Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

Elunin
Desde el interior del torreón pude ver por una ventana cómo el amo se alejaba con el resto de sus compañeros y luego me acerqué a la otra nublina, desconocida de momento, por no estar solo, tomando una silla ni muy cerca ni muy lejos. Pero en cuanto veo que empieza a llorar y a murmurar algo, me acerco e intento consolarla, secarle las lágrimas con la manga de la camiseta, hablarle, que cambie de tema:

-Eh, eh, oye, tranquila, eh, calma, caaalma.-y al estar más cerca, logro escuchar lo que se repite.-Ya verás como no le has fallado, tranquila... -quizá no suene muy convencido, pero es que no lo estoy. No sé qué ha pasado, pero si dice eso es por algo que ha hecho mal... ¿Tiene amo?-Eh, mira, yo soy Elunin.-sigo diciéndole, colocándome esta vez frente a ella.-¿Cómo te llamas? ¿Vienes de Varanubla? ¿O prefieres que te cuente yo algo sobre mí?-sigo preguntando cosas así, hasta que de pronto una voz resuena en la ciudad...

Al parecer son noticias sobre los demás mundos vinculados, así que presto atención por si acaso. No puedo evitar emocionarme cuando nombra al Gran Alfa Necir, el mago que logrará levantar Varanublagálago. Pero algo no me encaja en el discurso... <<< ¿Exigencias? ¿Presión? ¿No lo hace por nosotros acaso? ¿¡Descabellado intento!? ¿Crisis aprovechada por el bien del reino? Pe...pero... Amo siempre ha dicho que el Gran Alfa Necir lo lograría... Amo no mentiría... Es muy bueno conmigo... ¡La voz miente, sin duda! >>> Y vuelvo a caer en la cuenta de que no estoy solo.

-Eh, oye, no hagas caso a esa voz: miente. El Gran Alfa Necir logrará levantar Varanublagálago.-afirmo con voz firme.- Y entonces yo seré como mi Amo, más débil, por supuesto, pero seré como él.-consigo decir, tartamudeando de la emoción.

Tánia
La chica sorbio su pena cuando se dio cuenta que el otro nublino estaba hablandole. No sabia nada de él, pero parecia más confiado en aquel entorno que ella. ¿Como que no le habia fallado? Él esperaba que ella hiciera algo que nunca habia hecho en la vida y que odiaba hacer. Entrenarse para hacer daño a la gente...
De pronto, para interrumpir sus pensamientos, una voz habló en su cabeza. Sorprendida por aquello, apenas se dio cuenta de que hablaba. Algo del Varanublago... Decian cosas muy feas de él... Pero... Si lo que habia oido era cierto, aquello convertiria a Nubla en un mundo muy poderoso, a la sombra de rocavarancolia, pero poderoso. La mente de Tánia de pronto le dio vueltas al asunto, viendo como se indignó su compatriota ante los comentarios de la voz. Cuando por fín calló, Tánia se aventuró a enunciar algo en voz alta, algo que, para el nublino medio, requeria mucho coraje y valor.
-Puede ser que... ¿no quieran que nubla mejore? Puede ser que...-tragó saliva.-¿Tengan miedo de Nubla?-dijo tímidamente mientras seguia dandole vueltas.
Negó con la cabeza, no le gustaba andar en temas de intrigas. Finalmente se encaró con el nublino y le contestó. Ya tendria que lidiar con su amo más tarde.
-Me llamo Tánia, soy de un pueblo de las afueras. Ayer mi amo me trajo aquí y estoy algo perdida.-dijo rascandose la nuca.-Si me pudieras aconsejar o contarme algo más de la ciudad te estaria muy agradecida.-admitio.

La nublina acaba serenándose pero para entonces es lo de la voz riéndose del Gran alfa Necir. Yo seguí un rato quejándome, murmurando, hasta que la chica se armó ve valor y habló sobre el tema. ¿Que no quieran que nuestro mundo mejore? ¿Miedo de nosotros? Imposible, imposible. Nuestro mundo mejorará pero nunca lo suficiente para dar miedo a los habitantes de Rocavarancolia.
-¿Cómo podríamos equipararnos con los dioses? No, no nos temen.-afirmo sin duda, con fervor.

Niega con la cabeza y luego me mira para hablarme, respondiendo a mis preguntas iniciales, tomando nota mental de todo lo que dice. <<< Tánia, de las afueras... Uno de los de antes era su Amo... Vale >>> Sonrío ampliamente cuando menciona lo de la ciudad y asiento varias veces, luego me bajo de la silla y empiezo a contar todo lo que sé sobre la ciudad, los barrios, las criaturas y alimañas que la habitan, mi Amo vampiro, lo bien que me trata y cómo nos llevamos de bien; dónde vivo con él, que me dejó su cama el primer día, la ropa que uso en su hogar, el trabajo que desempeño allí a veces como camarero. Qué se hace en el Burdel es la parte en la que me cuesta más hablar, no por mí sino por la chica. También le cuento que mi Amo trae comida semanalmente de Nubla, para mí ya que él bebe solo sangre...
-Vale, perdón, hablo poco de la ciudad... Lo mejor que puedes saber es que mejor ir con nuestros amos o somos presa fácil. Hay cada bestia hambrienta...-añado con cierto miedo, pero rápidamente cambio de tema.-¿Y quién era tu Amo? ¿El ulterano o el terrícola?

Tania asintio con la cabeza. Habia dicho algo estúpido. Aún estaba confundida con tanto cambio. El chico, de nombre Elunin, le contó sobre su vida y su día a día con su amo, Jack. Al parecer se trataba de un temible vampiro que se alimentaba de la sangre. Un escalofrio recorrio la espalda de la nublina. No aparentaba ser un ser tan peligroso. Al parecer, no todo lo que veia con sus ojos en aquella ciudad era cierto. ¡Eran leyendas después de todo! ¿Que pretendia? ¿Que todo fuera igual que antes? No. Ahora estaba ahí, sirviendo a uno de ellos.
Al parecer Elunin tambien durmio una vez con su amo. Tania se sonrojó levemente al recordar como ella tambien habia dormido aquella noche con su amo, estando él ligeramente desnudo. ¿Seria una tradición? De pronto, su compatriota le hizo otra pregunta.
-¿Ulteraque?-No habia escuchado bien o no le habia entendido. ¿Que serian aquellos nombres? Poco sabia Tania sobre los mundos vinculados, pues, de rocavarancolia, solo tenia conocimiento de su planeta, nubla, en el cual actuaban como dioses.

Llegué a la Sede a velocidad vertiginosa, pero logré detenerme y adoptar un paso normal en menos de dos segundos, como si hubiese dado un sencillo paseo. Me alisé la ropa y me detuve ante la puerta para hacer un rápido examen: sangre por todas partes. No puedo entrar así, Elunin no se importunará, pero la otra nublina... Acabo haciendo un hechizo de limpieza que apenas noto y paso al interior en perfecto silencio, con una extraña sonrisa y notando la piel cálida bajo la ropa. Los dos nublinos charlan en la cocina, sentada Tánia y Elunin dando vueltas mientras habla...

Elunin
Mientras hablo, veo que se sonroja... ¿Será por lo del Burdel? Seguramente... Y porque no he contado nada más... Y cuando acabo, descubro que no sabe nada del mundo de su Amo... Extraño, ya que mi Amo en este tiempo me ha contado cosas de su mundo anterior, poco pero algo. Así que empiezo a contarle lo poco que sé sobre Ulterania, incluyendo lo de la amiga de mi Amo, Nia, otra compatriota del Kaiser. Por lo que sé son muy peligrosos y poderosos en el campo bélico, no puedo evitar tenerles un poco de miedo y esto se nota en mi monólogo. También hablo del mundo en que sus habitantes son felinos, muy pacíficos, o del de Giz y Caillech, con su aterrador desierto -desde el punto de vista de mi Amo.

Pero de pronto veo de refilón algo en la pared, a lo cual me giro sobresaltado: nada.
-Creí que...-empiezo a murmurar, pero luego sacudo la cabeza.-Nada...-y vuelvo a girarme hacia Tánia.

Abro la boca, dispuesto a seguir mi torrente de información, pero noto un repentino calor en torno a mi cuello y una sensación familiar me atraviesa el cuerpo, provocando varios escalofríos que contrastan con el calor que emana el cuerpo de mi Amo mientras me besa y bebe, aunque solo por unos instantes que se me hacen eternos. Creo que nunca me acostumbraré al caos de sensaciones...sé que es como si la vida se me escapase, pero confío en él, soy suyo y no me matará. Además, es tan extraño y relajante cuando todo acaba, me cura la mordedura para después dar un paso al frente, hacia mi interlocutora.

Jack
<<< No tengo remedio. Pero verle sin posibilidad de defenderse, de espaldas, hablando y hablando... >>> Sacudo la cabeza y miro a Tánia, sonrío y hago una inclinación de cabeza:

-Buenas noches. Me temo que nos vamos, otro día si queréis venimos y seguís hablando, o si no, venid al Burdel y preguntad por Elunin o por mí, ¿vale?-digo a la nublina, pensando en que puedo confiar en el Kaiser y, por qué no, mejor llevarse bien con él.
-Nos vamos ya... Vale, otro día seguimos.
-Sí, a casa
-De acuerdo.-el nublino mira a Tánia y me imita con una ligera inclinación de cabeza.-Buenas noches y hasta otra, Tánia.

No pierdo más tiempo y le cojo en brazos, para luego echar a correr como alma que lleva el diablo hacia el Burdel. Allí decido que al día siguiente iremos a la taberna, así que nos acostamos y a la noche siguiente partimos hacia el local, pero con ánimo de pasar el rato, nada laboral...
Sigue en la Taberna.

Toima y Tania

Borracho y agotado, además de dolorido, el que antes se hacia llamar Kaiser entró apoyada en su fiel compañera nublina que se iba quejando por el camino de vuelta, aquejándose de la poca cabeza que tenia su amo, dejándose provocar fácilmente, sin contar la facilidad de este para provocarse heridas y caer en la bebida. Tania enlistaba al kaiser los problemas de la bebida, en parte, para intentar olvidar todo lo que había ocurrido en la taberna. Todo el mundo allí estaba loco o eran unos fuera de series. Toima, por su parte, poco más hacia salvo gruñir y murmurar palabras inteligibles en respuesta de la bronca que le estaba echando la nublina.
Finalmente, entraron a la sede y fueron hacia el cuarto. La nublina que aun tenia color en su cara se volvió a quedar tiesa en el sitio cuando el ulterano se tiró sobre la cama, aun vestido, y se puso a roncar. Espacio, aún había para los dos, pero la idea de volver a dormir con su amo la hizo sonrojarse aún más.
Tras un rato de comerse la cabeza con ideas extrañas, y pensamientos fuera de lugar, Tania decidió que, mientras que pensaba donde iba a dormir, debía poner más cómodo a su amo, que aun por tener, tenia las sucias botas militares puestas, y ensuciaba las sábanas. Tania sacó la lengua, concentrada, mientras que desabrochaba los cierres de las botas del ulterano y cuando las hubo desabrochado ambas, intentó sacárselas, pero estas aún así estaban firmemente aferradas al pie del ulterano. Tania tiró y tiró pero apenas logró mover las botas de su sitio que ya de serie, pesaban un quintal, con el recubrimiento de acero en la punta y la pesada suela. Forcejeando hasta hacerse daño en las manos, mientras contenía un grito de esfuerzo, logró sacar una de las botas con un sencillo "plop" pero que, con la fuerza que había imprimido la chica, la hizo trastabillar y caer con la bota al suelo. Se levantó frotándose dolorida el trasero. La bota le habia puesto perdida su vestido, tendría que lavarlo más tarde.
Jadeaba y sudaba para sacarle la segunda bota, a la cual ya le habia pillado el truco, pero ahora le faltaban fuerzas. Una risa salia de debajo de la almohada mientras el kaiser mismo se quitaba la bota y la lanzaba a través de la habitación. Tania se sonrojó al descubrir que su amo había estado fingiendo estar dormido para reírse a su costa.
-¡No tiene gracia, Amo Toima!-se quejó, señalando su vestido pringando de barro.-Dormíos de una vez, mañana ya recibiréis vuestro castigo.-dijo ofendida. Cogió unas mudas limpias y bajó al baño mientras la mancha todavía no se había secado. Limpio a base de frotar aquel vestido de colores primaverales tan alegres. Estuvo más de media hora limpiándolo hasta que se dio por vencida y lo colgó a sacar.
Volvió a entrar al cuarto y el ulterano, que la había estado esperando despierto le hizo una seña. La chica se alarmó y gesticulando en abundancia procedió a explicarse.
-¡No! Vera... Amo Toima no procede mucho que-
-Veeeeeeeeen aquiiiiiiiii.-le cortó el ulterano. La chica tragó saliva y se acercó indecisa a la cama. Se metió entre las sabanas, como levantando un escudo entre ella y el ulterano, pero este franqueó todas las defensas de la chica y acabó abrazado a esta como quien se abrazaría a un peluche gigante. El cerco del ulterano era tan fuerte que la chica apenas se podía mover. Finalmente se rindió de su intento de fuga, de todas formas no iba a dormir mucho aquella noche.

La nublina se despertó. Sola, tendida sobre la cama desecha. Apenas había pegado ojo con tantas cosas en la cabeza. Anoche, la taberna, su amo partiéndose los dientes, borracho, el chico músico... Sobretodo le preocupaba su amo. Bostezó y desentumeció el cuerpo. Bajó abajo para ponerse su vestido, que para aquel entonces estaba ya seco. Llamó a voces al ulterano pero no recibió respuesta alguna. Registro la sede de arriba a abajo hasta que, en la azotea, le encontró, sentado con las piernas cruzadas y los brazos abiertos, mientras el viento mecía su pelo.
-Amo Toima...-susurró, intrigada por saber que hacia él ahí arriba.
-Así que no fue un mal sueño... eso explicaría este maldito dolor de cabeza...-dijo cerrando los ojos y grindando los dientes, de dolor. Hubo un incómodo silencio.-¿Puedes decirle a Adara que no iré hoy a entrenar con los demás? No me encuentro ni con fuerzas ni con ganas...-
-S-si...-respondió y tras hacer un pequeño movimiento con la cabeza bajó escaleras abajo y localizó a la ángel negro y le explicó lo que le había encargado hacer su amo.
Mientras, Toima, procuraba no pensar en nada. Solo dejaba que el viento le acariciara y esperaba que el dolor cediera. Ahí no había más ruido que el sonido del viento, cosa que disfrutaba con los ojos cerrados.

Cain se frotó los ojos y alzó la mirada para abarcar con ella el edificioal completo. No sabía muy bien cuánto tiempo llevaba dando vueltas por la ciudad ni cómo había llegado hasta allí pero ya que estaba podría entrar a saludar... Se pasó la mano por la frente, cubriéndose el ojo sano que le ardía como si le hubiesen echado ácido por encima. << Seguro que tengo un aspecto horrible>> se lamentó mentalmente, pensando a su vez si no tendrían allí algo para el dolor de cabeza, pues todas sus pociones estaban en el burdel, al que no pensaba volver por nada dle mundo << No por ahora...>> y no era recomendable que usase magia en su estado.

Se plató ante la puerta de la Sede sin saber muy bien qué hacer. No recordaba si había algun sistema de seguridad y tampoco tenía demasiadas ganas de comprobarlo. Por primera vez en mucho tiempo, Cain echó de menos los teléfonos móviles. << No jodas que voy a tener que gritar...>> Llevaba tanto tiempo sin relacionarse con nadie que no tenía muy claro a quien llamar

-¿Alex??- probó. Fue la primera persona que recordó que vivia allí, y con la que había tenido más trato. Pero no sabía si seguía vivo siquiera, no sabía nada de él desde hacía años... Incluso había olvidado el nombre que eligió después de la Luna. Por suerte recordó su última visita a la sede y un nombre conocido- ¡¡Adara!!- llamó, algo más seguro de sí mismo. Aguardó un par de minutos y viendo que nadie contestaba probó a dar un par de golpes en la puerta, alejarse unos pasos y probar otra vez- ¡¡Adara!! Soy Cain... esto... ¿me abres??

Volvió a esperar unos minutos, sintiéndose increíblemente estúpido, listo para darse la vuelta en cualquier momento y desaparecer.

Toima y Tania

Tras cumplir con el recado que le habia mandado el ulteano, Tania subio algo para que su amo desayunara y se pasaron la mañana y parte del mediodia en la azotea, sin hacer mucho hasta que el ulterano se fue encontrando mejor y fue abriendo los ojos lentamente. Enrojecidos, el ulterano tan solo vigilaba el horizonte, por hacer algo relajante y Tania procuraba que el sol no golpease a su amo, pero aún se callaba algo.
-Sueltalo ya.-dijo Toima con un suspiró.
-¿El que?-respondio Tania, haciendose la tonta.
-Llevas toda la mañana frunciendo el ceño a mis espaldas y me molesta, di lo que tengas que decirme.-se llevó los dedos a la boca y pasó el índice por su nueva y brillante colección de dientes. De no ser porque estaba borracho cuando se dio el golpe, se hubiera retorcido de dolor si hubiera estado consciente cuando le volvieron a salir, causandole aún más heridas.
Tania vaciló y fruncio los labios. No sabia si echarle la brnca o no, y de si, en caso de que lo hiciera, este le haria caso y haria algo con su vida. Suspiró.
-Amo Toima, yo...-
En ese instante, los ojos del ulterano captaron algo a lo lejos, una figura que vagamente le recordaba a algo pero no terminaba de acertar quien o que era. Iba claramente hacia la sede y no vivia ahí.
-Espera.-la cortó.-Tenemos visita...-
El ulterano se intentó poner de pie pero las piernas le fallaron y tuvo que apoyarse en la nublina para recuperar el equilibrio.
-Juro que no voy a volver a beber. Lo juro.-chasqueó la lengua.- Ve a ver quien es y que quiere.-
-Pero... amo toima...-
-Ve, te estoy diciendo, en seguida te alcanzo...-
Tania se puso de pie y corrio escaleras abajo. La nublina llegó a escuchar como una voz masculina llamaba a gritos a Adara, una de las compañeras de torreon de su amo. Con celeridad, se pegó a la mirilla y espió a través de ella. Contuvo un gritito de sorpresa al comprobar que se trataba del mismo chico que ayer, habia irrumpido en el bar y habia atacado al otro chico de nombre Vac. Tania entró en pánico. ¿se habria dado cuenta del fallido intento de atacarle con una silla? ¿Venia a por venganza? Tania no sabia que hacer y se puso más nerviosa. La voz de adara la insistio para que abriera la puerta al individuo. Tania abrio la puerta, vacilante y se hizo a un lado, cabizbaja, no atreviendose a mirar al chico al único ojo bueno que tenia.
Toima estaba alerta y vigilaba por las escaleras, expectante de saber que quería aquel individuo pero sin suficientes fuerzas como para presentarse ante él.

Cain estaba a punto de marcharse cuando abrieron la puerta. Era una chica que no había visto nunca... Parecia demasiado normal y... pequeñita para vivir en la Sede pero teniendo a Uzza había aprendido a no hacerse una idea precondebida de la fuerza de alguien por su tamaño. Meditó unos instantes lo que decir.
-Er... Hola, soy Cain ¿Está Adara por aquí? O... Jau, o Anibal...
A los otros dos no los trabata tanto, y no estaba seguro de querer contarles a ellos sus penas, pero en ese momento necesitaba hablar urgentemente con alguien, pues la proposición de Dantalian de ir en busca del íncubo se hacía cada vez más tentadora... Se asomó nervioso a la puerta por si encontraba alguna cara conocida y se topó de lleno con un tipo enorme y albino lleno de ojos rojos por todo el cuerpo.
-Hola- saludó, curioso. Y frunciendo el ceño añadió- Me suenas
Era un comentario estúpido, un bicho así no te ''suena'' simplemente, no es algo frecuente que se pueda olvidar con facilidad, incluso en una ciudad como Rocavarancolia. Pero recordaba vagamente haber visto a una criatura parecida en algún sitio... de refilón... Tratando de recordar todo le empezó a dar vueltas. Se apoyó en el marco de la puerta para no desplomarse y volvió a taparse los ojos con la mano.
-Jodeeeeer, malditas cosas coñazo no se callaaaaaan...- maldijo entre dientes- Aparta bonita, necesito algo o potaré en vuestra puerta...
Entró en la sede apartando a la chica con delicadeza, y fue hasta la cocina. Sabía donde estaba así que no necesitó indicaciones. Buscó como pudo unas hierbas en los armarios. << Tiene que haber algún relajante en algún sitio... Es una maldita residencia de guerreros, tiene que haberlo>> Encontró unas no muy fuertes pero que servirían y las echó en agua muy fría. Se tomó la ''medicina'' de un trago y dejó descansar la cabeza sobre las manos, esperando a que hiciese efecto.

-Mejor...- dijo al cabo de unos minutos, y alzó la mirada hacia los otros dos- Vale, supongo que sois cosechados recientes... No tan recientes si estais ya aqui instalados, pero bueno... ¿Como os llamais?

Toima y Tania

La chica llevó la mirada al suelo mientras el chico de pelo rubio y parche entraba en la sede. Ya parecia conocerla y a sus habitantes. Cuando oyó que estaba a punto de vomitar, el instinto de Tania la instó a ofrecerle ayuda pero, en bien en parte el chico sabia que buscar para solucionar su mal y que la chica se habia quedado con los pies clavados al suelo, no llegó a decir nada.
Por otra parte, los ojos de Toima recorrieron el cuerpo de Cain. Como era corriente en él, buscaba algún arma u objeto escondido, pero algo le decia que no era aquello de lo que deberia preocuparse con ese chico. Le restó importancia pues, si Adara le habia dicho a Tania que abriera la puerta, seria porque era de confianza. Sin discrección alguna, los ojos daban saltos mientras leian los movimientos del chico. Toima no pecaba de confiado y después de la luna, aún menos.
Finalmente les preguntó por sus nombres. Alguno de los ojos de Toima se posaron en Tania quien dio un respingo y le susurró por lo bajo el nombre del chico.
-Yo soy el Kaiser.-dijo con una voz profunda y seria. Tania frunció los labios ya que su amo habia vuelto a ocultar su nombre verdadero ante el extraño aunque pensandolo mejor, no debia ser tan mala idea.-Y esta es mi ayudante nublina, Tania. No es una cosechada.- Al oir su nombre, Tania se ocultó tras Toima mientras miraba con una mezcla de miedo y curiosidad al chico. Toima no tenia muchas fuerzas ni paciencia en esos momentos, así que fué directo al grano.
-Adara al parecer te conoce. ¿Qué te trae por aquí?-

''El Kaiser'' Sonaba tan pomposo que por un momento Cain recordó al señor conde cachondo riendo por lo bajo. Dantalian aprovechó para volver a hacerle la propisición, pero fue acallado casi al instante << Voto de castidad hasta nuevo aviso, dejame en paz>> << Llevas en voto de castidad desde que el mariposo se fue. Vamos, date una alegría, te la mereces...>> Cain ignoró el mote ortera que el demonio le había puesto a Vacuum y el hecho de que efectivamente llevaba demasiado tiempo sin recibir amor, pero estaba demasiado desganado para pedirlo y en los ultimos dias había desarrollado un rechazo infantil hacia Vacuum y Elliot. Quería relacionarse con gente, con gente distinta...
Sumido en sus cavilaciones atendió vagamente al nombre de la nublina mientras se rascaba la cabeza distraído, en la zona donde unos bultos habían empezado a crecerle. La chica no era cosechada... era otra esclava de nubla. << Vaya, parece que se estan poniendo de moda>> El albino le hizo una pregunta, y se tomó unos desesperantes minutos para responder, sin estar muy seguro de si quería hacerlo, al fin y al cabo no los conocía de nada.

-Quería hablar con Adara... o con alguno de mis antigus amigos de la criba. Llevo una eternidad sin hablar con ellos y no estoy en una situación muy favorable que se diga...

Había tardado, pero se había dado cuenta de que no tenía a nadie realmente a quien confiarle sus preocupaciones. Había centrado toda su confianza en Elliot y Vacuum y ahora que le fallaban, ahora que era con ellos el problema no tenía a nadie más. Había pensado en Jack, pero incluso habiendo convivido con él no tenía mucha idea de como acercarse, y los que habían sido sus amigos más cercanos en la criba estaban totalmente desaparecidos...

-De todas formas si no están me iré en cuanto me encuentre algo mejor, tampoco quiero estorbar mucho... - dijo mirando fijamente el vaso vacío y los pocos posos que quedaban en el fondo.

ANÍBAL
Decido tomarme un descanso. Desde que salimos a las tabernas que no hay demasiada actividad y he decidido volver a volcarme en mis entrenamientos. Obviamente en algún momento debo descansar, y este parece un momento mejor que cualquiera, ya que me parece oír una voz conocida en la cocina. Allí me encuentro a Caín, aunque apenas le reconozco de lo cambiado que está: lleva un parche en el ojo, y se ha dejado el pelo más largo, aunque lo que más me llama la atención es lo consumido que está.
-¿Caín? ¿Eres tú? Madre mía, parece que hayas ido a una guerra...
Le miro con preocupación. No parece que esté muy animado...
-Esto...¿hay algo que pueda hacer?

El muchacho, al que conozco por ser un cosechado de mi “generación”, parece haber pasado, efectivamente, muchas penurias. Pero claro, estamos en Rocavarancolia, ¿quién no las pasa?
Recuerdo que era del grupo del burdel, así que estoy por preguntarle por los que sé seguro que vivían allí: Vacuum, Elliot...pero algo me dice que no lo haga. Tal vez sea su expresión, que me inquieta un poco. Sea como sea, me callo a tiempo y dejo que Caín hable.

Toima

De brazos cruzados, el ulterano escuchó la respuesta, pero sus ojos se fijaron en la figura que se movia en su dirección. Uno de los habitantes de la sede del que apenas sabia casi nada, ni habia tenido el interés de saber nada nunca. Quizás deberia hablar con los demás de vez en cuando, para no tener esas situaciones tan incómodas. Pero él no era así. Él nunca habia aprendido a relacionarse con las personas y de no ser que los demás se le acercaran, nunca no haria. Cuando entró a la cocina, el ulterano carraspeó y antes de irse dijo unas palabras.
-Ahi tienes a tu compañero de criba. Yo vuelvo a mis asuntos.-dijo y salió por la puerta, dando pasos largos mientras grindaba los dientes.

Tania

La chica dio un respingo cuando vio que el ulterano se iba y la dejaba atrás. Hizo una reverencia muy torpe antes de salir y excusar al ulterano.
-L-Lo s-siento... Mi a-amo n-no se encuentra b-bien...-
Y terriblemente sonrojada por la torpeza de sus modales salio corriendo tras el argos que subia las escaleras gruñendo. La nublina alcanzó al ulterano cuando llegó a la azotea. Estaba asomado tras el muro, contemplando a lo lejos con sus prodigiosos ojos dos monstruos que recordaban a lobos pero que sin duda no lo eran, pelearse por un trozo de cadaver de vete tu a saber el que.

Toima

Dos ojos de su espalda fijaron a la nublina por detrás, mientras este alzaba los brazos como cogiendo un rifle e intentándolo poner a la altura del hombro, pero al darse cuenta que no podía usar los ojos que ya no tenia en la cara, dejó caer el rifle imaginario a la altura de las caderas y centró su campo de visión entorno a los ojos del estómago.
-Piuf...-dijo, al apretar el gatillo imaginario, sin que nada pasara, chasqueó la lengua y se giró, apoyando el trasero contra el muro, mirando a la nublina. Su mirada dejaba entreveer el cansancio en el que el ulterano se encontraba.
-Echo de menos el volarle los sesos a algo con un tiro... Hasta donde vivia antes me dejaban coger un arma de vez en cuando... Pero aqui... Solo tengo estas manos y mis cuchillos...-
La nublina abrio la boca para comentar algo pero no dijo nada ya que el ulterano continuó hablando.
-¿Sabias? Antes solia arreglarme el flequillo porque el sol me molestaba en los ojos constantemente y entonces yo me lo aplastaba contra la frente. Ahora... como no me vuelva un oso de pronto no creo que mi pelo me tape cuando el sol me moleste.-dijo con una risa carrasposa.-Venga. Sueltalo, ahora nadie te va a interrumpir, lo prometo.-

Tania

La nublina arrugó la nariz y tomó aire.
-Prohibido el beber de nuevo.-
-Estoy de acuerdo.-
-Prohibido meterse en peleas.-
-En cuanto le parta la cara al mariposa me lo.-
-Ah-ah! Nada de peleas.-
-¿Qué eres? ¿Mi ma-el ulterano guardó silencio y cerró los ojos.
-No procuro ser su madre. Ni tampoco pretendo ser su cuidadora. Solo quiero verle que no se hace daño a si mismo.-
Los dos se quedaron mirando al horizonte, sin saber muy bien que más añadir.

Anibal entra en escena con su habitual cara de no tener ni idea de lo que está pasando. Cain recuerda el cartel que dibujó con su cara para que nadie le dejase entrar en el burdel y sonrió para sí mismo ante la ironía de que fuese precisamente él quien haya acudido en su ''rescate''. No podía hacerle feos, había sido un compañero al fin y al cabo (o algo así) y no estaba en condiciones de ponerse exigente. Vio al argos marcharse airado, parecía que no se había tomado muy bien que Anibal no le hubiese saludado.

-Dile al ojitos rojos que no se lo tenga en cuenta, el chaval siempre ha sido muy despistado, no lo hace a propósito- le dijo a la nublina con una sonrisa y e cuanto se marchó, le dedicó toda su atención al guerrero.- Hmmm no sabría decirte, tampoco voy a contarte mi vida, pero he estaod un poco despegado de todo el mundo estos ultimos años... Y no, no he ido a ninguna guerra, creo que paso un poco de esas cosas- rió, y su risa acentuó su dolor de cabeza- ¿Y tú que has estado haciendo? No veo que hayas cambiado mucho, bueno estas algo más... petado...

cierto es que habría sido muy raro que alguien con una transformación como la sde Anibal hubiese estado dos años en una residencia de guerreros sin que se le notase físicamente << Muy vago tendría que ser>>

Cain aguardaba la respuesta de Aníbal con la barbilla apoyada sobre las manos entrelazadas. Tenía los ojos entrecerrados y el relajante que se había tomado le estaba dando algo de sueño, pero no quería parecer maleducado. Otra voz llegó a sus oídos antes de la respuesta que esperaba. Una voz femenina. Cain no se movió un milímetro, simplemente desvió su unico ojo hacia la chica que acababa de entrar.
<< Una chica carmín...>> Maquillaje agresivo como el de la niña que acompañaba al íncubo, pero esta era rubia, mayor. Parecía dubitativa y estaba claro que se habia tomado su tiempo antes de hablar. Lo curioso es que ella supiese su nombre, y sin embargo Cain no tenía ni idea de quién era. Ocurría como con el argos, sabía que la había visto en algún sitio, pero no recordaba dónde ni cuándo. ¿Tal vez por la calle? ¿En el mercado? ¿La taberna? Eran los pocos sitios concurridos que frecuentaba, en realidad no salía demasiado... ¿Una antigua cliente tal vez? << No...>> Cain guardaba registro de todos sus clientes y podía pedir el suyo a sus demonios y se lo darían al instante. Definitivamente no sabía de qué le conocía...

-Hola preciosa- saludó con una amplia sonrisa- ¿Nos conocemos de algo? ¿Dónde has oído mi nombre?

Bien pensado, tenía cierta reputación... No muy buena, pero reputación al fin y al cabo. Podría haber oído su nombre en cualquier sitio.

Me río cuando Cain me dice que estoy petado.
-Bueno, me aburro mucho, así que me paso la mayor parte del día entrenando...
En estas llega Pyro. La saludo con un gesto.
Suspiro y miro a Cain. Parece cansado.
-¿Quieres quedarte a dormir? Me gustaría compensarte por mi gorronería de esa vez, cuando fui al burdel sin avisar ni nada...-sonrío al recordar ese día. Creo que me convertí en persona non grata del burdel por eso...-espero que no me guardes rencor, ¿eh?
Le miro con curiosidad.
-¿Desapegado? Bueno, no voy a insistirte si no quieres hablar de ello, pero ya sabes que los de tu antigua cosecha estamos por aquí. Si necesitas ayuda...