El Pub Muerto

Dhelian pronto se unió al grupo de su cosecha presentándoles a Zmey, de quien el irrense no había oído hablar siquiera, pero lo saludó cortésmente, dándole su nombre.

No se le había escapado aquella bebida adornada con un ojo, algo que encontró tremendamente de mal gusto, pero no dijo nada. En vez de eso, cuando todos empezaron a pensar en pedir bebidas, él preguntó qué recomendaban. Se habría dejado llevar por la costumbre pidiendo alguna bebida energética, pero no podía desaprovechar una noche de consumiciones gratis no catando bebidas de otras culturas.

Al final fue una cerveza lo que acabó en su mano. Nunca había probado el alcohol y le aseguraron que aquella era suave, aunque amarga. Y cuando un irrense hablaba de bebidas amargas no se refería a algo como eso, por lo que el primer sorbo dejó a Kin con una cara mal disimulada de sorpresa y asco.
—Esto... ¿se olvidaron del azúcar o es así?


Los cuchitrileros llegaron un poco pasada la hora acordada, pero tampoco era tarde. Eran otro grupo numeroso que se sumó al que ya había en el pub y, al entrar, Gael silbó admirado.
—Nunca había visto este sitio tan a reventar... Normal, por otra parte —añadió después por lo bajo.

El fuego fatuo asistía en su forma expuesta gracias a poder sentirse seguro en el pub, por no hablar de lo incómodo que era cargar con un cuerpo mientras pretendía beber. Al entrar se elevó un poco por encima del gentío para ver quiénes habían aceptado la invitación, y se sorprendió con alguna que otra cara, pero en general estaban quienes esperaba ver.

Pasó de lado de los organizadores y los saludó agradeciendo la invitación fugazmente para no interrumpir sus conversaciones. Siguió hasta la barra atajando por el aire y pidió un cóctel que conocía de una visita anterior al local. Tras conseguir su bebida, y recordando gracias a Noel las formalidades, se acercó al grupo de novatos que seguía junto, probablemente aún un poco cohibidos. Conocía ya a unos cuantos, pero los modales eran los modales.
—Buenas, para los que no me conozcáis: mi nombre es Koval. Bienvenidos a la ciudad, aunque es un poco tarde para decir eso —dijo sonriendo.


Kin se limitaba a mirar al fuego fatuo, tras saludarlo con un movimiento de cabeza. No creía que la relación con los de la Brecha estuviese para tirar cohetes, pero parecía que se había equivocado «y además se han dejado al mostrenco en casa». Aunque debía admitir que tenía curiosidad por conocerlo.

Se llevó la cerveza a la boca para parecer ocupado e ignorar al mercenario, pero por algún motivo no apuntó bien, exactamente como si la precisión de sus brazos se hubiese ido al traste. Le fastidió más su torpeza que la mancha sobre el chaleco, de la que se deshizo en lo que tardó en conjurar un hechizo de limpieza. Para hacerlo le había cedido el vaso al primero que se había ofrecido a sujetarlo.

A Koval no le se había pasado por alto, como era obvio, y había centrado su atención en el raigaurum, que ahora estaba moviendo su mano derecha según el protocolo que había aprendido en su mundo para identificar averías.
—¿Falta de costumbre, verdad? —preguntó risueño—. Pues tened cuidado, que esto se sube y se ceba especialmente en los primerizos.
Kin querría estrangular al fuego fatuo para ahogar sus risas, pero no lo reflejó al exterior.
—No lo he escupido. Pero sí que sabe a mierda.
Y Koval volvió a reír. «Este viene ya puesto de su casa».

Nasher

Se había cansado de cegar a la gente con destellos y había vuelto a las vetas de luz azul eléctrico recorriéndole el cuerpo, también había optado por abrazar él al bicho.

-¿Conocerle? Qué va, pero lo he visto tan emocionado que me ha hecho gracia. Y así conozco gente nueva.- rió.

Zmey y Marsi

A todos les pareció bien buscar una mesa. La mayoría de los asistentes estaban o en la barra o de pie repartidos en grupos, así que no tuvieron muchos problemas en encontrar asiento para todos. Después de encontrar mesa, algunos fueron a por sus bebidas. Kin, por ejemplo, que volvió con una cerveza. Otros se quedaron por el momento a cuidar el fuerte.

Zmey vio llegar al grupo de mercenarios, que se acercó para saludar y presentarse. Ninguno de ellos lo reconoció, ni siquiera Giz, al que el piromante le dedicó una sonrisa y un comienzo de saludo que se quedó en nada. Sintió un pinchazo en el pecho. A su lado, Kin se quejaba del sabor de su bebida. Le entendía, a él tampoco le hacía mucha ilusión la cerveza.

-Hmmm, me han dicho que hay versiones de bebidas daelicianas aquí, podrías pedirte una.- comentó.

Lil' era un goloso, todas las bebidas que tomaba eran de un dulce empalagoso, algo que tampoco le gustaba especialmente a Zmey.

-<< Si quieres yo puedo acabarme esa>>- se ofreció Marsi. Así no tenía que ir hasta la barra a por una, algo que le daba un poco de vergüenza.

Atol

DL fue quien le dijo quién era el nuevo que saludaba a todo el mundo tan efusivamente, así que saludó también. Solo que a su manera. No dejaría que le tocara por muy novato que fuera.

—Pues encantado, Xalkoth. Ni se te oc... —pero por suerte, el clinger se alejó a por otra "presa". El helión resopló, divertido a medias, y miró a DL—. Me he venido con los enanos porque estuve todo el día trabajando, pero antes de la fiesta fui a Serpentaria a vestirme. ¡Ni loco me llevo mi ropa de fiesta a la herrería, chaval! —exclamó. Dio un último trago a su cerveza y fue a pedir otra, tostada. Al volver, bebió un poco y miró al foner con curiosidad—. Oye ¿en tu mundo teníais cerveza o alguna bebida parecida? ¿Sabes si eso que estás bebiendo es de aquí?


Alice
Hechas las presentaciones con Zmey, el grupo de la bruja buscó una mesa y empezaron a pedir bebidas. Alice lo tenía claro: ¡cerveza gratis! Ni se inmutó por la diversidad casi grimosa de copas que servían en la barra mientras esperaba. Y, por fin, le pusieron una buena jarra de algo que, según había pedido, debía ser cerveza negra. Luego corrió junto a su grupo y se sentó.

—Es así, sí —respondió entre risas a Kin—. En la Tierra habría más de mil tipos y todas saben distinto. ¡En mi tierra teníamos una con choco! Por otro lado, a saber qué lleva esto... —murmuró al fijarse mejor en el líquido oscuro—. Por lo menos huele bien... —arrugó la nariz y dio un trago. Y otro—. Pues está rica, pero está muy fuerte... ¿Creéis que habrá algo para picar...? Anda, ¡hola! —se interrumpió cuando apareció Koval, y acompañó el saludo con un gesto de la mano.

De alguna forma el irrense se había echado encima parte de su bebida, por lo que la bruja murmuró un "ay". Pero un hechicillo y listo, la ropa como nueva.

—Hacedle caso. Yo creo que con esta tengo para largo, largo. ¿Alguien trajo cartas? No sé si tenéis en vuestros mundos, ahora que caigo... —ladeó la cabeza hacia su hombro derecho y miró a la sombra—. Quiero un as de picas, escorpioncito mío.

Puso cara de pretender negarse pero al final tuvo que hacerlo. Bajó del hombro, se colocó al lado de la jarra y se contorsionó hasta adoptar la forma de la carta especificada. Al ser entera de sombra, los dibujos eran espacios en "blanco", delineados solamente. No habría colores, eso sí.

—¿Y si os explico un juego y probamos?

En cuanto dijo eso, una sombra asomó por debajo del escote. A la vez, otra se empezó a formar desde el pelo, donde había permanecido hasta entonces. Pero la neblina que dejaron a su paso daba entender que había más. Y, como no, se quejaron, pero en su idioma.

—¿Para esto nos has traído?
—Aceptamos hacer de segunda piel para protegerte, no para usarnos así.
—Id saliendo. Ya sabéis cuántas cartas hay en la baraja. ¡Formad! Les he ido enseñando estos días —añadió con una sonrisa, orgullosa.

Dicho y hecho. De cada pliegue, de cada borde, de cada prenda, de las medias, el top, las botas... empezaron a salir sombras. Primero salían aplastadas, bastante comprimidas, como hilos, hasta que llegaban a la mesa y adoptaban la forma de cartas. Mientras, la bruja empezó a explicar un juego a la par que enseñaba las "cartas" y exponía su valor.

—Y si no os gusta, una de dos: o tenéis un juego más sencillo o que os guste mejor o no jugamos con esto, como queráis —dijo al final.


Jack

El vampiro había llegado más tarde del inicio de la fiesta. Había adelantado su turno en la Bodega y lo había dejado todo planificado para que pudieran prescindir de él. Aun así, no por mucho tiempo, por lo que volvería al cabo de un par de horas. Eso sí, aunque fuera poco rato, no había escatimado en preparaciones de ropa: llevaba un chaleco rojinegro con detalles vegetales, un colgante que había contrastado que era de una saga o juego de vampiros terrícolas, pero la cosa es que los terrícolas podrían reconocerlo, unos zapatos de piel y unos pantalones negros. En la camisa bajo el chaleco se entreveía el reloj de bolsillo con su cadenilla negra. Y su bastón-sable.

Cuando llegó a la barra, le ofrecieron su usual reservado, pero aclaró que venía con el grupo de la fiesta y se pidió una copa de sangre en forma de pequeña calavera abierta por arriba, y luego se dio una vuelta por los grupos para ir identificando y quedarse con las caras. Aquello estaba lleno de novatos, conocidos y no conocidos... Y olores familiares que hacía tiempo no percibía. Venían del grupo de la onycemante, de hecho, pero no identificó qué o quién podía ser.

—¿Cartas? Creo que en la barra podéis pedir, seguro que es más legal que jugar con tus marionetillas —dijo al fijarse en las onyces—. Para quien no me conozca: soy Jack, vampiro.
—Ah, ¡hola! Hum... Vale, me acerco a preguntar... La cruz me suena... ¡Vampiro! ¿Aquí lo conocéis?
—Me enteré hace poco de que eso existía y me gustó. Bueno, pasadlo bien —y se fue a buscar a los suyos, no sin antes mirar de vuelta y con curiosidad al grupo.

—¡Igualmente! Ese cabrón está forrado; menuda ropa lleva. Algún día tendremos ese dinero... Pero bueno, ¿voy a por las cartas? ¿Alguien quiere que le traiga algo más de beber? —ofreció, solícita, mientras se incorporaba.

Vacuum:
El griego siguió a sus amigos al interior del Pub entre risas, importándole bien poco atrear las miradas inquisitivas de los parroquianos habituales. Ya conocía aquel sitió y solía ir por razones de trabajo, pero no era su local favorito y la decoración era demasiado "excéntrica" para su gusto. Aun así tenía amistades entre el personal.
—Yo soy Vac —se presentó a los asistentes alzando la mano tras los cuchitrileros, obviando su transformación y acercándose a la barra a por una buena copa de licor de Muertos en Vida—. ¿Qué tal va la noche? —le preguntó a la camarera con una amplia sonrisa, guiñándole un ojo con picardía y conversando un rato con ella antes de regresar con los demás para dejarla trabajar.

El hado había planeado algo para aquella noche y estaba compinchado con Mikk, la camarera y el pianista del local, pero todavía no había puesto al tanto a sus amigos. Ya iba siendo hora.
—A esta fiesta le falta algo de música, ¿no crees Noel? —le preguntó a su hermano con una sonrisa maliciosa, palmeando su espalda con naturalidad. Si el draco miraba por encima de su hombro vería un bulto conocido bajo una sabana sobre la tarima que hacía las veces de escenario—. Sería genial que Mikk se dejara caer...

Saren:
El selkie alzó la copa cuando Bran propuso el brindis, dando después un largo trago que le provocó un violento ataque de tos. Sin duda era la bebida mas fuerte del local.
—Yo tampoco me lo esperaba —respondió al comentario de DL con voz ronca, tamborileando con los dedos sobre la barra con aire distraído—. Pero si, será mejor que hagamos como que esa conversación nunca paso. Aún no tengo muy claro como dirigirme a él... —comentó con desgana, dividido entre las ganas de acercarse a darle un abrazo o quedarse allí y emborracharse. La segunda opción ganaba puntos poco a poco.

Cuando vio entrar a los de la Brecha les saludó con una sonrisa desde su sitio, dejándoles intimidad para que se acostumbraran al ambiente antes de acercarse a hablar con ellos. Saren no sabía que hacer mientras tanto, pues aunque sus compañeros estaban junto a él ya se habían enfrascado en sus propias conversaciones. Solo le restaba observar en silencio, pero eso se le daba mal.
—Pídele uno de sus abrazos especiales, Bastel —comentó cuando el clinger se acercó, ocultando una sonrisa en su copa—, seguro que Xalkoth está encantado de dártelo. No tienen desperdicio, te lo aseguroo —aclaró el norteño.

Keiria:
Kei se había sentado a la mesa a pensar que pedir mientras algunos de sus compañeros se acercaban a la barra, mas decididos. Lo cierto es que ella no había bebido nunca, mas allá de algo de vino en una comida con su padre, por lo que no tenía mucha experiencia en esos temas.
—Yo soy Keiria, encantada —saludó al amigo de Dhelian con una sonrisa pícara, prestando atención a raigaurum cuando fue a catar su cerveza. El pequeño accidente la hizo reír, muy a su pesar, y no pudo evitar soltar un comentario travieso—. No se a ti, pero a ella tu si que le has gustado, Kin —dijo, sosteniéndole solicita la jarra mientras se limpiaba.

La ulterana aprovechó ese lapsus de tiempo para probar la bebida del irrense, que resultó ser de su agrado, pero en cuanto Marsi sugirió que se la podía beber, la pelirroja se la tendió con una sonrisa y anunció que iba a pedir algo.
—¿Queréis que os traiga alguna cosa? —preguntó antes de acercarse a la barra, donde saludo a Saren mientras atendían su pedido. Regresó a la mesa al poco tiempo, con lo de los demás y una jarra de cerveza tostada para ella.

Saludó cordialmente a Jack cuando se pasó, y cuando Alice sugirió echar una partida a algún juego de cartas la muchacha no dudó en apuntarse.
—¿Como se juega? —preguntó con una sonrisa inocente, planeando ya la forma de ganar sin demasiado esfuerzo. Aquella era una buena oportunidad para probar su habilidad de ilusión.

Krono Rádem

Archime empezaba a ponerse visiblemente nervioso. Cada vez aquel local se abarrotaba más y el biomecánico se encontraba como pez fuera del agua en un ambiente desconocido como aquel. Vio que todo el mundo se acercó a la barra a pedir alguna bebida, y captó de las conversaciones a su alrededor que allí se servían bebidas alcohólicas como si se tratase de algo completamente normal. Se fijó en la escena protagonizada por Xalkoth y el asreniano de la sede y decidió acercarse para evitar que la plaga cometiese alguna catástrofe.
—Xalkoth, recuerda que debes controlar tu producción de toxinas antes de establecer contacto físico con alguien —le advirtió.

Mientras Kin conversaba con el grupo de mercenarios, el kairós se acercó vacilante a la barra. Sentía auténtica curiosidad por aquellas bebidas y, ya que al parecer uno de los propósitos de la reunión en aquel local era ingerirlas, llegó a la conclusión de que lo mejor sería que siguiese la corriente a sus compañeros.
—Quisiera… —llamó la atención de la camarera, rascándose la nuca con nerviosismo—. Lo mismo que ha pedido el demonio raigaurum —añadió finalmente, optando por la salida fácil.

Al poco rato, el ingeniero se reunió con el grupo con un vaso en la mano, el cual miraba fijamente mientras el olor a aquella disolución le inundaba las fosas nasales. Alice había comenzado a explicar acerca de un juego de cartas y observó con interés cómo formaba los elementos del juego mediante el uso de su dominio. Sin saber qué otra cosa hacer, y todavía dubitativo acerca de la bebida, se quedó para escuchar la explicación que la onycemante les iba a dar al respecto, aunque era improbable que jugase.


Noel

Saludó a Shizel cuando este se acercó al grupo, pero visto que parecía querer hablar específicamente con Giz se desentendió de la conversación entre ambos para asistir con diversión al intercambio de impresiones acerca de la cerveza entre Kin y Gael. No comentó nada al respecto y se limitó a vaciar su cuerno hasta la mitad de un trago. Poco le faltó para atragantarse justo antes de retirar el recipiente de su boca cuando lo que podía calificar literalmente de “aparición” se dejó ver detrás del goliat. El sueco esbozó una sonrisa contenida, preguntándose si cierto incidente de bebida derramada había tenido que ver con la presencia del repoblador.
<<Tened cuidado, tenemos un poltergeist>> les comunicó imprimiendo cierto sarcasmo en su mensaje al resto del grupo.

Vac llamó su atención palmeando su hombro y preguntándole acerca de la música del local, a lo que estaba a punto de responder que para eso habían llevado Nasher y Jau aquellos discos, cuando vio cierta forma familiar sobre el escenario que había pasado completamente por alto hasta el momento. Hiló en su cabeza los comentarios de su hermano con lo que era evidentemente una batería cubierta y frunció el ceño, incapaz de creer lo que el hado parecía estar sugiriendo.
—Vac… Dime que esa batería no es la que creo que es —le dijo fulminándolo con la mirada—. No se te habrá ocurrido, ¿verdad?
Su tono era de incredulidad, reproche y en general parecía transmitir un “¿has perdido el juicio?” todo al mismo tiempo. A continuación contempló su cuerno medio vacío. Probablemente, dependiendo de la respuesta que le diese su hermano, a aquella cerveza le quedaban dos telediarios.

Se le escapó una sonrisa al ver a Tap; la disimuló haciendo un brindis en esa dirección como si acabara de ver a alguien saludándole desde allí. Si no había anunciado su presencia no sería Shizel quien le arruinara la sorpresa.

—Me preguntaba qué clase de credenciales tuviste que presentar para que te emplearan allí —contestó a Giz, yendo directamente al grano—. Ser genetista probablemente sea muy diferente a lo que yo busco... pero me vendría bien el consejo de alguien con experiencia.

Miró brevemente a la entrada, sobresaltado ante la aparente multitud que parecía haber entrado a la vez. Sin embargo solo vio a un ochrorio al que ya había visto por la Sede, y reconoció con retraso al ominario y a su voz múltiple. Repuesto del susto y una vez saludado desde aquella distancia, correspondió al abrazo de Vivia.
—Gracias a vosotros por venir —le recordó. Un nuevo destello en la entrada le informó de la presencia de Nasher. La fiesta se estaba llenando rápido, y no bastaba un simple vistazo para ver si faltaba alguien.

Vacuum:
Vac sonrió divertido ante las palabras de su hermano, fingiendo inocencia mientras daba un trago a su copa. Se le hacía ocurrido engatusar al draco para que tocara en público hacía poco, y aquella fiesta había resultado ser el escenario perfecto. Mikk ya sabía que Noel estaba aprendiendo a tocar la batería, y cuando le había comentado su idea no había dudado en apuntarse. Convencer a la camarera y al pianista del pub no fue difícil, puesto que los conocía de antes, y habían preparado un repertorio que el griego estaba seguro de que el sueco conocía. Solo quedaba esperar la llegada del hipnotizador.
—Ya va siendo hora de que enseñes que has aprendido, ¿no crees? —respondió a su pregunta, riendo cuando apuró su cerveza de un largo trago—. Vamos, será divertido, y te conoces las canciones que vamos a tocar de memoria —le aseguró, pidiendo ayuda a Wen con la mirada.

Mientras esperaba la respuesta de Noel, el hado pasó la mirada por el local buscando caras conocidas entre los mas novatos. No los conocía a todos, pero había oído de algunos que le inspiraban curiosidad. «Estaría bien charlar con ellos», pensó distraído, guiñándole un ojo a Zmey cuando sus miradas se cruzaron. Recordaba su última visita al burdel.

—Eso suena bastante bien, aunque solo por añadir el detalle de las versiones —le contestó Kin a Zmey cuando sugirió un cambio de bebida. Le tendió la cerveza a la dullahan en cuanto sugirió que podía beberla ella—. No sé qué le ves, pero toda tuya —le dijo con una media sonrisa.


Mientras el raigaurum regresaba a la barra junto a Keiria para poder pedir consejo a la camarera, Gael escuchó que los novatos se proponían jugar a las cartas. La bruja de las onyces le parecía una chica divertida.
—Suerte en la partida. Si en algún momento os faltan jugadores dadme un aviso, hace como milenios que no juego a algo con cartas —dijo el fuego fatuo a los novatos jovialmente. No quería presionarlos a inckuirle aunque le apeteciese jugar, así que lo dejó ahí por el momento. «Deberíamos comprarnos una baraja para el cuchitril, para jugar en las sobremesas» pensó. Se colocó junto a sus amigos justo cuando aparecía Jack, tan arreglado para la fiesta que se le escapó por lo bajo que alguien debía de haberle dicho por error que era un evento de etiqueta.
—¿Así que un poltergeist, eh? Esto va a ser divertido… —comentó por lo bajo al quedar al lado de Noel.


Kin volvía a la mesa entonces con una bebida colorida entre manos. Se habían cruzado con Alice, que les había dicho que iba a por cartas. El irrense no tenía problema en aprender otro juego nuevo, y se sentó en la mesa a esperar a la onycemante. Entre tanto le dio un sorbito a su bebida. Era fuerte, de un dulzor que picaba en la garganta y hacía que el alcohol fuese lo de menos. No se podía decir que le gustase, pero al menos se veía capaz de seguir bebiéndola. Se fijó en que Archi aún llevaba la misma cerveza, a la que no parecía faltarle ni un trago.
—¿Quieres probar esto? Está un poco mejor.


Gael entre tanto asistía a la revelación de Vac acerca de quiénes iban a tocar música aquella noche. Soltó un “oooh” e inmediatamente le dio una palmada a Noel en la espalda, mientras se ensanchaba su sonrisa.
—¡Vamos, anímate! No es un evento profesional, y doy fe de lo muchísimo que has mejorado últimamente. —Le hacía mucha ilusión ver a sus amigos en el escenario, y no quería que el draco perdiese aquella oportunidad.

Dédalo

El cambiante se echó a reir al ver como Skarog nada mass saber quien era Xalkoth intentaba asegurarse que no se acercara, era la reaccion habitual. Saludó con un gesto a Nasher al velro entrar, extrañado al ver que con el entraban tambien algunos del burdel, noc reia que fuerana  reconocerlo entre el tiempo que no los veia y que ahora era muy verde..

-Bienvenidos, tomad lo que querias -dijo dirigiendose al grupo del burdel antes de que se disperdigaran, viendo a Vivia lanzarse sobre Shizel y causandole gracia la escena.

Skarog recupero su atencion con su pregunta al señalar su bebida. Le intereso un poco, pues no solian hacerle muchas preguntas de su mundo de origen, dado que dijera lo que dijera, no iban a porer comprobarlo de primera mano. Aun asi le gustaba hablar de el de vez en cuando.

- Claro que teniamos. Vivir en FONERA sin algo con lo que relajarse era un suplicio -comento DL divertidamente recodando- También teniamos algo similar al vodka aunque mas fuerte, bastante fuerte en realidad -respondió encogiendose de hombros con un poco de humor- Para colocarse ya estaban las setas, que a la mínima tenías alucinaciones como te pasaras. RR tuvo uno de estos casos en la cosecha y fue un curioso espectaculo -añadió observandolo, bebiendo un trago de su bebida y observando esta tras escuchar su pregunta- Debe ser de la pocas que les quedan ya, el último suministro que lograron traer supongo. Echale un trago, no es la mejor pero tampoco es de las peores en sabor y es de las que te queda el gusto un buen rato. - añadio extendiendosela al helión para que la probara al tiempo que el mismo preguntaba.

-¿Y en libo, que? ¿Algo que puedas recomendar? Aun no fuí asi que no tengo mucha idea -pregunto interesado pues el no habia ido aun a libo pesar de ser un mundo abierto a la presencia rocavarancolesa

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Dhelian

La copa que le habia recomendado Zmey estaba bastante dulce y eso le encantaba. No tardaron en encontrar un lugar donde sentarse cuando Alice comento la posibildiad de juagr alas cartas usando sus onyces y Dhelian decidio apuntarse al juego. Jack apareció en ese momento diciendole que en la barra deberia tener una baraja.

Viendo si la humana llegaba, vio mas gente entrar en el pub y solto una suave risita, picando con un dedo el brazo de Zmey al reconocer a la gente del burdel.

-Zmey, mira quien llegó -dijo sonriendo con una fal inocencia, apuntando con su dedito hacia donde estaba Ariven, que habia venido con Jau y Vivia a los que saludo con una enorme sonrisa. El liantropo ya no le intimidaba tanto desde que habia ido varias veces al burdel para entrenar con Sobras y habia llegado a conocer a Vivia también asi un poco. Seguian poniendole nerviosos la gente del burdel, aunque no era miedo ni nada sino el peculiar nervios vergonzoso que tendría cualqueir crio en un lugar asi.

-Hay bastante gente que conozco aqui, aunque sea poquito, es curioso que todos se conozcan a su vez entre si. Es como una enorme familia de monstruos -dijó Dhelian curioso, haciendo tiempo mientras Alice volvia.

Atol
—Ajá. ¡Pues claro que tenemos! Hay vinos, licores, cerveza... Te puedo recomendar un licor de grosella bastante rico, aunque no sé si lo tendrán aquí. ¿Ves a ese chalado que parece que va a visitar al rey? Tiene una Bodega cerca del Burdel, por si te apetece hacer ruta entre los garitos, la Taberna, este Pub y su local. Eso  sí, te mete puñaladas por cada copita.

Se acabó la jarra y fue a por otra bebida, pero esa vez pidió alguna cerveza foner y de sabor fuerte. Por una noche se podía permitir un pequeño lujo. Cuando volvió, entrechocó su jarra sin avisar con la bebida de DL y brindó, sin avisar también.

—¡Por los colegas! Más te vale que esta cerveza de FONERA esté rica o te haré tan intangible que desaparecerás —bramó a carcajadas. Se le estaba subiendo un poquito tantas jarras.


Jack
Jack, terminada su vuelta de reconocimiento y con una segunda copa, localizó a tres de los cuchitrileros y se acercó. Justo escuchó a Gael decir algunas cosas que no le costó mucho interpretar: alguien había dejado instrumentos en el sitio para ello. Así que se acercó por detrás y agarró por los hombros a Noel y Vac.

—Espera, espera, ¿qué es eso que oigo? —inquirió desde detrás—. ¿Vais a tocar? Con la noche espléndida que hace no se me ocurre otra forma de mejorarla... O empeorarla, según se mire... Pero tocad. ¡Tocad y que llueva como nunca, haced al cielo llorar!


Alice
La bruja, por su parte, consiguió una baraja un poco tétrica. En la barra también le habían dado un cuenco con algo que, supuestamente, eran "palitos de carne de esa que rebozáis en la Tierra", pero Alice no recordaba que esos "palitos" tuvieran uñas. Pero claro, no entraba en la invitación y los encargados lo sabían, así que todo quedó en una broma que la bruja se tomó bastante bien aún a sabiendas de que se habían reído de su reacción (y seguramente también de no poder pagarlo). Pero había conseguido la baraja. Así que volvió a su mesa. Pero no se sentó aún.

—¡Ya estoy! Onyces, ¡romped filas!

Las sombras rompieron filas", es decir, abandonaron la forma de cartas tan rápido como si un huracán hubiera pasado por la mesa, y a la misma velocidad se escurrieron por entre la ropa y el pelo de la bruja. Solo una se quedó fuera y adoptó la forma de una araña, pero las de patas largas, y se quedó en el hombro. Ahora sí pudo sentarse.

—Bueno, vamos a jugar a póker. Se juega apostando cosas y quienes pierdan se tienen que quitar una prenda —y les miró seriamente mientras barajaba las cartas, pero acabó riéndose—. Pero mejor otro día. Unos turistas que conocí en casa me enseñaron uno bastante sencillo. Va de engañar a los demás. Se reparten las cartas y quien empiece tiene que decir "echo tal número tantas veces", y echará tantas cartas como quiera. Ejemplo: yo echo dos cincos —y puso dos cartas bocabajo en el centro de la mesa—. Ahora el siguiente tendría que pensar "¿realmente ha echado dos cincos?" Si se lo cree, tiene que echar tantas cartas como quiera pero con la misma cifra, es decir, el cinco. Si no se lo cree, levantará mis cartas y se descubrirá la verdad —dicho eso, levantó sus cartas—. Soy una mentiorsilla... Un uno y un cinco. Como no es cierto lo que dije, me quedo las cartas. Si hubiera sido cierto, se las queda la persona desconfiada. Gana quien se quede sin cartas. ¿Jugamos? —inquirió con una ceja levantada, las manos barajando mientras tanto. No había echado de menos jugar a las cartas hasta ese momento.

Eso sí, cuando los vio, quitó los comodines y murmuró "con estos no".

Enredo:

El brujo dejó en paz a los novatos y se dedicó a beber, quería abordar a Shiz en cuanto terminase de hablar con el genemante. Quería darle una noticia.

Surásara:

Sura siguió a sus amigos hasta una mesa y puso los ojos en blanco cuando Alice se negó a aceptar dinero para pedir comida. La naga se levantó del banco y se acercó a la barra. Durante el camino se fijó en un tío que le llamó la atención de forma posivita, un chico con el pelo naranja y negro. Se propuso conocerlo un poco más tarde.

-Oye guapa - dijo dirigiéndose a la ghoul.- Quiero que me pongas algo para picar a esa mesa, algo comestible por el común de los mortales y también algo rico para un ghoul ¿quieres? - la naga sacó su monedero y depositó unas cuantas monedas sobre la barra.- Tráenoslo ¿vale? - le pidió con un guiño.

La ulterana volvió a su asiento y escuchó el juego de Alice.

-Parece interesante, podemos echar una partida - poco después llegó la camarera con las cosas, dejó platos con cosas que tenían bastante buena pinta y a Dhelian le entregó un cuenco con algo que Sura desearía no haber olido, y con un ligero rubor en las mejillas. En cuanto se fue la camarera Sura miró al brujo con una sonrisa pícara.- Creo que le gustas.

Kud

El vánara se adentró escaleras abajo en aquello que podria haber clasificado como "un antro de mala muerte". El aire ajetreado,  las risas y el ruido de lo que sr habia imaginado que era una taberna para monstruos habia sido sustituida por una presencia (y olor ominioso) del cual el ruso no podia apartar de su mente.

Tenia la cabeza y hombros recubiertos por un polvo fino, de uno de los encargos de Dama Urticaria y justo habia salido de trabajar. Poniendose de puntillas, el ruso intento localizar a los suyos mientras distraidamente se acercaba hacia la barra.

Inclinandose sobre esta y con una sonrisa de interesante, se dirigió a la camarera, de espaldas.
-Cariño, aquí,  me pones un aguita en cuanto puedas, ¿quieres?-dijo con voz aterciopelada en su mejor imitacion de Humpfrey Boggart.

La camarera entonces se giró y Kud estuvo apunto de poner el grito en el cielo al contemplar la piel podrida de esta.

>> ¡Kebab añejo!

-P-Perdona, no te vi por detrás detrás...-dijo muy avergonzado por su reacción.-U-Un aguita, p-por favor...-

Se tapo la cara con las manos. Había empezado con buen pie. La camarera no tardó en ponerle un simple vaso de agua. Y Kud lo inspeccionó unos segundos. Parecia limpio, pero no olia a alcohol. Si acaso podia pasar por ser agua del grifo. Se hundió de hombros y de un trago se bebió el vaso.
Al segundo, lo escupió al suelo.
-¡Esto es agua!-Exclamó.

Llamó la atención a la camarera y le explico que de donde venia, pedir "un aguita" equivalia a un chupito de Vodka y no a un vaso de agua. Sin darle más importancia, el vánara pidio Vodka y esperó a que esta le sirviera. De un trago, descendió el aguardiene por su garganta y, con una carcajada, el humano se sintio mucho más comodo en aquel lugar tan tetrico.

Tania

Habia decidido acompañar a los cuchitrileros a aquella fiesta. Ultimamente su humor no estaba de buenas, pero hacia lo que podia por ocultarlo. Pensaba que saliendo a hacer algo la distraeria, pero la verdad se podria decir que se estaba aburriendo.
Con un coctel en la mano y la mirada distante, la nublina siguió al grupo de cuchitrileros en silencio, no sintiendose capaz de aportar nada a la conversación.


Toima

Habia seguido al grupo de lejos, refunfuñando. No solo se iban con los condenados novatos, sino que además estos habian invitado a más novatos a bebidas gratis en una especie de antro que parecia un cementerio primero y luego otra cosa. La parte de bebidas gratis le enfurecia lo que más. A el nadie le habia ofrecido nada cuando llego la ciudad. Si acaso, lo que le habian hecho a primeras fue reducirle contra el asfalto de Letargo. No era muy dado a recordar cosas en el pasado, pero la noche de su transformación nunca se olvidaba.
La nostalgia no contuvo su ira por mucho, pues empezó a grindar los dientes.
A medida que pasaba el tiempo, lamentaba no estar ahí abajo intentandoselo pasar bien, a pesar de estar rodeado de traicioneros novatos. Mataria por beber algo.
Una pequeña figura de barro con chapeâu y bombín se habia estado acercando casualmente hacia el, intentando ser sigiloso, pero los ojos del ulterano habian dado buena cuenta de el.
-No veas el mal humor que tengo ahora mismo, mierdecilla, asi que más vale que te largues por donde has venido.-

La figurilla de barro, que no deberia ser más grande que un chihuahua en su mejor día, se sobresaltó, genuinamente creia que estaba siendo sigiloso.
-¡O-Oh lo siento, gran señor!-dijo haciendo una reverencia. Parecia antropomorico, como un muñeco, pero el barro deslizandose por su superficie le daban más pinta de ser una babosa.-Mi nombre no es relevante, pero vengo representando al gran maestro de barricas, mi amo, el señor Uda Aramitrica.-
Los ojos del ulterano se impacientaron, mientras el mismo comenzaba una cuenta regresiva para mandar a la figurilla de barro al quinto pino de un buen merecido patadón.
-Mi señor Uda está buscando expandir mercado y, le esta costando por inumerables razones, asi que su suprema estrategia comercial ha resultado ser dar muestras gratis a viandantes como usted que parecen sedientos por algo nuevo. Literalmente.-su chillona voz le molestaba y le hacia desconfiable casi al instante. Toima se habria preparado para darla patada que pensaba darle, de no ser que, por magia, se sacó de una pequeñita bolsa un botellín tan grande como era el mismo y lo depositó al lado de Toima con cuidado. Lo primero que hizo Toima fue retroceder de su asiento para alejarse de aquel botellín, su pelo tensandose con las cuchillas que en el anidaban.
-¿Que se supone que es esto?-demandó, irritado.

-¡Vaya, pues su muestra gratuita del último destile del Maestre de barricas, Aramitrica!-exclamó la figurilla abriendo sus brazos embarronados con alegria.

Toima contempló la botella de arriba y abajo. No parecia haber ni truco ni trampa, magica o fisica. Solo quedaba los contenidos de la misma. Podia ser ácido.
-Por favor, adelante.-le invitó la figurilla.
-¡Que te calles!-exclamó el watahre para acallar la chillona voz del ser. Tenia que encontrar la trampa. Porque habia una.
-Ahh si... suele ser común que se sospeche del gran maestro Uda, tantos años trabajando a la sombra de otros falsos genios de la barrica. ¡Pero ya no más! ¡Ahora Uda tiene su propia marca!-
Toima le gruñó como un animal salvaje mientras cogia la botella y la alzaba en el aire. Iba a ser con la abertura de la chapa, supuso. Ahí estaria el truco, accionado por algo, estaba seguro.

-Por favor, tomese la libertad de abrir la botella y bañarse en su fuerte aroma. Quizas entonces sea lo valiente para probar la maestria de Uda...-siguió picando la figurilla.

Si era alcohol, queria probarlo. Pero no se fiaba, ni un pelo. Tenia que ser el tapón. Toima, veloz, sacó uno de sus cuchillos más afilados y con un movimiento seco pero preciso, cortó el cuello de la botella sin tocar el tapón y se puso a cubierto, esperando una explosión que no ocurrió.
-Adelante señor, no se pierda su esencia.-
-¡Callate, coño!-le gritó de vuelta.-¿¡Quieres que lo huela!? ¡Pues lo huelo y te largas!-

Se trajó la botella para si y captó algo del olor que salia de la botella. No podia sino describirlo como apetecible. Olia a algo que nunca antes habia olido, pero que sabia que iba a ser genial, como si se lo dijera un presentimiento en vez de su nariz. Aquello era justo lo que necesitaba en aquellos momentos para aquella velada. Aquella bebida parecia fuerte, lo suficiente para emborracharse, aunque fuera un poco. Aquello haria la velada mucho más agradable. Pero no se terminaba de fiar.
Arrugó la nariz y comenzo a explorar el area. Debajo de una piedra encontró una cucaracha intentando escapar y atrapandola con una mano, la dejó sobre una piedra y virtió parte de aquel liquido sobre el insecto quien, por unos segundos parecia que se habia quedado paralizada, pero luego volvio a andar con normalidad, como lo haria una cucaracha.

-¿Lo ve? Un cliente bueno no desperdiciaria semejante bebida sobre una mera...-
-¿Quieres que te parta la cara? Porque así es como consigues que te parta la cara.-le amenazó Toima una última vez, silenciandole. Miró al botellín. No sabia que podia ser. Pero habia probado de todo y no encontraba nada malo con aquello. Y bueno, se merecia un golpe de suerte, despues de tanta mierda y tanta sensación de vacio. Sin contar que no tenia dinero y cualquier cosa gratis era más interesante por serlo.
Suspiró y le dió un trago. Sus ojos se volvieron locos con aquel sabor. No podia serlo. Sabia a cielo, si el cielo fuese hecho de cerveza, licores, lagartos, domingos de siesta sobre hamacas y una fiesta en una piscina de cerveza llena de sus mejores amigos.
-W-Wow...-dió otro trago. La sensación volvió de nuevo. Una sonrisa tonta apareció en la cara del argos.-¿Q-Que es esto? ¿Con que esta hecho, bichejo?-

La figurilla de barro soltó una carcajada.
-¡Creo que tenemos otro futuro cliente por aqui! Mientras que la receta es secreta, puedo decirle que el nombre de esta bebida es Luz de Luna, y que muy pronto estará en todas las tabernas y, si le interesa, puede hacer un encargo directamente al maestro y ahorrarse dinero.-
-Ok. Luz de Luna. Ok- Toima hablaba entre sorbos, colgado de la bebida.

-Y ahora, si no me necesita más, he de dar a conocer más muestras de esta maravilla de producto al resto de la ciudad.-

La figura se alejó, mucho más confiada de lo que vino y al torcer la esquina la chilona voz cacareó con risas.
-Otro idiota que pica...-

Mientras Toima disfrutaba de la bebida, la cucaracha, no muy lejos de ahí, mordia una roca empapada con frenesí.


Kudryavka


-Ooooooeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeyyyyyyyyyyyyyyy-exclamó el vánara cuando vio a sus compañeros de cosecha reunidos. Llevaba chupitos cargados de Vodka hasta arriba entre cada uno de sus dedos (pies inclusives), cola, cabeza y hombros. Depositando los chupitos con frenesí, les tendió uno a cada uno de sus compañeros y sujetando el suyo propio, brindó con cada uno personalmente con una carcajada.-¡Me encanta la barra libre, chavales!-

- ¡Oh! ¿No?- le dijo a Ariven cuando le comentó que para espantar a la gente no necesitaba enfurruñarse-. Qué pena, es mi especialidad- bromeó sonriendo levemente y dándole un trago a su bebida-. ¡Y menos mal que es gratis!- exclamó-. Entre la reforma y lo que tengo que ahorrar, no se yo si podría haber pagado otra fiesta como la del año pasado. Y eso que para mi empezó de verdad cuando abandone la taberna- le dijo con una sonrisa picara recordando lo ocurrido aquel día.

Wen se entretuvo un rato hablando con Ariven, cuando el mensaje de Noel sobre el poltergeist le llegó a la mente y sonrió con sarcasmo. Quizás aquello podía animar un poco la fiesta. También se percató del intercambio entre Vac y el draco, por lo que se acercó para enterarse a qué se referían. Cuando se percató de la batería sobre el escenario y entendió las intenciones del hado a través de la mirada que le echó, la vouivre se giró hacia el draco.

- Si, Noel- le dijo al llegar a su lado-. Será divertido. No es justo para los demás que solo unos privilegiados te escuchen tocar la batería-. Cuando Jack intervino, Wen resopló sonoramente y le pegó un empujón para quitarlo de su sitio-. A este ni caso que seguro que no tiene ni idea de música-. La británica miró amenazadoramente al vampiro, trasmitiéndole con la mirada todo el sol al que le expondría si no se callaba-. Vamos, Noel, yo, al menos, quiero oíros tocar juntos.

Krono Rádem

Cuando Kin llegó para ofrecerle probar una bebida distinta, el biomecánico todavía se hallaba en proceso de mentalizarse para darle un trago a aquella que tenía en las manos. Se quedó mirando lo que el demonio raigaurum le ofrecía y decidió que no podía debatirse eternamente, por lo que emprendió la primera acción que le resultaba más lógica: probar lo que él mismo había pedido. El trago fue breve y apenas se podía considerar como tal, ya que mojar los labios le bastó para arrugar la expresión y parpadear cerrando los ojos con fuerza ante el sabor amargo. Alargó entonces su otra mano para sujetar la bebida que le había ofrecido el otro irrense y se la acercó a los labios también con cautela. Aunque era incluso más fuerte que la cerveza que había pedido, al menos el dulzor enmascaraba en cierta medida los sabores desagradables que se encontraban allí mezclados.
—Sí —le confirmó devolviéndole el vaso—. Supongo que pediré uno como ese. ¿Cómo se llama?
Al ingeniero no se le pasó por la cabeza que podía simplemente no beber, pero de haber escuchado como Dirke pedía un vaso de agua es posible que hubiera imitado al hombre árbol al comprobar que parecía ser aceptable. No obstante, no sabía qué hacer con su primera bebida y extendió el brazo izquierdo, con el que aún la sujetaba, mientras observaba a su alrededor.
>>¿A alguien le gusta esta bebida?


Noel

Una réplica acompañada de un gesto con la mano murió en su garganta cuando, por turnos, Jack y Mikk se acercaron a echarles los brazos sobre los hombros. Para el draco aquello era una encerrona con todas las de la ley, reforzada por el hecho de que no solo Vac había preparado premeditadamente lo necesario para que aceptase, sino porque tanto el vampiro como Gael y Wen su subieron al carro consiguiendo que empezase a dudar de su convicción inicial de que no iba a hacerlo. El sueco les dedicó una mirada incrédula antes de dirigir su vista alternativamente hacia su batería en el escenario luego al cuerno de cerveza para proceder a vaciarlo un segundo después.
—Os odio por ponérmelo tan difícil para negarme —les comunicó en tono neutro, aunque una leve sonrisa asomaba por una de sus comisuras—. Muy bien, cuanto antes empecemos antes acabaremos —se dirigió hacia el hado infernal y el brujo haciendo un gesto para invitarles a que fuesen delante de él.

De camino hacia el escenario, Noel se topó con el vacilante brazo de Krono Rádem con una cerveza al final de este.
—¿No vas a beberte eso?
Ante la negación por parte del irrense, el draco le comunicó que “ya se encargaba él” de la bebida y, una vez el kairós se la tendió, el sueco siguió su camino hasta colocarse tras su batería. Después de quitarle la funda que la cubría y sentarse tras ella, vació el vaso de cerveza que había pertenecido a Krono de un segundo trago largo y lo dejó en manos de la camarera.
>>No estoy tan borracho como me gustaría, pero ya estoy listo —le comunicó a Vac con sarcasmo.

Ramas

Dirke soltó una carcajada y se unió al abrazo.

—Pues vive en la sede —le explicó a la químera—. Lo recordarás de películas como "El terror de los árboles" o "Un martillo Pilón para Drácula" —ni Nasher ni Xalkoth tenían ni idea de quién era Troy McClure, ni la razón de ser de aquella referencia, pero al alemán no le importaba que la gente no pillara sus bromas—. Por cierto, Nasher, ¿quieres que gasto contigo mi copa gratis? Que yo solo bebo agua y se no aprovechará.

Se lo ofreció directamente a él porque sabía que Xalkoth tenía barra libre.



Malahierba

Tap por su parte había elegido a una nueva victima: el horaldo no sé qué. Lo recordaba de su incursión a Letargo, había sido de los que peor se había tomado su visita y, aunque el poltergeist no tenía especial ilusión por vengarse ni nada (le parecía una actitud muy tierna que se creyera capaz de matarle); sí que quería divertirse un poco a su costa.

Su objetivo se había dirigido a la barra a pedir una bebida y Malahierba aprovechó la ocasión y poseyó la bandeja de una camarera que cruzaba cerca. Apenas tuvo que inclinarla un poquitín para que la bebida de las copas siguiera su cauce hacia la túnica de aquel novato. Además, se aseguró de verter personalmente el líquido de uno de los vasos (ojo flotante incluído) sobre sus zapatos. <<Ahí, que cale, que cale>> pensaba alegremente.

Ninguno de los vasos se rompió. Tap quería divertirse sanamente, no quitarle el trabajo a las camareras.


Giz

—En mi caso, lo que hice fue aprovecharme de la situación actual del Reino. Todo lo que quedaba de genemagia en la ciudad era un puñado de libros imposibles de comprender por sí solos —comenzó a explicar el goliat al idrino—. A lo largo de la historia los genemantes habían trabajado activamente para el consejo y me aproveché de ese filón. A cambio de mis servicios, ellos me facilitaron la obtención de recursos. Ser el único estudioso de una disciplina es muy ventajoso —sonrió.

Además, Giz planeaba que esa situación se mantuviera así durante mucho tiempo. Estaba dispuesto a sabotear cualquier negocio que intentara hacerle la competencia.

>>¿Y qué es lo que tienes en mente? Si puede saberse, claro —la curiosiad le podía.

Vio de reojo cómo Noel y Vac subían al escenario y se le iluminó la cara. Aquello iba a ser divertido de ver.

Recordó algo justo después de darle la bienvenida a Vivia. Buscó a DL con la mirada y le descubrió mirando divertido en su dirección. Más tranquilo, Shizel siguió a lo suyo. Oyó la voz enérgica de Skarog y el cántico de algún novato por alguna parte y sonrió. La fiesta se estaba animando.

—Mmm —frunció el ceño, meditabundo. Aquélla era una buena respuesta, pero no traía buenas noticias para él. Giz había tenido suerte de dedicarse a una rama escasa de efectivos; hasta cierto punto Shizel también la había tenido en su anterior empleo. Pero no deseaba dedicarse a ello a largo plazo, y los conceptos con los que disfrutaba trabajando, y con los que había estado tejiendo ideas, no eran precisamente material de demanda en una ciudad rebosante de magia.

Por supuesto Giz preguntó al respecto, y el idrino bebió de su copa para ocultar su nerviosismo. Dicho en voz alta, fuera por fin de su cabeza, le sonaba vago y hasta algo ridículo.
—Hasta que no viajé a Libo no me di cuenta de hasta qué punto Rocavarancolia estaba conectada a otros mundos. Me preguntaba... Si tendrían necesidad de algún embajador, para negociar o simplemente hacer demostraciones de magia— "o amenazar, o cosas peores", añadió en su fuero interno. Sentía a su antiguo yo dolorosamente ingenuo al respecto de aquello: adentrarse diariamente en los recuerdos de Rocavarancolia había hecho mucho por eliminar de su mente la felicidad que daba la ignorancia.

Libo, Nubla, Frivowaldanny. Mundos sometidos o vinculados, y los que podrían estar por llegar, personas nuevas y formas nuevas de ver el mundo y la magia. Shizel no se sentía capaz de dedicarse a algo que requiriera alejarse del trato con la gente.

El escenario ahora estaba ocupado y el skrýmir se limitó a alzar una ceja, poniéndose cómodo cerca de la barra para poder asistir, aún al lado de Giz para seguir hablando. Vacuum había avisado a los organizadores de que era probable que sucediese aquello.