Jardines de la Memoria

02/08/11, 06:39 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Rodeados de un muro de ladrillos hexagonales de color violeta, poseen cincuenta conjuntos escultóricos (algunos construidos en piedra ingrávida) que representan momentos y personajes de la historia de la ciudad.

Descripción más detallada sacada de la saga:

Estatuas añadidas en el transcurso del rol:

14/08/18, 12:32 am

-Genial - repuso el brujo entre risas.- Puedo incluso desempolvar unas botellas de cocacola.

-Sí, tengo un jardín bien provisto de plantas - le respondió al hombre árbol,- creo que te va a gustar.

Enredo se rió con ganas imaginando su escena con Ramas como el trailer de una película.

-Yo te habría dado el oscar a la mejor actuación - comentó riendo con ganas. Miró su reloj y se dio cuenta de lo tarde que era. Claramente el tiempo volaba cuando te divertías.- Dios santo, tengo que irme - le dijo. No iba muy apurado pero prefería ir con tiempo de sobra.- Pásate un día por la clínica y seguimos planeando. Avisa a tus amigos también.

17/08/18, 12:39 am

Hacía mucho tiempo que Dirke no hablaba de las cosas viejas, de los pequeños placeres que echaba de menos de la Tierra. Aquella charla con Enredo fue agradable y le hizo recordar películas, series, juguetes... También a la familia, aunque el hombre árbol enseguida desechó ese pensamiento.

—Eso está hecho. ¡Pásalo bien! —se despidió del brujo.

Dirke se alegraba de aquel encuentro breve, Enredo le había caído bien. Según el hombre árbol, faltaban brujos de vegetales y a Rocavarancolia le venía que ni pintado cada uno de ellos. El rojo estaba genial, él mismo disfrutaba como un niño con la llegada de la luna, pero la ciudad necesitaba verde, mucho verde.

Como ya se había desperezado del todo, decidió dar media vuelta, recoger sus patines y salir a dar un paseo. ¿Qué maravillas guardarían las calles? ¿Se toparía con algún niño nuevo? ¿Alguna criatura cavernaria salida de su letargo? Cualquier cosa llamaría su atención. La curiosidad que había traído de casa todavía no la había perdido.

17/04/20, 09:21 pm

Dama Rubí y Eritehia caminaban por el jardín a paso lento. Una era la viva imagen de la ansiedad, la otra de la calma. La ibis roja no podía parar de moverse, sus manos subían y bajaban, se abrazaba con ellas y se crugía los dedos; le zapateaban los pies cada vez que Eritehia la hacía frenar. La atlante se sentía llena de dicha en aquel lugar, a pesar de que, como el resto de Rocavarancolia, había sufrido mucho. Eritehia había aceptado dar un paseo con ella para hablar de algo importante, algo que ya podía imaginar. Dama Rubí, sin embargo, parecía querer aplazarlo.

—Es una pena —sentenció dama Rubí, el estado del jardín parecía ofenderle—.Faltan tantas estatuas y hay tan pocas nuevas…

—En parte sí. Es un poco extraño que algunos monumentos del Jardín de la Memoria solo existan en la memoria de algunos, pero podría decirse que somos privilegiados.

—¿Privilegiados? ¿Cómo? —Eritehia la escuchó, pero le dio la espalda y se agachó.

Extendió su mano terrosa junto al suelo y permitió a un caracol subirse sobre ella. Dama Rubí rodó los ojos antes de que la atlante se incorporara y volviera a prestarle atención.

—Atesoramos el recuerdo y podemos compartirlo. Uno de los miembros del consejo es soñador y me consta que hay más. También hay mentalistas… —Eritehia alzó al caracol y lo ayudó a subir a su cabeza. Lo depositó entre los tallos de la enredadera que se había plantado para simular un nuevo pelo—. Los hijos de la posguerra podrán conocer el viejo jardín y nosotros podremos conocer el nuevo. Entre todos podemos repararlo y construirlo para seguir recordando a todos.

—Por los dioses oscuros —dama Rubí resopló. No se apreciaba la sonrisa en su pico, pero Eritehia sabía exactamente el tono con el que le hablaba—. Qué mal me caes cuando te pones intensa, Eri.

La atlante sonrió y continuó su andar cauto, hasta que frenó en seco ante una de las estatuas nuevas. Leyó la leyenda grabada a sus pies y esbozó una sonrisa triste de arena.

—Mira, hablando de soñadores.

—Pobre vieja… —exclamó la ibis, antes de leer el epígrafe al completo—. Pues parece que no se han aburrido tanto como nos pensábamos.

Se les fue la tarde recordando a los que aún quedaban y conociendo a las nuevas estatuas, a las nuevas flores y a los nuevos monstruítos que habitaban el jardín. Dama Rubí ayudó a Eritehia a sembrar su cuerpo, sin acercarse a las lombrices, ni a los escarabajos, ni a los pequeños roedores que, inevitablemente, se arrimaban a la atlante. Poco a poco se calmó también y, cuando abandonaron el jardín, solo entonces, le dijo a Eritehia aquello por lo que la había traído al Jardín en primer lugar.

—Quería verlo antes de entrar en letargo, gracias por acompañarme.

—No se merecen.

—¿Podemos venir de nuevo otro día?

—¿Y las vendas? —Eritehia volvió a exhibir su sonrisa de terrones.

Dama Rubí hizo un aspaviento. Si hubiesen estado en la isla ya se habría enfadado con ella, pero por una vez se dejó contagiar del positivismo de la atlante. Había aguantado despierta durante cuarenta años y, aunque sabía que los próximos meses serían peores, la Luna Roja la estaba aguardando tanto como la ibis la aguardaba a ella.

—Las vendas se pueden esperar.

25/06/20, 02:14 pm

Las peculiares murallas violeta parecían ser el destino que Luci tenía en mente aquel día. En cuanto se acercaron la enderth pudo comprobar que eso no era para nada lo más llamativo del lugar: había estatuas flotando. Una en concreto captaba toda la atención nada más llegar debido a su descomunal tamaño. La enderth se acercó a leer el pedestal de semejante despliegue escultórico, que representaba a una persona montando alguna de aquellas criaturas que muchos de sus compañeros habían llamado “dragones”.
—Dama Irhina: la primera reina vampira de Rocavarancolia —leyó en voz alta antes de contemplar con mayor detenimiento la estatua—. ¿Eso quiere decir que hay un rey en este basurero? Bueno, a lo mejor ya no. No sé quién querría reinar sobre una pila de escombros.

El lugar en el que se encontraban, no obstante, no encajaba con aquella descripción. A pesar de que la mayoría de las estatuas estaban rotas, otras no solo estaban enteras si no en buenas condiciones. Aparte de que era otro de los escasos lugares de la ciudad en los que la vegetación había encontrado la forma de sobrevivir. Posiblemente alguien cuidase de aquellas plantas o no estarían vivas. Esperaba que fuese un lugar público al igual que el palacete y no se metiesen en problemas por estar allí.

25/06/20, 07:07 pm

El corazón de Luci se aceleró en cuanto divisaron los muros violeta del jardín. Se apresuró a adelantarse aunque manteniéndose cerca de quienquiera que fuera en cabeza por miedo. Allí no había verjas ni puertas ni carteles que pudieran dar a entender que no deberían estar allí, incluso en su libro decía que era un lugar para disfrute de todos, pero Luci se había comprometido a portarse bien y no dejarse llevar por la emoción. La prudencia le duró poco. Cuando entraron en el jardín propiamente dicho y vieron la primera escultura flotante se lanzó a por ella. El trabajo era exquisito, casi parecían seres reales cubiertos de piedra (y conociendo la reputación de la ciudad, si no fuera porque el libro indicaba lo contrario lo habría pensado).

-¿Esto es lo que nos sobrevuela todos los días? -preguntó en voz baja, acercándo con inseguridad la mano al dragón. Visto de cerca era terrorífico, no había imaginado que pudieran tener ese tamaño. La pregunta de Lethe lo sacó de sus cavilaciones -Ah, sí, en el libro de historia mencionan a reyes, pero las dinastías son muy erráticas y no termino de comprender cómo funcionan. Sé que hay reyes vampiro, reyes trasgo, reyes arácnidos…

La verdad es que la política rocavarancolesa era absurda, violenta y confusa así que no había prestado demasiada atención en sus cortas lecturas.

No tardó en distraerse con otro conjunto escultórico. Había muchas piezas que faltaban y otras estaban destrozadas. Luci se decepcionó al saber que muchas de las que le hacía ilusión ver ya no existían, pero se le pasó un poco al ver que había varias nuevas hechas de distintos materiales. La de madera no le interesó especialmente, pues no era muy llamativa, así que se centró en las demás. Le gustó el protector de sueños, aún con su aspecto aberrante carecía de la agresividad de las demás y su leyenda era tranquilizadora. << Un protector entre agresores>> pensó. La leyenda de la escultura de dama Liviana, sin embargo, hizo que se le encogiera el estómago.

27/06/20, 09:42 pm

Kradko siguió el paso de Luci en cuanto las murallas quedaron a la vista. Durante los meses anteriores había aprendido por fin a ser un poco más cuidadosa y evitar ir sola. No es como si Dryfus no soliera enseñar esa lección a sus habitantes, pero su entorno en Titkak había sido hasta cierto punto seguro y ella misma no era especialmente rápida para pillar las lecciones. Sea como fuere, en aquel momento supo ver que esperar al resto era lo más sensato.

Lo primero que le llamó la atención era lo bien cuidado que estaba el lugar. Ciertamente, no era la primera zona de la ciudad que había visto que no estaba en ruinas, pero a diferencia de otras en esta no parecía haber vivienda alguna. Para Kradko parecía una especie de bosque, solo que seguía una cierta estructura y organización. No había un claro techo formado de vegetación, había caminos ciertamente marcados y también estatuas que conmemoraban ciertas figuras del pasado, en especial reyes. Para una habitante de Dryfus como ella, el concepto de una monarquía le era muy ajeno, pero gracias a la explicación que recibió unas semanas atrás de algunos de sus compañeros de torreón había logrado entenderlo. Aunque seguía sin parecerle un sistema muy lógico.

Aún así, hubo cierta línea monárquica que le fascinó.

—Ajá. Es verdad que es muy confusa… —la clínger también había ojeado el libro de historia, al fin y al cabo—¡Pero yo creo que los reyes arácnidos molan! También dan un poco de miedo, eso sí.

Al contrario que con sus archienemigos, los reptiles, a Kradko le gustaban bastante los artrópodos. Le parecían monos, malotes y guays. Además, solían medir bastante menos que ella.

—¡Mirad, aquí hay uno! —dijo señalando a una estatua que representaba una criatura arácnida. La verdad es que era bastante más grande de lo que había imaginado y tenía una pose que daba mucho mal rollo. Pero era mal rollo guay.

28/06/20, 01:51 pm

Tras una caminata tranquila, el grupo acabó divisando los muros de aquel jardín que estaban buscando. A Chromsa le pareció curioso tanto el color del muro como la forma de los ladrillos cuando pudo observarlos más de cerca. Sin embargo había mucho que ver y todos parecían tener interés por lo que habría dentro, así que no tardó mucho en seguir al resto del grupo al interior.

De los pocos lugares que habían visitado en la ciudad, el Jardín de la Memoria se convirtió en el favorito de Chromsa al instante, al menos por el momento. Ya no solo por la cantidad de vegetación que había por todas partes y por los curiosos muros que lo delimitaban, sino por las muchas estatuas que había. Eran de un trabajo y realismo impresionantes que nada tenían que envidiar a algunas esculturas que había visto en Ochroria. Aunque aparte de eso le sorprendió más el hecho de que unas cuantas estatuas estuvieran flotando. -Es un lugar precioso.- dijo en voz alta más para sí mismo que para el grupo.

Muchos se acercaron al principio a una estatua enorme que representaba a un dragón con una jinete. Según una placa a sus pies que Lethe leyó, era una reina de la ciudad. La verdad parecía alguien a quien más valía no enfadar y que fuera montada en un dragón tan grande no ayudaba a mejorar ese pensamiento. -Bueno, supongo que algo de poder tienen que tener las que iban en el barco del primer día, aunque mencionaron algo de un consejo. Tal vez siga habiendo otro rey o hayan cambiado el tipo de gobierno.- comentó junto a lo que estaba diciendo la chica pájaro. Luci añadió más información sobre los reyes rocavarancoleses que había encontrado en su libro. A esas alturas no le extrañaba al ochrorio que hubiera seres monstruosos gobernando la ciudad, llegaba a ser hasta lógico que fuera así.

Mientras el resto seguía hablando, se acercó a una estatua que le llamó la atención. No era en nada parecida a las que había por allí ya que mientras la mayoría era de piedra o metales preciosos esta era de madera.. A Chromsa casi le dio la sensación de que era simplemente un grupo de plantas que habían crecido de una forma muy peculiar. Se fijó en la placa a sus pies y volvió a mirar la estatua para darse cuenta de que, efectivamente, había algo atrapado. El tal Sepalian Xila parecía alguien importante por su título, así que no le extrañó que algún competidor o algún enemigo político le hubiera hechizado. En Ochroria al fin y al cabo era el pan de cada día, aunque se usaban métodos menos mágicos.

Iba a avisar de lo que había encontrado cuando Kradko llamó la atención del grupo hacia una de las estatuas. Lo más parecía que había visto era una araña, pero en el caso de la estatua era enorme. Al trabajar tanto tiempo estaba acostumbrado y no les tenía miedo, pero imaginarse una de ese tamaño le daba algunos escalofríos. -Quien haya hecho todas estas estatuas tiene que ser un genio en la escultura.- dijo. Su pequeña figurita que estaba terminando era casi un insulto al arte en comparación con aquellas obras. -(Si no estuviera tan lejos del torreón incluso podría servirme como guía para mejorarla)- pensó.

29/06/20, 12:39 am

Adam tuvo que reconocer que el nuevo lugar que Luci sugirió era, cuanto menos, curioso y hermoso a partes iguales. Las murallas violetas y sus patrones hexagonales fueron solo el inicio de una impresión que hizo mella en el ruso quien, al entrar con el resto de sus compañeros no pudo evitar bajar el escudo y abrir la boca ante la gigantesca estatua del dragón y su jinete. Escuchó de la mujer pájaro que se trataba ni más ni menos que una de las personas que reinó en el tan absurdo mundo que pisaba ahora mismo con sus pies.

—Wow —soltó casi susurrando de sus labios. Casi todas las estatuas son de un detalle increíble, sumando la ya no tan extraña ingravidez a la que algunas se veían sometidas.

Escuchó a Luci sin perder detalle de lo que se halla escrito en el libro de historia, contenido que él desconocía por completo. Cuando terminó de escuchar se animó a acercarse a una de las estatuas. De reojo vio una que le hizo torcer el rostro: es de plata y pudo ver en su forma dos figuras para nada familiares apuñalando a una mujer tumbada en su cama aparentemente.

—Melodes el compositor de sueños, Nihil y dama Sueño —musitó Adam leyendo la inscripción de la estatua—. Un puñal de sueños para acabar con las pesadillas… Que asco de frase —añadió levantando el labio.

Adam prestó atención a Chromsa con curiosidad, ¿qué clase de de sistema político controla este caos de reino? O si tan siquiera pudiese llegar a existir uno. El ruso nunca ha sido muy entendido en política como para opinar pero lo que se le pasó por la cabeza era algo que quiso decir.

—Quizás reina el más fuerte aquí —respondió— Pensadlo, si algunos de nosotros puede hacer magia y aprenderla relativamente rápido, no me quiero ni imaginar que pueden hacer los que estén familiarizados con ella. Se pelearían por el trono seguro —terminó de decir, con algo de seguridad.

No quiso pensar así pero ese infame encuentro con la sombra que asesino a aquella mujer tocó bastante a Adam, lo suficiente como para que admitiese que la ciudad pecaba de violenta e inducía a los demás a ello. Ya nada mas llegar le resultó extraño todo: desde las criaturas variopintas que atentaban con sus vidas hasta el extenso armamento que se les proporcionaba en el torreón, cuando muchos de ellos no eran ni adultos.

Evito mirar como pudo la grotesca estatua que estuvo señalando Kradko, teniendo escalofríos solo de pensar en ese ser en carne y hueso.

29/06/20, 10:19 pm

Amira observó curiosa la muralla violeta que rodeaba el sitio al que iban. Los ladrillos hexagonales no es que fueran algo especialmente común en la Tierra, y ese color tampoco. Puede que solo estuvieran pintados, claro, pero seguían llamándole la atención. El sitio parecía bastante bonito: había plantas y verde y la francesa se sentía emocionada de ver algo que no fuera arquitectura cochambrosa y ruinas grises. Y luego estaban las estatuas. Las que flotaban eran las más llamativas, sí, pero las otras no se quedaban atrás. La que había señalado Lethe, de una reina vampiro y su dragón, era impresionante.

La conversación sobre las dinastías erráticas de Luci le hizo sonreír un poco. Le llegaron recuerdos de la Tierra y lo confusas que le parecían las monarquías y las uniones dinásticas en clase de Historia. No sabía hasta que punto las de aquella ciudad lo serían en relación a las monarquías europeas, pero tampoco tenía interés en comprobarlo. Miró a la estatua de nuevo, algo sobrecogida. El dragón era bastante grande, y desde luego no quería ver uno vivo así de cerca. La conversación sobre el sistema de gobierno de aquel lugar le estaba resultando interesante.

—Si reinase el más fuerte veríamos a los de los dragones pelearse entre sí, ¿no? Además los reyes tienden a controlar bastante bien el poder y no soltarlo —«Hasta que los matas, claro», añadió mentalmente.
La verdad es que le daba igual quien gobernase: lo estaba haciendo de pena. Toda la ciudad era un caos ruinoso, y no parecía que estuvieran haciendo nada por mejorarlo. Si de verdad había un gobierno, era tan inútil que no esperaba que los habitantes lo tuvieran en alta estima.

30/06/20, 07:43 pm

Kolja se había colocado otra vez a la cola del grupo en aquella salida. Ya solía ponerse en aquel lugar por costumbre en las pocas excursiones que hacían. Por ello primero oyó las exclamaciones de asombro de sus compañeros antes de ver los muros que delimitaban aquella especie de parque. Los ladrillos exagonales y su color le llamaron la atención, pero le apetecía más entrar en aquella zona verde, aquellos remansos de paz escaseaban en aquella ciudad.

Nada más entrar se le calló la mandíbula al suelo. Las estatuas que decoraban eran impresionantes, en su detalle y en las figuras que representaban. Como el resto, la primera a la que se acercó fue a la de aquella reina montada en un imponente dragón. Se acercó a la que señalaba Kradko, aquel arácnido humanoide que parecía recién sacado de la pesadilla de alguien con aracnofobia y luego se alejó un poco del grupo para seguir admirando las figuras desperdigadas por el parque. Una de ellas le llamó la atención, un circulo de diez magos alrededor de una persona con un cuerno en la frente. Le sonaba haber leido algo sobre aquella escena en concreto en el libro de historia que habían sacado de la biblioteca.

-Aquí hay otra que salía en el libro de la historia de la ciudad. Creo que muestra la muerte de... ¿Antrax el Comeojos? No, tenía otro nombre, bueno, la cuestión es que según el libro fue el primer señor de los asesinos, un puesto importante en el consejo ese del que habláis. - les contó.

03/07/20, 06:10 pm

El primer pensamiento que invadió a la varmana al llegar fue el de si podría llevarse un trocito de muro de recuerdo, avergonzándose entonces por pensar como una urraca atraida por el color. Había ido para ver los jardines, esperando otro cúmulo de maravillas como el que se habían encontrado en el palacete, sin embargo no fue la vegetación la que sobrepasó sus espectativas. Una exhalación de sorpresa fue su reacción a las estatuas, concretamente por la del inmenso dragón y su jinete que coronaba el lugar. Estaba tan bien hecha que, de haber ido sola, Kahlo se habría echado para atrás jurando que en cualquier instante se movería. El cuerpo le pedía mirar a todos lados, pero simplemente no podía quitarle la vista de encima al animal y a la mujer encima suya, entre la fascinación, el respeto y el miedo. Que algunas flotaran solo era un añadido, pues artísticamente hablando eran impresionantes de sobra.

—¿De verdad son así de grandes? —preguntó tras Luci y Lethe, aún sobrecogida. Quizás fuera una exageración por parte del artista. Tampoco recordaba que los que veían volando tuvieran cuatro alas.
Se paseó alrededor de la misma, deleitándose con los detalles de cada escama, la composición, el color y el material sobre el que estaba esculpida. Si había echado de menos los museos varmanos aquello calmaba de una sentada sus necesidades visuales. Era un verdadero espectáculo, incluso aunque la temática fuera intimidante.
—Es preciosa —murmuró.

La conversación varió al sistema de gobierno de la ciudad, cosa que desde el principio le hizo fruncir el ceño. En Varmania no existían reyes más que en los cuentos de fantasía y en los libros de historia, y aunque conociera la realidad y no solo el romanticismo que tenían en los relatos que le leían de pequeña, pensar que Rocavarancolia tuviese una monarquía se le antojó... arcaico. Por supuesto, que otra cosa iban a tener sino.
—Me sorprendería que gobernasen de otra forma que no fuese por fuerza bruta —dijo mordazmente, pero, ¿realmente podía verlos como bárbaros? Ahí, pequeña como era, alzando la cabeza para ver mejor bajo las imponentes alas del dragón negro, dudó. Existía un gusto estético fino, así que por mucho que le doliese admitirlo tan cavernícolas no podían ser—. ¿Pero quién iba a querer reinar este desastre? ¿Hay ciudadanos siquiera?

Era consciente de que la ciudad tenía habitantes, aunque dudaba que fueran suficientes como para necesitar una figura de autoridad como aquella. Kolja añadió a su balanza de pensamientos, separando cada vez más a Kahlo de lo bonito de las obras que les rodeaban a una sociedad que olía bastante a podrido. Se encaminó despacio hacia el humano, tomándose su tiempo para observar las estatuas.

—"Señor de los asesinos" —repitió con grima—. Asesinos, reinas vampiro y arañas... un consejo de monstruos y brutos. Normal que la ciudad esté así —suspiró—. ¿Dónde está el primer señor de las torturas y las violaciones?

En realidad no quería saber la respuesta.

04/07/20, 03:36 pm

Kirés estaba sentado en los restos de lo que probablemente había sido el tobillo de algún gigante, pero ahora aquel pie que estaba usando de silla era lo único reconocible que quedaba de la escultura, si es que se la podía llamar así.
Llevaba allí desde antes de que los cosechados cruzaran el umbral, envuelto en un hechizo de opacidad, por lo que cualquiera que mirara en su dirección símplemente confundiría su silueta con las sombras y contornos de lo que le rodeaba.

¿Su razón de estar allí? Bastante simple: Hacía unos pocos días, mientras terminaba un trabajo para Giz en el barrio gigante, se había cruzado por casualidad con su antiguo cosechador. Aquel encuentro normalmente no tendría nada de notable, pero el draco y Kirés no se habían visto desde antes de la última cosecha, y aquel día fue cuando Kirés se enteró de que Noel había encontrado a otro enderth, y que dicho enderth se encontraba pasando la criba en la ciudad. En toda su vida Kirés sólo había visto a otro miembro de su especie, un encuentro fugaz en el que ni siquiera tuvo la oportunidad de verlo bien antes de que muriera. Ahora tenía otra oportunidad, y no pensaba dejarla pasar.
Encontrarlos fue sencillo: un hechizo de localización restringido a miembros de su misma especie solo iba a devolver dos resultados y uno era el propio Kirés. En cuanto supo la ruta que llevaban fue fácil deducir que o se dirigían a los jardínes deliberadamente o se detendrían en ellos en cuanto los descubrieran, por lo que decidió adelantarse y esperarles allí.

Ahora finalmente estaba ocurriendo. Por fin se encontraba con otro enderth al que podía ver durante más de medio segundo. Aquello era algo que sentía que llevaba esperándolo toda su vida y estaba siendo… ¿decepcionante?
Parpadeó, sorprendido con su propia reacción. No es que en realidad no quisiera ver a otro de su especie ni mucho menos, pero había pasado toda su vida deseando ver a más enderth, preguntándose cómo sería si alguna vez ocurría, cómo serían ellos, como reaccionarian ante el propio Kirés… Ahora que por fín podía esperaba haber sentido algo, que aquello tuviera algún significado, pero no. No sintió nada diferente que cuando veía por primera vez a cualquier otra persona, algo normal en realidad. El paladín simplemente había esperado más.

Expectativas imposibles aparte, lo que más le llamó la atención de Lethe fue, previsiblemente, su plumaje. Sabía que los de su especie podían presentar diferentes colores, pero una cosa era saberlo y otra verlo. Solo se tenía a sí mismo como referencia visual así que cuando imaginaba a otros enderth siempre acababan teniendo los mismos colores que él. Le parecieron unos colores bonitos, mucho más interesantes que los suyos.
¿Sería por la novedad? Se preguntó mentalmente. Era posible, pero no podría saberlo hasta que se hubiera acostumbrado a verlos.

Decidió que ya había pasado suficiente tiempo observando y que era hora de dejarse ver. No le parecía justo que sólo él pudiera ver a otro enderth cuando lo más probable era que el otro allí presente iba a querer ver a otro de su especie también. Deshizo el hechizo de opacidad mientras miraba la estatua del dragón, que parecía ser el principal foco de atención, y se metió en la conversación para que todos se dieran cuenta deprisa de que estaba allí.
–Sí que hay un rey, aunque es muy raro verlo fuera del castillo– dijo, en respuesta a lo que había escuchado decir a Lethe mientras miraba pensativo la estatua. –Creo que solo lo he llegado a ver en persona una vez.
Giró la cabeza hacia todo el grupo y alzó una garra a modo de saludo. Ahora esperaría a la reacción del grupo. Basándose en su propia experiencia con transformados cuando había sido cosechado estos encuentros solían ser desagradables y confiaba en poder evitar que este fuera igual.

Desde el punto de vista de los cosechados probablemente parecería que el enderth siempre había estado allí y que símplemente no se habían dado cuenta hasta que este decidió hablar.

04/07/20, 05:17 pm

Luci le respondió que históricamente habían reinado todo tipo de seres extraños en la ciudad, tal y como parecían indicar otras estatuas como aquella en la que se había fijado Kradko. Varios de los que habían leído el libro de historia aportaron algunos puntos de vista al respecto de los posibles gobernantes de la ciudad y no podía estar más de acuerdo con Kahlo en que “Señor de los Asesinos” no era ningún título que querría que existiese en donde fuese a vivir.

Y no obstante, a pesar de no tener ni idea de escultura, indudablemente se encontraban rodeados de obras de arte. Aquellas estatuas casi parecían vivas e incluso alguien tan pragmático como la enderth podía apreciar la artesanía tras ellas. Tal vez fuesen muy rimbombantes como recuerdo de los muertos, pero por algún motivo no le parecían tan innecesarias como los adornos recargados que tenían algunos edificios. De algún modo sentía que su propósito contaba con cierta importancia. Recordar el pasado y a aquellas personas que, según los estándares de aquel sitio tan turbio al menos, parecían haber hecho algo importante. Se había acercado a examinar las estatuas en mejor estado, tratando de entender qué significaban cuando escucharon la voz desconocida.

Al principio se sobresaltó y se puso alerta, pero Lethe no pudo evitar bajar el arma y componer una expresión de enorme sorpresa al poder ver bien a quien les había hablado. Tardó varios segundos en simplemente variar su gesto. Hacía unos quince años que no veía a otro como ella. Un ave de plumaje completamente blanco. Un enderth, indudablemente. Allí, en otro mundo. Apenas prestó atención a lo que les había dicho y permaneció mirándolo fijamente sin dar crédito a sus ojos. Su pose pasó de la sorpresa a alerta de nuevo: había algo en aquel enderth que no encajaba. Era… imponente, de algún modo. Aunque la última vez que había visto a sus padres tenía tan solo unos tres años, tenía la certeza de que no tenían aquella energía. No era ni siquiera más alto que ella, pero se sentía muy pequeña a su lado. Y eso no le gustó.

Se esforzó por dejar de erizar las plumas y acercarse cautelosamente a él, pero no demasiado.
—¿Quién eres? —fue todo lo que le salió decir, finalmente.

04/07/20, 06:13 pm

Kolja se encogió de hombros.

-En realidad, no es un puesto tan raro, lo más raro es que sea tan público. Por lo que se en la edad media en las ciudades más grandes de Europa siempre había un gremio de ladrones y otro de asesinos, y cada gremio tenía un líder, por supuesto, pero la diferencia es esa, que eran ilegales y se mantenían lo más ocultos posible, a pesar de que su existencia fuese vox populi- replicó.

Iba a responder que según el libro de historia, los ciudadanos solían ser igual de extraños que los reyes, cuando una voz a sus espaldas hizo que se girara rápidamente, con la mano en el pomo de la espada bastarda que había escogido para aquella salida. Al girarse se encontró con pájaro de la especie de Lethe, pero con un plumaje más sobrio, blanco con algunos toques de negro. Por la conversación que habían tenido hace algún tiempo ya, sabía que no quedaban muchos de aquella especie, lo que hizo que lanzase una rápida mirada a su compañera, que parecía tener el plumaje erizado.

-Me imagino que uno de los famosos ciudadanos de este lugar ¿O me equivoco?- respondió la pregunta planteada por la pájaro, mirando al nuevo pájaro.

04/07/20, 11:51 pm

Adam se sintió un poco tonto por la lógica respuesta de Amira, pensando en el dragón que sobrevoló la ciudad con su jinete, no logró imaginar a nadie que fuese capaz de enfrentar a semejante ser. Sin embargo, el comentario de Kahlo sobre los inexistentes ciudadanos de la ciudad le pareció curioso cuanto menos, parándose a pensar en que, quizás, estuviesen cosechando gente para tener pobladores. Una contradicción cruzó su mente, ¿para qué les prometieron entonces, si fuese real su deducción, que podían volver a sus hogares?

Inmediatamente paró de pensar cuando escuchó de su maestro Kolja acerca de un señor de los asesinos, cerrando los ojos señal de la repugnancia que le generó ese “importante puesto” en Rocavarancolia.

Kahlo logro sacar una sonrisa al ruso con su sarcástica pregunta.

—No sé vosotros pero espero no encontrarme con ese “importante señor de los asesinos” —respondió negando con la cabeza a la vez que no intencionadamente graciosas muecas de asco escapaban de su faz.

Una desconocida voz hizo que se le erizaran los pelos de la nuca. Se giró hacia el origen y vio lo que parecía ser otra persona pájaro alzando lo que parecían ser sus garras. Inmediatamente se puso en guardia, levantando su escudo y preparando su otra mano en el mango de su espada pero sin desenvainarla, seguía algo asqueado por su filo. Aunque la conocía poco, la mujer pájaro pareció manifestar sentimientos nuevos a sus ojos.

Ante todo prefirió callar mientras su guardia permanecía alta como nunca, temiendo decir algo que ofenda al recién llegado. Sin darse cuenta tomo unos leves pasos para acercarse un poco al ochrorio.

05/07/20, 01:07 am

De pronto el jardín ya no le parecía tan bonito. En lugar de ofrecer un descanso a la fealdad que veían a diario no paraba de recordarles dónde estaban. Luci no podía coincidir con Kradko respecto a los arácnidos; eran feos y daban miedo como confirmó la escultura que le señalaba. Tampoco pudo seguir del todo el razonamiento de Adam y Amira. El concepto de fuerza que tenían en la Tierra le resultaba tan absurdo e incomprensible. Y la cosa empeoraba.

-¡Claro que es un puesto raro! ¡Es un puesto rarísimo! ¿Qué carandelas le pasa a este mundo y al tuyo? -exclamó Luci indignado por el comentario de Kolja sobre el Señor de los Asesinos. Se había saltado ese apartado del libro de historia, pero no hacía falta ser un genio para deducir en qué podía consistir. Miró la estatua del tal Antrax y sintió repulsión y un pensamiento que más tarde le haría sentirse mal consigo mismo: le alegró que lo mataran, le pareció bien que ese consejo de magos acabase con su vida, aunque seguramente no fueran mucho mejores que él.

Una interrupción lo sacó de sus pensamientos y le hizo volver corriendo con el grueso del grupo. Se trataba de un hombre pájaro que parecía ser de la misma especie que Lethe, blanco como la muerte y con una presencia que le hizo encogerse un poco en el sitio y esconderse detrás de sus compañeros. Aun así no quería perderlo de vista. Había hablado del rey, lo había conocido en persona. Tan solo desvió la mirada de él para lanzarle una de extrañeza a Kolja. ¿Por qué decía que era un ciudadano?

05/07/20, 11:36 am

El debate sobre quien tenía el poder en Rocavarancolia estaba siendo bastante amplio y las conclusiones a las que iba llegando el grupo le parecían acertadas al ochrorio. En una ciudad tan peligrosa como aquella no le parecería extraño que intentaran derrocar al rey todo el tiempo, pero Amira también tenía razón. El rey tenía que afianzar el poder si quería sobrevivir en el trono y si no habían visto indicios de revueltas en el tiempo que llevaban podía ser porque debía ser fuerte el monarca actual si lo había. Era algo que agradecía pues no quería imaginarse como sería sobrevivir allí en medio de una guerra civil. -Bueno, supongo que algún valor tiene que tener ser rey aunque sea de un lugar así. Y aunque no los hayamos visto me imagino que las casas que encontramos de camino al palacete estarán habitadas. Al fin y al cabo un rey sin súbditos sería algo muy raro.- respondió a las preguntas de Kahlo.

Kolja les llamó después la atención hacia otro conjunto de estatuas, esta vez se trataba de un grupo que rodeaba a una figura con un cuerno en la frente y un collar que, aunque no llegaba a distinguir bien qué eran las esferas que lo formaban, le daba mala espina por algún motivo. Por lo que contó el terrestre, el del centro fue el primer Señor de los Asesinos de la ciudad. No le extrañaba que existiera ese cargo allí, pero le seguía repugnando que los asesinatos estuvieran reglados. Al menos en Ochroria las ejecuciones eran "más limpias y justas", aunque a Chromsa tampoco es que le agradasen demasiado. Alguna vez su segundo hermano mayor le había invitado a asistir a alguna, pero se había negado en rotundo. -Lo mismo digo Adam.- dijo cuando varios mostraron su preocupación ante un nuevo "Antrax" o como se llamase en realidad.

Estaba a punto de responderle a Kahlo cuando una voz que no reconocía les habló. Se giró al instante en su dirección y pudo ver a alguien muy parecido a Lethe sentado en lo que quedaba de una estatua, solo que a diferencia de ella era de plumas blancas y además de algún modo le infundía respeto con solo verlo. Parecía que nadie lo había visto, aunque era normal cuando habían estado tan concentrados en las estatuas. Al igual que el resto, la sorpresa le hizo ponerse un poco a la defensiva y se acercó a Adam cuando vio que éste se puso cerca de él. Aunque pensándolo bien, si tuviera malas intenciones no se habría delatado. Es más, les estaba saludando con la mano. Con un poco más de confianza y con calma le habló al desconocido mientras le devolvía el saludo con la mano: -Buenos días. Disculpe si estamos un poco... asustados de haberlo visto, pero somo nuevos en la ciudad y salvo por el bibliotecario nadie que nos hemos encontrado hasta ahora no es que fueran precisamente amigables. Pero me atrevo a decir que no tiene malas intenciones, ¿verdad, señor...?- Si había alguna posibilidad de que pudieran solucionar aquello sin tener que salir huyendo habría que intentarlo. Y quien sabe, tal vez incluso consiguieran información de la ciudad.

Jardines de la Memoria

Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria

Re: Jardines de la Memoria