Torreón Letargo (Archivo IV)

Recuerdo del primer mensaje :

-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.

Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.

Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.

Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.

Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.

Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.

Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.

-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.



P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^

Estoy leyendo cuando siento algo de revuelo en los pisos superiores, con un suspiro cierro el libro y decido ir a ver que ocurre. <<Como sea otra vez la rata me lo cargo>>. A medio camino siento el grito urgente de Alice y subo corriendo lo que me falta, los ruidos salen de una habitación y entro en ella como una exhalacion. Me quedo quieta en la puerta parpadeando un tanto sorprendida. De toda al gente del torreón no me imaginaba eso de Ozzchreanos, en otras circunstancias aquello me habría parecido cómico, pero no era el caso.

Avanzo rápidamente hasta colocarme entre los dos ochrorios mirando fijamente al único que estaba desnudo.

-Ozzchreanos, no te acerques más.- le advierto con voz seria, mas el ochrorio ignora mis palabras y sigue acercándose. Echo un rápido vistazo a Akasha y al ver las lágrimas tomo una decisión.

Sin mucho tiempo para actuar me acerco al ochrorio y calculo donde golpear. El golpe acierta un poco por debajo del pecho con intenciones de cortarle la respiración. Con cualquier ulterano me bastaría con eso, espero que con Ozzchreanos sea suficiente ya que no quiero llegar a cosas mas drásticas.

Estuvo con Alice liada con el libro de magia y el de idiomas, hasta que llego Akasha curiosa sobre la magia y mantuvo una pequeña conversación con Alice. Conversación donde Dhelian no formo parte ya que estaba inmerso en las anotaciones del libro, lo que si vio fue a Ozzchreanos llegar y llevarse a la chica de allí sin mas, cosa que extraño un poco al daeliciano"Que peculiar comportamiento de alguien que ha estado en modo ausente desde que llegamos" pensó sin comprender del todo ese cambio repentino, el chico no hablaba mucho, o no hablaba directamente, el que tuviera esa actitud con alguien era por demás extraño.

Habían pasado apenas unos minutos tras aquello cuando se empezaron a escuchar gritos de los pisos superiores, allí donde el ochrorio se había llevado a Akasha. "No, por el Demiurgo, que no sea también otro loco con trastornos de psicópata en potencia" pensó Dhelian asustado cuando vio correr a Alice hacia arriba con sartén en mano, seguida de Surasara. Dhelian seguía paralizado en el sofá no sabiendo que hacer, sintiendo que si iba seria mas un estorbo que una ayuda, fuese lo que fuese lo que ocurriera allí arriba. "No seas miedoso Dhelian levantarte y ve, ellas te ayudaron también cuando paso aquello con la rata" respiro hondo tomando las dos dagas del escondite que tenia dentro del anorak y subió corriendo al piso superior, temiendo que estuviera pasando algo similar a lo ocurrido con Yrfy. Lo que se encontró en el cuarto no podía ser nada mas lejos de lo que pensaba, dejándolo boquiabierto y sin reacción por unos segundos. Ozzchreanos desnudo enfrente de Surasara que lo amenazaba, Alice en un lado habiendo sido empujada apenas uno momentos antes, y allí...en el suelo, hecha una bolita y sujetando un arma pequeña se encontraba Akasha, llorando. No había que ser muy inteligente para darse cuenta de lo que ocurría, y que fuese Ozzchreanos el que estuviera dando semejante escena era bastante surrealista, pero era lo de menos en esa situación.

Justo en esos momentos vio como Surasara golpeo a ochrorio y ahí fue cuando Dhelian salio del pequeño trance en el que se había sumido. Aprovechando su pequeño tamaño corrió en dirección a las chicas, pasando por detrás de Surasara hasta estar junto a Akasha, agachándose a su altura intentando tranquilizarla y a la vez incitándola a que se levantara.

-!Akasha levántate de ahí rápido, debemos sacarte de aquí antes de que ocurra una desgracia¡ Venga levántate, estamos aquí para ayudarte, no temas- dijo apurado, intentando darle ánimos y calmarla, a pesar del miedo en el cuerpo por como podría reaccionar el ochrorio a ese golpe. Ayudo a la chica a levantarse jalándola casi para ello, y evitando en el proceso que le clavase aquella arma que portaba por los nervios que tenía, nervios que el mismo compartía. Con un único pensamiento en mente: Sacarla de allí de una vez y no dejarla a la vista del corpulento e imprevisible Ozzchreanos.

La agarro de la mano con fuerza y aprovechando que el ochrorio estaba aun intentando tomar aire jalo a la chica con intenciones de salir rápidamente del cuarto. El no tenia la ni la fuerza física, ni la confianza y actitud para enfrentarse al ochrorio como lo habían hecho Surasara y Alice, aquello era lo único que podía hacer con sus propias fuerzas Y esperaba que al menos sirviese de algo. sin que peligrase Akasha probablemente ya Sura y Alice podrían intentar hacer algo con Ozzcreanos.

Atiendo a las conversaciones de los chicos sobre las ideas e hipótesis tanto sobre la situación de los demás cosechados como de las ideas locas sobre la magia. En Daelicia la única persona con capacidad mágica es el ser de hueso. La idea de poder obrar los mismos milagros que el ser de las profundidades del volcán me hicieron pensar en que quizás fuese por eso por lo que la mujer del cabello de los colores funestos me eligiese.

La comida paso tranquila y sin incidentes al no ver malas caras al disfrutar de la miel a mi gusto. Las chicas seguían hablando sobre trucos de magia y mapas en libros. Atiendo al ofrecimiento de Alice y le respondo afirmativamente con la cabeza. Los chicos no parecen hoy tampoco muy por la labor de salir a explorar un poco la ciudad por lo que al llevar mi plato a la cocina.

Tras escuchar como algunos comienzan a moverse decido hacer lo  mismo saliendo decidida a la puerta del torreón. En la zona exterior del torreón no se mueve absolutamente nada. El silencio sepulcral que se disfruta en la zona solo se corta por pequeños ruidos provenientes del torreón. Me siento con las piernas colgando del foso mirando al hueco de donde antiguamente seguro hubo erguido un gran edificio. Los cascotes desperdigados por el suelo y una enorme puerta era lo único que quedaba del lugar. La idea de ser bendecida con los mismos poderes del ser de hueso me había estado rondando la cabeza durante toda la comida por lo que suspirando al llamarme a mi misma idiota me tumbo mirando a la inmensidad de ese cielo demasiado oscuro.

Me incorporo al rato de estar tumbada en mi soledad tras meditar sobre lo ocurrido hoy y mi comportamiento. Me espolvoreo un poco el polvo que tengo en la espalda y entro en el torreón al tiempo de escuchar ruidos algo fuertes en la parte de arriba. "Estarán de nuevo moviendo los muebles los idiotas estos. Me niego a subir a que me manden a mover esas camas mortuorias."

Tras pasar lentamente intentando no hacer ruido veo los libros con los que han estado enredando las enfermas y Lehlian por lo que los cojo y me tiro en mi sillón a ojearlos. El libro de la supuesta magia son solo dibujos incoherentes garabateados en un lenguaje incomprensible por lo que al rato de ojearlo rápidamente lo dejo caer centrando mi atención en el otro libro siendo este otra historia mucho mas interesante.

Los mapas dibujados en ese libro parece ser que están bien detallados. Intento buscar algunas localizaciones en las que ya he estado y al rato de pasar paginas descubro el cementerio llamado Cicatriz de Arax por lo que encontrar el torreón no me fue muy complicado. Me fui fijando en las calles al rededor de nuestra posición dándome a mi misma la obligación de salir mañana a explorar las calles aledañas.

Estaba tirado en el sofá, mirando distraídamente el libro de mapas, cuando comencé a escuchar ruido en los pisos de arriba. Miré al techo extrañado antes de comenzar a escuchar unos gritos, cosa que me alarmó. Saltando al suelo comencé a correr rápidamente hacia el lugar de donde venía el ruido, esperando que no hubiese más problemas culturales que tuviesen armas de por medio.

Ver a Ozz desnudo y a Akasha y Lhelian saliendo por la puerta justo después de que entrase dejaba poco a la imaginación sobre lo que estaba pasando. Viendo que iba a comenzar a ir detrás de su compatiotra me lancé rápidamente sobre él, todavía sorprendido con aquello, y lo agarré por detrás, rodeándolo con los brazos.

—¡Ayudadme, inmovilizadlo o algo! —exclamé de malos modos debido al esfuerzo. Pesaba demasiado y, si bien conseguía ralentizar su avance un poco, no podía frenarlo solo.

El mastodonte me cogió del brazo y me empujó hacia mi izquierda. Aunque seguí arreándole patadas y sartenazos, no reaccionaba. Entre tanto llegaron los demás, con Sura a la cabeza. Me aparté y la ulterana le dejó sin aire con un golpe, luego Álvaro aprovechó para sujetarlo por la espalda y Lhelian ayudó a Akasha a salir del dormitorio.

¿Y yo? Mientras Sura bloqueaba la puerta, cogí una de las mantas y se la eché por encima a Ozzy, para cegarlo momentáneamente por si intentaba seguir a la ochroria. Lo siguiente que hice fue coger otra y atarle los pies (¿o patas?), y con ayuda del español, las manos. Y luego, agitada y nerviosa como estaba, casi grité

-¡¿Qué hacemos con él?!

¿Casi? Oh, no, grité, y lo hice bastante cerca de su cabeza bigotuda, ahora tapada bajo la manta. <<Fanáticos religiosos anti-no-creyentes, anti-homosexualidad y ahora fanáticos cuyo deber es tener sexo con o sin consentimiento... ¡Esto es de locos! ¿Dónde metemos a los locos estos? Ahora Ozz... Ozzy es demasiado mono, ha degenerado a Ozz. ¿Pero en serio eligieron a estos tres? ¿Qué loco les eligió, alguien peor que ellos?>>

-¡Eh, en la armería hay unas celdas!-sugerí al acordarme.

Cuando cerró los ojos, Ozzchreanos se aproximaba a ella sin intención de detenerse. Cuando los abrió, Alice y Sura intentaban mantenerlo bajo control mientras Lhelian se arrodillaba junto a ella y le bajaba las manos, en las que todavía sujetaba la hoz. Había dejado caer la bolsa de las piedras al suelo hace ya unos segundos. Aun temblando, sintió como tiraban de ella una vez más, y se dejó llevar por el movimiento. No tardaron en cruzarse con Álvaro, que nada más entrar se lanzó contra el ochrorio dándoles a ambas un poco más de tiempo.

Tras salir de la habitación comunal Akasha volvió a caer de rodillas, esta vez junto a las escaleras, y el sonido que la hoz provocó al golpear el suelo resonó en las proximidades. El ruido metálico y las condiciones en las que había tenido lugar le recordaron vagamente al primer día del grupo en la ciudad, a las mazmorras. Si bien en aquella ocasión no había ningún impasible ochrorio intentando quitarle la ropa, sí que recordaba un importante sobresalto. Pero no era momento de recordar el pasado.

En aquel momento, cuando se vio fuera de peligro, al menos temporalmente, dejó salir todas las lágrimas que había intentado reprimir ahí dentro. No pudo evitar abrazar a Lhelian, quien tenía más cerca, en parte intentando tranquilizarse y en parte como muestra de agradecimiento por sacarla de su encierro, al igual que le agradecería al resto cuando tuviese la oportunidad. Todavía se hallaba confusa y continuaba intentando asimilar lo que había ocurrido en el interior de la sala –y lo que no lo había hecho– antes de que todos vinieran en su ayuda. Aun por la conmoción, consiguió articular unas pocas palabras.

-Lhelian, gracias.-dijo en un tono casi inaudible.

Cierto era que el intento de Ozzchreanos de aprovecharse de ella le había afectado bastante y todavía sentía una mezcla de enfado, miedo y decepción con respecto al ochrorio, y no sabía cuánto tiempo continuaría así, si es que llegaba a perdonarlo alguna vez. Cuando llegó a la ciudad, se reunió con el grupo y escucharon el discurso, y más tarde ocurrió el incidente de las casas; cuando decidieron y confirmaron que la ciudad no era segura en absoluto, se dijo a sí misma que sería capaz de protegerse frente a cualquier peligro. Aquel día, llegada la hora de la verdad, descubrió que se equivocaba.

Akasha continuó con su llanto bajo la atenta mirada de Lhelian mientras la confrontación que se desarrollaba en el interior del dormitorio todavía seguía en pie.

Marsi se había quedado paralizada en el pasillo viendo la escena. Al estar en el último piso, centrada en su intento de entrenamiento, saliendo a la azotea de cuando en cuando, no se había percatado de los gritos hasta que ya fue demasiado tarde. Se maldijo mentalmente, y agradeció la rápida actuación de sus compañeros.

-Sí... la celda...- dijo en un susurro, con una expresión fría y neutra en el rostro- Sura, déjalo inconsciente, así no se resistirá- pidió.

Habían estado ayudando y cuidando del grandullón desde el primer día, y leshabía pagado así, intentando violar a una chica del grupo. Akasha estaba a salvo, llorando, y Marsi se estremeció al imaginar el miedo que había pasado, el miedo que pasaron Lhelian y Alice cuando atacó la rata, el miedo quesentía ella en ese momento. No iban a dejar más cabos sueltos. Apretó el mango del látigo y su voz salió de la garganta firme y dura.

-Vamos a encerrarlo. Bajadlo a las mazmorras

Sura podría con él, y más con la ayuda de Álvaro y Alice, por lo que ella bajó hasta las mazmorras para preparar la celda. Las llaves estaban en un gancho en la pared. Aun con el asco que sentía por Ozz en ese momento preparó la más grande, con una manta en el suelo, una escupidera. Ya le bajarían comida. Por su parte ella no quería verlo pasear por el torreón en una buena temporada.

Lhelian aparece y ayuda a Akasha a salir de la habitación, y como el plan de dejarlo sin respiración funciono les da tiempo a salir por la puerta. Puerta en la que me coloco al ver como el ochrorio tiene intenciones de seguir a las chicas. <<Te estás ganando una paliza gratuita, pero allá tú. Yo me divertiré dándotela>>.

Al final el ochrorio acaba atado y aparece Marsi diciendo que lo deje inconsciente para poder llevarlo a la celda.

-Acabará siendo una costumbre dejarlo inconsciente,- digo con voz inexpresiva tocando donde habia tocado la ultima vez, inmediatamente el cuerpo del ochrorio queda flácido.- Échame una mano para cargarlo Álvaro, no me quiero matar bajando escaleras.

Llegamos a las mazmorras y lo metemos en una celda, meto dentro la ropa del ochrorio y le desato para que se pueda vestir cuando se despierte. Decido bajar a hablar con el horas mas tarde, pero de momento....

-Lo dejaremos aquí de momento, vamos a decidir que hacemos con él.- digo, expresando seguramente el pensamiento de los demás.

Se mantuvo junto Akasha durante todo ese tiempo, la chica poco después de salir del cuarto no aguanto mas abrazándose a el y comenzando a llorar, Dhelian la miro un poco incomodo respondiendole el abrazo intentando confortarla y demostrarle que estaban ahí para ayudarla, dudaba que se sintiera igual de cómoda si supiera que era un chico, pero aparto ese pensamiento rápido de su mente intentando confortarla dentro de sus posibilidades.

-Tranquila seguro ahora harán algo con el, ven...bajemos, te hará bien tomar algo, prometo no echarle miel- dijo sonriendole solo un poco, sonrisa que no duro mucho mientras tomándola de la mano  y se mantenía cerca de ella llevándola al cocina para sacarla de las escaleras, ya que seguramente harían algo con Ozzchreanos, ya fuese amarrarlo, o encerrarlo y el lugar mas idóneo para eso eran las mazmorras, así evitaría que Akasha lo viese si es que bajaban que era lo que peor podía pasarle en esos momentos, tal y como estaba. Encontrándose a Korasihanna en el salón con uno de los libros, seguramente la chica se enteraría en algún momento. Ya en la cocina dejo que Akasha se sentara y algo torpemente miro por la cocina, se sentía nervioso aunque no le hubiese pasado a el, saber que alguien con quien convivías podía hacer semejante cosa realmente inquietaba "¿De que clase de mundo loco trajeron a estas personas? Ya van tres con religiones propias que parecen mas dañinas para los que le rodean que algo bueno" pensó un poco molesto, primero Yrfy con lo de las matanzas y esa religión que no parecía aceptar a los que no eran creyentes de ella, luego Talento con las torturas que menciono y lo de la homosexualidad y ahora, el colmo, Ozzchreanos, que hasta el momento había sido bastante tranquilo,  intentando aprovecharse de Akasha, ¿que seria lo siguiente? En Daelicia el sexo no era ningún tabú, al contrario era muy libre, pero se seguía prefiriendo que ambas partes estuviesen de acuerdo, la violación no era algo tampoco bienvenido por lo que implicaba y porque seguía siendo un abuso, tomar algo de alguien sin su permiso o consentimiento era completamente opuesto a la búsqueda del placer.

Como pudo y recordando vagamente la forma que tenían las chicas prepararlo todo, no teniendo claro como sabría, pues para el todo era ácido, amargo o insípido; pero esperaba que la intención contara. Le puso enfrente un vaso con aquella peculiar liquido blancuzco que le recordaba ala muerte desgraciadamente pero que ya había visto que todos tomaban, aunque sin miel claro y no les ocurría nada, así que le sirvió un vaco de leche caliente sin miel ni nada.

-Ten, tomatelo, te hará sentir mejor -le aseguro mirándola, restregándose las manos una contra la otra de forma algo nerviosa por debajo de la mesa, viendo por encima del hombro de la ochroria como entre Alvaro y Surasara bajaban a Ozzchreanos a las mazmorras. Esperaba que aquello se solucionase pronto, seguramente ahora tendrían que discutir que hacer Ozzchreanos, solo esperaba que todo aquello no volviese a repetirse.

Mientras observaba detenidamente los intrincados callejones y las anotaciones a pie de pagina cuando los ruidos arriba se intensificaron un poco. Mis pensamientos sobre los planes para el día siguiente se veían ya completamente formados cuando un ruido proveniente de las escaleras me hizo fijarme en ellas.

Del primer piso bajaban una Akasha algo llorosa y una Lhelian agarrándola pasando su vista por la mía dejando un aire extraño de preocupación. Me comienzo a asustar al pensar en que el animal peludo asesino hubiese hecho otra de sus escenas contra esa chica.

Mis dudas se incrementan al ver como bajan a un Ozzcheranos atado hasta las mazmorras por lo que incorporándome me voy a la cocina para toparme con las dos chicas y un profundo olor de ese liquido blanco caliente.

-¿Alguien puede explicarme que ha ocurrido mientras estaba fuera? ¿Qué eran esos ruidos arriba?- Al ver la expresión de mi compañera Daeliciana mi mirada se posa en Akasha. La chica tiene los ojos brillantes y húmedos. Había estado llorando hasta hace no mucho por lo que le pongo una mano en el hombro y le pregunto dulcemente. -¿Y a ti que te pasa querida? ¿Has vomitado tu también?-

Dhelian me explica lo ocurrido e involuntariamente aprieto la mano sobre el hombro de Akasha al enterarme del intento de violación. -¿Estas segura de lo que estas diciendo Lhelian?- En ese momento miro a Akasha agarrándola por el mentón para que sus ojos se cruzasen con los míos. -¿De verdad ha intentado forzarte a tener relaciones contigo?¿Y tu que has hecho para defenderte?-

La idea de tener un violador en la torre me gusta casi tanto como tener una rata asesina. No puedo permitir volver a vivir una situación como la de años atrás. Mi rostro cambia a un semblante serio mientras me siento encima de la mesa y acaricio dulcemente la cabeza de la chica. -Tienes que ser fuerte chica. Los hombres son malos por naturaleza. Buscan solo satisfacerse a si mismos y a sus irreverentes penes.- Digo mientras me toco por encima el lugar de mi cicatriz.

Voy subiendo la mano hasta la altura de mi cintura desenvainando sutilmente mi daga para continuar hablando. -Akasha, tienes que aprender a defenderte frente a ese violador. No puedes permitirte ser débil frente a estas cosas- Le comento mirando la hoja de mi daga. -Si vuelve a intentar forzarte.- Hago una pausa para mirarla. -Usa tu hoz para cercenarle el miembro a ras de sus genitales para que se replantee la idea de volver a abusar de una chica débil como tu.- Tras decir esto clavo la daga en la superficie de la mesa dejándola clavada mientras miro a los ojos a la chica.

"Y si no te atreves a hacerlo tu... ya me encargaré yo de capar a todos los hombres del torreón." Pienso mientras le sonrió para intentar consolar a la chica con mis palabras.

La llegada de Marsi me vino bien para dejar de temblar y centrarme en sus palabras. Sura dejó inconsciente al ochrorio y luego lo bajamos (aunque yo no hice mucho) a la celda, donde se le desató y se le dejó la ropa.

Ahora tocaba qué hacer con él... Pero dado su estado, no parecia viable pedirle explicaciones ni tomar represalias verbales con él... Y por otro lado, lo más urgente era qué Akasha se recuperarse del susto, así que volví al salón. Justo a tiempo para escuchar las envenenadas palabras de Kora.

-¿De verdad piensas eso? En mi mundo también hay gente que piensa así, y hay hombres así, pero no todos, joder. Deja a la pobre chica, que aquí hay otro mozo bastante educado que no le ha hecho nada, arpía.-le dije, harta de gente loca.-¿Qué narices haces con la daga? ¿Salimos de violencia y quieres más violencia? ¿Pero es que estamos locos? Ni vamos a dejar que Ozz lo intente ni nadie va a capar a nadie, ¿lo captas?

Y para no empeorarlo, pues estaba volviendo a ponerme nerviosa, cerca de la histeria, me dejé caer en un sofá. Allí agarré un cojín, apreté la cara contra este y grité unos segundos. <<Esto es de locos... Ahora tenemos cuatro, ¿qué será lo siguiente? ¿Sura violando con sus tentáculos? ¡Álvaro o Neith quizá sean traficantes de órganos o de pornografía infantil! ¡O Lhelian un viejo verde disfrazado de niñita, o Marsi una caníbal! ¿Qué narices? Y las armas... Todos armados, ¡a ver si algún día nos matamos entre nosotros! ¡Ahg!>>

Si hubiera tenido zarpas, ahora del cojín quedaría solo el relleno destrozado. Pero esto y la anterior determinación de Marsi sirvieron para tranquilizarme, por lo que unos minutos después me sumo a la conversación.

-¿Qué hacemos con Ozz? No va a respondernos mucho, pero nos podemos entender con él con gestos como no prepararle comida, sin matarlo de hambre... Castigarlo, que vea que por mucho "deber" que sea para él, ni para Akasha ni para nosotros lo es. ¿O alguna idea mejor?-inquiero, abrazando aún el cojín.

No llego a saber la respuesta de Akasha al llegar Alice molesta por mis palabras de ánimo hacia la chica. La escucho hablar arqueando una ceja mientras estiro el cuello hacia atrás con cierta cara de incredulidad por la reacción de la enferma. Tras acabar su soliloquio contra mí saco mi daga de la mesa y me dirijo a la chica desde la cocina tras escuchar el grito ahogado de la chica.

-Mira Alice, puede que tengas razón sobre que no todos los hombres son iguales.- Digo mientras me acerco respirando profundamente. -Yo no se como es la gente en tu mundo. En el mundo donde yo provengo es un mundo bonito por fuera pero podrido por dentro. Tu habrás vivido tus historias en tu extraño mundo pero yo, no tienes ni idea de lo que se puede pasar en los bajos fondos de una ciudad podrida. Yo he llegado con toda mi buena fe y educación pero todas vosotras me respondéis de estas maneras tan secas y poco educadas.- Le hablo mientras me acerco a ella sin dejarla intervenir, ahora era mi momento para que viesen mi punto de vista que, por lo que parece, ven equivocado.

-En mi mundo- Hago una pausa para reprimir mi cabreo exponencial para intentar serenarme con la chica. -En mi mundo no sobreviviríais ni dos semanas. Si tengo un arma, es por que es necesario estar alerta, No por gusto. He tenido que ver muchas cosas malas en mi deplorable y apestosa vida.- Al ver que comienzo a desvariar y tomar un rumbo de la conversación que no me interesa acabo respirando hondo y sentarme frente a ella con las piernas cruzadas y abriendo los brazos. -Por que no se si te has dado cuenta pero, de momento, tenemos a un asesino peludo confeso y a un mastodonte violador justo debajo de nosotras. Y, querida Alice, me preocupa mucho mas eso ahora mismo que estar pensando en hacer trucos de magia con palabras vacías. Y si tengo que protegerme capando a quien se lo merezca créeme que no va a temblar me la mano para poder estar segura.-

-Puedes creerme cuando te digo que ni en tus peores sueños podrías imaginar lo que es ser obligada a mantener relaciones sexuales en contra de tu voluntad. En las ganas que podrías tener de acabar siendo parte del cementerio de huesos de la cicatriz. Créeme que no tienes ni idea de lo que estas hablando.- Digo bajando la voz dando por concluida mi pequeño berrinche.

-Si mis maneras de intentar hacer que sea algo mas fuerte no es la adecuada lo siento.- Le digo francamente señalando la cocina. -Pero en mi experiencia me parece mas efectivo mi modo que el esconderme tras cojines. Los cojines no te ayudarán frente algo así. Un cuchillo en cambio, puede darte la oportunidad de seguir siendo persona a la que poder mirar a la cara.- Acabo sentenciando mientras respiro y pongo mis manos sobre mis rodillas deslizando mi mano hacia mi cicatriz.

-Y sobre lo que hacer con el violador. Yo lo dejaría una semana en la celda con un par de patadas en los testículos. Ya que veo que no estáis por la labor de la castración.- Digo soltando después una pequeña risa dulce.

Estaba ahí con Akasha sin saber muy bien como ayudar en ese tipo de situaciones, tenia hermanas pero ninguna había pasado por una situación similar, gracias al Demiurgo. No pudo pensar demasiado en como intentar ayudar a la chica cuando Korasihanna se acerco y le pregunto que pasaba, Dhelian la miro, y creyendo que seria un poco demasiado Decir eso frente a Akasha se alejo un poco  de ella tras asegurarse que estuviese un poco mas tranquila para decirle lo ocurrido a ala daeliciana, ya que se enteraría igualmente tarde o temprano. La reacción de la daeliciana fue la esperada, cualquiera con dos dedos de frente y cierta dignidad aborrecería semejante situación, y siendo ella una chica era incluso algo personal, ya que le había pasado a Akasha como podría ocurrirle a cualquiera de ellas.

Pero lo que dejo un poco a cuadros a Dhelian fue su reacción posterior, parecía realmente enojada y no se contenía en demostrarlo ni en sus palabras ni gestos y lo peor es que estaba de acuerdo con ella en alguna de las cosas que decía, el era un hombre y aunque el no era así, no era tan necio como para no saber que otros si lo eran, tal vez no todos como pensaba la daeliciana no generalizaría pero si bastantes. Lo que ya fue algo que le dolió, pues casi sintió la dichosa daga cortando su miembro viril de un tajo, se estremeció involuntariamente "Ouch, duele solo imaginárselo". Desde luego no era una buena imagen ni una situación por la que deseara pasar. Por suerte para el aquel tema se quedo ahí por el momento pues apareció Alice, la cual parecía estar en desacuerdo por la forma de llevar la cosa de la Daeliciana, la cual realmente era un poco agresiva. Dhelian escucho el intercambio de palabras entre ambas, no porque quisiera meter su nariz en asuntos personales, pero no es como tuviera otro sitio adonde ir y no quería dejar a Akasha sola hasta que no estuviera seguro de que se encontraba mejor.

Las palabras de Korasihanna llegaron a sus oídos, esta comenzó a hablar de Daelicia con palabras que mostraban el desprecio que aprecia sentir por su mundo, por el mundo de los dos, o al menos por su sociedad. Puso mayor atención a sus palabras, escuchando atentamente su opinión, interesandole el tener la opinión de alguien de su propio mundo y no de personas que no lo conocían realmente. "Esta hablando de los barrios bajos, ¿era alguien pocos recursos?" se pregunto atento alas palabras de la chica, resultaba alguien con descaro con una forma de comportarse, hablar y actuar que distaba bastante de ser de alguien de alta sociedad, le resultaba sorprendente el no haberse dado cuenta de aquel detalle, aunque tampoco seria tan raro siendo que realmente nunca había socializado mas allá de sus familiares. Aun así sabia de lo que hablaba, de oídas mas que saberlo personalmente, era un secreto a voces podría decirse, que la forma de vida de los barrios bajos y las personas con recursos por completo diferentes. Las siguientes palabras de Korasihanna hizo que levantara la vista de la mesa para mirar hacia el salón.

Tal vez no era bueno socializando, pero tenia hermanas, demasiadas hermanas y sabia como eran las mujeres, la forma de hablar de Korasihanna y como trataba el tema de la violación denotaba cierto conocimiento cercano y no solo algo que se sabe por oídas "Esto es horrible, ¿tiene alguien cercano que sufrió de algo así?" pensó Dhelian  con cierta molestia y decepción porque realmente existiera hombres que hicieran eso. Eso no era búsqueda de placer ni nada, era satisfacerse uno mismo y a la otra persona que le dieran, resultaba repulsivo. Cuando la chica termino de hablar dando su opinión sobre lo que podrían hacer con Ozzchreanos, Dhelian salio de sus pensamientos, dirigiéndole un tranquilizadora  sonrisa a Akasha antes de salir de la cocina a reunirse con las dos chicas. No sabia si eso se repetiría y debían asegurarse, para que en caso de que ocurriera, estuvieran todas seguras. Ademas no era el primer chico de aquel grupo que había intentado hacer uso de la fuerza y atacarles, aunque fuese de modos completamente diferentes, no posible vivir en paz y sentirse seguro de aquella forma.

- La idea que Korasihanna dio no me parece mala, un encierro siempre es lo mejor, echarlo del torreón seria igual que sentenciarle a morir allí afuera en la ciudad y en caso de que eso ocurriera es sobre nosotros en donde caería la muerte de alguien, aunque sea alguien que ha intentado hacer algo tan horrible- añadió para en el caso de que alguien estuviese pensando en esa opción que lo meditara mejor- Otra cosa que propongo para que no pase algo así en situaciones futuras, cosa que espero y esto solo haya sido un hecho aislado, es que ninguna chica duerma sola al menos por un tiempo, hasta que esta situación sea seguro que no volverá a ocurrir. Pienso ademas, que seria prudente que después de que Ozzchrenos sea sacado de las mazmorras que Akasha se mantenga alejada de el, ya sea durmiendo con Marsi y contigo Alice o con Surasara, por prevenir - añadió observando a ambas, intentando dar su punto de vista sobre aquel asunto era una simple opinión, en realidad Marsi y Alice ya dormían juntas y el estaba con Korasihanna en el sofá, pero Akasha no estaba segura en cual de los dos cuartos dormía y si estaba en el mismo cuarto en el que dormía Ozzchreanos habitualmente, sería mejor cambiarla.

Los intentos de Lhelian por intentar animarla tras el desagradable incidente las habían llevado a la cocina, desde donde se podía observar a Kora leyendo en el salón, quien no tardó en acercarse a ambas en busca de una explicación. Le agradeció mentalmente su preocupación: no sabía si esperarla. Cuando el resto bajó a un inconsciente Ozzchreanos por las escaleras, rumbo a algún lugar indeterminado en el sótano del que todavía no había podido ver nada, Akasha no pudo evitar desviar la mirada en otra dirección. No quería recordar los minutos anteriores.

Tras servirle un vaso de leche en buen estado y libre de elementos nocivos para su salud, la niña llevó a la otra daeliciana al salón para, supuso, explicarle la situación. No pasó demasiado tiempo hasta que la reacción de Kora la hizo sobresaltarse notablemente. Si no hubiera dejado el vaso en la mesa cuando la vio acercarse, con el inesperado movimiento posiblemente hubiera acabado en el suelo.

“Yo…” pensó mientras la daeliciana la forzaba a mirarla. “Yo no…”. Se sentó en la mesa. “Pero…”. La chica sacó una daga de algún lugar. “Tiene razón, no soy capaz de…” Tras mirar la daga, volvió a clavar su mirada en la suya. “¿Qué? No podría…”.

Escuchó un tanto confusa las palabras que Kora tenía que decirle al respecto, sin posibilidad de responder una sola vez. Su línea de pensamiento se vio bruscamente interrumpida cuando la daga acabó clavada en la mesa, apartándose un poco hacia atrás sin levantarse de la silla. La violenta demostración de enfado de la daeliciana llamó la atención de Alice, que volvía del sótano, quien dirigió unas hostiles palabras a esta. La situación se volvió un poco más caótica cuando ambas comenzaron una especie de discusión en el salón, solo a unos pasos de donde Lhelian y ella se encontraban. Apartó a un lado el vaso de leche, que solo había tenido la oportunidad de dejar a la mitad, y se cubrió la cara con las manos.

La conversación entre Alice y Kora llegó sin fuerzas a sus oídos, sin calar por completo en la mente de la ochroria, que tenía otras cosas en las que pensar. Si hubiera podido defenderse sola no habría tenido que pedir ayuda, eso era cierto, y esta vez había tenido suerte de que hubiera gente cerca para sacarla de ahí. No sería así siempre. Por otro lado, ya había demostrado ante todos que no era capaz de hacer daño a alguien, incluso cuando hacerlo no era solo una opción, y no sabía si se daría más veces ese mismo caso. Si bien lo segundo se trataba de una traba personal que no sabía si podría llegar a solucionar –y esperaba no tener que solucionarla nunca, si era posible–, lo primero podía intentar solucionarlo, de una forma o de otra. Tenía que empezar a prepararse para los peligros que le aguardaban en el nuevo mundo que ahora era su hogar. No pudo evitar pensar en una imagen de la mañana: Sura en el patio, ayudando al resto con algún tipo de ejercicio físico. Por supuesto que se estaban entrenando, pero con el incidente de los vómitos no había tenido tiempo para percatarse de ello ni preguntar.

Con ello tomó una decisión: le pediría a Sura su inestimable ayuda y, con suerte, podría sentirse un poco útil y dejar de ser esa “chica débil” que Kora había mencionado una vez o dos en su discurso. Al menos podría intentarlo.

Para cuando la situación entre la daeliciana y Alice en el salón se había calmado, Akasha ya había acabado con el contenido del vaso y se encontraba recostada contra el respaldo de la silla, mirando al suelo y todavía perdida en sus pensamientos.

Marsi había cerrado bien la celda, y dejado las llaves en un gancho junto a la puerta de la armería, bien alejadas de las celdas. Había estado tentada de llevárselas y guardarlas ella, pero realmente no tenía ninguna autoridad sobre el grupo para hacer eso.

Subió a la cocina, donde estaban todas hablando, en principio para llenar una jarra de agua y bajársela al ochrorio. El rencor en las palabras de Kora le era familiar, dolorosamente familiar. Sabía de lo que estaba hablando, y eso era muy triste.

-Estoy de acuerdo con Kora en eso de aprender a defenderse. Nos han dejado en un mundo desconocido con gente desconocida que realmente puede ser cualquier cosa, no podemos pretender que los demás nos protejan siempre... - las palabras de Lhelian le chirriaron tanto que le hizo apretar los dientes de rabia- No sé si te has dado cuenta, Lhelian, pero de las ''chicas'' de este torreón, una es militar, otra parece que viene de los barrios bajos de su mundo y debe saber defenderse, yo misma no soy precisamente una damita delicada.- le dedicó una mirada fiera- Yo voy a entrenar, y voy a hacerme fuerte. También propongo ser un poco más rígidos en cuanto a normas de grupo, hacer todos algo por el grupo, ser un grupo de verdad y no una manada de extraños, porque después de lo de la rata y lo de Ozz, como empecemos a desconfiar de todos lo llevamos claro... - hizo una pausa, con un suspiro exasperado- En cuanto a Ozz, voto por que lo dejemos en la celda y ya. Desde el primer día no ha demostrado estar muy allá, y hasta que podamos razonar con él no va a servir de mucho un castigo. Le llevaremos comida y agua, pero no será un peligro para nosotros si está encerrado.

Salió un momento a llenar la jarra en el pozo, y al volver pasó junto a Kora.

-En mi mundo las niñas pijas de buena familia hablan como tú, y se comportan un poco como tú. No soy muy fan de las clases altas, así que por eso puedo parecer borde, bueno, en cierto modo soy algo brusca, pero no te lo tomes como algo personal...

Escucho todo lo que tiene que decir la gente y me guardo mis opiniones sobre algunas cosas para mi. Pero los ánimos están caldeados y puede que en cualquier momento estalle la tormenta, y antes de que eso pase decido tratar de cortarlo de raíz.

-Marsi tiene razón, maltratarlo y demás no tendrá el efecto que queréis, y por tanto me niego. No pienso dejarlo sin comer o levantar mi mano contra él mas de lo que ya he hecho. Necesitáis entrenamiento, y estaré encantada de acelerar vuestro entrenamiento para que podáis protegeros. Respecto al chico, se le dejara en la celda de momento, es lo que se haría en mi mundo,- digo con voz tranquila,- nada de caparlo,- comento mirando a Kora.- Respecto a vuestro entrenamiento.... lo reforzaré, estoy segura de que aguantareis el ritmo, sobre todo si queréis sobrevivir en una ciudad que se nos comerá si no sois fuertes, y no me refiero solo a fortaleza física,- digo mientras miro a Lhelian,- Así que comportémonos como un grupo señoritas, la ciudad ya es bastante peligrosa como para tener riñas entre nosotras ¿no os parece?. Bien, dicho esto os espero a todos a primera hora de la mañana en el patio para el entrenamiento. No admito un no por respuesta de nadie, y si alguno llega tarde deseara no haberse levantado ,- digo mirándolos a todos de uno en uno y con una sonrisa que prometía malos presagios.

Espero un tiempo para asegurarme de que el ochrorio esté despierto y bajo a las celdas. Quiero algunas respuestas, y por poco que pueda sacarle en ese estado es dudoso que me mienta. Efectivamente el chico está sentado en el suelo ya vestido y sin moverse. Abro la puerta y la vuelvo a cerrar con llave en cuanto entro, me guardo las llaves y me siento enfrente suya.

-Ozzchreanos,- trato de llamar su atención,- ¿está bien si te llamo Ozzy u Ozz?,- sin esperar su respuesta continúo hablando,- ¿puedes contarme por qué has hecho eso?