Anfiteatro
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Rocavarancolia Rol
16 participantes
- Rocavarancolia Rol
Anfiteatro
02/08/11, 06:26 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Construido en piedra, ahora abandonada y sucia, su interior está repleto de objetos desechados o robados, y sus sótanos infestados de hienas. La arena mide 75 x 44 metros.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Anfiteatro
16/04/13, 05:36 pm
La hiena que se dirigía hacia Pablo saltó justo cuando el chico disparaba la flecha y no le alcanzó. Sin embargo, la trayectoria del proyectil al pasar por su lado consiguió distraerla lo suficiente como para que calculase mal y no pudo derribar a Pablo como pretendía.
El dardo de Tap acertó en la hiena que había mordido a Stefan, que debilitada por el corte que le hizo este, no tardó demasiado en desplomarse dormida.
La treta de Tap tuvo efecto con algunas de las hienas más cercanas al escudo y muchas se congregaron a su alrededor, intentando saltar hacia él. El hechizo de impulso de Atol lanzó al animal despedido, llevándose por delante a otra de las hienas e hizo que algunas de las más cercanas se distrajesen, lo que permitió al libense y el ulterano, junto a la distracción proporcionada por el repoblador, encargarse con más fácilidad de algunas de ellas. Sin embargo, de seguir así mucho tiempo, sólo conseguirían atraer a más animales que se encontraban en los sótanos del anfiteatro.
El plan de Yrio consiguió su efecto, cegando a las hienas que se encontraban en el campo de acción del hechizo. Tap cayó al suelo junto al escudo, pero los animales todavía no habían recuperado su visión y se hallaban desorientados. El repoblador fue rescatado por Atol sin más problemas que las magulladuras que se hubiera podido hacer al caer.
Mientras los Letarguinos corrían, las hienas más alejadas al núcleo de la batalla habían comenzado a perseguirlos. Aquella con la cual había tenido que lidiar Pablo todavía seguía acosando al chico y otro par de ellas, aunque visiblemente malheridas, se lanzaron en una desesperada carrera hacia los cosechados. El resto, cuando recuperó completamente su visión, parecieron interesarse más por la comida fácil y cercana que suponían los cadáveres de las otras hienas.
El dardo de Tap acertó en la hiena que había mordido a Stefan, que debilitada por el corte que le hizo este, no tardó demasiado en desplomarse dormida.
La treta de Tap tuvo efecto con algunas de las hienas más cercanas al escudo y muchas se congregaron a su alrededor, intentando saltar hacia él. El hechizo de impulso de Atol lanzó al animal despedido, llevándose por delante a otra de las hienas e hizo que algunas de las más cercanas se distrajesen, lo que permitió al libense y el ulterano, junto a la distracción proporcionada por el repoblador, encargarse con más fácilidad de algunas de ellas. Sin embargo, de seguir así mucho tiempo, sólo conseguirían atraer a más animales que se encontraban en los sótanos del anfiteatro.
El plan de Yrio consiguió su efecto, cegando a las hienas que se encontraban en el campo de acción del hechizo. Tap cayó al suelo junto al escudo, pero los animales todavía no habían recuperado su visión y se hallaban desorientados. El repoblador fue rescatado por Atol sin más problemas que las magulladuras que se hubiera podido hacer al caer.
Mientras los Letarguinos corrían, las hienas más alejadas al núcleo de la batalla habían comenzado a perseguirlos. Aquella con la cual había tenido que lidiar Pablo todavía seguía acosando al chico y otro par de ellas, aunque visiblemente malheridas, se lanzaron en una desesperada carrera hacia los cosechados. El resto, cuando recuperó completamente su visión, parecieron interesarse más por la comida fácil y cercana que suponían los cadáveres de las otras hienas.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Anfiteatro
17/04/13, 08:37 pm
Nos lanzamos en una carrera desenfrenada, una carrera para sobrevivir. El corazón me martilleaba en el pecho y la sangre corría por mis venas codo con codo a la adrenalina.
Delante vi a Pablo huyendo de una hiena, y detrás nuestro teníamos a otras dos, si esto seguía así no duraríamos mucho, no podíamos escapar de las hienas, era físicamente imposible.
Desesperado miré en derredor para ver como estaban los demás, Pablo no podia usar el arco, no con una hiena tan cerca, Yrio a mi lado parecía completamente agotado mágicamente, un cacho mas allá Atol con Tap en su cabeza avanzaban como podían. Cuando miré la pierna de Atol se me cayó el alma a los pies, estaba destrozada, seguramente un mordisco. Serok estaba un poco más atrás.
Recuperé la compostura y puse mi cerebro a trabajar como nunca buscando una salida, y la inspiración me llegó como un latigazo cuando volví a mirar a Pablo y recordé su accidente de esta mañana. Magia. Era ahora o nunca, si no la usaba moriríamos todos, o si no todos la gran mayoría.
Primero tenia que quitar de encima aquella hiena a Pablo, ya que si la hiena decidía volverse contra nosotros lo llevábamos claro.
-Esquivad a esa hiena de delante,- grité, y sin más explicaciones comencé a preparar un hechizo de inmovilización.
Hacer gestos y hablar no es fácil mientras corres, aun así lo conseguí. Noté como la magia se acumulaba en mis manos y como salía disparada en dirección a la hiena. Vi con satisfacción como la hiena se recubría de una película viscosa y se quedaba pegada al suelo. Deseé fervientemente que todos me hubieran hecho caso y se apartaran.
<<Bien, una menos, quedan dos>>. Comencé a preparar otro hechizo igual para lanzarlo hacia atrás, estaba vez fue más sencillo, ya que acompasé el ritmo al que hablaba y hacía los gestos al que corría, cuando el hechizo estuvo listo me giré momentáneamente para lanzárselo a una hiena. El desgaste mágico era brutal, aun así notaba que me quedaba suficiente energía para más hechizos en caso de necesidad. Pero para no gastar mas energía decidí darle un uso más al escudo.
Al más puro estilo capitán américa lancé el escudo con toda la fuerza que pude con el brazo derecho hacia la hiena que quedaba, esperaba que fuese suficiente aunque no me hice ninguna ilusión.
No me detuve a mirar si le había dado o no, lo prioritario ahora era seguir corriendo.
Delante vi a Pablo huyendo de una hiena, y detrás nuestro teníamos a otras dos, si esto seguía así no duraríamos mucho, no podíamos escapar de las hienas, era físicamente imposible.
Desesperado miré en derredor para ver como estaban los demás, Pablo no podia usar el arco, no con una hiena tan cerca, Yrio a mi lado parecía completamente agotado mágicamente, un cacho mas allá Atol con Tap en su cabeza avanzaban como podían. Cuando miré la pierna de Atol se me cayó el alma a los pies, estaba destrozada, seguramente un mordisco. Serok estaba un poco más atrás.
Recuperé la compostura y puse mi cerebro a trabajar como nunca buscando una salida, y la inspiración me llegó como un latigazo cuando volví a mirar a Pablo y recordé su accidente de esta mañana. Magia. Era ahora o nunca, si no la usaba moriríamos todos, o si no todos la gran mayoría.
Primero tenia que quitar de encima aquella hiena a Pablo, ya que si la hiena decidía volverse contra nosotros lo llevábamos claro.
-Esquivad a esa hiena de delante,- grité, y sin más explicaciones comencé a preparar un hechizo de inmovilización.
Hacer gestos y hablar no es fácil mientras corres, aun así lo conseguí. Noté como la magia se acumulaba en mis manos y como salía disparada en dirección a la hiena. Vi con satisfacción como la hiena se recubría de una película viscosa y se quedaba pegada al suelo. Deseé fervientemente que todos me hubieran hecho caso y se apartaran.
<<Bien, una menos, quedan dos>>. Comencé a preparar otro hechizo igual para lanzarlo hacia atrás, estaba vez fue más sencillo, ya que acompasé el ritmo al que hablaba y hacía los gestos al que corría, cuando el hechizo estuvo listo me giré momentáneamente para lanzárselo a una hiena. El desgaste mágico era brutal, aun así notaba que me quedaba suficiente energía para más hechizos en caso de necesidad. Pero para no gastar mas energía decidí darle un uso más al escudo.
Al más puro estilo capitán américa lancé el escudo con toda la fuerza que pude con el brazo derecho hacia la hiena que quedaba, esperaba que fuese suficiente aunque no me hice ninguna ilusión.
No me detuve a mirar si le había dado o no, lo prioritario ahora era seguir corriendo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Anfiteatro
18/04/13, 05:34 pm
Tap siguió las órdenes de Yrio más que nada porque no le quedaba otra opción. Eso y porque había confiado en que Atol lo sacaría de ahí antes de que el escudo volante en el que iba cayera al suelo. Pero no fue así. El repoblador no supo si por Atol llegó a intentar usar magia o qué pasó exactamente, pero el porrazo se lo llevó. Apenas se hizo unas magulladuras y Metálico vino a recogerlo por fin, aunque fuera del suelo.
El repoblador le dedicó una mirada áspera y trepó casi a regañadientes a la cabeza. <<Encima voy sobre el gigante cojo..>>. No es que le molestara demasiado, puesto que de momento parecía correr sin problemas, pero le preocupaba que la herida fuera peor y Atol se acabara frenando. No quería que le comieran las hienas, que además parecían burlarse de ellos con tanta risa floja, y en el fondo tampoco quería que Atol corriera la misma suerte.
Vio como Stefan paralizó a la hiena que tenían delante y probó a hacer parecido con una de detrás. No se sorprendió mucho de que hiciera magia, básicamente porque Tap no había prestado mucha atención a los frutos que daba el libro de hechizos en sus compañeros. Después vio un escudo salir volando hacia la segunda hiena y a su cara asomó un gesto de circunstancia. <<Cuánto nos cuesta hacer las cosas bien..>>.
No esperaba que la estrategia del Moscardón tuviera mucho éxito, así que hundió la punta de uno de sus dardos en su saco de somnífero y se preparó para dispararlo en caso de que sus predicciones fueran correctas.
El repoblador le dedicó una mirada áspera y trepó casi a regañadientes a la cabeza. <<Encima voy sobre el gigante cojo..>>. No es que le molestara demasiado, puesto que de momento parecía correr sin problemas, pero le preocupaba que la herida fuera peor y Atol se acabara frenando. No quería que le comieran las hienas, que además parecían burlarse de ellos con tanta risa floja, y en el fondo tampoco quería que Atol corriera la misma suerte.
Vio como Stefan paralizó a la hiena que tenían delante y probó a hacer parecido con una de detrás. No se sorprendió mucho de que hiciera magia, básicamente porque Tap no había prestado mucha atención a los frutos que daba el libro de hechizos en sus compañeros. Después vio un escudo salir volando hacia la segunda hiena y a su cara asomó un gesto de circunstancia. <<Cuánto nos cuesta hacer las cosas bien..>>.
No esperaba que la estrategia del Moscardón tuviera mucho éxito, así que hundió la punta de uno de sus dardos en su saco de somnífero y se preparó para dispararlo en caso de que sus predicciones fueran correctas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Anfiteatro
19/04/13, 10:45 pm
En la huida nos empiezan a perseguir varias, no sé cuántas de momento, pero las escucho gruñir y correr tras nosotros. El colmo llega cuando veo a Pablo siendo acosado por otra y ambos van en cabeza. <<Rodeados otra vez... ¿Pero qué es esto...?>> pienso, mosqueado con todo lo que ha pasado, aún convencido de que de haber estado preparados podríamos haber lidiado con todas. <<Y la pierna... ya noto cansancio en la zona...>> Pero no podía detenerme, no hasta habernos alejado lo suficiente del anfiteatro.
De delante nos llegó, al rato, la voz de Stefan, quien a continuación lanzó un hechizo hacia la hiena de delante. <<Eh... ¿Magia? Maldito embustero. Más le vale seguir seguir usándola, diablo de chico>>pienso rápidamente, sin dedicarle mucho tiempo ni ganas. Aprieto el paso y llego a su altura con cierta intención quizá malsana hacia él.
-Dame todo el tiempo que puedas, necesito curar esto.-le digo al pasar por su lado.
Luego sigo adelante, sobrepasándole y dejando atrás a las hienas. <<¿Sólo usa la magia en caso de riesgo? Pues ambas para él>> Pero, realmente, Serok también está cerca de él así que no debería correr mucho peligro.
Después me detengo y examino la pierna sosteniéndome sólo sobre la otra.
-Podría ser peor. Podría ser peor y que nos comiesen a ambos, ¿eh, Tap? ¿Estaré bueno? ¿Y tú? Oh, quizás sirvas de especias.-le digo riendo.-Van listas. Hoy no comemos ni nosotros ni ellas.-mascullo en referencia a lo de las bañeras.
Acto seguido preparo y lanzo un hechizo de curación sin pensar en los riesgos aunque una vocecilla me recuerde el altercado con Seon curando a Macak. Hago caso omiso y al poco ya tengo la herida cerrada y el interior sano.
-Listo. Y ahora...-busco con la mirada a la hiena que inmovilizó Stefan y me dirijo hacia ella, cimitarra en mano y presto para acabar con ella.
<<A ver si volvemos de una vez al Torreón y no nos ataca nada por el camino más allá de la Cicatriz... Y las cestas... podríamos explorar la zona luego de recuperarnos...>>
De delante nos llegó, al rato, la voz de Stefan, quien a continuación lanzó un hechizo hacia la hiena de delante. <<Eh... ¿Magia? Maldito embustero. Más le vale seguir seguir usándola, diablo de chico>>pienso rápidamente, sin dedicarle mucho tiempo ni ganas. Aprieto el paso y llego a su altura con cierta intención quizá malsana hacia él.
-Dame todo el tiempo que puedas, necesito curar esto.-le digo al pasar por su lado.
Luego sigo adelante, sobrepasándole y dejando atrás a las hienas. <<¿Sólo usa la magia en caso de riesgo? Pues ambas para él>> Pero, realmente, Serok también está cerca de él así que no debería correr mucho peligro.
Después me detengo y examino la pierna sosteniéndome sólo sobre la otra.
-Podría ser peor. Podría ser peor y que nos comiesen a ambos, ¿eh, Tap? ¿Estaré bueno? ¿Y tú? Oh, quizás sirvas de especias.-le digo riendo.-Van listas. Hoy no comemos ni nosotros ni ellas.-mascullo en referencia a lo de las bañeras.
Acto seguido preparo y lanzo un hechizo de curación sin pensar en los riesgos aunque una vocecilla me recuerde el altercado con Seon curando a Macak. Hago caso omiso y al poco ya tengo la herida cerrada y el interior sano.
-Listo. Y ahora...-busco con la mirada a la hiena que inmovilizó Stefan y me dirijo hacia ella, cimitarra en mano y presto para acabar con ella.
<<A ver si volvemos de una vez al Torreón y no nos ataca nada por el camino más allá de la Cicatriz... Y las cestas... podríamos explorar la zona luego de recuperarnos...>>
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Anfiteatro
20/04/13, 12:03 am
A pesar de tener a la hiena justo delante erré el tiro, y esta no me cayó encima de milagro. Solté el arco y empuñé la espada con una mano, mientras con la otra tanteaba el carcaj en busca de la flecha con la runa paralizante.
Me habría gustado que lo que pasara a continuación fuese por lo menos una pelea decente, pero me temo que la única palabra para describirlo todo sería “patético”.
Aunque al final a base de entrenar había acabado manejando el arco de forma pasable, no podía decir lo mismo de la espada.
El “enfrentamiento” por llamarlo de alguna forma consistió en que le lancé varios tajos uno detrás de otro, que la hiena no tuvo problema alguno en evitar. Por si no fuera bastante un cansancio que no era normal se apoderó de mí tras soltar un par de mandobles. La hiena debió darse cuenta de que mis movimientos eran más lentos y cansados, porque en uno de los golpes fallidos me embistió.
No tenía forma de protegerme del ataque, y de no ser por el hechizo de inmovilización que lanzó Stefan no lo cuento.
La Hiena se quedó clavada en el suelo a poco más de un palmo de mí, pero aunque no podía moverse, si que podía hacer ruido, y eso me desquició totalmente. Sin acercarme más empuñé la espada y la clavé en la carne.
Había estado a punto de morir, estaba vivo por los pelos y ahí estaba el bicho soltando risitas. No eran risas de verdad pero no me importaba, solo quería que se callara. Saqué la espada manchada de sangre y volví a clavarla, y otra vez, y otra. Ya no pensaba con claridad.
“Cállate, ¡cállate! ¡CALLATE!”
Seguí así un rato, aunque la hiena ya tenía que estar muerta. Y todavía tardé más en recuperar la calma.
Me habría gustado que lo que pasara a continuación fuese por lo menos una pelea decente, pero me temo que la única palabra para describirlo todo sería “patético”.
Aunque al final a base de entrenar había acabado manejando el arco de forma pasable, no podía decir lo mismo de la espada.
El “enfrentamiento” por llamarlo de alguna forma consistió en que le lancé varios tajos uno detrás de otro, que la hiena no tuvo problema alguno en evitar. Por si no fuera bastante un cansancio que no era normal se apoderó de mí tras soltar un par de mandobles. La hiena debió darse cuenta de que mis movimientos eran más lentos y cansados, porque en uno de los golpes fallidos me embistió.
No tenía forma de protegerme del ataque, y de no ser por el hechizo de inmovilización que lanzó Stefan no lo cuento.
La Hiena se quedó clavada en el suelo a poco más de un palmo de mí, pero aunque no podía moverse, si que podía hacer ruido, y eso me desquició totalmente. Sin acercarme más empuñé la espada y la clavé en la carne.
Había estado a punto de morir, estaba vivo por los pelos y ahí estaba el bicho soltando risitas. No eran risas de verdad pero no me importaba, solo quería que se callara. Saqué la espada manchada de sangre y volví a clavarla, y otra vez, y otra. Ya no pensaba con claridad.
“Cállate, ¡cállate! ¡CALLATE!”
Seguí así un rato, aunque la hiena ya tenía que estar muerta. Y todavía tardé más en recuperar la calma.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Anfiteatro
20/04/13, 11:10 pm
Las dos hienas inmovilizadas por Stefan tan sólo pueden gruñir mientras observan como escapan sus presas. En cambio la tercera no tiene ningún problema en esquivar el escudo, ya que el chico lo había lanzado a la carrera y estando considerablemente cansado. Al ver que el humano había fallado, el repoblador dispara otro de sus dardos.
Atol y Pablo acaban con las hienas inmovilizadas; y mientras el humano seguía ensañándose con la suya, la tercera se había acercado, pero el efecto del veneno de Tap logró adormecerla antes de que pudiese alcanzar su objetivo.
Los letarguinos tenían ahora unos segundos valiosos para salir corriendo antes de que alguna de las hienas que seguían en la arena devorando a sus compañeras muertas decidiesen acercarse nuevamente.
Atol y Pablo acaban con las hienas inmovilizadas; y mientras el humano seguía ensañándose con la suya, la tercera se había acercado, pero el efecto del veneno de Tap logró adormecerla antes de que pudiese alcanzar su objetivo.
Los letarguinos tenían ahora unos segundos valiosos para salir corriendo antes de que alguna de las hienas que seguían en la arena devorando a sus compañeras muertas decidiesen acercarse nuevamente.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Anfiteatro
20/04/13, 11:51 pm
Me volví y comprobé que la otra hiena también estaba pegada al suelo, y que el escudo no había dado en el blanco, cuando la hiena se durmió fui a recuperar el escudo, lo ate a la muñeca de la mano que tenia jodida y la daga la agarre con la diestra.
Me di la vuelta para comprobar con sorpresa como Pablo se ensañaba con una hiena que desde luego ya estaba muerta. <<A ver si este acabara siendo peligroso de verdad>>. Mire hacia atrás y vi al resto de animales comiéndose a sus muertos.
-Deberíamos irnos, antes de que vuelvan a pensar que somos apetitosos.- dije.
Y acto seguido trate de calmar a Pablo para irnos, aunque por lo visto su ataque ya había pasado.
Después de todo eso nos fuimos a La Cicatriz de Arax.
Me di la vuelta para comprobar con sorpresa como Pablo se ensañaba con una hiena que desde luego ya estaba muerta. <<A ver si este acabara siendo peligroso de verdad>>. Mire hacia atrás y vi al resto de animales comiéndose a sus muertos.
-Deberíamos irnos, antes de que vuelvan a pensar que somos apetitosos.- dije.
Y acto seguido trate de calmar a Pablo para irnos, aunque por lo visto su ataque ya había pasado.
Después de todo eso nos fuimos a La Cicatriz de Arax.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Anfiteatro
30/05/13, 02:28 pm
RR llegó finalmente a vislumbrar el Anfiteatro. Aquella era la señal que necesitaba para detener sus correrías por los callejones y buscar un lugar dónde asentarse. Además, iba siendo necesario resguardarse. No le llamaba en absoluto la idea de quedarse más tiempo del necesario al descubierto en unas calles en las que ahora, además de hienas, podía haber enemigos inteligentes y cabreados con ganas de devolverle los regalos que les había ido dejando.
Se interesó particularmente por un edificio en particular: De planta rectangular, parecía haber estado dividido en su segundo piso en dos módulos diferentes, aunque el de la derecha había quedado derruido. En el tercer nivel había una habitación y una torre esquinada, aparentemente disociadas, aunque con la base en la segunda altura en común.
Cuando finalmente estuvo seguro de que aquel lugar no podía resultar una amenaza para ningún ser vivo, se dispuso a cambiar ese hecho lo más rápido que pudo. Había mucho trabajo por hacer si quería dormir a salvo aquella noche, y no había tiempo que perder.
Lo primero que hizo fue subir sus trastos a la torre a través de la escalera de caracol del segundo piso, disponiéndolos de tal forma que ocuparan lo mínimo. Seguidamente, se encargó de buscar un camastro, una mesa y un par de sillas, que también llevó a lo alto del edificio, convirtiéndolo en su centro de operaciones y residencia. Una vez amueblada la sala adecuadamente, fabricó una escalera de mano con la madera que pudo sacar de los muebles, para luego desmantelar la escalinata de caracol cuidadosamente, reuniendo la madera y el metal con la que estaba formada en un intento de extraer nuevas materias primas.
A sabiendas de que no podía dejar el primer piso descuidado, su siguiente medida fue retirar los tablones del suelo que quedaba justo enfrente de la puerta de entrada, colocando en su interior clavos de buenas dimensiones y otras esquirlas de metal punzante, para luego colocar una vieja y raída alfombrilla sobre el mortífero agujero. Era ciertamente un buen comienzo, pero aún quedaba mucho trabajo por hacer, y RR era consciente de que, estando como estaba en territorio de hienas, no podía dejar ninguna entrada al edificio descuidada. Buscó concienzudamente cualquier daño estructural que pudiera dar paso a cualquier cosechado o bestia al interior del edificio, descubriendo satisfactoriamente que aquellas ruinas estaban en condiciones de resistir un ataque. Pero quedaba el problema de las ventanas: No podía dedicarse a poner trampas en todas, pues era un gasto de tiempo y material logístico importante, y no iba sobrado de ninguna de las dos cosas. Por lo tanto se limitó a tapiarlas solidamente con la madera de los muebles, de los que dio buena cuenta en aquel piso. Más adelante, desmontó todas las puertas del piso, llevándose los cerrojos y los goznes.
Subió hasta las escaleras que unían el segundo y el tercer piso y arrancó todas las tablas del rellano que hacía esquina en ellas, dejando a la vista el piso inferior, que daba a una habitación ahora vacía, sólo cubierta por una vieja alfombra apolillada. Debajo de esta y del abismo, perpetró un nuevo hoyo, más profundo que el anterior, que llenó de estacas de madera, que no eran sino patas de mesa afiladas a cuchillo. Después de aquello, volvió a tapar el agujero de las escaleras con las mismas tablas, aunque sólo de forma superficial, y aserrando los laterales por la parte inferior, de tal manera que, bajo un peso ligero, cedieran haciendo caer al desafortunado al pozo de estacas.
En la habitación que daba al hueco de las escaleras de caracol, ahora desmontadas y sustituidas por la escalera de mano, dispuso una trampa un poco más elaborada, preparando la ballesta pesada que había robado en Sendar, cargada con varios virotes, enfrente de la puerta y uniendo su mecanismo accionador con un hilo que pasaba ante ella, de tal manera que cuando alguien intentara pasar, un montón de metal y madera volara a recibirlo con la efusividad suficiente como para atravesar una armadura y convertir al capullo en cuestión en un enorme alfiletero que grita y sangra. Para mantener aquel sistema fijo y correctamente alineado tuvo que hacer unas cuantas virguerías con la madera y las escarpias, uniendo la ballesta a un pedestal y manteniendo los hilos tensos con el sistema de clavos, pero cuando finalmente lo tuvo listo, la gratificante sensación del deber cumplido y de la seguridad de que iba a ensartar a algún gilipollas incauto lo invadió, produciéndole una enorme ola de satisfacción sana.
Unió la torre con el tercer piso a través de las ventanas, poniendo dos puertas de aspecto sólido y resistente a modo de puente, unidas por no pocos maderos claveteados de forma consistente. Además, unió como buenamente pudo otra puerta al ventanal de la torre, haciendo uso de los goznes que había sustraído, e hizo lo mismo con el hueco que daba al primer piso, en el que fabricó una suerte de trampilla improvisada.
Preparó también una ballesta en las escaleras que ascendían al tercer piso, preparada para disparar por la espalda al incauto que activara el cable accionador en las escaleras.
Tras dejar aquellas trampas preparadas, dejó preparada la trampa para ratones en el patio, subió el caldero que había encontrado por allí tirado y su cubo, ambos llenos de agua, a la torre y comenzó a calentarlos, esperando primero sanear un poco aquel líquido para asegurarse de que no estaba más vivo que él. Poco después, echó al caldero una de las ratas que habían caído en el cepo de Sendar, adecuadamente despellejada, junto con unas pocas especias espizcadas para darle un poco más de sabor. Mientras que las viandas se cocinaban, RR comenzó a escrutar las calles de la ciudad desde las alturas, buscando enemigos a través de las lentes del arma mientras rumiaba posibles tácticas. Sus planes se disociaban en las coyunturas importantes, comenzando a trabajar a diferentes niveles. ¿Y si Yrio no volvía? ¿Y si Maciel se negaba a participar en aquella carnicería? ¿Y si, de hecho, se ponían en su contra…?
En resumidas cuentas, ¿Qué diablos iba a hacer ahora?
Se interesó particularmente por un edificio en particular: De planta rectangular, parecía haber estado dividido en su segundo piso en dos módulos diferentes, aunque el de la derecha había quedado derruido. En el tercer nivel había una habitación y una torre esquinada, aparentemente disociadas, aunque con la base en la segunda altura en común.
- Spoiler:
- [ADVERTENCIA: He de reconocer que las descripciones de edificios abandonados y de su disposición me ponen un poco de los nervios por lo absolutamente coñazo, repetitivos y en general poco literarios que me resultan. Como me imagino que a vosotros también os apetecerá más bien poco tragaros un tocho infumable en el que intento convertir un texto en un plano, os dejo un aberrante bosquejo que he fabricado en PAINT, porque soy un ente maligno y perverso que ansía corromper un poquito más el mundo haciendo uso de este programa infernal. Que os cunda mucho: https://2img.net/h/oi40.tinypic.com/im89qs.png ]
Cuando finalmente estuvo seguro de que aquel lugar no podía resultar una amenaza para ningún ser vivo, se dispuso a cambiar ese hecho lo más rápido que pudo. Había mucho trabajo por hacer si quería dormir a salvo aquella noche, y no había tiempo que perder.
Lo primero que hizo fue subir sus trastos a la torre a través de la escalera de caracol del segundo piso, disponiéndolos de tal forma que ocuparan lo mínimo. Seguidamente, se encargó de buscar un camastro, una mesa y un par de sillas, que también llevó a lo alto del edificio, convirtiéndolo en su centro de operaciones y residencia. Una vez amueblada la sala adecuadamente, fabricó una escalera de mano con la madera que pudo sacar de los muebles, para luego desmantelar la escalinata de caracol cuidadosamente, reuniendo la madera y el metal con la que estaba formada en un intento de extraer nuevas materias primas.
A sabiendas de que no podía dejar el primer piso descuidado, su siguiente medida fue retirar los tablones del suelo que quedaba justo enfrente de la puerta de entrada, colocando en su interior clavos de buenas dimensiones y otras esquirlas de metal punzante, para luego colocar una vieja y raída alfombrilla sobre el mortífero agujero. Era ciertamente un buen comienzo, pero aún quedaba mucho trabajo por hacer, y RR era consciente de que, estando como estaba en territorio de hienas, no podía dejar ninguna entrada al edificio descuidada. Buscó concienzudamente cualquier daño estructural que pudiera dar paso a cualquier cosechado o bestia al interior del edificio, descubriendo satisfactoriamente que aquellas ruinas estaban en condiciones de resistir un ataque. Pero quedaba el problema de las ventanas: No podía dedicarse a poner trampas en todas, pues era un gasto de tiempo y material logístico importante, y no iba sobrado de ninguna de las dos cosas. Por lo tanto se limitó a tapiarlas solidamente con la madera de los muebles, de los que dio buena cuenta en aquel piso. Más adelante, desmontó todas las puertas del piso, llevándose los cerrojos y los goznes.
Subió hasta las escaleras que unían el segundo y el tercer piso y arrancó todas las tablas del rellano que hacía esquina en ellas, dejando a la vista el piso inferior, que daba a una habitación ahora vacía, sólo cubierta por una vieja alfombra apolillada. Debajo de esta y del abismo, perpetró un nuevo hoyo, más profundo que el anterior, que llenó de estacas de madera, que no eran sino patas de mesa afiladas a cuchillo. Después de aquello, volvió a tapar el agujero de las escaleras con las mismas tablas, aunque sólo de forma superficial, y aserrando los laterales por la parte inferior, de tal manera que, bajo un peso ligero, cedieran haciendo caer al desafortunado al pozo de estacas.
En la habitación que daba al hueco de las escaleras de caracol, ahora desmontadas y sustituidas por la escalera de mano, dispuso una trampa un poco más elaborada, preparando la ballesta pesada que había robado en Sendar, cargada con varios virotes, enfrente de la puerta y uniendo su mecanismo accionador con un hilo que pasaba ante ella, de tal manera que cuando alguien intentara pasar, un montón de metal y madera volara a recibirlo con la efusividad suficiente como para atravesar una armadura y convertir al capullo en cuestión en un enorme alfiletero que grita y sangra. Para mantener aquel sistema fijo y correctamente alineado tuvo que hacer unas cuantas virguerías con la madera y las escarpias, uniendo la ballesta a un pedestal y manteniendo los hilos tensos con el sistema de clavos, pero cuando finalmente lo tuvo listo, la gratificante sensación del deber cumplido y de la seguridad de que iba a ensartar a algún gilipollas incauto lo invadió, produciéndole una enorme ola de satisfacción sana.
Unió la torre con el tercer piso a través de las ventanas, poniendo dos puertas de aspecto sólido y resistente a modo de puente, unidas por no pocos maderos claveteados de forma consistente. Además, unió como buenamente pudo otra puerta al ventanal de la torre, haciendo uso de los goznes que había sustraído, e hizo lo mismo con el hueco que daba al primer piso, en el que fabricó una suerte de trampilla improvisada.
Preparó también una ballesta en las escaleras que ascendían al tercer piso, preparada para disparar por la espalda al incauto que activara el cable accionador en las escaleras.
Tras dejar aquellas trampas preparadas, dejó preparada la trampa para ratones en el patio, subió el caldero que había encontrado por allí tirado y su cubo, ambos llenos de agua, a la torre y comenzó a calentarlos, esperando primero sanear un poco aquel líquido para asegurarse de que no estaba más vivo que él. Poco después, echó al caldero una de las ratas que habían caído en el cepo de Sendar, adecuadamente despellejada, junto con unas pocas especias espizcadas para darle un poco más de sabor. Mientras que las viandas se cocinaban, RR comenzó a escrutar las calles de la ciudad desde las alturas, buscando enemigos a través de las lentes del arma mientras rumiaba posibles tácticas. Sus planes se disociaban en las coyunturas importantes, comenzando a trabajar a diferentes niveles. ¿Y si Yrio no volvía? ¿Y si Maciel se negaba a participar en aquella carnicería? ¿Y si, de hecho, se ponían en su contra…?
En resumidas cuentas, ¿Qué diablos iba a hacer ahora?
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- InvitadoInvitado
Re: Anfiteatro
02/06/13, 04:42 pm
Yrio tenía un mal presentimiento, pero se confundía entre todo el nerviosismo y el miedo que sentia, las ideas que le perseguían y confundían su mente, todas las cosas que podian salir mal en aquel plan de locos, incluso is llegaba a funcionar.
No necesitaron correr, a paso ligero y bien alertas llegaron en poco tiempo a la zona que rodeaba el anfiteatro. No tuvieron ningún encuentro desafortunado, nada les atacó por el camino, aunque el sinhadre estuviera igualmente en tensión. Se detuvo en una avenida bastante amplia, cerca de un callejón por si tenían que esconderse rápido, y miró a su alrededor.
-Tiene que ser por aquí...
Sacó su piedra hechizada del bolsillo y activó la runa de alarma. Ya solo quedaba esperar a que el foner los encontrara.
-Si no lo han matado ya no debe tardar mucho.- dijo guardando la piedra de nuevo y descolgándose el escudo
No se sentía nada cómodo quedándose allí quieto y expuesto, pero si se ocultaban el foner tampoco iba a dar con ellos.
No necesitaron correr, a paso ligero y bien alertas llegaron en poco tiempo a la zona que rodeaba el anfiteatro. No tuvieron ningún encuentro desafortunado, nada les atacó por el camino, aunque el sinhadre estuviera igualmente en tensión. Se detuvo en una avenida bastante amplia, cerca de un callejón por si tenían que esconderse rápido, y miró a su alrededor.
-Tiene que ser por aquí...
Sacó su piedra hechizada del bolsillo y activó la runa de alarma. Ya solo quedaba esperar a que el foner los encontrara.
-Si no lo han matado ya no debe tardar mucho.- dijo guardando la piedra de nuevo y descolgándose el escudo
No se sentía nada cómodo quedándose allí quieto y expuesto, pero si se ocultaban el foner tampoco iba a dar con ellos.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Anfiteatro
02/06/13, 05:56 pm
RR se hayaba en aquel momento investigando la calle a través de su mira desde la relativa seguridad de la torre en la que se había instalado, preparado para meterle un balazo en la cabeza al primer listillo que tuviera la mala suerte de ponerse a tiro durante una misión de búsqueda que de seguro ya habían iniciado los Sendarios. Varias ideas se le pasaban por la cabeza, y todas ellas eran de naturaleza dispar. Las de carácter práctico, como nuevas trampas y precauciones que debía de tomar más adelante, las iba apuntando en la libreta que había dejado a su lado. En esta categoría se englobaba, por ejemplo, la necesidad de poner runas anuladoras del hechizo de Intangibilidad en las paredes, techo y suelo de su fortaleza. Había sido muy imprudente por su parte pasar por alto aquella medida crucial a la hora de combatir a un grupo que contaba con más de un hechicero cualificado entre sus filas, y se reprendió mentalmente por haber dejado aquel cabo suelto.
En aquellas cavilaciones se encontraba inmerso cuando, de repente, un sonido quedo, aunque estridente en la quietud de la sala, lo sobresaltó, haciendo que desenfundara la escopeta y la apuntara al interior de la sala con la firme resolución de volarle la tapa de los sesos al que lo hubiera producido. Tras comprobar que, como de costumbre, la famélica rata que lo acompañaba era su única compañera en el tugurio, comprendió cual había sido el artífice de aquel susto: La piedra de eco. Aquello sólo podía significar que Yrio andaba cerca, buscándolo y, con un poco de suerte, con refuerzos y pertrechos.
Escrutó las calles de nuevo con su arma en busca de indicios físicos de la presencia del muchacho y, pocos segundos después, observó como se personaba en la calle de su edificio, seguido por Shizel. Ambos parecían ir bien cargados, cosa que cuanto menos agradó al foner, que últimamente mostraba un apetito lobuno.
Se giró hacia el interior del habitáculo para tomar rápidamente las armas que necesitaba para comenzar la incursión al exterior, operación que no le llevó demasiado tiempo, dado que procuraba tener todos los instrumentos potencialmente letales siempre a mano y bien cargados. Seguidamente, descendió a toda velocidad el edificio, sorteando sus propias trampas, hasta llegar al nivel del suelo, y desde una esquina les hizo señas para llamar la atención de los dos muchachos. Cuando estos le vieron y le siguieron, los condujo de vuelta a lo alto de la ruinosa estructura, explicando con pelos y señales dónde había dispuesto las trampas. Cuando finalmente llegaron al torreón, tomó asiento a la mesa que había conseguido subir, y les invitó ha hacer lo propio.
-Bienvenidos a mi humilde morada… disculpad el desorden.-comentó en un tono mínimamente jocoso, haciendo evidente referencia a lo disperso de los materiales en la sala. Sus herramientas, la cama casi sin hacer, el caldero, el cubo y la taza de latón, el baúl lleno de trastos, la jaula con su nueva mascota, su viejo escudo… todo yacía en zonas accesibles para el foner por toda la superficie de la habitación. Pero ante todo predominaban las ballestas. Había robado unas cuantas de Sendar, tanto para transformarlas en armas nuevas, en trampas o simplemente para tener armamento a mano, pero era difícil imaginar para qué podía necesitar tantas armas un solo hombre.- Como podéis imaginar, hay mucho que hacer. No se si te habrá puesto al corriente Yrio, Shizel, pero esos cabrones no están precisamente indefensos. Tengo una lista pormenorizada de los que he podido distinguir y enumerar, y creo que hay más de un mago entre ellos. Ante eso yo sólo no puedo lidiar. Podrían perfectamente atravesar las trampas y las habitaciones de este edificio y del que dejé preparado delante de Sendar como si fueran aire, venir hasta aquí y darme por el culo. Creo que, para solventar ese problema, deberíamos poner runas anuladoras en todas las paredes, en la base del edificio y quizá en el techo. Oh, y necesitamos más munición; y quizás más armas. Tengo preparadas un par de planchas con las que hacer nuevos cartuchos para el rifle, y como ves no nos faltan flechas con las que crear balas. Oh, tengo muchas ideas, créeme, pero sin vuestra magia se pueden quedar en nada. No sé si lo sabrás, pero les he puesto un bombazo en el sótano a esos mamonazos, así que deben de estar muy acojonados o tremendamente cabreados. Quizás las dos cosas. Pero lo importante es que necesitamos continuar hostigándolos sin descanso, o ellos tomarán la iniciativa, y en caso de ser atacados nos veremos en una situación de desventaja de lo más embarazosa. Por el momento necesito los ingredientes que espero que hayáis traído para rellenar los cartuchos vacíos y llenar los nuevos, y… a ser posible, encantar el pico y la pala que le di a Yrio. Cuanto más rápido pueda cavar las caponeras hacia las posiciones del enemigo, antes podremos volarlos por los aires. Ah, se me olvidaba… Voy a necesitar, antes o después, un poco de colaboración por parte del resto del torreón. Esos tipos pueden estar todo lo preparados que quieran, pero si no tienen qué llevarse a la boca les tendremos cogidos por los cojones. Se me ocurrió que podríamos tenderles una emboscada en los callejones la próxima vez que vayan a por las cestas. Me ocupé hace mucho de comprobar que la zona está limpia de trampas, con lo que podríamos apostarnos sin dificultad en los edificios circundantes a la plazoleta. Ah, y necesitaré ese néctar que traen en las cestas, así como unas cuantas botellas; y antídoto. Sí, antídoto. De aquel que usasteis para salvarme el culo cuando aquel jodido lagarto le dio por meterme un bocado. Si a esto le añadimos unos cuantos tubos… joder, esos malnacidos desearán no haber salido de los sucios genitales de sus padres… sin ánimo de ofender, vosotros ya me entendéis.
RR tomó aliento y observó a sus interlocutores. No hacía falta recordarle a nadie lo fácil que le resultaba soltar extensos soliloquios cuando se ponía ha hablar de temas logísticos, técnicos, estratégicos o, en resumidas cuentas, de chorradas varias enfocadas ha cargarse a todo dios. Pero ahora que la emoción de tener suministros y refuerzos se iba paliando, comenzaba a recordar que se hayaba ante un muchacho al que le sobraban razones para sentirse disgustado con él y magia para cobrarse una venganza. Se mantuvo en silencio, expectante. De haber tenido creencias religiosas de cualquier tipo, el foner hubiera rezado porque el mago tuviera sentido del humor y, en última instancia, facilidad para olvidar y/o quitar hierro a incidentes que conllevaran ser amenazado de muerte por un sociópata en calzoncillos. Pero, a la luz de los hechos, tenía la ligera sensación de que no iba a ser tan fácil quedar impune…
En aquellas cavilaciones se encontraba inmerso cuando, de repente, un sonido quedo, aunque estridente en la quietud de la sala, lo sobresaltó, haciendo que desenfundara la escopeta y la apuntara al interior de la sala con la firme resolución de volarle la tapa de los sesos al que lo hubiera producido. Tras comprobar que, como de costumbre, la famélica rata que lo acompañaba era su única compañera en el tugurio, comprendió cual había sido el artífice de aquel susto: La piedra de eco. Aquello sólo podía significar que Yrio andaba cerca, buscándolo y, con un poco de suerte, con refuerzos y pertrechos.
Escrutó las calles de nuevo con su arma en busca de indicios físicos de la presencia del muchacho y, pocos segundos después, observó como se personaba en la calle de su edificio, seguido por Shizel. Ambos parecían ir bien cargados, cosa que cuanto menos agradó al foner, que últimamente mostraba un apetito lobuno.
Se giró hacia el interior del habitáculo para tomar rápidamente las armas que necesitaba para comenzar la incursión al exterior, operación que no le llevó demasiado tiempo, dado que procuraba tener todos los instrumentos potencialmente letales siempre a mano y bien cargados. Seguidamente, descendió a toda velocidad el edificio, sorteando sus propias trampas, hasta llegar al nivel del suelo, y desde una esquina les hizo señas para llamar la atención de los dos muchachos. Cuando estos le vieron y le siguieron, los condujo de vuelta a lo alto de la ruinosa estructura, explicando con pelos y señales dónde había dispuesto las trampas. Cuando finalmente llegaron al torreón, tomó asiento a la mesa que había conseguido subir, y les invitó ha hacer lo propio.
-Bienvenidos a mi humilde morada… disculpad el desorden.-comentó en un tono mínimamente jocoso, haciendo evidente referencia a lo disperso de los materiales en la sala. Sus herramientas, la cama casi sin hacer, el caldero, el cubo y la taza de latón, el baúl lleno de trastos, la jaula con su nueva mascota, su viejo escudo… todo yacía en zonas accesibles para el foner por toda la superficie de la habitación. Pero ante todo predominaban las ballestas. Había robado unas cuantas de Sendar, tanto para transformarlas en armas nuevas, en trampas o simplemente para tener armamento a mano, pero era difícil imaginar para qué podía necesitar tantas armas un solo hombre.- Como podéis imaginar, hay mucho que hacer. No se si te habrá puesto al corriente Yrio, Shizel, pero esos cabrones no están precisamente indefensos. Tengo una lista pormenorizada de los que he podido distinguir y enumerar, y creo que hay más de un mago entre ellos. Ante eso yo sólo no puedo lidiar. Podrían perfectamente atravesar las trampas y las habitaciones de este edificio y del que dejé preparado delante de Sendar como si fueran aire, venir hasta aquí y darme por el culo. Creo que, para solventar ese problema, deberíamos poner runas anuladoras en todas las paredes, en la base del edificio y quizá en el techo. Oh, y necesitamos más munición; y quizás más armas. Tengo preparadas un par de planchas con las que hacer nuevos cartuchos para el rifle, y como ves no nos faltan flechas con las que crear balas. Oh, tengo muchas ideas, créeme, pero sin vuestra magia se pueden quedar en nada. No sé si lo sabrás, pero les he puesto un bombazo en el sótano a esos mamonazos, así que deben de estar muy acojonados o tremendamente cabreados. Quizás las dos cosas. Pero lo importante es que necesitamos continuar hostigándolos sin descanso, o ellos tomarán la iniciativa, y en caso de ser atacados nos veremos en una situación de desventaja de lo más embarazosa. Por el momento necesito los ingredientes que espero que hayáis traído para rellenar los cartuchos vacíos y llenar los nuevos, y… a ser posible, encantar el pico y la pala que le di a Yrio. Cuanto más rápido pueda cavar las caponeras hacia las posiciones del enemigo, antes podremos volarlos por los aires. Ah, se me olvidaba… Voy a necesitar, antes o después, un poco de colaboración por parte del resto del torreón. Esos tipos pueden estar todo lo preparados que quieran, pero si no tienen qué llevarse a la boca les tendremos cogidos por los cojones. Se me ocurrió que podríamos tenderles una emboscada en los callejones la próxima vez que vayan a por las cestas. Me ocupé hace mucho de comprobar que la zona está limpia de trampas, con lo que podríamos apostarnos sin dificultad en los edificios circundantes a la plazoleta. Ah, y necesitaré ese néctar que traen en las cestas, así como unas cuantas botellas; y antídoto. Sí, antídoto. De aquel que usasteis para salvarme el culo cuando aquel jodido lagarto le dio por meterme un bocado. Si a esto le añadimos unos cuantos tubos… joder, esos malnacidos desearán no haber salido de los sucios genitales de sus padres… sin ánimo de ofender, vosotros ya me entendéis.
RR tomó aliento y observó a sus interlocutores. No hacía falta recordarle a nadie lo fácil que le resultaba soltar extensos soliloquios cuando se ponía ha hablar de temas logísticos, técnicos, estratégicos o, en resumidas cuentas, de chorradas varias enfocadas ha cargarse a todo dios. Pero ahora que la emoción de tener suministros y refuerzos se iba paliando, comenzaba a recordar que se hayaba ante un muchacho al que le sobraban razones para sentirse disgustado con él y magia para cobrarse una venganza. Se mantuvo en silencio, expectante. De haber tenido creencias religiosas de cualquier tipo, el foner hubiera rezado porque el mago tuviera sentido del humor y, en última instancia, facilidad para olvidar y/o quitar hierro a incidentes que conllevaran ser amenazado de muerte por un sociópata en calzoncillos. Pero, a la luz de los hechos, tenía la ligera sensación de que no iba a ser tan fácil quedar impune…
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Anfiteatro
03/06/13, 06:36 pm
"¿Es que no se para nunca para respirar?", fue lo primero que observó Shizel, pero no se sorprendió demasiado. Por todo lo que sabía él de anatomía foner, podrían tener orificios respiratorios en la espalda.
No había despegado los labios durante todo el pequeño tour que RR les había dado a lo largo de su nuevo refugio. Shizel empezaba a entender el concepto que tenía el pelirrojo de "decoración de interiores", el cual parecía estar básicamente comprendido por la noción de que a más peligrosas las trampas, más bonito quedaba el lugar.
Cuando el foner terminó su diatriba a Shizel le complació enormemente comprobar que esperaba alguna clase de respuesta, probablemente violenta, por su parte. De hecho había mantenido todo el tiempo los brazos cruzados en tensión, porque tenía unas ganas importantes de darle un puñetazo. Dijera lo que dijera la gente y por muchos hechizos paralizantes que existiesen en el mundo, para ese tipo de cosas nada era más satisfactorio que uno.
-Y en mitad de ese fascinante proceso mental que has seguido estos días no se te ocurrió, quizá, no sé... ¿volver a Maciel?- dijo afilando el sarcasmo en su voz como si se tratase de una cuchilla-. ¿O es que a Su Alteza Colorada solo le valen letarguinos secuestrados? Tampoco habría sobrado un aviso de que estabas vivito y coleando, porque mira qué casualidad, te hemos estado buscando. ¿Y si te hacía falta mi ayuda, por qué cojones no me lo preguntaste desde el principio?- seguía mosqueado al respecto, para qué negarlo. Que RR hubiera preferido que los letarguinos se la tuviesen jurada a base de achicharrarlos con bombas y secuestrando a Yrio, antes que simplemente pedirles ayuda a los de Maciel (y concretamente a él) era... bueno, insultante. El idrino tenía la costumbre de tomárselo todo un poco a lo personal, y aquello no era menos.
Mientras iban de camino hacia allí Shizel había confiado en que el saludable instinto de conservación del foner le hubiese convencido de que era prioritario ponerse a salvo, pero de hecho RR parecía entusiasmado como un crío ante la perspectiva de liarse a hostias metafóricas contra una jauría de contarios vengativos. No sólo eso, sino que había quemado tranquilamente todos sus barcos al enemistarse con Letargo. Porque Shizel estaba seguro de que siendo tan desagradables como parecían ser entre sí, estarían encantados de liberar tensiones contra el primer pobre desgraciado que se les pusiera a tiro. (En el caso de RR el añadido de "pobre", en opinión de Shizel, sobraba)
La tentación de darse cabezazos contra la pared que había sentido aquella mañana había vuelto triplicada, y probablemente lo que más le disuadía al respecto era que desconocía si había alguna clase de runa explosiva en las paredes. En su lugar optó por dejar la frustración a un lado e irse a lo práctico y resopló profundamente.
-Vale- dijo invocando serenidad de los más hondos pozos de su psique-. Si ya te están dando caza supongo que ya no hay manera de arreglar esto de otra forma- admitió de mala gana-. Pero esto no es un favorcillo como fue el de grabarte las runas para la escopeta. Si quieres mi ayuda, yo quiero condiciones.
-Una- dijo alzando el dedo índice admonitoriamente-. Yo entro y salgo cuando quiera. No quiero despertarme ninguna mañana atado de pies y manos y con la escopeta en la sien- dirigió una significativa mirada de reojo a Yrio, al que agradecía enormemente el aviso previo-, y tampoco amenazado de genocidio.
>>Dos, no voy a dejar tirados a los de Maciel para estar aquí a tiempo completo- alzó un segundo dedo en consecuencia-. Más que nada porque nosotros también estamos en un berenjenal. De hecho ya les he dejado tirados esta mañana para venir aquí, así que comprenderás que esperen algo a cambio. Porque no sé si te habrás enterado mientras estabas por ahí parrillando letarguinos y sendarios por igual, pero la planta baja se nos ha incendiado por motivos que sólo el Reflejo sabe y además tenemos a un grupo de esa gente amenazando con quedarse con nuestra comida. Lo que significa que si recibo el aviso de que me necesitan, me piro de inmediato. Y también tengo cosas que hacer allí, claro.
>>Lo que me lleva a mi siguiente punto. Tres: esto no va a salir gratis. No es seguro, pero es posible que pronto los de Maciel estemos en el mismo brete que tú. Si a ti te viene bien que te preste mi magia, a nosotros nos vendrá bien tu escopeta. Y a ti también te conviene, sobre todo si necesitas cosas de las cestas. Como he comentado antes, esa simpática gente se nos adelantó ayer, y hoy no sé si los demás están teniendo suerte recogiéndolas o simplemente han llegado tarde- no había notado ninguna respuesta por parte de su guijarro de alarma, lo que probablemente significaba que sus compañeros no habían tenido problemas esa mañana. No obstante seguía estando inquieto. Algunos más, otros menos, pero todos eran básicamente una bomba de relojería en forma de cosechado: podían estar perfectamente dándose de hostias con los sendarios en ese mismo momento, y si así era la estrategia de mantener Maciel fuera de la línea de tiro se iba al garete.
-Lo que quiero decir es que si quieres instalar trampas en el barrio de los callejones te vuelves a Maciel; eso si no te descubren aquí atrincherado antes. Además, Saren me ha estado hablando exactamente de lo mismo, fíjate- aunque comparado con el plan del foner, el del idrino parecía una feria-. Podéis encerraros en ese laboratorio de habitación que tienes y planear cosas. El caso es que yo no voy a convencer a nadie por ti. Si tienes la cara dura de explotar sótanos ajenos, también la tendrás para mirarlos a la cara, ponerles ojos de cordero degollado y decirles "ayudadme a tirar bombas".
Shizel no sabía con qué cara iba a decirles a los macieleros que se requería su ayuda para un proyecto kamikaze, máxime cuando él estaba a favor de solucionar el conflicto de otra manera, así que el idrino pensaba que si él iba a pasar bochorno al menos que no fuese a pasarlo solo.
Mientras se esperaba protestas o un "trato hecho" por parte del foner, se preguntó qué estaba haciendo él allí. "Locos, todos locos", pensó, y una vocecita cínica en su cabeza añadió: "Y tú estás entre ellos."
No había despegado los labios durante todo el pequeño tour que RR les había dado a lo largo de su nuevo refugio. Shizel empezaba a entender el concepto que tenía el pelirrojo de "decoración de interiores", el cual parecía estar básicamente comprendido por la noción de que a más peligrosas las trampas, más bonito quedaba el lugar.
Cuando el foner terminó su diatriba a Shizel le complació enormemente comprobar que esperaba alguna clase de respuesta, probablemente violenta, por su parte. De hecho había mantenido todo el tiempo los brazos cruzados en tensión, porque tenía unas ganas importantes de darle un puñetazo. Dijera lo que dijera la gente y por muchos hechizos paralizantes que existiesen en el mundo, para ese tipo de cosas nada era más satisfactorio que uno.
-Y en mitad de ese fascinante proceso mental que has seguido estos días no se te ocurrió, quizá, no sé... ¿volver a Maciel?- dijo afilando el sarcasmo en su voz como si se tratase de una cuchilla-. ¿O es que a Su Alteza Colorada solo le valen letarguinos secuestrados? Tampoco habría sobrado un aviso de que estabas vivito y coleando, porque mira qué casualidad, te hemos estado buscando. ¿Y si te hacía falta mi ayuda, por qué cojones no me lo preguntaste desde el principio?- seguía mosqueado al respecto, para qué negarlo. Que RR hubiera preferido que los letarguinos se la tuviesen jurada a base de achicharrarlos con bombas y secuestrando a Yrio, antes que simplemente pedirles ayuda a los de Maciel (y concretamente a él) era... bueno, insultante. El idrino tenía la costumbre de tomárselo todo un poco a lo personal, y aquello no era menos.
Mientras iban de camino hacia allí Shizel había confiado en que el saludable instinto de conservación del foner le hubiese convencido de que era prioritario ponerse a salvo, pero de hecho RR parecía entusiasmado como un crío ante la perspectiva de liarse a hostias metafóricas contra una jauría de contarios vengativos. No sólo eso, sino que había quemado tranquilamente todos sus barcos al enemistarse con Letargo. Porque Shizel estaba seguro de que siendo tan desagradables como parecían ser entre sí, estarían encantados de liberar tensiones contra el primer pobre desgraciado que se les pusiera a tiro. (En el caso de RR el añadido de "pobre", en opinión de Shizel, sobraba)
La tentación de darse cabezazos contra la pared que había sentido aquella mañana había vuelto triplicada, y probablemente lo que más le disuadía al respecto era que desconocía si había alguna clase de runa explosiva en las paredes. En su lugar optó por dejar la frustración a un lado e irse a lo práctico y resopló profundamente.
-Vale- dijo invocando serenidad de los más hondos pozos de su psique-. Si ya te están dando caza supongo que ya no hay manera de arreglar esto de otra forma- admitió de mala gana-. Pero esto no es un favorcillo como fue el de grabarte las runas para la escopeta. Si quieres mi ayuda, yo quiero condiciones.
-Una- dijo alzando el dedo índice admonitoriamente-. Yo entro y salgo cuando quiera. No quiero despertarme ninguna mañana atado de pies y manos y con la escopeta en la sien- dirigió una significativa mirada de reojo a Yrio, al que agradecía enormemente el aviso previo-, y tampoco amenazado de genocidio.
>>Dos, no voy a dejar tirados a los de Maciel para estar aquí a tiempo completo- alzó un segundo dedo en consecuencia-. Más que nada porque nosotros también estamos en un berenjenal. De hecho ya les he dejado tirados esta mañana para venir aquí, así que comprenderás que esperen algo a cambio. Porque no sé si te habrás enterado mientras estabas por ahí parrillando letarguinos y sendarios por igual, pero la planta baja se nos ha incendiado por motivos que sólo el Reflejo sabe y además tenemos a un grupo de esa gente amenazando con quedarse con nuestra comida. Lo que significa que si recibo el aviso de que me necesitan, me piro de inmediato. Y también tengo cosas que hacer allí, claro.
>>Lo que me lleva a mi siguiente punto. Tres: esto no va a salir gratis. No es seguro, pero es posible que pronto los de Maciel estemos en el mismo brete que tú. Si a ti te viene bien que te preste mi magia, a nosotros nos vendrá bien tu escopeta. Y a ti también te conviene, sobre todo si necesitas cosas de las cestas. Como he comentado antes, esa simpática gente se nos adelantó ayer, y hoy no sé si los demás están teniendo suerte recogiéndolas o simplemente han llegado tarde- no había notado ninguna respuesta por parte de su guijarro de alarma, lo que probablemente significaba que sus compañeros no habían tenido problemas esa mañana. No obstante seguía estando inquieto. Algunos más, otros menos, pero todos eran básicamente una bomba de relojería en forma de cosechado: podían estar perfectamente dándose de hostias con los sendarios en ese mismo momento, y si así era la estrategia de mantener Maciel fuera de la línea de tiro se iba al garete.
-Lo que quiero decir es que si quieres instalar trampas en el barrio de los callejones te vuelves a Maciel; eso si no te descubren aquí atrincherado antes. Además, Saren me ha estado hablando exactamente de lo mismo, fíjate- aunque comparado con el plan del foner, el del idrino parecía una feria-. Podéis encerraros en ese laboratorio de habitación que tienes y planear cosas. El caso es que yo no voy a convencer a nadie por ti. Si tienes la cara dura de explotar sótanos ajenos, también la tendrás para mirarlos a la cara, ponerles ojos de cordero degollado y decirles "ayudadme a tirar bombas".
Shizel no sabía con qué cara iba a decirles a los macieleros que se requería su ayuda para un proyecto kamikaze, máxime cuando él estaba a favor de solucionar el conflicto de otra manera, así que el idrino pensaba que si él iba a pasar bochorno al menos que no fuese a pasarlo solo.
Mientras se esperaba protestas o un "trato hecho" por parte del foner, se preguntó qué estaba haciendo él allí. "Locos, todos locos", pensó, y una vocecita cínica en su cabeza añadió: "Y tú estás entre ellos."
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Álvar
Ficha de cosechado
Nombre: Timothy “Timmy” O’ Connors
Especie: Humano
Habilidades: Habilidad mental, astucia, planificación
Re: Anfiteatro
03/06/13, 07:44 pm
Sus pasos le habían llevado hasta el anfiteatro. Aquel lugar le traía recuerdos. Tras un rato caminando, RR apareció en escena e hizo que los otros dos le siguieran. El irlandés no quiso ser descubierto aún, por lo que continuó con su plan de seguirles a escondidas, prestando atención a lo que decía RR sobre las trampas que debían esquivar. Al final, acabaron en lo que parecía ser la habitación que el foner había escogido como centro de operaciones. Desde el marco de la puerta, el joven pudo ver parte de la sala, la cual era un completo desorden, pero sin duda una valiosísima fuente de recursos. Continuó apostado tras la puerta, escuchando el discurso del foner.
Parecía que había estado combatiendo contra un grupo al que llamaba “sendarios”. No sabía a qué se refería, pero estaba claro que no eran presas fáciles, pues de serlo el foner los habría exterminado por completo sin problemas, dado el arsenal del que disponía.
Cuando acabó el discurso, quedó patente que RR necesitaba refuerzos, y él necesitaba “animales de ensayo” con el que probar sus últimas ideas. Así pues, decidió que era el momento de hacer acto de presencia. Entró en la habitación con la capucha puesta cubriéndole casi la totalidad de la cara, aunque sabía que le reconocerían igualmente.
-Siento interrumpir, pero me ha parecido oir que se necesitaban refuerzos por aquí. Quien lo iba a decir, el pelo-fuego viéndose superado en combate. ¿Cómo estás, viejo amigo? Te dejo un par de días solo y ya no sabes qué hacer ¡JA!
El irlandés levantó un poco la cabeza para que pudieran verle una pequeña porción de la cara, en concreto la demente sonrisa que había dibujado en su boca.
-¿Qué tal si me invitas a una copa y empezamos a discutir la mejor manera de hacer “limpieza”? Aunque ya sabes que yo opto siempre por un buen fuego como elemento purificador.
Aunque hubiera querido hacerlo, que no era el caso, le hubiera sido imposible ocultar lo ansioso que estaba por lo excitante de la situación que estaba por venir.
-Ah, y por cierto. He traído unos regalitos.
Parecía que había estado combatiendo contra un grupo al que llamaba “sendarios”. No sabía a qué se refería, pero estaba claro que no eran presas fáciles, pues de serlo el foner los habría exterminado por completo sin problemas, dado el arsenal del que disponía.
Cuando acabó el discurso, quedó patente que RR necesitaba refuerzos, y él necesitaba “animales de ensayo” con el que probar sus últimas ideas. Así pues, decidió que era el momento de hacer acto de presencia. Entró en la habitación con la capucha puesta cubriéndole casi la totalidad de la cara, aunque sabía que le reconocerían igualmente.
-Siento interrumpir, pero me ha parecido oir que se necesitaban refuerzos por aquí. Quien lo iba a decir, el pelo-fuego viéndose superado en combate. ¿Cómo estás, viejo amigo? Te dejo un par de días solo y ya no sabes qué hacer ¡JA!
El irlandés levantó un poco la cabeza para que pudieran verle una pequeña porción de la cara, en concreto la demente sonrisa que había dibujado en su boca.
-¿Qué tal si me invitas a una copa y empezamos a discutir la mejor manera de hacer “limpieza”? Aunque ya sabes que yo opto siempre por un buen fuego como elemento purificador.
Aunque hubiera querido hacerlo, que no era el caso, le hubiera sido imposible ocultar lo ansioso que estaba por lo excitante de la situación que estaba por venir.
-Ah, y por cierto. He traído unos regalitos.
Piensa en verde: pon un Duende en tu vida
O, en su defecto, deja que uno te la arrebate
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Anfiteatro
03/06/13, 11:47 pm
-Comprendo que presentes condiciones, camarada Shiz…-comentó RR mientras buscaba en su mochila su todavía intacta botella de Skaj, de cristal negro y casi opaco, para descorcharla y echarse una cantidad moderada de su sospechoso líquido de color carmesí en el interior de su taza.- Pero te ruego que pienses por un momento en el apartado estratégico: Si yo me fuera a Maciel de forma permanente tras asegurar los callejones, que esa una medida extremadamente necesaria y por tanto no tardaría mucho en regresar, cederíamos terreno al enemigo. Y si dejamos de hostigarles, si les damos tiempo a organizar sus fuerzas superiores en recursos y en número, habríamos perdido una ventaja fundamental. Evidentemente, no voy a dudar en proteger el torreón hasta sus últimas consecuencias, pero por necesidades estratégicas requerimos de un grupo de vanguardia; alguien que mantenga la ofensiva para evitar mantenerlos ociosos.
Mientras decía esto, Timmy entró en escena. El foner casi no se inmutó ni cambió de semblante al verlo entrar por la puerta, aunque sí preparó a Schrang en su dirección para disparar en caso de que fuera otro el que cruzara el umbral. Cuando finalmente se cercioró de que era el irlandés y sólo el irlandés el que había llegado, se relajó, bajando el arma y volviendo a su pose inicial.
-Ah, eres tú.- comentó mientras se acercaba su taza a los labios.- ya me extrañaba que no hubieras venido. Toma asiento, anda, te veo hecho un asco.
Hizo una pequeña pausa para tragar aquel brebaje, que le cruzó como mismo fuego la garganta y asentándose como napalm en su estómago. Seguidamente, llenó el tapón de la botella y se lo ofreció a Timmy.
-He de puntualizar que si yo estoy jodido es por la vida precaria de soldado de vanguardia, ojo. Ya lo irás viendo, supongo. Y mejor no me digas cómo te has hecho eso en la cara, creo que puedo llegar a imaginármelo. En cuanto a la limpieza…
Comenzó a buscar en su libreta hasta encontrar una página en concreto. En una cara había detallado cómo se podía llegar a fabricar una bomba de humo a partir del salitre desconchado de las paredes y de la miel que venía en las cestas. En la otra, se explicaba cómo podían hacer un explosivo de potencia considerable usando un recipiente de cristal, parte del contenido de las granadas del irlandés y unas gotas de antídoto contra veneno.
-Creo que son dos propuestas que pueden llegar a interesarte. Ya les puse un petardazo de los tuyos en el sótano, pero desconozco el número de bajas que pudo causar. Con ese chisme que tengo ahí descrito, quizás podamos convertirlos a todos en carne picada sin demasiada dificultad. Más adelante te daré los detalles técnicos, y ya me enseñarás tú lo que hayas traído.
>>Como te iba diciendo, Shizel, es necesario mantener un grupo en la línea de fuego, aunque sea reducido. Lo importante en este caso es mantener la comunicación con el torreón. Sugiero que crees un portal comunicador, uno en Maciel y otro en un escudo que podamos portar o en alguna superficie fácil de llevar, para así poder mantener un canal a través del cual poder informarnos entre nosotros. No tardaré en volver a pasar por el torreón y hablar con los muchachos, pero entiende que no podemos renunciar a esta estrategia.
RR esperaba que el idrino entrara en razón rápido. En aquellos momentos había mucho trabajo por hacer y muy poco tiempo que perder. Cuanto antes quedara el asunto zanjado, antes podrían fabricarse las runas y las nuevas municiones, encantarse las herramientas y prepararse las armas y las trampas para su próximo movimiento. El enemigo podía permitirse el lujo de holgazanear, ellos no.
Mientras decía esto, Timmy entró en escena. El foner casi no se inmutó ni cambió de semblante al verlo entrar por la puerta, aunque sí preparó a Schrang en su dirección para disparar en caso de que fuera otro el que cruzara el umbral. Cuando finalmente se cercioró de que era el irlandés y sólo el irlandés el que había llegado, se relajó, bajando el arma y volviendo a su pose inicial.
-Ah, eres tú.- comentó mientras se acercaba su taza a los labios.- ya me extrañaba que no hubieras venido. Toma asiento, anda, te veo hecho un asco.
Hizo una pequeña pausa para tragar aquel brebaje, que le cruzó como mismo fuego la garganta y asentándose como napalm en su estómago. Seguidamente, llenó el tapón de la botella y se lo ofreció a Timmy.
-He de puntualizar que si yo estoy jodido es por la vida precaria de soldado de vanguardia, ojo. Ya lo irás viendo, supongo. Y mejor no me digas cómo te has hecho eso en la cara, creo que puedo llegar a imaginármelo. En cuanto a la limpieza…
Comenzó a buscar en su libreta hasta encontrar una página en concreto. En una cara había detallado cómo se podía llegar a fabricar una bomba de humo a partir del salitre desconchado de las paredes y de la miel que venía en las cestas. En la otra, se explicaba cómo podían hacer un explosivo de potencia considerable usando un recipiente de cristal, parte del contenido de las granadas del irlandés y unas gotas de antídoto contra veneno.
-Creo que son dos propuestas que pueden llegar a interesarte. Ya les puse un petardazo de los tuyos en el sótano, pero desconozco el número de bajas que pudo causar. Con ese chisme que tengo ahí descrito, quizás podamos convertirlos a todos en carne picada sin demasiada dificultad. Más adelante te daré los detalles técnicos, y ya me enseñarás tú lo que hayas traído.
>>Como te iba diciendo, Shizel, es necesario mantener un grupo en la línea de fuego, aunque sea reducido. Lo importante en este caso es mantener la comunicación con el torreón. Sugiero que crees un portal comunicador, uno en Maciel y otro en un escudo que podamos portar o en alguna superficie fácil de llevar, para así poder mantener un canal a través del cual poder informarnos entre nosotros. No tardaré en volver a pasar por el torreón y hablar con los muchachos, pero entiende que no podemos renunciar a esta estrategia.
RR esperaba que el idrino entrara en razón rápido. En aquellos momentos había mucho trabajo por hacer y muy poco tiempo que perder. Cuanto antes quedara el asunto zanjado, antes podrían fabricarse las runas y las nuevas municiones, encantarse las herramientas y prepararse las armas y las trampas para su próximo movimiento. El enemigo podía permitirse el lujo de holgazanear, ellos no.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Anfiteatro
04/06/13, 12:04 am
PREGÓN
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- InvitadoInvitado
Re: Anfiteatro
04/06/13, 12:33 am
Como esperaban, RR no tardó en aparecer y hacerles señas para conducirles a su nuevo refugio. Trampas por todas partes, armas, roña y olor a sopa de rata, desde luego no había mucha diferencia con el anterior refugio. En cuando entraron Yrio descargó el escudo, el pico y la pala y buscó algún sitio donde sentarse, uno desde el cual tuviera la puerta vigilada.
La escena que siguió, protagonizada por RR y Shizel, parecía una típica pelea de pareja y a Yrio casi le entraron ganas de gritarles que se diesen un beso e hiciesen las paces. Incluso para alguien tan torpe como él saltaba a la vista que el idrino se sentía despechado y le hizo bastante gracia ser ''el otro'' en esa situación.
-¿Ves? Te dije que si no venía contigo iba a agotarte en poco tiempo. Es un agonías- dijo poniéndose en pie y sacudiéndose los pantalones para ver en qué podía ayudar.
La súbita presencia de Timmy le hizo dar un salto en el sitio. Era el chico inconsciente de Maciel, y aunque ya había visto su cara desfigurada aquella capucha le daba un aire incluso más siniestro. Corrió a asomarse a la entrada con las armas preparadas, preocupado porque alguien además del chico humano les hubiera seguido. Era ese el mal presentimiento que había tenido durante todo el camino, la posibilidad de que les estuviesen siguiendo, y si Timmy había podido también podría alguno de Sendar.
Nada más asomarse oyó la voz envolvente que ya había oído en otras ocasiones. Ningún detalle de su mundo, sin embargo oir sobre los mundos de sus compañeros le hizo pensar en ellos. Pero lo que más le llamó la atención con diferencia fue el anuncio de la muerte de la tal dama Sueño. << ¿Tan importante era que han querido que toda la ciudad se entere? Incluso los cosechados...>> Sacudió la cabeza y vovió a entrar en la habitación.
-Mejor que nos demos prisa. No quiero que los sendarios nos encuentren y nos pillen indefensos. Yo me ocuparé de las runas ofensivas y Shizel puede dedicarse a las defensas.- apremió. No entendía como había vuelto su falsa capa de resolución, pero agradecía no hacer el ridículo echandose a llorar allí en medio. Había comprendido que no volvería a Letargo. Se había metido demasiado en ee embrollo y sabía que ninguno de sus compañeros arriesgaría su vida por esa locura. Tragó saliva con fuerza y buscó sus apuntes.
La escena que siguió, protagonizada por RR y Shizel, parecía una típica pelea de pareja y a Yrio casi le entraron ganas de gritarles que se diesen un beso e hiciesen las paces. Incluso para alguien tan torpe como él saltaba a la vista que el idrino se sentía despechado y le hizo bastante gracia ser ''el otro'' en esa situación.
-¿Ves? Te dije que si no venía contigo iba a agotarte en poco tiempo. Es un agonías- dijo poniéndose en pie y sacudiéndose los pantalones para ver en qué podía ayudar.
La súbita presencia de Timmy le hizo dar un salto en el sitio. Era el chico inconsciente de Maciel, y aunque ya había visto su cara desfigurada aquella capucha le daba un aire incluso más siniestro. Corrió a asomarse a la entrada con las armas preparadas, preocupado porque alguien además del chico humano les hubiera seguido. Era ese el mal presentimiento que había tenido durante todo el camino, la posibilidad de que les estuviesen siguiendo, y si Timmy había podido también podría alguno de Sendar.
Nada más asomarse oyó la voz envolvente que ya había oído en otras ocasiones. Ningún detalle de su mundo, sin embargo oir sobre los mundos de sus compañeros le hizo pensar en ellos. Pero lo que más le llamó la atención con diferencia fue el anuncio de la muerte de la tal dama Sueño. << ¿Tan importante era que han querido que toda la ciudad se entere? Incluso los cosechados...>> Sacudió la cabeza y vovió a entrar en la habitación.
-Mejor que nos demos prisa. No quiero que los sendarios nos encuentren y nos pillen indefensos. Yo me ocuparé de las runas ofensivas y Shizel puede dedicarse a las defensas.- apremió. No entendía como había vuelto su falsa capa de resolución, pero agradecía no hacer el ridículo echandose a llorar allí en medio. Había comprendido que no volvería a Letargo. Se había metido demasiado en ee embrollo y sabía que ninguno de sus compañeros arriesgaría su vida por esa locura. Tragó saliva con fuerza y buscó sus apuntes.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Anfiteatro
04/06/13, 02:46 am
"Tú no quieres perderte los tiros y ya está", fue el pensamiento que apareció en la cabeza de Shizel mientras el foner le enfatizaba la importancia de la táctica. Sin embargo a regañadientes tenía que admitir que tenía sentido. Seguía creyendo que la ofensiva era completamente innecesaria y suicida, pero había que reconocer que el aspecto defensivo RR lo necesitaba desesperadamente. Si tantas ganas tenía, adelante, él no iba a intervenir; Shizel simplemente se iba a ocupar de que hubiese las menores bajas posibles.
"¿Por qué todo en este lugar se niega a ser simple?"
El pregón que retumbó sobre sus cabezas no registró mayor importancia para él entre toda la nueva información que se estaba viendo obligado a registrar. En otras circunstancias se habría alegrado de que en alguna parte su padre las estuviera pasando canutas ante aquel obstáculo imprevisto.
-Con el portal no te adelantes. Voy a necesitar materiales, el libro adecuado de la biblioteca, y por último el consentimiento del resto del torreón, ¿no te parece?- dijo irónicamente-. Y me sobrestimas. Si quieres uno que se pueda mover, vete a mendigarles magia a los del castillo de la montaña.
Las palabras de Yrio terminaron por ponerle en movimiento y decidió no darle más vueltas a los básicos del acuerdo. Al fin y al cabo sorprendentemente el foner había aceptado todas sus condiciones, y en la mente de Shizel aquello era lo prioritario. No pensaba embarcarse en una misión suicida sin antes haber asegurado Maciel. Dio vueltas al busca rúnico en su bolsillo para asegurarse de que seguían bien.
-Supongo que está bien saber que sigues vivo y que sigues siendo un mareo- admitió con desgana-. Dame algo que hacer- su mente iba a agradecer encontrar un desafío en el cual pudiese evadir un poco la mente.
Nada más mirar los apuntes del hechizo de intangibilidad le dio dolor de cabeza, el cual se intensificó al mirar el coste.
-Si quieres blindar este edificio contra intangibilidad vamos a tardar semanas- dijo llanamente. Era mejor que el foner no albergara ilusiones-. Menos de la mitad de esta pared me costará la energía de un día entero en las mejores condiciones. Te va a salir más rentable poner defensas como las que vamos a armar en Maciel- se acordó de algo y añadió por encima del hombro:- Eh, Yrio, si me preguntan por ti los de Letargo, ¿qué les digo?
Se distrajo un momento comentándoles en qué consistía el hechizo de guardia y los de alarma, y haciendo pruebas, pero se puso inmediatamente rígido en cuanto vio entrar a Timmy y le oyó hablar. La disonancia que había tenido mosqueados a él y a Saren como idrinos, y probablemente al resto de macieleros simplemente porque era llamativa, era completamente diferente a la que notaba ahora mismo. Entonces había sido lo desconcertante de ver matices de postura, de voz y de comportamiento completamente opuestos entre sí mezclados sin orden ni concierto. La incongruencia ahora sólo ocurría entre un cuerpo indefenso y una mente que no lo estaba.
Shizel ya no tuvo dudas, y cualquier pregunta que hubiera tenido en mente murió en sus labios.
-¿Y qué tal si nos iluminas respecto al cuadro que nos dejaste en Maciel? Tengo ganas de oír tu historia, de verdad que las tengo- el sarcasmo tras su voz ocultaba que bajo las mangas de la camisa tenía los puños apretados con tal fuerza que se le habían quedado blancos-. Cuidado, RR, puede que un día te despiertes con este refugio tan mono misteriosamente en llamas- dijo con una risa seca. No sabía qué clase de excusa iba a poner el pelirrojo, pero en aquel momento todo era tan absurdo que no hablaba en broma cuando decía que tenía ganas de oírla.
"¿Por qué todo en este lugar se niega a ser simple?"
El pregón que retumbó sobre sus cabezas no registró mayor importancia para él entre toda la nueva información que se estaba viendo obligado a registrar. En otras circunstancias se habría alegrado de que en alguna parte su padre las estuviera pasando canutas ante aquel obstáculo imprevisto.
-Con el portal no te adelantes. Voy a necesitar materiales, el libro adecuado de la biblioteca, y por último el consentimiento del resto del torreón, ¿no te parece?- dijo irónicamente-. Y me sobrestimas. Si quieres uno que se pueda mover, vete a mendigarles magia a los del castillo de la montaña.
Las palabras de Yrio terminaron por ponerle en movimiento y decidió no darle más vueltas a los básicos del acuerdo. Al fin y al cabo sorprendentemente el foner había aceptado todas sus condiciones, y en la mente de Shizel aquello era lo prioritario. No pensaba embarcarse en una misión suicida sin antes haber asegurado Maciel. Dio vueltas al busca rúnico en su bolsillo para asegurarse de que seguían bien.
-Supongo que está bien saber que sigues vivo y que sigues siendo un mareo- admitió con desgana-. Dame algo que hacer- su mente iba a agradecer encontrar un desafío en el cual pudiese evadir un poco la mente.
Nada más mirar los apuntes del hechizo de intangibilidad le dio dolor de cabeza, el cual se intensificó al mirar el coste.
-Si quieres blindar este edificio contra intangibilidad vamos a tardar semanas- dijo llanamente. Era mejor que el foner no albergara ilusiones-. Menos de la mitad de esta pared me costará la energía de un día entero en las mejores condiciones. Te va a salir más rentable poner defensas como las que vamos a armar en Maciel- se acordó de algo y añadió por encima del hombro:- Eh, Yrio, si me preguntan por ti los de Letargo, ¿qué les digo?
Se distrajo un momento comentándoles en qué consistía el hechizo de guardia y los de alarma, y haciendo pruebas, pero se puso inmediatamente rígido en cuanto vio entrar a Timmy y le oyó hablar. La disonancia que había tenido mosqueados a él y a Saren como idrinos, y probablemente al resto de macieleros simplemente porque era llamativa, era completamente diferente a la que notaba ahora mismo. Entonces había sido lo desconcertante de ver matices de postura, de voz y de comportamiento completamente opuestos entre sí mezclados sin orden ni concierto. La incongruencia ahora sólo ocurría entre un cuerpo indefenso y una mente que no lo estaba.
Shizel ya no tuvo dudas, y cualquier pregunta que hubiera tenido en mente murió en sus labios.
-¿Y qué tal si nos iluminas respecto al cuadro que nos dejaste en Maciel? Tengo ganas de oír tu historia, de verdad que las tengo- el sarcasmo tras su voz ocultaba que bajo las mangas de la camisa tenía los puños apretados con tal fuerza que se le habían quedado blancos-. Cuidado, RR, puede que un día te despiertes con este refugio tan mono misteriosamente en llamas- dijo con una risa seca. No sabía qué clase de excusa iba a poner el pelirrojo, pero en aquel momento todo era tan absurdo que no hablaba en broma cuando decía que tenía ganas de oírla.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Álvar
Ficha de cosechado
Nombre: Timothy “Timmy” O’ Connors
Especie: Humano
Habilidades: Habilidad mental, astucia, planificación
Re: Anfiteatro
04/06/13, 09:01 pm
El pelirrojo aceptó el trago que le ofreció RR, demorando su respuesta a propósito.
-Qué directo, Shizel. Casi has llegado a ofenderme. Es broma. Por cierto, Timothy O’ Connors, un placer.-Dijo ofreciendole la mano y retirandola antes siquiera de que el otro pudiera asimilar el gesto-Me presento porque… desde lo de la otra noche me siento… renacido. ¿Quieres saber lo que pasó? Aquel día murió un niño, y nació un… hombre.-Dijo mientras mostraba una de sus siniestras sonrisas.
Por supuesto, aunque había tratado de evitar a sus compañeros desde el incidente, contaba con que llegara el momento en el que le hicieran esa pregunta. Llevaba demasiado tiempo mezclado con aquellos muchachos como para saber que Shizel y su especie tenían algún tipo de don mental. No sabía seguro si podían leer o no las mentes, pero lo que estaba claro es que, de alguna forma, podían ver a través de la verdad. Y él sabía perfectamente “qué verdad” debía darle.
-Yo no maté al enfermito. Fue otro ser. Aquella noche, mientras estaba en la sala, el lisiado comenzó a hablarme. Me amenazó. Discutimos y forcejeamos. Ya en ese momento había alguien más en esa sala, aunque no se mostró hasta más adelante.
Durante la discusión, por alguna razón mis bombas salieron disparadas contra las paredes, lo que incendió toda la sala, pero te juro que esa no era mi intención. El ambiente se caldeó y durante la discusión uno de mis artefactos estalló cerca de ambos. A él lo chamuscó por completo y a mí… me dejó este recuerdo.-Dijo mientras se apartaba un poco la capucha para que todos vieran su carne calcinada- No obstante, él aún respiraba. Seguía vivo. Y puedo asegurarte que no fui yo quien lo mató. Fue ese otro ser el que lo hizo. Alguien oscuro y terrible que aprovechó la ocasión para asesinar al lisiado. Poco después me desmayé.
Avanzó por la habitación de forma despreocupada mirando los objetos que RR tenía por allí tirados.
-Supongo que hay fuerzas oscuras rondándonos que ninguno llegamos a comprender del todo todavía. No insultaré a tu inteligencia diciéndote que YR me caía bien. Pero créeme, yo no hubiera acabado con él de esa forma tan salvaje y brutal.-De nuevo una sonrisa, esta vez más amplia que la anterior, se dibujó en su boca.
Como dando por zanjado el tema, se acercó a a husmear la libreta de RR, a pesar de la evidente incomodidad que esto le suponía a su compañero. Tras ojearlo unos instantes, su expresión absurdamente alegre se exageró muchísimo más.
-Esto es fantástico. No puedo esperar a trastear con estas cosas. Por cierto, yo también he desarrollado nuevas mezclas. Sigo conservando los explosivos incendiarios, pero ahora son más potentes.-Dijo mientras sacaba varios dispositivos esféricos de distintos tamaños de su zurrón y los iba colocando sobre la mesa, hasta que quedó cubierta por un número de ellos absurdamente grande teniendo en cuenta el tamaño del lugar donde habían sido transportados- Además, también he creado otra variante, más explosiva y menos incendiaria. Con ella pueden derribarse muros sin dificultad y además… -Sacó una última esfera llena de anotaciones escritas con lo que parecía ser carbón- Si se mezcla con abrojos, al estallar la sala en la que se haya lanzado se convertirá en una auténtica carnicería, llena de pedacitos de acero volando en todas direcciones y cortando todo lo que pillen a su paso.
En ese momento se descolgó el carcaj que llevaba al hombro y sacó una de las flechas, a la que había atado en la punta otra de las esferas de menor tamaño.
Y ésta es mi idea más reciente. Se me ocurrió cuando venía para acá. Colocando una de estas esferas bien centrada en la punta de una flecha, puede lanzarse con asombrosa precisión sobre objetivos distantes. Ni siquiera lo verán venir… ¡MUAHAHAHHA!
Cuando hubo acabado la demostración, volvió a recoger todos los aparatos, salvo unos pocos que le dio a RR para que los probase llegando el momento.
-Y bueno, dicho esto… creo que comenzaré a instalarme. Últimamente me sentía atrapado en ese torreón-dijo con voz teatral excesivamente exagerada-Me vendrá bien salir a jugar con otros niños-Añadió, demostrando que su felicidad era más que evidente.
Y sin más, comenzó a trastear con los objetos de la sala, claramente emocionado.
-Qué directo, Shizel. Casi has llegado a ofenderme. Es broma. Por cierto, Timothy O’ Connors, un placer.-Dijo ofreciendole la mano y retirandola antes siquiera de que el otro pudiera asimilar el gesto-Me presento porque… desde lo de la otra noche me siento… renacido. ¿Quieres saber lo que pasó? Aquel día murió un niño, y nació un… hombre.-Dijo mientras mostraba una de sus siniestras sonrisas.
Por supuesto, aunque había tratado de evitar a sus compañeros desde el incidente, contaba con que llegara el momento en el que le hicieran esa pregunta. Llevaba demasiado tiempo mezclado con aquellos muchachos como para saber que Shizel y su especie tenían algún tipo de don mental. No sabía seguro si podían leer o no las mentes, pero lo que estaba claro es que, de alguna forma, podían ver a través de la verdad. Y él sabía perfectamente “qué verdad” debía darle.
-Yo no maté al enfermito. Fue otro ser. Aquella noche, mientras estaba en la sala, el lisiado comenzó a hablarme. Me amenazó. Discutimos y forcejeamos. Ya en ese momento había alguien más en esa sala, aunque no se mostró hasta más adelante.
Durante la discusión, por alguna razón mis bombas salieron disparadas contra las paredes, lo que incendió toda la sala, pero te juro que esa no era mi intención. El ambiente se caldeó y durante la discusión uno de mis artefactos estalló cerca de ambos. A él lo chamuscó por completo y a mí… me dejó este recuerdo.-Dijo mientras se apartaba un poco la capucha para que todos vieran su carne calcinada- No obstante, él aún respiraba. Seguía vivo. Y puedo asegurarte que no fui yo quien lo mató. Fue ese otro ser el que lo hizo. Alguien oscuro y terrible que aprovechó la ocasión para asesinar al lisiado. Poco después me desmayé.
Avanzó por la habitación de forma despreocupada mirando los objetos que RR tenía por allí tirados.
-Supongo que hay fuerzas oscuras rondándonos que ninguno llegamos a comprender del todo todavía. No insultaré a tu inteligencia diciéndote que YR me caía bien. Pero créeme, yo no hubiera acabado con él de esa forma tan salvaje y brutal.-De nuevo una sonrisa, esta vez más amplia que la anterior, se dibujó en su boca.
Como dando por zanjado el tema, se acercó a a husmear la libreta de RR, a pesar de la evidente incomodidad que esto le suponía a su compañero. Tras ojearlo unos instantes, su expresión absurdamente alegre se exageró muchísimo más.
-Esto es fantástico. No puedo esperar a trastear con estas cosas. Por cierto, yo también he desarrollado nuevas mezclas. Sigo conservando los explosivos incendiarios, pero ahora son más potentes.-Dijo mientras sacaba varios dispositivos esféricos de distintos tamaños de su zurrón y los iba colocando sobre la mesa, hasta que quedó cubierta por un número de ellos absurdamente grande teniendo en cuenta el tamaño del lugar donde habían sido transportados- Además, también he creado otra variante, más explosiva y menos incendiaria. Con ella pueden derribarse muros sin dificultad y además… -Sacó una última esfera llena de anotaciones escritas con lo que parecía ser carbón- Si se mezcla con abrojos, al estallar la sala en la que se haya lanzado se convertirá en una auténtica carnicería, llena de pedacitos de acero volando en todas direcciones y cortando todo lo que pillen a su paso.
En ese momento se descolgó el carcaj que llevaba al hombro y sacó una de las flechas, a la que había atado en la punta otra de las esferas de menor tamaño.
Y ésta es mi idea más reciente. Se me ocurrió cuando venía para acá. Colocando una de estas esferas bien centrada en la punta de una flecha, puede lanzarse con asombrosa precisión sobre objetivos distantes. Ni siquiera lo verán venir… ¡MUAHAHAHHA!
Cuando hubo acabado la demostración, volvió a recoger todos los aparatos, salvo unos pocos que le dio a RR para que los probase llegando el momento.
-Y bueno, dicho esto… creo que comenzaré a instalarme. Últimamente me sentía atrapado en ese torreón-dijo con voz teatral excesivamente exagerada-Me vendrá bien salir a jugar con otros niños-Añadió, demostrando que su felicidad era más que evidente.
Y sin más, comenzó a trastear con los objetos de la sala, claramente emocionado.
Piensa en verde: pon un Duende en tu vida
O, en su defecto, deja que uno te la arrebate
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