Taberna del Mago Tuerto

Nia

Nia fue parando de reir lentamente, contenta al fin. Se limpio las lágrimas y, mientras lo hacia, creia haber visto la cara compungida de dolor de Noel. Se acordó con pena de como el chico no podia escuchar las risas ajenas, pues eran dolorosas y dudo si ofrecerle algo para el dolor, viendo el espectaculo que se estaba formando en la taberna. Más y más gente. Incluso hubo un reencuentro con uno de los cosechados de su cosecha, de nombre Aeris, uno nuevo. Nia no pudo recordar su nombre viejo, apenas habian hablado en toda la cosecha y luego desaparecio misteriosamente durante años. Nunca le habia llamado mucho la atención tampoco. Con una sonrisa amable, le saludó.
La gente estaba ebullendo, el espectáculo estaba próximo y la niña aguardaba, sola, a que diera comienzo. No habia aprovado la apuesta, pero aquello no decia que no iba a renunciar a pasar un buen rato con sus amigos, ahora que lo necesitaba por encima de todo. A lo lejos pudo divisar a Elliot hablando primero con Vac y luego con Cain. No se habia dado mucha cuenta, pero juraria que ellos tres habian tenido algo, pero aquello era imposible, una pareja de tres ¿o no lo era? Al menos, no lo era para los ulteranos. Otras preguntas curiosas le venian a la mente. ¿Los humanos podian tener descendencia con una pareja del mismo sexo? Sabia que algunas especies animales lo hacian. Su mente fue divagando tanto que se perdio el comienzo del espectaculo, cuando todos callaron. Dio un respingo y se concentró en ver a Gael que se preparaba nerviosamente para la interpretación.
-¡Ánimo!-vitoreó la niña. Estaba nerviosisimo, pero ¿quién no lo estaria en su posición? Usó de instrumento lo que parecia una hierba. La canción en si, no era muy melódica pero las líricas le gustaron, sabiendo que hablaba de los cosechados. De pronto y, para sorpresa de todos, irrumpio Noel en escena, con un teclado, cantando al son y todos se pusieron a vitorear. Algunos reconocian la canción, Nia obviamente no, seria alguna cosa terricola. Nia vitoreó con los demás, alzandose entre la muchedumbre levitando.

Toima

El ulterano rió por lo bajo, viendo como el chico estaba cohibido de la verguenza. No le atraia en absoluto la música, pero sin embargo le entretenia ver al chico en un apuro, sabiendo que no era el único. Salio al escenario y entonces Toima terminó el que fue su cuarta jarra de cerveza, pidiendo otra, mientras Noel saltaba al escenario y todos entraban en fervor ante la canción. El eructo de Toima pasó desapercibido mientras berreaba, intentando cantar lo que estaban cantando los dos chicos, solo que desafinando enormemente y, claro, borracho.

-Daaaan daaaaaaan daaaaaaaan

Huevos Piños Achacados
por los molondros del lujar
y los transportados no les ayunaran
Rolocalarancolia mesta colita y la vienen a cenar
modos juncos muy reñidos se van a muletar
El hostal ya está huerto
y os van a cascar
y los motondros sus barras khan a filmar

Daaaaan daaaaaaaaan daaaaaaaan

Caqui mestamos nasa fanar!
en mesa sitiad filtrar
Caqui mestamos nasa duchar!
en pan y sin quesar
Caqui mestamos nasa prender!
Necio de vergad
Caqui mestamos nasa multar!
la buda nos ayunará
Nufriremos bultos forma fez!-

Mientras se marcaba un baile, no se dio cuenta cuando el draco de estínfalo abandonó el escenario, no por el momento.
Fue a vaciar de nuevo su jarra cuando la mano del señor de asesinos se cerró entorno a su cuello, haciendole verter gran parte de la jarra al suelo. El ulterano puso una mueca de desagrado, mezclado con odio, y con un acento beodo, manoteó el brazo del señor de los asesinos hasta que tiró de este con fuerza, para apartarle.
-No tooooques joderrr... ¿Pa que tocas?-dijo llendo a beber de su jarra comprobando que solo le quedaba un culín.- Oh mierda...-musitó. Se giró a pedir otra al camarero trasgo y a continuación siguio hablando.-Y es mi amijo y es la jostia y le quiero...-se giró al nigromante, señalandole con el dedo.-Tu le estas enseñando bien, y por eso te doy mis jracias, pero no toques.-
Cuando le llegó la nueva cerveza, y bebio de ella, sus ojos divagaron entre las salas, beodo incluso, se dio cuenta que alguien faltaba.
-¿Dónde se ha metido Noel?-

Tania

La nublina bajó la mirada al suelo, algo sonrojada y avergonzada porque el griego le haya tenido que reprender. Cuando le preguntó si queria beber algo, la nublina negó con la cabeza.
-N-no... No hace falta, Vacuum. E-estoy bien así...-dijo algo entrecortada. Se apartó del gentio y contempló el espectáculo con una sonrisa.

En medio del jaleo, una cara conocida llamo la atención del hado, una cara que hacía tiempo que no veía. Era Niko, uno de sus compañeros de cosecha. Tenía entendido que se había transformado en un brujo del cobre, y que trabajaba en la nueva tienda de Garoni, frente al burdel, pero hacia mil años que no lo veía en persona. Le estrechó la mano con una sonrisa en el rostro, interesándose por su vida. Al parecer se había cambiado el nombre por Aeris Faraday y no le iba mal. Mientras el chico seguía reencontrándose con viejas amistades, el hado prestó atención a Tania, que parecía no querer nada y prestaba atención a la actuación que en breve iba a empezar. Cain también había llegado a la taberna, acompañado de un Norou muy metido en su papel, demasiado exagerado a ojos del griego. Vac estaba tentado de decirle algo, pero el mismo Cain le reprendió un poco.

Las voces a su alrededor sonaban animadas, y la bebida se deslizaba por la garganta de Vac con facilidad, refrescando al joven hado. Estaba disfrutando de su cuarta jarra, cuando Noel anunció el espectáculo, dejando a Gael solo frente a su público. El fuego fatuo estaba tieso como un palo, y sacando un hierbajo se dispuso a tocar, pero desistió enseguida y opto por ponerse a berrear. En un principio, Vac no reconoció la melodía, ya que no había visto mucho la serie, pero en cuanto asoció la nueva letra a la canción, una chispa se encendió en su memoria.

-¡Digimooon! -berreó el hado, riendo a carcajadas, mientras vitoreaba junto con los demás.

Noel se unió a Gael poco después de empezar, aporreando un teclado que pareció aparecer de la nada, cortesía de Mikk. La visión de Toima borracho, coreando su propia versión de la canción, termino con el poco rastro de seriedad que quedaba en el hado. Las carcajadas de Vac aumentaron y los ojos le desbordaron de la risa, empapando sus mejillas de lágrimas. La actuación fue un éxito brütal, y el público les coreaba entusiasmado. Sin embargo Noel no parecía contento, y Vac creyó entender porque, el enorme volumen de la hilaridad general debía de ser extremadamente doloroso. Antes de que pudiera decirle algo, el draco se bajó del escenario y salió del local. El griego estuvo tentado de seguirlo, pero decido dejar al draco un rato a solas, necesitaba despejarse. Cuando Gael volvió al grupo, le felicito efusivamente, dándole un abrazo e invitándole a algo.

Más y más gente entraba, conocidos y viejos amigos, como Niko, del que escuché que se cambió el nombre a Aeris y que me sonaba de haber visto trabajando en el comercio frente al Burdel. Pronto ya estuvimos todos y se hizo el silencio cuando Gael subió al escenario, en solitario y rígido como un palo << Ay, ¡pobre! >>

Empieza a tocar una cancioncilla muy chunga pero lo deja y se lanza a cantar una letra sin duda rocavarancolesa << Tendría que sonar de fondo con el discurso de cada cosecha >> Y de pronto Noel compañado de un teclado aparecen a su lado, cantando y tocando, hasta que la melodía y rima de la canción me empieza a sonar << De qué es... >> Curioso, me voy acercando al escenario y entonces escucho a Cain diciendo qué es
-Digimon... Serán malditos... ¡Os desangraré por esto!-les grito de broma estallando en carcajadas, recordando la letra original y sientiendo un escalofrío por la emoción.

Me dejo caer en la primera silla que pillo y me uno a las palmas y risas mientras recuerdo la serie y los buenos momentos de esa época en la Tierra, mundo al que no me he atrevido a volver pero que... << Quizá >> No paro de reir como nunca desde hace tiempo, bastante. Y no solo yo, casi todos mis amigos y conocidos estallan en risas y aplausos. Doy un rápido vistazo a mi alrededor y la alegría se frustra un tanto al ver que han coincidido los tres, pero << bueno, el tiempo todo lo cura >>

O no. No todo. No las risas y carcajadas que inundan el local. Y seguramente por eso Noel se marche repentinamente, sin duda por esto << Au diantre... >> en otra situación me habría levantado a seguirle, pero no creo ser yo el adecuado y simplemente me acerco al montó de gente que felicita y ríe con Gael, aunque no digo casi nada, si acaso imitar lo que otros dicen, sin dejar de mirar la puerta.

Nasher no conocía la canción, no conocía los instrumentos, pero sí que le resultaba familiar la letra, más que nada porque había sido su propia experiencia y seguramente la de todos en la taberna. Al principio no pilló el sentido de tanto ridículo, pero la situación era tan absurda que finalmente se le contagiaron las risas de todos. Se unió a las palmas, vítores y carcajadas del público, incluso se animó a cantar la canción a la segunda o tercera pasada. El ambiente era agradable y todos parecían en su salsa... Bueno, no todos. Creyó ver salir a un chico escopetado con no muy buena cara, aunque no logró reconocerle.

La actuación terminó y la gente charlaba y bebía. Nasher se camufló entre la multitud y le robó la jarra a una aberración demasiado borracha como para percatarse de que tenía una cerveza entera en la mano. Nasher había visto a los adultos de su tribu tomar frutos fermentados en ocasiones especiales, y luego se ponían muy contentos... Dio un pequeño trago << No está mal>> Dándose una pequeña vuelta divisó el pelo azul de cierto asreniano subido a dos taburetes al que no había saludado. Era el único de su mundo al que había conocido en al ciudad, y tendría que hablar con él tarde o temprano... Se acercó a él, poniéndose a su altura. Tomó los colores de Nasshandra, y le saludó con su sonrisa más encantadora.

-Hola, soy Nasher.- se presentó- Tu eras Giz, ¿no? Nos hemos visto un par de veces, pero nunca hemos hablado. ¿Fuiste también el único asreniano de tu cosecha? No he visto ninguno más aparte de tí. ¿De qué tribu eras?

Tras repetir la canción decidiéndolo solo con una mirada, el bullicio estalla de nuevo en la taberna. La segunda vez me parecía oír de fondo a alguien cantando desatinadamente, una voz conocida y ya tomada por el alcohol. Todo son risas y parloteos, gritos… Especialmente alguien se está partiendo muy cerca de nosotros, Vac, que está casi llorando de la risa. Al terminar hago una serie de reverencias dramáticas inclinándome ante el público. Incluso para mi sorpresa sobre nosotros estalla un pequeño fuego artificial casero, y veo a Giz encargándose del hechizo entre el público. Le sonrío, divertido por la idea y hago una reverencia solo para él. Solo me faltaba agradecerle a Noel el gesto de unírseme y decirle cuánto me había gustado su intervención, y antes de que pudiera girarme para mirarle él estaba ya a mi lado, tendiéndome sus gafas. La expresión de su cara no me gusta un pelo, y ni siquiera me mira cuando habla. Después, sale a toda prisa y me quedo plantado en el sitio mirando la puerta cerrarse. La gente se acerca a hablarme y tardo un poco en reaccionar entre unas cosas y otras.
-Gran serie, ¿eh, Wen? –le digo riendo mientras me vuelvo a Adara-. Creo que hemos captado la esencia de las cosechas.
A lo lejos escucho una voz conocida a la que solo entiendo la palabra “aprendiz”. Al fijarme veo a Siloco agarrando a Toima y diciéndole algo. «¿Qué hacen?» pienso divertido al ver que están hablando de algo y no sé muy bien de qué. Solo doy atendido a las conversaciones que tienen lugar a mi alrededor, y contesto a todos los comentarios que me hacen con una sonrisa, contento de que les haya encantado el espectáculo. «Pero Noel también tiene el mérito y se ha ido sin los elogios…» pienso mirando de reojo la puerta. En ese momento Vac invita a una bebida y, sin saber bien qué pedir, me decido por otra cerveza como la anterior por ahora. Le doy algunos sorbos, un poco más acostumbrado a su sabor amargo, pero acabo dejándola sobre la mesa al lado de las gafas de Noel mientras continuamos hablando todos. Me doy cuenta de que Giz está un tanto empanado mirando una pared, todavía sentado sobre dos taburetes superpuestos. Iba a hablar con él de lo de Noel, pero parecía que la bebida ya se le había vuelto a subir. Preferí limitarme a intentar incluirlo en nuestra conversación.

Estuvimos un ratito comentando el espectáculo mientras las risas se iban calmando. No me pude quitar de la cabeza la cara de Noel cuando se fue. Me siento un poco mal por haber estado riéndome sin contenerme toda la noche, de puro nerviosismo. No tiene que ser nada fácil esto para alguien como él. Al decidir no hablar con Giz termino haciéndolo con Adara, aprovechando que está a mi lado.
-Antes de irse Noel me dijo que volvía en un momento. ¿No crees que está tardando de más? Quizá esta cerca de la puerta, esperando a que se calmen las risas. ¿Vamos a buscarlo?
Adara se muestra de acuerdo y nos escabullimos hasta la entrada, para salir a la oscuridad de las calles. Allí no había nadie, ni siquiera asomándonos a la vuelta de los edificios cercanos vimos a nadie. Me encojo de hombros y un poco desanimado digo:
-Es Noel, sabe lo que hace. –Y espero que no tarde, una fiesta con Noel siempre es más fiesta.
Volvemos adentro y nos juntamos de nuevo con el grupo de antes. Vuelvo a coger la jarra y doy algunos tragos sin demasiadas ganas, aunque sigo atendiendo a las conversaciones y riéndome con los comentarios que hacen los demás.

Giz estaba feliz en su doble silla, contemplando todavía el mismo punto en la pared que hace ya varios segundos, minutos u horas. Tenía la sensación de que alguien había intentado hablar con él, varias veces, y juraría que era Gael, pero el punto se le hacía tan interesante que le daba pena dejar de mirarlo. Sin embargo, una voz familiar lo sacó de su ensimismamiento poco después y le hizo dar un respingo. En otras circunstancias habría seguido con la mirada perdida, pero la visión fugaz de algo de color azul y rojo, tan... como nassandra, lo hizo volverse. Giz meneó la cabeza hasta y luego trató de identificar al dueño de estos colores, para lo cual necesitó algo de tiempo.

-Oh, Nasher-bajó de los taburetes con un hechizo no demasiado bien hecho y sonrió al asreniano, el cual se le antojaba más... ¿guapo que de costumbre? << Serán los colores. O el alcohol. O... >>-. Sí, no hemos hablado nunca. Es que yo no suelo hablar mucho en general con nadie, salvo unas pocas excepciones. Me cuesta hablar. Bastant... Perdón, que me embalo yo solo- calló repentinamente al descubrirse hablando como un autómata y volvió a agitar la cabeza, la cual parecía funcionarle a trasquilones, voloteando de idea en idea como las mariposas con las flores, a cada cual más absurda-. Soy Giz y vengo de la tribu Mirie Kitade pero no fui el único de mi cosecha. Había otros dos: Cai, que es como el camarero pero más grande y más fea si cabe, además de una sargento autoritaria. Odia la magia, no sabe lo que hace-negó con la cabeza y siguió hablando casi sin respirar, sin pensar realmente en las palabras que dedicaba a sus antiguos compañeros-. El otro era un Ranta-se podía intuir cierto tono de asco de origen cultural en la palabra-. Era estúpido, estaba loco, muy loco, demasiado loco, como Toima hasta que salió la luna, luego al revés. Ahora es de piedra, una estatuilla con alitas. No lo veo desde... no sé, creo que años. Puede que un par de lustros-se rió solo, sin saber por qué-. Estará adornando alguna torre con su presencia.


>>¿Hace falta que pregunte por ti? Por educación, digo-Giz hizo una pausa para coger aire-. Es que sé que eres Kitade, te trajo mi amigo Gael, y sé que tuviste un compañero Ranta, y que se murió y no llegó a la luna, pero que mató a otro y... perdón-rectificó de nuevo, al ver que se estaba metiendo en temas espinosos. << Frena, Giz, frena >>-. Es solo que... Tengo buena memoria-tras eso, volvió a perder la vista en los colores de las escamas del asreniano, se le antojaban más divertidas que el punto muerto de la pared-. ¿Puedes ponerla de los colores que quieras?-preguntó, cambiando de tema, con una sonrisa inocente surcando su rostro-¡Imita mi poncho!-acabó pidiendo emocionado.

Aterrizo cerca de la taberna y doy unos cuantos pasos hasta llegar a la puerta. Al llegar a ella vacilo unos instantes. Todavía no me encuento con el ánimo completamente restaurado. Me apoyo en la pared con expresión seria y comienzo a pensar. Quizás no debería volver a la taberna, ¿y si al volver a escuchar risas la rabia me sobrevenía de nuevo? O si no era capaz de volver a ser el de siempre y pasaba la noche amargado... Lo que menos me gustaría es ser el aguafiestas de la noche. Encima había sido yo quien había organizado todo esto. << No sé si soy muy estúpido o muy imprudente... Quizás no haya mucha diferencia entre uno y otro >> , pienso mientras suspiro. ¿Pero qué otra cosa podía hacer? ¿Convertirme en un sanguinario draco amargado que ensarta su hacha en el pecho del pobre desgraciado al que se le ocurra reírse? Una pequeña risa siniestra me sobrevino al pensar eso último. Tendría gracia a su manera, en realidad. Pero entonces dejaría de ser yo mismo, y ni siquiera la luna había conseguido arrebatarme del todo mi identidad, tan sólo la había acentuado. Al menos eso me gustaba pensar. No, tenía que volver e intentar recuperar el buen humor. Eso era lo que se esperaba de mí, estaba seguro. Y lo último que quería era decepcionarlos. Sonreí débilmente y me dispuse a abrir la puerta por fin.

El ambiente se había relajado respecto a cuando me fui, aunque las conversaciones inundaban el aire y había mucho ruido. Pero no me importaba. La primera risa que escuché al volver hizo que apretase los puños, pero reuní toda la fuerza de voluntad que me fue posible y logré ignorar el dolor como solía hacer. Además ahora el ambiente era soportable, pero debía tener cuidado con la durmiente ira que aún amenazaba con volver de vez en cuando. Hice acopio de valor antes de acercarme a mis amigos y planté una de mis habituales y amplias sonrisas al ver que se lo estaban pasando bien.
-¿Qué os ha parecido la actuación? -digo a modo de saludo mientras me siento cerca de ellos-. Por cierto, estoy vivo aunque parezca lo contrario. Perdonad mi falta de decoro -me río mientras aludo al lamentable aspecto en el que me encuentro-. ¿Ya habéis felicitado a Gael? Ha hecho muy bien el ridículo y eso que no quería -bromeo.
Dejo mi gabardina colgada de la silla, no me apetecía volver a ponérmela y observo a mi alrededor. La mayoría me observaba con curiosidad, tal vez preocupación. Intento restar importancia a mi aspecto actuando con normalidad. Me fijo en que Toima y Giz ya están bastante afectados por el alcohol y no puedo reprimir una carcajada.
-Que poco aguante tienen esos dos, mejor que los vigilemos de cerca no vaya a ser que se queden sin dientes y la taberna sin sillas respectivamente -digo divertido haciendo alusión a anteriores visitas a la taberna.

Tan sólo quedaba esperar a ver que sucedía a continuación, esperaba que el ambiente no se hubiera enfríado por mi culpa...

Vaya, Noel no está fuera ni dentro, qué extraño. Estoy de acuerdo con Gael en que sabe lo que hace. Después de todo, lleva más de un año en la ciudad como transformado.

No pasa mucho tiempo después de que entremos cuando al fin regresa el Draco. Intenta actuar como si nada, cuando le he visto entrar su cara no era precisamente alegre. Además, está manchado de sangre, ¿ha ido a matar algo? Igual entendí mal su estado, y estaba más furioso que resentido. Lo está pasando mal por las risas de la gente, pero al menos no es como antes. Ya que hace el esfuerzo, no voy le voy a hacer el feo de exponer públicamente mi preocupación.

-¡Ha sido genial, Noel! -le digo mientras me acerco y le pongo los dos brazos en los hombros-. En mi vida olvidaré esta actuación, y el año siguiente hay que repetir las apuestas.

Acto seguido, agarro de nuevo mi vaso de whisky y le pego otro traguito. Está fuerte el condenado.

Pyro, con el alcohol ya en la cabeza, se había reido mas que en mucho tiempo con la canción. Fueron unos breves momentos en los que todo lo demás dejo de agobiarla por una vez. Pero la salida repentina de Noel la preocupó y le hizo levantar de la silla en seguida. Sin embargo le costó pasar entre la gente, y para cuando abrió la puerta, Noel ya no estaba allí.
Quien si estaba era un hombre cuya cara no reconocía, que la sujetó del hombro antes de que diera un solo paso más.
- Mira, quien es, si es el perro callejero!...- la sonrisa canina del hombre le desagradó. Además no lo reconocía, a pesar de que él a ella, por lo visto, sí. ¿sería amigo de la antigua Pyro? Nadie que sonriese así podría ser amigo suyo. Además el tono de su voz, aunque zalamero, era mas bien falso.
- No se quien eres y dime ya lo que quieres.- replicó sin cortarse un pelo. El alcohol hacia que todo pasase demasiado vago e indiferente, y le costaba concentrarse en los rasgos de su cara.
- Te has vuelto muy contestona. En fin, tu hiciste un trato y vengo a que lo cumplas. - la cara de Pyro debió ser suficientemente descriptiva, porque con ademan teatral, añadió:La primera Pyro lo hizo. Pero todas sois la misma, y tu palabra sigue en pie. Me debes un favor, ...por el veneno que te mató.
Pyro se desemabarazó de la mano que tocaba su hombro en un gesto brusco, que consiguió que la cabeza le diera vueltas un rato.
- Yo a ti no te debo nada. Lo que hicieras con la otra Pyro, no tiene que ver conmigo.
- SI esa es tu respuesta final, atente a las consecuencias.
- Perdona pero tengo gente que me espera.- dijo antes de entrar de nuevo en la taberna. Aun así, las palabras de Valenz la habían atemorizado.

Noel regresó más tarde- cubierto de sangre, pero ese detalle le paso desapercibido a Pyro, que estaba absorta en uss propias cavilaciones- y el ambiente volvió a su sitio, aunque quizás mas relajado.

Al final como Giz no hace mucho caso de las conversaciones dejo de intentar incluirlo y sigo hablando con los demás. Por suerte Nasher se acerca y se ponen a charlar. Bien pensado tienen bastante en común, así que los dejo y no me meto en su conversación, que dejo de escuchar al cabo de un rato. El barullo en la taberna es notable todavía. Aun así oigo la puerta cuando se abre y miro hacia allí de forma distraída, como había hecho cada vez que se movía. Pero esta vez sí que era Noel. Se empezó a dirigir hacia nosotros y sonrió como siempre. Aunque no presté mucha atención a ese gesto porque me di cuenta de que su ropa estaba llena de sangre y tenía algunos rasguños. «¿Qué demonios, Noel?» me pregunto extrañado. Y cuando ya está a nuestro lado habla como si no hubiera pasado nada, riéndose incluso de su aspecto.
-¿Quién demonios te ha hecho eso? ¿Estás bien? –pregunto un poco intranquilo-. Deberías limpiar eso un poco. Si quieres… -alzo la mano ofreciéndole ayuda, dando a entender que puedo hacer el hechizo por él si no quiere gastar de su magia.

Cuando Noel se fija en los dos más perjudicados por el alcohol no puedo evitar reírme con él. Lo mejor será que no hablemos de lo que acaba de suceder, él parece dispuesto a ignorarlo y seguir la fiesta, y seguramente será lo mejor. Iba a felicitar a Noel por su actuación, cuando de pronto veo a alguien corriendo hacia nuestro grupito con no muy buenas intenciones, era el zombi que Siloco se había traído. Antes de que pueda siquiera gritar para alertar a los que le dan la espalda, la correa que llevaba lo frena en seco, y al otro lado veo a su creador tirando de ella. De la impresión, el corazón casi se me sale por la boca, y suspiro aliviado mientras veo a mi maestro regañándole con un periódico.
-Joder, que susto –comento sonriendo de nuevo-. ¿Qué le ha pasado? –le pregunto a Siloco acercándome a él. Desde que vi a su curiosa creación atravesando el umbral he tenido interés en ella.

Las conversaciones continuaban desarrollándose tranquilamente alrededor del hado, y este participaba en aquellas donde le requerían, mientras seguía disfrutando de su bebida. Vio a Giz encaramado sobre dos taburetes, conversando con Nasher, y también vio a Gael y a Adara salir a la puerta a ver si Noel andaba cerca,poco después de que Pyro entrara, con una expresión algo asustada. Vac iba a acercarse a Pyro a ver si le preocupaba algo, cuando Noel hizo acto de presencia, con la gabardina al hombro y la ropa cubierta de sangre, al parecer ajena. Vac se acercó a ver que había pasado, algo preocupado, siendo consciente a pesar de todo de la sonrisa del draco, que trataba de no dar importancia a lo sucedido. El comentario sobre Giz y Toima le hizo reir, pero se cuido de que no resultaran audibles, y decidió proyectar sus carcajadas en la mente de sus amigos.

En ese momento, el siervo de Siloco enloqueció ante la visión de la sangre que manchaba a Noel,y se lanzó hacia el sueco, gruñendo. En un instante todos tenían las manos en sus armas, o estaban preparados para actuar, pero no hizo falta, ya que Siloco lo contuvo, regañandole con un periódico. El griego miró a Noel, extrañándose por su postura, ya que se había levantado como un resorte y tenía desenvainada su hacha, estaba preparado para defenderse y tenia una expresión algo perturbada, el ambiente estaba tan tenso que se podría haber cortado con un cuchillo. El griego se acercó a Noel y le invito a un trago, para que se relajara un poco. Vac dio un último trago a su copa, tratando de relajarse también, y se acercó a Mikk y al violinista, proponiendoles una pequeña actuación.

-Bueno muchachos, ahora voy yo -le dijo a sus compañeros con una amplia sonrisa tras pulir los últimos detalles de la canción con sus dos compañeros.

Era una canción terrícola pero la letra sonaba bien adaptada al rocavarancoles. Vac le pidió a Mikk la guitarra que le había prestado la última vez que había tocado en la taberna, mas apropiada para la ocasión. Los tres se subieron al escenario y se prepararon para la actuación. El dullahan hizo aparecer su violín mientras Mikk preparaba una batería automática y escogía un acordeón para él. El hado comprobó las cuerdas de la guitarra negra, afinándola cuando era necesario. Vac punteó distraído, calentando las cuerdas, que empezaron a brillas con chispas doradas, anunciando las llamas.

Cuando estuvieron listos la melodía empezó, llenando el local de buena música. Vac sonreía mientras cantaba, sus dedos rasgueando las cuerdas entusiasmados, envueltos en las llamas doradas que la guitarra generaba cuando las cuerdas vibraban. El griego se sentía bien, tocando y cantando, disfrutando de la compañía de sus amigos estaba en su salsa.

La primera en acercarse es Adara, que me felicita por la actuación de forma efusiva.
-Gracias, maestra. Puedes dar por hecho que repetiremos las apuestas -digo sonriente.
Sin embargo no menciona nada acerca de mi brusca salida de la taberna o mi aspecto como si lo hace Gael, su tono denotando preocupación. Me giro hacia él y sonrío de forma medio burlesca.
-Tranquilo, que tan sólo una pequeña porción de toda esta sangre es mía -suelto una pequeña carcajada sin explicar nada más.
Iba a responderle a su ofrecimiento cuando de pronto algo hace que salte del taburete. La extraña quimera que había traído Siloco se abalanzaba sobre mí. En un instante y sin pensarlo demasiado saco el hacha y me pongo en guardia. La expresión de mi cara se vuelve feroz y posiblemente perturbadora para quien la contemplase, un claro rastro del estado en el que me encontraba no hacía ni una hora. Por un momento parecía que iba a volver a perder el control, pero Siloco arregla la situación tirando de la correa de "Panchito", que al parecer así se llamaba el engendro, y regañándolo de una forma cómica. Guardo mi hacha profiriendo un bufido casi imperceptible y desplazo la mirada a mi alrededor rápidamente con cierto disimulo para comprobar las reacciones del resto. Algunos se habían puesto a la defensiva también y en general todos me miraban con un tinte de extrañeza. Acto seguido me empiezo a reír.
-Creo que sí va a ser mejor que me limpie porque sino Panchito acabará odiando las noticias -bromeo para quitar hierro al asunto-. No había pensado en gastar magia para limpiarme pudiendo hacerlo luego en casa, pero dadas las circunstancias...
Gael insiste en ayudarme así que dejo que lo haga. Me niego a que me cure las heridas, ya ha gastado suficiente magia por mí y de todas formas no tardarían demasiado en regenerarse.
Acepto el ofrecimiento de Vac cuando me invita a una bebida. Era la primera vez que bebía alcohol pero no pensaba andarme con remilgos. Era una noche especial y además igual hasta me venía bien para aplacar las secuelas del arranque de ira que había tenido. Tras dudar un instante decidí pedir tequila. Sabía muy amargo, bastante más que la cerveza, por lo que decido tomarlo poco a poco.

Vac por fin se decidió a subir al escenario junto con Mikk y el violinista. Al fin podría oírle tocar. Me llama la atención la batería puesta por Mikk que parece tocarse sola. En cuanto empieza a sonar la canción no puedo evitar levantarme de un salto de la emoción.
-¡Conozco esa canción! ¡Me encanta!
Muy emocionado comencé a cantarla lo mejor que pude dado que el idioma original ya no lo recordaba y tenía que cantarla en rocavarancolés. De vez en cuando seguía dando sorbos a la bebida. << No está tan mal... Aunque sí que es un poco fuerte >>, pienso mientras disfruto del momento emocionado.

Mientras observo al hombre y al arseniano extraño entra otro hombre y se presenta diciendo que es un brujo del cobre."Vaya.. alguien con un dominio. -Hola yo soy Matt y como podrás comprobar soy una especie de mezcla extraña entre brujo y espectro de arena querido mio.- Digo mientras la arena de mi bolsa sale lentamente y comienza a ondular a mi alrededor. Mas personas entran en la taberna por lo que decido guardar la arena y alejarme un poco del bullicio volviendo a mi esquina a contemplar el espectáculo."En el desierto no hay tanto ruido. Echo de menos esa paz. Era todo tan.. silencioso, lento, sin prisas..." Pienso mientras me acomodo esperando el gran espectáculo.

Mientras los chicos cantaban la canción no podía reprimir soltar autenticas carcajadas."Hacia mucho tiempo que no me reía así dios mio." Mientras entona su canción todos los presentes no paran de reírse por lo que me es imposible parar de reír. De pronto por los efectos del alcohol la gente comienza a animarse e incluso escucho a alguien intentando cantar la canción con ellos pero con cuatro copas de más. Al terminar su canción y frenar mi ataque de risa me doy cuenta de que algunos de los chicos se han ido, entre ellos Noel. "¿Donde coño habrá ido?" Sigo sentado en mi taburete mirando a las personas. "Si no fuese tan seco estoy seguro de que habría llorado de la risa."

Las personas que han salido comienzan a entrar y el ambiente comienza a calmarse volviendo al barullo normal de las conversaciones cruzadas. "Bueno... Matt... hay que hacer amigos señor hombre." Me digo mientras de un salto salgo de mi esquina y me acerco a los chicos.

-Menudo temazo - Digo mientras aplaudo a Gael y me acerco a Wedn.- Hacia mucho tiempo que no me lo pasaba así de bien.- En realidad tenia razón. Por un momento había olvidado todo lo ocurrido meses atrás y volví a vivir el momento sin ninguna preocupación. Hacia mucho tiempo que no me divertía tanto. -Pero yo quiero un bis señores.-

En ese momento Gael sale rápidamente por lo que me giro y le veo hablando con Noel que esta cubierto de sangre."¿Pero que coño?¿Que ha pasado aquí?". Me retiro un par de pasos al ver a Noel todo lleno de sangre. Al parecer no es suya por lo que saber eso me tranquiliza bastante. "Pero... si no es de el... ¿Que demonios se supone que ha hecho?" Mientras observo el cuerpo ensangrentado de Noel un rugido me sobresalta lo que hace que mi arena almacenada salga de manera automática y ondule entre mis dedos esperando a actuar en un momento. El rugido proviene del arseniano que ha venido con el hombre extraño que se esta centrando en darle con un periódico como si se tratase de un perro. -¿Se llama Panchito?- Digo medio riendome al ver al bicho reducido por un simple periodico .

Por lo que veo no soy el único que se ha sobresaltado por que la mayor parte de la taberna se ha puesto en guardia. -Jooooder... menuda escena.- Digo entre dientes mientras veo a los presentes armados hasta los dientes o preparados para saltar a la mínima. "La guardia siempre alta Matt... recuerdalo siempre." Noel comienza a reirse para quitarle, a mi parecer, valor a lo ocurrido. Mi arena vuelve a la bolsa mientras observo el local. El ambiente se ha vuelto un poco crispado en un segundo pero parece irse relajando por momentos.

De pronto Vac sube al escenario diciéndonos que es su turno. Comienza a tocar una guitarra llameante una canción que no logro a entender muy bien. "Esta no la he escuchado en la vida." Miro como todos ellos están bebiendo y riéndose algunos por pura iniciativa y otros dejandose llevar por los efectos del alcohol. "Creo que me tomaré algo.. No tengo ninguna sed pero bueno... puede ser entretenido." Me acerco a Wedn y le sonrio.

-Weeedn cariño mio de mi coraaazon.- Digo con cierto tono risueño mientras que la miro como si estuviese embobado por ella.- He pensado... ¿Te hace un buen chupito?- Al decir esto una larga sonrisa brota de mis comisuras. -¿Un tequilita?¿Una corrida de pitufo mejor? Yo no tengo un durito no es por ser... aprovechado pero mujer... ya que tu estas con trabajo fijo podías invitarnos a una ronda a los chiiicos y a miii.- Sin darle tiempo a que responda levanto la mirada buscando a Nasher y a Tsusu. Levanto la voz para puedan oirme y les grito un poco. -¡Nasher! ¡Tsusu!.. ¡Venid vamos a brindaar señores!-

Wen veía como el alcohol iba afectando a sus compañeros, mientras ella se limitaba a beber despacio s cerveza, reir y hablar, no parecía que necesitara mucho más. “si estos horror y tortura, que me encadenen a la pared.” Pensó con sorna.

Cuando Noel volvió, las risas decayeron al ver las condiciones en las que venía. Wen estuvo tentada a acercarse a él, preocupada, pero la sonrisa del draco fue suficiente para tranquilizarla. “No es un descerebrado, es Noel. Si él no ve problema en ello, no lo hay.” Pensó, dándole otro trago a su cerveza. Aun así, la reacción que tuvo al intento de ataque del engendro de Siloco se le antojó extraña. Todos habían reaccionado llevando sus manos a sus armas, pero la expresión del draco distaba mucho de su habitual comportamiento. El gracioso nombre del ser y la posterior broma de Noel, caldeó de nuevo el ambiente, que remató Vac con una actuación.

- ¿¡Vodka!? - preguntó impresionada. La canción le sonaba de algún garito de poca monta de Londres, pero no esperaba que Vac se la supiera y menos que la estuviera cantando en ese momento. Mientras sonreía ante la actuación, oyó la propuesta de Matt.- ¿pagarte las copas? ¿yo? ¿por quién me has tomado? Se las cargamos a Vac a la cuenta, que para eso invita. - le contestó al espectro de arena riendo. No creía que a Vac le importara en absoluto. Aunque, si así fuera, a ella tampoco le importaría pagárselas más tarde, a pesar de que sus ingresos no eran cuantiosos.- ¿corrida de pitufo? ¿es que no lo oyes? ¡la canción pide vodka, y vodka se le va a dar! - exclamó riendo.

No eran habituales en ella esas demostraciones públicas de alegría, pero se estaba empapando del ambiente y la compañía. Quizás luego, tendría que patear algún culo para seguir manteniendo su imagen de chica dura. “Pero por hoy, voy a divertirme.” Terminó diciéndose mientras repartía los vodkas a todos sus amigos.

Noel volvió al rato, con un aspecto bastante distinto del anterior: arañazos surcaban sus prendas y sangre aquí y allá. << Qué demonios... >> Me acerqué a curiosear pero el chico no soltaba prenda a Gael, qué me iba a decir a mí. No pregunté sino que me quedé cerca, bebiendo mi botella de Idris a largos tragos. Los demás disfrutaban de sus variopintas bebidas, unos de forma tranquila y otros ya empezando a alegrarse.

Pero de pronto y como salido de la nada, el engendro de Siloco se lanzó a por Noel, embrutecido seguramente por la sangre de este. Todos se prepararon para destrozar a la criatura si llegase a rozarlo, yo incluido aunque llevándome solo las manos a la espalda. Si hubiera pasado algo, habría tardado más en ocurrir que en desenvainar, pero el Señor de los Asesinos detuvo a su mascota y luego le reprendió a golpes de periódico, sacándome una carcajada.

Y llegó el otro gran momento de la noche: Vac, Mikk a la batería, aparentemente, y el violinista tocando una canción más fuerte que antes, invitando claramente a la bebida.
-Vodka... ¿Y si lo diluyo en sangre?-pienso en voz alta, pidiendo luego una copa de sangre para mezclarla con la que Wen repartía, no muy seguro de la idea.

Copa pagada con mi dinero, nada de cargárselo al griego. Copa que sería arrojada al instante de probarla mis labios, aunque ya de por sí el olor era repugnante. Copa sustituida por otra botella nueva, esta de Asrena << Que no me vean Giz y Nasher jaja >>con la que volví junto al grupo, acercándome a Adara que hacía tiempo que no hablaba con ella.
-No sé cómo podéis beber eso, sabe a rayos.-dije riendo.-Y os vigilo, que sepáis.-añadí, señalando en voz alta a los fans de las apuestas.-A ver qué apostáis con mis niños de Sinhdro.-bromeo, riendo sin parar. Incluso busco con la mirada a los asrenianos pero... mejor dejar la broma de la sangre.