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Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

Sólo es un fantasma Empty Sólo es un fantasma

06/09/23, 01:09 am
Como cualquier noche, Adam fue a su dormitorio y cerró la puerta con suma suavidad. Era bastante tarde y se quedó pegado a los libros en un arranque de concentración. Esa vez no era un libro de estudio, era otro bastante... normal. El típico libro de aventura medieval que, de hecho, le enganchó.

Con una media sonrisa pensó en la historia del libro. Eran protagonista y su amigo, Acre y Meldam. Clérigo y explorador, ambos iban en búsqueda de aventuras, buenos amigos que iban de ciudad en ciudad, taberna en taberna. Adam resopló agradado por la lectura que tuvo, simple pero amistosa, mientras preparaba las sábanas de la cama que formaba parte de su pequeño habitáculo. Desde el ventanal pudo ver un poco el exterior antes de acostarse, de nuevo el páramo de aquel sitio que le cambió la vida a costo de perder todo lo que le hizo crecer. Sus padres, su casa, sus pecados. Todo formaba parte del amargo pasado, era hora de centrarse en el presente.

Algo cansado se dispuso a cambiarse a la ropa de dormir, un conjunto sencillo de manga corta cómodo, su favorito. Se masajeó las sienes al sentarse en la cama, recuperandose poco a poco de la fatiga de leer durante tanto tiempo en letra tan pequeña. Se dejó caer suavemente en la almohada blanda y reconfortante, mirando al techo y llevando su pelo hacia atrás. Era hora de descansar así que se deseó buenas noches a sí mismo y cerró los ojos.

¿Que le depararía en el reino de los sueños?

Como era de esperarse, empezó el sueño siendo muy relacionado sino calcando la historia que leyó horas antes de acostarse. Adam formaba parte de la historia siendo Acre, el héroe del pueblo que se llevaba bien con todos. El sueño era como una visita guiada ya que el Pegaso iba con armadura puesta, escuchando el caminar que a él no le pertenecía. Meldam iba a su lado, con la capucha que lo caracterizaba. Era un chico solitario, carente de amistades pero que confiaba plenamente en Meldam. El de la capucha señalizó a la ciudad del horizonte.

Hemos llegado Adam.

¿...Adam? El ruso no comprendió por qué salió su nombre pero en los brazos de Morfeo poco podía cuestionarse ya que no él mismo era consciente de lo que le rodeaba.

Y ahí llegaron, a una ciudad... lamentable. Era la delincuencia hecha civilización, si se podía llamar así. Casas desvalijadas, calles sucias, gente tirada en el suelo... ¿Qué hacían ahí? Debía ser una misión importante para el héroe del pueblo, ¿no?

Vamos, nos espera el grupo.

El de la armadura se dejaba llevar, entrando a un, un... Un edificio... Un edificio en construcción que Adam conocía demasiado bien. Habían soldados de todo tipo, que por sus pintas parecían mercenarios.

Necesito irme, de verdad –finalmente pudo hablar y tomar el control. No quería estar ahí, ni por nada en este mundo.

¿Por qué? Fue tu vida, no entiendo por qué temes lo que realmente eres, Adam.

Meldam se quitó la capucha para descubrir su rostro. Ese pelo negro como la noche, esa piel tan blanca y esos grandes ojos...

Mijail –Adam dijo su nombre, carente de sorpresa como si tuviese una inducida sensación de familiaridad, como si nunca se hubiera ido. Diantres, lucía tal y como lo recordaba, el tiempo no pasó nada de nada.

Mira a tu alrededor. ¿Qué ves?

Conforme Mijail señalaba a todos aquellos mercenarios, uno por uno cambiaban de rostro para ser copias, réplicas de Adam.

>>Son tú. Un reflejo de lo que ves en tí mismo. Estos mercenarios, ratas que se aprovechan de otros, personas inmundas y mentirosas, son tú –Mijail contuvo una extraña risa–. ¿Por qué te engañas Adam? ¿Huyes de algo de lo que no puedes escapar? No te mientas.

Adam apretó los dientes, tanto en el sueño como en su cama. La angustia se aferraba a él como tentáculos de negatividad nadando por todo su cuerpo, acompañado de unos sudores fríos. Su pulso era peligrosamente alto al ver que todo a su alrededor cambiaba. Era... el Torreón Silente.

Aquí empezó todo. Tu gran cambio a ser "alguien mejor".

Era un día normal. Adam pudo ver en tercera persona como todos hacían vida dentro congelados en el tiempo, era nostálgico pero no pudo sentir nada de
eso teniendo a aquella aparición narrándolo todo.

H-he cambiado Mijail, ya no soy esa persona.

Ya veo, ya –dijo no muy convencido, observando al grupo uno por uno. Se paró en Kolja, mirándolo exhaustivamente–. Vaya, tenemos aquí a un nuevo mejor amigo.

Basta.

Y aquí tenemos a lo que yo llamo no poder caer mas bajo –se acercó a una pareja, Humano y Ochrorio. Mijail se puso a ver el rostro del segundo, seguido de una risa aún más siniestra que la de antes–. ¿Es en serio Adam? ¿Pensabas que podías sustituirm-?

-¡¡YA BASTA!! ¡No eres Mijail! ¡No eres tú! ¡Todo es mentira! ¡Cállate! Callate... –Adam estalló en lágrimas de impotencia, no quería oír una sola palabra más.

Todo se apagó. Todo menos los mercenarios que tenían la cara de Adam y el propio Mijali. El antiguo mejor amigo del Pegaso tenía un aspecto demacrado, cadavérico. Se desmoronaba con cada paso que daba y mientras eso sucedía, todas las otras réplicas agarraron a su yo verdadero para inmovilizarlo.

Se supone que estas preocupado, ¿verdad? –a Mijail se le escuchaba distorsionado, de otro mundo. Su aliento apestaba a muerte y su aspecto era horrible–. Algunos de tus amigos están desaparecidos... ¿Qué haces tan tranquilo? ¿Pretendes abandonarlos?

D-Dama Enigma ha dicho que-

Dama Enigma bla, bla, bla... Excusas y más excusas...

¡He intentado buscar! No... No se dónde pueden estar...

Siempre igual...

Adam notó algo frío en su barriga. Al bajar la mirada, un filo plateado en manos de Mijail acariciaba el vientre del Pegaso quién sudaba a mares, temiendo lo peor.

Adam, algún día pagarás por todo. Tu vagancia, tu egoísmo y tú sucia traición te perseguirán hasta que no puedas huir más.

De pronto, Mijail agarro fuerte el puñal y se dispuso a acabar con todo. Momentos antes de sentir su vientre atravesado, Adam se despertó en un flash doloroso del sueño, gritando con desesperación. Mientras recuperaba el aliento notó que su mandíbula le dolía, sus manos temblaban y todo su ser estaba sudando a mares. Sus ojos estaban húmedos y su corazón bien podría salir de su pecho de lo rápido que estaba yendo.

Es solo un fantasma.
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