Biblioteca Mágica

- ¿el yonqui?- preguntó extrañada la británica, pero no esperó que le contestara.- ya he escuchado toda esa mierda.- le dijo despectivamente, al ver que no le diría nada nuevo. “No entiendo cómo puede caber en una misma ciudad un hombre así y un monstruo como el de ayer.” Se dijo pensativa.

Sin hacer demasiado caso a la llegada de Matt y a lo que le decía el bibliotecario, se fijó en el exterior. Quedaban escasas horas de luz, si no querían terminar andando de noche por la ciudad, debían ponerse en marcha.

- Haz bien tu elección, Yankiee.- le dijo al chico dándole la espalda, sin prestar atención a su elección final.

Las palabras de Enna fueron el pistoletazo de salida para ellos, que salieron de la biblioteca sin despedirse siquiera del bibliotecario, y pusieron rumbo de nuevo al torreón.

Sigue en la Cicatriz de Arax.

Este edificio es enorme... por fuera; y por dentro lo es aún más... lo que más me sorprende es cierto olor a... a... ¿a papel? ¿a cartón? ... hay un ambiente totalmente solemne en este lugar... no se porque; pero si aquí hubiese algo verde no me habría importado quedarme aquí; es un lugar... acogedor.

Veamos... "Historia del..." vaya, el libro está desgarrado; este otro... "Secretos del burdel de Dama Espasmo" lo abro y salen imágenes de seres abrazándose, pegándose y utilizando un montón de instrumentos raros... lo dejo donde está. Echo un vistazo y miro a los demás; los tengo localizados, vale.

Hay algún que otro libro con un símbolo de una calavera; uno está pegado a la estantería... ¡un libro verde! no puedo contener la emoción y de mis poros sale música. "Flora de Malyadar" abro el libro y encuentro que las hojas están recortadas y hay arena dentro.

- ... De aquí no puede crecer nada...

Mientras los demás charlan con un ser que parece se el "bibliotecario" de este lugar llamado "biblioteca"... al parecer nos podemos llevar un libro...

...

Parece que los demás tienen intención de irse... bueno; como sea, yo también me llevaré un libro de estos; a ver a ver... uno delgado con el que pueda cargar... " a ver a ver... verdes y delgados no hay... solo hay verdes y gordos... creo que si se me callese uno encima me aplastaría.

Prttzzzz; este mismo tiene el dibujo de algo rojo con 10 picos... me gusta; es fino, liviano... "Magia barata para aprendices" ya lo miraré en el torreón con más detenimiento.

Y cogido esto, me acerco al grupo.


Sigue en la Cicatriz de Arax.

El hombre dice ser el bibliotecario y que solo puedo llevar un libro. El bibliotecario mira mis elecciones y me da un ejemplar mejor del bestiario. -Muchas gracias prefiero la edición moderna.

Escucho a Enna y Wedn murmurar algo y cuando me giro se están yendo de la biblioteca. -Bueno amigo, nos vamos. Encantado de conocerte, espero volver pronto.- Me despido del bibliotecario y salgo de la biblioteca para reunirme con el grupo.

Llevo el libro en la mano derecha y en la otra el Zippo abriéndolo y cerrándolo mientras me pierdo en mis pensamientos."Parece ser que no solo hay monstruos en esta ciudad. ¿Qué tipo de personas más habrá escondidas en esta ciudad?". Cierro el libro y comienzo a ojear el libro."¿Que clase de bichos hay aquí metidos por dios? No puedo esperar a ver que mas puedo encontrarme aquí escondido. Aunque estos bichos dan un poco de miedo. Debo prepararme mas si no quiero acabar siendo la merienda de cualquiera de estos." Cierro el libro de un golpe y comienzo a andar mirando cada detalle de las callejuelas con miedo de que algún tipo de bicho le diera por salir a que le de el aire.

Deshacemos el camino recorrido casi sin hablar. -Bueno señoras. ¿Qué habéis cogido vosotros?-Hasta llegar a la enorme grieta llena de huesos.

Sigue en la Cicatriz de Arax.

Gracias al recorrido marcado en el mapa de la mente de Wen, no tardaron mucho en llegar a la biblioteca. Esta vez, no esperó un buen rato en la puerta como el día anterior, sino que abrió la puerta directamente, sin esperar a nadie, y se dedicó a buscar papel y bolígrafo. “¿Es una biblioteca, no? Tiene que haber por algún lado.” Pensó. Con un vistazo rápido comprobó que no le sería fácil encontrar dichos objetos, si es que los había, así que optó por llamar al bibliotecario. Así, además, el resto del grupo podría preguntar por los cristales.

- ¡Bibliotecario! - llamó a gritos.- ¡Se que estás ahí, sal!

La verdad era, que no pretendía que sonara como una amenaza ni como una advertencia, era una simple afirmación expresada en gritos. “No dejaría la biblioteca sola y abierta, no en una ciudad como esta.” Pero su propia impaciencia la delató. Desde que había abierto el libro de mapas tenía unas crecientes ganas de explorar la ciudad y necesitaba del papel y bolígrafo para eso.

-Llegamos, por fin.- Digo en la puerta de la biblioteca. "Me alegra no haberme encontrado con ningún bicho de los del libro en el camino. Ahora a encontrar respuestas."

-Mira Nasher, esta es la biblioteca de donde sacamos los libros. Ahora puedes coger uno así que elige bien. ¿Vale?- Mientras hablo con Nasher Wedn abre la puerta y entra dando voces. -Eso hija mía, tu despacito y sin prisa. Y sobretodo hablando bajo.- "Me gusta su forma de actuar." Sonrió a Nasher y le hago señas para que entre en la biblioteca. -¿Vamos?- Tras decir esto entro en la biblioteca y me coloco al lado de Wedn.

-¿No te han dicho nunca que en las bibliotecas hay que estar en silencio cariño?- Digo de manera amable. "Como es esta ciudad no se que podrían hacerte por hablar alto en una biblioteca y la verdad, no quiero comprobar que te harían." Miro por uno de los pasillos y carraspeo.

-¡Bibliotecario! ¡Tienes visita!-

No han sufrido ningún ataque ni han visto a nadie en el camino. Por suerte. Nasher se plantó delante de la biblioteca y se quedó mirando la fachada. No fue hasta que Matt le invitó a entrar que atravesó las puertas. Era... enorme, montañas de libros que llegaban hasta el techo, torres de libros, caminos y calles de libros, era como una ciudad de letras. Nasher se sintió mareado al principio, sabía lo que tenía que buscar, pero no tenía la más remota idea de cómo encontrarlo...

Sus compañeros se pusieron a llamar al tal bibliotecario a gritos, y a Nasher le preocupó seriamente el tono de Wen. No quería que el tipo ese se enfadase con ellos, así que se esfumó entre las estanterías y se puso a ojear volúmenes. Aun sin saber leer los encontró interesantes. No todos estaban escritos con lso mismos símbolos que usaban sus compañeros, algunos tenían símbolos diferentes y luego estaban los dibujos. Había muchos libros repletos de dibujos explicativos, tan claros, que ni palabras hacían falta. Kestel le mostró un libro sobre armas y estilos de combate y luego sorrió a mostrárselo a Wen. Nasher se quedó solo. Lief le había pedido un libro concreto... Un libro de cuentos o de lectura facil con ilustraciones que sirviesen de guía. El asreniano suspiró, confundido en aquel mar de letras y se sentó en el suelo a mirar un bestiario.

- Papel y bolígrafo. - le contestó ignorando sus palabras.- Es todo lo que necesito… por ahora.

También tenía algunas preguntas sobre los mapas del libro y, por supuesto, quería saber para qué servían los cristales, pero prefirió que de esa cuestión se encargara Matt o algún otro y hacer sus preguntas sobre los mapas más tarde. “Tendré que sacar el libro y tener a alguien mirándolo por encima de mi hombro no me hace mucha gracia.”

Mientras esperaba la contestación del bibliotecario de brazos cruzados, Kestel se le acercó y, con su habitual actitud sumisa, le mostró el libro que había cogido. “Armas y combate. Será de gran ayuda.” Se dijo y, aunque no cambio la expresión seria de su cara, revolvió el pelo del albino, una reacción a sus acciones ya muy común en ella. Ese niño parecía empeñado en defenderla, protegerla y servirla de alguna manera a pesar de su carácter. No parecía que su intención fuera ganarse su confianza y ese altruismo hacia su persona, desconocido hasta el momento, hacía que el albino se le antojara como un gran aliado, casi una buena compañía.

-Wedn, mi madre me enseñó a que las cosas se piden por favor cariño.- Digo mirando a la chica. El chico albino se acerca a ella pasando por mi lado por lo que me aparto un poco "Ese niño no me gusta. Es raro y no le caigo bien."

Me dirijo al bibliotecario y con mi mejor sonrisa comienzo a hablarle como si se tratase de un bibliotecario normal que no sale de la nada traspasando paredes. -Hola, buenos días. Veras veníamos a ver si podrías echarnos una mano. ¿ Sabrías decirnos qué es y para qué sirve esto por favor?- Saco el cristal y lo sostengo en mi mano y respiro hondo."Venga Matt, puedes hacerlo solo es un cortecito." -Pero a mi lo que mas me preocupa es por que hace esto- Me corto un poco hasta que el cristal comienza a brillar al estar en contacto con la sangre. Con el cristal encendido espero a que nuestro amigo conteste mis preguntas.

-Papel y bolígrafo -repitió el bibliotecario-. Bueno, seguro que en alguna casa en ruinas alguien se dejó los utensilios de escritura, aunque me temo que igual no son tan modernos como el papel y el bolígrafo. Lo siento pero suministraros algo que no fueran libros sería una intervención en la criba por mi parte -luego atendió a la pregunta de Matt-. Sí, pueden parecer un poco crípticos al principio pero luego todos se acostumbran a usarlos. Seguro que en la sección de catálogos de harramientas subsección magia encontráis algún libro muy ilustrativo. A nadie le ha interesado nunca explicar a los novatos cómo usarlos, pero sí que veréis información muy útil sobre el funcionamiento exacto de su mecanismo -el bibliotecario señaló los extraños dispositivos que escondía el cristal. Luego, se retiró a sentarse en una silla no muy lejos de ahí.

"¿Acaba de decir magia? no, no puede ser, he de haber escuchado mal" El bibliotecario se retira a una silla justo delante de donde estamos y se sienta. Me acerco a él casi corriendo y continuo hablándole.

-¿Has dicho magia? ¿Enserio? ¿Como que magia?- Me paro de golpe en mi batería de preguntas y recapacito. "Matt si este cristal se ilumina. ¡¿Significa que puedo hacer magia!? Es una autentica locura" -Pero entonces explicarme una cosa por favor. Significa que si esto se ilumina- Me paro un segundo y levanto el cristal a la altura de su cara mientras no puedo parar de sonreír con la idea de poder hacer magia. -¿Se supone que puedo hacer magia? Dios tengo tantas preguntas que no se cual hacer primero joder.- "Matt el parece ser que puede ayudarnos con esto. Joder si lo que dice es verdad esto tiene que molar muchisimo."

-¿Pero esto va como en las películas? En plan abracadabra y aparece un conejito blanco y mono de la chistera?- "¿Enserio es lo primero que se me ocurre decirle? Matt, tienes un problema mental muy grande." Al pensar esto no puedo reprimir soltar una risilla.

Si al bibliotecario le parecieron graciosas las erróneas ideas que Matt tenía sobre la magia, no lo dejó ver. El rostro del espíritu ligado reflejaba tan sólo una perfecta calma ausente. Luego relajó la cara para hablar:
-Pregúntaselo a los libros.
No dijo nada más.

-Oh... Vaya... Vale....- No esperaba esa contestación del bibliotecario por lo que me he quedado algo descolocado. -¿Ese pasillo era?- Digo señalando el pasillo a mi derecha y me encamino hacia el- Oye una cosa asi de nada. ¿Mas o menos donde estaría el libro al que he de preguntarle?- Digo mirándole- Si no es mucha molestia claro esta.- Le miro y le sonrío de oreja a oreja. "Tss, pues valiente mierda de ayuda. A ver si por lo menos me dice de algún libro interesante y que este clarito"

El bibliotecario caminó tranquilamente hacia un estante no muy al fondo y señaló un tomo bastante poco grueso. Luego lo sacó.
-Ejemplos de ingeniería mágica nivel I. Aquí se explica el funcionamiento de objetos como los cristales y algunos homólogos bastante sencillos -hojeó algunas páginas-. Por ejemplo, los amuletos que previenen que la temperatura corporal suba demasiado o los que se cargan sólo cuando detectan que las reservas de su propietario están al máximo. El libro está en un rocavarancolés bastante conciso, pero con muchos tecnicismos -abrió una página al azar-. Dotadura... clarividencia superficial recta... sensibilidad ajena a la esencia... contraengastar... En fin, de todas formas probablemente os sirva de algo hojearlo si sólo queréis saber para qué sirven los cristales.

Viendo que no iba a conseguir del bibliotecario esos utensilios tan deseados para ella, decidió irse, ignorando a Matt, y esperar a poder hacerle el resto de preguntas al bibliotecario en otro momento, pero las últimas palabras de este le llamaron la atención. “¿Magia? ¿Lo dice en serio?” se preguntó. Observó el cristal que le había quitado a Matt con curiosidad. “¿Será un utensilio para hacer trucos o hechizos? ¿Se activará de alguna manera?” se preguntó de nuevo.

Al ver que el bibliotecario cogía un libro que, según él, tenía las respuestas que buscaban, no dudó en quitárselo y comenzar a ojearlo. Ella misma cogería esas respuestas que nadie quería darle. Pasó una página tras otra, repasando dos veces todos los párrafos para estar segura de que lo que entendía era lo que realmente ponía en el libro. “Son como… cargas, de magia. La luz indica que se está cargando y después puedes hacer hechizos con él.” Reflexionó observando de nuevo el cristal. Se hizo un pequeño corte para cargarlo y se lo volvió a guardar en el bolsillo. Todavía tenía cosas que preguntar.

- ¿De qué año es este libro? - le preguntó de nuevo al bibliotecario mostrándole su libro de mapas.- La brecha en el suelo llena de huesos, es más reciente, ¿verdad? Por eso no aparece en el mapa. ¿El libro tiene algún fallo más, algún sitio que falte de cartografiar a parte de la brecha?

-El libro es bastante reciente, de hace cuarenta y tres años ya. La brecha es algo más nueva. Pero en estos cuarenta y tres años no se han muchos cambios en la ciudad aparte de la destrucción o la desaparición de muchos edificios como los flotantes -señaló una ilustración de una torre flotante que llamaba bastante la atención.