Torreón Maciel (Archivo VII)
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- Rocavarancolia Rol
Torreón Maciel (Archivo VII)
05/08/13, 03:48 am
Recuerdo del primer mensaje :
Torreón de cuatro plantas de piedra azulada, cuya azotea y última planta fueron destrozadas por una ballena, de la que ya solo queda el esqueleto. Allí anidan las estirges. Se accede por un puende levadizo y un portón. El corredor de la entrada está plagado de pintadas y mensajes y termina en una reja llena de púas. El patio, donde se reparten algunas vértebras del animal del techo, está rodeado de un muro coronado con cristales, y en el centro de éste hay una estatua de gran pájaro negro con el pico serrado en cuya base está apoyado el reloj robado del torreón Margalar.
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- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
08/02/15, 07:28 pm
A pesar de intentar ayudar en lo que pudiera, Twixy's trató de mantenerse lo más alejada posible de Armonía. Dejaba el agua en la puerta de la habitación que estaban usando para las curas, o se la daba a Samika y así la niña no tenía que subir y bajar tantas escaleras. No cenó nada, cada vez que veía u olía comida la imaginaba llena de gusanos, y se le revolvía el estómago. Se acostó temprano, pero le costó conciliar el sueño.
En el dormitorio se oían muchas más respiraciones, y el calor era mayor de lo habitual. Los que compartían habitación con Armonía habían tenido que mudarse como medida de precaución, y la roquense había quedado en cuarentena. Twixy's se había sentido tentada de ir a comprobar un par de veces en la noche si aún respiraba, pero no lo hizo. En su lugar, se metió en la cama de Lemus, y se concentró en sus ronquidos para acallar cualquier otro pensamiento. Después de dormirse, ni siquiera el susto nocturno de Samika logró despertarla.
Se levantó bien temprano, aunque ya había camas vacías, y el sol daba en las ventanas de la habitación. Se puso las botas viejas que había adoptado desde que llegó, y salió. Al pasar por la puerta de Armonía, se quedó frente a ella, dudosa, unos segundos. Bajó las escaleras sin hacer nada más.
Olía a desayuno recién hecho, pero todo estaba en silencio. Pasó por la cocina y apenas dio los buenos días. Cogió una pieza de fruta y se limitó a informar a Samika de que iba a entrenar. Aún no había tenido muchas oportunidades de practicar lo que Kirés les había enseñado al resto, pero si iban a salir ese día, quería estar preparada, y calentar un poco. Fue bajando las escaleras a la armería con una pera sujeta en la boca y las manos ocupadas atándose uan camiseta rota de forma que le sujetase bien el pecho. Vio a Arik, se quitó la pera de la boca para saludar, y vio a Tesón. Y los cristales rotos.
-¿Qué frosty's ha superpasado aquí? -preguntó frunciendo el ceño, pasando sus ojos anaranjados del roquense al libense.
En el dormitorio se oían muchas más respiraciones, y el calor era mayor de lo habitual. Los que compartían habitación con Armonía habían tenido que mudarse como medida de precaución, y la roquense había quedado en cuarentena. Twixy's se había sentido tentada de ir a comprobar un par de veces en la noche si aún respiraba, pero no lo hizo. En su lugar, se metió en la cama de Lemus, y se concentró en sus ronquidos para acallar cualquier otro pensamiento. Después de dormirse, ni siquiera el susto nocturno de Samika logró despertarla.
Se levantó bien temprano, aunque ya había camas vacías, y el sol daba en las ventanas de la habitación. Se puso las botas viejas que había adoptado desde que llegó, y salió. Al pasar por la puerta de Armonía, se quedó frente a ella, dudosa, unos segundos. Bajó las escaleras sin hacer nada más.
Olía a desayuno recién hecho, pero todo estaba en silencio. Pasó por la cocina y apenas dio los buenos días. Cogió una pieza de fruta y se limitó a informar a Samika de que iba a entrenar. Aún no había tenido muchas oportunidades de practicar lo que Kirés les había enseñado al resto, pero si iban a salir ese día, quería estar preparada, y calentar un poco. Fue bajando las escaleras a la armería con una pera sujeta en la boca y las manos ocupadas atándose uan camiseta rota de forma que le sujetase bien el pecho. Vio a Arik, se quitó la pera de la boca para saludar, y vio a Tesón. Y los cristales rotos.
-¿Qué frosty's ha superpasado aquí? -preguntó frunciendo el ceño, pasando sus ojos anaranjados del roquense al libense.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
08/02/15, 09:45 pm
La noche que pasó Hal fue, por decirlo de alguna forma, espantosa. Fue navegando entre el sueño y una media vigilia nebulosa, dando continuas vueltas y sintiendo algunos calambres debido a malas posturas. Una de esas veces que no estaba completamente dormido ni despierto fue cuando escuchó el despertar de Samika, que después no sabría pensar si lo soñó o no. Los propios sueños de aquella noche fueron una mala compañía. Paredes casi infinitas que prácticamente no dejaban ver el cielo, sombras profundas, corredores laberínticos. En conjunto, un lugar asfixiante donde se encontraba sólo él y de donde no podía escapar. Lo que, evidentemente, imposibilitaba que escapase de sí mismo, de sus odios e inseguridades.
En cualquier caso al despertar no recordaría prácticamente nada de aquella (para él) larga noche. Sólo cansancio y algún dolor de cabeza. Lo primero le había acompañado al día. Lo segundo, por suerte, se había quedado en la noche. De todas maneras no lo notó al principio, medio dormido como seguía.
Tenía la cabeza un tanto embotada, así que no estaba usando demasiado esfuerzo en pensar. Cuando llegó abajo fue directo hacia el desayuno que había preparado la humana, con pasos cortos y lentos. Ni siquiera se dio cuenta del sonido de pasos que indicaba que Twix acababa de empezar a bajar por los escalones que llevaban a la armería.
—Gracias por hacerlo, Samika.
Tanto el tono de voz como su cara como sus movimientos daban a entender un aburrimiento supremo. Lo que sentía de verdad estaba más cerca de la apatía más absoluta, provocada tanto por los sucesos del día anterior (destacando, a sus ojos, su propia pasividad) como su agotamiento después de aquella noche.
Se sentó pesadamente en el sofá y comenzó a comerse el desayuno, con mordiscos pequeños y veloces.
En cualquier caso al despertar no recordaría prácticamente nada de aquella (para él) larga noche. Sólo cansancio y algún dolor de cabeza. Lo primero le había acompañado al día. Lo segundo, por suerte, se había quedado en la noche. De todas maneras no lo notó al principio, medio dormido como seguía.
Tenía la cabeza un tanto embotada, así que no estaba usando demasiado esfuerzo en pensar. Cuando llegó abajo fue directo hacia el desayuno que había preparado la humana, con pasos cortos y lentos. Ni siquiera se dio cuenta del sonido de pasos que indicaba que Twix acababa de empezar a bajar por los escalones que llevaban a la armería.
—Gracias por hacerlo, Samika.
Tanto el tono de voz como su cara como sus movimientos daban a entender un aburrimiento supremo. Lo que sentía de verdad estaba más cerca de la apatía más absoluta, provocada tanto por los sucesos del día anterior (destacando, a sus ojos, su propia pasividad) como su agotamiento después de aquella noche.
Se sentó pesadamente en el sofá y comenzó a comerse el desayuno, con mordiscos pequeños y veloces.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
10/02/15, 06:13 pm
Al repoblador le despertaron los ruidos mañaneros del torreón, y con un suspiro de puro hastió salió de debajo de su sillón.
Vio en la cocina a Samika y a Hal en SU sofá pero en automático se alejó de ellos, les dirigió una mirada de soslayo cargada de disgusto, estaba enfadado y en ese momento no tenía la fuerza de voluntad suficiente como para decirles cualquier otra cosa que no fuese: “¡Samika aléjate de la fuente del fuego o el jorno o lo que sea! ¡Demonios florales!” Por lo que siguió a la otra causa de ruido por pura curiosidad, su intención original era echar solo un vistazo y marcharse a refunfuñar a alguna esquina en busca de nuevas adquisiciones para su nido pero no ocurrió así.
Ergot bajo con desgana los escalones hacia la mazmorra no estaba de humor como para dedicarse a dar saltitos, en cierto modo estaba cansado de sí mismo, quería dejar su rol de planta decorativa y de bicho inservible a un lado. Claramente seguiría saltando sobre los sofás, deseando ver plantas, alejándose del fuego como si se tratase de un virus y acumulando pelusas y asquerosidades debajo de su sofá, pero tras consultarlo con sus pelusas había llegado a la evidente conclusión de que tendría que hacerse oír tanto si querían como si no, no volvería a permitir que se le insultase de semejante manera nunca más. “Hasta las plantas pequeñitas y saltarinas tenemos orgullo.”
La planta decorativa viva llego al sótano cuando la frivy soltaba su pregunta y Ergot respondió por inercia con desinterés:
-Sea lo que sea, no parece que haya sido una acción muy inteligente y aún menos útil…- Y añadió con malicia y un toque de humor turbio:- Ni que hubiese habido una guerra por unas cebollas… ¿no es verdad Tesón? ¿Se puede saber por qué bajaste aquí anoche? ¿Te gusta intimar con los cristales o reírte de ellos hasta que te atacan? Las cosas pequeñas también hacen daño...-
No espero su respuesta ni la de nadie, les dedico una sonrisa particular a cada uno de ellos con teatralidad y se marchó con unos saltos fantásticos y dignos del Circo del Sol, de mucho mejor humor, antes de que pudiesen decirle nada. Una vez en la primera planta se puso a saltar al lado de Hal y le hablo con la misma sonrisa cínica aun pintada en el rostro:
-Buenos días Hal.- dio otro par de volteretas: -¿Alguien ha ido a comprobar si ya se ha muerto la amiga de los gusanitos o tengo que subir yo con un cuchillo para asegurarnos de que ya no respira?- y termino su pregunta plantándose encima de su cabeza e inclinando su rostro sobre el del carabés.
Vio en la cocina a Samika y a Hal en SU sofá pero en automático se alejó de ellos, les dirigió una mirada de soslayo cargada de disgusto, estaba enfadado y en ese momento no tenía la fuerza de voluntad suficiente como para decirles cualquier otra cosa que no fuese: “¡Samika aléjate de la fuente del fuego o el jorno o lo que sea! ¡Demonios florales!” Por lo que siguió a la otra causa de ruido por pura curiosidad, su intención original era echar solo un vistazo y marcharse a refunfuñar a alguna esquina en busca de nuevas adquisiciones para su nido pero no ocurrió así.
Ergot bajo con desgana los escalones hacia la mazmorra no estaba de humor como para dedicarse a dar saltitos, en cierto modo estaba cansado de sí mismo, quería dejar su rol de planta decorativa y de bicho inservible a un lado. Claramente seguiría saltando sobre los sofás, deseando ver plantas, alejándose del fuego como si se tratase de un virus y acumulando pelusas y asquerosidades debajo de su sofá, pero tras consultarlo con sus pelusas había llegado a la evidente conclusión de que tendría que hacerse oír tanto si querían como si no, no volvería a permitir que se le insultase de semejante manera nunca más. “Hasta las plantas pequeñitas y saltarinas tenemos orgullo.”
La planta decorativa viva llego al sótano cuando la frivy soltaba su pregunta y Ergot respondió por inercia con desinterés:
-Sea lo que sea, no parece que haya sido una acción muy inteligente y aún menos útil…- Y añadió con malicia y un toque de humor turbio:- Ni que hubiese habido una guerra por unas cebollas… ¿no es verdad Tesón? ¿Se puede saber por qué bajaste aquí anoche? ¿Te gusta intimar con los cristales o reírte de ellos hasta que te atacan? Las cosas pequeñas también hacen daño...-
No espero su respuesta ni la de nadie, les dedico una sonrisa particular a cada uno de ellos con teatralidad y se marchó con unos saltos fantásticos y dignos del Circo del Sol, de mucho mejor humor, antes de que pudiesen decirle nada. Una vez en la primera planta se puso a saltar al lado de Hal y le hablo con la misma sonrisa cínica aun pintada en el rostro:
-Buenos días Hal.- dio otro par de volteretas: -¿Alguien ha ido a comprobar si ya se ha muerto la amiga de los gusanitos o tengo que subir yo con un cuchillo para asegurarnos de que ya no respira?- y termino su pregunta plantándose encima de su cabeza e inclinando su rostro sobre el del carabés.
- Shiogen
Ficha de cosechado
Nombre: Emmit
Especie: Humano
Habilidades: Planificación, habilidad mental, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
11/02/15, 12:29 am
Se sentía bastante inútil, al parecer pensar no tenia nada de lógica en Rocavarancolia, el lugar parecía tener la habilidad de echar al traste cualquier plan por pequeño que fuera. Tras comprobar que la pequeña niña estaba bien, Emmit se retiro a las mazmorras, necesitaba estar a solas.
Con la visita de los de letargo una luz de esperanza había aparecido, pero entonces aquellos pajarracos tenían que arruinarlo, la tolerancia se le agotaba, debía de reconocer que en realidad el fanatismo y el comportamiento similar a Nitroglicerina de tesón lo estaban sacando de sus casillas, de ahora en adelante trataría de estar lo más alejado posible del ave, igual lo haría con Armonia, esos gusanos eran parásitos y no quería averiguar a las malas que podrían hacerle a un humano. En un impulso de rabia y egoísmo se aisló de todos, hizo caso omiso a su intención de ayudar, es más dejo de lado la preocupación que sentía por Ergot, ya habría tiempo para los demás, necesitaba dormir a solas, pensar y tratar de encontrar una vía de acción o por lo menos de descansar.
Al levantarse, se estiro para recobrar la movilidad, dormir en el suelo no era lo más cómodo que existía. Se dirigió al la cocina y un olor a comida recién preparada inundo su nariz, ya se sentía mejor, pero debería de hablar con los que querían la magia, agradecía a Samika y espero a que Hal y Twixy´s llegaran.
Hal llego pero no parecía tener ganas de hablar, lo mejor sería no presionarlo, la Frivy paso rápido y tomo una fruta, dirigiéndose a la armería, la siguió para poder entrenar y hablar, pero antes de alcanzar a la mujer, vio como se detenía frente al lugar en donde estaba Teson y el Libense y la escucho preguntar que pasaba.
Con la visita de los de letargo una luz de esperanza había aparecido, pero entonces aquellos pajarracos tenían que arruinarlo, la tolerancia se le agotaba, debía de reconocer que en realidad el fanatismo y el comportamiento similar a Nitroglicerina de tesón lo estaban sacando de sus casillas, de ahora en adelante trataría de estar lo más alejado posible del ave, igual lo haría con Armonia, esos gusanos eran parásitos y no quería averiguar a las malas que podrían hacerle a un humano. En un impulso de rabia y egoísmo se aisló de todos, hizo caso omiso a su intención de ayudar, es más dejo de lado la preocupación que sentía por Ergot, ya habría tiempo para los demás, necesitaba dormir a solas, pensar y tratar de encontrar una vía de acción o por lo menos de descansar.
Al levantarse, se estiro para recobrar la movilidad, dormir en el suelo no era lo más cómodo que existía. Se dirigió al la cocina y un olor a comida recién preparada inundo su nariz, ya se sentía mejor, pero debería de hablar con los que querían la magia, agradecía a Samika y espero a que Hal y Twixy´s llegaran.
Hal llego pero no parecía tener ganas de hablar, lo mejor sería no presionarlo, la Frivy paso rápido y tomo una fruta, dirigiéndose a la armería, la siguió para poder entrenar y hablar, pero antes de alcanzar a la mujer, vio como se detenía frente al lugar en donde estaba Teson y el Libense y la escucho preguntar que pasaba.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
15/02/15, 02:04 am
Aquel día se había despertado más pronto de lo normal, pero en vez de saludar prefirió salir a relajarse arriba, aunque antes le echó un vistazo rápido a Armonía por si acaso, pero sabía que si había cambios alguien diría algo. Estaba empezando a amanecer, pero eso para el enderth era irrelevante más allá de que había luz y podría trepar a la azotea sin dificultades.
Sentarse en un sitio alto, cerrar los ojos y respirar lentamente mientras dejaba todos sus demás sentidos alerta: Era algo que había empezado a practicar en Dryfus durante sus primeras cacerías fallidas, en las que estuvo a punto de ser aplastado o mutilado por sus presas, algo que había surgido de la necesidad suplir la falta de nadie en kilómetros a la redonda con quien hablar para tranquilizarse en situaciones de miedo o estrés y una práctica a la que recurría cada vez que sentía estrés o cualquier descontrol emocional que hiciera peligrar su calma natural, situaciones en las que esta actividad que había demostrado ser sorprendentemente eficaz. La meditación no existía en su mundo, pero si la conociera quizás el ave se habría dado cuenta de que aquello era algo parecido. En cualquier caso le preocupaba solo su uso práctico, que era ayudarle a relajarse para asegurar un control absoluto sobre sus acciones independientemente de su estado emocional o físico. En aquello le funcionaba, y eso era suficiente para él.
Los ruidos de actividad creciente dentro del torreón le devolvieron a la realidad. Gente despierta dejaba claro que ya era hora de moverse, de modo que abrió los ojos con cuidado de no deslumbrarse por el tiempo que los había tenido cerrados, esperó a acostumbrarse a la luz y tras eso se dejó caer al patio para luego ir a comer algo en la cocina directamente desde allí. Entró justo en el momento en el que estaba hablando Ergot, y sus palabras le hicieron fruncir el ceño.
–Yo respetaría un poco más la vida si fuera tú. No es algo que dure.
Fuera cual fuera la respuesta que le fuera a dar el repoblador no cambiaría lo que haría después. Buscó a la gente, avisó de la salida y esperó lo justo a que se decidiera quién iba y quien no, se prepararon y salieron. Tenían prisa, y en aquella biblioteca podría haber algo que sirviera para curar a Armonía. Si no era así irían a Letargo a buscar ayuda. “Espero que nos la den”
Sigue en la Cicatiz de Arax.
Sentarse en un sitio alto, cerrar los ojos y respirar lentamente mientras dejaba todos sus demás sentidos alerta: Era algo que había empezado a practicar en Dryfus durante sus primeras cacerías fallidas, en las que estuvo a punto de ser aplastado o mutilado por sus presas, algo que había surgido de la necesidad suplir la falta de nadie en kilómetros a la redonda con quien hablar para tranquilizarse en situaciones de miedo o estrés y una práctica a la que recurría cada vez que sentía estrés o cualquier descontrol emocional que hiciera peligrar su calma natural, situaciones en las que esta actividad que había demostrado ser sorprendentemente eficaz. La meditación no existía en su mundo, pero si la conociera quizás el ave se habría dado cuenta de que aquello era algo parecido. En cualquier caso le preocupaba solo su uso práctico, que era ayudarle a relajarse para asegurar un control absoluto sobre sus acciones independientemente de su estado emocional o físico. En aquello le funcionaba, y eso era suficiente para él.
Los ruidos de actividad creciente dentro del torreón le devolvieron a la realidad. Gente despierta dejaba claro que ya era hora de moverse, de modo que abrió los ojos con cuidado de no deslumbrarse por el tiempo que los había tenido cerrados, esperó a acostumbrarse a la luz y tras eso se dejó caer al patio para luego ir a comer algo en la cocina directamente desde allí. Entró justo en el momento en el que estaba hablando Ergot, y sus palabras le hicieron fruncir el ceño.
–Yo respetaría un poco más la vida si fuera tú. No es algo que dure.
Fuera cual fuera la respuesta que le fuera a dar el repoblador no cambiaría lo que haría después. Buscó a la gente, avisó de la salida y esperó lo justo a que se decidiera quién iba y quien no, se prepararon y salieron. Tenían prisa, y en aquella biblioteca podría haber algo que sirviera para curar a Armonía. Si no era así irían a Letargo a buscar ayuda. “Espero que nos la den”
Sigue en la Cicatiz de Arax.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
15/02/15, 02:49 am
Que Hal no le iba a maldecir. Que ese mequetrefe hereje que solo podría servir como cebo no les podía hechizar. Que... Venga ya. ¿Qué sabrían ellos sobre la magia pagana de aquel hereje? ¿Por qué debía creerse la fantasía de que todos pertenecían al mismo grupo? Seguro que Hal había ayudado a Armonía por aparentar y ocultar sus artes oscuras. Y no solo eso, sino que parecía tener a todo el mundo de su parte. La ciudad peligrosa... ¡Ja! Todos estaban aparentemente sanos menos Armonía, quien casualmente era una roquense como él y, como él, detestaba todas las herejías presenciadas. Qué casualidad que solo ella estuviera enferma. ¿Cómo iba la ciudad a tener la culpa? Claro que podría haber enfermado de algo típico de Roca Sagrada, pero ¿esos gusanos? Magia empozoñada de herejes. No cabía duda.
Pero el roquense debía fingir.
–Un grupo... Hal no... ¿No? ¿Seguro? Pareces seguro... Yo... yo estoy bien, solo... confuso. Y asustado, como es obvio –dijo, dejando escapar una risita nerviosa–. Y no creo que seamos sensibles a lo que sea que fuera eso... Nunca he visto nada similar... susurró, abatido, sentado en el suelo, mucho más calmado.
Poco después apareció Twixy's. Con ella sabía que debía tener cuidado, pues no parecía tan tonta como otros del torreón. No tardaría mucho en fijarse en los cristales rotos y su pregunta no se hizo esperar. Sin embargo, antes de que pudiera responder, apareció el Traidor. Qué diantre le había ocurrido a Ergot desde el día anterior? ¿Acaso el golpe en la cabeza le hab... No, imposible; al despertar y enseñarle las tallas se le veía super feliz. ¿Entonces por qué de pronto esa enemistad con él y Armonía? ¿Qué le habían hecho para que a ella quisiera matarla y a él le hablara de esa forma? Le dolió mucho más eso que ninguno de los múltiples cortes. Aunque la criatura se esfumó sin darle tiempo a responderle, dirigió la respuesta a Twixy's.
–Bajé aquí anoche porque todos enloquecisteis. Querían matar a Armonía por estar enferma. Vale, quizá su forma de demostrar su rechazo hacia vuestras creencias sea... radical, pero ¿querer matarla? ¿Aun estando de visita en condición de invitados? Eso se debería condenar. Pero nadie hizo nada. Por eso bajé aquí. He visto a roquenses de los más importantes sanar heridas con sus cantos y su magia. Por eso bajé, para intentar cargar estos malditos cristales y poder curar a mi compañera –dijo y remató con un gruñido seguido de un suspiro. Luego se encogió de hombros–. Y hace nada Arik me ha encontrado metido de cabeza en el baúl, lleno de arañazos. Debí quedarme dormido y caerme encima. ¿Cómo está Armonía? Y por cierto, gracias por cuidarla. Cuando me asee subiré a ayudar yo, que ya se me está pasando el susto... Más o menos.
Dicho eso, se levantó y procedió a intentar ordenar un poco el baúl. Entre tanto, añadió:
–¿Puedo subir ya o necesitas algo más, Twixy's?
Pero el roquense debía fingir.
–Un grupo... Hal no... ¿No? ¿Seguro? Pareces seguro... Yo... yo estoy bien, solo... confuso. Y asustado, como es obvio –dijo, dejando escapar una risita nerviosa–. Y no creo que seamos sensibles a lo que sea que fuera eso... Nunca he visto nada similar... susurró, abatido, sentado en el suelo, mucho más calmado.
Poco después apareció Twixy's. Con ella sabía que debía tener cuidado, pues no parecía tan tonta como otros del torreón. No tardaría mucho en fijarse en los cristales rotos y su pregunta no se hizo esperar. Sin embargo, antes de que pudiera responder, apareció el Traidor. Qué diantre le había ocurrido a Ergot desde el día anterior? ¿Acaso el golpe en la cabeza le hab... No, imposible; al despertar y enseñarle las tallas se le veía super feliz. ¿Entonces por qué de pronto esa enemistad con él y Armonía? ¿Qué le habían hecho para que a ella quisiera matarla y a él le hablara de esa forma? Le dolió mucho más eso que ninguno de los múltiples cortes. Aunque la criatura se esfumó sin darle tiempo a responderle, dirigió la respuesta a Twixy's.
–Bajé aquí anoche porque todos enloquecisteis. Querían matar a Armonía por estar enferma. Vale, quizá su forma de demostrar su rechazo hacia vuestras creencias sea... radical, pero ¿querer matarla? ¿Aun estando de visita en condición de invitados? Eso se debería condenar. Pero nadie hizo nada. Por eso bajé aquí. He visto a roquenses de los más importantes sanar heridas con sus cantos y su magia. Por eso bajé, para intentar cargar estos malditos cristales y poder curar a mi compañera –dijo y remató con un gruñido seguido de un suspiro. Luego se encogió de hombros–. Y hace nada Arik me ha encontrado metido de cabeza en el baúl, lleno de arañazos. Debí quedarme dormido y caerme encima. ¿Cómo está Armonía? Y por cierto, gracias por cuidarla. Cuando me asee subiré a ayudar yo, que ya se me está pasando el susto... Más o menos.
Dicho eso, se levantó y procedió a intentar ordenar un poco el baúl. Entre tanto, añadió:
–¿Puedo subir ya o necesitas algo más, Twixy's?
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
15/02/15, 01:40 pm
Las palabras de Ergot lo dejaron convertido en una estatua que parecía el reflejo mismo de la contención. La facilidad con la que el repoblador hablaba de matar a alguien que, al margen de su peligrosidad y fanatismo, no dejaba de ser una persona, con todo lo que ello conllevaba, lo ponía de los nervios. Por suerte llegó Kirés a tiempo, evitando que el carabés le contestase con una bordería impropia de él. «Además, ¿para qué? Ni que fuera a servir de nada» se dijo con resignación.
El anuncio de la ansiada salida a la biblioteca removió algo de entusiasmo en él, aunque no mucho. La expectación ante la posibilidad de ganar magia quedaba fuerte mitigada ante muchos pensamientos negativos. «Seguro que tenemos que superar alguna otra prueba que no podemos superar, como vencer un monstruo que quiere comernos o algo así. A saber si en vez de ganar magia acabamos siendo el almuerzo de alguien» pensó sombríamente. Aun así se levantó con algo de pesadez. No podía negarse que, si había la mínima posibilidad de hacer magia en la salida, quería poder usarla.
Bajó a la armería a por el machete, pero la escena que se encontró logró arrancarle el primer sentimiento desde la tarde anterior. Primero se quedó abriendo y cerrando la boca varias veces, en estado de shock. Luego su cerebro logró encontrar la forma de hablar. O chillar, más bien.
—¡¿Pero qué ha pasado aquí?!
Se acercó al baúl de los cristales, viendo, con alivio, que muy pocos habían acabado rotos. Por un momento había pensado que su mejor baza para sobrevivir se había esfumado, pero no. La explicación acerca de lo que había pensado hizo que frunciera el ceño y mirara con suspicacia al pájaro. «No... Ni siquiera él habría destruido nuestra mejor baza para sobrevivir, ¿no?» se preguntó, inquieto. «Además, si lo hubiera hecho a posta habría destruido más, muchos más, no sólo unos pocos» más tranquilo, fue a por su arma.
—Ten más cuidado, podrías haber acabado con una heridas mucho más graves. Menos mal que eran los cristales los que estaban ahí, y no una espada. Y menos mal que te has dado con las manos, y no con la cabeza —«y menos mal que te has cargado pocos y no nos has sentenciado a muerte» añadió para sus adentros. Prefirió callárselo, no obstante. No estaba la ocasión para provocar más crispación.
Si bien antes de salir fue a recoger otra cosa: los dos cristales, completamente cargados, que escondía bajo su cama.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
El anuncio de la ansiada salida a la biblioteca removió algo de entusiasmo en él, aunque no mucho. La expectación ante la posibilidad de ganar magia quedaba fuerte mitigada ante muchos pensamientos negativos. «Seguro que tenemos que superar alguna otra prueba que no podemos superar, como vencer un monstruo que quiere comernos o algo así. A saber si en vez de ganar magia acabamos siendo el almuerzo de alguien» pensó sombríamente. Aun así se levantó con algo de pesadez. No podía negarse que, si había la mínima posibilidad de hacer magia en la salida, quería poder usarla.
Bajó a la armería a por el machete, pero la escena que se encontró logró arrancarle el primer sentimiento desde la tarde anterior. Primero se quedó abriendo y cerrando la boca varias veces, en estado de shock. Luego su cerebro logró encontrar la forma de hablar. O chillar, más bien.
—¡¿Pero qué ha pasado aquí?!
Se acercó al baúl de los cristales, viendo, con alivio, que muy pocos habían acabado rotos. Por un momento había pensado que su mejor baza para sobrevivir se había esfumado, pero no. La explicación acerca de lo que había pensado hizo que frunciera el ceño y mirara con suspicacia al pájaro. «No... Ni siquiera él habría destruido nuestra mejor baza para sobrevivir, ¿no?» se preguntó, inquieto. «Además, si lo hubiera hecho a posta habría destruido más, muchos más, no sólo unos pocos» más tranquilo, fue a por su arma.
—Ten más cuidado, podrías haber acabado con una heridas mucho más graves. Menos mal que eran los cristales los que estaban ahí, y no una espada. Y menos mal que te has dado con las manos, y no con la cabeza —«y menos mal que te has cargado pocos y no nos has sentenciado a muerte» añadió para sus adentros. Prefirió callárselo, no obstante. No estaba la ocasión para provocar más crispación.
Si bien antes de salir fue a recoger otra cosa: los dos cristales, completamente cargados, que escondía bajo su cama.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
17/02/15, 09:32 pm
Cuando la noche cayó la mayoría optaron por cambiarse de cuarto, pero Eara decidió quedarse y, tras asegurarle a Ayne repetidas veces que no había ningún riesgo, durmieron donde solían. A la sinhadre le preocupaba que Armonía pudiera despertarse mal en medio de la noche. Contaban con que uno u otro se diese cuenta si algo iba mal, y podía ir mal más de una cosa tratándose de aquella roquense.
A la mañana siguiente se despertaron antes del amanecer, y entre tareas y baños se hizo de día, aunque ya estaban de vuelta en el cuarto antes de que eso sucediera. No se enteraron del revuelo que tuvo lugar en el piso inferior porque tuvieron que lidiar con Armonía hasta que volvió a caer rendida. Luego conversaron acerca de la salida que harían ese día.
—No debería dejar sola a Armonía, Kirés va a salir y os hace más falta en la calle. Aun así me habría gustado hablar con Kimbra yo misma.
—Confía en nosotros, mujer, te diremos palabra por palabra todo lo que diga.
Ella lo miró dubitativa un instante, sopesando cuántos conocimientos había adquirido Ayne mirando a su madre y la aurva de esta. Probablemente poca.
—¿Sabes qué tienes que buscar en la biblioteca? —Cambió de tema a propósito.
—Libros como los que había en la herboristería, sí… —Respondió, burlón. Le dolía que se fiase tan poco—. Y mirar si sale algo parecido a lo que tenemos a mano, ¿no?
—Y los parásitos…
—No me olvido, pero seguro que Kirés u otro tiene más interés en eso. Tranquila, encontraré algo útil —añadió, acompañándolo de una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora. No pareció funcionar demasiado, pero era difícil de decir cuando se trataba de Eara.
Al bajar se enteraron de lo que había pasado con Tesón de forma resumida, por eso no le dieron demasiada importancia al verse que estaba bien, como también la mayoría de los cristales. Eso no impidió que Ayne le susurrase a su aurva entre dientes y con una sonrisa de disimulo para quien estuviera mirando:
—No lo pierdas mucho rato de vista.
Dejaban el torreón demasiado vacío para el gusto del edeel. ¿No había gritado infinidad de incoherencias Tesón el día anterior? Se preguntaba si seguía enfadado por todo lo que había pasado y fiel a sus estúpidas creencias sobre magia y sobre los parásitos de Armonía.
Sabiendo que podían estar bastantes horas fuera, Eara les preparó un hatillo con fruta para que repusieran fuerzas y líquidos si se alargaba la caminata por cualquier motivo. Se puso un poco nerviosa, como cada vez que alguien salía, pero no dejó que se notara. Ayne hacía un esfuerzo aún mayor para lo mismo. Había cogido su sable y, mientras el grupo abandonaba el torreón hizo una última broma, demasiado serio para parecer lo que pretendía que fuera.
—Espero que hoy no haya que correr.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
A la mañana siguiente se despertaron antes del amanecer, y entre tareas y baños se hizo de día, aunque ya estaban de vuelta en el cuarto antes de que eso sucediera. No se enteraron del revuelo que tuvo lugar en el piso inferior porque tuvieron que lidiar con Armonía hasta que volvió a caer rendida. Luego conversaron acerca de la salida que harían ese día.
—No debería dejar sola a Armonía, Kirés va a salir y os hace más falta en la calle. Aun así me habría gustado hablar con Kimbra yo misma.
—Confía en nosotros, mujer, te diremos palabra por palabra todo lo que diga.
Ella lo miró dubitativa un instante, sopesando cuántos conocimientos había adquirido Ayne mirando a su madre y la aurva de esta. Probablemente poca.
—¿Sabes qué tienes que buscar en la biblioteca? —Cambió de tema a propósito.
—Libros como los que había en la herboristería, sí… —Respondió, burlón. Le dolía que se fiase tan poco—. Y mirar si sale algo parecido a lo que tenemos a mano, ¿no?
—Y los parásitos…
—No me olvido, pero seguro que Kirés u otro tiene más interés en eso. Tranquila, encontraré algo útil —añadió, acompañándolo de una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora. No pareció funcionar demasiado, pero era difícil de decir cuando se trataba de Eara.
Al bajar se enteraron de lo que había pasado con Tesón de forma resumida, por eso no le dieron demasiada importancia al verse que estaba bien, como también la mayoría de los cristales. Eso no impidió que Ayne le susurrase a su aurva entre dientes y con una sonrisa de disimulo para quien estuviera mirando:
—No lo pierdas mucho rato de vista.
Dejaban el torreón demasiado vacío para el gusto del edeel. ¿No había gritado infinidad de incoherencias Tesón el día anterior? Se preguntaba si seguía enfadado por todo lo que había pasado y fiel a sus estúpidas creencias sobre magia y sobre los parásitos de Armonía.
Sabiendo que podían estar bastantes horas fuera, Eara les preparó un hatillo con fruta para que repusieran fuerzas y líquidos si se alargaba la caminata por cualquier motivo. Se puso un poco nerviosa, como cada vez que alguien salía, pero no dejó que se notara. Ayne hacía un esfuerzo aún mayor para lo mismo. Había cogido su sable y, mientras el grupo abandonaba el torreón hizo una última broma, demasiado serio para parecer lo que pretendía que fuera.
—Espero que hoy no haya que correr.
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- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
18/02/15, 07:18 pm
Algo de lo que Tesón había dicho no acababa de cuadrar en la mente de Twixy's, pero lo poco que le importaba el pájaro impidió que se parase demasiado a analizar el qué. Cruzó los brazos, haciendo subir su exuberante pecho y torció la boca en una mueca.
-¿Que no superhemos hecho nada? Megaintentamos parar a ese loco, y Eara y Kirés llevan toda la noche hipercuidando de Armonía. Así que deja de megaser un gruñón total que te rompes, borde.
Se fue indignada. Ver a tanta gente ya levantada y prácticamente lista para salir reunida en la cocina le levantó el ánimo. Desayunó lo que había hecho Samika y pidió a Kirés consejo sobre qué arma podría llevar. Un cuchillo de caza, una lanza y un escudo fueron su elección. De ropa quiso lucirse, pues al fin y al cabo volverían a ver a los de Lletargo, así que se puso unos pantalones mínimos, uno de los sujetadores más bonitos que había encontrado y un blusón blanco desgastado que se le caía de un hombro. Se dejó su pelo natural, recogido en una cola alta para que no le molestase y salió tras los demás, casi dando saltitos de la emoción. Era su primera excursión fuera del torreón que no fuese para recoger cestas.
Sigue en la cicatriz de Arax
-¿Que no superhemos hecho nada? Megaintentamos parar a ese loco, y Eara y Kirés llevan toda la noche hipercuidando de Armonía. Así que deja de megaser un gruñón total que te rompes, borde.
Se fue indignada. Ver a tanta gente ya levantada y prácticamente lista para salir reunida en la cocina le levantó el ánimo. Desayunó lo que había hecho Samika y pidió a Kirés consejo sobre qué arma podría llevar. Un cuchillo de caza, una lanza y un escudo fueron su elección. De ropa quiso lucirse, pues al fin y al cabo volverían a ver a los de Lletargo, así que se puso unos pantalones mínimos, uno de los sujetadores más bonitos que había encontrado y un blusón blanco desgastado que se le caía de un hombro. Se dejó su pelo natural, recogido en una cola alta para que no le molestase y salió tras los demás, casi dando saltitos de la emoción. Era su primera excursión fuera del torreón que no fuese para recoger cestas.
Sigue en la cicatriz de Arax
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
18/02/15, 07:53 pm
¡Y apareció Hal! Al roquense le costó poco disfrazar su euforia al ver su reacción al contemplar los cristales, pero habría deseado poder expresarse de lo lindo. Cómo le habría gustado revelarle la verdad, ahí, delante del resto, y ver su cara de no haber roto un cuenco en su vida hacerse añicos. ¿Se pondría violento? <<¿Ese mequetrefe blanducho, violento? Le veo más capaz de romperse por dentro del cabreo y quedar hecho un trapo en el suelo>> Pero no sería ese el momento de liarla tanto contando la verdad. Y menos después de todo lo que dijo. <<¡Se preocupa por mí! Están locos estos desplumados>>
Twixy's por su parte también le respondió y el roquense se encogió de hombros. Le importaba bien poco lo que dijera mientras no le complicase la existencia, y como no había rastro de que le hubiera pillado, dicha existencia acababa de mejorar.
Decidió responder a los dos a la vez según recogía sus cosas y se iba escaleras arriba.
-Tranquilo, macho, que solo son cortes de nada. ¿Nunca te has cortado tallan... Vale, no. Ni para eso servís. Y menos tonterías, hembra, que menudas locuras tengo que aguantar para encima presenciar cómo casi matáis a Armonía.
Lo último que dijo al grupo que salía fue un sincero comentario:
-¡Id a paseo y volved enteros si podéis!
En cuanto se fueron a su maldito edificio herético -que ojalá no lo consiguieran, aunque por ello perdiera al único decente, Kirés- se armó de valor y se acercó a Eara.
-¿Cómo y qué puedo hacer para ayudar con Armonía? En casa era constructor de edificios, no sé nada de esto. Me pongo a tu disposición -le dijo, rematando con una inclinación de cabeza bastante respetuosa para lo que acostumbraba a hacer.
Twixy's por su parte también le respondió y el roquense se encogió de hombros. Le importaba bien poco lo que dijera mientras no le complicase la existencia, y como no había rastro de que le hubiera pillado, dicha existencia acababa de mejorar.
Decidió responder a los dos a la vez según recogía sus cosas y se iba escaleras arriba.
-Tranquilo, macho, que solo son cortes de nada. ¿Nunca te has cortado tallan... Vale, no. Ni para eso servís. Y menos tonterías, hembra, que menudas locuras tengo que aguantar para encima presenciar cómo casi matáis a Armonía.
Lo último que dijo al grupo que salía fue un sincero comentario:
-¡Id a paseo y volved enteros si podéis!
En cuanto se fueron a su maldito edificio herético -que ojalá no lo consiguieran, aunque por ello perdiera al único decente, Kirés- se armó de valor y se acercó a Eara.
-¿Cómo y qué puedo hacer para ayudar con Armonía? En casa era constructor de edificios, no sé nada de esto. Me pongo a tu disposición -le dijo, rematando con una inclinación de cabeza bastante respetuosa para lo que acostumbraba a hacer.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
19/02/15, 08:39 pm
Eara solo gastó unos minutos en revisar qué había dentro de las cestas, planificando lo que cocinaría ese día más tarde. Luego subió de nuevo las escaleras, dispuesta a limpiar las habitaciones sin alejarse demasiado de la roquense. Se llevó una grata sorpresa al acercársele Tesón con buenas intenciones. Eso era extraño en él, pero en vez de tomárselo como algo anormal, decidió que debía de haberse arrepentido de cómo había actuado el día anterior «todo el mundo se puso nervioso, lo mismo va para él», y precisamente porque se trataba de su adorada Armonía le creyó y le mostró una sonrisa. Ayne estaría contento, aun sin pretenderlo había terminado rondando cerca de Tesón.
—En realidad me viene de maravilla contar con tu ayuda, Tesón —le dijo, esperando hacerlo sentirse útil—. Hay cosas que sabes tú mejor que yo simplemente por ser roquense como ella. ¿Podrías decirme si tiene fiebre? ¿Si hay algo extraño en ella que no hayamos visto los demás? Solo otro roquense puede darse cuenta de lo que a nosotros se nos haya pasado por alto.
La herida del proyectil no parecía haberse hinchado fuera de lo normal. La venda estaba caliente al tacto, pero ella no encontraba nada fuera de lo común. Tal vez Tesón sí, pero donde más lo necesitaba era buscando señales de la infección parasitaria en cualquier parte del cuerpo.
—En realidad me viene de maravilla contar con tu ayuda, Tesón —le dijo, esperando hacerlo sentirse útil—. Hay cosas que sabes tú mejor que yo simplemente por ser roquense como ella. ¿Podrías decirme si tiene fiebre? ¿Si hay algo extraño en ella que no hayamos visto los demás? Solo otro roquense puede darse cuenta de lo que a nosotros se nos haya pasado por alto.
La herida del proyectil no parecía haberse hinchado fuera de lo normal. La venda estaba caliente al tacto, pero ella no encontraba nada fuera de lo común. Tal vez Tesón sí, pero donde más lo necesitaba era buscando señales de la infección parasitaria en cualquier parte del cuerpo.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
19/02/15, 11:50 pm
Si Ergot tuviese algunas nociones sobre la cultura humana occidental no hubiese dudado en sacarle la lengua a Kirés por su contestación, pero como no era su caso, se contentó con seguir saltando sobre el sofá ignorándole en la mayor medida de lo posible.
El repoblador no se unió a la excursión propuesta por varias razones, entre ellas que esa tal Kimbra le ponía nervioso y que las cosas llamadas libros por lo que había visto le superaban de tamaño. Pero el motivo oculto por el que se quedaba era superior a cualquier otro.
“Bien, en el torreón solo nos quedamos 5… Y uno de nosotros esta en cama y más muerto que vivo. Aun así, no será fácil. El peor de todos es sin duda Tesón. Tengo que evitarlo a cualquier precio. No es una misión imposible, solo complicada. Lemus es fácil, creo que tiene la suficiente inteligencia como para mantenerse alejado de Armonía. Eara será lo más difícil…”
En cuanto sus compañeros salieron por la puerta, Ergot abandono el sofá y de un salto se encontró en el suelo. Corrió a la armería, escogió el arma que le pareció más adecuada para la misión, una contundente hacha tamaño repoblador que no superaba los 5 centímetros de largo. Subió a la planta superior atravesando la planta principal de un suspiro. Su plan era extraordinariamente simple: Entrar a escondidas en el cuarto y matar a la roquense. Rápido y sencillo. Nada puede salir mal.
Una vez en el pasillo se dirigió hacia la habitación pero en ese momento apareció Eara y de un salto el repoblador, con los nervios a flor de piel, se colgó del techo con su cola mientras le suplicaba a la Diosa que le ayudase, por suerte no le vio la sinhadre. Cuando se sintió a salvo, volvió a ponerse en marcha, esta vez por el techo, se deslizo por la pared hasta el marco de la puerta de la enferma pero en cuanto se dispuso a entrar, Eara volvió a aparecer en su campo de visión mientras limpiaba las habitaciones, le dio otro ataque al corazón y saltó a la pared contraria por puro instinto. Tuvo que soltar aire un par de veces hasta que armándose de valor decidió arriesgar el todo por el todo, y ya que la puerta ahora le hacía frente solo tenía que saltar dentro y matar. Antes de la acción hizo la cuenta atrás en su mente: “Cinco… cuatro… tres y medio… tres… dos y un poco… dos y un poco menos… dos… uno… cer-TESÓN!!” Apenas le dio tiempo a cambiar la dirección del salto para caer de culo en las escaleras, no conseguía escuchar la conversación entre el plumífero y Eara de lo rápido que le latía el corazoncito. “Por todas las raíces venenosas del macetero… ¡Estos seres quieren matarme a sustos!” Al menos esto último le convenció que debía cambiar de plan de ataque. No tardó mucho en recomponerse y en tener otro plan listo. Se puso en pie, murmurando: -Plan Hongo-Altamente-Salado-Pegado-A-La-Corteza fallido, pasemos al plan Hermosa-Flor-Azul-Morada-Verde-Amarilla.-
Volvió a la armería. Su plan era ligeramente simple: Tirar un par de cosas en la armería para hacer ruido que atraiga al resto, subir al cuarto a escondidas y matar al plumífero con gusanitos. No tan rápido pero sencillo. Pocas cosas pueden salir mal.
Se acercó a los objetos de gran tamaño. Decidió que lo mejor era empujar un escudo de madera que estaba rodeado de cuchillos y que este tirara el resto, con lo que podemos llamar efecto domino. Comenzó a empujarlo sin muchos resultados, el peso era un gran inconveniente, en un esfuerzo abismal consiguió moverlo un par de centímetros y lo hizo chocar contra un espadón viejo y roñoso con la mala suerte de que cayó en su dirección. Ergot tuvo que tirarse al suelo y rodar para evitar que le podasen los hierbajos de la cabeza y la cabeza misma.
Tirado en el suelo junto a un arma filosa que ni siquiera había realizado su cometido de hacer ruido o de tirar al resto, el repoblador exhalo sus palabras:
-Plan Hermosa-Flor-Azul-Morada-Verde-Amarilla denegado, esto nunca ha ocurrido.- Eso sí, el repoblador estaba lejos de rendirse y mucho faltaba para que el resto regresara, el día aún era joven.
El repoblador no se unió a la excursión propuesta por varias razones, entre ellas que esa tal Kimbra le ponía nervioso y que las cosas llamadas libros por lo que había visto le superaban de tamaño. Pero el motivo oculto por el que se quedaba era superior a cualquier otro.
“Bien, en el torreón solo nos quedamos 5… Y uno de nosotros esta en cama y más muerto que vivo. Aun así, no será fácil. El peor de todos es sin duda Tesón. Tengo que evitarlo a cualquier precio. No es una misión imposible, solo complicada. Lemus es fácil, creo que tiene la suficiente inteligencia como para mantenerse alejado de Armonía. Eara será lo más difícil…”
En cuanto sus compañeros salieron por la puerta, Ergot abandono el sofá y de un salto se encontró en el suelo. Corrió a la armería, escogió el arma que le pareció más adecuada para la misión, una contundente hacha tamaño repoblador que no superaba los 5 centímetros de largo. Subió a la planta superior atravesando la planta principal de un suspiro. Su plan era extraordinariamente simple: Entrar a escondidas en el cuarto y matar a la roquense. Rápido y sencillo. Nada puede salir mal.
Una vez en el pasillo se dirigió hacia la habitación pero en ese momento apareció Eara y de un salto el repoblador, con los nervios a flor de piel, se colgó del techo con su cola mientras le suplicaba a la Diosa que le ayudase, por suerte no le vio la sinhadre. Cuando se sintió a salvo, volvió a ponerse en marcha, esta vez por el techo, se deslizo por la pared hasta el marco de la puerta de la enferma pero en cuanto se dispuso a entrar, Eara volvió a aparecer en su campo de visión mientras limpiaba las habitaciones, le dio otro ataque al corazón y saltó a la pared contraria por puro instinto. Tuvo que soltar aire un par de veces hasta que armándose de valor decidió arriesgar el todo por el todo, y ya que la puerta ahora le hacía frente solo tenía que saltar dentro y matar. Antes de la acción hizo la cuenta atrás en su mente: “Cinco… cuatro… tres y medio… tres… dos y un poco… dos y un poco menos… dos… uno… cer-TESÓN!!” Apenas le dio tiempo a cambiar la dirección del salto para caer de culo en las escaleras, no conseguía escuchar la conversación entre el plumífero y Eara de lo rápido que le latía el corazoncito. “Por todas las raíces venenosas del macetero… ¡Estos seres quieren matarme a sustos!” Al menos esto último le convenció que debía cambiar de plan de ataque. No tardó mucho en recomponerse y en tener otro plan listo. Se puso en pie, murmurando: -Plan Hongo-Altamente-Salado-Pegado-A-La-Corteza fallido, pasemos al plan Hermosa-Flor-Azul-Morada-Verde-Amarilla.-
Volvió a la armería. Su plan era ligeramente simple: Tirar un par de cosas en la armería para hacer ruido que atraiga al resto, subir al cuarto a escondidas y matar al plumífero con gusanitos. No tan rápido pero sencillo. Pocas cosas pueden salir mal.
Se acercó a los objetos de gran tamaño. Decidió que lo mejor era empujar un escudo de madera que estaba rodeado de cuchillos y que este tirara el resto, con lo que podemos llamar efecto domino. Comenzó a empujarlo sin muchos resultados, el peso era un gran inconveniente, en un esfuerzo abismal consiguió moverlo un par de centímetros y lo hizo chocar contra un espadón viejo y roñoso con la mala suerte de que cayó en su dirección. Ergot tuvo que tirarse al suelo y rodar para evitar que le podasen los hierbajos de la cabeza y la cabeza misma.
Tirado en el suelo junto a un arma filosa que ni siquiera había realizado su cometido de hacer ruido o de tirar al resto, el repoblador exhalo sus palabras:
-Plan Hermosa-Flor-Azul-Morada-Verde-Amarilla denegado, esto nunca ha ocurrido.- Eso sí, el repoblador estaba lejos de rendirse y mucho faltaba para que el resto regresara, el día aún era joven.
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- Shiogen
Ficha de cosechado
Nombre: Emmit
Especie: Humano
Habilidades: Planificación, habilidad mental, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
21/02/15, 04:59 pm
Al intentar hablar con Twixy`s, recordó que tenía que equiparse, la conversación quedaría pendiente, al fin y al cabo en la biblioteca estarían los interesados en la magia.
Bajo a la armería y tomo su Bo con puntas metálicas, esta vez también se llevó dos dagas.
Al dirigirse al salón, escucho la voz de aquellos que iban a salir hacia la biblioteca, estaba emocionado pero al mismo tiempo un gran numero de interrogantes lo acosaban. Se reunió con el grupo y se dispuso a partir.
Sigue en Cicatriz de Arax
Bajo a la armería y tomo su Bo con puntas metálicas, esta vez también se llevó dos dagas.
Al dirigirse al salón, escucho la voz de aquellos que iban a salir hacia la biblioteca, estaba emocionado pero al mismo tiempo un gran numero de interrogantes lo acosaban. Se reunió con el grupo y se dispuso a partir.
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- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
21/02/15, 07:27 pm
Desgraciadamente, Tesón nunca se había interesado por las enfermedades. Solo las suyas, claro, pero había gozado de buena salud allá en Roca Sagrada y siempre que alguien cercano enfermaba, ponía distancia. Así que no tenía mucha idea. Lo poco que sabía era reconocer síntomas básicos como la fiebre. El resto era pura superstición y miedos varios. De haber estado en casa, jamás de los jamases se habría acercado a Armonía, pero tenía que aparentar, así que controló con esfuerzo los temblores que le bajaban por las piernas. Con suerte, si Eara lo notaba, lo achacaría a que temía por la vida de su compañera y no a miedo de contagiarse.
—Haré... Haré lo que pueda.
Se acercó a la roquense y, con la poca valentía que tenía, se acercó más y más hasta que pudo tocarle la frente con una mano que, si por él fuera, quemaría posteriormente. Al instante la retiró, asustado, y trastabilló hacia atrás. Estaba asustado y el poco control que tenía en estos casos lo había perdido.
—¡Está ardiendo! ¡Y mira cómo suda! No puede estar mejor... ¿Está empeorando? ¿Cómo sabemos que no puede contagiarme por el contacto o por compartir el aire?
Sin embargo, en cuanto se quedó en silencio y volvió a mirar a la roquense, recapacitó. Si les hacía creer que estaba empeorando, seguramente darían la razón a Ergot para matarla antes de que fuera peor para todos. Y, realmente, si estaba sufriendo, sería la mejor opción. Pero si sobrevivía, era su única aliada en el conflicto religioso.
—Disculpa... No tengo buenos recuerdos de Roca Sagrada lidiando con enfermedades... Tiene fiebre, está sudando y creo que nada más. Pero creo que está mejor. No hay gusanos ya, ¿verdad? Tiene que estar mejor entonces —dijo, con un tono bastante inseguro. Para reafirmarse, añadió— . Mis constructores a veces enfermaban y como jefe tenía que encargarme de ellos... De roquenses sí que sé, obviamente. Dije que no sabía pero en general... De vosotros y demás. ¡Obvio, no soy un desplumado como vosotros! Pero Armonía está bien, seguro, solo hay que mirarla. Se recuperará, sin duda —pero entonces recordó algo y puso una mueca de odio—. Siempre y cuando ese enano loco no intente algo...
Iba a reventar si seguía hablando, así que aprovechó que su cama quedaba cerca, la arrastró hacia la de Armonía para estar aún más cerca y se sentó.
—¿Hay que hacer algo, necesitas que haga algo? —inquirió luego.
—Haré... Haré lo que pueda.
Se acercó a la roquense y, con la poca valentía que tenía, se acercó más y más hasta que pudo tocarle la frente con una mano que, si por él fuera, quemaría posteriormente. Al instante la retiró, asustado, y trastabilló hacia atrás. Estaba asustado y el poco control que tenía en estos casos lo había perdido.
—¡Está ardiendo! ¡Y mira cómo suda! No puede estar mejor... ¿Está empeorando? ¿Cómo sabemos que no puede contagiarme por el contacto o por compartir el aire?
Sin embargo, en cuanto se quedó en silencio y volvió a mirar a la roquense, recapacitó. Si les hacía creer que estaba empeorando, seguramente darían la razón a Ergot para matarla antes de que fuera peor para todos. Y, realmente, si estaba sufriendo, sería la mejor opción. Pero si sobrevivía, era su única aliada en el conflicto religioso.
—Disculpa... No tengo buenos recuerdos de Roca Sagrada lidiando con enfermedades... Tiene fiebre, está sudando y creo que nada más. Pero creo que está mejor. No hay gusanos ya, ¿verdad? Tiene que estar mejor entonces —dijo, con un tono bastante inseguro. Para reafirmarse, añadió— . Mis constructores a veces enfermaban y como jefe tenía que encargarme de ellos... De roquenses sí que sé, obviamente. Dije que no sabía pero en general... De vosotros y demás. ¡Obvio, no soy un desplumado como vosotros! Pero Armonía está bien, seguro, solo hay que mirarla. Se recuperará, sin duda —pero entonces recordó algo y puso una mueca de odio—. Siempre y cuando ese enano loco no intente algo...
Iba a reventar si seguía hablando, así que aprovechó que su cama quedaba cerca, la arrastró hacia la de Armonía para estar aún más cerca y se sentó.
—¿Hay que hacer algo, necesitas que haga algo? —inquirió luego.
No Hope. No Dreams. No Love.
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- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
21/02/15, 08:16 pm
Eara le dedicó una mirada de ánimo al roquense en cuanto aceptó y comenzó a acercarse a la cama. Notaba su reticencia, pero como él mismo había dicho, era constructor, no sanador ni nada parecido. A la chica le parecía normal que dudase. Sin embargo, al extender la mano fue cuando se dio cuenta de que tenía cortes en ella. «Deben de ser por lo que pasó…». Se sintió mal por no haberlos visto antes. Solo la distrajo que Tesón confirmara que estaba ardiendo.
—Me había parecido que estaba muy caliente, pero no sabía… —Al instante cogió un paño y empezó a remojarlo en el barreño de agua limpia que había al lado de la cama. Dejó a Tesón seguir hablando mientras tanto—. No parece estar mejorando tampoco —le respondió, sin ser capaz de mentir, aunque con delicadeza. Antes del día en que había llorado gusanos estaba, como mínimo, sosteniéndose por su cuenta—. Pero no te preocupes por el contagio, Tesón. Es cuestión de cuidar la higiene. Lávate las manos después de estar con ella porque no sabemos donde más pueden alojarse los parásitos. —Con el trapo húmedo trataba de refrescar a la roquense mientras hablaba. Tesón se había ofrecido a hacer algo más, pero antes de nada debería hacer algo con sus propios cortes—. Deberías cuidar primero de ti mismo. Teniendo las manos así… —Había pasado por alto la mención a Ergot para evitar que el roquense pensase en el tema. No creía que el pequeño repoblador continuase en sus trece, pero su actitud sin duda había sido la que más había hecho enfadar a Tesón de todas—. Tenemos vendas cortadas que sobraron de anoche y hay otro barreño de agua hervida. Si después de eso aún quieres ayudar, hay varias cosas que podrías hacer —sugirió afablemente.
—Me había parecido que estaba muy caliente, pero no sabía… —Al instante cogió un paño y empezó a remojarlo en el barreño de agua limpia que había al lado de la cama. Dejó a Tesón seguir hablando mientras tanto—. No parece estar mejorando tampoco —le respondió, sin ser capaz de mentir, aunque con delicadeza. Antes del día en que había llorado gusanos estaba, como mínimo, sosteniéndose por su cuenta—. Pero no te preocupes por el contagio, Tesón. Es cuestión de cuidar la higiene. Lávate las manos después de estar con ella porque no sabemos donde más pueden alojarse los parásitos. —Con el trapo húmedo trataba de refrescar a la roquense mientras hablaba. Tesón se había ofrecido a hacer algo más, pero antes de nada debería hacer algo con sus propios cortes—. Deberías cuidar primero de ti mismo. Teniendo las manos así… —Había pasado por alto la mención a Ergot para evitar que el roquense pensase en el tema. No creía que el pequeño repoblador continuase en sus trece, pero su actitud sin duda había sido la que más había hecho enfadar a Tesón de todas—. Tenemos vendas cortadas que sobraron de anoche y hay otro barreño de agua hervida. Si después de eso aún quieres ayudar, hay varias cosas que podrías hacer —sugirió afablemente.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
21/02/15, 08:28 pm
En cuanto Eara mencionó sus manos, el miedo aumentó. ¡¡Podía contagiarse si no se cuidaba!! No sabía con qué intención le habló la hembra de las vendas, pero rápidamente se levantó y fue a por ellas. Tenía cortes. Había vendas limpias. Solo tenía que sumar y el resultado tras unos minutos (por la Voz, ¿por qué era tan difícil ponerse unas vendas?) acabó con las manos cubiertas como pudo. Al menos los cortes ya no estaban visibles. Se había lavado antes, por supuesto.
—Claro que quiero ayudar, ¿por quién me tomas? No soy ningún cobarde. Dime qué debo hacer.
—Claro que quiero ayudar, ¿por quién me tomas? No soy ningún cobarde. Dime qué debo hacer.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
22/02/15, 06:56 pm
Poco tardo en recuperar el aliento el enano loco, y llevándose consigo el hacha tamaño bellota, se escapó de la armería y se escondió debajo del sofá.
Sin perder el tiempo se dispuso a realizar el Plan 2(b) ya que el plan 2(a) Hermosa-Flor-Azul-Morada-Verde-Amarilla nunca había existido y nunca se realizó, al menos esa sería la respuesta del repoblador si alguien le llegase a preguntar sobre la espada tirada en el suelo. El plan Adorable-Diente-De-León-Esponjoso era otra de sus grandes y maravillosas ideas, ya que no habían funcionado las simples había que recurrir a estas… y consistía en entrar en la habitación de Armonía pareciendo adorable e inofensivo llevando un afilada hacha, más fácil y sencillo que una pizza de microondas. Para conseguirlo el repoblador sujetaba con sus brazos abdominales el arma del futuro delito, mientras que con su otro par se envolvía en montonones de pelusas atadas entre sí con los pelos de Ayne y Eara y un par que se le habían caído a Twixy’s. Tras unos minutos Ergot parecía una bola de algodón sucio tras la prueba de Tenn abrillantador en la casa de Gran hermano. De esa bola de algodón apenas asomaban los pies, parte de los brazos superiores, la cola y la cabeza del bicho-planta de Maciel. Su reflexión a la hora de crear la gran Idea había sido la siguiente: “Tengo que entrar a matar a Armonía, pero no deben adivinar mis intenciones… tengo que esconder el hacha, si me cubro con algo no pueden ver el hacha… Tengo pelusas y mmmnnn pelos… ¡¡Voy a convertirme en un roedor!! Es perfecto.” En su imaginario se pensó así mismo como una especie de conejo encantador y achuchable pero el resultado estaba más cerca de una zarigüeya salida del averno.
Salir de debajo del sillón había sido una ardua tarea, la consiguió tras varios intentos, pero no era nada en comparación a lo que le esperaba. Cubierto como estaba apenas era capaz de moverse, solo podía dar pequeños saltitos, aunque esto no le importo mucho hasta que se enfrentó a las ahora y recién bautizadas “Escaleras de la destrucción”.
Cuando solo le quedaban tres escalones para llegar al pasillo, Ergot no pudo evitar pensar que esto era lo más cansado que había hecho en su vida. Cada escalón había sido una tortura, no le extrañaría saber que se había pasado muchísimo tiempo subiendo y es que estaba tan paralizado que la distancia más pequeña parecía una travesía de 10 días. El repoblador necesitaba de toda la fuerza de su cola (que cumplía la función de Gato (el de los Coches)) para poder elevarse lo suficiente como para que sus manitas atrapasen el borde del siguiente peldaño y con movimientos esporádicos y un esfuerzo atroz conseguía subir. Esta acción la había repetido hasta la saciedad, solo los ratoncitos de la cenicienta y los transportistas de mudanzas a un noveno piso podrían imaginarse el tedio y el horror que había vivido el repoblador. Llegando ya al último escalón se dijo a sí mismo “Si al menos pudiese sacar los otros dos brazos…” su mente se puso en blanco al darse cuenta con horror que daba igual si llegaba hasta la habitación, era imposible sacar los brazos, por lo tanto el hacha y por lo consiguiente matar a Armonía. Esta revelación le desconcentro tanto que resbalo. Y cayó, rodando escalera abajo.
Ergot volvía a encontrarse en el suelo observando el techo, con el corazón al borde de un paro cardiaco y la mente y los ojos dando más vueltas que una lavadora balay. Por suerte con la caída, las pelusas y los pelos se habían desperdigado a su alrededor y volvía a ser libre de su persona. Entre respiraciones entrecortadas lo único coherente que consiguió decir fue:
-Es curioso (varias respiraciones)… lo, lo poco… que se tarda (traga del esfuerzo.) en bajar…- Necesito de unos diez minutos antes de poder moverse con cierta normalidad. Estaba agotado pero aún lejos de rendirse.
Por suerte el plan 2b que era el 3, le dio la idea para el plan 4 que era el falso 3. El Plan Floreado-Panal-De-Las-Colmenas-Rocosas poseía la esencia contraria al anterior. Esto se basaba en la idea de entrar en la habitación con el hacha pareciendo todo menos inofensivo, en otras palabras, se iba a disfrazar de monstruo, más precisamente de un mini-Rocavarancoles sediento de sangre, gusanos y muerte.
El repoblador se tambaleo al ponerse en pie pero poco le importo, tenía una misión y un plan, no era momento de descansar, se volvió a meter debajo de su sofá tras agrupar sus pelusas y pelos y haberlos guardado bajo los sillones más cercanos al incidente. Desmonto su nido sin premura y se “vistió” con un par de harapos pero no le gusto lo que veía, aún era demasiado verde. Salió de su madriguera y se recorrió toda la planta baja, todas las esquinas y recovecos oscuros, y se pintó con la suciedad que había en ellos. Sus brazos, sus piernas, su rostro, gran parte de su cuerpo estaba marrón y negro, y por primera vez desde que llego a Rocavarancolia pensó que necesitaba un baño pero todavía quería más suciedad, seguía siendo demasiado verde aunque para un repoblador nunca se es lo suficientemente verde.
Fue solo una mirada de reojo, un momento, se fijó en él y tuvo que parar su carrera, ahí estaba el quemador, creador del fuego, seguidor del demonio floral y de la comida caliente, el jorno infernal. Un Jorno que estaba abierto y negro como la boca del lobo. Ergot se acercó con lentitud y en tensión, preparado para huir en cualquier momento. Ya junto a la puerta observo a la criatura que poblaba los sueños del demonio floral y las pesadillas de su mente, las tripas de la bestia estaban repletas de madera quemada, de cenizas, de hollín, de cosas con las que podía ensuciarse en general. Al principio solo metió una mano con cautela y agarro unas pocas de cenizas que se puso por los matojos de hojas que le cubrían la cabeza, poco a poco conforme pasaban los minutos, su confianza aumento y ya tenía la mitad del cuerpo dentro, inclinándose para llegar hasta el fondo donde una montaña de ceniza gris le esperaba con los brazos abiertos. Y después del día que llevaba solo le podía pasar una cosa, se cayó dentro al igual que la bruja de Hansel y Gretel, con la mala suerte que los trapos que llevaba se engancharon en la puerta, arrastrándola con el peso del repoblador y encerrándole dentro de la pesadilla.
Ergot gritó con todas sus fuerzas.
Sin perder el tiempo se dispuso a realizar el Plan 2(b) ya que el plan 2(a) Hermosa-Flor-Azul-Morada-Verde-Amarilla nunca había existido y nunca se realizó, al menos esa sería la respuesta del repoblador si alguien le llegase a preguntar sobre la espada tirada en el suelo. El plan Adorable-Diente-De-León-Esponjoso era otra de sus grandes y maravillosas ideas, ya que no habían funcionado las simples había que recurrir a estas… y consistía en entrar en la habitación de Armonía pareciendo adorable e inofensivo llevando un afilada hacha, más fácil y sencillo que una pizza de microondas. Para conseguirlo el repoblador sujetaba con sus brazos abdominales el arma del futuro delito, mientras que con su otro par se envolvía en montonones de pelusas atadas entre sí con los pelos de Ayne y Eara y un par que se le habían caído a Twixy’s. Tras unos minutos Ergot parecía una bola de algodón sucio tras la prueba de Tenn abrillantador en la casa de Gran hermano. De esa bola de algodón apenas asomaban los pies, parte de los brazos superiores, la cola y la cabeza del bicho-planta de Maciel. Su reflexión a la hora de crear la gran Idea había sido la siguiente: “Tengo que entrar a matar a Armonía, pero no deben adivinar mis intenciones… tengo que esconder el hacha, si me cubro con algo no pueden ver el hacha… Tengo pelusas y mmmnnn pelos… ¡¡Voy a convertirme en un roedor!! Es perfecto.” En su imaginario se pensó así mismo como una especie de conejo encantador y achuchable pero el resultado estaba más cerca de una zarigüeya salida del averno.
Salir de debajo del sillón había sido una ardua tarea, la consiguió tras varios intentos, pero no era nada en comparación a lo que le esperaba. Cubierto como estaba apenas era capaz de moverse, solo podía dar pequeños saltitos, aunque esto no le importo mucho hasta que se enfrentó a las ahora y recién bautizadas “Escaleras de la destrucción”.
Cuando solo le quedaban tres escalones para llegar al pasillo, Ergot no pudo evitar pensar que esto era lo más cansado que había hecho en su vida. Cada escalón había sido una tortura, no le extrañaría saber que se había pasado muchísimo tiempo subiendo y es que estaba tan paralizado que la distancia más pequeña parecía una travesía de 10 días. El repoblador necesitaba de toda la fuerza de su cola (que cumplía la función de Gato (el de los Coches)) para poder elevarse lo suficiente como para que sus manitas atrapasen el borde del siguiente peldaño y con movimientos esporádicos y un esfuerzo atroz conseguía subir. Esta acción la había repetido hasta la saciedad, solo los ratoncitos de la cenicienta y los transportistas de mudanzas a un noveno piso podrían imaginarse el tedio y el horror que había vivido el repoblador. Llegando ya al último escalón se dijo a sí mismo “Si al menos pudiese sacar los otros dos brazos…” su mente se puso en blanco al darse cuenta con horror que daba igual si llegaba hasta la habitación, era imposible sacar los brazos, por lo tanto el hacha y por lo consiguiente matar a Armonía. Esta revelación le desconcentro tanto que resbalo. Y cayó, rodando escalera abajo.
Ergot volvía a encontrarse en el suelo observando el techo, con el corazón al borde de un paro cardiaco y la mente y los ojos dando más vueltas que una lavadora balay. Por suerte con la caída, las pelusas y los pelos se habían desperdigado a su alrededor y volvía a ser libre de su persona. Entre respiraciones entrecortadas lo único coherente que consiguió decir fue:
-Es curioso (varias respiraciones)… lo, lo poco… que se tarda (traga del esfuerzo.) en bajar…- Necesito de unos diez minutos antes de poder moverse con cierta normalidad. Estaba agotado pero aún lejos de rendirse.
Por suerte el plan 2b que era el 3, le dio la idea para el plan 4 que era el falso 3. El Plan Floreado-Panal-De-Las-Colmenas-Rocosas poseía la esencia contraria al anterior. Esto se basaba en la idea de entrar en la habitación con el hacha pareciendo todo menos inofensivo, en otras palabras, se iba a disfrazar de monstruo, más precisamente de un mini-Rocavarancoles sediento de sangre, gusanos y muerte.
El repoblador se tambaleo al ponerse en pie pero poco le importo, tenía una misión y un plan, no era momento de descansar, se volvió a meter debajo de su sofá tras agrupar sus pelusas y pelos y haberlos guardado bajo los sillones más cercanos al incidente. Desmonto su nido sin premura y se “vistió” con un par de harapos pero no le gusto lo que veía, aún era demasiado verde. Salió de su madriguera y se recorrió toda la planta baja, todas las esquinas y recovecos oscuros, y se pintó con la suciedad que había en ellos. Sus brazos, sus piernas, su rostro, gran parte de su cuerpo estaba marrón y negro, y por primera vez desde que llego a Rocavarancolia pensó que necesitaba un baño pero todavía quería más suciedad, seguía siendo demasiado verde aunque para un repoblador nunca se es lo suficientemente verde.
Fue solo una mirada de reojo, un momento, se fijó en él y tuvo que parar su carrera, ahí estaba el quemador, creador del fuego, seguidor del demonio floral y de la comida caliente, el jorno infernal. Un Jorno que estaba abierto y negro como la boca del lobo. Ergot se acercó con lentitud y en tensión, preparado para huir en cualquier momento. Ya junto a la puerta observo a la criatura que poblaba los sueños del demonio floral y las pesadillas de su mente, las tripas de la bestia estaban repletas de madera quemada, de cenizas, de hollín, de cosas con las que podía ensuciarse en general. Al principio solo metió una mano con cautela y agarro unas pocas de cenizas que se puso por los matojos de hojas que le cubrían la cabeza, poco a poco conforme pasaban los minutos, su confianza aumento y ya tenía la mitad del cuerpo dentro, inclinándose para llegar hasta el fondo donde una montaña de ceniza gris le esperaba con los brazos abiertos. Y después del día que llevaba solo le podía pasar una cosa, se cayó dentro al igual que la bruja de Hansel y Gretel, con la mala suerte que los trapos que llevaba se engancharon en la puerta, arrastrándola con el peso del repoblador y encerrándole dentro de la pesadilla.
Ergot gritó con todas sus fuerzas.
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
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