar un tajo del tercer androide y ruedo por el suelo para esquivar a los otros dos. Me pongo en pie y cargo el aura en mi man izquierda. No tengo muchas tinieblas ahora,pero bastan para impulsar de un golpe a otro androide hasta chocar contra la pared.Con dos de los robots temporalmente fuera de juego,los otros dos no suponen ningún quebrader de cabeza. Aunque no tengo mucha fuerza en los brazos,mis piernas son otro asunto,han sido templadas en las disciplinas del karate,el parkour y la huida libre,en la que fui campeón estatal. Doy una serie de patadas al 1º y al 2º le machaco a espadazos. Así aprenderán. Pero se levantan y me rodean otra vez.
-Quien en mandará meterme en estos líos?-me pregunto mientras preparo mi aura.

El escudo me ha estado siguiendo durante todo el camino...la verdad es que me ha servido de ayuda, ha bloqueado a un par de bichos que habian decidido que su menú era yo.
El nuevo brazo se ha portado bien. Les ha despachado con rapidez.
Llego al edificio. Llamo a la puerta. Nadie me abre, así que entro.
Veo un libro en la entrada...lo leo y veo que si quiero ser residente, que firme (o algo por el estilo). Me encojo de hombros y firmo.

El americano bufó incómodo. No le apetecía lidiar con los cuatro autómatas. Gruñó y arremetió contra los robots con furia visigoda. Se apartó a un lado cuando la hoja del tercer androide le silbó junto a la cara y contratacó con un puño de oscuridad. Después agarró la empuñadura del sable del 2º y le desrmó antes de golpearlo con su arma. La espada de otro robot se cernió sobre el anarquista. Sin escudo,solo pudo usar al robot desarmado como escudo improvisado. La espada rebotó sobre su armadura. Alexander tiró al androide a un lado y arrolló al otro a base de espadazos. El último ni siquiera era importante. Se dio la vuelta y cerró la puerta. Bajó al primer piso. Pasó por su cuarto a cambiarse y salió al recibidor. Alli estaba uno de los chicos del primer torreón,no se acordaba de su nombre,así que le saludó como lo haría en la Tierra:
-Hola tú,me voy a dar un voltio.
A ver si me pillo un buen pedo.