Juego: Sueño en sesión golfa

''Nihil realizó un hehcizo de limpieza sobre la vitrina, cuyos estantes estaban atestados de cintas de vídeo terrícolas. Pasó un dedo por los títulos, rememorando recuerdos divertidos, y al final sacó una cinta de su lugar...''

El juego consiste en esto: Los soñadores y criaturas del sueño tienen una biblioteca de sueños de cosechados en común, y quedan a menudo para ver sueños antiguos a modo de película, turnándose para elegirlos. Solo los usuarios con personajes vinculados al sueño pueden elegir la película (sacada del subforo de sueños) y el escenario (sacado de la imaginación del usuario) pero los personajes trasformados pueden asistir a las sesiones como espectadores y comentar los sueños de sus compañeros. La participación es libre. Tan solo pueden usarse sueños de personajes que ya han pasado su primera Luna Roja, y se verá el sueño tal cual es, sin manipulaciones por parte de nadie.

Empezaré yo como ejemplo.

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El salón era bastante grande, sin dejar de ser acogedor, con las paredes pintadas de un color muy claro y los ventanales con las cortinas corridas. Había un sofá en L y dos sillones, todos tapizados en piel negra, con cojines de diferentes tonos de violeta. En el suelo que separaba el sofá de la televisión de pantalla plana, había una alfombra de pelo de aspecto bastante cómodo. A un lado, una mesita baja de metal y cristal llena de cuencos ce palomitas, patatas fritas, chucherías varias y refrescos. Las luces eran ténues y provenian de lámparas modernas en las paredes que imitaban un poco la forma de las antorchas.
Nihil estaba sentada en el sofá con las piernas cruzadas, trasteando con un mando a distancia con tantísimos botones y repartidos de forma tan aleatoria que parecía un juguete. Llevaba un pijama compuesto por una camiseta negra ceñida de tirantes y un pantalón corto blanco con dibujos de ojos de colores, y llevaba el pelo recogido en dos coletas bajas. No llevaba ningún adorno ni joya más que un colgante sencillo del ojo de Ewa y un anillo.

-No me juzguéis, sé que como película es bastante cutre pero es de mis preferidos- se justificó cuando al fin ganó la batalla contra el mando a distancia. Lo apuntó a la pantalla y pulsó un botón

Segundo Sueño de RR

Melodes iba vestido con un sencillo pero elegante pijama consistente en una camiseta gris oscura y unos pantalones a cuadros en dos tonos de gris, además de llevar una bata corta de un color armonizando con el resto de la vestimenta y zapatillas de felpa. Se sentó en uno de los sillones a la derecha de Nihil y sacó una pipa de su bolsillo, encendiéndola con una cerilla.
—¿De nuevo esta proyección, querida Nihil?— sonrió tras darle una calada a su pipa—. Mis preferencias discurren por un camino bastante diferente, pero descuidad, no voy a juzgaros. No os negaré que el contenido del sueño que habéis elegido resulta inquietantemente hilarante. Encantadora estancia, por cierto.

Noel, por su parte, estaba sentado en el suelo de cualquier manera con la cabeza apoyada sobre la parte baja de un sofá y vestido con su pantalón negro de pijama que era la única prenda que utilizaba para dormir todos los días, esperando con impaciencia a que empezase la "película" pues parecía contener entretenimiento asegurado. Cuando por fin empezó, el draco arqueó una ceja al contemplar aquella atípica pero de alguna retorcida forma entrañable escena hogareña y sonrió con diversión.
—De momento puedo decir que estoy de acuerdo con el Shizel del sueño— comentó señalando la pantalla—. ¿Dónde está la cerveza?
Soltó un "gracias" sin dejar de esbozar una sonrisa jocosa cuando un botellín apareció en el suelo a su lado y le dio un trago.
—RR es una madre muy comprensiva —comentó a continuación—. Yo ya los habría utilizado como "fuente de alimentación"—añadió esbozando una sonrisa maliciosa antes de seguir fijando su atención en la pantalla.

Seon estaba acurrucada junto a Alder, con un cuenco de palomitas en el regazo. Su pijama consistía en un camisón azul oscuro, de un anticuado estilo terrestre. Su pareja llevaba una camiseta de futbol americano dos tallas mas grande de lo que le correspondia, y unas braguitas frambuesa.
- A mi me parece bien cualquier cosa.- dijo Seon desde su sitio. También estaba la Brina de madera, absurdamente sentada entre ellos como uno más, con su cuerpecito menudo y un camisón infantil lleno de encajes y volantes, contribuyendo a su imagen de muñeca.
-¡RR va a ser mamá!- dijo Alder con el principio de una risa, que se volvió descontrolada cuando escuchó la voz de Shiz y lo vio rodeado de ratas que hacían las veces de hijos.
- Shhh.- dijo Brina, quien como era producto de una soñadora, quizás le afectaban menos las absurdeces.
Alder apenas recuperaba el aire cuando RR le dio un sermón de pareja a Shiz.
- Shiz... eres....muy...desconsiderado.- dijo entre carcajadas al idrino.
Seon estaba con los ojos muy abiertos frente a la pantalla y una mano en la boca.

Shizel se acodaba en una de las butacas. El idrino había esperado ver cualquier cosa salida de la mente de un RR por aquel entonces aún bajo el posible influjo de una droga, pero no aquello; y no sabía muy bien cómo tomárselo. Era cierto que la situación era bastante bochornosa, pero Shizel se consolaba pensando en que al menos RR tenía que estar pasando bastante más vergüenza que él.
-¿Desconsiderado? ¡Ésos no son mis críos!- protestó con falsa indignación cuando habló Alder-. Si fueran de los dos, las ratas tendrían el pelaje rosa- se cruzó de brazos en la butaca, haciéndose el enfurruñado.
Aunque si algo tenía que reconocerle al foner era que desempeñaba su función admirablemente. A Shizel casi le dio pena el miniauro al que le estaba echando la bronca. Casi.
-¿Ah, veis? Ésos sí son míos- comentó en cuanto la cámara enfocó a los que trataban de dar sus primeros pasitos en el mundo de la nigromancia. La verdad era que implicaciones inquietantes aparte el sueño le estaba haciendo bastante gracia, y se estaba riendo como el que más.

-Y no te miro a los ojos porque me pones los cuernos, espabilado- repuso sin inmutarse mientras se servía más bebida, como si el RR de la pantalla pudiese oírle-. Ah, ahora ya sé con quién- añadió cuando la imagen cambió a Timmy.

Tap se encontraba sentado sobre el respaldo del sofá, vestido con un pijama rosa estampado aleatoriamente con diminutas avispas verdes, idénticas a la que una vez fue su montura. Había sido confeccionado aposta para él, con sus cuatro mangas en la camiseta y un agujero extra en los pantalones para la cola. Su cabeza, que era en esos momentos un poema de repugnancia y vergüenza ajena, estaba adornada con con un gorro triangular de diseño igual al del pijama y acabado en borla. Le colgaba a un lado de la cara y a veces tenía que apartarlo para mirar. Otras prefería taparse entero.

-No me puedo creer que estemos viendo esta basura, pero que conste que sabía lo de RR con esas ratuzas antes de que me obligarais a ver pruebas gráficas-bufó-. Lástima que en el día que lo supe en Serpentaria no pudierais oírme-negó con la cabeza y se tumbó en el respaldo. Ya se levantaría cuando vieran algo mejor.

-Oh, por fin algo decente en esta ciudad, un cine,- dijo Enredo arrellanado en una butaca, vestía una camiseta negra que usaba como pijama y unos boxers de color azul claro. Miraba la pantalla con adoración mientras comía palomitas dulces y bebía un refresco que estaba en el suelo.

-Yo los habría amordazado, y atado bien en corto. Panda de alimañas...- dijo en voz alta cuando Noel expresó lo que haría con ellos.- Shiz, eres un padre estupendo, pero creo que te la está pegando.- comentó entre risas.

-¿Pero este tio de donde se saca las armas?, cada vez que lo veo lleva una nueva,- casi grita cuando ve como RR coge una ametralladora de un armario.

Lo cierto era que Enredo se lo estaba pasando pipa, aquella película era de pura comedia.

Estaba tumbado en un triclinio negro con los detalles en un oscuro color morado. Iba ataviado con un pijama largo negro, con las mangas remangadas a la mitad del brazo, y dibujos de dentaduras con colmillos "persiguiendo" gotas de sangre como si del comecocos se tratase. Un gorrito de dormir con dibujo de alas de murciélago a los lados cerraban el conjunto. En una bandeja sobre la mullida superficie del triclinio tenía un sorbete de sangre con pajita.

Erika estaba tumbada hacia el lado contrario, también descalza, jugueteando con ambos pares de pies de vez en cuando. Llevaba un pijama en dos piezas de Minney Mouse: una camiseta blanca con un estampado de la famosa ratona y un pantalón corto, rojo, con dibujos de corazoncitos y las famosas orejas de Disney. En su bandeja, un helado de chocolate.

Y ambos con el pelo suelto.

El sueño elegido era de lo más peculiar. Ver a aquellos cosechados comportarse de aquella manera era... Un no parar de reír, aunque la chica me arreaba una patada si subía mucho el volumen. Entonces caí en el detalle del pijama y las diminutas ratas
-¿Desde cuándo admitimos cosechados en el Burdel, Minnie?-por lo que me gané otra patada.
-Son monos, ¿por qué no? Tú te cuelas en su torreón, ellos en mi cuarto.-contraatacó, a lo que respondí con una carcajada que, obvio, duró poco.-Chst, baja la voz.