Bahía de los Naufragios

Tras la propuesta de Nia de ir a la playa, todos aceptamos de buen grado por la idea, cogemos Reisha, Adara y yo algunas dagas, espadas cortas y grandes y alguna cosa más, y nos encaminamos hacía allí.

-Bueno, yo podría enseñaros algo también con las armas, puesto que yo de magia no puedo aprender nada...Soy mejor mano a mano o con mis garras, pero os puedo enseñar algo. -Les comento cuando estamos dirigiéndonos hacía allí.

Enseguida llegamos a nuestro destino, puesto que no nos resulta difícil encontrar un lugar amplio y llano en la playa.
-Bueno,creo que este sitio es perfecto... ¿Por dónde empezamos? -Le pregunto al grupo.

Después me transformo en tigre y paseo alrededor del grupo. Quería caminar y dejar respirar mi parte animal, cómodo, ahora que estábamos en la playa.

Cuando llegamos todos juntos a la playa, veo que Nia lo primero que hace es tirarse al mar de cabeza. Me vuelvo hacia Jau, que está hablando de lo que nos puede enseñar.
-Muchas gracias por ayudar aunque no podamos enseñarte magia, Jau. Sobre lo que has dicho antes de las garras, también es útil. Quiero observaros pelear. No entiendo nada del tema, pero cuando posea a las criaturas que consiga, necesito saber cómo moverlas de forma eficiente. Algunas podrán coger armas, otras solamente tendrán garras...
Jau se transforma en tigre y entonces me dirijo a Adara.
-¿Y tú por dónde quieres empezar? ¿Qué te parece si hacemos un duelo donde tú solo pudas usar magia y yo solamente armas? Bueno, no sería fácil, no... Empecemos de forma más suave. ¿Aprendiste magia básica? Como parálisis, congelación, intangibilidad o levitación. ¿Sabes cómo son cada uno de ellos? ¿Tienes amuletos encima? -Me remango la camiseta y me quito el brazalete que había cogido de la torre Serpentaria y se lo tiendo a Adara-. Seguro que no tenéis nada de esto por la sede. Este te debe de ir perfecto, y allí tenemos muchos. Seguramente necesitarás más con el tiempo. Yo llevo encima unos cuantos -comento riendo, mintras agito los colgantes que llego al pecho.

Muchas preguntas, aunque estoy de acuerdo en entrenar con él, podría enseñarle nociones para luchar sin armas. Vayamos una por una.

-Lo cierto es que no tengo ninguna noción de magia, Gael, exceptuando el saber conjurar mi ropa con esta runa -le señalo mi brazo izquierdo, donde tengo la runa tatuada-. Tampoco tengo ningún brazalete, así que cogeré alguno de los que habéis traído. A cambio, yo te puedo enseñar nociones para que te puedas defender sin armas. Te costaría años aprender lo que sé yo, pero supongo que puedo enseñarte unas cuantas cosas.

Nia sacó la cabeza y río feliz. Todos estaban en la playa y se estaban preparando para entrenar. Nia metió la cabeza en el agua y "rastreo" para ver si alguien les espiaba o alguna criatura pretendía algo. No había nada raro. Las algas se mecían con la corriente, los peces nadaban en el agua. Eso era tranquilidad. Nia atrapó un pez, como quien no quiere la cosa y lo masticó brevemente. El aperitivo le vino bien y siguió en su búsqueda. Cogió unas piedras del tamaño de una sandia pequeña y salio del agua con ellas.
-¿Estas preparándoos?-preguntó dijo mientras dejaba las piedras en la arena. Se acercó al grupo.-Yo solo he llegado a aprender a lanzar cuchillos...Y no se me ocurre que podría usar para llevarlo conmigo al mar...-comentó mientras echaba un vistazo a las corrientes.

-¡De acuerdo! Muchas gracias, Adara. Tenemos mucho que aprender. Podemos ir empezando cuanto antes con cualquiera de los hechizos que dije antes. Por ejemplo, para evitar indeseables como los del otro día puedes usar la parálisis, o algo así. ¿Te acuerdas... -mi expresión se vuelve muy seria de pronto- recuerdas el día de los lobos? Fue muy útil... Bueno... es más útil para invasiones por bestias, no por personas pero bueno...
En ese momento sale Nia del agua y comenta que sabe usar cuchillos aunque no le sirven debajo del agua.
-Pero al menos puedes defenderte fuera de ella. ¿No sigues practicando la puntería? -le contesto-. Voy a enseñar hechizos a Adara, ¿nos ayudas? -Me vuelvo hacia Adara de nuevo y me dirijo a ella-. Vamos a empezar por ese, que es fácil. -Miro alrededor y busco algo sobre lo que aplicar el hechizo-. Nia, ¿puedes conseguirnos un par de peces?
Nia trae dos peces al cabo de un momento y estos se quedan en el suelo, moviéndose en busca de agua y llenándose de arena en el intento. Señalo uno y anuncio que voy a lanzar el hechizo sobre él. Hago los movimienots pertinentes y lo recito para que Adara se fije en él. El pez se queda como congelado y entonces le digo que lo intente en el otro.
-Y luego podemos hacer el hechizo que quieras, si lo recuerdo ahora mismo, claro -añado en todo de disculpa.

Observo a Gael hacer el hechizo, centrándome sobre todo en la pronunciación y el movimiento de dedos. Cuando termina, repito el movimiento de los dedos, el cual me sale bastante decente. Tengo más problemas con la pronunciación, con la que Gael me ayuda, paso a paso, hasta que consigo hacerla a la perfección. Recito el hechizo y hago los movimientos adecuados, pero me confundo porque cuesta coordinar la voz el movimiento de las manos. Lo vuelvo a intentar y a la cuarta vez lo logro: el pez queda paralizando.

-¡Bien! ¡Muchas gracias, Gael! -Exclamo. Es el primer hechizo después del de fuego que aprendí en biología-. Me gustaría aprender los demás hechizos básicos que has mencionado, Gael. Empieza por el que creas adecuado.

La verdad es que no era como esperaba,es aún más aburrido. Bostezo sentado sobre una roca y aplaudo a Adara con desgana cuando logra el hechizo.
-Yuju,lo lograste-la felicito somnoliento-bravo!
No quiero sonar sarcástico,pero esto es un coñ***. Me levanto de la roca y me estiro. Me da por hacer ejercicios de calentamiento. Sacudo la cabeza y me dirijo a Jau.
-Ey tigretón,¿qué te parece si les hacemos una demostración gráfica de combate cuerpo a cuerpo a los niños? Me muero por un buen combate. Ya sabes las normas:sin armas,sin escudos, sin contenerse,¿te apetece?

Nia observó con pena como los dos pececitos se revolcaban por volver entrar en el agua pero al menos su sufrimiento no duró mucho. El hechizo de congelación dio buena cuenta de ellos. Nia se acercó y les dio unos toques con la punta de los dedos con la respuesta de la fría muerte. Nia suspiró. Pensaba que los querían para comer. Iban a seguir practicando hechizos aún y daban señales de que los peces se los iban a quedar ahí quietos para siempre. Nia no dijo nada. Seguramente su concepto de la vida era diferente ahora que sus mundos también lo eran.
-¿Porque no probáis el de intangibilidad?-dijo Nia.-Es uno de los más útiles que puede sacarte de las situaciones más complicadas. No soy una experta y Gael lleva más tiempo haciéndolo pero se hace más o menos así...-dijo Nia mientras le enseñaba a Adara los movimientos y palabras necesarias para el hechizo.-También un consejo, dura un tiempo determinado, si para cuando termina no estás fuera de cualquier sólido.-Nia palmeo su puño con fuerza.-Puedes acabar muerta.-
Nia miró a Gael comprobando si en su explicación había algo mal.

Miro como Adara trata de realizar el hechizo hasta conseguir paralizar completamente al animal. Le sonrío para felicitarla y después me acerco al animal.
-Ahora que está paralizado es frágil, ¿recuerdas como estallaban en pedazos los lobos? -Acto seguido cojo su pez y lo dejo caer desde lo alto-. Y así, si no lo unes de nuevo... se muere. Pero si dejas de realizar el hechizo, vuelve a la vida. -Extingo el hechizo que había sobre el primer pez y este empieza a coletear de nuevo pujando por encontrar el agua. Cojo un puñado de arena con el pez en el medio y lo tiro al agua de nuevo para que pueda seguir viviendo. Las llamas de las manos se apagaron en contacto con la arena, pero tan pronto esta cayó volvieron a prender enseguida.

Adara sugiere seguir aprendiendo más hechizos, y Nia es la primera en sugerir otro, para enseñarle la intangibilidad. Asiento con la cabeza a las explicaciones que le da y cuando acaba le digo.
-Exacto, tienes que tener mucho cuidado cuando te vuelves sólida. Es algo difícil pero ahora debería resultarte fácil, ya ha pasado la luna y son hechizos tan sencillos que los podíamos hacer todavía como cosechados. -Le tiendo a Adara otro de mis colgantes-. Usa esto, o te quedarás enseguida sin reservas de energía. Puedes quedártelo si quieres, también...

Gael me enseña los pormenores del hechizo, y sus consecuencias. ¿Frágil? Aunque básico, es un hechizo muy interesante y, supongo, las criaturas a las que pueda paralizar dependerá de la potencia que sea capaz de imprimir al hechizo.

Nia me enseña otro conjuro, esta vez para volverme intangible, y me hace unas advertencias. Parece un hechizo con riesgos muy serios, pero es interesante. Los movimientos no me traen más complicación que los del hechizo de congelación, si bien me quedo atascada en cierto momento de la pronunciación de las palabras. Necesito varios intentos para recitarlo correctamente, pero al final logro volverme intangible. Es una sensación extraña, y parece como si me fuera a tragar la tierra si no me concentrara en estar por encima.

Intento dar un paso intangible, pero me falla la concentración y la pierna se me hunde en la tierra. Puedo imaginarme los resultados si acabara el hechizo con una pierna dentro de tierra, así que rápidamente me intento concentrar en sacarla de ahí. Me cuesta, pero al final lo logro. Cuando empiezo a pillar el hechizo, éste se termina. Miro hacia Nia y le planteo unas dudas.

-Vale, parece que logro realizarlo correctamente, pero tengo un par de dudas. ¿Puedo volver intangibles a otros seres? ¿Y a objetos inanimados?

Nia observó como Adara ejecutaba el hechizo. Aún era una novata en ello pero algo podría enseñarle a la chica. Tras su primer intento, le plantea unas dudas y Nia se queda pensativa mientras busca la respuesta en sus recuerdos.
-Nunca he probado hacer intangible a otras cosas pero Gael me volvió intangible una vez antes de que supiera como hacerlo...Y creo que también se puede hacer objetos...-se cruza de brazos.-Pero nunca lo he probado.-

De pronto, una enorme ola se alzó sobre las demás, tan enorme que llegó hasta sonde las demás nunca lo hacían, y cubrió a Nia por completo. Para cuando el mar volvió a descender, no había rastro de ella en toda la playa. Los otros la buscaron con la mirada, perpelejos, sin resultado. ¿Adónde había ido a parar de repente?

En el fondo del mar, la elemental paseaba su dedo por las curvas de una caracola con aire aburrido, cuando la niña cayó de lo alto.
—Vaya, visita. Qué alegría. Ahora, cuéntame. ¿has tenido suerte allá fuera?

Adara se desenvuelve bastante bien con el hechizo de intangibilidad y logra hacerlo, aunque parece sentirse extraña con sus efectos. Me río po rlo bajo recordando lo raro que se hacía al principio, pero también los maravilloso que era cuando perdías el miedo.
-Sí, puedes hacer intangibles otras cosas -respondo a la pregunta de Adara cuando Nia se queda sin saber muy bien qué decir-. Objetos, personas... ¿Recuerdas cuando hicimos intangible la escalera? Cuando nos dijo Vacuum que lo hiciéramos y Helli la hechizó. Y lo que dijo Nia, puedes hechizar otras personas, animales, objetos... Y es algo realmente útil. Aunque seguro que existen pareces hechizadas para que ni así se puedan traspasar... paredes incluso con trampas. Hay que tener mucho cuidado. Hay un hechizo para detectar magia en diferentes lugares, pero he comprobado que es muy difícil de usar -miro a Nia para que lo corrobore- y no te deja muy claro qué tipo de hechizo es. -Hago una pausa para tomar aire, pensando en otros hechizos que poder enseñarle, y de repente una ola enorme se adentra en la arena más de lo que debería y se traga a Nia. Me quedo asombrado al ver que no hay rastro de ella, pero no me preocupo en exceso-. Debe de estar en el fondo -le digo a Adara-, no te preocupes, le encanta perderse nadando y mirando los paisajes del fondo del mar.

Me acerco al agua y levito sobre ella, pero no veo nada. Cuando vuelvo con Adara me quedo pensativo un momento y luego señalo los amuletos que le he dado.
-Deben de estar ya descargados. ¿Practicamos algo de lucha mientras se recargan un poco? -pregunto mientras mi sonrisa se hace más amplia.
Nunca se me ha dado bien, o eso creo. Soy demasiado debilucho. Pero voy a tener que aprender. Tal vez cuando tenga un cuerpo adecuado para luchar pueda hacer entrenamientos de verdad con él... Si a los demás no les importa que use un cadáver, que por otro lado supongo que debería estar bastante fresco para moverse adecuadamente.

A Nia le pilló por sorpresa la ola enorme que la golpeó y arrastró al fondo. Al principio había pensado que se trataba de mala suerte y se disponía a salir a la superficie pero vio a Neptunia y cambio de idea. Le preguntó por resultados.
-Bueno...No ha habido mucho progreso...Todos con los que he hablado afirman que no eres una diosa. Y dicen que no hay otros dioses tampoco. Y estoy muy confundida.-

Me quedo extrañada con lo que ha sucedido con la ola que se llevó a Nia, pero Gael me dice que no me preocupe. Aún así... esta ola ha sido muy repentina, antinatural. Pero, por otro lado, no conozco suficiente del mar de Rocavarancolia, que podría tener momentos así.

En cuanto a lo de enseñar golpes... No soy ninguna maestra tanto en kárate como en capoeira, pero haré lo que pueda. Creo que empezaré con la postura base y las defensas del mi estilo de kárate, que son mas sencillas de realizar y, creo yo, más aplicable a la mayoría de criaturas.

-Primero de todo, has de pensar en las propiedades del cadáver que posees, en caso de que vayas a hacer eso. Unas criaturas pueden ser mas ágiles, tener las piernas y los brazos mas cortos o largos, así que debes adaptarte al tipo de criatura que encuentres. De momento, lo que te voy a enseñar es aplicable a humanos, pero creo que es lo más general que te puedo enseñar.
>>Lo primero, Gael, es la posición. Es muy importante saber tener una postura de combate dominando el centro de gravedad de tu cuerpo, y dominar varias posturas te hace ganar mucho. Ahora te enseñaré una más defensiva y otra más ofensiva. Fíjate en la primera.

Realizo la postura y explico a Gael sus pormenores, como mantengo el centro de gravedad y que pasaría si me dieran. Gael intenta imitar mi postura, aunque sea levitando. Tiene algunos errores que le corrijo, pero por lo general la mantiene bien y parece haber entendido el concepto del centro de gravedad.

-Una postura como ésta no impediría que te hicieran daño, pero si sabes mantenerte en ella no te tirarán al suelo a menos que sean mucho más fuertes que tú. Recomiendo que practiques lo antes posible poseyendo un cadáver, y que te acostumbres a varios tipos de ellos, así sabrás el centro de gravedad de cada uno.

Seguidamente, paso a explicarle las defensas básicas. Las tres, una para golpes altos, otra para medios y otra para bajos. Cuando vea que domina las posiciones de éstos, le enseñaré golpes básicos, tanto con el puño como con los pies.

Escucho atentamente las lecciones de Adara. Tiene mucha razón en eso de que cada cadáver va a ser un mundo y tendré que practicar con todos ellos. Por ahora solo tengo dos que van a cuatro patas, con lo que no siven para las lecciones que me empieza a dar, pero espero ir consiguiendo más. Lo primero que hago es poner la postura que me dice, de forma torpe. Adara me corrige varias cosas y al final consigo que la de por buena. En el aire es complicado hacerla, así que me mantengo cerca del suelo, pero no quiero tocar la arena con los pies. Ella dice que es una postura importante en el combate cuerpo a cuerpo, y trato de memorizar los detalles de la postura, aunque seguramente se me acabe olvidando alguno.

Después pasa a explicarme cómo poner las posturas básicas para defenderme de golpes diferentes. Mientras hacemos las posturas me hecho a reír. Me recordaban a las películas de kung fu que echaban por la tele en las tardes, y por algún motivo me parecían graciosas. Intentando mantener la seriedad y la compostura, imito a Adara hasta que consigo concentrarme y deja de parecerme una broma. Me explica cómo paran los golpes las diferentes posturas, simulando ella que los da y diciéndome cómo evitarlos. Lo hace lentamente, pero aun así me cuesta cogerlo. Cada vez prueba a hacerlo un poco más rápido, aunque siempre con cuidado, y me hago un lío tremendo parando los golpes.

Poco a poco voy consiguiendo parar el golpe de la forma correcta, aunque nos cuesta tiempo y esfuerzo. No coordino demasiado bien los movimientos, nunca me había dado por practicar artes marciales, ni siquiera deportes. Pero Adara tiene mucha paciencia conmigo, y se lo agradezco. Algún día podríamos practicar con algo más de fuerza, que es donde la teoría cobra utilidad.
-El día que consiga un cadáver útil para entrenar podremos hacerlo mucho mejor -le comento con emoción-. Ahora creo que podríamos volver a los hechizos... debes de tener energía acumulada suficiente para uno sencillo. ¿Qué te parece uno térmico? No es muy ofensivo, pero es muy útil. Lo hay de frío y de calor... puedes cocinar con él o crear una nevera improvisada... congelar comida... -"o o tras cosas", pienso para mí, recordando los cadáveres-. Tienes que mover así las manos -explico imitando el movimiento- y decir lo siguiente. -Me vuelvo hacia una roca y realizo el hechizo térmico para hacerla subir de temperatura-. ¿Te has fijado? Acércate a ella, ahora quema. Yo lo uso también para hacer la comida, aunque parezca una tontería -comento riendo-. Y el de congelar es de otra manera.
Le muestro el hechizo congelando una pequeña charca de agua que había quedado en el hueco de una roca, y le señalo entonces el hielo para que pruebe a derretirlo y congelarlo de nuevo por sí misma.

Observo largo rato las mutuas clases entre Gael y Adara que, cada uno,poniendo su granito de arena, iban progresando poco a poco.
Nunca había visto a Gael con Adara, es más, no conocía a Adara.
Me alegra ver lo mucho que ha crecido y ha cambiado Gael y, al lado de Adara, parece temible. Ya no era un niño asustadizo...
Sonrío cada vez que uno de los dos progresaba con la magia o con la técnica.

Después se acerca Reisha y me ofrece un combate de exhibición.
- Bueno, hagamos una demostración. Pero sin sangrías esta vez, ¿Vale?. -Acepto bromeando.

Después hago un enorme rectángulo en la arena, no muy lejos de donde están Gael y Adara y saco mis garras... Ya no me dolía sacar las garras, ahora era todo lo contrario, me sentía libre.
Me puse a dos metros de Reisha, dentro del rectángulo de arena.
-Cuando quieras, compi. . - Sonreí y alcé mis garras. Después gruñí.