Biblioteca Mágica

Mantenerse completamente inmóvil mientras veía a alguien trazar los acordes de un hechizo contra él era contra natura para Shizel, quien tuvo que hacer uso de un gran esfuerzo de voluntad para no conjurar ninguna defensa.

Sintió más que vio el chisporroteo del encantamiento de impacto en el aire, y le invadió el familiar cosquilleo que le indicaba que la magia acudía de nuevo a sus reservas.
Transcurrió un fugaz instante en el que su cuerpo parecía dirigirle un mudo interrogante, pero Shizel no supo qué responderle. Algo pareció hacer el trabajo por él, y el idrino contempló atónito cómo el hechizo rebotaba limpiamente contra él y le era devuelto a la canadiense.

Había tenido la sensación de que ella lo había conjurado más fuerte, pero por fortuna sólo la tiró de la silla. ¿Habría absorbido él parte?
-¡Lo siento!- dijo mientras se apresuraba a levantarse para ayudarla-. El libro sólo decía que servía como defensa, no que rebotaba...

—Sí, ya tenía la sospecha de que las historias de Nubla estaban sesgadas —le respondí a Noel—. No es muy divino comerte a los que te adoran, al fin y al cabo —dije con un gesto torcido. La apariencia del emplumado me recordaba a cómo tanto yo como Ewa habíamos confundido el olor de Wintel con el de un pollo, y no pude evitar reírme soltar una risita ante el recuerdo—. De todas formas, ¿dices que han estado sucediendo cosas extrañas en Rocavarancolia? —una idea me asaltó de repente, y dirigí una mirada dubitativa hacia los dos transformados. Se me había ocurrido algo que no me gustaba mucho—. Entre las cosas que ha ocurrido... ¿La Luna os ha afectado a los transformados? —había recordado el ataque del trasgo y, aunque había sentido bastante hambre, mi actitud la noche de la transformación no se había parecido a lo que DL había contado del ser que atacó a Marina. ¿Quizás la Luna había tenido que ver en su locura?

Las palabras de Shizel llamaron mi atención y lo miré alzando una ceja. «¿Es que se le ha congelado el cerebro?». Tardé un momento en darme cuenta que la escarcha se había convertido en una capa de hielo que lo cubría por completo. Estuve a punto de preguntarle por eso pero, antes de poder abrir la boca, dama Yttria lanzó un hechizo contra el idrino. Al ver que el hechizo se volvía contra la bruja comencé a reír.

—Se te había olvidado advertir de eso —sonreí burlonamente al escuchar sus palabras, aunque sin levantarme. No sabía cuánto duraría el engaño de las alimañas, pero era absurdo exponerse a riesgos innecesarios—. Ya, así que el libro no advierte. ¿No será que querías dar la sorpresa de tus nuevas habilidades? Pero bueno, ¿cuál es tu transformación? Supongo que ya la has encontrado.

-Curioso nombre para un dominio, aunque acertado -comentó ante la respuesta de dama Yttria-. Tiene gracia porque decidí hace poco intentar aprender a tocar la batería, seguro que tú podrías hacerlo a distancia.

El crujido del hielo hizo que Noel levantase momentáneamente la vista del pesado tomo lleno de tediosas y redundantes explicaciones sobre la Luna y todos sus pormenores en el que Gael y él trataban de encontrar información acerca del fenómeno lunar. Shizel parecía haber endurecido la escarcha que lo recubría de algún modo y ahora su piel reflejaba en su superficie gélida. El draco se preguntó que tipo de transformación sería aquella, que le era completamente desconocida y sentía curiosidad, aunque antes de que pudiera inquirir al respecto, Branniel volvió a hablar.

-Los precios de este tipo siempre son difíciles de aceptar al principio -le dijo al trasgo cuando hizo mención a ello-. Aunque ya se encarga la Luna de encauzarte de algún modo... -añadió enigmáticamente con un deje sádico en la sonrisa-. Te aconsejo que busques a alguien que te ayude a aprender autocontrol, es necesario para una transformación como la tuya -sugirió recordando como Jack le había ayudado a Cail en su momento.

Una nueva pregunta acerca de la noche de Luna volvió a hacerle levantar la cabeza de las páginas, en las que empezaba a hartarse de encontrar información superflua y para nada realcionada con lo que buscaba.
-Lo cierto es que sí. Desde hace más de dos meses varios empezamos a notar que nos ocurría algo fuera de lo normal. A mí no paraban de cáerseme las plumas a puñados, o aquí el señor Velita había evolucionado a Lámpara... quiero decir, que brillaba más de lo normal -explicó sonriendo con diversión señalando al fuego fatuo con la cabeza-. Y diría que eso no es todo, yo al menos me he notado más alterado que de costumbre -añadió pensativo para después esbozar una sonrisa sarcástica recordando que ellos mismos habían presenciado una muestra de lo que acababa de decir cuando reaccionó violentamente con su compañero la arpía.

Parecía que por fin habían llegado a la parte del pesado tomo donde explicaba algo referente a alteraciones producidas por la Luna, cuando la petición del idrino lo distrajo nuevamente. Observó como dama Yttria se caía de la silla debido a lo que inequívocamente había sido por causa de su propio hechizo.
-Podemos afirmar que a dama Yttria le ha impactado tu petición -le dijo sarcásticamente a Shizel con una leve risilla mientras tendía una mano a la chica para ayudarla a levantarse-. Parece una habilidad interesante esa... -se interesó esperando conocer la respuesta a la pregunta que ya le había formulado su compañero el trasgo.

-Me halaga que pienses que soy tan clarividente, Bran- Shizel sonrió burlón ante el comentario del trasgo-, pero de haber sabido que rebotaba le habría pedido que usara uno de insonorización. Creo que le habría venido bien y todo- hizo un gesto de cabeza hacia la bruja-. Debemos armar mucho follón para leer.

-Encantado, Velita, a mí me llaman Polo- le dijo con un deje irónico a Gael-. Iba a preguntarte si alguna vez la gente se cansó de hacer chistes a tu costa, pero ya veo que me quedan unos años.

-Estaba leyendo sobre un tipo que combatió en nosequé guerra en Esfronax...- les contó a continuación mientras se revolvía el cabello distraídamente, palpando los cristales de hielo que lentamente empezaban a fragmentarse. Intentó controlar el proceso para irle cogiendo el tranquillo-. Mencionaba que le recubría una capa de hielo que le protegía de la hechicería de combate, así que se me ocurrió que sería buena idea probar- se encogió de hombros-. Con encontrar algo más de información sobre el sujeto este debería apañármelas. Aparentemente es un skrýmir, aunque puede que estén mencionando su raza solamente.

Le chispeaban los ojos, aunque quisiese disimularlo. Si podía aprender a controlar aquello, como parecía ser posible, era como un atajo acelerado al duelismo mágico. Y nada le gustaba más a Shizel que coger la vía fácil a algo.

La bruja percusionista, Yttria, se interesó por la apuesta, pero apenas tuvo que pensar cómo eludir el tema gracias a la extraña petición del idrino y las bromas sobre lamparitas que le hicieron suspirar mientras ponía los ojos en blanco. El conjuro rebotó transmitiendo el impacto a la chica e hizo que Gael silbase admirado.
-Menos mal que no era una maldición imperdonable -murmuró para sí. Cuando se hubo incorporado Yttria de nuevo, el idrino le habló presentándose por el apodo que le habían dado-. Al contrario, se agrava con los años, a la gente se le siguen ocurriendo más y más motes, como Antorchita, Fuego de campamento y qué se yo qué más -explicó riendo.
La conversación regresó sobre la transformación de Shizel. Atendió a medias, interesado por sus características, pero sin dejar de echar un vistazo al libro que había traído Noel, abierto ahora en una página que explicaba el origen de la enorme mella que presenta la Luna en su superficie.

—Autocontrol... —gracias a la suerte más que a otra cosa, todavía no me había descontrolado, pero sabía que no tardaría mucho en hacerlo, especialmente si no volvía a comer. «Y en la secta no pueden ayudarme con el asunto de la propia transformación...», pensé preocupado. Parece que tendría que encontrar ayuda por mi cuenta. Por otra parte, parece que alguna vez me acostumbraría a mis nuevos apetitos, según ese chico. No estando seguro de si alegrarme o no, preferí volver a prestar mi atención a mi búsqueda de nombres.

Me reí de la respuesta de Shizel, aunque la conversación cambió a un intercambio de motes propios entre el idrino y el chico llama. «¿Antorchita? Me sé de uno al que le pegaría ese mote?», me dije con un poco de humor negro. «Así que skrýmir. No parece el nombre de una especie, aunque a saber los mundos que existirán por ahí», me dije, para volver a prestar atención a mi libro.

El draco siguió echando un vistazo al libro mientras sonreía jocosamente sin levantar la vista de este, escuchando las distintas bromas que se sucedieron a continuación.
-Desde luego no conocemos ninguna especie que se llame Skrýmir, si ese libro no es excesivamente viejo es más que probable que se trate del nombre de la transformación -le dijo a Shizel de forma un tanto distraída mientras desplazaba la vista por las líneas de aquella página que le había llamado la atención-. Pero aquí nadie se salva de tener mote, créeme. Será mejor que te vayas acostumbrando para que no te deje ni a sol ni sombra... Sobre todo a lo primero -añadió con una breve carcajada antes de retomar la lectura.

Intercambió una mirada con el fuego fatuo cuando por fin encontraron un párrafo que prometía, y se dispusieron a leerlo.
-Lo tenemos -anunció en voz alta en cuanto hubieron contrastado la información con lo que había sucedido la noche de la salida de la Luna-. "...Es por ello que a lo largo de la historia de Rocavarancolia se han registrado evidencias de un ciclo lunar que parece tener su culminación al cabo de aproximadamente dos siglos. La información que he logrado reunir indica una observación de lo que parecen ser cráteres en la superficie del astro, acompañada siempre en estas ocasiones de violentos fenónomenos metereológicos y de un descontrolado y fiero comportamiento de toda criatura que habita en la ciudad, no siendo los bendecidos por la propia Luna una excepción. Se desconoce la causa exacta de este fenómeno pero es muy probable que tenga que ver con la órbita que describe el cuerpo celeste, que cada doscientos años provoca dichas alteraciones..." Creo que con esto es suficiente, todo lo demás no son más que divagaciones e hipótesis un tanto descabelladas -terminó de leer levantando por completo la vista del tomo-. Bueno, hemos vivido algo poco común. Personalmente no tengo queja, fue una buena noche... -añadió con una sonrisa.

Nada más entrar me dirigí a donde estaba Biblios y le pregunté por la sección de magia. En esta lo primero que vi fueron libros en idiomas desconocidos, pero los cogí también. Luego tomé otros en rocavarancolés, como uno en donde aparecían hechizos de nivel medio como "llama". Pero claro, para los primeros necesitaría diccionarios o traductores. O logomancia, como me explicó el bibliotecario. Podría morirme buscando el mismo libro en varios idiomas...

De pronto,  yendo y viniendo entre estanterías y cargado de libros, escucho varias voces familiares por lo que me acerco al origen. De entre todos sólo me choca la transformación de Bran <<Parece él, vaya>> Mientras hablo voy cambiando la montaña de libros de mano o dividiéndola en dos.

-Hala. ¿Reunión post noche de Luna? Pues hola, aunque no sé qué sois, Shiz y Bran. ¿Información sobre la noche de la Luna?-exclamo riendo primero, curioso después, sorprendido de ver a tantos. Escucho atento y cuando se detiene, miro al brujo de arena.-Matt, ¿no? ¿Tu dominio te permite crear vida?-inquiero, señalando con la cabeza a la joven que le acompaña.  <<O eso o es una especie de autómata>>

Shizel bufó con sorna ante la respuesta de Gael.
-Magnífico- murmuró con una media sonrisa. Sospechaba que Saren era el que iba a darle más problemas al respecto.

Se había levantado e investigaba entre las estanterías cercanas en busca de información exacta sobre su nueva condición, aunque con el oído pegado a los datos que leía Noel para todos ellos. No le afectó mucho ni para bien ni para mal averiguar que era un fenómeno relativamente raro: aunque se repitiese todos los años, él planeaba haberse marchado de Rocavarancolia mucho antes de cuando la siguiente Luna llegase.

Yttria fue la primera en divisar a Atol, y la nueva tensión que flotaba en el aire era casi palpable para el idrino. Recordó las palabras de Enredo sobre una mala noche de Luna Roja y se preguntó cuál había sido el detonante necesario para que aquella paz tan frágil como el cristal que había notado en su última visita se hiciera trizas.
Se le hizo extraño ver a Atol sin la compañía de su grupo detrás, pero el libense estaba claramente risueño. Era evidente que desentenderse de aquella responsabilidad no le pesaba en la conciencia.

-En realidad estamos apostando a ver cuánto tarda el bibliotecario en echarnos la bronca por estar de tertulia- respondió a Atol sacándole otra silla como había hecho con Yttria-. Se ve que está atento a su trabajo cuando le conviene- señaló con un punto de ironía ante la aparente ausencia de Biblios.

Dejó que algún otro le aclarase que efectivamente estaban hablando de lo que el libense había supuesto, y cuando le llegó el turno de contar su transformación le refirió brevemente su recién descubierta habilidad de hacer rebotar los hechizos.
-Voy a necesitar gente con la que hacer prácticas- sonrió maliciosamente-. Mejor si no vienen advertidos.

>>¿Qué hay de ti?- le preguntó a continuación-. Y del resto de Letargo, ya de paso... De momento sólo tengo vistos a dos, aunque me han contado que no hubo cambios demasiado... drásticos.

Mientras estoy hablando con Shiz y con Branniel llegan Noel y Gael. Por lo que dentro de mí noto como se deshace un nudo permitiéndome respirar tranquilo. Suelto una carcajada cuando se refieren a mis rastreadores y les explico el por que de su creación y función.

En ese momento Gael hace alusión a la apuesta que hicimos hace tiempo sobre los nuevos y por lo que parece he acabado ganando la apuesta. -¿Entonces?- Digo mientras una sonrisa malévola se dibuja en mi cara. -Me toca decidir la suerte del perdedor.- Digo recostándome en la silla. -Ya os mantendré informados de lo que acabe imaginando mi perturbada y loca mente de brujo.- Digo soltando una risilla algo sombría mientras que hago que Sandy se ponga una mano en la boca y mueva los hombros como si riese conmigo.

Los chicos comienzan a hablar de la noche mientras los demás buscan sus transformaciones y los chicos buscan en un libro información sobre lo ocurrido en la noche. De pronto Shiz nos comenta que cree que ha encontrado su transformación tras cubrirse el cuerpo con hielo. La propuesta de lanzarle un hechizo me hace soltar una sonrisa maliciosa pero Ytrria se me adelanta y le lanza un hechizo que es reflejado haciéndola caer. “Interesante...” Me digo rascándome la barbilla. “Muy interesante.”

Tras un rato de cháchara llega  el chico con las uñas largas y brillantes que en la luna se dedico a abofetear al brujo. El chico se dirige a sus compañeros para luego dirigirse a mi preguntándome si puedo crear vida. Shiz habla con Atol por lo que se me ocurre una buena idea para hacer algo entretenido con Sandy.

En ese momento suelto una carcajada levantándome haciendo que Sandy se acerque a él y le extienda la mano mientras que con la otra se coloca el pelo. -No doy vida simplemente juego con la arena.-

Tras hablar con él Ytrria se levanta y se va de la biblioteca. Mi mirada se posa en los chicos por lo que me acerco a ellos. -Oye que ya se lo comenté a Giz pero que siento no haber podido ayudaros en la noche.- Hago una pausa y hago que Sandy deje de estar por alrededor de la mesa para que agarre la pila de libros y se acerque a mí. -Pero lo primero que hice fue buscaros con los rastreadores pero al decirme Giz que estabais bien decidí dejaros en paz por que pensé que querríais estar solo por lo de la chica esta.- Hago una pausa buscando el nombre de la dulahan para continuar hablando. -¿Elliot? Siento su perdida.-

Tras el rápido pésame cambio mi tono de voz a uno un poco mas alegre para comunicarles la noticia de mi futura excursión. -¿Sabéis que me voy a ir de excursión a Asrena gracias a Giz?- Digo palmeando los guantes. -No es por nada pero tengo unas ganas horribles de ir a ver el mundo natal de Nasher y de Giz.-

La muñeca al fin se encuentra a mi altura con la pila de libros a cuestas por lo que la miro y señalo los libros. -Mirad todo lo que tengo que empollarme hoy para poder irme.- Digo entre risas.

Sigo un rato hablando con los chicos hasta que doy por finalizada la conversación para irme con mi muñeca a algún sitio tranquilo donde poder estudiar a fondo los libros.

Lo que Noel leyó acerca de la Luna parecía curioso, aunque me alivió saber que aquella noche de Luna no volvería a pasar. No me engañaba, y sabía que si no había muerto había sido porque había tenido muchísima suerte y gracias a la ayuda de Jack. De ser por mí mismo, probablemente habría terminado como cena de murciélagos gigantes.

—Pues movidita, aunque ya lo notarías —le respondí a Atol cuando apareció. Noté que dama Yttria se fue en cuanto apareció el chico, actitud que me extrañó un poco—. Y dolorosa, jamás creí que el mero hecho de que te aparezcan músculos y te hagas más alto pueda ser tan condenadamente doloroso —me di cuenta entonces de la nueva apariencia de Atol o, mejor dicho, de sus nuevas uñas. Con un tono de clara curiosidad, comencé a hablar en cuanto Shizel terminó de hablar—. Por curiosidad, ¿en qué te has transformado?

Para cuando Noel terminó de leer, perdiendo ya el interés en aquel libro, Atol se había acercado al grupo, cosa que no pareció ser del agrado de Yttria, que se despidió de una forma bastante cortante. El draco intercambió una fugaz mirada con Gael, pues ambos sabían a que se debía aquel desplante porque habían tenido el "placer" de presenciar aquella casi surrealista escena en Letargo hacía dos noches. Levantó un brazo a modo de saludo mientras ocurría esta escena y luego dejó que los que conocían bien al libense hablasen antes de intervenir. Cuando el idrino habló sobre practicar se acordó de algo.
-A propósito, ¿a cuál de los refugios se ha mudado Saren? Le prometí que volvería a hablar con él para un asunto.

Antes de que Matt se separase del grupo para ponerse a leer, el brujo les pidió disculpas por no haber aparecido durante la noche, además de lamentar la pérdida de Elliot, lo cual el draco recibió con expresión neutra y un leve encogimiento de hombros involuntario.
-Nos las apañamos bien durante la noche... El propio Atol te lo puede decir -dijo sonriendo con jocosidad-. Más bien lo siento yo por ti porque te has perdido toda la diversión. Y algo he oído del Capitán Lagartijo sobre esa visita a Asrena. Nunca he visitado ese mundo, pero me da un poco de repelús pensar en que no hay más que arena por todas partes... Sin ánimo de ofender -añadió con una carcajada mirando repentinamente hacia Matt con expresión divertida-. Los desiertos no son lo mio. Aún así avisa cuando vayas a ir.

Cuando el espectro ya se hubo ido, el sueco tuvo que contener una nueva carcajada que se convirtió en una risilla por lo bajo cuando Branniel hizo mención a lo mucho que le había dolido la transformación.
-Los cambios físicos siempre son dolorosos y en vuestro torreón parece que hubo unos cuantos. Una pena haber llegado tarde -añadió con una sonrisa maliciosa antes de volver a centrar su atención en los libros, esta vez en los dos volúmenes que había sacado para llevárselos al cuchitril: uno para seguir aprendiendo su idioma y otro sobre nuevos lenguajes rúnicos.

Erin se quitó de mi vista en cuanto me vio llegar, pero no le dije ni dediqué mirada alguna debido a lo de la otra noche. A Shiz en cambio le dediqué parte de mi atención mientras la otra la dedicaba a sentarme y abrir uno de los libros de magia en idioma comprensible. Lo del bibliotecario me sacó una carcajada, pelirosa dado el silencio que deberíamos mantener. Asentí a la explicación de sus transformaciones y luego respondí al idrino.

-Los demás... Están todos vivos y no muy cambiados físicamente. Excepto Pablo, con sus colmillos, dieta de sangre -su organismo habrá cambiado- y ojos rojos; Serok, que es más alto y más fuerte; y yo con estas uñas en las que puedo guardar los hechizos y dispararlos cuando quiera.-dicho eso enseño las uñas, pies incluidos -sin mucha vergüenza por la suciedad de ir descalzo.-Y bueno, Yrio puede prender su cuerpo en llamas sin que le dañen y manejarlas... ¡Piromante, eso! Todo lo contrario a ti, mira por donde.

Ante la respuesta de Matt ladeé la cabeza, curioso y pensativo...<<Solo imita vida... Son como muñecos, autómatas compañeros.  ¿Podría Yrio hacer lo mismo? ¿O Stefan?>> Además, la mención de Asrena no pasó desapercibida, asi como los libros que su... Su... Su autómata llevaba sobre dicho mundo.

-Una versión más práctica del lacayo grotesco.-digo riendo y añado.-Yo estaba planeando visitar Asrena pronto, ¿podría acompañarte? ¿Cuándo te vas?-pregunté sin tapujos.-Sol y arena caliente en mis pies descalzos... Eso tengo que probarlo...-y menos risueño, miro a los demás para preguntarles por el horario solar de sus mundos, a lo que rápidamente obtengo respuesta satisfactoria. Matt también responde que en un día o así iría a Asrena, así que genial.

En cuanto a la noche de locura para nosotros y diversión para los "vecinos", resoplo
-Pase o no eso todas las noches de Luna Roja, la siguiente no tendrá que venir nadie a ayudarnos... A ayudarme, que el grupo ya se disolvió, por fin además... Ah, Saren está de momento en la Sede, como yo.-y luego echo un vistazo a mi pila de libros, divertido con la idea de cargarlos hasta la Sede.-Hmm... Espero poder llevarme esta decena de libros sin problemas con el bibliotecario...

Shizel escuchó pensativo los cambios que habían tenido lugar en Letargo. Branniel no parecía ser el único en desarrollar necesidades extrañas, igual que las habilidades mágicas inusuales no eran exclusivas de Shizel.

-¿Estás seguro?- pinchó el idrino con malicia a Matt cuando les informó de su viaje a Asrena-. ¿No te da miedo que los novatos hagamos una fiesta en tu ausencia y te dejemos la torre hecha un desastre?

>>Hablando de Serpentaria, me vuelvo allí: los libros no dan de comer- dijo mientras se estiraba para recuperar la elasticidad tras tanto tiempo sentado. Matt manifestó que se quedaba, así que Shizel añadió-. Les diré a los demás que no te veremos el pelo durante unos días.

>>Bran, déjate ver de vez en cuando- añadió cuando se despidió de los presentes. Acto seguido se marchó de la Biblioteca cargando con unos libros que le iban a servir enormemente en los días venideros.

Sigue en la Torre Serpentaria.

Entre conversaciones y vistazos al libro, al final apareció una página interesante que Noel leyó en alto. Era una tontería, pero se sintió satisfecho por haber vivido algo tan poco frecuente y haber vivido para contarlo, pero al mismo tiempo le sentó mal recordar los sucesos y las consecuencias, todo causado por algo tan aparentemente tonto.
-Afortunados o gafes, creo que da un poco igual. Al menos somos especiales -comentó haciendo énfasis en la última palabra.
El libense con malas pulgas llegó a la biblioteca poco después. Se pusieron a charlar de sus cosas, y como ya habían consultado lo de la Luna se disculpó para alejarse entre las estanterías. Devolvió a su sitio el libro que había traído y se dispuso a rebuscar. Se preguntaba sobre qué podía ponerse a estudiar a continuación, y avanzando entre estantes acabó en una zona que hacía tiempo que no visitaba. Había novelas de ficción en varios idiomas. Pasó los dedos por los lomos sin llegar a rozarlos hasta que encontró uno que le interesó y lo hechizó para poder llevárselo. Con él bajo el brazo, tratando de taparlo, volvió a donde estaban los demás, aparentemente despidiéndose. Le preguntó a Noel si ya tenía lo que necesitaba y ante la respuesta afirmativa se dirigieron a la puerta.

Sigue en el Cuchitril.