Bahía de los Naufragios
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Bahía de los Naufragios
02/08/11, 06:21 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Esta playa no es de arena, sino que está hecha de diminutos trozos de concha y cristal pulido que brillan cuando les da la luz, algo que no pasa muy a menudo, pues la playa está a la sombra de los acantilados, y solo se puede llegar a ella a través de un estrecho pasaje entre la roca. Una ingente cantidad de barcos naufragados y maderos descansan allí.
- TakGM
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Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Bahía de los Naufragios
16/10/11, 02:23 am
Comemos el pescado en silencio a la luz de las llamas. Empieza a refrescar y el viento agita todavía con más fuerza el mal. Aunque el sonido, tanto del viento como del agua es muy relajante. Cuando acabamos los pescados para esta noche miro a Nia y me doy cuenta de que está mirando para otro lado, parece algo cohibida. Aparto también la mirada y me levanto para cubrir con arena la hoguera y apagara. Es hora de irse marchando, tendremos que dejar lo de sumergirse para otro momento. No sé cómo hacer para llevar los peces congelados, así que me quito la camiseta y la anudo por las mangas y el cuello para poder usarla como un saco. La lleno con los peces y la hago levitar a mi lado.
-¡Listo! -le digo, preparado ya para volver-. Podemos volver mañana o otro día para visitar el fondo marino, ¿vale?
Le dedico una sonrisa y empiezo a ascender por el acantilado. Cuando llego arriba espero a verla aparecer para continuar guiando la marcha.
-Qué bien sienta cenar al aire libre -comento distraído.
Lo malo es que ahora tengo un poco de frío. Y la brisa va amenazando con disipar un poco mis llamas. Me gustaría llegar pronto al torreón para protegerme y ponerme otra camiseta que noo haya cogido olor a pescado. Ah, y debo acordarme de hechizarla.
Seguimos avanzando entre los edificios, atentos a cualquier movimiento en la oscuridad de la noche, siempre de camino al torreón.
(Sigue en Letargo).
-¡Listo! -le digo, preparado ya para volver-. Podemos volver mañana o otro día para visitar el fondo marino, ¿vale?
Le dedico una sonrisa y empiezo a ascender por el acantilado. Cuando llego arriba espero a verla aparecer para continuar guiando la marcha.
-Qué bien sienta cenar al aire libre -comento distraído.
Lo malo es que ahora tengo un poco de frío. Y la brisa va amenazando con disipar un poco mis llamas. Me gustaría llegar pronto al torreón para protegerme y ponerme otra camiseta que noo haya cogido olor a pescado. Ah, y debo acordarme de hechizarla.
Seguimos avanzando entre los edificios, atentos a cualquier movimiento en la oscuridad de la noche, siempre de camino al torreón.
(Sigue en Letargo).
- Leonart
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Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Bahía de los Naufragios
19/10/11, 10:56 pm
Nia llegó a la playa y se reafirmó el atillo a la espalda, vacio, a la espera de poder encontrar muchos tesoros en el mar. El mar, inmenso y negro tan solo es respaldado por la luna roja que ya esta lejos en el cielo, casi imperceptible. Nia suspiró y se metio en el agua. Era agradable estar de vuelta. Anuló el hechizo de levitación y se paseó entre las algas, intentando encontrar algo que le llamara la atención. En una especie de cueva en miniatura, dos ojos vigilaban a Nia atentamente, vigilando sus movimientos. Nia los captó y todas las luces de su cuerpo se encendieron, amenzadadoramente, iluminando a aquel ser. Un ermitaño de grandes proporciones para su especie al tener el tamaño de un gato, levantó sus pinzas y las hizo cerrarse y abrirse mientras daba un rodeo por la cueva. Nia río por lo asustado que estaba el animal, que retrocedía contra el fondo de la cueva, en un intentó de alejarse de la potente luz cerúlea de Nia. Pero no tenia de que preocuparse, Nia no iba a atacarle. Tan solo había visto algo en su interior, enterrado en la arena. Nia lo sacó, delicadamente y se sorprendió con lo que era. Una concha fina y alargada, del tamaño del brazo de Nia. De pronto, su loca imaginación se la hizo ponérsela como un escudo e se imaginó a si misma, montando en un tiburón, armada como caballero, dirigiendo ejércitos. Nia se permitió delirar un poco antes de espabilarse y darse cuenta de que aquello era la realidad y no debía hacer tonterías y menos, en el mar, donde no era un campo de rosas la supervivencia. Apagó sus luces y guardó la curiosa concha en el atillo para seguir nadando, siempre, en el fondo marino, cerca de donde rompían las olas contra el rocaje.
- Administración
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Re: Bahía de los Naufragios
19/10/11, 11:22 pm
La noche en los acantilados era muy oscura. Tanto que la luz podía ser un arma o una debilidad.
La naturaleza y las Corrientes Uncidas habían dado lugar a un ecosistema caótico, pero que aun así seguía algunas reglas generales. Por ejemplo, la luz como cebo. Los diminutos cerebros de muchos de aquellos seres seguían y seguirían cayendo en la misma trampa hasta el fin de los tiempos.
Sin embargo los cerebros de otros monstruos, seres agresivos y territoriales, veían la luz en la noche como una invasión a sus aguas. Y aquel fulgor que Nia había emitido no le hizo nada de gracia a la sirena que en aquel momento controlaba aquella zona.
Un chillido insoportable hizo vibrar el agua. La sirena arañó el espacio a su alrededor de ella rabiosa y ascendió hacia la luz. Aquel era un ejemplar notable y joven, en la flor de la vida si es que el término puede utilizarse con seres tan desagradables. No dejaba de chillar encolerizada.
La naturaleza y las Corrientes Uncidas habían dado lugar a un ecosistema caótico, pero que aun así seguía algunas reglas generales. Por ejemplo, la luz como cebo. Los diminutos cerebros de muchos de aquellos seres seguían y seguirían cayendo en la misma trampa hasta el fin de los tiempos.
Sin embargo los cerebros de otros monstruos, seres agresivos y territoriales, veían la luz en la noche como una invasión a sus aguas. Y aquel fulgor que Nia había emitido no le hizo nada de gracia a la sirena que en aquel momento controlaba aquella zona.
Un chillido insoportable hizo vibrar el agua. La sirena arañó el espacio a su alrededor de ella rabiosa y ascendió hacia la luz. Aquel era un ejemplar notable y joven, en la flor de la vida si es que el término puede utilizarse con seres tan desagradables. No dejaba de chillar encolerizada.
- Leonart
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Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Bahía de los Naufragios
19/10/11, 11:26 pm
Nia dio un respingo cuando vio a aquella mujer mitad pez. Era como ella...¿Seria como una cosechada? Pero parecía furiosa así que se detuvo e, intentando mantener la distancia, probó a trabar una conversación con ella.
-¡Hola! Me...me llamo Ni...digo, Dama Urticaria. ¿Estas furiosa conmigo? ¿Puedes entenderme?-
Nia esperaba que tuviera consciencia propia, y no como otros cosechados cuyos instintos a veces les sobrepasaban. Algo le decía a Nia que no era un cosechado, pues, aunque por ejemplo Jau fuera una bestia, tenia aun sentimientos en forma de felino. Nia tragó saliva y esperó su reacción.
-¡Hola! Me...me llamo Ni...digo, Dama Urticaria. ¿Estas furiosa conmigo? ¿Puedes entenderme?-
Nia esperaba que tuviera consciencia propia, y no como otros cosechados cuyos instintos a veces les sobrepasaban. Algo le decía a Nia que no era un cosechado, pues, aunque por ejemplo Jau fuera una bestia, tenia aun sentimientos en forma de felino. Nia tragó saliva y esperó su reacción.
- InvitadoInvitado
Re: Bahía de los Naufragios
20/10/11, 12:10 am
La única respuesta de la sirena fue una fuerte dentellada que le habría abierto e cuello a Nia sin problema... en realidad eso fue exactamente lo que hizo. AL ver que no reaccionaba revoleó con violencia a la niña y lanzó un chillido de advertencia, que sonaba como garras de metal arañando una pizarra. Algunas sirenas que oyeron el chillido se asomaron desde sus escondites, sin acercarse dle todo, vigilando a Nia y aguardando pacientemente el momento de su muerte para devorar su cadaver.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Bahía de los Naufragios
20/10/11, 12:25 am
Nia se sorprendió. Tal y como había supuesto, aquel no era un cosechado. Se comportaba como un animal y, sin que le diera tiempo a responder, la criatura se abalanzó contra ella y le arremetió en el cuello con dientes afilados. Sangre. Sangre afloró por la garganta de Nia dejando un rastro marrón en el agua que subía. Nia pataleaba, notando las ansias de matar a la criatura. Harm no estaba, era hora de que ella misma se salvara. Puso una mano en la cara de la sirena y le metió en los dedos en los ojos negros como el azabache mientras pronunciaba el hechizo de fuego, quemando toda su pálida cara, haciéndola retroceder.
Cuando se separó, Nia sintió la punzada de dolor en la garganta, mientras los afilados dientes salían de su carne. Al instante, se llevó las manos al cuello, cuya herida se estaba reparando a gran velocidad. Miró alrededor y vio como otros seres parecidos a ese último se estaban asomando. Nia aprovecho el escaso momento que la sirena se lamentaba y retorcía por su cara quemada y salio a la superficie mientras pronunciaba el hechizo de levitación. Cuando estuvo a una buena distancia por encima del mar, volvió a la playa donde se tumbó.
El pecho de Nia, en un vaivén nervioso, se hinchaba y deshinchaba, mientras sus pulmones intentaban suplir la cantidad necesaria de oxígeno que solicitaba su corazón que, para Nia, estaba apunto de abandonar su pecho. ¿Qué había hecho mal para que esa criatura se enfadara? ¿Como era que nunca las había visto antes? Nia se estuvo planteando un buen rato esto y se llevó las manos al cuello, cuando el escozor paró. De no ser por su regeneración, lo más probable era que hubiera acabado en el fondo del mar, siendo pasto de aquellos seres tan violentos.
Tras recuperar sus pulsaciones habituales Nia se puso en pie y volvió a la torre, con la experiencia marina aun presente en la mente.
(Continua en la torre Serpentaria)
Cuando se separó, Nia sintió la punzada de dolor en la garganta, mientras los afilados dientes salían de su carne. Al instante, se llevó las manos al cuello, cuya herida se estaba reparando a gran velocidad. Miró alrededor y vio como otros seres parecidos a ese último se estaban asomando. Nia aprovecho el escaso momento que la sirena se lamentaba y retorcía por su cara quemada y salio a la superficie mientras pronunciaba el hechizo de levitación. Cuando estuvo a una buena distancia por encima del mar, volvió a la playa donde se tumbó.
El pecho de Nia, en un vaivén nervioso, se hinchaba y deshinchaba, mientras sus pulmones intentaban suplir la cantidad necesaria de oxígeno que solicitaba su corazón que, para Nia, estaba apunto de abandonar su pecho. ¿Qué había hecho mal para que esa criatura se enfadara? ¿Como era que nunca las había visto antes? Nia se estuvo planteando un buen rato esto y se llevó las manos al cuello, cuando el escozor paró. De no ser por su regeneración, lo más probable era que hubiera acabado en el fondo del mar, siendo pasto de aquellos seres tan violentos.
Tras recuperar sus pulsaciones habituales Nia se puso en pie y volvió a la torre, con la experiencia marina aun presente en la mente.
(Continua en la torre Serpentaria)
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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Re: Bahía de los Naufragios
20/10/11, 03:14 pm
El mar aún tardó varias horas en calmarse. A ninguna de las criaturas submarinas le había hecho gracia el regreso de aquel ser. Finalmente, la elemental puso órden.
-¡He vuelto a casa! -gritó Neptuno. Aquel día iba viestida con escamas de sirena unidos por las algas más finas que se podían encontrar allí.
-¡He vuelto a casa! -gritó Neptuno. Aquel día iba viestida con escamas de sirena unidos por las algas más finas que se podían encontrar allí.
- Leonart
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Re: Bahía de los Naufragios
25/10/11, 04:53 pm
Nia llegó finalmente a la playa y se estiró. El sol no le había afectado mucho pero le apetecía meterse al agua cuanto antes. De un chapuzón se sumergió en las aguas marinas. Logró distinguir todo como siempre o incluso se sentía algo rara. No era una sensación como cuando aquel animal la atacó. No. Era como si comenzara a notar pequeños movimientos bajo el mar, desde cualquier bivalvo a cualquier pez. Es entonces, cuando Nia se dio cuenta de la cantidad de seres que habitaban bajo el mar y no solo peces, marisco y otros moluscos no. Había insectos y seres de sangre caliente. Todas esas señales, entremezclándose hicieron que Nia se mareara. Era todo muy confuso por el momento siguió en la búsqueda de conchas. Dejaría el entrenamiento para cuando se encontrara mejor. Nia nadó entre unas algas larguísimas y, sin querer, se quedó enrollada en unas que arrancó sin mucha dificultad. Se fijó en los colores que tenían, purpuras. Nunca antes había visto algas así. Nia pensó en llevárselas y darles un bocado más tarde. Siguió en su buceo y vio un pez muy curioso cuyas aletas, abiertas le hacían parecer mucho más grande de lo que era. Una caracola abandonada y algo rota fue lo siguiente que le llamó la atención así que la recogió y la metió en el hatillo.
Cuando pensaba que no podía sorprenderse más un pequeño ser acorazado por dos conchas de color dorado se dispuso a pellizcarla en la espalda. Nia se giró rápidamente y cogió las tenazas de aquel ser, que eran casi tan grandes como sus manos, sin mucha dificultad. Usó un alga para atarle bien las tenazas y le sacó de la concha protectora. Rápidamente, el ser, maniatado, se alejó en las sombras. Nia añadió las conchas doradas a la colección.
-¡Que conchas más bonitas!-dijo mientras unas burbujas se escapaban de su boca y salían a la superficie. Nia decidió que ya era hora de comenzar la práctica de magia así que se acercó a la orilla, donde no le cubría y se concentró en la pequeña masa de agua que había delante de ella. Podia notar como bastantes seres excavadores, ermitaños en su mayoría, se ocultaban con la arena. Ya comenzaba a distinguir aquellas..."ondas" que las criaturas del mar le enviaban. Se concentró en la misma sensación que tuvo al levantarse y apuntó con el índice a la superficie del agua. Notaba como la resistencia mágica se resentía, así que estaba haciendo magia. Nia abrió los ojos y se encontró una esfera de agua levitando en su palma. Nia se sorprendió y la esfera se quebró y el agua se deslizó entre los dedos. Nia supuso que aun le faltaba mucho por practicar.
Nia siguio practicando todo el dia y para cuando el sol dejo de iluminar el horizonte, Nia habia llegado a poder manipular levemente ciertas corrientes marinas e incluso a crear una version pequeña de estas mismas las cuales podi controlar con total libertad. Ya era demasiado tarde como para volver al la torre asi que decidio irse a dormir al camarote del barco naufragado. Con su luz como aliada, encontro el camino y muy cansada, se fue a dormir.
Nia se despertó tras haber dormido plácidamente. Se despertó y vio que volvía a tener los brazos en alto. Al parecer, seguía las corrientes marinas inconscientemente. Hizo que una espiral se formara en la punta de los dedos para después masajearse los carrillos. Nia río de cosquillas y cesó el hechizo. El estómago le rugió y salio del barco. Creo unas luces que atrajeron a una serpiente marina que, ofuscada, atacaba a la luz. Nia se conformó con eso. Acechó por detrás al animal, escondido entre las rocas y saltó sobre él justo cuando lanzaba otro ataque contra la luz. Fue rápido. Nia le retorció con fuerza el cuello hasta partirselo y, después, se llevó su presa a la boca. Sorprendentemente, sabia bien y con unos cuantos bocados se suplió de desayuno. Dejo que los restos se los llevara la corriente. Mientras se limpiaba, una miriada de carroñeros devoraron a lo que quedaba de la serpiente marina. Nia se acercó a la orilla una vez más y se puso a practicar los distintos hechizos de agua que estaba descubriendo.
Tras haber estado practicando unas horas, cuando el sol cayó, Nia se aventuró mar a dentro y comió algo, un pequeño pez alargado de afilados dientes que eligió mal momento para salir a la caza. Nia se limpiaba los dientes mientras se echaba el hatillo a la espalda, lleno de nuevas conchas y otros tesoros del mar. Finalmente, puso rumbo de vuelta a la torre.
Cuando pensaba que no podía sorprenderse más un pequeño ser acorazado por dos conchas de color dorado se dispuso a pellizcarla en la espalda. Nia se giró rápidamente y cogió las tenazas de aquel ser, que eran casi tan grandes como sus manos, sin mucha dificultad. Usó un alga para atarle bien las tenazas y le sacó de la concha protectora. Rápidamente, el ser, maniatado, se alejó en las sombras. Nia añadió las conchas doradas a la colección.
-¡Que conchas más bonitas!-dijo mientras unas burbujas se escapaban de su boca y salían a la superficie. Nia decidió que ya era hora de comenzar la práctica de magia así que se acercó a la orilla, donde no le cubría y se concentró en la pequeña masa de agua que había delante de ella. Podia notar como bastantes seres excavadores, ermitaños en su mayoría, se ocultaban con la arena. Ya comenzaba a distinguir aquellas..."ondas" que las criaturas del mar le enviaban. Se concentró en la misma sensación que tuvo al levantarse y apuntó con el índice a la superficie del agua. Notaba como la resistencia mágica se resentía, así que estaba haciendo magia. Nia abrió los ojos y se encontró una esfera de agua levitando en su palma. Nia se sorprendió y la esfera se quebró y el agua se deslizó entre los dedos. Nia supuso que aun le faltaba mucho por practicar.
Nia siguio practicando todo el dia y para cuando el sol dejo de iluminar el horizonte, Nia habia llegado a poder manipular levemente ciertas corrientes marinas e incluso a crear una version pequeña de estas mismas las cuales podi controlar con total libertad. Ya era demasiado tarde como para volver al la torre asi que decidio irse a dormir al camarote del barco naufragado. Con su luz como aliada, encontro el camino y muy cansada, se fue a dormir.
Nia se despertó tras haber dormido plácidamente. Se despertó y vio que volvía a tener los brazos en alto. Al parecer, seguía las corrientes marinas inconscientemente. Hizo que una espiral se formara en la punta de los dedos para después masajearse los carrillos. Nia río de cosquillas y cesó el hechizo. El estómago le rugió y salio del barco. Creo unas luces que atrajeron a una serpiente marina que, ofuscada, atacaba a la luz. Nia se conformó con eso. Acechó por detrás al animal, escondido entre las rocas y saltó sobre él justo cuando lanzaba otro ataque contra la luz. Fue rápido. Nia le retorció con fuerza el cuello hasta partirselo y, después, se llevó su presa a la boca. Sorprendentemente, sabia bien y con unos cuantos bocados se suplió de desayuno. Dejo que los restos se los llevara la corriente. Mientras se limpiaba, una miriada de carroñeros devoraron a lo que quedaba de la serpiente marina. Nia se acercó a la orilla una vez más y se puso a practicar los distintos hechizos de agua que estaba descubriendo.
Tras haber estado practicando unas horas, cuando el sol cayó, Nia se aventuró mar a dentro y comió algo, un pequeño pez alargado de afilados dientes que eligió mal momento para salir a la caza. Nia se limpiaba los dientes mientras se echaba el hatillo a la espalda, lleno de nuevas conchas y otros tesoros del mar. Finalmente, puso rumbo de vuelta a la torre.
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Re: Bahía de los Naufragios
04/11/11, 04:38 pm
Sobre el trono de coral, de tonos dorados y rosados, descansaba una presencia vestida con algas y conchas marinas, perlas, dientes de sirenas y colgantes de escamas y pelo de los naufragados. Pese a estar sola, no se cansaba de gritar.
—Yo, la Gran Diosa de las Mareas y Corrientes, La que gobierna sobre todas las guas saladas y dulces, Superior de todo ser acuático, Ente viviente que rige el mar... —proclamaba incansablemente— Yo... ¿Eh...?
Algo interrumpió su discurso. Otra presencia.
—¡¡Mostraos inmediatamente!! —exigió encolerizada, pero no pasó nada.
—¡¿Quién osa entrar en mi morada sinsiquiera presentarse?! ¡Esta descortesía no puede quedar así! —gritó, y su bramido hizo que todo el mar retumbase y las olas cesasen por un momento.
—Yo, la Gran Diosa de las Mareas y Corrientes, La que gobierna sobre todas las guas saladas y dulces, Superior de todo ser acuático, Ente viviente que rige el mar... —proclamaba incansablemente— Yo... ¿Eh...?
Algo interrumpió su discurso. Otra presencia.
—¡¡Mostraos inmediatamente!! —exigió encolerizada, pero no pasó nada.
—¡¿Quién osa entrar en mi morada sinsiquiera presentarse?! ¡Esta descortesía no puede quedar así! —gritó, y su bramido hizo que todo el mar retumbase y las olas cesasen por un momento.
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Re: Bahía de los Naufragios
04/11/11, 04:52 pm
Nia llegó a la playa y, lo primero que hizo, fue meterse en el agua. La temperatura estaba agradable y canceló el hechizo de levitación. Cerró los ojos y se relajó. Momentos más tarde se sobresaltó de sobremanera cuando escuchó una voz bramando. Nia salio a la superficie y ahí una mujer vestida de una manera muy pomposa y elaborada, todo con diferentes tesoros del mar. A Nia le dio algo de envidia el ver como llevaba sus galardones por toda su piel pero parecía enfadada. Le molestaba que alguien hubiese irrumpido en la playa sin presentarse y, ese alguien, era ella. Tragó saliva y las tripas le rugieron. Seguía teniendo hambre, pero este ser al menos podía hablar, o más bien vociferar. Incluso contuvo el oleaje e hizo retumbar el mar unos instantes. Nia se dio cuenta de que se hallaba ante un superior en su campo. Moviéndose lentamente, la Náyade se acercó a la elemental y, con gran parte de su cuerpo fuera del agua, hizo una pequeña reverencia.
-Soy yo quien ha entrado en el mar, si es lo que preguntáis.-dijo Nia en un tono cortés.- Dama Urticaria, Náyade de la última cosecha, a vuestro servicio.-aunque fuera una chica campestre, su madre le había enseñado protocolo y modales urbanos. Aunque sus motivos fueron inicialmente un matrimonio arreglado con un chico extremadamente desagradable, Nia vio el momento de usarlos en aquella ocasión.- Pero me temo que el mar no os pertenece. El mar es de todos y todos debemos de cuidarlo y protegerlo.-
-Soy yo quien ha entrado en el mar, si es lo que preguntáis.-dijo Nia en un tono cortés.- Dama Urticaria, Náyade de la última cosecha, a vuestro servicio.-aunque fuera una chica campestre, su madre le había enseñado protocolo y modales urbanos. Aunque sus motivos fueron inicialmente un matrimonio arreglado con un chico extremadamente desagradable, Nia vio el momento de usarlos en aquella ocasión.- Pero me temo que el mar no os pertenece. El mar es de todos y todos debemos de cuidarlo y protegerlo.-
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Re: Bahía de los Naufragios
04/11/11, 05:23 pm
—¿¡Así le hablas a tu dios, pequeña!?
La elemental se acercó*, amenazadora y le pellizcó la mejilla.
—No soy tan rastrera como para pegar a una niña —explicó—. Volveré a empezar. Yo soy Neptuno, la Gran Diosa de las Mareas y Corrientes, La que gobierna sobre todas las guas saladas y dulces, Superior de todos los sere acuáticos, Ente viviente que rige el mar, la Sagrada Divinidad que cuida de los suyos y cabalga ferozmente las embravecidas olas de tormenta, La que muerde las costas y da la vida a toda criatura viva. Deebería mandarte castigar por tu descaro.
Nia pareció preocupada. Neptuno se la quedó mirando unos segundos.
—Tampoco tienes que ponerte así, pequeña. Está bien, estás perdonada.
A un gesto de su mano, varios peces de casi dos metros de altura acudieron. Algunos tenían marcar similares a latigazos o cortes poco profundos. La suspuesta diosa recogió a la náyade con su mano que no tenía forma ni ubicación exacta y la sentó sobre el animal.
—Debes de estar emocionada por haber conocido a alguien como yo y además haber esquivado la muerte. Te propongo un trato: ¿te gustaría ser mi adoradora? todo ser inteligente necesita un dios. Si lo haces no te faltará nada...
* Más bien pareció como si el mar entero se moviese.
- Leonart
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Re: Bahía de los Naufragios
04/11/11, 05:33 pm
Nia hizo amago de retroceder cuando la marea que se formó alrededor de la tal Neptuno se abalanzó sobre ella. Pero Nia, o más bien, en estos momentos, Dama Urticaria, mantuvo el temple, aunque seguía algo cohibida e intimidada por la elemental. Con un gesto, dos peces enormes que Nia no había visto antes aparecieron ante ella. Se vio trasladada a ellos y entonces la elemental le propuso un trato que Nia no entendió muy bien.
-¿D-dios?-esa palabra no la sonaba aunque prefería no preguntar.-Vuestro poder es increíble.-dijo acariciando el castigado lomo del pez sobre el que iba.-Pero no se que tiene que cumplir una adoradora, es la primera vez que oigo algo parecido.-
Sin duda a Nia le interesaba conseguir el mismo poder que aquella mujer. Quizás con, adoradora, se refiriese a aprendiz o cualquier otra cosa parecida. También era una completa desconocida, así que no debía fiarse. Nia estaba algo tensa en el interior y estaba dispuesta a lanzar un hechizo defensivo a la mínima intención hostil. Dama Urticaria, sin embargo, esperaba ávida de curiosidad su respuesta.
-¿D-dios?-esa palabra no la sonaba aunque prefería no preguntar.-Vuestro poder es increíble.-dijo acariciando el castigado lomo del pez sobre el que iba.-Pero no se que tiene que cumplir una adoradora, es la primera vez que oigo algo parecido.-
Sin duda a Nia le interesaba conseguir el mismo poder que aquella mujer. Quizás con, adoradora, se refiriese a aprendiz o cualquier otra cosa parecida. También era una completa desconocida, así que no debía fiarse. Nia estaba algo tensa en el interior y estaba dispuesta a lanzar un hechizo defensivo a la mínima intención hostil. Dama Urticaria, sin embargo, esperaba ávida de curiosidad su respuesta.
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Re: Bahía de los Naufragios
04/11/11, 06:23 pm
—¿No sabes lo que es... un dios?
Aquello la había soprendido. Era la primera vez que alguien le decía aquello. Quizás existiese más gente en el mundo que no creyesen en nada. ¿Qué sería de aquellas pobres almas inocentes?
—Un dios es una fuerza superior. Un dios puede decidir lo que está bien y lo que está mal. un dios tiene poder absoluto, siempre y cuando no choque con el de otro. Como ves, yo soy quien rige todo el mar. Los adoradores se dedican a predicar su palabra, hacer que todos crean en ese dios. Por suerte, yo no soy como esos egoistas que dicen ser los Únicos. ¡Ja! Yo soy mucho más humilde, me conformo con el dominioo del mar y un par de adoradores.
Pausa.
—¿Sabes?, nunca he tenido ninguno como tú. Quién sabe podrías incluso ser mi sacerdotisa...
Miró para otro lado, como si esperara a que llegara alguien más a reclamar aquel puesto.
—¿No sería maravilloso? vamos, pequeña, halágame.
- Leonart
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Re: Bahía de los Naufragios
04/11/11, 06:33 pm
Nia escuchó su explicación atentamente. Se quedó pensativa por unos instantes. Nunca había pensado que alguna fuerza mística o superior tuviera algo que ver con su creación o vida. Eso no es lo que le habían enseñado en la escuela.
-Entonces...¿hay más dioses? ¿Y el dios más grande, no seria el sol?-dijo Nia apuntando al astro que se estaba poniendo al final del mar.-Sin él no habría vida. Pero hasta las estrellas mueren...-un torrente de pensamientos extraños le inundaron la mente. Podría haber desbancado todo eso a un lado, de no ser en que, hace poco más de un año, la magia y los monstruos no existían. Ni tampoco había más seres vivos en el universo, y mucho menos, había estado tan lejos de casa.
-¿Sacerdotisa?-preguntó ladeando la cabeza. Aquello era todavía un mundo sin descubrir para ella y no tenia el más mínimo concepto de ello. ¿Los humanos tendrían dioses también?-¿De que sirve alabar a un dios?-siguió preguntando.-Yo no he alabado nunca a un dios y no me ha pasado nada...-dijo confundida.
Finalmente la mujer le pidió que la halagara. Nia se quedó mirando a la elemental de arriba abajo. Fue sincera.
-Me gustan las decoraciones que lleváis.-dijo inocentemente sin saber si era de su agrado o no.
-Entonces...¿hay más dioses? ¿Y el dios más grande, no seria el sol?-dijo Nia apuntando al astro que se estaba poniendo al final del mar.-Sin él no habría vida. Pero hasta las estrellas mueren...-un torrente de pensamientos extraños le inundaron la mente. Podría haber desbancado todo eso a un lado, de no ser en que, hace poco más de un año, la magia y los monstruos no existían. Ni tampoco había más seres vivos en el universo, y mucho menos, había estado tan lejos de casa.
-¿Sacerdotisa?-preguntó ladeando la cabeza. Aquello era todavía un mundo sin descubrir para ella y no tenia el más mínimo concepto de ello. ¿Los humanos tendrían dioses también?-¿De que sirve alabar a un dios?-siguió preguntando.-Yo no he alabado nunca a un dios y no me ha pasado nada...-dijo confundida.
Finalmente la mujer le pidió que la halagara. Nia se quedó mirando a la elemental de arriba abajo. Fue sincera.
-Me gustan las decoraciones que lleváis.-dijo inocentemente sin saber si era de su agrado o no.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Fundador
Ficha de cosechado
Nombre:
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Re: Bahía de los Naufragios
05/11/11, 08:22 pm
—Niña, ¿acaso has visto alguna vez al sol en persona? No, ¿verdad? ¿Qué puede haber más grande que yo? Al menos así debes de pensar tú.
Escuchó atentamente lo que le seguía diciendo antes de responder.
—Bien, bien, me vale. Puedes halagarme cuanto quieras. De hecho, en eso consiste en sacerdocio. Cada vez que te encuentres con alguien, debes hablarle de mi grandiosidad, para que él también me adore. Tienes que hacer que todos piensen igual que tú, que todos sepan quien es la Gran Diosa del Mar. Y si no te creen, puedes traerlos ante mi.
La elemental estiro las tiras de escamas y reordenó sus colgantes marinos, orgullosa, tratando de dar la imagen de alguien bello pero imponente.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Bahía de los Naufragios
05/11/11, 11:48 pm
Nia iba a responderla algo como "Es imposible ir hacia el sol porque te carbonizarías" pero calló porque sabia que no debía contrariarla...al menos no lo suficiente como para hacerla enfadar. La mujer continuó hablando sobre las labores del sacerdocio. Nia evitó reír con sarcasmo cuando la mujer mencionó que había que convercerles de algo que les pillaba tan lejos como el mar y encima traerles a su presencia si todavía no la creían. Para la mayoría de personas que conocía no era más que "la alien" o "la niña insoportable" o quizás tan solo la conocían como un nombre. Nia dudaba mucho de que llegara a entablar tal conversación con casi cualquiera de los que conocía. Suspiró e intentó encontrar una motivación para aquello.
-Y si hiciera eso...¿ Llegaría algún momento a ser como usted? ¿A ser un dios?-Los poderes actuales de Nia palidecían ante lo que sabia hacer aquella mujer, pero, sin embargo, era novata y aun sabia que tenia mucho por aprender.
-Y si hiciera eso...¿ Llegaría algún momento a ser como usted? ¿A ser un dios?-Los poderes actuales de Nia palidecían ante lo que sabia hacer aquella mujer, pero, sin embargo, era novata y aun sabia que tenia mucho por aprender.
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
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Re: Bahía de los Naufragios
06/11/11, 01:39 am
—La divinidad está sobrevalorada. En el fondo no es tan interesante. ¿Has oido decir alguna vez que la mejor posición en la corte es tras el trono? No tienes las responsabilidades del rey pero te encuentras en lo más alto.
Nia no pareció muy interesada en el asunto.
Neptuno hundió su mano en la arena del fondo marino y extrajo algo. Era una cajita de oro. Dentro de ella había una calavera. La acarició suavemente.
—Mi último pobre adorador. Se pasaba horas sobre un barco, cantándome. Un día que no estaba se ahogó. Sigo echándole de menos.
La náyade no pareció muy conmovida.
Entonces, decidió probar otra estrategia.
—Está bien. Imagínate que es un juego. ¿Ves estas perlas? —le acercó su collar, del que colgaban unas dos decenas de enormes piedras preciosas nacaradas— ¿No son maravillosas? Tú también puedes tener. Haré que te traigan todas las quieras. lo único que tienes que hacer es salir fuera y decir que has conocido un dios.
Se quitó uno de los colgantes del que colgaba un zafiro oscuro turbio con brillos verdosos.
—Toma. mientras lleves esto, será como si estuviesemos juntas. Pídeme ayuda si la necesitas.
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