Torreón Maciel (Archivo V)
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Zarket
Rocavarancolia Rol
Alicia
Naeryan
Baurus
Poblo
LEC
Yber
Giniroryu
Red
Tak
Leonart
19 participantes
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Torreón Maciel (Archivo V)
06/08/13, 02:56 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/03/14, 01:07 am
-Odio este lugar.- reconoció con voz rasposa, al cabo de unos instantes. Desvió la mirada- y odio haber venido. Y odio...
Tenía los ojos en las lineas de las palmas de la mano, con una seriedad mas grave y profunda que la habitual.
- Queria creer que lo encontraríamos- el pecho le pesaba tanto que el aire de su garganta se resistía a salir. Tenia un nudo desagradable y amargo. - ... Estoy algo asustada. Por lo que nos espera.
Tenía los ojos en las lineas de las palmas de la mano, con una seriedad mas grave y profunda que la habitual.
- Queria creer que lo encontraríamos- el pecho le pesaba tanto que el aire de su garganta se resistía a salir. Tenia un nudo desagradable y amargo. - ... Estoy algo asustada. Por lo que nos espera.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/03/14, 01:26 am
Dos lagrimones volvieron a caer por su rostro. Sabia que ella tambien se sentia así, pero por fin lo oia de sus propias palabras. Se acercó con más paso decidido hacia la cama y alzó un puño con vigor, mientras todavia lloraba, mantuvo una cara de solemnidad tremenda, la misma que habia esbozado cuando le hizo la promesa, si descontamos que entonces no lloraba.
-¡P-Pues! ¡Sea lo que sea que venga! ¡Lo afrontaremos! ¡Lo superaremos! ¡Monstruos, bestias, trampas mágicas, abuelas con uzis en los bolsos! ¡Lo que sea! ¡Les daremos tal patada en el trasero que para preservar sus especies, tendrá que venir un viejo con una barca rescatando a dos de cada especie y, aun así, les volveremos a patear su triste trasero para que la próxima vez que veamos más de ellos será en un zoo!... O una granja...-cabiló, volviendo al punto con más determinación.- ¡Ahora tenemos magia y sabemos trabajar mejor juntos! ¡Y estás aprendiendo a moverte mejor por la ciudad, y yo sin duda estoy aprendiendo mucho enseñando y practicando con los demás! -admitió con una sonrisa brillante. En cualquier otro caso, podria parecer que no estaba hablando en serio, pero sus gestos y lágrimas eran tan reales como lo eran sus palabras.
El chico no vaciló esta vez. Alargó sus manos para estrechar una sola de la chica, aprentandola con fuerza. Él iba a sacar fuerzas de la empatia, de ver que no estaba solo, de ver que estaba rodeado de otras personas que le importaban y estaban en su misma situación.
-Asi que... Por eso... Te voy a ayudar... Tener miedo es normal. Lo importante es saber combatirlo. Me tienes a mi, o a Archi, o a Cio o a Lara, ¡A cualquiera de este torreon, para apoyarte en lo que sea! Pero a cambio, tienes que ayudarme tú tambien a mi. Porque yo tambien tengo miedo y no se que va a pasar, pero tengo muy claro que no pienso dejar que a alguien más le pase lo que le pasó a Taro. Lo prometo.-dijo, estrechando su mano con fuerza, con la esperanza de pasarle parte de su optimismo.
-¡P-Pues! ¡Sea lo que sea que venga! ¡Lo afrontaremos! ¡Lo superaremos! ¡Monstruos, bestias, trampas mágicas, abuelas con uzis en los bolsos! ¡Lo que sea! ¡Les daremos tal patada en el trasero que para preservar sus especies, tendrá que venir un viejo con una barca rescatando a dos de cada especie y, aun así, les volveremos a patear su triste trasero para que la próxima vez que veamos más de ellos será en un zoo!... O una granja...-cabiló, volviendo al punto con más determinación.- ¡Ahora tenemos magia y sabemos trabajar mejor juntos! ¡Y estás aprendiendo a moverte mejor por la ciudad, y yo sin duda estoy aprendiendo mucho enseñando y practicando con los demás! -admitió con una sonrisa brillante. En cualquier otro caso, podria parecer que no estaba hablando en serio, pero sus gestos y lágrimas eran tan reales como lo eran sus palabras.
El chico no vaciló esta vez. Alargó sus manos para estrechar una sola de la chica, aprentandola con fuerza. Él iba a sacar fuerzas de la empatia, de ver que no estaba solo, de ver que estaba rodeado de otras personas que le importaban y estaban en su misma situación.
-Asi que... Por eso... Te voy a ayudar... Tener miedo es normal. Lo importante es saber combatirlo. Me tienes a mi, o a Archi, o a Cio o a Lara, ¡A cualquiera de este torreon, para apoyarte en lo que sea! Pero a cambio, tienes que ayudarme tú tambien a mi. Porque yo tambien tengo miedo y no se que va a pasar, pero tengo muy claro que no pienso dejar que a alguien más le pase lo que le pasó a Taro. Lo prometo.-dijo, estrechando su mano con fuerza, con la esperanza de pasarle parte de su optimismo.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/03/14, 01:44 am
- Shaco por favor...- dijo Ri en lo que fue un intento inutil de detener la charla motivacional de su compañero, No sabía si sonreir o esconderse en un agujero, y acabó sonriendo con cara de querer irse.
Con su mano siendo atrapa entre las suyas, suspiró mentalmente. La libre la llevó al hombro de Shaco.
- No soy algo que se rompa facilmente. Y yo no voy a dejar que se pierdan mis dos profesores- bromeó a pesar de la seriedad en su tono.- prometo darte una paliza si te mueres. Es una amenaza seria. - Le devolvió el apretón de manos.
Con su mano siendo atrapa entre las suyas, suspiró mentalmente. La libre la llevó al hombro de Shaco.
- No soy algo que se rompa facilmente. Y yo no voy a dejar que se pierdan mis dos profesores- bromeó a pesar de la seriedad en su tono.- prometo darte una paliza si te mueres. Es una amenaza seria. - Le devolvió el apretón de manos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/03/14, 02:31 am
El aprendiz asintió, ante las palabras de la chica, hinchando un poco sus carrillos, hasta que notó que, al menos, parte del optimismo habia pasado a ella. Se limpió las lágrimas algo bruscamente y sorbió por la nariz. De un saltito, se puso firme.
-¡Asi me gusta! ¡Con espíritu!-admitió con una sonrisa brillante. Posando sus manos entonces sobre sus caderas.
Entonces se quedó sin decir. Su espíritu ardia pero poco más tenia que decir asi que, se despidió hasta mañana y salio por la puerta, tremendamente colorado y respirando agitadamente.
Pasó los últimos minutos antes de irse a dormir fuera, en el patio, dejando que el aire fresco le despejase la mente.
-¡Asi me gusta! ¡Con espíritu!-admitió con una sonrisa brillante. Posando sus manos entonces sobre sus caderas.
Entonces se quedó sin decir. Su espíritu ardia pero poco más tenia que decir asi que, se despidió hasta mañana y salio por la puerta, tremendamente colorado y respirando agitadamente.
Pasó los últimos minutos antes de irse a dormir fuera, en el patio, dejando que el aire fresco le despejase la mente.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/03/14, 11:36 am
Poco después de que Shaco hubiera abandonado esa habitación subió Nero, sin la menor señal que diera a entender que les había escuchado. Se fueron a dormir más o menos a la vez, después de una breve conversación que se detuvo en el momento en que alguien atravesó la puerta del dormitorio. Como tantas otras veces, y tras una utima mirada, Nero saludó alegremente al recien llegado y Anriel se metió en la cama sin hacer más comentarios, pensando en las voces de los muertos y en la gente que quedaba viva.
Días más tarde, Lara se le había acercado para hablar y disculparse por su reacción de hacía tiempo. La pillo por sorpresa, pero respondió de manera agradable y educada y le restó importancia, asegurandole a la ordesa que no tenía de qué preocuparse. Aun así, agradeció que no se mencionase el temá del té porque se había quedado tras esa puerta más de lo que le correspondía. El tiempo siguió su curso y con él, la rutina, sin noticias nuevas pero también sin sobresaltos.
Nero le prestó a Cio su libro, bajo la promesa de comentarlo cuando se lo terminase. También le dio el de historia a Archi un día, diciendole que se había fijado en que le interesaba. "Estoy seguro de que si tiene algo util sabrás encontrarselo".
Su aurva cedió una tarde por primera vez y se unió al juego del aro que tenían en el patio. Recibió por ello una sonrisa burlona, pero Nero la pidió en su equipo y los sinhadres jugaron con la complicidad de los que llevan años viviendo juntos.
Ri jugó alguna vez más, pero prefería salir con Shaco a practicar o seguir sus rutinas de Qin por las noches a solas.
Nero estaba en el salón, cómodamente sentado y comiendo cuando bajó Ri. No sabía en que momento se habían invertido las tornas y dormía ella mas que él. Anriel bajó limpia y aseada, con una trenza hecha y ropa del torreón: bombachos azul oscuros, más grandes de lo que le correspondía, atados con la tela de la venda en la cintura para que no se le cayesen, y un top suelto gris.
Días más tarde, Lara se le había acercado para hablar y disculparse por su reacción de hacía tiempo. La pillo por sorpresa, pero respondió de manera agradable y educada y le restó importancia, asegurandole a la ordesa que no tenía de qué preocuparse. Aun así, agradeció que no se mencionase el temá del té porque se había quedado tras esa puerta más de lo que le correspondía. El tiempo siguió su curso y con él, la rutina, sin noticias nuevas pero también sin sobresaltos.
Nero le prestó a Cio su libro, bajo la promesa de comentarlo cuando se lo terminase. También le dio el de historia a Archi un día, diciendole que se había fijado en que le interesaba. "Estoy seguro de que si tiene algo util sabrás encontrarselo".
Su aurva cedió una tarde por primera vez y se unió al juego del aro que tenían en el patio. Recibió por ello una sonrisa burlona, pero Nero la pidió en su equipo y los sinhadres jugaron con la complicidad de los que llevan años viviendo juntos.
Ri jugó alguna vez más, pero prefería salir con Shaco a practicar o seguir sus rutinas de Qin por las noches a solas.
Nero estaba en el salón, cómodamente sentado y comiendo cuando bajó Ri. No sabía en que momento se habían invertido las tornas y dormía ella mas que él. Anriel bajó limpia y aseada, con una trenza hecha y ropa del torreón: bombachos azul oscuros, más grandes de lo que le correspondía, atados con la tela de la venda en la cintura para que no se le cayesen, y un top suelto gris.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/03/14, 04:18 pm
Archime dedicó los días siguientes a poner en marcha la medida extra de seguridad que había comenzado a diseñar. Una mañana pudieron encontrarse al irrense, que se había despertado en el sofá por cuenta propia, colocando unos tablones de madera donde había moldeado unos circuitos rúnicos a cada lado de la puerta de entrada. Dichos circuitos contenían una runa portadora de un hechizo de parálisis cuyo detonador era la activación del propio cordel de alarma al cual lo había enlazado con una runa de vínculo, y una runa direccionante vinculada de la misma manera que hacía que el hechizo se disparase hacia delante, en sentido horizontal.
Tras ello continuó practicando con los hechizos que ya conocía y estudiando más a fondo el libro de runas. Ese, no obstante, no fue el único manuscrito que consultó físicamente en esos días ya que Nero le había prestado el libro histórico, el cual había agradecido al sinhadre con un asentimiento de cabeza y también el tratado sobre la Luna Roja que Keiria y él habían sacado de la biblioteca. Ambos libros explicaban acontecimientos de forma confusa en distintos sentidos, no obstante lo que sí le quedó claro al biomecánico era la importancia del astro rojo en aquella ciudad, el cual al parecer confería poderes extraordinarios a los habitantes de la misma. No obstante, esto último no podía estar seguro de si se trataba o no de una metáfora, pues el libro de Keiria se encontraba plagado de ellas.
Unos días después instaló en la nevera, colgándolo del mueble empleado para tal fin por la parte exterior, un medidor de temperatura que empleaba el hechizo de medición de magnitudes sencillas. Había hecho un receptáculo de madera hueco en el que se encontraba una piedra pulida procedente del río sobre la que estaba anclada el hechizo. Mientras la nevera estuviese a su temperatura ideal, la piedra mostraría un tono azul sobre su superficie y cambiaría a rojo en cuanto esta aumentase, indicando que era el momento de renovar el hechizo térmico. Se aseguró de colocarlo en una posición que le permitiese visualizarlo cómodamente desde su sillón habitual.
Y en ese mismo sillón fue donde amaneció todas las mañanas debido a que su proyecto estaba llegando a su fin. El biomecánico tecleaba incluso a mayor velocidad los últimos días de aquellas dos semanas, ansioso por finalizar el trabajo que había iniciado hacía más de dos meses.
La última noche lo acabó. Y esa misma noche no se quedó dormido hasta que no lo hubo configurado correctamente. A partir de ese momento el biomecánico contaba con un programa en su ordenador que le permitía escribir en rocavarancolés, teclado reemplazado por los símbolos de dicho idioma incluido. Había comenzado a introducir los primeros datos acerca de los mundos de los que provenían sus compañeros tal y como había intentado hacer justo antes de que la fuente le hiciese olvidar su idioma, pero finalmente el cansancio pudo con él
Tras ello continuó practicando con los hechizos que ya conocía y estudiando más a fondo el libro de runas. Ese, no obstante, no fue el único manuscrito que consultó físicamente en esos días ya que Nero le había prestado el libro histórico, el cual había agradecido al sinhadre con un asentimiento de cabeza y también el tratado sobre la Luna Roja que Keiria y él habían sacado de la biblioteca. Ambos libros explicaban acontecimientos de forma confusa en distintos sentidos, no obstante lo que sí le quedó claro al biomecánico era la importancia del astro rojo en aquella ciudad, el cual al parecer confería poderes extraordinarios a los habitantes de la misma. No obstante, esto último no podía estar seguro de si se trataba o no de una metáfora, pues el libro de Keiria se encontraba plagado de ellas.
Unos días después instaló en la nevera, colgándolo del mueble empleado para tal fin por la parte exterior, un medidor de temperatura que empleaba el hechizo de medición de magnitudes sencillas. Había hecho un receptáculo de madera hueco en el que se encontraba una piedra pulida procedente del río sobre la que estaba anclada el hechizo. Mientras la nevera estuviese a su temperatura ideal, la piedra mostraría un tono azul sobre su superficie y cambiaría a rojo en cuanto esta aumentase, indicando que era el momento de renovar el hechizo térmico. Se aseguró de colocarlo en una posición que le permitiese visualizarlo cómodamente desde su sillón habitual.
Y en ese mismo sillón fue donde amaneció todas las mañanas debido a que su proyecto estaba llegando a su fin. El biomecánico tecleaba incluso a mayor velocidad los últimos días de aquellas dos semanas, ansioso por finalizar el trabajo que había iniciado hacía más de dos meses.
La última noche lo acabó. Y esa misma noche no se quedó dormido hasta que no lo hubo configurado correctamente. A partir de ese momento el biomecánico contaba con un programa en su ordenador que le permitía escribir en rocavarancolés, teclado reemplazado por los símbolos de dicho idioma incluido. Había comenzado a introducir los primeros datos acerca de los mundos de los que provenían sus compañeros tal y como había intentado hacer justo antes de que la fuente le hiciese olvidar su idioma, pero finalmente el cansancio pudo con él
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/03/14, 06:11 pm
Aproximadamente dos semanas habian pasado desde que volvieron de aquel día. Dos semanas en las que el aprendiz habia llegado a términos con la muerte de Taro. En ocasiones, se ponia a llorar, cuando nadie le veia o escuchaba, pero luchaba contra ello y, poco a poco lo iba superando. Se lo marcaba como metas, el no volver a llorar, pero no por ello olvidarle.
Para el término de la semana, llevaba tres dias seguidos sin llorar, y se sentia bastante orgulloso de si mismo. Durante sus periodos de meditacion, se dedicaba a reflexionar sobre el sentido de muchas cosas, entre los cuales, estaba la pregunta añeja sobre el "sentido de la vida". Los sueños, igual de inconexos y confusos, no le daban ninguna pista de lo que les deparaba. Un día tuvo un sueño especialmente bizarro, por cortesia de Aluqa, que unos caballeros armados con armas y armadura de gelatina, así como caballos hechos de flan, le perseguian por un bosque europeo y, cuando le dieron alcance, le forzaron a comer toda su gelatina y flanes hasta que el chico se habia hinchado como un globo.
Pero, aparte de eso, los sueños fueron muy inconexos, algunas veces agradables, otras no tanto.
Por otra parte, los entrenamientos no podian ir mejor. Todos los que estaban bajo su tutela avanzaban satisfactoriamente y, en el momento en el que empezasen a flaquear, el chico procuraba animarles como bien podia, dando palmas, bailando o directamente cantando la canción. Fuera como fuese, la moral era alta y, poco a poco, lograron recuperarse del golpe que suponia la muerte de Taro.
Gracias a los entrenamientos, habia logrado profundizar bastante su relación amistosa con Ri, Keiria y Cio. Por otra parte, se ofreció en numerosas ocasiones a ayudar a Lara con lo que pudiese, ya bien fuera con los niños o con practica magica. A veces se unia a Archi cuando le veia lidiar con magia, en parte para aprender y consultarle sus dudas, y por otra parte, porque no queria tener otro "encontronazo" con alguna barrera mágica de la que no supiese. Por otra parte, el pequeño Ippon se mostró igual de cerrado que de costumbre y apenas se daba cuenta de su pequeña presencia cuando estaban en el mismo cuarto.
Por otra parte, con Nero, Baurus y Xalk, hubo pocos o ningun avance si es que acaso cruzaban palabras. Aunque tampoco habia muchas intenciones de cambiar eso por parte del aprendiz, con cada caso por su motivo.
Aparte, un dia a mitad de la primera semana, el aprendiz se desvaneció del torreón por completo, para no volver hasta el amanecer del día siguiente. Si su falta fue notada por los demás y estos le preguntaban, el chico responderia que no recordaba haber desaparecido del torreon nunca y, si ahondaban en más preguntas, que para él, el día anterior nunca habia ocurrido y que, en efecto, no habia notado el paso del día.
Y aquella mañana se levantó, como de costumbre. Le dió los buenos dias a todos con un susurro y salió del cuarto para ver el amanecer. Se sentia raro de no exclamarle los buenos dias a todos, pero se habia ido acostumbrando, primero por respeto de los sinhadres y los bebes de Lara, segundo porque nadie parecia agradecerlo honestamente.
Bajó a la cocina y se preparó un desayuno a base de melocotones y, tras bajarlo todo, salió al patio a entrenar, como de costumbre.
Para el término de la semana, llevaba tres dias seguidos sin llorar, y se sentia bastante orgulloso de si mismo. Durante sus periodos de meditacion, se dedicaba a reflexionar sobre el sentido de muchas cosas, entre los cuales, estaba la pregunta añeja sobre el "sentido de la vida". Los sueños, igual de inconexos y confusos, no le daban ninguna pista de lo que les deparaba. Un día tuvo un sueño especialmente bizarro, por cortesia de Aluqa, que unos caballeros armados con armas y armadura de gelatina, así como caballos hechos de flan, le perseguian por un bosque europeo y, cuando le dieron alcance, le forzaron a comer toda su gelatina y flanes hasta que el chico se habia hinchado como un globo.
Pero, aparte de eso, los sueños fueron muy inconexos, algunas veces agradables, otras no tanto.
Por otra parte, los entrenamientos no podian ir mejor. Todos los que estaban bajo su tutela avanzaban satisfactoriamente y, en el momento en el que empezasen a flaquear, el chico procuraba animarles como bien podia, dando palmas, bailando o directamente cantando la canción. Fuera como fuese, la moral era alta y, poco a poco, lograron recuperarse del golpe que suponia la muerte de Taro.
Gracias a los entrenamientos, habia logrado profundizar bastante su relación amistosa con Ri, Keiria y Cio. Por otra parte, se ofreció en numerosas ocasiones a ayudar a Lara con lo que pudiese, ya bien fuera con los niños o con practica magica. A veces se unia a Archi cuando le veia lidiar con magia, en parte para aprender y consultarle sus dudas, y por otra parte, porque no queria tener otro "encontronazo" con alguna barrera mágica de la que no supiese. Por otra parte, el pequeño Ippon se mostró igual de cerrado que de costumbre y apenas se daba cuenta de su pequeña presencia cuando estaban en el mismo cuarto.
Por otra parte, con Nero, Baurus y Xalk, hubo pocos o ningun avance si es que acaso cruzaban palabras. Aunque tampoco habia muchas intenciones de cambiar eso por parte del aprendiz, con cada caso por su motivo.
Aparte, un dia a mitad de la primera semana, el aprendiz se desvaneció del torreón por completo, para no volver hasta el amanecer del día siguiente. Si su falta fue notada por los demás y estos le preguntaban, el chico responderia que no recordaba haber desaparecido del torreon nunca y, si ahondaban en más preguntas, que para él, el día anterior nunca habia ocurrido y que, en efecto, no habia notado el paso del día.
Y aquella mañana se levantó, como de costumbre. Le dió los buenos dias a todos con un susurro y salió del cuarto para ver el amanecer. Se sentia raro de no exclamarle los buenos dias a todos, pero se habia ido acostumbrando, primero por respeto de los sinhadres y los bebes de Lara, segundo porque nadie parecia agradecerlo honestamente.
Bajó a la cocina y se preparó un desayuno a base de melocotones y, tras bajarlo todo, salió al patio a entrenar, como de costumbre.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/03/14, 08:47 pm
Respondió al abrazo dándole un par de palmaditas en la espalda a Lara y después se sentó en el suelo para alivio de sus rodillas.
—Violar hocicos, dice. He trabajado con estiércol de irrqin, créeme, esto no es nada.
En ese momento se empezó a oir la voz de Shaco en la habitación contigua, y pudieron escuchar varias palabras sueltas según el chico iba subiendo de volumen. Miró a la ordesa con complicidad.
—Vaya día.
Si bien ya tenía decidido quedarse un poco más, al escuchar voces en la otra habitación decidió hacer tiempo hasta que se marchasen para evitar interrumpir. Todavía no tenía claro si era cierto que Lara se sentía mejor, pero no era muy bueno averiguando ese tipo de cosas. Intentó darle un poco de charla a la ordesa, de hecho llegó a asegurarle que conseguiría un padrino para cada niño entre los compañeros del torreón. ¿Por qué? Ni él sabría decir el motivo, solo intentaba ser de ayuda.
Cómo habían cambiado las cosas.
¿Cuánto llevaba allí? ¿Seis semanas? Dicho así parecía poco tiempo. Vivir en aquel lugar tenía un efecto en él parecido a estar en Resqiria. Se relajaba, podía vivir, incluso si esa palabra parecía solo una ironía en aquella cloaca al aire libre que era Rocavarancolia. Lo que marcaba la diferencia era la libertad, que cuando trabajaba no lo hacía para el sistema, lo hacía para sí mismo; no había órdenes, sino que él mismo decidía qué hacer y cómo. Y las cosas funcionaban. Por supuesto, había pagado un precio alto por ello.
A partir de entonces las salidas empezaron a limitarse. No hacía falta exponerse a salir con tanta frecuencia, y las actividades cotidianas del torreón se fueron restaurando poco a poco, así como fue aumentando la duración de los entrenamientos. Trató de minimizar el desgaste de sus brazos comentándoselo a sus compañeros, pero no era fácil evitarlo. La casualidad quiso que volviesen a recuperar el juego del aro que les había enseñado Shaco, al que volvían a jugar con frecuencia. A Cío ahora le parecía más divertido que antes, especialmente porque se cansaba menos y no lo hacía de mala gana, como única salida al aburrimiento. No se había dado cuenta de que cada vez dependía menos de poner música o dormitar para rellenar el tiempo libre, y por si fuera poco Nero tuvo a bien prestarle el “maravilloso” libro que había cogido en la biblioteca.
Sí hubo un pequeño incidente que rompió la rutina, cuando Shaco volvió a desaparecer durante un día entero. No era difícil imaginar qué había pasado, sobre todo con las preguntas posteriores a su regreso, pero eso no quitaba el mal trago. Era como tener al cargo un viejo senil que se escapaba de casa, y aquella ciudad no era el mejor lugar para perderse. Cío llegó incluso a preguntarle a Archi si había alguna manera de hacerle darse con la puerta en las narices cuando se convertía en gilipollas integral, pero era evidente que era imposible y no podía pasar de ser una broma. Le hubiera gustado volver a tener delante a su personalidad alternativa o lo que fuese aquello para soltarle un puñetazo, aunque el Shaco habitual no tuviese la culpa.
Pero, en general, la rutina no había cambiado tanto. Terminaron pasando dos semanas más sin que se diese cuenta, y aquella mañana, sin más que hacer después de desayunar, había encontrado fuerzas para seguir ahondando en aquel nido de enfermedades que se hacía llamar libro.
«Las lágrimas quemaban los ojos perlados de Amor Julieta al mirar el examen de matemáticas que tenía ante sí. Dos números condenatorios, un uno y un cero, le devolvían la mirada en un implacable color rojo, y mientras tanto sus compañeros la traspasaban con miradas de envidia, admiración y todas las expresiones que incluía el espectro del babeo.
¡Era injusto!, quería gritar. ¡Ella no quería ser así! ¡Se había esforzado todo lo que había podido por contestar mal a todas las preguntas, y aún así había sacado un diez! Su heroica rebeldía, una vez más, había pasado desapercibida por obra de una fuerza cruel y despiadada que guiaba su destino.
No sería como los demás. Nunca.
En la bulliciosa soledad de aquel aula Amor Julieta se sintió una vez más bendecida y maldita.»
«No puedo más. Esto es demasiado para mí». No sabía si pasarse él a cuchillo o al libro. Sin embargo, a pesar de ese pensamiento siguió leyendo.
—Violar hocicos, dice. He trabajado con estiércol de irrqin, créeme, esto no es nada.
En ese momento se empezó a oir la voz de Shaco en la habitación contigua, y pudieron escuchar varias palabras sueltas según el chico iba subiendo de volumen. Miró a la ordesa con complicidad.
—Vaya día.
Si bien ya tenía decidido quedarse un poco más, al escuchar voces en la otra habitación decidió hacer tiempo hasta que se marchasen para evitar interrumpir. Todavía no tenía claro si era cierto que Lara se sentía mejor, pero no era muy bueno averiguando ese tipo de cosas. Intentó darle un poco de charla a la ordesa, de hecho llegó a asegurarle que conseguiría un padrino para cada niño entre los compañeros del torreón. ¿Por qué? Ni él sabría decir el motivo, solo intentaba ser de ayuda.
Cómo habían cambiado las cosas.
¿Cuánto llevaba allí? ¿Seis semanas? Dicho así parecía poco tiempo. Vivir en aquel lugar tenía un efecto en él parecido a estar en Resqiria. Se relajaba, podía vivir, incluso si esa palabra parecía solo una ironía en aquella cloaca al aire libre que era Rocavarancolia. Lo que marcaba la diferencia era la libertad, que cuando trabajaba no lo hacía para el sistema, lo hacía para sí mismo; no había órdenes, sino que él mismo decidía qué hacer y cómo. Y las cosas funcionaban. Por supuesto, había pagado un precio alto por ello.
A partir de entonces las salidas empezaron a limitarse. No hacía falta exponerse a salir con tanta frecuencia, y las actividades cotidianas del torreón se fueron restaurando poco a poco, así como fue aumentando la duración de los entrenamientos. Trató de minimizar el desgaste de sus brazos comentándoselo a sus compañeros, pero no era fácil evitarlo. La casualidad quiso que volviesen a recuperar el juego del aro que les había enseñado Shaco, al que volvían a jugar con frecuencia. A Cío ahora le parecía más divertido que antes, especialmente porque se cansaba menos y no lo hacía de mala gana, como única salida al aburrimiento. No se había dado cuenta de que cada vez dependía menos de poner música o dormitar para rellenar el tiempo libre, y por si fuera poco Nero tuvo a bien prestarle el “maravilloso” libro que había cogido en la biblioteca.
Sí hubo un pequeño incidente que rompió la rutina, cuando Shaco volvió a desaparecer durante un día entero. No era difícil imaginar qué había pasado, sobre todo con las preguntas posteriores a su regreso, pero eso no quitaba el mal trago. Era como tener al cargo un viejo senil que se escapaba de casa, y aquella ciudad no era el mejor lugar para perderse. Cío llegó incluso a preguntarle a Archi si había alguna manera de hacerle darse con la puerta en las narices cuando se convertía en gilipollas integral, pero era evidente que era imposible y no podía pasar de ser una broma. Le hubiera gustado volver a tener delante a su personalidad alternativa o lo que fuese aquello para soltarle un puñetazo, aunque el Shaco habitual no tuviese la culpa.
Pero, en general, la rutina no había cambiado tanto. Terminaron pasando dos semanas más sin que se diese cuenta, y aquella mañana, sin más que hacer después de desayunar, había encontrado fuerzas para seguir ahondando en aquel nido de enfermedades que se hacía llamar libro.
«Las lágrimas quemaban los ojos perlados de Amor Julieta al mirar el examen de matemáticas que tenía ante sí. Dos números condenatorios, un uno y un cero, le devolvían la mirada en un implacable color rojo, y mientras tanto sus compañeros la traspasaban con miradas de envidia, admiración y todas las expresiones que incluía el espectro del babeo.
¡Era injusto!, quería gritar. ¡Ella no quería ser así! ¡Se había esforzado todo lo que había podido por contestar mal a todas las preguntas, y aún así había sacado un diez! Su heroica rebeldía, una vez más, había pasado desapercibida por obra de una fuerza cruel y despiadada que guiaba su destino.
No sería como los demás. Nunca.
En la bulliciosa soledad de aquel aula Amor Julieta se sintió una vez más bendecida y maldita.»
«No puedo más. Esto es demasiado para mí». No sabía si pasarse él a cuchillo o al libro. Sin embargo, a pesar de ese pensamiento siguió leyendo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/03/14, 10:50 pm
La ordesa no pudo evitar sonreír ante lo del estiércol y asintió en un gesto cómplice tras escuchar a Shaco.
—Supongo que necesitábamos un día así, para salir del estanque—fue la última mención que hizo a todo aquello. El resto del tiempo que pasó con Cío en la habitación se dedicaron a charlar. Lara se interesó por los irrquins y qué razones tenía Cío para trabajar de aquello. Al final, acabaron buscando a los mejores padrinos para cada niño. Lara aprovechó cada oportunidad que pudo para contar anécdotas de cada uno de sus cinco niños.
Los ánimos de Cío habían calado hondo en Lara y a la mañana siguiente se levantó con nuevas resoluciones. Sin lanzar la moneda, bajó a la armería y se agenció uno de los arcos más cortos que había, un carcaj y un puñado de flechas. <<Voy a pelear por ellos>> se dijo. De ahí en adelante, Lara dedicaría todas las mañanas a practicar tiro al arco. Al fin y al cabo, el arma que había estado utilizando durante aquellos días era una daga y en el torreón no había nadie que le enseñara a maniobrar con ella. La puntería podía afinarla por sí misma, creía. Por otro lado, Lara dedicaba las tardes a practicar sus conocimientos mágicos. Desfogándose con los maniquíes del patio a hechizos de impacto o reforzando lo que ya sabía. A veces contaba con la ayuda de Shaco, al que cada vez entendía mejor, y otras se veía obligada a consultar a Archi, que claramente estaba por encima de ambos a nivel mágico.
Un par de días más tarde, se obligó a sí misma a hablar con Ri. Le debía una disculpa desde hacía semanas y aquella infusión junto a la puerta la había conmovido demasiado como para ignorarla. No hizo referencias a esta, pero se aseguró de disculparse claramente por las cosas que dijo en su momento. La sinhadre pareció reaccionar bien y Lara lo agradeció. No quería acabar llevándose mal con gente con la que tenía que convivir y estaba segura de que su relación con Ri podría acabar bien con el tiempo. Otra persona con la quiso relacionarse más fue Keiria, a quien también le dio las gracias de manera efusiva por el móvil que había fabricado para los pequeños.
Sin embargo, como siempre, Lara no podía centrarse solo en un par de personas. Le gustaba hablar con todos, cotillear sobre sus mundos y sus vidas. Cuando necesitaba hablar mucho, solía acudir a Baurus, el Silencioso. Le gustaba contarle sus teorías mágicas y pensamientos profundos porque no daba la sensación de que la juzgara por ellos. Sin embargo, cuando quería conversaciones más dinámicas, prefería acudir al resto. Otra cosa que habían retomado con ellos era el juego aquel de la pelota, en el que participaba a veces por diversión.
En cuanto a sus niños, Lara vivía continuamente preocupada, aunque procuraba que no se le notara exteriormente. Ella no se alimentaba bien del todo con la comida de las cestas y, por lo tanto, sus hijos tampoco. Pronto llegaría el momento en el que no pudiera guardarlos en su marsupio y prácticamente todos gateaban ya. La excepción era Rica, que parecía tener problemas para mantenerse sobre las cuatro patas. La ordesa se decía a sí misma que simplemente sería de desarrollo lento y solo le costaría unos días más.
Aquella mañana, Lara se levantó preocupada y se vio tentada de nuevo a lanzar la moneda por el pequeño. Sin embargo, consiguió contener el impulso, convenciéndose de que no era buena idea retomar aquella práctica. Tal y como su nueva costumbre dictaba, bajó directamente al patio con el arco y el carcaj en la mano, dispuesta a fallar muchos más disparos de los que acertaría.
—Supongo que necesitábamos un día así, para salir del estanque—fue la última mención que hizo a todo aquello. El resto del tiempo que pasó con Cío en la habitación se dedicaron a charlar. Lara se interesó por los irrquins y qué razones tenía Cío para trabajar de aquello. Al final, acabaron buscando a los mejores padrinos para cada niño. Lara aprovechó cada oportunidad que pudo para contar anécdotas de cada uno de sus cinco niños.
- Apadrinamientos:
- Editaré esto cuando sepa el reparto.
Los ánimos de Cío habían calado hondo en Lara y a la mañana siguiente se levantó con nuevas resoluciones. Sin lanzar la moneda, bajó a la armería y se agenció uno de los arcos más cortos que había, un carcaj y un puñado de flechas. <<Voy a pelear por ellos>> se dijo. De ahí en adelante, Lara dedicaría todas las mañanas a practicar tiro al arco. Al fin y al cabo, el arma que había estado utilizando durante aquellos días era una daga y en el torreón no había nadie que le enseñara a maniobrar con ella. La puntería podía afinarla por sí misma, creía. Por otro lado, Lara dedicaba las tardes a practicar sus conocimientos mágicos. Desfogándose con los maniquíes del patio a hechizos de impacto o reforzando lo que ya sabía. A veces contaba con la ayuda de Shaco, al que cada vez entendía mejor, y otras se veía obligada a consultar a Archi, que claramente estaba por encima de ambos a nivel mágico.
Un par de días más tarde, se obligó a sí misma a hablar con Ri. Le debía una disculpa desde hacía semanas y aquella infusión junto a la puerta la había conmovido demasiado como para ignorarla. No hizo referencias a esta, pero se aseguró de disculparse claramente por las cosas que dijo en su momento. La sinhadre pareció reaccionar bien y Lara lo agradeció. No quería acabar llevándose mal con gente con la que tenía que convivir y estaba segura de que su relación con Ri podría acabar bien con el tiempo. Otra persona con la quiso relacionarse más fue Keiria, a quien también le dio las gracias de manera efusiva por el móvil que había fabricado para los pequeños.
Sin embargo, como siempre, Lara no podía centrarse solo en un par de personas. Le gustaba hablar con todos, cotillear sobre sus mundos y sus vidas. Cuando necesitaba hablar mucho, solía acudir a Baurus, el Silencioso. Le gustaba contarle sus teorías mágicas y pensamientos profundos porque no daba la sensación de que la juzgara por ellos. Sin embargo, cuando quería conversaciones más dinámicas, prefería acudir al resto. Otra cosa que habían retomado con ellos era el juego aquel de la pelota, en el que participaba a veces por diversión.
En cuanto a sus niños, Lara vivía continuamente preocupada, aunque procuraba que no se le notara exteriormente. Ella no se alimentaba bien del todo con la comida de las cestas y, por lo tanto, sus hijos tampoco. Pronto llegaría el momento en el que no pudiera guardarlos en su marsupio y prácticamente todos gateaban ya. La excepción era Rica, que parecía tener problemas para mantenerse sobre las cuatro patas. La ordesa se decía a sí misma que simplemente sería de desarrollo lento y solo le costaría unos días más.
Aquella mañana, Lara se levantó preocupada y se vio tentada de nuevo a lanzar la moneda por el pequeño. Sin embargo, consiguió contener el impulso, convenciéndose de que no era buena idea retomar aquella práctica. Tal y como su nueva costumbre dictaba, bajó directamente al patio con el arco y el carcaj en la mano, dispuesta a fallar muchos más disparos de los que acertaría.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/03/14, 12:04 am
-¡Ah del torreón!- se alzó una voz entusiasta sobre la lenta rutina matinal de Maciel.
Krunchy's estaba plantado frente al puente levadizo, con la espada desenvainada y apuntando con énfasis al torreón con la misma pose de desafío en la que se enfundaría si estuviera frente a un dragón. El hecho de que el esqueleto de un animal asomase entre los restos del último piso ayudaba mucho a su ya de por sí desbordada imaginación.
-¡Super"Abanti", Gart!- ordenó repitiendo una expresión que había leído en un libro terráqueo de la biblioteca. No sabía muy bien qué significaba pero tenía pinta de ser chulo. Y si se le añadía "super" delante, por lógica, tenía que serlo el doble.
El parqio alzó el vuelo y zigzagueó como un moscardón en dirección a la ventana más cercana, golpeándola unas cuantas veces por si los gritos del frivy, por algún milagro de la acústica, no se habían oído.
Vichria cerraba el grupito con la ligera sombra de un mohín. No lo habría reconocido ante nadie, pero había querido lucirse levitando ella misma a llamar a las ventanas y Gart le había robado la oportunidad.
-Grita más, puede que algún colaespina no te haya oído aún- dijo con suficiencia, y Krunchy's se calló de mala gana-. Drael, ¿nos han seguido?
El sinhadre de cabello anaranjado sacudió la cabeza. Parecía recién levantado, tanto por la cara de sueño como por llevar el pelo revuelto.
-Vichria, si madrugo más me traes aquí sonámbulo- comentó con un bostezo-. Los demás estaban durmiendo cuando salimos, siguen durmiendo ahora mismo y creéeme que les envidio.
Krunchy's estaba plantado frente al puente levadizo, con la espada desenvainada y apuntando con énfasis al torreón con la misma pose de desafío en la que se enfundaría si estuviera frente a un dragón. El hecho de que el esqueleto de un animal asomase entre los restos del último piso ayudaba mucho a su ya de por sí desbordada imaginación.
-¡Super"Abanti", Gart!- ordenó repitiendo una expresión que había leído en un libro terráqueo de la biblioteca. No sabía muy bien qué significaba pero tenía pinta de ser chulo. Y si se le añadía "super" delante, por lógica, tenía que serlo el doble.
El parqio alzó el vuelo y zigzagueó como un moscardón en dirección a la ventana más cercana, golpeándola unas cuantas veces por si los gritos del frivy, por algún milagro de la acústica, no se habían oído.
Vichria cerraba el grupito con la ligera sombra de un mohín. No lo habría reconocido ante nadie, pero había querido lucirse levitando ella misma a llamar a las ventanas y Gart le había robado la oportunidad.
-Grita más, puede que algún colaespina no te haya oído aún- dijo con suficiencia, y Krunchy's se calló de mala gana-. Drael, ¿nos han seguido?
El sinhadre de cabello anaranjado sacudió la cabeza. Parecía recién levantado, tanto por la cara de sueño como por llevar el pelo revuelto.
-Vichria, si madrugo más me traes aquí sonámbulo- comentó con un bostezo-. Los demás estaban durmiendo cuando salimos, siguen durmiendo ahora mismo y creéeme que les envidio.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/03/14, 12:50 am
El entrenamiento con Ri fue bastante productivo, y a ojos de Keiria una experiencia agradable. Le había pedido a la albina que le enseñara los fundamentos del Qin, y esta había accedido, pero a pesar de todo la sinhadre seguía comportándose de forma distante y cortés. A la ulterana no le habría importado considerarla una amiga, nunca había tenido una cercana y mentiría si dijera que no quería saber como era, pero iniciar esa clase de relación social con alguien se le antojaba imposible.
Los demás macieleros volvieron al poco de terminar los ejercicios y Lara recogió a su crías tras darle las gracias por ocuparse de ellas, perdiéndose después escaleras arriba. Lo ordesa hacía gala de la cara larga que se había vuelto tan habitual en ella en los últimos días, pero una vez mas la torpeza de Keiria le impidió seguirla para tratar de animarla, no se sentía capaz de hacer eso por nadie Suspirando se perdió en la cocina, y unas horas después, ya cenada y bastante cansada, se fue a dormir tras despedirse en silencio de los que seguían despiertos.
A partir de entonces la rutina siguió imperando en el día a día de la mestiza, y continuando con sus entrenamientos fue mejorando poco a poco a lo largo de las siguientes dos semanas. Ademas de las prácticas matutinas, los macieleros habían retomado el juego del aro, y la pelirroja se presentó entusiasmada a todos los juegos, siendo aquellos ratos los pocos en los que se lo pasaba realmente bien. La sombra de la ausencia de Taro seguía pesando, y aunque no se hablaba apenas de ello, todos se habían resignado a que no iba a aparecer por arte de magia en la puerta del torreón.
Como hecho reseñable, Shaco volvió a desaparecer durante un día entero, y a pesar de que le preguntaron que había estado haciendo, no lograron sacar nada en claro del humano. Al parecer había vuelto a sufrir un periodo de suplantación de personalidad, y aunque mas de uno estuvo tentado de abofetearle por haberles preocupado de nuevo, la verdad era que él no tenía la culpa, por lo que el colectivo se tuvo que contentar con maldecir el lado oscuro del aprendiz.
En cierto momento Lara se acercó a darle las gracias por el móvil de cuna, pero la muchacha le resto importancia y le dijo que lo había hecho de buena gana. Desde entonces la pequeña ordesa empezó a hablarle con frecuencia, y Keiria, receptiva, respondió encantada a todas las preguntas que le planteó.
Aquella mañana la ulterana había madrugado bastante, y llevaba desde primera hora sentada en el salón, con un libro en el regazo y la mente lejos del torreón. Se había dado un baño antes de bajar, pero no tenía demasiado hambre y se había saltado el desayuno.
La voz que provenía del exterior le devolvió a la realidad con un respingo, y solo reaccionó cuando varios golpes sonaron en una de las ventanas. La pelirroja se puso rápidamente el parche que guardaba por costumbre en uno de sus bolsillos y se levanto, dejando el libro olvidado en el sillón y mirando a sus compañeros con la confusión pintada en el rostro. Lara parecía intuir quienes eran y, tras unos segundos de duda, Keiria también creyó adivinarlo.
Los demás macieleros volvieron al poco de terminar los ejercicios y Lara recogió a su crías tras darle las gracias por ocuparse de ellas, perdiéndose después escaleras arriba. Lo ordesa hacía gala de la cara larga que se había vuelto tan habitual en ella en los últimos días, pero una vez mas la torpeza de Keiria le impidió seguirla para tratar de animarla, no se sentía capaz de hacer eso por nadie Suspirando se perdió en la cocina, y unas horas después, ya cenada y bastante cansada, se fue a dormir tras despedirse en silencio de los que seguían despiertos.
A partir de entonces la rutina siguió imperando en el día a día de la mestiza, y continuando con sus entrenamientos fue mejorando poco a poco a lo largo de las siguientes dos semanas. Ademas de las prácticas matutinas, los macieleros habían retomado el juego del aro, y la pelirroja se presentó entusiasmada a todos los juegos, siendo aquellos ratos los pocos en los que se lo pasaba realmente bien. La sombra de la ausencia de Taro seguía pesando, y aunque no se hablaba apenas de ello, todos se habían resignado a que no iba a aparecer por arte de magia en la puerta del torreón.
Como hecho reseñable, Shaco volvió a desaparecer durante un día entero, y a pesar de que le preguntaron que había estado haciendo, no lograron sacar nada en claro del humano. Al parecer había vuelto a sufrir un periodo de suplantación de personalidad, y aunque mas de uno estuvo tentado de abofetearle por haberles preocupado de nuevo, la verdad era que él no tenía la culpa, por lo que el colectivo se tuvo que contentar con maldecir el lado oscuro del aprendiz.
En cierto momento Lara se acercó a darle las gracias por el móvil de cuna, pero la muchacha le resto importancia y le dijo que lo había hecho de buena gana. Desde entonces la pequeña ordesa empezó a hablarle con frecuencia, y Keiria, receptiva, respondió encantada a todas las preguntas que le planteó.
Aquella mañana la ulterana había madrugado bastante, y llevaba desde primera hora sentada en el salón, con un libro en el regazo y la mente lejos del torreón. Se había dado un baño antes de bajar, pero no tenía demasiado hambre y se había saltado el desayuno.
La voz que provenía del exterior le devolvió a la realidad con un respingo, y solo reaccionó cuando varios golpes sonaron en una de las ventanas. La pelirroja se puso rápidamente el parche que guardaba por costumbre en uno de sus bolsillos y se levanto, dejando el libro olvidado en el sillón y mirando a sus compañeros con la confusión pintada en el rostro. Lara parecía intuir quienes eran y, tras unos segundos de duda, Keiria también creyó adivinarlo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/03/14, 01:32 am
El aprendiz se encontraba balanceando dos cubos con agua en ambos brazos y otro en la cabeza, todo esto subido sobre su bõ y parecia que cualquier brisa iba a destrozar su, hasta ahora perfecto equilibrio. De pronto, se escuchó unas voces, voces ajenas, de chicos y chicas jóvenes que no lograba reconocer, y, a continuación. El estruendo de los tres cubos y el chapoteo de agua solo se igualó al de las pisadas embarradas del chico y del plastico mojado deslizandose por la piedra mientras el ruso escalaba el muro y les daba un primer vistazo. A los pocos segundos, el sonido humedo de las suelas de plastico volvio al patio y, entró en el torreón en sí, dejando pisadas embarradas allá a donde pasaba.
Con una brillante sonrisa, la cabeza empapada, así como el resto de su ropa y blandiendo dos pulgares alzados, junto con su sonrisa.
-¡Parece que viene el circo a la ciudad, chicos!-exclamó y, al instante, comenzó a esprintar por toda la entrada, emitiendo un pequeño sonido a un castañeo de dientes con un gritito entrecortado de emoción.-¡No se que está pasando pero ya estoy excitado! ¡AAAAAAAAAAAH!-exclamó, disparando sus brazos en el aire, salpicandolo todo de agua mientras correteaba de un lado para el otro.
Con una brillante sonrisa, la cabeza empapada, así como el resto de su ropa y blandiendo dos pulgares alzados, junto con su sonrisa.
-¡Parece que viene el circo a la ciudad, chicos!-exclamó y, al instante, comenzó a esprintar por toda la entrada, emitiendo un pequeño sonido a un castañeo de dientes con un gritito entrecortado de emoción.-¡No se que está pasando pero ya estoy excitado! ¡AAAAAAAAAAAH!-exclamó, disparando sus brazos en el aire, salpicandolo todo de agua mientras correteaba de un lado para el otro.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
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- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/03/14, 04:53 pm
Nero giró el rostro en seguida hacia la puerta, y Anriel dio un respingo imperceptible. Ni siquiera se alteró con las carreras mojadas de Shaco. Los dos sinhadres se miraron según entendieron quienes podían estar al otro lado y les surgía la duda de si el que pertenecía a su mundo iba en el grupo. Por eso al descender el puente, Nero ya estaba con el pomo en la mano, dispuesto a ser el primero en recibirlos.
Barrió como hizo en su día con la mirada a los recien llegados. Pero el recorrido terminó en el aurva y en el gastó mas de lo habitual, antes de saludar con una sonrisa deslumbrante.
- Bienvenidos! Soy Nero. Sendar, ¿verdad? Ella es Anriel, mi aurva.- si coló el dato de forma casual, fue porque a diferencia de lo que suponía el concepto para sus compañeros de torreón, el chico de pelo calabaza sabía de que hablaba. Y quizás, el mismo tenía otra parte por ahí suelta. Era muy joven y la duda de si sería un impuro cruzó por la mente de ambos. Era raro que no lo acompañase su edeel para algo así ¿Sabían ellos que había sinhadres en Maciel? Muerta o no existente, por si la respuesta era desagradable ninguno de los dos la sacaría por su propio pie. No era alguien a quien Nero quisiese incomodar y menos para algo que le importaba tan poco.
Barrió como hizo en su día con la mirada a los recien llegados. Pero el recorrido terminó en el aurva y en el gastó mas de lo habitual, antes de saludar con una sonrisa deslumbrante.
- Bienvenidos! Soy Nero. Sendar, ¿verdad? Ella es Anriel, mi aurva.- si coló el dato de forma casual, fue porque a diferencia de lo que suponía el concepto para sus compañeros de torreón, el chico de pelo calabaza sabía de que hablaba. Y quizás, el mismo tenía otra parte por ahí suelta. Era muy joven y la duda de si sería un impuro cruzó por la mente de ambos. Era raro que no lo acompañase su edeel para algo así ¿Sabían ellos que había sinhadres en Maciel? Muerta o no existente, por si la respuesta era desagradable ninguno de los dos la sacaría por su propio pie. No era alguien a quien Nero quisiese incomodar y menos para algo que le importaba tan poco.
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- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/03/14, 05:36 pm
Archime se había despertado una vez más con la extraña sensación de que había escuchado durante unos segundos el mecanismo de las agujas de un reloj analógico. Y como el resorte de uno de dichos aparatos, se incorporó en el sofá mientras, ignorando el dolor que aquejaba sus articulaciones, ejecutó su nueva base de datos en rocavarancolés y terminó de introducir la información correspondiente a Carabás, el mundo por el que había comenzado ya que no dispondría de nadie más que le proporcionase datos nuevos. Salvo que en el torreón Sendar habitase algún congénere de Taro...
Como si la Suerte de la que siempre hablaba Lara hubiera hecho patente su eficacia, el biomecánico pronto podría averiguarlo. El irrense se había movido del sofá a una silla de la cocina mientras desayunaba distraídamente y seguía ampliando su base de datos con toda la información que había retenido en su memoria con el fin de almacenarla en aquel programa cuando la voz tan entusiasta como desconocida anunció la llegada de los sendarios. El irrense, tras observar las reacciones de sus compañeros, se levantó de la silla y se encaminó en dirección al sótano donde bajaría el puente levadizo.
A su vuelta, lo primero que vio fue el estropicio que había hecho Shaco en la entrada del torreón y, siguiendo el rastro de barro, el patio. El biomecánico contrajo ligeramente su expresión en una mueca de desaprobación y comenzó a conjurar el sortilegio de limpieza sobre el suelo de la planta baja. No obstante, Nero ya había abierto la puerta, por lo que no perdió de vista a los visitantes que se encontraban frente a la misma. No era difícil reconocer a la ochroria y era evidente que el chico de pelo naranja fuerte se trataba de un sinhadre debido a la conversación que mantenía con el pelirrosa. Pero a los otros dos no consiguió encajarlos en ninguna de las etnias representadas entre el torreón Maciel y Letargo, especialmente al extraño reptil volador. Pensaba acercarse y comenzar a hacer preguntas una vez hubiese terminado de eliminar todo rastro de barro en aquella zona -el patio tendría que esperar- pero de pronto recordó algo.
—Hola —saludó escuetamente.
Como si la Suerte de la que siempre hablaba Lara hubiera hecho patente su eficacia, el biomecánico pronto podría averiguarlo. El irrense se había movido del sofá a una silla de la cocina mientras desayunaba distraídamente y seguía ampliando su base de datos con toda la información que había retenido en su memoria con el fin de almacenarla en aquel programa cuando la voz tan entusiasta como desconocida anunció la llegada de los sendarios. El irrense, tras observar las reacciones de sus compañeros, se levantó de la silla y se encaminó en dirección al sótano donde bajaría el puente levadizo.
A su vuelta, lo primero que vio fue el estropicio que había hecho Shaco en la entrada del torreón y, siguiendo el rastro de barro, el patio. El biomecánico contrajo ligeramente su expresión en una mueca de desaprobación y comenzó a conjurar el sortilegio de limpieza sobre el suelo de la planta baja. No obstante, Nero ya había abierto la puerta, por lo que no perdió de vista a los visitantes que se encontraban frente a la misma. No era difícil reconocer a la ochroria y era evidente que el chico de pelo naranja fuerte se trataba de un sinhadre debido a la conversación que mantenía con el pelirrosa. Pero a los otros dos no consiguió encajarlos en ninguna de las etnias representadas entre el torreón Maciel y Letargo, especialmente al extraño reptil volador. Pensaba acercarse y comenzar a hacer preguntas una vez hubiese terminado de eliminar todo rastro de barro en aquella zona -el patio tendría que esperar- pero de pronto recordó algo.
—Hola —saludó escuetamente.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/03/14, 06:16 pm
-Venga, entrad deprisa- comandó Vichria, mirando de nuevo con desconfianza el entorno a su alrededor.
Gart no necesitó que se lo dijera dos veces y corrigió el vuelo para dirigirse como una bala a cruzar el umbral de la puerta. Desde la ventana de la cocina hizo un quiebro admirablemente bien calculado en esa dirección, aleteó entusiasmado para entrar...
Y se dio de hocicos contra el hechizo de guardia que había instalado Archi, tal y como en su día se había estrellado Shaco contra él al intentar salir. El resto de los sendarios esbozaron a la vez expresiones casi idénticas de dolor empático.
-Si es que vais como vais- se quejó Vichria adelantándose para ver si se había hecho daño. A su lado Krunchy's, que no había sido el primero en comerse la barrera por pura suerte, correteó con cara de ansiedad al lado del parqio.
-Los exploradores nunca piden permiso- dijo solemnemente para felicitarlo. Entre los quejidos de Gart se pudo oír un "gracias" aislado.
Con el pequeño espectáculo que había protagonizado el parqio Drael no había prestado mucha atención a la presentación de Nero pero se había quedado con lo principal. Miró con curiosidad a ambos sinhadres, lo justo para confirmar quién era la aurva y quién el edeel, y luego golpeó tentativamente el muro invisible con los nudillos.
-¿Podéis quitar eso para seguir hablando? Y hola- añadió deprisa ante la intervención aislada de Archi.
Gart no necesitó que se lo dijera dos veces y corrigió el vuelo para dirigirse como una bala a cruzar el umbral de la puerta. Desde la ventana de la cocina hizo un quiebro admirablemente bien calculado en esa dirección, aleteó entusiasmado para entrar...
Y se dio de hocicos contra el hechizo de guardia que había instalado Archi, tal y como en su día se había estrellado Shaco contra él al intentar salir. El resto de los sendarios esbozaron a la vez expresiones casi idénticas de dolor empático.
-Si es que vais como vais- se quejó Vichria adelantándose para ver si se había hecho daño. A su lado Krunchy's, que no había sido el primero en comerse la barrera por pura suerte, correteó con cara de ansiedad al lado del parqio.
-Los exploradores nunca piden permiso- dijo solemnemente para felicitarlo. Entre los quejidos de Gart se pudo oír un "gracias" aislado.
Con el pequeño espectáculo que había protagonizado el parqio Drael no había prestado mucha atención a la presentación de Nero pero se había quedado con lo principal. Miró con curiosidad a ambos sinhadres, lo justo para confirmar quién era la aurva y quién el edeel, y luego golpeó tentativamente el muro invisible con los nudillos.
-¿Podéis quitar eso para seguir hablando? Y hola- añadió deprisa ante la intervención aislada de Archi.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
16/03/14, 12:42 pm
Un rebumbio inusual se formó en el torreón en poco tiempo. Cío levantó la cabeza del libro al escuchar aquellas voces desconocidas que, supuso, serían de algún letarguino. No prestó atención hasta que se reunió un pequeño grupo en la entrada saludando a una panda de gente nueva que no conocía de nada, «¿los del otro torreón?». No le hacía especial gracia tener a otros desconocidos pululando por allí, y quizá por eso el único momento en que sonrió sin poder evitarlo fue cuando aquel cosechado alado se golpeó contra la barrera. Aunque había cerrado el libro no se movió del sofá mientras intercambiaban palabras. Si se iban a poner a hablar allí mismo preferiría no estar en el centro del salón, pero estaba cómodo y él había llegado primero.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
16/03/14, 04:13 pm
Lara destensó y agachó el arco en cuanto oyó las primeras voces. Al principio se asustó y se llevó un sobresalto, pero no necesitó mucho para intuír qué ocurría. Fue a decirle algo a Shaco, pero se encontro con que este subía por la pared. <<Madre mía, el chico este>> negó con la cabeza y lo dejó estar.
Se limpió el sudor a sí misma con un hechizo de limpieza y entró a por los bebés, a quienes pasó a su marsupio antes de bajar a la entrada. Llegó después de que uno de ellos se chocara contra la puerta y, aunque no lo expresó en voz alta, se acababa de enamorar del aspecto de aquel lagartijo con alas. <<Otro que vuela... Que envidia>>. En todo momento, mantuvo una flecha en una mano y el arco en la otra, aferrándose a la creencia de que le daría tiempo a tensarlo y disparar en caso de necesidad. No parecían mala gente, de hecho se sentía capaz de augurarles ser un grupo de seres simpáticos, pero ya había presenciado suficientes problemas entre culturas como para abalanzarse sobre ellos.
—Yo soy Lara, Lara 37—se presentó en un tono amable, aderezado con una pizca de ostentosidad.
Se limpió el sudor a sí misma con un hechizo de limpieza y entró a por los bebés, a quienes pasó a su marsupio antes de bajar a la entrada. Llegó después de que uno de ellos se chocara contra la puerta y, aunque no lo expresó en voz alta, se acababa de enamorar del aspecto de aquel lagartijo con alas. <<Otro que vuela... Que envidia>>. En todo momento, mantuvo una flecha en una mano y el arco en la otra, aferrándose a la creencia de que le daría tiempo a tensarlo y disparar en caso de necesidad. No parecían mala gente, de hecho se sentía capaz de augurarles ser un grupo de seres simpáticos, pero ya había presenciado suficientes problemas entre culturas como para abalanzarse sobre ellos.
—Yo soy Lara, Lara 37—se presentó en un tono amable, aderezado con una pizca de ostentosidad.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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