Torreón Maciel (Archivo VII)
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Torreón Maciel (Archivo VII)
05/08/13, 03:48 am
Recuerdo del primer mensaje :
Torreón de cuatro plantas de piedra azulada, cuya azotea y última planta fueron destrozadas por una ballena, de la que ya solo queda el esqueleto. Allí anidan las estirges. Se accede por un puende levadizo y un portón. El corredor de la entrada está plagado de pintadas y mensajes y termina en una reja llena de púas. El patio, donde se reparten algunas vértebras del animal del techo, está rodeado de un muro coronado con cristales, y en el centro de éste hay una estatua de gran pájaro negro con el pico serrado en cuya base está apoyado el reloj robado del torreón Margalar.
- Ver mensajes anteriores (click aquí):
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
31/01/15, 02:31 am
En un segundo estaba conversando amenamente con Ruth y Devoss y al siguiente, todo el salón era un caos. Para Samika todo fue demasiado rápido. Los gritos de alguien cuya voz apenas se escuchaba en el torreón le hizo sobresaltarse, aun mas por las palabras que eran pronunciadas. No supo bien que ocurrió pues ante siquiera de poder reaccionar o saber que pasaba con Armonía unas manos la alejaron del tumulto, sintiendo los brazos de Twixy's aferrarse a ella con fuerza. Ahí supo que todo estaba mal, terriblemente mal. Y a su alrededor todo se volvió caos.
Gritos de sus compañeros y de gente del otro grupo, movimientos de sombras que escapaban a su comprensión, la información llegando tan fragmentada a ella que solo lograba incomodarla. Los temblores sacudieron todo su cuerpo, sin saber que hacer o como reaccionar a algo que escapaba totalmente a su entendimiento. Se bloqueo por completo, tan fuera de lugar y sintiéndose frágil e incapaz de hacer nada, de poder articular palabra y lo gritos histéricos de Twixy's, que la abrazaba alejándola de todo el caos que se había formado, solo incrementaba su propios nervios. "¿¡Que esta pasando!?¿¡Alguien fue herido!?¿¡Donde están todos!?Armonía...Armonía...¿alguien la paro? ¡Por favor...hablad!" pensaba impotente y sintiendo sus ojos llenarse de lagrimas empeorando aun mas su visión. Para ella todo estaban fuera de su rango a excepción de Twixys, incapaz de saber que pasaba, todos ellos solo sombras moviéndose por la sala con voces que mostraban miedo o amenaza en sus tonos y que no le aclaraban nada de la situación. Era un infierno, la preocupación la consumía, los nervios la paralizaban y era incapaz de alzar la voz. Y de algún modo en miedo de todo el caos un voz imperiosa y suave se escucho dándole todo esos datos que que necesitaba para conocer la situación. Irianna en su intento de frenar todo el caos le daba a Samika la información sobre lo que estaba ocurriendo a su alrededor lejos de las amenazas o los insultos, calmando la ansiedad que empezaba a sentir ante su imposibilidad de ver por si misma lo que pasaba
"¡Están todos locos¡ Disparando flechas, Armonia intentando atacar a Varsai, Sekk herido. Esto es un caos...haz algo, lo que sea, haz algo...reconponte. Hay que hacer algo ¡ya!¡ Deja de temblar!" pensó sintiendo sus manos temblar pero intentando por todo los medios de recuperarse del susto. Habia notado la voz de Irianna apenas llegar a sus oídos al termino de sus palabras y temió que lo nervios hubiesen terminado con ella como aun consumían a la propia Samika. Armonía formaba parte de ellos, desquiciada o no era el deber de su grupo el lidiar con ella. Debían sacarla de allí antes de que ocurriese una desgracia, y con el temor aun haciéndole temblar intento poner cierta seguridad en su voz, una que no sentía. Tomando aire para serenarse un poco, se limpio las lagrimas que no terminaban de caer con brusquedad antes de finalmente hablar.
-Abajo...a las mazmorra... ¡Tesón o quien sea, que la lleve a una de las celdas hasta que se tranquilice, antes de que intente atacar a alguien mas! ¡Y quitarle el arma si aun la tiene!-su voz intentando ser imperiosa pero terminando por sonar mas con un ruego como una suplica, no quería escuchar gritos advirtiéndole que alguien había sido de total gravedad. O algo incluso peor que eso. Armonía había enloquecido sin razón aparente y no podían dejarla ahí suelta como si nada, tenían que hacer algo con ella. Esperaba que sus compañeros estuvieran de acuerdo en que tenerla por ahí suelta en su estado actual de enloquecimiento, era un peligro-Sekk...tu herida, hay que tratarla de inmediato o puede infectarse -dijo sonando lo mas segura que podía a pesar que sus piernas aun temblaban contra su voluntad y era incapaz de soltarse del ferrero agarre que Twixy's mantenía sobre ella y que Samika correspondía.
Gritos de sus compañeros y de gente del otro grupo, movimientos de sombras que escapaban a su comprensión, la información llegando tan fragmentada a ella que solo lograba incomodarla. Los temblores sacudieron todo su cuerpo, sin saber que hacer o como reaccionar a algo que escapaba totalmente a su entendimiento. Se bloqueo por completo, tan fuera de lugar y sintiéndose frágil e incapaz de hacer nada, de poder articular palabra y lo gritos histéricos de Twixy's, que la abrazaba alejándola de todo el caos que se había formado, solo incrementaba su propios nervios. "¿¡Que esta pasando!?¿¡Alguien fue herido!?¿¡Donde están todos!?Armonía...Armonía...¿alguien la paro? ¡Por favor...hablad!" pensaba impotente y sintiendo sus ojos llenarse de lagrimas empeorando aun mas su visión. Para ella todo estaban fuera de su rango a excepción de Twixys, incapaz de saber que pasaba, todos ellos solo sombras moviéndose por la sala con voces que mostraban miedo o amenaza en sus tonos y que no le aclaraban nada de la situación. Era un infierno, la preocupación la consumía, los nervios la paralizaban y era incapaz de alzar la voz. Y de algún modo en miedo de todo el caos un voz imperiosa y suave se escucho dándole todo esos datos que que necesitaba para conocer la situación. Irianna en su intento de frenar todo el caos le daba a Samika la información sobre lo que estaba ocurriendo a su alrededor lejos de las amenazas o los insultos, calmando la ansiedad que empezaba a sentir ante su imposibilidad de ver por si misma lo que pasaba
"¡Están todos locos¡ Disparando flechas, Armonia intentando atacar a Varsai, Sekk herido. Esto es un caos...haz algo, lo que sea, haz algo...reconponte. Hay que hacer algo ¡ya!¡ Deja de temblar!" pensó sintiendo sus manos temblar pero intentando por todo los medios de recuperarse del susto. Habia notado la voz de Irianna apenas llegar a sus oídos al termino de sus palabras y temió que lo nervios hubiesen terminado con ella como aun consumían a la propia Samika. Armonía formaba parte de ellos, desquiciada o no era el deber de su grupo el lidiar con ella. Debían sacarla de allí antes de que ocurriese una desgracia, y con el temor aun haciéndole temblar intento poner cierta seguridad en su voz, una que no sentía. Tomando aire para serenarse un poco, se limpio las lagrimas que no terminaban de caer con brusquedad antes de finalmente hablar.
-Abajo...a las mazmorra... ¡Tesón o quien sea, que la lleve a una de las celdas hasta que se tranquilice, antes de que intente atacar a alguien mas! ¡Y quitarle el arma si aun la tiene!-su voz intentando ser imperiosa pero terminando por sonar mas con un ruego como una suplica, no quería escuchar gritos advirtiéndole que alguien había sido de total gravedad. O algo incluso peor que eso. Armonía había enloquecido sin razón aparente y no podían dejarla ahí suelta como si nada, tenían que hacer algo con ella. Esperaba que sus compañeros estuvieran de acuerdo en que tenerla por ahí suelta en su estado actual de enloquecimiento, era un peligro-Sekk...tu herida, hay que tratarla de inmediato o puede infectarse -dijo sonando lo mas segura que podía a pesar que sus piernas aun temblaban contra su voluntad y era incapaz de soltarse del ferrero agarre que Twixy's mantenía sobre ella y que Samika correspondía.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
31/01/15, 02:40 am
Al tiempo que el virote atravesaba la carne, de la garganta de armonía nació un chillido tan agudo que resultó doloroso de oír para todos los presentes. La roquense se llevó uno de sus brazos desproporcionados al ala sin llegar a tocar el proyectil por miedo a agravar la herida. La sangre bañó su mano y el nerviosismo de la joven se intensificó. El rostro de Armonía era un reflejo del pánico más irracional, no sabía qué hacer. La roquense se llevó la mano libre a la cabeza y se aferró con fuerza al nacimiento de su cresta. Sus ojos, desorbitados, saltaban de hereje en hereje mediante movimientos espasmódicos de su corto cuello. Las plumas de su cuerpo se erizaron al cruzar su mirada con la de su agresor, pero pronto volvieron a su estado natural.
Conforme el dolor se hacía más claro, la joven roquense se encogía más y más en su sitio, apoyándose en Tesón. El instinto asesino dio paso a un mar de llantos. De los ojos de Armonía brotaban unos lagrimones marrones, enormes y espesos, y se arrastraban por su cara con lentitud antes de caer. Probablemente, Tesón sabría enseguida que algo iba mal por aquel color y, si el resto albergaba alguna duda, todas quedarían resueltas al ver las primeras gotas romperse contra el suelo y liberar pequeños gusanos inquietos.
—¿Qué es lo que me habéis hecho, mamíferos sacrílegos? —Armonía sollozaba con violencia, tanto por el dolor como por la herejía que se estaba cometiendo entre aquellas paredes de piedra.
Con todo el jaleo, Rasqa tan solo hizo lo que mejor sabía hacer: volar y escaquearse. Se alejó de la zona de conflicto y trepó a lo alto de uno de los respaldos con mejor vista de la medio pájaro loca. Tenso como los días de caza y con la dentadura asomando en pose amenazadora, el parqio estaba preparado para lanzarle su mejor rugido a aquella bestia poseída si se le acercaba. Sin embargo, todo lo que pasaba por su mente en aquellos momentos era un gran y prolongado “GUAUUUU”. Al final dar un garbeo con Ergot no iba a ser necesario. La única pega que le ponia a la situación era que ser tan pequeño era una injusticia. De haberle pillado ya crecido, Rasqa podría haber parado a Armonía por sí solo.
Conforme el dolor se hacía más claro, la joven roquense se encogía más y más en su sitio, apoyándose en Tesón. El instinto asesino dio paso a un mar de llantos. De los ojos de Armonía brotaban unos lagrimones marrones, enormes y espesos, y se arrastraban por su cara con lentitud antes de caer. Probablemente, Tesón sabría enseguida que algo iba mal por aquel color y, si el resto albergaba alguna duda, todas quedarían resueltas al ver las primeras gotas romperse contra el suelo y liberar pequeños gusanos inquietos.
—¿Qué es lo que me habéis hecho, mamíferos sacrílegos? —Armonía sollozaba con violencia, tanto por el dolor como por la herejía que se estaba cometiendo entre aquellas paredes de piedra.
Con todo el jaleo, Rasqa tan solo hizo lo que mejor sabía hacer: volar y escaquearse. Se alejó de la zona de conflicto y trepó a lo alto de uno de los respaldos con mejor vista de la medio pájaro loca. Tenso como los días de caza y con la dentadura asomando en pose amenazadora, el parqio estaba preparado para lanzarle su mejor rugido a aquella bestia poseída si se le acercaba. Sin embargo, todo lo que pasaba por su mente en aquellos momentos era un gran y prolongado “GUAUUUU”. Al final dar un garbeo con Ergot no iba a ser necesario. La única pega que le ponia a la situación era que ser tan pequeño era una injusticia. De haberle pillado ya crecido, Rasqa podría haber parado a Armonía por sí solo.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
31/01/15, 06:07 pm
Tan pronto como abrió la boca se arrepintió por sus comentarios. La idrina seguía teniendo mal aspecto, y Jace no había sido exactamente educado (honestamente, casi nunca lo era). Pareció entrever una pizca de gracia en su sonrisa al ser llamada líder, pero no fue capaz de decir con exactitud si le había sentado bien o no aquel comentario. Una especie de pelotita inquieta le distrajo, sin enterarse de que era Ergot hasta que desapareció de su vista.
Quería comentar algo para enmendar su posible error, pero en cuanto iba a hablar el jaleo que explotó repentinamente en el torreón no le permitió pronunciar ni una sílaba.
Los gritos dentro de Maciel tuvieron el consecuente de que el cigarro casi se le cayese de la boca. Se quemó un poco la palma de la mano al maniobrar para cogerlo, pero al menos lo salvó. Intercambió miradas con Irianna y en apenas una milésima de segundos, Sekk había echado a correr hacia el lugar del incidente sin dudarlo. El moreno apagó su cigarro en la estatua del pájaro pico-sierra con la idea de fumárselo después y siguió corriendo al intara y la idrina.
Tuvo que detenerse un par de segundos para comprender la escena.
Estando en la Tierra Jace era uno de los que podían ser llamados "camorristas" y disfrutaban siéndolo, pero aquello era de otro nivel muchísimo mayor. Preguntar que pasaba en ese tipo de situaciones era inútil a causa del pánico general, y tras tantas palizas que había repartido y recibido había aprendido que lo mejor era actuar lo más rápido posible, defender a tus compañeros y punto.
El problema es que ahora en lugar de ser a simples puñetazos entre humanos, era con armas y demases entre extraterrestres. Eso, y que no había bando amigo y enemigo fijado como tal.
Vio a Ruth y Devoss temblando frente una mujer pájaro y Varsai. Sekk entró en acción como una bala y la apartó de un empujón que por poco la manda a volar literalmente, aunque la situación no hizo más que tensarse por minutos: Roaxen, al cual no había visto entrar, disparó de forma bastante temeraria, dándole en un ala a la mujer pollo mientras caía y el friki de los cuentos religiosos la sujetaba. Todo aquello era más de lo que su cerebro podía procesar, pero la que pareció estallar peor que él fue precisamente la idrina.
Se acercó a paso rápido y aún así con más tranquilidad de la que realmente sentía hasta sus compañeros, manteniendo la mirada clavada tanto en Roaxen como en Kirés, los cuales tenían el aspecto de estar actuando para una película antigua del viejo Oeste. Al pasar al lado del xolnita le hizo bajar la cabeza con la palma de su mano abierta dándole en la nuca, para después hacer lo mismo con su ballesta y evitar que disparase, o al menos, apuntase al suelo.
Se interpuso entre el grueso de su grupo, congregados alrededor de Varsai, y Kirés. A pesar de que guardaban suficiente espacio entre ambos, prefería evitar que nadie cometiese una locura más. Seguramente no funcionase con pseudo-arpías religiosas locas, una ballesta y un ambiente excesivamente tenso, pero al menos en la Tierra la considerable estatura y el aspecto de Jace cuando estaba enfadado de verdad conseguía hacer que el resto de personas a su alrededor se pensaran las cosas dos veces.
Sin mediar palabra (principalmente porque las voces de Irianna eran suficientes) sacó su daga del bolsillo y cortó un trozo de tela lo suficientemente largo de su propia camiseta.
—Dame el brazo.— no esperó a que el rubio se lo tendiese, sino que directamente se lo agarró para vendarlo. De haber tenido una botella de agua habría mojado primero la herida para eliminar el exceso de sangre, pero no iba a ponerse exigente en semejante situación. Tal y como había dicho la albina, lo primero era cortar la hemorragia. No sería la primera vez que trataba una herida así (en ocasiones la gente con la que se había peleado guardaba navajas escondidas), aunque teniendo en cuenta el mundo al que habían ido a parar no le extrañaría que el arma pudiera haber estado envenenada o algo similar, pero prefería no pensar en las posibilidades.
Mientras hacía un nudo se volteó a Kirés, mirando por el rabillo del ojo a la roquense que ahora no dejaba de llorar de forma bastante desagradable e incluso desconsoladora.
—Baja el arma.—Su voz era más calmada y severa de lo normal, pero habiendo en ella una pizca de alarma, e incluso amenaza.— Si os podéis llevar a la alitas de pollo, mejor. Hacedle caso a Samika. —terminó con el brazo del intara para mirar al que había disparado primero.— Y tú, Roaxen, como se te ocurra disparar otra vez me encargaré yo mismo de que tu jodida ballesta acabe de pisapapeles.
Le hubiera gustado ser capaz de estar pendiente de todo a la vez, de detener el tiempo y encargarse él mismo de que todos se calmasen, pero por supuesto era demasiado pedir. Lanzó un vistazo al resto, mostrando especial interés en Irianna. Ajeno a su problema con los hombres, la rodeó con un brazo por los hombros, sabiendo que en cualquier momento podría venirse abajo, y en caso de que esto sucediese, al menos evitar que se comiera el suelo.
Quería comentar algo para enmendar su posible error, pero en cuanto iba a hablar el jaleo que explotó repentinamente en el torreón no le permitió pronunciar ni una sílaba.
Los gritos dentro de Maciel tuvieron el consecuente de que el cigarro casi se le cayese de la boca. Se quemó un poco la palma de la mano al maniobrar para cogerlo, pero al menos lo salvó. Intercambió miradas con Irianna y en apenas una milésima de segundos, Sekk había echado a correr hacia el lugar del incidente sin dudarlo. El moreno apagó su cigarro en la estatua del pájaro pico-sierra con la idea de fumárselo después y siguió corriendo al intara y la idrina.
Tuvo que detenerse un par de segundos para comprender la escena.
Estando en la Tierra Jace era uno de los que podían ser llamados "camorristas" y disfrutaban siéndolo, pero aquello era de otro nivel muchísimo mayor. Preguntar que pasaba en ese tipo de situaciones era inútil a causa del pánico general, y tras tantas palizas que había repartido y recibido había aprendido que lo mejor era actuar lo más rápido posible, defender a tus compañeros y punto.
El problema es que ahora en lugar de ser a simples puñetazos entre humanos, era con armas y demases entre extraterrestres. Eso, y que no había bando amigo y enemigo fijado como tal.
Vio a Ruth y Devoss temblando frente una mujer pájaro y Varsai. Sekk entró en acción como una bala y la apartó de un empujón que por poco la manda a volar literalmente, aunque la situación no hizo más que tensarse por minutos: Roaxen, al cual no había visto entrar, disparó de forma bastante temeraria, dándole en un ala a la mujer pollo mientras caía y el friki de los cuentos religiosos la sujetaba. Todo aquello era más de lo que su cerebro podía procesar, pero la que pareció estallar peor que él fue precisamente la idrina.
Se acercó a paso rápido y aún así con más tranquilidad de la que realmente sentía hasta sus compañeros, manteniendo la mirada clavada tanto en Roaxen como en Kirés, los cuales tenían el aspecto de estar actuando para una película antigua del viejo Oeste. Al pasar al lado del xolnita le hizo bajar la cabeza con la palma de su mano abierta dándole en la nuca, para después hacer lo mismo con su ballesta y evitar que disparase, o al menos, apuntase al suelo.
Se interpuso entre el grueso de su grupo, congregados alrededor de Varsai, y Kirés. A pesar de que guardaban suficiente espacio entre ambos, prefería evitar que nadie cometiese una locura más. Seguramente no funcionase con pseudo-arpías religiosas locas, una ballesta y un ambiente excesivamente tenso, pero al menos en la Tierra la considerable estatura y el aspecto de Jace cuando estaba enfadado de verdad conseguía hacer que el resto de personas a su alrededor se pensaran las cosas dos veces.
Sin mediar palabra (principalmente porque las voces de Irianna eran suficientes) sacó su daga del bolsillo y cortó un trozo de tela lo suficientemente largo de su propia camiseta.
—Dame el brazo.— no esperó a que el rubio se lo tendiese, sino que directamente se lo agarró para vendarlo. De haber tenido una botella de agua habría mojado primero la herida para eliminar el exceso de sangre, pero no iba a ponerse exigente en semejante situación. Tal y como había dicho la albina, lo primero era cortar la hemorragia. No sería la primera vez que trataba una herida así (en ocasiones la gente con la que se había peleado guardaba navajas escondidas), aunque teniendo en cuenta el mundo al que habían ido a parar no le extrañaría que el arma pudiera haber estado envenenada o algo similar, pero prefería no pensar en las posibilidades.
Mientras hacía un nudo se volteó a Kirés, mirando por el rabillo del ojo a la roquense que ahora no dejaba de llorar de forma bastante desagradable e incluso desconsoladora.
—Baja el arma.—Su voz era más calmada y severa de lo normal, pero habiendo en ella una pizca de alarma, e incluso amenaza.— Si os podéis llevar a la alitas de pollo, mejor. Hacedle caso a Samika. —terminó con el brazo del intara para mirar al que había disparado primero.— Y tú, Roaxen, como se te ocurra disparar otra vez me encargaré yo mismo de que tu jodida ballesta acabe de pisapapeles.
Le hubiera gustado ser capaz de estar pendiente de todo a la vez, de detener el tiempo y encargarse él mismo de que todos se calmasen, pero por supuesto era demasiado pedir. Lanzó un vistazo al resto, mostrando especial interés en Irianna. Ajeno a su problema con los hombres, la rodeó con un brazo por los hombros, sabiendo que en cualquier momento podría venirse abajo, y en caso de que esto sucediese, al menos evitar que se comiera el suelo.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
31/01/15, 06:54 pm
Hal asintió con fervor a las palabras de Twix, esperando con impaciencia al próximo momento en el que se pusieran en marcha. Ni siquiera prestó mucha atención a Jace o Ergot, pero todo dio igual cuando comenzaron a llegar los gritos de dentro. Alarmado y preocupado fue tras Irianna y Twix, sintiendo cómo el alma se le caía a los pies al ver la escena.
Todo fue demasiado rápido, aunque en cualquier caso no habría podido hacer nada. El caos y su incapacidad para ayudar lo agobiaron, haciendo que se quedase a un margen del lugar. Cuando vio que Roaxen iba a disparar por primera vez no pudo reprimir que un alarmaod "¡NO!" saliese de su boca, pero lo hizo demasiado tarde para evitar el ataque. Al ver que aquel demente pretendía acabar por matar a la pajarraca fanática estuve a punto de interponerse entre ambos, pero vio, con alivio, como lo hacía Kirés.
«Malditos sean esos dos, ojalá se hubiesen quedado en sus mundos» pensó con amargura. Todo el mundo parecía haberse "calmado", pero el nuevo ataque de angustia de Armonía, con lágrimas anélidas incluidas, lo dejaron helado.
—¿Q-qué es eso? —pregunto, con los ojos muy abiertos. Se acercó un par de pasos para intentar verlos mejor, manteniéndose aún a una distancia (muy) prudencial. Las nuevas palabras de Tesón lo sacaron de sus casillas.
—¡Si pudiera hacer magia no me bañaría con agua helada, melón! ¡Y tampoco me deslomaría para limpiar, con un sencillo hechizo ya estaría el torreón impoluto! —escupió, harto de su irracionalidad. Luego volvió a mirar a Armonía y a los gusanos, preocupado y con miedo—. E-esto... tiene que ser cosa de Rocavarancolia...
Todo fue demasiado rápido, aunque en cualquier caso no habría podido hacer nada. El caos y su incapacidad para ayudar lo agobiaron, haciendo que se quedase a un margen del lugar. Cuando vio que Roaxen iba a disparar por primera vez no pudo reprimir que un alarmaod "¡NO!" saliese de su boca, pero lo hizo demasiado tarde para evitar el ataque. Al ver que aquel demente pretendía acabar por matar a la pajarraca fanática estuve a punto de interponerse entre ambos, pero vio, con alivio, como lo hacía Kirés.
«Malditos sean esos dos, ojalá se hubiesen quedado en sus mundos» pensó con amargura. Todo el mundo parecía haberse "calmado", pero el nuevo ataque de angustia de Armonía, con lágrimas anélidas incluidas, lo dejaron helado.
—¿Q-qué es eso? —pregunto, con los ojos muy abiertos. Se acercó un par de pasos para intentar verlos mejor, manteniéndose aún a una distancia (muy) prudencial. Las nuevas palabras de Tesón lo sacaron de sus casillas.
—¡Si pudiera hacer magia no me bañaría con agua helada, melón! ¡Y tampoco me deslomaría para limpiar, con un sencillo hechizo ya estaría el torreón impoluto! —escupió, harto de su irracionalidad. Luego volvió a mirar a Armonía y a los gusanos, preocupado y con miedo—. E-esto... tiene que ser cosa de Rocavarancolia...
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
31/01/15, 08:45 pm
El repoblador por un momento pensó que toda esa bacanal de ruidos que lo rodeaban era fruto del miedo y una imaginación excesiva pero no tardo ni un segundo en darse cuenta de que él no tenía la imaginación suficiente para todo aquello. Salió de su escondite y trepando por el respaldo del sillón se subió a la zona más alta de este y se sentó.
Desde ahí, Ergot contemplada con ojo crítico todo lo que ocurría a su alrededor. Ya al salir de su nido había visto el descontrol de toda la situación, al principio pensó que todo el pánico era producido porque el demonio floral, Jace, se había puesto a incendiar el torreón pero no había sido así… En su lugar, el plumífero gris, uno de SUS compañeros había entrado en cólera y su agresividad era tan palpable como el pánico entre los presentes. Ergot no sabía nada de otros mundos ni muchos menos sobre cómo debía actuar en muchas de las situaciones, pero era un guerrero y había sobrevivido con bichos cuyos dientes eran mucho más grandes y sabiendo de antemano que sin armas no podía hacer nada excepto ser pisado, decidió que lo mejor era mantenerse al margen y dejar que el resto se ocupasen por el momento, después de todo, ya muchos estaban intentando poner orden en la situación ahora, solo sería un estorbo. Kimbra, Devoss, Sekkeh,… muchos luchaban con el ave e intentaban separarlo de Varsai y de todos aquellos que pudiesen resultar heridos.
“Deberían darle en las patas, desequilibrarlo y hacerlo caer es la mejor manera de tomar control sobre algo, desde el suelo siempre son más torpes.” Por su cabeza cruzaban ese clase ideas hasta que un ruido acompañado por el viento corto el aire y sangre comenzó a manar del ala de Armonía, pero Ergot no le dedico ni un segundo de atención a las manchas rojas ni a su alarido de dolor, giró su rostro hacia el origen del proyectil. “Roaxen Tenvrai… ¡SERA ESTUPÍDO! ¡Si vas a disparar al menos dale en la cabeza y evítale sufrimientos pedazo de hongo putrefacto!” La situación volvió a ponerse más caótica aun con la llegada de Tesón. Ergot estaba a punto de levantarse para ir a la armería a por algo, un palo como mínimo, cuando Irianna puso orden y la maraña que era toda aquella situación se convirtió en un nudo pequeño pero doloroso. Ergot no pudo evitar suspirar de alivio en ese momento, ahora solo hacía falta curar a los heridos, encerrar a Armonía tal y como había sugerido Samika para que se calmase e intentar aclarar las amistades de nuevo entre compañeros y no compañeros de torreón.
El guerrero repoblador observó como Armonía comenzaba a sollozar en brazos de Tesón y no pudo más que resoplar con resignación “¿Que pinchos te esperabas? ¿Ganar? Llora si quieres ya no te queda nada más que hacer…” Entonces vio como aquel goterón marrón y sucio chocaba contra el suelo esparciendo gusanitos, se puso en pie de un salto mientras el horror hacia mella en su ser. “Esta enfermo.” Ergot nunca había olvidado que se había prometido así mismo cuidar de sus compañeros mantenerlos con vida pero esto se escapaba de su control, esto era una colonia, una comunidad, si algo ponía en peligro a su grupo aunque este perteneciese al mismo… Al repoblador no le importaba que Jace estuviese cuidando de Irianna, no le importaba que Teson les culpase, le importaba aún menos la limpieza de Hal y tampoco que esto fuese cosa de Rocavarancolia… “Pero es que acaso nadie ve la situación”. Ahí estaba Tesón que se había pegado a la pared aterrado al igual que él por lo que veían sus ojos y en el suelo Armonía llorando gusanos que se acumulaban a su alrededor.
-¡NI SE OS OCURRA ENCERRAR A ESTO ABAJO! ¡ESTA CLARO QUE ESTA ENFERMO! ¡TESÓN APÁRTATE DE AHÍ POR EL AMOR DE TODAS LAS PLANTAS SANAS Y CÁLLATE, AQUÍ NADIE LE HA HECHO NADA Y LO SABES!- por la mente del repoblador veía pasar animales rabiosos, animales enfermos, animales tan asustados de sus males internos que se volvían agresivos con los suyos, había visto la situación decenas de veces y la mejor opción y la menos dolorosa a largo plazo era siempre la misma… Y Ergot no estaba dispuesto a perder a todos los suyos por uno solo. Cerró los ojos con fuerza y al abrirlos los clavó en Armonía para después mirar a Tesón y al resto. Cuando habló lo hizo con contundencia:
-Hay que matarlo. Si alguien me da uno de esos cuchillos del lugar ese llamado cocina lo hago yo mismo, se perfectamente dónde está la yugular.- Para el repoblador la decisión ya estaba tomada y era clara. De un salto se acercó a Armonía manteniéndose fuera de su alcance en todo momento y le dijo: -Te prometo que será solo un momento y después podrás escapar de esta pesadilla.-
Desde ahí, Ergot contemplada con ojo crítico todo lo que ocurría a su alrededor. Ya al salir de su nido había visto el descontrol de toda la situación, al principio pensó que todo el pánico era producido porque el demonio floral, Jace, se había puesto a incendiar el torreón pero no había sido así… En su lugar, el plumífero gris, uno de SUS compañeros había entrado en cólera y su agresividad era tan palpable como el pánico entre los presentes. Ergot no sabía nada de otros mundos ni muchos menos sobre cómo debía actuar en muchas de las situaciones, pero era un guerrero y había sobrevivido con bichos cuyos dientes eran mucho más grandes y sabiendo de antemano que sin armas no podía hacer nada excepto ser pisado, decidió que lo mejor era mantenerse al margen y dejar que el resto se ocupasen por el momento, después de todo, ya muchos estaban intentando poner orden en la situación ahora, solo sería un estorbo. Kimbra, Devoss, Sekkeh,… muchos luchaban con el ave e intentaban separarlo de Varsai y de todos aquellos que pudiesen resultar heridos.
“Deberían darle en las patas, desequilibrarlo y hacerlo caer es la mejor manera de tomar control sobre algo, desde el suelo siempre son más torpes.” Por su cabeza cruzaban ese clase ideas hasta que un ruido acompañado por el viento corto el aire y sangre comenzó a manar del ala de Armonía, pero Ergot no le dedico ni un segundo de atención a las manchas rojas ni a su alarido de dolor, giró su rostro hacia el origen del proyectil. “Roaxen Tenvrai… ¡SERA ESTUPÍDO! ¡Si vas a disparar al menos dale en la cabeza y evítale sufrimientos pedazo de hongo putrefacto!” La situación volvió a ponerse más caótica aun con la llegada de Tesón. Ergot estaba a punto de levantarse para ir a la armería a por algo, un palo como mínimo, cuando Irianna puso orden y la maraña que era toda aquella situación se convirtió en un nudo pequeño pero doloroso. Ergot no pudo evitar suspirar de alivio en ese momento, ahora solo hacía falta curar a los heridos, encerrar a Armonía tal y como había sugerido Samika para que se calmase e intentar aclarar las amistades de nuevo entre compañeros y no compañeros de torreón.
El guerrero repoblador observó como Armonía comenzaba a sollozar en brazos de Tesón y no pudo más que resoplar con resignación “¿Que pinchos te esperabas? ¿Ganar? Llora si quieres ya no te queda nada más que hacer…” Entonces vio como aquel goterón marrón y sucio chocaba contra el suelo esparciendo gusanitos, se puso en pie de un salto mientras el horror hacia mella en su ser. “Esta enfermo.” Ergot nunca había olvidado que se había prometido así mismo cuidar de sus compañeros mantenerlos con vida pero esto se escapaba de su control, esto era una colonia, una comunidad, si algo ponía en peligro a su grupo aunque este perteneciese al mismo… Al repoblador no le importaba que Jace estuviese cuidando de Irianna, no le importaba que Teson les culpase, le importaba aún menos la limpieza de Hal y tampoco que esto fuese cosa de Rocavarancolia… “Pero es que acaso nadie ve la situación”. Ahí estaba Tesón que se había pegado a la pared aterrado al igual que él por lo que veían sus ojos y en el suelo Armonía llorando gusanos que se acumulaban a su alrededor.
-¡NI SE OS OCURRA ENCERRAR A ESTO ABAJO! ¡ESTA CLARO QUE ESTA ENFERMO! ¡TESÓN APÁRTATE DE AHÍ POR EL AMOR DE TODAS LAS PLANTAS SANAS Y CÁLLATE, AQUÍ NADIE LE HA HECHO NADA Y LO SABES!- por la mente del repoblador veía pasar animales rabiosos, animales enfermos, animales tan asustados de sus males internos que se volvían agresivos con los suyos, había visto la situación decenas de veces y la mejor opción y la menos dolorosa a largo plazo era siempre la misma… Y Ergot no estaba dispuesto a perder a todos los suyos por uno solo. Cerró los ojos con fuerza y al abrirlos los clavó en Armonía para después mirar a Tesón y al resto. Cuando habló lo hizo con contundencia:
-Hay que matarlo. Si alguien me da uno de esos cuchillos del lugar ese llamado cocina lo hago yo mismo, se perfectamente dónde está la yugular.- Para el repoblador la decisión ya estaba tomada y era clara. De un salto se acercó a Armonía manteniéndose fuera de su alcance en todo momento y le dijo: -Te prometo que será solo un momento y después podrás escapar de esta pesadilla.-
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
31/01/15, 10:19 pm
Twixy's temblaba, de miedo y de rabia. Habían llegado a una posible salida, o mejora, de esa desagradable situación, y de pronto todo se había echado a perder. La violencia escapaba a su entendimiento, la visión de sangre le revolvía el estómago, y todos los gritos y amenazas no hacían más que aumentar su histeria. Se había agarrado a Samika con tanta fuerza que posiblemente ya estuviese haciéndole daño. Parecía que todo se había calmado, que Irianna estaba poniendo orden, pero volvieron a echarlo a perder. Chilló al ver los bichos saliendo de los ojos de Armonía. Estaba asqueada, ¿de dónde habían salido? Por la expresión del otro pajarraco no parecía que los de su mundo llorasen así. Algo malo le pasaba, y las soluciones que oyó al respecto no le gustaron en absoluto.
-Locos...- dijo con la voz rota. Estaba al borde de las lágrimas.- Locos que te rompes, todos vosotros.
Se separó de Samika y trató de ir hacia Ergot, pero se sentía inestable sobre sus tacones. Se los quitó y avanzó descalza con ellos en la mano.
-No se va a mat... a ma... No se superva a hacer eso, así que o te megaalejas de ella o te hipersaco de aquí rápido que te rompes. ¿Entendido?
Había recuperado en cierto modo la seguridad en su voz. No quería acercarse demasiado a Armonía, le daba muchísimo asco que pudiesen rozarle los bichos, pero logró aproximarse lo justo para hablarle a Tesón.
-Deja de megaculpar a la gente y subela arriba, a su camy'x. Kirés le subirá agua y trapos y le hiperlimpiaremos la herida y esa cosa de los ojos. ¿Verdad?- miró a Kirés, cambiando la expresión para enviar un mensaje. Era el que más sabía de supervivencia allí, y el que parecía tener más capacidad para controlar a esos dos. Además así lo mantendría al margen de las miradas hostiles de los de Letargo.- Y vamos a hiperponer todas las army's en la puerta y superprohibido gritar, pero de la total. Yo voy a por agua para el buenorry's- se sonrojó ligeramente al escapársele el mote que tenía Sekk en su cabeza, y tardó unos segundos en recordar su nombre de verdad- Para Sekkeh. Vamos Samy.
Hizo una retirada estratégica, pidiendole a Samika ayuda para sacar el agua, a pesar de que podía hacerlo ella sola perfectamente. Se tragó varias muecas de desagrado cuando le tocó cruzar el patio descalza, y cuando tuvieron el cubo lleno de agua fuera, frunció el ceño.
-¿Quizás deberíamos superhervirla? Yo no me mega echo esto en una herida abierty's ni de flash.
-Locos...- dijo con la voz rota. Estaba al borde de las lágrimas.- Locos que te rompes, todos vosotros.
Se separó de Samika y trató de ir hacia Ergot, pero se sentía inestable sobre sus tacones. Se los quitó y avanzó descalza con ellos en la mano.
-No se va a mat... a ma... No se superva a hacer eso, así que o te megaalejas de ella o te hipersaco de aquí rápido que te rompes. ¿Entendido?
Había recuperado en cierto modo la seguridad en su voz. No quería acercarse demasiado a Armonía, le daba muchísimo asco que pudiesen rozarle los bichos, pero logró aproximarse lo justo para hablarle a Tesón.
-Deja de megaculpar a la gente y subela arriba, a su camy'x. Kirés le subirá agua y trapos y le hiperlimpiaremos la herida y esa cosa de los ojos. ¿Verdad?- miró a Kirés, cambiando la expresión para enviar un mensaje. Era el que más sabía de supervivencia allí, y el que parecía tener más capacidad para controlar a esos dos. Además así lo mantendría al margen de las miradas hostiles de los de Letargo.- Y vamos a hiperponer todas las army's en la puerta y superprohibido gritar, pero de la total. Yo voy a por agua para el buenorry's- se sonrojó ligeramente al escapársele el mote que tenía Sekk en su cabeza, y tardó unos segundos en recordar su nombre de verdad- Para Sekkeh. Vamos Samy.
Hizo una retirada estratégica, pidiendole a Samika ayuda para sacar el agua, a pesar de que podía hacerlo ella sola perfectamente. Se tragó varias muecas de desagrado cuando le tocó cruzar el patio descalza, y cuando tuvieron el cubo lleno de agua fuera, frunció el ceño.
-¿Quizás deberíamos superhervirla? Yo no me mega echo esto en una herida abierty's ni de flash.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
01/02/15, 01:12 am
Apartados del jaleo principal, cada uno por un motivo, los dos sinhadres observaron lo que sucedía rápidamente ante sus ojos sin poder moverse, horrorizados y asombrados a partes iguales. Nadie había visto venir algo como aquello y, no teniendo una naturaleza violenta, lo que estaba sucediendo provocó que ambos se quedaran congelados observando sin más. Ayne aún tenía el libro contra su pecho cuando llegó el primer disparo. La respuesta de los letarguinos había sido, en conjunto, muy violenta, ¿pero podía culparlos? Seguramente no, pero Roaxen se había ganado un hueco entre las “personas peligrosas”, junto a Armonía. Eara no estaba lejos de él, con el horror reflejado en la cara. Tesón apareció entonces, gritando, y el sinhadre tuvo clara su única prioridad, y esa era ella. Atravesó el salón de varias zancadas y tiró de la mano de su aurva para alejarla de donde se congregaban las personas que blandían armas. Ambos se quedaron a un lado, mientras eran testigos de cómo la relación entre los grupos peligraba, por culpa de Armonía, o quizá mejor dicho, por culpa de los roquenses.
Eara agarró con fuerza la manga de Ayne y la estrujó entre sus dedos cuando Kirés y Roaxen parecían a punto de dispararse, y al darse cuenta de que Sekk estaba herido. La chica habría querido ayudarle en ese mismo momento pero la situación había logrado dejarla de piedra. La gente seguía nerviosa, y algunos aún continuaban gritando, incluso al descubrirse que Armonía tenía algun tipo de enfermedad.
Se acercaron solo un poco, porque querían saber qué era aquello tan chocante que habían visto los demás en Armonía. Al ver los gusanos Ayne palideció, y Eara, por fin, se soltó de su edeel para dar un par de pasos más. Jamás había oído hablar de una infección como esa. Y no tenían medios de ningún tipo, por lo que lo primero que había que priorizar era evitar contagios. Estaba de acuerdo con Twix, y esperaba que, de algún modo, las cosas no terminasen tan mal como habían aparentado en un principio.
—Subo con vosotros. Intentaré ayudar en todo lo que pueda, ¿de acuerdo? —Se dirigía principalmente a Tesón, hablando lo más calmadamente que podía en ese momento. Tenía la esperanza de que el roquense se relajase un poco y aceptase aquella opción. También tenía un poco de miedo. Se volvió para dirigirle una mirada a Ayne, con la que le pidió que confiase en ella y la dejase hacer lo que había dicho. De la misma manera le encomendaba lo que fuese necesario hablar en el salón sin los roquenses delante. Él estaba mortalmente serio, pero parecía haberlo entendido porque no objetó. Probablemente de muy mala gana.
«Vamos a necesitar vendas y agua arriba también. ¿Podría haber algo entre las cestas con propiedades medicinales? No, pero no lo sabemos aún» pensaba Eara atropelladamente mientras esperaba a que se aceptase el plan. Temía el hecho de que no tenían nada para tratar heridas o enfermedades, lo había temido siempre, y finalmente había llegado ese día.
Eara agarró con fuerza la manga de Ayne y la estrujó entre sus dedos cuando Kirés y Roaxen parecían a punto de dispararse, y al darse cuenta de que Sekk estaba herido. La chica habría querido ayudarle en ese mismo momento pero la situación había logrado dejarla de piedra. La gente seguía nerviosa, y algunos aún continuaban gritando, incluso al descubrirse que Armonía tenía algun tipo de enfermedad.
Se acercaron solo un poco, porque querían saber qué era aquello tan chocante que habían visto los demás en Armonía. Al ver los gusanos Ayne palideció, y Eara, por fin, se soltó de su edeel para dar un par de pasos más. Jamás había oído hablar de una infección como esa. Y no tenían medios de ningún tipo, por lo que lo primero que había que priorizar era evitar contagios. Estaba de acuerdo con Twix, y esperaba que, de algún modo, las cosas no terminasen tan mal como habían aparentado en un principio.
—Subo con vosotros. Intentaré ayudar en todo lo que pueda, ¿de acuerdo? —Se dirigía principalmente a Tesón, hablando lo más calmadamente que podía en ese momento. Tenía la esperanza de que el roquense se relajase un poco y aceptase aquella opción. También tenía un poco de miedo. Se volvió para dirigirle una mirada a Ayne, con la que le pidió que confiase en ella y la dejase hacer lo que había dicho. De la misma manera le encomendaba lo que fuese necesario hablar en el salón sin los roquenses delante. Él estaba mortalmente serio, pero parecía haberlo entendido porque no objetó. Probablemente de muy mala gana.
«Vamos a necesitar vendas y agua arriba también. ¿Podría haber algo entre las cestas con propiedades medicinales? No, pero no lo sabemos aún» pensaba Eara atropelladamente mientras esperaba a que se aceptase el plan. Temía el hecho de que no tenían nada para tratar heridas o enfermedades, lo había temido siempre, y finalmente había llegado ese día.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
01/02/15, 04:06 am
Roaxen Tenvrai
La turba dentro de los torreones reaccionó ruidosamente a su intento de ejecucción sumaria. El capellan tan solo llevaba a cabo su trabajo. Un insurgente xenoide se habia lanzado en armas, perjurando contra su linaje y estirpe, sin contar que habia derramado sangre ulterana en su ataque de ira. Lo consideró un privilegio, además, cuando decidió sacrificar su vida para dar el ejemplo que necesitaban. Pero no pudo terminar el trabajo. Algunos gritaban, otros se interponian en su camino, dificultando que lograse concatenar su segundo disparo. Los gritos, chillidos, quejas y protestas eran ruido de fondo para él. No tenia tiempo para detenerse en escuchar lo que unos xenos inferiores tenian que decir, sobretodo con su ingenuo aprecio hacia la vida ajena, sin importar que se tratara de escoria inútil. Esto turbaba al ulterano, pero seguia concentrado en intentar abrirse paso entre los presentes para terminar el trabajo. Pero entonces notó algo raro.
Notó la mirada del otro aviano, de más claro color, tambien armado y apuntandole. Su espina se congeló tanto que se detuvo en su acción y lentamente asio su ballesta de nuevo, cargada y apuntando desde la cadera. Ninguno de los dos tenia un tiro limpio desde aquella posición y por ello no le habia disparado ya por apuntarle siquiera. El cuero de sus guantes resonó mientras la agarraba con relativa fuerza, intercambiando la mirada con Kirés.
-¿Incapacitar? No, impio xeno, eso ha sido una ejecución fallida, por desgracia, esta burda tecnologia no da para más. Si tuvierais la decencia de haceros a un paso, le mostraré la última piedad y, quizás, asi todos aprenderemos una lección: La sangre ulterana no es algo que se deba derramar sin consecuencias. Esta es una de ellas.-se excusó con una sonrisa de superioridad dirigida a la herida. De no ser porque el último tiro habia fallado, dudaba de si podria ser el que disparase primero y luego sobrevivir para contarlo. No le iba a dar la espalda a una figura tan amenazadora como aquella, pero podia notar la hostilidad creciente en él. Lentamente, fue retrocediendo hacia la pared más cercana. De disparar el aviano, intentaria escudarse detrás de algún xenoide como escudo de carne. Su vida era muchisimo más importante que la de todos los presentes en la sala.
Una mano considerablmente grande le tocó la cabeza, bajandosela, de una manera que interpretó como brusca, maleducada y temeraria, pues era un hombre armado y estaba tan dispuesto a llevar una segunda ejecución sumaria después de acallar al xenoide aviano. Pero la llama ardió en sus ojos de celo justiciero cuando vio quien habia cometido tal ofensa contra su persona.
-¡Aleja tus sucias zarpas de mi, condenado y asqueroso Simio!-chilló, su voz quebrandose mientras se buscaba la nuca, peinandosela nerviosamente mientras lucia una amenazadora dentadura.
El humano le hizo bajar la ballesta con una fuerza descomunal, que los palillos finos que el xolnita tenia por brazos tuvieron que ceder, pero tan pronto que pudo, se zafó a un lado y alzó la ballesta de nuevo, apuntandola a una intersección entre Kirés y Jace.
-¿Porqué no pruebas tu suerte, simio? Ven a cogerla.-espetó.
Sin embargo, algunas de las miradas se deshicieron de su persona cuando se fijaron en la herida, en un principio, el capellan resistió la tentación de mirar al principio, pero con los sollozos, acabó por dirigir una rápida mirada en su dirección. Grandes lagrimones de aspecto impuro se resbalaban por su cara, pero, lo que era más abyecto y asqueroso para el capellán, era ver esos pequeños gusanos colear por donde las lágrimas aterrizaban. Contuvo una arcada y sacó el pañuelo con un movimiento seco y se lo llevó a la misma posición que antes.
-¡Está parasitada ¡Todo este maldito sitio está contaminado hasta los cimientos de porqueria y enfermedad, lo sabia!-bramó, visualmente asqueado mientras peleaba por sostener la ballesta con una mano.-¡Solo el fuego puede purgar este lugar!-
La turba dentro de los torreones reaccionó ruidosamente a su intento de ejecucción sumaria. El capellan tan solo llevaba a cabo su trabajo. Un insurgente xenoide se habia lanzado en armas, perjurando contra su linaje y estirpe, sin contar que habia derramado sangre ulterana en su ataque de ira. Lo consideró un privilegio, además, cuando decidió sacrificar su vida para dar el ejemplo que necesitaban. Pero no pudo terminar el trabajo. Algunos gritaban, otros se interponian en su camino, dificultando que lograse concatenar su segundo disparo. Los gritos, chillidos, quejas y protestas eran ruido de fondo para él. No tenia tiempo para detenerse en escuchar lo que unos xenos inferiores tenian que decir, sobretodo con su ingenuo aprecio hacia la vida ajena, sin importar que se tratara de escoria inútil. Esto turbaba al ulterano, pero seguia concentrado en intentar abrirse paso entre los presentes para terminar el trabajo. Pero entonces notó algo raro.
Notó la mirada del otro aviano, de más claro color, tambien armado y apuntandole. Su espina se congeló tanto que se detuvo en su acción y lentamente asio su ballesta de nuevo, cargada y apuntando desde la cadera. Ninguno de los dos tenia un tiro limpio desde aquella posición y por ello no le habia disparado ya por apuntarle siquiera. El cuero de sus guantes resonó mientras la agarraba con relativa fuerza, intercambiando la mirada con Kirés.
-¿Incapacitar? No, impio xeno, eso ha sido una ejecución fallida, por desgracia, esta burda tecnologia no da para más. Si tuvierais la decencia de haceros a un paso, le mostraré la última piedad y, quizás, asi todos aprenderemos una lección: La sangre ulterana no es algo que se deba derramar sin consecuencias. Esta es una de ellas.-se excusó con una sonrisa de superioridad dirigida a la herida. De no ser porque el último tiro habia fallado, dudaba de si podria ser el que disparase primero y luego sobrevivir para contarlo. No le iba a dar la espalda a una figura tan amenazadora como aquella, pero podia notar la hostilidad creciente en él. Lentamente, fue retrocediendo hacia la pared más cercana. De disparar el aviano, intentaria escudarse detrás de algún xenoide como escudo de carne. Su vida era muchisimo más importante que la de todos los presentes en la sala.
Una mano considerablmente grande le tocó la cabeza, bajandosela, de una manera que interpretó como brusca, maleducada y temeraria, pues era un hombre armado y estaba tan dispuesto a llevar una segunda ejecución sumaria después de acallar al xenoide aviano. Pero la llama ardió en sus ojos de celo justiciero cuando vio quien habia cometido tal ofensa contra su persona.
-¡Aleja tus sucias zarpas de mi, condenado y asqueroso Simio!-chilló, su voz quebrandose mientras se buscaba la nuca, peinandosela nerviosamente mientras lucia una amenazadora dentadura.
El humano le hizo bajar la ballesta con una fuerza descomunal, que los palillos finos que el xolnita tenia por brazos tuvieron que ceder, pero tan pronto que pudo, se zafó a un lado y alzó la ballesta de nuevo, apuntandola a una intersección entre Kirés y Jace.
-¿Porqué no pruebas tu suerte, simio? Ven a cogerla.-espetó.
Sin embargo, algunas de las miradas se deshicieron de su persona cuando se fijaron en la herida, en un principio, el capellan resistió la tentación de mirar al principio, pero con los sollozos, acabó por dirigir una rápida mirada en su dirección. Grandes lagrimones de aspecto impuro se resbalaban por su cara, pero, lo que era más abyecto y asqueroso para el capellán, era ver esos pequeños gusanos colear por donde las lágrimas aterrizaban. Contuvo una arcada y sacó el pañuelo con un movimiento seco y se lo llevó a la misma posición que antes.
-¡Está parasitada ¡Todo este maldito sitio está contaminado hasta los cimientos de porqueria y enfermedad, lo sabia!-bramó, visualmente asqueado mientras peleaba por sostener la ballesta con una mano.-¡Solo el fuego puede purgar este lugar!-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
01/02/15, 04:31 pm
Como temía: el primer proyectil había sido lanzada con intención de matar. Las palabras de la persona a la que confrontaba le habían dado a Kirés todas las respuestas que necesitaba, tanto las que buscaba como algunas más. Sus reacciones, lo que decía y cómo lo decía… no hacía falta ser muy inteligente para ver que aquel individuo padecía de una severa sobredosis de ego. La cara del enderth empezó a formar lo más parecido que podía tener a una sonrisa viniendo de una criatura con pico.
Sin embargo el ulterano hizo algo con lo que no contaba. Retrocedió y se mantuvo en una posición en la que de disparar el enderth sería más probable que diera a otro. “¿Está intentando que no le apunte por miedo a darle a otro?” Lo hiciera a propósito o por casualidad, aquel comportamiento asqueó a Kirés y le puso furioso de una forma en la que no lo había estado desde antes de ser cosechado. Se había criado en un mundo donde la supervivencia y mantener vivos al mayor número posible de individuos priorizaba por encima de todo lo demás y el hecho de que alguien, por accidente o a propósito, pusiera en peligro a otros para salvar el pellejo era algo impensable y merecedor de un castigo tan terrible como le fuera posible imaginar.
A pesar de todo, la mirada de asco que le dirigió a Roaxen apenas duró un instante. El enderth no había sobrevivido hasta ahora dejándose controlar por sus emociones. Analizaba las situaciones, barajaba todas las acciones y ejecutaba la que tenían más prioridad, y ahora matar a aquella aberración no era tan importante como arreglar aquel caos antes de que fuera a peor.
–Qué mentalidad más desagradable. –Esas fueron sus únicas palabras, luego bajó la ballesta y se volvió para a afrontar el problema de Armonía, aunque sin perder de vista al del pelo morado por si acaso. La situación era aún peor de lo que había imaginado. Al problema original se había sumado uno aun peor: parásitos. No necesitó pensarlo, la herida podría curarla, pero los gusanos superaban sus conocimientos de medicina, y para empeorar las cosas ya había gente que pedía su muerte por ello.
En su mundo si alguien enfermaba enseguida se quemaba tanto al enfermo como a todos aquellos que hubieran tenido contacto con el mismo. Era la forma más eficaz que tenían los clinger de evitar contagios, pero… “Es tarde. Eso no puede haber pasado en un día, y si es contagioso ya lo habremos cogido también.” Por mucho que las normas de su mundo dijeran aquello Kirés no pensaba seguirlas a rajatabla cuando ya no tenía sentido hacerlo.
–Nadie va a matar a nadie cuando ni siquiera sabemos lo grave que está– Dijo en respuesta a los que lo habían sugerido, luego asintió a Twixy’s para indicar que se ocuparía de Armonía y con suerte calmar un poco a la gente. –Subidla, sí. Iré a atenderla en cuanto termine aquí. No le saquéis el proyectil. –Tras esto volvió a encarar a los visitantes, concretamente a los que parecían más fáciles de tratar. –Gracias por vuestra ayuda, y siento que haya pasado esto, pero creo que ahora es mejor para todos si os marcháis. –Confiaba en que accedieran sin incidentes. Ya era bastante problemático lo que pasaba entre los de su propio torreón.
Sin embargo el ulterano hizo algo con lo que no contaba. Retrocedió y se mantuvo en una posición en la que de disparar el enderth sería más probable que diera a otro. “¿Está intentando que no le apunte por miedo a darle a otro?” Lo hiciera a propósito o por casualidad, aquel comportamiento asqueó a Kirés y le puso furioso de una forma en la que no lo había estado desde antes de ser cosechado. Se había criado en un mundo donde la supervivencia y mantener vivos al mayor número posible de individuos priorizaba por encima de todo lo demás y el hecho de que alguien, por accidente o a propósito, pusiera en peligro a otros para salvar el pellejo era algo impensable y merecedor de un castigo tan terrible como le fuera posible imaginar.
A pesar de todo, la mirada de asco que le dirigió a Roaxen apenas duró un instante. El enderth no había sobrevivido hasta ahora dejándose controlar por sus emociones. Analizaba las situaciones, barajaba todas las acciones y ejecutaba la que tenían más prioridad, y ahora matar a aquella aberración no era tan importante como arreglar aquel caos antes de que fuera a peor.
–Qué mentalidad más desagradable. –Esas fueron sus únicas palabras, luego bajó la ballesta y se volvió para a afrontar el problema de Armonía, aunque sin perder de vista al del pelo morado por si acaso. La situación era aún peor de lo que había imaginado. Al problema original se había sumado uno aun peor: parásitos. No necesitó pensarlo, la herida podría curarla, pero los gusanos superaban sus conocimientos de medicina, y para empeorar las cosas ya había gente que pedía su muerte por ello.
En su mundo si alguien enfermaba enseguida se quemaba tanto al enfermo como a todos aquellos que hubieran tenido contacto con el mismo. Era la forma más eficaz que tenían los clinger de evitar contagios, pero… “Es tarde. Eso no puede haber pasado en un día, y si es contagioso ya lo habremos cogido también.” Por mucho que las normas de su mundo dijeran aquello Kirés no pensaba seguirlas a rajatabla cuando ya no tenía sentido hacerlo.
–Nadie va a matar a nadie cuando ni siquiera sabemos lo grave que está– Dijo en respuesta a los que lo habían sugerido, luego asintió a Twixy’s para indicar que se ocuparía de Armonía y con suerte calmar un poco a la gente. –Subidla, sí. Iré a atenderla en cuanto termine aquí. No le saquéis el proyectil. –Tras esto volvió a encarar a los visitantes, concretamente a los que parecían más fáciles de tratar. –Gracias por vuestra ayuda, y siento que haya pasado esto, pero creo que ahora es mejor para todos si os marcháis. –Confiaba en que accedieran sin incidentes. Ya era bastante problemático lo que pasaba entre los de su propio torreón.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
01/02/15, 10:05 pm
Las pocas ganas de pelea que tenía el intara se esfumaron cuando Irianna habló, y verla perder la compostura de aquella forma le hizo sentirse mal. Aquel follón no había sido culpa suya, pero quizás su reacción había contribuido demasiado al ambiente de violencia general, y que el tono de la idrina le recordara tanto al de su madre cuando se enfadaba le hacía ser demasiado consciente de ese detalle aunque no se dirigiera directamente a él.
—Lo siento —dijo en un susurro inaudible, casi por reflejo, bajando el cuchillo y retrocediendo un par de pasos.
Fue la reacción de los demás la que le hizo fijarse por fin en su brazo herido, torciendo la boca en una mueca de dolor a medida que la adrenalina dejaba de circular por su torrente sanguíneo. La palidez de la lacustre le preocupaba más que su propio estado, sin embargo, y cuando Jace se acercó a vendarle trató de restarle importancia señalando que la albina necesitaba atención. El humano le ignoró completamente y al final tuvo que dejarse hacer en silencio, con el ceño fruncido en señal de desacuerdo, pero sin oponerse de ninguna otra forma. Se apoyó en el muro de piedra en cuanto el moreno terminó, ligeramente mareado por la pérdida de sangre, y dejó de escuchar las conversaciones a su alrededor. Los límites de su campo visual se habían enturbiado y los sonidos le llegaban amortiguados, lo que le daba a la escena un tinte irreal. No pudo evitar llevarse el vendaje a la espalda cuando vió los gusanos que caían de los ojos de la enajenada, temiendo irracionalmente que alguno le entrara por su herida, y con ocultando una mueca de desagrado tras su mano buscó a los integrantes de su grupo con la mirada.
Fue entonces cuando reparó en la aun armada figura de Roaxen, que parecía estar enfrentándose al enderth. El otro también iba armado, lo que provocó que el ulterano volviera a tensarse, pero lo que terminó de despejarle fueron las palabras del xolnita. <<¿Me acaba de usar como excusa para justificar que esa tarada debe morir?>>, se preguntó con incredulidad, empezando a cabrearse de nuevo por momentos mientras rechinaba los dientes. El peligro allí lo había corrido Varsai, pero al parecer para el capellán aquel no era un asunto lo suficientemente preocupante, y para colmo de males seguía mostrandose igual de hostial cuando todos los demás se habían tranquilizado.
—No hace falta que lo digas dos veces —dijo en voz alta, respondiendo a Kirés con tono serio—, solo tenéis que bajar el puente y podremos marcharnos.
Cuanto antes alejaran al pelimorado de allí mejor, pues aunque había sido la intolerancia de los roquenses la que había empezado aquella situación, había sido la del xolnita la que la había agravado. Apenas se movió cuando Kimbra se acercó y empezó a desinfectarle el corte para que aguantara todo el viaje de vuelta hasta Letargo, manteniéndose firme junto a la puerta y musitándole una agradecimiento apenas audible cuando terminó. Esperaba volver a ver a los macieleros en mejores circunstancias, pero estaba bastante claro que la visita aquel día ya había concluido.
—Lo siento —dijo en un susurro inaudible, casi por reflejo, bajando el cuchillo y retrocediendo un par de pasos.
Fue la reacción de los demás la que le hizo fijarse por fin en su brazo herido, torciendo la boca en una mueca de dolor a medida que la adrenalina dejaba de circular por su torrente sanguíneo. La palidez de la lacustre le preocupaba más que su propio estado, sin embargo, y cuando Jace se acercó a vendarle trató de restarle importancia señalando que la albina necesitaba atención. El humano le ignoró completamente y al final tuvo que dejarse hacer en silencio, con el ceño fruncido en señal de desacuerdo, pero sin oponerse de ninguna otra forma. Se apoyó en el muro de piedra en cuanto el moreno terminó, ligeramente mareado por la pérdida de sangre, y dejó de escuchar las conversaciones a su alrededor. Los límites de su campo visual se habían enturbiado y los sonidos le llegaban amortiguados, lo que le daba a la escena un tinte irreal. No pudo evitar llevarse el vendaje a la espalda cuando vió los gusanos que caían de los ojos de la enajenada, temiendo irracionalmente que alguno le entrara por su herida, y con ocultando una mueca de desagrado tras su mano buscó a los integrantes de su grupo con la mirada.
Fue entonces cuando reparó en la aun armada figura de Roaxen, que parecía estar enfrentándose al enderth. El otro también iba armado, lo que provocó que el ulterano volviera a tensarse, pero lo que terminó de despejarle fueron las palabras del xolnita. <<¿Me acaba de usar como excusa para justificar que esa tarada debe morir?>>, se preguntó con incredulidad, empezando a cabrearse de nuevo por momentos mientras rechinaba los dientes. El peligro allí lo había corrido Varsai, pero al parecer para el capellán aquel no era un asunto lo suficientemente preocupante, y para colmo de males seguía mostrandose igual de hostial cuando todos los demás se habían tranquilizado.
—No hace falta que lo digas dos veces —dijo en voz alta, respondiendo a Kirés con tono serio—, solo tenéis que bajar el puente y podremos marcharnos.
Cuanto antes alejaran al pelimorado de allí mejor, pues aunque había sido la intolerancia de los roquenses la que había empezado aquella situación, había sido la del xolnita la que la había agravado. Apenas se movió cuando Kimbra se acercó y empezó a desinfectarle el corte para que aguantara todo el viaje de vuelta hasta Letargo, manteniéndose firme junto a la puerta y musitándole una agradecimiento apenas audible cuando terminó. Esperaba volver a ver a los macieleros en mejores circunstancias, pero estaba bastante claro que la visita aquel día ya había concluido.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
01/02/15, 10:41 pm
A Rasqa no le apetecía demasiado irse, lo interesante estaba ocurriendo en este torreón y sabía que se quedaría con intriga acerca del estado de Armonía, pero por otro lado entendía que era más sano alejárse de la roquense que lloraba gusanos. <<Ya volveremos para preguntar más adelante>>. El propio Rasqa se aseguraría de proponerlo si nadie lo hacía antes.
—Os recomiendo que le cubráis los ojos con tierra húmeda—comentó a los macieleros que permanecían con ellos mientras calentaba las alas, plegándolas y desplegándolas, para el momento de abandonar su cueva—. A los gusanos les gusta y a lo mejor así abandonan sus ojos. Además el barro tiene propiedades curativas —Rasqa distaba de estar bromeando y aquella sugerencia era cien por cien factible para el dragoncillo—. Buena suerte.
De un salto, abandonó el respaldo en el que se había encaramado y planeó hacia el hombro de Varsai para preguntar en voz muy baja:
—¿Estás bien? ¿Te ha llegado a tocar?
—Os recomiendo que le cubráis los ojos con tierra húmeda—comentó a los macieleros que permanecían con ellos mientras calentaba las alas, plegándolas y desplegándolas, para el momento de abandonar su cueva—. A los gusanos les gusta y a lo mejor así abandonan sus ojos. Además el barro tiene propiedades curativas —Rasqa distaba de estar bromeando y aquella sugerencia era cien por cien factible para el dragoncillo—. Buena suerte.
De un salto, abandonó el respaldo en el que se había encaramado y planeó hacia el hombro de Varsai para preguntar en voz muy baja:
—¿Estás bien? ¿Te ha llegado a tocar?
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
01/02/15, 11:44 pm
Irianna apenas pudo prestar atención a nada a su alrededor los primeros momentos. No desde que Jace decidió desayudarla a pesar de que el pobre chico creía estar haciendo todo lo contrario. El humano sin duda sería consciente de la rigidez que adoptó la idrina inmediatamente en cuanto la tocó, pero, después de lo que ya había sucedido, la lacustre luchó internamente por no apartar a Jace de un empujón a pesar de ser lo que le gritaba su mente que hiciera. De fondo oía las voces de los demás, todavía conmocionados con la situación. Oyó a Roaxen siendo tan irrespetuoso y cargante como siempre. Oía pero no escuchaba, pues tenía que poner toda su voluntad en no dar ninguna muestra del pánico que sentía. Cuando empezó a temblar ligeramente decidió que no podía seguir así.
—Dis… Disculpa, Jace. Creo que necesito espacio para respirar. Suéltame, no me voy a caer —le aseguró en un tono que en su opinión no había sonado nada convincente.
El humano, no obstante, la soltó, casi al tiempo en que Varsai se acercaba y comenzaba a abanicarla con su libreta con una mano mientras que con la otra le agarró una suya, apretándosela. Irianna sonrió a la varmana y, aunque en realidad el contacto le reconfortaba, después de haber apartado a Jace no podía admitir las atenciones de Varsai sin que resultase extraño.
—Gracias, Varsai, ya me encuentro mucho mejor —mintió.
No le dio tiempo a preocuparse, no obstante, de si alguien se habría creído lo que decía pues un segundo caos se desató en cuestión de segundos.
Las lágrimas de Armonía habrían resultado lo suficientemente amargas aun sin su desagradable aspecto. Y sobre todo, sin aquellos asquerosos gusanos que comenzaron a reptar por el suelo. Instintivamente Irianna se pegó a Kimbra, mientras no muy lejos de ella, ya que el humano la había soltado pero insistía en mantenerse cerca, Jace le taladraba los oídos con un chillido. Hubo gritos de todo tipo, sugerencias acerca de encerrar ¡e incluso matar! a la roquense, un caos del que la lacustre no podía ser partícipe. Ya había intervenido demasiado en aquella visita.
Aunque cuando Roaxen volvió a abrir la boca, si no llega a ser porque ya lo habían sugerido Kirés y Sekkeh, ella misma lo habría hecho. Con el xolnita allí las cosas tan solo empeorarían y, de todos modos, no quería tener que lidiar con las sugerencias de asesinato en su estado. Al tiempo que Rasqa hacía su propia sugerencia, no obstante, la hija de lunas se había dirigido a ella comentando que nadie parecía saber cómo tratar con parásitos. La idrina hizo acopio de fuerzas para preguntarle a la krabelinense tenía algún conocimiento, a lo que le respondió que sí, que ella podría tratar de curar a Armonía. Irianna observó a la krabelinense unos instantes antes de tomar una decisión. Volver a hablar para todos en aquellas condiciones era difícil, pero debía hacerlo.
—Escuchad… Kimbra afirma saber cómo tratar con parásitos. Si queréis nuestra ayuda en algún momento, tan solo tenéis que utilizar el mapa que os hemos traído y seréis bienvenidos en Letargo. Hasta… cuando queráis.
Se dirigió hacia la puerta, ya que alguien había ido a bajar el puente para que pudieran irse. Sus palabras habían llevado implícitas que habían ido hasta allí para ayudarlos y no para que algunos pagasen con todos el comportamiento de ciertos integrantes de ambos grupos. Era tan ridículo que la lacustre creía que le iba a estallar la cabeza debido a aquel pulsante dolor que empezó a sentir mientras atravesaba la puerta del torreón. Probablemente la jaqueca tenía otro origen, pero sin duda todo aquel follón no había hecho más que contribuir a su agravamiento. Intuía que lo que quedaba de día iba a resultar extremadamente largo.
—Dis… Disculpa, Jace. Creo que necesito espacio para respirar. Suéltame, no me voy a caer —le aseguró en un tono que en su opinión no había sonado nada convincente.
El humano, no obstante, la soltó, casi al tiempo en que Varsai se acercaba y comenzaba a abanicarla con su libreta con una mano mientras que con la otra le agarró una suya, apretándosela. Irianna sonrió a la varmana y, aunque en realidad el contacto le reconfortaba, después de haber apartado a Jace no podía admitir las atenciones de Varsai sin que resultase extraño.
—Gracias, Varsai, ya me encuentro mucho mejor —mintió.
No le dio tiempo a preocuparse, no obstante, de si alguien se habría creído lo que decía pues un segundo caos se desató en cuestión de segundos.
Las lágrimas de Armonía habrían resultado lo suficientemente amargas aun sin su desagradable aspecto. Y sobre todo, sin aquellos asquerosos gusanos que comenzaron a reptar por el suelo. Instintivamente Irianna se pegó a Kimbra, mientras no muy lejos de ella, ya que el humano la había soltado pero insistía en mantenerse cerca, Jace le taladraba los oídos con un chillido. Hubo gritos de todo tipo, sugerencias acerca de encerrar ¡e incluso matar! a la roquense, un caos del que la lacustre no podía ser partícipe. Ya había intervenido demasiado en aquella visita.
Aunque cuando Roaxen volvió a abrir la boca, si no llega a ser porque ya lo habían sugerido Kirés y Sekkeh, ella misma lo habría hecho. Con el xolnita allí las cosas tan solo empeorarían y, de todos modos, no quería tener que lidiar con las sugerencias de asesinato en su estado. Al tiempo que Rasqa hacía su propia sugerencia, no obstante, la hija de lunas se había dirigido a ella comentando que nadie parecía saber cómo tratar con parásitos. La idrina hizo acopio de fuerzas para preguntarle a la krabelinense tenía algún conocimiento, a lo que le respondió que sí, que ella podría tratar de curar a Armonía. Irianna observó a la krabelinense unos instantes antes de tomar una decisión. Volver a hablar para todos en aquellas condiciones era difícil, pero debía hacerlo.
—Escuchad… Kimbra afirma saber cómo tratar con parásitos. Si queréis nuestra ayuda en algún momento, tan solo tenéis que utilizar el mapa que os hemos traído y seréis bienvenidos en Letargo. Hasta… cuando queráis.
Se dirigió hacia la puerta, ya que alguien había ido a bajar el puente para que pudieran irse. Sus palabras habían llevado implícitas que habían ido hasta allí para ayudarlos y no para que algunos pagasen con todos el comportamiento de ciertos integrantes de ambos grupos. Era tan ridículo que la lacustre creía que le iba a estallar la cabeza debido a aquel pulsante dolor que empezó a sentir mientras atravesaba la puerta del torreón. Probablemente la jaqueca tenía otro origen, pero sin duda todo aquel follón no había hecho más que contribuir a su agravamiento. Intuía que lo que quedaba de día iba a resultar extremadamente largo.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
02/02/15, 01:06 am
Las cosas se pusieron aún peor de lo que la niña esperaba, ella creía que todo acabaría con el empujón que Sekkeh había propinado a la fanática. O eso pensaba hasta que oyó el característico sonido de un proyectil al surcar el aire y verlo clavado en el ala de Armonía.
Varsai desvió la vista de la sangre que fluía por la herida y buscó al responsable que no era otro que Roaxen. De no haber sido muda y de que el resto no le hubiese echado la bronca ella misma lo habría hecho, si no entendía qué se le había pasado por la cabeza a la roquense para atacarla menos podía entender la actitud del xolnita respondiendo con la misma moneda.
Después de las palabras de Irianna la niña sintió un nuevo y creciente respeto hacia ella, no obstante no pudo evitar preocuparse por ella cuando la vio más pálida de lo habitual y se acercó para darle un poco de aire con lo primero que encontró a mano que resultó ser su libreta. También le apretó la mano intentando infundir en el gesto no sólo su apoyo a sus palabras si no también sus ganas de que se encontrase mejor. A ojos de la niña lo suyo había sido un susto, lo de su amiga parecía un poco más serio.
No se percató de la herida del intara hasta que su congénere pelimorado mencionó la sangre. Dos personas habían terminado heridas y Varsai se sentía culpable en bastante medida, decidió que cuando se fuesen se acercaría al ulterano rubio a pedirle disculpas porque hubiese terminado herido y a enterarse de si se encontraba bien.
También notó las lágrimas gusanoides de Armonía y no pudo evitar preocuparse también por ella. A pesar de lo que la fanática había hecho Varsai no pudo evitarlo, no quería que se pusiese peor de lo que ya estaba pero tampoco se atrevía a acercarse a ella. Los gusanos no tenían absolutamente nada que ver, lo que no quería era provocar más problemas que los que ya había provocado.
Se arrimó a los suyos y cuando Rasqa se posó en su hombro le respondió con una caricia en la cabeza. Negó con la cabeza y luego escribió:
"Estoy bien, a diferencia de Sekkeh. Gracias a Kim y a él estoy bien.
Gracias por preocuparte."
Varsai desvió la vista de la sangre que fluía por la herida y buscó al responsable que no era otro que Roaxen. De no haber sido muda y de que el resto no le hubiese echado la bronca ella misma lo habría hecho, si no entendía qué se le había pasado por la cabeza a la roquense para atacarla menos podía entender la actitud del xolnita respondiendo con la misma moneda.
Después de las palabras de Irianna la niña sintió un nuevo y creciente respeto hacia ella, no obstante no pudo evitar preocuparse por ella cuando la vio más pálida de lo habitual y se acercó para darle un poco de aire con lo primero que encontró a mano que resultó ser su libreta. También le apretó la mano intentando infundir en el gesto no sólo su apoyo a sus palabras si no también sus ganas de que se encontrase mejor. A ojos de la niña lo suyo había sido un susto, lo de su amiga parecía un poco más serio.
No se percató de la herida del intara hasta que su congénere pelimorado mencionó la sangre. Dos personas habían terminado heridas y Varsai se sentía culpable en bastante medida, decidió que cuando se fuesen se acercaría al ulterano rubio a pedirle disculpas porque hubiese terminado herido y a enterarse de si se encontraba bien.
También notó las lágrimas gusanoides de Armonía y no pudo evitar preocuparse también por ella. A pesar de lo que la fanática había hecho Varsai no pudo evitarlo, no quería que se pusiese peor de lo que ya estaba pero tampoco se atrevía a acercarse a ella. Los gusanos no tenían absolutamente nada que ver, lo que no quería era provocar más problemas que los que ya había provocado.
Se arrimó a los suyos y cuando Rasqa se posó en su hombro le respondió con una caricia en la cabeza. Negó con la cabeza y luego escribió:
"Estoy bien, a diferencia de Sekkeh. Gracias a Kim y a él estoy bien.
Gracias por preocuparte."
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
02/02/15, 03:44 pm
La retienen, Sekk la empuja y Armonía sale casi disparada. La tensión aumenta por momentos, parece que esta situación no se va a acabar nunca.
Alzo la daga en posición más amenazante esta vez, pero parece que ya no sirve de nada, no creo que vaya a cometer de nuevo la estupidez de enfrentarse a Letargo entonces.
Pero justo cuando parece que las cosas pueden calmarse algo silba en el aire, tengo los nervios a flor de piel, y no me ayuda en absoluto ver como un proyectil de Roaxen se clava en una de las alas de Armonía, que inmediatamente, chilla de dolor, y empieza a gemir, o a llorar.
Todos parecen enfrentarse entre sí, Kirés se interpone, luego llega Tesón, Sekk se rasga en el brazo, Irianna se marea, Jace interviene, y...Hal nos avisa de que las lágrimas resultan ser unos repugnantes gusanos.
>>¡Ah, joder, ¿Es que aquí nada es normal?. Si no nos taca la ciudad, lo hacemos entre nosotros. Esto es el colmo¡.<<.
Retrocedo un par de pasos atrás por el asco y horror. >>¡Bichos¡.<<. Los gusanos se deslizan por el suelo, serpenteando.
Está enferma, desde luego, no sé si es contagioso o no, pero, no se le puede dejar libre así como así.
Sugieren que la encierren en las celdas o que la suban al cuarto a descansar y tratar su aparente enfermedad, pero me declino por que esté entre rejas. >>Así que ellos también tienen celdas...<<.
Es muy peligrosa, y puede que se infecte con el aire. Yo la encerraría veinticuatro horas, y solo bajaría para darle alimento, procurando no entrar en contacto con ella y tapándome la boca por si las moscas, mientras se busca otra solución. Pero es decisión de Maciel, ellos eligen.
Roaxen afirma su verdadera intención, matarla, en el pozo de mi ser quiero que así sea, pero no, no es humano, aunque ellos no lo son. Aún me siguen sorprendiendo con la facilidad que lo ha dicho.
La rabia vuelva a poseerme, con menor medida.
-¿Roaxen?. Créeme, yo lo hubiera hecho con mis manos si la hubiera tocado. Pero, ¿Matarla?. ¿Acaso no te convierte eso en lo mismo que ella?.- digo secundando a Jace y dudando si realmente haría lo primero. No sé si ha quedado como quería que quedase, pero al menos, lo he soltado.
-Y lo mismo va por ti Ergot, debéis o debemos de buscar una solución, esa sería la fácil para ti, pero no creo que te gustase si estuvieras en su situación. Joder, que parece que aquí nadie piensa, vale y ya me callo- termino colorada como un tomate, golpeando el suelo varias veces con la vieja sandalia que me hace de “zapato”.
Nos marchamos, simplemente lo requieren de forma adecuada. Siendo positiva y he de admitir que el alivio de saber que siguen con vida y que están muy seguros me abraza, pero de nuevo tengo cosas a la que darle vueltas, mi preocupación se centrará en Armonía, y la pobre Varsai, lo sé. Aunque no quiera, pero es algo que no puedo evitar, pensar y pensar es parte de mí.
-Suerte, y tened cuidado. Para lo que sea, ya sabéis, supongo que volveremos a veros.- me despido centrando mis palabras en la única humana a parte de mí.
>>Bonito encuentro entre Maciel y Letargo, sí, somos especiales Doce, para una vez que nos encontramos, llueven proyectiles y chillidos. Espero que te haya gustado.<<
Sigue en la Cicatriz de Arax.
Alzo la daga en posición más amenazante esta vez, pero parece que ya no sirve de nada, no creo que vaya a cometer de nuevo la estupidez de enfrentarse a Letargo entonces.
Pero justo cuando parece que las cosas pueden calmarse algo silba en el aire, tengo los nervios a flor de piel, y no me ayuda en absoluto ver como un proyectil de Roaxen se clava en una de las alas de Armonía, que inmediatamente, chilla de dolor, y empieza a gemir, o a llorar.
Todos parecen enfrentarse entre sí, Kirés se interpone, luego llega Tesón, Sekk se rasga en el brazo, Irianna se marea, Jace interviene, y...Hal nos avisa de que las lágrimas resultan ser unos repugnantes gusanos.
>>¡Ah, joder, ¿Es que aquí nada es normal?. Si no nos taca la ciudad, lo hacemos entre nosotros. Esto es el colmo¡.<<.
Retrocedo un par de pasos atrás por el asco y horror. >>¡Bichos¡.<<. Los gusanos se deslizan por el suelo, serpenteando.
Está enferma, desde luego, no sé si es contagioso o no, pero, no se le puede dejar libre así como así.
Sugieren que la encierren en las celdas o que la suban al cuarto a descansar y tratar su aparente enfermedad, pero me declino por que esté entre rejas. >>Así que ellos también tienen celdas...<<.
Es muy peligrosa, y puede que se infecte con el aire. Yo la encerraría veinticuatro horas, y solo bajaría para darle alimento, procurando no entrar en contacto con ella y tapándome la boca por si las moscas, mientras se busca otra solución. Pero es decisión de Maciel, ellos eligen.
Roaxen afirma su verdadera intención, matarla, en el pozo de mi ser quiero que así sea, pero no, no es humano, aunque ellos no lo son. Aún me siguen sorprendiendo con la facilidad que lo ha dicho.
La rabia vuelva a poseerme, con menor medida.
-¿Roaxen?. Créeme, yo lo hubiera hecho con mis manos si la hubiera tocado. Pero, ¿Matarla?. ¿Acaso no te convierte eso en lo mismo que ella?.- digo secundando a Jace y dudando si realmente haría lo primero. No sé si ha quedado como quería que quedase, pero al menos, lo he soltado.
-Y lo mismo va por ti Ergot, debéis o debemos de buscar una solución, esa sería la fácil para ti, pero no creo que te gustase si estuvieras en su situación. Joder, que parece que aquí nadie piensa, vale y ya me callo- termino colorada como un tomate, golpeando el suelo varias veces con la vieja sandalia que me hace de “zapato”.
Nos marchamos, simplemente lo requieren de forma adecuada. Siendo positiva y he de admitir que el alivio de saber que siguen con vida y que están muy seguros me abraza, pero de nuevo tengo cosas a la que darle vueltas, mi preocupación se centrará en Armonía, y la pobre Varsai, lo sé. Aunque no quiera, pero es algo que no puedo evitar, pensar y pensar es parte de mí.
-Suerte, y tened cuidado. Para lo que sea, ya sabéis, supongo que volveremos a veros.- me despido centrando mis palabras en la única humana a parte de mí.
>>Bonito encuentro entre Maciel y Letargo, sí, somos especiales Doce, para una vez que nos encontramos, llueven proyectiles y chillidos. Espero que te haya gustado.<<
Sigue en la Cicatriz de Arax.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
03/02/15, 06:21 pm
Samika pensó que por fin las cosas se estaban tranquilizando pero fue un gran error, no solo fue el grito de Armonia que le hizo temblar de la cabeza a los pies, fue lo que aparentemente ocurrió a continuación lo que la desesperó. Por lo poco que pudo entender algo pasaba con Armonía, algo que nada tenia que ver con su locura o con la herida recibida, el grito de Ergot por sobretodo le sobresalto mirando a todas partes con la confusión obvia y el evidente terror a lo desconocido. ¿Que demonios estaba pasando ahora? Maldijo su ceguera que no le dejaba saber que pasaba.¿A que venia querer matar a Armonia? ¿Por que todo el mundo reaccionaba como si hubiera visto algo asqueroso? Al final no pudo pregunta pues Twixy's tras decirle claramente a Ergot que nada de muerte, la llevo rápidamente a por agua y después a la cocina preguntándole sobre que había que hacer. Fue a responderle pero la llegada de Kires le interrumpió y le confundió aun mas cuando entro en su campo visual y comenzó a quemar...¿aquello era un cuchillo? Sabía que ere un método para cauterizar heridas, eso si doloroso y también muy rustico.
-¿Alguien me dice que esta pasando ahí afuera? ¿Por que todo esos gritos de Ergot de querer matar a Armonía?- pregunto confusa finalmente, no sabiendo como actuar sino tenia toda la información. La respuesta que Kires le dió le revolvió el estomago, no tenia explicación alguna para lo sucedido pero la imagen que llego a su cerebro era sumamente inquietante. ¿Llorar gusanos? Aquello no era nada bueno viese como se le viese y no había necesidad de ser una experta en medicina para saberlo. "Oh dios, estamos todos jodidos" pensó con inquietud. Si aquello era contagioso ya debían estar contagiados pues llevaba días viviendo con Armonia. Aunque de ser así, todos debían haberse contagiado casi al mismo tiempo ¿tal vez en lo siguientes días alguien mas podría mostrar síntomas? Solo de pensar en ello los ojos le cosquilleaban. "'!Samika, prioridades! Primero ayudar a curarla y tratar sus ojos lo mejor posible, ya luego si hay tiempo, ponerse histérica..." pensó. Ya que los letarginos se habían ido, ayudar a Sekkeh no tenia razón de ser. Esperaba que pudieran curarlo sin problemas en su vuelta. Había sido un encuentro bastante desastroso, intentando concentrarse en lo que les tocaba a ellos, que no era poco.
-Si, es mejor hervirla y también habrá que hacer lo mismo con los trapos. Cualquier cosa que este en contacto con Armonía debe ser desinfectada antes y después de su uso. Ah, hay que lavarse bien las manos también, tu también Kires si vas a encargarte de su herida-añadió Samika intentando sonar lo mas segura posible al responder a Twixys, sus conocimientos en curación no eran muy alla pero el tener un padre que se movía en el mundillo de la medicina y el haber visto tropecientos libros al respecto en su casa debía valer de algo ¿no? Al menos para tener una base teórica. Dicho aquello le dejo a Twixys a cargo del agua, yendo a buscar trapos.
Otro asunto que rondaba su mente, eran los los gusanos que hacían salido de las lagrimas de Armonía, y que solo de pensar en ellos se le ponía un nudo en el estomago. Esperaba que alguien estuviese ya haciéndose cargo de ellos. Aunque fuera algo difícil con los instrumentos que tenían todos a su alcance, contra antes minimizaran cualquier posible infección, mejor que mejor.
En el camino de vuelta en su recogida de trapos encontró un sombra tiesa en un lado de las escaleras, por lo que se le acerco. Alguien mas se encontraba un poco alla agachada en el suelo, suponiendo librándose de los gusanillos aunque no pudiera ver quien es.
-Hal ¿porque estas aquí parado? ¿estas bien?- dijo preocupada cuando al acercarse vio que era Hal el que parecía convertido en estatua. Era una pregunta tonta pero dada toda la situación el si "estaba bien" tenia otro tipo de contexto, pues lo poco que su visión podía entregarle era la imagen de alguien un poco nervioso- Mmm ¿podrías encargarte de esos gusanitos con...ehm...bueno, con quien este haciéndolo?- pregunto Samika. Sabía era una tarea desagradable, pero si esas cosas habían salido de los ojos de Armonía debían ser minúsculo y eran un trabajo imposible de realizar para ella por mucho que no le importara hacerlo-Si lo hacéis, recordar lavaros bien las manos luego- aviso a ambos, volviendo a la cocina rápidamente para poder hervir los trapos. Ya teniendo estos y el agua pudieron finalmente subirlos al cuarto donde estaba Armonía siendo cuidada por Eara.
-¿Alguien me dice que esta pasando ahí afuera? ¿Por que todo esos gritos de Ergot de querer matar a Armonía?- pregunto confusa finalmente, no sabiendo como actuar sino tenia toda la información. La respuesta que Kires le dió le revolvió el estomago, no tenia explicación alguna para lo sucedido pero la imagen que llego a su cerebro era sumamente inquietante. ¿Llorar gusanos? Aquello no era nada bueno viese como se le viese y no había necesidad de ser una experta en medicina para saberlo. "Oh dios, estamos todos jodidos" pensó con inquietud. Si aquello era contagioso ya debían estar contagiados pues llevaba días viviendo con Armonia. Aunque de ser así, todos debían haberse contagiado casi al mismo tiempo ¿tal vez en lo siguientes días alguien mas podría mostrar síntomas? Solo de pensar en ello los ojos le cosquilleaban. "'!Samika, prioridades! Primero ayudar a curarla y tratar sus ojos lo mejor posible, ya luego si hay tiempo, ponerse histérica..." pensó. Ya que los letarginos se habían ido, ayudar a Sekkeh no tenia razón de ser. Esperaba que pudieran curarlo sin problemas en su vuelta. Había sido un encuentro bastante desastroso, intentando concentrarse en lo que les tocaba a ellos, que no era poco.
-Si, es mejor hervirla y también habrá que hacer lo mismo con los trapos. Cualquier cosa que este en contacto con Armonía debe ser desinfectada antes y después de su uso. Ah, hay que lavarse bien las manos también, tu también Kires si vas a encargarte de su herida-añadió Samika intentando sonar lo mas segura posible al responder a Twixys, sus conocimientos en curación no eran muy alla pero el tener un padre que se movía en el mundillo de la medicina y el haber visto tropecientos libros al respecto en su casa debía valer de algo ¿no? Al menos para tener una base teórica. Dicho aquello le dejo a Twixys a cargo del agua, yendo a buscar trapos.
Otro asunto que rondaba su mente, eran los los gusanos que hacían salido de las lagrimas de Armonía, y que solo de pensar en ellos se le ponía un nudo en el estomago. Esperaba que alguien estuviese ya haciéndose cargo de ellos. Aunque fuera algo difícil con los instrumentos que tenían todos a su alcance, contra antes minimizaran cualquier posible infección, mejor que mejor.
En el camino de vuelta en su recogida de trapos encontró un sombra tiesa en un lado de las escaleras, por lo que se le acerco. Alguien mas se encontraba un poco alla agachada en el suelo, suponiendo librándose de los gusanillos aunque no pudiera ver quien es.
-Hal ¿porque estas aquí parado? ¿estas bien?- dijo preocupada cuando al acercarse vio que era Hal el que parecía convertido en estatua. Era una pregunta tonta pero dada toda la situación el si "estaba bien" tenia otro tipo de contexto, pues lo poco que su visión podía entregarle era la imagen de alguien un poco nervioso- Mmm ¿podrías encargarte de esos gusanitos con...ehm...bueno, con quien este haciéndolo?- pregunto Samika. Sabía era una tarea desagradable, pero si esas cosas habían salido de los ojos de Armonía debían ser minúsculo y eran un trabajo imposible de realizar para ella por mucho que no le importara hacerlo-Si lo hacéis, recordar lavaros bien las manos luego- aviso a ambos, volviendo a la cocina rápidamente para poder hervir los trapos. Ya teniendo estos y el agua pudieron finalmente subirlos al cuarto donde estaba Armonía siendo cuidada por Eara.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
03/02/15, 10:21 pm
Ahora que el otro grupo se había marchado las cosas se simplificaban bastante. Ya no había que lidiar con gente, de modo que lo que tocaba hacer ahora era atender a Armonía.
No perdió el tiempo e inmediatamente fue a la cocina a encender un fogón y quemar la hoja del cuchillo más afilado que encontró. No era el mejor método, pero el fuego era ahora el mejor desinfectante que tenían. Entre tanto llegaron Twixy’s y Sami que se pusieron a hervir agua y trapos y Kirés puso al día a la humana cuando preguntó.
Una vez estuvo todo listo subió a la habitación donde habían dejado a la roquense. Se la notaba de mal humor pero no estaba en condiciones de pelearse con nadie, lo cual facilitaría las cosas. Al final le ayudarían Tanto Samika, que había subido con él, como Eara que ya estaba allí y quien resultó ser curandera. Cuando estuvo todo colocado y preparado se dirigió a Armonía: –Vamos a sacarte el perno y a tratarte la herida. Te dolerá, pero aun así me gustaría que evitaras moverte. Me hará la tarea más fácil. –Dicho esto miró a las dos chicas– Sujetadla.
Lo primero fue hacer un corte partiendo justo del lugar donde estaba clavado el proyectil, lo más pequeño posible, pero tan profundo como la herida. El tamaño sería el justo para que el enderth pudiera meter un dedo y palpar hasta donde había llegado el proyectil, como hizo tras la incisión. Para el alivio de Kirés logró introducirlo hasta la punta. “Bien, no se ha clavado en el hueso. Eso hará más fácil sacarla.”
Siguió trabajando ajeno a cualquier grito o signo de dolor por parte de Armonía, confiando en que si pasaba algo fuera de lo normal cualquiera de sus compañeras le avisaría. Consiguió sacar el perno sin complicaciones, y tras comprobar que no quedaba nada del mismo en la herida pidió a Eara que lo ayudara con la cura. Limpiaron la herida como buenamente pudieron, y lo mismo a la hora de vendarla.
Cuando por fin terminaron Kirés estaba totalmente manchado de sangre, y lo único que quería era lavarse. Si la situación no fuera la que era quizás habría bromeado sobre su mala suerte por haber elegido aquella mañana para limpiarse las plumas a fondo, pero no era ni el momento ni el lugar.
No perdió el tiempo e inmediatamente fue a la cocina a encender un fogón y quemar la hoja del cuchillo más afilado que encontró. No era el mejor método, pero el fuego era ahora el mejor desinfectante que tenían. Entre tanto llegaron Twixy’s y Sami que se pusieron a hervir agua y trapos y Kirés puso al día a la humana cuando preguntó.
Una vez estuvo todo listo subió a la habitación donde habían dejado a la roquense. Se la notaba de mal humor pero no estaba en condiciones de pelearse con nadie, lo cual facilitaría las cosas. Al final le ayudarían Tanto Samika, que había subido con él, como Eara que ya estaba allí y quien resultó ser curandera. Cuando estuvo todo colocado y preparado se dirigió a Armonía: –Vamos a sacarte el perno y a tratarte la herida. Te dolerá, pero aun así me gustaría que evitaras moverte. Me hará la tarea más fácil. –Dicho esto miró a las dos chicas– Sujetadla.
Lo primero fue hacer un corte partiendo justo del lugar donde estaba clavado el proyectil, lo más pequeño posible, pero tan profundo como la herida. El tamaño sería el justo para que el enderth pudiera meter un dedo y palpar hasta donde había llegado el proyectil, como hizo tras la incisión. Para el alivio de Kirés logró introducirlo hasta la punta. “Bien, no se ha clavado en el hueso. Eso hará más fácil sacarla.”
Siguió trabajando ajeno a cualquier grito o signo de dolor por parte de Armonía, confiando en que si pasaba algo fuera de lo normal cualquiera de sus compañeras le avisaría. Consiguió sacar el perno sin complicaciones, y tras comprobar que no quedaba nada del mismo en la herida pidió a Eara que lo ayudara con la cura. Limpiaron la herida como buenamente pudieron, y lo mismo a la hora de vendarla.
Cuando por fin terminaron Kirés estaba totalmente manchado de sangre, y lo único que quería era lavarse. Si la situación no fuera la que era quizás habría bromeado sobre su mala suerte por haber elegido aquella mañana para limpiarse las plumas a fondo, pero no era ni el momento ni el lugar.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VII)
04/02/15, 01:09 am
Eara se sorprendió de que Tesón renegase de ayudar a Armonía al descubrirse su infección. Se había dirigido a él principalmente para tratar de calmarlo pero al final quien se ofreció a ayudar a subir a la roquense hasta su cama fue Lemus.
Y, entre tanto, los letarguinos finalmente se marchaban. Habían descubierto la mala hierba que era Roaxen, pero eso no impedía a Eara sentirse mal por el jaleo que habían armado los suyos, y por eso les dirigió una última mirada mientras salían en la que podía leerse cuánto lo sentía.
—Seguramente nos pasaremos pronto… Id con cuidado. —Ayne estaba cerca de la puerta y se despidió mientras el grupo enfilaba para salir. Había logrado abrir la boca al escuchar lo de Kimbra, pero por una vez no sabía ni qué decir. Agradecimientos o disculpas, tal vez, porque solo uno de aquellos muchachos se había ganado su odio, pero no lograban salir de su boca. Estaba de un humor de perros y los causantes de todo aquello habían sido ambos roquenses. Además le molestaba enormemente que Eara quisiese arriesgarse a cuidar a la loca que casi lo había acuchillado.
—Tesón, ¿lo que le pasa a Armonía… existe en tu mundo, tienes idea de qué es o cómo se trata? —Trataba de tantear Eara al roquense mientras tanto. No consiguió gran cosa aparte de gritos, solo sacó en claro que Tesón desconocía la enfermedad. Estaba pensando que tal vez los roquenses eran más sensibles a adquirir aquel parásito, y también se planteaba preguntar a todos si habían notado alguna molestia últimamente, pero Lemus estaba empezando a subir a Armonía solo y corrió a ayudarlo. Por suerte, había más gente dispuesta a limpiar aquel estropicio y a ayudar en lo que hiciese falta.
Acomodaron a la roquense en su cama. Estaba sorprendentemente tranquila en comparación a cómo se había comportado poco antes, pero era de agradecer. Eara se sentía mal por no saber cómo ayudar a aquella criatura. No sabía siquiera si tenía fiebre o cuál era su temperatura normal. Se quedó con ella hasta que subió Kirés y, poco después, Samika.
—Pídeme ayuda con lo que necesites —le dijo al enderth—, tengo algo de experiencia como curandera. —Suponía que Kirés tenía algo de experiencia extrayendo proyectiles, y la aliviaba, porque jamás había visto tratar nada semejante allí donde vivía. A eso había que sumarle que nunca había vendado un ala y desde luego el enderth de alas sabía un rato.
Mientras la sujetaba y ayudaba a vendar y enfriar la herida del perno no podía quitarse de la cabeza los extraños parásitos. Los tres acabaron con la ropa llena de sangre, Kirés el que más, y la sinhadre prefería quitársela cuanto antes y lavarla a fondo. Desconocían el medio de contagio y, por muy cuidadosos que hubiesen sido, era tremendamente desagradable pensar en ello.
—Parece que está más tranquila ahora —susurró a Kirés y Samika cerca de la puerta—. Tiene que estar agotada. Deberíamos aprovechar para lavarnos ahora y quitarnos esta ropa. —Al salir de la habitación siguió hablando con ellos—. ¿Habíais visto o oído hablar alguna vez de una infección como esa? Creo que deberíamos ir a ver a Kimbra lo más pronto posible —Debían enfrentarse a la que probablemente sería una situación incómoda con los chicos de letargo, pero no podían abandonar a Armonía ni aunque se hubiese comportado de forma tan irracional. Y todos eran susceptibles de acabar enfermando también.
Entre tanto, en la planta baja, Ayne fue testigo de cómo se limpiaba y se hervía agua. En aquel trajín no encontró nada importante que hacer, y como aún tenía el libro de mapas entre las manos, salió al patio y se sentó a continuar hojeándolo como distracción. Estaba demasiado preocupado por Eara tratando a la pajarraca, por los problemas que les esperaban y, en esencia, por todo en aquella maldita ciudad.
Y, entre tanto, los letarguinos finalmente se marchaban. Habían descubierto la mala hierba que era Roaxen, pero eso no impedía a Eara sentirse mal por el jaleo que habían armado los suyos, y por eso les dirigió una última mirada mientras salían en la que podía leerse cuánto lo sentía.
—Seguramente nos pasaremos pronto… Id con cuidado. —Ayne estaba cerca de la puerta y se despidió mientras el grupo enfilaba para salir. Había logrado abrir la boca al escuchar lo de Kimbra, pero por una vez no sabía ni qué decir. Agradecimientos o disculpas, tal vez, porque solo uno de aquellos muchachos se había ganado su odio, pero no lograban salir de su boca. Estaba de un humor de perros y los causantes de todo aquello habían sido ambos roquenses. Además le molestaba enormemente que Eara quisiese arriesgarse a cuidar a la loca que casi lo había acuchillado.
—Tesón, ¿lo que le pasa a Armonía… existe en tu mundo, tienes idea de qué es o cómo se trata? —Trataba de tantear Eara al roquense mientras tanto. No consiguió gran cosa aparte de gritos, solo sacó en claro que Tesón desconocía la enfermedad. Estaba pensando que tal vez los roquenses eran más sensibles a adquirir aquel parásito, y también se planteaba preguntar a todos si habían notado alguna molestia últimamente, pero Lemus estaba empezando a subir a Armonía solo y corrió a ayudarlo. Por suerte, había más gente dispuesta a limpiar aquel estropicio y a ayudar en lo que hiciese falta.
Acomodaron a la roquense en su cama. Estaba sorprendentemente tranquila en comparación a cómo se había comportado poco antes, pero era de agradecer. Eara se sentía mal por no saber cómo ayudar a aquella criatura. No sabía siquiera si tenía fiebre o cuál era su temperatura normal. Se quedó con ella hasta que subió Kirés y, poco después, Samika.
—Pídeme ayuda con lo que necesites —le dijo al enderth—, tengo algo de experiencia como curandera. —Suponía que Kirés tenía algo de experiencia extrayendo proyectiles, y la aliviaba, porque jamás había visto tratar nada semejante allí donde vivía. A eso había que sumarle que nunca había vendado un ala y desde luego el enderth de alas sabía un rato.
Mientras la sujetaba y ayudaba a vendar y enfriar la herida del perno no podía quitarse de la cabeza los extraños parásitos. Los tres acabaron con la ropa llena de sangre, Kirés el que más, y la sinhadre prefería quitársela cuanto antes y lavarla a fondo. Desconocían el medio de contagio y, por muy cuidadosos que hubiesen sido, era tremendamente desagradable pensar en ello.
—Parece que está más tranquila ahora —susurró a Kirés y Samika cerca de la puerta—. Tiene que estar agotada. Deberíamos aprovechar para lavarnos ahora y quitarnos esta ropa. —Al salir de la habitación siguió hablando con ellos—. ¿Habíais visto o oído hablar alguna vez de una infección como esa? Creo que deberíamos ir a ver a Kimbra lo más pronto posible —Debían enfrentarse a la que probablemente sería una situación incómoda con los chicos de letargo, pero no podían abandonar a Armonía ni aunque se hubiese comportado de forma tan irracional. Y todos eran susceptibles de acabar enfermando también.
Entre tanto, en la planta baja, Ayne fue testigo de cómo se limpiaba y se hervía agua. En aquel trajín no encontró nada importante que hacer, y como aún tenía el libro de mapas entre las manos, salió al patio y se sentó a continuar hojeándolo como distracción. Estaba demasiado preocupado por Eara tratando a la pajarraca, por los problemas que les esperaban y, en esencia, por todo en aquella maldita ciudad.
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