Barrio de los Callejones sin Salida
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51 participantes
- Rocavarancolia Rol
Barrio de los Callejones sin Salida
03/08/11, 12:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
En el lado más céntrico queda aún parte de este laberíntico montón de edificaciones sin orden aparente. Perderse es tan fácil como encontrarse alguna criatura hambrienta.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
14/02/19, 09:57 pm
Eriel se había despertado aquel día bastante agitado. Había tenido un sueño raro con una torre, cosa que le recordó al sueño que había tenido durante la cosecha.
Se lavó la cara para despejarse y asumió que si bien ambos se parecían no debían ser la misma torre.
Salió de su habitación y buscó a sus amigos pero no encontró a nadie.
-¿Habrán salido? - preguntó al aire. Bajó a la cocina y comió algo.- Que raro... a estas horas la sede suele tener bastante actividad.
Decidido salió a buscar fuera. Dio varias vueltas pero siguió sin ver a nadie. Después de un rato pasó al lado del derrumbado Maciel y se internó en el barrio laberíntico.
Distinguió una figura a lo lejos y se acercó hacia ella. Según se iba acercando distinguió quién era.
-Eh, Samika - Le dijo a buena distancia. La conocía de verla en la sede, era bastante maja. Cuando la chica no respondió el gárgola se acercó más y le tocó el hombro.- Eh, ¿te pasa algo?
Se lavó la cara para despejarse y asumió que si bien ambos se parecían no debían ser la misma torre.
Salió de su habitación y buscó a sus amigos pero no encontró a nadie.
-¿Habrán salido? - preguntó al aire. Bajó a la cocina y comió algo.- Que raro... a estas horas la sede suele tener bastante actividad.
Decidido salió a buscar fuera. Dio varias vueltas pero siguió sin ver a nadie. Después de un rato pasó al lado del derrumbado Maciel y se internó en el barrio laberíntico.
Distinguió una figura a lo lejos y se acercó hacia ella. Según se iba acercando distinguió quién era.
-Eh, Samika - Le dijo a buena distancia. La conocía de verla en la sede, era bastante maja. Cuando la chica no respondió el gárgola se acercó más y le tocó el hombro.- Eh, ¿te pasa algo?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
15/02/19, 02:06 pm
Sabía bien que quedarse allí sola acurrucada en medio de un calle cualquiera no era la mejor idea del mundo, así como también que su prioridad era llegar ya fuese a la Sede o a Serpentaria para que alguno de sus amigos pudiera ayudarla con aquello. Pero saberlo y lograrlo, eran dos cosas muy distintas. Ni siquiera tenía claro donde se encontraba y ya solo eso añadía una dificultad extra que hacia aun mas mella en sus ya exaltados nervios.
Su cuerpo temblaba entre sollozos, sintiendose patética y desprotegida, increíblemente frágil en aquella calle indefinida en una ciudad de monstruos. Todos esos temores que había dejado a un lado, ese miedo a la oscuridad, esa fragilidad que había sentido cuando era pequeña y perdió su visión, haciendo que todo se volviese mas difícil de realizar, parecían volver a ella de pronto, en oleadas. Habia practicado tanto, había luchado tanto desde pequeña para que su minusvalía no fuera en si un impedimento para hacer todo lo que deseaba hacer, que verse ahora convertida en un paño de lagrimas, con otro de sus sentidos arrebatados la devolvía a aquellos días. Perdió la vista siendo muy pequeña, por lo que el cambio no fue tan brusco, pero hacerlo ahora con su audición, que era ademas su sentido mas desarrollado y que le facilitaba la vida era demasiado para ella.
Ese silencio inquietante que existía a su alrededor era asfixiante, que hacia imposible escuchar ni siquiera sus sollozos y su respiración entrecortada. Ni los pasos acercándose a ella, ni el llamado de su nombre.
La evaki no supo nada hasta el momento que el contacto de una mano toco su hombro y sus nervios, su miedo y el instinto se dispararon en todo su ser con una adrenalina bien conocida. Peligro, miedo, desproteción, todo se juntaron en el interior de la evaki, quien sin mediar palabra, sin saber siquiera quien era el dueño de tal tacto, reaccionó.
Samika, perdió su forma aovillada en cuestión de segundos, para sin miramientos posar sus manos en el suelo para usarlas de apoyo y levantó la pierna con todas sus fuerzas arreandole una patada directamente en la cara al dueño de aquella mano. Un golpe duro destinado a hacer el mayor daño posible, chocó contra un cuerpo igual de duro. Sus ojos se abrieron de par en par llenos de lagrimas, al tiempo que retrocedía un poco poniendo instintivamente distancias, lo suficiente para que la figura entrara en su campo de visión pero no para que sus manos pudieran volver alcanzarla fácilmente. Sus puños se cerraron son seriedad, sus respiraicon aun mas alterada cuando sus ojos visualizaron apenas un borrosa forma humana de piel gris, de cuya espalda dos formas que reconoció como alas sobresalían.
No era la primera vez que esa apariencia era vista por la evaki, se había topado con ella varias veces en los pasillos de la Sede, incluso habían llegado a hablar, pero en esos momentos, alterada como estaba y sin poder oír, Samika no conseguía fiarse de nadie.
-¿E...rIEl...ErEs tu?- no sabia si fiarse o confiar o si de nuevo estaban engañándola ahora que no podía escuchar.Intento enfocar mejor su visión. Realmente así de principio parecía el, aun así no se relajó-SOlo....aSIienTe, No haBLes, No PueDo OIrtE...y No tE ACerquEs aÚN- su voz era entrecortada y dificultosa, sabia lo que quería decir y sabia que estaba diciéndolo, pero al no ser capaz de oírse a si misma no era consciente de como podría escucharse su voz o cual alto podría estar hablando. Estaba muy nerviosa y aquello podía notarse en su inquieta y tensa figura.
Su cuerpo temblaba entre sollozos, sintiendose patética y desprotegida, increíblemente frágil en aquella calle indefinida en una ciudad de monstruos. Todos esos temores que había dejado a un lado, ese miedo a la oscuridad, esa fragilidad que había sentido cuando era pequeña y perdió su visión, haciendo que todo se volviese mas difícil de realizar, parecían volver a ella de pronto, en oleadas. Habia practicado tanto, había luchado tanto desde pequeña para que su minusvalía no fuera en si un impedimento para hacer todo lo que deseaba hacer, que verse ahora convertida en un paño de lagrimas, con otro de sus sentidos arrebatados la devolvía a aquellos días. Perdió la vista siendo muy pequeña, por lo que el cambio no fue tan brusco, pero hacerlo ahora con su audición, que era ademas su sentido mas desarrollado y que le facilitaba la vida era demasiado para ella.
Ese silencio inquietante que existía a su alrededor era asfixiante, que hacia imposible escuchar ni siquiera sus sollozos y su respiración entrecortada. Ni los pasos acercándose a ella, ni el llamado de su nombre.
La evaki no supo nada hasta el momento que el contacto de una mano toco su hombro y sus nervios, su miedo y el instinto se dispararon en todo su ser con una adrenalina bien conocida. Peligro, miedo, desproteción, todo se juntaron en el interior de la evaki, quien sin mediar palabra, sin saber siquiera quien era el dueño de tal tacto, reaccionó.
Samika, perdió su forma aovillada en cuestión de segundos, para sin miramientos posar sus manos en el suelo para usarlas de apoyo y levantó la pierna con todas sus fuerzas arreandole una patada directamente en la cara al dueño de aquella mano. Un golpe duro destinado a hacer el mayor daño posible, chocó contra un cuerpo igual de duro. Sus ojos se abrieron de par en par llenos de lagrimas, al tiempo que retrocedía un poco poniendo instintivamente distancias, lo suficiente para que la figura entrara en su campo de visión pero no para que sus manos pudieran volver alcanzarla fácilmente. Sus puños se cerraron son seriedad, sus respiraicon aun mas alterada cuando sus ojos visualizaron apenas un borrosa forma humana de piel gris, de cuya espalda dos formas que reconoció como alas sobresalían.
No era la primera vez que esa apariencia era vista por la evaki, se había topado con ella varias veces en los pasillos de la Sede, incluso habían llegado a hablar, pero en esos momentos, alterada como estaba y sin poder oír, Samika no conseguía fiarse de nadie.
-¿E...rIEl...ErEs tu?- no sabia si fiarse o confiar o si de nuevo estaban engañándola ahora que no podía escuchar.Intento enfocar mejor su visión. Realmente así de principio parecía el, aun así no se relajó-SOlo....aSIienTe, No haBLes, No PueDo OIrtE...y No tE ACerquEs aÚN- su voz era entrecortada y dificultosa, sabia lo que quería decir y sabia que estaba diciéndolo, pero al no ser capaz de oírse a si misma no era consciente de como podría escucharse su voz o cual alto podría estar hablando. Estaba muy nerviosa y aquello podía notarse en su inquieta y tensa figura.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
15/02/19, 10:39 pm
Eriel no se esperaba un golpe y por eso no se preparó de ninguna manera. La patada en la mandíbula lo sacó volando y cayó con un golpe sordo en el suelo.
Demasiado aturdido para saber qué había pasado el nublino intentó incorporarse pero se mareó. Sentía un dolor intenso y notó un ligero sabor a sangre.
-Ay - fue todo lo que acertó a decir.
Después de unos momentos consiguió levantarse y mirar como un cachorro apaleado a la evaki. Hasta que ésta le dijo que estaba sorda. ¿Ciega y sorda? Menuda mala suerte. Pero el nublino sabía lo que era quedarse sordo y no hacía gracia. Al menos ahora entendido la reacción de la chica.
Asintió distraído e hizo ademán de acercarse hasta que le dijo que no. Levantó las manos como para defenderse de otro posible golpe y se alejó un paso. Buscó un palo y se puso a escribir en el suelo.
"Soy yo. ¿Qué te ha pasado?"
Demasiado aturdido para saber qué había pasado el nublino intentó incorporarse pero se mareó. Sentía un dolor intenso y notó un ligero sabor a sangre.
-Ay - fue todo lo que acertó a decir.
Después de unos momentos consiguió levantarse y mirar como un cachorro apaleado a la evaki. Hasta que ésta le dijo que estaba sorda. ¿Ciega y sorda? Menuda mala suerte. Pero el nublino sabía lo que era quedarse sordo y no hacía gracia. Al menos ahora entendido la reacción de la chica.
Asintió distraído e hizo ademán de acercarse hasta que le dijo que no. Levantó las manos como para defenderse de otro posible golpe y se alejó un paso. Buscó un palo y se puso a escribir en el suelo.
"Soy yo. ¿Qué te ha pasado?"
- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
16/02/19, 03:20 am
Notar el peso de Estigma a su espalda le daba arcadas. Ya había quedado claro que no podía deshacerse de él y que era el único de sus demonios vinculados que respondía a su llamada, aunque no tenía muy claro si le hacía caso. Era como volver a cuando era cosechado, con el horror añadido de tener que ver su dominio. En el día a día podía ignorar su existencia, tratarlos como una fuerza más de las huestes demoníacas que controlaba, pero ya no podía; en las calles, entre gritos y cuerpos contrahechos, charcos de sangre y vísceras, se alzaban los apéndices repugnantes de los demonios asmódeos. No era un dominio que escaseara en una ciudad con tanto sufrimiento como Rocavarancolia, aun así eran inusualmente numerosos.
-¿Seguro que no sabes qué está ocurriendo? -preguntó Cain al aire. Llevaban un rato dando vueltas y salvo cuerpos retorciéndose y los apéndices de demonio que salían de ellos no se había encontrado con nadie.
-El Infierno ha venido a por tí. Al fin has enloquecido, solo es cuestión de tiempo que te devoremos -respondió Estigma.
Cain puso los ojos en blanco. Era muy habitual en los demonios las amenazas de ese tipo, la perdición era el destino final de todos los invocadores y como ellos había aprendido a que no le afectaran, pero las de Estigma eran un pelín más molestas, y es que él conocía toda su vida, todas sus inseguridades, y ya no tenía a Dantalian para mandarlo callar. ¿Ese era su tormento? ¿Aguantar aquella voz machacándole la cabeza por toda la eternidad?
Empezaba a cansarse de tener que cargar con cuatro miembros extra monstruosamente desproporcionados, tal vez debería volver al burdel y sufrir su castigo en la cama. Pero entonces vio a dos figuras al final de un callejón.
Se acercó con precaución. No tardó en reconocer a una: la evaki a la que le había tatuado la runa de vestir, y el otro no podía ser sino la nueva gárgola de Maciel de la que le había hablado Wheem. Eran novatos (una relativamente) y no deberían suponer una amenaza, sin embargo no le hacía especial gracia presentarse frente a nadie de esa guisa.
-¿Acaso te queda otra opción? -se burló Estigma. El brujo soltó un largo suspiro y apretó el paso.
-¡Samika! -llamó -¿Estás bien?
Cuando estuvo lo bastante cerca vio que la chica tenía los ojos llenos de lágrimas y se puso en tensión. Las manos de Estigma se cerraron en sendos puños y se apoyaron a ambos lados del chico. Cain miró a la gárgola de reojo.
-Tú eres Eriel - dijo -Wheem me habló de tu grupo. ¿Sabes qué cojones está pasando?
-¿Seguro que no sabes qué está ocurriendo? -preguntó Cain al aire. Llevaban un rato dando vueltas y salvo cuerpos retorciéndose y los apéndices de demonio que salían de ellos no se había encontrado con nadie.
-El Infierno ha venido a por tí. Al fin has enloquecido, solo es cuestión de tiempo que te devoremos -respondió Estigma.
Cain puso los ojos en blanco. Era muy habitual en los demonios las amenazas de ese tipo, la perdición era el destino final de todos los invocadores y como ellos había aprendido a que no le afectaran, pero las de Estigma eran un pelín más molestas, y es que él conocía toda su vida, todas sus inseguridades, y ya no tenía a Dantalian para mandarlo callar. ¿Ese era su tormento? ¿Aguantar aquella voz machacándole la cabeza por toda la eternidad?
Empezaba a cansarse de tener que cargar con cuatro miembros extra monstruosamente desproporcionados, tal vez debería volver al burdel y sufrir su castigo en la cama. Pero entonces vio a dos figuras al final de un callejón.
Se acercó con precaución. No tardó en reconocer a una: la evaki a la que le había tatuado la runa de vestir, y el otro no podía ser sino la nueva gárgola de Maciel de la que le había hablado Wheem. Eran novatos (una relativamente) y no deberían suponer una amenaza, sin embargo no le hacía especial gracia presentarse frente a nadie de esa guisa.
-¿Acaso te queda otra opción? -se burló Estigma. El brujo soltó un largo suspiro y apretó el paso.
-¡Samika! -llamó -¿Estás bien?
Cuando estuvo lo bastante cerca vio que la chica tenía los ojos llenos de lágrimas y se puso en tensión. Las manos de Estigma se cerraron en sendos puños y se apoyaron a ambos lados del chico. Cain miró a la gárgola de reojo.
-Tú eres Eriel - dijo -Wheem me habló de tu grupo. ¿Sabes qué cojones está pasando?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
18/02/19, 05:50 pm
Estuvo atenta a cada misero movimiento de la figura borrosa grisacea que estaba frente a ella y a quien había creído era Eriel, Notar su asentamiento, hizo que dejara de apretar fuertemente ellos nudillos aun así mantuvo una distancia prudente un tanto insegura. Lo vio moverse frente a ella a algo mas de metro y medio, intentando escribir en un trozo de tierra sin loza en el suelo. Samika esperó, pero a esa distancia no podía realmente percibir que había escrito, sin mas remedio se acercó un poco pero aun así se le hacia difícil el ser capaz de leer las letras escritas en la tierra. Gruñó con frustración, no escuchándose pero aun así siendo algo evidente para la gárgola.
Estaba amaneciendo si, pero no había aun la suficiente luz, y aun si la hubiera, para ella leer era algo difícil de realizar sino eran letras hechas especialmente grandes. Era una situación realmente mala, tan frustrante que solo sentía ganas de llorar o golpear algo.
Incluso si Eriel tenia buena sus intenciones y ella lo apreciaba, su situación era una autentica mierda en todos lo sentidos. Por ello y a pesar de que realmente no pudo leer lo escrito, intentó imaginarse por cuenta propia que podría haber dicho. <<En estos caso...imagino que habrá preguntado que me ocurrió o algo así. De normal uno no va a dándole patadas en la mandíbula a la gente por la calle porque si, no yo al menos >> pensó Samika intentando darle un poco de lógica al asunto a pesar de estar con los nervios a flor de piel.
Fue a abrir la boca para responder, pero ninguna palabra logró salir de sus labios cuando otra figura, imponente a su percepción entro en su campo visual. Los nervios de Samika se dispararon del terror, cuando lo primero que logro atisbar fue un masa borrosa de color blanco que parecía unirse una figura humana que tampoco identificaba.
Sus puños se cerraron en tensión cuando la figura se acercó a ella y apenas si pudo contener el instinto de golpearle como había hecho con Eriel. Fue prudente y no lo hizo, no sabía quien era y estaba en desventaja así que intento ansiosamente de averiguar si aquella figura era un peligro o no antes de volver a reaccionar de forma impulsiva. Podría protegerse físicamente contra cualquiera, pero estaba totalmente expuesta a cualquier ataque mágico, no podía jugársela.
La figura que portaba consigo una extraña alas a su espalda, se hizo algo mas nítida a la acercarse y aun así a Samika se le hizo un poco difícil identificarle como simple humano. Blanco, amarillo, solo parecían puntos de color en una enorme mole. ¿Querría atacarles o era alguien conocido? No podía asegurarlo por lo que se sintió un tanto desconfiada<<¿Será alguien conocido al que no logro identificar? ¡Maldita sea, no lo se!>> no había ningún sentido en aquello. Tal vez explicando lo que había pasado con ella antes a Eriel, podría confirmar también si esa persona era quien alguien conocido.porque aunque la masa frente a ella era solo puntos de color confusos, tenia alas y de ser algún tipo de criatura extraña de la ciudad, no dudaba que ya le hubiese atacado.
-EsTabA...volVIenDo de EntrenAr, cUanDo me DesMAye....CuAndO Me recUpeRe...yA....esTABa SorDa – estaba segura de lo que decía, pero no tenía claro si su voz era comprensible para los dos que la escuchaban. Se mordió el labio inferior temblorosa, sintiéndose realmente frustrada, con unas enormes ganas de llorar que contuvo apenas, pues bastante patética se sentía ya. No estaba a acostumbrarse a sentirse frágil y desprotegida y no le agradaba tampoco. Ella era fuerte, maldita sea, si era alguna especie de broma o lección, no tenía puta gracia.
Ademas ¿como había ocurrido eso? Realmente no recordaba escuchar ningún hechizo al momento en el que se desmayó. Y en ese momento en el campo de entrenamiento solo estaban ella y el paladín. ¿Se lo lanzaron desde lejos? No tenía idea de que había ocurrido, lo último que recordaba era esa visión en su mente de aquella extraña torre...
-Yo No pUEdo LeeR bIen eSO EriEl, perdÓn- dijo a la gárgola antes de continuar con incomodidad-No sE...que pASó...Lo ÚltiMo que RecUErdo es VeR una ToRre NeGra en MI MentE...nO HaY NadA Así...en EL CuarTel. - expulso profundamente el aire, agotada no de hablar sino de intentar , ya que no se escuchaba a si misma, de pronunciar correctamente por puro instinto sin saber siquiera si andaba hablando bajo o no- ¿Tu qUieN eRes?...A Mis...OjoS, sOLo PArEces, coMo uNa MontaÑa ExTRAña, lo SIenTo - añadió para terminar queriendo cerciorarse si el recién llegado a era alguien conocido o no. Samika conocía a bastante gente pero no recordaba a nadie con esa forma, igual no es que tuviese mucha opciones, no llegaría muy lejos corriendo sin poder saber de antemano que era lo que tenia enfrente o sin su bastón. De alguna forma esperaba si fuera alguien conocido, se sentiría un poco mas tranquila.
Estaba amaneciendo si, pero no había aun la suficiente luz, y aun si la hubiera, para ella leer era algo difícil de realizar sino eran letras hechas especialmente grandes. Era una situación realmente mala, tan frustrante que solo sentía ganas de llorar o golpear algo.
Incluso si Eriel tenia buena sus intenciones y ella lo apreciaba, su situación era una autentica mierda en todos lo sentidos. Por ello y a pesar de que realmente no pudo leer lo escrito, intentó imaginarse por cuenta propia que podría haber dicho. <<En estos caso...imagino que habrá preguntado que me ocurrió o algo así. De normal uno no va a dándole patadas en la mandíbula a la gente por la calle porque si, no yo al menos >> pensó Samika intentando darle un poco de lógica al asunto a pesar de estar con los nervios a flor de piel.
Fue a abrir la boca para responder, pero ninguna palabra logró salir de sus labios cuando otra figura, imponente a su percepción entro en su campo visual. Los nervios de Samika se dispararon del terror, cuando lo primero que logro atisbar fue un masa borrosa de color blanco que parecía unirse una figura humana que tampoco identificaba.
Sus puños se cerraron en tensión cuando la figura se acercó a ella y apenas si pudo contener el instinto de golpearle como había hecho con Eriel. Fue prudente y no lo hizo, no sabía quien era y estaba en desventaja así que intento ansiosamente de averiguar si aquella figura era un peligro o no antes de volver a reaccionar de forma impulsiva. Podría protegerse físicamente contra cualquiera, pero estaba totalmente expuesta a cualquier ataque mágico, no podía jugársela.
La figura que portaba consigo una extraña alas a su espalda, se hizo algo mas nítida a la acercarse y aun así a Samika se le hizo un poco difícil identificarle como simple humano. Blanco, amarillo, solo parecían puntos de color en una enorme mole. ¿Querría atacarles o era alguien conocido? No podía asegurarlo por lo que se sintió un tanto desconfiada<<¿Será alguien conocido al que no logro identificar? ¡Maldita sea, no lo se!>> no había ningún sentido en aquello. Tal vez explicando lo que había pasado con ella antes a Eriel, podría confirmar también si esa persona era quien alguien conocido.porque aunque la masa frente a ella era solo puntos de color confusos, tenia alas y de ser algún tipo de criatura extraña de la ciudad, no dudaba que ya le hubiese atacado.
-EsTabA...volVIenDo de EntrenAr, cUanDo me DesMAye....CuAndO Me recUpeRe...yA....esTABa SorDa – estaba segura de lo que decía, pero no tenía claro si su voz era comprensible para los dos que la escuchaban. Se mordió el labio inferior temblorosa, sintiéndose realmente frustrada, con unas enormes ganas de llorar que contuvo apenas, pues bastante patética se sentía ya. No estaba a acostumbrarse a sentirse frágil y desprotegida y no le agradaba tampoco. Ella era fuerte, maldita sea, si era alguna especie de broma o lección, no tenía puta gracia.
Ademas ¿como había ocurrido eso? Realmente no recordaba escuchar ningún hechizo al momento en el que se desmayó. Y en ese momento en el campo de entrenamiento solo estaban ella y el paladín. ¿Se lo lanzaron desde lejos? No tenía idea de que había ocurrido, lo último que recordaba era esa visión en su mente de aquella extraña torre...
-Yo No pUEdo LeeR bIen eSO EriEl, perdÓn- dijo a la gárgola antes de continuar con incomodidad-No sE...que pASó...Lo ÚltiMo que RecUErdo es VeR una ToRre NeGra en MI MentE...nO HaY NadA Así...en EL CuarTel. - expulso profundamente el aire, agotada no de hablar sino de intentar , ya que no se escuchaba a si misma, de pronunciar correctamente por puro instinto sin saber siquiera si andaba hablando bajo o no- ¿Tu qUieN eRes?...A Mis...OjoS, sOLo PArEces, coMo uNa MontaÑa ExTRAña, lo SIenTo - añadió para terminar queriendo cerciorarse si el recién llegado a era alguien conocido o no. Samika conocía a bastante gente pero no recordaba a nadie con esa forma, igual no es que tuviese mucha opciones, no llegaría muy lejos corriendo sin poder saber de antemano que era lo que tenia enfrente o sin su bastón. De alguna forma esperaba si fuera alguien conocido, se sentiría un poco mas tranquila.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
18/02/19, 06:06 pm
Antes de que la chica pudiese responderle otra figura apareció en la calle. Con unas manos blancas que surgían de la espalda. Eriel no reconocía a la persona pero al parecer él sí que conocía a Samika.
-¿Wheem? ¿El chico que nos ayudó durante el desplome de Maciel? - preguntó el nublino.
- Al parecer le pasa algo raro, se ha quedado sorda. Debe haber pisado una baldosa como me pasó a mí - aventuró el gárgola. Pero lo siguiente que dijo la chica lo extrañó.- ¿Una torre? Yo también vi una, pero creí que estaba soñando, ya había visto otra en una pesadilla, durante el tiempo antes de la Luna.
-Yo no puedo hacer magia - reconoció Eriel al desconocido,- aún no, quiero decir - se apresuró a añadir.- ¿Tú podrías ayudarla?
-¿Wheem? ¿El chico que nos ayudó durante el desplome de Maciel? - preguntó el nublino.
- Al parecer le pasa algo raro, se ha quedado sorda. Debe haber pisado una baldosa como me pasó a mí - aventuró el gárgola. Pero lo siguiente que dijo la chica lo extrañó.- ¿Una torre? Yo también vi una, pero creí que estaba soñando, ya había visto otra en una pesadilla, durante el tiempo antes de la Luna.
-Yo no puedo hacer magia - reconoció Eriel al desconocido,- aún no, quiero decir - se apresuró a añadir.- ¿Tú podrías ayudarla?
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
22/02/19, 11:23 pm
Sorda. Samika estaba sorda, ¿cómo era posible? La gárgola dijo que podría ser causa de alguna trampa de la ciudad, lo cual significaba que el hechizo que podría estar sufriendo desde un hechizo sencillo a modo de chiquillada a una maldición horrible. Un fastidio. Primero tenía que conseguir que Samika le reconociera a pesar de la presencia de Estigma.
Convocó un hechizo de perfume (y con eso comprobó que seguía teniendo magia, para su alivio) con el mismo aroma floral de la habitación en la que le había hecho el tatuaje y aguardó a que la evaki sacara sus conclusiones.
-Wheem trabaja para mi -le dijo a Eriel mientras se acercaba a Samika lentamente -Yo le pedí que fuese a echaros un ojo. Mi nombre es Cain. La cosa horrenda de mi espalda es mi dominio, no le prestes atención.
Parecía que todos habían visto esa torre negra. El invocador hizo memoria intentando recordar si alguna vez había leído sobre algo así. Los sueños extraños, como el que mencionaba la gárgola, eran habituales durante la criba, pero no entre los transformados. << A no ser...>>
-Llevamos una temporada de sueños desagradables en la ciudad, seguramente esté relacionado -comentó -Intentaré desencantar a Samika y luego buscaremos a más gente a ver si alguien sabe lo que está pasando.
Con mucho cuidado alargó la mano para tomar la de la evaki y le escribió su nombre en la palma. Luego añadió: ‘’Voy a ayudarte’’
Le hizo un análisis general para ver si lograba identificar el hechizo, sin embargo los resultados le decían que no tenía ninguna maldición. Usó hechizos curativos, de restauración y unos cuantos contrahechizos solo por si las moscas, pero nada funcionó.
-Maldita sea, no funciona nada.
Su fuese alguna maldición complicada solo tendrían que buscar a un hechicero de alto nivel para que se la quitara, Cain conocía unos pocos, pero no era nada de eso, era como si se hubiese quedado sorda porque sí.
-Voy a enviar un mensaje a una sanadora que conozco. Mientras podríamos ir a la biblioteca, tal vez allí encontremos alguna explicación.
Se llegó dos dedos a un diminuto círculo de invocación que tenía tatuado detrás de la oreja izquierda para llamar a sus ojos espía. No vino ninguno.
Fue entonces cuando se dió cuenta de que el murmullo incesante de sus demonios vinculados se había esfumado. Estaba tan acostumbrado a ellos y la presencia física de Estigma y la atmósfera de la ciudad eran tan abrumadoras que no se había percatado de su ausencia. ¿Dónde estaban sus demonios?
<< Ya te lo dije >> dijo Estigma en su cabeza << Estamos solos tú y yo>>
Cain se puso pálido y apretó los dientes.
-Cambio de planes, vamos al castillo.
Convocó un hechizo de perfume (y con eso comprobó que seguía teniendo magia, para su alivio) con el mismo aroma floral de la habitación en la que le había hecho el tatuaje y aguardó a que la evaki sacara sus conclusiones.
-Wheem trabaja para mi -le dijo a Eriel mientras se acercaba a Samika lentamente -Yo le pedí que fuese a echaros un ojo. Mi nombre es Cain. La cosa horrenda de mi espalda es mi dominio, no le prestes atención.
Parecía que todos habían visto esa torre negra. El invocador hizo memoria intentando recordar si alguna vez había leído sobre algo así. Los sueños extraños, como el que mencionaba la gárgola, eran habituales durante la criba, pero no entre los transformados. << A no ser...>>
-Llevamos una temporada de sueños desagradables en la ciudad, seguramente esté relacionado -comentó -Intentaré desencantar a Samika y luego buscaremos a más gente a ver si alguien sabe lo que está pasando.
Con mucho cuidado alargó la mano para tomar la de la evaki y le escribió su nombre en la palma. Luego añadió: ‘’Voy a ayudarte’’
Le hizo un análisis general para ver si lograba identificar el hechizo, sin embargo los resultados le decían que no tenía ninguna maldición. Usó hechizos curativos, de restauración y unos cuantos contrahechizos solo por si las moscas, pero nada funcionó.
-Maldita sea, no funciona nada.
Su fuese alguna maldición complicada solo tendrían que buscar a un hechicero de alto nivel para que se la quitara, Cain conocía unos pocos, pero no era nada de eso, era como si se hubiese quedado sorda porque sí.
-Voy a enviar un mensaje a una sanadora que conozco. Mientras podríamos ir a la biblioteca, tal vez allí encontremos alguna explicación.
Se llegó dos dedos a un diminuto círculo de invocación que tenía tatuado detrás de la oreja izquierda para llamar a sus ojos espía. No vino ninguno.
Fue entonces cuando se dió cuenta de que el murmullo incesante de sus demonios vinculados se había esfumado. Estaba tan acostumbrado a ellos y la presencia física de Estigma y la atmósfera de la ciudad eran tan abrumadoras que no se había percatado de su ausencia. ¿Dónde estaban sus demonios?
<< Ya te lo dije >> dijo Estigma en su cabeza << Estamos solos tú y yo>>
Cain se puso pálido y apretó los dientes.
-Cambio de planes, vamos al castillo.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
01/03/19, 10:35 pm
Samika seguía bastante tensa cuando la figura deforme y gigantescas se acerco un poco mas pero un suave aroma que reconoció llego a ella cuando este lo hizo, probablemente invocado con magia para que pudiese identificarlo. Soló lo había olido una vez peor fue durante el tiempo suficiente para grabarlo en la memoria, especialmente por ser suave y relajante no sofocando su olfato. La postura de Samika se relajo un poco, pero no por ello su expresión confundida se fe.
¿Aquel era Cain, entonces? ¿Como era posible? Su figura borrosa enorme y deforme no congeniaba con la que recordaba del brujo. ¿Le habría ocurrido algo? ¿Era su dominio tal vez? No es como si supiera el dominio exacto de este al fin de cuentas.
-CaiN...- su voz debió sonar como un susurro de confirmación mas que otra cosa pues se sentía aun confundida. Le dejó acercarse y tomar su mano, no entendiendo lo que haría pero estando ya ahora si lo bastante cerca para que la borrosa y monstruosa forma cobrara algo mas de sentido. Bajo aquella mole, se podía definir un poco mejor los rasgos de Cain, su pelo rubio y su parche.
Imaginó que debía estar hablando con Eriel, y aunque era frustrante no saber lo que decía no dijo nada hasta que sintió sobre su mano un dedo EN movimiento. Confundida bajo la vista al notar como a través del tacto formaba unas palabras, igual que si su mano fuerzo un lienzo y el dedo de Cain el pincel. El alivio que sintió fue enorme, no solo porque iba a ayudarle sino porque existiera una forma de entender lo que le decía aunque fuese tan fastidiosa de realizar para otros. Asintió ligeramente con la cabeza, mordiéndose el labio inferior ansiosa por recuperar de nuevo su capacidad de oír.
Sus ojos ciegos se posaron sobre la figura algo mas nítida de Cain y esperó. No sintió nada, ningún cosquilleo reconocible de cuando una magia era echada sobre ella y producía algún tipo de efecto, nada. Impaciente cambio su peso de una pierna a otra. ¿Por que estaba tardándo tanto? << No, no, no...debe ser algún tipo de hechizo avanzado que ni siquiera el conoce o algo así...>> la impaciencia por ver que su audición no volvía a pesar de los intentos de Cain que duraron varios minutos aumento su ansiedad.
-¿QuE...PasA? - pregunto con un voz llena de ansiedad y miedo, algo mas histérica si eso era posible. Si ni este capaz de quitarle aquello, mucho menos podrían sus amigos, que llevaban mucho menos tiempo en la ciudad y tenían menos experiencia con hechizos. Tuvo que contener las ganas de llorar como un niña de nuevo con todas sus fuerzas. Su garganta empezaba a cerrarse, impidiéndole respirar con normalidad. Inquietantes pensamientos de que no habría contra-hechizo para lo que estaba pasando inundaron como un virus sus pensamientos llenándolos con el mas profundo terror.
La posibilidad de quedarse sorda para siempre, sin poder hacer nada para contrarrestarlo dibujaba un futuro que la evaki no quería tan siquiera pensar, pero que aun así su mente le forzó a visualizar con inquina. Bajo la cabeza, presa de unos temblores incontrolable e inconscientes, ni siquiera la mano de Cain escribiendo sobre la suya que buscarían a un curandero le tranquilizó en lo mas mínimo en aquellos momentos. La bocanadas de aires que salia por su boca resonaban angustiosas y aunque ni siquiera podía oírlo, podía sentir a su corazón chocando fuerte y rápido contra su caja torácica.
-No...qUieRO, qUEDarme Asi...No qUIEro...nO quieRO. ¡NO QUIERO!- aun sin oírse podía sentir sus cuerdas vocales resonando, mas fuerte, como si su voz errática empezaran alzarse consumida con la ansiedad y los temblores incontrolables. Se sentía tan patética e inútil en esos momentos, montando un espectáculo frente a dos personas que no la conocían demasiado; temblorosa, medio gritando con voz rota y con las lagrimas incontrolables deslizándose por sus mejillas sin ser capaz de frenarlas. Si visión y ahora su audición ¿que mas podía perder?. Quería ser fuerte y no rendirse sin buscar mas opciones y posibilidades pero no estaba siendo fácil en pleno ataque de ansiedad y pánico.
Su boca se lleno del sabor de la sangre, un sabor conocido y extraño a la vez la saco momentáneamente del trance. Confundida, deslizó su lengua sobre su labio inferior, el punzante dolor la recorrió por un instante. Sus colmillos habían atravesado la final piel de sus labios hasta provocar el sangrado. Doloroso. Sensible. El contacto de la mano de Cain sobre la suya tomo fuerza de nuevo y con una mezcla de ansiedad y terror agarro con fuerza la mano de este, cabizbaja. Su sentido del tacto seguía ahí transmitiéndole sensaciones, el único al que ahora podía anclarse cual guía, que le daba forma a su entorno y permitía que aun pudiera comunicarse.
Letras de nuevo fueron escritas sobre su mano y asintió sin dudarlo, buscando limpiarse su rostro bañado en lagrimas con la mano libre, sin soltar a Cain.
-EsTa...Bien...Yo iré TamBien con UsteDEs, NO hay MuchO mAS que Pueda...HaCEr...y sieENTO esTO- añadió señalando que lo andaba agarrando, aunque entendería si la soltaba. No sabía que quería hacer alli el brujo o si eso le ayudaría de alguna forma, pero tal vez alguien del consejo supiera alguna forma de lidiar con lo suyo o supiera simplemente que ocurría. No olvidaba lo que había dicho antes sobre aquella torre y aunque eso en su mente había tomado un segundo plano en cuanto a sus prioridades, por el momento decidió intentar centrarse en ello. Necesitaba centrarse en algo diferente pues los temblores continuaban y sus esfuerzos por mantener la compostura estaban llevándose buena parte de su energía.
Si seguía pensando en su audición y en su perdida, sentía que caería derrotada por ella misma.
Sigue en Inmediaciones del castillo
¿Aquel era Cain, entonces? ¿Como era posible? Su figura borrosa enorme y deforme no congeniaba con la que recordaba del brujo. ¿Le habría ocurrido algo? ¿Era su dominio tal vez? No es como si supiera el dominio exacto de este al fin de cuentas.
-CaiN...- su voz debió sonar como un susurro de confirmación mas que otra cosa pues se sentía aun confundida. Le dejó acercarse y tomar su mano, no entendiendo lo que haría pero estando ya ahora si lo bastante cerca para que la borrosa y monstruosa forma cobrara algo mas de sentido. Bajo aquella mole, se podía definir un poco mejor los rasgos de Cain, su pelo rubio y su parche.
Imaginó que debía estar hablando con Eriel, y aunque era frustrante no saber lo que decía no dijo nada hasta que sintió sobre su mano un dedo EN movimiento. Confundida bajo la vista al notar como a través del tacto formaba unas palabras, igual que si su mano fuerzo un lienzo y el dedo de Cain el pincel. El alivio que sintió fue enorme, no solo porque iba a ayudarle sino porque existiera una forma de entender lo que le decía aunque fuese tan fastidiosa de realizar para otros. Asintió ligeramente con la cabeza, mordiéndose el labio inferior ansiosa por recuperar de nuevo su capacidad de oír.
Sus ojos ciegos se posaron sobre la figura algo mas nítida de Cain y esperó. No sintió nada, ningún cosquilleo reconocible de cuando una magia era echada sobre ella y producía algún tipo de efecto, nada. Impaciente cambio su peso de una pierna a otra. ¿Por que estaba tardándo tanto? << No, no, no...debe ser algún tipo de hechizo avanzado que ni siquiera el conoce o algo así...>> la impaciencia por ver que su audición no volvía a pesar de los intentos de Cain que duraron varios minutos aumento su ansiedad.
-¿QuE...PasA? - pregunto con un voz llena de ansiedad y miedo, algo mas histérica si eso era posible. Si ni este capaz de quitarle aquello, mucho menos podrían sus amigos, que llevaban mucho menos tiempo en la ciudad y tenían menos experiencia con hechizos. Tuvo que contener las ganas de llorar como un niña de nuevo con todas sus fuerzas. Su garganta empezaba a cerrarse, impidiéndole respirar con normalidad. Inquietantes pensamientos de que no habría contra-hechizo para lo que estaba pasando inundaron como un virus sus pensamientos llenándolos con el mas profundo terror.
La posibilidad de quedarse sorda para siempre, sin poder hacer nada para contrarrestarlo dibujaba un futuro que la evaki no quería tan siquiera pensar, pero que aun así su mente le forzó a visualizar con inquina. Bajo la cabeza, presa de unos temblores incontrolable e inconscientes, ni siquiera la mano de Cain escribiendo sobre la suya que buscarían a un curandero le tranquilizó en lo mas mínimo en aquellos momentos. La bocanadas de aires que salia por su boca resonaban angustiosas y aunque ni siquiera podía oírlo, podía sentir a su corazón chocando fuerte y rápido contra su caja torácica.
-No...qUieRO, qUEDarme Asi...No qUIEro...nO quieRO. ¡NO QUIERO!- aun sin oírse podía sentir sus cuerdas vocales resonando, mas fuerte, como si su voz errática empezaran alzarse consumida con la ansiedad y los temblores incontrolables. Se sentía tan patética e inútil en esos momentos, montando un espectáculo frente a dos personas que no la conocían demasiado; temblorosa, medio gritando con voz rota y con las lagrimas incontrolables deslizándose por sus mejillas sin ser capaz de frenarlas. Si visión y ahora su audición ¿que mas podía perder?. Quería ser fuerte y no rendirse sin buscar mas opciones y posibilidades pero no estaba siendo fácil en pleno ataque de ansiedad y pánico.
Su boca se lleno del sabor de la sangre, un sabor conocido y extraño a la vez la saco momentáneamente del trance. Confundida, deslizó su lengua sobre su labio inferior, el punzante dolor la recorrió por un instante. Sus colmillos habían atravesado la final piel de sus labios hasta provocar el sangrado. Doloroso. Sensible. El contacto de la mano de Cain sobre la suya tomo fuerza de nuevo y con una mezcla de ansiedad y terror agarro con fuerza la mano de este, cabizbaja. Su sentido del tacto seguía ahí transmitiéndole sensaciones, el único al que ahora podía anclarse cual guía, que le daba forma a su entorno y permitía que aun pudiera comunicarse.
Letras de nuevo fueron escritas sobre su mano y asintió sin dudarlo, buscando limpiarse su rostro bañado en lagrimas con la mano libre, sin soltar a Cain.
-EsTa...Bien...Yo iré TamBien con UsteDEs, NO hay MuchO mAS que Pueda...HaCEr...y sieENTO esTO- añadió señalando que lo andaba agarrando, aunque entendería si la soltaba. No sabía que quería hacer alli el brujo o si eso le ayudaría de alguna forma, pero tal vez alguien del consejo supiera alguna forma de lidiar con lo suyo o supiera simplemente que ocurría. No olvidaba lo que había dicho antes sobre aquella torre y aunque eso en su mente había tomado un segundo plano en cuanto a sus prioridades, por el momento decidió intentar centrarse en ello. Necesitaba centrarse en algo diferente pues los temblores continuaban y sus esfuerzos por mantener la compostura estaban llevándose buena parte de su energía.
Si seguía pensando en su audición y en su perdida, sentía que caería derrotada por ella misma.
Sigue en Inmediaciones del castillo
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
31/03/20, 04:28 pm
Dama Temple poseía una mirada absolutamente concentrada, una que no había perdido ni un solo momento desde que había entrado en aquella vieja casa. Lo había examinado todo con cuidado: los muebles destrozados, los restos de ladrillos esparcidos por tantas habitaciones, los cielos que se entreveían en las grandes secciones faltantes de paredes y techos, la forja destrozada, los huesos que habían permanecido en algunas zonas de su antigua casa aquellas e infinitas casi cinco malditas décadas. Sus uñas se habían clavado tanto que casi se había hecho sangre.
—Sabía que estarías aquí.
Se sobresaltó al escuchar la voz, las emociones hirviendo bajo su piel de una forma que no solían hacer. Sin embargo, el que la miraba era bien conocido. Muy bien conocido.
—Zircón, ¿qué haces aquí?
—Como te he dicho, sabía que estarías aquí —había una sonrisa triste en su cara. Subió los últimos peldaños a la segunda planta y se acercó a ella, agarrándole los brazos—. Temple, he visto la forja, yo... Lo siento. Lo siento muchísimo.
—Esto no es más que un puñado de ladrillos —dijo, con cierta brusquedad. Era verdad y no, y ambos lo sabían. No obstante la minotauro alzó su mirada y mantuvo el contacto con los ojos de su pareja—. Ni siquiera es el lugar más afectado: se podría dormir y vivir aquí. Incluso hay habitaciones completamente cubiertas. Otras zonas de Rocavarancolia no tienen ni esa suerte.
La sonrisa de Zircón estaba destrozada, y al final él mismo desvió la vista. Sí, muchas zonas de Rocavarancolia habían tenido peor suerte. El barrio derruido, por ejemplo, donde había estado la vivienda del propio trémor. Según se había enterado justo encima de su casa había estado uno de los vórtices con los que había entrado en Rocavarancolia la maldita Alianza, que los dioses les royeran las entrañas por toda la eternidad.
Por supuesto, todavía no se había atrevido a visitar la zona. Y dudaba de que fuera capaz de hacerlo a corto plazo.
—Sí... Rocavarancolia no salió indemne del ataque que sufrió.
—Eso es un gran eufemismo, querido —musitó dama Temple. Se sentó en una pequeña montaña de ladrillos y cascotes y miró hacia fuera, hacia Rocavaragálago y las torres dragoneras—. Se supone que ha resucitado, pero la veo tan... rota. Han tenido más de diez años para reconstruir, ¿cómo es que en todo este tiempo solo han podido levantar un burdel, un mercado y un puñado de viviendas?
No había indignación ni ira en su voz, solo las mismas emociones que sentía el propio ulterano: un hondo, colosal, descomunal pesar.
—Y eso es un poco injusto, querida —solo había cariño en la voz de Zircón cuando se sentó al lado de Temple y le apretó la mano—. Tenemos trasgos y ángeles, demiurgos y piromantes, hechiceros y guerreros, momias y licántropos. Tenemos a Rocavaragálago y la Luna Roja. Durante nuestra ausencia han reconstruido las dragoneras y conseguido dragones.
Ambos se habían estremecido cuando se enteraron que Rocavarancolia había estado sin dragones desde su destrucción hasta hacía unos pocos meses. Probablemente lo había hecho todo el grupo, de hecho. Una Rocavarancolia sin torres flotantes, sin la sombra camarina de la torre Insólita, sin los bardos de la plaza de la Quijada del Demonio... Era horrible, pero imaginable. Pero ninguno podía siquiera empezar a concebir vivir en una Rocavarancolia sin dragoneras, sin un único dragón.
—Sí, ¿pero qué más? —dama Temple negó con la cabeza, todavía abatida—. Reconstruyeron las dragoneras y trajeron los dragones, pero... ¿En total cuánto les llevó eso de todo el tiempo en el que han estado aquí? ¿Por qué no han restaurado las torres de guerra? ¿Por qué no han revivido los gremios? ¿Por qué nadie ha intentado llenar esta ciudad de las maravillas arquitectónicas de antaño o escribir ensayos que rivalizaran con los de Blatto Zenzé?
Zircón empezó a acariciarle entre los omóplatos, con una sonrisa triste.
—No es por nada, pero... bueno, por lo que he escuchado, si sigues pensando así acabarás como dama Azahar —Temple resopló. Ella también había escuchado algunos rumores sobre Azahar, pero no le molestó el comentario. Más que nada porque sabía reconocer cuándo su novio hablaba en broma.
—No me refiero a eso —la aclaración, como todo lo que había dicho, poseía un tono desmoralizado casi doloroso—. Simplemente... ¿Cuál dirías que era la naturaleza de Rocavarancolia y sus habitantes en los viejos tiempos?
El trémor se quedó callado, todavía acariciándola. Era, obviamente, una pregunta trampa, pero no veía más respuesta que la evidente.
—Las pesadillas y los portentos. Las monstruosidades y los milagros conviviendo. Lo mejor y lo peor que puede haber en el vasto universo en perfecto equilibrio, creando un poder que no se ha visto nunca en ningún otro mundo —lo veía todo mientras lo recitaba. Recordaba a los hechiceros discutiendo sobre magia, desarrollando nuevas ramas y nuevos portentos casi cada día; las discusiones y juegos de los nobles forzando a Rocavarancolia a avanzar, a conquistar, a descubrir; los gremios peleando acaloradamente por los nuevos ciudadanos, con la esperanza de convertirlos en los espantos y prodigios más magníficos que hubiera habido nunca en Rocavarancolia; el deleite que suponía caminar por las calles, tan repletas de milagros que todos los días veías algo que nunca antes habías siquiera imaginado; las reuniones entre amigos para escuchar a los bardos cantar legendarias historias durante el crepúsculo, cuando el brillo de los portales se reflejaba por todas partes y el sonido del vuelo de los dragones regresando a las dragoneras inundaba la ciudad... Lo veía todo en su mente, y solo ruinas ante sí. Por eso, cuando volvió a hablar, lo hizo con la voz rota—. Pero, obviamente, no es en eso en lo que piensas.
—No, creo que eso era la consecuencia de lo que nos definía —susurró la minotauro con suavidad. Sin duda ella estaba recordando lo mismo que él—. Pero lo que de verdad era nuestra esencia, lo que de verdad invadía nuestro corazón, era la ambición sin límites, la imaginación desatada. Vivir o sobrevivir nos daba igual, el dinero nos daba igual. Lo que nos importaba era el reconocimiento. Queríamos ser lo más increíble que hubiera existido nunca, queríamos ser lo más inabarcable que se hubiera visto jamás en esta ciudad. Queríamos convertirnos en parte de las leyendas de Rocavarancolia. Y queríamos que todos lo supieran. Dedicábamos nuestros días enteros a lograr eso y a disfrutar de las leyendas que nos habían legado quienes vinieron antes de nosotros —suspiró. Hablar de aquello en voz alta era incluso más difícil que recordarlo—. Y esa es la diferencia. No, no creo en las ridiculeces de dama Azahar. Los actuales rocavarancoleses tienen tanto poder, tantas habilidades como los antiguos. Pero... parece que se contenten con usarlas en el día a día, en sus casas y sus negocios; que carezcan de la forma de ver nuestra existencia que teníamos antes. En muchos sentidos siguen viviendo la vida que les gustaría haber llevado como humanos, ulteranos o nublinos, simplemente añadiéndole magia y falta de leyes —no había interactuado mucho con nuevos rocavarancoleses, pero entre ese poco y lo que había escuchado de otros de su grupo... dioses, resultaba tan evidente la diferencia con los antiguos rocavarancoleses que le daba ganas de gritar—. Pero carecen de la ambición, del portentismo que teníamos antes... y sin eso Rocavarancolia no pueden resucitar.
Zircón no respondió. No había posible respuesta a eso. Porque todos habían visto la antigua Rocavarancolia, la podían comparar con la nueva, sabían qué se había perdido... Y temían que nunca se pudiera recuperar.
—Sabía que estarías aquí.
Se sobresaltó al escuchar la voz, las emociones hirviendo bajo su piel de una forma que no solían hacer. Sin embargo, el que la miraba era bien conocido. Muy bien conocido.
—Zircón, ¿qué haces aquí?
—Como te he dicho, sabía que estarías aquí —había una sonrisa triste en su cara. Subió los últimos peldaños a la segunda planta y se acercó a ella, agarrándole los brazos—. Temple, he visto la forja, yo... Lo siento. Lo siento muchísimo.
—Esto no es más que un puñado de ladrillos —dijo, con cierta brusquedad. Era verdad y no, y ambos lo sabían. No obstante la minotauro alzó su mirada y mantuvo el contacto con los ojos de su pareja—. Ni siquiera es el lugar más afectado: se podría dormir y vivir aquí. Incluso hay habitaciones completamente cubiertas. Otras zonas de Rocavarancolia no tienen ni esa suerte.
La sonrisa de Zircón estaba destrozada, y al final él mismo desvió la vista. Sí, muchas zonas de Rocavarancolia habían tenido peor suerte. El barrio derruido, por ejemplo, donde había estado la vivienda del propio trémor. Según se había enterado justo encima de su casa había estado uno de los vórtices con los que había entrado en Rocavarancolia la maldita Alianza, que los dioses les royeran las entrañas por toda la eternidad.
Por supuesto, todavía no se había atrevido a visitar la zona. Y dudaba de que fuera capaz de hacerlo a corto plazo.
—Sí... Rocavarancolia no salió indemne del ataque que sufrió.
—Eso es un gran eufemismo, querido —musitó dama Temple. Se sentó en una pequeña montaña de ladrillos y cascotes y miró hacia fuera, hacia Rocavaragálago y las torres dragoneras—. Se supone que ha resucitado, pero la veo tan... rota. Han tenido más de diez años para reconstruir, ¿cómo es que en todo este tiempo solo han podido levantar un burdel, un mercado y un puñado de viviendas?
No había indignación ni ira en su voz, solo las mismas emociones que sentía el propio ulterano: un hondo, colosal, descomunal pesar.
—Y eso es un poco injusto, querida —solo había cariño en la voz de Zircón cuando se sentó al lado de Temple y le apretó la mano—. Tenemos trasgos y ángeles, demiurgos y piromantes, hechiceros y guerreros, momias y licántropos. Tenemos a Rocavaragálago y la Luna Roja. Durante nuestra ausencia han reconstruido las dragoneras y conseguido dragones.
Ambos se habían estremecido cuando se enteraron que Rocavarancolia había estado sin dragones desde su destrucción hasta hacía unos pocos meses. Probablemente lo había hecho todo el grupo, de hecho. Una Rocavarancolia sin torres flotantes, sin la sombra camarina de la torre Insólita, sin los bardos de la plaza de la Quijada del Demonio... Era horrible, pero imaginable. Pero ninguno podía siquiera empezar a concebir vivir en una Rocavarancolia sin dragoneras, sin un único dragón.
—Sí, ¿pero qué más? —dama Temple negó con la cabeza, todavía abatida—. Reconstruyeron las dragoneras y trajeron los dragones, pero... ¿En total cuánto les llevó eso de todo el tiempo en el que han estado aquí? ¿Por qué no han restaurado las torres de guerra? ¿Por qué no han revivido los gremios? ¿Por qué nadie ha intentado llenar esta ciudad de las maravillas arquitectónicas de antaño o escribir ensayos que rivalizaran con los de Blatto Zenzé?
Zircón empezó a acariciarle entre los omóplatos, con una sonrisa triste.
—No es por nada, pero... bueno, por lo que he escuchado, si sigues pensando así acabarás como dama Azahar —Temple resopló. Ella también había escuchado algunos rumores sobre Azahar, pero no le molestó el comentario. Más que nada porque sabía reconocer cuándo su novio hablaba en broma.
—No me refiero a eso —la aclaración, como todo lo que había dicho, poseía un tono desmoralizado casi doloroso—. Simplemente... ¿Cuál dirías que era la naturaleza de Rocavarancolia y sus habitantes en los viejos tiempos?
El trémor se quedó callado, todavía acariciándola. Era, obviamente, una pregunta trampa, pero no veía más respuesta que la evidente.
—Las pesadillas y los portentos. Las monstruosidades y los milagros conviviendo. Lo mejor y lo peor que puede haber en el vasto universo en perfecto equilibrio, creando un poder que no se ha visto nunca en ningún otro mundo —lo veía todo mientras lo recitaba. Recordaba a los hechiceros discutiendo sobre magia, desarrollando nuevas ramas y nuevos portentos casi cada día; las discusiones y juegos de los nobles forzando a Rocavarancolia a avanzar, a conquistar, a descubrir; los gremios peleando acaloradamente por los nuevos ciudadanos, con la esperanza de convertirlos en los espantos y prodigios más magníficos que hubiera habido nunca en Rocavarancolia; el deleite que suponía caminar por las calles, tan repletas de milagros que todos los días veías algo que nunca antes habías siquiera imaginado; las reuniones entre amigos para escuchar a los bardos cantar legendarias historias durante el crepúsculo, cuando el brillo de los portales se reflejaba por todas partes y el sonido del vuelo de los dragones regresando a las dragoneras inundaba la ciudad... Lo veía todo en su mente, y solo ruinas ante sí. Por eso, cuando volvió a hablar, lo hizo con la voz rota—. Pero, obviamente, no es en eso en lo que piensas.
—No, creo que eso era la consecuencia de lo que nos definía —susurró la minotauro con suavidad. Sin duda ella estaba recordando lo mismo que él—. Pero lo que de verdad era nuestra esencia, lo que de verdad invadía nuestro corazón, era la ambición sin límites, la imaginación desatada. Vivir o sobrevivir nos daba igual, el dinero nos daba igual. Lo que nos importaba era el reconocimiento. Queríamos ser lo más increíble que hubiera existido nunca, queríamos ser lo más inabarcable que se hubiera visto jamás en esta ciudad. Queríamos convertirnos en parte de las leyendas de Rocavarancolia. Y queríamos que todos lo supieran. Dedicábamos nuestros días enteros a lograr eso y a disfrutar de las leyendas que nos habían legado quienes vinieron antes de nosotros —suspiró. Hablar de aquello en voz alta era incluso más difícil que recordarlo—. Y esa es la diferencia. No, no creo en las ridiculeces de dama Azahar. Los actuales rocavarancoleses tienen tanto poder, tantas habilidades como los antiguos. Pero... parece que se contenten con usarlas en el día a día, en sus casas y sus negocios; que carezcan de la forma de ver nuestra existencia que teníamos antes. En muchos sentidos siguen viviendo la vida que les gustaría haber llevado como humanos, ulteranos o nublinos, simplemente añadiéndole magia y falta de leyes —no había interactuado mucho con nuevos rocavarancoleses, pero entre ese poco y lo que había escuchado de otros de su grupo... dioses, resultaba tan evidente la diferencia con los antiguos rocavarancoleses que le daba ganas de gritar—. Pero carecen de la ambición, del portentismo que teníamos antes... y sin eso Rocavarancolia no pueden resucitar.
Zircón no respondió. No había posible respuesta a eso. Porque todos habían visto la antigua Rocavarancolia, la podían comparar con la nueva, sabían qué se había perdido... Y temían que nunca se pudiera recuperar.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
24/02/22, 09:34 am
Alec llevaba unos días ya viviendo en la Sede de los Taumaturgos y, tras haberse acomodado, había comenzado a buscar información sobre Zircón, aquel otro Tremor que había mencionado el médico cuando lo había salvado. No tardó en dar con alguien que le indicó un lugar donde encontrarlo, una chica gato que al parecer trabajaba en el ejército de la ciudad.
Resultaba que el tal Zircón era un guerrero del ejército que había vuelto tras una larga ausencia a la ciudad. Y estaba ayudando a alguien a reconstruir una herrería, por lo que avisó a Kolja que estaba seguro que estaría interesado de conocer a la mujer que iba a regentarla.
El nuevo Tremor estaba nervioso, no sabía lo que se iba a encontrar en el legionario y no tenía claro como tratar con él, era una persona que debía de llevar muchos años transformado y la visión que tenía del mundo podía chocar con la suya propia, pero en realidad necesitaba consejo sobre como actuar y sobre su transformación y no es que no hubiera nadie mejor, es que directamente no había nadie más.
-¿Crees que es aquí? - le preguntó a su amigo cuando llegaron a la altura del edificio que le habían descrito. Se llevó la mano de forma inconsciente al martillo de guerra que llevaba a la espalda y cuando se dio cuenta lo que hizo fue pasarse la mano por el cuello. Notó en sus manos el latido de su corazón y hasta su propia respiración.- Joder, estoy nervioso, espero que todo vaya bien - comentó acercándose al lugar.
Resultaba que el tal Zircón era un guerrero del ejército que había vuelto tras una larga ausencia a la ciudad. Y estaba ayudando a alguien a reconstruir una herrería, por lo que avisó a Kolja que estaba seguro que estaría interesado de conocer a la mujer que iba a regentarla.
El nuevo Tremor estaba nervioso, no sabía lo que se iba a encontrar en el legionario y no tenía claro como tratar con él, era una persona que debía de llevar muchos años transformado y la visión que tenía del mundo podía chocar con la suya propia, pero en realidad necesitaba consejo sobre como actuar y sobre su transformación y no es que no hubiera nadie mejor, es que directamente no había nadie más.
-¿Crees que es aquí? - le preguntó a su amigo cuando llegaron a la altura del edificio que le habían descrito. Se llevó la mano de forma inconsciente al martillo de guerra que llevaba a la espalda y cuando se dio cuenta lo que hizo fue pasarse la mano por el cuello. Notó en sus manos el latido de su corazón y hasta su propia respiración.- Joder, estoy nervioso, espero que todo vaya bien - comentó acercándose al lugar.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
28/02/22, 11:55 pm
Kolja se había unido a Alec cuando este le había comentado que iba a ir a ver a un veterano del ejercito que estaba ayudando a su compañera a construir una forja. Cuando había estado en la clínica de Krono Ramen este le había mencionado que había varios herreros independientes en la ciudad, entre ellos y la más experimentada aquella mujer del ejercito a la que iban a ir a ver. Por supuesto dado que al parecer estaban construyendo la forja estaba claro que ahora mismo no necesitaría un alumno o ayudante, pero esperaba poder preguntarle si lo necesitaría en el futuro, estando dispuesto incluso a ayudar con la construcción.
Aunque hacia fuera parecía estar tranquilo el alemán en realidad estaba bastante nervioso por conocer a la que podría ser su maestra. Y tenía otra razón para estar nervioso. Aunque no se lo había dicho a nadie hasta el momento, ya había decidido cual sería el nombre que utilizaría a futuro en la ciudad y aquella sería la primera vez que se presentaría a alguien haciendo uso de este. Solo esperaba que a la gente no le pareciese demasiado extraño, cómico incluso. La tercera razón detrás de sus nervios era el echo de que, a pesar de que ya habían pasado algunas semanas, seguía sin ser incapaz de creer nada con su ceniza, por lo menos nada más complicado que una barra de hierro, que al menos ya le salían rectas. Si la veterana le pedía una demostración de sus nuevas capacidades temía que quedase bastante decepcionada.
Dándole la vuelta a aquellos miedos estaba cuando Alec le formulo una pregunta, dejándole descolocado durante unos segundos.
-No se, a ti es a quien le describieron el lugar, tu me dirás- le contestó.
-Por tu parte seguro que todo va bien, si fuese yo el que viniese a preguntarle sobre su transformación sería más peliagudo, pero por qué iba a guardarse los secretos de su transformación ante otra persona que la comparte?- preguntó retóricamente.- Lo que es menos seguro es que yo salga de aquí con un trabajo- comentó por lo bajo más para si mismo que para el escocés.
Aunque hacia fuera parecía estar tranquilo el alemán en realidad estaba bastante nervioso por conocer a la que podría ser su maestra. Y tenía otra razón para estar nervioso. Aunque no se lo había dicho a nadie hasta el momento, ya había decidido cual sería el nombre que utilizaría a futuro en la ciudad y aquella sería la primera vez que se presentaría a alguien haciendo uso de este. Solo esperaba que a la gente no le pareciese demasiado extraño, cómico incluso. La tercera razón detrás de sus nervios era el echo de que, a pesar de que ya habían pasado algunas semanas, seguía sin ser incapaz de creer nada con su ceniza, por lo menos nada más complicado que una barra de hierro, que al menos ya le salían rectas. Si la veterana le pedía una demostración de sus nuevas capacidades temía que quedase bastante decepcionada.
Dándole la vuelta a aquellos miedos estaba cuando Alec le formulo una pregunta, dejándole descolocado durante unos segundos.
-No se, a ti es a quien le describieron el lugar, tu me dirás- le contestó.
-Por tu parte seguro que todo va bien, si fuese yo el que viniese a preguntarle sobre su transformación sería más peliagudo, pero por qué iba a guardarse los secretos de su transformación ante otra persona que la comparte?- preguntó retóricamente.- Lo que es menos seguro es que yo salga de aquí con un trabajo- comentó por lo bajo más para si mismo que para el escocés.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
02/03/22, 01:35 pm
Dama Temple no esperaba visitas y estaba bastante segura de que su pareja tampoco. De hecho, se encontraban casualmente en el edificio a medio reconstruir, ya que habían ido a hacer un inventario de lo que necesitaban para terminar de reparar los daños estructurales y poder comenzar, por fin, con aquello que más ansiaba la minotauro. Así pues, la llamada a la puerta le hizo mirar hacia el trémor, quien se encogió de hombros. La minotauro decidió hacer uso de la niebla mágica antes de nada y lo que vio le hizo torcer ligeramente el gesto.
—Creo que hay dos novatos que quieren verte.
—¿A mí? —preguntó su pareja, sorprendido, pero acercándose—. ¿Por qué lo sabes?
—Bueno, en cuanto abras la puerta lo entenderás. En cualquier caso son dos cachorrillos, así que no hay ningún riesgo.
—Está bien... Me has picado la curiosidad.
El imponente ulterano recibió a Alec y al sutr dedicándoles una mirada primero antes de hablar. Al ver a su análogo entendió las palabras de dama Temple. Lo cierto era que hacía mucho, muchísimo tiempo que no veía a otro que hubiese sido bendecido por la Luna con los mismos dones que él.
—Vaya, veo que la velocidad a la que se dispersan los rumores en esta ciudad no ha cambiado ni un ápice, a pesar de la despoblación —comentó en un tono bastante neutro—. ¿A qué habéis venido, exactamente?
El trémor no pretendía sonar descortés, pero su actitud con los desconocidos no solía tener mucho que ver con aquella a la que estaban acostumbrados sus más allegados. Además estaba algo perdido. Sí, tenía otro trémor delante, pero hacía tanto tiempo que no trataban con... simplemente otra gente y mucho menos ciudadanos normales que no habitasen en el castillo, que no tenía nada claro cómo proceder. Ni siquiera la casa en la que se encontraban estaba en condiciones de invitar a nadie a pasar y sentarse.
—Creo que hay dos novatos que quieren verte.
—¿A mí? —preguntó su pareja, sorprendido, pero acercándose—. ¿Por qué lo sabes?
—Bueno, en cuanto abras la puerta lo entenderás. En cualquier caso son dos cachorrillos, así que no hay ningún riesgo.
—Está bien... Me has picado la curiosidad.
El imponente ulterano recibió a Alec y al sutr dedicándoles una mirada primero antes de hablar. Al ver a su análogo entendió las palabras de dama Temple. Lo cierto era que hacía mucho, muchísimo tiempo que no veía a otro que hubiese sido bendecido por la Luna con los mismos dones que él.
—Vaya, veo que la velocidad a la que se dispersan los rumores en esta ciudad no ha cambiado ni un ápice, a pesar de la despoblación —comentó en un tono bastante neutro—. ¿A qué habéis venido, exactamente?
El trémor no pretendía sonar descortés, pero su actitud con los desconocidos no solía tener mucho que ver con aquella a la que estaban acostumbrados sus más allegados. Además estaba algo perdido. Sí, tenía otro trémor delante, pero hacía tanto tiempo que no trataban con... simplemente otra gente y mucho menos ciudadanos normales que no habitasen en el castillo, que no tenía nada claro cómo proceder. Ni siquiera la casa en la que se encontraban estaba en condiciones de invitar a nadie a pasar y sentarse.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
03/03/22, 09:40 am
Alec le devolvió la mirada a su amigo, ceñudo.
-Claro, a mí me han descrito el lugar, pero eres tú el que ha vivido en una herrería toda la vida, ¿esto parece una? - comentó pasando la mirada a lugar.
Cuando la puerta se abrió se aclararon las dudas del tremor, al ver al ulterano frente a sí. No pudo evitar examinarlo fijándose en las similitudes y diferencias entre ambos, los huesos también sobresalían por la piel del veterano y el patrón de su cabeza también era distinto. Volvió a mirar a Kolja, si Zircón estaba allí dama Temple también debía de estar cerca. Alec carraspeó ligeramente para aclararse la garganta y se adelantó un poco.
-Tú eres Zircón, ¿verdad? - preguntó algo nervioso dándose cuenta en seguida que la pregunta había sido estúpida.- Vale, pregunta estúpida, por lo que me han dicho solo somos dos tremores en la ciudad así que sí eres él - se rascó la barba nervioso.- Verás yo había venido a... bueno a pedirte consejos si pudieras dármelos, mi amigo ha venido a ver a dama Temple.
>>Me llamo Alec, soy de la Tierra y la verdad es que tengo algunos problemas con mi nueva forma - se frotó los ojos cansado.- No espero que me ayudes por amor al arte claro, si puedo hacer algo a cambio de esa ayuda lo haré - dirigió una mirada significativa hacia la herrería que necesitaba ser reparada.
-Claro, a mí me han descrito el lugar, pero eres tú el que ha vivido en una herrería toda la vida, ¿esto parece una? - comentó pasando la mirada a lugar.
Cuando la puerta se abrió se aclararon las dudas del tremor, al ver al ulterano frente a sí. No pudo evitar examinarlo fijándose en las similitudes y diferencias entre ambos, los huesos también sobresalían por la piel del veterano y el patrón de su cabeza también era distinto. Volvió a mirar a Kolja, si Zircón estaba allí dama Temple también debía de estar cerca. Alec carraspeó ligeramente para aclararse la garganta y se adelantó un poco.
-Tú eres Zircón, ¿verdad? - preguntó algo nervioso dándose cuenta en seguida que la pregunta había sido estúpida.- Vale, pregunta estúpida, por lo que me han dicho solo somos dos tremores en la ciudad así que sí eres él - se rascó la barba nervioso.- Verás yo había venido a... bueno a pedirte consejos si pudieras dármelos, mi amigo ha venido a ver a dama Temple.
>>Me llamo Alec, soy de la Tierra y la verdad es que tengo algunos problemas con mi nueva forma - se frotó los ojos cansado.- No espero que me ayudes por amor al arte claro, si puedo hacer algo a cambio de esa ayuda lo haré - dirigió una mirada significativa hacia la herrería que necesitaba ser reparada.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
04/03/22, 08:08 pm
Zircón había asentido cuando le preguntó si se trataba de él. El motivo de la visita de Alec no le cogió mucho por sorpresa, aunque sí hubo dos cosas que dijo que lo hicieron. Una de ellas le hizo voltear la cabeza ligeramente y alzar la voz hacia el interior de la casa.
—¡Temple! Estabas equivocada en una cosa: no solo venían a verme a mí —anunció a su pareja.
La minotauro se acercó a la puerta también entonces con expresión interrogante que dirigió primero a los visitantes y después al ulterano.
—Este chico quiere verte a ti, al parecer —dijo señalando al otro humano.
Dama Temple dio un paso hacia el humano. Ella no era precisamente baja de estatura, pero entre dos trémores y un... bueno, lo que fuera que fuese aquel otro chico, se sentía como si lo fuera.
—¿Y qué asuntos tiene conmigo... alguien con una transformación que desconozco? —preguntó con curiosidad—. Sígueme: si hablamos los cuatro tan cerca no nos vamos a enterar de nada.
La minotauro condujo al sutr hacia el interior del edificio a medio construir, quedándose cerca de lo que se adivinaba iba a ser una cocina.
Zircón volvió a centrar su atención en el otro trémor, apoyándose con mucho cuidado sobre el quicio de la puerta. Antes de que el novato pudiese añadir nada, habló él, para tratar el otro asunto que lo había extrañado.
—A ver. Entiendo por qué has venido en mi busca. Fue hace mucho, pero todavía tengo recuerdos de los primeros meses tras mi primera Luna y la frustración que conllevaba este nuevo cuerpo. No tengo inconveniente en aconsejarte y guiarte un poco, ni que vuelvas en otras ocasiones para realizar alguna consulta. También te puedo recomendar algunas lecturas que, con suerte, le podrás pedir al bibliotecario chiflado que te encuentre. Pero no quiero que hagas nada a cambio porque no voy a ser tu maestro a tiempo completo ni nada parecido.
Quería dejar aquel punto muy claro desde el principio: en sus planes no entraba en ningún momento acoger a ningún aprendiz y mucho menos cuando tenía tanto trabajo por delante.
—¡Temple! Estabas equivocada en una cosa: no solo venían a verme a mí —anunció a su pareja.
La minotauro se acercó a la puerta también entonces con expresión interrogante que dirigió primero a los visitantes y después al ulterano.
—Este chico quiere verte a ti, al parecer —dijo señalando al otro humano.
Dama Temple dio un paso hacia el humano. Ella no era precisamente baja de estatura, pero entre dos trémores y un... bueno, lo que fuera que fuese aquel otro chico, se sentía como si lo fuera.
—¿Y qué asuntos tiene conmigo... alguien con una transformación que desconozco? —preguntó con curiosidad—. Sígueme: si hablamos los cuatro tan cerca no nos vamos a enterar de nada.
La minotauro condujo al sutr hacia el interior del edificio a medio construir, quedándose cerca de lo que se adivinaba iba a ser una cocina.
Zircón volvió a centrar su atención en el otro trémor, apoyándose con mucho cuidado sobre el quicio de la puerta. Antes de que el novato pudiese añadir nada, habló él, para tratar el otro asunto que lo había extrañado.
—A ver. Entiendo por qué has venido en mi busca. Fue hace mucho, pero todavía tengo recuerdos de los primeros meses tras mi primera Luna y la frustración que conllevaba este nuevo cuerpo. No tengo inconveniente en aconsejarte y guiarte un poco, ni que vuelvas en otras ocasiones para realizar alguna consulta. También te puedo recomendar algunas lecturas que, con suerte, le podrás pedir al bibliotecario chiflado que te encuentre. Pero no quiero que hagas nada a cambio porque no voy a ser tu maestro a tiempo completo ni nada parecido.
Quería dejar aquel punto muy claro desde el principio: en sus planes no entraba en ningún momento acoger a ningún aprendiz y mucho menos cuando tenía tanto trabajo por delante.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
08/03/22, 06:51 pm
Ante la respuesta de Alec Kolja señaló a las ruinas con la mano, como queriendo decir "¿Cómo quieres que sepa lo que eran antes de tal decadencia?"
De todas formas la cuestión se resolvió pronto cuando el trémor veterano abrió la puerta. Zircón no pareció mostrarse muy contento de verlos, lo cual hizo que Kolja levantase ligeramente la ceja. Hasta el momento había dado por hecho que gente con la misma transformación mostrarían camarería, que formarían grupos o algo por el estilo, pero a juzgar por la reacción del veterano no existía tal hermandad. El alemán se encogió de hombros, aceptando el hecho, y dejó que Alec hablara, al fin y al cabo él no necesitaba nada de Zircón.
Mientras el escocés se presentaba y explicaba la razón que le habían llevado a contactar con el otro trémor Kolja intentaba mirar por encima del hombro de este a ver si Dama Temple también salía a la puerta o si estaba siquiera allí. La cuestión se resolvió cuando Alec mencionó que el alemán había ido a visitar a la minotauro, momento en el cual Zircón llamó a su pareja la cual se acercó a la puerta.
-Buenas Dama Temple, me llamo Guthrum, Guthrum Völundr, terrestre como mi compañero ahí fuera- respondió después de seguirla al interior.- En cuanto a mi transformación soy algo llamado Sutr al parecer, como el rey de los gigantes del fuego en la mitología nórdica terrestre.
Kolja se tomó un momento para mirar a su alrededor, adivinando que se encontraban en lo que antes debió ser la cocina, aunque teniendo en cuenta el estado en el que se encontraba no podía estar seguro.
-Ah, si, el motivo de mi visita- dijo, al darse cuenta de que todavía no lo había mencionado.- Pues mire, yo en la tierra trabaja de herrero, en nuestra forja familiar, y esperaba poder seguir practicando ese oficio aquí en Rocavarancolia. Y bueno, cuando supe que Alec-señaló al joven trémor- iba a venir a hablar con su pareja le pregunté si podía venir yo también, para preguntarle a usted si aceptaría admitirme como aprendiz- explicó, de forma algo enrevesada.
-Entiendo que ahora mismo no posee su propia forja y que no me conoce de nada, esperaba quizás poder convencerla ayudando con la reconstrucción y cuando fuera posible hacerle una demostración de mis capacidades, a pesar de que no conozco los metales alienígenas que seguramente utilicen aquí, en La Tierra soy un experto en el oficio, a pesar de mi juventud- añadió rápidamente antes de que la minotauro pudiese rechazarle por los motivos obvios.
De todas formas la cuestión se resolvió pronto cuando el trémor veterano abrió la puerta. Zircón no pareció mostrarse muy contento de verlos, lo cual hizo que Kolja levantase ligeramente la ceja. Hasta el momento había dado por hecho que gente con la misma transformación mostrarían camarería, que formarían grupos o algo por el estilo, pero a juzgar por la reacción del veterano no existía tal hermandad. El alemán se encogió de hombros, aceptando el hecho, y dejó que Alec hablara, al fin y al cabo él no necesitaba nada de Zircón.
Mientras el escocés se presentaba y explicaba la razón que le habían llevado a contactar con el otro trémor Kolja intentaba mirar por encima del hombro de este a ver si Dama Temple también salía a la puerta o si estaba siquiera allí. La cuestión se resolvió cuando Alec mencionó que el alemán había ido a visitar a la minotauro, momento en el cual Zircón llamó a su pareja la cual se acercó a la puerta.
-Buenas Dama Temple, me llamo Guthrum, Guthrum Völundr, terrestre como mi compañero ahí fuera- respondió después de seguirla al interior.- En cuanto a mi transformación soy algo llamado Sutr al parecer, como el rey de los gigantes del fuego en la mitología nórdica terrestre.
Kolja se tomó un momento para mirar a su alrededor, adivinando que se encontraban en lo que antes debió ser la cocina, aunque teniendo en cuenta el estado en el que se encontraba no podía estar seguro.
-Ah, si, el motivo de mi visita- dijo, al darse cuenta de que todavía no lo había mencionado.- Pues mire, yo en la tierra trabaja de herrero, en nuestra forja familiar, y esperaba poder seguir practicando ese oficio aquí en Rocavarancolia. Y bueno, cuando supe que Alec-señaló al joven trémor- iba a venir a hablar con su pareja le pregunté si podía venir yo también, para preguntarle a usted si aceptaría admitirme como aprendiz- explicó, de forma algo enrevesada.
-Entiendo que ahora mismo no posee su propia forja y que no me conoce de nada, esperaba quizás poder convencerla ayudando con la reconstrucción y cuando fuera posible hacerle una demostración de mis capacidades, a pesar de que no conozco los metales alienígenas que seguramente utilicen aquí, en La Tierra soy un experto en el oficio, a pesar de mi juventud- añadió rápidamente antes de que la minotauro pudiese rechazarle por los motivos obvios.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
15/03/22, 10:13 am
Alec asistió a la llamada de Zircón a la minotauro y como ésta apareció tras la puerta de la herrería. Al parecer y por lo que dijo el otro tremor sabían de antemano que estaban allí pero habían asumido que solo iban por Zircón.
Giró la cabeza hacia Kolja cuando este dijo su nuevo nombre, el escocés sabía que se estaba planteando el cambio pero no que iba a ser tan pronto. "Todos avanzan..." pensó mientras otra parte de su cabeza le daba vueltas al nombre nuevo. No le quedaba mal, ciertamente. Observó a su amigo adentrarse en el edificio un tanto intranquilo por perderlo de vista.
Cerró los ojos unos segundos tratando de sentir las vibraciones de su amigo y solo los abrió cuando lo tuvo localizado, aún necesitaba concentrarse mucho para aquello.
Alec bufó cuando Zircón mencionó a Biblios.
-Deberían despedir a ese bibliotecario, molesta más de lo que ayuda - expresó con acidez, luego suspiró y se frotó los ojos.- Disculpa, no quería insinuar que tuvieses que ser mi maestro ni nada por el estilo, cualquier consejo o ayuda que me puedas dar créeme que será bien recibida - expresó con voz cansada.- Y mi ofrecimiento de ayuda es porque no me cuesta nada no porque crea que realmente necesitáis mi ayuda, si tú puedes dedicar una hora de tu tiempo a aconsejarme a mí no me cuesta usar un par de las mías para lo que necesitéis.
>>Además, así podría conocer algunos de mis límites - comentó mirándose las manos, aún no se había acostumbrado a lo grande que era su cuerpo nuevo.- Es que... es frustrante, provoco terremotos sin querer, he tenido más de un problema con la cubertería al comer, he roto vasos por aplicar demasiada fuerza, he destrozado mi cama con los huesos, me distraigo con suma facilidad con las vibraciones que llegan a mi cerebro... y lo peor es que siento como si esto debiera ser así, como si éste fuera el cuerpo que siempre debí tener. Creo que me estoy volviendo loco - terminó diciendo rascándose con fuerza el cuello.
Giró la cabeza hacia Kolja cuando este dijo su nuevo nombre, el escocés sabía que se estaba planteando el cambio pero no que iba a ser tan pronto. "Todos avanzan..." pensó mientras otra parte de su cabeza le daba vueltas al nombre nuevo. No le quedaba mal, ciertamente. Observó a su amigo adentrarse en el edificio un tanto intranquilo por perderlo de vista.
Cerró los ojos unos segundos tratando de sentir las vibraciones de su amigo y solo los abrió cuando lo tuvo localizado, aún necesitaba concentrarse mucho para aquello.
Alec bufó cuando Zircón mencionó a Biblios.
-Deberían despedir a ese bibliotecario, molesta más de lo que ayuda - expresó con acidez, luego suspiró y se frotó los ojos.- Disculpa, no quería insinuar que tuvieses que ser mi maestro ni nada por el estilo, cualquier consejo o ayuda que me puedas dar créeme que será bien recibida - expresó con voz cansada.- Y mi ofrecimiento de ayuda es porque no me cuesta nada no porque crea que realmente necesitáis mi ayuda, si tú puedes dedicar una hora de tu tiempo a aconsejarme a mí no me cuesta usar un par de las mías para lo que necesitéis.
>>Además, así podría conocer algunos de mis límites - comentó mirándose las manos, aún no se había acostumbrado a lo grande que era su cuerpo nuevo.- Es que... es frustrante, provoco terremotos sin querer, he tenido más de un problema con la cubertería al comer, he roto vasos por aplicar demasiada fuerza, he destrozado mi cama con los huesos, me distraigo con suma facilidad con las vibraciones que llegan a mi cerebro... y lo peor es que siento como si esto debiera ser así, como si éste fuera el cuerpo que siempre debí tener. Creo que me estoy volviendo loco - terminó diciendo rascándose con fuerza el cuello.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Barrio de los Callejones sin Salida
16/03/22, 01:26 pm
Dama Temple solo asintió ante la explicación de Guthrum, pues era normal que no reconociese su transformación al no haberla visto nunca antes ni estar muy puesta en mitología terrestre. Pronto hizo patente el motivo por el que había ido en su búsqueda: al parecer el novato compartía oficio con ella.
—Ya veo —dijo mientras pensaba en lo que acababa de decirle. Tardó aún así unos instantes en responderle—. Es posible que no me venga mal un aprendiz y eres el primero que se ofrece así que sin duda tienes prioridad en caso de que me surjan más peticiones y te avisaré cuando mi forja esté nuevamente en marcha. Pero no necesito que nos ayudes con la reconstrucción. No sé si esperabas otra cosa, pero ten en cuenta que durante tu período de prueba no te pagaría con dinero y tu pago sería enseñarte mis técnicas mientras me ayudas. Eso es todo el intercambio necesario entre maestra y aprendiz. Si necesitas ganar dinero rápido sé que hay otros métodos disponibles por el Consejo.
Zircón, mientras tanto, escuchaba la similar propuesta de Alec de brazos cruzados y queriendo contener un suspiro. El nuevo trémor no parecía ser consciente de lo que implicaba precisamente que no sabía controlar su transformación todavía y al mismo tiempo pedir participar en la reconstrucción de un edificio.
—No creo que a Dama Temple le hiciese mucha gracia que retrasásemos las obras de su forja porque en un momento dado des un pisotón más fuerte de lo que pretendías y se derrumbe media fachada —trató de explicarle con un ejemplo práctico el punto—. Sin ánimo de ofender: simplemente creo que no es buena idea. Te ayudaré, tal y como te he dicho, pero no puedo aceptar ese ofrecimiento. Si quieres, podemos practicar en alguna ocasión con un edificio en ruinas, en realidad lo que dices tiene cierto sentido, solo que no con nuestra futura casa. A mí tampoco me vendrá del todo mal como práctica manual: no puedo decir que durante mi estancia en Mjörne construyese muchos edificios —ironizó—. Exceptuando la reconstrucción no estoy particularmente ocupado en este momento: puedes volver por las tardes esta misma semana si quieres y te dedicaré un rato para enseñarte a controlar tus nuevas capacidades. ¿Qué te parecen estas condiciones?
---
Al final ambos llegaron a un acuerdo razonable con los recién transformados, pero dama Temple no volvería a ver al sutr después de aquel día. Al principio le extrañaría, debido al entusiasmo que había puesto en su pequeña charla, pero acabaría averiguando el motivo.
—Ya veo —dijo mientras pensaba en lo que acababa de decirle. Tardó aún así unos instantes en responderle—. Es posible que no me venga mal un aprendiz y eres el primero que se ofrece así que sin duda tienes prioridad en caso de que me surjan más peticiones y te avisaré cuando mi forja esté nuevamente en marcha. Pero no necesito que nos ayudes con la reconstrucción. No sé si esperabas otra cosa, pero ten en cuenta que durante tu período de prueba no te pagaría con dinero y tu pago sería enseñarte mis técnicas mientras me ayudas. Eso es todo el intercambio necesario entre maestra y aprendiz. Si necesitas ganar dinero rápido sé que hay otros métodos disponibles por el Consejo.
Zircón, mientras tanto, escuchaba la similar propuesta de Alec de brazos cruzados y queriendo contener un suspiro. El nuevo trémor no parecía ser consciente de lo que implicaba precisamente que no sabía controlar su transformación todavía y al mismo tiempo pedir participar en la reconstrucción de un edificio.
—No creo que a Dama Temple le hiciese mucha gracia que retrasásemos las obras de su forja porque en un momento dado des un pisotón más fuerte de lo que pretendías y se derrumbe media fachada —trató de explicarle con un ejemplo práctico el punto—. Sin ánimo de ofender: simplemente creo que no es buena idea. Te ayudaré, tal y como te he dicho, pero no puedo aceptar ese ofrecimiento. Si quieres, podemos practicar en alguna ocasión con un edificio en ruinas, en realidad lo que dices tiene cierto sentido, solo que no con nuestra futura casa. A mí tampoco me vendrá del todo mal como práctica manual: no puedo decir que durante mi estancia en Mjörne construyese muchos edificios —ironizó—. Exceptuando la reconstrucción no estoy particularmente ocupado en este momento: puedes volver por las tardes esta misma semana si quieres y te dedicaré un rato para enseñarte a controlar tus nuevas capacidades. ¿Qué te parecen estas condiciones?
---
Al final ambos llegaron a un acuerdo razonable con los recién transformados, pero dama Temple no volvería a ver al sutr después de aquel día. Al principio le extrañaría, debido al entusiasmo que había puesto en su pequeña charla, pero acabaría averiguando el motivo.
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