La Bodega

Nia
Jack contestó a su pregunta de una manera excesivamente engalanada. Cierto era que delante de los novatos era Dama Urticaria pero mientras no usasen su otro nombre para referirse a ella, no requeria que sus amigos cambiasen sus modales para con ella. Debatiendose entre decirselo o simplemente seguir la ola, contestó al vamprio.
-Ponme una copa de vino pues.-pero no tardó en añadir.-Eso si, confio en tu juicio como sumilier, no como nosferatu, para elegirlo.-le dijo algo bromista.
Entonces fue Giz quien le sacó de las dudas, y le afirmó que se habian reunido de acuerdo al anuncio del torneo. Frunció los labios pero no dijo nada al respecto.

Gael, por su parte, usando un tono de broma, hizo un comentario en base a su vestimenta. La náyade se limitó en devolverle una sonrisa cargada con igual jocosidad.
-¡Ojalá que pudiera ser "de la clase alta"!-exclamó con un bufido al final.-Así no tendria que trabajar nada y estaria a mis anchas, pero no, tampoco me he arreglado por vosotros, no tengo tanto tiempo libre a diario como para deleitaros con mi presencia arreglada hasta este extremo.-bromeó.- Voy a ir a una puja. Parece ser que un viejo, pero poco importante, habitante de la ciudad ha muerto recientemente y tiene más de una cosa que aportarle a la ciudad entre sus propiedades en subasta. Sus despojos son muy caros y peligrosos, así que he traido algo de seguridad conmigo, están esperandome para dentro de una hora.-acabó por explicar.

Noel, siempre en un tono de jocosidad, la llamó por su nombre, cosa que le hizo desorbitar los ojos por un segundo antes de barrerlo con toda la naturalidad con la que podria lidiar con aquello. Por suerte ninguno de los novatos se daria cuenta. Ahora bien, el significado de sus palabras la descolocaron por unos instantes antes de notar aquella sensación extraña en el pelo, una sensacion viscosa y húmeda que habia logrado pasar desapercibida. Estirando su pelo, logró arrancar a la pegajosa criatura de su cabello para exponerlo por delante de su cara. Con una ligera sorpresa, lo dejó caer en sus palmas y procedió a pasarle parte de la humedad que portaba encima a aquella bola gelatinosa que miraba a la ulterana con ojos plateados. Entonces, la náyade suspiró de cansancio.
-Vaya dia que llevo... Un funeral y un parto...-comentó, pero no pudo evitar completar un poco al rato.-Se murió la mayor de los dos frivys que quedaban en mi custodia.-No parecia muy conmovida por la muerte de la anciana, y a decir verdad, para ser rocavarancolia, Nia tenia el estandar de preocuparse demasiado por aquellas cosas, pero aún así procedio a explicarse.- Pasó durante la noche, mientras dormia así que tampoco pude hacer mucho por ella, pero estaba en la edad. La incineramos y sepultamos sus cenizas. Luego, a la hora de comer, mi ejemplar de gaussapiano dio a luz.-No importaba si los presentes supiesen que era un Gaussapiano o no, porque la náyade no tardó en hacerles un breve resumen sobre su propio especimen que era aquella especie de salamandra-piraña que le solia acompañar. Tras haberse aclarado, prosiguió con la explicación.-No se en que momento ha podido crear y fecundar tantos huevos pero he estado con las manos llenas cuidandoles y asegurandome de que todo fuese bien con el parto en si que hasta hace poco no pude salir del tanque. Y cuando lo hice, este pequeño, este pequeñajo ha debido de pegarseme en el pelo.-dijo, mientras le daba pequeños toques con la punta del dedo en la gelatinosa superficie del neonato.-Es enano y débil. Su padre ha debido de rechazarle.-comentó, algo apesadumbrada.
Noel entonces le preguntó si le venia bien la incursión a Ulterania en un par de dias. La náyade se quedó pensativa unos instantes y finalmente le respondió.
-Creo que en los próximos dias si que no tengo nada, asi que me viene bien hacerlo pronto.-acabó por contestar.

El pequeño ser gelatinoso bailaba en la palma de su mano mientras que con la otra saboreaba el vino que le habia servido Jack. Tras darle su aprovación al vampiro, elaboró otra pregunta a los presentes.
-El torneo... ¿Parece fiable?-preguntó de primeras, para luego añadir.-No es que tenga intención de apuntarme, claro está, pero quisiera saber si cuando vaya a espectarlo voy a tener que llevar una mesa de cirujia para coseros de nuevo un brazo o no.-comentó, mientras se sumia de nuevo en su copa.

Malahierba accede a mi propuesta por lo que con una sonrisa picara de autosuficiencia asomando por la comisura de mis labios alzo mi cerveza ante él y le doy un trago. Apurando la cerveza miro a los chicos y, sonriendo les hablo. -Voy a salir un momentito fuera luego vuelvo. Os dejo esto ahora por aqui mientras estoy en la entrada.- Digo señalando la figura de arena mientraz intento remarcar, intentando parecer sutil,  que no estaré lejos.

Me giro hacia el poltergeist ladeando mi cabeza hacia la puerta. -¿Vamos?- Le digo con una sonrisa conciliadora.

El novato me acopaña hasta la puerta mientras camino en silencio viendo levitar al chaval para abrir la puerta dandole espacio para que malahierba pase primero cerrando la puestra tras nosotros. El novato no tarda en encaminarse hacia el dragón preguntando si podria ser posible poseerlo. Cruzandome de brazos apoyado en el quicio de la entrada le hablo soltando una carcajada. -Si no lo ves muy grande puedes intentar poseerlo si te da ilusión.- Digo asintiendo levemente con la cabeza mirando a mi figura

-Si quieres te lo pongo en mejor sitio. No creo que a Jack le gustase que uno de mis niños le destroce la entrada.- Sin dar tiempo a responder al chico mi vista se posa en mi figura haciemdo que se mueva.

El dragón se encuentra tumbado de costado con las fauces sobre las garras delanteras y las alas recogidas como si durmiese, completamente inerte, como si de una buena estatua se tratase. Al posar mi mirada sobre él le hago rascar las uñas en el suelo antes de hacer que alce el cuello rompiendo con la imagen decorativa de la creación. Incorporo al dragón y le hago sacudirse como si de un perro mojado se tratase para que despues baje su cabeza hasta el, ahora mas pequeño invento dedicandole una sonrisa cargada de arenosos dientes puntiagudos. -Vamos a la acera si te parece.- Le digo al chico pasando detras suya alejandome de la bodega. Doy un chasquido haciendo que el dragón alce su cabeza pasando por encima del novato esquivando con su cola al chico. Intento causar la mejor impresión posible a malahierba. "Un novato impresionado es la mejor manera de sacar informacion facil y rápida." Pienso al llegar a la mitad de la acera y poner mi dragón a mi espalda que, cuando lo cocolo en su lugar, extiendo sus alas intentando darle mayor sensación de inmensidad.

"Cuando el chico este preparado tengo que intentar sacarle algo de la creadora de su, ahora empequeñecida, figura demiurgica." Pienso mientras el chico se acerca

En cuanto el dragón empezó a acercársele de manera invasiva, Tap dirigió sus peores pensamientos hacia el brujo y se apartó para que no dañara el cuerpo demiúrgico. <<¿Es que no es capaz de controlarlo o acaso trata de restregármelo por la cara?>>. Fuera como fuese, las dos opciones le parecían válidas para un gigante. Resopló mentalmente, la única manera en la que podía hacerlo, y esperó a que se calmara. El dragón se quedó sobre la acera con las alas abiertas y Matt le había dado el visto bueno para probar. Fue entonces cuando Tap depositó su juguete en el suelo y saltó a la inmensa figura de arena. El brujo había acertado en que era demasiado grande y Tap no podía levantarlo del suelo. Sin embargo sí que pudo mover las alas, la cabeza y la cola por separado. <<Esto podría matar a uno de ellos si se le cae encima...>> valoró, pensando en Atol y Shiz, para no ir más lejos.

—¿Podrías fabricarme uno más pequeño?—preguntó directamente. Salió del dragón y volvió a saltar dentro de su cuerpo de metal—No hace falta que esté tan elaborado como este y puedo ayudarte con cualquier cosa que necesites a cambio—se ofreció. No esperaba que se lo hiciera gratis, por la misma razón que él no se lo haría a Matt, de darse el caso—. A dama Hálito le hice unos recados en Frivo e Irraria.

El muñeco del poltergeist se gira mirando mi creación y mientras me alejo un poco le cedo con la mano   a mi dragón. Observo curioso al novato intentando mover a la figura. Al principio lo hace de manera bastante descompasada por lo que suelto un pequeña carcajada. El fantasma parece concentrado jugando con la cola y las alas.

Cuando el dragon deja de moverse el muñeco adquiere vida y escucho al novato. Sonrio ante la pregunta mientras me rasco la barbilla y me acerco al muñeco. "Al final acabaré siendo proveedor de figuras. Podré poner un puesto cutre en el mercado vendiendo figurillas de trolls o de leñadores para los guiris." La idea de verme en esa situación me hizo soltar una sosegada carcajada.

-Puedo mirarte algo mas pequeño ahora si quieres ¿Eh? La verdad es que no suelo hacer estas cosas para venderlas.- "Si el novato puede proveerme de algo puede ser interesante poner un precio a alguna de las  cosas de la bolsa." Pienso al hacer recuento de las cosas que tengo almacenadas. El chico comenta sobre el trato que hizo con la tal Dama Halito por lo que me sorprendo que me vaya a ser tan facil sacarle el tema al fantasma.

-¿Y que le traiste de esos mundos?¿Es ella de alguno de esos? Nunca habia escuchado hablar de alguien con ese nombre.- Le digo al chico mientras abro mi bolsa sin fondo y meto la mano haciendo como que busco algo. - ¿Donde la conociste? Yo llevo aqui dos años y pico solo y aun no conozco a la mitad de la gente.- Le digo sin mirarle mientras que saco la mano a la par que hago que un pequeño torrente de arena comiena a brotar formando una bruma al ascender quedando sobre nosotros. -Aqui tengo una cosa algo mas pequeña.- Digo señalando la nube.

-Esto... veras..- Le digo dubitativo sin saber muy bien como preguntarle a Malahierba.- ¿De vivo tenias muchas patas? Quiero decir... ¿Que te da igual dos que cuatro patas no? Por si quieres estar erguido ahora.- Le digo encogiendome de hombros sonriente. La nube desciende al suelo y se arremolina formandouno de los ultimos fennecs que he modelado.

—Le traje metal, plástico y madera. Materiales para fabricar esto—señaló su cuerpo—. Seguramente le sobró...—pensó en voz alta—. No era de ninguno de esos mundos. Era una morada, como las dos cosechadas nuevas de Letargo. Trabajaba en Altabajatorre, pero si estás pensando pedirle algo, puedes relajar el capullo—Tap se quedó en silencio unos segundos y al retomar el habla, su tono era bastante más serio—. Se suicidó.

El tema no le gustaba. La muerte de dama Hálito, a pesar de ser una casi completa desconocida para él, le tocaba la moral mucho más de lo que le gustaría creer.

—Esta figura está mejor—cambió de tema completamente al ver al perro enano de arena que había salido de aquella bolsa. Lo poseyó y esta vez tuvo mejor suerte. No le costaba demasiado hacerlo levitar. Las patas no las coordinaba, pero en el aire era dificil tropezarse por muy mal que andaras. Dio un par de vuelos erráticos con él y volvió a depositarlo en el suelo. Aunque era una buena figura, Tap buscaba algo distinto—. ¿Podrías realizar una MUY pequeña? Un escarabajillo o una lagartija.

En cuanto el poltergueist describe el color de la chica mi mandibula se tensa al instante. Era ella, la zorra de Enna se esconde en Altabajatorre. Gracias al chaval tengo la busqueda mucho mas acotada. Mi aire simpatico se ha vuelto un poco mas sombrio. Las palabras apesadumbradas sobre la muerte de la chica me sienta como un jarro de agua fria. -¿Muerta? ¿Enna se ha suicidado?-

Pregunto en voz baja, mas para mi que para el chico. "Jamas me hubiese pensado que la daeliciana demente hubiese acabado suicidandose. ¿Podria ser que tuviese razón Puntada al decirnos que habia cambiado? Es cierto que cuando nos la encontramos en luna alta la noté diferente. ¿Puede ser por nosotros por lo que se ha matado?"

El chico sigue hablandome pero no le he escuchado perdido en mis divagaciones. -¿Que?- Pregunto totalmente descentrado. -Esto.. si, claro. Puedo hacerte ahora algo asi mas pequeño. ¿Como la palma de mi mano? ¿O mas pequeño?- Necesito apartar esos pensamientos de mi mente. El ambiente se ha enrarecido un poco desde que el chico me ha soltado la bomba por lo que intento volver a la normalidad para no incomodar al repoblador.

Saco en silencio una pequeña esfera de arena que asciende de la bolsa y se coloca flotando enfrente mia. La esfera se parte en dos por la mitad exacta por lo que agarro uno de los segmentos y comienzo a compactar y modelar con las manos. Al ser una figura tan pequeña no me cuesta mucho crear las patas. La cabeza de la figura me queda algo triangular y achatada, la figura no tiene uñas, ni ojos ni mandibulas. Es una figura simple por lo que agarro con la boca uno de mis guantes para sacar mi mano y, con el meñique, perfilo un par de oquedades que hacen la función de ojos.

-¿Algo asi?- Le digo tendiendo mi mano a la altura de la cabeza de la figura de Enna. Cuando el chico abandona el cuerpo de la demiurga aprovecho para cogerlo del suelo y mirarlo con cierto aire de melancolia y lastima. -¿Y cuando dices que se ha matado? ¿Sabes como ha sido? ¿O porque?- Pregunto a la lagartija. "Si ha hablado con ella quizas sepa algo quw yo no sepa." Me resulta increible que ahora, a estas alturas de mi vida, este sintiendo lastima al fin por el final de la  maldita demente lila.

Mientras espero que el chico me responda necesito hacer algo por lo que con el otro hemisferio de la esfera comienzo a moldear una de las polillas que usé en Asrena. Cuando la tengo terminada la hago revolotear a mi alrededor tranquilamente mientras escucho a mi informador

Tap no había pasado por alto ciertos detalles: conocía su nombre antiguo, hacía muchas preguntas y su actitud había cambiado tras enterarse de la suerte que había corrido dama Hálito. Empezaba a sospechar por qué el gigante había sido tan amistoso con él, pero no le importaba siempre y cuando saliera de aquel lugar con un juguete nuevo.

—La conocías, ¿no? ¿Coincidisteis en la misma cosecha?—preguntó telepáticamente desde la lagartija, mientras el brujo sobaba la creación de la demiurga. No le hacía graica que estuviera en manos tan grandes, pero se lo dejaría pasar por la pérdida de la que acababa de enterarse—. Se acercó demasiado al Abismo y se acabó lanzando. Es la grieta que susurra cosas, no sé si la conoces. Dama Puntada no me explicó mucho más, pero puede que lo hiciera por decisión propia... Y era una buena giganta, no sé qué la llevaría a acercarse.

Se calló y permaneció unos segundos dentro de la lagartija. Era ligerísima, pero lo importante es que era pequeña, más que el propio Tap, y eso la hacía convenientemente discreta. No se le escapó la polilla que había fabricado después, pero en caso de que este le preguntara, se decantaría por la lagartija.

—¿Querrías que te hiciera algún favor más a cambio de la figurilla o es suficiente con todo lo que te he contado?—se le escapó algo de sorna en el tono, pero la pregunta era seria. Tampoco le había hecho especial gracia hablar de lo de Hálito con un desconocido. Pero ella estaba muerta y ya no había traspasos de información que pudieran dañarla.

Escucho a Malahierba hablar sobre Enna, Dama Halito, la asesina, la buena giganta. Mientras el chico me habla de ella por mi cabeza se pasa todos y cada unos de los momentos con la niña azucar glass. L primera vez que vi a la chica me asusto verla tan morada. El rememorar esos momentos me hizo sonreir mientras agarro la cabeza de la figura de la demiurga. Pero de golpe la imagen de Cira muerta tirada en el suelo y la mirada de la zorra tras darle el puñetazo en la mazmorra de maciel hizo que apretase la cabeza de la figura.

Escuchar la manera de que el novato me habla e intenta intercambiar la información hace que deje caer suavemente el muñeco el suelo y me dirija hacia la lagartija lentamente. Estaba cabreado, hablar siempre de ella me cabrea y el tono del pobre novato no ha ayudado en absoluto a mi estado de animo. -Con lo que me has dicho no podrias pagar ni la mitad de mi tiempo.- Digo de manera seca.

-¿Te gusta entonces el lagarto? Tienes una dos dias para probarlo. Una vez pasen esos dos dias la figura se deshará. Tus compañeros saben donde vivo. Te aconsejo que entres por la puerta y no entres en mi cuarto sin mi permiso.- Sin dar tiempo a que la conversación se le uniesen mas palabras me incorporo y me giro para entrar de nuevo a la bodega girandome a medio camino para señalar a la lagartija.

-Deberias aprender a decir las cosas de otra manera si quieres conseguir algo de los monstruos de por aqui. Recuerdalo, dos dias. Prueba como quieras eso y piensa en que es lo que quieres. Una vez lo hagas si te apetece ven y hablaremos del precio.-

Dando por finalizada la conversación me giro y abro la puerta para ver que los chicos ya se estan marchando. -¿Ya nos vamos?-Pregunto al llegar a su altura. -¿Alguien va ahora al burdel? Tengo que pasarme antes de volver a la torre.- Digo chasqueando los dedos para hacer que la figura en la barra se desconponga rapido en un torrente que sobrevuela el aire y se introduce en mi bolsa. -Nia.- Digo sonriendo a la náyade. -Tengo que ir a la tienda a darte aquello que deje pendiente en mi ultima visita.- Le digo refiriendome a darle las monedas que vale el repelente para la tarantula de Jack.

Noel escuchó la historia de Nia mientras se terminaba su bebida y cuando la ulterana terminó de explicarse le dio una leve palmadita en la espalda.
—Ha sido un día completo, por lo que se ve. Te vendrá bien el viaje a Ulterania para desconectar un poco... a Giz y a ti a veces habría que sacaros de vuestros respectivos laboratorios con un desatascador —bromeó.
>>¿Y por qué no iba a ser seguro? No me seas como Toima, ya tuvimos un pequeño debate con él acerca de lo supuestamente poco seguro que es todo en esta ciudad. No nos va a pasar nada, solo es una competición —aseguró el draco dándole el trago definitivo a su jarra de cerveza. Lo que obviamente se guardó para él, fue lo que habían comentado acerca de los mercenarios de Gar. Prefería no darle demasiado pensamiento a aquel asunto.

Según se acercaba a la barra para dejarle allí al vampiro la jarra, escuchó su comentario acerca de enfrentarse a Adara y rodó los ojos cuando añadió la última apreciación.
—Eres más monotemático que un friki del lol. Y que sepas que me voy a chivar a Adara —le dijo sonriendo sarcásticamente mientras le plantaba el recipiente delante antes de volver a la mesa.

No tardaron demasiado, sin embargo, en decidir irse, aunque el sueco tenía curiosidad por la conversación que había mantenido Matt con el poltergeist. El brujo entró cuando se estaban levantando, no obstante, por lo que decidió que le preguntaría fuera. Se despidió del resto y una vez echaron a andar para volver, se dirigió al espectro.
—Y bien, ¿dama Hálito es Ennakhai? —preguntó sin más rodeos. Estaba bastante seguro de que ese era el motivo por el que Matt había dicho que se pasaría por el burdel.

Tap lanzó una mirada de desagrado invisible al brujo de la playa y salió de la lagartija en cuanto vio como apretaba la cabeza de su muñeco. Para cuando el poltergeist poseyó la que era su tesoro más preciado, Matt ya lo había soltado en el suelo. Ya le estaba extrañando a él que de repente todos los gigantes fueran amables. Al brujo se le había visto el plumero y Tap no iba a permitir que pagaran su mala hostia, o su impotencia o su follacardismo con él.

—Pues vaya un monstruo mariposa eres, si te molesta que te hablen de forma directa—que el brujo huyera y se volviera a meter dentro de la bodega le pareció una guarrada típica de su especie. <<Claro, vete. No eres capaz de mantener una discusión con un novato cuyas palabras no valen tu arena>>—. Te llamaría follacardos, pero ni los cardos arraigarían en tu cara—gritó, para asegurarse de que al espectro de arena le quedara clara su opinión. Se iba a meter las lagartijas ano adentro.

Antes de marcharse, Tap deshizo la figura que le había dado en alquiler. <<¡Estúpidos gigantes de mierda! Son todos iguales>> pensó mientras echaba a volar en dirección a la sede. Mucho tendría que cambiar para que el poltergeist quisiera entrar a la habitación de Matt ahora.

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Giz sonrió ante el comentario de Noel sobre Nia y él y no pudo evitar hacer un comentario al respecto.

—Algún dia deberíamos juntarnos los dos en el mismo laboratorio, a ver qué sale de ahí—y no volvió a añadir nada más hasta que llegó la hora de irse. Entonces se giró hacia Nasher y le preguntó divertido—¿Nos vemos luego?—tenía ganas de pasar más tiempo con él, aunque con menos compañía de la que se había juntado en la bodega.

Cuando salgo de la bodega me fijo en si el novato maleducado sigue donde le he dejado pero me aliviano encontrarle, a si evito acabar espachurrando a la ultima creación de la difunta. Tras despedirnos de los chicos guardo el dragón en la bolsa quedandome solo con el fennec da do saltitos y pululando a nuestro al rededor.

El draco no tarda en acercarse y su pregunta me hace sonreir y negar con la cabeza. - ¿No se te escapa una eh?- Me enmaraño un poco el pelo con las manos y suspiro lentamente, como intentando buscar otras palabras con las que plasmar los pensamientos que albergo en mi mente. -Por lo que me ha contado el novato parece ser que si. Es Enna.- Digo algo apesadumbrado. -Pero lo positivo de todo no es haberla localizado.- Continuo hablando mie tras le dedico una media sonrisa a Noel. -Por lo que parece ser la muy idiota se ha terminado tirando al abismo. No es algo que realmente me duela pero habia pensado otros muchos mejores finales para ella. Por lo visto hasta las mas dementes acaban encontrando la cordura al final de su camino.- La idea de no tenerme que preocupar mas por la chica lila  me reconforta pero ahora tengo una sensacion agridulce en el cuerpo. Por otro lado me apena no haber podido localizarla antes.

-Por eso quiero ir en un salto a ver a Wen. Me dijo que no queria saber nada de ella pero creo que esto puede interesarle. A fin de cuentas nuestro problema se ha solucionado solo por lo que parece.- Digo intentando mitigar el ambiente.

El draco me amenazó con chivarse y tuve que reírme sin remedio. Luego, riendo aún por dentro, acabé trayéndole a Nia algo que ella sí pudiera permitirse y que su aristocrático paladar pudiera elogiar. Y lo conseguí. Después me quedé a medias atendiendo la barra y a medias de pie al lado de la mesa de mis amigos, escuchando las conversaciones pero sin interrumpir. Me mantuve a dos bandas excepto para responder a Nia sobre el torneo.

—Bah, no te preocupes. Yo, al menos, si me cortan un brazo se me cura solo. De lo que no estoy seguro ya es de la cabeza... No, en serio. Si lo organiza el Consejo, tiene que ser fiable. Y por muy loco que estén nuestros contrincantes, podremos lidiar con ello—luego Matt dijo de ir al Burdel pero yo negué con la cabeza—. Yo no, tengo trabajo aún. Eh, ni se os ocurra iros sin pagar, id soltando, que pasar de dos trabajos a uno se va a notar—bromeé mientras recogía la mesa.

Les acompañé a la salida para despedirme y allí me me enteré ligeramente de lo que le había pasado al espectro con Tap, pero ni era de mi incumbencia ni me importaba mucho, sinceramente. Finalmente volví al interior, derechito al despacho para dejar el gato a buen recaudo allí dentro. Y luego pues ya vería qué haría el resto del día.

—La invención de la bomba atómica como mínimo —le había respondido a Giz ante su comentario sonriendo jocosamente.

La explicación de Matt lo cogió bastante por sorpresa, porque no se esperaba que lo que hubiera averiguado fuese que la daeliciana hubiera muerto. Por otra parte, pensó, quizás fuese mejor así. La muerte de Enna significaba que ninguno de sus amigos tendría que volver a preocuparse por localizarla, por vengarse o por lo qué harían en caso de volver a encontrarse con ella. No podía sentir lástima alguna por alguien a quien ni siquiera había visto y de la que, además, Wen tan solo tenía unos recuerdos tan amargos.

Cuando el brujo dijo que iría a hablar con la vouivre, el draco se quedó pensativo unos segundos. Pero enseguida decidió que no era asunto suyo, eran ellos quiénes debían hablar sobre aquel tema. De todas formas ya hablaría con Wen más tarde, por lo que simplemente asintió.
—Nosotros volvemos al cuchitril, así que podemos acompañarte hasta la puerta del burdel.

Sigue en el Cuchitril.

Shizel vio que la figurilla que ahora era Tap salía de la bodega por el rabillo del ojo, y se resignó definitivamente a preguntarle por los tejemanejes de la telepatía otro día. Quizá fuese mejor así, ya que tendría tiempo de rebuscar en sus apuntes, empaparse de lo básico y estar en posición de plantearle dudas concretas. Eso en el supuesto de que el repoblador estuviera dispuesto a contestarle, lo cual era ya mucho suponer.

La reunión mostraba ya tintes de dispersarse. Finalizada la conversación con Alder el skrýmir se despidió de quien notase su marcha y salió de la bodega, aún paladeando el sabor a vino en los labios.

Sigue dondequiera que se le reclame.

La jornada estaba siendo perfecta. El bar estaba abarrotado, el ambiente pre-torneo era bastante palpable, y la caja se llenaba por momentos. Sencillamente perfecto. O al menos así había sido hasta hace un momento. Como hacía cada rato, estaba haciendo guardia revisando los hechizos de guardia de cada zona... Pero no hizo falta que la continuara pues algo pasó en la bodega en sí y la imagen se me actualizó sola. Al momento vi algo que tiraría la perfección de un golpe si la gente se enteraba. <<Qué demonios...>> Una alimaña había llegado de alguna forma a la bodega en sí y a había abierto uno de los barriles. No había rastro de destrozos en las paredes por las que podría haber entrado, y las criaturas de Matt no se habían percatado de su presencia. <<Hay que fastidiarse...>> Me disculpé un momento en la barra y subí al despacho, donde cogí el comunicador y contacté con el Cuchitril.

—¿Hola, hay alguien? ¿Podríais venir a la bodega a deshaceros de un bicho? ¡Estoy hasta arriba de trabajo, si bajo yo pierdo dinero y si no hago nada el bicho me deja sin barriles! Perdón, estrés. ¿Venís, porfa? Porfa significa que os pagaré bien.

En cuanto dijeron que sí, volví a atender la barra. Un barril de vino de momento no era una gran pérdida. De momento.

—¡Jefe! Acabo de volver de la bodega, hay algo raro ahí abajo.
—Ya lo sé, silencio. Ya vienen a arreglarlo—y, dicho eso, avisé al resto del personal tanto de la situación como de que les dejaran bajar luego a los cuchitrileros.

Cuando recibieron la petición de ayuda de Jack, Noel se encontraba en su habitación practicando con la batería en el interior de un hechizo insonorizador. Sin dejar de practicar mientras escuchaba al vampiro a modo de comprobación de si era capaz de atender a las dos cosas a la vez, dejó que otro se encargase de responder primero y así fue como oyó a Giz preguntando detalles sobre la alimaña en cuestión. El instinto genemágico del asreniano no tardó en sacar a relucir su interés por la criatura y fue entonces cuando el draco aparcó las baquetas para pulsar el botón que activaba el envío de sonido en su aparato para decir que acompañaría al goliat. Al fin y al cabo los demás estaban ocupados en mayor o menor medida y la batería no iba a irse a ningún sitio. O al menos eso creía, pero le lanzó una mirada de advertencia a Odin antes de salir de su habitación y reunirse con Giz en la entrada del cuchitril.

En cuanto llegaron a la bodega hablaron brevemente con el vampiro, ya que se encontraba muy atareado en ese momento y les indicó donde se estaban produciendo los destrozos. Tras hacer algún comentario sarcástico respecto a lo normal que era que a Jack se le colasen cosas en la bodega porque confiaba su seguridad a un montón de arena, Noel y Giz no perdieron más tiempo y accedieron al sótano de almacenaje indicado.

Las botas del sueco chapotearon en un charco de sangre desparramada que bañaba una buena parte del suelo de aquella planta, en la que bien podía parecer que se había llevado a cabo un asesinato múltiple de no ser por los barriles destrozados de los que manaba dicha sustancia. No había nada anormal a la vista. Pero, tal y como no tardó en darse cuenta tras internarse unos pasos en la sala, sí al oído.
—Oigo un sonido muy tenue, como de succión —le comunicó al asreniano—. Viene de… ahí.
El sueco echó a andar hacia el punto al que había señalado, justo al lado de uno de los barriles rotos. Además de intensificarse el sonido a medida que se acercaban, siendo probablemente audible también para el goliat, no tardaron en comprobar que en la superficie del líquido se estaban produciendo unas pequeñas ondas. Había algo allí, algo no visible. Pero por suerte, Giz le había enseñado no hacía mucho la variante del hechizo de niebla mágica que permitía realizar lectura térmica y ambos no tardaron en conjurarlo.
—¿Qué diablos? —dijo cuando vio a aquella criatura que estaba absorbiendo la sangre—. ¿Eso es una sepia?
Como si hubiera reaccionado a sus palabras, el ser dejó de alimentarse instantáneamente y ascendió en el aire. Se empezó a mover como si estuviera nadando en medio del aire y, antes de que pudieran hacer nada más, mostró la boca que tenía bajo los tentáculos. Una boca dentada como la de una sanguijuela y que al parecer consideró que el draco y el goliat eran una fuente de sangre más digna que el suelo y la criatura, que no emitía más sonido que el de su desplazamiento, se lanzó en su dirección.
—Tú eres el experto, ¿pero por qué alguien podría querer cambiar el hábitat de un calamar y además convertirlo en un chupasangre? —le preguntó a Giz mientras disparaba un par de plumas de sus alas en dirección a la cabeza de la criatura a modo de primer ataque—. ¿Lo quieres vivo?
Era una pregunta imprescindible para saber cómo proceder a continuación.