Anfiteatro
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Anfiteatro
02/08/11, 06:26 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Construido en piedra, ahora abandonada y sucia, su interior está repleto de objetos desechados o robados, y sus sótanos infestados de hienas. La arena mide 75 x 44 metros.
- Naeryan
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Re: Anfiteatro
29/06/13, 02:06 am
En aquellos momentos la zona cercana al anfiteatro era un caos. Las hienas estaban muy alteradas a causa de la Luna, más de lo normal incluso para esas fechas, y peleaban entre sí y contra cualquier intruso que hiciese acto de presencia. Muchas embestían rabiosamente contra el edificio en el que RR y Timmy habían hecho su plaza fuerte, oliendo a la presa tierna y vulnerable por el cambio que albergaba su interior. El embestir de las hienas a lo largo de toda la noche había hecho trizas la barrera que Shizel había instalado en su momento y el edificio era vulnerable, a falta de nadie que convocara una segunda tras los límites de ésta. Sin embargo un contingente importante de los animales arremetía e intentaba morder a una figura que se mantenía en el aire por encima de ellos.
Los sendarios sabían desde hacía mucho tiempo, y con bastante exactitud, qué medidas de protección había en torno al barracón. Sin embargo los dos muchachos del interior y los ocasionales que iban a hacerles visitas que los sendarios suponían de aprovisionamiento no habían movido ficha, y por tanto ellos tampoco.
Pero para Corann aquella noche la veda no contaba. El idrino estaba borracho de puro poder, y el empuje de la Luna había derribado cualquier frágil soporte de cordura que aún mantenía en pie la mente del norteño. El refugio ahora se tambaleaba tras el efecto de un hechizo de impacto tras otro. Una de las paredes se había reducido a escombros dejándole el paso libre, pero el idrino no parecía darse cuenta siquiera. Parecía tener la intención de echar abajo la construcción, o quizá ni siquiera la veía.
Portaba cuernos y cola recién crecidos de un lustroso color azabache, y una sonrisa desquiciaba adornaba su rostro de tal forma que parecía que iba a partirlo en dos, acentuada por unas enormes ojeras oscuras. Se había desprendido de casi todas las múltiples capas de su ropa, y éstas dejaban por fin al descubierto la maraña de talismanes y cristales que siempre llevaba prendidos con vendas o colgantes.
Corann había abandonado Sendar a altas horas de la madrugada, en un estado mental completamente fuera de la norma. Su recorrido errático por la ciudad sólo no había acabado en tragedia por el hecho de que la figura del idrino se desdibujaba constantemente en el aire, apareciendo y desapareciendo intermitentemente. Los seres durmientes que estuvieron a su alcance, incluidos sus compañeros de cosecha aún ajenos al cambio que la Luna Roja estaba obrando en ellos, fueron visitados por visiones incontroladas y fugaces que sin embargo les negaron cualquier posibilidad de descanso.
Era un íncubo de las pesadillas, al fin y al cabo. Era natural.
Los sendarios sabían desde hacía mucho tiempo, y con bastante exactitud, qué medidas de protección había en torno al barracón. Sin embargo los dos muchachos del interior y los ocasionales que iban a hacerles visitas que los sendarios suponían de aprovisionamiento no habían movido ficha, y por tanto ellos tampoco.
Pero para Corann aquella noche la veda no contaba. El idrino estaba borracho de puro poder, y el empuje de la Luna había derribado cualquier frágil soporte de cordura que aún mantenía en pie la mente del norteño. El refugio ahora se tambaleaba tras el efecto de un hechizo de impacto tras otro. Una de las paredes se había reducido a escombros dejándole el paso libre, pero el idrino no parecía darse cuenta siquiera. Parecía tener la intención de echar abajo la construcción, o quizá ni siquiera la veía.
Portaba cuernos y cola recién crecidos de un lustroso color azabache, y una sonrisa desquiciaba adornaba su rostro de tal forma que parecía que iba a partirlo en dos, acentuada por unas enormes ojeras oscuras. Se había desprendido de casi todas las múltiples capas de su ropa, y éstas dejaban por fin al descubierto la maraña de talismanes y cristales que siempre llevaba prendidos con vendas o colgantes.
Corann había abandonado Sendar a altas horas de la madrugada, en un estado mental completamente fuera de la norma. Su recorrido errático por la ciudad sólo no había acabado en tragedia por el hecho de que la figura del idrino se desdibujaba constantemente en el aire, apareciendo y desapareciendo intermitentemente. Los seres durmientes que estuvieron a su alcance, incluidos sus compañeros de cosecha aún ajenos al cambio que la Luna Roja estaba obrando en ellos, fueron visitados por visiones incontroladas y fugaces que sin embargo les negaron cualquier posibilidad de descanso.
Era un íncubo de las pesadillas, al fin y al cabo. Era natural.
- Naeryan
Ficha de cosechado
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Re: Anfiteatro
09/07/13, 09:34 pm
El edificio que había albergado a RR y Timmy durante la última parte de la cosecha había sido reducido a escombros a lo largo de la noche. Corann contempló su obra desde una calle aledaña con siniestra satisfacción, a pesar de que la mayor parte del trabajo la habían hecho los monstruos.
No había prestado mucha atención a quién o qué eran responsables de los ataques de su persona. Los inquilinos del interior del edificio bien podrían haber respondido con represalias violentas, pero Corann no recordaba con claridad si había sido así. No se había parado en ningún momento a diferenciar entre alimañas o seres inteligentes cuando había cedido ante el impulso de matar, destruir, que su mente llevaba tanto tiempo susurrándole al oído.
El idrino tenía la mitad de la cara en carne viva, pero no se había molestado en curársela en ningún momento. Se había entregado a la violencia con deleite, a veces amagando ataques contra enemigos imaginarios que su propia mente hacía aparecer frente a sus ojos. Tenía la impresión de que tenía algo roto, pero no podía centrarse lo suficiente como para distinguir qué era.
Con las manos en los bolsillos y haciendo caso omiso por completo al pregón que retumbaba en los cielos, emprendió cojeando el camino de regreso a Sendar. Se preguntó, con una risilla desquiciada, si quedaría gente durmiendo.
No había prestado mucha atención a quién o qué eran responsables de los ataques de su persona. Los inquilinos del interior del edificio bien podrían haber respondido con represalias violentas, pero Corann no recordaba con claridad si había sido así. No se había parado en ningún momento a diferenciar entre alimañas o seres inteligentes cuando había cedido ante el impulso de matar, destruir, que su mente llevaba tanto tiempo susurrándole al oído.
El idrino tenía la mitad de la cara en carne viva, pero no se había molestado en curársela en ningún momento. Se había entregado a la violencia con deleite, a veces amagando ataques contra enemigos imaginarios que su propia mente hacía aparecer frente a sus ojos. Tenía la impresión de que tenía algo roto, pero no podía centrarse lo suficiente como para distinguir qué era.
Con las manos en los bolsillos y haciendo caso omiso por completo al pregón que retumbaba en los cielos, emprendió cojeando el camino de regreso a Sendar. Se preguntó, con una risilla desquiciada, si quedaría gente durmiendo.
- Álvar
Ficha de cosechado
Nombre: Timothy “Timmy” O’ Connors
Especie: Humano
Habilidades: Habilidad mental, astucia, planificación
Re: Anfiteatro
12/07/13, 03:55 am
La guerra contra los sendarios se había convertido en mera rutina. Habían pasado días desde que se iniciara la contienda, y lejos de alcanzar la victoria, todo se reducía a un toma y daca constante entre ambos bandos. Incluso RR se había largado. Pero no importaba. Él no estaba allí por principios ni ideales de gloria. A él solo le importaba una cosa: matar. Si bien es cierto que no había progresado en la batalla, si se había percatado de su mejora física. El intercambio constante de ataques entre ambos bandos le había hecho mejorar su fuerza, velocidad, agilidad y precisión. En un escenario donde en cada asalto uno se jugaba la piel era necesario darlo todo en cada momento, y eso a la larga suponía grandes beneficios a nivel físico.
El único problema era aquel extraño y cada vez más frecuente picor que le recorría toda la cara. Le ponía de los nervios e incluso le impedía dormir. Los últimos días se había convertido en algo prácticamente constante, y cada vez era más molesto. Una noche se despertó súbitamente entre sudores y gritos. Aquel picor se había convertido en un dolor estremecedor. Se puso en pie y empezó a rascarse la piel de la cara. El dolor que sufría era terrible. Pareciera que los huesos de la cabeza le estaban ardiendo bajo la piel. En el forcejeo, se percató de una extraña luz rojiza que entraba por la ventana de su refugio y no pudo evitar asomarse para ver de qué se trataba. Una luna se alzaba en el cielo. Una luna grande y roja.
-Así que… eso era.
Tras unos segundos contemplándola ensimismado se había olvidado por completo del dolor, hasta que de pronto éste volvió con muchísima mayor intensidad. Incrustó las uñas a la altura de los oídos y empezó a tirar, intentando arrancarse la cara en un acto desesperado por hacer que el dolor desapareciese. Y al final, curiosamente, lo consiguió. La piel de la cara se desprendió del cráneo.
-¡¡¡KYYYYYAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!- Chilló ante el dolor de los nervios al separarse del cuerpo, antes de desplomarse sobre el suelo.
Tras unos minutos inconsciente, volvió en sí. Se levantó poco a poco, y caminó tambaleándose hasta un trozo de espejo que había sobre una pared. Aún le quedaban algunos restos de piel pegados en la parte trasera del cráneo, pero el resto de su cabeza era todo hueso. Huesos y fuego. Se retiró los restos de piel que quedaban y se quedó embobado mirando su propio reflejo, incrédulo y a la vez maravillado. Era una calavera, una calavera cuyos ojos y boca se iluminaban por lo que parecía ser un fuego interior. Se sintió extraño, como si no solo hubiera cambiado su aspecto exterior. También se notaba distinto por dentro.
-De modo que esto es lo que ocurre-se dijo a sí mismo- Nos transforman en monstruos, o al menos nuestra apariencia. Todo este tiempo dándole vueltas a qué sería lo que ocurriría cuando saliera la maldita luna, y este es el resultado. Ahora todos somos monstruos. Pues claro… las marcas en el torreón… Por supuesto que hubo otros antes que nosotros, pero no se les permitía vernos para no desvelar el pastel.
Volvió a mirar con interés cada detalle de su nueva apariencia.
-Magia… magia que nos convierte en monstruos. Huesos y fuego, je. A mí me ha tocado ser el puñetero Jack o’ Lantern, muy irlandés-rió- Me pregunto en qué se habrán transformado los otros… Y más importante aún, estoy deseando saber qué tipo de poder entraña esta… curiosa transformación.
Se giró en dirección a la otra parte de la habitación, dispuesto a preparar su equipaje para salir cuando vio en el suelo la zona de piel que ahora era una sobra de lo que había sido su cara. Eso le dio una idea. Se sentó en el suelo y sacó un par de tiras de cuero del zurrón, junto a un par de tachuelas. Tras unos minutos trabajando, terminó su obra: una máscara perfecta de piel humana. Su piel. Tras terminar, se la colocó sobre el cráneo desnudo y se puso la capucha. Volvió a mirarse al espejo y quedó gratamente sorprendido por su imagen. Aquella luz que brillaba en sus ojos y su boca salía por los agujeros de la máscara de piel, dando un aspecto más siniestro de lo que jamás habría imaginado. Sacó su vieja máscara del zurrón y se la quedó mirando. Ya no necesitaría aquel objeto. Por primera vez se sentía un ser completo. Sacó del zurrón uno de sus frascos explosivos, lo abrió y vertió el liquido inflamable sobre la máscara de duende. La arrojó al suelo y le tiró una cerilla encima. Vio como los restos de su antiguo ser se desvanecían entre las llamas. El rojo intenso y el calor despertaron algo en él, una sensación familiar. En ese momento se hizo una idea de cómo funcionaba ese nuevo cuerpo.
Cogió algunos objetos que consideró útiles y se dispuso a partir en busca de los sendarios. Estaba ansioso por experimentar con ellos. Aquel día, en aquel momento, comenzaba una nueva era. Una era de fuego y terror. Una era de pesadillas.
Salió de su refugio y trepó a uno de los tejados cercanos para tener mejor visión de la zona. Se agazapó al escuchar un ruido y observó como el idrino de los sendarios se aproximaba junto a una bandada de monstruos en dirección al refugio, aunque desde luego ya no parecía un idrino. Él también había cambiado. De pronto, empezó a lanzar lo que pareció un hechizo de impacto, que comenzó a hacer temblar el edificio. Eso y las constantes embestidas de sus salvajes acompañantes acabaron por derribarlo. El irlandés lo observó todo en silencio, analizando cada detalle, como acostumbraba. Cuando sus enemigos se dieron por satisfechos, se retiraron, y el joven se juró que un día de estos acabaría con aquel ser, pero no sería hoy. No, él aún no dominaba la magia y no conocía los pros y los contras de su nuevo cuerpo, mientras que su rival parecía mucho más experimentado en dichos asuntos.
Decidió continuar su marcha por la ciudad en busca de objetivos con los que experimentar. Mientras avanzaba por los tejados, no pudo evitar fijarse en el estado catastrófico en el que se encontraba la ciudad. Estaba llena de fisuras, como si hubiera tenido lugar un terremoto, pero él no recordaba ninguno. Quizás hubiera ocurrido mientras había estado inconsciente a causa de la transformación.
Cuando había avanzado cierta distancia, decidió bajarse a la calle para inspeccionar una de las fisuras. Estaba a dos pasos de ella cuando emergió una extraña criatura, similar a un humano pero con garras y aspecto de animal salvaje. La criatura acabó de trepar por el agujero y alzó la vista al toparse con el joven. Cuando sus ojos se posaron en la cara del irlandés, un miedo atroz se apoderó de ella.
-Vaya vaya… mira qué tenemos aquí-dijo con su boca de fuego.
Acto seguido le propinó una rápida patada en el pecho a la criatura, que salió despedida hacia atrás. Antes de que pudiera levantarse, el irlandés saltó con increíble agilidad encima de ella y con dos rápidos movimientos le clavó un puñal en cada brazo a la altura del hombro, dejándolos inservibles. La criatura aulló de dolor y de miedo ante la impotencia de la situación.
El joven acercó su falsa cara a la de la criatura, para que ésta la viera bien y sobretodo que viera el interior.
-¿Ves esto? Es fuego. Siempre me ha gustado, y ahora fluye en mi interior-le dijo esbozando una sonrisa macabra con aquel cacho de piel muerta-Y este mismo fuego es el regalo que voy a hacerte a ti.
Acto seguido clavó otros dos cuchillos en las rodillas de la criatura para asegurarse de que estaba completamente inmovilizada y sacó una de sus bombas del zurrón, la cual introdujo por la fuerza en la boca de aquel ser. El hombre bestia estaba templando, mezcla de terror y dolor, y el irlandés sentía que se hacía más fuerte cuanto más miedo tenía la criatura. Se acercó de nuevo a su cara y le miró fijamente a los ojos. Intentó proyectar su aura de crueldad sobre la criatura y sintió como ésta temblaba con más fuerza. Mientras lo hacía, por un momento habría jurado que el fuego de su cabeza se había expandido un poco, pero pensó que solo era su imaginación.
Cuando estuvo satisfecho, sacó una cerilla del zurrón, pero antes de prenderla cayó en la cuenta de que ya no era necesario. Sacó la bomba de la boca de la criatura y se metió la mecha entre su cavidad bucal. El fuego de su interior la hizo prender, por lo que la colocó rápidamente de nuevo en la boca de su víctima.
-Esto me gusta cada vez más-dijo sonriendo-Que te vaya bien, tronco- le dijo antes de darle una palmadita en la cara y levantarse para alejarse de él.
Tras escasos segundos, observó como aquel extraño ser volaba en mil pedazos. Y se sintió satisfecho. Gracias a la experiencia había llegado a intuir cómo funcionaba ese nuevo cuerpo. De alguna forma el miedo de sus víctimas le otorgaba cierto poder. Poder que seguramente podría emplear en habilidades y hechizos que aun desconocía. Sin duda, una de las tareas de las que se ocuparía prioritariamente sería investigar estos hechos en la biblioteca. Así pues, como no sabía a dónde ir, decidió que ése sería su destino por el momento.
Cuando se disponía a trepar de nuevo a los tejados, vio un viejo farol en la fachada de una de las casas, que curiosamente estaba en buen estado. Por un momento se acordó de las viejas historias de Jack que contaban en su tierra, y no pudo evitar la tentación de coger el farol y encender la vieja vela. Se lo colgó al cinto y trepó al tejado, tras lo cual se puso rumbo a la biblioteca dando saltitos mientras silbaba una vieja canción irlandesa.
Por el camino se puso a pensar que dado su nuevo aspecto, necesitaría un nuevo nombre, pues hacía tiempo que ya no era “Timmy” y ahora estaba claro que no le pegaba llamarse “Duende”, pero tendría que pensarlo con tiempo. Además, necesitaría cambiar el color de su indumentaria, pues el verde no pegaba mucho con su nuevo “yo”.
Y así, pensando en estos y otros temas sin importancia, continuó su camino en medio de la noche.
El único problema era aquel extraño y cada vez más frecuente picor que le recorría toda la cara. Le ponía de los nervios e incluso le impedía dormir. Los últimos días se había convertido en algo prácticamente constante, y cada vez era más molesto. Una noche se despertó súbitamente entre sudores y gritos. Aquel picor se había convertido en un dolor estremecedor. Se puso en pie y empezó a rascarse la piel de la cara. El dolor que sufría era terrible. Pareciera que los huesos de la cabeza le estaban ardiendo bajo la piel. En el forcejeo, se percató de una extraña luz rojiza que entraba por la ventana de su refugio y no pudo evitar asomarse para ver de qué se trataba. Una luna se alzaba en el cielo. Una luna grande y roja.
-Así que… eso era.
Tras unos segundos contemplándola ensimismado se había olvidado por completo del dolor, hasta que de pronto éste volvió con muchísima mayor intensidad. Incrustó las uñas a la altura de los oídos y empezó a tirar, intentando arrancarse la cara en un acto desesperado por hacer que el dolor desapareciese. Y al final, curiosamente, lo consiguió. La piel de la cara se desprendió del cráneo.
-¡¡¡KYYYYYAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!- Chilló ante el dolor de los nervios al separarse del cuerpo, antes de desplomarse sobre el suelo.
Tras unos minutos inconsciente, volvió en sí. Se levantó poco a poco, y caminó tambaleándose hasta un trozo de espejo que había sobre una pared. Aún le quedaban algunos restos de piel pegados en la parte trasera del cráneo, pero el resto de su cabeza era todo hueso. Huesos y fuego. Se retiró los restos de piel que quedaban y se quedó embobado mirando su propio reflejo, incrédulo y a la vez maravillado. Era una calavera, una calavera cuyos ojos y boca se iluminaban por lo que parecía ser un fuego interior. Se sintió extraño, como si no solo hubiera cambiado su aspecto exterior. También se notaba distinto por dentro.
-De modo que esto es lo que ocurre-se dijo a sí mismo- Nos transforman en monstruos, o al menos nuestra apariencia. Todo este tiempo dándole vueltas a qué sería lo que ocurriría cuando saliera la maldita luna, y este es el resultado. Ahora todos somos monstruos. Pues claro… las marcas en el torreón… Por supuesto que hubo otros antes que nosotros, pero no se les permitía vernos para no desvelar el pastel.
Volvió a mirar con interés cada detalle de su nueva apariencia.
-Magia… magia que nos convierte en monstruos. Huesos y fuego, je. A mí me ha tocado ser el puñetero Jack o’ Lantern, muy irlandés-rió- Me pregunto en qué se habrán transformado los otros… Y más importante aún, estoy deseando saber qué tipo de poder entraña esta… curiosa transformación.
Se giró en dirección a la otra parte de la habitación, dispuesto a preparar su equipaje para salir cuando vio en el suelo la zona de piel que ahora era una sobra de lo que había sido su cara. Eso le dio una idea. Se sentó en el suelo y sacó un par de tiras de cuero del zurrón, junto a un par de tachuelas. Tras unos minutos trabajando, terminó su obra: una máscara perfecta de piel humana. Su piel. Tras terminar, se la colocó sobre el cráneo desnudo y se puso la capucha. Volvió a mirarse al espejo y quedó gratamente sorprendido por su imagen. Aquella luz que brillaba en sus ojos y su boca salía por los agujeros de la máscara de piel, dando un aspecto más siniestro de lo que jamás habría imaginado. Sacó su vieja máscara del zurrón y se la quedó mirando. Ya no necesitaría aquel objeto. Por primera vez se sentía un ser completo. Sacó del zurrón uno de sus frascos explosivos, lo abrió y vertió el liquido inflamable sobre la máscara de duende. La arrojó al suelo y le tiró una cerilla encima. Vio como los restos de su antiguo ser se desvanecían entre las llamas. El rojo intenso y el calor despertaron algo en él, una sensación familiar. En ese momento se hizo una idea de cómo funcionaba ese nuevo cuerpo.
Cogió algunos objetos que consideró útiles y se dispuso a partir en busca de los sendarios. Estaba ansioso por experimentar con ellos. Aquel día, en aquel momento, comenzaba una nueva era. Una era de fuego y terror. Una era de pesadillas.
Salió de su refugio y trepó a uno de los tejados cercanos para tener mejor visión de la zona. Se agazapó al escuchar un ruido y observó como el idrino de los sendarios se aproximaba junto a una bandada de monstruos en dirección al refugio, aunque desde luego ya no parecía un idrino. Él también había cambiado. De pronto, empezó a lanzar lo que pareció un hechizo de impacto, que comenzó a hacer temblar el edificio. Eso y las constantes embestidas de sus salvajes acompañantes acabaron por derribarlo. El irlandés lo observó todo en silencio, analizando cada detalle, como acostumbraba. Cuando sus enemigos se dieron por satisfechos, se retiraron, y el joven se juró que un día de estos acabaría con aquel ser, pero no sería hoy. No, él aún no dominaba la magia y no conocía los pros y los contras de su nuevo cuerpo, mientras que su rival parecía mucho más experimentado en dichos asuntos.
Decidió continuar su marcha por la ciudad en busca de objetivos con los que experimentar. Mientras avanzaba por los tejados, no pudo evitar fijarse en el estado catastrófico en el que se encontraba la ciudad. Estaba llena de fisuras, como si hubiera tenido lugar un terremoto, pero él no recordaba ninguno. Quizás hubiera ocurrido mientras había estado inconsciente a causa de la transformación.
Cuando había avanzado cierta distancia, decidió bajarse a la calle para inspeccionar una de las fisuras. Estaba a dos pasos de ella cuando emergió una extraña criatura, similar a un humano pero con garras y aspecto de animal salvaje. La criatura acabó de trepar por el agujero y alzó la vista al toparse con el joven. Cuando sus ojos se posaron en la cara del irlandés, un miedo atroz se apoderó de ella.
-Vaya vaya… mira qué tenemos aquí-dijo con su boca de fuego.
Acto seguido le propinó una rápida patada en el pecho a la criatura, que salió despedida hacia atrás. Antes de que pudiera levantarse, el irlandés saltó con increíble agilidad encima de ella y con dos rápidos movimientos le clavó un puñal en cada brazo a la altura del hombro, dejándolos inservibles. La criatura aulló de dolor y de miedo ante la impotencia de la situación.
El joven acercó su falsa cara a la de la criatura, para que ésta la viera bien y sobretodo que viera el interior.
-¿Ves esto? Es fuego. Siempre me ha gustado, y ahora fluye en mi interior-le dijo esbozando una sonrisa macabra con aquel cacho de piel muerta-Y este mismo fuego es el regalo que voy a hacerte a ti.
Acto seguido clavó otros dos cuchillos en las rodillas de la criatura para asegurarse de que estaba completamente inmovilizada y sacó una de sus bombas del zurrón, la cual introdujo por la fuerza en la boca de aquel ser. El hombre bestia estaba templando, mezcla de terror y dolor, y el irlandés sentía que se hacía más fuerte cuanto más miedo tenía la criatura. Se acercó de nuevo a su cara y le miró fijamente a los ojos. Intentó proyectar su aura de crueldad sobre la criatura y sintió como ésta temblaba con más fuerza. Mientras lo hacía, por un momento habría jurado que el fuego de su cabeza se había expandido un poco, pero pensó que solo era su imaginación.
Cuando estuvo satisfecho, sacó una cerilla del zurrón, pero antes de prenderla cayó en la cuenta de que ya no era necesario. Sacó la bomba de la boca de la criatura y se metió la mecha entre su cavidad bucal. El fuego de su interior la hizo prender, por lo que la colocó rápidamente de nuevo en la boca de su víctima.
-Esto me gusta cada vez más-dijo sonriendo-Que te vaya bien, tronco- le dijo antes de darle una palmadita en la cara y levantarse para alejarse de él.
Tras escasos segundos, observó como aquel extraño ser volaba en mil pedazos. Y se sintió satisfecho. Gracias a la experiencia había llegado a intuir cómo funcionaba ese nuevo cuerpo. De alguna forma el miedo de sus víctimas le otorgaba cierto poder. Poder que seguramente podría emplear en habilidades y hechizos que aun desconocía. Sin duda, una de las tareas de las que se ocuparía prioritariamente sería investigar estos hechos en la biblioteca. Así pues, como no sabía a dónde ir, decidió que ése sería su destino por el momento.
Cuando se disponía a trepar de nuevo a los tejados, vio un viejo farol en la fachada de una de las casas, que curiosamente estaba en buen estado. Por un momento se acordó de las viejas historias de Jack que contaban en su tierra, y no pudo evitar la tentación de coger el farol y encender la vieja vela. Se lo colgó al cinto y trepó al tejado, tras lo cual se puso rumbo a la biblioteca dando saltitos mientras silbaba una vieja canción irlandesa.
Por el camino se puso a pensar que dado su nuevo aspecto, necesitaría un nuevo nombre, pues hacía tiempo que ya no era “Timmy” y ahora estaba claro que no le pegaba llamarse “Duende”, pero tendría que pensarlo con tiempo. Además, necesitaría cambiar el color de su indumentaria, pues el verde no pegaba mucho con su nuevo “yo”.
Y así, pensando en estos y otros temas sin importancia, continuó su camino en medio de la noche.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Anfiteatro
21/08/13, 06:21 pm
Shiz no tardó en llamar a la puerta de mi habitación y salimos de la torre en dirección a la sede. Shiz fue haciendo preguntas por el camino, sabia que solo estaba tratando de ser cortés, pero aun así me agradaba aquella charla tan insustancial. Le conteste en la medida que pude y pronto llegamos al lugar de residencia del foner. Shiz invoco un lacayo que se encargó de avisar al peliblanco, que ya no era peliblanco sino pelinegro.
-DL, que sepas que me rompes todos los esquemas cada vez que te veo.- dije mirándolo suspicaz esperando que en cuanto parpadease volviese a cambiar.- Bueno, podemos ir al anfiteatro, me parece un buen sitio para practicar.- dije mas tranquilo al comprobar que el foner no cambiaba.
Llegamos al lugar, y nos quedamos en un lugar que no perteneciera a las hienas.
-Bueno, ¿por donde queréis empezar?.- pregunté entusiasmado.
-DL, que sepas que me rompes todos los esquemas cada vez que te veo.- dije mirándolo suspicaz esperando que en cuanto parpadease volviese a cambiar.- Bueno, podemos ir al anfiteatro, me parece un buen sitio para practicar.- dije mas tranquilo al comprobar que el foner no cambiaba.
Llegamos al lugar, y nos quedamos en un lugar que no perteneciera a las hienas.
-Bueno, ¿por donde queréis empezar?.- pregunté entusiasmado.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Anfiteatro
22/08/13, 12:29 am
Shizel conocía bien el anfiteatro, aunque más bien de puertas para fuera. Solía ser un importante punto de referencia a la hora de orientarse para encontrar la antigua guarida de RR durante la cosecha.
Lo primero que hizo una vez cruzaron el umbral fue delimitar un perímetro de vigilancia mágico, para que ninguna hiena demasiado aventurera, o algo más grande, decidiese probar suerte con ellos.
-Vosotros diréis- dijo cruzándose de brazos una vez hubo terminado-. De DL me sé más o menos cómo se las apañaba con la magia, pero me tendría que hacer una idea de tu nivel, Enredo. Qué clase de hechizos sabes, qué facilidad tienes, esa clase de cosas- se masajeó la nuca pensativo-. Y bueno, a partir de ahí podemos ver en qué dirección enfocamos esto. A mí personalmente me interesa el duelismo, pero no me importa esperar a que estéis menos verdes.
Lo primero que hizo una vez cruzaron el umbral fue delimitar un perímetro de vigilancia mágico, para que ninguna hiena demasiado aventurera, o algo más grande, decidiese probar suerte con ellos.
-Vosotros diréis- dijo cruzándose de brazos una vez hubo terminado-. De DL me sé más o menos cómo se las apañaba con la magia, pero me tendría que hacer una idea de tu nivel, Enredo. Qué clase de hechizos sabes, qué facilidad tienes, esa clase de cosas- se masajeó la nuca pensativo-. Y bueno, a partir de ahí podemos ver en qué dirección enfocamos esto. A mí personalmente me interesa el duelismo, pero no me importa esperar a que estéis menos verdes.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Anfiteatro
22/08/13, 12:44 am
Nunca había estado en aquel lugar, pero la guía de Shizel ayudo bastante. Este sin problema puso protecciones cosa que agradeció, no le apetecía tener sorpresas mientras entrenaban.
-Aprendí muchos hechizos cuando estaba de cosechado, pero no podía realizarlos, alguno de ellos aun los recuerdo- añadió viendo a Enredo, que a decir verdad no tenia claro que nivel había tenido con magia, ya que hacer si sabia que podía hacerla. Miro a Shizel dirigiendose a este- Después de transformarme no he usado demasiados hechizos a decir verdad, así que tal vez podrías asesorarnos o tal vez enseñarnos algun hechizo que no sepamos, al fin y al cabo eras el que mas magia hacías, ya luego podemos hacer un duelo de practica- dijo mirando al idrino y a Enredo esperando que estuvieran de acuerdo mientras hacia memoria de los hechizos que se sabia, que eran bastantes a decir verdad.
-Aprendí muchos hechizos cuando estaba de cosechado, pero no podía realizarlos, alguno de ellos aun los recuerdo- añadió viendo a Enredo, que a decir verdad no tenia claro que nivel había tenido con magia, ya que hacer si sabia que podía hacerla. Miro a Shizel dirigiendose a este- Después de transformarme no he usado demasiados hechizos a decir verdad, así que tal vez podrías asesorarnos o tal vez enseñarnos algun hechizo que no sepamos, al fin y al cabo eras el que mas magia hacías, ya luego podemos hacer un duelo de practica- dijo mirando al idrino y a Enredo esperando que estuvieran de acuerdo mientras hacia memoria de los hechizos que se sabia, que eran bastantes a decir verdad.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Anfiteatro
22/08/13, 01:33 pm
-¿Mi nivel de magia?,- dije haciendo levitar unas piedras pequeñas y haciéndolas girar en el aire.- Bueno, antes de la luna había muchos hechizos que no era capaz de hacer, pero desde entonces he notado que la facilidad para la magia se ha incrementado con creces. Pero supongo que aun hay hechizos que necesito pulir. Hummm duelismo mágico, supongo que te refieres a combatir totalmente con magia, es interesante. Yo aprendo rápido, así que en nada te alcanzaré,- dije con una sonrisa,- Y la propuesta de DL me parece bien, hechizos que no conozcamos y que nos puedas enseñar podrían venirnos bien.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Anfiteatro
22/08/13, 02:20 pm
Shizel sonrió con un deje de condescendencia ante la aseveración de Enredo de que le alcanzaría rápido, pero no dijo nada al respecto.
-Creo que un buen punto de partida es el hechizo de levitación humana- opinó-. Es muy útil, y en cuanto lo dominéis podremos desplazarnos más fácilmente por la ciudad. No basta con cambiar la cláusula de objetivo del hechizo de levitación normal, hay algunos gestos y sílabas en la estructura que no son los mismos- les explicó cuáles eran para que los memorizasen, y acto seguido se elevó en el aire para hacerles una demostración-. Cuando consigáis hacerlo y estéis levitando hay un par de cosas más que tener en cuenta para no caerse, así que para empezar intentad elevaros solo unos pocos palmos.
-Creo que un buen punto de partida es el hechizo de levitación humana- opinó-. Es muy útil, y en cuanto lo dominéis podremos desplazarnos más fácilmente por la ciudad. No basta con cambiar la cláusula de objetivo del hechizo de levitación normal, hay algunos gestos y sílabas en la estructura que no son los mismos- les explicó cuáles eran para que los memorizasen, y acto seguido se elevó en el aire para hacerles una demostración-. Cuando consigáis hacerlo y estéis levitando hay un par de cosas más que tener en cuenta para no caerse, así que para empezar intentad elevaros solo unos pocos palmos.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Anfiteatro
22/08/13, 03:13 pm
-Levitación humana, lo he hecho cuando intentaba subir a las montañas, y lo conseguí, pero iba a trompicones. Quizás por que no hice eso de las cláusulas. Vamos a probar.
Comencé a realizar los gestos pero no me salio a la primera, ni la segunda, ni la tercera. Me concentre al máximo y poco a poco conseguí elevarme del suelo unos palmos, y después un par de metros.
-Bien, ¿ahora que?
Comencé a realizar los gestos pero no me salio a la primera, ni la segunda, ni la tercera. Me concentre al máximo y poco a poco conseguí elevarme del suelo unos palmos, y después un par de metros.
-Bien, ¿ahora que?
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Anfiteatro
22/08/13, 08:23 pm
Presto máxima atención a la explicación de Shizel y no se atrevió a hacer el hechizo en su propio cuerpo hasta estar 100% seguro que no iba a darse de bruces contra el suelo o salir disparado cual jabalina.
-Como ocurra con mi cuerpo lo que ocurrió la primera vez que hice el hechizo de levitación sobre un objeto, lo llevo claro,...buscadme un bonito sitio para tirarme, nada de gusanos- añadió con humor negro y con cierta duda, era de los que eran torpe haciendo magia, sus compañeros antiguos compañeros de torreón eran testigo de ello. Enredo ya estaba levitando, tras algunos intentos y el estaba apunto, tras asegurarse bien los gestos sobretodo, pues las sílabas no le eran tanto problema. Tras varios intentos infructuosos sintió como el solido suelo bajo sus pies desaparecía y como cierto nivel de energía era extraída de su cuerpo para dar forma al hechizo. El canguelo que le entro al cambiante fue para fotografiar, se quedo todo tieso en el aire y si pudiera cambiar el color de la piel como Nasher con la misma facilidad, habría ido cambiando de color mientras levitaba, con temor a dar un movimiento en falso y acabar comiéndose el suelo del anfiteatro.
-Bien...creo que por ahora no voy a salir lanzado a ninguna parte, espero, que no se como se frena esto -se repetía el pobre foner intentando relajarse del todo. Cuando estuvo seguro de poder mantenerse en el aire a varios metros del suelo miro a Shizel- ¿Supongo ahora toca intentar andar por el aire sin matarse, no?
-Como ocurra con mi cuerpo lo que ocurrió la primera vez que hice el hechizo de levitación sobre un objeto, lo llevo claro,...buscadme un bonito sitio para tirarme, nada de gusanos- añadió con humor negro y con cierta duda, era de los que eran torpe haciendo magia, sus compañeros antiguos compañeros de torreón eran testigo de ello. Enredo ya estaba levitando, tras algunos intentos y el estaba apunto, tras asegurarse bien los gestos sobretodo, pues las sílabas no le eran tanto problema. Tras varios intentos infructuosos sintió como el solido suelo bajo sus pies desaparecía y como cierto nivel de energía era extraída de su cuerpo para dar forma al hechizo. El canguelo que le entro al cambiante fue para fotografiar, se quedo todo tieso en el aire y si pudiera cambiar el color de la piel como Nasher con la misma facilidad, habría ido cambiando de color mientras levitaba, con temor a dar un movimiento en falso y acabar comiéndose el suelo del anfiteatro.
-Bien...creo que por ahora no voy a salir lanzado a ninguna parte, espero, que no se como se frena esto -se repetía el pobre foner intentando relajarse del todo. Cuando estuvo seguro de poder mantenerse en el aire a varios metros del suelo miro a Shizel- ¿Supongo ahora toca intentar andar por el aire sin matarse, no?
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
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● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
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Re: Anfiteatro
22/08/13, 10:23 pm
-Correcto- corroboró Shizel a DL con diversión-. En el aire puedes hacer dos cosas: caminar sobre un suelo que no existe, o bien desplazarte en horizontal y que solo la magia te mueva- ilustró a modo de ejemplo lo que estaba diciendo-. Lo segundo viene bien para cuando quieres ir muy rápido, porque es más aerodinámico en lugar de correr por el aire, pero de momento conformaos con caminar sin caer.
>>El "suelo" está donde uno lo imagine- dijo a continuación, caminando primero en línea recta y luego ascendiendo por una escalera invisible para hacerles una demostración-. Cuando practiquemos la intangibilidad también os daréis cuenta. Cuando uno está levitando siempre debe tener parte de la mente concentrada en ello, aunque sea mínima. Si no...- "soltó" el agarre que su mente guardaba sobre el hechizo y dejó que la gravedad tirase de su cuerpo un par de metros, tras lo cual volvió a coger las riendas de él y volvió a detenerse en el aire. Todo con la misma expresión impertérrita-... te caes. Así que concentraos en localizar qué parte de vuestra mente es la que mantiene el hechizo en marcha, y en entrenarla con mano de hierro para que no se distraiga. Cuando estéis más sueltos el siguiente paso es poner esa parte en segundo plano mientras haces otros esfuerzos complejos como trazar más hechizos.
Se lo estaba pasando de maravilla haciendo de maestro. Hablar de magia le entusiasmaba, y explicarles los rudimentos de ésta a otras personas. De cosechados a los demás sólo les interesaban los efectos, así que no había tenido oportunidad de hablarle nunca del tema a gente interesada en ello.
-Practicad caminar en el aire de una punta a otra del anfiteatro de un tirón, sin perder el control sobre el hechizo. Os recomiendo que lo intentéis apenas a un metro o dos del suelo, para que cuando os caigáis (porque lo haréis) no sea desde mucha altura- les aconsejó-. Recordad conscientemente a qué nivel está vuestro suelo imaginario, y luego probaremos a irlo cambiando para poder ascender a pie, y no gastar magia para eso como habéis hecho al principio.
Mientras sus pupilos practicaban Shizel descendió al nivel del suelo y trazó una barrera de inercia a ras del suelo del anfiteatro: en caso de que alguno de sus compañeros tuviese una mala caída, el hechizo se encargaría de hacerlo aterrizar con los pies en el suelo.
>>El "suelo" está donde uno lo imagine- dijo a continuación, caminando primero en línea recta y luego ascendiendo por una escalera invisible para hacerles una demostración-. Cuando practiquemos la intangibilidad también os daréis cuenta. Cuando uno está levitando siempre debe tener parte de la mente concentrada en ello, aunque sea mínima. Si no...- "soltó" el agarre que su mente guardaba sobre el hechizo y dejó que la gravedad tirase de su cuerpo un par de metros, tras lo cual volvió a coger las riendas de él y volvió a detenerse en el aire. Todo con la misma expresión impertérrita-... te caes. Así que concentraos en localizar qué parte de vuestra mente es la que mantiene el hechizo en marcha, y en entrenarla con mano de hierro para que no se distraiga. Cuando estéis más sueltos el siguiente paso es poner esa parte en segundo plano mientras haces otros esfuerzos complejos como trazar más hechizos.
Se lo estaba pasando de maravilla haciendo de maestro. Hablar de magia le entusiasmaba, y explicarles los rudimentos de ésta a otras personas. De cosechados a los demás sólo les interesaban los efectos, así que no había tenido oportunidad de hablarle nunca del tema a gente interesada en ello.
-Practicad caminar en el aire de una punta a otra del anfiteatro de un tirón, sin perder el control sobre el hechizo. Os recomiendo que lo intentéis apenas a un metro o dos del suelo, para que cuando os caigáis (porque lo haréis) no sea desde mucha altura- les aconsejó-. Recordad conscientemente a qué nivel está vuestro suelo imaginario, y luego probaremos a irlo cambiando para poder ascender a pie, y no gastar magia para eso como habéis hecho al principio.
Mientras sus pupilos practicaban Shizel descendió al nivel del suelo y trazó una barrera de inercia a ras del suelo del anfiteatro: en caso de que alguno de sus compañeros tuviese una mala caída, el hechizo se encargaría de hacerlo aterrizar con los pies en el suelo.
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Re: Anfiteatro
23/08/13, 12:48 am
Atendí a las palabras de Shizel con verdadero interés.
-Shiz, en mi mundo habrías sido un maestro estupendo,- dije riéndome mientras flotaba en el aire.
Cuando el skrýmir tomó tierra yo decidí probar suerte con lo de andar por el aire. Di un paso y por poco me caigo de morros, conseguí mantener el equilibrio, cosa harto ridícula cuando una persona está levitando en el aire. Cerré los ojos y respire hondo para concentrarme, un dorado camino de baldosas se materializo en mi mente y me atreví a dar el primer paso. La sensación era parecida a andar sobre suelo solido, me concentre en anda sobre aquel camino imaginario, paso tras paso me acerque al otro extremo del anfiteatro y me di la vuelta para volver a la posición inicial.
A mitad de camino probé a ir mas rápido, cosa que no resulto ser una buena idea, al dejar de concentrarme en el camino la gravedad reclamo mi cuerpo, a unos centímetros del suelo recupere el control del hechizo y volví a elevarme. Termine el recorrido y descendí cerca de Shiz.
-Uff, era más complicado de lo que parecía, ¿y dices que ahora tengo que intentar subir unas escaleras imaginarias?
-Shiz, en mi mundo habrías sido un maestro estupendo,- dije riéndome mientras flotaba en el aire.
Cuando el skrýmir tomó tierra yo decidí probar suerte con lo de andar por el aire. Di un paso y por poco me caigo de morros, conseguí mantener el equilibrio, cosa harto ridícula cuando una persona está levitando en el aire. Cerré los ojos y respire hondo para concentrarme, un dorado camino de baldosas se materializo en mi mente y me atreví a dar el primer paso. La sensación era parecida a andar sobre suelo solido, me concentre en anda sobre aquel camino imaginario, paso tras paso me acerque al otro extremo del anfiteatro y me di la vuelta para volver a la posición inicial.
A mitad de camino probé a ir mas rápido, cosa que no resulto ser una buena idea, al dejar de concentrarme en el camino la gravedad reclamo mi cuerpo, a unos centímetros del suelo recupere el control del hechizo y volví a elevarme. Termine el recorrido y descendí cerca de Shiz.
-Uff, era más complicado de lo que parecía, ¿y dices que ahora tengo que intentar subir unas escaleras imaginarias?
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Evanna
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Nombre: Rua
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Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Anfiteatro
23/08/13, 12:09 pm
Las palabras de Shizel eran claras y DL estuvo bien atento a cada una de ellas. Por suerte para el, era el tipo de persona que podía estar haciendo varias cosas al mismo tiempo mientras tenia otra tres cosas en mente. Imaginarse el camino tal vez fue lo mas complicado, intento pensar que estaba pisando el el suelo de la ciudad, que ante el se abría un camino de piedra. Comenzó a dar los primeros pasos, sin problema, otros pasos mas, perfecto. No fue hasta cuando llego al otro extremo del anfiteatro y se disponía a volver que fallo un poco su concentración y trastabillo en el aire, algo patético a decir verdad, teniendo en cuenta que no había suelo real.
-Cerebro no me traiciones ahora- dijo dándose un golpecito en la sien mientras se giraba para intentar hacer el camino de vuelta. Intento imaginar el camino llegando hasta donde estaban Enredo y Shizel levitando, manteniendo el camino activo en un recóndito espacio de su mente. Volvió a paso rápido con los otros dos, perdiendo un poco de altura en un momento aunque recuperándola a los pocos segundos.
-El tener un cerebro que siempre esta dándole vueltas a todo, sin olvidar nada, tiene sus ventajas en estos momentos- dijo sonriente, en algún espacio de su mente el pensamiento del camino seguía intacto. Sentir que por una vez no estaba dándose de golpes por hacer algo mágico era un increíble alivio- Ahora escaleras, ¿no? Espera creo que podría hacerlo- dijo intentando volver al pensamiento del camino y que este empezara a tomar la forma de unas escaleras frente a el. Le costo un poco pero debía mentalizarse el mismo que tocaba suelo solido y no aire y así lo intento. Tropezó con sus pies en medio del aire en un par de ocasiones, pero empezó a subir esas escaleras imaginarias con total alegría- El saber que por una vez no estoy siendo el torpon numero uno es un alivio inmenso...
-Cerebro no me traiciones ahora- dijo dándose un golpecito en la sien mientras se giraba para intentar hacer el camino de vuelta. Intento imaginar el camino llegando hasta donde estaban Enredo y Shizel levitando, manteniendo el camino activo en un recóndito espacio de su mente. Volvió a paso rápido con los otros dos, perdiendo un poco de altura en un momento aunque recuperándola a los pocos segundos.
-El tener un cerebro que siempre esta dándole vueltas a todo, sin olvidar nada, tiene sus ventajas en estos momentos- dijo sonriente, en algún espacio de su mente el pensamiento del camino seguía intacto. Sentir que por una vez no estaba dándose de golpes por hacer algo mágico era un increíble alivio- Ahora escaleras, ¿no? Espera creo que podría hacerlo- dijo intentando volver al pensamiento del camino y que este empezara a tomar la forma de unas escaleras frente a el. Le costo un poco pero debía mentalizarse el mismo que tocaba suelo solido y no aire y así lo intento. Tropezó con sus pies en medio del aire en un par de ocasiones, pero empezó a subir esas escaleras imaginarias con total alegría- El saber que por una vez no estoy siendo el torpon numero uno es un alivio inmenso...
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Re: Anfiteatro
23/08/13, 07:24 pm
[Menos prisa con esos avances mágicos, Digna. DL tiene menos facilidad para la magia que Enredo y le estaba yendo demasiado bien comparándolo con él.]
Shizel se cruzó de brazos satisfecho ante la felicitación de Enredo. La sonrisa de suficiencia se le evaporó en cuanto DL pareció saltarse el siguiente "escalón" y se precipitó al suelo.
-Si nos guiamos por los lanzamientos espontáneos de frutas que hacías entonces, yo de ti tenía cuidado para no convertirme en el hombre bala- repuso, comprobando que la barrera de inercia que había instalado abajo funcionaba correctamente-. Poco a poco.
La tarde transcurrió entre los batacazos correspondientes, que de hecho le venían de perlas a Shizel: cada vez que se caían y tenían que convocar de nuevo el hechizo él ganaba magia, aunque no hizo referencia a ello en ningún momento. En cuanto les entró hambre el idrino convocó a un lacayo grotesco para que volviese a Serpentaria y les trajese algo de comer, tras lo cual pasaron a hechizos menos exigentes mentalmente. Mientras ellos practicaban los más sencillos Shizel se entretenía llevando a cabo por primera vez aquellos que había separado para sí la noche anterior en el estudio, entre ellos el humedecedor. No obstante se dio cuenta de que el hielo sobre su piel ya la humedecía adecuadamente, por lo que ese hechizo que le habría venido tan bien en la cosecha ahora solo era una chuchería que no le hacía falta.
Cuando el sol ya estaba bastante avanzado y el anfiteatro estaba cada vez más envuelto en penumbra Shizel dio por finalizada la sesión de prácticas.
Sigue en la Torre Serpentaria.
Shizel se cruzó de brazos satisfecho ante la felicitación de Enredo. La sonrisa de suficiencia se le evaporó en cuanto DL pareció saltarse el siguiente "escalón" y se precipitó al suelo.
-Si nos guiamos por los lanzamientos espontáneos de frutas que hacías entonces, yo de ti tenía cuidado para no convertirme en el hombre bala- repuso, comprobando que la barrera de inercia que había instalado abajo funcionaba correctamente-. Poco a poco.
La tarde transcurrió entre los batacazos correspondientes, que de hecho le venían de perlas a Shizel: cada vez que se caían y tenían que convocar de nuevo el hechizo él ganaba magia, aunque no hizo referencia a ello en ningún momento. En cuanto les entró hambre el idrino convocó a un lacayo grotesco para que volviese a Serpentaria y les trajese algo de comer, tras lo cual pasaron a hechizos menos exigentes mentalmente. Mientras ellos practicaban los más sencillos Shizel se entretenía llevando a cabo por primera vez aquellos que había separado para sí la noche anterior en el estudio, entre ellos el humedecedor. No obstante se dio cuenta de que el hielo sobre su piel ya la humedecía adecuadamente, por lo que ese hechizo que le habría venido tan bien en la cosecha ahora solo era una chuchería que no le hacía falta.
Cuando el sol ya estaba bastante avanzado y el anfiteatro estaba cada vez más envuelto en penumbra Shizel dio por finalizada la sesión de prácticas.
Sigue en la Torre Serpentaria.
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Re: Anfiteatro
23/08/13, 08:51 pm
Vale, se alegro demasiado rápido. Apenas había subido un "escalón" y acabo cayéndose, por suerte ni estaba a mucha altura, apenas un par de metros del suelo, y estaba el hechizo de inercia. Para una vez que se daba prisa y no se paraba a pensarlo bien, como le ocurría siempre, le pasaba eso.
-¿Porque tengo que ser tan torpe con la magia?, siempre igual. ¿Habrá una maldita vez que me salga algo bien para variar?- se quejo con un suspiro cansado. Era realmente disuasorio ver como los que conocía aprendían y realizaban magia con mas facilidad que el, ya fuese cuando cosechado o como transformado, eso no cambiaba. "Si por algo así te rindieras no serias tú" pensó tomando fuerzas de su propia tozudez, volviendo a concentrarse en el hechizo para alzarse de nuevo, no volviéndose a adelantar a las indicaciones de Shizel porque como bien dijo, no le apetecía volverse una de las frutas de aquella ocasión.
Si pensaba que ese iba a ser único fallo en ese entrenamiento se equivocaba y mucho. Estuvo a punto de comerse el suelo en múltiples ocasiones de variadas formas. La gravedad era una enemiga de cuidado. El resto de la tarde estuvieron practicando no solo la levitación sino varios hechizos que tanto el como Enredo sabían o que el propio Shizel les explico. Alguno de ellos le sobaban a DL de haberlo visto en los libros cuando cosechado y alguno que otro en la biblioteca, pero por un motivo u otro no pudo nunca realizarlos. Ahora podía, bueno, mas o menos, tuvo algún que otro fallo, como cuando casi chamusco el pelo de Enredo en un momento que consiguió invocar una llama mas grande de lo que pensaba sería. En algún momento pararon a comer, con comida que un lacayo trajo y luego siguieron entrenando hasta que llego el momento de volver a sus torreones pues ya se estaban haciendo tarde. En principio iba a volver a la Sede, pero Enredo lo invito así que no pudiendo negar y como tampoco es que tuviese que hacer nada en la Sede, decidió irse con ambos.
Sigue en la Torre Serpentaria.
-¿Porque tengo que ser tan torpe con la magia?, siempre igual. ¿Habrá una maldita vez que me salga algo bien para variar?- se quejo con un suspiro cansado. Era realmente disuasorio ver como los que conocía aprendían y realizaban magia con mas facilidad que el, ya fuese cuando cosechado o como transformado, eso no cambiaba. "Si por algo así te rindieras no serias tú" pensó tomando fuerzas de su propia tozudez, volviendo a concentrarse en el hechizo para alzarse de nuevo, no volviéndose a adelantar a las indicaciones de Shizel porque como bien dijo, no le apetecía volverse una de las frutas de aquella ocasión.
Si pensaba que ese iba a ser único fallo en ese entrenamiento se equivocaba y mucho. Estuvo a punto de comerse el suelo en múltiples ocasiones de variadas formas. La gravedad era una enemiga de cuidado. El resto de la tarde estuvieron practicando no solo la levitación sino varios hechizos que tanto el como Enredo sabían o que el propio Shizel les explico. Alguno de ellos le sobaban a DL de haberlo visto en los libros cuando cosechado y alguno que otro en la biblioteca, pero por un motivo u otro no pudo nunca realizarlos. Ahora podía, bueno, mas o menos, tuvo algún que otro fallo, como cuando casi chamusco el pelo de Enredo en un momento que consiguió invocar una llama mas grande de lo que pensaba sería. En algún momento pararon a comer, con comida que un lacayo trajo y luego siguieron entrenando hasta que llego el momento de volver a sus torreones pues ya se estaban haciendo tarde. En principio iba a volver a la Sede, pero Enredo lo invito así que no pudiendo negar y como tampoco es que tuviese que hacer nada en la Sede, decidió irse con ambos.
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Re: Anfiteatro
23/08/13, 09:53 pm
El resto de la mañana siguió entre tropiezos y caídas, tanto por parte de DL como mía. Shiz era buen maestro y poco a poco íbamos pillándole el truco a los hechizos, yo mas rápido que DL, cosa que achaque a la transformación mas que a la habilidad que cada uno pudiéramos tener, pero aun así no hubo ningún tipo de desgracias por parte de ninguno.
Cuando comenzamos a sentir hambre Shizel invoco un lacayo que fue a por comida y nos la trajo. Agradecí la comida pues me moría de hambre. Después de ese breve lapso seguimos practicando.
-Cuidado hombre, que casi me quemas la cabeza,- le dije a un DL sorprendido por la magnitud de la llama,- No creo que me tardase mucho en volver a tener al ritmo que me crece, pero preferiría decidir cortármelo yo.- dije riéndome.
Aparte de eso no hubo nada mas reseñable hasta que Shiz dio por concluido el entrenamiento. Vi a DL con intenciones de irse a la sede y decidí que como allí nadie parecía alimentarlo como dios mandaba lo haría yo. Lo convencí para que se viniese a cenar y nos pusimos en camino. Me paré a recoger madera que había por allí tirada y decidí no darles explicaciones salvo un guiño de ojos.
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Cuando comenzamos a sentir hambre Shizel invoco un lacayo que fue a por comida y nos la trajo. Agradecí la comida pues me moría de hambre. Después de ese breve lapso seguimos practicando.
-Cuidado hombre, que casi me quemas la cabeza,- le dije a un DL sorprendido por la magnitud de la llama,- No creo que me tardase mucho en volver a tener al ritmo que me crece, pero preferiría decidir cortármelo yo.- dije riéndome.
Aparte de eso no hubo nada mas reseñable hasta que Shiz dio por concluido el entrenamiento. Vi a DL con intenciones de irse a la sede y decidí que como allí nadie parecía alimentarlo como dios mandaba lo haría yo. Lo convencí para que se viniese a cenar y nos pusimos en camino. Me paré a recoger madera que había por allí tirada y decidí no darles explicaciones salvo un guiño de ojos.
Sigue en la Torre Serpentaria.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Anfiteatro
03/11/13, 06:46 pm
Me dolía la cabeza, sí, y más aún tras el esfuerzo mental con Melodes, pero eso no evitó que pasase a por mis armas en la Sede y luego retomara el camino hacia la estructura ruinosa que ahora se erigía delante de mí: el Anfiteatro. Llevaba el escudo en la zurda, la guja telescópica en la diestra, y dieciocho uñas listas para practicar "tiro a la hiena". Hacía un día espléndido, jaqueca aparte, para cobrarme venganza por aquella maldita retirada en la cosecha. <<Mejor luchar solo que mal acompañado>>
Si me habían detectado o no, no importaba. En cuanto vi a una de las criaturas en mi área de visión, conjuré un hechizo de corte en su dirección. La intención era herir y llamar la atención, y ambas se vieron satisfechas. La hiena se reincorporó mientras gruñía en mi dirección, llamando a varias más. Afiancé el escudo y preparé el mecanismo de la guja, comprobando que no se atascase, y la extendí*. Había visto luchar a Jack, quien disfrutaba destrozando a las bestias cuando creían haberlo rodeado con éxito. Pero mi estilo no era ese, sino el de lanzarme hacia delante, cosa que hice.
El primer impacto se lo llevaron tanto una hiena en la cabeza como el escudo en el centro. Había girado en el último momento, por lo que el borde de este también golpeó otra cabeza. Y a la vez que giraba, lo hizo la guja, abriendo la garganta de dicha cabeza y manteniendo a raya a las otras dos que había a ese lado. Casi a la vez, me llevé un zarpazo en la espalda, pero me serví del tirón para girarme y lanzar a la criatura bien lejos con un hechizo de impacto. <<Diecisiete>> Hecho eso, acorté la guja y la blandí como una espada volviendo a girarme y golpeando unas fauces que se dirigían al mismo brazo. <<No os vais a cargar esto, ¡joder!>>
No estaba saliendo como esperaba, me estaba cansando de tanto giro, así que me deshice de la última hiena mientras giraba cada pie hacia sus respectivos lados. Dos uñas descargaron un hechizo de impulso liberando los flancos. <<Quince>> Ahora sí, nuevamente cargué hacia el frente y estampé el escudo contra otra hiena, para rápidamente echarlo hacia la izquierda y clavar la guja en su cuello. El movimiento del brazo siguió luego en un arco a la derecha, para bloquear otro mordisco, mientras le seguía el brazo del escudo. Con esa mano descargué un hechizo de llama sobre la criatura, que echó a arder mientras huía. <<Catorce>> Otro zarpazo a la espalda me hizo recordar los cinco de curación que aún no había usado, por lo que, tras girarme contra la del zarpazo, curé ambas heridas <<Doce>> De lado, volví a recular, para encontrarme con una hiena saltando desde atrás. La muy perra se enganchó de tanto de mi espalda como de las placas del hombro y el brazo. No había maniobra posible para arrearle con la guja, por lo que lancé hacia atrás el brazo izquierdo mientras agachaba la cabeza. <<Nueve>> pensé tras sentir cómo la hiena era arrancada de mi cuerpo, llevándose un par de placas en el proceso. Dos de impulso y otro de llama me la quitaron de encima, compensando la violencia de los hechizos con las heridas de la espalda.
Sacudí la cabeza, mirando a las que aún me gruñían. El hombro empezaba a resentirse por los zarpazos, igual que algunas zonas de la espalda. Pero había matado a varias de las hienas, bastantes más que cuando vinimos en la cosecha, y lo que era mejor, solo.
-¿Qué miráis? ¿Lo dejamos aquí?-les gruñí, recibiendo una serie de gruñidos.
Volvieron a intentar rodearme, pero para cuando saltaron varias, <<Ocho>> ya era intangible. Me alejé de las ruinas y de las fieras para volver a la Sede, mientras hacía balance de la pelea. <<La guja y el brazo resisten, pero la armadura hay que mejorarla. Otra parte de placas para la espalda vendría bien>> A mitad de camino deshice el hechizo y fui curándome las heridas sin tirar de las uñas curativas ya que estas sólo eran para usarlas en mitad de un combate. Pero necesitaría de los espejos de la Sede para algunas de la espalda, ya que no me aclaraba. <<Definitivamente, armadura para torso y espalda. Pasaré por la Cicatriz a por materiales, a ver qué encuentro. ¿Armadura de placas de metal o de hueso? Lo que consiga vendrá bien, sea lo que sea>>
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
*A ver, esto es la guja. La cosa es que Atol le soldó dos mangos, uno a la altura casi de donde se une el palo con la hoja, y otro a la mitad del palo. Además, va unida a una pieza de armadura que le cubre todo el brazo. ¿Para qué? Bien: puede "alargar" o "acortar" el alcance, jugando con los mangos, para usarla como arma de largo o corto alcance, respectivamente.
Si me habían detectado o no, no importaba. En cuanto vi a una de las criaturas en mi área de visión, conjuré un hechizo de corte en su dirección. La intención era herir y llamar la atención, y ambas se vieron satisfechas. La hiena se reincorporó mientras gruñía en mi dirección, llamando a varias más. Afiancé el escudo y preparé el mecanismo de la guja, comprobando que no se atascase, y la extendí*. Había visto luchar a Jack, quien disfrutaba destrozando a las bestias cuando creían haberlo rodeado con éxito. Pero mi estilo no era ese, sino el de lanzarme hacia delante, cosa que hice.
El primer impacto se lo llevaron tanto una hiena en la cabeza como el escudo en el centro. Había girado en el último momento, por lo que el borde de este también golpeó otra cabeza. Y a la vez que giraba, lo hizo la guja, abriendo la garganta de dicha cabeza y manteniendo a raya a las otras dos que había a ese lado. Casi a la vez, me llevé un zarpazo en la espalda, pero me serví del tirón para girarme y lanzar a la criatura bien lejos con un hechizo de impacto. <<Diecisiete>> Hecho eso, acorté la guja y la blandí como una espada volviendo a girarme y golpeando unas fauces que se dirigían al mismo brazo. <<No os vais a cargar esto, ¡joder!>>
No estaba saliendo como esperaba, me estaba cansando de tanto giro, así que me deshice de la última hiena mientras giraba cada pie hacia sus respectivos lados. Dos uñas descargaron un hechizo de impulso liberando los flancos. <<Quince>> Ahora sí, nuevamente cargué hacia el frente y estampé el escudo contra otra hiena, para rápidamente echarlo hacia la izquierda y clavar la guja en su cuello. El movimiento del brazo siguió luego en un arco a la derecha, para bloquear otro mordisco, mientras le seguía el brazo del escudo. Con esa mano descargué un hechizo de llama sobre la criatura, que echó a arder mientras huía. <<Catorce>> Otro zarpazo a la espalda me hizo recordar los cinco de curación que aún no había usado, por lo que, tras girarme contra la del zarpazo, curé ambas heridas <<Doce>> De lado, volví a recular, para encontrarme con una hiena saltando desde atrás. La muy perra se enganchó de tanto de mi espalda como de las placas del hombro y el brazo. No había maniobra posible para arrearle con la guja, por lo que lancé hacia atrás el brazo izquierdo mientras agachaba la cabeza. <<Nueve>> pensé tras sentir cómo la hiena era arrancada de mi cuerpo, llevándose un par de placas en el proceso. Dos de impulso y otro de llama me la quitaron de encima, compensando la violencia de los hechizos con las heridas de la espalda.
Sacudí la cabeza, mirando a las que aún me gruñían. El hombro empezaba a resentirse por los zarpazos, igual que algunas zonas de la espalda. Pero había matado a varias de las hienas, bastantes más que cuando vinimos en la cosecha, y lo que era mejor, solo.
-¿Qué miráis? ¿Lo dejamos aquí?-les gruñí, recibiendo una serie de gruñidos.
Volvieron a intentar rodearme, pero para cuando saltaron varias, <<Ocho>> ya era intangible. Me alejé de las ruinas y de las fieras para volver a la Sede, mientras hacía balance de la pelea. <<La guja y el brazo resisten, pero la armadura hay que mejorarla. Otra parte de placas para la espalda vendría bien>> A mitad de camino deshice el hechizo y fui curándome las heridas sin tirar de las uñas curativas ya que estas sólo eran para usarlas en mitad de un combate. Pero necesitaría de los espejos de la Sede para algunas de la espalda, ya que no me aclaraba. <<Definitivamente, armadura para torso y espalda. Pasaré por la Cicatriz a por materiales, a ver qué encuentro. ¿Armadura de placas de metal o de hueso? Lo que consiga vendrá bien, sea lo que sea>>
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*A ver, esto es la guja. La cosa es que Atol le soldó dos mangos, uno a la altura casi de donde se une el palo con la hoja, y otro a la mitad del palo. Además, va unida a una pieza de armadura que le cubre todo el brazo. ¿Para qué? Bien: puede "alargar" o "acortar" el alcance, jugando con los mangos, para usarla como arma de largo o corto alcance, respectivamente.
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