Torreón Letargo (Archivo IV)
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19 participantes
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Torreón Letargo (Archivo IV)
08/08/13, 11:29 am
Recuerdo del primer mensaje :
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.
Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.
Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.
Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.
Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.
Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.
Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.
-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.
P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
13/09/13, 05:25 pm
El ochrorio tarda un poco en responder pero lo hace. A cada palabra que dice abro más lo ojos y sin darme cuenta la boca, cuando Ozz se calla puedo asegurar que no he entendido nada de lo que ha dicho, prácticamente como si me estuviese hablando antes de beber el agua de la fuente. Disecciono sus palabras mentalmente y cuando creo tener algo claro le pregunto.
-¿Y qué parte del deber da a un intento de violación?
-¿Y qué parte del deber da a un intento de violación?
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
13/09/13, 05:58 pm
De nuevo tardó un buen rato en interpretar la pregunta. Mientras lo hacía, sus ojos totalmente inexpresivos seguían fijos en Surásara. Finalmente, respondió:
—Aplacar las necesidades físicas es importante para que no interfieran en las tareas. Los novicios tenemos que mantener relaciones sexuales una vez cada semana para satisfacer el deseo. —Y, fuera de toda previsión, acabó añadiendo—: Es importante.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
13/09/13, 06:49 pm
Me quedo pensativa un rato ante la respuesta de Ozz, pero después de un par de minutos le digo:
-Estoy de acuerdo que aplacar las necesidades físicas es importante, pero lo que has hecho esta mal. No puedes forzar a la gente a ello, para eso hay mejores cosas. ¿Has probado con la masturbación?- inquiero mas por curiosidad que por que necesite saberlo.
-Estoy de acuerdo que aplacar las necesidades físicas es importante, pero lo que has hecho esta mal. No puedes forzar a la gente a ello, para eso hay mejores cosas. ¿Has probado con la masturbación?- inquiero mas por curiosidad que por que necesite saberlo.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
13/09/13, 07:40 pm
—La autocomplacencia sexual es innecesaria si cumples los deberes—respondió Ozzchreanos esta vez en mucho menos tiempo. Esta pregunta era más clara que las demás—, y mucho menos eficaz que las relaciones sexuales.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
13/09/13, 07:59 pm
-Entiendo, es decir que no planeas tener esa autocomplacencia sexual,- digo con sus propias palabras mientras me levanto,- pues lo siento por ti Ozzchreanos, pero mientras yo este aquí y lo intentes pasará una y otra vez lo mismo, a no ser claro que esa persona te de su permiso, en ese caso no me meto. Luego te bajamos la cena.
Antes de salir de la celda espero a oír su respuesta y después vuelvo a cerrar bien la puerta y subo las escaleras. La gente está haciendo la cena y me acerco para comentar la conversación.
Antes de salir de la celda espero a oír su respuesta y después vuelvo a cerrar bien la puerta y subo las escaleras. La gente está haciendo la cena y me acerco para comentar la conversación.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/09/13, 02:52 am
Los ánimos estaban un poco caldeados, peor por suerte Alice decidió ir por la paz y ponerse a preparar la cena y cuando ya se encontraba a punto de cenar llego Surasara contándoles la conversación que había mantenido con Ozzchreanos. Alguna de las palabras de Surasara provocaron que Dhelian frunciera el ceño, era evidente que lo que había hecho no le parecía mal a Ozzchreanos y aun entendí lo que Surasara les había dicho de satisfacer necesidades físicas, era algo muy común en Daelicia también, había formas de hacerlo que no implicaban la violación. Y lo peor es que al parecer esas necesidades eran semanalmente y como había explicado Surasara, lo veía como un deber que no se podía negar, así que había una posibilidad de aquello se repitiera.
La comida para Dhelian no fue la mejor, ni el sabor poco habitual pero al que no le quedaba otra a acostumbrarse le saco de sus pensamientos. Así era imposible vivir, realmente necesitarían entrenamiento y conocerse mas entre ellos para evitar situaciones peligrosas y donde no permitiera ni que descansaran tranquilos. Tras la cena Dhelian se fue al sofá y sentándose con las piernas sobre este volvió a libro de magia, buscando distraer un poco su mente, aquel día había sido un poco loco. Tal vez a ojos ajenos parecería frió haciendo eso, pero aquello le ayudaba a calmarse, eso solía hacer en casa, cuando sentía que los pensamientos le desbordaban se sentaba a leer un poco, lo que fuer ay así su mente se distraía y calmaba.
Un tiempo después se acerco Korasihanna dispuesta compartir con él el sofa como los días anteriores y al igual que los días anteriores, Dhelian fue a encender una antorcha a la cocina para que los alumbrara en aquella tenebrosa noche oscura. Luego se acomodo un poco decidido a leer un poco mas, hasta que sus ojos ya no pudieron ver aquella letra con al escasa luz y se acomodo mejor para dormir, dándole la espalda a Korasihanna y al igual que las veces anteriores dándole su espacio. Ese día había aprendido algo nuevo de su compañera y que había debido sufrir mucho "Lo mio comparado con lo de ella parece estúpido" pensó Dhelian antes de que finalmente le venciera el sueño.
Al día siguiente y los posteriores se levantaron temprano para entrenar, por la mañana y por la tarde Surasara comenzó a enseñarle mas defensa personal y un poco de armas, aunque aun usaran palos de madera. Por la tarde salían a explorar los alrededor y mirar el camino para llegar al torreón donde suponían debían estar quedándose el resto del grupo. Ozzchreanos se mantuvo encerrado esos días y era Surasara la que habitualmente se hacia cargo de llevarle la comida o de vigilarlo si salia para ir a bañarse o al baño, ya que seguiría en vigilancia por unos días hasta que decidieran sacarlo definitivamente, si es que lo hacían. Dhelian , cuando no estaba entrenando o en aquellas pequeñas exploraciones, seguía intentando descubrir los misteriosos del libro de magia junto con Alice, sin muchos avances, pero no rindiéndose al respecto, habiendo sacado al menos en claro algo pero sin que nada funcionase, ni esa magia hiciera aparición.
Tras días de lo ocurrido con ozzchreanos, se encontraban preparando para ir hacia el torreón llamado Maciel, según los mapas de Marsi, con suerte allí estarían quedándose el resto del grupo, sino era el caso esperaba al menos no encontrarse con algo peligroso. Dhelian no creía ser de mucha ayuda pero iría, llevaría su cuaderno donde tenia dibujado el mapa hacia Maciel, así como las dagas enganchadas en cinturón de la riñonera. Desayunando algo de miel antes de salir.
-Entonces vamos ya- dijo al ver como por fin el puente fue bajado saliendo junto con Korasihanna y los demás, pues iban prácticamente casi todos.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
La comida para Dhelian no fue la mejor, ni el sabor poco habitual pero al que no le quedaba otra a acostumbrarse le saco de sus pensamientos. Así era imposible vivir, realmente necesitarían entrenamiento y conocerse mas entre ellos para evitar situaciones peligrosas y donde no permitiera ni que descansaran tranquilos. Tras la cena Dhelian se fue al sofá y sentándose con las piernas sobre este volvió a libro de magia, buscando distraer un poco su mente, aquel día había sido un poco loco. Tal vez a ojos ajenos parecería frió haciendo eso, pero aquello le ayudaba a calmarse, eso solía hacer en casa, cuando sentía que los pensamientos le desbordaban se sentaba a leer un poco, lo que fuer ay así su mente se distraía y calmaba.
Un tiempo después se acerco Korasihanna dispuesta compartir con él el sofa como los días anteriores y al igual que los días anteriores, Dhelian fue a encender una antorcha a la cocina para que los alumbrara en aquella tenebrosa noche oscura. Luego se acomodo un poco decidido a leer un poco mas, hasta que sus ojos ya no pudieron ver aquella letra con al escasa luz y se acomodo mejor para dormir, dándole la espalda a Korasihanna y al igual que las veces anteriores dándole su espacio. Ese día había aprendido algo nuevo de su compañera y que había debido sufrir mucho "Lo mio comparado con lo de ella parece estúpido" pensó Dhelian antes de que finalmente le venciera el sueño.
Al día siguiente y los posteriores se levantaron temprano para entrenar, por la mañana y por la tarde Surasara comenzó a enseñarle mas defensa personal y un poco de armas, aunque aun usaran palos de madera. Por la tarde salían a explorar los alrededor y mirar el camino para llegar al torreón donde suponían debían estar quedándose el resto del grupo. Ozzchreanos se mantuvo encerrado esos días y era Surasara la que habitualmente se hacia cargo de llevarle la comida o de vigilarlo si salia para ir a bañarse o al baño, ya que seguiría en vigilancia por unos días hasta que decidieran sacarlo definitivamente, si es que lo hacían. Dhelian , cuando no estaba entrenando o en aquellas pequeñas exploraciones, seguía intentando descubrir los misteriosos del libro de magia junto con Alice, sin muchos avances, pero no rindiéndose al respecto, habiendo sacado al menos en claro algo pero sin que nada funcionase, ni esa magia hiciera aparición.
Tras días de lo ocurrido con ozzchreanos, se encontraban preparando para ir hacia el torreón llamado Maciel, según los mapas de Marsi, con suerte allí estarían quedándose el resto del grupo, sino era el caso esperaba al menos no encontrarse con algo peligroso. Dhelian no creía ser de mucha ayuda pero iría, llevaría su cuaderno donde tenia dibujado el mapa hacia Maciel, así como las dagas enganchadas en cinturón de la riñonera. Desayunando algo de miel antes de salir.
-Entonces vamos ya- dijo al ver como por fin el puente fue bajado saliendo junto con Korasihanna y los demás, pues iban prácticamente casi todos.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/09/13, 01:55 pm
Al final pudimos llevar a Ozz hasta las celdas, donde pudimos encerrarlo. Cuando subí noté que la tensión se podía cortar con un cuchillo, pero estaba ya cansado de todo lo que había conllevado el día y preferí no decir nada.
Los días siguientes los pasamos entrenando más a fondo, preparándonos para la búsqueda del otro grupo. Sura nos enseñó a los interesados a usar una ballesta, cosa que al principio me había parecido más fácil. No tenía problemas de puntería y solía acertar un buen porcentaje de tiros, pero todavía era algo lento recargando las flechas. Pasé bastante tiempo entrenando como recargarla, cosa bastante lenta y trabajosa, pero no avancé casi nada.
Al fin llegó el día en que iríamos al que el mapa llamaba torreón Maciel. Las pocas salidas que habíamos hecho era bastante cortas y estaba empezando a agobiarme de no salir del torreón, así que agradecía que fuesemos a ir prácticamente a la otra punta de la ciudad.
Los días siguientes los pasamos entrenando más a fondo, preparándonos para la búsqueda del otro grupo. Sura nos enseñó a los interesados a usar una ballesta, cosa que al principio me había parecido más fácil. No tenía problemas de puntería y solía acertar un buen porcentaje de tiros, pero todavía era algo lento recargando las flechas. Pasé bastante tiempo entrenando como recargarla, cosa bastante lenta y trabajosa, pero no avancé casi nada.
Al fin llegó el día en que iríamos al que el mapa llamaba torreón Maciel. Las pocas salidas que habíamos hecho era bastante cortas y estaba empezando a agobiarme de no salir del torreón, así que agradecía que fuesemos a ir prácticamente a la otra punta de la ciudad.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/09/13, 04:36 pm
Sura se unió a la cena mientras nos contaba lo que había averiguado sobre el "deber" de Ozz. Daban ganas de mantenerlo encerrado abajo hasta que nuestra estancia aquí se acabase <<Podríamos incluso encerrar a Yrfy para que uno intente convertir al otro y el otro satisfacer el "deber" con el otro... Y a Talento también, para que implosione al ver a un macho violando a otro>> pensaba para evitar mostrar el cabreo por la situación. Luego terminó el día como el anterior... ¿Qué digo? No. Estábamos tensos, quizá no todos, pero... Había que mejorar las relaciones del grupo. Y había que fortalecerse. Y, no menos importante, encontrar a los que desaparecieron.
Así pasaron varios días, pocos, pero varios en los que estuvimos entrenando, saliendo a por cestas cuando fuera necesario y preparando la expedición a Maciel. No era una simple salida por nuestro hogar, ni siquiera una excursión al monte. Sitio desconocido, sitio con magia y criaturas extrañas. Excursión sería si fuésemos a la Biblioteca, que estaba cerca, pero el torreón estaba bastante lejos.
El día de la expedición llegó y, acostumbrada a los días madrugando para los entrenamientos, esta vez ni me encontré caída en el suelo ni me costó levantarme. Sin embargo, hoy no habría entrenamiento, solo un calentamiento y recordatorio rápido de lo aprendido hasta ahora. Así, acabé de desayunar y, tras coger las armas y lo que solía llevar encima, me planté en la puerta. En posición de firmes, miré al grupo que se iba formando para salir, y bromeé (sabiendo que nadie lo entendería, ni siquiera los terrícolas más sosos del planeta):
-Alice Cook, Capitana del Endeavour, se presenta. ¿Listos para el primer gran viaje?-entonces abrí la puerta para encontrarme con el puente aún subido. Chasqueé la lengua y apoyé la bota izquierda en la madera.-¿Qué sois, piratas de agua dulce? Que alguien arríe las velas, o lo que es lo mismo, baje el puente, anda.
Así pasaron varios días, pocos, pero varios en los que estuvimos entrenando, saliendo a por cestas cuando fuera necesario y preparando la expedición a Maciel. No era una simple salida por nuestro hogar, ni siquiera una excursión al monte. Sitio desconocido, sitio con magia y criaturas extrañas. Excursión sería si fuésemos a la Biblioteca, que estaba cerca, pero el torreón estaba bastante lejos.
El día de la expedición llegó y, acostumbrada a los días madrugando para los entrenamientos, esta vez ni me encontré caída en el suelo ni me costó levantarme. Sin embargo, hoy no habría entrenamiento, solo un calentamiento y recordatorio rápido de lo aprendido hasta ahora. Así, acabé de desayunar y, tras coger las armas y lo que solía llevar encima, me planté en la puerta. En posición de firmes, miré al grupo que se iba formando para salir, y bromeé (sabiendo que nadie lo entendería, ni siquiera los terrícolas más sosos del planeta):
-Alice Cook, Capitana del Endeavour, se presenta. ¿Listos para el primer gran viaje?-entonces abrí la puerta para encontrarme con el puente aún subido. Chasqueé la lengua y apoyé la bota izquierda en la madera.-¿Qué sois, piratas de agua dulce? Que alguien arríe las velas, o lo que es lo mismo, baje el puente, anda.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/09/13, 05:09 pm
Atiendo a las palabras de apoyo de Marsi sonriendo internamente por ver que teníamos algo en común la enferma y yo. Susásara llega de las mazmorras narrando lo hablado con el violador y mientras la escucho lo único que puedo hacer es apretar los puños con fuerza. "Maldito enfermo drogado del demonio. Esta mucho mas trastocado mentalmente de lo que parecía a simple vista. Como se le ocurra acercarse a mí con esos propósitos mis manos se bañarán en su sangre al cortar le lo que tenga por falo." Pienso mientras me siento en la mesa esperando a que llegase la cena.
El plato preparado por las enfermas me sigue dando arcadas al no poder concebir como, de un montón de verduras medianamente interesantes al ojo, han podido crear una pasta con ese color extraño y ese hedor penetrante. Ni siquiera la miel puede mitigar el sabor pero haciendo de tripas corazón y agradeciendo la capacidad de saciarme con poco me como mas o menos la mitad tomando un par de piezas de postre bañadas en miel.
Los días posteriores a esa noche pasaron de manera muy monótona. Los chicos se levantaban temprano para entrenar con la tutoría de Surásara. Mi intervención en los entrenamientos constaba siempre de la misma rutina. Calentaba durante bastante tiempo mientras las chicas se afanaban en hacer movimientos idiotas para aprender a hacer fintas y demás filigranas. Yo me dedicaba mientras a andar por el patio estirando o jugando con las dagas evaluando las posibilidades de cada uno del grupo y disfrutando internamente por cada batacazo de las chicas a cada cual mas penoso. Sobre todo disfrutaba viendo a la manca de Lhelian, que aunque le ponía bastantes ganas, seguía siendo algo patosa.
Yo solía introducirme en el entrenamiento sobre todo a la hora de practicar el desarme y algún que otro movimiento que podía ver beneficioso para mi. La chica no se le da mal la instrucción de cadetes. Su vena militar afloraba en esos momentos aunque para mi gusto seria mas productiva si aplicase un poco mas de mano dura y dolor a los movimientos.
El humano llamado Álvaro me entregó por fin mi blusa lavada y a decir verdad di gracias que el tejido no hubiese adquirido el hedor de los efluvios del enfermo. Las relaciones con los compañeros fueron mejorando de manera algo lenta. Podría deberse a que con los entrenamientos comenzábamos a tomar algo mas de contacto o que era allí donde podíamos descargar un poco nuestras tensiones con cada uno.
Las tardes solía dejarlas para la exploración de los alrededores y mis propias practicas con las dagas en el piso superior. Estaba acostumbrada a empuñar un arma al tener que llevar siempre una cada vez que tenia que llevar una entrega pero al tener ahora dos la cosa era muy diferente. Las empuñaduras y el diseño de las dagas hacen que no sea muy complicado familiarizarse con ellas. Una de las excursiones a los alrededores encontré una piedra perfecta para afilar mis dagas por lo que en una noche mis dos cuchillas estaban tan afiladas como las empuñaduras.
Las comidas fueron un pequeño suplicio al no acabar de familiarizarme con los gustos de mis compañeros enfermos. La poca veneración que le procesan al dulce mis compañeros me sigue chocando bastante pero con una buena dosis de miel por cada plato he podido medio solventar ese problema. De las cestas he recogido las frutas mas coloridas y las he introducido en los botes de miel del salón dejándolas suspendidas en ese maravilloso liquido dulce. La cantidad de botes de miel desciende a gran velocidad por lo que voy temiendo tener que volver a la avenida de las casas ilusorias. Había intentado evitar esa zona en cada mini excursión vespertina pero pronto llegaría la hora de tener que volver a enfrentarme a sus perturbadores trucos.
Esta mañana me he despertado bastante animada por que, por fin, parece ser que vamos a salir a explorar un poco mas la ciudad. Saco del armario un tarro con fruta dentro y disfruto de mi desayuno saludable mientras los chicos se comienzan a levantar y a preparar para el día de hoy. Se puede notar en el ambiente un poco de preocupación por parte de los chicos cosa que no comprendo muy bien. "No entiendo el por qué de tener miedo a explorar la ciudad. En estos días nada ha venido a comernos ni a intentar matarnos. Con suerte el otro grupo habrá llegado al otro torreón y estarán sanos y salvos. O en el peor de los casos habrán servido de alimento a lo que quiera que este pululando por ahí que, para nosotros, es lo mejor que podría pasar puesto que así tendrá comida para rato."
Casi sin esperar a que las demás estén medianamente preparadas cierro el bote de miel con fruta y la guardo en el armario del salón anunciando mis intenciones a los presentes. -Bueno señores os espero fuera a que vayáis terminando. Deberíamos darnos prisa en salir, cuanto antes salgamos antes llegaremos.- Digo canturreando mientras salgo del salón dando pequeños saltitos en dirección a la puerta para esperarles sentada donde fuese pero mi camino se ve cortado por una Alice plantada en la puerta hablando sobre piratas y algo de agua dulce. "Cada día entiendo menos a esta gente. ¿Lo de agua dulce a que se referirá? ¿Habrá otro tipo de agua? Solo conozco dos tipos de agua hasta ahora. La insípida e incolora de aquí y el agua dulce de mi mundo. ¿Habrá hablado con Lhelian?"
Ante la sutil propuesta de que alguien baje el puente para poder salir mientras ella no hace nada me hace arquear una ceja y mirar a los presentes. Me negaba a tener que bajar las escaleras hasta el mecanismo. A decir verdad no había pisado las mazmorras desde que Ozzcheanos se encontraba confinado allí y hoy no sería el día en el que eso cambiase.
Tras esperar a que alguien bajase el puente salimos de esa torre que había sido nuestra pequeña cárcel particular durante tantos días. Hoy, por fin, conoceremos algo mas de esta supuesta ciudad de maravillas.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
El plato preparado por las enfermas me sigue dando arcadas al no poder concebir como, de un montón de verduras medianamente interesantes al ojo, han podido crear una pasta con ese color extraño y ese hedor penetrante. Ni siquiera la miel puede mitigar el sabor pero haciendo de tripas corazón y agradeciendo la capacidad de saciarme con poco me como mas o menos la mitad tomando un par de piezas de postre bañadas en miel.
Los días posteriores a esa noche pasaron de manera muy monótona. Los chicos se levantaban temprano para entrenar con la tutoría de Surásara. Mi intervención en los entrenamientos constaba siempre de la misma rutina. Calentaba durante bastante tiempo mientras las chicas se afanaban en hacer movimientos idiotas para aprender a hacer fintas y demás filigranas. Yo me dedicaba mientras a andar por el patio estirando o jugando con las dagas evaluando las posibilidades de cada uno del grupo y disfrutando internamente por cada batacazo de las chicas a cada cual mas penoso. Sobre todo disfrutaba viendo a la manca de Lhelian, que aunque le ponía bastantes ganas, seguía siendo algo patosa.
Yo solía introducirme en el entrenamiento sobre todo a la hora de practicar el desarme y algún que otro movimiento que podía ver beneficioso para mi. La chica no se le da mal la instrucción de cadetes. Su vena militar afloraba en esos momentos aunque para mi gusto seria mas productiva si aplicase un poco mas de mano dura y dolor a los movimientos.
El humano llamado Álvaro me entregó por fin mi blusa lavada y a decir verdad di gracias que el tejido no hubiese adquirido el hedor de los efluvios del enfermo. Las relaciones con los compañeros fueron mejorando de manera algo lenta. Podría deberse a que con los entrenamientos comenzábamos a tomar algo mas de contacto o que era allí donde podíamos descargar un poco nuestras tensiones con cada uno.
Las tardes solía dejarlas para la exploración de los alrededores y mis propias practicas con las dagas en el piso superior. Estaba acostumbrada a empuñar un arma al tener que llevar siempre una cada vez que tenia que llevar una entrega pero al tener ahora dos la cosa era muy diferente. Las empuñaduras y el diseño de las dagas hacen que no sea muy complicado familiarizarse con ellas. Una de las excursiones a los alrededores encontré una piedra perfecta para afilar mis dagas por lo que en una noche mis dos cuchillas estaban tan afiladas como las empuñaduras.
Las comidas fueron un pequeño suplicio al no acabar de familiarizarme con los gustos de mis compañeros enfermos. La poca veneración que le procesan al dulce mis compañeros me sigue chocando bastante pero con una buena dosis de miel por cada plato he podido medio solventar ese problema. De las cestas he recogido las frutas mas coloridas y las he introducido en los botes de miel del salón dejándolas suspendidas en ese maravilloso liquido dulce. La cantidad de botes de miel desciende a gran velocidad por lo que voy temiendo tener que volver a la avenida de las casas ilusorias. Había intentado evitar esa zona en cada mini excursión vespertina pero pronto llegaría la hora de tener que volver a enfrentarme a sus perturbadores trucos.
Esta mañana me he despertado bastante animada por que, por fin, parece ser que vamos a salir a explorar un poco mas la ciudad. Saco del armario un tarro con fruta dentro y disfruto de mi desayuno saludable mientras los chicos se comienzan a levantar y a preparar para el día de hoy. Se puede notar en el ambiente un poco de preocupación por parte de los chicos cosa que no comprendo muy bien. "No entiendo el por qué de tener miedo a explorar la ciudad. En estos días nada ha venido a comernos ni a intentar matarnos. Con suerte el otro grupo habrá llegado al otro torreón y estarán sanos y salvos. O en el peor de los casos habrán servido de alimento a lo que quiera que este pululando por ahí que, para nosotros, es lo mejor que podría pasar puesto que así tendrá comida para rato."
Casi sin esperar a que las demás estén medianamente preparadas cierro el bote de miel con fruta y la guardo en el armario del salón anunciando mis intenciones a los presentes. -Bueno señores os espero fuera a que vayáis terminando. Deberíamos darnos prisa en salir, cuanto antes salgamos antes llegaremos.- Digo canturreando mientras salgo del salón dando pequeños saltitos en dirección a la puerta para esperarles sentada donde fuese pero mi camino se ve cortado por una Alice plantada en la puerta hablando sobre piratas y algo de agua dulce. "Cada día entiendo menos a esta gente. ¿Lo de agua dulce a que se referirá? ¿Habrá otro tipo de agua? Solo conozco dos tipos de agua hasta ahora. La insípida e incolora de aquí y el agua dulce de mi mundo. ¿Habrá hablado con Lhelian?"
Ante la sutil propuesta de que alguien baje el puente para poder salir mientras ella no hace nada me hace arquear una ceja y mirar a los presentes. Me negaba a tener que bajar las escaleras hasta el mecanismo. A decir verdad no había pisado las mazmorras desde que Ozzcheanos se encontraba confinado allí y hoy no sería el día en el que eso cambiase.
Tras esperar a que alguien bajase el puente salimos de esa torre que había sido nuestra pequeña cárcel particular durante tantos días. Hoy, por fin, conoceremos algo mas de esta supuesta ciudad de maravillas.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- Shylver
Ficha de cosechado
Nombre: Akasha
Especie: Ochroria
Habilidades: «Agilidad, Motivación, Carisma»
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
14/09/13, 09:28 pm
A la vista de que Alice se disponía a preparar una -¿reconciliadora?- cena y con sus pensamientos claros y ordenados, Akasha se levantó de la mesa y observó durante unos instantes como trabajaba, para luego ofrecerle su ayuda. Contribuyó en lo que pudo sin mediar palabra, pues no tenía demasiadas ganas de hablar como otras veces. El plato de la cocinera estuvo listo en quién sabe si unos minutos, quien sabe si más de una hora. De cualquier forma, la cena fue terminada en el momento apropiado.
Durante la comida, Sura explicó lo que le había contado Ozzchreanos. ¿Eso era lo que hacían las iglesias con sus miembros? ¿Obligarles a seguir un estricto horario sin excepción, quitarles la capacidad de pensar por sí mismos? Tras escuchar sus palabras la campesina no pudo evitar sentir una fugaz lástima por él y por un estilo de vida que no daba lugar a la libertad, por poca que fuese, quizá con cierto matiz de compasión, que rápidamente regresó al descontento anterior. Si bien ahora su comportamiento era mínimamente comprensible, seguía sin tener perdón.
La cena continuó sin ningún evento destacable, tras lo cual Akasha agradeció la ayuda del grupo en la habitación. Todos buscaron su correspondiente sueño: al fin y al cabo, tendrían que estar descansados para el entrenamiento programado, esta vez sin inesperadas interrupciones. Akasha cerró los ojos y esperó.
Como lo temía, los entrenamientos con Sura habían resultado ser más duros de lo que podía imaginar, al menos las primeras sesiones. Esto era debido principalmente a la diferencia de formación entre la ulterana y el resto, lo que por otro lado solo podía asegurar a la larga un buen aprendizaje. El día inicial, justo después del incidente de Ozz, se sorprendió a sí misma escabulléndose de los ejercicios a media sesión al interior del torreón para tomar aliento, volviendo minutos después para recibir algunos reproches por parte de la entrenadora. Si bien le costó un par de días ponerse a la altura del resto, hizo acopio de fuerzas y determinación, esforzándose lo posible para seguirles el ritmo.
Cuando terminaron el entrenamiento físico y comenzaron con el combate armado, mientras algunos practicaban con la ballesta y no parecían ser nada malos con ella, Akasha probó multitud de armas distintas que Sura había subido desde el sótano, descartándolas tan rápido como comenzaba con ellas. La lanza la desequilibraba, los arcos le resultaban difíciles de manejar, las ballestas imposibles de apuntar pasada cierta distancia... Llegado cierto punto, intentó tratar el problema directamente con la ulterana, buscando su consejo. Dado que a ella el hecho de aproximarse a las celdas le resultaba ligeramente desagradable, debido a aquel que ocupaba una de ellas, fue Sura la encargada de encontrar algo apropiado para la campesina.
Akasha recordaba las veces que había intentado usar la hoz como arma: el planteamiento era apropiado, la herramienta incorrecta y poco práctica. Por otro lado, tras varios días de ejercicio físico y diversas pruebas había comenzado a descubrir algo sobre sí misma. No sería tan veloz como Alice ni tendría su puntería, ni sería tan fuerte como Álvaro o como... No. Pero sabía moverse con soltura, cómo, cuánto y cuando hacerlo, solo tenía que aplicarse lo suficiente.
Con todos estos detalles en mente, Surásara regresó con una serie de armas cortas y ligeras con las que rápidamente comenzó a hacer progresos, aunque todavía le quedaba mucho por aprender. “Al menos”, pensó, “ahora tendré una mínima oportunidad”. Terminó, tras muchos intentos, tomando entre sus favoritas un par de espadas cortas bastante manejables, si bien un poco viejas, lo cual no le importó.
Había estado escuchando sobre la idea de explorar las partes alejadas de la ciudad desde hace un tiempo, por lo que cuando finalmente el día fue decidido acabó con los entrenamientos más temprano de lo habitual y se tomó un merecido descanso. Llevaba acumulando agotamiento y tensión toda la semana.
La mañana se presentó animada cuando Akasha alcanzó el piso inferior, reuniéndose con sus compañeros tras un rápido desayuno. Una sonrisa apareció en su cara cuando comprobó el buen humor reinante, un contraste a tener en cuenta comparado con ocasiones anteriores. Saludó con vitalidad, plenamente repuesta y con su equipo preparado.
-Os veo con ganas de explorar.-comentó.- Supongo que habréis mirado bien esos mapas. No me gustaría perderme en este sitio.
La campesina intentó reprimir su nerviosismo, sin lograrlo demasiado. Era algo que podía perdonársele, teniendo en cuenta que era su primera expedición real fuera del torreón, sin contar el camino desde las mazmorras del día de su llegada. Por un lado temía los peligros que pudieran aguardar tras el puente todavía cerrado, pero todavía aguardaba ver esos seres fantásticos y lugares maravillosos que le habían prometido. Todavía tenía la esperanza de encontrarlos, y salir viva para contarlo, claro.
Le habría gustado abrir ella misma el puente, pero seguía sin sentirse cómoda del todo acercándose a las celdas. Con un poco de impaciencia de Kora, finalmente alguien abrió el camino. La ochroria siguió a la daeliciana con alegres movimientos mientras animaba al resto con diversos gestos para que se unieran a la marcha.
Continúa en la Cicatriz de Arax.
Durante la comida, Sura explicó lo que le había contado Ozzchreanos. ¿Eso era lo que hacían las iglesias con sus miembros? ¿Obligarles a seguir un estricto horario sin excepción, quitarles la capacidad de pensar por sí mismos? Tras escuchar sus palabras la campesina no pudo evitar sentir una fugaz lástima por él y por un estilo de vida que no daba lugar a la libertad, por poca que fuese, quizá con cierto matiz de compasión, que rápidamente regresó al descontento anterior. Si bien ahora su comportamiento era mínimamente comprensible, seguía sin tener perdón.
La cena continuó sin ningún evento destacable, tras lo cual Akasha agradeció la ayuda del grupo en la habitación. Todos buscaron su correspondiente sueño: al fin y al cabo, tendrían que estar descansados para el entrenamiento programado, esta vez sin inesperadas interrupciones. Akasha cerró los ojos y esperó.
Como lo temía, los entrenamientos con Sura habían resultado ser más duros de lo que podía imaginar, al menos las primeras sesiones. Esto era debido principalmente a la diferencia de formación entre la ulterana y el resto, lo que por otro lado solo podía asegurar a la larga un buen aprendizaje. El día inicial, justo después del incidente de Ozz, se sorprendió a sí misma escabulléndose de los ejercicios a media sesión al interior del torreón para tomar aliento, volviendo minutos después para recibir algunos reproches por parte de la entrenadora. Si bien le costó un par de días ponerse a la altura del resto, hizo acopio de fuerzas y determinación, esforzándose lo posible para seguirles el ritmo.
Cuando terminaron el entrenamiento físico y comenzaron con el combate armado, mientras algunos practicaban con la ballesta y no parecían ser nada malos con ella, Akasha probó multitud de armas distintas que Sura había subido desde el sótano, descartándolas tan rápido como comenzaba con ellas. La lanza la desequilibraba, los arcos le resultaban difíciles de manejar, las ballestas imposibles de apuntar pasada cierta distancia... Llegado cierto punto, intentó tratar el problema directamente con la ulterana, buscando su consejo. Dado que a ella el hecho de aproximarse a las celdas le resultaba ligeramente desagradable, debido a aquel que ocupaba una de ellas, fue Sura la encargada de encontrar algo apropiado para la campesina.
Akasha recordaba las veces que había intentado usar la hoz como arma: el planteamiento era apropiado, la herramienta incorrecta y poco práctica. Por otro lado, tras varios días de ejercicio físico y diversas pruebas había comenzado a descubrir algo sobre sí misma. No sería tan veloz como Alice ni tendría su puntería, ni sería tan fuerte como Álvaro o como... No. Pero sabía moverse con soltura, cómo, cuánto y cuando hacerlo, solo tenía que aplicarse lo suficiente.
Con todos estos detalles en mente, Surásara regresó con una serie de armas cortas y ligeras con las que rápidamente comenzó a hacer progresos, aunque todavía le quedaba mucho por aprender. “Al menos”, pensó, “ahora tendré una mínima oportunidad”. Terminó, tras muchos intentos, tomando entre sus favoritas un par de espadas cortas bastante manejables, si bien un poco viejas, lo cual no le importó.
Había estado escuchando sobre la idea de explorar las partes alejadas de la ciudad desde hace un tiempo, por lo que cuando finalmente el día fue decidido acabó con los entrenamientos más temprano de lo habitual y se tomó un merecido descanso. Llevaba acumulando agotamiento y tensión toda la semana.
La mañana se presentó animada cuando Akasha alcanzó el piso inferior, reuniéndose con sus compañeros tras un rápido desayuno. Una sonrisa apareció en su cara cuando comprobó el buen humor reinante, un contraste a tener en cuenta comparado con ocasiones anteriores. Saludó con vitalidad, plenamente repuesta y con su equipo preparado.
-Os veo con ganas de explorar.-comentó.- Supongo que habréis mirado bien esos mapas. No me gustaría perderme en este sitio.
La campesina intentó reprimir su nerviosismo, sin lograrlo demasiado. Era algo que podía perdonársele, teniendo en cuenta que era su primera expedición real fuera del torreón, sin contar el camino desde las mazmorras del día de su llegada. Por un lado temía los peligros que pudieran aguardar tras el puente todavía cerrado, pero todavía aguardaba ver esos seres fantásticos y lugares maravillosos que le habían prometido. Todavía tenía la esperanza de encontrarlos, y salir viva para contarlo, claro.
Le habría gustado abrir ella misma el puente, pero seguía sin sentirse cómoda del todo acercándose a las celdas. Con un poco de impaciencia de Kora, finalmente alguien abrió el camino. La ochroria siguió a la daeliciana con alegres movimientos mientras animaba al resto con diversos gestos para que se unieran a la marcha.
Continúa en la Cicatriz de Arax.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
15/09/13, 12:55 pm
Los días pasan y los entrenamientos se suceden, poco a poco van ganando habilidades físicas y les empiezo a entrenar con sus armas. También salimos a explorar los alrededores unos días, aunque por lo que mas salimos es por comida. Que por suerte para nosotros siempre estaban en el mismo sitio y siempre contenían la misma comida.
En el momento en que los considero medianamente preparados para una salida larga empiezo a trazar planes y caminos, siempre buscando en el mapa la ruta mas rápida y la aparentemente mas segura, trazo también rutas alternativas por si acaso y nos preparamos para un viaje a través de la ciudad.
Me levanto el día señalado y recojo mis armas, como un poco y le bajo el desayuno a Ozz. Subo y los veo a todos mas o menos reunidos. Salimos y emprendemos camino hacia nuestro destino.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
En el momento en que los considero medianamente preparados para una salida larga empiezo a trazar planes y caminos, siempre buscando en el mapa la ruta mas rápida y la aparentemente mas segura, trazo también rutas alternativas por si acaso y nos preparamos para un viaje a través de la ciudad.
Me levanto el día señalado y recojo mis armas, como un poco y le bajo el desayuno a Ozz. Subo y los veo a todos mas o menos reunidos. Salimos y emprendemos camino hacia nuestro destino.
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Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
19/09/13, 04:49 pm
Marsi pasaba entrenando la mayor parte del día, desde que se levantaba temprano hasta bien avanzada la tarde, aunque solía dejar libres las tardes que salían del torreón. Trataba de salir lo menos posible, sobretodo si iban a las casas carnívoras. La imagen de Oriana y su mirada de desprecio la perseguían incluso en sueños, y el nudo en el estómago que le provocaba tardaba mucho en desvanecerse. veces pasaba horas, incluso un dia entero taciturna, comiéndose la cabeza por lo estúpida que había sido al dejar su mundo.
Había mejorado notablemente, tanto en el combate cuerpo a cuerpo como en el manejo de su lanza. Tenía resistencia gracias al trabajo físico que realizaba en Varmania y eso le permitía entrenar mas duro que algunos de sus compañeros. También, para compensar lo poco que salía, iba marcando los mapas que tenían, anotando las zonas seguras, el aspecto de los edificios y las rutas más cortas para llegar a cualquier sitio. Nunca se alejaban demasiado del torreón, realmente, la Avenida era su límite.
El día acordado para explorar Maciel llegó, y Marsi fue de las primeras en levantarse. Se puso la ropa que había llevado el primer día, algo arrugada pero limpia. Se abrillantó las botas y afiló bien su lanza. Se llevó además un cuchillo de caza ajustado a la pierna y el látigo, por si acaso. Desayunó fuerte, y ayudó a preparar bocadillos que metieron en uan mochila que se habían encontrado limpiando el torreón.
Salió con paso decidido y la lanza al hombro, con Kora y Sura abriendo la marcha.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
Había mejorado notablemente, tanto en el combate cuerpo a cuerpo como en el manejo de su lanza. Tenía resistencia gracias al trabajo físico que realizaba en Varmania y eso le permitía entrenar mas duro que algunos de sus compañeros. También, para compensar lo poco que salía, iba marcando los mapas que tenían, anotando las zonas seguras, el aspecto de los edificios y las rutas más cortas para llegar a cualquier sitio. Nunca se alejaban demasiado del torreón, realmente, la Avenida era su límite.
El día acordado para explorar Maciel llegó, y Marsi fue de las primeras en levantarse. Se puso la ropa que había llevado el primer día, algo arrugada pero limpia. Se abrillantó las botas y afiló bien su lanza. Se llevó además un cuchillo de caza ajustado a la pierna y el látigo, por si acaso. Desayunó fuerte, y ayudó a preparar bocadillos que metieron en uan mochila que se habían encontrado limpiando el torreón.
Salió con paso decidido y la lanza al hombro, con Kora y Sura abriendo la marcha.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
29/09/13, 10:28 pm
-Uff por fin en casa.- digo relajándome por primera vez desde que salimos del torreón Maciel.- Y parece que está todo piedra sobre piedra.
Entro en el torreón y saludo a la gente que esta por el salón. El resto de gente se desparrama por el interior y yo bajo a ver como esta el "preso". Al abrir la puerta me llega un olor que no tardo en reconocer. El ochrorio se había meado en el suelo. Suspiro elocuentemente y me dirijo a la celda.
-Ozz, ¿necesitas ir al baño?,- al parecer no hay palabras mayores por el suelo, así que mejor ofrecérselo antes de que suceda.
Entro en el torreón y saludo a la gente que esta por el salón. El resto de gente se desparrama por el interior y yo bajo a ver como esta el "preso". Al abrir la puerta me llega un olor que no tardo en reconocer. El ochrorio se había meado en el suelo. Suspiro elocuentemente y me dirijo a la celda.
-Ozz, ¿necesitas ir al baño?,- al parecer no hay palabras mayores por el suelo, así que mejor ofrecérselo antes de que suceda.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
01/10/13, 07:29 pm
Archi acabó de fotografiar el cuaderno y, cuando acabaron, Marsi y yo nos unimos al grupo. No estaba nada bien que no nos hubiesen esperado, por algo éramos un "grupo". Vale que se hiciera en la Tierra en situaciones cotidianas... No, no vale, ahí fastidiaba... <<Pero aquí, sabiendo ahora que hay monstruos que nos atacarán... Así no se puede>>
No había tenido mucho tiempo para pensar por el camino, excepto en que eso de que esta ciudad fuese un sueño cumplido también fuese una pesadilla. Había magia, sí, había criaturas de otros mundos. Pero los del otro grupo habían salido ilesos... Ya no bastaría con tomarse en serio el peligro de mi propio grupo sino con lo que pueda haber fuera. <<¿Serpentinos? Los bichos de la Cicatriz y el cosido, Astra... A saber qué más hay por ahí>>
Por suerte, acabamos llegando al torreón sin tener imprevistos. Pero, cómo no, el imprevisto tenía que estar dentro: Ozzy. El ochrorio tampoco tenía la fuerza de voluntad suficiente para aguantarse lo básico... Genial, en serio, genial. <<¿Cómo vivirá en su mundo? Siempre la misma rutina, cumpliendo el deber cuando toca... ¿y ya? ¿Eso es vivir? Vaya rollo... Un robot con piel y huesos>>
Sura fue quien primero bajó a verle, así que me desentendí. Me planté en el salón, apoyada en el respaldo de un sofá pero desde detrás.
-Ahora... Podríamos comer y luego o bien exploramos por nuestra cuenta, o bien el resto coge sus libros... O bien día de sofá. Palomitas y vernos alguna saga entera... Oye... ¿Hemos llegado a probar la comida esa hipercalórica? Si la reconocemos, podríamos guardarla para cuando falten las cestas... Ya sabéis, por eso de que hay criaturas peligrosas fuera...-empecé a decir, pensando en voz alta. <<Eran bollos... ¿Y si Tolkien estuvo aquí, conoció a irrenses y por eso el pan de lembas es tan energético?>> Lo habría dicho en voz alta pero... Sosos.
A la hora de sugerir lo de la comida, recordaba lo que los otros nos contaron. Igual que ellos salieron heridos, nosotros podríamos acabar igual <<O peor>> por lo que la comida habría que vigilarla. ¿Y si durante varios días no podíamos salir por estar en un estado lamentable? Comida... Y de momento la ciudad nos ha dejado coger las cestas, exceptuando el detalle de las casas ilusionistas. Pero... Es comida, es comida dejada a la interperie, a mano de quien quiera cogerla... <<Esto se complica>> pensé, mientras rodeaba al sofá y me sentaba, sumida en mis pensamientos.
No había tenido mucho tiempo para pensar por el camino, excepto en que eso de que esta ciudad fuese un sueño cumplido también fuese una pesadilla. Había magia, sí, había criaturas de otros mundos. Pero los del otro grupo habían salido ilesos... Ya no bastaría con tomarse en serio el peligro de mi propio grupo sino con lo que pueda haber fuera. <<¿Serpentinos? Los bichos de la Cicatriz y el cosido, Astra... A saber qué más hay por ahí>>
Por suerte, acabamos llegando al torreón sin tener imprevistos. Pero, cómo no, el imprevisto tenía que estar dentro: Ozzy. El ochrorio tampoco tenía la fuerza de voluntad suficiente para aguantarse lo básico... Genial, en serio, genial. <<¿Cómo vivirá en su mundo? Siempre la misma rutina, cumpliendo el deber cuando toca... ¿y ya? ¿Eso es vivir? Vaya rollo... Un robot con piel y huesos>>
Sura fue quien primero bajó a verle, así que me desentendí. Me planté en el salón, apoyada en el respaldo de un sofá pero desde detrás.
-Ahora... Podríamos comer y luego o bien exploramos por nuestra cuenta, o bien el resto coge sus libros... O bien día de sofá. Palomitas y vernos alguna saga entera... Oye... ¿Hemos llegado a probar la comida esa hipercalórica? Si la reconocemos, podríamos guardarla para cuando falten las cestas... Ya sabéis, por eso de que hay criaturas peligrosas fuera...-empecé a decir, pensando en voz alta. <<Eran bollos... ¿Y si Tolkien estuvo aquí, conoció a irrenses y por eso el pan de lembas es tan energético?>> Lo habría dicho en voz alta pero... Sosos.
A la hora de sugerir lo de la comida, recordaba lo que los otros nos contaron. Igual que ellos salieron heridos, nosotros podríamos acabar igual <<O peor>> por lo que la comida habría que vigilarla. ¿Y si durante varios días no podíamos salir por estar en un estado lamentable? Comida... Y de momento la ciudad nos ha dejado coger las cestas, exceptuando el detalle de las casas ilusionistas. Pero... Es comida, es comida dejada a la interperie, a mano de quien quiera cogerla... <<Esto se complica>> pensé, mientras rodeaba al sofá y me sentaba, sumida en mis pensamientos.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
02/10/13, 12:23 am
No tuvieron problemas en llegar al torreón, apenas entraron Surasara fue a ver a Ozzchreanos y Dhelian aprovecho para ir a buscar los cristales cargadores, como Taro había supuesto en la explicación que les dio a el y a Archi. No estaba claro para que podría servir, pero si era cierto que la sangre permitía que se cargasen con magia, significaba que el tenia magia pero que no sabia como producirla o darle uso y debía averiguar el como. Por eso en cuanto estuvo en el torreón comenzó a buscar por cada habitación, en cada baúl, armario, debajo de las camas mortuorias e incluso en los calabozos ignorando a Ozzchreanos y Surasara al llegar mas pendiente de su búsqueda. Finalmente encontró algo, un baúl guardado detrás de algunos escudos en la armería que con bastante trabajo consiguió subir al primer piso. Ya allí lo abrió encontrándose con diversos cristales en diferentes tamaños y algunos amuletos los cuales tomo con curiosidad, llegando a tiempo de escuchar las palabras de Alice.
-Mirad lo que encontré en un baúl que había en la armería. Se tratan de esos cristales cargadores, también hay amuletos, aunque no se si se cargaran por tacto o por sangre. Pero los cristales, si se cargan con sangre y según me explico Taro funcionarían como cargadores mágicos, un apoyo mágico, si fuésemos capaces de realizar esos hechizos que vienen en el libro nos seria mas fácil el abastecernos de comida y para defendernos si alguna criatura nos quisiera atacar -dijo Dhelian todo rápido y emocionado mientras tomaba un par de colgantes con piezas de cristal incrustado, que tenia ambos cordones y los enrolló en torno a sus muñecas para asegurarse de no perderlos. Taro había mencionado algo del tacto y esos colgantes se veían diferente a los cristales así que supuso que serian del tipo que el carabes menciono, aun así se hizo un pequeño cortecito para manchar la superficie de este y no brillo, aun dudoso de que funcionase se guardo algunos cristales de los que si brillaban en un trozo de tela en su riñonera para no cortarse sin querer. Tras hacer eso volvió al sofá tomando el libro que siempre dejaba bajo uno de los sillones para comenzar a leerlo con la información que ahora tenia de Taro entendía mejor lo que ahí venia, lo de los gestos unido a las palabras. Estaba emocionado y con los nervios a flor de piel deseando poder realizar pronto alguno de los hechizos que venían allí, llamando su atención el de levitación que era uno de lo que mas claro venia "Si aprendiera este hechizo...¡Seria capaz de levitar yo o hacerlo con otros objetos! Cómo...¡si, las cestas, las cestas que siempre que viene la bañera caen en esa cicatriz de huesos! ¡Tendríamos mas comida!" pensó con ojos muy abiertos, inquieto en el sofá, no estaba seguro de si podría funcionar, ¿pero y que? No sabría sino lo intentaba y era la primera vez en mucho que estaba tan emocionado por algo, al punto de que por momentos olvidaba los peligros de la ciudad. No pudo quedarse callado, estaba demasiado nervioso, por eso se acerco a Alice y con ojos grandes y brillantes le mostró el hechizo, tanto a ella como a los presentes en el salón.
-Alice, todos, mira esto por favor, este hechizo podría sernos de gran ayuda si logramos realizarlo...podríamos ser capaces de obtener la cestas que caen siempre en la fosa de huesos sin necesidad de lanzarnos a ella- añadió con rapidez sin poder contener la emoción que sentía, el verdadero deseo de que aquello pudiera ser posible,de que fuese capaz de realizar esa magia, que ya no seria solo algo ajeno o de cuentos. Pero temiendo no convencerla le mostró algo mas, ese libro contenía bastante hechizos muchos de ellos incomprensibles, pero otros si lo eran en gran medida, mas sabiendo ahora lo de los gestos a realizar- También aparece magia para defenderse, eso también podría sernos de gran utilidad, siempre es bueno tener un seguro de vida si el arma falla, ¿no?- dijo sonriendo ilusionado y de algún modo manipulando un poco el asunto para que estuviesen de acuerdo en estudiar mas aquel libro, el deseaba aprenderlo con ganas y aunque el resto se negase, el pensaba hacerlo por su cuenta si hacía falta.
-Mirad lo que encontré en un baúl que había en la armería. Se tratan de esos cristales cargadores, también hay amuletos, aunque no se si se cargaran por tacto o por sangre. Pero los cristales, si se cargan con sangre y según me explico Taro funcionarían como cargadores mágicos, un apoyo mágico, si fuésemos capaces de realizar esos hechizos que vienen en el libro nos seria mas fácil el abastecernos de comida y para defendernos si alguna criatura nos quisiera atacar -dijo Dhelian todo rápido y emocionado mientras tomaba un par de colgantes con piezas de cristal incrustado, que tenia ambos cordones y los enrolló en torno a sus muñecas para asegurarse de no perderlos. Taro había mencionado algo del tacto y esos colgantes se veían diferente a los cristales así que supuso que serian del tipo que el carabes menciono, aun así se hizo un pequeño cortecito para manchar la superficie de este y no brillo, aun dudoso de que funcionase se guardo algunos cristales de los que si brillaban en un trozo de tela en su riñonera para no cortarse sin querer. Tras hacer eso volvió al sofá tomando el libro que siempre dejaba bajo uno de los sillones para comenzar a leerlo con la información que ahora tenia de Taro entendía mejor lo que ahí venia, lo de los gestos unido a las palabras. Estaba emocionado y con los nervios a flor de piel deseando poder realizar pronto alguno de los hechizos que venían allí, llamando su atención el de levitación que era uno de lo que mas claro venia "Si aprendiera este hechizo...¡Seria capaz de levitar yo o hacerlo con otros objetos! Cómo...¡si, las cestas, las cestas que siempre que viene la bañera caen en esa cicatriz de huesos! ¡Tendríamos mas comida!" pensó con ojos muy abiertos, inquieto en el sofá, no estaba seguro de si podría funcionar, ¿pero y que? No sabría sino lo intentaba y era la primera vez en mucho que estaba tan emocionado por algo, al punto de que por momentos olvidaba los peligros de la ciudad. No pudo quedarse callado, estaba demasiado nervioso, por eso se acerco a Alice y con ojos grandes y brillantes le mostró el hechizo, tanto a ella como a los presentes en el salón.
-Alice, todos, mira esto por favor, este hechizo podría sernos de gran ayuda si logramos realizarlo...podríamos ser capaces de obtener la cestas que caen siempre en la fosa de huesos sin necesidad de lanzarnos a ella- añadió con rapidez sin poder contener la emoción que sentía, el verdadero deseo de que aquello pudiera ser posible,de que fuese capaz de realizar esa magia, que ya no seria solo algo ajeno o de cuentos. Pero temiendo no convencerla le mostró algo mas, ese libro contenía bastante hechizos muchos de ellos incomprensibles, pero otros si lo eran en gran medida, mas sabiendo ahora lo de los gestos a realizar- También aparece magia para defenderse, eso también podría sernos de gran utilidad, siempre es bueno tener un seguro de vida si el arma falla, ¿no?- dijo sonriendo ilusionado y de algún modo manipulando un poco el asunto para que estuviesen de acuerdo en estudiar mas aquel libro, el deseaba aprenderlo con ganas y aunque el resto se negase, el pensaba hacerlo por su cuenta si hacía falta.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
02/10/13, 03:45 pm
Los siguientes días para el preso por intento de violación fueron vividos en una inactividad casi absoluta. Simplemente pasaba las horas sentado mirando hacia la pared opuesta como si esta no existiera. Y tal vez era así en su mente. ¿Alguna vez en la historia de la ciudad mágica hubo un recluso más dócil? Pero lo más extraño es que su comportamiento —o la falta de él— no era consecuencia de una paciencia infinita, tampoco de la pura tranquilidad, ni ningún trauma, ni fingimiento… Nada de esto iba con Ozzchreanos: su mansedumbre tenía como causa singular la privación de lo único que era capaz de hacer en su estado. Naturalmente, no rechazó ninguna comida ni perdió ocasión de ir al baño, pues más allá de que otros condujeran ahora su rutina y que lo hicieran de forma incompleta, el ochrorio participaba de esta sin causar ningún problema.
Pero, a pesar de la condición psicológica en que se encontraba, cada vez necesitaba un poco más de la paciencia. Aunque aún le sobraba.
*********
El descuido de los responsables es fatal para alguien que se ve necesitado de los demás para llevar a cabo su día a día. Una semana después de que el aletargado llegara a la ciudad, gran parte de los habitantes del mismo torreón emprendieron la salida más a largo plazo desde que en él se asentaran. Como es lógico, el recluso no tenía el derecho de excursiones recogido en su condición, la misma lógica inherente del concepto lo contradice.
Dejando de lado los derechos y deberes de Ozzchreanos como preso, el no tener a nadie que cuidara de él en ese día tuvo diversas consecuencias físicas imposibles de ignorar incluso para el gigantesco ochrorio. Primeramente, ingirió la comida que le habían dejado para todo el día a la hora del desayuno. En segundo lugar, al verse privado de las ocasiones en que le conducían al baño, no tuvo más remedio que orinar en una esquina de la celda. El último de los inconvenientes fue el primero que descubrió Surásara, seguramente por el olor. El anterior lo pudo percibir por el sonido del estómago del recluso cuando este asintió sin casi levantar la voz. Entonces, contra todo pronóstico, pidió:
—Quiero comer —Y así expresó Ozzchreanos su primer deseo.- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo IV)
02/10/13, 05:15 pm
El ochrorio asiente y abro la puerta para entrar dentro, pero cuando me acerco dice algo que me sorprende. Pide comida. Una petición que hasta ahora no había hecho, es más, repasando todo lo vivido con el chico nunca había oído una petición por su parte. Sonrío con ternura y una sensación de victoria. <<Quizá este logrando por fin resultados>>.
Le guio al baño pero me paro en el salón para mandar a Talento y Neith a limpiar la mazmorra ya que en parte era culpa de ellos no haber atendido al ochrorio correctamente. Después vamos a la cocina y le doy un tarro con caviar también pan con queso para que coma. Mientras come trato de hablar con él para ver si consigo algo nuevo.
-Oye Ozz, la celda no debe de ser nada cómoda. ¿Que te parecería volver al dormitorio y a tu rutina diaria obviando una pequeña parte nada más? Sólo tendrías que hacer dos cosas para conseguirlo. La primera es pedirle disculpas a Akasha, y la segunda prometer que no volverás a hacerlo. A cambio te devolveré el resto de las cosas, no es un mal trato ¿no crees?- Mientras hablo le observo atentamente para comprobar si mis palabras ejercen algún efecto sobre el chico.
Le guio al baño pero me paro en el salón para mandar a Talento y Neith a limpiar la mazmorra ya que en parte era culpa de ellos no haber atendido al ochrorio correctamente. Después vamos a la cocina y le doy un tarro con caviar también pan con queso para que coma. Mientras come trato de hablar con él para ver si consigo algo nuevo.
-Oye Ozz, la celda no debe de ser nada cómoda. ¿Que te parecería volver al dormitorio y a tu rutina diaria obviando una pequeña parte nada más? Sólo tendrías que hacer dos cosas para conseguirlo. La primera es pedirle disculpas a Akasha, y la segunda prometer que no volverás a hacerlo. A cambio te devolveré el resto de las cosas, no es un mal trato ¿no crees?- Mientras hablo le observo atentamente para comprobar si mis palabras ejercen algún efecto sobre el chico.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
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