Subterráneos
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Rocavarancolia Rol
26 participantes
- Rocavarancolia Rol
Subterráneos
03/08/11, 11:04 am
Recuerdo del primer mensaje :
Los subterráneos ocupan todo el subsuelo de la ciudad y están plagados de horribles criaturas. Se puede entrar en ellos desde cualquier punto de la ciudad y puedes salir en cualquier sitio.
- Descripción más detallada sacada de la saga:
- Cientos de aberraciones se daban cita en las entrañas de la ciudad, algunas tan desconocidas para él como la fauna alienígena que podía poblar el planeta más lejano. Allí merodeaban los cadáveres pálidos que se alimentaban del tuétano de sus víctimas; los espectros errantes a la caza siempre de cuerpos que poseer… En las profundidades de Rocavarancolia todavía era posible encontrar a los descendientes de los seres humanos a los que Eradianalavela había injertado almas de bestias; o a los vampiros de Rádix, capaces de succionar la sangre, las vísceras y los huesos de sus víctimas con sólo tocarlas; y a criaturas aún más terroríficas que aquéllas. Y los peligros no se reducían sólo a monstruos:
bajo la ciudad había escapes de magia asesina, turbulentas nubes de humo venenoso procedentes de la combustión de residuos mágicos…
La inmensa gruta era de origen natural, un lugar húmedo y rebosante de ecos que avanzaba en
dirección oeste. No había más aportación visible de los moradores de Rocavarancolia que las columnas que aseguraban el techo. Las había a decenas, esparcidas sin pauta ni orden alguno, apiñadas en compactas manadas o velando solitarias por la integridad de la galería; eran de piedra negra, extraordinariamente finas. Se trataba a todas luces de columnas mágicas. A pesar de su número, su aspecto era demasiado frágil como para poder sostener por sí mismas el techo de la caverna y el peso de los edificios que se levantaban sobre ésta. Resultaba difícil concebir que Rocavarancolia quedara sobre sus cabezas.
El suelo estaba encharcado y chapoteaban a la carrera, salpicándose unos a otros.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Subterráneos
29/04/12, 08:48 pm
Toima estaba realmente nervioso. Siguio la silueta de Adara a medida que se acercaban al torreón. De loejos, el ulterano podia observar como habia menos presencias en el torreon de las que tocaria, pero no decidio apresurarse en sacar conclusiones y no fue hasta que lo ojó de labios de la mujer hasta que no se lo creyó. Los pequeños les habian desobedecido. Toima pegó un grito de rabia pura y corrío hacia la entrada de los subterraneos lo más rápido que pudieron sus piernas. El ulterano solo tenia una cosa en mente: Rescatarlos.
Cuando entraron, Adara hizo una luz y Toima comenzó a rastrear los túneles con sus ojos en busca de los chicos. Habia cosas demasiado grandes o demasiado pequeñas, pero pocas que pudieran ser ellos. Jack desaparecio, perdiendose por los pasillos y Toima se fio del instinto del vampiro y le siguio a paso veloz.
Llegaron a un claro habitado por una especie de cruce entre hombres y bestias que huian de algo más allá. Toima gritó de rabia una vez más y hendio la cara del primer desgraciado en su craneo, matandolo al instante y luego estalló Toima se encontraba en medio de un frenesí de rabia e ira. Todo lo que se cruzaba por su camino era aplastado, acuchillado y reducido a cenizas.
No fue hasta que se fijó, que, de más allá del lugar donde se encontraban, varias figuras que podian ser los chicos estaban moviendose alrededor de una presencia enorme. Extrajo el cuchillo de la garganta del ultimo hombre bestia que habia matado y corrío a zancadas hasta encontrarse cara a cara con una presencia gargantuesca. Ante él, un ser que no sabia catalogar como animal o monstruo se arrastraba lastimosamente y a su alrededor, los chicos procuraban esquivarle, le atormenaban y atacaba. Toima no pensaba con claridad en esos momentos.
-¿¡Qué diablos pasa aqui!?- gritó con una voz muy estridente. El ser se revolvio y Toima le lanzó varios de sus cuchillos contra la resbaladiza superficie del ser. Si bien su metal hizo efecto, la bestia no lo hizo aparentar. Tenia un par de organos por fuera, un brazo cercenado y lo que parecia un ojo estallado con plumas de Noel. Toima maldijo y extrajo un hilo mientras corria a toda velocidad hacia el animal. Ató varios de sus cuchillos en un instante y clavó uno en la carne del ser, mientras tiraba del hilo, desgarrandole la carne. Pasó el otro extremo del hilo alrededor del brazo, clavandosele cuchillos entonrno a este y tiró hasta arrancarlo de cuajo. Sin embargo, el animal se retorcia y seguia atacando. Toima se apartó de un salto jadeando.
-¿¡Y este mierdas porque no muere!?-
Cuando entraron, Adara hizo una luz y Toima comenzó a rastrear los túneles con sus ojos en busca de los chicos. Habia cosas demasiado grandes o demasiado pequeñas, pero pocas que pudieran ser ellos. Jack desaparecio, perdiendose por los pasillos y Toima se fio del instinto del vampiro y le siguio a paso veloz.
Llegaron a un claro habitado por una especie de cruce entre hombres y bestias que huian de algo más allá. Toima gritó de rabia una vez más y hendio la cara del primer desgraciado en su craneo, matandolo al instante y luego estalló Toima se encontraba en medio de un frenesí de rabia e ira. Todo lo que se cruzaba por su camino era aplastado, acuchillado y reducido a cenizas.
No fue hasta que se fijó, que, de más allá del lugar donde se encontraban, varias figuras que podian ser los chicos estaban moviendose alrededor de una presencia enorme. Extrajo el cuchillo de la garganta del ultimo hombre bestia que habia matado y corrío a zancadas hasta encontrarse cara a cara con una presencia gargantuesca. Ante él, un ser que no sabia catalogar como animal o monstruo se arrastraba lastimosamente y a su alrededor, los chicos procuraban esquivarle, le atormenaban y atacaba. Toima no pensaba con claridad en esos momentos.
-¿¡Qué diablos pasa aqui!?- gritó con una voz muy estridente. El ser se revolvio y Toima le lanzó varios de sus cuchillos contra la resbaladiza superficie del ser. Si bien su metal hizo efecto, la bestia no lo hizo aparentar. Tenia un par de organos por fuera, un brazo cercenado y lo que parecia un ojo estallado con plumas de Noel. Toima maldijo y extrajo un hilo mientras corria a toda velocidad hacia el animal. Ató varios de sus cuchillos en un instante y clavó uno en la carne del ser, mientras tiraba del hilo, desgarrandole la carne. Pasó el otro extremo del hilo alrededor del brazo, clavandosele cuchillos entonrno a este y tiró hasta arrancarlo de cuajo. Sin embargo, el animal se retorcia y seguia atacando. Toima se apartó de un salto jadeando.
-¿¡Y este mierdas porque no muere!?-
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Subterráneos
30/04/12, 03:03 am
Koval consigue escapar de las "garras" del monstruo gracias a una roca envuelta en fuego de parte de Azura y Noel se ve obligado a aterrizar entre ella y yo. El ser aulla nuevamente, o al menos hace un intento chirriante de ello después de nuestros ataques, y vuelve a enviarnos tropezones de todo lo que una vez debieron ser seres vivos con poca suerte. Me obligo a dar un salto hacia atrás para esquivarlos, pero incluso así acabo utilizando un hechizo de impulso para repeler medio maxilar plagado de dientes y muelas podridas. Ante todo no quiero que me toque con esa sustancia negra, no parece sana en absoluto. El olor a engrendro quemado me provoca nuevas arcadas y me obliga a darme cuenta de que el hechizo para ocultar su olor ha sido una de las cosas más inútiles que he hecho hoy. Sin embargo, entre tanto hechizo por parte del resto, mi gola parece agitarse con vida propia, por lo que no tengo demasiado en cuenta el malgasto de energía que hice.
Noel sugiere que incendie las flechas y después se lanza espada en mano contra el saco de órganos que acaba de emerger a la superficie desde el interior de la mole negra. Hago aparecer una llama en mi mano mientras saco uno de los proyectiles del carcaj, aunque no llego a prenderlo. La gola me advierte de la presencia de magia cada vez más intensamente y giro la cabeza en dirección al túnel por el que llegamos justo a tiempo para ver corriendo hacia nosotros varias figuras. La primera es Adara y el cosquilleo de la gorguera parece susurrarme la palabra "runas" a su llegada. Al verla se me cae el corazón al suelo, tanto por la emoción de contar con ella como por el miedo a la que nos espera por intrépidos << Si escapamos vivos de aquí... >>. El segundo es Kaiser, o una vorágine veloz de ojos y cuchillos precipitándose sobre la bestia. Y a pesar de que me pica en la nariz que no son los únicos, de momento no consigo identificar a nadie más.
Mientras me digo a mí mismo que este no es momento de andar haciendo recuentos, hago arder el cuerpo de madera de la primera flecha y la lanzo con un hechizo de impulso contra el saco de órganos. Sigo los mismos pasos hasta que llega un punto que tan solo me quedan dos flechas en el carcaj y la llama que consigo invocar se vuelve más y más pequeña. Tras descartar desde un principio la idea de atraer de nuevo hacia aquí las que ya he lanzado, se me ocurre una última forma de utilizar las restantes. Prendo ambas flechas y las lanzo contra uno de los moscardones gigantes que levitan sobre la mole. Inmediatamente después hago levitar el moscardón dañado, hasta que las llamas lo envuelven por completo, e introduzco el cuerpo ardiendo en una de las oquedades del monstruo. Tras eso, una aspiración inunda de aire mis pulmones y viene seguida de una arcada. Lo poco que aún había aguantado en mi estómago durante nuestra incursión sale irremediablemente a la luz en forma de vómito, aunque en comparación al olor que reina aquí, bien podría tratarse de la mejor fragancia de la más aromática de las flores. Mi reacción no es más que un aviso: el olor de mi hechizo nos ha abandonado, por si cabe alguna duda, y el aroma a huerto de Letargo ha dejado vía libre a la peste que convivía con la críatura deforme.
Noel sugiere que incendie las flechas y después se lanza espada en mano contra el saco de órganos que acaba de emerger a la superficie desde el interior de la mole negra. Hago aparecer una llama en mi mano mientras saco uno de los proyectiles del carcaj, aunque no llego a prenderlo. La gola me advierte de la presencia de magia cada vez más intensamente y giro la cabeza en dirección al túnel por el que llegamos justo a tiempo para ver corriendo hacia nosotros varias figuras. La primera es Adara y el cosquilleo de la gorguera parece susurrarme la palabra "runas" a su llegada. Al verla se me cae el corazón al suelo, tanto por la emoción de contar con ella como por el miedo a la que nos espera por intrépidos << Si escapamos vivos de aquí... >>. El segundo es Kaiser, o una vorágine veloz de ojos y cuchillos precipitándose sobre la bestia. Y a pesar de que me pica en la nariz que no son los únicos, de momento no consigo identificar a nadie más.
Mientras me digo a mí mismo que este no es momento de andar haciendo recuentos, hago arder el cuerpo de madera de la primera flecha y la lanzo con un hechizo de impulso contra el saco de órganos. Sigo los mismos pasos hasta que llega un punto que tan solo me quedan dos flechas en el carcaj y la llama que consigo invocar se vuelve más y más pequeña. Tras descartar desde un principio la idea de atraer de nuevo hacia aquí las que ya he lanzado, se me ocurre una última forma de utilizar las restantes. Prendo ambas flechas y las lanzo contra uno de los moscardones gigantes que levitan sobre la mole. Inmediatamente después hago levitar el moscardón dañado, hasta que las llamas lo envuelven por completo, e introduzco el cuerpo ardiendo en una de las oquedades del monstruo. Tras eso, una aspiración inunda de aire mis pulmones y viene seguida de una arcada. Lo poco que aún había aguantado en mi estómago durante nuestra incursión sale irremediablemente a la luz en forma de vómito, aunque en comparación al olor que reina aquí, bien podría tratarse de la mejor fragancia de la más aromática de las flores. Mi reacción no es más que un aviso: el olor de mi hechizo nos ha abandonado, por si cabe alguna duda, y el aroma a huerto de Letargo ha dejado vía libre a la peste que convivía con la críatura deforme.
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Subterráneos
30/04/12, 01:58 pm
Pasamos por Serpentaria y Adara realiza un hechizo de rastreo que confirma lo que ya sabíamos pero que nos negábamos a creer: han ido a los subterráneos. Suelto una maldición.
-Lo sabía...en cuanto los pille, si nada de ahi abajo los ha matado, lo haré yo...
Corremos todos hacia la entrada a los subterráneos. Adara genera luz, gracias a Dios, aquí abajo no se ve tres en un burro. Corremos y corremos, hasta que Jack se dirige a atacar a un grupo de hombres bestia. Peleamos con ellos y los matamos, y de repente Jack se dirige rápidamente hacia una dirección transformado en humo. Le seguimos, sin saber a dónde se dirige, pero vuelve de pronto y nos dice que están ahí delante, peleándose con un bicho raro.
-Esto es Rocavarancolia...lo raro es que el bicho sea normal...
Nos dirigimos corriendo hacia donde nos indica el vampiro y vemos a los chicos peleándose contra una gran bola de carne...al menos eso es lo que parece.
-No voy a arriesgarme a un ataque cuerpo a cuerpo, así que...
Lanzo el escudo hacia delante y veo que se hunde en la carne con facilidad. El escudo vuelve a mí y me doy cuenta de que aunque el golpe le ha tenido que hacer daño, no parece que se lo haya hecho.
-¡Vale, el bicho no siente dolor! ¡Eso significa que no se cubrirá bien! ¡Debemos encontrarle una zona vital y atacarle ahí!
Entre todos, le provocamos heridas que habrían acabado con cualquier otro ser vivo, pero este parece obstinado en arrastrarnos a la muerte con él. Vuelo a lanzar el escudo y esta vez, en lugar de simplemente golpearte, el escudo se mete por uno de los agujeros que tiene el engendro por el cuerpo y, a modo de cuchara, saca órganos y vísceras. El plan es dejar al descubierto órganos vitales.
-Lo sabía...en cuanto los pille, si nada de ahi abajo los ha matado, lo haré yo...
Corremos todos hacia la entrada a los subterráneos. Adara genera luz, gracias a Dios, aquí abajo no se ve tres en un burro. Corremos y corremos, hasta que Jack se dirige a atacar a un grupo de hombres bestia. Peleamos con ellos y los matamos, y de repente Jack se dirige rápidamente hacia una dirección transformado en humo. Le seguimos, sin saber a dónde se dirige, pero vuelve de pronto y nos dice que están ahí delante, peleándose con un bicho raro.
-Esto es Rocavarancolia...lo raro es que el bicho sea normal...
Nos dirigimos corriendo hacia donde nos indica el vampiro y vemos a los chicos peleándose contra una gran bola de carne...al menos eso es lo que parece.
-No voy a arriesgarme a un ataque cuerpo a cuerpo, así que...
Lanzo el escudo hacia delante y veo que se hunde en la carne con facilidad. El escudo vuelve a mí y me doy cuenta de que aunque el golpe le ha tenido que hacer daño, no parece que se lo haya hecho.
-¡Vale, el bicho no siente dolor! ¡Eso significa que no se cubrirá bien! ¡Debemos encontrarle una zona vital y atacarle ahí!
Entre todos, le provocamos heridas que habrían acabado con cualquier otro ser vivo, pero este parece obstinado en arrastrarnos a la muerte con él. Vuelo a lanzar el escudo y esta vez, en lugar de simplemente golpearte, el escudo se mete por uno de los agujeros que tiene el engendro por el cuerpo y, a modo de cuchara, saca órganos y vísceras. El plan es dejar al descubierto órganos vitales.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Subterráneos
30/04/12, 07:23 pm
El impulso añadido que llevaba Noel hizo que el golpe asestado a la bolsa de órganos fuese aún más demoledor; la segunda bolsa situada a la altura de los ojos se arrugó y desapareció, un primitivo señuelo que no había servido de nada.
El monstruo notó que el pedazo de carne muerta animada se colocaba en actitud defensiva frente a su compañero, y se preparó para disparar un segundo apéndice que esta vez se lo tragaría. No obstante, una rápida sombra de rabia, muerte y filo se interpuso en su camino, segándole el brazo con el que había intentado la acometida. Más pedazos de carne cayeron al suelo víctima de los cuchillos del kaiser, pero la bestia no pareció acusar su pérdida.
El primitivo cerebro del engendro le permitió determinar que habían llegado más seres a aquella galería, más amenazas o potenciales presas. Seres que no le servían de nada vivos; debía matarlos primero.
Retrocedió reaccionando tarde. Demasiado poco evolucionado como para procesar sus estímulos como algo más que respuestas instintivas, no llegó a reconocer la magia de Adara trazando hechizos. En lugar de preocuparse por la inminente explosión que iba a tener lugar, se ocupó en recomponer su bastante maltrecha fisonomía. Una cohorte de espinas aparecieron, protegiendo los restos del verdadero saco de órganos y haciendo crecer una mediocre armadura a base de costillas.
No obstante, el fuego de las flechas incendiarias de Giz, añadido a la masa incandescente que era el moscardón que él había incendiado, hizo que su movimiento se ralentizara. El líquido rosa que era su aceite y su engrase, lo que le permitía moverse y mutar, se estaba secando.
Inmóvil, no fue capaz de defenderse del escudo de Aníbal, que arrancaba más montañas de carne podrida. El engendro chilló impotente cuando una de esas socavadas se llevó consigo algunos órganos vitales. Los pocos centros nerviosos que le quedaban chillaron, víctimas de la sobrecarga de información.
La llegada de la potente explosión rúnica de Adara fue casi un alivio. Con un último graznido agonizante aquella inmensa masa de líquido, sangre, carne, entrañas y pus estalló, rociando de inmundicia buena parte de la galería.
En el aire sólo quedó un frágil olor a miel.
El monstruo notó que el pedazo de carne muerta animada se colocaba en actitud defensiva frente a su compañero, y se preparó para disparar un segundo apéndice que esta vez se lo tragaría. No obstante, una rápida sombra de rabia, muerte y filo se interpuso en su camino, segándole el brazo con el que había intentado la acometida. Más pedazos de carne cayeron al suelo víctima de los cuchillos del kaiser, pero la bestia no pareció acusar su pérdida.
El primitivo cerebro del engendro le permitió determinar que habían llegado más seres a aquella galería, más amenazas o potenciales presas. Seres que no le servían de nada vivos; debía matarlos primero.
Retrocedió reaccionando tarde. Demasiado poco evolucionado como para procesar sus estímulos como algo más que respuestas instintivas, no llegó a reconocer la magia de Adara trazando hechizos. En lugar de preocuparse por la inminente explosión que iba a tener lugar, se ocupó en recomponer su bastante maltrecha fisonomía. Una cohorte de espinas aparecieron, protegiendo los restos del verdadero saco de órganos y haciendo crecer una mediocre armadura a base de costillas.
No obstante, el fuego de las flechas incendiarias de Giz, añadido a la masa incandescente que era el moscardón que él había incendiado, hizo que su movimiento se ralentizara. El líquido rosa que era su aceite y su engrase, lo que le permitía moverse y mutar, se estaba secando.
Inmóvil, no fue capaz de defenderse del escudo de Aníbal, que arrancaba más montañas de carne podrida. El engendro chilló impotente cuando una de esas socavadas se llevó consigo algunos órganos vitales. Los pocos centros nerviosos que le quedaban chillaron, víctimas de la sobrecarga de información.
La llegada de la potente explosión rúnica de Adara fue casi un alivio. Con un último graznido agonizante aquella inmensa masa de líquido, sangre, carne, entrañas y pus estalló, rociando de inmundicia buena parte de la galería.
En el aire sólo quedó un frágil olor a miel.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Subterráneos
01/05/12, 01:39 am
Cuando logramos acabar con los hombres bestia, no con todos ya que algunos acabaron huyendo, volvemos al encuentro con los jóvenes. Adara tomó la iniciativa y yo pasé como una exhalación entre la criatura y los chicos, creando así hechizos de oscuridad y lanzándoselos a este para que al bicho le fuese más difícil atacarles. Noel iba en primera línea y rápidamente me interpongo entre él y un ataque de la criatura, obligándole a retroceder.
Y luego... Realmente no hago nada grave para el ser. Solo reparto mandobles, a veces con fuego en la espada, pero nada que parezca detener al maldito bicho. Al final los ataques combinados de todos logran debilitarlo y Adara con sus runas acaba destrozándolo, lanzando todo lo que fuera su cuerpo por todo el maldito túnel. Yo lo tengo fácil, hago un hechizo de impulso para intentar no pringar los que estén más cerca y luego me escabullo en forma de humo, pero los demás... Beej... Cuando todo pasa y vuelvo a tomar la forma sólida, el cuadro de los demás manchados es... es...beej.
-Dejad que haga algo útil, anda.
A continuación realizo varios hechizos de limpieza sobre ellos y cuando ya noto que me empiezo a cansar, paro. No debí haber usado la magia de fuego...
-¿Todos bien? ¿Sí? Voy a ver si el camino de vuelta está limpio... Y a ver si encuentro algo, maldita magia de fuego...-mascullo mientras me alejo.
Pero en cuanto vuelvo a girar el recodo, veo algo que corta la oscuridad. ¿Más bestias?
-Más te vale ser humanoide o sufrirás...-gruño, acercándome, espada en mano, pero empezando a sonreír en cuanto veo su perfil y su forma.
Una criatura humanoide, de gran tamaño, unos buenos dos, casi tres metros, avanzaba hacia mí. Humanoide en forma y en sangre. No pierdo ni un instante. Antes de que pueda alzar sus pesados brazos y lanzarse contra mí, me evaporizo y me escurro entre sus extremidades, para aparecer a su espalda y soltarle un tajo a la cintura, seguido de otros a los muslos, pero la espada ardiente cauteriza las heridas casi al momento, así que no malgasto sangre. Solo busco derribarlo, cosa que consigo con otro par de tajos repentinos en las rodillas, horizontales. Cuando cae al frío suelo del túnel sigue intentando cogerme con sus toscas manos, pero las pierde al segundo antes de que logren rozarme. La criatura no grita ni ruge... ¿Por qué?
-Da igual. Sangre. Eso es lo que importa.
O no. No debería ser lo único importante: hay otro de su especie detrás de este y los hombres bestia han vuelto. Genial. Sin pensarlo, clavo la espada a la altura del estómago de la criatura y mientras se retuerce le destrozo el cuello con mis colmillos, ansioso, enfebrecido por la cantidad ingente de sangre que mana de las varias heridas, poniéndome perdido pero sin importarme. La sangre pasa rauda, con maldita prisa, provocando jadeos y calambrazos a su paso, mientras sigo retorciendo la espada en su interior y le clavo las uñas de la mano izquierda en la base del cuello, haciéndole sangrar aún más. Pero los demás seres toman proximidad, así que de forma violenta me desprendo de la criatura y cojo el látigo, que arde a la vez que lo agito contra los hombres bestia, cruzándoles las caras con el cuero en llamas. El otro corpulento sí que se lanza a todo correr contra mí, pero la nube de polvo le sorprende y se detiene confundido, a tiempo de sentir cómo mi espada lo atraviesa de cabo a rabo, la giro sobre sí misma con fuerza y mientras le muerdo en la espalda y bebo su sangre, hago un hechizo de impulso para rechazar a los hombres bestia que se me acercan. Y sigo así, tengo que acabar de desangrar a ambos. Tienen sangre para días. ¡Días!
Para cuando el resto del grupo venga a mi encuentro se van a asustar un poco con la carnicería que hay a mi alrededor, pero estaba sediento... Sigo sediento...Y sigo bebiendo, sufriendo cada vez menos espasmos y sin perder la sonrisa de loco...
Y luego... Realmente no hago nada grave para el ser. Solo reparto mandobles, a veces con fuego en la espada, pero nada que parezca detener al maldito bicho. Al final los ataques combinados de todos logran debilitarlo y Adara con sus runas acaba destrozándolo, lanzando todo lo que fuera su cuerpo por todo el maldito túnel. Yo lo tengo fácil, hago un hechizo de impulso para intentar no pringar los que estén más cerca y luego me escabullo en forma de humo, pero los demás... Beej... Cuando todo pasa y vuelvo a tomar la forma sólida, el cuadro de los demás manchados es... es...beej.
-Dejad que haga algo útil, anda.
A continuación realizo varios hechizos de limpieza sobre ellos y cuando ya noto que me empiezo a cansar, paro. No debí haber usado la magia de fuego...
-¿Todos bien? ¿Sí? Voy a ver si el camino de vuelta está limpio... Y a ver si encuentro algo, maldita magia de fuego...-mascullo mientras me alejo.
Pero en cuanto vuelvo a girar el recodo, veo algo que corta la oscuridad. ¿Más bestias?
-Más te vale ser humanoide o sufrirás...-gruño, acercándome, espada en mano, pero empezando a sonreír en cuanto veo su perfil y su forma.
Una criatura humanoide, de gran tamaño, unos buenos dos, casi tres metros, avanzaba hacia mí. Humanoide en forma y en sangre. No pierdo ni un instante. Antes de que pueda alzar sus pesados brazos y lanzarse contra mí, me evaporizo y me escurro entre sus extremidades, para aparecer a su espalda y soltarle un tajo a la cintura, seguido de otros a los muslos, pero la espada ardiente cauteriza las heridas casi al momento, así que no malgasto sangre. Solo busco derribarlo, cosa que consigo con otro par de tajos repentinos en las rodillas, horizontales. Cuando cae al frío suelo del túnel sigue intentando cogerme con sus toscas manos, pero las pierde al segundo antes de que logren rozarme. La criatura no grita ni ruge... ¿Por qué?
-Da igual. Sangre. Eso es lo que importa.
O no. No debería ser lo único importante: hay otro de su especie detrás de este y los hombres bestia han vuelto. Genial. Sin pensarlo, clavo la espada a la altura del estómago de la criatura y mientras se retuerce le destrozo el cuello con mis colmillos, ansioso, enfebrecido por la cantidad ingente de sangre que mana de las varias heridas, poniéndome perdido pero sin importarme. La sangre pasa rauda, con maldita prisa, provocando jadeos y calambrazos a su paso, mientras sigo retorciendo la espada en su interior y le clavo las uñas de la mano izquierda en la base del cuello, haciéndole sangrar aún más. Pero los demás seres toman proximidad, así que de forma violenta me desprendo de la criatura y cojo el látigo, que arde a la vez que lo agito contra los hombres bestia, cruzándoles las caras con el cuero en llamas. El otro corpulento sí que se lanza a todo correr contra mí, pero la nube de polvo le sorprende y se detiene confundido, a tiempo de sentir cómo mi espada lo atraviesa de cabo a rabo, la giro sobre sí misma con fuerza y mientras le muerdo en la espalda y bebo su sangre, hago un hechizo de impulso para rechazar a los hombres bestia que se me acercan. Y sigo así, tengo que acabar de desangrar a ambos. Tienen sangre para días. ¡Días!
Para cuando el resto del grupo venga a mi encuentro se van a asustar un poco con la carnicería que hay a mi alrededor, pero estaba sediento... Sigo sediento...Y sigo bebiendo, sufriendo cada vez menos espasmos y sin perder la sonrisa de loco...
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Subterráneos
01/05/12, 04:31 pm
Mientras estoy escribiendo los caracteres rúnicos en la piedra, los demás distraen al monstruo, quien tiene tanta gente de la cual preocuparse que diría que ni se ha dado cuenta de que estoy aquí. Empiezo escribiendo la runa para impulsar la pierda a un lado de esta. Es sencilla, así que en pocos segundos esta ya está escrita.
Cuando acabo de escribir, y procurando no tocar la runa de explosión −pues estas se activan con el contacto de un objeto sólido−, alzo el vuelo y paso por encima del monstruo distraído por el ataque de todos los demás. A continuación, localizo la raja que hizo Noel en la bolsa de la espalda, alzo la mano aviso a todos los demás que retrocedan y, cuando veo que están un poco lejos −aunque no lo suficiente como para escapar de las extremidades extensibles de la cosa−, apunto y activo la runa de lanzamiento. La piedra sale disparada, penetra en la repugnante bolsa de órganos y, después de los tres segundos restantes, se genera la explosión que destruye al monstruo y esparce carne, órganos y líquidos repugnantes por toda la galería, incluso sobre nosotros.
La runa, aparte de la explosión, también me provoca un gran agotamiento por la pérdida sustancial de magia, mayor de lo que me había prefijado. Parece que me falta perfeccionar el uso de estas runas para que no me vuelva a suceder algo así. Por ahora, lo único de lo que tengo ganas es de sentarme y descansar, y parece que voy a ceder a ese deseo hasta que recuerdo que dónde estamos y a qué hemos venido.
Jack avisa de que va a vigilar el camino por el que vamos a salir está despejado. Mientras se marcha, yo me alzo e intento ponerme a la cabeza del grupo para volver, pero mi debilidad se hace patente y el grupo avanza con lentitud. No dirijo ninguna palabra a los chicos, no sabría qué decirles, estoy enfadada y tengo ganas de regañarles, pero a la vez estoy preocupada por si están bien. Cuando llegamos a la altura del vampiro, me limito a rematar a algunos hombres bestia agonizantes y a seguir mi camino, aún débil pero con parte de la esencia mágica recuperada.
Con el caos de pensamientos que tengo, no puedo pensar en qué hacer, así que me limito en caminar para salir de estos túneles. Podría pedir ayuda a alguien, y la necesito; pero no quiero girar, no quiero que ver si están preocupados, si están temerosos, si son indiferentes... Y a la vez no quiero que me vean a mí, y que en mi rostro se reflejen las emociones que no me dejan reaccionar.
- ”Runa”:
Cuando acabo de escribir, y procurando no tocar la runa de explosión −pues estas se activan con el contacto de un objeto sólido−, alzo el vuelo y paso por encima del monstruo distraído por el ataque de todos los demás. A continuación, localizo la raja que hizo Noel en la bolsa de la espalda, alzo la mano aviso a todos los demás que retrocedan y, cuando veo que están un poco lejos −aunque no lo suficiente como para escapar de las extremidades extensibles de la cosa−, apunto y activo la runa de lanzamiento. La piedra sale disparada, penetra en la repugnante bolsa de órganos y, después de los tres segundos restantes, se genera la explosión que destruye al monstruo y esparce carne, órganos y líquidos repugnantes por toda la galería, incluso sobre nosotros.
La runa, aparte de la explosión, también me provoca un gran agotamiento por la pérdida sustancial de magia, mayor de lo que me había prefijado. Parece que me falta perfeccionar el uso de estas runas para que no me vuelva a suceder algo así. Por ahora, lo único de lo que tengo ganas es de sentarme y descansar, y parece que voy a ceder a ese deseo hasta que recuerdo que dónde estamos y a qué hemos venido.
Jack avisa de que va a vigilar el camino por el que vamos a salir está despejado. Mientras se marcha, yo me alzo e intento ponerme a la cabeza del grupo para volver, pero mi debilidad se hace patente y el grupo avanza con lentitud. No dirijo ninguna palabra a los chicos, no sabría qué decirles, estoy enfadada y tengo ganas de regañarles, pero a la vez estoy preocupada por si están bien. Cuando llegamos a la altura del vampiro, me limito a rematar a algunos hombres bestia agonizantes y a seguir mi camino, aún débil pero con parte de la esencia mágica recuperada.
Con el caos de pensamientos que tengo, no puedo pensar en qué hacer, así que me limito en caminar para salir de estos túneles. Podría pedir ayuda a alguien, y la necesito; pero no quiero girar, no quiero que ver si están preocupados, si están temerosos, si son indiferentes... Y a la vez no quiero que me vean a mí, y que en mi rostro se reflejen las emociones que no me dejan reaccionar.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Subterráneos
01/05/12, 04:53 pm
De pronto, mientras toima preparaba dos cadenas para intentar derribar la mole de carne contra el suelo y destrozarla ahí, Adara lo hizo explotar en pedazos con magia, llenando la galeria de trozos, babas y entrañas. Toima anotó mentalmente no enfadar a Adara para futuras ocasiones. Apretó los dientes y procuró no aspirar el olor de aquella sustancia nauseabunda. Sus ojos estaban entrecerrados por el pringue y solo podia distinguir las figuras de su alrededor, como siluetas. Una sombra que luego pudo comprobar que era Jack, lanzó un hechizo de limpieza al ulterano, junto con otros y luego se escabulló por una galeria ya que iba a registrar si su salida estaba despejada.
En el tunel, Toima observó a los presentes, limpios gracias a Jack pero aún conmocionados. El verles sanos y salvos le supuso un alivio tremendo, pero pronto torcio el gesto en una cara de enfado, pues los pequeños habian obrado mal al desobedecerles y sin duda habia experimentado un disgusto que no habia experimentado con nadie más antes.
Andó a zancadas hacia el más cercano a él, Giz que, seguia conmocionado por la explosión, le cogio de la nuca y le alzó en el aire, haciendo que no tocara el suelo con los pies. Luego, a gran velocidad, se lanzó a por el siguiente, Noel que estaba sorprendido como habia alzado a Giz como si fuera papel y le cogio tambien de la nuca, alzandole en el aire.
Puso a ambos chicos el uno frente al otro, con los pies en el suelo y cara con cara y, entonces, con un suave pero firme gesto, les dio una colleja seca en la nuca, haciendo que a su vez, estos chocaran sus cabezas. Doloridos, Toima no les dio tiempo a quejarse así que se agachó ante ellos y les abrazó fuertemente.
-No vayais por la vida pensando que sois invencibles. Porque... Porque no lo sois...joder...-el ulterano tragó saliva. Y hundio aún más su cabeza entre los chicos. De sus múltiples ojos, comenzó a manar lágrimas, mientras estos se abrian y cerraban confundidos por el hecho de llorar.-¿¡Que se supone que haria yo sin mis amigos aqui, joder!?- Seguido por la costumbre se llevó las manos a la cara, para limpiar las lágrimas, pero claro, ya no tenia ojos en su rostro así que lentamente se apartó y escondio las manos en la manga de la sudadera mientras se echaba la capucha por la cabeza, en un intento de tapar cuanta más piel (y ojos) posibles. Los guerreros no lloraban.
Arrodillado ante los crios, el ulternao cayó en la cuenta de algo que se le escapaba. Y con los ojos enrojecidos y la voz quebrada habló.
-¿Dónde está Gael?-
No necesitó la respuesta. Sus ojos captaron el movimiento del nuevo cuerpo del Fuego Fatuo y Toima no lo dudo dos veces y se lanzó para abrazaro fuertemente. Quizás demasiado fuertemente.
-¡Todos están bien!-se repetia.-¡Todos están bien!-
En el tunel, Toima observó a los presentes, limpios gracias a Jack pero aún conmocionados. El verles sanos y salvos le supuso un alivio tremendo, pero pronto torcio el gesto en una cara de enfado, pues los pequeños habian obrado mal al desobedecerles y sin duda habia experimentado un disgusto que no habia experimentado con nadie más antes.
Andó a zancadas hacia el más cercano a él, Giz que, seguia conmocionado por la explosión, le cogio de la nuca y le alzó en el aire, haciendo que no tocara el suelo con los pies. Luego, a gran velocidad, se lanzó a por el siguiente, Noel que estaba sorprendido como habia alzado a Giz como si fuera papel y le cogio tambien de la nuca, alzandole en el aire.
Puso a ambos chicos el uno frente al otro, con los pies en el suelo y cara con cara y, entonces, con un suave pero firme gesto, les dio una colleja seca en la nuca, haciendo que a su vez, estos chocaran sus cabezas. Doloridos, Toima no les dio tiempo a quejarse así que se agachó ante ellos y les abrazó fuertemente.
-No vayais por la vida pensando que sois invencibles. Porque... Porque no lo sois...joder...-el ulterano tragó saliva. Y hundio aún más su cabeza entre los chicos. De sus múltiples ojos, comenzó a manar lágrimas, mientras estos se abrian y cerraban confundidos por el hecho de llorar.-¿¡Que se supone que haria yo sin mis amigos aqui, joder!?- Seguido por la costumbre se llevó las manos a la cara, para limpiar las lágrimas, pero claro, ya no tenia ojos en su rostro así que lentamente se apartó y escondio las manos en la manga de la sudadera mientras se echaba la capucha por la cabeza, en un intento de tapar cuanta más piel (y ojos) posibles. Los guerreros no lloraban.
Arrodillado ante los crios, el ulternao cayó en la cuenta de algo que se le escapaba. Y con los ojos enrojecidos y la voz quebrada habló.
-¿Dónde está Gael?-
No necesitó la respuesta. Sus ojos captaron el movimiento del nuevo cuerpo del Fuego Fatuo y Toima no lo dudo dos veces y se lanzó para abrazaro fuertemente. Quizás demasiado fuertemente.
-¡Todos están bien!-se repetia.-¡Todos están bien!-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Subterráneos
01/05/12, 06:03 pm
Las fuerzas me habían abandonado, permanecí inmóvil a pocos metros del engendro viendo como se retorcía de dolor después del corte que había hecho en la bolsa de órganos. Un olor aún más repugnante y un líquido de aspecto asqueroso brotó de la bolsa. Eché la cabeza a un lado reprimiendo una fuerte arcada. Me faltó muy poco para vomitar. Veo como Gael se acerca a mí, dispuesto a defenderme. El engendro estaba demasiado ocupado retorciéndose de dolor en aquel momento, pero posiblemente no por mucho tiempo. ¿Qué iba a hacer ahora? Gael y yo estábamos en muy malas condiciones, él apenas tenía poder mágico y yo no creía que fuese capaz de volver a volar o apuntar correctamente. Mientras tanto, el monstruo, volvía a la carga... Y de pronto oigo pasos provenientes de una galería cercana. Pasos muy apresurados. No me da tiempo ni de procesar que es lo que se aproxima cuando una figura se pone delante mia, justo a tiempo para interponerse entre un ataque y yo.
-¿¿Jack?? -exclamo asombrado.
Y Adara. Le sigue el señor káiser. E incluso Aníbal. En poco tiempo los tres se enzarzan en lo que resulta una vorágine de ataques dirigidos contra la criatura. Aprovechando sus puntos débiles, no tardan en debilitarlo lo suficiente para todo terminar bruscamente con una explosión provocada por Adara. Cierro los ojos y me cubro con un ala cuando un mar de líquidos de aspecto repugnante cae sobre nosotros. Antes de que me diese tiempo a reaccionar y ponerme en pie, Jack actúa con rapidez realizando un hechizo de limpieza sobre todos nosotros, lo cual agradezco. Un breve instante de silencio sepulcral invade la galería. Entonces Jack se pone en marcha para comprobar si el camino está libre, seguido de Adara. Adara ni siquiera nos miró. Eso me dolió. Tenía que estar muy enfadada... ¿Y si no volvía a tratarnos igual que antes? ¿Y qué había de los demás...? No pude pensar en nada más, pues Giz, que se encontraba cerca de mí, fue alzado con gran facilidad por el señor káiser. Entonces, sin previo aviso, hizo lo mismo conmigo. Nos bajo al suelo y juntó nuestras cabezas, provocando que chocasen entre sí. No emití ningún ruido pero sí cerré los ojos durante el impacto y me llevé una garra a la cabeza, sin atraverme a mirar al señor káiser directamente a la cara. Pero entonces el señor káiser, cogiéndonos totalmente por sorpresa, se agachó y nos abrazó con gran fuerza. Conmocionado, escuché sus palabras, que pasaron de una breve reprimenda a un emotivo alarde de genuina preocupación. Vi como comenzó a derramar lágrimas y sentí como mis propios ojos se humedecían. Pero no llegué a llorar. El sentimiento de repugnancia por mi mismo volvió con renovada fuerza y lo único que podía hacer era temblar ligeramente.
-Soy un monstruo... -murmuré en voz apenas audible mientras el señor káiser deshacía el abrazo.
Después de eso, seguí los pasos de Jack y Adara por el túnel con aire ausente, caminando con dificultad debido al lamentable estado de mi cuerpo... y de mi mente. ¿Qué pensarían Giz, Alicia y Gael de mí? Me habían visto disfrutar mientras hacía daño a los hombres bestia. Me había reído de una forma muy desagradable y me había sentido pletórico mientras los hacía gritar una y otra vez, sus gritos alimentando mi poder mágico. Había sido... repgunante. Y sobre todo, sádico.
Sádico. Esa palabra resonó en mi mente mientras alcanzaba las espaldas de Adara y Jack, que se encontraban peleando contra algunos seres. El libro tenía razón. Era un sádico. Por mucho que lo hubiese negado todo este tiempo y me hubiese autoconvencido de que no había cambiado, no era cierto. Me había convertido en un ser monstruoso que disfrutaba haciendo daño. Y mis amigos habían tenido que presenciarlo. Tan sólo Gael y yo teníamos algo que hacer aquí abajo, Giz y Alicia habían estado en grave peligro por mi culpa. Los había puesto en peligro y encima habían tenido que contemplar como alguien en quien confían se transformaba en un monstruo sádico y repugnante... Fue entonces cuando levanté la vista y observé el combate que mantenían Adara y Jack. Ninguno de los dos parecía tener ninguna duda sobre lo que hacían, pero especialmente el rostro de Jack fue lo que captó mi atención. Jack sonreía; lo hacía de una forma espeluznante y que dejaba entrever que no se arrepentía en absoluto de lo que estaba haciendo. Y así continuó mientras se alimentaba de la sangre de las criaturas. Vi en Jack un reflejo de mí mismo y no aparté la vista en ningún momento. ¿Ellos también... también se sentían bien cuándo hacían daño a los demás? O a lo mejor sólo estaba intentando desesperadamente una justificación por lo que había hecho. Jack necesitaba la sangre para sobrevivir pero... Las fuerzas me fallaron y caí de nuevo al suelo. Me sentía agotado, asqueado de mí mismo y muy confundido. ¿Qué iba a pasar a partir de ahora?
-¿¿Jack?? -exclamo asombrado.
Y Adara. Le sigue el señor káiser. E incluso Aníbal. En poco tiempo los tres se enzarzan en lo que resulta una vorágine de ataques dirigidos contra la criatura. Aprovechando sus puntos débiles, no tardan en debilitarlo lo suficiente para todo terminar bruscamente con una explosión provocada por Adara. Cierro los ojos y me cubro con un ala cuando un mar de líquidos de aspecto repugnante cae sobre nosotros. Antes de que me diese tiempo a reaccionar y ponerme en pie, Jack actúa con rapidez realizando un hechizo de limpieza sobre todos nosotros, lo cual agradezco. Un breve instante de silencio sepulcral invade la galería. Entonces Jack se pone en marcha para comprobar si el camino está libre, seguido de Adara. Adara ni siquiera nos miró. Eso me dolió. Tenía que estar muy enfadada... ¿Y si no volvía a tratarnos igual que antes? ¿Y qué había de los demás...? No pude pensar en nada más, pues Giz, que se encontraba cerca de mí, fue alzado con gran facilidad por el señor káiser. Entonces, sin previo aviso, hizo lo mismo conmigo. Nos bajo al suelo y juntó nuestras cabezas, provocando que chocasen entre sí. No emití ningún ruido pero sí cerré los ojos durante el impacto y me llevé una garra a la cabeza, sin atraverme a mirar al señor káiser directamente a la cara. Pero entonces el señor káiser, cogiéndonos totalmente por sorpresa, se agachó y nos abrazó con gran fuerza. Conmocionado, escuché sus palabras, que pasaron de una breve reprimenda a un emotivo alarde de genuina preocupación. Vi como comenzó a derramar lágrimas y sentí como mis propios ojos se humedecían. Pero no llegué a llorar. El sentimiento de repugnancia por mi mismo volvió con renovada fuerza y lo único que podía hacer era temblar ligeramente.
-Soy un monstruo... -murmuré en voz apenas audible mientras el señor káiser deshacía el abrazo.
Después de eso, seguí los pasos de Jack y Adara por el túnel con aire ausente, caminando con dificultad debido al lamentable estado de mi cuerpo... y de mi mente. ¿Qué pensarían Giz, Alicia y Gael de mí? Me habían visto disfrutar mientras hacía daño a los hombres bestia. Me había reído de una forma muy desagradable y me había sentido pletórico mientras los hacía gritar una y otra vez, sus gritos alimentando mi poder mágico. Había sido... repgunante. Y sobre todo, sádico.
Sádico. Esa palabra resonó en mi mente mientras alcanzaba las espaldas de Adara y Jack, que se encontraban peleando contra algunos seres. El libro tenía razón. Era un sádico. Por mucho que lo hubiese negado todo este tiempo y me hubiese autoconvencido de que no había cambiado, no era cierto. Me había convertido en un ser monstruoso que disfrutaba haciendo daño. Y mis amigos habían tenido que presenciarlo. Tan sólo Gael y yo teníamos algo que hacer aquí abajo, Giz y Alicia habían estado en grave peligro por mi culpa. Los había puesto en peligro y encima habían tenido que contemplar como alguien en quien confían se transformaba en un monstruo sádico y repugnante... Fue entonces cuando levanté la vista y observé el combate que mantenían Adara y Jack. Ninguno de los dos parecía tener ninguna duda sobre lo que hacían, pero especialmente el rostro de Jack fue lo que captó mi atención. Jack sonreía; lo hacía de una forma espeluznante y que dejaba entrever que no se arrepentía en absoluto de lo que estaba haciendo. Y así continuó mientras se alimentaba de la sangre de las criaturas. Vi en Jack un reflejo de mí mismo y no aparté la vista en ningún momento. ¿Ellos también... también se sentían bien cuándo hacían daño a los demás? O a lo mejor sólo estaba intentando desesperadamente una justificación por lo que había hecho. Jack necesitaba la sangre para sobrevivir pero... Las fuerzas me fallaron y caí de nuevo al suelo. Me sentía agotado, asqueado de mí mismo y muy confundido. ¿Qué iba a pasar a partir de ahora?
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Subterráneos
01/05/12, 06:52 pm
Adara, el káiser, Jack y yo seguimos atacando al engendro hasta que estalla en mil pedazos gracias a una runa de la ángel negro. Acabamos todos llenos de vísceras y fluidos corporales del bicharraco de las narices. Hago una mueca de asco y contengo el vómito. Desde que me pasó “eso” con Abi que no vomito. Jack realiza un hechizo de limpieza y nos limpia a todos. Se lo agradezco con un gesto.
Veo que Jack se retira y, extrañado, le sigo. Veo que se amorra a un hombre bestia, pero se da cuenta algo tarde de que es la manada al completo. Les hacemos frente y les matamos a todos. Jack aprovecha los cadáveres y bebe su sangre. Desvío la mirada para no presenciar el espectáculo. Ser vampiro debe de ser extraño...me atrevo a mirar y veo su sonrisa. La sonrisa de Jack hace que, inconscientemente, retroceda un paso. Tomo nota mental de no acercarme a él cuando tenga sed.
Al poco, el resto se reúne con nosotros. Dirijo una mirada a los jóvenes, pero me muerdo la lengua. Por el momento, nos centraremos en salir de aquí, ya les echaré la bronca luego.
Hemos tenido mucha suerte de encontrarlos con vida. Aquí dentro nunca te debes confiar: lo haces y al instante te encuentras tumbado en el suelo con un centenar de engendros sacándote el tuétano de los huesos, o volado en mil pedazos por hechizos asesinos que andan sueltos. O algo peor. Este sitio es la Rocavarancolia de Rocavarancolia.
Mientras un sinfín de pensamientos sobre los distintos finales que esta expedición podría haber tenido pasan por mi mente, seguimos andando en dirección a la salida más cercana de los subterráneos. Cansados, sí, pero aliviados de que nadie haya muerto.
Sigue en la Torre Serpentaria.
Veo que Jack se retira y, extrañado, le sigo. Veo que se amorra a un hombre bestia, pero se da cuenta algo tarde de que es la manada al completo. Les hacemos frente y les matamos a todos. Jack aprovecha los cadáveres y bebe su sangre. Desvío la mirada para no presenciar el espectáculo. Ser vampiro debe de ser extraño...me atrevo a mirar y veo su sonrisa. La sonrisa de Jack hace que, inconscientemente, retroceda un paso. Tomo nota mental de no acercarme a él cuando tenga sed.
Al poco, el resto se reúne con nosotros. Dirijo una mirada a los jóvenes, pero me muerdo la lengua. Por el momento, nos centraremos en salir de aquí, ya les echaré la bronca luego.
Hemos tenido mucha suerte de encontrarlos con vida. Aquí dentro nunca te debes confiar: lo haces y al instante te encuentras tumbado en el suelo con un centenar de engendros sacándote el tuétano de los huesos, o volado en mil pedazos por hechizos asesinos que andan sueltos. O algo peor. Este sitio es la Rocavarancolia de Rocavarancolia.
Mientras un sinfín de pensamientos sobre los distintos finales que esta expedición podría haber tenido pasan por mi mente, seguimos andando en dirección a la salida más cercana de los subterráneos. Cansados, sí, pero aliviados de que nadie haya muerto.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Subterráneos
01/05/12, 07:38 pm
Al borde del desfallecimiento, Noel, Gael, Giz y Azura continuaron su batalla. Cada vez más cansados, cada vez con menos fuerza. Oír llegar a sus otros amigos fue como si le arrancasen del pecho aquello que lo oprimía. Solo unos segundos. Solo para recuperar la esperanza.
Azura bajó las manos viendo que se las apañarían bien. No podía continuar ayudando. Poco a poco, el monstruo fue reducido, cayéndose a pedazos y finalmente, explotando y llenándoles de sangre y vísceras. La sensibilidad de Azura había ido decayendo hasta que ella solo parecía un muñeco de trapo con ojos demasiado perdidos en la distancia. No sentía la sangre de sus manos , y los pequeños restos de hígado y pulmón en su pelo. Tampoco notó cuando Jack, con un gran esfuerzo por su parte, les limpió todo aquello de la piel y ropa. El resto de sucesos le parecieron muy distantes y perdidos. Como si ya hubiese quedado dormida y todo fuese producto de un sueño. Por eso no pareció importarle que nadie reparase mucho en ella. O la masacre de humanoides de Jack . Aquello simplemente, no había sucedido, como todo lo demás. La prueba de ello es que olía a miel un poco. Como a dulce, a pastel. El miedo y el sufrimiento no huelen a miel, de eso estaba segura.
El olor a miel es lo único que permanecería después en sus recuerdos (y pesadillas) de lo ocurrido tras la explosión del monstruo.
Tras recorrer más galerías oscuras y putrefactas, al fin, la luz. Y el camino de regreso a casa.
Azura bajó las manos viendo que se las apañarían bien. No podía continuar ayudando. Poco a poco, el monstruo fue reducido, cayéndose a pedazos y finalmente, explotando y llenándoles de sangre y vísceras. La sensibilidad de Azura había ido decayendo hasta que ella solo parecía un muñeco de trapo con ojos demasiado perdidos en la distancia. No sentía la sangre de sus manos , y los pequeños restos de hígado y pulmón en su pelo. Tampoco notó cuando Jack, con un gran esfuerzo por su parte, les limpió todo aquello de la piel y ropa. El resto de sucesos le parecieron muy distantes y perdidos. Como si ya hubiese quedado dormida y todo fuese producto de un sueño. Por eso no pareció importarle que nadie reparase mucho en ella. O la masacre de humanoides de Jack . Aquello simplemente, no había sucedido, como todo lo demás. La prueba de ello es que olía a miel un poco. Como a dulce, a pastel. El miedo y el sufrimiento no huelen a miel, de eso estaba segura.
El olor a miel es lo único que permanecería después en sus recuerdos (y pesadillas) de lo ocurrido tras la explosión del monstruo.
Tras recorrer más galerías oscuras y putrefactas, al fin, la luz. Y el camino de regreso a casa.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Subterráneos
01/05/12, 08:28 pm
Desde el momento en que me había visto doblado y de cara al suelo por el hedor del monstruo hasta que me llega un aroma dulce, como a miel, apenas soy capaz de seguir las acciones que se van hilando. Tan solo oigo unos chillidos que acaban ahogados por un estruendo que nos salpica de vísceras y restos descompuestos, mientras la gola vibra casi con alegría en agradecimiento al hechizo que ha causado la explosión. Tampoco soy capaz de entender muy bien lo que ocurre después, iba a dejarme caer al suelo, pero mis pies se levantan del suelo y empiezo a volar. Reconozco a Kaiser levantándome al igual que reconozco a Noel frente a mí. En unos instantes vuelvo a sentir el suelo bajo mis pies e, inmediatamente después, la cabeza de Noel contra la mía.
-¡Au!-exclamo cuando Kaiser nos suelta, llevándome las manos al futuro chichón. Luego nos reprende el haber bajado, nos abraza con fuerza y se pone a llorar. La imagen del ulterano llorando me resulta impactante. Al tener ojos por todo el cuerpo, parecía que estuviera sangrando lágrimas. Se tapa como puede y, no sé por qué, ese gesto me hace sentir peor que el propio llanto. Iba a contestar, a decir que nosotros habríamos podido con el ser negruzco. Pero Kaiser estaba demasiado preocupado, tanto que podría afirmar que hoy es la primera vez que me parece verlo indefenso. Y me callo.
Tras el primero, arropa en un segundo abrazo, quizá más comedido, al vlakai donde se encuentra Koval. Alicia está apartada y ausente, como si anduviera por imposición de Nassandra y ni siquiera fuera consciente de ello. Palmeo su espalda antes de reprender el camino de vuelta, mientras la gola no cesa de vibrar por la actividad mágica que se está produciendo unos metros por delante de nosotros. Noel parece cansado y cae al suelo, me acerco a él y realizo un hechizo curativo al tiempo que lo ayudo a incorporarse.
-Aaaarriba-exclamo con energía, aunque moderando el tono de voz para no atraer más sorpresas. Entiendo que Noel ahora mismo no se encuentre bien, de hecho incluso yo mismo me había asustado al ver esa sonrisa sin escrúpulos mientras atacaba a los humanoides. << ¿Y qué? >>. La luna lo ha vuelto sádico por necesidad, pero es que el astro no ha dejado a nadie impune. Desde que estoy en Serpentaria, pero sobretodo tras esta incursión, me queda claro que mi transformación es un poco egoísta: para reponer mi magia necesito que mis compañeros agoten la suya.
Continúo caminando a su lado, por si necesitara de nuevo mi ayuda. La escasa luz nocturna no tarda en hacerse ver al fondo del túnel por el que andamos, después de haber dejado atrás un grupo de humanoides muertos y habernos juntado con Cai, Jack, Adara y Aníbal. Finalizo el hechizo de luz artificial que me había seguido durante todo el camino y no puedo evitar suspirar aliviado, a pesar del malestar general que casi podía olerse entre nosotros.
-¡Au!-exclamo cuando Kaiser nos suelta, llevándome las manos al futuro chichón. Luego nos reprende el haber bajado, nos abraza con fuerza y se pone a llorar. La imagen del ulterano llorando me resulta impactante. Al tener ojos por todo el cuerpo, parecía que estuviera sangrando lágrimas. Se tapa como puede y, no sé por qué, ese gesto me hace sentir peor que el propio llanto. Iba a contestar, a decir que nosotros habríamos podido con el ser negruzco. Pero Kaiser estaba demasiado preocupado, tanto que podría afirmar que hoy es la primera vez que me parece verlo indefenso. Y me callo.
Tras el primero, arropa en un segundo abrazo, quizá más comedido, al vlakai donde se encuentra Koval. Alicia está apartada y ausente, como si anduviera por imposición de Nassandra y ni siquiera fuera consciente de ello. Palmeo su espalda antes de reprender el camino de vuelta, mientras la gola no cesa de vibrar por la actividad mágica que se está produciendo unos metros por delante de nosotros. Noel parece cansado y cae al suelo, me acerco a él y realizo un hechizo curativo al tiempo que lo ayudo a incorporarse.
-Aaaarriba-exclamo con energía, aunque moderando el tono de voz para no atraer más sorpresas. Entiendo que Noel ahora mismo no se encuentre bien, de hecho incluso yo mismo me había asustado al ver esa sonrisa sin escrúpulos mientras atacaba a los humanoides. << ¿Y qué? >>. La luna lo ha vuelto sádico por necesidad, pero es que el astro no ha dejado a nadie impune. Desde que estoy en Serpentaria, pero sobretodo tras esta incursión, me queda claro que mi transformación es un poco egoísta: para reponer mi magia necesito que mis compañeros agoten la suya.
Continúo caminando a su lado, por si necesitara de nuevo mi ayuda. La escasa luz nocturna no tarda en hacerse ver al fondo del túnel por el que andamos, después de haber dejado atrás un grupo de humanoides muertos y habernos juntado con Cai, Jack, Adara y Aníbal. Finalizo el hechizo de luz artificial que me había seguido durante todo el camino y no puedo evitar suspirar aliviado, a pesar del malestar general que casi podía olerse entre nosotros.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Subterráneos
01/05/12, 09:18 pm
A pesar de que el ataque parecía haber sido certero, quedó claro que el monstruo se preparaba para contraatacar. El cansancio hacía que me diera vueltas la cabeza, y en ese momento no sabía ni qué hacer. Pero entonces alguien llegó. No, más de uno, y empezaron a llover ataques al engendro por parte de nuestros amigos de la Sede... estaban allí todos nuestros maestros, Adara, Jack, el Kaiser y Aníbal. Nos libramos del contraataque del mosntruo gracias a ellos, y los siguientes instantes fueron muy confusos. No dieron tregua al mosntruo, y mientras miraba el cansancio pudo completamente conmigo y me dejé caer al suelo, agotado.
Cuando Adara hace que algo se introduzca en el tajo del monstruo no estoy ni un poco preparado para lo que pasa a continuación. Una lluvia de carne hecha pedazos nos baña hasta dejarnos empapados. Sin tiempo a protegerme, veo como del pelo y las alas del vlakai gotea un pringue asqueroso. Gracias a Jack todos estamos limpios enseguida, y aprovecho el instante en que el cuerpo vuelve a estar presentable para comprobar que no tenga ninguna herida que lo haya inutilizado para volar. Por desgracia descubro que el ala que aprisionó el monstruo está torcida, pero puedo intentar arreglarla de alguna manera cuando regresemos a la torre. Entonces justo al lado veo como el Kaiser está al lado de Giz y Noel, y al mirar veo como les golpea haciendo chocar sus cabezas. Me acerco a trompicones haciendo sonar desagradablemente la carne pútrida que piso, con las alas desplegafas tratando de decir que los deje en paz. Después de todo lo que ha pasado... y Noel no estaba en su mejor momemto... Pero de pronto el ulterano se agacha para abrazarlos y me quedo petrificado en donde estoy, helado al escuchar lo que les dice y ver cómo se le humedecen los ojos. No tenía ni idea de que se sintiera así. ¿Y los demás? Han bajado a por nosotros... y a pesar de nuestra cabezonería se preocuparon de lo que nos pudiera pasar, aquí, en Rocavarancolia, donde solo los más fuertes parecen tener derecho a sobrevivir.
El ulterano entonces pregunta por mí y me busca en el cuerpo del vlakai. Cuando lo veo venir hacia donde estoy me encojo esperando el golpe pero simplemente se lanza a abrazarme alegrándose de que todos nos encontremos bien. Aunque noto como presiona el cuerpo, y me preocupo por que desencaje todavía más el ala que ya está dislocada. Cuando me suelta veo que Jack ha ido a ver si el camino está despejado, Aníbal nos echa una mirada muy significativa, pero no dice nada. Y Adara... Adara no nos mira. Y me preocupa lo que pueda pensar. Es estricta, sí, pero llevo mucho tiempo tomando clases con ella, es una buena amiga, y no le he hecho caso cuando me dio un consejo. Pero... era cierto que teníamos que bajar, y podíamos defendernos. Hemos tenido muy mala suerte de haber estado tropezando constantemente con malas bestias, incluso ellos han debido de encontrar el camino más despejado que nosotros, a juzgar por lo frescos que parecen haber llegado hasta aquí.
Al avanzar hacia la salida nos encontramos a Jack luchando con los hombres bestia, bebiendo su sangre. Adara lo ayuda hasta despejar el camino y me doy cuenta de que Noel no les quita ojo de encima hasta que terminan y seguimos nuestro camino. Es cierto, lo que estban haciendo no es muy diferente de lo que hizo él. Espero que eso le ayude a entender que eso aquí es normal, no debe tener dudas. Pienso en acercarme a él y decirle algo, pero no tengo muy claro el qué, y quizá será mejor que esperemos a estar fuera para hablar todos tranquilamente. Creo que lo que los demás nos tienen que decir aún no ha terminado. Sé que ahora puedo darles parte de la razón, pero no quiero ceder del todo... a pesar de que lo que más miedo me da ahora mismo es que se enfaden para siempre con nosotros, al menos algunos de ellos.
Sigue en la Torre Serpentaria.
Cuando Adara hace que algo se introduzca en el tajo del monstruo no estoy ni un poco preparado para lo que pasa a continuación. Una lluvia de carne hecha pedazos nos baña hasta dejarnos empapados. Sin tiempo a protegerme, veo como del pelo y las alas del vlakai gotea un pringue asqueroso. Gracias a Jack todos estamos limpios enseguida, y aprovecho el instante en que el cuerpo vuelve a estar presentable para comprobar que no tenga ninguna herida que lo haya inutilizado para volar. Por desgracia descubro que el ala que aprisionó el monstruo está torcida, pero puedo intentar arreglarla de alguna manera cuando regresemos a la torre. Entonces justo al lado veo como el Kaiser está al lado de Giz y Noel, y al mirar veo como les golpea haciendo chocar sus cabezas. Me acerco a trompicones haciendo sonar desagradablemente la carne pútrida que piso, con las alas desplegafas tratando de decir que los deje en paz. Después de todo lo que ha pasado... y Noel no estaba en su mejor momemto... Pero de pronto el ulterano se agacha para abrazarlos y me quedo petrificado en donde estoy, helado al escuchar lo que les dice y ver cómo se le humedecen los ojos. No tenía ni idea de que se sintiera así. ¿Y los demás? Han bajado a por nosotros... y a pesar de nuestra cabezonería se preocuparon de lo que nos pudiera pasar, aquí, en Rocavarancolia, donde solo los más fuertes parecen tener derecho a sobrevivir.
El ulterano entonces pregunta por mí y me busca en el cuerpo del vlakai. Cuando lo veo venir hacia donde estoy me encojo esperando el golpe pero simplemente se lanza a abrazarme alegrándose de que todos nos encontremos bien. Aunque noto como presiona el cuerpo, y me preocupo por que desencaje todavía más el ala que ya está dislocada. Cuando me suelta veo que Jack ha ido a ver si el camino está despejado, Aníbal nos echa una mirada muy significativa, pero no dice nada. Y Adara... Adara no nos mira. Y me preocupa lo que pueda pensar. Es estricta, sí, pero llevo mucho tiempo tomando clases con ella, es una buena amiga, y no le he hecho caso cuando me dio un consejo. Pero... era cierto que teníamos que bajar, y podíamos defendernos. Hemos tenido muy mala suerte de haber estado tropezando constantemente con malas bestias, incluso ellos han debido de encontrar el camino más despejado que nosotros, a juzgar por lo frescos que parecen haber llegado hasta aquí.
Al avanzar hacia la salida nos encontramos a Jack luchando con los hombres bestia, bebiendo su sangre. Adara lo ayuda hasta despejar el camino y me doy cuenta de que Noel no les quita ojo de encima hasta que terminan y seguimos nuestro camino. Es cierto, lo que estban haciendo no es muy diferente de lo que hizo él. Espero que eso le ayude a entender que eso aquí es normal, no debe tener dudas. Pienso en acercarme a él y decirle algo, pero no tengo muy claro el qué, y quizá será mejor que esperemos a estar fuera para hablar todos tranquilamente. Creo que lo que los demás nos tienen que decir aún no ha terminado. Sé que ahora puedo darles parte de la razón, pero no quiero ceder del todo... a pesar de que lo que más miedo me da ahora mismo es que se enfaden para siempre con nosotros, al menos algunos de ellos.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Subterráneos
15/07/12, 05:53 pm
Llego a los subterráneos y me paro de golpe. Recuerdo lo que les pasó aquí a los chicos de Serpentaria cuando se aventuraron. Yendo en grupo y más o menos preparados las pasaron canutas. Yo voy sólo, sin magia que me sirva. Espero que el entrenamiento que he realizado me sirva.
Respiro profundamente y agudizo mis sentidos al máximo, atento a cualquier ruido. Debo darme prisa, pero no debo apresurarme o la cosa acabará mal para mí y, como consecuencia, para Cain. Empiezo a andar, alerta. Un sólo error puede ser fatal.
Respiro profundamente y agudizo mis sentidos al máximo, atento a cualquier ruido. Debo darme prisa, pero no debo apresurarme o la cosa acabará mal para mí y, como consecuencia, para Cain. Empiezo a andar, alerta. Un sólo error puede ser fatal.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Subterráneos
15/07/12, 06:23 pm
Los primeros minutos el subterráneo no parece dispuesto a complacer a Aníbal. Cada segundo bajo tierra se estira hasta hacerse eterno, el paso del tiempo apenas marcado por la ocasional caída de las gotas de humedad.
No obstante, no pasa mucho tiempo hasta que la paciencia del transformado se ve recompensada. Desde algún lugar al fondo del subterráneo retumba un rugido ensordecedor, coreado por un segundo incluso más brutal. Esas voces hablan de bestialidad, de sangre, de furia animal y asesina dirigida a todo y a nada en concreto.
Se hace un silencio estremecedor durante el espacio de apenas unos pocos segundos, seguido por lo que parece ser una frenética huida por parte de las criaturas menores del subterráneo. Por los túneles resuenan carreras, chillidos, repiquetear de patas y otros apéndices, el escarbar de cientos de extremidades tratando de horadar una superficie en la que refugiarse. Sea lo que sea lo que se aproxima en estampida desde el otro lado del túnel, llena de terror al resto de habitantes de la galería.
Y está furioso.
No obstante, no pasa mucho tiempo hasta que la paciencia del transformado se ve recompensada. Desde algún lugar al fondo del subterráneo retumba un rugido ensordecedor, coreado por un segundo incluso más brutal. Esas voces hablan de bestialidad, de sangre, de furia animal y asesina dirigida a todo y a nada en concreto.
Se hace un silencio estremecedor durante el espacio de apenas unos pocos segundos, seguido por lo que parece ser una frenética huida por parte de las criaturas menores del subterráneo. Por los túneles resuenan carreras, chillidos, repiquetear de patas y otros apéndices, el escarbar de cientos de extremidades tratando de horadar una superficie en la que refugiarse. Sea lo que sea lo que se aproxima en estampida desde el otro lado del túnel, llena de terror al resto de habitantes de la galería.
Y está furioso.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- alpeca
Ficha de cosechado
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Re: Subterráneos
15/07/12, 06:32 pm
Parece que llevo horas aquí abajo, pero en realidad han sido sólo unos minutos. Me obligo a calmarme.
Unos minutos más tarde, oigo dos rugidos. Un montón de criaturas menores huyen de lo que sea que es eso en dirección contraria. Mi primer impulso es no meterme en problemas, pero me obligo a quedarme en el sitio, a tranquilizarme. Desenvaino mi espado y separo mi otro brazo del cuerpo. Lo dejo esperando en las sombras, lo voy a necesitar para transportar al monstruo. Mi escudo se alza delante mío, a punto para protegerme de lo que sea que viene.
Mi mirada está fija en las sombras, atento al menor movimiento. Algo muy grande se empieza a mover. A medida que se acerca, distingo que no es uno, son dos. Todo mi cuerpo está en tensión, a punto para saltar.
Unos minutos más tarde, oigo dos rugidos. Un montón de criaturas menores huyen de lo que sea que es eso en dirección contraria. Mi primer impulso es no meterme en problemas, pero me obligo a quedarme en el sitio, a tranquilizarme. Desenvaino mi espado y separo mi otro brazo del cuerpo. Lo dejo esperando en las sombras, lo voy a necesitar para transportar al monstruo. Mi escudo se alza delante mío, a punto para protegerme de lo que sea que viene.
Mi mirada está fija en las sombras, atento al menor movimiento. Algo muy grande se empieza a mover. A medida que se acerca, distingo que no es uno, son dos. Todo mi cuerpo está en tensión, a punto para saltar.
- Naeryan
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- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Subterráneos
15/07/12, 07:19 pm
Aníbal les oye antes de poder verlos. El suelo retumba con el estruendo de sus pisadas, y las paredes de la galería parecen vibrar con sus rugidos.
La débil luz que se filtra desde las grietas que dan al exterior ha engrandecido las sombras de las bestias que se acercan a la carrera hacia Aníbal. No obstante, cuando éstas se acercan lo suficiente para poder distinguirlas a simple vista, el transformado es capaz de comprobar que no son ni mucho menos algo de lo que desentenderse.
Se trata de dos engendros de la misma especie, si bien la persecución que está teniendo lugar impide hacer una comparación completa. De un tamaño semejante al de un caballo, ambos monstruos corren a cuatro patas con dedos acabados en garras que horadan el suelo que pisan. De sus cabezotas anormalmente abultadas sobresale una pelambrera de pelo azabache que apenas deja entrever un único ojo desorbitado e inundado de rabia, que cambia de objetivo segundo a segundo. Su cuerpo podría haber recordado en estructura al de un humano en tiempos pasados, pero ahora es sólo una masa de músculo y carne desgarrada. Es evidente que llevan mucho tiempo persiguiéndose, y que ello les ha reportado daños considerables.
Las dos bestias se persiguen entre sí, bufándose, mordiéndose, desgarrándose mutuamente trozos de carne, intentando despedazarse con todas sus fuerzas.
Cuando una embestida del primer engendro por fin alcanza al segundo, ambos chocan con violencia contra una de las paredes. El subterráneo tiembla con la fuerza del golpe.
Aníbal ha llegado justo durante la temporada de apareamiento de dicha especie, y ambos machos están combatiendo a muerte por el derecho a procrear. La subida hormonal les hace más agresivos que de costumbre, y no se detendrán hasta que uno de los dos muera.
La débil luz que se filtra desde las grietas que dan al exterior ha engrandecido las sombras de las bestias que se acercan a la carrera hacia Aníbal. No obstante, cuando éstas se acercan lo suficiente para poder distinguirlas a simple vista, el transformado es capaz de comprobar que no son ni mucho menos algo de lo que desentenderse.
Se trata de dos engendros de la misma especie, si bien la persecución que está teniendo lugar impide hacer una comparación completa. De un tamaño semejante al de un caballo, ambos monstruos corren a cuatro patas con dedos acabados en garras que horadan el suelo que pisan. De sus cabezotas anormalmente abultadas sobresale una pelambrera de pelo azabache que apenas deja entrever un único ojo desorbitado e inundado de rabia, que cambia de objetivo segundo a segundo. Su cuerpo podría haber recordado en estructura al de un humano en tiempos pasados, pero ahora es sólo una masa de músculo y carne desgarrada. Es evidente que llevan mucho tiempo persiguiéndose, y que ello les ha reportado daños considerables.
Las dos bestias se persiguen entre sí, bufándose, mordiéndose, desgarrándose mutuamente trozos de carne, intentando despedazarse con todas sus fuerzas.
Cuando una embestida del primer engendro por fin alcanza al segundo, ambos chocan con violencia contra una de las paredes. El subterráneo tiembla con la fuerza del golpe.
Aníbal ha llegado justo durante la temporada de apareamiento de dicha especie, y ambos machos están combatiendo a muerte por el derecho a procrear. La subida hormonal les hace más agresivos que de costumbre, y no se detendrán hasta que uno de los dos muera.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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Re: Subterráneos
15/07/12, 07:46 pm
Madre mía...¿y debo capturarlos? Matarlos es mucho más fácil...muevo la cabeza. Divide y vencerás, dicen. Así que Decido centrarme en dejar KO a uno y luego a otro. El problema es que no se van a apartar amablemente para dejar el combate en un 1 contra 1...
Hago que mi brazo mecánico coja impulso y sale disparado hacia uno de los monstruos. Lo empotra contra la pared y lo mantiene firmemente sujeto. No sé cuánto va a aguantar, así que debo ser rápido. El escudo empieza a girar y, cuando coge la fuerza centrífuga suficiente, golpea la cabeza del otro bicho.
El monstruo de la pared se liberará muy pronto, lo sé. Mientras el escudo golpea al libre en la cabeza con fuerza, para dejarlo inconsciente, me giro y golpeo con la espada las patas del preso. Mi objetivo es cortarle al menos dos para dejarlo sin poder andar.
Hago que mi brazo mecánico coja impulso y sale disparado hacia uno de los monstruos. Lo empotra contra la pared y lo mantiene firmemente sujeto. No sé cuánto va a aguantar, así que debo ser rápido. El escudo empieza a girar y, cuando coge la fuerza centrífuga suficiente, golpea la cabeza del otro bicho.
El monstruo de la pared se liberará muy pronto, lo sé. Mientras el escudo golpea al libre en la cabeza con fuerza, para dejarlo inconsciente, me giro y golpeo con la espada las patas del preso. Mi objetivo es cortarle al menos dos para dejarlo sin poder andar.
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