Avenida de las Casas Carnívoras
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28 participantes
- Rocavarancolia Rol
Avenida de las Casas Carnívoras
02/08/11, 06:45 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Las casas de esta avenida están en bastantes buenas condiciones, o esa es la imagen que dan. Son capaces de crear ilusiones para tentarte e invitarte a entrar en ellas, para así poder devorarte. Antiguamente no había más que una, pero dado su éxito pudo reproducirse.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
21/04/13, 10:49 pm
Logramos librarnos de las hienas que nos seguían y cruzar la Cicatriz sin más problemas que el vértigo de Stefan. Más relajados decidimos volver a la Avenida de las casas para ver si habían llegado las cestas o si había algún rastro de estas. Por fin llegamos al sitio y nos dirigimos a la zona donde solían estar para encontrar nada, ni rastro de ellas. <<Bravo... Vaya día... Al menos tenemos una pista para el libro: Séndar. ¿Iremos a la tarde? O casi que mejor investigar lo de las cestas...>>
Pero no estábamos solos en la avenida. Primero fueron los pasos apresurados, luego un golpe y unas palabras. Y una voz.
-¡Erin!-exclamo al reconocer a la figura corriendo hacia las casas.
<<Pero qué hace aquí... ¿Y a dónde va, qué pretende?>>
-¡Erin, aléjate de las casas!-la llamo, corriendo hacia ella.
Y es entonces cuando veo a las criaturas que la persiguen. ¿Qué es eso? <<Parecen hienas pero... ¿parientes muy lejanos? la piel... Y el color... ¡Bichos, monstruos!>> Teniendo en cuenta que llevaba las armas tranquilamente enfundadas, lo primero a lo que recurro es al hechizo que más fresco tengo en mi memoria: el de impacto, dirigido hacia uno de ellos. Después me coloco entre estos y Erin, quien parece estar ilesa, y empiezo a desenvainar la cimitarra. Pero el movimiento de las criaturas me descubre el material de que están hechos: arena. <<Qué demonios...>>
-¡Echadme una mano! ¡Son de arena!-llamo a los otros.-¡Quizá haya más!-grito mientras espero la reacción de las criaturas, listo para saltar o esquivarlos como sea y seguir con magia luego.
Pero no estábamos solos en la avenida. Primero fueron los pasos apresurados, luego un golpe y unas palabras. Y una voz.
-¡Erin!-exclamo al reconocer a la figura corriendo hacia las casas.
<<Pero qué hace aquí... ¿Y a dónde va, qué pretende?>>
-¡Erin, aléjate de las casas!-la llamo, corriendo hacia ella.
Y es entonces cuando veo a las criaturas que la persiguen. ¿Qué es eso? <<Parecen hienas pero... ¿parientes muy lejanos? la piel... Y el color... ¡Bichos, monstruos!>> Teniendo en cuenta que llevaba las armas tranquilamente enfundadas, lo primero a lo que recurro es al hechizo que más fresco tengo en mi memoria: el de impacto, dirigido hacia uno de ellos. Después me coloco entre estos y Erin, quien parece estar ilesa, y empiezo a desenvainar la cimitarra. Pero el movimiento de las criaturas me descubre el material de que están hechos: arena. <<Qué demonios...>>
-¡Echadme una mano! ¡Son de arena!-llamo a los otros.-¡Quizá haya más!-grito mientras espero la reacción de las criaturas, listo para saltar o esquivarlos como sea y seguir con magia luego.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
21/04/13, 11:26 pm
La flecha de Erin impacta directamente contra las fauces de unos de los lobos, desfigurando sus contornos hechos de arena. Aunque le ralentiza no parece hacerle daño alguno, pero el impulso que lleva hace que la flecha se pierda en las profundidades de su cuerpo arenoso. Sin embargo a medida que el lobo corre y su interior se revuelve, la flecha acaba por ser expulsada al suelo junto con el montoncito de arena que ha arrastrado consigo.
El hechizo de impacto de Atol alcanza en un costado a otro, y queda patente que la arena que lo conforma no está demasiado compactada: inmediatamente se abre un boquete en su lomo separando a la criatura en dos. La mitad trasera aún corretea desorientada, mientras que la delantera aúlla de frustración completamente enfurecida, amagando dentelladas a todo aquello que tiene a su alcance. Los bordes de arena que han quedado en el suelo luchan por juntarse entre sí, pero la magia que animaba tal enlace ahora se halla separada en dos.
El segundo lobo aún corre hacia Erin y Atol.
El hechizo de impacto de Atol alcanza en un costado a otro, y queda patente que la arena que lo conforma no está demasiado compactada: inmediatamente se abre un boquete en su lomo separando a la criatura en dos. La mitad trasera aún corretea desorientada, mientras que la delantera aúlla de frustración completamente enfurecida, amagando dentelladas a todo aquello que tiene a su alcance. Los bordes de arena que han quedado en el suelo luchan por juntarse entre sí, pero la magia que animaba tal enlace ahora se halla separada en dos.
El segundo lobo aún corre hacia Erin y Atol.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
666
22/04/13, 12:48 am
Tap
La ciudad hoy tenía ganas de poner al grupo a prueba y Tap cada vez se arrepentía más de haberles acompañado. Era consciente de que no había sido totalmente inutil, pero depender de los gigantes y el hecho de que lo único que podía hacer fuera ruido o gastar veneno no calaba bien en el repoblador. Sentía que no le compensaba ni a él ni casi a ellos. Y el ir subido en sus cabezas se le hacía casi como estar aprisionado.
Cuando Erin y el par de lobos se dejaron ver entre los panales, Tap dio un respingo. <<¡Por todos los capullos de cristal!>>. No tuvo ni que poner en voz alta sus siguientes pensamientos. Atol salió disparado hacia la chica a tal velocidad que el repoblador se tuvo que aferrar al pelo para evitar darse la torta padre. Atol se interpuso entre Erin y los lobos y Tap saltó del libense antes de que entrara a la acción. Aterrizó cerca de Erin, por quien no tardó en trepar.
La cercanía de uno de los espejismos, que se presentaba para Tap como un enorme árbol de copa frondosa, le tentó por unos momentos. Era perfecto para ponerse a salvo y tenía fruta creciendo de sus ramas. En las superiores se podía vislumbrar un panal. Era tan bonito todo que hasta el repoblador podía reconocer lo irreal que era. <<Aquí no hay planta buena>>. En lugar de picar en la trampa, lo que hizo fue darle un buen tirón de pelo a la giganta.
-Si te dejas matar, me planto en tu tumba y grito hasta que el abono de tu cadáver se consuma amargado-esperaba estar siendo lo suficientemente claro-. Corre o utiliza uno de esos trucos tuyos. ¡Vamos, vamos, vamos!-la azuzó. Según había dicho Metálico, los animales eran de arena, pero a Tap le importaba tres pepinos de lo que estuvieran hechos, solo quería que volvieran al panal de una pieza.
Giz
Habían salido por fin del cuchitril para hacer una visita a la biblioteca y a los cuchitrileros, salvo por Toima, se les habían unido el vampiro y la náyade. Iban siguiendo la ruta de siempre, una bastante inocua para ellos, cuando Noel escuchó ruido entre las calles. Decidieron curiosear y siguieron a Noel, hasta que el ruido se hizo audible para el resto. La gola advirtió a Giz de que no solo el ruido se intensaba, sino también los niveles de magia. Sabía en qué barrio se estaba metiendo solo por oídas y sabía que para el resto era igual. Aún así les acabó advirtiendo.
-Edificios carnívoros-señaló alrededor y los miró con curiosidad. Parecían alborotados hasta el punto de que prácticamente todas las casas cercanas se activaban a la vez.
En conjunto, Giz podía ver la calle del cuchitril. No había desierto ni arena, ni Asrena ni nada por el estilo. Al fondo, muy vagamente podía ver su laboratorio, con algún animal revoloteando y la silueta vaga de su profesora rusa. Sin embargo, lo más importante, lo que parecía avanzar según el grupo se acercaba a la fuente del ruido, era el propio cuchitril, con Toima asomándose a la puerta. El goliat no se sorprendió, no podrían cazarle mostrando otra cosa que no fuera la casa que compartía con sus amigos.
Tras una corta caminata, llegaron por fin al lugar del que provenía el ruido. Esto sí que sorprendió a Giz. <<Otra vez...>> hoy los cosechados parecían reclamarle su atención a gritos. Se le habían colado en la niebla mágica para matar a su hiena y ahora les distraían del camino. Era el mismo grupo, de hecho, con el añadido de la niña lectora. Sobre su cabeza, el manojo verde se removió y soltó un par de chillidos señalando a Gael, lo que provocó que a Giz se le escapara media sonrisa.
Sin embargo, la situación de los cosechados no era precisamente graciosa. Un lobo entero y dos medios lobos les atacaban. Eran de arena y Giz enseguida intuyó a su dueño. La sonrisa se le fue de la cara y acabó torciendo un poco el gesto. Solo eran cosechados, si querían ver la luna tenían que aprender a defenderse, pero se les veía cansados y sabía de buena mano que habían derrochado magia un rato antes.
-Suerte-dijo dirigiéndose a ellos en un tono neutro, al tiempo que se frenaba en seco y se cruzaba de brazos para observarles.
La ciudad hoy tenía ganas de poner al grupo a prueba y Tap cada vez se arrepentía más de haberles acompañado. Era consciente de que no había sido totalmente inutil, pero depender de los gigantes y el hecho de que lo único que podía hacer fuera ruido o gastar veneno no calaba bien en el repoblador. Sentía que no le compensaba ni a él ni casi a ellos. Y el ir subido en sus cabezas se le hacía casi como estar aprisionado.
Cuando Erin y el par de lobos se dejaron ver entre los panales, Tap dio un respingo. <<¡Por todos los capullos de cristal!>>. No tuvo ni que poner en voz alta sus siguientes pensamientos. Atol salió disparado hacia la chica a tal velocidad que el repoblador se tuvo que aferrar al pelo para evitar darse la torta padre. Atol se interpuso entre Erin y los lobos y Tap saltó del libense antes de que entrara a la acción. Aterrizó cerca de Erin, por quien no tardó en trepar.
La cercanía de uno de los espejismos, que se presentaba para Tap como un enorme árbol de copa frondosa, le tentó por unos momentos. Era perfecto para ponerse a salvo y tenía fruta creciendo de sus ramas. En las superiores se podía vislumbrar un panal. Era tan bonito todo que hasta el repoblador podía reconocer lo irreal que era. <<Aquí no hay planta buena>>. En lugar de picar en la trampa, lo que hizo fue darle un buen tirón de pelo a la giganta.
-Si te dejas matar, me planto en tu tumba y grito hasta que el abono de tu cadáver se consuma amargado-esperaba estar siendo lo suficientemente claro-. Corre o utiliza uno de esos trucos tuyos. ¡Vamos, vamos, vamos!-la azuzó. Según había dicho Metálico, los animales eran de arena, pero a Tap le importaba tres pepinos de lo que estuvieran hechos, solo quería que volvieran al panal de una pieza.
Giz
Habían salido por fin del cuchitril para hacer una visita a la biblioteca y a los cuchitrileros, salvo por Toima, se les habían unido el vampiro y la náyade. Iban siguiendo la ruta de siempre, una bastante inocua para ellos, cuando Noel escuchó ruido entre las calles. Decidieron curiosear y siguieron a Noel, hasta que el ruido se hizo audible para el resto. La gola advirtió a Giz de que no solo el ruido se intensaba, sino también los niveles de magia. Sabía en qué barrio se estaba metiendo solo por oídas y sabía que para el resto era igual. Aún así les acabó advirtiendo.
-Edificios carnívoros-señaló alrededor y los miró con curiosidad. Parecían alborotados hasta el punto de que prácticamente todas las casas cercanas se activaban a la vez.
En conjunto, Giz podía ver la calle del cuchitril. No había desierto ni arena, ni Asrena ni nada por el estilo. Al fondo, muy vagamente podía ver su laboratorio, con algún animal revoloteando y la silueta vaga de su profesora rusa. Sin embargo, lo más importante, lo que parecía avanzar según el grupo se acercaba a la fuente del ruido, era el propio cuchitril, con Toima asomándose a la puerta. El goliat no se sorprendió, no podrían cazarle mostrando otra cosa que no fuera la casa que compartía con sus amigos.
Tras una corta caminata, llegaron por fin al lugar del que provenía el ruido. Esto sí que sorprendió a Giz. <<Otra vez...>> hoy los cosechados parecían reclamarle su atención a gritos. Se le habían colado en la niebla mágica para matar a su hiena y ahora les distraían del camino. Era el mismo grupo, de hecho, con el añadido de la niña lectora. Sobre su cabeza, el manojo verde se removió y soltó un par de chillidos señalando a Gael, lo que provocó que a Giz se le escapara media sonrisa.
Sin embargo, la situación de los cosechados no era precisamente graciosa. Un lobo entero y dos medios lobos les atacaban. Eran de arena y Giz enseguida intuyó a su dueño. La sonrisa se le fue de la cara y acabó torciendo un poco el gesto. Solo eran cosechados, si querían ver la luna tenían que aprender a defenderse, pero se les veía cansados y sabía de buena mano que habían derrochado magia un rato antes.
-Suerte-dijo dirigiéndose a ellos en un tono neutro, al tiempo que se frenaba en seco y se cruzaba de brazos para observarles.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
22/04/13, 01:49 am
Tras salir de la biblioteca, durante el camino de vuelta Noel advirtió a los demás de que se oía un estruendo poco habitual por aquella zona. Movidos por la curiosidad decidieron seguir el origen del sonido, que al principio se le antojó confuso pero según se acercaban pudo distinguir las voces, así como un rumor que le resultaba familiar... el sonido de arena en movimiento.
Cuando llegaron a la avenida, al principio no reconoció el lugar, pues nunca habìa estado allí, pero tras la sorpresa inicial de ver de pronto el cuchitril, el goliat puso en voz alta de que se trataba antes de que pudiera recordarlo. Dedicó un momento a observar las ilusiones con las que las casas cercanas intentaban tentarlo a que se acercara, aunque de una forma bastante confusa e ilógica si lo que pretendían era que se acercase. Vio a Toima charlando con Tania en la puerta del cuchitril, por la que poco después salió Yloh, quien llevaba la gata de Gael en brazos; Odin y Purr se asomaron por entre sus piernas, el gato mirándolo fijamente. Al lado del cuchitril también vio a Vac, quien le dedicó alegremente un: "hola, hermanito"; y no muy lejos a Wen, quien lo miraba fijamente con los brazos cruzados y una sonrisa pícara en los labios. No había rastro, sin embargo, de nada relacionado con su vida terrestre. Noel no estaba seguro de si las ilusiones eran divertidas o simplemente irritantes, pero tampoco tuvo mucho tiempo para seguir contemplándolas. Sabiendo de su naturaleza, apartó la mirada de las falsas imágenes de sus amigos y se centró en la realidad.
Allí estaban los mismos cosechados a los que habían estado observando desde la niebla mágica, además de la chica con gafas que habían visto leyendo el día que los espiaron en Letargo. Y a pesar de todo, lo que más le llamó la atención fueron los seres a los que se estaban enfrentando. No le sorprendió ver a los lobos de arena, había oído el rumor del movimiento de los granos que conformaban sus cuerpos mucho antes, pero al verlos en movimiento los relacionó con Terro inmediatamente. Llegaron justo a tiempo para ver como el libense utilizaba un hechizo de impacto con bastante acierto.
-Esas cosas... ¿las habrá hecho Matt? -preguntó al resto según se acercaban, al menos no conocía a ningún otro brujo de la arena-. Giz, será mejor que él y tú ajusteis cuentas con estos cosechados: no paran de destrozar vuestras creaciones -añadió con una risilla divertida, que se incrementó cuando el repoblador, al que había pasado por alto hasta ese momento, comenzó a chillar aterrado señalando a Gael.
El grupo se mantuvo a una distancia prudencial, todos sabían que no podían ayudarles... o eso esperaba el draco mientras miraba de reojo a Nia.
-Sí, buena suerte -coreó a Giz-. Pero si os hacéis daño no os olvidéis de gritar un poco -añadió con una sonrisa maliciosa.
Cuando llegaron a la avenida, al principio no reconoció el lugar, pues nunca habìa estado allí, pero tras la sorpresa inicial de ver de pronto el cuchitril, el goliat puso en voz alta de que se trataba antes de que pudiera recordarlo. Dedicó un momento a observar las ilusiones con las que las casas cercanas intentaban tentarlo a que se acercara, aunque de una forma bastante confusa e ilógica si lo que pretendían era que se acercase. Vio a Toima charlando con Tania en la puerta del cuchitril, por la que poco después salió Yloh, quien llevaba la gata de Gael en brazos; Odin y Purr se asomaron por entre sus piernas, el gato mirándolo fijamente. Al lado del cuchitril también vio a Vac, quien le dedicó alegremente un: "hola, hermanito"; y no muy lejos a Wen, quien lo miraba fijamente con los brazos cruzados y una sonrisa pícara en los labios. No había rastro, sin embargo, de nada relacionado con su vida terrestre. Noel no estaba seguro de si las ilusiones eran divertidas o simplemente irritantes, pero tampoco tuvo mucho tiempo para seguir contemplándolas. Sabiendo de su naturaleza, apartó la mirada de las falsas imágenes de sus amigos y se centró en la realidad.
Allí estaban los mismos cosechados a los que habían estado observando desde la niebla mágica, además de la chica con gafas que habían visto leyendo el día que los espiaron en Letargo. Y a pesar de todo, lo que más le llamó la atención fueron los seres a los que se estaban enfrentando. No le sorprendió ver a los lobos de arena, había oído el rumor del movimiento de los granos que conformaban sus cuerpos mucho antes, pero al verlos en movimiento los relacionó con Terro inmediatamente. Llegaron justo a tiempo para ver como el libense utilizaba un hechizo de impacto con bastante acierto.
-Esas cosas... ¿las habrá hecho Matt? -preguntó al resto según se acercaban, al menos no conocía a ningún otro brujo de la arena-. Giz, será mejor que él y tú ajusteis cuentas con estos cosechados: no paran de destrozar vuestras creaciones -añadió con una risilla divertida, que se incrementó cuando el repoblador, al que había pasado por alto hasta ese momento, comenzó a chillar aterrado señalando a Gael.
El grupo se mantuvo a una distancia prudencial, todos sabían que no podían ayudarles... o eso esperaba el draco mientras miraba de reojo a Nia.
-Sí, buena suerte -coreó a Giz-. Pero si os hacéis daño no os olvidéis de gritar un poco -añadió con una sonrisa maliciosa.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
22/04/13, 04:53 pm
Al final habían logrado escapar del anfiteatro vivos y enteros. Además, para mi propia sorpresa había salido ileso del encuentro, no tenía ni una sola herida.
Mentalmente la situación ya era distinta. Aunque ahora estaba más calmado no podía evitar acordarme de lo que había pasado al final. Había perdido el control, igual que la otra vez, y la última vez alguien salió muerto por mi culpa. También me habían asaltado recuerdos del sueño, sobre todo al mirar los hueso de la cicatriz mientras cruzábamos. Me reocrdaba al mar de cadáveres con el que había soñado. Por suerte estos pensamientos ya habían desaparecido prácticamente cuando llegamos a la avenida. No encontramos ni rastro de las cestas, pero si que encontramos otra cosa, a Erin.
“¿Cuando ha salido?” Rápidamente até cabos. Mientras estaba paralizado alguien se había marchado del torreón. Tenía que ser ella.
“¿Tap la dejó salir sola? Ya hablaré con el luego”
La chica huía de lo que parecían ser dos lobos hechos de arena, pero lo peor era que corría directa hacia una de las casas.
Atol salió corriendo hacia ellos, poniéndose entre Erin y los lobos. Casi al mismo tiempo escuché a Stefan pidiéndome mi espada. Dudé por un momento, peor al final se la acabe dando. Yo todavía tenía el arco, y lo manejaba mejor que la espada, aunque no creía que fuera a ser muy útil en esta situación.
-Toma, y esta no la pierdas-
Eché a correr hacia Erin mientras veía como Atol lidiaba con los lobos. Cuando los alcancé pasé de largo y agarré a Erin casi a la vez que Tap terminaba su discurso.
-¡Ni se te ocurra entrar a lo que sea que te esté mostrando!-
Habría seguido hablando, pero unas voces que no pertenecían a ninguno de los otros me llamaron la atención.
Cuando descubrí su origen me quedé de piedra. Podía ver seis figuras, que parecían humanas, al menos en parte. Dos de ellas tenían alas, de pájaro y de murciélago respectivamente. Luego había otra que estaba en llamas, lo que confirmé finalmente con el chillido de Tap. La siguiente figura parecía un reptil humanoide de algún tipo, con una gola que brotaba de su cuello. Las otras dos figuras no las distinguía muy bien pero una de ellas flotaba, la otra parecía un humano normal y corriente, pero visto el grupo que formaban cualquiera sabe.
Tanto el que parecía un lagarto gigante como el medio pájaro nos hablaron. No es que me hiciera mucha gracia lo que decían, pero parecía que se mantendrían al margen, así que los ignoré y volví mi atención a nuestro problema original.
Atol había conseguido partir en dos a uno de los lobos, y ahora lidiaba con el segundo. Me volví hacia Erin.
-Sabes ese hechizo? ¿El que Atol acaba de usar? Si lo sabes úsalo sobre el otro lobo. ¡Rapido!-
Mientras hablaba comencé a disparar flechas sobre el, buscando realentizarlo o desfigurarle la boca.
Mentalmente la situación ya era distinta. Aunque ahora estaba más calmado no podía evitar acordarme de lo que había pasado al final. Había perdido el control, igual que la otra vez, y la última vez alguien salió muerto por mi culpa. También me habían asaltado recuerdos del sueño, sobre todo al mirar los hueso de la cicatriz mientras cruzábamos. Me reocrdaba al mar de cadáveres con el que había soñado. Por suerte estos pensamientos ya habían desaparecido prácticamente cuando llegamos a la avenida. No encontramos ni rastro de las cestas, pero si que encontramos otra cosa, a Erin.
“¿Cuando ha salido?” Rápidamente até cabos. Mientras estaba paralizado alguien se había marchado del torreón. Tenía que ser ella.
“¿Tap la dejó salir sola? Ya hablaré con el luego”
La chica huía de lo que parecían ser dos lobos hechos de arena, pero lo peor era que corría directa hacia una de las casas.
Atol salió corriendo hacia ellos, poniéndose entre Erin y los lobos. Casi al mismo tiempo escuché a Stefan pidiéndome mi espada. Dudé por un momento, peor al final se la acabe dando. Yo todavía tenía el arco, y lo manejaba mejor que la espada, aunque no creía que fuera a ser muy útil en esta situación.
-Toma, y esta no la pierdas-
Eché a correr hacia Erin mientras veía como Atol lidiaba con los lobos. Cuando los alcancé pasé de largo y agarré a Erin casi a la vez que Tap terminaba su discurso.
-¡Ni se te ocurra entrar a lo que sea que te esté mostrando!-
Habría seguido hablando, pero unas voces que no pertenecían a ninguno de los otros me llamaron la atención.
Cuando descubrí su origen me quedé de piedra. Podía ver seis figuras, que parecían humanas, al menos en parte. Dos de ellas tenían alas, de pájaro y de murciélago respectivamente. Luego había otra que estaba en llamas, lo que confirmé finalmente con el chillido de Tap. La siguiente figura parecía un reptil humanoide de algún tipo, con una gola que brotaba de su cuello. Las otras dos figuras no las distinguía muy bien pero una de ellas flotaba, la otra parecía un humano normal y corriente, pero visto el grupo que formaban cualquiera sabe.
Tanto el que parecía un lagarto gigante como el medio pájaro nos hablaron. No es que me hiciera mucha gracia lo que decían, pero parecía que se mantendrían al margen, así que los ignoré y volví mi atención a nuestro problema original.
Atol había conseguido partir en dos a uno de los lobos, y ahora lidiaba con el segundo. Me volví hacia Erin.
-Sabes ese hechizo? ¿El que Atol acaba de usar? Si lo sabes úsalo sobre el otro lobo. ¡Rapido!-
Mientras hablaba comencé a disparar flechas sobre el, buscando realentizarlo o desfigurarle la boca.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
22/04/13, 05:47 pm
La canadiense miró como la flecha que había disparado dio de lleno en el hocico de uno de los lobos. Sin embargo, eso no detuvo al animal y la chica siguió corriendo en dirección a la casa que tenía más cerca hasta que alguien gritó su nombre. Reconocía aquella voz y se giró al oírla para ver a Atol y los demás corriendo en su dirección. El líbense le pidió que se alejase de la casa, pero Erin no podía. Por un momento se olvidó de que solo era una ilusión y creyó firmemente de que aquel lugar era un lugar seguro.
Estaba tan absorta caminando hacia la casa que apenas sintió como Tap subía sobre ella. Las palabras del repoblador, sin embargo, le hicieron percatarse de que los lobos seguían allí, uno de ellos partido por la mitad. –No me pienso dejar morir, tengo que acabar mi aventura primero. Pero es un lugar seguro, Tap –apenas acabó de hablar, Pablo tiró de ella alejándola de la casa y la canadiense trató de librarse de él sin resultado. –No lo entiendes, es un lugar seguro, ¡un lugar seguro! –le gritó, pero antes de que se diese cuenta la casa había recobrado su aspecto original y Erin estaba a una distancia prudencial de ella.
El grito de Tap le hizo girarse para ver el heterogéneo grupo de personajes que les observaban. Había una chica de piel negra con lo que parecían cristales incrustados en ella, que tenía unas alas de murciélago de color rojo que llamaron la atención de la canadiense casi tanto como el otro chico de alas negras con plumas o la niña vestida de rosa que flotaba. << ¿De dónde han salido estos? >>, pensó, algo sorprendida, aunque para bien. El chico rodeado de fuego azul había sido el causante del grito de Tap, por lo que Erin le miró mal desde su posición << Ya te vale, venir para hacer que Tap grite y haya más ruido >>. Después, un lagarto con una gola les deseó suerte, al igual que el chico de las alas negras. -¡Dejad de desearnos suerte y bajad a ayudar, malditos! Y tú, el de las alas, si quieres gritos te invito a venir a Letargo cuando quieras, allí hay gritos de sobra. Pero no pidas que chillen ahora, que son capaces de hacerlo –les dijo, lo más alto que pudo, pero sin llegar a gritar. De momento, el chico de figura totalmente humana no le había parecido nada a destacar a Erin.
Pablo le pidió entonces que realizase el hechizo que había hecho Atol sobre el lobo que quedaba entero y la canadiense suspiró. << ¿Qué hechizo era? ¿El de impulso u otro? >>, dudó unos segundos antes de decantarse por el que creía que era. Pronunció lo más rápido que pudo las palabras, coordinándolas con los gestos de la mejor forma que supo y lanzó el hechizo contra el otro lobo, esperando que se partiese a la mitad como el otro. De cuando en cuando, echaba una mirada a aquellos extraños, en especial a la niña que flotaba << Tengo que preguntarle cómo lo hace… Yo también quiero volar >>
Estaba tan absorta caminando hacia la casa que apenas sintió como Tap subía sobre ella. Las palabras del repoblador, sin embargo, le hicieron percatarse de que los lobos seguían allí, uno de ellos partido por la mitad. –No me pienso dejar morir, tengo que acabar mi aventura primero. Pero es un lugar seguro, Tap –apenas acabó de hablar, Pablo tiró de ella alejándola de la casa y la canadiense trató de librarse de él sin resultado. –No lo entiendes, es un lugar seguro, ¡un lugar seguro! –le gritó, pero antes de que se diese cuenta la casa había recobrado su aspecto original y Erin estaba a una distancia prudencial de ella.
El grito de Tap le hizo girarse para ver el heterogéneo grupo de personajes que les observaban. Había una chica de piel negra con lo que parecían cristales incrustados en ella, que tenía unas alas de murciélago de color rojo que llamaron la atención de la canadiense casi tanto como el otro chico de alas negras con plumas o la niña vestida de rosa que flotaba. << ¿De dónde han salido estos? >>, pensó, algo sorprendida, aunque para bien. El chico rodeado de fuego azul había sido el causante del grito de Tap, por lo que Erin le miró mal desde su posición << Ya te vale, venir para hacer que Tap grite y haya más ruido >>. Después, un lagarto con una gola les deseó suerte, al igual que el chico de las alas negras. -¡Dejad de desearnos suerte y bajad a ayudar, malditos! Y tú, el de las alas, si quieres gritos te invito a venir a Letargo cuando quieras, allí hay gritos de sobra. Pero no pidas que chillen ahora, que son capaces de hacerlo –les dijo, lo más alto que pudo, pero sin llegar a gritar. De momento, el chico de figura totalmente humana no le había parecido nada a destacar a Erin.
Pablo le pidió entonces que realizase el hechizo que había hecho Atol sobre el lobo que quedaba entero y la canadiense suspiró. << ¿Qué hechizo era? ¿El de impulso u otro? >>, dudó unos segundos antes de decantarse por el que creía que era. Pronunció lo más rápido que pudo las palabras, coordinándolas con los gestos de la mejor forma que supo y lanzó el hechizo contra el otro lobo, esperando que se partiese a la mitad como el otro. De cuando en cuando, echaba una mirada a aquellos extraños, en especial a la niña que flotaba << Tengo que preguntarle cómo lo hace… Yo también quiero volar >>
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
22/04/13, 06:31 pm
Los lobos no eran criaturas con una inteligencia que les permitiera discernir qué objetivos estaban por encima de sus posibilidades y cuáles no. Al percibir nuevos objetivos al otro lado de la calle su atención se dividió. El primer lobo, aún tratando desesperadamente de juntar sus dos partes, trasladó su renqueo hacia donde se encontraban los cuchitrileros. Completamente desquiciado, continuó lanzando dentelladas.
Las flechas de Pablo alcanzaron al segundo lobo, el cual se detuvo lo suficiente para discernir de dónde provenían aquellos molestos proyectiles. Fijó la vista en el punto donde se apiñaban la mayoría de los letarguinos y emitió de nuevo aquel fantasmal gruñido cavernoso.
Tiempo suficiente para que el hechizo de Erin alcanzara su objetivo. No estaba dotado de la misma potencia que el de Atol, pero aún así logró disgregar buena parte del montón informe que conformaba su clavícula. Quedó momentáneamente abierto un boquete en su pecho que dejaba apenas unos centímetros de grosor arenoso intactos.
Las flechas de Pablo alcanzaron al segundo lobo, el cual se detuvo lo suficiente para discernir de dónde provenían aquellos molestos proyectiles. Fijó la vista en el punto donde se apiñaban la mayoría de los letarguinos y emitió de nuevo aquel fantasmal gruñido cavernoso.
Tiempo suficiente para que el hechizo de Erin alcanzara su objetivo. No estaba dotado de la misma potencia que el de Atol, pero aún así logró disgregar buena parte del montón informe que conformaba su clavícula. Quedó momentáneamente abierto un boquete en su pecho que dejaba apenas unos centímetros de grosor arenoso intactos.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
22/04/13, 07:53 pm
Jack
Después de la Biblioteca fuimos a explorar la Avenida de las Casas Carnívoras en la cual no recordaba haber estado durante mi cosecha y tampoco después, pero sí tenía conocimiento teórico de ella.
<<Edificios carnívoros... Esta ciudad siempre nos sorprenderá>> pienso al caminar por la calle, lejos de las casas. Y de las ilusiones del Burdel con Erika, Cain y Norou en la puerta, en alguna incluso Vac, Elliot y el rubiales en un balcón, juntos. <<¡Ja! Ojalá, casita. Pero no funcionará>> Dicha imagen cambió entonces a un viñedo en un llano entre montañas, con varmanos y nublinos trabajando. Otra muestra la bodega, acabada y rebosante de barriles de vino y sangre, importados de Mundos Vinculados. <<Pero si aún no la he construido... ¡Anda, currároslo!>>
Según íbamos avanzando, Noel mencionó que oía unas voces y esto se confirmó al poco: cosechados. Y por lo visto eran los mismos que horas antes estuvieron viendo desde el Cuchitril. Nos detenemos a cierta distancia. Pueden vernos y oírnos. Nuevamente estaban siendo atacados, pero esta vez por...
-¿En serio? ¿No hizo Matt unos lobos?-inquiero en voz alta, riéndome después. <<Siguen vivos... Y ese a medias...>>-Mira que llegar desde el Desierto hasta aquí para dejarse matar por un grupito de cosechados...-sigo diciendo en voz alta.
<<Sólo espero que Yrio no reaccione como Alder...>> pienso divertido mientras me cruzo de brazos para contemplar la escena. Lo que no esperaba es que el lobo a medias se nos acercase lanzando dentelladas. Mientras miro a la criatura, recuerdo la pelea con la quimera delante de un grupo de Maciel y sonrío. Me adelanto un par de pasos mientras formulo un par de hechizos de dislocación, desmembrando a ambas partes del lobo extremidad por extremidad, cola y cabeza, para luego esparcir la arena sin forma por la calle. No detengo mis pasos y me acerco al grupo pero dejando una distancia de seguridad, para decirles tranquilamente:
-Son las leyes. No podemos ayudaros ni interferir en vuestra criba. Tenéis que apañaros solitos. Suerte. De verdad.-finalizo con media sonrisa, sincero pero realista, haciendo un gesto de despedida con la mano para disolverme en humo y volver con los demás.
Atol
El hechizo funciona como esperaba tras descubrir su composición: la criatura quedó partida en dos. Pero aún así seguía viva, sin rastro alguno de órganos ni sangre... <<Venga ya... ¿Cómo matamos a algo que no debería estar vivo?>> pienso, mosqueado y cansado. Desenvaino entonces la otra cimitarra para dar tiempo a los otros a que preparen sus hechizos mientras intento bloquear el avance de las criaturas. <<No les haré nada, pero tampoco nos rozarán>>
Al poco empiezo a escuchar unas voces desconocidas y unas figuras aparecen en la avenida, hablando y mirándonos. <<Sólo hay una figura humana en el grupo... Los demás... ¿Qué son? ¿Más criaturas con hambre?Más por hoy no, por favor... Aunque contra esos sí servirían las armas, al menos...>> Desconfiado, alterno la mirada entre ellos y la criatura que aún queda entera. Uno con apariencia de lagarto y gola en el cuello nos desea suerte.
-¡No os acerquéis! No sé quiénes sois pero dejadnos en paz... -pero hago mutis al fijarme mejor en el grupo.
<<¿Una mujer alada?>> pienso sin quitarle ojo de encima, reverencial. <<Y una niña... Aparentemente, al menos, porque esas extremidades no son humanas...>> De pronto el único humano destroza a la criatura inmortal y nos habla de una ley. Y como vino, fugaz, desaparece en humo. <<Esto ya es demasiado...>> pienso, confuso. Al humano le habría dicho algo de estar en otra situación. <<Suerte... Qué se habrá creído... Aunque la facilidad con que hizo los hechizos... ¿De qué va esto? ¿Quiénes son y qué quieren?>>
-Por los Grandes Felinos... ¿Qué sois?-inquiero, cabreado, cansado y, sobre todo, muy confuso.
Después de la Biblioteca fuimos a explorar la Avenida de las Casas Carnívoras en la cual no recordaba haber estado durante mi cosecha y tampoco después, pero sí tenía conocimiento teórico de ella.
<<Edificios carnívoros... Esta ciudad siempre nos sorprenderá>> pienso al caminar por la calle, lejos de las casas. Y de las ilusiones del Burdel con Erika, Cain y Norou en la puerta, en alguna incluso Vac, Elliot y el rubiales en un balcón, juntos. <<¡Ja! Ojalá, casita. Pero no funcionará>> Dicha imagen cambió entonces a un viñedo en un llano entre montañas, con varmanos y nublinos trabajando. Otra muestra la bodega, acabada y rebosante de barriles de vino y sangre, importados de Mundos Vinculados. <<Pero si aún no la he construido... ¡Anda, currároslo!>>
Según íbamos avanzando, Noel mencionó que oía unas voces y esto se confirmó al poco: cosechados. Y por lo visto eran los mismos que horas antes estuvieron viendo desde el Cuchitril. Nos detenemos a cierta distancia. Pueden vernos y oírnos. Nuevamente estaban siendo atacados, pero esta vez por...
-¿En serio? ¿No hizo Matt unos lobos?-inquiero en voz alta, riéndome después. <<Siguen vivos... Y ese a medias...>>-Mira que llegar desde el Desierto hasta aquí para dejarse matar por un grupito de cosechados...-sigo diciendo en voz alta.
<<Sólo espero que Yrio no reaccione como Alder...>> pienso divertido mientras me cruzo de brazos para contemplar la escena. Lo que no esperaba es que el lobo a medias se nos acercase lanzando dentelladas. Mientras miro a la criatura, recuerdo la pelea con la quimera delante de un grupo de Maciel y sonrío. Me adelanto un par de pasos mientras formulo un par de hechizos de dislocación, desmembrando a ambas partes del lobo extremidad por extremidad, cola y cabeza, para luego esparcir la arena sin forma por la calle. No detengo mis pasos y me acerco al grupo pero dejando una distancia de seguridad, para decirles tranquilamente:
-Son las leyes. No podemos ayudaros ni interferir en vuestra criba. Tenéis que apañaros solitos. Suerte. De verdad.-finalizo con media sonrisa, sincero pero realista, haciendo un gesto de despedida con la mano para disolverme en humo y volver con los demás.
Atol
El hechizo funciona como esperaba tras descubrir su composición: la criatura quedó partida en dos. Pero aún así seguía viva, sin rastro alguno de órganos ni sangre... <<Venga ya... ¿Cómo matamos a algo que no debería estar vivo?>> pienso, mosqueado y cansado. Desenvaino entonces la otra cimitarra para dar tiempo a los otros a que preparen sus hechizos mientras intento bloquear el avance de las criaturas. <<No les haré nada, pero tampoco nos rozarán>>
Al poco empiezo a escuchar unas voces desconocidas y unas figuras aparecen en la avenida, hablando y mirándonos. <<Sólo hay una figura humana en el grupo... Los demás... ¿Qué son? ¿Más criaturas con hambre?Más por hoy no, por favor... Aunque contra esos sí servirían las armas, al menos...>> Desconfiado, alterno la mirada entre ellos y la criatura que aún queda entera. Uno con apariencia de lagarto y gola en el cuello nos desea suerte.
-¡No os acerquéis! No sé quiénes sois pero dejadnos en paz... -pero hago mutis al fijarme mejor en el grupo.
<<¿Una mujer alada?>> pienso sin quitarle ojo de encima, reverencial. <<Y una niña... Aparentemente, al menos, porque esas extremidades no son humanas...>> De pronto el único humano destroza a la criatura inmortal y nos habla de una ley. Y como vino, fugaz, desaparece en humo. <<Esto ya es demasiado...>> pienso, confuso. Al humano le habría dicho algo de estar en otra situación. <<Suerte... Qué se habrá creído... Aunque la facilidad con que hizo los hechizos... ¿De qué va esto? ¿Quiénes son y qué quieren?>>
-Por los Grandes Felinos... ¿Qué sois?-inquiero, cabreado, cansado y, sobre todo, muy confuso.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
22/04/13, 08:23 pm
Llegamos a la avenida y lo primero que veo es a Erin escapando de lo que parecían dos lobos, aunque no estuvieran compuestos por carne. Cuando Atol dice que son de arena apenas puedo dar crédito, <<¿Que clase de magia es esta?>>.
Pablo me da su espada y me dice que no la pierda, <<Como si hubiese perdido la otra a propósito >> pensé malhumorado. Atol sale disparado para proteger a Erin pero en ese momento veo como Erin va hacia una de las casas, sin poder evitarlo rememore lo que había pasado conmigo y medio grite:
-Pablo detenla, yo me ocupo del otro.
Y acto seguido me dirigí contra el lobo que aun estaba intacto aunque aun me quedaba para llegar a el, antes de llegar a el un hechizo le dio en el cuello, separando casi su cabeza del resto del cuerpo. <<La espada quizás no sirva de mucho, pero si le doy con el escudo.... Pongámoslo en practica>>.
Aprovechando el impulso de mi carrera sumado a mi peso golpee con toda la fuerza posible la cabeza de aquel ser.
Al final me volví para ver como los restos del otro lobo estallaban en arena y como un ser humano como yo se volvia humo y se iba.
-Que.... que clase de prodigio ha sido ese.- dije con una sorpresa claramente impresa en mi voz.
Me fijé entonces en el grupo que había mas allá, había dos personas con alas, una especie de lagarto, una mujer flotante, un chico envuelto en llamas y el anterior humano había vuelto a formarse cerca de aquel grupo tan insólito. No cabía en mi de asombro, no sabia quienes pero desde luego llamaban mucho la atención.
-Este..... No es por ser alarmista, pero vuestro amigo esta envuelto en fuego.- dije señalando a aquel chico llameante,- Es un fuego muy extraño pero, ¿no seria mejor apagarlo antes de que se queme?,- aunque desde luego aquel chico no tenia pinta de estar quemandose ni mucho menos.
Pablo me da su espada y me dice que no la pierda, <<Como si hubiese perdido la otra a propósito >> pensé malhumorado. Atol sale disparado para proteger a Erin pero en ese momento veo como Erin va hacia una de las casas, sin poder evitarlo rememore lo que había pasado conmigo y medio grite:
-Pablo detenla, yo me ocupo del otro.
Y acto seguido me dirigí contra el lobo que aun estaba intacto aunque aun me quedaba para llegar a el, antes de llegar a el un hechizo le dio en el cuello, separando casi su cabeza del resto del cuerpo. <<La espada quizás no sirva de mucho, pero si le doy con el escudo.... Pongámoslo en practica>>.
Aprovechando el impulso de mi carrera sumado a mi peso golpee con toda la fuerza posible la cabeza de aquel ser.
Al final me volví para ver como los restos del otro lobo estallaban en arena y como un ser humano como yo se volvia humo y se iba.
-Que.... que clase de prodigio ha sido ese.- dije con una sorpresa claramente impresa en mi voz.
Me fijé entonces en el grupo que había mas allá, había dos personas con alas, una especie de lagarto, una mujer flotante, un chico envuelto en llamas y el anterior humano había vuelto a formarse cerca de aquel grupo tan insólito. No cabía en mi de asombro, no sabia quienes pero desde luego llamaban mucho la atención.
-Este..... No es por ser alarmista, pero vuestro amigo esta envuelto en fuego.- dije señalando a aquel chico llameante,- Es un fuego muy extraño pero, ¿no seria mejor apagarlo antes de que se queme?,- aunque desde luego aquel chico no tenia pinta de estar quemandose ni mucho menos.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
22/04/13, 11:27 pm
Nia
Nia volvia con una sonrisa mientras cargaba con otro par de libros nuevos de la biblioteca. Entre ellos, se podia leer encabezados que sonaban a cultura culinaria y otros que trataban de la Tierra. Las casas le ofrecieron una vista confusa. Con tantas personas concentradas, podia apreciar lo que era una mezcla de cuchitril con la que habia sido su última casa en ulterania. Algunos cuchitrileros y miembros de su familia se asomaban y saludaban, invitandola a acercarse. Nia llevó la mirada al suelo y no se dejó engañar por la estupida y deficiente ilusión con la que intentaban engatusarla.
Silbaba algo más alegremente al torcer la calle cuando, Noel les llamó la atención con respecto a unos gritos que podian oirse. Nia tardó en percatarse de estos, pero noto que estaban bastante cerca. Siguio al grupo de cuchitrileros para comprobar, con gran asombro de quien se trataba. Los cosechados parecian estar enfrentandose a lobos arenosos que Nia no tardó en adivinar quien habia sido su creador. Suspirando mentalmente ante un despreocupado Matt, Nia se fijó en como algunos traian heridas recien hechas y otros las cargaban de hace tiempo. Su mirada tornó su curiosidad en pena, mientras se compadecia de las desdichas de los cosechados. La mirada de Noel se posó en ella y se vio forzada a aclarar su no intención de ayudarles tambien. No era tan estupida como para hacer aquella locura.
Uno de los seres se lanzó contra ellos y Jack lo despachó sin mucha dificultad. Mientras que Giz y Noel les desearon suerte a los demás cosechados, el vampiro les explicó sobre la ley de la ciudad. La reacción de algunos ante el grupo de transformados era bastante variopinta. Nia se apresuró a adelantarse, dirigiendose a el grupo que habia delante de ella. Su tono de superioridad, era de las pocas cosas que no podia oirse a menudo en ella.
-¡Qué suerte tienen algunos privilegiados! Tan solo obligados a lidiar con las alimañas de la ciudad y solicitan ayuda al primer grupo de monstruos que ven aparecer.-se aferró fuertemente a los libros que llevaba, mientras su voz moria.-Vendiendo vuestras confianzas asi de facilmente no os asegurara una vida larga en rocavarancolia...-se giró finalmente y volvio a su grupo con la mirada bien alta, como de orgullo mezclado de indignación. Casi acto seguido, un cosechado, algo despistado a ojos de Nia, fue y sin descaro alguno preguntó sobre si no les preocupaba que Gael estuviera en llamas. Salio en defensa del fuego fatuo, más por el descaro de preguntarle algo así a la cara que por falta de que el chico supiera defenderse a si mismo.
-Lleva ardiendo un buen rato. No pasa nada porque arda un poco más.-respondio, antes de girarse a Gael, dandole la espalda a los cosechados y riendose. Al poco rato, viendo que estaba rompiendo el personaje cruel que habia hilado delante de los cosechados, se giro de nuevo a los cosechados y esbozar su mejor cara de indiferencia neutra.
Nia volvia con una sonrisa mientras cargaba con otro par de libros nuevos de la biblioteca. Entre ellos, se podia leer encabezados que sonaban a cultura culinaria y otros que trataban de la Tierra. Las casas le ofrecieron una vista confusa. Con tantas personas concentradas, podia apreciar lo que era una mezcla de cuchitril con la que habia sido su última casa en ulterania. Algunos cuchitrileros y miembros de su familia se asomaban y saludaban, invitandola a acercarse. Nia llevó la mirada al suelo y no se dejó engañar por la estupida y deficiente ilusión con la que intentaban engatusarla.
Silbaba algo más alegremente al torcer la calle cuando, Noel les llamó la atención con respecto a unos gritos que podian oirse. Nia tardó en percatarse de estos, pero noto que estaban bastante cerca. Siguio al grupo de cuchitrileros para comprobar, con gran asombro de quien se trataba. Los cosechados parecian estar enfrentandose a lobos arenosos que Nia no tardó en adivinar quien habia sido su creador. Suspirando mentalmente ante un despreocupado Matt, Nia se fijó en como algunos traian heridas recien hechas y otros las cargaban de hace tiempo. Su mirada tornó su curiosidad en pena, mientras se compadecia de las desdichas de los cosechados. La mirada de Noel se posó en ella y se vio forzada a aclarar su no intención de ayudarles tambien. No era tan estupida como para hacer aquella locura.
Uno de los seres se lanzó contra ellos y Jack lo despachó sin mucha dificultad. Mientras que Giz y Noel les desearon suerte a los demás cosechados, el vampiro les explicó sobre la ley de la ciudad. La reacción de algunos ante el grupo de transformados era bastante variopinta. Nia se apresuró a adelantarse, dirigiendose a el grupo que habia delante de ella. Su tono de superioridad, era de las pocas cosas que no podia oirse a menudo en ella.
-¡Qué suerte tienen algunos privilegiados! Tan solo obligados a lidiar con las alimañas de la ciudad y solicitan ayuda al primer grupo de monstruos que ven aparecer.-se aferró fuertemente a los libros que llevaba, mientras su voz moria.-Vendiendo vuestras confianzas asi de facilmente no os asegurara una vida larga en rocavarancolia...-se giró finalmente y volvio a su grupo con la mirada bien alta, como de orgullo mezclado de indignación. Casi acto seguido, un cosechado, algo despistado a ojos de Nia, fue y sin descaro alguno preguntó sobre si no les preocupaba que Gael estuviera en llamas. Salio en defensa del fuego fatuo, más por el descaro de preguntarle algo así a la cara que por falta de que el chico supiera defenderse a si mismo.
-Lleva ardiendo un buen rato. No pasa nada porque arda un poco más.-respondio, antes de girarse a Gael, dandole la espalda a los cosechados y riendose. Al poco rato, viendo que estaba rompiendo el personaje cruel que habia hilado delante de los cosechados, se giro de nuevo a los cosechados y esbozar su mejor cara de indiferencia neutra.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
23/04/13, 01:52 am
De vuelta de la biblioteca Gael ya no recordaba apenas nada sobre la pelea que habían visto desde lejos en el cuchitril. Lo único que ocupaba su cabeza era el libro que había cambiado en la biblioteca, y por eso no escuchó, o mejor dicho no dio importancia, a los ruidos que hicieron que los demás quisieran acercarse a curiosear a una calle cercana. Precisamente aquella calle era de la que había oído hablar pero nunca había encontrado, lo supo nada más poner un pie en ella. Tenía demasiado arraigada la costumbre de transitar las calles que mejor había conocido, y por eso todavía no había podido encontrarse con las casas que mostraban lugares para atraer a las personas como a moscas.
Vio estampas muy diferentes en las casas más cercanas. El cuchitril, el torreón Letargo, incluso vio el burdel. Desde aquellos lugares le llamaban, Toima, Tania, Yloh, Vac, Elliot, Aeris, Jau… Pero no les estaba prestando la menor atención. Una casa mostraba su viejo bloque de pisos. Desde una ventana superior una voz femenina le llamaba, pero le daba reparo mirar. Cerca de allí, en una imitación de la casa de sus abuelos, su hermano jugaba con el perro pastor de estos.
-¿Vienes o qué, enano?
Se había quedado tan embobado que había olvidado lo que les rodeaba por un momento. La naturalidad de aquellas visiones era incluso insultante. De sobra sabía que su hermano no podía tener el mismo aspecto que hacía tres años.
Más adelante el grupo que había estado en el anfiteatro se enfrentaba a dos lobos de arena, uno de ellos ya partido en dos. Los demás comentaban sobre su procedencia, y para él también estaba clara. «Los animales de Giz repueblan la ciudad, pero esto es casi cruel, Matt» pensó alzando una ceja. Los chicos no lo estaban haciendo nada mal, de hecho creía que saldrían vencedores sin ninguna baja, aunque se notaba que todavía estaban perjudicados a causa de la pelea anterior. Se cruzó de brazos y los observó con curiosidad. «La verdad es que no parecen en nada a mí por aquel entonces. Hay que ver como son las cosas…». Silenciosamente se unió al deseo de los demás, aunque la apuntación de Noel le sacó una media sonrisa.
Su llegada parecía haberlos alborotado, aunque los había que siguieron peleando sin pararse a mirarles bien. «Ya saben que de los monstruos no puede llegar ayuda, es lógico». Aunque había una excepción, la chica que le habló a Noel de aquella manera. Le hizo gracia escucharla, de hecho se ganó un poco su simpatía. Sobre ella estaba el repoblador, que no paraba de señalarlo reaccionando exageradamente. Solo había conocido a Tsusu de aquel mundo, y para entonces este ya sabía que no debía temer a aquel fuego portátil. No contaba con una reacción así.
Después de la actuación de Jack no pudo evitar hacer una apuntación en tono divertido sin levantar la voz, solo para el grupo.
-Jack, ¿siempre tienes que dar la nota?
De hecho, incluso a Nia le dio por hacerse notar, y eso le extrañó bastante. «¿Qué está haciendo? Esto no es muy propio de ella. No hace falta que nos demuestres nada, tontaina».
El chico que aparentemente era libense les preguntó qué eran. Su expresión le gustó a Gael, no supo bien por qué. Tal vez porque entrevió el efecto que la presencia de los transformados hacía en él, y aquello le agradaba más de lo que le gustaba reconocer en voz alta.
-Monstruos, obvio –le respondió con un deje de guasa.
Uno de los cosechados -si no recordaba mal, le había augurado muerte en las apuestas-, ignoró por un momento al lobo para señalar al fuego fatuo y sugerir que lo apagaran. Súbitamente le dio la risa, pero la contuvo como pudo, no solo en deferencia a Noel, sino porque no le parecía muy cortés reírse en la cara del chaval. Mientras tanto, Nia se adelantó para interceder por él.
-No quema para nada, ven a comprobarlo si quieres –respondió divertido, no sin una pizca de desafío y burla.
Vio estampas muy diferentes en las casas más cercanas. El cuchitril, el torreón Letargo, incluso vio el burdel. Desde aquellos lugares le llamaban, Toima, Tania, Yloh, Vac, Elliot, Aeris, Jau… Pero no les estaba prestando la menor atención. Una casa mostraba su viejo bloque de pisos. Desde una ventana superior una voz femenina le llamaba, pero le daba reparo mirar. Cerca de allí, en una imitación de la casa de sus abuelos, su hermano jugaba con el perro pastor de estos.
-¿Vienes o qué, enano?
Se había quedado tan embobado que había olvidado lo que les rodeaba por un momento. La naturalidad de aquellas visiones era incluso insultante. De sobra sabía que su hermano no podía tener el mismo aspecto que hacía tres años.
Más adelante el grupo que había estado en el anfiteatro se enfrentaba a dos lobos de arena, uno de ellos ya partido en dos. Los demás comentaban sobre su procedencia, y para él también estaba clara. «Los animales de Giz repueblan la ciudad, pero esto es casi cruel, Matt» pensó alzando una ceja. Los chicos no lo estaban haciendo nada mal, de hecho creía que saldrían vencedores sin ninguna baja, aunque se notaba que todavía estaban perjudicados a causa de la pelea anterior. Se cruzó de brazos y los observó con curiosidad. «La verdad es que no parecen en nada a mí por aquel entonces. Hay que ver como son las cosas…». Silenciosamente se unió al deseo de los demás, aunque la apuntación de Noel le sacó una media sonrisa.
Su llegada parecía haberlos alborotado, aunque los había que siguieron peleando sin pararse a mirarles bien. «Ya saben que de los monstruos no puede llegar ayuda, es lógico». Aunque había una excepción, la chica que le habló a Noel de aquella manera. Le hizo gracia escucharla, de hecho se ganó un poco su simpatía. Sobre ella estaba el repoblador, que no paraba de señalarlo reaccionando exageradamente. Solo había conocido a Tsusu de aquel mundo, y para entonces este ya sabía que no debía temer a aquel fuego portátil. No contaba con una reacción así.
Después de la actuación de Jack no pudo evitar hacer una apuntación en tono divertido sin levantar la voz, solo para el grupo.
-Jack, ¿siempre tienes que dar la nota?
De hecho, incluso a Nia le dio por hacerse notar, y eso le extrañó bastante. «¿Qué está haciendo? Esto no es muy propio de ella. No hace falta que nos demuestres nada, tontaina».
El chico que aparentemente era libense les preguntó qué eran. Su expresión le gustó a Gael, no supo bien por qué. Tal vez porque entrevió el efecto que la presencia de los transformados hacía en él, y aquello le agradaba más de lo que le gustaba reconocer en voz alta.
-Monstruos, obvio –le respondió con un deje de guasa.
Uno de los cosechados -si no recordaba mal, le había augurado muerte en las apuestas-, ignoró por un momento al lobo para señalar al fuego fatuo y sugerir que lo apagaran. Súbitamente le dio la risa, pero la contuvo como pudo, no solo en deferencia a Noel, sino porque no le parecía muy cortés reírse en la cara del chaval. Mientras tanto, Nia se adelantó para interceder por él.
-No quema para nada, ven a comprobarlo si quieres –respondió divertido, no sin una pizca de desafío y burla.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
23/04/13, 12:49 pm
Qué lugar más curioso. Desde el aire nunca me llamó la atención, pero parece que no estaba lo suficientemente cerca para poder contemplar el espectáculo de las casas carnívoras. El Cuchitril aquí, el Cuchitril allá… ¿de veras esperan que me lo crea? Oh, espera, allí no hay Cuchitril. Una calle de piedra solitaria, estrecha, silenciosa; deduzco que alguna vieja callejuela, en una vieja ciudad, en una más que antigua Europa. Una figura rompe la homogeneidad del suelo, piel pálida y pelo rojo, largo, liso. Madre… Ojos cerrados, el cuerpo totalmente inmóvil. ¡Madre… ma… Me necesita, me ne-. Ayuda, ayuda, ayu… No, no, no. Sé que esto no es así, lo sé muy bien. Demasiado tarde para socorrer a nadie, su cuerpo ya son cenizas y las cenizas son polvo; pero ciertos recuerdos aún son como retorcer el puñal en la herida. Aparto la mirada.
Vaya, esto sí que no me lo esperaba. ¿Cosechados por aquí? Parece que no se conforman con las hienas de Giz, sino que encima se meten con creaciones de Matt. No aguantan nada, bah. Creo que ni aunque lograran alcanzarles podrían hacerles nada, con lo blandengues que son. Vaya con el pequeñajo y la niña, tan gritones como aquella vez en Letargo. Vaya, menuda contestación nos dirige, tiene carácter. ¡Qué graciosa!
—Tranquila, pequeña, no os pensamos robar la diversión –mientras dirijo estas palabras, ellos ya están casi rematando al último de los lobos arenosos–. ¿Veis? Ni falta que hacía.
Qué boquita más elocuente, Nia. ¿Quién lo iba a decir? Oh, e interesante observación del terrícola… ahora vendría mi expresión sarcástica. Maldito Gael, te has adelantado a mi respuesta; pero ni con esas puedo resistirme.
—No te preocupes por él, chico, corre más peligro el mobiliario y echa un poco de tufo a quemado, pero por otro lado es inofensivo. –Descargo la palma sobre el hombro en llamas para retirarla a continuación con un gesto natural. Oh, recuerdo que de este humano dije que moriría. Para nada voy a cambiar mi apuesta–. Nuevos cosechaditos, me alegra que sigáis dando guerra… algunos. –Me pregunto por qué no puedo resistirme a esta clase de comentarios. No, esto tiene fácil solución: porque me encanta.
Vaya, esto sí que no me lo esperaba. ¿Cosechados por aquí? Parece que no se conforman con las hienas de Giz, sino que encima se meten con creaciones de Matt. No aguantan nada, bah. Creo que ni aunque lograran alcanzarles podrían hacerles nada, con lo blandengues que son. Vaya con el pequeñajo y la niña, tan gritones como aquella vez en Letargo. Vaya, menuda contestación nos dirige, tiene carácter. ¡Qué graciosa!
—Tranquila, pequeña, no os pensamos robar la diversión –mientras dirijo estas palabras, ellos ya están casi rematando al último de los lobos arenosos–. ¿Veis? Ni falta que hacía.
Qué boquita más elocuente, Nia. ¿Quién lo iba a decir? Oh, e interesante observación del terrícola… ahora vendría mi expresión sarcástica. Maldito Gael, te has adelantado a mi respuesta; pero ni con esas puedo resistirme.
—No te preocupes por él, chico, corre más peligro el mobiliario y echa un poco de tufo a quemado, pero por otro lado es inofensivo. –Descargo la palma sobre el hombro en llamas para retirarla a continuación con un gesto natural. Oh, recuerdo que de este humano dije que moriría. Para nada voy a cambiar mi apuesta–. Nuevos cosechaditos, me alegra que sigáis dando guerra… algunos. –Me pregunto por qué no puedo resistirme a esta clase de comentarios. No, esto tiene fácil solución: porque me encanta.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
23/04/13, 02:47 pm
Noel observó como los cosechados acababan con los lobos de arena, pensando que el libense y la chica parecían apañárselas bastante bien. Resopló con diversión, en cambio, cuando Jack realizó su espectáculo particular.
-Si no da la nota no se queda a gusto -le respondió a Gael cuando hizo su comentario al respecto-. Empiezo a pensar que ese es su precio en realidad -añadió lanzando una mirada jocosa al vampiro.
La actitud de la humana le sorprendió y le gustó a partes iguales. No pudo reprimir una carcajada cuando se dirigió a él en respuesta a su pulla.
-¿Te das cuenta de que le estás pidiendo ayuda a unos monstruos, verdad? -preguntó con sorna-. Gracias por la invitación, chica, pero creo saber de que hablas y me interesa tan poco como a ti que griten de esa manera. No necesito precisamente esa clase de gritos... -finalizó la frase sonriendo con un deje siniestro-. Pero si empiezan a matarse entre ellos te agradecería que me avisases.
Volvió a reírse, todo aquello lo divertía enormemente. La actitud de unos y otros le estaba resultando cuanto menos interesante, incluso la suya propia. La posibilidad de que hubiese alguien lo viese como draco de estínfalo más que como Noel era demasiado tentadora; era algo nuevo, y al sueco le encataban las novedades. Hasta Nia se había sumado a los comentarios sarcásticos y burlones, cosa que sorprendió bastante al draco. Le daba la impresión de que la náyade estaba intentando hacerles ver que podía cambiar o algo parecido, pero si había algo que decirle tendría que esperar.
Continuó estudiando las reacciones de unos y otros con interés. El libense casi los había amenazado, el chico humano del arco no los había casi ni mirado y el otro chico... El comentario sobre el fuego fatuo provocó una carcajada contenida en el draco. <<¿Lo primero que se le ocurre al ver a un puñado de monstruos es eso?>>
-Le cogió el gusto a la combustión espontánea; los vicios son muy malos y en este caso pueden llegar a quemar a uno -añadió en tono de burla a todos los comentarios ya hechos al respecto mientras se cruzaba de brazos esperando a ver qué hacía el muchacho ante el "desafío" del nigromante.
-Si no da la nota no se queda a gusto -le respondió a Gael cuando hizo su comentario al respecto-. Empiezo a pensar que ese es su precio en realidad -añadió lanzando una mirada jocosa al vampiro.
La actitud de la humana le sorprendió y le gustó a partes iguales. No pudo reprimir una carcajada cuando se dirigió a él en respuesta a su pulla.
-¿Te das cuenta de que le estás pidiendo ayuda a unos monstruos, verdad? -preguntó con sorna-. Gracias por la invitación, chica, pero creo saber de que hablas y me interesa tan poco como a ti que griten de esa manera. No necesito precisamente esa clase de gritos... -finalizó la frase sonriendo con un deje siniestro-. Pero si empiezan a matarse entre ellos te agradecería que me avisases.
Volvió a reírse, todo aquello lo divertía enormemente. La actitud de unos y otros le estaba resultando cuanto menos interesante, incluso la suya propia. La posibilidad de que hubiese alguien lo viese como draco de estínfalo más que como Noel era demasiado tentadora; era algo nuevo, y al sueco le encataban las novedades. Hasta Nia se había sumado a los comentarios sarcásticos y burlones, cosa que sorprendió bastante al draco. Le daba la impresión de que la náyade estaba intentando hacerles ver que podía cambiar o algo parecido, pero si había algo que decirle tendría que esperar.
Continuó estudiando las reacciones de unos y otros con interés. El libense casi los había amenazado, el chico humano del arco no los había casi ni mirado y el otro chico... El comentario sobre el fuego fatuo provocó una carcajada contenida en el draco. <<¿Lo primero que se le ocurre al ver a un puñado de monstruos es eso?>>
-Le cogió el gusto a la combustión espontánea; los vicios son muy malos y en este caso pueden llegar a quemar a uno -añadió en tono de burla a todos los comentarios ya hechos al respecto mientras se cruzaba de brazos esperando a ver qué hacía el muchacho ante el "desafío" del nigromante.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
23/04/13, 02:58 pm
Las reacciones dentro del grupo a mi comentario fue de lo mas variado, pero casi todo fueron burlas y risas, no sabia si dirigidas contra mi o contra el chico en llamas. Sin embargo fue su contestación la que mas me sorprendió. Un reto.
Ya había dado un par de pasos en su dirección cuando el sentido común se impuso, <<Necesito una garantía de que no me van a atacar, aunque si hubiese querido hacerlo seguramente ya estaríamos muertos>>.
-Hay varias opciones,- dije mirando en dirección al chico de fuego.- La primera es que yo me acerque siempre y cuando me prometáis que no me haréis daño alguno, la segunda es que vengas tú, pero como ambas opciones no me parecen justas...¿Que te parece si vamos a un punto intermedio?
La curiosidad me desbordaba en estos instantes, pero tampoco quería arriesgarme a perder la vida.
-No es que sea desconfiado, pero ya nos han atacado unas hienas y una de ellas ya me ha mordido, no querría mas mordiscos por parte de nadie.
Ya había dado un par de pasos en su dirección cuando el sentido común se impuso, <<Necesito una garantía de que no me van a atacar, aunque si hubiese querido hacerlo seguramente ya estaríamos muertos>>.
-Hay varias opciones,- dije mirando en dirección al chico de fuego.- La primera es que yo me acerque siempre y cuando me prometáis que no me haréis daño alguno, la segunda es que vengas tú, pero como ambas opciones no me parecen justas...¿Que te parece si vamos a un punto intermedio?
La curiosidad me desbordaba en estos instantes, pero tampoco quería arriesgarme a perder la vida.
-No es que sea desconfiado, pero ya nos han atacado unas hienas y una de ellas ya me ha mordido, no querría mas mordiscos por parte de nadie.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
23/04/13, 03:36 pm
El hechizo de Erin, aunque no tan eficaz como el de Atol, también causó bastantes daños en el lobo que aun seguía entero, los suficientes como para que pudiéramos rematarlo. Del otro se encargó el “humano” de otro grupo, porque no conozco muchos humanos que les guste presumir de poder convertirse en polvo. Con los dos lobos rematados por fin pude relajarme hasta cierto punto.
Ahora podía fijarme más en los nuevos. No parecía que fueran a hacernos nada, pero no estaba de más seguir alerta y listo para salir corriendo.
“De modo que las leyes les impiden ayudarnos. ¿Será cierto o no es más que una excusa? Aunque no se que ganan excusándose, así que seguramente sea cierto”
La chica rubia mitad medusa nos dio un discurso que para mí to tenía ningún sentido, y que parecía ser más para a ella misma y a sus compañeros que para nosotros, aunque lo de la confianza no se lo iba a discutir. No sé de donde ha sacado Erin que nos iba a ayudar. Yo me conformo con que no nos ataquen.
Cuando salió el tema de la “llama ambulante” tuve que contenerme la risa, aunque no llegué a conseguirlo del todo, la situación empezaba a volverse ridícula.
¿Ridícula? Y tanto, pero enseguida dejó de ser gracioso. El que tenía alas de pájaro hacía chistes que no me hacían ninguna gracia, y por si no fuera bastante Stefan parecía estar dispuesto a seguir las recomendaciones y tocar el fuego.
Me acerqué y lo paré en seco.
-¿Tú en que piensas? ¿Dices que no eres desconfiado? Cierto, eres confiado llegando a la estupidez. Te dicen que lo toques, que no pasa nada, ¿y te lo crees? No solo eso, también eres un necio si crees que las promesas valen una mierda-
Alcé la mano con la palma extendida – Prometo no cerrarla- y acto seguido la cerré.
-Ahí tienes una prueba de lo poderosas y fiables que son las promesas. Haz lo que quieras pero si quieres quemarte lo harás sin mi espada- Terminé mientras se la quitaba de las manos y me alejaba, reuniéndome con Erin y Tap.
-Creo que han dejado claro que no nos van a ayudar, y os recuerdo que estamos sin comida, así que por que no acabamos esta conversación inútil y seguimos buscándola?
Ahora podía fijarme más en los nuevos. No parecía que fueran a hacernos nada, pero no estaba de más seguir alerta y listo para salir corriendo.
“De modo que las leyes les impiden ayudarnos. ¿Será cierto o no es más que una excusa? Aunque no se que ganan excusándose, así que seguramente sea cierto”
La chica rubia mitad medusa nos dio un discurso que para mí to tenía ningún sentido, y que parecía ser más para a ella misma y a sus compañeros que para nosotros, aunque lo de la confianza no se lo iba a discutir. No sé de donde ha sacado Erin que nos iba a ayudar. Yo me conformo con que no nos ataquen.
Cuando salió el tema de la “llama ambulante” tuve que contenerme la risa, aunque no llegué a conseguirlo del todo, la situación empezaba a volverse ridícula.
¿Ridícula? Y tanto, pero enseguida dejó de ser gracioso. El que tenía alas de pájaro hacía chistes que no me hacían ninguna gracia, y por si no fuera bastante Stefan parecía estar dispuesto a seguir las recomendaciones y tocar el fuego.
Me acerqué y lo paré en seco.
-¿Tú en que piensas? ¿Dices que no eres desconfiado? Cierto, eres confiado llegando a la estupidez. Te dicen que lo toques, que no pasa nada, ¿y te lo crees? No solo eso, también eres un necio si crees que las promesas valen una mierda-
Alcé la mano con la palma extendida – Prometo no cerrarla- y acto seguido la cerré.
-Ahí tienes una prueba de lo poderosas y fiables que son las promesas. Haz lo que quieras pero si quieres quemarte lo harás sin mi espada- Terminé mientras se la quitaba de las manos y me alejaba, reuniéndome con Erin y Tap.
-Creo que han dejado claro que no nos van a ayudar, y os recuerdo que estamos sin comida, así que por que no acabamos esta conversación inútil y seguimos buscándola?
- InvitadoInvitado
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
23/04/13, 03:53 pm
Gritos, dolor, la adrenalina corriéndole por las venas aun después de la lucha. Pasaron por las casas carnívoras justo para ver que Erin había salido y traía compañía. << Esta tía es gilipollas perdida>> pensó apretando los dientes con rabia. Dos monstruos de arena, y él sin una pizca de magia y sin energía apenas. Le había costado horrores mantener la carrera y no podría aguantar otra pelea, pero por suerte sus compañeros se ocuparon de ellos sin problemas. Se dejó caer al suelo unos segundos para recuperar el aliento, la cabeza le daba vueltas y la sangre se le estaba subiendo a la cabeza. << No me voy a desmayar aquí>>
Entre sus propios jadeos podía oir risas, y venían del desfile de monstruos que había acudido a mirar como peleaban contra las criaturas de arena. Sus pintas superaban los mejores cuentos de Sinhdro, y parecía divertirles mucho su sufrimiento. Reconoció entre ellos a Jack, el que le había convencido para ir a ese infierno. Buscó sus ojos rojos y le miró desafiante; no podía reprocharle nada, le había dado exactamente lo que había pedido. Había escapado de su mundo, y en caso de que quisiera arreglar su error se había demostrado que la magia podía levantar a los muertos. Había cumplido su palabra con él, y pensaba demostrarle que había hecho bien en elegirle. Se puso en pie trabajosamente y fue hacia Stefan, que intentaba negociar con el chico de las llamas azules.
-Claro, ¿y de paso por qué no les invitamos a syv y pastas? -preguntó en tono sarcástico con una gran sonrisa. Le dio una colleja, aunque no muy fuerte- ¿Estas tonto? Estan a otro nivel que nosotros. No van a ayudarnos así que no tenemos por qué darles nada.- respiró hondo. Miró a Pablo. Pensaba ignorar completamente al desfile de monstruos- Estamos cansados y heridos, creo que mejor vamos al torreón y reponemos fuerzas porque no creo que podamos hacer frente a más de esos- señaló lo que antes habían sido los seres de arena.
Entre sus propios jadeos podía oir risas, y venían del desfile de monstruos que había acudido a mirar como peleaban contra las criaturas de arena. Sus pintas superaban los mejores cuentos de Sinhdro, y parecía divertirles mucho su sufrimiento. Reconoció entre ellos a Jack, el que le había convencido para ir a ese infierno. Buscó sus ojos rojos y le miró desafiante; no podía reprocharle nada, le había dado exactamente lo que había pedido. Había escapado de su mundo, y en caso de que quisiera arreglar su error se había demostrado que la magia podía levantar a los muertos. Había cumplido su palabra con él, y pensaba demostrarle que había hecho bien en elegirle. Se puso en pie trabajosamente y fue hacia Stefan, que intentaba negociar con el chico de las llamas azules.
-Claro, ¿y de paso por qué no les invitamos a syv y pastas? -preguntó en tono sarcástico con una gran sonrisa. Le dio una colleja, aunque no muy fuerte- ¿Estas tonto? Estan a otro nivel que nosotros. No van a ayudarnos así que no tenemos por qué darles nada.- respiró hondo. Miró a Pablo. Pensaba ignorar completamente al desfile de monstruos- Estamos cansados y heridos, creo que mejor vamos al torreón y reponemos fuerzas porque no creo que podamos hacer frente a más de esos- señaló lo que antes habían sido los seres de arena.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Avenida de las Casas Carnívoras
23/04/13, 04:35 pm
El chico humano pasó a hacer justo lo que no se esperaba. Avanzó unos pasos vacilantes en su dirección y luego se paró a negociar. «¿Pero qué… hace? ¿De dónde han salido estos chavales?» pensaba mientras aún tenía la sonrisa congelada en el rostro.
-¿De verdad tengo cara de morder? –preguntó ante la última afirmación del chico, más para sus compañeros que para el humano.
Entre tanto uno de sus compañeros se acercó, era de los que habían pasado de tratar de hablar con ellos. Parecía sensato, y de hecho debía de ser de los más mayores del grupo. Habló sin tapujos y arrancándole la espada se alejó. «A algunos no parece gustarles la idea de dirigirnos la palabra». Y no fue el único en reprochar su actitud al curioso, también lo hizo el sinhadre. «No tienen pelos en la lengua», pensaba Gael divertido por el encuentro.
-Chaval –llamó. Dudaba sobre cómo dirigirse al cosechado, a fin de cuentas parecía incluso mayor que él-. Los monstruos no hacen promesas. Sobrevive hasta el final de la cosecha y después lo hablamos. –No sabía qué cruce de cables le había dado a aquel chico, pero para nada se habría esperado que intentara tocarlo. Le recordó a aquellos turistas que decidían acariciar tigres en los safaris, y no terminaban de acabar bien aquellas historias. Eso sí, el atrevimiento le había hecho bastante gracia. Todavía cruzado de brazos hizo ademán de acercarse un poco más, elevándose sobre su cabeza al mismo tiempo-. Repite esa petición cuando seas capaz de alcanzarme –dijo finalmente, mirando hacia abajo con una amplia sonrisa desafiante.
«Me da que estos no nos van a tener en mucha estima cuando salga la Luna» pensó, aunque sin lamentarlo demasiado.
-¿De verdad tengo cara de morder? –preguntó ante la última afirmación del chico, más para sus compañeros que para el humano.
Entre tanto uno de sus compañeros se acercó, era de los que habían pasado de tratar de hablar con ellos. Parecía sensato, y de hecho debía de ser de los más mayores del grupo. Habló sin tapujos y arrancándole la espada se alejó. «A algunos no parece gustarles la idea de dirigirnos la palabra». Y no fue el único en reprochar su actitud al curioso, también lo hizo el sinhadre. «No tienen pelos en la lengua», pensaba Gael divertido por el encuentro.
-Chaval –llamó. Dudaba sobre cómo dirigirse al cosechado, a fin de cuentas parecía incluso mayor que él-. Los monstruos no hacen promesas. Sobrevive hasta el final de la cosecha y después lo hablamos. –No sabía qué cruce de cables le había dado a aquel chico, pero para nada se habría esperado que intentara tocarlo. Le recordó a aquellos turistas que decidían acariciar tigres en los safaris, y no terminaban de acabar bien aquellas historias. Eso sí, el atrevimiento le había hecho bastante gracia. Todavía cruzado de brazos hizo ademán de acercarse un poco más, elevándose sobre su cabeza al mismo tiempo-. Repite esa petición cuando seas capaz de alcanzarme –dijo finalmente, mirando hacia abajo con una amplia sonrisa desafiante.
«Me da que estos no nos van a tener en mucha estima cuando salga la Luna» pensó, aunque sin lamentarlo demasiado.
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