Barrio Derruido

Una vez en la calle, se dirigió directamente a las ruinas en frente del torreón. Alcanzó el edificio y antes de adentrarse a explorar, se giró hacia sus compañeros.
-Para poder explorar un terreno más amplio seria conveniente que nos separasemos en parejas o en trios. Lo mejor sería que hubiese alguien con minimos conocimentos de lucha y supervivencia en cada grupo, pero si no es posible juntaos como querais- les propuso.- ¿Chromsa, quieres venir conmigo? Una vez elejidas las parejas escoged un edificio. He cogido unas carbones del brasero para marcar con una X todos los edificios ya revisados. No os olvideis de coger todo lo que sea de utilidad, ya sea madera, cuerda, ropa o cualquier otra cosa que encontreis.

Alec recogió la lanza con la que había entrenado, terminó su desayuno y salió del torreón con el resto. Puso los ojos en blanco con la propuesta de dividirse, le parecía una temeridad y sólo aceptó porque iban a estar muy cerca unos de otros.

-Adam, ¿vienes? - le preguntó al ruso dándose la espalda para dirigirse hacia el edificio de al lado.- Si sucede cualquier cosa dar una voz y vendremos corriendo.

Llegó al edificio colindante y salvó unos escombros para meterse dentro. La casa se había venido abajo hacía tiempo, comparada con el torreón estaba claro que era una ruina. Usó la lanza para mover algunas piedras en busca de algo útil, pero más que nada para poner distancia entre él y un posible peligro.

-¿Qué te prometieron al traerte? - le preguntó a su compañero por hablar de algo, lo más seguro es que su respuesta coincidiera con la del resto pero algo tenían que hacer.

Cuando Alec trató de iniciar la conversación con una pregunta acerca de qué le prometieron al traerle a este fantástico pero, a su vez, peligroso sitio, no dudó en contestar:

—Bueno, lo cierto es que me juraron que si venía a Rocavarancolia, todo lo malo que hice no tendría ninguna relevancia y sería olvidado en este "maravilloso" lugar. Supongo que fui demasiado impulsivo de nuevo al aceptar esta locura de lugar como mi nuevo hogar—. Adam se mantuvo en silencio durante medio minuto hasta que alcanzó a decir—. Mirándolo por el lado bueno esto es mejor que te hagan un vacío constante en tu casa, ¿no crees?

—Durante la conversación Adam ayudaba a Alec con los escombros retirando los más grandes con cierta dificultad apoyado por la lanza de su compañero a quien le caía simpático. Tras varios minutos buscando se le acababa la paciencia por el rato largo de búsqueda y, mientras miraba con una ligera mirada de decepción a Alec, no se estaba dando cuenta de la confianza que estaba comenzando a tener a aquel singular grupo y se dispuso a devolverle la pregunta:

—¿Y que hay de ti? ¿Cómo te convencieron para venir, Alec? —Dijo mientras arqueaba una ceja y se retiraba ligeramente la bufanda para que  se le entienda mejor

Alec siguió removiendo escombros mientras escuchaba al ruso. Luego le preguntaría acerca de "todo lo malo que había hecho".

-No te sé decir - respondió.- Nunca me ha pasado eso de que me hagan el vacío en casa. A mí han tenido que traerme drogado, vale que esa noche no estaba muy sobrio pero ni borracho como una cuba habría dejado a mi familia - aseveró mientras seguía con su tarea.

Encontró una gran piedra que parecía tener algo debajo ya que no estaba tocando el suelo. El escocés introdujo la lanza por el hueco y la usó de palanca para retirar la roca, lo que encontró debajo lo dejó helado.

Un esqueleto, aplastado por la piedra que Alec había levantado, yacía sobre el suelo. El joven soltó una maldición de lo más variopinta y se apartó ligeramente de allí. Había visto cadáveres antes, él mismo había tenido que sacrificar algunos cerdos pero nunca había visto un esqueleto humano. O al menos parecía humanoide, lo suficiente para que al escocés le entrase un escalofrío.

-Vámonos de aquí - dijo al ruso antes de darse la vuelta y volver por donde habían venido. Se encaminó hacia otra casa.- Has dicho que habías hecho cosas malas, ¿quieres hablar de ello?

Adam no encontró nada interesante salvo grandes tablas de madera que podrían servir como material útil para el torreón, aunque estaban demasiado destrozadas.

Siguió rápidamente a Alec hacia la otra casa debido a que se sobresaltó ligeramente con el esqueleto de lo que parecía una persona humana, como él. Soltó un suspiro melancólico mientras mantenía un semblante algo triste, expresión facial que empeoró de sobremanera cuando Alec le preguntó acerca de sus acciones en el pasado.

Tragó salvia. Comenzó a ponerse nervioso de nuevo, pero no era introversión sino algo peor, era miedo. El terror que le daba contar su pasado era tal que temía sobre todas las cosas que los demás lo viesen como un monstruo, una bestia incontrolable que no podían contener en el torreón. Debido a que Alec le dio opción para hablar o no de ello le respondió:

—Me da miedo decirlo. No quiero asustar a nadie pero... —Adam tomó mucho aire antes de contestar— dia a dia intento mantener mis emociones a ralla. Supongo que es algo común que personas con un mal pasado tengan redención o, incluso, el perdón de los demás. Espero contároslo en un futuro, contártelo a ti Alec, pero quiero un poco de tiempo y espero que todos nos llevemos bien ante toda esta locura.

—Adam finalizó la conversación con una gentil y sincera sonrisa. —Oye, he visto que hay tablones de madera bastante grandes. ¿Pueden ser de utilidad como para que cargue con unos cuantos? —dijo para romper un poco el hielo.

Después de planear la salida, se decidió que el grupo liderado por Kolja haría una pequeña expedición cerca del torreón, pero que no se iría a por las cestas. Así pues, los tres terrestres masculinos y él saldrían a explorar. Antes de partir, Chromsa volvió a coger el bastón que llevó el día anterior y esperó al resto para salir. Mientras se iban, contestó a los ruegos de Luci: -No te preocupes, iremos con cuidado-

Ya fuera, era fácil ver que tenían todo un barrio (obviando el hecho de que todavía estaba el resto de la ciudad) para explorar y les iba a llevar varios días registrar el lugar. Kolja se paró nada más llegar frente a una de las casas y sugirió separarse para registrar mejor, además de pedirle a él ayudarle. -Por supuesto, voy contigo Kolja.- respondió y añadió después: -Si en algún momento necesitáis ayuda avisadnos e iremos. De todos modos este es un buen punto de reencuentro para cuando vayamos a volver.-

Antes de ponerse a investigar con Kolja le preguntó: -Kolja, ¿me dejas uno de los carbones?- y, dada la respuesta del terrestre, empezaron a registrar la primera casa.

Allí no había mucho a excepción de cascotes de piedra y madera rota o mohosa, todo ello de lo que en su momento fue parte de aquella casa. A Chromsa le daba la sensación de que ni en sus momentos de esplendor había sido muy bonita, pero al menos servía como hogar. Mientras inspeccionaban el lugar intentó entablar conversación para amenizar la búsqueda: -Bueno, ¿entonces como es que llegaste aquí? Unos cuantos ya me han contado que les prometieron cosas y que había humo cuando se los llevaron. ¿Te pasó lo mismo?-

Kolja estaba distraido, cogiendo un par de tablas de madera en buen estado que habia encontrado dentro de la casa. Solo llegó a oir las palabras de Chromsa porque justo en el momento anterior se había clavao un montón de astillas. Después de soltar una ristra de maldiciones se dispuso a contestarle.
-Yo estaba celebrando una fiesta de Halloween en mi casa. Me imagino que no sabes lo que es Halloween, Halloween es una costumbre humana bastante antigua, aunque se ha ido cambiando hasta que ya se han perdido todos los origenes de la festividad. Hoy en día los jovenes la utilizamos como excusa para montar una fiesta de disfraces y pasarselo bien, bueno, me estoy desviando del tema. Yo estaba celebrando una fiesta en mi casa y subí a mi habitación para quitarme mi capa de pieles porque tenia un calor horroroso.
Pues subo a mi habitación y de repente me encuentro a una mujer. Entonces empieza hablarme de este lugar, Rocavarancolia y de que aqui sería capaz de desarrollar mi potencial y de que podría demostrar que estoy destinado a grandes proezas. Me prometio riesgos y aventuras, de viajes por zonas inexploradas y combates a muerte contra monstuos repulsivos, todo lo que hoy en día se considera perdido en La Tierra.
Me prometió todo aquello con lo que había soñado, y como sabía que mi familia no me necesitaba, vine aquí. Aunque ahora que lo pienso, en relidad, seguramente mi madre y mis hermanas si que deberán estar tristes de no tenerme ya entre ellas. Nunca estuve demasiado unido a mi padre y mis hermanos, pero si que pasé mucho tiempo con mis hermanas cuando me dejaron de lado en el negocio.
Y ahora que lo mencionas, esa mujer de mi habitación si que tenia extraños insectos que hechaban un humo verde. Puede que me drogase y yo ni siquiera me di cuenta, aun así, si no me hubiese dorgado seguramente habría aceptado de todas formas- se explayó Kolja mientras seguía revisando las ruinas buscando objetos de utilidad.
-¿Y que hay de ti Chromsa? ¿Por qué decidiste venir a este lugar?- le devolvió la pregunta.

Chromsa escuchó atentamente la historia de Kolja mientras seguía buscando por la casa. Se fijó entonces también en los tablones que había encontrado el terrestre, que podrían serles de alguna utilidad en el futuro. Por lo que contaba, daba la sensación de que prácticamente a todos los habían convencido de la misma manera, prometiendo algo y con humo de por medio.

-Tiene pinta de ser divertido ese Halloween. En Ochroria alguna vez también hay fiestecillas más pequeñas con disfraces, pero dudo que sean como la de tu mundo.- respondió. Kolja le preguntó por como llegó él aquí, a lo que le contó su versión: -Bueno, yo en realidad era bastante feliz en mi mundo. La granja familiar y el ambiente era muy agradable y todos lo pasábamos bien; a pesar de ser sencilla era una vida que me gustaba. Aunque hace unas noches un sacerdote de la Iglesia Espiritual con un incensario llegó a la granja y, como a ti, me empezó a hablar de Rocavarancolia, de que la Santa Acromía me había bendecido y que aquí podría desarrollar su toque y encontrar la respuesta a ciertas dudas que tengo sobre la Fe. Además me dijo que una vez terminara aquí podría volver a casa, así que creo que merece la pena alejarse de mi mundo si la Acromía así lo designa. La verdad es que ya les echo un poco de menos, y solo han pasado tres días. Y bueno, tan solo espero que lo que me hayan dicho sea cierto...- Por último añadió: -Lo siento por lo de tu familia. Espero que cuando vuelvas las cosas cambien un poco.-

A todo esto Chromsa seguía registrando y, ya al final de su charla, se fijó en unos escombros un poco más apartados. Le pareció ver algo bajo ellos, así que se acercó y, quitando algunos cascotes, encontró una pequeña bolsa que cogió con curiosidad. Era una bolsa de cuero un tanto sucio pero en buen estado y parecía tener algo escrito, o al menos esa es la sensación que le daba. -Oye Kolja, creo que he encontrado algo interesante.- dijo. Mientras tanto el ochrorio abrió la bolsa para ver si había algo dentro