Salón del trono
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Rocavarancolia Rol
19 participantes
- Rocavarancolia Rol
Salón del trono
03/08/11, 01:07 am
Recuerdo del primer mensaje :
Una amplia sala con el centro ocupado por una gran mesa rectangular con una decaestrella en madera roja inscrita sobre madera más clara. Algunas paredes tienen tapices bien cuidados o armaduras limpias. El tradicional Trono Sagrado de Rocavarancolia preside la estancia.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Salón del trono
16/02/19, 12:24 am
Todo se estaba yendo al garete. El hechizo de Gael no había funcionado, ni siquiera alcanzó a Silencio a pesar de haber cubierto un área muy amplia. Era como si los de Gar pudiesen ir siempre varios pasos por delante, sin importar lo que se propusiesen. Tras eso escuchó el derrumbe del cuchitril y, sabiendo que los demás debían de seguir dentro y a saber en qué condiciones, se asustó aún más. Más de lo que se había asustado nunca, ya que, aquella vez, era evidente que iban a morir.
No pudo bloquear el mensaje telepático de la bruja, tampoco. No sabía por qué, pero no era capaz. Le daba igual lo que tuviera que decir, solo la quería muerta, tan muerta como se suponía que estaba. Pero le costaba pensar con claridad y empezó a dibujar un lanzazo mágico, a la desesperada. ¿Sería capaz de mermar sus defensas, siquiera?
Él no había sido el único en dedicarse a conjurar, y sus protecciones estaban considerablemente más dañadas. Estaba acostumbrado a tener hechizos de reserva en las quimeras y era frustrante no disponer de aquella ayuda. Vio la saeta volar hacia él sin posibilidad de esquivarla por completo, y sus defensas se quebraron con el embite permitiendo que se clavara en su hombro. El fuego fatuo gritó, y su hechizo se vio interrumpido. Volvería a empezar con la mano opuesta. Tenía que hacerlo. Tenía que hacer algo.
Pero entonces el entorno empezó a desvanecerse, y con ello su atacante. El fuego fatuo sintió que se ahogaba, y frío. Creyó que lo habían alcanzado con un segundo embrujo y se estaba muriendo, pero no era así. Una sala iluminada y ruidosa lo recibió poco después, tan real como lo que acababa de vivir, pero de manera diferente. Se acababa de despertar, y el dolor había regresado con él a la realidad. Se llevó la mano al hombro con un gruñido, notando cómo manaba sangre de ella y apagaba el fuego a su paso. «Mierda. Mierda mierda mierda». No supo hasta que se incorporó que no era el único allí. De hecho, no faltaba nadie. Todos estaban bien, pero heridos. La sangre de Adara fue la que más llamó su atención. Reconoció a Enredo tratándola y agradeció la suerte que habían tenido aun sin entender lo que sucedía.
—¿Qué demonios acaba de pasar? ¡Joder! —Temblaba. Se acercó más a sus compañeros y se permitió respirar profundamente durante un momento. Había sido un sueño, ahora estaba seguro. Pero no uno normal, eso era evidente. A su alrededor tenía mas pruebas de ello: todo el mundo dormía, y estaban en el castillo, ni más ni menos. El mensaje grabado que reprodujeron para ellos no podía tranquilizarlo precisamente.
Cuando la criatura demiúrgica se fue y Noel hizo notar su herida, Gael se apretó el hombro con más fuerza.
—No es nada, puedo apañármelas yo —dijo. Resultaba más alarmante la pérdida de sangre de Adara, aunque la suya también manaba rítmicamente y eso lo preocupaba. Se apresuró a conjurar un hechizo de restauración, pero aunque cortase la hemorragia ya había perdido bastante sangre. Escuchó las instrucciones de Gahna y le dolió estar demasiado mareado en ese momento para ayudar.
»En cuanto descanse un poco echo una mano, ¿vale? —Estaba desesperado. Había sido un inútil en aquel sueño y estaba siendo un inútil en aquel momento. Cerró los puños con fuerza. Había cometido muchos errores de los que aprender, pero solo era capaz de sentirse culpable en ese momento. Se preguntó si los demás creían que les había abandonado, pero tuvo que apartar ese pensamiento para ser capaz de ponerse en marcha.
Eara no podía quitar los ojos de encima a la ángel negro mientras veía a dama Diurna preocuparse por ella. Por sus miradas sabía que habían vivido una pesadilla mucho peor que la de ella. Mil veces más peligrosa. ¿Qué habría pasado si ella hubiese soñado que la atacaban monstruos o transformados? No quería ni pensarlo.
—No la he estudiado —respondió a Enredo ante su pregunta y, cuando este y Noel respondieron a la que se le había escapado a ella, solo pudo reaccionar con un escalofrío.
Enredo pidió hacer un chequeo a los que se marchaban para seguir las instrucciones de Gahna, así que Eara se acercó aún más a los heridos que se quedaban atrás.
—¿Necesitáis algo?
Koval, que examinaba la herida de la ángel negro, levantó la mirada. Parecía enfadado, y pensó que era culpa suya por interrumpirle, pero no tardó en suavizar su expresión.
—¿Tienes agua a mano? ¿Algo de beber?
—Dadme un momento, creo que están trayendo. —Eara se dio cuenta enseguida de lo esencial que era llevar agua con ella. Los heridos estaban perdiendo sangre y necesitaban reponer líquidos. Se perdió a paso ligero entre la gente y buscó uno de los lugares donde los criados del castillo estaban dejando cosas que podían hacer falta, como utensilios de primeros auxilios y jarras de agua. Se hizo con una jarra y unas gasas y volvió junto a los de la Brecha. Notó que la sangre de la ropa del fuego fatuo y la ángel negro había desaparecido, pero no tenían mucho mejor aspecto por ello. Se agachó y les tendió el agua.
—Aquí tenéis.
—Gracias, y perdona. Habría ido yo mismo si supiese donde estaba.
Eara negó con la cabeza.
—Estoy bien, es la forma en que puedo ayudar.
Koval se lo agradeció con una sonrisa carente de alegría.
No pudo bloquear el mensaje telepático de la bruja, tampoco. No sabía por qué, pero no era capaz. Le daba igual lo que tuviera que decir, solo la quería muerta, tan muerta como se suponía que estaba. Pero le costaba pensar con claridad y empezó a dibujar un lanzazo mágico, a la desesperada. ¿Sería capaz de mermar sus defensas, siquiera?
Él no había sido el único en dedicarse a conjurar, y sus protecciones estaban considerablemente más dañadas. Estaba acostumbrado a tener hechizos de reserva en las quimeras y era frustrante no disponer de aquella ayuda. Vio la saeta volar hacia él sin posibilidad de esquivarla por completo, y sus defensas se quebraron con el embite permitiendo que se clavara en su hombro. El fuego fatuo gritó, y su hechizo se vio interrumpido. Volvería a empezar con la mano opuesta. Tenía que hacerlo. Tenía que hacer algo.
Pero entonces el entorno empezó a desvanecerse, y con ello su atacante. El fuego fatuo sintió que se ahogaba, y frío. Creyó que lo habían alcanzado con un segundo embrujo y se estaba muriendo, pero no era así. Una sala iluminada y ruidosa lo recibió poco después, tan real como lo que acababa de vivir, pero de manera diferente. Se acababa de despertar, y el dolor había regresado con él a la realidad. Se llevó la mano al hombro con un gruñido, notando cómo manaba sangre de ella y apagaba el fuego a su paso. «Mierda. Mierda mierda mierda». No supo hasta que se incorporó que no era el único allí. De hecho, no faltaba nadie. Todos estaban bien, pero heridos. La sangre de Adara fue la que más llamó su atención. Reconoció a Enredo tratándola y agradeció la suerte que habían tenido aun sin entender lo que sucedía.
—¿Qué demonios acaba de pasar? ¡Joder! —Temblaba. Se acercó más a sus compañeros y se permitió respirar profundamente durante un momento. Había sido un sueño, ahora estaba seguro. Pero no uno normal, eso era evidente. A su alrededor tenía mas pruebas de ello: todo el mundo dormía, y estaban en el castillo, ni más ni menos. El mensaje grabado que reprodujeron para ellos no podía tranquilizarlo precisamente.
Cuando la criatura demiúrgica se fue y Noel hizo notar su herida, Gael se apretó el hombro con más fuerza.
—No es nada, puedo apañármelas yo —dijo. Resultaba más alarmante la pérdida de sangre de Adara, aunque la suya también manaba rítmicamente y eso lo preocupaba. Se apresuró a conjurar un hechizo de restauración, pero aunque cortase la hemorragia ya había perdido bastante sangre. Escuchó las instrucciones de Gahna y le dolió estar demasiado mareado en ese momento para ayudar.
»En cuanto descanse un poco echo una mano, ¿vale? —Estaba desesperado. Había sido un inútil en aquel sueño y estaba siendo un inútil en aquel momento. Cerró los puños con fuerza. Había cometido muchos errores de los que aprender, pero solo era capaz de sentirse culpable en ese momento. Se preguntó si los demás creían que les había abandonado, pero tuvo que apartar ese pensamiento para ser capaz de ponerse en marcha.
Eara no podía quitar los ojos de encima a la ángel negro mientras veía a dama Diurna preocuparse por ella. Por sus miradas sabía que habían vivido una pesadilla mucho peor que la de ella. Mil veces más peligrosa. ¿Qué habría pasado si ella hubiese soñado que la atacaban monstruos o transformados? No quería ni pensarlo.
—No la he estudiado —respondió a Enredo ante su pregunta y, cuando este y Noel respondieron a la que se le había escapado a ella, solo pudo reaccionar con un escalofrío.
Enredo pidió hacer un chequeo a los que se marchaban para seguir las instrucciones de Gahna, así que Eara se acercó aún más a los heridos que se quedaban atrás.
—¿Necesitáis algo?
Koval, que examinaba la herida de la ángel negro, levantó la mirada. Parecía enfadado, y pensó que era culpa suya por interrumpirle, pero no tardó en suavizar su expresión.
—¿Tienes agua a mano? ¿Algo de beber?
—Dadme un momento, creo que están trayendo. —Eara se dio cuenta enseguida de lo esencial que era llevar agua con ella. Los heridos estaban perdiendo sangre y necesitaban reponer líquidos. Se perdió a paso ligero entre la gente y buscó uno de los lugares donde los criados del castillo estaban dejando cosas que podían hacer falta, como utensilios de primeros auxilios y jarras de agua. Se hizo con una jarra y unas gasas y volvió junto a los de la Brecha. Notó que la sangre de la ropa del fuego fatuo y la ángel negro había desaparecido, pero no tenían mucho mejor aspecto por ello. Se agachó y les tendió el agua.
—Aquí tenéis.
—Gracias, y perdona. Habría ido yo mismo si supiese donde estaba.
Eara negó con la cabeza.
—Estoy bien, es la forma en que puedo ayudar.
Koval se lo agradeció con una sonrisa carente de alegría.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Salón del trono
18/02/19, 06:53 pm
Jack
Heridos, desorientados, asustados... Habían luchado contra alguien, estaba claro, y habían aguantado hasta despertarles, mientras que él había soñado con que su propia inutilidad les mataba. ¡Cómo no! ¿Se podía ser tan egocéntrico y tan inútil a la vez? Haberlos salvado, seguramente literalmente, no salvaba su cabeza del abismo en el que se encontraba su concepto de sí mismo.
Pero estaban vivos. Heridos pero nada irreparable. Y por eso pudo sonreír a medias a su amigo.
—Erika está ayudando a los que se despierten heridos. Y yo... ya nos contaremos, pero me alegro de haber llegado a tiempo —suspiró.
Necesitaba ponerse en marcha o empezaría otra vez a emocionarse. No hacía ni dos horas de haberles visto calcinados, ¿qué esperaba? «No soy quien peor lo ha pasado pero aun así soy incapaz de controlar mis emociones. ¡Bravo!»
—He de ir a la Bodega y nos veremos más tarde o mientras vayamos trayendo a gente.
Atol
El helión cumplía las órdenes con determinación y rapidez, preocupado por los durmientes a los que traía al Castillo. Al principio se lo tomó con cierto humor por lo curioso de la situación, pero después se indignó con su propia estupidez: por muy chistoso que podiera sonar el rescatar a gente dormida, o la fantasía de ir levitando a diez rocavarancoleses con sus uñas y hacer malabares, no dejaban de estar dentro de una pesadilla mortal. No tenía ni pizca de gracia. Y no necesitó ver las heridas que aparecían en sus cuerpos para convencerse de ello.
Por otro lado, con cada ida y venida iba saludando a quien conociera y veía cómo la ciudad se estaba volcando en despertar a sus vecinos. Para ser una ciudad de monstruos y esperpentos, había un algo en aquello que le emocionaba y reforzaba su identidad rocavarancolesa. Orgullo de soldado, pero orgullo al fin y al cabo.
Volvió a ver a Ramas, también, entrando y saliendo, y en una de esas le dijo:
—¡Cuando terminemos con esto, te haré unos patines, que he visto que no tienes los tuyos!
Heridos, desorientados, asustados... Habían luchado contra alguien, estaba claro, y habían aguantado hasta despertarles, mientras que él había soñado con que su propia inutilidad les mataba. ¡Cómo no! ¿Se podía ser tan egocéntrico y tan inútil a la vez? Haberlos salvado, seguramente literalmente, no salvaba su cabeza del abismo en el que se encontraba su concepto de sí mismo.
Pero estaban vivos. Heridos pero nada irreparable. Y por eso pudo sonreír a medias a su amigo.
—Erika está ayudando a los que se despierten heridos. Y yo... ya nos contaremos, pero me alegro de haber llegado a tiempo —suspiró.
Necesitaba ponerse en marcha o empezaría otra vez a emocionarse. No hacía ni dos horas de haberles visto calcinados, ¿qué esperaba? «No soy quien peor lo ha pasado pero aun así soy incapaz de controlar mis emociones. ¡Bravo!»
—He de ir a la Bodega y nos veremos más tarde o mientras vayamos trayendo a gente.
Atol
El helión cumplía las órdenes con determinación y rapidez, preocupado por los durmientes a los que traía al Castillo. Al principio se lo tomó con cierto humor por lo curioso de la situación, pero después se indignó con su propia estupidez: por muy chistoso que podiera sonar el rescatar a gente dormida, o la fantasía de ir levitando a diez rocavarancoleses con sus uñas y hacer malabares, no dejaban de estar dentro de una pesadilla mortal. No tenía ni pizca de gracia. Y no necesitó ver las heridas que aparecían en sus cuerpos para convencerse de ello.
Por otro lado, con cada ida y venida iba saludando a quien conociera y veía cómo la ciudad se estaba volcando en despertar a sus vecinos. Para ser una ciudad de monstruos y esperpentos, había un algo en aquello que le emocionaba y reforzaba su identidad rocavarancolesa. Orgullo de soldado, pero orgullo al fin y al cabo.
Volvió a ver a Ramas, también, entrando y saliendo, y en una de esas le dijo:
—¡Cuando terminemos con esto, te haré unos patines, que he visto que no tienes los tuyos!
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Salón del trono
20/02/19, 11:06 pm
Giz se sentía desesperanzado, el mundo a su alrededor había perdido matices con su gola inutilizada y el sentimiento de inferioridad le impedía tomar buenas decisiones. En un intento de sobrevivir, no sabía cómo, había vuelto a alzar sus defensas; solo para ver cómo el goliat rival se reía de él y derrumbaba el suelo a sus pies. Trató de gritar, pero el aire abandonó sus pulmones y cayó más allá del cuchitril y de aquel sueño infecto.
El frio y la dureza del suelo en el que estaba recostado fue lo primero que sintió. Acto seguido abrió los ojos y se incorporó tan rápido que se golpeó con la cara de un asreniano. Durante unos segundos creyó que todavía dormía y que un nasher fantasmagórico se abalanzaba sobre él, pero el entendimiento llegó tan pronto como miró a su alrededor. Nasher seguía muerto y él seguía vivo. Sentado en el suelo del salón del trono junto a media ciudad.
La gente iba y venía, pero Giz solo tuvo ojos para sus amigos. Wen, Noel, Gael… El goliat parecía calmarse cuando vio la sangre y la alarma volvió de nuevo a su cuerpo. Se levantó de un salto y se acercó hasta Adara a tiempo de ver que ya la habían atendido. Había perdido un brazo (algo mucho más grave si no pudiera crecerle de nuevo), pero su amiga seguía viva. Tuvo que contener una risotada histérica y respirar hondo antes de poder hablar.
—Gracias a Nassandra, suerte que seguimos vivos…
Y como si no se lo creyera del todo, abrió la gola: los rescoldos de todos los hechizos a su alrededor llegaron al instante y fueron un bálsamo para el goliat. No había energía dañina para su gorguera, toda la magia que intuía en el entorno servía para sanar y proteger. El sentimiento era reconfortante, tan acostumbrado como estaba a los hechizos más dañinos, como un caramelo de limón y menta.
Sabiendo que todos estaban bien, Giz se detuvo para dar las gracias a Enredo y Eara y se dejó chequear por el brujo de las enredaderas. No le quitaba el ojo de encima al asreniano que los había despertado, que iba y venía a veces a pie y a veces flotando. Su pelo se ondulaba como si se moviera bajo el agua. Mucho más despierto, esta vez sí reconoció qué clase de criatura era. Aquel ciudadano saldría del salón del trono con mucha, mucha más magia de la que sin duda sabría manejar.
Entre la gente que había tumbada, por desgracia, había más de un charco de sangre. Fue entonces cuando una cabeza sin dueño llamó su atención. Reconocía su rostro por un encontronazo que le dejó tiritando durante la cosecha y no se podía decir que sintiera pena por él. Al contrario.
—Mira, Noel —dijo, no muy alto. Había cierta burla en su tono, quizás amplificada por la sensación de seguridad, tras despertar de la pesadilla—. ¿Crees que estará feo si le quitamos el cuerno?
Era broma, aunque solo a medias. No creía que fuese el momento idóneo, pero si Noel accedía a colaborar en aquella travesura, nadie se la merecería más que ese unicornio. No todos los muertos se merecían el mismo respeto y, sin duda, Rutilante se encontraba muy, pero que muy abajo en la escala.
Dirke se encontraba exultantemente feliz, por extraño que pudiera parecer. A pesar del caos inicial y de las bajas, la respuesta del Consejo y del resto de ciudadanos había sido ejemplar. Al hombre árbol le alegraba sentirse útil, pero sobre todo, sentirse parte de una cadena de trabajo tan bien ensamblada en tan poco tiempo. Había incluso cierto orgullo, una pizca, por saberse de los primeros en acudir.
El saludo de Atol lo sacó de sus pensamientos y no dudó en responderle:
—Te tomo la palabra, Atol. —Se rio y miró hacia abajo, hacia sus propios pies, como si acabara de ser consciente de aquella ausencia—. No recuerdo qué hice con ellos... —añadió para sí mismo.
Se encogió de hombros y se alejó de Atol sacudiendo la mano a modo de despedida. Detrás de él flotaba una tabla de surf con otro cuerpo dormido y tenía que ayudar a colocarlo. Como cada vez que volvía al salón, le dedicó unas palabras de ánimo a Granta (que sin duda era el héroe del día) y se fue corriendo, en busca de más víctimas de la pesadilla.
El frio y la dureza del suelo en el que estaba recostado fue lo primero que sintió. Acto seguido abrió los ojos y se incorporó tan rápido que se golpeó con la cara de un asreniano. Durante unos segundos creyó que todavía dormía y que un nasher fantasmagórico se abalanzaba sobre él, pero el entendimiento llegó tan pronto como miró a su alrededor. Nasher seguía muerto y él seguía vivo. Sentado en el suelo del salón del trono junto a media ciudad.
La gente iba y venía, pero Giz solo tuvo ojos para sus amigos. Wen, Noel, Gael… El goliat parecía calmarse cuando vio la sangre y la alarma volvió de nuevo a su cuerpo. Se levantó de un salto y se acercó hasta Adara a tiempo de ver que ya la habían atendido. Había perdido un brazo (algo mucho más grave si no pudiera crecerle de nuevo), pero su amiga seguía viva. Tuvo que contener una risotada histérica y respirar hondo antes de poder hablar.
—Gracias a Nassandra, suerte que seguimos vivos…
Y como si no se lo creyera del todo, abrió la gola: los rescoldos de todos los hechizos a su alrededor llegaron al instante y fueron un bálsamo para el goliat. No había energía dañina para su gorguera, toda la magia que intuía en el entorno servía para sanar y proteger. El sentimiento era reconfortante, tan acostumbrado como estaba a los hechizos más dañinos, como un caramelo de limón y menta.
Sabiendo que todos estaban bien, Giz se detuvo para dar las gracias a Enredo y Eara y se dejó chequear por el brujo de las enredaderas. No le quitaba el ojo de encima al asreniano que los había despertado, que iba y venía a veces a pie y a veces flotando. Su pelo se ondulaba como si se moviera bajo el agua. Mucho más despierto, esta vez sí reconoció qué clase de criatura era. Aquel ciudadano saldría del salón del trono con mucha, mucha más magia de la que sin duda sabría manejar.
Entre la gente que había tumbada, por desgracia, había más de un charco de sangre. Fue entonces cuando una cabeza sin dueño llamó su atención. Reconocía su rostro por un encontronazo que le dejó tiritando durante la cosecha y no se podía decir que sintiera pena por él. Al contrario.
—Mira, Noel —dijo, no muy alto. Había cierta burla en su tono, quizás amplificada por la sensación de seguridad, tras despertar de la pesadilla—. ¿Crees que estará feo si le quitamos el cuerno?
Era broma, aunque solo a medias. No creía que fuese el momento idóneo, pero si Noel accedía a colaborar en aquella travesura, nadie se la merecería más que ese unicornio. No todos los muertos se merecían el mismo respeto y, sin duda, Rutilante se encontraba muy, pero que muy abajo en la escala.
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Dirke se encontraba exultantemente feliz, por extraño que pudiera parecer. A pesar del caos inicial y de las bajas, la respuesta del Consejo y del resto de ciudadanos había sido ejemplar. Al hombre árbol le alegraba sentirse útil, pero sobre todo, sentirse parte de una cadena de trabajo tan bien ensamblada en tan poco tiempo. Había incluso cierto orgullo, una pizca, por saberse de los primeros en acudir.
El saludo de Atol lo sacó de sus pensamientos y no dudó en responderle:
—Te tomo la palabra, Atol. —Se rio y miró hacia abajo, hacia sus propios pies, como si acabara de ser consciente de aquella ausencia—. No recuerdo qué hice con ellos... —añadió para sí mismo.
Se encogió de hombros y se alejó de Atol sacudiendo la mano a modo de despedida. Detrás de él flotaba una tabla de surf con otro cuerpo dormido y tenía que ayudar a colocarlo. Como cada vez que volvía al salón, le dedicó unas palabras de ánimo a Granta (que sin duda era el héroe del día) y se fue corriendo, en busca de más víctimas de la pesadilla.
- InvitadoInvitado
Re: Salón del trono
23/02/19, 12:37 am
Nihil vio como el último hilo dorado se desvanecía y guardó el pergamino del hechizo de localización en su escote. Ya había roto todos los contratos que había hecho Corann, esperaba que fuese suficiente para ayudar a Melodes.
El cuerpo del soñador reposaba separado del resto, custodiado por Siloco. Doce Punto dormía a su lado. La súcubo los había puesto así para que el velador no los despertase por equivocación pero que pudiesen actuar rápido en caso de ver que sufrían daño. Aun con todo eso cabía la posibilidad de que murieran en el sueño de todas formas.
-Ya se han roto todos los pactos -anunció a la hechicera real. La mujer se limitó a asentir.
Volvió junto a su maestro y los dos durmientes. Siloco la miró con sus grandes ojos grises. Parecía preocupado.
-¿Vas a entrar ya?
-Sí. Donna y Quinto están despiertos, se están ocupando de controlar a los adeptos, y yo soy la única que puede entrar y salir del sueño, es mejor que vaya a ayudarles.
Siloco hizo una mueca infantil que dejaba claro que no estaba conforme, pero aun así se hizo a un lado para dejarle espacio. Nihil dio un salto grácil y se sumergió en la cabeza del soñador.
El cuerpo del soñador reposaba separado del resto, custodiado por Siloco. Doce Punto dormía a su lado. La súcubo los había puesto así para que el velador no los despertase por equivocación pero que pudiesen actuar rápido en caso de ver que sufrían daño. Aun con todo eso cabía la posibilidad de que murieran en el sueño de todas formas.
-Ya se han roto todos los pactos -anunció a la hechicera real. La mujer se limitó a asentir.
Volvió junto a su maestro y los dos durmientes. Siloco la miró con sus grandes ojos grises. Parecía preocupado.
-¿Vas a entrar ya?
-Sí. Donna y Quinto están despiertos, se están ocupando de controlar a los adeptos, y yo soy la única que puede entrar y salir del sueño, es mejor que vaya a ayudarles.
Siloco hizo una mueca infantil que dejaba claro que no estaba conforme, pero aun así se hizo a un lado para dejarle espacio. Nihil dio un salto grácil y se sumergió en la cabeza del soñador.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Salón del trono
23/02/19, 01:51 am
Wen solo se percató de su desnudez parcial cuando vio como Noel activaba la runa para vestirse. Ella, al igual que el draco, no dormía con mucha ropa, pero al menos llevaba una ancha camiseta que cubría lo suficiente como para que no se viera nada, pero ciertamente no era algo apropiado para llevar en la situación en la que estaban, así que no tardó en imitar a su pareja y activar su runa también.
Una vez se aseguró que Adara estaba siendo sanada y se recuperaría, la vouivre se levantó cuando vio a Gahna acercarse, todavía bastante afectada por todo lo sucedido, pero ansiosa por alguna noticia sobre lo que estaba ocurriendo. Para su decepción, la maga no traía noticias, pero si un encargo. Al oir sus palabras y entender lo que suponían se giró rápidamente hacia Noel.
- Kae- dijo algo asustada. Resizsan había estado en su sueño, en el de ellos, pero nada le aseguraba que no hubiera estado también en el de su amiga. Cierto era que el ranta la quería a ella muerta principalmente, pero sabía cómo hacerle daño y no le extrañaría que lo hubiera hecho como plan de respaldo por si algo no salía como él quería.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Salón del trono
23/02/19, 03:23 pm
—No, no lo estás… —había asegurado tras la apreciación que Enredo ofreció como explicación para la sinhadre—. Yo estoy bien, solo tengo algunos golpes —le aseguró al brujo cuando pidió que les dejase examinarlos.
El sueco quería salir cuanto antes hacia el burdel y creía que deberían centrarse solo en Adara y Gael, a quién le dijo que no se preocupara y que primero se recuperase de lo suyo.
La respuesta de Jack le alivió, porque no sabía si su expresión tenía que ver con el posible estado de Erika, pero la bruja de las burbujas se encontraba bien. Le dio unas suaves palmadas en la espalda al vampiro.
—La verdad es que nos has salvado el trasero —le aseguró con una leve sonrisa cansada—. Ya te contaremos. Nos vemos aquí más tarde.
Mientras hablaba con el alemán, Enredo había estado examinando a Giz, con quien todavía no había hablado directamente y por lo que se acercó a él para comprobar que estuviese bien. El asreniano no tardó en llamarle la atención sobre alguien. Desvió la cabeza en la dirección que le indicaba y torció el gesto. Una vez el goliat quedó libre se acercó con él hacia el cadáver de Rutilante. Solo lo había visto una única vez hacía varios años, pero no se había olvidado de él. Apretó los dientes al recordar como lo había manipulado y no pudo evitar darle una patada que hizo que el cuerpo se deslizase varios metros por el suelo y llamando la atención de varias personas a su alrededor.
—Por mí como si te lo llevas para dárselo de comer a las pirañas —afirmó ante la pregunta, clavando la mirada en la cabeza que al estar separada del cuerpo aún seguía allí.
A Gahna no le había pasado desapercibido aquel pequeño alboroto y se dirigió hacia el draco y el goliat con paso firme. Se detuvo frente a ellos con los brazos en jarras y habló con tono irritado.
—Este no es el momento para venganzas personales, ¿para qué tienes el oído tan desarrollado si no prestas atención a lo que te dicen? —le espetó, refiriéndose al mensaje de la criatura demiúrgica que tan cuidadosamente habían grabado—. No sé qué os ha hecho el unicornio drogadicto, pero no me importa. Venga, ocupaos de lo que os he dicho.
Se encogió de hombros ante la regañina de la maga, aunque también se disculpó con un breve “lo siento”. La hermana de dragones tan solo clavó su mirada en él durante unos instantes antes de negar con la cabeza y alejarse para dar instrucciones de que tapasen el cadáver del unicornio. El sueco se alejó queriendo olvidarse de aquel capullo, pues Gahna tenía razón y había cosas más importantes que atender. Tal y como Wen le recordó cuando le salió al paso y dijo una única palabra. No lo había pensado hasta ese momento, pero la ghoul podría correr un serio peligro.
—Alcánzanos cuando termines, Giz, nos vamos ya —le dijo al asreniano, que era el único que estaba en condiciones de acompañarlos a él y a la vouivre.
Noel y Wen corrieron en dirección a la salida y una vez fuera el draco sugirió teletransportarse al cuchitril para llegar mucho antes al burdel desde allí.
El sueco quería salir cuanto antes hacia el burdel y creía que deberían centrarse solo en Adara y Gael, a quién le dijo que no se preocupara y que primero se recuperase de lo suyo.
La respuesta de Jack le alivió, porque no sabía si su expresión tenía que ver con el posible estado de Erika, pero la bruja de las burbujas se encontraba bien. Le dio unas suaves palmadas en la espalda al vampiro.
—La verdad es que nos has salvado el trasero —le aseguró con una leve sonrisa cansada—. Ya te contaremos. Nos vemos aquí más tarde.
Mientras hablaba con el alemán, Enredo había estado examinando a Giz, con quien todavía no había hablado directamente y por lo que se acercó a él para comprobar que estuviese bien. El asreniano no tardó en llamarle la atención sobre alguien. Desvió la cabeza en la dirección que le indicaba y torció el gesto. Una vez el goliat quedó libre se acercó con él hacia el cadáver de Rutilante. Solo lo había visto una única vez hacía varios años, pero no se había olvidado de él. Apretó los dientes al recordar como lo había manipulado y no pudo evitar darle una patada que hizo que el cuerpo se deslizase varios metros por el suelo y llamando la atención de varias personas a su alrededor.
—Por mí como si te lo llevas para dárselo de comer a las pirañas —afirmó ante la pregunta, clavando la mirada en la cabeza que al estar separada del cuerpo aún seguía allí.
A Gahna no le había pasado desapercibido aquel pequeño alboroto y se dirigió hacia el draco y el goliat con paso firme. Se detuvo frente a ellos con los brazos en jarras y habló con tono irritado.
—Este no es el momento para venganzas personales, ¿para qué tienes el oído tan desarrollado si no prestas atención a lo que te dicen? —le espetó, refiriéndose al mensaje de la criatura demiúrgica que tan cuidadosamente habían grabado—. No sé qué os ha hecho el unicornio drogadicto, pero no me importa. Venga, ocupaos de lo que os he dicho.
Se encogió de hombros ante la regañina de la maga, aunque también se disculpó con un breve “lo siento”. La hermana de dragones tan solo clavó su mirada en él durante unos instantes antes de negar con la cabeza y alejarse para dar instrucciones de que tapasen el cadáver del unicornio. El sueco se alejó queriendo olvidarse de aquel capullo, pues Gahna tenía razón y había cosas más importantes que atender. Tal y como Wen le recordó cuando le salió al paso y dijo una única palabra. No lo había pensado hasta ese momento, pero la ghoul podría correr un serio peligro.
—Alcánzanos cuando termines, Giz, nos vamos ya —le dijo al asreniano, que era el único que estaba en condiciones de acompañarlos a él y a la vouivre.
Noel y Wen corrieron en dirección a la salida y una vez fuera el draco sugirió teletransportarse al cuchitril para llegar mucho antes al burdel desde allí.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Salón del trono
01/03/19, 07:44 pm
Ruth lloraba desconsolada, necesitaba respuestas. No podía haber sido ella, jamás habría hecho daño a sus amigos y mucho menos arrasado con todo. No tenía el poder para hacerlo, a pesar de haber mejorado mucho en la invocación de demonios y hechizos. Y aunque lo tuviera... algo debía haber cambiado en ella. ¿Pero el qué?. Se sentía demasiado rota como para averiguarlo.
La voz quejosa y aún convertida en llanto de la israelita cambió a una cargada de odio y resentimiento. Sus ojos taladraron a su hermana antes de hablar.
-¡Suéltame, déjame pelear contigo en igual de condiciones!- gritó con el cuerpo a punto de arder. Imre no vaciló con la daga en alto, pero su rostro de furia solo era una parte ínfima de lo que sentía Ruth- ¿o es que me tienes miedo?- y justo ahí creyó ver un atisbo de debilidad a pesar de que era ella la que estaba aterrada. La Salamandra vaciló, puede que los seguidores quisieran un espectáculo pero no estaba dispuesta a tomar riesgos.
Imre pegó tanto su cara a la de Ruth que notó su aliento a cenizas.
-¡No!- se jactó.
-Yo nunca he necesitado saber quien de las dos era mejor, a diferencia de ti.
-¡Callate, cállate!- la daga pareció brillar una última vez en su mano en un movimiento ascendente para coger fuerza. Ruth cerró los ojos con lágrimas, sabía que lo siguiente sería un descenso rápido y el silencio.
Pero algo cambió justo en el momento indicado. Casi en a penas un segundo creyó ver la figura de una niña rubia que decía algo. Y después, el frío, la viscosidad envolviéndola entre sus brazos como haría un pulpo con su presa. Y a la vez una sensación liberadora, sus pulmones se abrían de nuevo al mundo tomando grandes cantidades de aire, boqueó desorientada y aún con la visión emborronada.
¿Dónde se encontraba?. Todo su cuerpo irradiaba calor, sudorosa y asustada. ¿Había sido un...? ¿Había sido una pesadilla?. Y sin embargo parecía tan real.
En seguida el murmullo de la gente empezó a molestarle, había quien yacía en el suelo como ella misma instantes antes, aparentemente inconscientes. Otros transportaban más cuerpos. Las conversaciones a su alrededor no tardaron en ponerla más o menos al corriente y al parecer había sido Irianna quién la había llevado hasta allí. Estaba más que agradecida pero se tomó su tiempo para reflexionar y encontrarse mejor pues aún le temblaban las rodillas.
¿Qué estaba pensando?
-Devoss…- murmuró con un hilo de voz- >>Devoss, dónde estás<<.
La voz quejosa y aún convertida en llanto de la israelita cambió a una cargada de odio y resentimiento. Sus ojos taladraron a su hermana antes de hablar.
-¡Suéltame, déjame pelear contigo en igual de condiciones!- gritó con el cuerpo a punto de arder. Imre no vaciló con la daga en alto, pero su rostro de furia solo era una parte ínfima de lo que sentía Ruth- ¿o es que me tienes miedo?- y justo ahí creyó ver un atisbo de debilidad a pesar de que era ella la que estaba aterrada. La Salamandra vaciló, puede que los seguidores quisieran un espectáculo pero no estaba dispuesta a tomar riesgos.
Imre pegó tanto su cara a la de Ruth que notó su aliento a cenizas.
-¡No!- se jactó.
-Yo nunca he necesitado saber quien de las dos era mejor, a diferencia de ti.
-¡Callate, cállate!- la daga pareció brillar una última vez en su mano en un movimiento ascendente para coger fuerza. Ruth cerró los ojos con lágrimas, sabía que lo siguiente sería un descenso rápido y el silencio.
Pero algo cambió justo en el momento indicado. Casi en a penas un segundo creyó ver la figura de una niña rubia que decía algo. Y después, el frío, la viscosidad envolviéndola entre sus brazos como haría un pulpo con su presa. Y a la vez una sensación liberadora, sus pulmones se abrían de nuevo al mundo tomando grandes cantidades de aire, boqueó desorientada y aún con la visión emborronada.
¿Dónde se encontraba?. Todo su cuerpo irradiaba calor, sudorosa y asustada. ¿Había sido un...? ¿Había sido una pesadilla?. Y sin embargo parecía tan real.
En seguida el murmullo de la gente empezó a molestarle, había quien yacía en el suelo como ella misma instantes antes, aparentemente inconscientes. Otros transportaban más cuerpos. Las conversaciones a su alrededor no tardaron en ponerla más o menos al corriente y al parecer había sido Irianna quién la había llevado hasta allí. Estaba más que agradecida pero se tomó su tiempo para reflexionar y encontrarse mejor pues aún le temblaban las rodillas.
¿Qué estaba pensando?
-Devoss…- murmuró con un hilo de voz- >>Devoss, dónde estás<<.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Salón del trono
01/03/19, 09:02 pm
Dentro de aquel desastre, el comentario de Noel le sacó a Giz media sonrisa. Al goliat le bastaba con tener el visto bueno del draco para arrancar el cuerno de aquella calavera (o cortarlo, que sería un proceso más rápido si usaba magia), pero la intervención de Gahna le ayudó a recordar dónde estaba y por qué motivo. Suspiró. No era el momento para ello, sin embargo…
—Hecho. Estaré enseguida —respondió al draco.
Con disimulo, sacó de la bolsa sin fondo que siempre le acompañaba un par de viales vacíos. Se aprovechó de su poncho para ocultar tanto como pudo los gestos de sus manos y, sin emitir un solo sonido, hizo levitar sangre y pelo de unicornio dentro de ambos frascos. Acto seguido los volvió a guardar y no se molestó ni en buscar la salida. Tras volver la mirada un instante y asegurarse por segunda vez de que los suyos estaban bien, Giz desapareció, ¡poof!, en dirección al burdel.
—Hecho. Estaré enseguida —respondió al draco.
Con disimulo, sacó de la bolsa sin fondo que siempre le acompañaba un par de viales vacíos. Se aprovechó de su poncho para ocultar tanto como pudo los gestos de sus manos y, sin emitir un solo sonido, hizo levitar sangre y pelo de unicornio dentro de ambos frascos. Acto seguido los volvió a guardar y no se molestó ni en buscar la salida. Tras volver la mirada un instante y asegurarse por segunda vez de que los suyos estaban bien, Giz desapareció, ¡poof!, en dirección al burdel.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Salón del trono
01/03/19, 11:47 pm
Regresaba al castillo después de haber ido y venido numerosas veces junto a dama Isis. Irianna cargaba con una persona que, desgraciadamente ya había muerto. Creía que se trataba de una de las recién transformadas a la que había visto fugazmente en una de sus visitas a la sede para hablar con algún compañero. Probablemente en aquella situación no era prioritario recoger los cadáveres, pero por una parte no se había dado cuenta de que aquella chica estaba muerta hasta que se percató de que no parecía respirar, ya que no presentaba ninguna herida visible, y por otro quería que sus compañeros pudiesen saber qué había sido de ella y darle un funeral si lo deseaban. Dejó el cuerpo en una esquina donde había sitio y después buscó con la mirada a su alrededor. Quería saber si estaban bien todos sus conocidos que aún no había visto. Se había cruzado con varios de sus compañeros y también con dama Diurna, Noel y Giz que transportaban a Vac, Cain, Vivia y el resto de personal del burdel con ellos. Pero echaba todavía en falta a gente, al menos despierta. Fue entonces cuando reconoció el pelo llameante de Ruth y levitó hacia ella rápidamente para abrazarla.
—Menos mal que estás bien. No sé si han despertado a Devoss pero debería estar ya aquí si estaba en la Sede cuando nos perdimos el conocimiento. Krono Rádem se ha ocupado de traer a las personas de allí y me parece que ya ha terminado —le respondió tras haberla escuchado susurrar el nombre del licántropo tigre según se acercaba, señalando al irrense que estaba reunido con sus compañeros.
—Menos mal que estás bien. No sé si han despertado a Devoss pero debería estar ya aquí si estaba en la Sede cuando nos perdimos el conocimiento. Krono Rádem se ha ocupado de traer a las personas de allí y me parece que ya ha terminado —le respondió tras haberla escuchado susurrar el nombre del licántropo tigre según se acercaba, señalando al irrense que estaba reunido con sus compañeros.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Salón del trono
02/03/19, 12:05 am
Gahna se paseaba impacientemente entre los habitantes confusos que acababan de despertar y aquellos que todavía seguían durmiendo, que ya no eran muchos. A menudo se dirigía hacia el lugar donde dormían Doce y Melodes, para asegurarse de que todo iba bien. Hacia allí regresaba una vez más cuando giró la cabeza justo antes de llegar hasta ellos al escuchar un sonido que normalmente ya era sonido ambiental para ella, pero que en aquel momento tenía significancia: los aullidos de la Manada. Ya se había fijado que a través de los grandes ventanales del castillo se empezaban a volver a ver criaturas moviéndose allá fuera: primero insectos, luego aves y los murciélagos flamígeros... Ocupada como estaba no se podía permitir detenerse a observar, pero seguramente si la Manada estaba despierta también lo estarían otros mamíferos, reptiles... Habían despertado por cuenta propia y eso solo podía significar una cosa: la Torre se había debilitado considerablemente.
No obstante, el pensamiento positivo fue inmediatamente eclipsado en cuanto la maga suprema volvió su atención hacia las dos personas a las que iba a comprobar. Se quedó pálida durante el segundo que tardó en reaccionar, llamando telepáticamente y con apremio al velador.
—¡Despiértalo!
Había elevado considerablemente la voz y señalaba con vehemencia el cuerpo de Doce Punto, que se estaba cubriendo de unas extrañas marcas negras a una velocidad alarmante. Granta se lanzó directamente a agarrar su brazo. Para cuando lo hizo ya solo quedaba visible parte del rostro del demiurgo. El velador retiró la mano con expresión compungida y miró a la hermana de dragones, quien no apartaba los ojos de su compañero, sin dejar de temblar ligeramente.
—Está...
—Lo sé —le cortó Gahna reaccionando a la voz del asreniano poniéndose en movimiento—. Vamos, vuelve al salón. Todavía no has terminado —le indicó.
Granta asintió gravemente y, tras echar una última mirada al rostro de Doce Punto, volvió flotando a su tarea.
La hermana de dragones buscó una manta con la que poder tapar el cuerpo del demiurgo sin dejar de mirar de reojo a Melodes.
>>Sois nuestra última esperanza...
No obstante, el pensamiento positivo fue inmediatamente eclipsado en cuanto la maga suprema volvió su atención hacia las dos personas a las que iba a comprobar. Se quedó pálida durante el segundo que tardó en reaccionar, llamando telepáticamente y con apremio al velador.
—¡Despiértalo!
Había elevado considerablemente la voz y señalaba con vehemencia el cuerpo de Doce Punto, que se estaba cubriendo de unas extrañas marcas negras a una velocidad alarmante. Granta se lanzó directamente a agarrar su brazo. Para cuando lo hizo ya solo quedaba visible parte del rostro del demiurgo. El velador retiró la mano con expresión compungida y miró a la hermana de dragones, quien no apartaba los ojos de su compañero, sin dejar de temblar ligeramente.
—Está...
—Lo sé —le cortó Gahna reaccionando a la voz del asreniano poniéndose en movimiento—. Vamos, vuelve al salón. Todavía no has terminado —le indicó.
Granta asintió gravemente y, tras echar una última mirada al rostro de Doce Punto, volvió flotando a su tarea.
La hermana de dragones buscó una manta con la que poder tapar el cuerpo del demiurgo sin dejar de mirar de reojo a Melodes.
>>Sois nuestra última esperanza...
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Salón del trono
02/03/19, 12:30 pm
Ruth parpadeó incrédula, aún con una sensacion de desasosiego embriagando cada poro de su cuerpo. ¿Quién era aquel chico que se había alejado rápidamente en cuanto se había despertado?. Parecía un reptil pero no le era en absoluto familiar.
¿Quién estaba haciendo todo eso?. Pensó con un nudo en la garganta, pues aún recordaba a la perfección el rostro afilado de su hermana fulminarla con la mirada. No era real, pero aquello despertaba fantasmas en su interior. Arrepentimiento y culpa por haberla abandonado en la Tierra. Quizás por eso aquel sueño la había abordado en forma de Imre, era el camino más fácil de tomar para hacerle daño. Y funcionaba.
Dejó escapar una exhalación cuando Irianna se acercó para abrazarla, Ruth correspondió dejando que su cuerpo se estabilizara y suspiró una vez más tranquila. A pesar de que la nebulomante no había estado presente en aquel universo caótico de su mente le alegraba verla sana y salva, un reflejo de que no había herido a nadie en el mundo real.
-Gracias, me dijeron que fuiste tú la que me encontraste- Ruth escuchó la respuesta de su amiga con verdadera atención, pero aquello solo le generó más dudas. No había visto a Devoss antes de desmayarse. ¿Y si fue a cazar y se encontraba solo? ¿Y si las bestias pequeñas despertaban antes que él?. La demonio giró la cabeza hacia el tipo extraño que Irianna señalaba, creía haberlo visto en la Sede alguna vez... ¿O tal vez no?- seguro que está bien. Dudo que saliera de la Sede tan temprano- dijo no muy convencida ella misma. Una idea surcó su mente con rapidez cuando se le ocurrió contactar con el Diablo Portero para comprobar que Devoss no había cruzado el pasillo esa mañana antes del suceso, pues para salir tendría que pasar por el umbral de su cuarto. Pero probablemente el portero estaría dormido.
¿Quién estaba haciendo todo eso?. Pensó con un nudo en la garganta, pues aún recordaba a la perfección el rostro afilado de su hermana fulminarla con la mirada. No era real, pero aquello despertaba fantasmas en su interior. Arrepentimiento y culpa por haberla abandonado en la Tierra. Quizás por eso aquel sueño la había abordado en forma de Imre, era el camino más fácil de tomar para hacerle daño. Y funcionaba.
Dejó escapar una exhalación cuando Irianna se acercó para abrazarla, Ruth correspondió dejando que su cuerpo se estabilizara y suspiró una vez más tranquila. A pesar de que la nebulomante no había estado presente en aquel universo caótico de su mente le alegraba verla sana y salva, un reflejo de que no había herido a nadie en el mundo real.
-Gracias, me dijeron que fuiste tú la que me encontraste- Ruth escuchó la respuesta de su amiga con verdadera atención, pero aquello solo le generó más dudas. No había visto a Devoss antes de desmayarse. ¿Y si fue a cazar y se encontraba solo? ¿Y si las bestias pequeñas despertaban antes que él?. La demonio giró la cabeza hacia el tipo extraño que Irianna señalaba, creía haberlo visto en la Sede alguna vez... ¿O tal vez no?- seguro que está bien. Dudo que saliera de la Sede tan temprano- dijo no muy convencida ella misma. Una idea surcó su mente con rapidez cuando se le ocurrió contactar con el Diablo Portero para comprobar que Devoss no había cruzado el pasillo esa mañana antes del suceso, pues para salir tendría que pasar por el umbral de su cuarto. Pero probablemente el portero estaría dormido.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Salón del trono
03/03/19, 03:03 am
- No tardaré mucho - aseguró el brujo mientras realizaba su magia. Ninguno de los mercenarios parecía tener nada raro así que les permitió irse. Se acercó al fuego fatuo.- Si me permites un rápido examen podrás irte enseguida con tus compañeros.
Examinó rápidamente la herida que había tenido, hizo un asentimiento para reconocer que estaba bien curada y luego le lanzó el mismo hechizo que al resto. Una suerte de magia orgánica que reconocía el interior de una persona por si había sangrados o problemas internos.
-Pareces estar bien - le dijo antes de levantarse y continuar con la ronda.
En su camino se encontró con alguien conocido pero desagradable a la vista. Estrago dormía tendido en el suelo junto a todo el resto de la banda. Despreocupándose por quiénes eran comprobó que no tuvieran heridas.
-Enredo... - dijo una voz débil detrás de él. Se giró y allí estaba Irdil, pálido y tembloroso pero ileso y por fin despierto.- ¿Qué... qué está...? - el rostro del idrino perdió el poco color que le quedaba cuando reconoció al trasgo. Pronto el temblor se hizo más fuerte y el chico hizo ademán de apartarse pero el brujo le cortó el paso.
-Irdil, escucha. La ciudad está en peligro - empezó a decir.
- Sí, ya lo sé. Eso ha dicho algo volador - respondió él.
- Lo que quiero que entiendas es que vamos a hacer nuestro trabajo. Sin discriminar a nadie - dijo tajante el médico.- Nadie merece morir así, no a manos de su peor pesadilla. Recomponte y échame una mano, esta gente nos necesita.
Poco a poco el temblor fue menguando hasta desaparecer. Cuando el idrino asintió no había rastro de duda en su semblante.
-Eara - llamó el brujo.- Éste es Irdil, mi ayudante en la clínica - presentó de forma escueta.- ¿Puedes compartir con él alguno de los amuletos? De esa forma cubriremos más terreno.
En otra parte de la sala, junto a los recién llegados de la Sede Varsai se debatía en sueños. Al poco tiempo apareció un agujero en su pierna, como si algo la hubiera atravesado de parte a parte. La sangre no tardó en manchar el suelo.
Examinó rápidamente la herida que había tenido, hizo un asentimiento para reconocer que estaba bien curada y luego le lanzó el mismo hechizo que al resto. Una suerte de magia orgánica que reconocía el interior de una persona por si había sangrados o problemas internos.
-Pareces estar bien - le dijo antes de levantarse y continuar con la ronda.
En su camino se encontró con alguien conocido pero desagradable a la vista. Estrago dormía tendido en el suelo junto a todo el resto de la banda. Despreocupándose por quiénes eran comprobó que no tuvieran heridas.
-Enredo... - dijo una voz débil detrás de él. Se giró y allí estaba Irdil, pálido y tembloroso pero ileso y por fin despierto.- ¿Qué... qué está...? - el rostro del idrino perdió el poco color que le quedaba cuando reconoció al trasgo. Pronto el temblor se hizo más fuerte y el chico hizo ademán de apartarse pero el brujo le cortó el paso.
-Irdil, escucha. La ciudad está en peligro - empezó a decir.
- Sí, ya lo sé. Eso ha dicho algo volador - respondió él.
- Lo que quiero que entiendas es que vamos a hacer nuestro trabajo. Sin discriminar a nadie - dijo tajante el médico.- Nadie merece morir así, no a manos de su peor pesadilla. Recomponte y échame una mano, esta gente nos necesita.
Poco a poco el temblor fue menguando hasta desaparecer. Cuando el idrino asintió no había rastro de duda en su semblante.
-Eara - llamó el brujo.- Éste es Irdil, mi ayudante en la clínica - presentó de forma escueta.- ¿Puedes compartir con él alguno de los amuletos? De esa forma cubriremos más terreno.
En otra parte de la sala, junto a los recién llegados de la Sede Varsai se debatía en sueños. Al poco tiempo apareció un agujero en su pierna, como si algo la hubiera atravesado de parte a parte. La sangre no tardó en manchar el suelo.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Salón del trono
03/03/19, 08:02 pm
La conciencia del holandés iba perdiendo fuerza poco a poco. Esa hambre insaciable por carne humana, producto del sueño, era demasiado poderosa para resistirse. Y sin embargo Devoss luchaba con toda su alma, rechazando los ánimos de los hombres bestia. Su visión empezaba a emborronarse por los lados, siendo lo único visible el cuello de Ruth.
-Si no la matas tú lo haremos nosotros, pero primero la torturaremos como hemos hecho con el resto-. Dijo el líder al ver qué tardaba en actuar, cuya cara era cada vez más familiar para el licántropo. -Haz que me sienta orgulloso-.
-Da igual lo mucho que lo escondas, tu naturaleza sigue ahí. YO SIGO ESTANDO AHÍ. La caza, la carne, el sabor... Son las únicas cosas reales en este mundo. Y cuando la pruebes jamás podrás parar, humano. Esa es tu maldición... y tu verdad.- Afirmó La Bestia, relamiéndose con el miedo del muchacho.
<<Os equivocáis, todos vosotros.>> Pensó Devoss, y cada uno de los presentes le escuchó.<<Somos lo que queremos ser. Podemos elegir... puedo elegir. Y elijo seguir siendo yo. La Luna me ha vuelto más fuerte, y es cierto que me ha mostrado mi verdadera naturaleza. Pero no existe nada en mí capaz de hacer daño a otra persona para alimentarme de ella. La Luna no me dio esa maldición. Siempre... siempre lo he sabido, únicamente he tardado en verlo. >>
La Bestia empezó a desaparecer, desprovista del poder y la influencia que ejercía sobre Devoss. Ni siquiera dijo nada, el holandés se lo impidió. La Bestia había sido la representación del miedo irracional del licántropo a él mismo, y una vez superado ese miedo su existencia carecía de sentido. Simulando esa derrota contra La Bestia, Devoss empezó a cambiar a humano otra vez de manera fluida y veloz.
-Cometes un error.- Dijo el líder sosteniendo todavía a la israelita por el cuello.- Solo tenías que hacer una cosa, no era tan difícil, humano.- Con un rápido movimiento de brazos el cuello de la chica crujió, con un sonido desagradable y acabando con su vida.
-¡NOO!-. Gritó con furia el licántropo mientras tumbaba al hombre contra el suelo y lo golpeaba a puñetazos. Con cada golpe su cara iba siendo más reconocible para Devoss, su barba iba acortándose y las canas se volvían doradas. El pelo, antes una melena larga y gris ahora era corto y rubio, muy parecido a la tonalidad del holandés. Con la sorpresa por esos cambios no tardó en quedar inmovilizado contra el suelo por el resto de hombres bestia. Por algún motivo no podía transformarse, lo que lo dejaba más confuso aún. El líder apareció en su campo de visión, aunque ya no estaba desnudo y sucio como sus compañeros, sino completamente limpio y vestido con un uniforme militar. Devoss sabía muy bien quién era, había deseado cada noche que volviera a casa y poder estar con él.
-Como iba diciendo, solo tenías que hacer una cosa por mí. No has hecho más que decepcionarme cada vez que te veía-. Su padre estaba ahí, agazapado sobre él, con su corte militar y su barba corta. Era él.-¿Por qué crees que tardaba tanto en volver a casa? Esta es la última vez que me desagradas, hijo mío. Como ya te dije, quien toca nuestra comida se convierte en comida-.
Con un rápido movimiento su mandíbula se cerró en torno al hombro izquiedro de Devoss, quien aulló de dolor y de impotencia por no poder hacer nada. Otros hombres bestia empezaron a arañar sus piernas, brazos y cara, mientras reían satisfechos como las hienas que Devoss había ido a buscar. A lo lejos, mientras forcejeaba para liberarse, el licántropo pudo ver a una niña mirando la barbarie entre los escombros. No le salieron las palabras para pedir ayuda .Su padre, con toda la boca ensangrentada y sonriendo alzó la vista hacia a su hijo y se lanzó hacia su rostro. No llegó a alcanzarle.
El despertar del licántropo fue brusco, el aire volvió a sus pulmones violentamente a la vez que sentía algo frío recorrerle el cuerpo. Estaba en el salón del trono, aunque no recordaba cómo había llegado. A su alrededor había más gente, algunos despiertos y otros aún dormidos. Un asreniano iba de dormido en dormido despertándolos. Devoss soltó un quejido, en su hombro izquierdo aún estaba la prueba de lo real que había sido el sueño. Le faltaba algo de carne, ahí donde le había mordido su padre, además de múltiples arañazos en la cara y el resto del cuerpo. <<Aún no me lo creo... ¿Qué cojones pasa aquí?>> La criatura demiúrgica no se lo dejó claro, y poniéndose en pie más confundido todavía buscó a alguien conocido.
A lo lejos pudo ver a Ruth, con sus mechas ardientes en el pelo, su piel roja y afortunadamente con su cuello donde debía estar. Al lado estaba Irianna y parecía mantener una conversación con la demonio. Devoss se acercó a las dos, con la mano derecha en la herida y sin parar de gritar : “¡Ruth!”
Cuando llegara a las dos chicas preguntaría cómo estaban y si tenían idea de qué estaba pasando, sin parar de soltar quejidos y gruñidos de dolor.
-Si no la matas tú lo haremos nosotros, pero primero la torturaremos como hemos hecho con el resto-. Dijo el líder al ver qué tardaba en actuar, cuya cara era cada vez más familiar para el licántropo. -Haz que me sienta orgulloso-.
-Da igual lo mucho que lo escondas, tu naturaleza sigue ahí. YO SIGO ESTANDO AHÍ. La caza, la carne, el sabor... Son las únicas cosas reales en este mundo. Y cuando la pruebes jamás podrás parar, humano. Esa es tu maldición... y tu verdad.- Afirmó La Bestia, relamiéndose con el miedo del muchacho.
<<Os equivocáis, todos vosotros.>> Pensó Devoss, y cada uno de los presentes le escuchó.<<Somos lo que queremos ser. Podemos elegir... puedo elegir. Y elijo seguir siendo yo. La Luna me ha vuelto más fuerte, y es cierto que me ha mostrado mi verdadera naturaleza. Pero no existe nada en mí capaz de hacer daño a otra persona para alimentarme de ella. La Luna no me dio esa maldición. Siempre... siempre lo he sabido, únicamente he tardado en verlo. >>
La Bestia empezó a desaparecer, desprovista del poder y la influencia que ejercía sobre Devoss. Ni siquiera dijo nada, el holandés se lo impidió. La Bestia había sido la representación del miedo irracional del licántropo a él mismo, y una vez superado ese miedo su existencia carecía de sentido. Simulando esa derrota contra La Bestia, Devoss empezó a cambiar a humano otra vez de manera fluida y veloz.
-Cometes un error.- Dijo el líder sosteniendo todavía a la israelita por el cuello.- Solo tenías que hacer una cosa, no era tan difícil, humano.- Con un rápido movimiento de brazos el cuello de la chica crujió, con un sonido desagradable y acabando con su vida.
-¡NOO!-. Gritó con furia el licántropo mientras tumbaba al hombre contra el suelo y lo golpeaba a puñetazos. Con cada golpe su cara iba siendo más reconocible para Devoss, su barba iba acortándose y las canas se volvían doradas. El pelo, antes una melena larga y gris ahora era corto y rubio, muy parecido a la tonalidad del holandés. Con la sorpresa por esos cambios no tardó en quedar inmovilizado contra el suelo por el resto de hombres bestia. Por algún motivo no podía transformarse, lo que lo dejaba más confuso aún. El líder apareció en su campo de visión, aunque ya no estaba desnudo y sucio como sus compañeros, sino completamente limpio y vestido con un uniforme militar. Devoss sabía muy bien quién era, había deseado cada noche que volviera a casa y poder estar con él.
-Como iba diciendo, solo tenías que hacer una cosa por mí. No has hecho más que decepcionarme cada vez que te veía-. Su padre estaba ahí, agazapado sobre él, con su corte militar y su barba corta. Era él.-¿Por qué crees que tardaba tanto en volver a casa? Esta es la última vez que me desagradas, hijo mío. Como ya te dije, quien toca nuestra comida se convierte en comida-.
Con un rápido movimiento su mandíbula se cerró en torno al hombro izquiedro de Devoss, quien aulló de dolor y de impotencia por no poder hacer nada. Otros hombres bestia empezaron a arañar sus piernas, brazos y cara, mientras reían satisfechos como las hienas que Devoss había ido a buscar. A lo lejos, mientras forcejeaba para liberarse, el licántropo pudo ver a una niña mirando la barbarie entre los escombros. No le salieron las palabras para pedir ayuda .Su padre, con toda la boca ensangrentada y sonriendo alzó la vista hacia a su hijo y se lanzó hacia su rostro. No llegó a alcanzarle.
El despertar del licántropo fue brusco, el aire volvió a sus pulmones violentamente a la vez que sentía algo frío recorrerle el cuerpo. Estaba en el salón del trono, aunque no recordaba cómo había llegado. A su alrededor había más gente, algunos despiertos y otros aún dormidos. Un asreniano iba de dormido en dormido despertándolos. Devoss soltó un quejido, en su hombro izquierdo aún estaba la prueba de lo real que había sido el sueño. Le faltaba algo de carne, ahí donde le había mordido su padre, además de múltiples arañazos en la cara y el resto del cuerpo. <<Aún no me lo creo... ¿Qué cojones pasa aquí?>> La criatura demiúrgica no se lo dejó claro, y poniéndose en pie más confundido todavía buscó a alguien conocido.
A lo lejos pudo ver a Ruth, con sus mechas ardientes en el pelo, su piel roja y afortunadamente con su cuello donde debía estar. Al lado estaba Irianna y parecía mantener una conversación con la demonio. Devoss se acercó a las dos, con la mano derecha en la herida y sin parar de gritar : “¡Ruth!”
Cuando llegara a las dos chicas preguntaría cómo estaban y si tenían idea de qué estaba pasando, sin parar de soltar quejidos y gruñidos de dolor.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Salón del trono
03/03/19, 09:22 pm
—Sí, aunque si no, otro lo hubiera hecho —respondió restándole importancia y abarcando el salón con un gesto—. Todo el mundo ha estado trabajando duro para reunirnos y despertarnos a todos. Parece que ya no es necesario que volvamos a salir en busca de gente, ¿quieres que busquemos a Devoss y el resto entre la multitud? Seguramente acaben de despertarlos o aún no lo han hecho así que no creo que se hayan ido.
Pero no les hizo falta ir muy lejos, pues el licántropo tigre dio con ellas cuando apenas habían comenzado a dar unos pasos. La nebulomante llamó la atención sobre la presencia del huano a unos metros de su posición y se dirigieron a su encuentro.
—Devoss… ¡Estás herido! Ven, vamos a acercarnos al equipo médico para que te atiendan —le hizo un gesto para que la siguiera mientras buscaba a Eara, que sabía que estaba trabajando junto al brujo Enredo—. En cuanto a lo que está ocurriendo… Es complicado y largo de explicar. Al parecer todos fuimos trasladados al plano onírico de algún modo que aun no entiendo. Y corríamos un grave peligro si no nos despertaban… —No pudo evitar volver a pensar en la sinhadre muerta que había dejado en un rincón momentos antes—. Hay un asreniano que tiene la capacidad de despertar a cualquiera, dicen que es un “velador”. Es gracias a él que estamos despiertos.
Pero antes de que pudiese localizar el cabello rosado de Eara, se toparon con un pequeño grupo de habitantes de la Sede todavía dormidos. No era el hecho en sí lo que llamó su atención, si no que había sangre bajo sus pies que levitaban a unos centímetros del suelo. En cuestión de un segundo siguió el reguero con la mirada y su vista terminó posándose sobre una persona conocida.
—¡Varsai! —horrorizada, se acercó a la licántropo, a quien le estaban empezando a aparecer diversas heridas por varias partes del cuerpo—. ¡¡Velador!! ¡Despierta a esta chica, corre peligro! —Llamó apremiante alzando considerablemente la voz, esperando que estuviese donde estuviese el asreniano la hubiese podido escuchar.
Pero no les hizo falta ir muy lejos, pues el licántropo tigre dio con ellas cuando apenas habían comenzado a dar unos pasos. La nebulomante llamó la atención sobre la presencia del huano a unos metros de su posición y se dirigieron a su encuentro.
—Devoss… ¡Estás herido! Ven, vamos a acercarnos al equipo médico para que te atiendan —le hizo un gesto para que la siguiera mientras buscaba a Eara, que sabía que estaba trabajando junto al brujo Enredo—. En cuanto a lo que está ocurriendo… Es complicado y largo de explicar. Al parecer todos fuimos trasladados al plano onírico de algún modo que aun no entiendo. Y corríamos un grave peligro si no nos despertaban… —No pudo evitar volver a pensar en la sinhadre muerta que había dejado en un rincón momentos antes—. Hay un asreniano que tiene la capacidad de despertar a cualquiera, dicen que es un “velador”. Es gracias a él que estamos despiertos.
Pero antes de que pudiese localizar el cabello rosado de Eara, se toparon con un pequeño grupo de habitantes de la Sede todavía dormidos. No era el hecho en sí lo que llamó su atención, si no que había sangre bajo sus pies que levitaban a unos centímetros del suelo. En cuestión de un segundo siguió el reguero con la mirada y su vista terminó posándose sobre una persona conocida.
—¡Varsai! —horrorizada, se acercó a la licántropo, a quien le estaban empezando a aparecer diversas heridas por varias partes del cuerpo—. ¡¡Velador!! ¡Despierta a esta chica, corre peligro! —Llamó apremiante alzando considerablemente la voz, esperando que estuviese donde estuviese el asreniano la hubiese podido escuchar.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Salón del trono
03/03/19, 11:40 pm
Kin no había salido de la cama, así que no tenía ni idea de cómo había visto aquella torre delante de él. Por un momento pensó que se había dormido con las gafas de realidad virtual puestas, pero eso no explicaba el terror que le había infundido aquella visión.
Trató de levantarse de la cama de un salto cuando recuperó la consciencia y vio que ya había salido el sol, pero perdió el equilibrio al intentar apartar las mantas y no ser capaz. Tuvo que detenerse para procesar lo que acababa de suceder. Sus brazos no respondían. Ninguno de los dos. Apartó la ropa de cama a patadas y vio sus brazos mecánicos colgando como pesos muertos. ¿Cómo era posible que se averiasen los dos durante la noche?
El irrense se enfureció. «¿Qué clase de pesadilla es esta?». El comunicador estaba sobre la mesa, pero para poder usarlo tuvo que morder un lápiz con el que tomaba notas de runas y tratar de pulsar con él el botón que comunicaba con Archi. Antes de que pudiese hacerlo, la voz de Saria salió por el comunicador, sobresaltándolo.
—Chicos, los he encontrado. En la plaza del estandarte, ¡venid ya! Xalk y Kud están aquí. Sus… cuerpos. No sé qué los ha matado, pero los porcentajes en esta zona todavía…
La comunicación se cortó. Escuchó a Archi entonces.
—¿Saria? ¿Qué ha sucedido?
La única respuesta que obtuvo fue silencio. El resto de sus compañeros empezaron a conectar sus transmisores y sus voces se mezclaron dificultando interpretarlas. Por lo que pudo entender, todos estaban saliendo ya hacia la plaza. Menos él.
—Mierda. ¡Esto no puede estar pasando! ¡Joder!
El irrense pateó la mesa con los pies descalzos de pura frustración, y no tuvo ni tiempo de arrepentirse. Buscó un calzado que pudiese ponerse sin usar las manos, y solo encontró unas pantuflas de andar por la sede. Luego echó a correr escaleras abajo y por la calle. No sabía a quién iba a ayudar así, pero sabía que no podía sentarse a esperar tras lo que acababa de escuchar.
En el trayecto perdió las pantuflas, primero una y luego la otra. Le dolían los pies, pero no podía detenerse. Lo que estaba haciendo no tenía sentido, y tendría menos si se detenía. Llevaban tiempo sabiendo que aquello podía pasar, que podía repetirse, al no saber nada de sus amigos desaparecidos. Y ahora Saria… No había podido llevar el comunicador consigo para saber si volvía a hablar, o si lo hacía alguien que llegase a la plaza antes que él. No tenía forma de saber qué se iba a encontrar cuando los alcanzase.
Entonces algo lo detuvo. De entre los escombros salió una alimaña. La clase de alimaña que no le habría preocupado en circunstancias normales, con sus dos brazos hábiles o alguna de sus armas encima. Se trataba de un roedor de gran tamaño que lo miraba fijamente. No podría engullirlo entero, pero definitivamente podría repartírselo a lo largo de varias comidas. Kin frenó en seco y dio media vuelta para tomar otra calle, esperando que aquella cosa perdiese interés en él si no se acercaba. No fue así, escuchó el sonido apagado de sus patas sobre la tierra, acercándose cada vez más. Le faltaron palabras para maldecir. Esconderse era una idea peor que seguir corriendo: no había ningún lugar donde pudiese entrar él y no un bicho elástico como un roedor de más o menos su tamaño.
Al girar una calle el animal logró alcanzarlo y embestirlo con el morro, haciéndolo saltar por los aires. El irrense se creyó perdido en el instante en que rozo el suelo y notó la arenisca clavándose en su piel. Trató de ponerse en pie enseguida, pero el roedor lo aprisionó debajo de sus patas, clavándole las garras en el pecho. Entonces el raigaurum soltó toda la electricidad que tenía acumulada. No parecía ser suficiente para matar o inmovilizar al animal, como habría sido lo normal, pero consiguió amedrentarlo lo suficiente como para que se retirase. Él echó a correr y no miró atrás. El roedor se recuperó del susto y empezó a perseguirlo de nuevo, aunque sus músculos estaban agarrotados y no era tan veloz como antes. Kin estaba herido, sin brazos y descargado; volvía a ser un cosechado insignificante, y era solo cuestión de tiempo que su atacante consiguiese lo que quería.
Pensó que se moría, que ya no podía correr más, pero en realidad estaba siendo arrancado del sueño. La realidad lo golpeó de tal forma que le costó unos momentos procesar que había estado dormido hasta ese momento, especialmente porque tenía los pies destrozados y la ropa de dormir ensangrentada.
—¿Pero qué…?
Antes de que pudiese buscar caras familiares entre la multitud, una creación demiúrgica se acercó a explicarle a un pequeño grupo de recién despertados la situación. Kin abrió los ojos sin poder ocultar su incredulidad. Un vistazo alrededor le permitió ver lo que hacía el asreniano que los estaba despertando y tuvo que admitir que la cosa parecía grave. Se puso en pie, pero necesitó hacerse un apaño sencillo con magia para poder caminar. Nadie le había traido unos zapatos. Buscó a los suyos y divisó a Archi, a quien se acercó dispuesto a preguntar en qué podía ayudar.
Los amigos de Gael se marcharon tras el examen de Enredo, que también se acercó a él para lo mismo. Se dejó hacer y antes de que el médico se marchara le dijo:
—Muchas gracias por todo.
Permaneció al lado de Adara y trató de hacerla beber agua a pesar de su inconsciencia, con mucho cuidado de que no se atragantase. Él ya se había bebido su parte e imaginaba que era cuestión de tiempo que se encontrase un poco mejor. Cuando el pulso de Adara se normalizase se lanzaría un hechizo vigorizante para sobrellevar el mareo y se pondría en marcha como habían hecho los demás. Necesitaba saber que los del burdel estaban bien, y también poner su granito de arena para dejar de sentirse una carga.
Eara se había alejado al divisar sangre, y cuando terminó de tratar la herida buscó con la mirada a Enredo. El brujo estaba hablando con un chico al que no conocía, y se acercó en silencio, no queriendo interrumpir hasta que Enredo le pidió que compartiera con él los hechizos. A pesar de ser su ayudante no debía de tener capacidad mágica, o al menos no la tenía en ese momento. No poseía ningún rasgo que delatase su transformación y tampoco estaba clara su procedencia.
—Ten —le dijo ofreciéndole la mitad de los amuletos—. Será mejor que nos dividamos y cada uno cubra una zona, ¿no?
Cuando acabaron de hablar Eara se puso al trabajo. Buscó heridos a los que ayudar, llevándoles agua, vendándoles heridas menores o haciendo uso de los amuletos. El grito de Irianna la interrumpió cuando miraba alrededor en busca de víctimas. Se giró de inmediato para intentar ver qué pasaba, aunque sin éxito, ya que estaban bastante lejos.
—Oh, no... —se le escapó, y apresuró el paso hacia allí.
Trató de levantarse de la cama de un salto cuando recuperó la consciencia y vio que ya había salido el sol, pero perdió el equilibrio al intentar apartar las mantas y no ser capaz. Tuvo que detenerse para procesar lo que acababa de suceder. Sus brazos no respondían. Ninguno de los dos. Apartó la ropa de cama a patadas y vio sus brazos mecánicos colgando como pesos muertos. ¿Cómo era posible que se averiasen los dos durante la noche?
El irrense se enfureció. «¿Qué clase de pesadilla es esta?». El comunicador estaba sobre la mesa, pero para poder usarlo tuvo que morder un lápiz con el que tomaba notas de runas y tratar de pulsar con él el botón que comunicaba con Archi. Antes de que pudiese hacerlo, la voz de Saria salió por el comunicador, sobresaltándolo.
—Chicos, los he encontrado. En la plaza del estandarte, ¡venid ya! Xalk y Kud están aquí. Sus… cuerpos. No sé qué los ha matado, pero los porcentajes en esta zona todavía…
La comunicación se cortó. Escuchó a Archi entonces.
—¿Saria? ¿Qué ha sucedido?
La única respuesta que obtuvo fue silencio. El resto de sus compañeros empezaron a conectar sus transmisores y sus voces se mezclaron dificultando interpretarlas. Por lo que pudo entender, todos estaban saliendo ya hacia la plaza. Menos él.
—Mierda. ¡Esto no puede estar pasando! ¡Joder!
El irrense pateó la mesa con los pies descalzos de pura frustración, y no tuvo ni tiempo de arrepentirse. Buscó un calzado que pudiese ponerse sin usar las manos, y solo encontró unas pantuflas de andar por la sede. Luego echó a correr escaleras abajo y por la calle. No sabía a quién iba a ayudar así, pero sabía que no podía sentarse a esperar tras lo que acababa de escuchar.
En el trayecto perdió las pantuflas, primero una y luego la otra. Le dolían los pies, pero no podía detenerse. Lo que estaba haciendo no tenía sentido, y tendría menos si se detenía. Llevaban tiempo sabiendo que aquello podía pasar, que podía repetirse, al no saber nada de sus amigos desaparecidos. Y ahora Saria… No había podido llevar el comunicador consigo para saber si volvía a hablar, o si lo hacía alguien que llegase a la plaza antes que él. No tenía forma de saber qué se iba a encontrar cuando los alcanzase.
Entonces algo lo detuvo. De entre los escombros salió una alimaña. La clase de alimaña que no le habría preocupado en circunstancias normales, con sus dos brazos hábiles o alguna de sus armas encima. Se trataba de un roedor de gran tamaño que lo miraba fijamente. No podría engullirlo entero, pero definitivamente podría repartírselo a lo largo de varias comidas. Kin frenó en seco y dio media vuelta para tomar otra calle, esperando que aquella cosa perdiese interés en él si no se acercaba. No fue así, escuchó el sonido apagado de sus patas sobre la tierra, acercándose cada vez más. Le faltaron palabras para maldecir. Esconderse era una idea peor que seguir corriendo: no había ningún lugar donde pudiese entrar él y no un bicho elástico como un roedor de más o menos su tamaño.
Al girar una calle el animal logró alcanzarlo y embestirlo con el morro, haciéndolo saltar por los aires. El irrense se creyó perdido en el instante en que rozo el suelo y notó la arenisca clavándose en su piel. Trató de ponerse en pie enseguida, pero el roedor lo aprisionó debajo de sus patas, clavándole las garras en el pecho. Entonces el raigaurum soltó toda la electricidad que tenía acumulada. No parecía ser suficiente para matar o inmovilizar al animal, como habría sido lo normal, pero consiguió amedrentarlo lo suficiente como para que se retirase. Él echó a correr y no miró atrás. El roedor se recuperó del susto y empezó a perseguirlo de nuevo, aunque sus músculos estaban agarrotados y no era tan veloz como antes. Kin estaba herido, sin brazos y descargado; volvía a ser un cosechado insignificante, y era solo cuestión de tiempo que su atacante consiguiese lo que quería.
Pensó que se moría, que ya no podía correr más, pero en realidad estaba siendo arrancado del sueño. La realidad lo golpeó de tal forma que le costó unos momentos procesar que había estado dormido hasta ese momento, especialmente porque tenía los pies destrozados y la ropa de dormir ensangrentada.
—¿Pero qué…?
Antes de que pudiese buscar caras familiares entre la multitud, una creación demiúrgica se acercó a explicarle a un pequeño grupo de recién despertados la situación. Kin abrió los ojos sin poder ocultar su incredulidad. Un vistazo alrededor le permitió ver lo que hacía el asreniano que los estaba despertando y tuvo que admitir que la cosa parecía grave. Se puso en pie, pero necesitó hacerse un apaño sencillo con magia para poder caminar. Nadie le había traido unos zapatos. Buscó a los suyos y divisó a Archi, a quien se acercó dispuesto a preguntar en qué podía ayudar.
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Los amigos de Gael se marcharon tras el examen de Enredo, que también se acercó a él para lo mismo. Se dejó hacer y antes de que el médico se marchara le dijo:
—Muchas gracias por todo.
Permaneció al lado de Adara y trató de hacerla beber agua a pesar de su inconsciencia, con mucho cuidado de que no se atragantase. Él ya se había bebido su parte e imaginaba que era cuestión de tiempo que se encontrase un poco mejor. Cuando el pulso de Adara se normalizase se lanzaría un hechizo vigorizante para sobrellevar el mareo y se pondría en marcha como habían hecho los demás. Necesitaba saber que los del burdel estaban bien, y también poner su granito de arena para dejar de sentirse una carga.
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Eara se había alejado al divisar sangre, y cuando terminó de tratar la herida buscó con la mirada a Enredo. El brujo estaba hablando con un chico al que no conocía, y se acercó en silencio, no queriendo interrumpir hasta que Enredo le pidió que compartiera con él los hechizos. A pesar de ser su ayudante no debía de tener capacidad mágica, o al menos no la tenía en ese momento. No poseía ningún rasgo que delatase su transformación y tampoco estaba clara su procedencia.
—Ten —le dijo ofreciéndole la mitad de los amuletos—. Será mejor que nos dividamos y cada uno cubra una zona, ¿no?
Cuando acabaron de hablar Eara se puso al trabajo. Buscó heridos a los que ayudar, llevándoles agua, vendándoles heridas menores o haciendo uso de los amuletos. El grito de Irianna la interrumpió cuando miraba alrededor en busca de víctimas. Se giró de inmediato para intentar ver qué pasaba, aunque sin éxito, ya que estaban bastante lejos.
—Oh, no... —se le escapó, y apresuró el paso hacia allí.
- InvitadoInvitado
Re: Salón del trono
04/03/19, 01:52 am
A Cain ni siquiera le dio tiempo a verle la cara al pobre velador cuando abrió los ojos, porque Mephis lo apartó rápidamente. La cambiante tenía los ojos hinchados y enrojecidos y estaba claro que le estaba costando mucho esfuerzo mantener su forma, pues aquí y allá se veían hilos sueltos.
-¡Gracias a todos los dioses! -dijo, echándose sobre él.
Rompió a llorar en sus brazos y no le dejó hasta que Ariven llegó y le pidió con suavidad que le dejara espacio. Mephis no se resistió, se dejó conducir por la demonio de fuego como un corderito, todavía sollozando.
-¿Qué cojones ha pasado? -preguntó Cain. Le dolía la cabeza horrores y la boca le sabía a bilis. Sentía un picor desagradable en la espalda pero Estigma no estaba allí y eso fue un alivio.
Ariven le señaló un bichito demiúrgico que revoloteaba a su alrededor. Cain le ofreció la mano para que pudiera posarse y escuchó atentamente la explicación pregrabada de Cicatriz.
-Una pesadilla…
- Sí, tienen a un pobre novato despertando a toda la ciudad. La verdad es que no sé qué habría sido de nosotros si no llega a estar él. Desde luego la Luna Roja cuida de sus hij – Ariven se llevó las manos a la boca, arrepentida por lo que acababa de decir. Mephis le dedicó una mirada furibunda. A Cain se le dispararon todas las alarmas.
-¡¿Qué ocurre?!
Ariven miró al suelo, incómoda.
-Zedrig y Vivia…
El brujo se puso en pie de un salto, casi tirando a Mephis que había vuelto a recostarse contra él. El vértigo por haberse levantado de forma repentina lo desestabilizó, pero puso todas sus fuerzas en buscar entre la multitud y se abrió paso a empujones a través de ella en cuanto vio un destello de verde y azul pastel.
Zedrig estaba tumbado sobre el suelo de piedra con la frente perlada de sudor. A su lado estaba Vivia, pálida y con un brazo en cabestrillo, pero bien, y Mikk que le cantaba un salmo contra la fiebre al nublino.
-Jefe, ya está despierto, nos tenía preocupados -dijo Vivia esforzándose en formar una sonrisa. -El novato ya despertó a Zedrig pero parece que se ha desmayado por el shock. Mikk lo está curando.
-¿Y los demás? -preguntó. El corazón le latía tan deprisa que parecía amenazar con romperle las costillas. ¿Cómo había ocurrido aquello? ¿No se suponía que eran solo pesadillas?
-Jau se fue en cuanto lo despertaron, decía que quería ayudar. Dama Circe fue con Ariven a traernos ropa pero no quiere salir de su forma lobuna, está por allí con Vanyme.
Señaló un punto de la sala donde se podía ver al enorme ulterano acurrucado sobre una loba de pelaje castaño. Dos de los frivys del servicio se habían acercado también en busca del calor y la sensación de seguridad que les daba la licántropa. Mephis llegó con ellos y se agarró a la bata de Caín. Miraba a Zedrig con ansiedad.
-Wheem aún no ha despertado, pero lo hará pronto. Ariven ha ido con él -dijo en susurros sin apartar la vista de su amigo.
Cain se mordió el labio inferior. Aquello no estaba bien, no iba bien. Quería salir en busca de sus amigos, comprobar si todos estaban bien, sin embargo allí le necesitaban. Cogió la mano de Mephis y le besó los nudillos, luego se remangó las mangas de la bata y se arrodilló junto a Zedrig.
-Déjame que te releve -pidió, y retomó el salmo en a sílaba siguiente adonde lo dejó el brujo.
-¡Gracias a todos los dioses! -dijo, echándose sobre él.
Rompió a llorar en sus brazos y no le dejó hasta que Ariven llegó y le pidió con suavidad que le dejara espacio. Mephis no se resistió, se dejó conducir por la demonio de fuego como un corderito, todavía sollozando.
-¿Qué cojones ha pasado? -preguntó Cain. Le dolía la cabeza horrores y la boca le sabía a bilis. Sentía un picor desagradable en la espalda pero Estigma no estaba allí y eso fue un alivio.
Ariven le señaló un bichito demiúrgico que revoloteaba a su alrededor. Cain le ofreció la mano para que pudiera posarse y escuchó atentamente la explicación pregrabada de Cicatriz.
-Una pesadilla…
- Sí, tienen a un pobre novato despertando a toda la ciudad. La verdad es que no sé qué habría sido de nosotros si no llega a estar él. Desde luego la Luna Roja cuida de sus hij – Ariven se llevó las manos a la boca, arrepentida por lo que acababa de decir. Mephis le dedicó una mirada furibunda. A Cain se le dispararon todas las alarmas.
-¡¿Qué ocurre?!
Ariven miró al suelo, incómoda.
-Zedrig y Vivia…
El brujo se puso en pie de un salto, casi tirando a Mephis que había vuelto a recostarse contra él. El vértigo por haberse levantado de forma repentina lo desestabilizó, pero puso todas sus fuerzas en buscar entre la multitud y se abrió paso a empujones a través de ella en cuanto vio un destello de verde y azul pastel.
Zedrig estaba tumbado sobre el suelo de piedra con la frente perlada de sudor. A su lado estaba Vivia, pálida y con un brazo en cabestrillo, pero bien, y Mikk que le cantaba un salmo contra la fiebre al nublino.
-Jefe, ya está despierto, nos tenía preocupados -dijo Vivia esforzándose en formar una sonrisa. -El novato ya despertó a Zedrig pero parece que se ha desmayado por el shock. Mikk lo está curando.
-¿Y los demás? -preguntó. El corazón le latía tan deprisa que parecía amenazar con romperle las costillas. ¿Cómo había ocurrido aquello? ¿No se suponía que eran solo pesadillas?
-Jau se fue en cuanto lo despertaron, decía que quería ayudar. Dama Circe fue con Ariven a traernos ropa pero no quiere salir de su forma lobuna, está por allí con Vanyme.
Señaló un punto de la sala donde se podía ver al enorme ulterano acurrucado sobre una loba de pelaje castaño. Dos de los frivys del servicio se habían acercado también en busca del calor y la sensación de seguridad que les daba la licántropa. Mephis llegó con ellos y se agarró a la bata de Caín. Miraba a Zedrig con ansiedad.
-Wheem aún no ha despertado, pero lo hará pronto. Ariven ha ido con él -dijo en susurros sin apartar la vista de su amigo.
Cain se mordió el labio inferior. Aquello no estaba bien, no iba bien. Quería salir en busca de sus amigos, comprobar si todos estaban bien, sin embargo allí le necesitaban. Cogió la mano de Mephis y le besó los nudillos, luego se remangó las mangas de la bata y se arrodilló junto a Zedrig.
-Déjame que te releve -pidió, y retomó el salmo en a sílaba siguiente adonde lo dejó el brujo.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Salón del trono
04/03/19, 06:45 pm
-Sí, por favor- le rogó a la idrina intentando no sonar desesperada cuando con un simple vistazo se dio cuenta de que había más gente de la que pensaba. Multitud de personas se congregaban desorientadas como ella, otras inconscientes. Por suerte para ella la nebulomante no tardó en localizar a su amigo. Ruth cambió la dirección a la que se dirigía en un instante y prosiguió a su encuentro con alarma y preocupación.
-¡Devoss!- y le dio un abrazo tan fuerte como rápido sin querer hacerle daño, la camiseta empapada de sangre le dejó adivinar que estaba herido de lo que parecía un mordisco. Se llevó la mano a la boca y maldijo no haber estudiado magia curativa en todo ese tiempo- ¡Vamos! Te pondrás bien- Pero Irianna quiso conducirlos hasta el equipo médico y la israelita comprendió con fastidio que sería mejor posponer las charlas para otro momento- eso es... ni siquiera sé qué significa el plano onírico...- admitió cuando escuchó lo ocurrido con temor. ¿Habría muertos? ¿Amigos?
La demonio de fuego comprendió la gravedad de la situación más pronto de lo que creía cuando descubrieron a la varmana entre un grupo de cuerpos durmientes y con heridas que no pintaban nada bien.
-¡Velador!- gritó arrodillándose al lado de la chica e intentando despertarla con zarandeos sin saber si serviría de algo- ¡Varsai despierta! ¡Velador!- continuó secundando a Irianna y mirando con preocupación al holandés. Solo deseaba que la ayudaran rápido y poder curar a ambos licántropos.
-¿Quién cojones eres tú?- apuntó Tayron con la garganta seca y la vista dándole vueltas. Había soñado con cosas feas, había soñado con una ciudad sumida en las sombras. Con traiciones, sangre y tiranos a los que debía ser sumiso. La muerte había ido hasta él en forma de sus amigos y justo cuando estuvieron a punto de alcanzarlo vio retazos de una niña rubia antes de despertar con la camiseta pegada a la piel.
Tay se incorporó hasta sentarse con ciertas náuseas para no dañarse la cola por estar con todo el cuerpo encima.
Mierda. Quién era ese. Pero el chico con rasgos extraños no le dio explicaciones y se puso a tocar a más gente que había a su alrededor.
Se aclaró la garganta antes de poder tranquilizarse del todo.
-¿Hola? ¿Tíos?- pero por más que el lémur buscara con la mirada no encontraría ninguna cara conocida y mucho menos rastro de la noruega. El nerviosismo comenzó a a apoderarse de él y se vio obligado a ponerse de puntillas para poder discernir a alguien que pudiera servirle de ayuda- ¿Dafne?- Nadie.
-¡Devoss!- y le dio un abrazo tan fuerte como rápido sin querer hacerle daño, la camiseta empapada de sangre le dejó adivinar que estaba herido de lo que parecía un mordisco. Se llevó la mano a la boca y maldijo no haber estudiado magia curativa en todo ese tiempo- ¡Vamos! Te pondrás bien- Pero Irianna quiso conducirlos hasta el equipo médico y la israelita comprendió con fastidio que sería mejor posponer las charlas para otro momento- eso es... ni siquiera sé qué significa el plano onírico...- admitió cuando escuchó lo ocurrido con temor. ¿Habría muertos? ¿Amigos?
La demonio de fuego comprendió la gravedad de la situación más pronto de lo que creía cuando descubrieron a la varmana entre un grupo de cuerpos durmientes y con heridas que no pintaban nada bien.
-¡Velador!- gritó arrodillándose al lado de la chica e intentando despertarla con zarandeos sin saber si serviría de algo- ¡Varsai despierta! ¡Velador!- continuó secundando a Irianna y mirando con preocupación al holandés. Solo deseaba que la ayudaran rápido y poder curar a ambos licántropos.
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-¿Quién cojones eres tú?- apuntó Tayron con la garganta seca y la vista dándole vueltas. Había soñado con cosas feas, había soñado con una ciudad sumida en las sombras. Con traiciones, sangre y tiranos a los que debía ser sumiso. La muerte había ido hasta él en forma de sus amigos y justo cuando estuvieron a punto de alcanzarlo vio retazos de una niña rubia antes de despertar con la camiseta pegada a la piel.
Tay se incorporó hasta sentarse con ciertas náuseas para no dañarse la cola por estar con todo el cuerpo encima.
Mierda. Quién era ese. Pero el chico con rasgos extraños no le dio explicaciones y se puso a tocar a más gente que había a su alrededor.
Se aclaró la garganta antes de poder tranquilizarse del todo.
-¿Hola? ¿Tíos?- pero por más que el lémur buscara con la mirada no encontraría ninguna cara conocida y mucho menos rastro de la noruega. El nerviosismo comenzó a a apoderarse de él y se vio obligado a ponerse de puntillas para poder discernir a alguien que pudiera servirle de ayuda- ¿Dafne?- Nadie.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
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