Torreón Letargo (Archivo IV)
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- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Torreón Letargo (Archivo IV)
08/08/13, 11:29 am
Recuerdo del primer mensaje :
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
28/07/14, 08:36 pm
-Menosss guassssssssssssssssssssa - digo exagerando aún más el sonido sibilante en la palabra. Sigo la mirada del chico y veo una estirge en la puerta aunque técnicamente esté fuera.- Dejémossslassss fuera de momento, aunque no entiendo por qué nosss atacaron en un principio - miro al chico y observo que está más calmado.- Bueno, ssssi no te importa voy a practicar. Quiero dominar esssto antesss de que ssse me haga de día.
Al principio me voy apoyando en las cosas para avanzar pero conforme avanzan los minutos cada vez menos. Pasados unos minutos no necesito apoyarme pero voy muy lenta, cuesta mucho aprender a moverse correctamente cuando te han desaparecido las piernas y arrastras una cola de serpiente gigante. Por suerte a cabezota no me gana nadie, cuando por fin me consigo mover con un poco más de soltura llegan Marsi y Alice.
Fulmino a Alice con la mirada y luego me echo a reí. Sí, ahora que me muevo mejor me río, si el comentario hubiera llegado hace una hora de seguro no me lo habría tomado bien.
-Eh, eh, tranquila que andasssss muy acelerada - le digo a la humana.- ¿Qué osss parece sssi nosss lo contáissss con másss calma?
Al principio me voy apoyando en las cosas para avanzar pero conforme avanzan los minutos cada vez menos. Pasados unos minutos no necesito apoyarme pero voy muy lenta, cuesta mucho aprender a moverse correctamente cuando te han desaparecido las piernas y arrastras una cola de serpiente gigante. Por suerte a cabezota no me gana nadie, cuando por fin me consigo mover con un poco más de soltura llegan Marsi y Alice.
Fulmino a Alice con la mirada y luego me echo a reí. Sí, ahora que me muevo mejor me río, si el comentario hubiera llegado hace una hora de seguro no me lo habría tomado bien.
-Eh, eh, tranquila que andasssss muy acelerada - le digo a la humana.- ¿Qué osss parece sssi nosss lo contáissss con másss calma?
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
29/07/14, 01:17 pm
Marsi pasó todo el camino de vuelta mirando embelesada la bolsa que Saren le había dado. Le habían faltado hojas en la libreta para agradecérselo, y rostro para expresar la ilusión que le hacía. La llevaba colgada del cinturón, bien asegurada, y la palpaba de vez en cuando para asegurase de que seguía en su sitio. Evitó el comentario de Alice sobre la magia, sin dar una respuesta clara, no quería que se le agriase el humor, y prefería esquivar cualquier situación incómoda hasta que fuese imprescindible contarle a su amiga lo de su precio.
Llegaron a Letargo, y comprobaron que alguien había hecho limpieza de estirges. Apenas quedaban unas pocas, o tal vez estaban todas escondidas en algún punto del torreón. Todos parecían estar bien, salvo alguna dificultad por sus respectivas transformaciones, como en el caso de Sura. Al parecer, era Dhelian el responsable de las estirges, y el que se había encargado de echarlas del torreón. Un brujo, como Alice.
Se pusieron al día. Marsi dejó escapar pensamientos venenosos ante la menciçon de Tap y su inoportuna y nada productiva visita. Dejó que Alice se encargase de dar detalles sobre la taberna y ella habló de su conversación con el violinista, y del hecho de que tendrían que mudarse en breves a otro refugio.
''Yo me iré a la Sede esa, pero están bastante cerca los refugios así que podremos seguir viéndonos aunque nos separemos''
Llegaron a Letargo, y comprobaron que alguien había hecho limpieza de estirges. Apenas quedaban unas pocas, o tal vez estaban todas escondidas en algún punto del torreón. Todos parecían estar bien, salvo alguna dificultad por sus respectivas transformaciones, como en el caso de Sura. Al parecer, era Dhelian el responsable de las estirges, y el que se había encargado de echarlas del torreón. Un brujo, como Alice.
Se pusieron al día. Marsi dejó escapar pensamientos venenosos ante la menciçon de Tap y su inoportuna y nada productiva visita. Dejó que Alice se encargase de dar detalles sobre la taberna y ella habló de su conversación con el violinista, y del hecho de que tendrían que mudarse en breves a otro refugio.
''Yo me iré a la Sede esa, pero están bastante cerca los refugios así que podremos seguir viéndonos aunque nos separemos''
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
29/07/14, 05:05 pm
Dhelian fue el encargado de abrir a Marsi y Alice cuando volvieron, el abrazo de Alice al llegar le reconforto y le hizo tranquilizarse aun mas de lo que lo estaba. Escucho atento toda la explicaicon que habían obtenido en la taberna aquella charla "amena" con aquellos transformados y lo que Marsi había podido descubrir sobre aquel otro dullahan.
Por otro lado Alice había dejado a sus onyces afuera y aprecia estar rebosante de una energía que Dhelian ya había empezado a notar desde hacia un rato. Sus dedos cosquilleaban, sus pies pedían movimiento, pero la explicación de que pronto deberían irse del torreón a uno de esos refugios mencionados le hizo volver un poco a tierra.
-Yo también tengo algo que añadir para evitar...sorpresas- dijo algo incomodo pero el apoyo anterior de Surasara le había dado valor suficiente-Soy el brujo de las estirges de allí afuera, pero también soy un ghoul, mi tranformacion es mixta...así que no os sorprendáis mucho si mi alimentación cambia radicalmente- dijo rascándose un poco la nuca con una sonrisa nerviosa, haciéndose un hueco en el sofá para coger el libro de transformaciones-Y bueno...tengo que buscar información sobre las estirges, pero supongo que lo haré en Serpentaria que es donde creo me mudare ¿Y los demás?- dijo cambiando rápidamente de tema aun la situación le era un poco incomoda de tratar, ya se acostumbraría- Ah...dijisteis algo de cambiaros el nombre ¿os lo cambiareis?- pregunto mas rápidamente levantándose de nuevo del sofá con cierta impaciencia. Vale, no podía estarse sentado, quería moverse y por extraño que apareciera, quería salir, verse rodeado de aquellos pájaros negros volando a su alrededor escuchando sus graznidos y el aleteo de sus alas, quería hacer magia...quería...no sabia ni lo que quería. Solo lo deseaba todo en aquellos momentos. Pero antes....debían solucionar los detalles que quedaba un sueltos por el torreón.
-Y deberíamos hacer algo con Drael- aviso a las recién llegadas pues, no era por nada, seguían teniendo el cuerpo del difunto sinhadre en el torreón como si solo estuviese dormido u algo.
Por otro lado Alice había dejado a sus onyces afuera y aprecia estar rebosante de una energía que Dhelian ya había empezado a notar desde hacia un rato. Sus dedos cosquilleaban, sus pies pedían movimiento, pero la explicación de que pronto deberían irse del torreón a uno de esos refugios mencionados le hizo volver un poco a tierra.
-Yo también tengo algo que añadir para evitar...sorpresas- dijo algo incomodo pero el apoyo anterior de Surasara le había dado valor suficiente-Soy el brujo de las estirges de allí afuera, pero también soy un ghoul, mi tranformacion es mixta...así que no os sorprendáis mucho si mi alimentación cambia radicalmente- dijo rascándose un poco la nuca con una sonrisa nerviosa, haciéndose un hueco en el sofá para coger el libro de transformaciones-Y bueno...tengo que buscar información sobre las estirges, pero supongo que lo haré en Serpentaria que es donde creo me mudare ¿Y los demás?- dijo cambiando rápidamente de tema aun la situación le era un poco incomoda de tratar, ya se acostumbraría- Ah...dijisteis algo de cambiaros el nombre ¿os lo cambiareis?- pregunto mas rápidamente levantándose de nuevo del sofá con cierta impaciencia. Vale, no podía estarse sentado, quería moverse y por extraño que apareciera, quería salir, verse rodeado de aquellos pájaros negros volando a su alrededor escuchando sus graznidos y el aleteo de sus alas, quería hacer magia...quería...no sabia ni lo que quería. Solo lo deseaba todo en aquellos momentos. Pero antes....debían solucionar los detalles que quedaba un sueltos por el torreón.
-Y deberíamos hacer algo con Drael- aviso a las recién llegadas pues, no era por nada, seguían teniendo el cuerpo del difunto sinhadre en el torreón como si solo estuviese dormido u algo.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
31/07/14, 04:32 pm
Estuvimos un rato hablando de lo que habíamos hecho y de lo que había pasado en el torreón entre tanto. Un tal Malahierba les había visitado y advertido sobre los dos anteriores que vinieron, pero ya nos había avisado Bastel así que tocaba tener cuidado con malajes como ellos. ¡Y Dhelian era brujo! Pero también ghoul. <<Qué cosas>>
—Entonces... ¿eres un brugho?—inquirí, medio en serio medio en broma—. Yo creo que me mudaré a Serpentaria también, aunque visitaré la Sede a menudo para que ninguno se olvide de mí.
Luego volví la mirada al libro y empecé a leer, sabedora de que las onyces me llamaban desde fuera y tendría que salir pronto... Hasta que Dhelian volvió a hablar, sacando a colación un tema que me hizo abrir mucho los ojos. ¡Me había olvidado de Drael! ¿Es que estaba loca y ciega?
—¿Q-qué hacemos? S-se me olvidó preguntar en la Biblioteca sobre rituales sinhadres... ¿No teníamos un cuaderno de un sinhadre de la cosecha anterior? Quizá salga algo ahí...
Me había levantado a la vez que hablaba, cabreada conmigo misma por haber olvidado algo así. <<Por lo menos podríamos taparlo o algo... O...>> Pero un portazo escaleras arriba me sobresaltó. Salí disparada hacia la escalera, cogiendo mi espada de camino, pero solo vi un par de onyces escaleras arriba. Me miraron burlonas al tiempo que otras daban otro portazo.
—¡Basta! ¡Os digo que paréis!
¡Pues ven con nosotras!—exclamaron varias a la vez que se lanzaban en picado contra mí pero me esquivaron en el último instante.
¡Llevas un año con esos niñatos, ven con nosotras!—exclamaron otras aún molestando a las estirges. Por suerte no les entenderían.
Estás deseándolo. Ellos pueden encargarse del niño, ven con nosotras, anda—me susurró una dando vueltas alrededor de mi cabeza.
Y tenía razón. No tenía ni idea de qué hacer con él ni ganas. Así que alcé las manos y les pedí calma.
—¡Calmaos, parad de una vez! ¡Iré, pero comportaos!—y como eso las apaciguó, me giré a mis amigos y, crispada, dije—. Ahora vuelvo, ¡no os preocupéis!
Llegué cuando estaban todos dormidos... o no, porque escuché el deslizamiento de Sura en el salón, pero no bajé. En lugar de eso, entré a hurtadillas en nuestro dormitorio, cogí ropa limpia, me sequé y cambié en el baño, y volví al dormitorio. Había una onyce ocupando mi cama, así como otras sentadas en los muebles. Reí en silencio y me dirigí a la cama, pero la onyce me bufó.
Aquí duermo yo. ¡Búscate otra!—y la condenada se estiró a todo lo largo mientras lo dijo.
¡Eh! ¡En esta hay sitio!—exclamó otra cuando estaba a punto de echar a la ocupa.
Me giré hacia esa y la vi señalar una cama. Automáticamente me sonrojé, me giré hacia mi cama y susurré:
—Largaos.
Tú sabrás, pero te vendría bien algo calentito para no resfriarte—dijo la de la cama con una sonrisa burlona.
—Fu-e-ra.
La de la cama sacó la lengua y, junto a la otra, se fueron por las troneras, riendo, pero las de los muebles se quedaron. Me senté en el borde de la cama, indecisa, empezando a tiritar. <<Serán... ¿Y ahora qué hago?>> Me daba cosa que siguieran observando, aunque nunca podría librarme de ellas. Al menos razón en lo de enfriarme tenía... Pero como si eso fuera lo realmente importante del asunto.
Unos minutos después, volví a escuchar a una onyce segundos antes de dormirme.
¿Y para esto me echaste? Anda que... —y siguió parloteando, primero sola y luego con otras, pero sin molestar. Es más, aunque hubieran gritado habría seguido durmiendo como si nada.
—Entonces... ¿eres un brugho?—inquirí, medio en serio medio en broma—. Yo creo que me mudaré a Serpentaria también, aunque visitaré la Sede a menudo para que ninguno se olvide de mí.
Luego volví la mirada al libro y empecé a leer, sabedora de que las onyces me llamaban desde fuera y tendría que salir pronto... Hasta que Dhelian volvió a hablar, sacando a colación un tema que me hizo abrir mucho los ojos. ¡Me había olvidado de Drael! ¿Es que estaba loca y ciega?
—¿Q-qué hacemos? S-se me olvidó preguntar en la Biblioteca sobre rituales sinhadres... ¿No teníamos un cuaderno de un sinhadre de la cosecha anterior? Quizá salga algo ahí...
Me había levantado a la vez que hablaba, cabreada conmigo misma por haber olvidado algo así. <<Por lo menos podríamos taparlo o algo... O...>> Pero un portazo escaleras arriba me sobresaltó. Salí disparada hacia la escalera, cogiendo mi espada de camino, pero solo vi un par de onyces escaleras arriba. Me miraron burlonas al tiempo que otras daban otro portazo.
—¡Basta! ¡Os digo que paréis!
¡Pues ven con nosotras!—exclamaron varias a la vez que se lanzaban en picado contra mí pero me esquivaron en el último instante.
¡Llevas un año con esos niñatos, ven con nosotras!—exclamaron otras aún molestando a las estirges. Por suerte no les entenderían.
Estás deseándolo. Ellos pueden encargarse del niño, ven con nosotras, anda—me susurró una dando vueltas alrededor de mi cabeza.
Y tenía razón. No tenía ni idea de qué hacer con él ni ganas. Así que alcé las manos y les pedí calma.
—¡Calmaos, parad de una vez! ¡Iré, pero comportaos!—y como eso las apaciguó, me giré a mis amigos y, crispada, dije—. Ahora vuelvo, ¡no os preocupéis!
- Aventuras de Alice:
Dicho eso, salí al patio. No iba a bajar el puente para mí sola, levitaría y punto. Así que lancé el hechizo y salí corriendo de allí, llevando a todas las onyces conmigo. Pero no me fui muy lejos sino que me quedé a un par de calles del torreón. Y ni siquiera bajé al suelo, temerosa aún de las trampas de la ciudad.
¿Ves? Ya tenemos la ciudad para nosotras. ¡La noche es nuestra!
—Vale, vale. A ver, antes tuve una idea. Si podéis cubrirme del agua...—empecé, pero varias, solícitas, se lanzaron a hacerlo y dije riendo—¡No, no! ¡Dejad que me empape! Decía que si podéis hacer eso, podéis... ¿servirme de apoyo? Ahora estoy levitando, pero... ¿podría caminar sobre vosotras?
Eso depende. ¿Te fías de nosotras?—me susurró al oído una de forma humanoide.
No respondí. Si eran mi dominio y debían obedecerme, debería fiarme. Sin embargo, aún no me obedecían del todo, así que no podía fiarme del todo... Al menos, gracias al libro, ya sabía que no podían ni matarme ni herirme voluntariamente.
—Poneos debajo de mí. Impedid a toda costa que me caiga. Vamos.
En lugar de lo esperado, formaron un amasijo sin forma a mis pies. Parecía mullido pero no era mi idea.
—No, así no. Suelo, plano.
Aclárate, boba.
Ahora sí hicieron algo más decente, aunque demasiado pequeño. Tras varios intentos conseguí que formaran varios pares de "losas" de sombras. Apenas estábamos a medio metro del suelo, así que probé. Primero bajando yo misma para probarlo con las manos y luego deshaciendo el hechizo justo encima. La sensación fue rara, pero con un poco de equilibrio me mantuve en el sitio. Era mullidito pero sólido.
¿Vas a estar ahí todo el día? ¡Venga ya!
—¡Hacedla más larga! Quiero varios metros idénticos y un par de escaleras.
¿Para qué?
—Oh, venga, ¿es que no podéis? Menudas onyces me han tocado.
Lo hicieron, entre gruñidos, pero lo hicieron. Y fue genial. Caminé y correteé durante un rato en el que el tiempo desapareció, aumentando más y más la altura, hasta que les ordené hacer un pasillo sobre los tejados de la calle hasta Letargo y, una vez allí, una espiral en torno al torreón. Cuando pasé por las troneras del salón saludé a los de dentro con la mano para luego volver a alejarme por otra calle.
¡Niña, podemos hacer mil cosas más que esto!
¡Ponnos a prueba si te atreves!
—¿Ah, sí? Pues... Bajad todas a la calle. ¿Habéis visto la plaza de las estatuas? Pues vamos a hacer lo mismo pero de otra forma.
¿De qué forma?
—¿Os fiais de mí?
¿Qué forma iba a darle? Pues cual si no: la de un teclado de ajedrez con sus dos hileras de piezas dispuestas para la batalla. Todo se hizo a toda velocidad y no quedó perfecto tampoco, con excepción de las onyces de aspecto monstruoso que dejé tal cual. Fue relativamente sencillo porque, además de que tuve que modelar lentamente algunas de las piezas, las que estaban listas tardaban unos segundos en aburrirse, como era de esperar. Pero en cuanto les dije de luchar ambos bandos entre sí y que yo lideraría uno de ellos, volvieron a tomar esas formas. Y así estuve jugando, a lomos de una amalgama de onyces con forma de escorpión. Entre tanto, el tiempo voló, ni me di cuenta. Pero cuando terminé, más o menos, fue más épico de lo que había imaginado, con toda la lluvia, la Luna Roja resplandeciente, las onyces jugando su papel de forma excesivamente realista y mi escorpión arrasando con sus tenazas y aguijón. Ojalá hubiera tenido una cámara para grabarlo todo... Estornudo. Diablos. Estaba chorreando, normal que estornudara. Así que pensé en volver al torreón y desmonté... Y de pronto todo el ajedrez se deshizo de forma caótica, envolviéndome.
—¡Eh!
Las onyces se lanzaron contra mí, tanto formando una esfera a mi alrededor como pegándose a mi ropa.
—¡Así no me voy a secar!
Pero no te mojarás más. Usa tu magia, que pareces recién cosechada.
<<Uh, cierto...>> Pero también... ya llevaba mucho rato fuera, debería volver... Sí, mejor.
—Llevadme a la última planta de Letargo—no quería aparecer por el patio por si estaban de funeral allí.
¿Qué? Venga ya...
—Obedeced. ¡Rápido!
Y obedecieron. Sin romper el "habitáculo" en el que me habían encerrado, me llevaron al lugar indicado, ignorando a las estirges que nos vieron ascender. Una vez allí, se despegaron de mí pero no rompieron el "paraguas esférico" hasta que hube entrado al torreón.
—Muchas gracias. ¿A que os ha gustado el ajedrez?—les dije con una sonrisa a cambio de burlas.
Llegué cuando estaban todos dormidos... o no, porque escuché el deslizamiento de Sura en el salón, pero no bajé. En lugar de eso, entré a hurtadillas en nuestro dormitorio, cogí ropa limpia, me sequé y cambié en el baño, y volví al dormitorio. Había una onyce ocupando mi cama, así como otras sentadas en los muebles. Reí en silencio y me dirigí a la cama, pero la onyce me bufó.
Aquí duermo yo. ¡Búscate otra!—y la condenada se estiró a todo lo largo mientras lo dijo.
¡Eh! ¡En esta hay sitio!—exclamó otra cuando estaba a punto de echar a la ocupa.
Me giré hacia esa y la vi señalar una cama. Automáticamente me sonrojé, me giré hacia mi cama y susurré:
—Largaos.
Tú sabrás, pero te vendría bien algo calentito para no resfriarte—dijo la de la cama con una sonrisa burlona.
—Fu-e-ra.
La de la cama sacó la lengua y, junto a la otra, se fueron por las troneras, riendo, pero las de los muebles se quedaron. Me senté en el borde de la cama, indecisa, empezando a tiritar. <<Serán... ¿Y ahora qué hago?>> Me daba cosa que siguieran observando, aunque nunca podría librarme de ellas. Al menos razón en lo de enfriarme tenía... Pero como si eso fuera lo realmente importante del asunto.
Unos minutos después, volví a escuchar a una onyce segundos antes de dormirme.
¿Y para esto me echaste? Anda que... —y siguió parloteando, primero sola y luego con otras, pero sin molestar. Es más, aunque hubieran gritado habría seguido durmiendo como si nada.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
31/07/14, 05:15 pm
- ¿Os dais cuenta de a que hora llegamos?- preguntó Alder con guasa. Se les había ido el tiempo entre charlas.- tienes más posibilidades de ver a la varmana soñando que aqui ahora.
- ¿Que quieres hacer, Dirke? Es un poco violento entrar sin llamar...
- No porque lo sepamos por experiencia..
- Pero quizás sigan despiertos. Es la Luna después de todo.
- Sí, quizas se les haya muerto alguien y se haya cagado encima antes. O tengan una en coma. Suena a insomnio.
- ¿Que quieres hacer, Dirke? Es un poco violento entrar sin llamar...
- No porque lo sepamos por experiencia..
- Pero quizás sigan despiertos. Es la Luna después de todo.
- Sí, quizas se les haya muerto alguien y se haya cagado encima antes. O tengan una en coma. Suena a insomnio.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
31/07/14, 08:28 pm
Sus preguntas fueron respondidas por Alice que aprecia bastante ansiosa y activa, seguramente afectada como el por ese influjo mágico que le hacia desea moverse y sin cesar. Tras que la humana se fuera a acompañadas de sus onyces no podría tener mejores guardaespaldas al parecer, Dhelian fue donde Gres y Naeleth velaban el cuerpo de Drael.
Las ayudo a preparar el ritual de Drael, dado que afuera llovía tuvieron que improvisar un poco el asunto de la hoguera. Tuvieron que apilar la hoguera rápidamente para posteriormente poder empezar el ritual de Drael. Dhelian se mantuvo fuera de la luvia justo en la entrada del torreón viendo como las llamas consumía lentamente el cuerpo de Drael. Se mentalizo en quedarse, en ver, en oler.... su estomago le gruñía y ala ve sentía cierto rechazo que se mentalizo en dejar a un lado.
Aparte de que para era una necesidad hacer aquello, estaban las palabras de Gres fuertemente ancladas en su mente, era un despedida al sinhadre que permitiría que siempre quedase un poco de el con ellos. EL humo subía al cielo entre las gotas de lluvia y cuando llego el momento se acerco a la hoguera no importándole el empaparse. Dudo no como Naeleth ni Gres, aun le resultaba chocante y un tanto antinatural. Una mirada al cielo y al brillo de la luna roja que había provocado ese cambio en el lo convenció....ya no era Dhelian, ya no era el daeliciano, ese niño llegado a la ciudad sin capacidad alguna de hablar por si mismo. Su cuerpo había cambiado, su mente también...poseía magia, fuerza y un corte de aves negras a su servicio. "Eres parte de Rocavarancolia ahora" Era otro monstruo de la ciudad. Con ese pensamiento y la creencia del ritual de Gres, finalmente y tras respirar profundamente dejando que el olor llenara sus pulmones, comió.
----
Tras el ritual de Drael, Dhelian se alejo hacia el torreón prefiriendo no pensar mucho en lo que su moral le decía había sido una abominación. Aquello tarde o temprano se volvería una costumbre, y aunque eso le daba miedo, no podía hacer nada para a remediarlo. Sus opciones eran simples, comer o no hacerlo, cada elección tenia un final, y el final de la opción de "no comer" era algo que prefería evitar. No quería desaparecer.
-Entre la moral y mi existencia esta claro lo que escogeré, ¿no?- susurro sentado en el suelo de la penúltima planta del torreón, allí donde se había dirigido tras el ritual buscando un poco de soledad y con la única compañía de las las tres estirges apodadas a las que había ordenado que lo acompañaran, dejando al resto resguardadas de la lluvia pero vigilantes. Las tres estirges mostraban claramente aquella actitud por las que Dhelian las apodaba en su mente y no pudo vitar sonreír un poco al verlas.
-¿No os gusto, verdad?- pregunto al aire pues sabia que las aves no iba a poder responder, como mucho graznarían, y el interpretara aquellos graznidos con estados de humor, o le picotearían o directamente le ignorarían- A mi tampoco me gustaría que un niño sea el que tenga poder sobre mi y me ordene-respondió abrazando sus rodillas y observando atentamente a los pájaros negros. No sabia si le entenderían, si tan siquiera tenían capacidad para razonar por mas muestras de inteligencia y comprensión que hubiesen dado hasta el momento, debía haber un limite.
Orgullosa levanto la cabeza apuntándole con su pico y mirándole con sus penetrantes ojillos negros solo soltó un agudo graznido en respuesta. Aburrida dejo lo que sea que estuviese haciendo para acercarse lentamente a el pasito a pasito picoteandole los dedos con saña, pero Dhelian a pesar de notar los picotazos, el dolor parecía serle algo mas ajeno, al igual que el frió que supuestamente debería sentir empapado como estaba.
-Para de picarme, no soy tu comida- ordeno Dhelian con un tono suave pero imperioso mirando fijamente al ve negra que tras soltar un graznido de reproche paro de picotearle. El brujo alzo la mano en ese momento y ante los ojos inquisidores de ave le acaricio lentamente el lomo. El ave quizo alejarse del toque pero Dhelian se lo impidió al tiempo que llamaba las otras dos. Cuando ya las tuvo pendientes por fin de sus palabras acaricio la cabeza de Orgullosa que le metió un picotazo en respuesta, y de Pasota que tan solo se quedo quieta viendo que el rechazo de sus compañeras de nada había valido- No os gusto y yo no se nada de vosotras, pero aprenderé-murmuro mirando fijamente a las estirges para que le prestase atención imponiendo su dominio sobre las aves sin saberlo-Os cuidare y vosotras me cuidareis a mi...seréis mis oídos, mis ojos y mis alas en esta ciudad infernal- añadió a pesar de que no pudieran entenderle no le importaba demasiado, era casi como un pensamiento en voz alta.
Las estirges no dieron muestra alguna de entenderle y pronto se aburrieron de mirarle el careto. Orgullosa alzo el vuelo y se coloco en una de las ventanitas del torreón mirando hacia el interior desde su posición alta e imperiosa. Pasota y Aburrida decidieron ponerse a jugar entre ellas ante la mirada del daeliciano que no volvió a hablar, inmerso en el comportamiento de aquellas extrañas aves.
Debió estar así un buen rato, pues finalmente bastante tarde, se levanto de su lugar, ordeno a las tres estirges seguirle y se metió la habitación de Surasara y Ozzchreanos, pues ambos estaban en el salón. Antes de acostarse miro a las tres aves con desconfianza, pues aunque hasta ahora había mantenido cierto dominio sobre ellas a saber sino intentarían algo cuando menos seguro estaba.
-No podéis atacarme mientras duermo y vigilad -ordeno mirando a las tres estirges. Orgullosa se subió en una de las esquinas del cabezal de la cama y se acurruco, quieta cual estatua, vigilante. Aburrida se subió sobre la camada al lado y empezó a rodar sobre ella divirtiéndose ella sola y pasota tan solo comenzó a curiosear la habitación, aparentemente ignorandole. Dhelian tardo aun un poco mas en dormirse, tantas cosas ocurridas que ni el hecho de dormir en sabanas blancas parecía suponer un problema inmediato en aquellos instantes.
Las ayudo a preparar el ritual de Drael, dado que afuera llovía tuvieron que improvisar un poco el asunto de la hoguera. Tuvieron que apilar la hoguera rápidamente para posteriormente poder empezar el ritual de Drael. Dhelian se mantuvo fuera de la luvia justo en la entrada del torreón viendo como las llamas consumía lentamente el cuerpo de Drael. Se mentalizo en quedarse, en ver, en oler.... su estomago le gruñía y ala ve sentía cierto rechazo que se mentalizo en dejar a un lado.
Aparte de que para era una necesidad hacer aquello, estaban las palabras de Gres fuertemente ancladas en su mente, era un despedida al sinhadre que permitiría que siempre quedase un poco de el con ellos. EL humo subía al cielo entre las gotas de lluvia y cuando llego el momento se acerco a la hoguera no importándole el empaparse. Dudo no como Naeleth ni Gres, aun le resultaba chocante y un tanto antinatural. Una mirada al cielo y al brillo de la luna roja que había provocado ese cambio en el lo convenció....ya no era Dhelian, ya no era el daeliciano, ese niño llegado a la ciudad sin capacidad alguna de hablar por si mismo. Su cuerpo había cambiado, su mente también...poseía magia, fuerza y un corte de aves negras a su servicio. "Eres parte de Rocavarancolia ahora" Era otro monstruo de la ciudad. Con ese pensamiento y la creencia del ritual de Gres, finalmente y tras respirar profundamente dejando que el olor llenara sus pulmones, comió.
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Tras el ritual de Drael, Dhelian se alejo hacia el torreón prefiriendo no pensar mucho en lo que su moral le decía había sido una abominación. Aquello tarde o temprano se volvería una costumbre, y aunque eso le daba miedo, no podía hacer nada para a remediarlo. Sus opciones eran simples, comer o no hacerlo, cada elección tenia un final, y el final de la opción de "no comer" era algo que prefería evitar. No quería desaparecer.
-Entre la moral y mi existencia esta claro lo que escogeré, ¿no?- susurro sentado en el suelo de la penúltima planta del torreón, allí donde se había dirigido tras el ritual buscando un poco de soledad y con la única compañía de las las tres estirges apodadas a las que había ordenado que lo acompañaran, dejando al resto resguardadas de la lluvia pero vigilantes. Las tres estirges mostraban claramente aquella actitud por las que Dhelian las apodaba en su mente y no pudo vitar sonreír un poco al verlas.
-¿No os gusto, verdad?- pregunto al aire pues sabia que las aves no iba a poder responder, como mucho graznarían, y el interpretara aquellos graznidos con estados de humor, o le picotearían o directamente le ignorarían- A mi tampoco me gustaría que un niño sea el que tenga poder sobre mi y me ordene-respondió abrazando sus rodillas y observando atentamente a los pájaros negros. No sabia si le entenderían, si tan siquiera tenían capacidad para razonar por mas muestras de inteligencia y comprensión que hubiesen dado hasta el momento, debía haber un limite.
Orgullosa levanto la cabeza apuntándole con su pico y mirándole con sus penetrantes ojillos negros solo soltó un agudo graznido en respuesta. Aburrida dejo lo que sea que estuviese haciendo para acercarse lentamente a el pasito a pasito picoteandole los dedos con saña, pero Dhelian a pesar de notar los picotazos, el dolor parecía serle algo mas ajeno, al igual que el frió que supuestamente debería sentir empapado como estaba.
-Para de picarme, no soy tu comida- ordeno Dhelian con un tono suave pero imperioso mirando fijamente al ve negra que tras soltar un graznido de reproche paro de picotearle. El brujo alzo la mano en ese momento y ante los ojos inquisidores de ave le acaricio lentamente el lomo. El ave quizo alejarse del toque pero Dhelian se lo impidió al tiempo que llamaba las otras dos. Cuando ya las tuvo pendientes por fin de sus palabras acaricio la cabeza de Orgullosa que le metió un picotazo en respuesta, y de Pasota que tan solo se quedo quieta viendo que el rechazo de sus compañeras de nada había valido- No os gusto y yo no se nada de vosotras, pero aprenderé-murmuro mirando fijamente a las estirges para que le prestase atención imponiendo su dominio sobre las aves sin saberlo-Os cuidare y vosotras me cuidareis a mi...seréis mis oídos, mis ojos y mis alas en esta ciudad infernal- añadió a pesar de que no pudieran entenderle no le importaba demasiado, era casi como un pensamiento en voz alta.
Las estirges no dieron muestra alguna de entenderle y pronto se aburrieron de mirarle el careto. Orgullosa alzo el vuelo y se coloco en una de las ventanitas del torreón mirando hacia el interior desde su posición alta e imperiosa. Pasota y Aburrida decidieron ponerse a jugar entre ellas ante la mirada del daeliciano que no volvió a hablar, inmerso en el comportamiento de aquellas extrañas aves.
Debió estar así un buen rato, pues finalmente bastante tarde, se levanto de su lugar, ordeno a las tres estirges seguirle y se metió la habitación de Surasara y Ozzchreanos, pues ambos estaban en el salón. Antes de acostarse miro a las tres aves con desconfianza, pues aunque hasta ahora había mantenido cierto dominio sobre ellas a saber sino intentarían algo cuando menos seguro estaba.
-No podéis atacarme mientras duermo y vigilad -ordeno mirando a las tres estirges. Orgullosa se subió en una de las esquinas del cabezal de la cama y se acurruco, quieta cual estatua, vigilante. Aburrida se subió sobre la camada al lado y empezó a rodar sobre ella divirtiéndose ella sola y pasota tan solo comenzó a curiosear la habitación, aparentemente ignorandole. Dhelian tardo aun un poco mas en dormirse, tantas cosas ocurridas que ni el hecho de dormir en sabanas blancas parecía suponer un problema inmediato en aquellos instantes.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
01/08/14, 01:47 pm
<< Cambiar de nombre...>>
Marsi se quedó clavada en el suelo del patio mientras veía a Alice ascender sobre sus sombras. Una parte de ella quería seguirla, pero algo la mantuvo en el sitio, una amarga sensación de que sobraba en esa salida. El libro le quemaba debajo del brazo, y no tardó en volver al interior del torreón y buscar un lugar tranquilo donde leerlo.
El precio se confirmaba. Si quería hacer magia tenía que cortar cabezas. Marsi tenía la suya sobre el regazo, y se acariciaba su propio cabello como si fuera alguna mascota grotesca. Se había limpiado la sangre y la tierra adherida a la piel, y se había trenzado el pelo para que no le molestase. Aquella cabeza contenía sus recuerdos y quería cuidarla bien.
Pasó el capítulo sobre la magia y se detuvo en una habilidad que le resultó mucho más interesante. Al parecer su niebla negra no eran solo sus sentidos, sino que podía invocar objetos de ella. Eran objetos concretos, que se relacionaban con su presunta estirpe, con los dullahan que la habían precedido muchas Lunas atrás. Y lo más importante; una montura. Marsi bajó corriendo a compartir ese descubrimiento, pero estaban celebrando el funeral de Drael, y al momento se sintió culpable por estar feliz. Llevaba mucho tiempo lejos de casa, y lejos de sus osogrifos, y no se le había pasado por la cabeza la posibilidad de volver a cabalgar en Rocavarancolia. Las criaturas allí tenían demasiados dientes y garras y pinchos, y eran demasiado agresivas, pero ese libro le aseguraba que tendría una montura. Pero, ¿cómo la invocaría?
Se pasó el resto del tiempo hasta el anochecer, y bastante adentrada la noche, tumbada en su cama devorando el libro del violinista, y los de transformaciones. No cenó, se olvidó de ello, y no se puso el pijama sino que se limitó a quitarse las botas, los pantalones y el sujetador para estar más cómoda. Se quedó dormida abrazada al libro del violinista, envuelta en sábanas desordenadas y con la cabeza sobre una silla a su lado. Le había suplicado a Dhelian que le dejase una estirge para vigilarla, pues, aunque estaría más segura dentro de la bolsa, necesitaba verla nada más despertarse. Dormir sin ojos era algo extraño, no necesitaba cerrarlos, simplemente dejaba que sus pensamientos volasen, que el cansancio se apoderase de ella, y de pronto todo se volvía negro...
Marsi se quedó clavada en el suelo del patio mientras veía a Alice ascender sobre sus sombras. Una parte de ella quería seguirla, pero algo la mantuvo en el sitio, una amarga sensación de que sobraba en esa salida. El libro le quemaba debajo del brazo, y no tardó en volver al interior del torreón y buscar un lugar tranquilo donde leerlo.
El precio se confirmaba. Si quería hacer magia tenía que cortar cabezas. Marsi tenía la suya sobre el regazo, y se acariciaba su propio cabello como si fuera alguna mascota grotesca. Se había limpiado la sangre y la tierra adherida a la piel, y se había trenzado el pelo para que no le molestase. Aquella cabeza contenía sus recuerdos y quería cuidarla bien.
Pasó el capítulo sobre la magia y se detuvo en una habilidad que le resultó mucho más interesante. Al parecer su niebla negra no eran solo sus sentidos, sino que podía invocar objetos de ella. Eran objetos concretos, que se relacionaban con su presunta estirpe, con los dullahan que la habían precedido muchas Lunas atrás. Y lo más importante; una montura. Marsi bajó corriendo a compartir ese descubrimiento, pero estaban celebrando el funeral de Drael, y al momento se sintió culpable por estar feliz. Llevaba mucho tiempo lejos de casa, y lejos de sus osogrifos, y no se le había pasado por la cabeza la posibilidad de volver a cabalgar en Rocavarancolia. Las criaturas allí tenían demasiados dientes y garras y pinchos, y eran demasiado agresivas, pero ese libro le aseguraba que tendría una montura. Pero, ¿cómo la invocaría?
Se pasó el resto del tiempo hasta el anochecer, y bastante adentrada la noche, tumbada en su cama devorando el libro del violinista, y los de transformaciones. No cenó, se olvidó de ello, y no se puso el pijama sino que se limitó a quitarse las botas, los pantalones y el sujetador para estar más cómoda. Se quedó dormida abrazada al libro del violinista, envuelta en sábanas desordenadas y con la cabeza sobre una silla a su lado. Le había suplicado a Dhelian que le dejase una estirge para vigilarla, pues, aunque estaría más segura dentro de la bolsa, necesitaba verla nada más despertarse. Dormir sin ojos era algo extraño, no necesitaba cerrarlos, simplemente dejaba que sus pensamientos volasen, que el cansancio se apoderase de ella, y de pronto todo se volvía negro...
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
01/08/14, 05:50 pm
-¿Cambiar el nombre? - la sola idea de abandonar mi nombre me horroriza. No quiero renunciar a lo que soy, a mi identidad, al nombre que me ata a mis padres, a mi hermana muerta ni a mi pueblo. Sin embargo quizás si pueda tomar un que se adapte la ciudad mientras que el real sólo lo usen personas de confianza. No sé, ya veré.- Respecto a donde viviré yo también iré a esa sede, aunque me apena que no podamos estar todos juntos. Qué queréis que os diga, me he acostumbrado a teneros cerca a todos.
Alice se va con sus sombras, Dhelian se une a la celebración del ritual de Drael y Marsi baja escopeteada pero al ver el ritual se detiene y vuelve a subir. Mientras yo me quedo literalmente dando vueltas por el salón para practicar el movimiento, en las manos llevo el libro de transformaciones de la biblioteca y leo en voz baja poniendo especial énfasis en las eses para acabar ya con la maldita pronunciación.
Dhelian vuelve a aparecer para irse a la cama un rato después y Gres y Nae justo detrás. Alice aún no vuelve y me preocupo ligeramente, pero bueno, tiene magia y a esas sombras tan raras, seguro que está bien.
En algún determinado punto de la noche salgo al patio y miro a la luna mientras la lluvia me empapa, no sé que tiene ese astro de especial pero hace que me sienta viva bajo su luz, más viva de lo que nunca he estado. Vuelvo a entrar y me quito la camiseta, la dejo sobre una silla para que se seque. To tal, el único que está ahora mismo en el salón es Ozz, y aún sigue inconsciente. Más tarde veo una de las sombras de Alice moverse hacia fuera del torreón y me dejo de preocupar, si está significa que ella también debe de estar.
Sigo practicando, y ya le tengo pillado al fin el punto a esto de moverme. Y por fin hablando solo me queda alguna ese suelta por el medio. Una ligera claridad entra por la ventana, una que no tiene que ver con la luz de la luna. ¿Ya está amaneciendo? Que corto se me ha hecho.
Alice se va con sus sombras, Dhelian se une a la celebración del ritual de Drael y Marsi baja escopeteada pero al ver el ritual se detiene y vuelve a subir. Mientras yo me quedo literalmente dando vueltas por el salón para practicar el movimiento, en las manos llevo el libro de transformaciones de la biblioteca y leo en voz baja poniendo especial énfasis en las eses para acabar ya con la maldita pronunciación.
Dhelian vuelve a aparecer para irse a la cama un rato después y Gres y Nae justo detrás. Alice aún no vuelve y me preocupo ligeramente, pero bueno, tiene magia y a esas sombras tan raras, seguro que está bien.
En algún determinado punto de la noche salgo al patio y miro a la luna mientras la lluvia me empapa, no sé que tiene ese astro de especial pero hace que me sienta viva bajo su luz, más viva de lo que nunca he estado. Vuelvo a entrar y me quito la camiseta, la dejo sobre una silla para que se seque. To tal, el único que está ahora mismo en el salón es Ozz, y aún sigue inconsciente. Más tarde veo una de las sombras de Alice moverse hacia fuera del torreón y me dejo de preocupar, si está significa que ella también debe de estar.
Sigo practicando, y ya le tengo pillado al fin el punto a esto de moverme. Y por fin hablando solo me queda alguna ese suelta por el medio. Una ligera claridad entra por la ventana, una que no tiene que ver con la luz de la luna. ¿Ya está amaneciendo? Que corto se me ha hecho.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
02/08/14, 12:25 am
Abrió los ojos en el instante en que sintió un dolor terrible en el tabique. Una pequeña estirge tuerta, al notar que el ochrorio estaba recuperando la conciencia, se le ocurrió que era una buena idea cobrarse el ojo perdido la noche anterior por una patada de su víctima dejando a esta sin uno de los suyos. O tal vez solo era un malvado juego. Los motivos daban igual para un clérigo suficientemente escarmentado con la ciudad. El ave erró su objetivo y antes de poder volver a intentarlo recibió la pena capital. Cuando el instinto de supervivencia de Ozzchreanos dio paso a la inteligencia, lo primero que observó fue sangre sobre una córnea y una estirge cabeza de daga. El extraño pájaro pasó a ser una estirge descabezada cuando recuperó la vieja arma insertada en la criatura. Estaba manchado de sangre del pájaro y de la propia, estaba confuso y le dolía todo el cuerpo. También sentía algo que no podía acabar de definir, una sensación que le recorría el rostro y que, dedujo, debía ser consecuencia del picotazo y el mareo. El poder de los dioses y un buen baño le irían bien.
Entonces vio a Surásara. O media Surásara desnuda unida a una cola de serpiente. Durante un corto instante, la observó con grata sorpresa, mediana preocupación y una minúscula parte de desconfianza. Y, consideró más importante, parecía que ella hacía lo mismo. Cuando se recompuso del impacto, habló.
—¿QqpmhuuoeaéérncttqueieedmunhaueeaschesStospueotartqásáausasseadaSssorutíaSrauSrásáussaarrahaásriaraaSurásara? —En tiempo récord, Ozzchreanos expresó todas sus dudas, sensaciones, e incluso algún halago. Por desgracia, el coro desacompasado les dio una forma incomprensible. El sacerdote no entendía nada—. Qptpuoeoértrloaqssduiosées. —Su voz estaba fragmentada, sus pensamientos superficiales y subterráneos salían en paralelo y todos con su propio tono asustado, potente, agresivo, grave, lascivo, débil, neutro, agudo, afectado, inmutable.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
02/08/14, 03:56 am
Soñaba con onyces. Por el aire, por el suelo, revoloteando con sus múltiples formas por la habitación, caminando con sus monstruosas patas, saltando de cama en cama, de mueble en mueble; desordenando el dormitorio, arrojándose almohadas, volcando colchones, vaciando armarios; hablando, gritando; hablándome, gritándome; amenazándome con infinidad de cosas si no les hacía caso, como dar portazos como anoche.
Ahí me desperté. Una onyce sujetaba la puerta del dormitorio a punto de lanzarla contra su marco, pero justo me miró.
He conseguido despertarte. ¡Ahora sal de ahí y vamos a divertirnos!
La fulminé con la mirada y le ordené que se largara, cosa que hizo devolviéndome una mirada asesina. Una rápida mirada por la habitación me bastó para comprobar que el caos que había soñado no había sido real: todo seguía en su sitio. Y, por otro lado, apenas había media docena de onyces dentro, así que no me costó mucho que se fueran, cosa que les ordené entre susurros pero con firmeza. Luego rodé en la cama y me topé con el cuello humeante de la varmana, aún dormida. Aún somnolienta, me acerqué un poco más, pero de pronto recordé la Taberna y temí que se desorientara si el humo me tocaba. Así que vigilé su vaivén para evitar cualquier problema. No sabía qué podía pasar si lo rozaba, simplemente. También recordé mi duda tonta y sonreí. Una onyce volvió al interior entonces, con sus ocho brazos cruzados.
¿No vienes?
—Más tarde, dejadme un rato. Os lo prometo—le susurré.
No me fijé en si se iba o no. Lo cumpliría, pero más tarde. Me quedé en la cama pensando en todo lo que pasó la noche anterior y en qué nos depararía el futuro. ¿Podría volver a la Tierra como nos dijeron? ¿Qué haríamos una vez aprendiéramos lo que tuviéramos que aprender en los refugios? ¿Trabajar y buscarnos un hogar decente? <<Esto está en ruinas..., habrá trabajo siquiera?>> Al menos estaba claro que el grupo seguiría unido, así que no miraba al futuro con pesimismo. Realmente, si nos iba como hasta ahora y mejorábamos individualmente en los refugios, mejoraríamos en grupo. O en familia, como me gustaba pensar. Otra cosa era lo que pensaran los demás, pero no creía equivocarme al pensar que pensaban como yo.
<<Vuelve al presente, señorita. Hoy se supone que nos avisan de los refugios. Habrá que estar levantada y aseada para entonces... Pero cuando se despierte Marsi mejor, ¿no? No es plan levantarse y despertarla por accidente, ¿no?>> No lo era. Lo que sí era plan era darle los buenos días cuando notara que estaba despierta, cosa que haría. Pero no antes de salir de la cama y menos cuando era la última vez que la compartiríamos en Letargo. <<Excusa barata. Ah, recuerda las horas a la que llegaste: se pueden haber preocupado por ti>>
Al rato noté que despertaba y, sonriendo, le dije:
—Buenos días. Espero no haberte preocupado anoche, perdón por haberme ido así.
Más adelante me pondría al día sobre Drael y si despertó Ozz.
Ahí me desperté. Una onyce sujetaba la puerta del dormitorio a punto de lanzarla contra su marco, pero justo me miró.
He conseguido despertarte. ¡Ahora sal de ahí y vamos a divertirnos!
La fulminé con la mirada y le ordené que se largara, cosa que hizo devolviéndome una mirada asesina. Una rápida mirada por la habitación me bastó para comprobar que el caos que había soñado no había sido real: todo seguía en su sitio. Y, por otro lado, apenas había media docena de onyces dentro, así que no me costó mucho que se fueran, cosa que les ordené entre susurros pero con firmeza. Luego rodé en la cama y me topé con el cuello humeante de la varmana, aún dormida. Aún somnolienta, me acerqué un poco más, pero de pronto recordé la Taberna y temí que se desorientara si el humo me tocaba. Así que vigilé su vaivén para evitar cualquier problema. No sabía qué podía pasar si lo rozaba, simplemente. También recordé mi duda tonta y sonreí. Una onyce volvió al interior entonces, con sus ocho brazos cruzados.
¿No vienes?
—Más tarde, dejadme un rato. Os lo prometo—le susurré.
No me fijé en si se iba o no. Lo cumpliría, pero más tarde. Me quedé en la cama pensando en todo lo que pasó la noche anterior y en qué nos depararía el futuro. ¿Podría volver a la Tierra como nos dijeron? ¿Qué haríamos una vez aprendiéramos lo que tuviéramos que aprender en los refugios? ¿Trabajar y buscarnos un hogar decente? <<Esto está en ruinas..., habrá trabajo siquiera?>> Al menos estaba claro que el grupo seguiría unido, así que no miraba al futuro con pesimismo. Realmente, si nos iba como hasta ahora y mejorábamos individualmente en los refugios, mejoraríamos en grupo. O en familia, como me gustaba pensar. Otra cosa era lo que pensaran los demás, pero no creía equivocarme al pensar que pensaban como yo.
<<Vuelve al presente, señorita. Hoy se supone que nos avisan de los refugios. Habrá que estar levantada y aseada para entonces... Pero cuando se despierte Marsi mejor, ¿no? No es plan levantarse y despertarla por accidente, ¿no?>> No lo era. Lo que sí era plan era darle los buenos días cuando notara que estaba despierta, cosa que haría. Pero no antes de salir de la cama y menos cuando era la última vez que la compartiríamos en Letargo. <<Excusa barata. Ah, recuerda las horas a la que llegaste: se pueden haber preocupado por ti>>
Al rato noté que despertaba y, sonriendo, le dije:
—Buenos días. Espero no haberte preocupado anoche, perdón por haberme ido así.
Más adelante me pondría al día sobre Drael y si despertó Ozz.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
02/08/14, 03:44 pm
No veo a la estirge picar a Ozz pero sí que veo un movimiento en la periferia del ojo y cuando miro veo al pájaro muerto y al ochrorio despierto. En un principio mantengo las distancias, pues sé que es Ozz por sus ropas y por qué no se movió en toda la noche del sitio, pero por el rostro nunca lo diría. Está completamente distinto. Lo que sucede a continuación me hace parpadear rápidamente con sorpresa, no le he entendido nada, sólo mi nombre al final y con claridad. No es que hable mal... es que hablan muchas voces a la vez y yo no doy a basto para entenderlas.
-Eh... esspera Ozz - buco con rapidez algo para que el chico pueda escribir y se lo entrego.- Si quieres decirme algo mejor escríbelo, que no te entiendo - ¿cómo puede ser que me hable con varias voces a la vez? ¿Ha desarrollado varias cuerdas vocales? No he leído nada en el libro que me indique qué es lo que puede ser mi compañero, pero sin duda nos pasaremos por la biblioteca para buscar. Observo con preocupación sus nuevos rasgos, que se lo oculte no va a hacerle ningún bien.- Oye Ozz, no quiero que te asusstes pero... digamos que estás distinto. No, no tu cuerpo, si no tu cara - digo con un poco preocupación pensando en como se lo puede tomar.
Le tiendo mi espejito de bolsillo para que contemple su nuevo rostro.
-Eh... esspera Ozz - buco con rapidez algo para que el chico pueda escribir y se lo entrego.- Si quieres decirme algo mejor escríbelo, que no te entiendo - ¿cómo puede ser que me hable con varias voces a la vez? ¿Ha desarrollado varias cuerdas vocales? No he leído nada en el libro que me indique qué es lo que puede ser mi compañero, pero sin duda nos pasaremos por la biblioteca para buscar. Observo con preocupación sus nuevos rasgos, que se lo oculte no va a hacerle ningún bien.- Oye Ozz, no quiero que te asusstes pero... digamos que estás distinto. No, no tu cuerpo, si no tu cara - digo con un poco preocupación pensando en como se lo puede tomar.
Le tiendo mi espejito de bolsillo para que contemple su nuevo rostro.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
03/08/14, 12:32 am
Después de unas pocas pruebas más de su nueva capacidad vocálica, el gran ochrorio no se molestó en verbalizar una respuesta de nuevo. Agarró el material de escritura e hizo un gesto que, le pareció, Surásara interpretaría como agradecimiento, aunque nunca lo había usado. Al instante escuchó la nueva declaración, ante la que estrenó una expresión interrogante. Sin mediar palabras y sin dudar un instante, se observó en el espejillo que le tendía.
Pero lo que pudo observar no era la faz esperable. Aquel que expresaba sorpresa y duda era, para la opinión ochroria, o más bien el gusto de Ozzchreanos, más bello, con las facciones en mayor armonía con su naturaleza, de una fineza que nunca pensaría tener. Pero la opinión del sacerdote quedó enterrada en su subconsciencia, pues esta solo reflejaba la confusión de su rostro. Se tocó las desconocidas facciones con la punta de los dedos y se sorprendió irracionalmente al hallar tacto.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
03/08/14, 02:55 am
El primer despertar de Dhelian tras la luna fue penoso. El pregón ya lo había medio espabilado, peor lo que termino haciendo que se diera de bruces contra el sueño, fue el inesperado graznido despertador de una de sus estirges en pleno oído.
-¡Auch...mi nariz ¿¡porque me despertáis así!?- se quejo adolorido mirando con ganas de hacer pollo a la brasa de Pasota, la causante de su mal despertar. El dolor de su pobre rostro le extraño, siendo que la noche anterior no había sentido el picotazo de las estirges y desde luego cualquier pensamiento de que todo lo ocurrido la otra noche había sido una pesadilla se había esfumado incluso antes de llegar a formarse en su cabeza.
-Os odio- refunfuño mirando a los tres pájaros que la graznaron en respuesta mientras Dhelian se pasaba la mano por su pelo despeinandolo y enredándolo aun mas, peinar eso iba a ser algo imposible. Bostezando se levanto del suelo, allí donde había ido a parar y un poco aturdido al ver donde estaba durmiendo. Ya de pie, pudo ver el estropicio del cuarto y un leve tic nerviosos apareció en su ojo -¿Esto es algún tipo de venganza porque no podíais atacarme a mi? -gimió al ver lo que esos condenados pájaros habían creado. La cama de al lado estaba echa un desastre, la sabana cortada a tiras, con agujeros de garras y picos, no sabia como habían abierto el baúl lo suficiente para sacar la ropa del interior y lo mismo con el armario. Eso sin contar con el relleno de la cama que formaba un bonito colchón por todo el suelo.
-Salid del torreón y esperad afuera, ni se os ocurra entrar hasta que lo diga- dijo con mal humor al ver el destrozo las tres estirges ante su orden imperiosa salieron por la ventana del cuarto sin ponerse melindrosas como otras veces. Dhelian suspiro por tener que ponerse a recoger tan temprano. Hizo lo que pudo con los destrozos en la ropa y el colchón y recoger el relleno fue una autentica pesadez "Como tenga que hacer esto cada vez que duerma la paralizo antes" refunfuñaba tras terminar de recoger.
Ahora que estaba todo recogió y podía por fin buscar a los demás, pudo pensar en el pregón que había escuchado y en lo que la noche anterior Alice y Marsi les había contado. Ese día debían salir del torreón y separarse temporalmente con la promesa de verse a menudo. Dhelian ya sabia a donde iría, el pregón mismo le había dado el lugar, también pensaba aquello del cambio de nombre, algo que comentaría con Alice antes de partir.
Tras recoger y sin llamar aun a las estirges de vuelta bajo a la primera planta, encontrándose a Surasara despierta y desnuda de cintura para arriba lo que hizo que el daeliciano se la quedara mirando sin apartar la mirada por lo que le parecieron minutos. Lo único que logro que el pre adolescente eterno apartara sus ojos del busto de la naga fue una cara nueva ataviada con las ropas del ochrorio del torreón.
-¿Ozzchreanos?- pregunto confundido pues esa cara no era la suya ni por asomo ¿Eso le había hecho la luna? ¿Quitarle su cara?-¿Estas bien?¿No te sientes mal ni na...?- no pudo terminar al frase pues un bola de plumas negras llamo su atención. La imagen de la estirge atravesada por la daga le encogió el estomago- ¿Que hace esa estirge aquí?- pregunto mirando a sus compañeros pues el estaba seguro de haber ordenado que no entraran. ¿Le había desobedecido sin mas?-¿Quien la mato?- pregunto un poco fastidiado por aquello, otra ave mas fuera de su dominio ya era la séptima. Sus ojos se posaron primero en Surasara, la que mas estirges había matado, pero luego pensando que ella sabía que eran su dominio, miro a Ozzchreanos. La marca del picotazo en su nuevo rostro le hizo una imagen de lo ocurrido. Ya había visto que esos pájaros eran un tanto vengativo por lo que no pudo culparlo si intento atacarlo. Se sentía un poco molesto, pero la culpa fue de la estirge por desobedecerlo.
-Siento que te haya atacado, me desobedeció, las estirges son mías por la luna así que no las mates, intentare controlarlas -le explico viendo curioso como parecía tener que escribir para hablar ¿En que se había transformado?
-¡Auch...mi nariz ¿¡porque me despertáis así!?- se quejo adolorido mirando con ganas de hacer pollo a la brasa de Pasota, la causante de su mal despertar. El dolor de su pobre rostro le extraño, siendo que la noche anterior no había sentido el picotazo de las estirges y desde luego cualquier pensamiento de que todo lo ocurrido la otra noche había sido una pesadilla se había esfumado incluso antes de llegar a formarse en su cabeza.
-Os odio- refunfuño mirando a los tres pájaros que la graznaron en respuesta mientras Dhelian se pasaba la mano por su pelo despeinandolo y enredándolo aun mas, peinar eso iba a ser algo imposible. Bostezando se levanto del suelo, allí donde había ido a parar y un poco aturdido al ver donde estaba durmiendo. Ya de pie, pudo ver el estropicio del cuarto y un leve tic nerviosos apareció en su ojo -¿Esto es algún tipo de venganza porque no podíais atacarme a mi? -gimió al ver lo que esos condenados pájaros habían creado. La cama de al lado estaba echa un desastre, la sabana cortada a tiras, con agujeros de garras y picos, no sabia como habían abierto el baúl lo suficiente para sacar la ropa del interior y lo mismo con el armario. Eso sin contar con el relleno de la cama que formaba un bonito colchón por todo el suelo.
-Salid del torreón y esperad afuera, ni se os ocurra entrar hasta que lo diga- dijo con mal humor al ver el destrozo las tres estirges ante su orden imperiosa salieron por la ventana del cuarto sin ponerse melindrosas como otras veces. Dhelian suspiro por tener que ponerse a recoger tan temprano. Hizo lo que pudo con los destrozos en la ropa y el colchón y recoger el relleno fue una autentica pesadez "Como tenga que hacer esto cada vez que duerma la paralizo antes" refunfuñaba tras terminar de recoger.
Ahora que estaba todo recogió y podía por fin buscar a los demás, pudo pensar en el pregón que había escuchado y en lo que la noche anterior Alice y Marsi les había contado. Ese día debían salir del torreón y separarse temporalmente con la promesa de verse a menudo. Dhelian ya sabia a donde iría, el pregón mismo le había dado el lugar, también pensaba aquello del cambio de nombre, algo que comentaría con Alice antes de partir.
Tras recoger y sin llamar aun a las estirges de vuelta bajo a la primera planta, encontrándose a Surasara despierta y desnuda de cintura para arriba lo que hizo que el daeliciano se la quedara mirando sin apartar la mirada por lo que le parecieron minutos. Lo único que logro que el pre adolescente eterno apartara sus ojos del busto de la naga fue una cara nueva ataviada con las ropas del ochrorio del torreón.
-¿Ozzchreanos?- pregunto confundido pues esa cara no era la suya ni por asomo ¿Eso le había hecho la luna? ¿Quitarle su cara?-¿Estas bien?¿No te sientes mal ni na...?- no pudo terminar al frase pues un bola de plumas negras llamo su atención. La imagen de la estirge atravesada por la daga le encogió el estomago- ¿Que hace esa estirge aquí?- pregunto mirando a sus compañeros pues el estaba seguro de haber ordenado que no entraran. ¿Le había desobedecido sin mas?-¿Quien la mato?- pregunto un poco fastidiado por aquello, otra ave mas fuera de su dominio ya era la séptima. Sus ojos se posaron primero en Surasara, la que mas estirges había matado, pero luego pensando que ella sabía que eran su dominio, miro a Ozzchreanos. La marca del picotazo en su nuevo rostro le hizo una imagen de lo ocurrido. Ya había visto que esos pájaros eran un tanto vengativo por lo que no pudo culparlo si intento atacarlo. Se sentía un poco molesto, pero la culpa fue de la estirge por desobedecerlo.
-Siento que te haya atacado, me desobedeció, las estirges son mías por la luna así que no las mates, intentare controlarlas -le explico viendo curioso como parecía tener que escribir para hablar ¿En que se había transformado?
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
03/08/14, 06:19 pm
Dejo al ochrorio un poco de espacio para que pueda asimilar sus cambios y me alejo un poco tras unas palabras.
-Si necesitas algo avísame.
Sigo moviéndome un rato, es un gusto ver que aunque me quede quieta puedo mantenerme erguida. Me pregunto cuales pueden ser los límites ahora que tengo una cola como esta. De pronto una voz irrumpe en el silencio anunciando lo que ya nos habían comentado Alice y Marsi la noche anterior. <<Bueno, una vez que todos estén despiertos supongo que tocará moverse>>. Me acerco a la puerta que da al patio y me quedo mirando las tumbas unos segundos, suspiro y recojo la botella en la que están las cenizas de Álvaro, no podemos llevar armas ni el resto de cosas pero esto sí que lo llevo conmigo.
Dhelian baja las escaleras y ni siquiera da los buenos días, se queda embobado mirándome. Sigo la dirección de sus ojos y veo donde acaba, una sonrisa de satisfacción se pinta en mi rostro, después de lo de la cola pensaba que ningún otro hombre me volvería a mirar y saber que aún sigo pareciendo atractiva aunqeu sea a ojos de un adolescente es satisfactorio y levanta la moral. Pero quizá deba ponerme la camiseta para que no se distraiga nadie.
-Eh, Dhelian, hazme un favor y seca esto - y le lanzo la camiseta que aún está mojada. Mientras y con una sonrisa perversa paso mis brazos bajo los pechos y los aúpo para que sean más visibles.
-Si necesitas algo avísame.
Sigo moviéndome un rato, es un gusto ver que aunque me quede quieta puedo mantenerme erguida. Me pregunto cuales pueden ser los límites ahora que tengo una cola como esta. De pronto una voz irrumpe en el silencio anunciando lo que ya nos habían comentado Alice y Marsi la noche anterior. <<Bueno, una vez que todos estén despiertos supongo que tocará moverse>>. Me acerco a la puerta que da al patio y me quedo mirando las tumbas unos segundos, suspiro y recojo la botella en la que están las cenizas de Álvaro, no podemos llevar armas ni el resto de cosas pero esto sí que lo llevo conmigo.
Dhelian baja las escaleras y ni siquiera da los buenos días, se queda embobado mirándome. Sigo la dirección de sus ojos y veo donde acaba, una sonrisa de satisfacción se pinta en mi rostro, después de lo de la cola pensaba que ningún otro hombre me volvería a mirar y saber que aún sigo pareciendo atractiva aunqeu sea a ojos de un adolescente es satisfactorio y levanta la moral. Pero quizá deba ponerme la camiseta para que no se distraiga nadie.
-Eh, Dhelian, hazme un favor y seca esto - y le lanzo la camiseta que aún está mojada. Mientras y con una sonrisa perversa paso mis brazos bajo los pechos y los aúpo para que sean más visibles.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
04/08/14, 03:20 am
(Tiempo paralelo, todavía durante la noche)
—¿Eh? Creo... No—confesó. Dirke no había tenido muy en cuenta qué hora era. Nunca lo hacía, sobre todo durante la luna, porque tampoco tenía muy claro si las transformaciones tenían horarios fijos, pero aquella vez su percepción del paso del tiempo había disminuido hasta algo despreciable mientras hablaba.
Escuchando solo a medias el intercambio de palabras sinhadre, el hombre árbol se puso las gafas de aviador nuevas y toqueteó un par de botones rúnicos que tenía a los lados, para hacerla funcionar. La había comprado en el mercado, como sustituto para muggles de los hechizos de niebla mágica, y todavía no acababa de saber usarlo. <<Ya podían haberse currado unas instrucciones>> pensó no muy mosqueado. Tocar los botones al azar era divertido para cualquiera con mentalidad de niño de tres años y el alemán solía ser de esos.
—También podemos espiarles desde aquí, me basta con saber si Marsi sigue... Mmmffhh...—concentrado en regular lo que veía, Ramas no fue capaz de acabar la frase—. Veo... Pájaros y sombras, deber de haber brujos. También hay un muerto.... ¿Muerto en vida o muerto muerto?—comenzó a chapurrear, pronunciando peor que de costumbre. Estaba nervioso por encontrar qué había sido de la varmana—. Ah, en vida, se mueve... ¡Es como Kaethe! ¡Oh! Y también hay una nueva Abi, espero que sea más maja... —un par de pulsaciones de botones extra le dieron la respuesta que quería—. No me lo puedo creer... ¡He traído a una nueva Elliot a la ciudad!—también esperaba que fuera más maja que su contraparte en la comparación, pero por respeto a los muertos no expuso aquello en voz alta. Contento y satisfecho con su éxito cosechil, Dirke se quitó las gafas y se las acercó a Alder—¿Pruebas?
—¿Eh? Creo... No—confesó. Dirke no había tenido muy en cuenta qué hora era. Nunca lo hacía, sobre todo durante la luna, porque tampoco tenía muy claro si las transformaciones tenían horarios fijos, pero aquella vez su percepción del paso del tiempo había disminuido hasta algo despreciable mientras hablaba.
Escuchando solo a medias el intercambio de palabras sinhadre, el hombre árbol se puso las gafas de aviador nuevas y toqueteó un par de botones rúnicos que tenía a los lados, para hacerla funcionar. La había comprado en el mercado, como sustituto para muggles de los hechizos de niebla mágica, y todavía no acababa de saber usarlo. <<Ya podían haberse currado unas instrucciones>> pensó no muy mosqueado. Tocar los botones al azar era divertido para cualquiera con mentalidad de niño de tres años y el alemán solía ser de esos.
—También podemos espiarles desde aquí, me basta con saber si Marsi sigue... Mmmffhh...—concentrado en regular lo que veía, Ramas no fue capaz de acabar la frase—. Veo... Pájaros y sombras, deber de haber brujos. También hay un muerto.... ¿Muerto en vida o muerto muerto?—comenzó a chapurrear, pronunciando peor que de costumbre. Estaba nervioso por encontrar qué había sido de la varmana—. Ah, en vida, se mueve... ¡Es como Kaethe! ¡Oh! Y también hay una nueva Abi, espero que sea más maja... —un par de pulsaciones de botones extra le dieron la respuesta que quería—. No me lo puedo creer... ¡He traído a una nueva Elliot a la ciudad!—también esperaba que fuera más maja que su contraparte en la comparación, pero por respeto a los muertos no expuso aquello en voz alta. Contento y satisfecho con su éxito cosechil, Dirke se quitó las gafas y se las acercó a Alder—¿Pruebas?
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
04/08/14, 12:12 pm
Ozzchreanos se declaró enseguida culpable de la pérdida de cabeza de la estirge. No necesitó ni palabras, pues la herida en su tabique hablaba de lo sucedido por sí misma.
—Gracias, Dhelian. ¿A qué te refieres con que son tuyas? —Fue toda su respuesta por escrito.
No tenía por qué hacer nada a los pájaros, por supuesto, pues no tenía nada en contra de ellos. Pero siempre, claro, que no le hicieran nada. Cuando Dhelian le contestó, le preguntó por él mismo y por los demás. Su curiosidad era sincera, su preocupación notable. Quería saber qué les había sucedido bajo la influencia de la luna. Pero, más que nada, quería saber qué habían designado los dioses para su sacerdote.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
04/08/14, 03:09 pm
Marsi no soñó nada, por primera vez en mucho tiempo. Su mente parecía haberse cerrado por el cansancio y todo fue calidez y oscuridad hasta que su niebla percibió movimiento y ruido. Toda la información le vino de golpe cuando recuperó la conciencia, y durante unos instantes se sintió mareada y confusa.
Desde fuera, se podía ver cómo la niebla negra, que antes había sido fina y escasa, aumentaba ascendiendo como una humareda espesa, hasta normalizarse. Aunque no lo necesitaba para mirarla, Marsi se giró hacia Alice, contenta por verla de una pieza, y un poco sorprendida por encontrarla en su cama. Le hizo un gesto para hacerle saber que no tenía mayor importancia. A su espalda vio su cabeza, despeinada y con algún mechón de pelo de menos, pero ni rastro de la estirge a su cargo. Imaginó que Dhelian las habría echado. Se incorporó, quedando sentada en la cama, y cogió su cabeza para peinarla con mimo. Luego le señaló la puerta a Alice, técnicamente para proponer que bajasen a desayunar.
Tan solo se puso unos pantalones, y pronto se arrepintió de bajar descalza pues las estirges habían dejado el torreón hecho un asco. Todos los demás estaban ya abajo, rodeando a... alguien con la ropa y el cuerpo de Ozz, pero con una cara distinta. Lo señaló para preguntar por él, estaría bien una explicación. Posiblemente fuese el ochrorio, con algún cambio de la Luna, pero que le hubiesen cambiado la cara se le antojaba extraño. << Bueno, a algunos se la cambia, y a otros nos la quita>>
Desde fuera, se podía ver cómo la niebla negra, que antes había sido fina y escasa, aumentaba ascendiendo como una humareda espesa, hasta normalizarse. Aunque no lo necesitaba para mirarla, Marsi se giró hacia Alice, contenta por verla de una pieza, y un poco sorprendida por encontrarla en su cama. Le hizo un gesto para hacerle saber que no tenía mayor importancia. A su espalda vio su cabeza, despeinada y con algún mechón de pelo de menos, pero ni rastro de la estirge a su cargo. Imaginó que Dhelian las habría echado. Se incorporó, quedando sentada en la cama, y cogió su cabeza para peinarla con mimo. Luego le señaló la puerta a Alice, técnicamente para proponer que bajasen a desayunar.
Tan solo se puso unos pantalones, y pronto se arrepintió de bajar descalza pues las estirges habían dejado el torreón hecho un asco. Todos los demás estaban ya abajo, rodeando a... alguien con la ropa y el cuerpo de Ozz, pero con una cara distinta. Lo señaló para preguntar por él, estaría bien una explicación. Posiblemente fuese el ochrorio, con algún cambio de la Luna, pero que le hubiesen cambiado la cara se le antojaba extraño. << Bueno, a algunos se la cambia, y a otros nos la quita>>
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