Torreón Letargo (Archivo IV)

Recuerdo del primer mensaje :

-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.

Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.

Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.

Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.

Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.

Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.

Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.

-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.



P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^

Los lagartos se marchan mientras Alice de pronto comienza a levitar. La miro con los ojos como platos y la boca abierta. "¿Acaso es posible hacer algo así con la magia? ¿Por que no puedo yo si quiera hacer levitar una misera cesta vacía?" Cuando me percato de mi soledad recojo los botes de miel y dando pequeños saltitos los guardo en mi estante de miel. 

Las chicas comienzan a moverse en la sala, la ultreana sale al patio a entrenar mientras que los demas sacan mantas y practican a levitar. Yo me siento en el sillón mientras desayuno viendo a las chicas intentar levitar. El golpe de Dhelian me hace soltar una carcajada y atragantarme con la comida por lo que la risotada pasa a ser una batalla por que el trozo de pan con miel pase por mi exofago. Cuando termino de desayunar salgo al patio negando los ofrecimientos mágicos para ver a la chica pelirroja practicando con unos palos. 

En silencio me pongo a calentar estirando mi cuerpo notando como mi espalda cruje al estirarla. Mi flexibilidad esta un poco mermada pero aun puedo tocarme sin esfuerzo los dedos de mis pies. Cuando me veo preparada me acerco a la ultreana y le hablo con las manos a la espalda balanceandome un poco.

-Surásara. ¿Te importaría si me uno a tu entrenamiento y nos matamos un rato? Seria un honor poder batirme contigo si me lo permites. Me gustaría tener un poco mas de velocidad de reacción. No me gustaría que se repitiese lo del otro día.- Tras decir eso me rasco donde se clavó el cuchillo del insecto.

-No, no me importa. Pero no usemos armas cortantes, no vayamos a hacernos daño.- digo cuando paro para mirarla.- Si no te importa yo seguirá usando esto, quiero practicar con ello y así te doy una ventaja.

Espero a que la chica vuelva y cuando lo hace me pongo en guardia levantando ambos brazos.

-Venga, ven por mí.- <<Voy a contenerme con ella. Por mucho que a veces quiera estrangularla no es plan de dejarla incapacitada por huesos rotos>>.

La visita fue extraña. Eran cosechados al parecer, pero no aparecían mencionados en la libreta que habían encontrado, ni se parecían en nada a ninguno de los macieleros. No le había parecido una situación apropiada para hacerles preguntas, pero ya que el pequeño reptil alado llamado Gart parecía igual de interesado, si no más, en saber sobre ellos, seguramente se encontrarían en otra ocasión. Lo cierto es que tenía curiosidad en saber cómo era su torreón. Lo situó en el mapa, marcándolo con carboncillo como un sitio seguro, o por lo menos no-hostil.

Sus compañeros se fueron dispersando, olvidando el incidente, y se dedicaron cada uno a lo suyo. Sura salió a entrenar, al patio con Kora. Marsi se sentía demasiado incómoda como para entrenar, pero no podía dejarse. Se puso unos pantalones bien ceñidos, tomó su lanza y subió a la última planta. No entendía por qué se empeñaban tanto en entrenar fuera. Era más pequeño que la sala del tercer piso, el huerto estorbaba y por la mañana hacía frío.

Hizo algunos calentamientos para acotumbrarse a la molestia del vientre y se puso a hacer algunos ejercicios con la lanza. Le gustaba entrenar sola de vez en cuando, así podía ir a su ritmo y no tenía que aguantar a nadie. Sabía que no avanzaba demasiado así, pero era tan solo para mantener el cuerpo en forma. Ya tenía las clases de Sura por lasmañanas para mejorar << Y tendré las de Maciel cuando vaya...>>

Había decidido ir a Maciel. Había visto los extraños movimientos del niño loco, y como el insecto lanzaba el cuchillo con mano experta. Quería aprender de ellos. << Yo no puedo hacer magia, tengo que compensar, tengo que ser la mejor guerrera que pueda...>> Puede que incluso, si las relaciones con el nuevo torreón iban bien, le pidiera ayuda a los reptiles...

La ultreana accede a mi petición por lo que sonriendo asiento ante la condición de no usar armas cortantes. -Pues voy a bajar a buscar algo de madera como eso que usas a ver que encuentro. Si me lo permites, me retiro a buscar.- Sin esperar la respuesta de Surásara me encamino al torreón dando saltitos. Ignoro a los reunidos en la sala pasando por encima de las mantas tiradas manchando un poco su superficie con mis zapatos de tierra. 

Tras buscar algo bonito en la armería saco dos barras de madera cortas y doy un par golpes al aire para intentar acostumbrarme al peso de las armas. "Son mas pesadas que mis dagas pero eso hará que al usarlas pueda hacerlo mejor." Al pasar por la puerta del recluso pongo la oreja en la madera para intentar escuchar algo del ochorio. Al no detectar movimiento le doy una patada a la puerta y salgo tranquilamente del sótano.

Llego a la puerta del patio y alzo los palos haciéndolos chocar para denotar mi presencia. "Voy a ponerme enserio, no puedo permitirme que me vuelvan a machacar. Con nuevos competidores en la ciudad, hay que prepararse bien por si están tan locos como el bicho o incluso la rata." Los movimientos de la ultreana están demasiado marcados y predefinidos. Se enfrenta mi estilo de golpe y huye con el militarizado de Surásara. Ninguna de las dos damos nuestro brazo a torcer, a cada golpe parece que nos concentrásemos mas en golpear nosotras. Saltos, fintas y muchos golpes se ejecutan en nuestro duelo personal. Surásara se nota que no es una negada en la lucha, sonriendo embisto tras saltar esquivando una acometida de la chica. Intento esquivar lo mas rápido que puedo y golpear. Normalmente consigo solo uno de las dos cosas, a decir verdad, no se lo estoy poniendo fácil a la chica pelirroja.

La sesión de entrenamiento nos lleva casi toda la mañana. Sudorosas y doloridas damos por terminado el entrenamiento justo en el momento en el que la noticia de la comida recién puesta nos saca de nuestra batalla. Recojo mi pelo mojado por el sudor y felicito a la chica con una reverencia. -Un placer haberme matado contigo Surásara. Espero que hayas sacado algo mas que unos moratones al igual que yo.-

Tras un rato de practicar y practicar, de reírme tras las caídas de los que intentaban levitar, llegó la hora de la comida. Aún no había logrado el de limpieza, pero tenía suficiente hambre como para dejar su práctica para más tarde.

-A comer, a ver qué preparo hoy...

Dicho eso, me metí en la cocina, eché un vistazo a la comida que teníamos y tuve una idea de golpe: brochetas mixtas. Así pues, fui preparando los ingredientes: verduritas, carne y pescadito en boles diferentes. <<Y lo más importan... Me cachis... ¿Y los pinchos? ¡Brochetas sin brocheta! Qué cutre...>> Pero como no había otra, eso fue lo que hice, teniendo en cuenta como siempre la miel y el caviar para los otros tres. Luego pusimos la mesa y servimos platos. EL mío lo traje ya lleno desde la cocina, haciéndolo levitar. Me senté diciendo:

-Seré sincera: iba a hacer brochetas pero no hay pinchos de madera ni de metal lo suficientemente finos... Así que hice imaginad que son brochetas y que alguien anónimo os ha robado los pinchos. Y si no os gusta, encontraré un pincho y os convertiré en brochetitas.-bromeé.-¡Que aproveche!

A mitad de la comida, hice una pausa, pues había estado pensando en lo que haríamos el resto del día, y di unos toquecitos con el tenedor a mi vaso para llamar su atención.
-Hey, ¿hay algún plan para la tarde? ¿O nos quedamos en casa practicando magia, charlando o lo que sea tranquilamente?

Si me preguntaban, yo me quedaría en el torreón sí o sí.

Entramos en el torreón con la promesa de una comida interesante por lo que demostraba el olor. Cuando nos sentamos en la mesa Alice llega haciendo levitar su plato por lo que cuando termina de hablar me coloco con los brazos en la mesa y pregunto tranquilamente a los presentes. -¿Alguien sabe que es un brocheta? ¿Con esta carne se prepara un brotecha de esas?- Digo dándole un muerdo a un trozo de carne poniendo una cara agria al darme cuenta que se me ha olvidado mojarlo en miel.

"Jamas entenderé el gusto de estos humanos por la comida poco dulce y falta de sabor. Me gustaría tener unas buenas delicias daelicianas para que se volviesen locos con el verdadero sabor de una comida." Rememorando los sabores daelicianos baño en miel los intentos de brocheta de Alice. 

Alice hace la pregunta del millón al preguntarnos que queremos hacer hoy por lo que carraspeando alzo mi voz sobre los demás cuando tengo ocasión. -Yo, a decir verdad, me gustaría salir un rato fuera del torreón. Creo que sería necesario cambiar de aire y de vistas. Ademas, podríamos ver que hay mas allá de la biblioteca, o que incluso la casa mágica cambiadora. Lo bueno de ir por esa ruta es que ya sabemos como volver si fuese necesario una carrera. ¡Quizás hasta nos encontremos con los visitantes escamosos de esta mañana! ¿No seria genial que tuviesen mas botes de miel? ¿O que incluso fuese posible algún trueque de comida como con los otros? ¿No seria interesante?- Digo levantándome mientras me rechupeteo los dedos llenos de miel para salir a dejar los platos en la cocina dejando un tiempo prudencial para que cada uno escogiese el plan para hoy.

La chica no es mala peleando, se nota que ya lo ha hecho antes. Como me contengo dejo que algunos golpes me impacten mientras esquivo otros y golpeo, sin embargo puedo ver todas las aberturas de la daeliciana, si me pongo seria este combate se acaba en lo que tarda una bala de rifle en alcanzar su objetivo.

Al final y cuando terminamos le sonrío mientras pienso que gano ya solo por la cantidad de cardenales que le van a salir. Entro al torreón para encontrarme la comida ya hecha. ¿Tanto tiempo hemos estado peleando? Ni cuenta me he dado.

-A mi no me importaría salir, aunque solo sea por estirar las piernas un poco, pero si el resto decís de quedarnos no tengo mayor inconveniente tampoco.

Terminé de comer mientras los demás opinaban y estiré los brazos, cansada después de la noche que había tenido. Resoplé mientras terminaba de estirarme y dije:

-Yo no saldré... Tener sueño no es una excusa, pero es que no me apetece. Si estuviera en casa, hoy sería día de palomitas, chocolate, alguna película y un par de mantas...-comenté, risueña.-Pero aquí... Practicaré magia. Pero que vosotras y quien quiera podéis salir, oye.-añadí, mirando a Kora y Sura. Luego me levanté a recoger mis cosas mientras bromeaba.-No voy a quemar el torreón si me dejáis aquí, ¿eh?

No esperé a que se decidieran, yo ya había dado mi opinión y ya sabía qué haría, así que, en efecto, cogí una manta, me eché en el sofá y me armé con lo necesario para los hechizos.

Marsi fue la ultima en bajar a comer, cuando los demás prácticamente habían terminado. No tuvo problemas en comerse la comida fría, lo hizo en silencio, meditando lo que estaba a punto de decirles a sus compañeros.

-Hmm me gustaría pasar una temporada en Maciel- dijo al fin, apartando a un lado su plato vacío- Me gustaría aprender algo de los guerreros de allí, variar en técnicas... Prometo que no será mucho tiempo.

Tal vez era un poco egocéntrico por su parte pensar que era tan necesaria en el grupo como para tener que pedir permiso o disculpas a los demás para marcharse. En realidad, dudaba un poco que pasase nada si simplemente empaquetaba sus cosas y decía que se iba.

-Mi plan sería irme cuanto antes, para volver también cuanto antes...

La propuesta de Marsi me molesta en un principio y no puedo evitar preguntar.

-¿No estas contenta con el entrenamiento de aquí?,- luego me doy cuenta de que no lo dice por eso y me siento un poco abochornada.- Disculpa, creí que era una queja. Por mi bien, estoy segura de que sabes cuidarte sola. Pero, si se repite algo como lo de ayer dímelo,- <<Y no quedará nadie en ese torreón que viva>>.- y tendré algunas palabras con ellos,- le digo con una sonrisa.

Ante las palabras de Alice me encojo de hombros y voy a por mi libro para seguir leyendo.

-Hoy toca apalancarse en casa. Luego iré a ver a Ozz.

Tras dejar los platos suspiro y me encamino a la mesa cuando llego en el momento justo para escuchar las palabras de Marsi. "¿Es que acaso no tiene suficiente con la cantidad de locos de este torreón que tiene que irse a buscar dementes al otro? Ademas ellos tienen un torreón feisimo, este por lo menos lo tapa una maraña verde y no un esqueleto." Pienso mientras me acerco a la chica. -Pues si quieres podemos acompañarte y cuando vayáis a entrar en el torreón yo me quedo dando una vuelta con alguien hasta que salga quien te acompañe. No me gustaría toparme con xlap.- Al decir el nombre de Xlak chasqueo los dedos como intentando recordar el nombre del lanzacuchillos. -Del bicho ese infecto. En lo que pides asilo alguien puede quedarse conmigo mirando los alrededores de la zona. Nunca viene mal tener alguna idea de lo que nos rodea. ¿No creéis? -Digo intentando buscar a alguien que me siguiese en mi propuesta. 

-Talento. ¿Tu no tienes nada que hacer verdad? Nos podrías acompañar que últimamente no sales a estirar las plumas.- Le digo mostrando mis dientes en una sonrisa dulce.

Cuando la practica termino, aunque el tardo mas en terminarla hasta que estuvo la comida hecha. Se sentía cansado tras la practica de magia por ello comió en silencio escuchando con curiosidad las conversaciones que daban en la mesa y sin decir ni mu de los alimentos, a esas altura de la convivencia no pensaba volver a quejarse de la comida, total eso no haría que la comida fuese mas dulce por que si. Las conversaciones no tardaron en irse a un tema en especifico: ver si salían ese día o se quedarían en el torreón.

Presto atención a lo que decían, por un lado había gente que quería quedarse, como era el caso de Alice y Surasara, por otro gente que quería salir, como pasaba con Korasihanna y Marsi, la cual incluso comento de pasar un tiempo en Maciel. Por un momento Dhelian pensó que la varmana ya no quería vivir mas con ellos y que prefería cambiarse de torreón y no pudo evitar sentirse un poco incomodo, tal vez no era los mejores compañeros a tener pero llevaba mas de dos semanas bajo el mismo techo, de alguna forma se acostumbraba uno a ver las mismas caras todos los días. Suspiro aliviado, cuando escucho que solo serian unos días y que volvería luego "Es para un entrenamiento, en realidad da igual donde te vayas, tendrás convivencia de locos" pensó Dhelian mientras terminaba de comer y recogía todo para lavarlo, para luego coger uno de los tarros de miel para comérselo a cucharadas como postre mientras pensaba en lo que el haría. Le apetecía salir y a la vez no, quería seguir practicando magia y empezar con los hechizos defensivos.

- Mmm, yo creo que me quedo también para practicar. Me gustaría intentar probar con los hechizos de defensa que parecen en el libro. Y ademas quería comentaros algo , si me dais permiso claro esta- dijo mirando a sus compañeros, era algo que había estado pensando. por ahora magia solo realizaban Alice, Alvaro, Akasha y el, Marsi no podía, Korasihanna tampoco, Surasara no lo había intentando y de los que quedaban no sabia si podían realizarlo o no. Tal vez sonara estúpido siendo que los quedaban en la lista era algunos de los peligrosos del torreón, pero nunca se sabia cuando iban a poder necesitar otro hombro para apoyar. Ademas, quitando el tema de la magia, Akasha ahora en caso de necesidad si que podía protegerse. Sin contar que unos brazos mas para ayudar siempre se echaban en falta- Veréis he estado pensando en algo, por favor, escuchadme antes de comerme. Es sobre Ozzchreanos. Lleva casi desde que llegamos a este lugar encerrado en las mazmorras, ¿pensamos tenerlo durante toda la cosecha allí metido? Se que lo que hizo no es perdonable, pero...tal vez y digo solo tal vez, ¿podríamos darle otra oportunidad? Durante su encierro ha estado comportándose mucho y no se...- añadió empezando a perder cierta fuerza al hablar. Dhelian empezaba aparecer por la incomodidad, no podía evitar recordar que era hombre y tal vez desde su punto de vista sonaría como que estaba de parte del ochrorio lo cual no podía ser mas lejano. Pero ciertamente este había estado comportándose y ahora ninguno de los presentes era incapaz, todos podían defenderse, sin excepción.

- Me gustaría saber vuestra opinión al respecto sobre esto- añadió mirando a sus compañeros, compañeras en su mayoría que en caso de Ozzchreanos pudiera repetir lo que hizo, seria las posibles afectadas- Se bien que a pesar de mi apariencia soy un chico, que tal vez diciéndolo yo suene muy conveniente ya que a vosotras os afectaría mas que a mi...- se corto empezando a sentirse nervioso al respecto, daba igual que en esos momentos fuese Lhelian quien hablara, el hecho de que era un chico no podía evitarse.

El anuncio de Marsi me pilló por sorpresa, concentrada en el hechizo. Di un respingo y se me cayeron algunos cristales al suelo, pero no los recogí. En su lugar, me giré en el sofá y, hecha un lío con la manta y el pelo suelto, terminé de escuchar todo lo que estaba diciendo.

-Te vas... Ay, cómo lo llamáis en España, ¿Álvaro? Esa ayuda en la que os vais a otro país a estudiar idiomas... Eh... Dita sea, los que venían a casa bromeaban con el nombre, los pervertidos... Porque decían que se parece a cierta palabreja... Entrenaban, vaya que si entrenaban esos estudiantes...-dije riendo, pícara. Le di un par de vueltas en mi cabeza hasta que recordé el término y chasqueé los dedos.-¡Erasmus! Bueno, ya que hacemos intercambios de comida, ¿por qué no de compañeros? Te diría de cambiarte por Shaco, pero es con él con quien quieres entrenar así que nada.-dije riendo.-¿Hacemos eso, entonces? Hoy en casita y cuando te vayas, aprovechamos para explorar un poco más? Y, eh, Sura, lo del otro día no creo que se repita, así que deja las amenazas, anda.

Luego recogí los cristales del suelo y volví a apretujarme entre la manta y el cojín, pero entonces Lhelian tomó el turno de palabra. En concreto, habló sobre Ozzchreanos. <<Hm... Sí, tiene razón en que no ha dado muestras de repetir lo que ya hizo, pero ¡obvio! Está encerrado abajo, ¿cómo va a intentar nada?>>

-Hombre... Ahí abajo, sin el estímulo visual de nadie, dudo mucho que haya intentado nada... Pero se le podría dar un voto de confianza, una especie de periodo de prueba... Pero la que más voto tiene en esto es Akasha, digamos lo que digamos.

Marsi estuvo a punto de decir que no le importaba hacer el camino sola, pero lo cierto es que no era una idea demasiado prudente.

-No teneis que acompañarme al interior de Maciel, Kora, con que llegue a la puerta entera es suficiente, no te preocupes- dijo.- Y Sura, si sintiese que Maciel es peligroso sencillamente no iría, confío en el criterio del otro grupo, no creo que dejen a ese bicho suelto si no supieran que no es peligroso.

En ese momento intervino Lhelian, y en cierto modo sus palabras irritaron a Marsi. Esa forma de hablar, como si estuviese libre de todo, el meter a todas las mujeres en el mismo saco como si estuviesen en peligro solo por el hecho de serlo. Tal vez fuese algo de su mundo, pero le sonaba muy extraño.

-No sé como van las cosas en Daelicia, Lhelian, pero en mi mundo hay violaciones, y no son exclusivamente contra las mujeres. Cualquiera puede ser una víctima, igual que cualquiera puede ser asesinado, atracado o agredido. Tener pene no te va a volver mágicamente inmune a una violación. Creo que sencillamente escogió a Akasha porque son del mismo mundo, y es cosa suya decidir si quiere verle la cara todos los días o no. De todas formas, ahí abajo encerrado poco puede hacer, no es como si hubiese tenido mucha oportunidad de demostrar que se va a portar bien. De hecho, yo lo veo casi tan muerto como cuando lo encerramos...

Sus pañabras eran algo frías y toscas. Era un tema delicado para ella, pues le tenía cierto cariño a Akasha, y aparte sabía que otros del grupo, como Kora, se sentían incómodos en presencia del ochrorio. Se levantó y se llevó los platos a la pila para fregarlos.

-Pero eso como veais vosotros. A partir de mañana no estaré aquí para tomar decisiones. Voy a hacer el equipaje...

Se marchó escaleras arriba, para elegir la ropa y las armas que se llevaría. Decidió que dejaría el libro de mapas en Letargo, por si sus compañeros lo necesitaban.

Escucho las palabras de los demás, y después miro a Dhelian atónita. <<¿Pero qué propuse yo hace días? Le dirijo a Dhelian un montón de pensamientos obscenos a la vez que grindo los dientes por pura exasperación. <<Yo no amenazo bonita, me limito a exponer un hecho>> ese se lo dirijo a Alice pero en ambos casos no digo nada en voz alta acerca de ello.

Mi humor esta empeorando por momentos, llevar varios días encerrada en el torreón sin mas salida que para ir a las cestas y teniendo que soportar farfulleos mágicos constantes no hace más que exasperarme. Al final no aguanto más y digo.

-Nada, yo me voy a dar una vuelta. ¿Quién se viene?,- Neith y Talento los cuales llevn sin salir un tiempo deciden venir. Con Kora ya contaba desde el principio y el resto era bienvenido.

Recojo mis armas, los demás hacen lo mismo y salimos del torreón asegurando que volveremos.

Tirada:

Sigue en el Cementerio.

El miembro 'Dal' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio

'Dado de 100 caras' : 23

Finalmente no queda nada en claro. Las opiniones en cuanto a sacar a Ozzchreanos eran variadas y en cierta forma comprensibles y el hecho de que Marsi dijera esas palabras sobre que los hombres no estaban tampoco a salvo no sorprendió demasiado al daeliciano. Venia de un mundo donde el placer de los sentidos era lo mas se buscaba y se buscaba de cualquiera de las maneras. "Bueno hay bastante en desacuerdo y Surasara no dijo nada al respecto pero ya sabemos, por días anteriores su opinión sobre esto" Dhelian suspiro rascándose la nuca. El problema estaba con Akasha, la chica tenia miedo como era obvio pero Dhelian intento tranquilizarla antes de decidirse a bajar alas mazmorras. Tal vez estaba equivocándose con aquella decisión y estaba seguro que habría alguien mas a parte de Marsi que no vería con muy buenos ojos aquello "Me veo durmiendo en el suelo de nuevo" pensó Dhelian incomodo parándose frente a la puerta de la mazmorra. Respiro hondo antes de decidirse a hablar.

-Ozzchreanos vamos a dejarte salir de aquí-comenzó a hablar intentando infligir en su voz suave un poco de seguridad-Pero no puede volver a pasar lo de esa vez. Fui yo quien propuse en esta ocasión el sacarte así que estoy dándote un voto de confianza, intenta no estropearlo de nuevo o dudo que vayas a ser solo encerrado-añadió mirándolo, mas que amenaza era advertencia, solo para que se lo pensara bien si intentaba hacer algo así de nuevo-Y procura no acercarte a Akasha por el momento, ¿vale? No vuelvas a repetir lo mismo, puedes seguir con tu rutina si quieres pero olvídate de esa parte de la rutina que incluye ir violando a la gente. Si estas de acuerdo con eso, te sacare. ¿Que respondes? - pregunto osbervandolo sintiéndose bastante nervioso, el no tenia autoridad ninguna, solo se salvaba en esos momentos porque era Lhelian, pero aun así estaba costandole bastante. Alice, Marsi y Surasara eran mas de ese tipo, con fuerza para liderar y mantener el orden. "Tu lo propusiste estas vez tu te haces cargo, no seas cobarde" se dijo suspirando esperando la respuesta del ochrorio.