Barrio Derruido

Kolja observó como Chromsa metía la mano en la bolsa, interesado en saber que encontraba dentro. Nunca hubiese podido imaginarse lo siguiente, pues tras meter la mano fue el brazo del chico el que comenzó a desaparecer dentro de la bolsa. Sin dar credito a sus ojos, se giró rapidamente hacia donde estaban sus otros dos compañeros.
-¡Granjero, Ruso, venid aquí, Chromsa a encontrado una bolsa que es más grande por dentro que por fuera!- les lamó pegando un grito.
Se volvió a girar hacia el chico nutria justo en el momento en el que este era sucionado por la bolsa. Ya creia que iban a perderlo dentro de la bolsa cuando esta, no dando más de si, se quedó atascada en el hombro del chico.
-¡Por todos los dioses! ¿Qué coños está pasando?- exclamó con los ojos como platos. Cuando Chromsa le pidió ayuda Kolja agarró rapidamente al chico pasandole un brazo por la cintura mientras que con el otro se agarraba a una columna que había sido rota por la mitad, por si lo que fuese intentaba tirar otra vez de el.
-Joder, venid aquí, rápido, la bolsa está absorviendo a Chromsa, que alguien se la quite de encima por Odín...¡JODER!- interrumpió los juramientos, pues la bolsa había empezado a hablar. Esto ya empezaba a desmadrarse demasiado.

La gentil respuesta de Alec calmó por completo a Adam, agradeciendo su preocupación e incluso se ofreció a escucharlo. Pocas veces alguien fue tan amable con él como lo fueron Luci, Alec y todos los del torreón. Por un momento pudo ver reflejado en Alec el buen trato que tuvo con su profesor de música, quien le aportó vastos conocimientos musicales y le alentó a olvidar el pasado.

Al tener una respuesta positiva sobre cargar con tablones de madera, Adam llevó a sus brazos un considerable numero de ellos siempre fijándose cuan podridas estaban escogiendo las de mejor estado. Cuando estuvo en "Flecha Alzada", siempre lo elogiaban por su tamaño y fuerza naturales, pero ahora estaba feliz por dar un uso correcto a su descomunal cuerpo. <<En parte tenían razón... Aquí podré ser otra persona, renegando de todo lo que una vez estuvo a mis espaldas>>

Aprobó la proposición de Alec de llevar cuerda también. Aunque siempre tiene un semblante serio, Adam no pudo evitar mantener una ligera sonrisilla por largo tiempo aún en una situación tan desfavorable. Pero toda la alegría se fue de golpe al escuchar los desgarradores gritos de auxilio de Kolja, soltando todas las tablas de golpe y esprintando en dirección al Alemán. La desesperación le invadió al ver al pequeño ochrorio aparentemente sin un brazo, pero las exclamaciones de Kolja le aclararon que no se trataba sino de una bolsa sin fondo aparentemente y algo estaba tirando brutalmente de Chromsa hacia su interior. Ayudó en lo que pudo aprovechando que Kolja lo tenia fuertemente agarrado, tirando de la bolsa con toda la fuerza que sus brazos podían aportar.

—¡¡Mas vale que sueltes a Chromsa cabronazo!! —dijo al percatarse de las voces del interior de la bolsa. La expresión de furia e impotencia de Adam transformó por completo su rostro y actitud normalmente estoicos. No se estaba dando cuenta de su involuntaria impulsividad y su aparente "descontrol emocional".

El grito de Kolja hizo que Alec acelerase hasta echar a correr con la lanza en sus manos. Dejó caer los tablones de madera y la cuerda con cierto estrépito.

Al llegar se quedó parado sin saber muy bien qué hacer, nunca se había encontrado el caso de una bolsa devorando un ser humano. Fueron dos segundos lo que tardó en moverse, tiempo suficiente para que Adam actuara en su lugar. El escocés sin embargo escogió echarles la bronca.

-¿Pero que coño hacéis? ¿No tenéis dos dedos de frente o qué? ¿A quién en su sano juicio se le ocurre meter la mano en una bolsa desconocida y a todas luces mágica? - les gritó viendo como el brazo de Chromsa salía al parecer intacto.

Pero no fue lo único que salió de allí. Para demostrar que aquello era la ciudad de los milagros Rocavarancolia les puso uno justo delante de las narices, un esqueleto que no sólo se movía si no que encima hablaba, sujetando además una manzana de color dorado entre los dedos.

La visión de aquello dejó a Alec patidifuso. Y las únicas palabras que se hacían eco en su mente eran "¿Qué coño?". Las palabras del esqueleto sin embargo lo sacaron de su estupor.

-¿Encontráis una bolsa que pone no abrir y la abrís y metéis la mano dentro? ¿Y si yo me cago en vuestros putos muertos? - les gritó.- ¿Cómo pollas se os ocurre?

Se encaró al esqueleto con la lanza entre ambos por si se le ocurría hacer algo. El escocés sin embargo no podía evitar que le pasase una pregunta de vital importancia. ¿Cómo matas algo que ya está muerto?

Kolja seguía sujetando a Chromsa cuando llegaron Alec y Adam. El ruso se lanzó rapidamente a quitarle la bolsa de encima a Chromsa, amenazando a lo que fuese que hablaba desde su interior. El ruso le pegó un fuerte empujón a la bolsa, dando a parar con sus huesos en el suelo mientras el brazo de Chromsa salía de la bolsa luciendo varios rasguños por los que salía algo de sangre. Pero el brazo del chico nutria no fue lo único que salió de la bolsa, pues agarrado a este apareció un esqueleto con una extraña sustancia verde uniendo sus huesos y en la mano del chico, una manzana.
Cuando Kolja vio que el esqueleto soltaba al chico, este tambien lo soltó y se colocó delante suyo.
-Dame una sola razón por la que no devería cortarte la cabeza ahora mismo- se encaró al esqueleto desenvainando la espada y haciendo oidos sordos a el discursito de Alec.

Tras avisar al resto Kolja lo agarró y se aferró con fuerza tanto al ochrorio como a una columna. Seguían tirando de él y dado que no podía bajar más, las garras se le clavaban aun más, teniendo en cuenta que Chromsa seguía haciendo fuerza hasta que empezó a escuchar una voz del interior de aquella bolsa. Con cierto temor en su rostro a la par de incredulidad, empezó a preguntarse como alguien o algo lo suficientemente inteligente para hablar había sido capaz de quedarse ahí dentro. Aunque bueno, él había metido todo el brazo sin darse cuenta, alguien de algún modo podría haberse metido por completo. -(¿Y si se ha quedado atrapado y necesita ayuda? No me extrañaría que se hubiera emocionado entonces.)- pensó mientras dejaba de hacer fuerza.

Iba a intentar comunicarse con lo que hubiera dentro cuando Alec y Adam llegaron. El chico de la bufanda corrió a ayudarle tirando de la bolsa, con una furia que nunca se hubiera esperado después de la impresión que le dio el día interior. El otro terrestre se quedó junto a ellos gritándoles a Kolja y a él por no haber sido precavidos. Pensándolo bien, tal vez no debería haber metido la mano en la bolsa, pero pocos no investigarían algo tan curioso. El tirón de Adam dio su fruto y, mientras caía al suelo, de repente su brazo ya estaba fuera aunque no venía solo. Al parecer lo que había estado hablando y aferrándose a su mano era un esqueleto de huesos viejos con lo que parecía algún tipo de fuente mágica (porque no se le ocurría ninguna explicación a la luz que lo recorría), además de una fruta en su otra mano que Chromsa no había visto en su vida. El joven se quedó tremendamente sorprendido y ligeramente asustado ante el hecho de que tenía delante a un muerto vivo que, además, se había asustado tanto como sus compañeros y el ochrorio mismo.

No le dio tiempo a reaccionar cuando el esqueleto se soltó dándole un manotazo y se alejó un poco de él. Mientras se levantaba dolorido se fijó en su muñeca: ese ser le había rasgado bastante la manga de la camisa a la altura de la muñeca y le había dejado cinco heridas que, aunque sangrando, no eran muy graves. -(Espero que alguien del grupo sepa coser y de paso puedan curarme esto.)- pensó. El esqueleto mientras tanto les había gritado aterrorizado por la bolsa. Al parecer ponía "No abrir", pero no tenía ni idea de en qué idioma. Alec seguía gritándoles también más enfadado que antes incluso. Entendía que estaba preocupado por ellos, pero el terrestre ya se estaba pasando de la raya con los insultos.

Antes de poder contestarle, tanto él como Kolja se interpusieron entre el ochrorio y el esqueleto en posición amenazante y preparados para luchar. Y, al igual que antes, antes de poder hacer algo el esqueleto les respondió y, además, pasó algo extraordinario: Kolja de repente se quedó en la posición en la que estaba. -¡Santa Acromía!- exclamó de la sorpresa. El esqueleto mientras siguió hablando dándole las razones que el terrestre le había pedido. Quitando el susto inicial por ambas partes, la verdad es que a Chromsa no le parecía mal tipo, incluso parecía bastante divertido por como se había tomado la situación. Si tuviera malas intenciones ya los habría matado y, si tanto había vivido (aunque no tenía claro si como esqueleto o antes de morir) tal vez sabría algo de Rocavarancolia.

Así, esta vez habló poniéndose un poco por delante de los dos terrestres e intentando ser lo más amable posible: -Buenos días...- se quedó pensativo un instante. ¿Cómo debería referirse a algo que en esencia estaba muerte aunque estuviera allí hablando como si tal cosa? -Señor esqueleto. Ellos son Adam, Alec, Kolja- (señalando a cada uno)- y yo soy Chromsa. Nos han traído a Rocavarancolia desde distintos mundos hace unos días y hoy mientras estábamos investigando por aquí encontré esa bolsa. Le pido disculpas si le hemos molestado; el idioma en el que está en la bolsa lo desconozco. De haberlo sabido le habríamos dejado en paz.- Siguió diciendo: -También le pido disculpas por lo de mis amigos. Son buena gente, pero desde que llegamos nos hemos encontrado en peligro varias veces y, bueno, no sabíamos que existían esqueletos vivientes.- Esto último lo dijo sin ánimo de ofender. No sabía si en Rocavarancolia era común ver esqueletos por las calles, pero desde luego en Ochroria no lo era.

Siguió hablando, esta vez un tanto curioso: -Disculpe la pregunta pero ¿estaba en la bolsa por voluntad o se había quedado encerrado? No es que conozca mucho sobre ese tipo de bolsas, pero no tienen pinta de ser muy cómodas por dentro si se parecen en algo a las normales.- Hizo un último atrevimiento ante el esqueleto: -Por cierto, si no le importa podría...- dijo mientras señalaba a Kolja. Estaba bastante seguro de que no era nada agradable que un hechizo te dejara inmóvil.

Adam estaba hiperventilando de forma preocupante. Todo era tan surrealista para él que no podía concebir la idea de que tal criatura pudiese salir de esa minúscula bolsa, aún habiendo visto a Chromsa con el brazo metido ahí dentro hasta el hombro. Todo lo que pudo hacer de ahí en adelante era escuchar, tanto al propio “esqueleto” como a Alec maldiciendo a diestra y siniestra a Chromsa y a Kolja siendo este último quien ignoraba al escocés con intenciones de atacar a ese ser terminando en una parálisis masiva de su cuerpo.

—Oh dios, oh dios… —Adam rodeó con cautela al esqueleto para llegar adonde el ochrorio estaba, observando sus profundas pero pequeñas heridas—. ¡¿Oh dios, él te ha hecho esto?! —lleno de rabia no pudo evitar intentar hablar al esqueleto ignorando por completo los intentos de diálogo de Chromsa, pero sus estribos acabaron al recordar todo. Absolutamente todo su pasado pasó como un flash en su mente. <<Relájate… Adam… esto… saldrá bien>> Pensó mientras tomaba mucho aire y contaba para sí hasta diez.

Agarrando al ochorio por su otra mano limpia de heridas dijo: —Lo siento… perdí el control —Estaba pálido y cansado, como si de un esfuerzo titánico se tratase el controlar sus propias emociones. Soltó a Chromsa con suavidad y encaró al esqueleto con una mirada penetrante, escuchándolo pacientemente—. Deja a Kolja en paz, por lo que he visto es un poco impulsivo y solo quería protegerlo a él—. dijo cuando el esqueleto hubo terminado su turno de palabra, manteniendo su rostro apático aún con ligeras trazas de seriedad. <<Alec tiene razón, han sido imprudentes en abrir esa cosa, pero no puedo dejar que les pase nada malo, ¡se los debo a ambos!>>

La último que sabía Kolja es que estaba sujetando la espada, listo para lanzarse sobre el esqueleto, cuando de repente sintió que una extraña rigided se apoderaba de todos los musculos de su cuerpo. En un primer momento pensó que era un extraño sexto sentido que le indicaba un ataque inminente del esqueleto, pero cuando fue a ponerse en una posición defensiva, descubrió que era incapaz de mover ni un solo músculo. La siguiente explicación aclaró lo que le estaba pasando, lo cual no significó que ello rebajase el mayusculo enfado que amenazaba con arroyarle.
-¡Pero quien coños se cree que es este putrido cadaver andante!Le voy a meter su cabeza tan profunda por el culo que va a asomar entre sus costillas. Y a la mierda esa verde la voy a mezclar con Fairy y voy a lavar los platos con ella. Manda cojones. Como me descongele le voy a mandar de una patada al puto foso. Y primero me voy a comer esa manzana que tanto adora y luego le cagaré en la puta boca, a ver si todavia le parece tan preciada. Y que es esa gilipollez de que en la bolsa pone no abrir. ¿Se cree que hemos estudiado putos idiomas alienigenas? Juro por el martillo de Thor que como no me descongele en los proximos tres minutos ese saco de huesos va a volver a la bolsa, voy a buscar una forja y la voy a fundir a tantos grados que se creerá que le he metido en el jodido sol.

La situación era surrealista del todo. Alec no terminaba de entender cómo un esqueleto se movía y hablaba, así que decidió que era cosa de magia. Todo aquello era cosa de magia. Las palabras del Liche no terminaban de tener sentido pero lo que le hizo a Kolja le hizo bajar la guardia. Si tan fácil era paralizar a alguien mágicamente estarían todos muertos antes de que les diera tiempo incluso a salir de la casa.

<<Te lo mereces>> pensó fulminando con la mirada al alemán. <<¿A quién se le ocurre amenazar de muerte a un esqueleto parlante? Igual así se te bajan lo humos>>.

En el discurso del Liche hubo dos cosas que hicieron iluminarse la mente del joven granjero. Una fue la mención a la Luna Roja de la que, evidentemente, todos habían escuchado en su momento. La segunda fue la de que una persona lo había encerrado dentro de la bolsa.

-¿Me permite un par de preguntas? - le dijo a Ataulfo.- ¿Qué ha querido decir con eso de que la Luna le trituró los órganos? - Alec esperaba que no fuera algo literal, la imagen de una luna triturando algo así era muy bizarra.- ¿Y qué hizo para que lo encerraran? - puestos a ponerse en riesgo contra alguien que claramente barrería el suelo con ellos... ¿por qué no intentar sacar algo de información? Bien podrían ser las primeras respuestas que obtuvieran en el tiempo que llevaban allí.

Disimuló una carcajada como tos con el comentario de la estatua por parte del Liche. Aquello le había hecho gracia.

Cuando el Liche llamado Ataulfo lo señaló exigiéndole la bolsa, Adam inmediatamente se dio cuenta de que ese tipo no era un cualquiera. Con la facilidad que tuvo congelando a Kolja y, posteriormente, deshacer ese maleficio con tal soltura hizo de él, a ojos de Adam, alguien peligroso que no debían provocar así que decidió seguir a Alec y Chromsa en seguirle el juego a ese ser.

—Toma. No pretendíamos... hacer nada. Aparte que no entendemos este idioma, seguro que la abrieron por accidente—. Dijo mientras con una manó tendía la bolsa hacia el desconocido y la otra se colocaba ante Chromsa, con una obvia intención de protegerlo por si algo andaba mal.

Cuando Ataulfo respondió a las preguntas de Alec, Adam no entendía el contexto de su respuesta, o si tan siquiera tuviese algo de sentido. No le sonaba para nada lo que mencionó acerca de una luna roja, o por lo menos había sido ignorante del tema si en el torreón mencionaron algo. Aún sin saber nada, la descripción que dio acerca de ese satélite cuando se mostraba le dio severos escalofríos. <<No entiendo nada, pero no tiene pinta de que lo que sea que esté describiendo sea bueno>>

—Esto, Señor Liche... —le temblaba ligeramente la voz—. ¿De que luna roja esta hablando si puedo preguntar? —preguntó mientras mantenía su guardia alta por si hacía falta echar a correr.

Lo primero que pensó nada más contestar aquel ser llamado Ataulfo es que la había fastidiado más. No convenía enfadar a alguien que podía paralizar a uno de ellos como si nada, aunque no es que pudiese haber sabido que era un liche. De hecho, esa era la primera vez que escuchaba la palabra "liche" al igual que era la primera vez que veía uno. Ya justo después confirmo que Ataulfo, aunque era poderoso, parecía buen tipo mientras no se le enfadase. No había conocido a mucha gente excéntrica, pero estaba seguro que él solo superaba a todas las otras juntas.

A su vez Adam se le había acercado y se había fijado en las heridas de su muñeca. Vio fácilmente que el terrestre no estaba muy contento de que Ataulfo le hubiera hecho eso y, mientras Chromsa hablaba con el liche, había intentado quejársele con un aire airado. Cuando terminó de hablar, Adam se calmó y le pidió disculpas, aunque no tenía buena cara. -(No se qué le pasará por la cabeza cuando se pone así, pero espero que no le haya pasado nada grave antes de llegar a Rocavarancolia. Tal vez deba tener una charla con él en el torreón...)- pensó. Aquel terrestre parecía una persona distinta cuando se enfadaba y Chromsa cada vez tenía más ganas de saber por qué le pasaba aquello. Pero podía estar seguro de que era buen chico, si no no se preocuparía tanto del grupo. Incluso se puso delante de él para protegerlo, aunque el ochrorio pensaba que no haría falta usar las armas.

Alec hizo después dos preguntas bastante interesantes. Luci y Amira ya le habían comentado más o menos qué era una luna, pero no comprendía como algo así podía aplastarte las tripas. La otra pregunta le tenía más interesado por el momento. No se le ocurría un motivo para que alguien quisiera meter a un liche dentro de una bolsa sin fondo. Aunque, pensándolo bien, todavía no entendía del todo cómo cualquiera de esas dos cosas podían existir siquiera.

La respuesta de Ataulfo le erizó el pelo de la espalda del miedo. No solo le horrorizaba el hecho de que la luna tuviera garras (cosa que no le había mencionado nadie), sino todo lo que le había pasado al liche y a sus compañeros (al menos es lo que entendió cuando dijo "en nuestra búsqueda"). Si todo eso lo había hecho la luna, desde luego el grupo entero estaría perdido si llegara a aparecer. Lo peor es que ya les habían dicho que tenían que sobrevivir hasta que la Luna Roja saliera, pero ya no estaba seguro de si serviría de algo si podía acabar tan fácilmente con ellos. Ya aparte Ataulfo no sabía nada de por qué le habían encerrado, aunque después empezó a decir algo que le intrigó. Parecía que intentaba referirse al pequeño grupo, pero los estaba llamando por unos nombres bastante extraños. -(¿Tal vez son los nombres de sus amigos?)- pensó.

Añadió entonces un tanto asustado a la pregunta de Adam: -¿Tan peligrosa es esa luna?-

El enfado de Kolja en aquel momento subia y bajaba como si de mareas se tratase. Estaba ya bastante harto de la paralisis y según el momento de la marea, a veces deseaba matar al esqueleto en cuanto se liberase y en otras solo queria liberarse y que el loco aquel siguiese su camino. Lo de la estatua desde luego le saco de los nervios hasta limites insospechables y si no empezó a hechar humo fue por la imposibilidad biologica. Desde luego, tenia que admitir que sus compañeros parecian ser capaces de mantener cierta calma enfrente de aquel saco de huesos y que sabían hacer las preguntas adecuadas. Por desgracia, el esqueleto estaba como una tuba y sus respuestas lo liaban todo aún más. En medio de su explicación de como fue la noche que salió la Luna Roja, Kolja notó que podia volver a moverse.
-Desde luego, tu estancia en esa bolsa te ha afectado al cerebro. Y no, no sabemos quien te encerró en esa bolsa, hace tres dias que llegamos a este planeta. Ahora, si no te importa, estabamos buscando cosas utiles, así que puedes irte a buscar a quien fuese que te encerrase ahí, aunque seguramente ya este muerto de todas formas. Esta ciudad esta completamente en ruinas, por lo que hemos podido ver, y también está completamente deshabitada, por lo menos en cuanto a criaturas inteligentes, los mounstros abundan.

Alec no supo en qué momento exacto había comenzado a temblar. La descripción de la Luna Roja, pasado por la cabeza de alguien que a todas luces estaba loco, parecía demasiado ominosa. Retrocedió un paso de forma instintiva cuando el liche se dirigió al escocés.

¿Aquello les iba a pasar a ellos? ¿Alguno de sus compañeros se quedaría en huesos, habría cosas peores que aquella? La perspectiva le hacía temblar, Alec sentía un vacío en su interior. Sintió su estómago removerse e hizo un gran esfuerzo por no vomitar. ¿Y si le pasaba a él? No podría volver a casa nunca. El miedo le atenazó el corazón como una garra y un sudor frío le bañó el cuerpo.

Sólo cuando Ataulfo se marchó, en pos de matar a alguien, Alec pudo volver a moverse. Respirando entrecortadamente se apoyó en la lanza a modo de bastón y trató de hacer que su corazón volviera a latir a un ritmo normal.

-Deberíamos volver - dijo con voz temblorosa.- Esto no es seguro.

Se dio la vuelta, aún temblando ligeramente, y se dirigió al lugar donde habían quedado las tablas y la cuerda. Hasta que no llegase al torreón no se sentiría lo suficientemente a salvo para no seguir vigilando hasta su propia sombra.