Segundo sueño de Caín
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Segundo sueño de Caín
22/09/11, 11:02 pm
Al principio de este sueño, todo era oscuridad.
No había más que negro en sus ojos y en su mente, un cómodo vacío que bien hubiera podido soportar. Pero llegó el mundo. Primero como un suave cántico de graves voces disciplinadas y en un ritmo ordenado. De vez en cuando se alzaban con matices más emotivos pero no tardaban en volver a su monótona armonía.
Los ojos de Cain se abrieron y la luz entró de golpe. A través de los desordenados rosetones entraba más luz que la vez anterior. Predominaba el blanco contrastando con el negro de las jambas y columnas que lo sostenían todo. Los demás colores eran muy escasos.
Después de ver aquella artificial bóveda celeste, Caín reparó en la ropa que llevaba. Tenía una túnica blanca tan sucia que hubiera parecido gris. En la mano sostenía un tosco cuchillo de oro con un grueso mango rebosante de joyas. Podía mover los brazos con facilidad.
Frente a él había una persona con un gesto extasiado y ausente, con un rostro de iluminado. Llevaba una camisa de fuerza. El individuo se inclinó ante él con sumisión, dejando su cuello al descubierto.
A los pies de Caín había una fila inmensa de gente igual a los que observaba desde lo alto de la cima de la informe torre de piedra sobre la que estaba.
Los cánticos seguían y el olor a incienso era penetrante.
No había más que negro en sus ojos y en su mente, un cómodo vacío que bien hubiera podido soportar. Pero llegó el mundo. Primero como un suave cántico de graves voces disciplinadas y en un ritmo ordenado. De vez en cuando se alzaban con matices más emotivos pero no tardaban en volver a su monótona armonía.
Los ojos de Cain se abrieron y la luz entró de golpe. A través de los desordenados rosetones entraba más luz que la vez anterior. Predominaba el blanco contrastando con el negro de las jambas y columnas que lo sostenían todo. Los demás colores eran muy escasos.
Después de ver aquella artificial bóveda celeste, Caín reparó en la ropa que llevaba. Tenía una túnica blanca tan sucia que hubiera parecido gris. En la mano sostenía un tosco cuchillo de oro con un grueso mango rebosante de joyas. Podía mover los brazos con facilidad.
Frente a él había una persona con un gesto extasiado y ausente, con un rostro de iluminado. Llevaba una camisa de fuerza. El individuo se inclinó ante él con sumisión, dejando su cuello al descubierto.
A los pies de Caín había una fila inmensa de gente igual a los que observaba desde lo alto de la cima de la informe torre de piedra sobre la que estaba.
Los cánticos seguían y el olor a incienso era penetrante.
- InvitadoInvitado
Re: Segundo sueño de Caín
24/09/11, 12:07 am
Cain se sintió desorientado en un principio, rodeado de scuridad y nada, luego cu confusión se tornó miedo, pánico. Olía a incienso, un incienso muy particular; el que usaban en las iglesias. Miró en todas direcciones y se dio cuenta de donde estaba <<Es una puta iglesia!!!>> Exclamó asustado, pero las palabras de Vacuum acudieron a su cabeza, Respiró hondo... no pasaba nada porque estuviese allí, no era nada malo, podría disfrutar de su arquitectu... Vio el cuchillo en sus manos. Vio también al pobre enfermo arrodillado frente a él y sus ropas... El miedo se transformó en ira... Alzó el cuchillo en alto y se rasgó la túnica, arrancándola como si le quemara. Lanzó luego el cuchillo lejos... pero lo pensó mejor y fue a por él <<Es como al otra vez, solo que al revés, pero es ocmo la otra vez... Estigma no está, solo soy yo. Yo y estos chiflados...>> Echó a correr por la iglesia buscando una salida.
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Re: Segundo sueño de Caín
24/09/11, 12:21 am
Mientras Caín corría, la fila iba adaptándose a su posición. Todos lo contemplaban con adoración y, aunque andaran despacio, lo alcanzaban. Y el techo del edificio era como una bóveda celeste. Era muy difícil encontrarle fin.
Caín corrió por aquel desierto de losas, sus pasos sonando, hasta que dio de bruces con aquello que producía el aroma a incienso. Había una enorme estructura de metal colgada con decenas de cadenas al techo. Emitía un calor que recordaba a las imágenes del Infierno que en él estaban grabadas. Algunas llamas se entreveían por entre las ranuras, y los sacos de incienso se apilaban a su lado.
Sin poder darse cuenta, Caín se vio atrapado por la larga fila, que los rodeaba a él y al incensario. No se había dado cuenta antes de que hubiera tanta gente. La cola se rompió para colocarse frente a él.
Y la víctima volvió a descubrir su cuello.
Caín corrió por aquel desierto de losas, sus pasos sonando, hasta que dio de bruces con aquello que producía el aroma a incienso. Había una enorme estructura de metal colgada con decenas de cadenas al techo. Emitía un calor que recordaba a las imágenes del Infierno que en él estaban grabadas. Algunas llamas se entreveían por entre las ranuras, y los sacos de incienso se apilaban a su lado.
Sin poder darse cuenta, Caín se vio atrapado por la larga fila, que los rodeaba a él y al incensario. No se había dado cuenta antes de que hubiera tanta gente. La cola se rompió para colocarse frente a él.
Y la víctima volvió a descubrir su cuello.
- InvitadoInvitado
Re: Segundo sueño de Caín
24/09/11, 04:42 pm
La puerta nunca llegaba, el camino nunca se terminaba y Caín estaba cada vez más nervioso. La angustia le oprimía el pecho mezclándose con la rabia y su respiración se agitaba por momentos. No quería estar allí, no quería estar con esa gente... Miró atrás y vio cómo le seguían a escasa distancia a pesar de que ni siquiera estaban corriendo. A punto estuvo de chocarse con el enorme incensario. El olor penetrante le asfixiaba y mareaba, sacando a la luz todos los horribles recuerdos de su madre, de su casa <<No, ese lugar nunca fue mi casa...>> De su antigua prisión. Se giró, encarando a la panda de chiflados que ya le habían rodeado. El primero le mostró el cuello, y Cain lo apartó de una patada. No iba a degollarlo, no iba a matar a nadie, no tenía intención de hacerlo... Ya había visto morir a bastante gente, no quería jugar con la muerte, tan solo quería huir, escapar de allí y no volver a ver una iglesia ni nada relacionado con ella, ni siquiera para dibujarla, ya le habían hecho bastante daño... Retrocedió un paso, notando el abrasante calor en su espalda, mirando a su alrededor en busca de una vía de escape, y una idea le vino a la mente... Empujó el incesario quemándose las palmas de las manos, pero el dolor ya le daba igual. El enorme objeto empezó a balancearse como un péndulo gracias al impulso del chico, que ya se había dejado la piel literalmente en ello. Cuando el incensario fue a dar contra el grupo de adeptos todos se apartaron, y Cain aprovechó para salir del círculo y correr. Escuchó un estrepitoso sonido metálico a su espalda, pero esta vez no pensaba mirar atrás.
- Naeryan
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Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Segundo sueño de Caín
24/09/11, 05:42 pm
Las llamas prendieron en el suelo de mármol con una violencia imposible, haciendo arder el suelo pétreo como si se tratase de pura madera. No todos los adeptos se apartaron a tiempo, y el fantasmagórico sonido de sus lamentos siguió a Cain a medida que corría hasta la salida.
El olor a incienso aumentó hasta hacerse casi asfixiante, colándose en los pulmones del cosechado. El blanco inmaculado de la construcción se tornó en negro y rojo a medida que las llamas se extendían. Por encima del crepitar de aquel incendio improvisado los cánticos de aquella comunidad de locos aún eran audibles, armonizando en una cadena de agudos y graves que parecía salida de otro mundo.
No obstante, el conjunto estaba demasiado silencioso. Debería haber gritos, alboroto, actividad para apagar el fuego. Y sin embargo aquella gente seguía avanzando hacia él con una tranquilidad desquiciante, como si las llamas a sus espaldas no existieran. Se acercaban a Cain como olas de un mar gris y sucio, sin prisa pero sin pausa. Por dondequiera que el portador de Estigma mirase, veía a una marea de personas caminando en fila. Ni siquiera los últimos de cada grupo, los cuales estaban prácticamente pegados a las llamas, borraban aquella sonrisa enajenada de la cara.
Y sobre todo aquello, Cain oyó una voz que deseaba no haber vuelto a oír jamás, una voz que le traía recuerdos de quemaduras y gritos, de palabras duras y castigos; el recuerdo de una única palabra que le había marcado de por vida. Maldito. Marcado.
-"Y dijo Dios que cualquiera que matase a Caín sería castigado siete veces. Y puso Dios en él..."
Al fondo del pasillo, desde donde empezaba a vislumbrarse la puerta, se distinguía la silueta de una figura tocada con un hábito, quien subida a un púlpito declamaba en voz alta a aquella tétrica congregación.
-"Un Estigma"- finalizó su madre, cerrando el libro desde el cual leía. Cain podía sentir su mirada clavada a fuego en él.
El olor a incienso aumentó hasta hacerse casi asfixiante, colándose en los pulmones del cosechado. El blanco inmaculado de la construcción se tornó en negro y rojo a medida que las llamas se extendían. Por encima del crepitar de aquel incendio improvisado los cánticos de aquella comunidad de locos aún eran audibles, armonizando en una cadena de agudos y graves que parecía salida de otro mundo.
No obstante, el conjunto estaba demasiado silencioso. Debería haber gritos, alboroto, actividad para apagar el fuego. Y sin embargo aquella gente seguía avanzando hacia él con una tranquilidad desquiciante, como si las llamas a sus espaldas no existieran. Se acercaban a Cain como olas de un mar gris y sucio, sin prisa pero sin pausa. Por dondequiera que el portador de Estigma mirase, veía a una marea de personas caminando en fila. Ni siquiera los últimos de cada grupo, los cuales estaban prácticamente pegados a las llamas, borraban aquella sonrisa enajenada de la cara.
Y sobre todo aquello, Cain oyó una voz que deseaba no haber vuelto a oír jamás, una voz que le traía recuerdos de quemaduras y gritos, de palabras duras y castigos; el recuerdo de una única palabra que le había marcado de por vida. Maldito. Marcado.
-"Y dijo Dios que cualquiera que matase a Caín sería castigado siete veces. Y puso Dios en él..."
Al fondo del pasillo, desde donde empezaba a vislumbrarse la puerta, se distinguía la silueta de una figura tocada con un hábito, quien subida a un púlpito declamaba en voz alta a aquella tétrica congregación.
-"Un Estigma"- finalizó su madre, cerrando el libro desde el cual leía. Cain podía sentir su mirada clavada a fuego en él.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- InvitadoInvitado
Re: Segundo sueño de Caín
30/10/11, 11:11 pm
Y entonces Cain lo comprendió. Era de nuevo ese estúpido sueño, esa estúpida pesadilla que le perseguía y le atormentaba. Vio la gente aproximándose a él, la iglesia en llamas, su madre ahí arriba leyendo la biblia como si nada, mirándole,.... y, lejos de cualquier espectación.... se echó a reír.
-Vieja loca, tú no deberías estar aquí- dijo entre carcajadas mirándole de forma desquiciada- Papá te encerró, ¿no te acuerdas?- miró a su alrededor y se preguntó si serúian así los manicmomios por dentro <<Tal vez por esto la gente sale más loca de lo que entra...>> Era todo tan absurdo, tan ilógico, él ahí en medio, rodeado de gente a la que no conocía de nada que le pedía que la matase en nombre de un dios... y su madre ahí arriba... <<En serio, ¿de dónde ha salido el trasto ese?>> se preguntó refiriéndose al púlpito.
Para entonces los fieles enfebrecidos ya habían llegado hasta él. Uno de ellos portaba el puñal del que se había deshecho antes y esta vez Cain lo aceptó. Lo mantuvo entre sus manos, y luego tomo la mano del fiel y la hacercó también al puñal... y se apuñaló valiéndose de la mano del hombre, como si fuese él quien lo había apuñalado.
-Solo así podemos acabar con esto...
Lo hizo una vez, y otra vez, y otra vez... Viendo la sangre caer por su piel, por su vientre y piernas, salpincandose a él y a su fingido agresor hasta que ya no tuvo más fuerzas para manejar la mano del otro. Se abrazó a él y se dejó caer.
-Vieja loca, tú no deberías estar aquí- dijo entre carcajadas mirándole de forma desquiciada- Papá te encerró, ¿no te acuerdas?- miró a su alrededor y se preguntó si serúian así los manicmomios por dentro <<Tal vez por esto la gente sale más loca de lo que entra...>> Era todo tan absurdo, tan ilógico, él ahí en medio, rodeado de gente a la que no conocía de nada que le pedía que la matase en nombre de un dios... y su madre ahí arriba... <<En serio, ¿de dónde ha salido el trasto ese?>> se preguntó refiriéndose al púlpito.
Para entonces los fieles enfebrecidos ya habían llegado hasta él. Uno de ellos portaba el puñal del que se había deshecho antes y esta vez Cain lo aceptó. Lo mantuvo entre sus manos, y luego tomo la mano del fiel y la hacercó también al puñal... y se apuñaló valiéndose de la mano del hombre, como si fuese él quien lo había apuñalado.
-Solo así podemos acabar con esto...
Lo hizo una vez, y otra vez, y otra vez... Viendo la sangre caer por su piel, por su vientre y piernas, salpincandose a él y a su fingido agresor hasta que ya no tuvo más fuerzas para manejar la mano del otro. Se abrazó a él y se dejó caer.
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Re: Segundo sueño de Caín
30/10/11, 11:48 pm
Los locos se lanzaron al suelo ante Caín y se alzaron como gusanos, sin utilizar los brazos, lamiendo los bordes de la herida que el chico se había infligido. Estaba débil y no podía resistirse. Ante él, el inmenso techo de la catedral parecía dar vueltas, con sus rosetones desordenados entre los cuales apenas había espacio.
Su madre se acercó a él y cogió el cuchillo. Lo colocó en el suelo y la multitud de locos empezó a adorarlo. Entonaron cánticos lúgubres y se arrodillaron ante el objeto. La mujer lo alzó y se lo llevó seguida de una procesión de individuos cabizbajos pero con luminosas sonrisas embelesadas en las caras.
Al retirarse, a alguien se le cayó un grueso libro.
Un viento que sólo podría existir en una habitación tan grande como aquélla pasó las páginas ante Caín. El joven se arrastró hacia el tomo y pudo ver en sus páginas inquietantes dibujos.
En la primera que miró, estaba su nacimiento. Dibujados en un estilo medieval, aparecían su madre y su hermano, que era una criatura podrida y arrugada a un lado de la cama.
En la página siguiente aparecían Caín y el Estigma, representado como una luz que surgía de entre las nubes y fulminaba a quienes se acercaban al joven.
Después podía verse la criba. Caín caía de un portal directamente sobre el suelo de Rocavarancolia, dibujada como algo retorcido y aterrador.
Tras eso, la Luna Roja. Luego, el primer sueño, centrándose mucho en la escena en la que quedaba ahorcado con su propia sangre. Y después, la huida. El incensario, su madre.
El cuchillo que se clavó.
Aquella escena estaba especialmente idealizada. Caín, rodeado de locos, que aparecían con rostros devotos y hermosos, hundía el arma en su carne. Cada gota de sangre que salpicaba estaba dibujada como si fuera un milagro. La luz de las vidrieras era en el grabado mucho más fuerte. Y en la parte de abajo de la página podía leerse: "Derramará su sangre por nosotros como está escrito".
Una última brisa pasó página. En ella aparecía algo parecido al Estigma, la misma luz divina solo que con tonos más oscuros, fulminando a un ser de alas de mariposa y una mujer sin cabeza.
Su madre se acercó a él y cogió el cuchillo. Lo colocó en el suelo y la multitud de locos empezó a adorarlo. Entonaron cánticos lúgubres y se arrodillaron ante el objeto. La mujer lo alzó y se lo llevó seguida de una procesión de individuos cabizbajos pero con luminosas sonrisas embelesadas en las caras.
Al retirarse, a alguien se le cayó un grueso libro.
Un viento que sólo podría existir en una habitación tan grande como aquélla pasó las páginas ante Caín. El joven se arrastró hacia el tomo y pudo ver en sus páginas inquietantes dibujos.
En la primera que miró, estaba su nacimiento. Dibujados en un estilo medieval, aparecían su madre y su hermano, que era una criatura podrida y arrugada a un lado de la cama.
En la página siguiente aparecían Caín y el Estigma, representado como una luz que surgía de entre las nubes y fulminaba a quienes se acercaban al joven.
Después podía verse la criba. Caín caía de un portal directamente sobre el suelo de Rocavarancolia, dibujada como algo retorcido y aterrador.
Tras eso, la Luna Roja. Luego, el primer sueño, centrándose mucho en la escena en la que quedaba ahorcado con su propia sangre. Y después, la huida. El incensario, su madre.
El cuchillo que se clavó.
Aquella escena estaba especialmente idealizada. Caín, rodeado de locos, que aparecían con rostros devotos y hermosos, hundía el arma en su carne. Cada gota de sangre que salpicaba estaba dibujada como si fuera un milagro. La luz de las vidrieras era en el grabado mucho más fuerte. Y en la parte de abajo de la página podía leerse: "Derramará su sangre por nosotros como está escrito".
Una última brisa pasó página. En ella aparecía algo parecido al Estigma, la misma luz divina solo que con tonos más oscuros, fulminando a un ser de alas de mariposa y una mujer sin cabeza.
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