Torreón Maciel (Archivo V)
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Zarket
Rocavarancolia Rol
Alicia
Naeryan
Baurus
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LEC
Yber
Giniroryu
Red
Tak
Leonart
19 participantes
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Torreón Maciel (Archivo V)
06/08/13, 02:56 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
17/08/13, 06:22 pm
El aprendiz siguio insistiendole a Taro que le atizase en la cara al insecto, pero el carabense no debio oirle porque no se movio si quiera. O quizás... Es que al ser un pokemon intercambiado y todavia no haber conseguido ninguna medalla, tenia la tendencia de hacer lo que quisiera con las ordenes de su entrenador.
>> Por lo menos no se ha puesto a dormir o se ha golpeado a si mismo. Lo cual es un avance.
Una vez más se acordó de los dos líderes de gimnasio que les salieron a recibir en la plaza de la fuente y su rostro se ensombreció. Sin pokemon tipo lucha-fuego no tendria muchas oportunidades de vencerlos. Y menos aún si el unico pokemon que tenia hasta el momento era psiquico-siniestro. Negó con la cabeza para sus adentros y entonces escuchó las palabras de Xorgar, que parecia muy animado por encontrarse en un duelo pero no entendio el significado de este y debio pensar que era una pelea con armas o algo parecido.
Con el ceño fruncido casi pegado con cola y todavia usando una voz grave.
-¿¡Qué intentas hacer, Marik!? ¡Los verdaderos duelistas luchan con el corazón de las cartas, no con armas!-tosió y su voz volvio a normal.- De todas formas, no es que un insecto tuviera mucha oportunidad de luchar en condiciones con alguien como yo.-dijo con una risilla entre dientes.-No quiero hacerte daño o aplastarte despues de todo.-
Volvio a su persona de Yu-Gi-Oh!, esta vez adoptando otro personaje, con una voz más seca y con mil veces más ego.
-¡Juega tu última y patética carta, Yugi! ¡Pronto lograré fusionar a mi mayor y más poderoso monstruo! ¡El Irrense de Ojos Azules Definitivo!-
>> Por lo menos no se ha puesto a dormir o se ha golpeado a si mismo. Lo cual es un avance.
Una vez más se acordó de los dos líderes de gimnasio que les salieron a recibir en la plaza de la fuente y su rostro se ensombreció. Sin pokemon tipo lucha-fuego no tendria muchas oportunidades de vencerlos. Y menos aún si el unico pokemon que tenia hasta el momento era psiquico-siniestro. Negó con la cabeza para sus adentros y entonces escuchó las palabras de Xorgar, que parecia muy animado por encontrarse en un duelo pero no entendio el significado de este y debio pensar que era una pelea con armas o algo parecido.
Con el ceño fruncido casi pegado con cola y todavia usando una voz grave.
-¿¡Qué intentas hacer, Marik!? ¡Los verdaderos duelistas luchan con el corazón de las cartas, no con armas!-tosió y su voz volvio a normal.- De todas formas, no es que un insecto tuviera mucha oportunidad de luchar en condiciones con alguien como yo.-dijo con una risilla entre dientes.-No quiero hacerte daño o aplastarte despues de todo.-
Volvio a su persona de Yu-Gi-Oh!, esta vez adoptando otro personaje, con una voz más seca y con mil veces más ego.
-¡Juega tu última y patética carta, Yugi! ¡Pronto lograré fusionar a mi mayor y más poderoso monstruo! ¡El Irrense de Ojos Azules Definitivo!-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
17/08/13, 09:03 pm
Taro puso cara de susto cuando Shaco empezó a hacer aspavientos en su dirección.
"Porfavornomehagasdaño", pensó medio en coña, mirándolo con la misma cautela con la que uno vigilaría a un animal salvaje en las inmediaciones. El terrestre parecía majo, y no entender la mitad de lo que decía era pasable, pero es que ahora no entendía nada. "Igual si no me muevo no ataca..."
Empezó a congregarse gente en el patio a ver qué pasaba y el carabés sintió un picor de incomodidad en la nuca al notar las miradas de tantas personas en su dirección. En algún momento mientras Shaco gritaba incoherencias se escabulló discretamente al interior del torreón sin que nadie pareciese advertirlo.
Tenía un hambre de lobo y rebuscó en las cestas en busca de un tardío desayuno, dándose una sorpresa al comprobar que había tabletas energéticas de mejor marca que las que podía permitirse normalmente. Cogió unas cuantas y empezó a masticarlas mecánicamente, pensando en adónde podía ir a continuación. Por las mañanas tenía clase, y cuando no iba solía acudir a algún distrito en construcción para echar una carrera. Estaba pensando en volver al exterior de Maciel a comprobar cómo era de trepable el terreno (sin ir más allá del foso. Aún se acordaba del titán) cuando advirtió la puerta que llevaba a las mazmorras.
-¿Eso adónde lleva?- preguntó a cualquiera de los presentes.
"Porfavornomehagasdaño", pensó medio en coña, mirándolo con la misma cautela con la que uno vigilaría a un animal salvaje en las inmediaciones. El terrestre parecía majo, y no entender la mitad de lo que decía era pasable, pero es que ahora no entendía nada. "Igual si no me muevo no ataca..."
Empezó a congregarse gente en el patio a ver qué pasaba y el carabés sintió un picor de incomodidad en la nuca al notar las miradas de tantas personas en su dirección. En algún momento mientras Shaco gritaba incoherencias se escabulló discretamente al interior del torreón sin que nadie pareciese advertirlo.
Tenía un hambre de lobo y rebuscó en las cestas en busca de un tardío desayuno, dándose una sorpresa al comprobar que había tabletas energéticas de mejor marca que las que podía permitirse normalmente. Cogió unas cuantas y empezó a masticarlas mecánicamente, pensando en adónde podía ir a continuación. Por las mañanas tenía clase, y cuando no iba solía acudir a algún distrito en construcción para echar una carrera. Estaba pensando en volver al exterior de Maciel a comprobar cómo era de trepable el terreno (sin ir más allá del foso. Aún se acordaba del titán) cuando advirtió la puerta que llevaba a las mazmorras.
-¿Eso adónde lleva?- preguntó a cualquiera de los presentes.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
18/08/13, 03:09 am
Mientras ella se sentaba a desayunar apiló los utensilios abandonados en la mesa y los dejó en el fregadero, pensando en escurrirse después lejos de la cocina. Su compañero o lo que fuera llegó en ese momento y la chica lo saludó, pero él se limitó a hacer un breve movimiento de cabeza. Al no llevar camiseta, se quedó mirando el peculiar tórax del tipo, dándose cuenta de que, definitivamente, la gran mayoría solo debía de tener un par de pechos. Los dos tenían una conversación que ni le iba ni le venía, pero antes de darse cuenta, el del pelo violáceo se había vuelto hacia él para hablarle. Parpadeó dos veces antes de contestar.
—Ni puta idea —dijo con sencillez—. Las primeras las recogimos siguiendo a una bañera gigante voladora que cantaba el menú. No sabemos cuándo volverán a pasar, pero supongo que no nos dejarán morir de hambre aquí.
Mientras hablaba, el último de los rezagados de la noche anterior apareció y se puso a picotear de las propias cestas, acabando con la vista fija en las escaleras que llevaban al piso inferior.
—Hay celdas y muchas armas casi prehistóricas —respondió cruzándose de brazos—. Parece un museo cochambroso y desordenado. Las armas están usadas y eso hace que me pregunte si ahí fuera hay más monstruos como ese que os perseguía ayer.
Todavía estaba empeñado en comprobar que existía con sus propios ojos, pero no sabía cómo sugerir salir si incluso él mismo temía lo que podía pasar si se encontraban con aquella cosa.
—Ni puta idea —dijo con sencillez—. Las primeras las recogimos siguiendo a una bañera gigante voladora que cantaba el menú. No sabemos cuándo volverán a pasar, pero supongo que no nos dejarán morir de hambre aquí.
Mientras hablaba, el último de los rezagados de la noche anterior apareció y se puso a picotear de las propias cestas, acabando con la vista fija en las escaleras que llevaban al piso inferior.
—Hay celdas y muchas armas casi prehistóricas —respondió cruzándose de brazos—. Parece un museo cochambroso y desordenado. Las armas están usadas y eso hace que me pregunte si ahí fuera hay más monstruos como ese que os perseguía ayer.
Todavía estaba empeñado en comprobar que existía con sus propios ojos, pero no sabía cómo sugerir salir si incluso él mismo temía lo que podía pasar si se encontraban con aquella cosa.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
18/08/13, 11:11 pm
No entendía la mitad de lo que el naranjito le estaba diciendo, algo que supuso que se debía a las diferencias culturales entre sus mundos. Aun así, la explicación acerca de pelear con el corazón le pareció tan inverosímil que el clinger se vio en la obligación de hacer una aclaración.
-Ehmmm pues yo no veo qué utilidad tiene pelear usando un corazón como arma. Es blandito y no hace mucho daño... ¡Ah claro! a menos que se trate del corazón de tu enemigo y lo arranques, atravieses, aplastes, quemes, partas, despedaces, exprimas, disuelvas, laceres, despieces, pulverices, rostices, cortes y/o rajes. Entonces sí que serviría, pero para la mitad harían falta armas. Creo que no acabo de entender lo qué me quieres decir-
Lo que dijo a continuación sí que terminó de perderle. No conocía la biología de su especie, pero hasta el momento no había visto nada que pudiera confirmar las afirmaciones que el pelinaranja iba realizando.
-¿Hm? ¿Aplastarme? ¿Como? No conozco tus niveles de fuerza con detalle, pero por lo que he visto hasta ahora no parece que puedas hacerlo, no sin algo muy contundente claro. Además eres blandito- Acompañó la última frase tocándole un moflete con un dedo y apretando ligeramente, como para remarcar que tenía razón.
-¿Cartas? No tengo. Y que yo recuerde ninguno de los irrenses tiene ojos azules. ¿Seguro que no te equivocas y hablas del Irrense de ojos marrones y verdes definitivo? Ah ¿y que tiene de definitivo? Oh y pienso que si los ojos fueran plateados sería mucho mejor. Tendrían significado y todo-
-Ehmmm pues yo no veo qué utilidad tiene pelear usando un corazón como arma. Es blandito y no hace mucho daño... ¡Ah claro! a menos que se trate del corazón de tu enemigo y lo arranques, atravieses, aplastes, quemes, partas, despedaces, exprimas, disuelvas, laceres, despieces, pulverices, rostices, cortes y/o rajes. Entonces sí que serviría, pero para la mitad harían falta armas. Creo que no acabo de entender lo qué me quieres decir-
Lo que dijo a continuación sí que terminó de perderle. No conocía la biología de su especie, pero hasta el momento no había visto nada que pudiera confirmar las afirmaciones que el pelinaranja iba realizando.
-¿Hm? ¿Aplastarme? ¿Como? No conozco tus niveles de fuerza con detalle, pero por lo que he visto hasta ahora no parece que puedas hacerlo, no sin algo muy contundente claro. Además eres blandito- Acompañó la última frase tocándole un moflete con un dedo y apretando ligeramente, como para remarcar que tenía razón.
-¿Cartas? No tengo. Y que yo recuerde ninguno de los irrenses tiene ojos azules. ¿Seguro que no te equivocas y hablas del Irrense de ojos marrones y verdes definitivo? Ah ¿y que tiene de definitivo? Oh y pienso que si los ojos fueran plateados sería mucho mejor. Tendrían significado y todo-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
19/08/13, 02:57 am
-Mmmm- fue todo lo que dijo Taro por respuesta. Guardándose un par de tabletas en el bolsillo por si al final le apetecía salir, se internó en las mazmorras sin decir esta boca es mía.
El muestrario que apareció ante sus ojos le resultaba a la vez familiar y desconocido. Había visto espadas, arcos, jabalinas y cosas de ese tipo en competiciones por la televisión, pero estaban en mucho mejor estado y desde luego eran obra de tecnología más puntera que la de allí. Y desde luego gente como él no solía tenerlas al alcance de la mano. Sólo podían entrenar con ellas los que se habían ganado ese derecho, es decir, sus compañeros más elitistas.
Había tenido que recoger un poco el desorden que imperaba en la armería para siquiera poder circular por ella, otro punto en el que difería del escrupuloso orden artificial que estaba acostumbrado a ver donde vivía. Tampoco parecía haber ningún registro ni tabla de horarios para utilizar aquellas cosas, como él sabía a ciencia cierta que había en los gimnasios de las residencias.
"Por lo visto aquí a los mindundis como yo se les deja llevar armas sin saber ni cómo cogerlas", pensó con un bufido de desdén hacia sí mismo, después de casi decapitarse tratando de colocar una alabarda de forma que la gravedad no la convirtiese en una trampa mortal. "La selección natural debe funcionar de maravilla."
Cogió un arco negro con cierta torpeza, sin detenerse a admirar su factura o el estado de la cuerda ya que de aquellas sutilezas el carabés no tenía la menor idea. Trató de probarlo, obviando flagrantemente el hecho de que el propio arco era casi tan alto como él. Taro estaba en buena forma, pero eso no compensaba el hecho de que no era especialmente alto ni robusto, y ni con todos sus esfuerzos y un surtido de maldiciones entre dientes logró tensarlo en condiciones.
Masajeándose los brazos y el orgullo siguió buscando algo más asequible. Molaba la idea de llevar una espada encima, tenía que reconocerlo, pero el carabés se sentía incómodo llevando ese peso descompensándole en la cintura. Y correr libremente con aquello al cinto era imposible: se le enredaba entre las piernas y si intentaba hacer un salto bien podía acabar con aquello clavado en sitios insospechados. Aún si la llevaba a cuestas en mitad de una carrera rebotaba de forma muy molesta contra su espalda, así que lo descartó sin importarle demasiado.
Acabó sacando de entre la morralla un arco pequeño, aparentemente de caza o de montar, que parecía ser muy manejable... si sabías usarlo. Y él evidentemente no sabía, pero era mejor que uno que sólo pudiese usar como garrote.
"¿Por qué estoy pensando en esto?"
Nadie les había informado de nada, algunos habían llegado a despertar antes que otros, habían visto un monstruo por el camino... Era cierto que Taro tenía la sensación de que les habían dejado tirados. Pero aun con la mala espina que ese pensamiento traía aparejada, el que fuesen a necesitar armas de verdad se le hacía muy raro de pensar. Si las estaba probando era... para ser sinceros, para sentirse guay.
Fuese como fuese, el gusto de probar el arco no se lo iba a quitar nadie. Ya que sabía que el patio estaba lleno y no tenía la menor intención de que los presentes se rieran de él, al salir de la armería se encaminó al piso superior en busca de una habitación vacía que pudiese aprovechar.
El muestrario que apareció ante sus ojos le resultaba a la vez familiar y desconocido. Había visto espadas, arcos, jabalinas y cosas de ese tipo en competiciones por la televisión, pero estaban en mucho mejor estado y desde luego eran obra de tecnología más puntera que la de allí. Y desde luego gente como él no solía tenerlas al alcance de la mano. Sólo podían entrenar con ellas los que se habían ganado ese derecho, es decir, sus compañeros más elitistas.
Había tenido que recoger un poco el desorden que imperaba en la armería para siquiera poder circular por ella, otro punto en el que difería del escrupuloso orden artificial que estaba acostumbrado a ver donde vivía. Tampoco parecía haber ningún registro ni tabla de horarios para utilizar aquellas cosas, como él sabía a ciencia cierta que había en los gimnasios de las residencias.
"Por lo visto aquí a los mindundis como yo se les deja llevar armas sin saber ni cómo cogerlas", pensó con un bufido de desdén hacia sí mismo, después de casi decapitarse tratando de colocar una alabarda de forma que la gravedad no la convirtiese en una trampa mortal. "La selección natural debe funcionar de maravilla."
Cogió un arco negro con cierta torpeza, sin detenerse a admirar su factura o el estado de la cuerda ya que de aquellas sutilezas el carabés no tenía la menor idea. Trató de probarlo, obviando flagrantemente el hecho de que el propio arco era casi tan alto como él. Taro estaba en buena forma, pero eso no compensaba el hecho de que no era especialmente alto ni robusto, y ni con todos sus esfuerzos y un surtido de maldiciones entre dientes logró tensarlo en condiciones.
Masajeándose los brazos y el orgullo siguió buscando algo más asequible. Molaba la idea de llevar una espada encima, tenía que reconocerlo, pero el carabés se sentía incómodo llevando ese peso descompensándole en la cintura. Y correr libremente con aquello al cinto era imposible: se le enredaba entre las piernas y si intentaba hacer un salto bien podía acabar con aquello clavado en sitios insospechados. Aún si la llevaba a cuestas en mitad de una carrera rebotaba de forma muy molesta contra su espalda, así que lo descartó sin importarle demasiado.
Acabó sacando de entre la morralla un arco pequeño, aparentemente de caza o de montar, que parecía ser muy manejable... si sabías usarlo. Y él evidentemente no sabía, pero era mejor que uno que sólo pudiese usar como garrote.
"¿Por qué estoy pensando en esto?"
Nadie les había informado de nada, algunos habían llegado a despertar antes que otros, habían visto un monstruo por el camino... Era cierto que Taro tenía la sensación de que les habían dejado tirados. Pero aun con la mala espina que ese pensamiento traía aparejada, el que fuesen a necesitar armas de verdad se le hacía muy raro de pensar. Si las estaba probando era... para ser sinceros, para sentirse guay.
Fuese como fuese, el gusto de probar el arco no se lo iba a quitar nadie. Ya que sabía que el patio estaba lleno y no tenía la menor intención de que los presentes se rieran de él, al salir de la armería se encaminó al piso superior en busca de una habitación vacía que pudiese aprovechar.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
19/08/13, 05:53 am
Nero dio vueltas a la idea, llevandose incoscientemente la mano a su hombro herido y probando a moverlo. "Mala cosa."
- Bueno, entonces habrá que ir a comprobarlo. ¿Las cestas de ayer pasaron antes del anochecer, verdad?
Anriel estaba terminando su desayuno y frunció levemente el ceño.
- A mas seamos mejor, y un guía no vendría mal. Además, ¿que diversión hay en escondernos entre los muros?- dijo Nero balanceando los pies sobre su silla. Le tendió su plato vacío a su aurva, que limpió los de ambos sin hacer el menor gesto de ir a tocar los demas en la pila.
- Bien.- dijo Ri con resignación mientras abría la puerta hacia aquella armería anticuada - Voy a por algo que duela.
- Y yo a hacer amigos.- contestó Nero, sin que quedase claro si bromeaba.
La habitación, llena de armas dispuestas sin ningun orden evidente, no le pareció mal provista ni prehistorica. Muchas cosas no las conocía y las asociaba a otros mundos, pero otras si se hacia una idea de que eran y para que servían. Se preguntó que clase de armas usaban los hombres bestias, para quienes un hacha era algo muy atrasado. Con un pie hinchado, y dolor de cabeza por la falta de sueño, no se le antojaba muy recomendable coger un hacha, de todas formas. Requería fuerza también para manejarla con soltura. Después de dar un par de vueltas sin decidirse por nada, encontró unas garras de metal que no tardó en apropiarse. Eran la mejor solución posible, dado que solo tendría que pelear como siempre. Las garras serían una prolongación de sus golpes de Qin y suponían una mayor amenaza que sus manos desnudas.
Nero se había pasado por el patio a dejar caer que se iban de "excursión". Luego subió las escaleras buscando al chico gris de ojos chillones. Dejó asomar su cabeza en la habitación en la que estaba.
- Nos vamos a dar un agradable paseo a por comida y grandes aventuras. ¿Contamos contigo, joven ardilla?- La boca del edeel estaba curvada en un gesto divertido y burlón, como de costumbre.
- Bueno, entonces habrá que ir a comprobarlo. ¿Las cestas de ayer pasaron antes del anochecer, verdad?
Anriel estaba terminando su desayuno y frunció levemente el ceño.
- A mas seamos mejor, y un guía no vendría mal. Además, ¿que diversión hay en escondernos entre los muros?- dijo Nero balanceando los pies sobre su silla. Le tendió su plato vacío a su aurva, que limpió los de ambos sin hacer el menor gesto de ir a tocar los demas en la pila.
- Bien.- dijo Ri con resignación mientras abría la puerta hacia aquella armería anticuada - Voy a por algo que duela.
- Y yo a hacer amigos.- contestó Nero, sin que quedase claro si bromeaba.
La habitación, llena de armas dispuestas sin ningun orden evidente, no le pareció mal provista ni prehistorica. Muchas cosas no las conocía y las asociaba a otros mundos, pero otras si se hacia una idea de que eran y para que servían. Se preguntó que clase de armas usaban los hombres bestias, para quienes un hacha era algo muy atrasado. Con un pie hinchado, y dolor de cabeza por la falta de sueño, no se le antojaba muy recomendable coger un hacha, de todas formas. Requería fuerza también para manejarla con soltura. Después de dar un par de vueltas sin decidirse por nada, encontró unas garras de metal que no tardó en apropiarse. Eran la mejor solución posible, dado que solo tendría que pelear como siempre. Las garras serían una prolongación de sus golpes de Qin y suponían una mayor amenaza que sus manos desnudas.
Nero se había pasado por el patio a dejar caer que se iban de "excursión". Luego subió las escaleras buscando al chico gris de ojos chillones. Dejó asomar su cabeza en la habitación en la que estaba.
- Nos vamos a dar un agradable paseo a por comida y grandes aventuras. ¿Contamos contigo, joven ardilla?- La boca del edeel estaba curvada en un gesto divertido y burlón, como de costumbre.
-
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
19/08/13, 01:57 pm
Lara no hizo mucho más aparte de dar cabezadas en el patio. Cuando Archi se sentó cerca, únicamente echó un par de vistazos curiosos a lo que hacía. En otras circunstancias habría preguntado para informarse, pero en esos momentos, el sueño y el abismo tecnológico que separaba su mundo del de los tres soldaditos le hacían sentir demasiado tonta como para abrir la boca. Cuando el chico pelirrosa se asomó y comentó que saldrían a sintió una punzada de envidia. <<Yo no puedo salir hasta que les haga un apaño de cuna a los niños>>. Tampoco estaba en sus mejores condiciones por la noche que había pasado, por lo que decidió hacer lo que era correcto, muy a su pesar.
-Mientras vosotros salís o jugáis en el patio, yo iré preparando la comida-era la única forma que se le ocurrió para compensar su ausencia ahí fuera.
Dicho esto, bajó de un salto de la base de la estatua, asegurando a sus niños antes, y se dirigió a la cocina. Un vistazo rápido a las cestas y a sus ingredientes acabó por iluminarla. <<Podría hacer algo de comida creativa para sorprenderlos>>. Se desvió unos segundos hacia la habitación para ponerse la falda y bajó de nuevo. Sacó la moneda y la lanzó al aire una vez por cada ingrediente que llamó su atención. La carne era lo único que entraba seguro en el menú.
-Mientras vosotros salís o jugáis en el patio, yo iré preparando la comida-era la única forma que se le ocurrió para compensar su ausencia ahí fuera.
Dicho esto, bajó de un salto de la base de la estatua, asegurando a sus niños antes, y se dirigió a la cocina. Un vistazo rápido a las cestas y a sus ingredientes acabó por iluminarla. <<Podría hacer algo de comida creativa para sorprenderlos>>. Se desvió unos segundos hacia la habitación para ponerse la falda y bajó de nuevo. Sacó la moneda y la lanzó al aire una vez por cada ingrediente que llamó su atención. La carne era lo único que entraba seguro en el menú.
- Posibles resultados:
Entre 0 y 50, sale cara y Lara usa el ingrediente.
Entre 51 y 100, sale cruz y Lara lo deja en su sitio.
- Ingredientes en orden de tirada:
1.-Miel Daeliciana.
2.-Verduras.
3.-Bayas.
4.-Hierbas.
5.-Driv.
6.-Caviar.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Rocavarancolia Rol
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
19/08/13, 01:57 pm
El miembro 'Yber' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio
'Dado de 100 caras' : 16, 93, 52, 73, 32, 13
'Dado de 100 caras' : 16, 93, 52, 73, 32, 13
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
19/08/13, 03:13 pm
Lara torció un poco el gesto al ver lo que le había tocado y dedicó los cinco siguientes minutos al trabajoso deporte del pensamiento extremo (que dadas las circunstancias no fue extremo ni por asomo). Al final, supo que con toda la marabunta de sabores que habían salido, lo mejor que podría hacer sería un plato combinado.
Manos a la obra, Lara untó una sartén con la grasa para cocinar y le vertió un pequeño chorreoncillo del líquido negro embotellado para que le diera algo de sabor a la carne. Conforme fue cocinándola, sacó los cubiertos para todos y entre filete y filete, dividió todo el caviar en raciones equitativas para cada plato. Cuando la carne estuviera hecha, la ordesa haría lo propio y la repartiría. Finalmente bañaría todos los filetes con un poquitín de miel y la extendería con un cuchillo para que el sabor no se perdiera en un único punto. Por respeto, no utilizaría las manos en todo el proceso, con lo que ni ella tendría ni idea de qué tal sabría su nueva receta improvisada.
Manos a la obra, Lara untó una sartén con la grasa para cocinar y le vertió un pequeño chorreoncillo del líquido negro embotellado para que le diera algo de sabor a la carne. Conforme fue cocinándola, sacó los cubiertos para todos y entre filete y filete, dividió todo el caviar en raciones equitativas para cada plato. Cuando la carne estuviera hecha, la ordesa haría lo propio y la repartiría. Finalmente bañaría todos los filetes con un poquitín de miel y la extendería con un cuchillo para que el sabor no se perdiera en un único punto. Por respeto, no utilizaría las manos en todo el proceso, con lo que ni ella tendría ni idea de qué tal sabría su nueva receta improvisada.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
19/08/13, 05:02 pm
Archime levantó la vista hacia Shaco cuando mencionó a un "irrense de ojos azules definitivo", preguntándose qué querría decir con aquello. No existía ese color de ojos en Irraria, como sí había visto que ocurría en otros mundos. Y el color azul desde luego no se obtenía en la síntesis sustractiva mezclando marrón y verde. Permaneció confusos unos instantes, divagando sobre ello e incluso dejando de teclear, hasta que lo distrajo la intervención de Xalkoth.
Volvió a recordar que todavía debía preguntar a Shaco o Baurus sobre sus mundos de origen. Ya que finalmente el pelinaranja y el insecto no parecía que fuesen a realizar ninguna demostración, decidió acercarse a preguntar primero a Shaco que, a pesar de su posible demencia, lo había conocido con cierto tiempo de ventaja respecto a su probable congénere. Sin embargo, esta determinación volvió a ser interrumpida una vez más, porque escuchó el anuncio de Lara 37 que pregonaba sus intenciones de comenzar a cocinar. En la mente de Archime saltaron las alarmas que le advertían acerca de un probable desajuste en sus planes para aquella noche. Y además con el añadido de que corrían el riesgo de padecer todos de aquella dolencia estomacal en el peor de los casos.
El biomecánico se dirigió entonces a la cocina, a tiempo para ver a la ordesa realizando lanzamientos de moneda. Se distrajo momentáneamente pensando por qué había hecho uso de ella. Observando sus movimientos y dándole vueltas a lo que había visto, estableció una relación entre su tarea culinaria con los resultados. <<El método de Lara 37 no parece demasiado fiable, no soy un experto en el ámbito gastronómico pero estoy seguro de que...>>. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando recordó de golpe, dando un respingo, lo que había ido a hacer al ver que la ordesa esgrimía el bote de néctar con lo que parecía una clara intención de condimentar la comida con ella.
—Lara 37 —comenzó a hablarle, al fin—, debes saber que es probable que esa miel se encuentre en mal estado o sea rechazada por nuestro organismo. Existe la posibilidad, de todos modos, de que su composición sea incompatible con nuestra especie únicamente, pero no podemos afirmarlo debido a que tan solo la hemos ingerido dos personas, ambos irrenses. Debido a la falta de información no puedo afirmarlo con seguridad, pero nadie pareció reconocer dicho alimento anoche, por lo que me atrevo a aventurar que procede de la propia Rocavaracolia o tal vez un mundo diferente del cual no se hallan representantes entre nosotros. Debo disuadirte, en consecuencia, de que utilices dicha miel para preparar el almuerzo, con el propósito de tener la posibilidad de averiguar con precisión el orígen del malestar estomacal que padecimos anoche Cío y yo mismo.
Al finalizar su explicación particular, acompañándoa con el gesto de subirse las gafas con el dedo índice, Archime observó unos instantes a la ordesa, parpadeando varias veces tras los cristales antes de volver a desviar la vista hacia su ordenador, esperando una confirmación de la madre de que había entendido por qué no debería insistir con aquel alimento en concreto. Para el ingeniero estaba muy claro que no debía hacerlo y no veía motivo por el que la ordesa pudiera llevarle la contraria.
Volvió a recordar que todavía debía preguntar a Shaco o Baurus sobre sus mundos de origen. Ya que finalmente el pelinaranja y el insecto no parecía que fuesen a realizar ninguna demostración, decidió acercarse a preguntar primero a Shaco que, a pesar de su posible demencia, lo había conocido con cierto tiempo de ventaja respecto a su probable congénere. Sin embargo, esta determinación volvió a ser interrumpida una vez más, porque escuchó el anuncio de Lara 37 que pregonaba sus intenciones de comenzar a cocinar. En la mente de Archime saltaron las alarmas que le advertían acerca de un probable desajuste en sus planes para aquella noche. Y además con el añadido de que corrían el riesgo de padecer todos de aquella dolencia estomacal en el peor de los casos.
El biomecánico se dirigió entonces a la cocina, a tiempo para ver a la ordesa realizando lanzamientos de moneda. Se distrajo momentáneamente pensando por qué había hecho uso de ella. Observando sus movimientos y dándole vueltas a lo que había visto, estableció una relación entre su tarea culinaria con los resultados. <<El método de Lara 37 no parece demasiado fiable, no soy un experto en el ámbito gastronómico pero estoy seguro de que...>>. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando recordó de golpe, dando un respingo, lo que había ido a hacer al ver que la ordesa esgrimía el bote de néctar con lo que parecía una clara intención de condimentar la comida con ella.
—Lara 37 —comenzó a hablarle, al fin—, debes saber que es probable que esa miel se encuentre en mal estado o sea rechazada por nuestro organismo. Existe la posibilidad, de todos modos, de que su composición sea incompatible con nuestra especie únicamente, pero no podemos afirmarlo debido a que tan solo la hemos ingerido dos personas, ambos irrenses. Debido a la falta de información no puedo afirmarlo con seguridad, pero nadie pareció reconocer dicho alimento anoche, por lo que me atrevo a aventurar que procede de la propia Rocavaracolia o tal vez un mundo diferente del cual no se hallan representantes entre nosotros. Debo disuadirte, en consecuencia, de que utilices dicha miel para preparar el almuerzo, con el propósito de tener la posibilidad de averiguar con precisión el orígen del malestar estomacal que padecimos anoche Cío y yo mismo.
Al finalizar su explicación particular, acompañándoa con el gesto de subirse las gafas con el dedo índice, Archime observó unos instantes a la ordesa, parpadeando varias veces tras los cristales antes de volver a desviar la vista hacia su ordenador, esperando una confirmación de la madre de que había entendido por qué no debería insistir con aquel alimento en concreto. Para el ingeniero estaba muy claro que no debía hacerlo y no veía motivo por el que la ordesa pudiera llevarle la contraria.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
19/08/13, 06:40 pm
Lara atendió a la explicación de Archi y su duración infinita y asintió, aunque con dudas. No entendía muy bien por qué la Suerte la había empujado a que echara miel entonces y le preocupaba que eso fuera alguna especie de castigo por no haber respetado la continuidad del juego de forma lineal. <<Nos hemos metido en un berenjenal si esa es la razón de todo esto>>. Pero la habían traído bajo la promesa de que podría sortear la mala suerte y esta le pareció una ocasión genial para probar sus capacidades.
-Está bien, quitaré la miel y...-miró de nuevo las cestas-adornaré los platos con esas bayitas de ahí-. Con la mirada perdida en las cestas todavía, decidió pedirle opinión sobre algo-. Oye, Archi. ¿Crees que una de estas cestas valdría para improvisarle una cuna a los bebés?-independienemente de la respuesta, Lara ya había tomado la decisión de probar suerte con ellas. Cuando acabó de adornar los platos, dio un par de toques a Archi en el hombro (en el no-metálico)-. Ve ayudándome a poner la mesa, que comemos en un periquete-dicho esto, metió la mano en un bolsillo y sacó su silbato. Lo sopló con fuerza y de seguido gritó a pleno pulmón:-¡LA COMIDA ESTÁ LISTA! ¡TODOS A LA COCINA!
Al volver a dirigir su atención a la encimera vio que Archi no había empezado y le pasó el primer plato. Lejos de echarle brío para acabar rápido, el irrense se le quedó de pie parado. Lara le dirigió una mirada de extrañeza y poco después, probablemente por causas ajenas a dicha mirada, Archi le preguntó qué se suponía que debía hacer. Lara se llevó una mano a la cabeza. <<Esto va a ser más difícil de lo que pensaba... >>. Cogió el plato que le había entregado y se armó de paciencia.
-Se coge el plato y se deja en la mesa, frente a una silla-hizo una demostración gráfica, exagerando cada movimiento-. Después se coge un cuchillo y un tenedor del cajón de los cubiertos y se pone uno a cada lado. Luego esa serie de pasos se repite hasta que el número de puestos en la mesa coincida con el número de personas que van a comer y fin del asunto. ¿Alguna duda, Archi?-acabó preguntando en un tono divertido. Los conocimientos en el arte de andar por casa que tenían los irrenses se le antojaban casi tan aterradores como graciosos.
-Está bien, quitaré la miel y...-miró de nuevo las cestas-adornaré los platos con esas bayitas de ahí-. Con la mirada perdida en las cestas todavía, decidió pedirle opinión sobre algo-. Oye, Archi. ¿Crees que una de estas cestas valdría para improvisarle una cuna a los bebés?-independienemente de la respuesta, Lara ya había tomado la decisión de probar suerte con ellas. Cuando acabó de adornar los platos, dio un par de toques a Archi en el hombro (en el no-metálico)-. Ve ayudándome a poner la mesa, que comemos en un periquete-dicho esto, metió la mano en un bolsillo y sacó su silbato. Lo sopló con fuerza y de seguido gritó a pleno pulmón:-¡LA COMIDA ESTÁ LISTA! ¡TODOS A LA COCINA!
Al volver a dirigir su atención a la encimera vio que Archi no había empezado y le pasó el primer plato. Lejos de echarle brío para acabar rápido, el irrense se le quedó de pie parado. Lara le dirigió una mirada de extrañeza y poco después, probablemente por causas ajenas a dicha mirada, Archi le preguntó qué se suponía que debía hacer. Lara se llevó una mano a la cabeza. <<Esto va a ser más difícil de lo que pensaba... >>. Cogió el plato que le había entregado y se armó de paciencia.
-Se coge el plato y se deja en la mesa, frente a una silla-hizo una demostración gráfica, exagerando cada movimiento-. Después se coge un cuchillo y un tenedor del cajón de los cubiertos y se pone uno a cada lado. Luego esa serie de pasos se repite hasta que el número de puestos en la mesa coincida con el número de personas que van a comer y fin del asunto. ¿Alguna duda, Archi?-acabó preguntando en un tono divertido. Los conocimientos en el arte de andar por casa que tenían los irrenses se le antojaban casi tan aterradores como graciosos.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
20/08/13, 12:26 am
Para los resultados que estaba obteniendo, Taro podría haberse puesto a intentar darle con piedras a los blancos que se había apañado con sábanas. A Nero se le ocurrió asomar la cabeza por la puerta justo cuando el carabés acababa de colar una flecha por la ventana, y esperó que la sonrisa burlona que esgrimía no fuese porque lo hubiera visto.
"¿Qué es un ardilla?", se preguntó algo desconfiado. Sin embargo él mismo había estado pensando en salir, así que no hizo preguntas, asintió y bajó con Nero al piso inferior. Aquél era el nuevo mundo al que el tipo de rojo le había traído, así que tendría que irse acostumbrando a vivir allí y eso incluía buscar lugares de prácticas por aquella ciudad maravillosamente en ruinas. Y para qué negarlo, lo de la comida también era un buen incentivo. Se preguntaba de dónde la habrían sacado los otros.
Se había descolgado una de las tiras de cuero del cuello del jersey para reengancharla a su espalda, y con suerte sería suficiente para prender de ella el carcaj y el propio arco cuando lo necesitara. Así lo hizo antes de bajar las escaleras, y a medio camino les llegó el grito de Lara de que la comida ya estaba lista. Se le hizo raro que anunciara algo así cuando la hora de la comida era, bueno, cuando uno tuviese hambre. Los comedores nunca cerraban.
No le dio mucho pensamiento: aún se guardaba algunas tabletas energéticas en el bolsillo, pero si podía echarse al coleto algo más sustancioso no se iba a quejar. Cuando vio su parte sobre el plato supuso inmediatamente que sólo comerían allí los que se quedaban, así que puso el contenido del suyo entre dos rebanadas de pan para comer por el camino y se quedó esperando al lado de la puerta.
-¿Qué, nos vamos?- acabó preguntando un poco mosqueado al ver cómo la gente se sentaba y comía con la misma parsimonia desesperante del día anterior. Le parecía normal que algunos prefirieran comer antes y salir después, pero cualquiera diría que planeaban alargar aquello hasta veinte minutos o media hora incluso. "Ni que tuvieran el culo pegado a la silla..."
"¿Qué es un ardilla?", se preguntó algo desconfiado. Sin embargo él mismo había estado pensando en salir, así que no hizo preguntas, asintió y bajó con Nero al piso inferior. Aquél era el nuevo mundo al que el tipo de rojo le había traído, así que tendría que irse acostumbrando a vivir allí y eso incluía buscar lugares de prácticas por aquella ciudad maravillosamente en ruinas. Y para qué negarlo, lo de la comida también era un buen incentivo. Se preguntaba de dónde la habrían sacado los otros.
Se había descolgado una de las tiras de cuero del cuello del jersey para reengancharla a su espalda, y con suerte sería suficiente para prender de ella el carcaj y el propio arco cuando lo necesitara. Así lo hizo antes de bajar las escaleras, y a medio camino les llegó el grito de Lara de que la comida ya estaba lista. Se le hizo raro que anunciara algo así cuando la hora de la comida era, bueno, cuando uno tuviese hambre. Los comedores nunca cerraban.
No le dio mucho pensamiento: aún se guardaba algunas tabletas energéticas en el bolsillo, pero si podía echarse al coleto algo más sustancioso no se iba a quejar. Cuando vio su parte sobre el plato supuso inmediatamente que sólo comerían allí los que se quedaban, así que puso el contenido del suyo entre dos rebanadas de pan para comer por el camino y se quedó esperando al lado de la puerta.
-¿Qué, nos vamos?- acabó preguntando un poco mosqueado al ver cómo la gente se sentaba y comía con la misma parsimonia desesperante del día anterior. Le parecía normal que algunos prefirieran comer antes y salir después, pero cualquiera diría que planeaban alargar aquello hasta veinte minutos o media hora incluso. "Ni que tuvieran el culo pegado a la silla..."
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
20/08/13, 03:50 pm
El aprendiz retrocedia cada vez más ante las palabras del clinger. No se le pasaba por la mente en ningun momento que el alienigena no era capaz de entenderle en absoluto. Simplemente decidio que no era capaz de entender el corazón de las cartas y por lo tanto no era un duelista. Suspiró con dramatismo.
-No hay honor alguno en este duelo.-dijo casi en una exhasperación teatral. Abandonando definitivamente la voz grave.
Sin embargo, el insectoide insistio en que el aprendiz no seria capaz de aplastarle con tremenda facilidad si ambos combatieran. Como si fuera lo más obvio del mundo, el ruso intentó explicarselo, tomando largas pausas, como si no hablasen el mismo idioma.
-Es... el orden... de la vida...-dijo haciendo circulos con los brazos.-Estoy... por encima... de ti... en la cadena alimenticia...-
>> Es más, puede que me haya comido a alguno de tus primos en alguna ocasión.
Lo cual le recordó al gordo cabrón de la película de Austin Powers en el Miembro de Oro. Una escena en la cual el susodicho gordo cabrón se puso a perseguir al clon en miniatura del malvado doctor maligno, con intencion de devorarle ya que habia puesto la misma razón que él, al mencionar la cadena alimenticia. La escena de verse a si mismo representado como el gordo cabron, persiguiendo al clinger vestido de mini yo, con los brazos extendidos le arrancó una sonrisa tonta mientras su mirada vagó a través del infinito.
Volvió a la realidad al escuchar la respuesta del clinger. Tras esto, buscó a Talco con la mirada pero no le encontró en ninguna parte.
¡Talco salvaje escapó!
>> Thanks for the info, bro.
-Es un ciiiiiiiclo sin fiiiiiiiiiiiiiiiiiin~-canturreó, por lo bajo.
Parpadeó varias veces entonces, decidiendo dar a Xerath como un caso perdido y entrar de nuevo al torreón. Logró ver al Eduward Elric con gafas poniendo la mesa metódicamente, después de haber sido objeto de las explicaciones de Lara Croft sobre el procedimiento. Una pequeña risilla se escapó entre sus dientes mientras veia al chico actuar. Su estómago rugia y una vez se puso la mesa, fue el primero en saltar por encima del sofá para sentarse en su correspondiente silla.
Sin embargo, aquella vez se sentó de otra manera. Sin poner los pies sobre el suelo, ni tocar con su espalda el respaldo de la silla, el aprendiz se acuclilló subido en la silla, hasta que su trasero dió con sus talones. Relamiendose, cogió tenedor y cuchillo y comenzó a hacerlos repiquetear en el borde de la mesa varias veces mientras esperaba la comida hecha por Lara Croft.
Cuando llegó, una mirada escéptica afloró en el rostro del ruso. Contempló la carne, que parecia bastante normal, pero olisqueó el plato y sin duda detectó algo nuevo, algo que nunca antes habia olido con la carne nunca. Puso una mueca y se apartó un poco de la mesa, mirando con vacilación a los demás comensales mientras sus tripas rugian.
-¿He oido que hay planeada una salida?-comentó mucho más animado de no tener que ser el primero en probar aquel plato.-¿A dónde vamos?-su sonrisa volvió a él.
-No hay honor alguno en este duelo.-dijo casi en una exhasperación teatral. Abandonando definitivamente la voz grave.
Sin embargo, el insectoide insistio en que el aprendiz no seria capaz de aplastarle con tremenda facilidad si ambos combatieran. Como si fuera lo más obvio del mundo, el ruso intentó explicarselo, tomando largas pausas, como si no hablasen el mismo idioma.
-Es... el orden... de la vida...-dijo haciendo circulos con los brazos.-Estoy... por encima... de ti... en la cadena alimenticia...-
>> Es más, puede que me haya comido a alguno de tus primos en alguna ocasión.
Lo cual le recordó al gordo cabrón de la película de Austin Powers en el Miembro de Oro. Una escena en la cual el susodicho gordo cabrón se puso a perseguir al clon en miniatura del malvado doctor maligno, con intencion de devorarle ya que habia puesto la misma razón que él, al mencionar la cadena alimenticia. La escena de verse a si mismo representado como el gordo cabron, persiguiendo al clinger vestido de mini yo, con los brazos extendidos le arrancó una sonrisa tonta mientras su mirada vagó a través del infinito.
Volvió a la realidad al escuchar la respuesta del clinger. Tras esto, buscó a Talco con la mirada pero no le encontró en ninguna parte.
¡Talco salvaje escapó!
>> Thanks for the info, bro.
-Es un ciiiiiiiclo sin fiiiiiiiiiiiiiiiiiin~-canturreó, por lo bajo.
Parpadeó varias veces entonces, decidiendo dar a Xerath como un caso perdido y entrar de nuevo al torreón. Logró ver al Eduward Elric con gafas poniendo la mesa metódicamente, después de haber sido objeto de las explicaciones de Lara Croft sobre el procedimiento. Una pequeña risilla se escapó entre sus dientes mientras veia al chico actuar. Su estómago rugia y una vez se puso la mesa, fue el primero en saltar por encima del sofá para sentarse en su correspondiente silla.
Sin embargo, aquella vez se sentó de otra manera. Sin poner los pies sobre el suelo, ni tocar con su espalda el respaldo de la silla, el aprendiz se acuclilló subido en la silla, hasta que su trasero dió con sus talones. Relamiendose, cogió tenedor y cuchillo y comenzó a hacerlos repiquetear en el borde de la mesa varias veces mientras esperaba la comida hecha por Lara Croft.
Cuando llegó, una mirada escéptica afloró en el rostro del ruso. Contempló la carne, que parecia bastante normal, pero olisqueó el plato y sin duda detectó algo nuevo, algo que nunca antes habia olido con la carne nunca. Puso una mueca y se apartó un poco de la mesa, mirando con vacilación a los demás comensales mientras sus tripas rugian.
-¿He oido que hay planeada una salida?-comentó mucho más animado de no tener que ser el primero en probar aquel plato.-¿A dónde vamos?-su sonrisa volvió a él.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
20/08/13, 05:53 pm
—No sabría decir qué hora era, pero sí, todavía había mucha luz cuando las recogimos —respondió al chico—. Y estoy de acuerdo. Quedarnos aquí no va a ayudarnos con las provisiones ni a conocer el terreno.
En todo el día anterior el territorio no había parecido para nada hostil. Tal vez era la oscuridad de la noche lo peligroso, porque la negrura de aquella ciudad era igual que la de un túnel sin iluminación, salvo por aquellos animalejos en llamas. De hecho, empezó a pensar que los rezagados podían haber confundido las sombras, o quizá a algún animal autóctono, con un monstruo.
Al final todos se desbandaron y Cío hizo lo propio, tirándose a un sofá y volviendo a hacer sonar la música. Se estiró para desperezarse pero lejos de espabilarse se quedó adormilado hasta que el silbato le hizo despertar dando un respingo. No escuchó las palabras que lo acompañaron, pero su olfato le llevó a la cocina, donde Archi se afanaba en poner la mesa. Ayudó en la tarea sin decir una palabra, decepcionado porque la comida no era pescado, y se sentó en el mismo sitio que la noche anterior. Al llegar el pelirrojo se acuclilló en su silla como si aquello fuera una letrina. Cío apoyó los codos en la mesa y la cabeza en las manos para mirarlo fijamente. En realidad no escuchaba lo que decía, porque había olvidado quitar la música, pero en su casa las comidas del día a día también solían estar amenizadas por los sonidos chirriantes y atronadores que salían de sus auriculares.
—Con vosotros es imposible aburrirse —murmuró sin quitarle los ojos de encima al humano.
La comida tenía un regusto extraño, y si la del día anterior tenía sal pero no azúcar, aquella era más bien dulzona. «Estaría bien que supieran encontrarle el punto». Pero a pesar de las quejas, no dejó nada en el plato. Cuando hubo terminado se columpió en la silla esperando a que los más lentos terminasen, ignorando los crujidos del mueble por culpa de no escucharlos.
En todo el día anterior el territorio no había parecido para nada hostil. Tal vez era la oscuridad de la noche lo peligroso, porque la negrura de aquella ciudad era igual que la de un túnel sin iluminación, salvo por aquellos animalejos en llamas. De hecho, empezó a pensar que los rezagados podían haber confundido las sombras, o quizá a algún animal autóctono, con un monstruo.
Al final todos se desbandaron y Cío hizo lo propio, tirándose a un sofá y volviendo a hacer sonar la música. Se estiró para desperezarse pero lejos de espabilarse se quedó adormilado hasta que el silbato le hizo despertar dando un respingo. No escuchó las palabras que lo acompañaron, pero su olfato le llevó a la cocina, donde Archi se afanaba en poner la mesa. Ayudó en la tarea sin decir una palabra, decepcionado porque la comida no era pescado, y se sentó en el mismo sitio que la noche anterior. Al llegar el pelirrojo se acuclilló en su silla como si aquello fuera una letrina. Cío apoyó los codos en la mesa y la cabeza en las manos para mirarlo fijamente. En realidad no escuchaba lo que decía, porque había olvidado quitar la música, pero en su casa las comidas del día a día también solían estar amenizadas por los sonidos chirriantes y atronadores que salían de sus auriculares.
—Con vosotros es imposible aburrirse —murmuró sin quitarle los ojos de encima al humano.
La comida tenía un regusto extraño, y si la del día anterior tenía sal pero no azúcar, aquella era más bien dulzona. «Estaría bien que supieran encontrarle el punto». Pero a pesar de las quejas, no dejó nada en el plato. Cuando hubo terminado se columpió en la silla esperando a que los más lentos terminasen, ignorando los crujidos del mueble por culpa de no escucharlos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
20/08/13, 10:13 pm
Archime asintió mientras se daba la vuelta para salir de la cocina cuando Lara 37 confirmó que había comprendido su argumentación, pero la ordesa le planteó una nueva cuestión. El biomecánico observó las cestas fijamente unos segundos y después a uno de los niños de Lara 37 que asomaban la cabeza por el marsupio de su madre.
—Con su pequeño tamaño no es probable que encuentren incómodo el reducido espacio en las cestas —anunció tras realizar unos cálculos—. Si lo que requieres es que el recipiente tenga la funcionalidad de balancearse, es muy probable que pueda realizarles una modificación con algunos restos de materiales —miró a la madre un par de segundos parpadeando y procedió a volver a salir de la sala. Su ofrecimiento no era precisamente desinteresado, el biomecánico vio en la pregunta de Lara 37 una oportunidad para mantener sus manos ocupadas con algún tipo de trabajo manual y no pensaba desperdiciarlo si se le presentaba la ocasión. Aunque se pasaba cas todo el día programando, empezaba a notar la falta de algo más manual con lo que mantenerse ocupado y había comenzado a ponerse ligeramente nervioso por momentos debido a ello.
Sin embargo, se vio obligado a girarse nuevamente ante la inesperada petición de la ordesa y dio un leve respingo al sentir los toques en el hombro. No estaba acostumbrado en absoluto a ningún tipo de contacto físico, y mucho menos tan inesperado como aquel. Que Cío le hubiese empujado por la espalda la tarde anterior había sido lógico, era necesario si querían ayudarlo a que se moviera, pero no terminaba de comprender el propósito de aquel gesto. Estaba casi seguro de que significaban que reclamaba su atención, pero estando a escasos centímetros de distancia habría bastado con enunciarlo en voz alta, tal y como había hecho a continuación.
Sin embargo, sus divagaciones se vieron interrumpidas ante un problema bastante mayor. El irrense cogió un plato, porque sabía que "poner la mesa" se refería a preparar la superficie estable alrededor de la cual iban a sentarse para comer con el propósito de colocar los utensilios necesarios para aquella simple pero necesaria rutina. Pero el biomecánico hacía demasiados años que comía completamente solo y tampoco se había parado a analizar la disposición de los utensilios en la mesa de la noche anterior. En su mente se imaginaba una pila de platos apilados para que cada uno cogiese lo que necesitase y los cubiertos dispuestos de forma similar, pero sabía que no era eso lo que quería la ordesa.
—Hum... Lara 37 —le habló tras unos segundos mientras se quitaba y se volvía a poner las gafas con cierto nerviosismo—. ¿Cuál es el procedimiento que debo seguir para llevar a cabo correctamente tu petición?
Atendió observando los exagerados gestos de la ordesa como demostración, grabándolos en la mente para después comenzar a realizar mecánicamente aquella tarea. Colocó los platos exactamente a la misma distancia unos de otros, y lo mismo hizo con los cubiertos respecto a los platos. Había un tenedor, sin embargo, que era ligeramente más ancho que el resto y lo cambió por otro que encontró en el lugar donde se almacenaban que presentaba exactamente el mismo tamaño que los demás.
Cuando se sentaron a comer, observó las acciones de Taro con interés, así como prestó atención al tema de conversación que versaba sobre una exploración que por lo visto habían comenzado a planear. El carabés parecía querer irse sin comer previamente y se le notaba inquieto, puede que incluso molesto. El ingeniero tan solo hablaba cuando era estrictamente necesario, pero debido a que su estómago hacía rato que reclamaba su atención, consideró que esa era una de aquellas ocasiones.
—Es lógico nutrirse adecuadamente antes de realizar esfuerzos para no desfallecer por una carencia de energía —le dijo a Taro tras dirigirle una breve mirada—. Desconozco si el organismo de tu especie funciona diferente a ese respecto o quizás el problema se encuentre en las dispares diferencias culturales entre nosotros.
Supuso que la explicación, aunque breve, bastaría para que el carabés se diera cuenta de lo que podría estar fallando. Si Taro no iba a comer lo lógico sería que mientras ellos mantenían sus bocas ocupadas con los alimentos, fuese él quien comenzase arrojando un poco de luz a ese respecto.
—Con su pequeño tamaño no es probable que encuentren incómodo el reducido espacio en las cestas —anunció tras realizar unos cálculos—. Si lo que requieres es que el recipiente tenga la funcionalidad de balancearse, es muy probable que pueda realizarles una modificación con algunos restos de materiales —miró a la madre un par de segundos parpadeando y procedió a volver a salir de la sala. Su ofrecimiento no era precisamente desinteresado, el biomecánico vio en la pregunta de Lara 37 una oportunidad para mantener sus manos ocupadas con algún tipo de trabajo manual y no pensaba desperdiciarlo si se le presentaba la ocasión. Aunque se pasaba cas todo el día programando, empezaba a notar la falta de algo más manual con lo que mantenerse ocupado y había comenzado a ponerse ligeramente nervioso por momentos debido a ello.
Sin embargo, se vio obligado a girarse nuevamente ante la inesperada petición de la ordesa y dio un leve respingo al sentir los toques en el hombro. No estaba acostumbrado en absoluto a ningún tipo de contacto físico, y mucho menos tan inesperado como aquel. Que Cío le hubiese empujado por la espalda la tarde anterior había sido lógico, era necesario si querían ayudarlo a que se moviera, pero no terminaba de comprender el propósito de aquel gesto. Estaba casi seguro de que significaban que reclamaba su atención, pero estando a escasos centímetros de distancia habría bastado con enunciarlo en voz alta, tal y como había hecho a continuación.
Sin embargo, sus divagaciones se vieron interrumpidas ante un problema bastante mayor. El irrense cogió un plato, porque sabía que "poner la mesa" se refería a preparar la superficie estable alrededor de la cual iban a sentarse para comer con el propósito de colocar los utensilios necesarios para aquella simple pero necesaria rutina. Pero el biomecánico hacía demasiados años que comía completamente solo y tampoco se había parado a analizar la disposición de los utensilios en la mesa de la noche anterior. En su mente se imaginaba una pila de platos apilados para que cada uno cogiese lo que necesitase y los cubiertos dispuestos de forma similar, pero sabía que no era eso lo que quería la ordesa.
—Hum... Lara 37 —le habló tras unos segundos mientras se quitaba y se volvía a poner las gafas con cierto nerviosismo—. ¿Cuál es el procedimiento que debo seguir para llevar a cabo correctamente tu petición?
Atendió observando los exagerados gestos de la ordesa como demostración, grabándolos en la mente para después comenzar a realizar mecánicamente aquella tarea. Colocó los platos exactamente a la misma distancia unos de otros, y lo mismo hizo con los cubiertos respecto a los platos. Había un tenedor, sin embargo, que era ligeramente más ancho que el resto y lo cambió por otro que encontró en el lugar donde se almacenaban que presentaba exactamente el mismo tamaño que los demás.
Cuando se sentaron a comer, observó las acciones de Taro con interés, así como prestó atención al tema de conversación que versaba sobre una exploración que por lo visto habían comenzado a planear. El carabés parecía querer irse sin comer previamente y se le notaba inquieto, puede que incluso molesto. El ingeniero tan solo hablaba cuando era estrictamente necesario, pero debido a que su estómago hacía rato que reclamaba su atención, consideró que esa era una de aquellas ocasiones.
—Es lógico nutrirse adecuadamente antes de realizar esfuerzos para no desfallecer por una carencia de energía —le dijo a Taro tras dirigirle una breve mirada—. Desconozco si el organismo de tu especie funciona diferente a ese respecto o quizás el problema se encuentre en las dispares diferencias culturales entre nosotros.
Supuso que la explicación, aunque breve, bastaría para que el carabés se diera cuenta de lo que podría estar fallando. Si Taro no iba a comer lo lógico sería que mientras ellos mantenían sus bocas ocupadas con los alimentos, fuese él quien comenzase arrojando un poco de luz a ese respecto.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
21/08/13, 02:15 am
Lara se sentó a la mesa junto con el resto de compañeros y dirigió una leve (y obvia) mirada de reproche a Taro por no acompañarles. El hecho de haber sido la chef en esta ocasión la obligó a ser la última en probar la comida. Estaba tan ciega por la emoción de ver las reacciones, que acabó interpretando que les estaba gustando a todos, incluso aunque hubiera gente que no probó bocado. Finalmente, y por respeto a sus compañeros, únicamente se pasó la lengua con un dedo para degustar la comida. La carne sabía rara, pero como la mayoría de ordeses, Lara interpretó esa rareza como algo positivo. Algo novedoso a lo que se podría acostumbrar. El caviar se le antojó aburrido al lado del filete y lo acabó apartando.
Mientras comió, los niños volvieron a berrear varias veces y, aunque Lara consiguió apaciguarlos rápido, la idea de la cuna y lo que le había comentado Archi al respecto volvieron a rondarle los pensamientos. Al final, se echó un eructo apresurado para que el resto de sus compañeros supieran que la comida le había parecido buena (no se paró a pensar en que pudiera ser un poco arrogante por su parte, después de que ella fue la cocinera) y se dedicó a trasladar los alimentos de la cesta que habían empleado estos días a las otras hasta que la vació y se la pudo llevar arriba.
En su habitación apenas dormía gente, por lo que no le pareció demasiado problemático coger un par de sábanas y almohadas para dejar la cesta lo más acomodada posible. Las patas de escarabajo que quedaron sin cama acabaron escondidas entre las ropas de la cesta. <<Esto os protegerá si no estoy cerca>>. Los sacó uno por uno y, tras depositarlos con un cuidado sumo en su cuna improvisada, repartió a los cinco sendos besos en la frente. Seguidamente, se quitó la falda para no estropeara y rebusco hasta que dio con lo único que necesitaría en la salida: un cinto. Tras ponérselo, agarró el asa de la cesta y bajó con ellos con la intención de dejarlos al cuidado de quienes se quedaran en el torreón (si le parecía que quedara alguien de confianza).
Una vez supo que Keiria se quedaba y evaluó al resto de los que permanecerían allí con una mirada que bien podría incomodarles, se los acabó dejando a la ulterana. Acto seguido, bajó corriendo a la armería y rebuscó en busca de algo manejable. La inmensa mayoría de armas eran demasiado grandes y pesadas para la madre, por lo que al final no le quedó otra que coger la daga que vio en mejores condiciones. La guardó en una funda de cuero vieja y se la enganchó al cinturón. Un gesto tan pequeño como ese fue suficiente para hacerle cosquillas a sus miedos e hizo sentir a Lara más poderosa de lo que se había sentido nunca en ninguna otra partida. <<Esta es la buena>> supo. Lo siguiente que hizo fue buscar entre los escudos y, en vistas de que no tenía ni idea de usar el arma, se enganchó uno en cada antebrazo; ponerse el segundo le costó bastante más que el primero, pero el esfuerzo le pareció merecer la pena. <<No sé cómo no se le ha ocurrido esto a nadie antes… La de vidas que se habrían salvado así>>. Por fin preparada para la excursión, salió hasta donde el resto se agrupaba para salir.
-¡Os acompaño!-agitó su naricilla en un tic nervioso, consciente de que se le olvidaba algo, y segundos después su cara se iluminó por completo-. No le he puesto nombre a la daga. Usar un arma sin nombre da una mala suerte horrible… Menos mal que me he acordado ahora-pensó en voz alta, más para sí misma que para nadie más. Tras barajar varias opciones, al final tuvo claro cómo llamarla-. ¡Será Despellejadora 1010!-explicó al resto antes de suspirar con su seguridad renovada. Había tenido una sensación extraña al pensar ese nombre y eso solo podía significar algo bueno. <<Seguro que ha sido cosa de la herencia adivinadora de mi madre>> quiso creer. Fuera como fuera, Lara estaba lista.
Mientras comió, los niños volvieron a berrear varias veces y, aunque Lara consiguió apaciguarlos rápido, la idea de la cuna y lo que le había comentado Archi al respecto volvieron a rondarle los pensamientos. Al final, se echó un eructo apresurado para que el resto de sus compañeros supieran que la comida le había parecido buena (no se paró a pensar en que pudiera ser un poco arrogante por su parte, después de que ella fue la cocinera) y se dedicó a trasladar los alimentos de la cesta que habían empleado estos días a las otras hasta que la vació y se la pudo llevar arriba.
En su habitación apenas dormía gente, por lo que no le pareció demasiado problemático coger un par de sábanas y almohadas para dejar la cesta lo más acomodada posible. Las patas de escarabajo que quedaron sin cama acabaron escondidas entre las ropas de la cesta. <<Esto os protegerá si no estoy cerca>>. Los sacó uno por uno y, tras depositarlos con un cuidado sumo en su cuna improvisada, repartió a los cinco sendos besos en la frente. Seguidamente, se quitó la falda para no estropeara y rebusco hasta que dio con lo único que necesitaría en la salida: un cinto. Tras ponérselo, agarró el asa de la cesta y bajó con ellos con la intención de dejarlos al cuidado de quienes se quedaran en el torreón (si le parecía que quedara alguien de confianza).
Una vez supo que Keiria se quedaba y evaluó al resto de los que permanecerían allí con una mirada que bien podría incomodarles, se los acabó dejando a la ulterana. Acto seguido, bajó corriendo a la armería y rebuscó en busca de algo manejable. La inmensa mayoría de armas eran demasiado grandes y pesadas para la madre, por lo que al final no le quedó otra que coger la daga que vio en mejores condiciones. La guardó en una funda de cuero vieja y se la enganchó al cinturón. Un gesto tan pequeño como ese fue suficiente para hacerle cosquillas a sus miedos e hizo sentir a Lara más poderosa de lo que se había sentido nunca en ninguna otra partida. <<Esta es la buena>> supo. Lo siguiente que hizo fue buscar entre los escudos y, en vistas de que no tenía ni idea de usar el arma, se enganchó uno en cada antebrazo; ponerse el segundo le costó bastante más que el primero, pero el esfuerzo le pareció merecer la pena. <<No sé cómo no se le ha ocurrido esto a nadie antes… La de vidas que se habrían salvado así>>. Por fin preparada para la excursión, salió hasta donde el resto se agrupaba para salir.
-¡Os acompaño!-agitó su naricilla en un tic nervioso, consciente de que se le olvidaba algo, y segundos después su cara se iluminó por completo-. No le he puesto nombre a la daga. Usar un arma sin nombre da una mala suerte horrible… Menos mal que me he acordado ahora-pensó en voz alta, más para sí misma que para nadie más. Tras barajar varias opciones, al final tuvo claro cómo llamarla-. ¡Será Despellejadora 1010!-explicó al resto antes de suspirar con su seguridad renovada. Había tenido una sensación extraña al pensar ese nombre y eso solo podía significar algo bueno. <<Seguro que ha sido cosa de la herencia adivinadora de mi madre>> quiso creer. Fuera como fuera, Lara estaba lista.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
21/08/13, 04:25 am
"Qué lerdos son para comer", se desesperaba Taro. Apoyado contra la pared, había acabado poniéndose música y empezado a removerse en el sitio, inquieto. El puente mecánico estaba subido y no podía salir, un inconveniente que aquellos que funcionaban por levitación en Carabás no tenían, y el chico empezaba a darse cuenta de forma desasosegante, comparando el nivel de avance mágico de Rocavarancolia con Vora, de qué pinta tenía que ofrecer su expediente médico al lado del de un tipo A frente a cualquier evaluador.
-A por más comida- para una vez que Shaco había dicho algo que él podía comprender en su totalidad valía la pena salir de su mutismo para responder-. No sé dónde, pero supongo que vosotros sí.
Lara le miró mal cuando no le vio a la mesa, pero Taro no supo por qué y se rebulló incómodo bajo su escrutinio. En circunstancias normales habría empezado a comer de inmediato, pero antes le echó un vistazo disimuladamente al contenido del bocadillo. Lara había cocinado a mano como solía hacer él cuando le sobraban créditos y podía permitirse comer algo aparte de lo del comedor, pero el resultado no se parecía a la comida de sobre a la que estaba acostumbrado y Taro no estaba muy seguro de si eso era bueno o malo. Sopesándolo estaba cuando Archi le dirigió la palabra, y mientras bajaba el volumen de la música se perdió la mitad de lo que dijo.
Miró al irrense unos segundos. "¿Se está riendo de mí?" No sería la primera vez que alguien de una clase para adelantados trataba de dárselas de listillo usando palabras largas delante de los demás. Pero Archi lo decía todo con idéntica cara de póker, así que no lo parecía.
-No sé, solo tardáis mucho- masculló tironeando de una de las cintas de cuero-. Y lo agotáis todo ahora, sin guardaros nada para el camino luego. No sé, uno puede comer mientras hace sus cosas igualmente, y se ahorra tiempo y hambre luego- sin tener la sensación de que realmente le hubieran comprendido se subió el cuello del jersey para que le tapase la barbilla y se calló de forma un poco huraña.
Finalmente el sabihondo involuntario terminó de comer y acabó bajando el puente. No demasiado acostumbrado a darles cuentas a nadie de sus idas y venidas, a Taro no se le ocurrió decir algo sobre las líneas de "me voy adelantando", y fue el primero en cruzar el puente. Planeaba ir probando las ruinas más cercanas mientras los más tardones espabilaban.
-A por más comida- para una vez que Shaco había dicho algo que él podía comprender en su totalidad valía la pena salir de su mutismo para responder-. No sé dónde, pero supongo que vosotros sí.
Lara le miró mal cuando no le vio a la mesa, pero Taro no supo por qué y se rebulló incómodo bajo su escrutinio. En circunstancias normales habría empezado a comer de inmediato, pero antes le echó un vistazo disimuladamente al contenido del bocadillo. Lara había cocinado a mano como solía hacer él cuando le sobraban créditos y podía permitirse comer algo aparte de lo del comedor, pero el resultado no se parecía a la comida de sobre a la que estaba acostumbrado y Taro no estaba muy seguro de si eso era bueno o malo. Sopesándolo estaba cuando Archi le dirigió la palabra, y mientras bajaba el volumen de la música se perdió la mitad de lo que dijo.
Miró al irrense unos segundos. "¿Se está riendo de mí?" No sería la primera vez que alguien de una clase para adelantados trataba de dárselas de listillo usando palabras largas delante de los demás. Pero Archi lo decía todo con idéntica cara de póker, así que no lo parecía.
-No sé, solo tardáis mucho- masculló tironeando de una de las cintas de cuero-. Y lo agotáis todo ahora, sin guardaros nada para el camino luego. No sé, uno puede comer mientras hace sus cosas igualmente, y se ahorra tiempo y hambre luego- sin tener la sensación de que realmente le hubieran comprendido se subió el cuello del jersey para que le tapase la barbilla y se calló de forma un poco huraña.
Finalmente el sabihondo involuntario terminó de comer y acabó bajando el puente. No demasiado acostumbrado a darles cuentas a nadie de sus idas y venidas, a Taro no se le ocurrió decir algo sobre las líneas de "me voy adelantando", y fue el primero en cruzar el puente. Planeaba ir probando las ruinas más cercanas mientras los más tardones espabilaban.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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