Cementerio
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Rocavarancolia Rol
25 participantes
- Rocavarancolia Rol
Cementerio
03/08/11, 10:54 am
Recuerdo del primer mensaje :
Situado en una hondonada a la que accede a través de ocho rampas. En el centro se alza majestuoso el panteón real, de planta pentagonal y coronado por una cúpula negra. A su alrededor, en los cuidados jardines, se alzan tumbas y obeliscos, fuentes y estatuas. Y en este paraíso resuenan sin descanso las voces de los muertos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Cementerio
21/11/11, 04:44 pm
Sintiendo todavía el nerviosismo a flor de piel trato de relajarme. Siloco afirma haber muerto de verdad. Entonces sí... la resurrección existe, claro, eso mismo es la nigromancia, solo que me parecía demasiado fantástico, cuentos en la tierra. El libro que he leído apenas es una introducción, algo como eso está y estará completamente fuera de mi alcance. Seguro. Mientras ellos intercambian palabras estoy pensativo y perplejo a la vez. Miro alternativamente a uno y a otro como si aquello fuese un partido de tenis donde se arrojes pelotas en forma de acusaciones y excusas, pero parecen no tomárselo demasiado en serio. No entiendo muy bien de lo que hablan, que si tuvo un problema con un espía y algo de un pavo. En una de esas Nihil se levanta y se hace con un bocadillo, que desaparece en un visto y no visto. Parpadeo asombrado al ver a qué velocidad se deshace de él. Su forma de comer llega incluso a asustarme. Y aun así algo dentro de mí sencillamente espera que haya comida suficiente para todos, una parte a la que la forma de ser de los prodigios de la luna, lejos de asustarle, le divierte.
Siloco se queja de su velocidad al comer y suelto una pequeña risita al oírlo. Pero de pronto escucho la voz de Siloco en el oído y la risa se me congela en la garganta. Lo miro interrogativo, pero el ya se ha ido hacia el mantel. Entonces muchas cosas que han dicho antes empiezan a cobrar sentido, aunque siga sin saber muy bien cómo murió. Bueno, eso ahora son cosas del pasado, no necesito saber detalles de la vida privada de nadie. Sin embargo, por algún motivo, vi a Siloco más humano que nunca en ese momento. Excentricidades con cadáveres aparte, me parece alguien en quien se puede confiar. Y además no puedo evitar el darle la razón.
Me acerco al mantel y levito a escasos centímetros del suelo cruzándome de piernas y alargo la mano hacia un bocadillo, dándole un bocado con ganas. Hacía rato que me moría de hambre. Había sido un día muy largo y completo, con ejercicio incluido. Me como la mitad del bocadillo en silencio, sin atreverme mucho a abrir la boca. Cuando me siento un poco más confiado miro a Nihil y trago el bocado que todavía estaba masticando.
-¿E... Um... En qué te convirtió a ti la Luna Roja? -pregunto con cautela mientras desvío un poco la mirada.
Siloco se queja de su velocidad al comer y suelto una pequeña risita al oírlo. Pero de pronto escucho la voz de Siloco en el oído y la risa se me congela en la garganta. Lo miro interrogativo, pero el ya se ha ido hacia el mantel. Entonces muchas cosas que han dicho antes empiezan a cobrar sentido, aunque siga sin saber muy bien cómo murió. Bueno, eso ahora son cosas del pasado, no necesito saber detalles de la vida privada de nadie. Sin embargo, por algún motivo, vi a Siloco más humano que nunca en ese momento. Excentricidades con cadáveres aparte, me parece alguien en quien se puede confiar. Y además no puedo evitar el darle la razón.
Me acerco al mantel y levito a escasos centímetros del suelo cruzándome de piernas y alargo la mano hacia un bocadillo, dándole un bocado con ganas. Hacía rato que me moría de hambre. Había sido un día muy largo y completo, con ejercicio incluido. Me como la mitad del bocadillo en silencio, sin atreverme mucho a abrir la boca. Cuando me siento un poco más confiado miro a Nihil y trago el bocado que todavía estaba masticando.
-¿E... Um... En qué te convirtió a ti la Luna Roja? -pregunto con cautela mientras desvío un poco la mirada.
- InvitadoInvitado
Re: Cementerio
21/11/11, 05:16 pm
Nihil le enseña los dientes a Siloco cuando este le da un manotazo al ir por el cuarto bocadillo pero desvía su atención hacia Gael. Tras escuchar su pregunta ladea la cabeza.
-Súcubo de las pesadillas... -respondió tras una larga pausa- Fabricante de horrores y viajera de mundos. Es una transformación rara de cojones, pero no me quejo- sonrió, alzó un brazo y una cuchilla emergió de su oscura piel- Y tiene algunos trucos útiles... - guardó la cuchilla y se llevó la mano al escote de forma distraída, pasando los dedos por las costuras de su herida- Tú eras un fuego fatuo, ¿verdad? Siloco me lo contó... Es una transformación curiosa, es la primera vez que veo a alguien como tú- inspeccionó mejor al chico con ojos golosos cargados de curiosidad. Nihil adoraba las cosas extrañas y únicas, era una coleccionista, pero sabía que el chico ahora era propiedad de Siloco... << Una lástima...>>
Siloco había encontrado un pájaro muerto y en apenas unos minutos le había dado la estabilidad necesaria para poder moverlo con soltura. El pájaro picoteaba migas de pan como si estuviese vivo todavía, y caminaba a saltitos por el mantel. Tenía las alas rotas, así que por el momento no podía hacerle volar.
-Ah!- exclamó de pronto recordando algo- Le dije al chico que podrías darle uno de esos espejos tuyos para poder comunicarse.
-¿Para eso me llamaste?- dijo Nihil con un puchero. Deshizo los nudos y abrió las costuras de la herida de su pecho, luego metió la mano entera sin miramientos y rebuscó en su interior. Sacó un espejo redondo que cabóa en la palma de su mano, lo limpió de la viscosa sustancia negra que brotaba de la herida mientras esta se cerraba y se lo entregó a Gael después de hacerle algunos ajustes- he metido la dirección de Siloco y la mía, estos son los símbolos que tienes que hacer para llamar.- le hizo una demostración de ambos y le dió uno toque en la frente al chico para asegurarse de que los iba a recordar.
En el aire, muchos metros sobre el cementerio, un único ojo flotaba vigilando la zona. Algo llamó su atención y le hizo fijar su mirada en el barrio derruido. Nihil sonrió imperceptiblemente.
-Súcubo de las pesadillas... -respondió tras una larga pausa- Fabricante de horrores y viajera de mundos. Es una transformación rara de cojones, pero no me quejo- sonrió, alzó un brazo y una cuchilla emergió de su oscura piel- Y tiene algunos trucos útiles... - guardó la cuchilla y se llevó la mano al escote de forma distraída, pasando los dedos por las costuras de su herida- Tú eras un fuego fatuo, ¿verdad? Siloco me lo contó... Es una transformación curiosa, es la primera vez que veo a alguien como tú- inspeccionó mejor al chico con ojos golosos cargados de curiosidad. Nihil adoraba las cosas extrañas y únicas, era una coleccionista, pero sabía que el chico ahora era propiedad de Siloco... << Una lástima...>>
Siloco había encontrado un pájaro muerto y en apenas unos minutos le había dado la estabilidad necesaria para poder moverlo con soltura. El pájaro picoteaba migas de pan como si estuviese vivo todavía, y caminaba a saltitos por el mantel. Tenía las alas rotas, así que por el momento no podía hacerle volar.
-Ah!- exclamó de pronto recordando algo- Le dije al chico que podrías darle uno de esos espejos tuyos para poder comunicarse.
-¿Para eso me llamaste?- dijo Nihil con un puchero. Deshizo los nudos y abrió las costuras de la herida de su pecho, luego metió la mano entera sin miramientos y rebuscó en su interior. Sacó un espejo redondo que cabóa en la palma de su mano, lo limpió de la viscosa sustancia negra que brotaba de la herida mientras esta se cerraba y se lo entregó a Gael después de hacerle algunos ajustes- he metido la dirección de Siloco y la mía, estos son los símbolos que tienes que hacer para llamar.- le hizo una demostración de ambos y le dió uno toque en la frente al chico para asegurarse de que los iba a recordar.
En el aire, muchos metros sobre el cementerio, un único ojo flotaba vigilando la zona. Algo llamó su atención y le hizo fijar su mirada en el barrio derruido. Nihil sonrió imperceptiblemente.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Cementerio
21/11/11, 06:07 pm
La explicación de Nihil me llama mucho la atención. Súcubo de las pesadillas... sí que suena exótico, y más con la descripción que dá. De pronto enseña cómo de su mano puede surgir una cuchilla, que luego pudo guardar sin complicaciones.
-Wow -murmuro asombrado. De pronto ella se lleva las manos a una costura que tiene entre los pechos y en la que de lejos no me había fijado demasiado. Lo tomé como las costuras que veía en los cadáveres, pero ahora me doy cuenta de que no tiene nada que ver. Al darme cuenta de que estaba mirando muy fijamente aparto la mirada y asiento cuando me pregunta si soy un fuego fatuo. Al desviar la atención me encuentro un pájaro santando por el mantel, con las alas en una postura extraña. Creo que se lo había visto antes a Siloco. Me asombra la facilidad que tiene para lograr que la carne se mueva igual que en vida. Es difícil saber si está vivo o muerto, o lo sería de no ser por las alas torcidas.
Cuando Siloco comenta que podrían darme un espejo los miro alternativamente, sorprendido de que fueran a condecerme algo tan valioso. Y Nihil sin más se mete la mano en la herida cosida del pecho tras quitar el hilo. Al principio se me abre la boca, pero aunque la cierro por educación mis ojos siguen abiertos de par en par. De la herida abierta manaba una sustancia negra y espesa, y ella parecía hurgar sin inmutarse. Su transformación esconde todavía mucho con qué sorprenderme. ¿Se podrá guardar cualquier cosa en el pecho? Me guardo la pregunta por educación y recibo el espejito que se saca del cuerpo una vez limpio. Me explica cómo se llama y asiento.
-Solo son dos, no los voy a olvidar -digo después de que me de un toque en la frente-. Lo meteré en un bolsillo o... será mejor que lo proteja para que no se rompa -comento pensando en hacerle alguna funda o buscar un hechizo de protección, o ambas cosas al mismo tiempo-. Muchas gracias -añado finalmente tratando de dirigirme a ambos y sin saber qué más decir. Sin duda sería útil el invento.
De pronto algo me cruza la mente con la velocidad de un rayo. ¿Y por qué hacen todo esto por mí? Aquí, en Rocavarancolia. ¿Dónde están el truco o el pago? Paso los dedos con delicadeza por el borde del espejo y empiezo a hablar con cautela.
-Pero todos estos favores... ¿qué puede hacer alguien como yo para pagarlos?
-Wow -murmuro asombrado. De pronto ella se lleva las manos a una costura que tiene entre los pechos y en la que de lejos no me había fijado demasiado. Lo tomé como las costuras que veía en los cadáveres, pero ahora me doy cuenta de que no tiene nada que ver. Al darme cuenta de que estaba mirando muy fijamente aparto la mirada y asiento cuando me pregunta si soy un fuego fatuo. Al desviar la atención me encuentro un pájaro santando por el mantel, con las alas en una postura extraña. Creo que se lo había visto antes a Siloco. Me asombra la facilidad que tiene para lograr que la carne se mueva igual que en vida. Es difícil saber si está vivo o muerto, o lo sería de no ser por las alas torcidas.
Cuando Siloco comenta que podrían darme un espejo los miro alternativamente, sorprendido de que fueran a condecerme algo tan valioso. Y Nihil sin más se mete la mano en la herida cosida del pecho tras quitar el hilo. Al principio se me abre la boca, pero aunque la cierro por educación mis ojos siguen abiertos de par en par. De la herida abierta manaba una sustancia negra y espesa, y ella parecía hurgar sin inmutarse. Su transformación esconde todavía mucho con qué sorprenderme. ¿Se podrá guardar cualquier cosa en el pecho? Me guardo la pregunta por educación y recibo el espejito que se saca del cuerpo una vez limpio. Me explica cómo se llama y asiento.
-Solo son dos, no los voy a olvidar -digo después de que me de un toque en la frente-. Lo meteré en un bolsillo o... será mejor que lo proteja para que no se rompa -comento pensando en hacerle alguna funda o buscar un hechizo de protección, o ambas cosas al mismo tiempo-. Muchas gracias -añado finalmente tratando de dirigirme a ambos y sin saber qué más decir. Sin duda sería útil el invento.
De pronto algo me cruza la mente con la velocidad de un rayo. ¿Y por qué hacen todo esto por mí? Aquí, en Rocavarancolia. ¿Dónde están el truco o el pago? Paso los dedos con delicadeza por el borde del espejo y empiezo a hablar con cautela.
-Pero todos estos favores... ¿qué puede hacer alguien como yo para pagarlos?
- InvitadoInvitado
Re: Cementerio
21/11/11, 06:28 pm
Siloco y Nihil se miraron y sonrieron. No era un chico tan ingenuo como habían pensado en el primer momento y esa ligera desconfianza había eliminado todas las dudas acerca del chico. Iba a ser un buen aprendiz...
-En este momento no tienes que darnos nada... -empezó Nihil, pero Siloco fue el que continuó
-Tan solo eres un aprendiz, un diamante en bruto, un pastelito sin hornear... No hay nada que tengas que pueda sernos de ayuda... por ahora. Llegará el momento en que serás grande, muy grande, tengo esa sensación... y entonces será el momento de devolvernos todos los favores...
-Tú haz caso a Siloco. No se puede decir que sea un tío muy serio pero sabe lo que hace... creo...- Nihil se echó a reír- Créeme, yo muchas veces me pregunté qué demonios estaba haciendo siguiendo a este tío, pero no ma ha ido tan mal.. ¿no crees?
-Progresos, quiero ver tus progresos... hmmm...- Siloco se puso en pie y señaló la caseta-Por lo pronto elige a uno de esos cadáveres de una maldita vez. El hacizo está puesto en el ataud así que te lo tendrás que llevar también para conservarlo. Vamos, ¿a qué esperas?- le apremió
Cuando el chico se hubo alejado Nihil se acercó a Siloco para susurrarle al oído
-¿Podría acompañarle a casa? Tengo una cosita que hacer...
-Mientras no tenga nada que ver con él, me da igual lo que hagas- le advirtió Siloco en un tono peligrosamente dulce
-Tranquilo, te prometo que el chico seguirá tan virgen como ahora cuando haya terminado allí...
-En este momento no tienes que darnos nada... -empezó Nihil, pero Siloco fue el que continuó
-Tan solo eres un aprendiz, un diamante en bruto, un pastelito sin hornear... No hay nada que tengas que pueda sernos de ayuda... por ahora. Llegará el momento en que serás grande, muy grande, tengo esa sensación... y entonces será el momento de devolvernos todos los favores...
-Tú haz caso a Siloco. No se puede decir que sea un tío muy serio pero sabe lo que hace... creo...- Nihil se echó a reír- Créeme, yo muchas veces me pregunté qué demonios estaba haciendo siguiendo a este tío, pero no ma ha ido tan mal.. ¿no crees?
-Progresos, quiero ver tus progresos... hmmm...- Siloco se puso en pie y señaló la caseta-Por lo pronto elige a uno de esos cadáveres de una maldita vez. El hacizo está puesto en el ataud así que te lo tendrás que llevar también para conservarlo. Vamos, ¿a qué esperas?- le apremió
Cuando el chico se hubo alejado Nihil se acercó a Siloco para susurrarle al oído
-¿Podría acompañarle a casa? Tengo una cosita que hacer...
-Mientras no tenga nada que ver con él, me da igual lo que hagas- le advirtió Siloco en un tono peligrosamente dulce
-Tranquilo, te prometo que el chico seguirá tan virgen como ahora cuando haya terminado allí...
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Cementerio
21/11/11, 08:36 pm
Al ver como se miran con complicidad algo parece romperse en mi interior, no sé si es por miedo o simplemente por saber que es posible que esté metido en un lío, pero cuando atiendo a lo que dicen tengo que hacerlo esforzándome por mantener una fachada seria pero firme. No quiero que sepan que tengo miedo. No puedo tener miedo. Pero sí cuidado, me andaré con pies de plomo en todo lo que haga. Llegará el momento de pagar los favores, y habrá que ver qué es lo que me piden. Miro a Nihil de hito en hito cuando comenta que no le ha ido tan mal. Ella ya fue su aprendiz antes, y parecen llevarse bien, y le hace favorescomo el de hoy. Tal vez esté temiendo por nada. No conozco apenas de nada a estas personas.
Pronto Siloco empieza a meterme prisa para que coja uno de los cadáveres que hay en la caseta. Titubeo lleno de dudas pero salgo hacia allí tal y como me dijo y sin rechistar.
Ya dentro miro todos y cada uno de los ataúdes, preguntándome qué ejemplar será menos valioso para él. No me dio ninguna indicación, solo antes, cuando me dijo que cogiera al niño. Y no era el ejemplar más útil, pero precisamente por eso creo que es la mejor opción. No me atrevo a coger otra cosa, en realidad. Y ahora mismo, por tener no tengo ni ganas de llevarme este. A desgana empujo el ataúd preguntándome cuánto pesará. Por suerte parece menos de lo que esperaba, se nota que el que va en el interior todavía era joven cuando murió. Llevo la mano a mi amuletos preguntándome si estarán cargados después de los entrenamientos de hoy, y acto seguido hago el hechizo de levitación para hacer que el ataúd se eleve del suelo. Me cuesta más que de costumbre, pero cuando lo consigo pongo el libro sobre el ataúd y me aseguro de que el espejo sigue a buen recaudo en el bolsillo. Salgo afuera lentamente y veo a Siloco a Nihil uno al lado del otro. Me acerco con inseguridad, con el ataúd flotando a mi espalda y temiendo haberme equivocado al elegir.
-¿E... Está bien así? -pregunto en un tono de voz más bajo de lo que pretendía-. Procuraré cuidarlo como si fuese mi propio cuerpo.
Volví la mirada fugazmente para ver el rostro del chico. Sí que podría haber sido cualquiera de nosotros el que acabara en esa situación. Pude imaginar al niño comiendo con sus compañeros en la cocina del torreón. Seguro que fue un chico vital, al verlo todavía se apreciaba perfectamente que había sido muy agraciado en vida. Pero no debo pensar en él como el chico que fue. No podría evitar ver en él a Ulises, Tesla o Dean... Será mejor que lo vea como una cosa, pero la trataré con el respeto que merece, al menos.
Pronto Siloco empieza a meterme prisa para que coja uno de los cadáveres que hay en la caseta. Titubeo lleno de dudas pero salgo hacia allí tal y como me dijo y sin rechistar.
Ya dentro miro todos y cada uno de los ataúdes, preguntándome qué ejemplar será menos valioso para él. No me dio ninguna indicación, solo antes, cuando me dijo que cogiera al niño. Y no era el ejemplar más útil, pero precisamente por eso creo que es la mejor opción. No me atrevo a coger otra cosa, en realidad. Y ahora mismo, por tener no tengo ni ganas de llevarme este. A desgana empujo el ataúd preguntándome cuánto pesará. Por suerte parece menos de lo que esperaba, se nota que el que va en el interior todavía era joven cuando murió. Llevo la mano a mi amuletos preguntándome si estarán cargados después de los entrenamientos de hoy, y acto seguido hago el hechizo de levitación para hacer que el ataúd se eleve del suelo. Me cuesta más que de costumbre, pero cuando lo consigo pongo el libro sobre el ataúd y me aseguro de que el espejo sigue a buen recaudo en el bolsillo. Salgo afuera lentamente y veo a Siloco a Nihil uno al lado del otro. Me acerco con inseguridad, con el ataúd flotando a mi espalda y temiendo haberme equivocado al elegir.
-¿E... Está bien así? -pregunto en un tono de voz más bajo de lo que pretendía-. Procuraré cuidarlo como si fuese mi propio cuerpo.
Volví la mirada fugazmente para ver el rostro del chico. Sí que podría haber sido cualquiera de nosotros el que acabara en esa situación. Pude imaginar al niño comiendo con sus compañeros en la cocina del torreón. Seguro que fue un chico vital, al verlo todavía se apreciaba perfectamente que había sido muy agraciado en vida. Pero no debo pensar en él como el chico que fue. No podría evitar ver en él a Ulises, Tesla o Dean... Será mejor que lo vea como una cosa, pero la trataré con el respeto que merece, al menos.
- InvitadoInvitado
Re: Cementerio
21/11/11, 09:12 pm
Cuando Siloco ve a Gael saliendo con el ataúd de su amado pecoso sintió algo romperse en su interior. ¿De verdad iba a dejarle llevárselo? El nigromante no era dado a avergonzarse de sí mismo, pero el cariño especial que había sentido y sentía por aquel muchacho era algo que guardaba muy celosamente y del que nadie salvo Nihil tenía conocimiento. Siempre había sido un enfermizo coleccionista de sus recuerdos, incluso de los más dolorosos, y entregar ese en particular le parcía... Nihil le dió un disimulado codazo en las costillas, hincando con saña las púas de su guantelete, y le dedicó una mirada cargada de significado << Deja que el chico se lo lleve, lo pasado pasado está, deja ya de torturarte...>> retumbó la voz de la súcubo en su mente. Siloco cogió aire.
-S-sí, es perfecto, y más te vale cuidarlo muy bien... er... se está haciendo tarde y... tengo cosas que hacer.. ¿por qué no te vas ya? Nihil, acompáñale- pidió, más en tono de súplica que de orden.
-Muy bien...- susurró Nihil- Vamos chaval, tu vivías en Serpentaria ¿no?
---------------------------------------------------------------------------------------
Una vez se hubieron marchado tras asegurarse de que estuviesen bien lejos y de que el ojo espía de Nihil hubiese desaparecido también, Siloco entró en la caseta y cerró con llave. Miró con tristeza el hueco donde antes había estado el ataúd del niño pecoso y se acercó a otro hueco dejado a propósito entre todos los cadáveres. Pasó una uña larga y negra por la pared, murmurando el hechizo que desactivaba las medidas de seguridad, y la misma niebla que protegía los otros cuerpos surgió de la pared con un silbido mientras esta se abría. Allí estaba, majestuoso y perfecto, con el rostro congelado en un gesto plácido como si tan solo estuviese durmiendo; el único hombre que había amado en su vida y el responsable tras su estúpida muerte. Siloco retrocedió unos pasos para poder admirarlo mejor, deleitándose con su imagen y reviviendo escenas de su pasado que le desgarraban el alma. Ese era su más preciado tesoro, su recordatorio de lo inútiles que eran los sentimientos para él, su castigo particular por el mayor error cometido en su existencia.
-Incluso muerto sigues haciéndome daño, ¿verdad? Esa es tu naturaleza y tu única razón de ser, el dolor y el sufrimiento... Tan solo lamento no haberte matado con mis propias manos cuando aún eras un cachorrillo...
Y sumido en sus pensamientos siguió hablando con el cdáver hasta bien entrada la noche.
-S-sí, es perfecto, y más te vale cuidarlo muy bien... er... se está haciendo tarde y... tengo cosas que hacer.. ¿por qué no te vas ya? Nihil, acompáñale- pidió, más en tono de súplica que de orden.
-Muy bien...- susurró Nihil- Vamos chaval, tu vivías en Serpentaria ¿no?
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Una vez se hubieron marchado tras asegurarse de que estuviesen bien lejos y de que el ojo espía de Nihil hubiese desaparecido también, Siloco entró en la caseta y cerró con llave. Miró con tristeza el hueco donde antes había estado el ataúd del niño pecoso y se acercó a otro hueco dejado a propósito entre todos los cadáveres. Pasó una uña larga y negra por la pared, murmurando el hechizo que desactivaba las medidas de seguridad, y la misma niebla que protegía los otros cuerpos surgió de la pared con un silbido mientras esta se abría. Allí estaba, majestuoso y perfecto, con el rostro congelado en un gesto plácido como si tan solo estuviese durmiendo; el único hombre que había amado en su vida y el responsable tras su estúpida muerte. Siloco retrocedió unos pasos para poder admirarlo mejor, deleitándose con su imagen y reviviendo escenas de su pasado que le desgarraban el alma. Ese era su más preciado tesoro, su recordatorio de lo inútiles que eran los sentimientos para él, su castigo particular por el mayor error cometido en su existencia.
-Incluso muerto sigues haciéndome daño, ¿verdad? Esa es tu naturaleza y tu única razón de ser, el dolor y el sufrimiento... Tan solo lamento no haberte matado con mis propias manos cuando aún eras un cachorrillo...
Y sumido en sus pensamientos siguió hablando con el cdáver hasta bien entrada la noche.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Cementerio
21/11/11, 09:36 pm
Cuando fijo la mirada en Siloco pienso que algo va mal, algo en su expresión no me gusta y empiezo a ponerme nervioso. ¿Es que me había equivocado? No sé ni donde meterme, y levanto la vista cuando me aprece ver movimiento entre ellos, pero no parece haber cambiado nada. Finalmente Siloco contesta, pero de forma insegura. Creo que es la primera vez que lo veo dudar, y acto seguido da largas. Se me hace un nudo en la garganta, nunca antes lo había visto de ese modo. ¿Preferiría que me llevase otro? ¿O simplemente le cuesta desprenderse de ellos?
Al ver que me tocaba volver con Nihil me acerqué a ella con el ataúd levitando detrás de mí y le respondo.
-Sí, vivo en Serpentaria -le respondo. Cuando nos ponemos en marcha guardo silencio durante unos momentos, pero cuando creo que Siloco ya no nos puede oír vuelvo a hacer una pregunta tímidamente-. No debí coger este, ¿verdad? Antes me dijo... pero ahora... -Suspiro y me callo antes de decir alguna tontería. Ahora ya está hecho.
Sigue en la Torre Serpentaria.
Al ver que me tocaba volver con Nihil me acerqué a ella con el ataúd levitando detrás de mí y le respondo.
-Sí, vivo en Serpentaria -le respondo. Cuando nos ponemos en marcha guardo silencio durante unos momentos, pero cuando creo que Siloco ya no nos puede oír vuelvo a hacer una pregunta tímidamente-. No debí coger este, ¿verdad? Antes me dijo... pero ahora... -Suspiro y me callo antes de decir alguna tontería. Ahora ya está hecho.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Cementerio
05/12/11, 12:20 am
Las voces de los muertos se oian desde las inmensas puertas del cementerio, como una banda sonora que inundaba el lugar sin detenerse. Cientos, quizá miles de cuepos que no descansaban jamás, abducidos en sus conversaciones para hacer la eternidad menos aburrida. Ya no me acordaba de lo bonito que podía llegar a ser ese lugar. Entré al cementerio, recorriendo con la mirada la infinidad de fuentes y lapidas, los lagos, las estuas y panteones que había allí. Recordé cuando habíamos venido como simples cosechados, había sido tan diferente... aun no sabíamos nada de nuestro futuro, aun no teníamos ni idea de lo que iba a pasar con nosotros.
"¿Ha estallado la guerra de nuevo en Rocavarancolia?" Preguntó una voz.
"Hay ira y sangre en el ambiente, ¿podeis olerlo? ¿Podeis sentirlo?" Dijo otra a mi izquierda
"No hay guerra, idiotas, la furia bulle dentro de ella reclamando muerte y destrucción, pero no es sangre lo que corre por sus venas, ella es solo humo"
"Pero hay sangre en sus pensamientos, y la sangre manchará sus manos, llenará su cuerpo, reclamará su cordura y su alma."
"Humo y fuego, se quema, se consume, su rabia es su tumba y su fuerza, lo que la destruye y la completa"
Hablaban de mi, sin duda hablaban de mi, todos los muertos del cementerio me tenían como centro de sus conversaciones en ese momento. Me senté en una de las lápidas. Sus palabras me dolian y me reconfortaban al mismo tiempo. Trataba de darle sentido, pero había demasiadas voces hablando a la vez.
"Pobre niña, demasiado poder, demasiado dolor... que mala mezcla, que mal futuro... que mal pasado." Dijo una voz femenina algo alejada.
"Con sus cenizas construirá una ciudad de cadaveres... dejad que arda, dejad que queme, dejadla...¡será grande!" Otra voz, grave y potente le respondió.
"¡Claro que lo será! ¡Quien tuviese esa fuerza! ¡Si yo en mis tiempos hubiese contado con su arrojo no me hayaría aqui!"
"¿Grande? ¿Como va a ser grande alguien con su corazón? ¡Es negro como el humo de su cuello! ¿y tu poder, niña? ¿y tu magia? Cabezas que caen como gotitas, botellas, botellitas de magia, eso son para ti lo demás, asi les tratarás, así vivirás, no esperes su favor." dijo otra con voz temblorosa e infantil.
"No sabe de lo que hablas, Dama Tundra, su alma y su cuerpo están envenenados, pero sus manos siguen limpias... a pesar de todo siguen limpias... ¿Cuanto tiempo durarán sin su manto escarlata? Dentro de ella algo se remueve, ¿lo notais? ¿Que es ese rugido?
"Es un batir de alas, el sonido de la carne desgarrandose, la musica del poder inundando sus cuerpos"
"Lo hará, ha nacido para ello... lleva la muerte grabada a fuego en su alma."
"Entregate a la furia pequeña, entregate a ese fuego, deja que salga y te ayude. ¡Mata! ¡Mata y vive!"
¿De que hablaban? ¿Botellas? ¿Sangre? "Os equivocais de persona, el vampiro es Jack" pensé sonriendo. Pero era una risa demasiado fragil, que amenazaba con volver a llanto en cualquier momento. Era un sentimiento extraño. Sus voces, despues de todo, no me ponían nerviosa. No entendia lo que querían decir, pero hacían que no pensase, lo que ya era un gran alivio. Mientras me concentraba en buscarles sentido no pensaba en Cain ni en Vacuum, ni en mis actos, ni en los suyos. Pasé varias horas, simplemente escuchando, sin sacar nada en claro. Luego decidí que era hora de volver. tampoco quería enfadarles mas. Tampoco quería seguir mas tiempo con esta tontería del enfado. Salí por una de las rampas del camenterio y comencé a andar por las calles. Iba distraida, pensando. ¿Porque tanta insistencia con la muerte? ¿porque decian esas cosas? Quizá tantos años bajo tierra les habian vuelto locos... o quiza sabian cosas. Mis pensamientos se interrumpieron cuando, de pronto, bajo mis pies algo tembló. No tuve tiempo de reaccionar, las piedras cedieron debajo de mi, desmoronandose mientras sentía que la tierra me tragaba, acompañada de todo lo que antes era suelo a mi alrededor.
Sigue en los Subterráneos.
"¿Ha estallado la guerra de nuevo en Rocavarancolia?" Preguntó una voz.
"Hay ira y sangre en el ambiente, ¿podeis olerlo? ¿Podeis sentirlo?" Dijo otra a mi izquierda
"No hay guerra, idiotas, la furia bulle dentro de ella reclamando muerte y destrucción, pero no es sangre lo que corre por sus venas, ella es solo humo"
"Pero hay sangre en sus pensamientos, y la sangre manchará sus manos, llenará su cuerpo, reclamará su cordura y su alma."
"Humo y fuego, se quema, se consume, su rabia es su tumba y su fuerza, lo que la destruye y la completa"
Hablaban de mi, sin duda hablaban de mi, todos los muertos del cementerio me tenían como centro de sus conversaciones en ese momento. Me senté en una de las lápidas. Sus palabras me dolian y me reconfortaban al mismo tiempo. Trataba de darle sentido, pero había demasiadas voces hablando a la vez.
"Pobre niña, demasiado poder, demasiado dolor... que mala mezcla, que mal futuro... que mal pasado." Dijo una voz femenina algo alejada.
"Con sus cenizas construirá una ciudad de cadaveres... dejad que arda, dejad que queme, dejadla...¡será grande!" Otra voz, grave y potente le respondió.
"¡Claro que lo será! ¡Quien tuviese esa fuerza! ¡Si yo en mis tiempos hubiese contado con su arrojo no me hayaría aqui!"
"¿Grande? ¿Como va a ser grande alguien con su corazón? ¡Es negro como el humo de su cuello! ¿y tu poder, niña? ¿y tu magia? Cabezas que caen como gotitas, botellas, botellitas de magia, eso son para ti lo demás, asi les tratarás, así vivirás, no esperes su favor." dijo otra con voz temblorosa e infantil.
"No sabe de lo que hablas, Dama Tundra, su alma y su cuerpo están envenenados, pero sus manos siguen limpias... a pesar de todo siguen limpias... ¿Cuanto tiempo durarán sin su manto escarlata? Dentro de ella algo se remueve, ¿lo notais? ¿Que es ese rugido?
"Es un batir de alas, el sonido de la carne desgarrandose, la musica del poder inundando sus cuerpos"
"Lo hará, ha nacido para ello... lleva la muerte grabada a fuego en su alma."
"Entregate a la furia pequeña, entregate a ese fuego, deja que salga y te ayude. ¡Mata! ¡Mata y vive!"
¿De que hablaban? ¿Botellas? ¿Sangre? "Os equivocais de persona, el vampiro es Jack" pensé sonriendo. Pero era una risa demasiado fragil, que amenazaba con volver a llanto en cualquier momento. Era un sentimiento extraño. Sus voces, despues de todo, no me ponían nerviosa. No entendia lo que querían decir, pero hacían que no pensase, lo que ya era un gran alivio. Mientras me concentraba en buscarles sentido no pensaba en Cain ni en Vacuum, ni en mis actos, ni en los suyos. Pasé varias horas, simplemente escuchando, sin sacar nada en claro. Luego decidí que era hora de volver. tampoco quería enfadarles mas. Tampoco quería seguir mas tiempo con esta tontería del enfado. Salí por una de las rampas del camenterio y comencé a andar por las calles. Iba distraida, pensando. ¿Porque tanta insistencia con la muerte? ¿porque decian esas cosas? Quizá tantos años bajo tierra les habian vuelto locos... o quiza sabian cosas. Mis pensamientos se interrumpieron cuando, de pronto, bajo mis pies algo tembló. No tuve tiempo de reaccionar, las piedras cedieron debajo de mi, desmoronandose mientras sentía que la tierra me tragaba, acompañada de todo lo que antes era suelo a mi alrededor.
Sigue en los Subterráneos.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- InvitadoInvitado
Re: Cementerio
05/12/11, 12:47 am
Cain llegaba a las puertas del cementerio con la rabia haciendo bullir su sangre. Era una rabia teñida de odio hacia sí mismo, de fracaso, como el de un padre que se da cuenta que ha mimado demasiado a su hija. El león se detuvo y Cain miró en derredor, como si pudiese ver algo en la oscuridad. Su propio enfado se transmitió al león que lanzó un rugido al aire, y rápidamente los muertos se quejaron
-La noche se tiñe de rabia y no deja a las almas dormir...
-¡¡Calla a ese gato!! ¡¡Cáyalo porque no pienso darle mis sardinas!!
-Y así se oía el rugido de las quimeras de Gatraz. Ciertamente eran seres majestuosos y letales que...
-¿Alguien ha visto mis pies? Estaban aquí hacía un momento y ahora no los veo...
Cain suspiró y acarició el pelaje del león para calmarlo. Se cubrió la cara con las manos y soltó un quejido de impotencia. Tenía que serenarse o le haría daño a Elliot de verdad... Aun así una parte de él quería de verdad hacerle daño a Elliot, quería ver como sus demonios le desgarraban la blanca piel, quería ver como su testarudez se hacía añicos a base de golpes, quería hacerla sufrir, quería transmitirle todo el dolor que él mismo sentía. El león se revolvió al sentir la debilidad de su amo pero volvió a ponerse firme al sentir una potente descarga a modo de castigo.
-Ni lo pienses...- advirtió el rubio con voz gélida, a pesar de las lágrimas que caían por sus mejillas << ¿Qué me está pasando?>>
Se tomó unos segundos para serenarse y luego se decidió a seguir con su búsqueda, entonces apareció la libélula roja con noticias. Malas noticias. Cain miró al cementerio, luego al demonio volador. Finalmente se decidió por el segundo.
Sigue en el Barrio Derruido.
-La noche se tiñe de rabia y no deja a las almas dormir...
-¡¡Calla a ese gato!! ¡¡Cáyalo porque no pienso darle mis sardinas!!
-Y así se oía el rugido de las quimeras de Gatraz. Ciertamente eran seres majestuosos y letales que...
-¿Alguien ha visto mis pies? Estaban aquí hacía un momento y ahora no los veo...
Cain suspiró y acarició el pelaje del león para calmarlo. Se cubrió la cara con las manos y soltó un quejido de impotencia. Tenía que serenarse o le haría daño a Elliot de verdad... Aun así una parte de él quería de verdad hacerle daño a Elliot, quería ver como sus demonios le desgarraban la blanca piel, quería ver como su testarudez se hacía añicos a base de golpes, quería hacerla sufrir, quería transmitirle todo el dolor que él mismo sentía. El león se revolvió al sentir la debilidad de su amo pero volvió a ponerse firme al sentir una potente descarga a modo de castigo.
-Ni lo pienses...- advirtió el rubio con voz gélida, a pesar de las lágrimas que caían por sus mejillas << ¿Qué me está pasando?>>
Se tomó unos segundos para serenarse y luego se decidió a seguir con su búsqueda, entonces apareció la libélula roja con noticias. Malas noticias. Cain miró al cementerio, luego al demonio volador. Finalmente se decidió por el segundo.
Sigue en el Barrio Derruido.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Cementerio
15/08/12, 02:38 pm
Las mangas de la camisa colgandera revoloteaban y se retorcían con el aire mientras Dirke bajaba la calle patinando, hasta llegar al cementerio. Una vez en la puerta, redujo la velocidad y se desplazó de forma más lenta y comedida, como si la lentitud fuese un signo de respeto para con los muertos del lugar. Lo cierto era que los muertos parlanchines le importaban bien poco y sus discursos solían darlos tan deprisa que dirke apenas entendía "blablablablabla morir" y poco más. Él venía a ver a sus amigas.
Se encontraban en la zona mejor cuidada de practicamente toda la ciudad. En Rocavarancolia eran así de raros. Probablemente muchos de los que estaban aquí enterrados habían muerto de formas más tristes que algunos compañeros suyos, y eso podía ser difícil; pero aún así, como ya estaban tocados por la luna y habían demostrado su valía en algún momento, se les premiaba con grandes estátuas de piedra, lápidas labradas y gigantescas plantas florecientes. A Dirke le daban mucha pena, estar plantado entre cadáveres no debía ser demasiado divertido, por mucho que se tuvieran entre ellas.
El alemán caminó entre las tumbas, acariciándo los tallos o las hojas de estas mientras les preguntaba por ellas y cotilleaba sobre los últimos acontecimientos de la ciudad. La nueva cosecha parecía ser la comidilla de la inmensa mayoría y solo unas pocas le hablaron de Sepalian y sus cuidados o de otras cosas sin importancia. En una hora no solo había conseguido los ingredientes necesarios para fabricarles unos ungüentos o infusiones a Cain y Norou, sino que también se había puesto al día medianamente bien.
Se guardó las hojas, flores y tallos que había recogido en su mochila, se despidió de las plantas y siguió su ruta. Ahora le tocaba la Casa de los Dulces.
Se encontraban en la zona mejor cuidada de practicamente toda la ciudad. En Rocavarancolia eran así de raros. Probablemente muchos de los que estaban aquí enterrados habían muerto de formas más tristes que algunos compañeros suyos, y eso podía ser difícil; pero aún así, como ya estaban tocados por la luna y habían demostrado su valía en algún momento, se les premiaba con grandes estátuas de piedra, lápidas labradas y gigantescas plantas florecientes. A Dirke le daban mucha pena, estar plantado entre cadáveres no debía ser demasiado divertido, por mucho que se tuvieran entre ellas.
El alemán caminó entre las tumbas, acariciándo los tallos o las hojas de estas mientras les preguntaba por ellas y cotilleaba sobre los últimos acontecimientos de la ciudad. La nueva cosecha parecía ser la comidilla de la inmensa mayoría y solo unas pocas le hablaron de Sepalian y sus cuidados o de otras cosas sin importancia. En una hora no solo había conseguido los ingredientes necesarios para fabricarles unos ungüentos o infusiones a Cain y Norou, sino que también se había puesto al día medianamente bien.
Se guardó las hojas, flores y tallos que había recogido en su mochila, se despidió de las plantas y siguió su ruta. Ahora le tocaba la Casa de los Dulces.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Cementerio
26/08/12, 01:03 am
Vlad recorrió el intrincado y bello laberinto de tumbas de toda clase y condición, mientras mantenía la mirada clavada en el imponente panteón central, intimidante. Era sinceramente bello. Se le antojó que la necrópolis, en su siniestra variedad, era tan pintoresca y sorprendente cómo la propia ciudad. A parte, parecía brutalmente más animada, lo cual no dejaba de resultar un poco deprimente. Parecía que en la vieja ciudad el dicho que reza “Los Muertos No Hablan” carecía de todo sentido. Y en verdad, hablaban por los codos. Se sentó en una lápida a escuchar una de las conversaciones. Algo sobre un tal Siroco, un nigromante, que acababa de ser nombrado señor de los asesinos.
-Discúlpenme… caballeros- comenzó dubitativo el conde, antes de cerciorarse del sexo de sus interpelados, de los cuales se hallaba separado por un grueso manto de granito, leyendo sus lápidas.- Soy el Conde Vladimir Ibrahimovich Tepes, un placer. No veo necesario que se presenten pues, si me permiten el atrevimiento, tienen unas lápidas impresionantemente pulcras. ¿Me pueden decir dónde se haya ese tal Siloco del que hablan?
Escucho después atentamente las direcciones que le dieron los muertos desde sus hogares subterráneos y, tras despedirse cómo es debido, marchó a paso ligero por entre los sembrados de la muerte. Halló al rato la cabaña de enterrador de la que le habían hablado, y se acercó a ella interesado, pero precavido. Se encontraba a mitad del camino que lo separaba de su destino cuando un grito desesperado llegó a sus oídos. Desenfundó entonces la cimitarra, preparado para desmembrar a cualquier peligro que se le acercara lo suficiente (o, al menos, a intentar aparentar una muerte digna) y se giró rápidamente hacia el lugar de dónde procedían los agónicos alaridos, para comprobar que procedían de un viejo cadáver que estaba siendo masticado por un niño de unos nueve años de piel cenicienta.
Durante unos segundos, Vlad mantuvo la posición de combate, aún en shock por lo bizarro de la situación. Poco después, se acercó a el chavalín, ya más por curiosidad que por celo al peligro, y le pinchó vagamente con la cimitarra en un costado.
-Ehhh… perdone, señorito ¿tendría la bondad de dejar de mascar impunemente a ese señor y dejarlo dónde lo encontró?
-Discúlpenme… caballeros- comenzó dubitativo el conde, antes de cerciorarse del sexo de sus interpelados, de los cuales se hallaba separado por un grueso manto de granito, leyendo sus lápidas.- Soy el Conde Vladimir Ibrahimovich Tepes, un placer. No veo necesario que se presenten pues, si me permiten el atrevimiento, tienen unas lápidas impresionantemente pulcras. ¿Me pueden decir dónde se haya ese tal Siloco del que hablan?
Escucho después atentamente las direcciones que le dieron los muertos desde sus hogares subterráneos y, tras despedirse cómo es debido, marchó a paso ligero por entre los sembrados de la muerte. Halló al rato la cabaña de enterrador de la que le habían hablado, y se acercó a ella interesado, pero precavido. Se encontraba a mitad del camino que lo separaba de su destino cuando un grito desesperado llegó a sus oídos. Desenfundó entonces la cimitarra, preparado para desmembrar a cualquier peligro que se le acercara lo suficiente (o, al menos, a intentar aparentar una muerte digna) y se giró rápidamente hacia el lugar de dónde procedían los agónicos alaridos, para comprobar que procedían de un viejo cadáver que estaba siendo masticado por un niño de unos nueve años de piel cenicienta.
Durante unos segundos, Vlad mantuvo la posición de combate, aún en shock por lo bizarro de la situación. Poco después, se acercó a el chavalín, ya más por curiosidad que por celo al peligro, y le pinchó vagamente con la cimitarra en un costado.
-Ehhh… perdone, señorito ¿tendría la bondad de dejar de mascar impunemente a ese señor y dejarlo dónde lo encontró?
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- InvitadoInvitado
Re: Cementerio
26/08/12, 01:20 am
-¡¡Temedme vivos y polvorientos sacos de huesos!! ¡¡El Señor de los Asesinos ha llegado!!
Entre un jaleo de ovaciones, abucheos y advertencias de sincera preocupación, Don Siloco entró en el cementerio echado de mala manera sobre un palanquín que portaban cuatro abominaciones de rotos y descosidos cachos de carne. La atropellada forma de hablar del nigromante además de sus torpes movimientos, denotaba que iba bastante borracho, seguramente después de una celebración por su nombramiento.
-¡Lil'!- gritó al ver al pequeño ghoul devorando un desvalido cadáver- Deja a Dicoros en paz!! Ahora tengo poder para limpiar tu molesta presencia de este cementerio!!- Tras una pausa y visto que el no-muerto no le hacía mucho caso, bajó del palanquín con un estruendoso batacazo y lo ahuyentó como pudo- Shu, shu, ¡¡fuera bicho!!
Tardó en reparar en Vlad. Puede que el alcohol estuviese afectando a su percepción o puede que verse expuesto casi constantemente a la presencia de su aprendiz en los ultimos años le hubiese creado una resistencia a las feromonas de esos demonios... Má probablemente la primera...
-Ey... ¿Qué haces por aquí, guapo?- preguntó con su acostumbrada sonrisa enferma, colgándose del hombro del íncubo- Vamos a beber juntos, yo invito. ¡¡Invita el Señor de los Asesinos!! ¡¡Otra ronda, camarero!!
Desgraciadamente no había camarero presente, pero esas palabras parecían ser la orden perfecta para un pequeño lemur a medio descomponer que trajo una botella de algo.
Entre un jaleo de ovaciones, abucheos y advertencias de sincera preocupación, Don Siloco entró en el cementerio echado de mala manera sobre un palanquín que portaban cuatro abominaciones de rotos y descosidos cachos de carne. La atropellada forma de hablar del nigromante además de sus torpes movimientos, denotaba que iba bastante borracho, seguramente después de una celebración por su nombramiento.
-¡Lil'!- gritó al ver al pequeño ghoul devorando un desvalido cadáver- Deja a Dicoros en paz!! Ahora tengo poder para limpiar tu molesta presencia de este cementerio!!- Tras una pausa y visto que el no-muerto no le hacía mucho caso, bajó del palanquín con un estruendoso batacazo y lo ahuyentó como pudo- Shu, shu, ¡¡fuera bicho!!
Tardó en reparar en Vlad. Puede que el alcohol estuviese afectando a su percepción o puede que verse expuesto casi constantemente a la presencia de su aprendiz en los ultimos años le hubiese creado una resistencia a las feromonas de esos demonios... Má probablemente la primera...
-Ey... ¿Qué haces por aquí, guapo?- preguntó con su acostumbrada sonrisa enferma, colgándose del hombro del íncubo- Vamos a beber juntos, yo invito. ¡¡Invita el Señor de los Asesinos!! ¡¡Otra ronda, camarero!!
Desgraciadamente no había camarero presente, pero esas palabras parecían ser la orden perfecta para un pequeño lemur a medio descomponer que trajo una botella de algo.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Cementerio
26/08/12, 02:11 am
Vlad se quedó mirando al hombre ebrio que se tambaleaba a su lado, vestido con tan estrambóticos atavíos y con una cohorte de tan desmenuzadas criaturas. Le gustaba su estilo. Y el brujo no estaba tampoco nada mal. Aceptó el trago que le sirvió el pequeño lémur en mal estado, no sin antes olerlo. El potente aroma a alcohol le provocó una ligera mueca que ocultó tras el vaso. Se planteó durante unos segundos lanzar el contenido a alguna tumba y hacer que se la bebía de un trago, pues ante todo no quería ofender a su “anfitrión”. Había oído a los muertos lo suficiente de camino hasta allí cómo para saber que tenía poder suficiente cómo para repartir sus trocitos por toda la necrópolis. Además, su sentido común le dictaba que no era buena idea contrariar a un nigromante en un cementerio. A punto estaba de representar la patraña cuando los restos de su orgullo nobiliario, que aún ofrecían resistencia en alguna recóndita esquina de su psique, se pronunció severa y tajante al respecto. Vladimir venía de una de las familias más famosas de Rumanía, y sus antepasados se habían echo temer por su brutalidad. ¿Cómo demonios iba a rechazar un trago de vodka muy seco?
Decidido, se bebió de un trago el contenido, para luego retener, haciendo acopio de todo su estoicismo, una arcada y una mueca de esas que parece indicar que el que la lleva en la cara se está muriendo por dentro. No estaba fuerte, no. Estaba lo siguiente. El vodka a palo seco parecía limonada en comparación. Se le antojó durante unos segundos que era posible que aquello estuviera destilado con cadáver fermentado. Pero desecho la idea pronto, convencido de que debía de ser algo mucho peor.
Cuando se recompuso y ya no necesitó hacer esfuerzos sobrehumanos para no dar la impresión de que le habían metido una rata colérica en el intestino delgado, se acercó de forma pícara al hombre, mostrándole la mejor de sus sonrisas.
-Se lo agradezco de veras, caballero… Ojalá tuviera una forma de compensarle por ello…- dijo, mirándole de arriba a bajo con un dedo en los labios, con aspecto provocativo.- ¿Es usted Siloco? He oído hablar mucho de usted… Un gran nigromante, ¿ no es así? Siempre quise saber un poco más del tema… ya sabe, curiosidad científica.
Decidido, se bebió de un trago el contenido, para luego retener, haciendo acopio de todo su estoicismo, una arcada y una mueca de esas que parece indicar que el que la lleva en la cara se está muriendo por dentro. No estaba fuerte, no. Estaba lo siguiente. El vodka a palo seco parecía limonada en comparación. Se le antojó durante unos segundos que era posible que aquello estuviera destilado con cadáver fermentado. Pero desecho la idea pronto, convencido de que debía de ser algo mucho peor.
Cuando se recompuso y ya no necesitó hacer esfuerzos sobrehumanos para no dar la impresión de que le habían metido una rata colérica en el intestino delgado, se acercó de forma pícara al hombre, mostrándole la mejor de sus sonrisas.
-Se lo agradezco de veras, caballero… Ojalá tuviera una forma de compensarle por ello…- dijo, mirándole de arriba a bajo con un dedo en los labios, con aspecto provocativo.- ¿Es usted Siloco? He oído hablar mucho de usted… Un gran nigromante, ¿ no es así? Siempre quise saber un poco más del tema… ya sabe, curiosidad científica.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- InvitadoInvitado
Re: Cementerio
26/08/12, 02:28 am
Siloco bebió directamente de la botella como si su contenido fuese zumo de uva. Hipó y se rió de forma infantil.
-Siiiii... Yo soy Siloco... Y soy nigromante. ¡El mejor nigromante! Todos los demás están muertos, y algunos en mi colección. ¿No es gracioso? Un nigromante muerto sirviendo a otro nigromante- estalló en carcajadas como si fuese el mejor chiste del mundo- Si... Soy bueno. -miró a Vlad de reojo y le agarró la cara entre sus largos dedos- Y tú eres muy guapo. Aunque no eres del todo mi tipo, tienes el pelo muy largo, casi como yo...- jugueteó con los mechones del íncubo, y su sonrisa se desvaneció al percatarse de algo.- ¡Tienes el pelo más bonito que yo! ¡¡Serás furcia!!
Se alejó dando tumbos con aire ofendido pero acabó de nuevo en el suelo. Sus abominaciones le ayudaron a levantarse y Siloco empezó a gimotear. Ya había bebido demasiado.
-¡¡Me dueleeeee la cabezaaa!! ¡¡Todo giraaa!! ¡¡¡Me mareooo!!! -pataleó, sosteniéndose en sus ayudantes. Lograron sentarlo en una tumba donde la dueña empezó a reñirle por su comportamiento indecoroso- Cállate Gertrudis, nadie te ha preguntado.- ordenó. Luego hizo un gesto a Vlad para que se acercase. Cuando lo tuvo a su lado le pasó el brazo por encima del hombro y miró al infinito con gesto melancólico- Yo quería ser demiurgo. Pero noooo Siloco no podía ser un demiurgo. Yo veía a esos desgraciados hacer bichitos monos que los seguían a todas partes ¿Los has visto? Son adorables, con todas sus patitas...- el nigromante imitó el movimiento con sus largos dedos- Yo todo lo que he podido conseguir ha sido,.. Bueno, esas cosas- señaló a sus creaciones- No os ofendáis, chicos, yo os quiero y lo sabeis.
-Creo que va siendo hora de que lo llevemos a la cama- comentó uno de los porteadores, el unico con mandíbula.
Arrastraron a su amo a una cabaña cercana y lo metieron en su dormitorio, mucho más grande, lujoso y decorado que la propia cabaña, mientras Siloco seguía contandole sus penas a Vlad
-Siiiii... Yo soy Siloco... Y soy nigromante. ¡El mejor nigromante! Todos los demás están muertos, y algunos en mi colección. ¿No es gracioso? Un nigromante muerto sirviendo a otro nigromante- estalló en carcajadas como si fuese el mejor chiste del mundo- Si... Soy bueno. -miró a Vlad de reojo y le agarró la cara entre sus largos dedos- Y tú eres muy guapo. Aunque no eres del todo mi tipo, tienes el pelo muy largo, casi como yo...- jugueteó con los mechones del íncubo, y su sonrisa se desvaneció al percatarse de algo.- ¡Tienes el pelo más bonito que yo! ¡¡Serás furcia!!
Se alejó dando tumbos con aire ofendido pero acabó de nuevo en el suelo. Sus abominaciones le ayudaron a levantarse y Siloco empezó a gimotear. Ya había bebido demasiado.
-¡¡Me dueleeeee la cabezaaa!! ¡¡Todo giraaa!! ¡¡¡Me mareooo!!! -pataleó, sosteniéndose en sus ayudantes. Lograron sentarlo en una tumba donde la dueña empezó a reñirle por su comportamiento indecoroso- Cállate Gertrudis, nadie te ha preguntado.- ordenó. Luego hizo un gesto a Vlad para que se acercase. Cuando lo tuvo a su lado le pasó el brazo por encima del hombro y miró al infinito con gesto melancólico- Yo quería ser demiurgo. Pero noooo Siloco no podía ser un demiurgo. Yo veía a esos desgraciados hacer bichitos monos que los seguían a todas partes ¿Los has visto? Son adorables, con todas sus patitas...- el nigromante imitó el movimiento con sus largos dedos- Yo todo lo que he podido conseguir ha sido,.. Bueno, esas cosas- señaló a sus creaciones- No os ofendáis, chicos, yo os quiero y lo sabeis.
-Creo que va siendo hora de que lo llevemos a la cama- comentó uno de los porteadores, el unico con mandíbula.
Arrastraron a su amo a una cabaña cercana y lo metieron en su dormitorio, mucho más grande, lujoso y decorado que la propia cabaña, mientras Siloco seguía contandole sus penas a Vlad
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Cementerio
26/08/12, 02:54 am
Vlad acompañó a Siloco en su ebria travesía hasta su cabaña, arrastrado por sus aberraciones nigrománticas. Cuando lo postraron en su cama, el brujo continuó relatándole sus sinsabores al conde, y él os escuchaba atentamente. Se sentó a su lado y le acarició el pelo, pasándole una mano por la mejilla mientras le clavaba su mirada enternecida. Le resultaba francamente mono.
-Pobre… lo ha pasado mal, ¿verdad? Le recomiendo dormir un poco, y ya hablaremos cuando despierte. Creo que ha bebido demasiado, señor Siloco…. Pero descuide, yo le esperaré. ¿Quiere que le traiga algo? ¿Una bebida, algo de comer… un poco de calor en la cama?
Ciertamente, los meses de necesidad que había pasado en la calle aguardando el despertar de su ama le habían enseñado a Vladimir un tipo de cortesía distinta a la que le habían inculcado sus progenitores. Servil. Y además, la vida en común con Mánia le había ayudado a reforzar esa faceta, que antes hubiera sido imposible de ver en el Conde. Pero los tiempos cambian, y hay que tener recursos para obtener lo que se quiere.
-Pobre… lo ha pasado mal, ¿verdad? Le recomiendo dormir un poco, y ya hablaremos cuando despierte. Creo que ha bebido demasiado, señor Siloco…. Pero descuide, yo le esperaré. ¿Quiere que le traiga algo? ¿Una bebida, algo de comer… un poco de calor en la cama?
Ciertamente, los meses de necesidad que había pasado en la calle aguardando el despertar de su ama le habían enseñado a Vladimir un tipo de cortesía distinta a la que le habían inculcado sus progenitores. Servil. Y además, la vida en común con Mánia le había ayudado a reforzar esa faceta, que antes hubiera sido imposible de ver en el Conde. Pero los tiempos cambian, y hay que tener recursos para obtener lo que se quiere.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- InvitadoInvitado
Re: Cementerio
26/08/12, 03:09 am
Siloco continuó quejándose y contando su vida hasta que, sin previo aviso, se puso a llorar.
-¡¡Nadie me quiereee!!!- berreó desconsolado el hombre que ya pasaba del siglo. Un esqueleto con pintalabios y uniforme de sirvienta le ofreció a su amo un ajado saco relleno con ojos cosidos de boton, que fue rechazado al instante- No quiero a Saquito!! Ya no soy un crio!-se quejó- Nunca me acuerdo de reprogramarla...- le comentó a Vlad, casualmente. Aquella había sido una de sus primeras creaciones, y lo más parecido a una madre en sus primeros años en Rocavarancolia.- Verás, no le suelo caer bien a la gente... Tengo a mis creaciones, tengo a mis aprendices... Tengo un horrible dolor de cabeza...- El mismo lemur de antes le acercó un brebaje verduzco que seguramente sería para la jaqueca (o para la resaca) Se lo bebió de un trago y continuó- Oh, mis aprendices! Son una monada. Míralos- dijo sacándose un par de retratos de sus túnicas.-El pequeñín lo tengo hace apenas un año... Es listo, pero no lo veo mucho. Y con la otra llevo... ¿siete? ¿Ocho? La recuerdo cuando recién llegó, era una cría... -se quedó mirando los retratos con cariño. Guardaba varios de Nihil incluso antes de transformarse pero sabía que la súcubo lo descuartizaría si se los enseñaba a alguien.
Se echo en la cama y volvió a juguetear con los mechones de Vlad, tenía que preguntarle su secreto...
-Pues sí que me vendrían bien mimos ahora que lo dices...-insinuó
Y ahora que lo pensaba. Cuando había sido la ultima vez que había tenido contacto físico con alguien... Evidentemente alguien vivo... ¿Y por voluntad propia? << Caramba, Siloco, ¡¡te van a salir telarañas!!>> Se miró con disimulo para asegurarse de que no las tenía << ¿Te imaginas? Que vergüenza...>>
-¡¡Nadie me quiereee!!!- berreó desconsolado el hombre que ya pasaba del siglo. Un esqueleto con pintalabios y uniforme de sirvienta le ofreció a su amo un ajado saco relleno con ojos cosidos de boton, que fue rechazado al instante- No quiero a Saquito!! Ya no soy un crio!-se quejó- Nunca me acuerdo de reprogramarla...- le comentó a Vlad, casualmente. Aquella había sido una de sus primeras creaciones, y lo más parecido a una madre en sus primeros años en Rocavarancolia.- Verás, no le suelo caer bien a la gente... Tengo a mis creaciones, tengo a mis aprendices... Tengo un horrible dolor de cabeza...- El mismo lemur de antes le acercó un brebaje verduzco que seguramente sería para la jaqueca (o para la resaca) Se lo bebió de un trago y continuó- Oh, mis aprendices! Son una monada. Míralos- dijo sacándose un par de retratos de sus túnicas.-El pequeñín lo tengo hace apenas un año... Es listo, pero no lo veo mucho. Y con la otra llevo... ¿siete? ¿Ocho? La recuerdo cuando recién llegó, era una cría... -se quedó mirando los retratos con cariño. Guardaba varios de Nihil incluso antes de transformarse pero sabía que la súcubo lo descuartizaría si se los enseñaba a alguien.
Se echo en la cama y volvió a juguetear con los mechones de Vlad, tenía que preguntarle su secreto...
-Pues sí que me vendrían bien mimos ahora que lo dices...-insinuó
Y ahora que lo pensaba. Cuando había sido la ultima vez que había tenido contacto físico con alguien... Evidentemente alguien vivo... ¿Y por voluntad propia? << Caramba, Siloco, ¡¡te van a salir telarañas!!>> Se miró con disimulo para asegurarse de que no las tenía << ¿Te imaginas? Que vergüenza...>>
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Cementerio
28/08/12, 12:37 am
Vlad contempló con una sonrisa tierna en el rostro al adorable hombre, que estaba mostrando aquel comportamiento tan infantil. Le acarició el pelo durante unos segundos, cómo pensativo, para luego quitarse los cintos, dejándolos a un lado, liberándose del peso de sus armas. Se estiró cómo un gato recién levantado, explotando su sensual flexibilidad, dejando escapar entre sus labios un gemido de tímido placer tremendamente felino. Tras esto, se deslizó entre sus sábanas, alcanzándolo por la espalda. Pasó rápidamente su mano por encima de su cadera, certera, y comenzó a retirarle capas de ropa, mientras que con la mano contraria le acariciaba su pálida mejilla. Aproximó lentamente su rostro a su oído, transmitiendo dulzura con cada uno de sus movimientos. Para cuando pudo notar su respiración sobre su oreja, ya había deslizado su pierna por encima de la suya, enredándose en él, mientras que con el rabo le acariciaba la entrepierna.
-¿Sigue queriendo mimos, señor Siloco? Yo puedo dárselos…- le susurró en un tono que podría haber derretido un glaciar y haber prendido fuego a un bosque, mientras su cálido aliento recorría su oreja, cosquilleando en su piel…
-¿Sigue queriendo mimos, señor Siloco? Yo puedo dárselos…- le susurró en un tono que podría haber derretido un glaciar y haber prendido fuego a un bosque, mientras su cálido aliento recorría su oreja, cosquilleando en su piel…
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
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