Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

-Aaaaaaaaahaa!-me llevo las manos doloridas a la espalda-¿Es que nunca te enfadas?-sonrío- no sabes ni por que pero me vas a ganar,es irónico-me río-pero tienes un fallo,podrás ser muy duro,y luchas bien,pero eres lento como el desarrollo de una berza y tienes menos puntería que el ojo de mi culo. Voy a hacerte morder el polvo como me llamo Alexand...Reisha.-despliego el aura en torno a mi brazo y la moldeo para formar una pequeña espada-esto sigue siendo parte de mí,particularmente no creo que infrinja las normas pero yo que tu...no intentaría bloquearla. !En guardia!
No creo que aguante mucho más,pero ya conozco a mi rival. Aprovecho mi inercia para esquivar sus garras echándome al suelo y deslizándome sobre el aura,dado el tamaño de mi rival,paso sobrado entre sus piernas y le agarro de los tobillos haciéndole caer al suelo. Pero para el golpe con las manos. Se va a poner en pie pero:
-De eso nada-digo poniéndole las manos en la espalda-te dije que besarías el suelo.
Reuno el aura en mis manos y la libero como una sacudida que le hace estamparse contra el suelo.
-¿No te vas a enfadar ni siquiera un poquito?-me burlo.
No quiero llevarme mal con él,pero no hay otra manera de ganar contra un rival tan fuerte.

<<¿Se piensa que soy lento?>>
<< ¿Un tigre lento?>> Pienso.
Después forma una espada con su aura, y me ataca. Intento atacarle con mis garras, pero se me cuela entre mis piernas y me desequilibra cogiéndome de los tobillos.
Justo cuando me voy a levantar, acumula mucha aura en sus manos y me ataca con el, yo salgo por los aires y esta vez soy yo el que se estrella contra una pared...
Esta vez, dolorido, me levanto y aprieto los puños.
- ¿Qué por que no me enfado? - Le contesto irónico.
- Si me enfadará, en menos de un minuto estarías perdido. -Le digo.
Un poco enrabietado, salgo corriendo a por el con las garras bien abiertas.
Reisha se sorprende de mi rapidez, pero antes de que me ataque con la espada, yo le lanzo un zarpazo a la altura del pecho, extendiendo todo su aura por todas partes como si fuera una ráfaga de aire y provocándole que volara otra vez por los aires.
- Será mejor que no me fatigues, chico. Me has caído bien y no quiero ponerme serio. - Le digo con las garras en alto.
Reisha se queda de rodillas, mirándome desde el suelo...

-Nunca,jamás,me trates como si fuera un crío o simplemente un rival inferior-le explico con voz gélida mientras saco unos cuchillos de la chaqueta-me has oído gatito?-pongo una voz neutra antes de gritar-ME HAS OÍDO?! NUNCA! Vamos a divertirnos-cubro los cuchillos con oscuridad-hoy vas a descubrir el significado de la derrota. Podrás ser todo lo majo que quieras,pero si me subestimas,te mataré sin piedad-cruzo las manos sobre mi pecho antes de imbuir los cuchillos que llevo en cada mano (unos 6 en total) en oscuridad-aquí va mi último ataque: dEMenTiA!-exclamo.
Mis movimientos se vuelven completamente erráticos e impredecibles,ni yo mismo se lo que voy a hacer,no se que pasó ahí,sólo se que al interrumpir el ataque,yo tenía el cuerpo cubierto de cortes y moratones y Jau estaba sangrando por un corte muy feo en el pecho y las piernas que parecían un mapa.
-Esto pasa cuando me subestimas-explico y le ofrezco la mano-vayamos al botiquín anda,lo consideraré un empate.

Tras oír mi comentario, Reisha de vuelve furioso, pensando que le subestimaba y sacó un manojo de cuchillos.
La ira de Reisha le hizo atacar a lo loco, atacándome con 6 cuchillos cuyas direcciones no se sabía ni donde iban a parar. Reisha atacaba a ciegas y yo no veía sus cuchillos por la oscuridad se su aura.
Algunos cuchillos los paraba con las garras y otras las intentaba esquivar a poco centímetros de mi cuerpo, pero la ira ciega de Reisha no me permitía atacarle. Y los cuchillos me acertaron en las piernas y en el pecho.
Entre zarpazos, cuchilladas. Al final acabamos con cortes por todo el cuerpo...
Reisha se calmo un poco y me dijo que no le subestimara,que esto era lo que pasaría.
Me puse serio, por primera vez y le contesté.
- No te he subestimado en ningún momento. La naturaleza dice que hasta la apariencia más débil como puede ser un mosquito, puede ser un arma mortal. - Le contesté serio.
- Y nunca debes atacar a ciegas por culpa de la rabia o la ira, porque te puede salir muy mal la jugada contra alguien que sepa utilizar toda esa rabia en tu contra. Por eso nunca me vas a ver atacar con ira o enfada.
-Las peleas deben de ser tranquilas. Así es como se controlan las peores situaciones situaciones. -Finalicé.

-Vamos a por el botiquín, anda. Chico agresivo. -Le contesté más tranquilo.
Después fuimos los dos, más relajado, a por el botiquín.

Da igual lo que haga,al final siempre acabo perdiendo. Me la suda el tigretón y el p*** espejo de los cojo***. Si he venido aquí es para destacar,tanto si es para bien o para mal. Recojo mi espada y mis cuchillos esbozando una mueca de dolor.
-Me sigues tratando como a un crío-ojalá pudiese retractarme de lo dicho,no me gustan los buenazos como él-si las peleas fueran como tu dices,yo estaría muerto. La ira,el odio,la frustración son parte de nosotros,intentar dominarlas es un error.
Esta sala debería tener un botiquín,lo busco,y no era difícil de encontrar. Me desinfecto las heridas con una cara apática. Si todos los que vienen son como aquí mi amigo el Hello Kitty me voy a aburrir. De por sí sangro poco,y salvo un par de éllos,no suponen ningun problema,estos dos si que los vendo con nula destreza. Llamo a Jau:
-Vamos tigretón,vamos a ver si el gatito te ha hecho pupita-le llamo aburrido-a ver que te has hecho...j***r,¿no te duele?-exclamo al ver el corte que le he hecho en el pecho,mediría por lo menos unos 40 cm-los de las piernas son arañazos al lado de ese,veamos que se puede hacer... pero no te engaño,mi habilidad es nula. Deberías lavarte la herida y luego vendarla bien,no es cauto usar antisépticos en heridas abiertas. Y perdón por perder el control y toda esa mierda-no lo siento en absoluto,pero no quiero enemistarme con la gente.

Reisha está muy enfadado conmigo por esa puntuación que ha obtenido.
- Vamos a ver, Reisha. - Le digo intentando quitar su enfado.
- No te trato como un crío. ¿Acaso piensas que soy mucho más mayor que tu?. Aunque sea grande no significa que sea mayor. Yo tengo 17 años, y no me hago ni el maduro ni el superior. -Intento explicar el mal entendido.
- Solo intento ayudarte para mejorar. Yo también estoy aquí para mejorar y estoy seguro que tu me sacarás defectos más adelante. -Le explico.
- Baah... Olvidemos este mal entendido, anda. Que ahora somos compañeros. -Finalizo.

Encuentra el botiquín y se cura sus heridas. Después Reisha me pasa el botiquín y se sorprende al verme el corte de el pecho.
-Claro que me duele, capuy*. Pero todo es aguantable... -Le contesto poniéndole una mirada asesina, bromeando.

Después me lavo la herida y me echo una especie de velcromina para que cicatrice más rápido y me vendo el pecho. Después me curo los pequeños cortes de las piernas.
-Bueno, creo que ya estoy listo.

-¿Diecisiete? Creía que eras mayor,solo me sacarás un año,pero calculo que he vivido aproximadamente el triple que tu,no te lo tomes a mal,soy el típico tío que hubiera muerto por politoxicomanía a los 21 años-me río amargamente-la gente me suele tratar bastante mal,y no los culpo,por eso interpreté tu...caballerosidad como un insulto,perdoname por favor.
Me levanto entumecido y muevo los brazos para comprobar que siguen en su sitio. Se escucha un chasquido,ahora sí.
-Bueno,te invitaría a algo pero dado que aún no nos pagan-me encojo de hombros-me voy a subir a la cocina a ver que hay,no se si necesito comer,pero al menos mantengo el sentido del gusto y...-me lo pienso-llámame Alexander,reisha es demasiado formal-bromeo.

Escuchaba a Reisha y me imaginaba la vida tan dura que pudo haber tenido...
<< Debe de ser muy difícil vivir así. Supongo que no estaba acostumbrado a la simpatía de alguna persona...>> Pienso.

- Disculpas aceptadas!
- Ahora estás en Rocavarancolia, y puedes olvidarte de esa vida... Se que es difícil,pero te acostumbrarás. - Le sonrío.
- Subo contigo, que mi apetito de carnívoro es impasible y nunca para. -Bromeé.
- De acuerdo. Alexander. -Le guiñé un ojo.

Vamos en busca de la cocina, caminando por nuestra nueva vivienda. Al parecer, todavía no hay ningún inquilino aparte de nosotros dos.
<<Esto está desierto...>>

Sonrío amargamente y le contesto:
-Desgraciadamente tuve algunos episodios psicóticos con los otros cosechados (no eres el 1º al que casi mato en un entrenamiento amistoso) y no saben que intento cambiar,de hecho esperaba encontrarme alguno aquí,pero está desierto... de hecho solo dos personas me han tratado bien,Cain y Marta,que es mi novia,es medio cierva así que agradecería que no te la comieses-bromeo.
Subimos a la cocina. Yo no tengo demasiada hambre,espero encontrar algo con alcohol al menos,pero no es plan emborracharse el primer día. Selecciono un trozo de carne.
-No te veía pinta de herbívoro,pero imagino que poco más comerás. Bueno,mis habilidades en los fogones son pocas,pero algo se hacer-me encojo de hombros-espero que te guste la cocina italiana,tuve una novia italiana que me enseñó algo antes de que la pillase con otro tío en la cama (la muy zorra decía que quería llegar virgen al matrimonio) cosas que pasan cuando tienes pasta-explico-pero bueno,de ahí que solo sepa hacer comida italiana.
Cojo un cuchillo de carnicero y troceo la carne con violencia. Después rebusco entre las especias y verduras cosas que me recuerden al tomate,la albahaca,el orégano,etc. Mejor de lo que esperaba. Me pongo a guisar y sigo hablando con Jau:
-¿Y que tal era tu vida en la Tierra?

Mientras caminábamos, dirección a la cocina, me cuenta algunas cosas de sus percances con otros cosechados.
-Vale, cuando vea una mujer cierva me apartaré, no problem. -Le contesté riéndome.
Llegamos a la cocina y saca un trozo de carne, y se ofrece a cocinarlo.
-Sabes cocinas mejor que yo seguro. -Bromeé.
- He comido bastante carne cruda... Así que tampoco tienes delante tuya a un buen crítico. -Le dije recordando las noches que cazaba hienas y de más alimañas...
- Cocina Italiana!! Suena muy bien. -Le respondí agradecido.

Mientras Alexander cocinaba la carne con unas especias, me preguntó por mi vida en la tierra.
- Bueno, pues en la tierra... Digamos que vida familiar no tenía mucha. Mis padres estaban muy ocupados trabajando y a penas estaban en casa, en verdad nadie estaba en casa porque yo siempre he estado en la calle, bailando y sobreviviendo como podía. Me pasaba todos los días bailando con amigos y conseguía ganar algo de dinero a veces bailando en las grandes calles de la ciudad, ya que mis padres no llegaban nunca a fin de mes... En fin, lo que se dice una vida callejera... En cierto modo me pega ser un gato. -Le cuento brevemente mientras miraba su agilidad con los fogones y las especias.

-Vaya, y en Detroit,no parece ser una vida fácil,pero imagino que mejor que la mía-digo retirando de el fuego la olla con el estofado (que rápido cocino,eh? bueno,supongamos que ha pasado un rato,fale?)- la mía no era mejor. Mis padres solo querían controlarme,y de día no podía hacer nada,solo me encerraban en mi habitación,todo cambó cuando recibí una importante suma de dinero de mi abuelo muerto,que sabía que si me la daba por la vía legal mis padres me lo quitarían todo.-hago una pausa mientras sirvo los platos y me siento con él-Mierda,los cubiertos!-blasfemo y me levanto a por ellos-como te decía todo cambió,me apunté a varias actividades extraescolares chorras y soborné a los profesores para que dijeran que asistía (te digo,una IMPORTANTE suma). Monté mi vida como un engaño a gran escala,salidas nocturnas (practicamente cada día),nombres falsos y...caí en la delicuencia,robos,vandalismo extorsiones,vivía usando a los demás como objetos y como nadie conocía mi nombre,nadie podía demandarme. Me enganché a ciertas cosas que un gatito bueno como tú jamás debería probar y la ciudad se convirtió en mi patio de recreo (parkour,soy bueno) y mi lienzo (graffiti,decente). Mi vida era intensa pero me sentía insatisfecho con élla,me sentía como fuera d lugar,las desiertas calles de Seatlle fueron lo único parecido a un hogar que tenía. Para colmo durante un viaje mi padre bebió de más,se puso violento y me lo...me lo cargué,y creía que no me vió nadie,pero me vió mi novia,y se lo contó a la poli,no la guardo rencor,creo que se suicidó,pero el caso que una noche mientras intentaba escapar del país me ofrecieron venir aquí-me siento a cenar-¿crees qué protesté o me negué? No! Ni de coña,vine encantado,y no me arrepiento de nada.

-Vaya... Tu vida fue más dura que la mía. Mucho más... -Le dije alargando mucho la última palabra y acabándola en un susurro, pensativo...
<< Debe de ser muy duro convivir sabiendo que has matado a tu padres...>> Pienso un poco triste.
-Bueno, al menos tenemos algo en común... Somos callejeros y venimos de las calles. -Le sonrío para que se anime un poco.

Alexander sirve la comida y maldice en alto al olvidarse los cubiertos.
<<Qué carácter>>
- A mi cuando me brindaron la oportunidad de venir tampoco me lo pensé dos veces. No me imaginaba nada peor que la situación en la que vivía, aunque ahora veo que si que las hay. Pero bueno, yo tampoco me arrepiento... Aunque me haya salido más pelo. -Bromeé.

Pruebo el estofado y hago un sonido de satisfacción.
-Ummmmmmm...! No recordaba comer nada tan bueno como esto!! - Agradecí el magnífico estofado.
- Espero que se pueda repetir!.

Recuerdo que se me convocó en la Sede de los Taumaturgos, oí el discurso; pero no decidí entrar hasta hoy. ¿La razón? Volar. Naturalmente, he tenido mis momentos de descanso, aunque mayoritariamente los he pasado en el torreón o, un día, incluso en el burdel. Pero llegó el momento de ir a mi nuevo hogar.
Cuando llego, entro por la puerta y me inscribo en el registro que mencionó la loba que nos dio el discurso:
Adara.
Leo sobre las dependencias de que dispone el edificio. Mientras estoy en ello, noto un olor que proviene de donde, creo, deben estar las cocinas. Soy asaltada el hambre, así que me dejo llevar por el aroma hacia la cocina.
Allí se encuentran dos que, supongo, son los que figuran en la lista conmigo. Me acerco a ellos y me presento de forma abierta.
-Buenas, chicos -aunque ya parecen de todo menos eso-. Supongo que vosotros debéis ser mis compañeros en la residencia. Mi nombre es Adara.

Las calles...sí,supongo que soy algo callejero,pero no es eso;mientras estaba en la calle no tenía que dar explicaciones a nadie,todo era mío en cierto modo,había gente de noche,pero nadie sabía quien era. Se podría decir que dejaba de ser yo,solo corría,pintaba,huía,escalaba,era una liberación del animal que llevo dentro. Cambiando de tema,parece gustarle mi cocina.
-Gracias,no es para tanto,es un plato fácil,pero la elección de especias es la clave,con los mismos productos y las especias equivocadas,sabría a mierda-bromeo,pero es verdad-ten quédate mi plato,guardate algo para mañana yo no necesito comer muy a menudo, y tampoco tengo hambre.
Le paso el plato y entra una...una...bueno,es una chica,pero tiene alas y es negra como el onyx. Esta situación es algo extraña,pero supongo que es la nueva compañera de clase y habrá que tratarla bien.
-Hola Adara,soy Reisha,de Seattle,y el tigretón (no te dejes engañar es un tío muy majo) es Jau,también es americano,pero el es de Detroit.-no se si tendrá hambre,pero bueno,seamos educados- Encantado de conocerte Adara,acabo de hacer la cena,si tienes hambre te sirvo.

Me quiere servir algo de ese estofado que tan buena pinta tiene. Supongo que ya habrá comido, así que no le voy a rechazar el plato.
-Me has leído la mente, compañero -le digo mientras esbozo una sonrisa-. En cuanto a mi procedencia... Si te refieres a dónde nací, en una pequeña ciudad de Gales, pero lo cierto es que me pasé la vida viajando de un lado para otro con mi madre, así que nunca me he considerado de ninguna parte.
Me sirve un plato de estofado y empiezo a cenar.
-Pero bueno, que me enrollo como una persiana y seguro que te aburro -tomo una cucharada del plato-. Oye, ésto está realmente bueno, chico.
Me termino la ración en silencio. A continuación, me levanto y estiro el cuerpo, incluidas las alas -que, si bien las domino en el aire, aún me parecen raras cuando estoy en tierra-.

Drew trató de convencerse de que aquello era lo correcto. Puede que no supiera manejar armas, pero aún podía aprender. Era un negado para la magia, solo había dominado un hechizo nada útil en combate. Podía combinar su dominio con las prácticas mágicas.

Abrió la puerta y entró al edificio.

¡Otro más!