Ulterania
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Leonart
Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Ulterania
12/08/12, 06:26 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Ulterania
Portal suspendido en medio del océano en el trópico Norte.
Portal suspendido en medio del océano en el trópico Norte.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Ulterania
16/02/14, 10:45 pm
Nia
Con el brote de orgullo de Wen, la ulterana no pudo evitar vacilar y pedirla que parase, pero a mitad de camino, se dio cuenta de que era demasiado tarde y, hecha un manojo de nervios, se llevó una mano a la cara, tirandose de la piel, muy estresada.
No fue sino cuando hubo terminado que el terra brotó una risotada. Esta fue tan breve y cacareante que quedó ensombrecida con las risas que venian de arriba, resurgiendo como un eco en aquella estancia lujosa.
El hombre sentado en el trono no honró las palabras de la terricola con una respuesta y, tan solo miró hacia arriba.
-¿Lo has oido mi reina? Creen que estan en posición para amenazarnos.-se cruzó de piernas y se recostó sobre el dorado trono con una sonrisa burlona mezclada con amenazas veladas entre sus dientes serrados.
Nia instintivamente miró hacia arriba. Uno de los palcos más bellamente decorados, con pieles esparcidas y soldados de aspecto curtido, un palco que hasta el momento habia estado vacio y en el que gran parte de la luz reflejada lo bañaba, dandole un aspecto casi de otro mundo. La mujer sentada en una silla de aspecto cómodo, entre pieles y mantos de escamas de diferentes criaturas de notable tamaño y llevaba un largo tocado color plata con notables transpariencias. Multiples huesos pulidos decoraban su tocado y pelo, en dos recogidos a ambos lados de la cabeza que le daban aspecto de conos, mientras una melena larga caia por detrás de la silla. La reina soltó un bufido burlón ante el comentario del compatriota de más abajo.
-Pues que muerdan la misma sangre que han venido buscando.-dijo, chasqueando los dedos una sola vez. Sonidos de cadenas, piñones mecánicos activandose, creando una pequeña sinfonia mecánica mientras barrontes separaban el palco y la zona donde estaban los tesoros, atrapándoles fisicamente en aquel lugar. Poca idea tenian de la magia aquellas gentes, pero tampoco tendrian mucho que temer de ella, pues, debajo de ellos, las pilas de tesoros se removian. Aquellos enormes mares de tesoro y riquezas se revolvian como poseidos por un oleaje, el chasqueo de los metales nobles quebrandose y aplastandose mientras algo se abria paso. Pronto pudieron ver el que.
Dos enormes mamíferos, de más de veinte metros de envergadura y ocho de alto asomaron el hocico, escarbando con las cortas extremidades delanteras hasta toparse con todo su cuerpo (y cola) por encima de la pila de tesoros. Tenian un hocico alargado, como el de una rata, pero su mandíbula era más parecida a la de un lagarto con una papada y una cresta. Algo desproporcionado, sus patas delanteras y traseras eran diminutas en comparacion a su peludo cuerpo y de sus partes traseras nacia una cola calva de roedor del tamaño y el grosor de la mayor de las boas que han podido ver.
Al instante, las gradas estallaron en gritos de pura emoción y euforia y algunos insultos. Algunos les animaban a las bestias a devorarles, otros les pedian a los tres monstruos que no les decepcionaran en aquel espectáculo y otros directamente les insultaban y les deseaban la muerte ante los esperpentos.
-Esto... Esto es un coliseo...-dijo Nia algo horrorizada realizandose dónde estaban. Explicaba los tesoros apilados como si fuesen basura, el palco y la peculiar forma y las rugientes bestias encadenadas al trono de aquel terra. Sus gentes animaban con morbo y solicitaban el derramamiento de sangre inmediato.
Aun podrian escapar por magia, pero algo que escuchó bastante repetido por la gradas le hizo pensar que eso seria una peor manera. Las dos criaturas estaban atadas aún, mientras el terra se habia subido al trono y recogia las ovaciones con besos y sonrisas. Nia se giró ante los dos humanos.
-¡Quieren hacernos luchar! ¡Como gladiadores!-les dijo-Estan mencionado algo de un gran banquete, pero no estan diciendo que hay en el menú.-les informó, traduciendo algunas frases que llegaban desde las gradas. Varios de los terra recitaban salmodias sagradas mientras rociaban la arena desde arriba con diferentes sales benditas, de ellas, Nia logró sacar más cosas en clave.
-Esto es una especie de ritual... No estoy muy segura, pero creo que si acabamos con nuestros competidores se nos concederá "el perdón".-dijo, ligeramente más animada. Entonces, señaló a la mujer que les miraba con desidia desde arriba.-¡Yo la conozco de antes de que ascendiera! ¡Es la reina de verdad. ¡Pues claro!-dijo exclamando.-Los termiteros siempre estan liderados por reinas, no reyes. El animalismo es muy recurrente en estas civilizaciones ¿como no me he dado cuenta antes?-dijo, perdiendo el punto.-Lo que tenemos que hacer es acabar con esas criaturas, para que ellas sean su cena de esta noche y no nosotros y probablemente así conseguiré hablar con ella. Me escuchará, me debe más de un favor.-les contó, con una confianza en si misma que no habia mostrado en todo el viaje.
Pero antes de que les pudiese decir nada más, el terra que se habia hecho pasar por rey, aulló como un animal, arrojando las joyas que llevaba al suelo y soltando las clavijas que ataban a las dos bestias que mostraban sus dientes amenazadoramente.
-¡Akon! ¡Viajsen vor Essen dais! ¡Akon! ¡Kliege korpe vas Essen dais! ¡Akon! ¡Des issue flague Terro! ¡Vas!-
Abierto de brazos, con una sonrisa de extrema felicidad y los ojos cerrados, el ulterano aceptó su destino. Las dos criaturas se giraron ante el ser que les habia mantenido atadas y, atrapandolo con sus mandibulas, ambas tiraron y lo despedazaron al instante, masticando viciosamente ambas partes. Nia habia invocado un arpón de aspecto malicioso cargado de diferntes runas, así como una sustancia venenosa bañando su hoja y reforzaba sus hechizos protectores.
-¡Procurad usar cuanta menos magia! ¡Tenemos que tenerles entretenidos, no asustados!-les dijo, antes de arrojarse al encuentro con las criaturas.
Con el brote de orgullo de Wen, la ulterana no pudo evitar vacilar y pedirla que parase, pero a mitad de camino, se dio cuenta de que era demasiado tarde y, hecha un manojo de nervios, se llevó una mano a la cara, tirandose de la piel, muy estresada.
No fue sino cuando hubo terminado que el terra brotó una risotada. Esta fue tan breve y cacareante que quedó ensombrecida con las risas que venian de arriba, resurgiendo como un eco en aquella estancia lujosa.
El hombre sentado en el trono no honró las palabras de la terricola con una respuesta y, tan solo miró hacia arriba.
-¿Lo has oido mi reina? Creen que estan en posición para amenazarnos.-se cruzó de piernas y se recostó sobre el dorado trono con una sonrisa burlona mezclada con amenazas veladas entre sus dientes serrados.
Nia instintivamente miró hacia arriba. Uno de los palcos más bellamente decorados, con pieles esparcidas y soldados de aspecto curtido, un palco que hasta el momento habia estado vacio y en el que gran parte de la luz reflejada lo bañaba, dandole un aspecto casi de otro mundo. La mujer sentada en una silla de aspecto cómodo, entre pieles y mantos de escamas de diferentes criaturas de notable tamaño y llevaba un largo tocado color plata con notables transpariencias. Multiples huesos pulidos decoraban su tocado y pelo, en dos recogidos a ambos lados de la cabeza que le daban aspecto de conos, mientras una melena larga caia por detrás de la silla. La reina soltó un bufido burlón ante el comentario del compatriota de más abajo.
-Pues que muerdan la misma sangre que han venido buscando.-dijo, chasqueando los dedos una sola vez. Sonidos de cadenas, piñones mecánicos activandose, creando una pequeña sinfonia mecánica mientras barrontes separaban el palco y la zona donde estaban los tesoros, atrapándoles fisicamente en aquel lugar. Poca idea tenian de la magia aquellas gentes, pero tampoco tendrian mucho que temer de ella, pues, debajo de ellos, las pilas de tesoros se removian. Aquellos enormes mares de tesoro y riquezas se revolvian como poseidos por un oleaje, el chasqueo de los metales nobles quebrandose y aplastandose mientras algo se abria paso. Pronto pudieron ver el que.
Dos enormes mamíferos, de más de veinte metros de envergadura y ocho de alto asomaron el hocico, escarbando con las cortas extremidades delanteras hasta toparse con todo su cuerpo (y cola) por encima de la pila de tesoros. Tenian un hocico alargado, como el de una rata, pero su mandíbula era más parecida a la de un lagarto con una papada y una cresta. Algo desproporcionado, sus patas delanteras y traseras eran diminutas en comparacion a su peludo cuerpo y de sus partes traseras nacia una cola calva de roedor del tamaño y el grosor de la mayor de las boas que han podido ver.
Al instante, las gradas estallaron en gritos de pura emoción y euforia y algunos insultos. Algunos les animaban a las bestias a devorarles, otros les pedian a los tres monstruos que no les decepcionaran en aquel espectáculo y otros directamente les insultaban y les deseaban la muerte ante los esperpentos.
-Esto... Esto es un coliseo...-dijo Nia algo horrorizada realizandose dónde estaban. Explicaba los tesoros apilados como si fuesen basura, el palco y la peculiar forma y las rugientes bestias encadenadas al trono de aquel terra. Sus gentes animaban con morbo y solicitaban el derramamiento de sangre inmediato.
Aun podrian escapar por magia, pero algo que escuchó bastante repetido por la gradas le hizo pensar que eso seria una peor manera. Las dos criaturas estaban atadas aún, mientras el terra se habia subido al trono y recogia las ovaciones con besos y sonrisas. Nia se giró ante los dos humanos.
-¡Quieren hacernos luchar! ¡Como gladiadores!-les dijo-Estan mencionado algo de un gran banquete, pero no estan diciendo que hay en el menú.-les informó, traduciendo algunas frases que llegaban desde las gradas. Varios de los terra recitaban salmodias sagradas mientras rociaban la arena desde arriba con diferentes sales benditas, de ellas, Nia logró sacar más cosas en clave.
-Esto es una especie de ritual... No estoy muy segura, pero creo que si acabamos con nuestros competidores se nos concederá "el perdón".-dijo, ligeramente más animada. Entonces, señaló a la mujer que les miraba con desidia desde arriba.-¡Yo la conozco de antes de que ascendiera! ¡Es la reina de verdad. ¡Pues claro!-dijo exclamando.-Los termiteros siempre estan liderados por reinas, no reyes. El animalismo es muy recurrente en estas civilizaciones ¿como no me he dado cuenta antes?-dijo, perdiendo el punto.-Lo que tenemos que hacer es acabar con esas criaturas, para que ellas sean su cena de esta noche y no nosotros y probablemente así conseguiré hablar con ella. Me escuchará, me debe más de un favor.-les contó, con una confianza en si misma que no habia mostrado en todo el viaje.
Pero antes de que les pudiese decir nada más, el terra que se habia hecho pasar por rey, aulló como un animal, arrojando las joyas que llevaba al suelo y soltando las clavijas que ataban a las dos bestias que mostraban sus dientes amenazadoramente.
-¡Akon! ¡Viajsen vor Essen dais! ¡Akon! ¡Kliege korpe vas Essen dais! ¡Akon! ¡Des issue flague Terro! ¡Vas!-
Abierto de brazos, con una sonrisa de extrema felicidad y los ojos cerrados, el ulterano aceptó su destino. Las dos criaturas se giraron ante el ser que les habia mantenido atadas y, atrapandolo con sus mandibulas, ambas tiraron y lo despedazaron al instante, masticando viciosamente ambas partes. Nia habia invocado un arpón de aspecto malicioso cargado de diferntes runas, así como una sustancia venenosa bañando su hoja y reforzaba sus hechizos protectores.
-¡Procurad usar cuanta menos magia! ¡Tenemos que tenerles entretenidos, no asustados!-les dijo, antes de arrojarse al encuentro con las criaturas.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Ulterania
16/02/14, 11:28 pm
Noel no dejó de fulminar con la mirada a aquel tipejo en ningún momento y su irritación aumentó todavía más cuando recibió la traducción por parte de la náyade de la respuesta que le dio a Wen. ¿Qué cojones se creía aquel individuo? Encima se permitía el lujo de hablar de aquella forma de Rocavarancolia o el resto de Ulterania cuando él mismo estaba abandonando a uno de los suyos simplemente porque había sido derrotado. No hizo falta que la náyade le tradujese la respuesta de la vouivre, pero el draco también invocó su arma, listo para terminar con aquello por el método rápido de una maldita vez, como deberían haber hecho nada más llegar.
Pero entonces apareció aquella individua la cual, según Nia, era la auténtica mandamás de aquella tribu de bárbaros y al instante todo el lugar comenzó a temblar. El draco observó a su alrededor con cada vez más evidente cabreo en su expresión y trató de hacerse oír entre el estruendo para preguntarle a Nia qué estaba pasando, ya que seguía sin poder entender nada de lo que decían los terra.
La respuesta llegó acompañada de dos criaturas de proporciones colosales que tan solo hicieron arquear una ceja al sueco mientras observaba como emergían de la tierra. Tras escuchar la explicación de Nia, Noel rompió a reír, empezando desde un leve temblor hasta deshacerse en auténticas carcajadas que le daban un aire desquiciado. ¿De verdad creían que les iba a costar matar a aquellas criaturas?
—¿Espectáculo? Debes estar de coña. ¿Recuerdas cuándo te dije que hacía rato que se me había acabado la paciencia? Ahora la tengo en números negativos —le aseguró esbozando una tenue sonrisa siniestra.
El draco alzó el vuelo y lo primero que hizo fue lanzar plumas en diversas direcciones, sin molestarse en apuntar. Con el tamaño de aquellas criaturas acertaría un buen número de proyectiles en llas y los que no... bueno, si se dirigían hacia los "espectadores" , ¿qué problema había? Tal vez la proía reina en persona tuviera el honor de recibir de lleno alguna de sus afiladas plumas.
A continuación conjuró una malla ácida que haría mella en las criaturas pero especialmente en la estructura de la jaula. Esta no tardó en comenzar a fundirse por algunos de sus barrotes, pero el draco no se quedó a contemplar los resultados del hechizo. Vio a Nia utilizar su veneno contra los enormes mamíferos y supo que no tardarían en caer. No obstante, tenía tantas ganas de clavar su hacha en algo que se dirigió al que tenía más cerca y, esquivando con una maniobra aérea la dentellada que el ser quiso darle, clavó el filo entre sus ojos para inmediatamente después recoger el hacha y dirigirse hacia la otra criatura.
El gasto mágico que había hecho en la llanura lo previno de emplear de nuevo demasiada energía por si la necesitaban más tarde, pero no pensaba hacer caso a lo que había dicho la ulterana. Un hechizo sombrío de potencia moderada impactó en la cara de la criatura, dificultándole la visión y provocándole dolorosas quemaduras en la zona.
Pero entonces apareció aquella individua la cual, según Nia, era la auténtica mandamás de aquella tribu de bárbaros y al instante todo el lugar comenzó a temblar. El draco observó a su alrededor con cada vez más evidente cabreo en su expresión y trató de hacerse oír entre el estruendo para preguntarle a Nia qué estaba pasando, ya que seguía sin poder entender nada de lo que decían los terra.
La respuesta llegó acompañada de dos criaturas de proporciones colosales que tan solo hicieron arquear una ceja al sueco mientras observaba como emergían de la tierra. Tras escuchar la explicación de Nia, Noel rompió a reír, empezando desde un leve temblor hasta deshacerse en auténticas carcajadas que le daban un aire desquiciado. ¿De verdad creían que les iba a costar matar a aquellas criaturas?
—¿Espectáculo? Debes estar de coña. ¿Recuerdas cuándo te dije que hacía rato que se me había acabado la paciencia? Ahora la tengo en números negativos —le aseguró esbozando una tenue sonrisa siniestra.
El draco alzó el vuelo y lo primero que hizo fue lanzar plumas en diversas direcciones, sin molestarse en apuntar. Con el tamaño de aquellas criaturas acertaría un buen número de proyectiles en llas y los que no... bueno, si se dirigían hacia los "espectadores" , ¿qué problema había? Tal vez la proía reina en persona tuviera el honor de recibir de lleno alguna de sus afiladas plumas.
A continuación conjuró una malla ácida que haría mella en las criaturas pero especialmente en la estructura de la jaula. Esta no tardó en comenzar a fundirse por algunos de sus barrotes, pero el draco no se quedó a contemplar los resultados del hechizo. Vio a Nia utilizar su veneno contra los enormes mamíferos y supo que no tardarían en caer. No obstante, tenía tantas ganas de clavar su hacha en algo que se dirigió al que tenía más cerca y, esquivando con una maniobra aérea la dentellada que el ser quiso darle, clavó el filo entre sus ojos para inmediatamente después recoger el hacha y dirigirse hacia la otra criatura.
El gasto mágico que había hecho en la llanura lo previno de emplear de nuevo demasiada energía por si la necesitaban más tarde, pero no pensaba hacer caso a lo que había dicho la ulterana. Un hechizo sombrío de potencia moderada impactó en la cara de la criatura, dificultándole la visión y provocándole dolorosas quemaduras en la zona.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Ulterania
17/02/14, 01:56 am
Wen ya estaba bastante irritada. Se estaba hartando de esos aires que se llevaban. Ellos habían querido hacerlo por el modo civilizado y lo único que habían conseguido era que se rieran de ellos y que los tomaran como poco menos que mierda en el zapato. Wen no iba a permitir eso ni un segundo más y, mucho menos, iba a darles un espectáculo para que siguieran divirtiéndose a su costa.
Combinando un hechizo de impulso y otro de levitación, alzó el vuelo rápidamente fuera del alcance de las bestias, que estaban más entretenidas en atacar a quien les daba juego como eran Nia y Noel. Otros que también estaban entretenidos con la pelea eran los espectadores, por lo que no se percataron de que la británica se les había acercado levitando hasta que uno de ellos, un orondo terra visiblemente de clase alta, comenzó a levitar hasta llegar a ella. Wen no tardó en inmovilizar al ulterano con un hechizo, agarrarlo fuertemente con un brazo e invocar con su mano libre una daga que había adquirido específicamente para ese viaje. Con otra combinación de hechizo de impulso y de levitación, se colocó en el aire justo en frente de la soberana.
- ¡Reina! - llamó su atención y la de todo el coliseo usando un hechizo de amplificación del sonido.- ¿Creísteis de verdad que iba de farol? - y, entonces, degolló al ulterano dejando caer su cuerpo al vacio, directamente hacia la boca de una de esas bestias que los Terra habían mandado contra ellos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Ulterania
17/02/14, 04:08 pm
Nia
Pensando que todo estaba perfectamente hilado y hecho, la ulterana se lanzó al combate. No disfrutó haciendolo, pero eran aquellas criaturas o su situación empeoraria. Un tajo en el morro y al otro en la pata bastaron para meter el veneno en su torrente sanguineo. Al instante, las criaturas flaquearon, aunque aun feroces, lanzaban zarpatos, dentelladas y coletazos hacia las tres criaturas. Pero al parecer no debieron de entender a Nia, o bien no quisieron entenderla. Los dos humanos estaban ahinchados, enfurecidos. Nia sabia que los valores humanos ponian al individuo en una escala desmedida de importancia, pero nunca habia llegado a ver tal efecto en personas cercanas.
Pasmada, observó como Noel destruia la jaula que pobremente les contenia y daba muerte final a una de las criaturas y aun más sobresaltada observó como Wen asesinaba a uno de los miembros de la tribu delante de la reina.
Fuera lo que fuese que estuviese pasando por la mente de los dos humanos, era estúpido. Nia no vio sino, la última oportunidad de subirse al tren y salvar, si se pudiese decir así, todo el esfuerzo (y el coste activo) de aquella endemoniada incursión. Flotó hacia el palco de la reina y, posandose en la baranda de este, fue bloqueada por los guardias personales. Una orden de la mujer, sin embargo, los volvio a apartar, mostrandole a la terra recostada sobre su sillón de pieles, mientras a sus pies descansaba un lagarto que podria asemejarse a un cocodrilo terricola. La mujer, tenia los labios curvados en una sonrisa plácida y los ojos encendidos por la curioridad y la adrenalina. Nia, por su parte, parecia algo nerviosa. Durante la subida se habia perfumado la boca de nuevo y habia eliminado todo rastro del hedor para su suerte, sustituyendolo con una calmada hierbabuena.
-Reconozco vuestros ojos.-dijo Nia, a modo del saludo adecuado.
La mujer vaciló unos instantes. No habia cortado la mirada con Wen hasta entonces y, parpadeando brevenemente, se tornó hacia la ulterana y le devolvió el saludo, hablando un fluente ulterano norteño.
-Y yo reconozco los tuyos, apotecaria.-cruzó sus manos debajo de la barbilla, apoyando los codos en los reposabrazos y descansó esta sobre ellas.-Tus compañeros, son cuanto menos, interesantes. Bueno, eso e ignorantes y crudos.-
-No les haga caso. No... No entienden vuestra cultura.-pero pronto se corrigio.-Ni tampoco la mia, y dudo que la de otros que no sean la suya.-añadió encogiendose de hombros.
La segunda bestia cayó entonces con un sonido agonizante. El público habia mantenido el silencio con una mezcla de miedo y respeto, no por la ejecución pública, sino de nuevo, por el uso de la magia.
-No quiero saber más del tema, en efecto.-dijo le reina, echando la cabeza hacia atrás.-¿Quereis un esclavo? Os daremos uno. ¿Quereis nuestras riquezas e infestar vuestras mentes de codicia? ¡Llevaoslas! No son más que polvo y pecado. Es el pueblo el que decide el valor que se le da a las cosas.-terminó el monólogo. Aun así, tenia pinta de querer decir más, asi que la ulterana permaneció callada y a la espera.-Llevamos mucho tiempo sin temerle a la muerte, querida. Esperando al momento que aquellos que valoramos y nos rodean sean reclamados por el Animus. Deberias enseñarle eso a tu amiga serpiente, joven apotecaria. Como decis los blancos "Ver el mundo a través de los ojos del individuo en vez del colectivo es más peligroso que nadar con electrobarracudas"-añadió, con una risa calmada.
-G-Gracias.-terminó por decir Nia. Aquella conversación habia ido bastante bien y parecia que todo lo que habia pasado podria arreglarse fácilmente, olvidarse en el pasado, con la ayuda de unos modales y respeto, como siempre le habria gustado a la ulterana resolver las cosas. Pero cuando la reina escuchó las palabras de la ulterana frunció el ceño.
-No deberias darlas tan a la ligera, muerdesangres. No he terminado contigo.-dijo, alzándose de su asiento con una mirada fría en sus ojos grisaceos. Con autoridad, habló en voz alta, primero en el dialecto Terra y después en un claro ulterano, para que los otros dos tambien la escucharan.
-Yo, Faletesser IV, Reina Termita de la Niebla bajo el Arbol de la Vida, declaro a la apotecaria Xuarim ves Naya den Rocavarancolia una traidora a la corona termitaria, una enemiga pública del reino y, una vez acabe sus asuntos dentro del reino, será exiliada de por vida, así como cuatro de sus futuras generaciones de engendros pálidos, que no volverán a pisar los dominios de mis herederos bajo la amenaza de muerte.-
Muchos miembros del público ahogaron un grito. Algún niño lloró, silenciado por un padre casi al instante. Se pudieron escuchar alguna queja ahogada, pero nada que atentase abiertamente contra la reina. La ulterana era bastante conocida por la zona como una curandera milagrosa y practicamente no habia nadie que no se hubiera aprovechado de sus conocimientos en el pasado. Nia, por su parte, se quedó clavada en el sitio. Paralizada. Sus ojos estaban desprovistos de toda emoción, todo vestigio de miedo, duda o alegria. Simplemente, dos canicas color zafiro que miraban inexpresivamente a la reina.
-Lo mismo va por vosotros, ciudadanos de tierras distantes. No sois, ni sereis nunca bienvenidos aquí. Un pequeño grupo de mineros esta apunto de partir de la puerta del oeste. Os convendría coger el grupo a tiempo; se dirigen a unas minas de reciente excavación. Una vez allí, dirigios a las mazmorras, elegid al saco de carne que más os guste y marchaos por siempre de mi reino.-
Nia se despegó del balcón, lentamente y volvió a levitar hacia abajo. Las puertas de la arena se abrieron. El nido de tronos estaba manchado de sangre de las criaturas y aquello comenzaba a apestar sin medida. Pero Nia ni se inmutó. Al pasar por el lado de los otros dos rocavarancolienses, musitó algo por debajo de su aliento.
-Vamos... Tenemos que... alcanzar a los mineros...-no sabian si decir si estaba triste o enfurecida. Quizás las dos, pero sus ojos estaban desprovistos de toda emoción. Mientras salian por la puerta, muchos miembros de las gradas se levantaron y se despidieron con mayor o menor emoción de la ulterana, deseandola suerte y diciendola que la echarian de menos de múltiples formas pero fueron acallados por la reina enseguida. Por su parte, la ulterana ni se giró y atravesó la puerta para luego dirgirse al ala oeste del palacio, desde donde saldrían los mineros.
Pensando que todo estaba perfectamente hilado y hecho, la ulterana se lanzó al combate. No disfrutó haciendolo, pero eran aquellas criaturas o su situación empeoraria. Un tajo en el morro y al otro en la pata bastaron para meter el veneno en su torrente sanguineo. Al instante, las criaturas flaquearon, aunque aun feroces, lanzaban zarpatos, dentelladas y coletazos hacia las tres criaturas. Pero al parecer no debieron de entender a Nia, o bien no quisieron entenderla. Los dos humanos estaban ahinchados, enfurecidos. Nia sabia que los valores humanos ponian al individuo en una escala desmedida de importancia, pero nunca habia llegado a ver tal efecto en personas cercanas.
Pasmada, observó como Noel destruia la jaula que pobremente les contenia y daba muerte final a una de las criaturas y aun más sobresaltada observó como Wen asesinaba a uno de los miembros de la tribu delante de la reina.
Fuera lo que fuese que estuviese pasando por la mente de los dos humanos, era estúpido. Nia no vio sino, la última oportunidad de subirse al tren y salvar, si se pudiese decir así, todo el esfuerzo (y el coste activo) de aquella endemoniada incursión. Flotó hacia el palco de la reina y, posandose en la baranda de este, fue bloqueada por los guardias personales. Una orden de la mujer, sin embargo, los volvio a apartar, mostrandole a la terra recostada sobre su sillón de pieles, mientras a sus pies descansaba un lagarto que podria asemejarse a un cocodrilo terricola. La mujer, tenia los labios curvados en una sonrisa plácida y los ojos encendidos por la curioridad y la adrenalina. Nia, por su parte, parecia algo nerviosa. Durante la subida se habia perfumado la boca de nuevo y habia eliminado todo rastro del hedor para su suerte, sustituyendolo con una calmada hierbabuena.
-Reconozco vuestros ojos.-dijo Nia, a modo del saludo adecuado.
La mujer vaciló unos instantes. No habia cortado la mirada con Wen hasta entonces y, parpadeando brevenemente, se tornó hacia la ulterana y le devolvió el saludo, hablando un fluente ulterano norteño.
-Y yo reconozco los tuyos, apotecaria.-cruzó sus manos debajo de la barbilla, apoyando los codos en los reposabrazos y descansó esta sobre ellas.-Tus compañeros, son cuanto menos, interesantes. Bueno, eso e ignorantes y crudos.-
-No les haga caso. No... No entienden vuestra cultura.-pero pronto se corrigio.-Ni tampoco la mia, y dudo que la de otros que no sean la suya.-añadió encogiendose de hombros.
La segunda bestia cayó entonces con un sonido agonizante. El público habia mantenido el silencio con una mezcla de miedo y respeto, no por la ejecución pública, sino de nuevo, por el uso de la magia.
-No quiero saber más del tema, en efecto.-dijo le reina, echando la cabeza hacia atrás.-¿Quereis un esclavo? Os daremos uno. ¿Quereis nuestras riquezas e infestar vuestras mentes de codicia? ¡Llevaoslas! No son más que polvo y pecado. Es el pueblo el que decide el valor que se le da a las cosas.-terminó el monólogo. Aun así, tenia pinta de querer decir más, asi que la ulterana permaneció callada y a la espera.-Llevamos mucho tiempo sin temerle a la muerte, querida. Esperando al momento que aquellos que valoramos y nos rodean sean reclamados por el Animus. Deberias enseñarle eso a tu amiga serpiente, joven apotecaria. Como decis los blancos "Ver el mundo a través de los ojos del individuo en vez del colectivo es más peligroso que nadar con electrobarracudas"-añadió, con una risa calmada.
-G-Gracias.-terminó por decir Nia. Aquella conversación habia ido bastante bien y parecia que todo lo que habia pasado podria arreglarse fácilmente, olvidarse en el pasado, con la ayuda de unos modales y respeto, como siempre le habria gustado a la ulterana resolver las cosas. Pero cuando la reina escuchó las palabras de la ulterana frunció el ceño.
-No deberias darlas tan a la ligera, muerdesangres. No he terminado contigo.-dijo, alzándose de su asiento con una mirada fría en sus ojos grisaceos. Con autoridad, habló en voz alta, primero en el dialecto Terra y después en un claro ulterano, para que los otros dos tambien la escucharan.
-Yo, Faletesser IV, Reina Termita de la Niebla bajo el Arbol de la Vida, declaro a la apotecaria Xuarim ves Naya den Rocavarancolia una traidora a la corona termitaria, una enemiga pública del reino y, una vez acabe sus asuntos dentro del reino, será exiliada de por vida, así como cuatro de sus futuras generaciones de engendros pálidos, que no volverán a pisar los dominios de mis herederos bajo la amenaza de muerte.-
Muchos miembros del público ahogaron un grito. Algún niño lloró, silenciado por un padre casi al instante. Se pudieron escuchar alguna queja ahogada, pero nada que atentase abiertamente contra la reina. La ulterana era bastante conocida por la zona como una curandera milagrosa y practicamente no habia nadie que no se hubiera aprovechado de sus conocimientos en el pasado. Nia, por su parte, se quedó clavada en el sitio. Paralizada. Sus ojos estaban desprovistos de toda emoción, todo vestigio de miedo, duda o alegria. Simplemente, dos canicas color zafiro que miraban inexpresivamente a la reina.
-Lo mismo va por vosotros, ciudadanos de tierras distantes. No sois, ni sereis nunca bienvenidos aquí. Un pequeño grupo de mineros esta apunto de partir de la puerta del oeste. Os convendría coger el grupo a tiempo; se dirigen a unas minas de reciente excavación. Una vez allí, dirigios a las mazmorras, elegid al saco de carne que más os guste y marchaos por siempre de mi reino.-
Nia se despegó del balcón, lentamente y volvió a levitar hacia abajo. Las puertas de la arena se abrieron. El nido de tronos estaba manchado de sangre de las criaturas y aquello comenzaba a apestar sin medida. Pero Nia ni se inmutó. Al pasar por el lado de los otros dos rocavarancolienses, musitó algo por debajo de su aliento.
-Vamos... Tenemos que... alcanzar a los mineros...-no sabian si decir si estaba triste o enfurecida. Quizás las dos, pero sus ojos estaban desprovistos de toda emoción. Mientras salian por la puerta, muchos miembros de las gradas se levantaron y se despidieron con mayor o menor emoción de la ulterana, deseandola suerte y diciendola que la echarian de menos de múltiples formas pero fueron acallados por la reina enseguida. Por su parte, la ulterana ni se giró y atravesó la puerta para luego dirgirse al ala oeste del palacio, desde donde saldrían los mineros.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Ulterania
17/02/14, 07:18 pm
Las criaturas no duraron mucho más. Al contrario que el cabreo de Noel, que seguía presente en cada uno de sus movimientos y sus ataques lanzados sin ninguna meditación previa. No necesitaba pensar, solo quería descargar su frustración en el breve lapso de tiempo que duró aquel ridículo "espectáculo".
En cuanto las criaturas cayeron, el draco aterrizó al lado de Wen, con la respiración agitada y observando a su alrededor con una expresión que parecía gritar lo harto que estaba de todo aquel circo. Se lanzó un hechizo de limpieza y dejó que su regeneración natural se encargase de las heridas para a continuación cruzarse de brazos mientras esperaban a que Nia hablase con la reina. Por suerte para el objetivo de la misión, el draco seguía sin poder entender ni una palabra de ulterano y prefirió no pedir una traducción.
—Estoy hasta los huevos de esta panda de hipócritas con aires de superioridad y sus formas de tratar a las visitas —masculló entre dientes acompañando sus palabras con gruñidos inteligibles.
Fulminó a la reina con la mirada cuando se dirigió a ellos y, aunque no sabía qué había dicho, no le hizo ninguna falta para lo que escupió a continuación a sabiendas de que tampoco podía hacerse entender.
—Meteos vuestro puto espectáculo por el culo. No somos monos de feria y mucho menos el banquete de nadie —comentó sin alterarse mientras ya seguía a Nia para al parecer llegar por fin a su destino original.
No volvió a hablar mientras los que la náyade identificó como mineros los condujeron a las mazmorras de los esclavos para que eligiesen por fin al que se llevarían. El sueco siguió los pasos de los terra en dirección a las celdas sin variar en ningún momento su expresión malhumorada. Una vez allí se desentendió de elegir a nadie y delegó completamente dicha tarea en Wen, alegando con una breve sonrisa sarcástica en medio de su cabreo que él no tenía gusto para los hombres. Y volvió a callarse mientras esperaba. Ya podía Cain pagarles bien por aquel puto encargo.
En cuanto las criaturas cayeron, el draco aterrizó al lado de Wen, con la respiración agitada y observando a su alrededor con una expresión que parecía gritar lo harto que estaba de todo aquel circo. Se lanzó un hechizo de limpieza y dejó que su regeneración natural se encargase de las heridas para a continuación cruzarse de brazos mientras esperaban a que Nia hablase con la reina. Por suerte para el objetivo de la misión, el draco seguía sin poder entender ni una palabra de ulterano y prefirió no pedir una traducción.
—Estoy hasta los huevos de esta panda de hipócritas con aires de superioridad y sus formas de tratar a las visitas —masculló entre dientes acompañando sus palabras con gruñidos inteligibles.
Fulminó a la reina con la mirada cuando se dirigió a ellos y, aunque no sabía qué había dicho, no le hizo ninguna falta para lo que escupió a continuación a sabiendas de que tampoco podía hacerse entender.
—Meteos vuestro puto espectáculo por el culo. No somos monos de feria y mucho menos el banquete de nadie —comentó sin alterarse mientras ya seguía a Nia para al parecer llegar por fin a su destino original.
No volvió a hablar mientras los que la náyade identificó como mineros los condujeron a las mazmorras de los esclavos para que eligiesen por fin al que se llevarían. El sueco siguió los pasos de los terra en dirección a las celdas sin variar en ningún momento su expresión malhumorada. Una vez allí se desentendió de elegir a nadie y delegó completamente dicha tarea en Wen, alegando con una breve sonrisa sarcástica en medio de su cabreo que él no tenía gusto para los hombres. Y volvió a callarse mientras esperaba. Ya podía Cain pagarles bien por aquel puto encargo.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Ulterania
18/02/14, 01:12 am
En cuanto Wen vio como Nia levitaba hasta ella, bufó exasperada y descendió al suelo. “¿Es qué acaso no podía haber hecho eso desde el principio y ahorrarnos el que nos hayan querido convertir en payasos de feria?” se preguntó bastante molesta, pero no lo expuso en voz alta. Cuanto antes la niña hablara con la reina, antes terminaría todo. Lo que dijeron ambas a continuación, no ayudó a que su humor mejorara.
- ¿Quieres que te lo traduzca? - le dijo en rocavarancolés, mostrando su cabreo.- Lo haré de forma rápida. Por lo visto, tú y yo somos unos ignorantes sin cabeza y salvajes. Algo en lo que, por cierto, Nia está completamente de acuerdo.
Saltaba a la vista que la británica estaba bastante enfadada con la náyade, no solo por haber permitido y haberles obligado a que se dejaran tratar como basura, sino también por lo que estaba diciendo en ese momento de ellos a la Reina.
- Una cosa es no entender una cultura.- comenzó a decirle a la niña cuando esta comenzó a caminar a su lado, sin mirarla y con una voz moderada, pero con palpable enfado.- Y otra cosa muy distinta es no saber nada de ella. La próxima vez, que espero que no la haya, infórmanos detenidamente sobre lo que nos vamos a encontrar. No nos des explicaciones apresuradas y rápidas en el momento en el que se dicen las cosas.
Wen siguió en todo momento a los mineros manteniéndose cerca de Noel e ignorando a la ulterana. Ya estaba por terminar la misión y no quería ponerse a discutir con ella en aquel momento. No tardaron mucho en llegar a las celdas, donde Wen analizó los rostros y constituciones de todos los esclavos que se encontraban entre los rangos de edad elegidos. No protestó cuando Noel le dejó el trabajo a ella y no solo porque ella probablemente tomaría una mejor decisión, sino también porque quería ocupar su mente en otra cosa que no fuera pensar en todo lo sucedido. No tardó demasiado en reducir la lista de posibles candidatos a unos pocos, entre los que eligió un ulterano de cabello morado que se adaptaba a todas y cada una de las características descritas por Cain.
En cuanto tuvieron al terra bajo su poder, no dudaron en emprender el camino lo más rápido posible para alejarse de aquella tierra a la que la vouivre no pensaba volver nunca.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Ulterania
16/05/14, 07:52 pm
Contratar a la Muerte Misma
Nia habia estado viajando más de dos dias. Por barco, tren y, por último, a su propio pie. Habia estado preparada para cualquier eventualidad, pero no para una tormenta de aquella magnitud. Se habia valido de la magia hasta el momento, pero no terminaba de avanzar. Aun le quedaba gran parte de la montaña que escalar, pero el peligro de alguna avalancha o desprendimiento era grande. Por suerte, no tenia que preocuparse del frío o quedarse seca. La lluvia se encargaba de que aquello no le preocupara.
Habia pasado la última noche en una caverna en la ladera. Habia encendido un fuego mágico con un par de ramilletes que sacó de su bolsa sin fondo. Los ramilletes no parecian consumirse con el fuego. Y habia tirado de nuevo de sus reservas. Estaba tan agotada que no tardó en dormirse en aquel incómodo sueño de piedra. Puede que una poción somnifera tambien ayudase.
A la mañana siguiente, la tormenta por fin habia despejado pero el cielo seguia igual de grisaceo, como la piedra de aquella escarpada montaña. Lejos de deprimrise, Nia se lo tomó como una buena señal, algo mejor descansada, se chutó con varios estímulantes y remprendió la subida.
No fue hasta el atardecer de ese mismo dia cuando llegó a la cima. Tallada en la misma roca, encontró un sendero, decorado con diferentes glifos que Nia no era capaz de comprender. Y, al final de ese camino, un templo, tallado en piedra tambien. Tres esculturas se alzaban ahí, franqueando las dos entradas del templo. Una mujer y dos hombres. Los dos hombres, más pequeños en comparación a la mujer, iban fuertemente armados mientras que la mujer tenia una ligera túnica. La representación, gestualización y escenificación de las esculturas daba a entender que la enorme mujer estaba estableciendo la paz entre ambos hombres, enfrentados.
Más de cerca, pudo apreciar la heraldica de las dos esculturas varoniles y, sobretodo, que la piedra que se habia usado para ambas esculturas era totamente heterogenea con el lugar, siendo la de uno una piedra totalmente blanca e impoluta y la otra de un color negro lustroso sin ninguna imperfección. La mujer sin embargo, si que habia sido tallada con la misma piedra que la de aquella montaña.
Habia ideado varias teorias sobre aquella representación la primera vez que la vio pero ahora, más de cerca, pudo traducir parte del texto que podia rezarse a los pies de cada una y confirmar sus sospechas.
Las esculturas narraban un tiempo antiguo, un tiempo antes de que la Leyenda de Ultramar fuese tan relevante para ambas culturas. Un tiempo primitivo y lleno de guerras entre hermanos. Y podia estar viendo ante ella a la misma Diosa Natura. Una deidad que, aunque no hubiera sobrevivido a la instauración del Imperio, todavia hoy en dia se la veneraba en mayor o menor medida, no como diosa, sino como una fuerza de la naturaleza en si, de ahi que ambos bandos fueran tan cuidadosos con el medio ambiente y las criaturas que moraban en lo salvaje. Temian desatar la furia de la antigua diosa y, hacer lo irreal, lo ilógico, lo mágico, presente en su mundo.
Sin embargo, eso era lo que creia Nia. Nadie sabia a ciencia cierta si aquello era verdad. Pero Nia sabia algo que muchos ulteranos no sabian. Sabia de rocavarancolia. Y sabia que aquella mujer, fuera o no una diosa, mito falso o historia verdadera, no era una Ulterana.
Se quedó contemplando la estatua con solemnidad antes de acordarse a que habia venido al templo. Le extrañó, sin embargo, que ningun monje hubiera salido a saludarla, como la última vez.
Justo cuando se dispuso a atravesar las puertas del templo por si sola, escuchó un relampago a su espalda. El estallido de luz iluminó el camino que estaba justo delante de ella, proyectando sombras de todo tipo. Sin embargo, una sombra, no solo mucho más grande, sino que además llegaba hasta al suelo se proyectó a escasa distancia de donde estaba ella. Se giró entonces, asustada y se encontró cara a cara con una figura enorme. En vuelta en unos telajes negros que le cubrian como un poncho que le tapaba media cara pero que ondeaba al viento como una capa, la figura era oscura de pies a cabeza.
El poco pelo que se dejaba ver, asi como la piel descubierta era de un color oscuro, como la pizarra. La figura iba descalza y tan solo llevaba unas vendas para aislarle del suelo, de un color grisaceo harapiento. La imponente figura deberia rondar casi los dos metros de alto y estaba ligeramente inclinada sobre Nia. La ulterana, sobresaltada en un principio, comenzó a respirar con mayor tranquilidad.
Fue la figura quien habló primero.
-En tok vassad-ûm.-dijo con una voz grave y hosca, pero femenina.
Nia abrió la palma de sus manos, como expectante. Entonces la enorme figura se arrodilló ante ella.
-Kat-ûm.-respondió Nia mientras rebuscó entre sus bartulos un colgante. Se lo puso a la enorme figura y, entonces habló en rocavarancolés, pero esta vez, ambos entendiendose, gracias a que se trataba de un colgante traductor.
-¿Dónde estan los monjes?-preguntó de primeras.
-Han sido purificados, mi ama.-respondió la enorme Zheshmahré.-Sus pecados ya no tenian cabida en este mundo.-
Aunque era un contratiempo, la desaparición de los monjes conllevaria a su vez un margen infimo de testigos que la vieran. De ese modo, casi hasta le habia venido bien.
-No haré ninguna pregunta al respecto.-dijo, cruzándose de brazos.-Prepárate. Te requiero conmigo en las colonias. ¿Estás lista para partir de inmediato?-le preguntó.
La Zhesmahré asintió lentamente, mostrando algo que pudiera parecer emoción.
-Siempre lo estoy, mi ama.-empezó diciendo, para luego añadir- Me honrais al permitirme cumplir con mi deuda para con vos.-
Nia sonrió con cierta complicidad sombria.
-Asi es. Pongamos marcha a la ciudad.-
A lo cual la enorme figura respondió:
-Kat-ûm, mi ama.-
Nia habia estado viajando más de dos dias. Por barco, tren y, por último, a su propio pie. Habia estado preparada para cualquier eventualidad, pero no para una tormenta de aquella magnitud. Se habia valido de la magia hasta el momento, pero no terminaba de avanzar. Aun le quedaba gran parte de la montaña que escalar, pero el peligro de alguna avalancha o desprendimiento era grande. Por suerte, no tenia que preocuparse del frío o quedarse seca. La lluvia se encargaba de que aquello no le preocupara.
Habia pasado la última noche en una caverna en la ladera. Habia encendido un fuego mágico con un par de ramilletes que sacó de su bolsa sin fondo. Los ramilletes no parecian consumirse con el fuego. Y habia tirado de nuevo de sus reservas. Estaba tan agotada que no tardó en dormirse en aquel incómodo sueño de piedra. Puede que una poción somnifera tambien ayudase.
A la mañana siguiente, la tormenta por fin habia despejado pero el cielo seguia igual de grisaceo, como la piedra de aquella escarpada montaña. Lejos de deprimrise, Nia se lo tomó como una buena señal, algo mejor descansada, se chutó con varios estímulantes y remprendió la subida.
No fue hasta el atardecer de ese mismo dia cuando llegó a la cima. Tallada en la misma roca, encontró un sendero, decorado con diferentes glifos que Nia no era capaz de comprender. Y, al final de ese camino, un templo, tallado en piedra tambien. Tres esculturas se alzaban ahí, franqueando las dos entradas del templo. Una mujer y dos hombres. Los dos hombres, más pequeños en comparación a la mujer, iban fuertemente armados mientras que la mujer tenia una ligera túnica. La representación, gestualización y escenificación de las esculturas daba a entender que la enorme mujer estaba estableciendo la paz entre ambos hombres, enfrentados.
Más de cerca, pudo apreciar la heraldica de las dos esculturas varoniles y, sobretodo, que la piedra que se habia usado para ambas esculturas era totamente heterogenea con el lugar, siendo la de uno una piedra totalmente blanca e impoluta y la otra de un color negro lustroso sin ninguna imperfección. La mujer sin embargo, si que habia sido tallada con la misma piedra que la de aquella montaña.
Habia ideado varias teorias sobre aquella representación la primera vez que la vio pero ahora, más de cerca, pudo traducir parte del texto que podia rezarse a los pies de cada una y confirmar sus sospechas.
Las esculturas narraban un tiempo antiguo, un tiempo antes de que la Leyenda de Ultramar fuese tan relevante para ambas culturas. Un tiempo primitivo y lleno de guerras entre hermanos. Y podia estar viendo ante ella a la misma Diosa Natura. Una deidad que, aunque no hubiera sobrevivido a la instauración del Imperio, todavia hoy en dia se la veneraba en mayor o menor medida, no como diosa, sino como una fuerza de la naturaleza en si, de ahi que ambos bandos fueran tan cuidadosos con el medio ambiente y las criaturas que moraban en lo salvaje. Temian desatar la furia de la antigua diosa y, hacer lo irreal, lo ilógico, lo mágico, presente en su mundo.
Sin embargo, eso era lo que creia Nia. Nadie sabia a ciencia cierta si aquello era verdad. Pero Nia sabia algo que muchos ulteranos no sabian. Sabia de rocavarancolia. Y sabia que aquella mujer, fuera o no una diosa, mito falso o historia verdadera, no era una Ulterana.
Se quedó contemplando la estatua con solemnidad antes de acordarse a que habia venido al templo. Le extrañó, sin embargo, que ningun monje hubiera salido a saludarla, como la última vez.
Justo cuando se dispuso a atravesar las puertas del templo por si sola, escuchó un relampago a su espalda. El estallido de luz iluminó el camino que estaba justo delante de ella, proyectando sombras de todo tipo. Sin embargo, una sombra, no solo mucho más grande, sino que además llegaba hasta al suelo se proyectó a escasa distancia de donde estaba ella. Se giró entonces, asustada y se encontró cara a cara con una figura enorme. En vuelta en unos telajes negros que le cubrian como un poncho que le tapaba media cara pero que ondeaba al viento como una capa, la figura era oscura de pies a cabeza.
El poco pelo que se dejaba ver, asi como la piel descubierta era de un color oscuro, como la pizarra. La figura iba descalza y tan solo llevaba unas vendas para aislarle del suelo, de un color grisaceo harapiento. La imponente figura deberia rondar casi los dos metros de alto y estaba ligeramente inclinada sobre Nia. La ulterana, sobresaltada en un principio, comenzó a respirar con mayor tranquilidad.
- Spoiler:
Fue la figura quien habló primero.
-En tok vassad-ûm.-dijo con una voz grave y hosca, pero femenina.
Nia abrió la palma de sus manos, como expectante. Entonces la enorme figura se arrodilló ante ella.
-Kat-ûm.-respondió Nia mientras rebuscó entre sus bartulos un colgante. Se lo puso a la enorme figura y, entonces habló en rocavarancolés, pero esta vez, ambos entendiendose, gracias a que se trataba de un colgante traductor.
-¿Dónde estan los monjes?-preguntó de primeras.
-Han sido purificados, mi ama.-respondió la enorme Zheshmahré.-Sus pecados ya no tenian cabida en este mundo.-
Aunque era un contratiempo, la desaparición de los monjes conllevaria a su vez un margen infimo de testigos que la vieran. De ese modo, casi hasta le habia venido bien.
-No haré ninguna pregunta al respecto.-dijo, cruzándose de brazos.-Prepárate. Te requiero conmigo en las colonias. ¿Estás lista para partir de inmediato?-le preguntó.
La Zhesmahré asintió lentamente, mostrando algo que pudiera parecer emoción.
-Siempre lo estoy, mi ama.-empezó diciendo, para luego añadir- Me honrais al permitirme cumplir con mi deuda para con vos.-
Nia sonrió con cierta complicidad sombria.
-Asi es. Pongamos marcha a la ciudad.-
A lo cual la enorme figura respondió:
-Kat-ûm, mi ama.-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Ulterania
13/08/14, 04:12 pm
Roaxen Tenvrai, Praeteritum? Praesens! Futurum!?
Los sonidos de las alarmas de despresurización le despertaron. Roaxen Tenvrai soltó un pequeño quejido de dolor al despertarse. Le pesaba la cabeza. Fue a frotarse los ojos, porque sentia que algo caliente manaba de su ceja y caia por su parpado pero dió con algo duro: Su casco. Entonces fue recordando donde estaba y que habia pasado. Se incorporó, frotandose el dolorido brazo izquierdo y con el ojo izquierdo entrecerrado debido a que la sangre le impedia tenerlo abierto del todo.
Entre la luz anaranjada parpadeante de la consola de control, logro encontrar su camino, a menos de un metro, el asiento de piloto. Se agarró al reposabrazos y se levantó, tirando de si mismo. En cuanto lo hizo, el pequeño cuarto en el que ese encontraba se sacudió, como venciendose a un lado por el peso del ulterano al ponerse de pie.
-Por todas las cuentas de Ushanna...-maldijo en voz baja con la voz seca. Se habia aferrado al asiento cuando sintió la sacudida. Las piernas le temblaban. No podia verse reflejado en ninguna superficie y no podia juzgar la herida de su cabeza por él mismo. Jadeando, de cansancio, se detuvo a toser una vez, antes de volver a hablar.
-O-Ordenador... Evalua daños y...argh... ejecuta el Sistema de Soporte Vital.-dijo, aquejandose a mitad de la frase del dolor en una costilla que probablemente estaria dañada si no partida.
De la pantalla integrada que habia en su visera apareció un holograma, iluminando un poco la sala. Era una mujer ulterana, o eso parecia, de rasgos suaves y curvas pronunciadas, el pelo rizado formando elegantes tirabuzones que rozaban el suelo. Una tenue iluminación morada le acompañaba, como si ella fuera un foco.
-Oh, Piloto, por fin despiertas.-exclamó la inteligencia artificial, con sorpresa.
-¿C-Cuanto estuve fuera de mi mismo?-dijo, mientras se sentaba en el asiento y un panel de control descendia desde el techo, con mandos y un teclado complejo.
-Más de una hora. Te caiste del asiento y por eso no pude ayudarte. Estoy en modo de ahorro ahora mismo.-
Entonces el xol noth introducjo unos comandos en el teclado y la gran máquinaria se puso en marcha. La sala se iluminó, de diferentes focos colocados en las esquinas de los paneles interiores. Tras estos, sonó un silbido de aire, mientras recuperaba la presión en el interior y las alarmas cedian, proporcionando un descanso para los oidos del capellan.
-X-V7, ejecuta el Ordenador de Combate, protocolo C-48.-
La inteligencia artificial asinitió y entonces las casi inumerables pantallas que componian las paredes de aquella reducida sala se encendieron. El ulterano se recostó en la silla que se adaptó en una posición horizontal. Varios artilugios descendieron del techo. Iluminados por las pantallas en blanco, así como los focos morados y el holograma en sí. Los artilugios, con unas lentes opticas, comenzaron a escanear rápidamente al capellan, llendo miembro por miembro. Finalmente, volvieron al habitaculo en el techo, concluyendo sus escaneo.
-Piloto, sufres de una contusión encefalica, en la parte derecha. Parece que gran parte del golpe lo acolchó el casco, pero este se abollo y te causó la brecha de la que ahora mismo esta saliendo sangre a un ritmo...-
-Sigue con el resto, no tenemos tiempo para una evalucación completa.-Le ordenó el militar a la inteligencia artificial.
-Como desees.-dijo el holograma, haciendo una leve reverencia.-Una costilla severamente dañanda, cartilagos de la pierna izquierda dañados. Baja hidratación y pulsaciones algo más lentas de lo normal. Metabolismo ligeramente decelerado. Se recomienda el repostaje inmediato para el bien del piloto y para la unidad PXT-809 modelo "Martillo del Alba". Por otra parte, la armadura de pilotaje presenta un fallo de Hardware, ya que el ordenador no ha podido...-
-SI, ya se que no tengo la armadura puesta.-dijo con cansancio y, como si fuese a mala intención, sintió un ramalazo de dolor en las costillas. Costillas que no estarian heridas de haber llevado la armadura pilotando, así como la pierna y, quizás, tampoco hubiera salido despedido de la silla de haber contado con los enganches de esta.
-¿Qué hay de la señal de socorro? ¿Ha contestado alguien?-saltó entonces el Xol Noth, con pocas esperanzas.
-La radio de largo alcance se encuentra...-
-Si, inutilizada X-V7, es la tercera vez que lo dices hoy.-
La inteligencia artificial pareció vacilar, unos instantes, casi pareciendo que tenia un sentimiento de verguenza, antes de volver a hablar.
-Lo siento. Es recomendable una revisión de mi software al repostar para evitar futuros fallos de la memoria de la unidad PXT-809 modelo "Martillo del Alba".-
-Sigue con el informe, X-V7, ¿Qué hay de la radio de corto alcance?-
-No ha habido respuesta.-se limitó a responder.
-¿Señales de vida ahí fuera?-
-En la distancia, a más de ocho zaanks, se encuentra una partida de alrededor mil individuos de, supuesta especie Magna Isoptera.-
El ulterano gruñó para adentro.
-Esas asquerosas alimañas... Ocho zaanks esta bien. No nos pueden oler desde ahí. ¿Hay alguna señal de los nuestros?-
La inteligencia artificial entonces, dio señales de mostrar sentimientos, esta vez, pena.
-No señor. No hay más lecturas de seres vivos a la redonda.-
El capellan cerró los ojos un instante y dejó escapar un suspiro. No era que no hubiera lidiado con muertes de hombres bajo su mando antes. Pero aquella habia sido la primera vez que habia visto hacerlo a un-
-¡Señor, violación del perimetro!-exclamó con alarma la inteligencia artificial.-¡Han comprometido nuestro sistema de radar! ¡Diecisiete gaskhas, dirección sur-sudoeste!-
El ulterano dió un respingo del susto e, instintivamente, cogió los mandos y puso de pie a la armadura mecanizada. La estructura se sacudió y se elevó con su inquilino dentro. Fuera lo que fuese, deberia de suponer un peligro, pues
-¡Necesito visión en la zona ya, X-V7!-exclamó, mientras las pantallas se iban encendiendo, mostrando la oscuridad que reinaba aquella gruta endemoniada.-¿Quién y Cuantos son?-
-Un solo individuo señor. Talla ulterana. ¡Quince gashkas!-exclamaba, mientras el ulterano hacia levantar las armas a la armadura mecanizada, apuntando en la dirección correcta.
-¿¡Qué!?-exclamó, incrédulo.-¿No son más traidores?-
-N-No... Es... Una mujer. Viene desarmada y... ¡Diez gashkas! La tendremos en pantalla en segundos..-
-¡Focos! ¡Conecta los focos, X-V7!-
A la orden, dos faros largos iluminaron a una silueta que se acercaba andando tranquilamente hacia la monstruosidad mecánica que le apuntaba amenazadoramente con las armas acopladas en sus brazos.
-¿Qué demonios... Una civil... Pero... ¿Como ha...?-
-¡Siete gashkas!-exclamó cuando la mujer se quedó a quince metros de donde se encontraban.
-Conecta el transmisor, ¡pronto!-le comandó. Y entonces el ulterano pasó a hablar por un altavoz que le conectaba por el exterior.
-¡Alto ahí, en el nombre del Emperador!-exclamo el ulterano con voz poderosa mientras hacia sonar el gatillo del arma derecha, para demostrar su seriedad. La mujer, efectivamente se detuvo a los quince metros, pero gesticuló y dijo algo que Roaxen Tenvrai no llegó a oir.-¡Las manos en alto! ¡Es una orden!-le ordenó y la mujer hizo lo debido.
Los focos le apuntaban directamente a la cara y Roaxen Tenvrai veia que no habia duda o vacilación en su rostro. Era como si fuera ella quien estuviese apuntandole con armas y no al revés.
-¡Aquí el Piloto Roaxen Tenvrai viil Ordante, de la decimosexta manipula de la Legión de Acero, Capellan Condecorado por la Santa Ecclesiarquia y Almirante Novel por el Ejercito de Mar. Decid vuestro rango, nombre e intenciones.-dijo con formalidad, para despues añadir, con vehemente mal humor.-Y como intentes algo bizarro como lo de antes, me vere obligado a abrir fuego sin previo aviso-
Los párpados le pesaban de pronto y el cansancio que iba acarreando fue apoderandose, poco a poco de él. La mujer sin embargo no dijo nada. Cuando iba a presionar sobre el tema, X-V7 le señalizo que cortase un momento la comunicación.
-Piloto tu cuerpo...-
-¿Qué pasa con él?-dijo, con tono cansado.
-Esta... de pronto esta respondiendo con menos eficacia... ¿Te sientes más cansado, Piloto?-
-Ahora que lo dices, si...¿Por que preguntas?-
-No... No tiene sentido. Hace unos minutos estabas funcional y ahora...-
Roaxen Tenvrai cabezoneó entonces.
-¿Ves?-
-Esto no es nada.-dijo arrastrando las palabras. Retomó el control de los mandos e hizo ademan de apuntar con más fuerza a la mujer. Justo cuando retomó la comunicación escuchó la voz de esta, hablando bajo.
-¿Te interesaria oir sobre Rocavarancolia?-
-¿Como?-preguntó, pegandose la mano al casco. Le dió un par de toques sin sentido, de como cuando algo esta roto y lo intentas arreglar mágicamente así, y entonces se dirigió a la inteligencia artificial.-El casco está dañado, no oigo bie...-
-¿Te interesaria oir sobre Rocavarancolia?-dijo entonces la mujer, tan solo que su voz sonó mucho más fuerte y retumbó por todo el interior de la armadura mecanizada. El xol noth se quedó boquiabierto unos instantes, muy confuso, antes de recuperar la calma, mientras el cansacio se abria paso en él.
El Xol noth acarició el gatillo como a una mascota. Tenia que controlarse físicamente para evitar apretarlo. Debia pensar con la mente más fría.
-¿Cómo has hecho eso? ¿Qué es rocavarancolia? ¡Contesta, xeno!-
La mujer sonrió antes de contestar.
Los sonidos de las alarmas de despresurización le despertaron. Roaxen Tenvrai soltó un pequeño quejido de dolor al despertarse. Le pesaba la cabeza. Fue a frotarse los ojos, porque sentia que algo caliente manaba de su ceja y caia por su parpado pero dió con algo duro: Su casco. Entonces fue recordando donde estaba y que habia pasado. Se incorporó, frotandose el dolorido brazo izquierdo y con el ojo izquierdo entrecerrado debido a que la sangre le impedia tenerlo abierto del todo.
Entre la luz anaranjada parpadeante de la consola de control, logro encontrar su camino, a menos de un metro, el asiento de piloto. Se agarró al reposabrazos y se levantó, tirando de si mismo. En cuanto lo hizo, el pequeño cuarto en el que ese encontraba se sacudió, como venciendose a un lado por el peso del ulterano al ponerse de pie.
-Por todas las cuentas de Ushanna...-maldijo en voz baja con la voz seca. Se habia aferrado al asiento cuando sintió la sacudida. Las piernas le temblaban. No podia verse reflejado en ninguna superficie y no podia juzgar la herida de su cabeza por él mismo. Jadeando, de cansancio, se detuvo a toser una vez, antes de volver a hablar.
-O-Ordenador... Evalua daños y...argh... ejecuta el Sistema de Soporte Vital.-dijo, aquejandose a mitad de la frase del dolor en una costilla que probablemente estaria dañada si no partida.
De la pantalla integrada que habia en su visera apareció un holograma, iluminando un poco la sala. Era una mujer ulterana, o eso parecia, de rasgos suaves y curvas pronunciadas, el pelo rizado formando elegantes tirabuzones que rozaban el suelo. Una tenue iluminación morada le acompañaba, como si ella fuera un foco.
-Oh, Piloto, por fin despiertas.-exclamó la inteligencia artificial, con sorpresa.
-¿C-Cuanto estuve fuera de mi mismo?-dijo, mientras se sentaba en el asiento y un panel de control descendia desde el techo, con mandos y un teclado complejo.
-Más de una hora. Te caiste del asiento y por eso no pude ayudarte. Estoy en modo de ahorro ahora mismo.-
Entonces el xol noth introducjo unos comandos en el teclado y la gran máquinaria se puso en marcha. La sala se iluminó, de diferentes focos colocados en las esquinas de los paneles interiores. Tras estos, sonó un silbido de aire, mientras recuperaba la presión en el interior y las alarmas cedian, proporcionando un descanso para los oidos del capellan.
-X-V7, ejecuta el Ordenador de Combate, protocolo C-48.-
La inteligencia artificial asinitió y entonces las casi inumerables pantallas que componian las paredes de aquella reducida sala se encendieron. El ulterano se recostó en la silla que se adaptó en una posición horizontal. Varios artilugios descendieron del techo. Iluminados por las pantallas en blanco, así como los focos morados y el holograma en sí. Los artilugios, con unas lentes opticas, comenzaron a escanear rápidamente al capellan, llendo miembro por miembro. Finalmente, volvieron al habitaculo en el techo, concluyendo sus escaneo.
-Piloto, sufres de una contusión encefalica, en la parte derecha. Parece que gran parte del golpe lo acolchó el casco, pero este se abollo y te causó la brecha de la que ahora mismo esta saliendo sangre a un ritmo...-
-Sigue con el resto, no tenemos tiempo para una evalucación completa.-Le ordenó el militar a la inteligencia artificial.
-Como desees.-dijo el holograma, haciendo una leve reverencia.-Una costilla severamente dañanda, cartilagos de la pierna izquierda dañados. Baja hidratación y pulsaciones algo más lentas de lo normal. Metabolismo ligeramente decelerado. Se recomienda el repostaje inmediato para el bien del piloto y para la unidad PXT-809 modelo "Martillo del Alba". Por otra parte, la armadura de pilotaje presenta un fallo de Hardware, ya que el ordenador no ha podido...-
-SI, ya se que no tengo la armadura puesta.-dijo con cansancio y, como si fuese a mala intención, sintió un ramalazo de dolor en las costillas. Costillas que no estarian heridas de haber llevado la armadura pilotando, así como la pierna y, quizás, tampoco hubiera salido despedido de la silla de haber contado con los enganches de esta.
Cogito Ergo Sum escribió:♛ Que me aspen si no me encuentro protagonizando el anuncio de seguridad vial más extremo y concienciador que he visto en mi vida.
-¿Qué hay de la señal de socorro? ¿Ha contestado alguien?-saltó entonces el Xol Noth, con pocas esperanzas.
-La radio de largo alcance se encuentra...-
-Si, inutilizada X-V7, es la tercera vez que lo dices hoy.-
La inteligencia artificial pareció vacilar, unos instantes, casi pareciendo que tenia un sentimiento de verguenza, antes de volver a hablar.
-Lo siento. Es recomendable una revisión de mi software al repostar para evitar futuros fallos de la memoria de la unidad PXT-809 modelo "Martillo del Alba".-
-Sigue con el informe, X-V7, ¿Qué hay de la radio de corto alcance?-
-No ha habido respuesta.-se limitó a responder.
-¿Señales de vida ahí fuera?-
-En la distancia, a más de ocho zaanks, se encuentra una partida de alrededor mil individuos de, supuesta especie Magna Isoptera.-
El ulterano gruñó para adentro.
-Esas asquerosas alimañas... Ocho zaanks esta bien. No nos pueden oler desde ahí. ¿Hay alguna señal de los nuestros?-
La inteligencia artificial entonces, dio señales de mostrar sentimientos, esta vez, pena.
-No señor. No hay más lecturas de seres vivos a la redonda.-
El capellan cerró los ojos un instante y dejó escapar un suspiro. No era que no hubiera lidiado con muertes de hombres bajo su mando antes. Pero aquella habia sido la primera vez que habia visto hacerlo a un-
-¡Señor, violación del perimetro!-exclamó con alarma la inteligencia artificial.-¡Han comprometido nuestro sistema de radar! ¡Diecisiete gaskhas, dirección sur-sudoeste!-
El ulterano dió un respingo del susto e, instintivamente, cogió los mandos y puso de pie a la armadura mecanizada. La estructura se sacudió y se elevó con su inquilino dentro. Fuera lo que fuese, deberia de suponer un peligro, pues
-¡Necesito visión en la zona ya, X-V7!-exclamó, mientras las pantallas se iban encendiendo, mostrando la oscuridad que reinaba aquella gruta endemoniada.-¿Quién y Cuantos son?-
-Un solo individuo señor. Talla ulterana. ¡Quince gashkas!-exclamaba, mientras el ulterano hacia levantar las armas a la armadura mecanizada, apuntando en la dirección correcta.
-¿¡Qué!?-exclamó, incrédulo.-¿No son más traidores?-
-N-No... Es... Una mujer. Viene desarmada y... ¡Diez gashkas! La tendremos en pantalla en segundos..-
Cogito Ergo Sum escribió:♛ ¿Qué diablos es esta nueva criatura? ¡Ha burlado nuestra seguridad como si fuera un cuchillo caliente cortando mantequilla! ¡Por las barbas de Ul, veré esto resuelto, aunque me cueste la vida! No toleraré más traidores derramando sangre Ulterana.
-¡Focos! ¡Conecta los focos, X-V7!-
A la orden, dos faros largos iluminaron a una silueta que se acercaba andando tranquilamente hacia la monstruosidad mecánica que le apuntaba amenazadoramente con las armas acopladas en sus brazos.
-¿Qué demonios... Una civil... Pero... ¿Como ha...?-
-¡Siete gashkas!-exclamó cuando la mujer se quedó a quince metros de donde se encontraban.
-Conecta el transmisor, ¡pronto!-le comandó. Y entonces el ulterano pasó a hablar por un altavoz que le conectaba por el exterior.
-¡Alto ahí, en el nombre del Emperador!-exclamo el ulterano con voz poderosa mientras hacia sonar el gatillo del arma derecha, para demostrar su seriedad. La mujer, efectivamente se detuvo a los quince metros, pero gesticuló y dijo algo que Roaxen Tenvrai no llegó a oir.-¡Las manos en alto! ¡Es una orden!-le ordenó y la mujer hizo lo debido.
Los focos le apuntaban directamente a la cara y Roaxen Tenvrai veia que no habia duda o vacilación en su rostro. Era como si fuera ella quien estuviese apuntandole con armas y no al revés.
-¡Aquí el Piloto Roaxen Tenvrai viil Ordante, de la decimosexta manipula de la Legión de Acero, Capellan Condecorado por la Santa Ecclesiarquia y Almirante Novel por el Ejercito de Mar. Decid vuestro rango, nombre e intenciones.-dijo con formalidad, para despues añadir, con vehemente mal humor.-Y como intentes algo bizarro como lo de antes, me vere obligado a abrir fuego sin previo aviso-
Los párpados le pesaban de pronto y el cansancio que iba acarreando fue apoderandose, poco a poco de él. La mujer sin embargo no dijo nada. Cuando iba a presionar sobre el tema, X-V7 le señalizo que cortase un momento la comunicación.
-Piloto tu cuerpo...-
-¿Qué pasa con él?-dijo, con tono cansado.
-Esta... de pronto esta respondiendo con menos eficacia... ¿Te sientes más cansado, Piloto?-
-Ahora que lo dices, si...¿Por que preguntas?-
-No... No tiene sentido. Hace unos minutos estabas funcional y ahora...-
Roaxen Tenvrai cabezoneó entonces.
-¿Ves?-
-Esto no es nada.-dijo arrastrando las palabras. Retomó el control de los mandos e hizo ademan de apuntar con más fuerza a la mujer. Justo cuando retomó la comunicación escuchó la voz de esta, hablando bajo.
-¿Te interesaria oir sobre Rocavarancolia?-
-¿Como?-preguntó, pegandose la mano al casco. Le dió un par de toques sin sentido, de como cuando algo esta roto y lo intentas arreglar mágicamente así, y entonces se dirigió a la inteligencia artificial.-El casco está dañado, no oigo bie...-
-¿Te interesaria oir sobre Rocavarancolia?-dijo entonces la mujer, tan solo que su voz sonó mucho más fuerte y retumbó por todo el interior de la armadura mecanizada. El xol noth se quedó boquiabierto unos instantes, muy confuso, antes de recuperar la calma, mientras el cansacio se abria paso en él.
Cogito Ergo Sum escribió:♛ Tiene algún tipo de tecnologia que amplifica la voz, seguro. No se como no ha aparecido en el escaner del Martillo del Alba. Eso implicaria que es muchismo más avanzado que mi unidad pero... ¡Eso es Herejia! ¡Esta máquina fue construida y bendecida por lo mejor de la Legión que a su vez son los mejores desarrolladores de tecnologia de todo el globo terraqueo! A no ser que... Venga de otro planeta...
El Xol noth acarició el gatillo como a una mascota. Tenia que controlarse físicamente para evitar apretarlo. Debia pensar con la mente más fría.
Cogito Ergo Sum escribió:♛ Asquerosa xeno. Ul me guarde. Yo aquí, siendo el participe del primer contacto entre extraterrestres y personas. Lágrimas de Haan, no me hagais mostrar flaqueza en este día, pues solo los necios son los que no muestran duda.
-¿Cómo has hecho eso? ¿Qué es rocavarancolia? ¡Contesta, xeno!-
La mujer sonrió antes de contestar.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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