Botica de la náyade

Recuerdo del primer mensaje :

De camino a la botica iba pensando en lo extraña que había sido la fuga de Noel y Vac. Antes de salir, cuando por fin se dio cuenta de que ninguno de los dos estaba por allí, subió al cuarto de Noel y tras llamar varias veces entró al entender que estaba vacío. Así era, y la ventana aún seguía simplemente arrimada. La cerró meneando la cabeza y salieron todos del cuchitril, no sabiendo si iban a volver pronto o no. La fuga de aquellos dos le dio que pensar durante el camino. Con todo el trajín de la llegada de los frivy's no había vuelto a pensar en lo de Noel y Wen de aquella mañana. Noel tenía derecho a tomarse un respiro ese día, pero quizá le dolía un poco no haber sido él quien tratara de animarlo, le hubiera gustado hacer algo, y sin embargo ni siquiera creía ser capaz de encontrar dos palabras seguidas para empezar a hablar con él de lo que sea que hubiera pasado. En cambio Vac... con Vac estaba en buenas manos, sin duda, pero le seguía pesando que pudiera parecer que él se había desentendido.

No prestó atención a los frivy's más que para mirar con curiosidad sus caras ante todo lo nuevo que se les venía encima. Ellos no tenían la culpa de que los hubieran traído, pero solo habían sido un incordio, arruinando aún más una mañana de por sí arruinada. Gael se frotó la sien allí donde le palpitaba horas atrás, como si nunca se hubiese tomado la infusión de Vac, y trató de apartar los pensamientos del estilo «vaya mañana de mierda» y similares.

Cuando llegaron al mercado, Gael les pidió a los demás que se adelantaran o le esperaran, porque tenía que hacer algunas compras. El dinero no era mucho, pero le sirvió para comprarse una aguja curva de sutura e hilo de dos tipos diferentes, ambos resistentes. No le duraría mucho, pero confiaba en que pudieran hacer alguna misión más pronto.

Gracias a la adquisición se encontraba un poco de mejor humor cuando llegó a la botica de la náyade. Su mirada recorrió todo el local parándose en los pequeños detalles que aún faltaban por restaurar. No eran quienes para decir mucho, los del cuchitril, pero allí todavía hacía falta un buen repaso, y seguramente se estaba encargando Nia sola. Claro que ahora le llevaban un par de esclavos para ayudarla con el trabajo. Buscaron a la náyade por el local, y siguiendo su voz la encontraron en el patio charlando con dos viejy's. Gael se paró en seco, fastidiado por no haberse dado cuenta de aquella eventualidad. No habían pensado que a ella también podían haberle ofrecido esclavos y ahora... había demasiados. Miró a Adara de reojo, sin saber muy bien qué hacer.
-¡Buenos días! -saludó de todos modos-. Has escogido un buen local para la botica. Oye, por cierto, si necesitas ayuda más días para cualquier cosa avísame. -Estuvo a punto de hablar por todos, pero no quería meterlos en líos, así que dejó que se ofreciese quien estuviese dispuesto-. Sabemos bien lo que es tener que poner a punto una casa vieja.

La ángel negro le explicó a continuación que le habían traído los esclavos que les habían ofrecido en el cuchitril para que trabajasen en su botica.

A Giz, como solía ocurrir, le llamaron más la atención los clientes de Nia que la fachada, aunque esta vez había sido por poco margen. La discusión, o lo que fuera que hubiese sido lo que ocurrió con Toima, lo había dejado con menos ganas de hablar de las habituales; entró y no hubo más saludo de su parte que un alzamiento fugaz de barbilla.

Cuando Noel preguntó por el que acababa de salir, sin embargo, resucitó su lengua.

—Pues a mí me ha gustado la nueva fachada—concedió a destiempo—. Y también me pica la curiosidad por el tipo de antes. Y por saber qué es un feraligatr—acabó reconociendo—. ¿Es alguna especie de reptil terrestre? Miloslava no me ha hablado nunca de ninguna que se llame así.

Nia

La ulterana soltó una risa algo nerviosa ante el comentario de Noel. Sobretodo con la mención de la dietilamida de ácido lisérgico, que le puso un poco nerviosa antes de volver a la normalidad.
-¡Oh si! Me vendrian bien unas cuantas más, estoy probando si se puede hacer algo más funcional, pragmático y estiloso que armaduras y armas con ellas.-le contestó al sueco.

Entonces el draco preguntó por su guardaespaldas, que como siempre tenia la mania de vigilar con celo con su único ojo bueno a todos los clientes. Una mala costumbre de la cual la náyade ya le habia comentado, pero que el veterano no habia hecho esfuerzo alguno para cambiar.
-Si, su nombre es Matanza. Es un antiguo transformado, un cliente habitual, y a fin de cuentas, una persona de mi confianza.-les explicó.-Que no os engañe el nombre que eligió tras la luna, en verdad no es tan violento como parece. Fue un mercenario cuando era más joven, justo como vosotros, hasta que sufrio...-manoseo el espacio de su cara, como si le costara explicarse con palabras.-...su accidente...-al instante, su tono de voz se recuperó a su cantarina faceta habitual.- Si hasta le comparamos con nuestro querido Toima puede parecer un corderito indefenso.-y la niña rió con carcajadas sendas.-No, pero en verdad hace bien su trabajo, y estaba necesitando que alguien como él me ayudara con ciertos problemas. Siento mucho que hayais tenido presenciar eso que ha ocurrido antes... No suele pasarse mucho, pero últimamente se ha vuelto mucho más pesada...-comentó con una mirada un tanto amarga.

Barriendo aquello bajo la alfombra, la ulterana respondió con una sonrisa a la petición de Gael, extendiendo la mano para alcanzar la lista. La leyó por encima mientras escuchaba a Gael hablar.
-Ah, ¡tonterias! La tienda está casi desierta en verdad. Por supuesto que te atenderé.-
Haciendo un ligero movimiento de cabeza señaló al espectro vestido a la antigua. Hablando bajo, les explicó.
-Dama Suspiro no va a comprar nada; Nunca lo hace y nuestro amigo el peluche-señaló al otro cliente.-Piensa que esto es una zapateria, o eso dice, porque nadie de la tienda le entiende en que idioma habla.-
Le hizo un gesto al frivy disfrazado para que hiciera otra intentona con el pequeño hombre peludo y a ver si lograban comunicarse y entonces comenzó a rebuscar entre los archivadores de detrás del mostrador, dándoles la espalda a los presentes. Hablaba algo distraida y espaciada, mientras serpenteaba entre papeles.
-¡Ah! ¡Que maleducada de mi parte! ¿Quereis tomar algo? ¿Café, té, unas pastas? ¡Hay zumos! Tengo magdalenas y bollos creo... Y ¡ah! refrescos tambien en la nevera. Pedidle lo que sea.-dijo señalando vagamente de espaldas al frivy mientras rebuscaba entre los numerosos archivadores exhaustivamente.

Atendió con curiosidad a la historia del lagarto, solo para soltar una risa que era mitad bufido ante la mención a Toima. Ahora que hacía que le recordase, la expresión agria era exactamente la misma que la del argos, parecía molesto por todo lo que tenía alrededor. Sería un buen momento de querer explicar lo que había sucedido con Toima, pero Nia ya estaba cambiando de tema al coger la lista. No pudo evitar una sonrisa extrañada al escuchar la historia del oso. Uno de los frivys trató de hablar con él de nuevo y Gael observó con curiosidad.
—¿Y has probado a preguntarle a algún experto en logomancia? Kaila, dama Puente, ¿sabes algo de ella? Desde que nos fuimos de Serpentaria no la he vuelto a ver.
Mientras Nia rebuscaba en los cajones les ofreció algo de beber, pero teniendo en cuenta que había gente en la tienda no le parecía apropiado. Y, como visita, prefería no pedir si no insistían.
—No te preocupes, hoy hemos venido como clientes… más o menos —rio, apoyándose en el mostrador—. Ah, donde pone anticoagulante dame una heparina. La última vez llevé cumarinas y me dieron algunos problemas.

—No sé bajo que circustancias en esta ciudad podrían no ser pragmáticas o funcionales las armas o las armaduras, pero experimenta todo lo que quieras como buena científica loca que eres —le respondió a Nia sonriendo con jocosidad—. Antes de que nos vayamos te daré unas cuantas —aseguró.

La pregunta de Giz le hizo soltar una risa ahogada.
—Eso es que Miloslava se saltó una generación y por eso no lo conoce —le respondió para continuar riéndose solo—. Dile que se ha perdido lo mejor.
De todas formas si el asreniano insistía le explicaría de que se trataba.
A continuación atendió a la historia acerca del tal Matanza, observándolo de vez en cuando mientras la ulterana hablaba. Sí, sin duda aquel gesto agrio que parecía estar permanentemente pintado en su cara le recordaba a la permanente hosquedad del argos magnético.

Declinó también la oferta de Nia acerca de tomar algo y mientras el fuego fatuo le pedía a Nia los productos que necesitaba, el draco y el goliat mantuvieron una particular conversación sobre algo tan terrestre como era Pokémon ya que le había vuelto a preguntar al sueco al respecto debido a su respuesta incomprensible para él.
—Y por eso todos los niños terrestres quisimos ser maestros Pokémon alguna vez —le estaba explicando en el momento en el que la náyade y el fuego fatuo terminaron sus negocios a Giz mientras sonreía con diversión.
>>Por cierto, Nia —se dirigió entonces a la náyade una vez hubo concluído su conversación con el asreniano—. Ya que antes has mencionado a cierto amasijo gruñón que tenemos por casa, creo que deberías saber las últimas acerca de él…
El sueco comenzó a explicar, con las pertinentes intervenciones de sus amigos, la discursión que habían mantenido con Toima hacía escasas horas.

—Yo unas magdalenas, Nia, si no es mucha molestia—. Giz era incapaz de decirle que no a un buen dulce. Agradeció a la ulterana la comida y después escuchó con atención la explicación de Noel—. ¿La mejor generación de feraligatrs? No creo que me haya quedado claro qué tipo de animales son—y volvió a preguntar.

Con esta segunda explicación lo entendió mejor. Era una especie, sí, pero de animales fantásticos inventados para un videojuego. Y tras saber lo que supo no le habría importado que existieran más de uno de esos bichos.

—Bueno, entonces ser maestro pokemon y ser un genemago es bastante parecido...—expuso sus pensamientos en voz alta—. Yo también evoluciono criaturas y las utilizo para mi provecho, así a grandes rasgos. Me pregunto de qué tipo serían mis criaturas...

Cuando la conversación cambió la temática por los problemas de Toima, Giz hizo mutis y se acabó las magdalenas.

Nia

En cuestión de segundos, una pequeña y finamente decorada bandeja de plata mostraba magdalenas de diferentes colares, la mayoria gradientes de pastel, pero tambien colores más chillones. La niña sonrió mientras Giz cogia la primera y, al primer bocado, la ulterana habló.
-Prometo que no tienen veneno, solo benzoato de potasio. ¿O puede que si tenga un veneno despues de todo?-las esquinas de la boca de la náyade se fueron curvando hasta que rompio en una carcajda.-Es broma, son caseras.-de todas formas, de todo que se le podria poner a una magdalena para envenenarla, aquello no era tan llamativo, pero la ulterana sintio que si explicaba la broma mataria la gracia así que prosigio en su tarea.

La sugerencia del fuego fatuo de que contratase a un logomante no le terminó de convencer.
-Probablemente los costes de hacerlo sean superiores a los beneficios de lo que sea que comprase, si es que llega a comprar algo ademas de que...-en ese momento la mirada de la ulterana se desvió por encima de los hombros de los cuchitrileros, viendo algo al fondo de la tienda. Suspiró y se masajeó el entrecejo.-Matanza, por favor, lo está haciendo de nuevo. Si pudieses...-
Si los cuchitrileros se girasen podrian ver como el hombrecillo peludo estaba abrazado a uno de los aparadores con cristaleras cerrados con candado mientras se restregaba lascivamente sobre él, exhalando un sonido repetitivo y monótono. De dos zancadas, el cococdrilo apresó al peludo ser y lo arrancó con brutalidad del mueble, haciendo que las cristaleras restallasen en sus vanos. Agarrado por el pellejo, el cocodrilo abrió la puerta de par en par y, literalmente, le pateó fuera del local, berreando amenazadoramente.
-¡No vuelvas por aqui, maldito desviado o tendrás que volver a juntar tu cuerpo como si fuese un puto rompecabezas!-su voz sonaba brutal, ronca y peligrosa, pero tenia un deje de cierta sabiduria e inteligencia que indicaba que era bastante culto, aun a pesar de su aspecto.
-Ya es la tercera vez este mes...-dijo cansada la ulterana mientras sacaba un libro y anotaba algo para luego proseguir con su búsqueda de los materiales de Gael.

Ya tenia sus papeles listos y los apiló sobre el mostrador en un pequeño fajo. Podian apreciar que tenian grabados un sistema de runas y glifos. Uno a uno, la náyade fue sacando todos los materiales que salian representados en la lista del fuego fatuo, haciendo especial incapie en la anotación que seleccionó el español de toda la lista, añadiendo tres heparinas de diferente concentración para que el fuego fatuo tuviera espacio para adecuarse en su trabajo. Y finalmente la bolsa estaba completa, revisó una última vez, solo para asegurarse de que no se habia saltado nada y finalmente le alcanzó la bolsa al español. Sabiendo que seria una batalla perdida el debatirlo, le dijo el precio con una mirada preocupada, pero sin añadir nada más.

Asistió a la explicación de Noel sobre Pokemon. Se sintio bastante más interesada al descubrir que se trataba de un trozo importante de la cultura terrestre y se quedó fascinada ante la creacion tan vasta de criaturas fantasticas de la cuales disponian los humanos. Sin embargo, le parecio que hacerles combatir era algo a veces cruel, ya que podrian salir gravemente heridos.
-¿Eso me convertiria a mi en una entrenadora pokemon tambien?-comentó silbó una pequeña melodia mientras de su pelo salia el pequeño ermitaño, descolgandose por uno de los mechones de la ulterana y aterrizando sobre el mostrador, hizo un pequeño y ensayado baile arrastrando su pesada concha para finalmente subirse a la palma de la niña e internandose en la manga de su yukata para no volverse a ver.

Fue entonces cuando Noel le llamó la atención sobre la mención de Toima que habia hecho momentos antes y la ulterana frunció el ceño, preocupada y dio una profunda calada a su pipa antes de hablar.
-¿Qué ha hecho esta vez?-preguntó cansada.
Y entonces el sueco se sumió en el relato de la última de Toima, con el suficiente lujo de detalles y citas a la conversación para que la ulterana arqueara las cejas y su rostro se viera invadido por confusión.
-¿¡Qué!?-acabó exclamando al terminar.-¿A que diablos se refiere ese gigante idiota?-se cruzó de brazos, muy alterada.-No creereis que se puede referir a algo que tenga que ver con los argos, ¿no?-preguntó, algo desalentada.

Otra idea cruzó la cabeza de la náyade. Era una idea podrida, y tan asquerosa que la niña no la puso en palabras.
<< No Toima. Tu no eres así. No te vuelvas así.>>

-Y ahora, ¿no sabeis a donde a ido ni nada? Simplemente cogio la puerta y... ¿se fue?-gruñó para sus adentros.-Espero que no vaya a hacer ninguna locura...-

Mientras Nia seguía rebuscando, Gael escuchaba la conversación sobre pokémon que tenía lugar un poco más allá, sin meterse pero sonriendo por los recuerdos que le traía. Aquello se interrumpió momentáneamente por la violenta expulsión del local de aquel ser peludo, que hizo que perdieran todos el hilo durante un momento.
—Tienes una clientela peculiar —respondió a la náyade con una media sonrisa.
Cuando todo estuvo listo lo cogió y depositó con cuidado en la bolsa sin fondo que llevaba al cinturón, sacando a su vez un monedero de tela. Le entregó a Nia la cantidad que había dicho, contento de que no opusiese resistencia, y después se giró apoyando la espalda en el mostrador para escuchar a sus dos amigos conversando.
—Claro, solo os falta una gorra. Es indispensable llevar algo en la cabeza para ser entrenador —comentó.
Hubiera preferido que la conversación siguiese aquellos derroteros, pero como regresó sobre el tema de Toima terminó por perder la expresión alegre, que fue sustituida por cansancio. El agotamiento de la noche todavía le pesaba, por mucho que intentase disimularlo.
—Podríamos rastrearlo, pero ya es mayorcito. Yo qué sé, hará como ayer y se irá por ahí a dar vueltas. O a beber. ¿Qué crees que haría si lo seguimos? Cabrearse aún más —resopló.

Noel sonrió, divertido, ante los diversos comentarios provocados por su conversación sobre Pokémon, la cual le estaba resultando muy nostálgica al draco.
—Siempre podemos usar yelmos para adaptarlo al estilo rocavarancolés —le respondió al español con una risa ahogada—.Tú seguro que serías un criador con mucha paciencia —le dijo a Giz tras su comentario acerca de la genemagia—. Y tú Nia eres una entrenadora de Pokémon de agua, estilo líder de gimnasio —se dirigió a la náyade mientras observaba como reptaba por su cabeza el pequeño animal—. Aunque tu cangrejo se parece más a un Dwebble, que es tipo bicho y roca. Ese todavía era nuevo cuando me cosecharon pero ahora que lo pienso ya debe de haber muchos más. Me pregunto si ya habrán llegado llegado a los mil Pokémon... A lo mejor Wen o quizás Matt nos lo pueden decir.

No le pareció tan divertido, no obstante, el otro tema de conversación, ya que contar lo ocurrido habían hecho que volviese a hacer gala de una expresión malhumorada en la cara y que su cola golpease contra el suelo de vez en cuando.
—Totalmente de acuerdo con Gael. Ya estoy hasta los cojones de su actitud y de tener que vigilar todo lo que hace como quien está pendiente de un niño de cuatro años. ¿Qué hemos conseguido preocupándonos por él? Que nos trate como si fuésemos un molesto grano en el culo del que está deseando deshacerse —expresó con evidente irritación mientras dejaba escapar una risa ahogada en un bufido de exasperación.

Giz se había perdido con gorras y pokemon, y prestaba atención en silencio a lo de Toima. De vez en cuando asentía, mostrando su aprobación a lo que Noel y Gael decían sobre lo mayorcito que era el argos. Y aún así no se sentía bien del todo. <<Si no lo rastreamos y le pasa algo, luego me sabrá mal>>. Meditó de nuevo la idea de buscarle con el mapa en el laboratorio, pero acabó desistiendo.

—Si en algún momento averiguas por qué actúa así, siéntete libre de contárnoslo—fue lo único que añadió. La ulterana era cercana al argos y, aunque la cercanía fuera muy a lo perros y gatos, era cercanía al fin y al cabo—. Nos ayudaría mucho a entender qué es lo que ocurre por su cabeza peluda.

Nia

La ulterana negó con la cabeza, suspirando cansada. No se sorprendia de que las cosas hubieran llegado hasta ese punto, ni que se hubieran hartado de él. Por lo que respectaba  a la niña, sabia que las cosas llevaban siendo así durante mucho tiempo y que el ulterano no habia hecho nada para cambiar. Sin embargo, las palabras de Giz la convencieron para decir algo.
-No es algo que esté muy segura, pero creo saber el porque de muchas cosas que pasan por la cabeza de Toima...-vació los restos de su pipa, para rellenarla segundos después. Un hechizo prendió fuego a esta y la ulterana volvió a humear menta.-Además, lo último que os dijo... Tan solo confirma mis sospechas. Al ser xenos de otros planetas, es comprensible que no entendais como pensamos los ulteranos.-

-Vereis, los ulteranos compartimos ciertos valores que pueden ser vistos como "únicos" a ojos de otras culturas. Estos son, la religion, la familia y el deber. No entraré en muchos detalles, pero la visión de la sociedad ulterana es algo así como una piña de gente liderada por el emperador que les lleva a alturas de las que nadie hubiera sospechado y esto se refleja en todos los estratos que he mencionado antes. Podemos llamar a esto "la religion" pero no es muy preciso, no es que se divinice al emperador es que el emperador hace lo que dice y cumple lo que promete y en ocasiones llegan a ser tan increible sus hazañas que bueno... Se le idolatrice.-

>>La familia funciona un poco así.-continuó la ulterana.-Existe un cabeza de familia, que es quien tiene que, al igual que el emperador, llevar a su familia adelante y lograr proezas en su nombre.-alzó el dedo índice y se detuvo.-Hasta aquí me seguis, ¿no?-al tener la respuesta afirmativa de todos, continuó con su explicación.-Bien.-

-Hará tres años, que en la bahia se presentó Toima, bucandome a mi. Eso era perfectamente normal, ya que los ulteranos tendemos a "hacer piña" como dije anteriormente, trabajamos mejor juntos que cualquier otra especie y necesitamos la compañia de otros para completarnos. Algo como la idea de un ulterano como un "lobo solitario" es inpensable. Tarde o pronto necesitarian apoyo y reconocimiento de los suyos.-

Se detuvo entonces y se giró a Giz.-Si no entiendes algo, párame, ¿vale?-le dijo, preocupada de solo explicarlo con frases hechas de la Tierra, debido a su desconocimiento de las maneras de asrena.

-Pues eso, aunque Toima pueda parecer "un lobo solitario" tarde o pronto necesita el reconocimiento de los suyos. Y eso lo pudisteis ver en la taberna el otro dia, o al menos yo lo vi.-tragó saliva y le pidió al frivy que le trajera un té.-¿Porqué iba a ir a aquella fiesta si sabia el proposito de esta, con lo que odia a los novatos, o mejor dicho, a todos los que no sean "de los suyos"?-planteó esta pregunta. Dejando unos segundos de margen, la respondio.-Buscaba estar con nosotros o mejor dicho, con vosotros, los cuchitrileros. Él tenia el deber de estar ahí, más que porque dudaba que no supierais controlar a los novatos, sino porque sentia que debia estar junto a vosotros durante una fiesta, para no sentirse excluido, aunque la idea de compartir el local le desagradara.-

-Fue entonces cuando me golpeó la idea, por muy rebuscada que fuera. ¿Y si Toima os considerase a vosotros como su propia familia? Como hermanos de sangre, digo.-alzó una ceja y esperó sus reacciones que no fueron como se esperaba.-A ver, claro, para un humano el concepto de familia "se puede hacer". Incluso teneis niños "sin familia" llamados huerfanos ¿no? Otra familia los "compra" o como preferis decir "los adopta" y los cria como hijos propios.-negó con la cabeza.-Eso en ulterania es inpensable, la idea de un huerfano, digo. Ninguna familia rechazaria a sangre de su sangre por nada del mundo y si por alguna desgracia un niño perdiera a sus padres, familiares y tutores, pasaria a ser del estado y el estado le criaria como mejor le conviniese, para ser un funcionario, un soldado... Lo que se considere mejor para él y para la nacion.-

-Paradme si no entendeis del todo algo y necesitais que lo explique en profundidad, ¿vale?-les dijo, para proseguir con su explicación.

-Lo cual me llevó a pensar ¿Significa eso que Toima no tiene familia allá en Ulterania y que se la haya buscado aquí?-asintio.-Todo parece indicar así. Hace tres años, un watarhré zarrapastroso, cubierto de harapos, heridas y un pelo malcuidado llegó a la bahia buscando a una compatriota, pero sin embargo, ni se planteó buscarla en el mar. Aun desconociendo mi transformación, los ulteranos estamos naturalmente vinculados al mar, casi con el mismo concepto que teneis los humanos de "madre tierra" pero es un vinculo muy fuerte, mucho más fuerte, y el ecologismo y el cuidado de la biosfera es de suma importancia.-

-Daos cuenta la cantidad de diferencias culturales que llevamos por ahora. Esto solo es la punta del iceberg de la totalidad, lo cual se ajusta a "No juzgues a un libro por su portada", ¿no? Podemos ser tan parecidos fisicamente, pero tanto por dentro como nuestras culturas e ideologias pueden ser bastante dispares...-

Se habia vuelto a ir del punto, como de costumbre. Llegó el té y le dió un rápido sorbo.
-El caso, con eso deduje que Toima no sabria nadar. De locos, ¿verdad?-sorbió de nuevo, más pausadamente.-Es inpensable algo así, un ulterano que no sepa nadar, vivimos vinculados al mar y desde muy pequeños se nos enseña a nadar si es que no se aprende por intuición, como hice yo.-

-Partiendo de la premisa que Toima es huerfano y que lo acogió el estado, ya que no le queda ninguna familia en Ulterania, es completamente ilógico que el estado le permitiese seguir su vida, sus estudios, ¡su entrenamiento en el ejercito!-remarcó.-Sin saber como mantenerse a flote si quiera. Luego tambien, su nombre: Significa "Vida" por si no os acordais y, mientras que es un nombre bonito, no creo que la voluntad de su familia fuera "la vida", al haber nacido watahré, habia nacido para el combate. Lo normal seria pensar que es un mote, pero viendo con que celo lo guardó y con la sinceridad que lo confesó puede declararse que sí es su nombre. Pero no sabemos es el "porqué" de ese nombre.-

-Además, aunque supongamos que todas las heridas y la ropa en mal estado que tenia, aun a pesar de su rango de watahré, un rango privilegiado dentro de la sociedad. No explica porque tenia así el pelo. Literalmente sollozaba internamente cada vez que lo veia. No quiero ni pensar lo que debia de dolerle el moverlo siquiera, ni hablemos de manipular cosas con él...-

-Pero lo más extraño que gira entorno a esta premisa de Toima el huerfano, lo chocante es como reaccionó con ese noble watahré: Se conocian. Osea, o sirvieron juntos, o fueron amigos o fueron familia. Él le llamó primo, pero esto último es imposible si nos ajustamos a la teoria de que Toima es un huerfano...-

-Así que mi teoria se resume en dos puntos: O bien Toima, por algún motivo fuera de lo normal se hubiera logrado escapar de su vida en la civilización durante unos cuantos años, cosa casi imposible puesto que los watahré son fuertemente controlados por la sociedad o el estado. O bien su historia es una bien oscura que se debe a algun trajín entre la nobleza, quizas fuese algún esclavo, quizás un preso político... Sea lo que fuere, su apego por Ulterania es mínimo, pero sin embargo sigue interesado en volver ahí de vez en cuando, lo cual seria normal para cualquier ulterano, pero no para él. Ya lo dijo él mismo: No tiene buenos recuerdos. Así que esta claro que todo gira entorno al misterio sobre su familia y su estado al llegar a la ciudad. Hasta ahí es donde puedo deducir, porque no son nada más que eso, deducciones que pueden ser erroneas. Por lo tanto, y por lo que dije antes, del sentido del deber, probablemente, con seguirdad, haya ido a Ulterania a arreglar los asuntos que quedaron pendientes conrespecto al misterio de su familia, misterio al cual no sabremos la solución si no se digna en revelarlo él mismo...-acabó el monólogo con un suspiro, sorbiendo de nuevo de su taza. Sin embargo, saltó con una idea.

-¿Creeis que puede haber compartido algun tipo de información valiosa con Vac o con Tania que nos pueda ayudar a localizar a que parte de Ulterania se dirige?-

—Vaya...—. Giz dejó pasar un par de segundos, pero se le hicieron pocos—. Creo que necesito algo de tiempo para asimilar todo lo que nos acabas de contar. El concepto de familia no existe en Asrena como tal, pero creo que puedo entenderlo y espero no confundirme si digo que vosotros sois la mía. Lo que no acabo de entender es por qué un miembro de la familia no prueba a buscar consuelo, o lo que sea que busque Toima ahora mismo, dentro. ¿No sería más fácil eso que escaparse cabalgando a su lagarta?—. el goliat estaba bastante confuso al respecto—. No sé... ¿Me estoy dejando algo en el tintero?—. Dirigió una mirada perdida a Gael y Noel primero y luego a Nia, esperando que ellos dijeran algo que acabara por aclararle.

Noel escuchó con atención la larga explicación de Nia respecto a qué podría pasársele por la cabeza a su argos gruñón particular y por qué. Aunque ya conocía algunas de esas diferencias entre la cultura humana y la ulterana debido a que había leído bastante acerca de todos los mundos vinculados a Rocavarancolia justo antes de mudarse, a parte de por contar con la propia náyade y el argos como amigos, nunca había profundizado tanto en el tema. Durante la explicación, se había vuelto a apoyar en una pared cercana y permaneció de brazos cruzados atendiendo a la ulterana, siendo el golpeteo ocasional de su cola contra la pared el único sonido proveniente de él durante ese tiempo.

Giz fue el primero en hablar tras la chica y mientras exponía sus dudas, el draco se acercó abandonando de nuevo la pared.
—Desde luego que no te confundes, Giz —le aseguró al asreniano—. Puede que Vac sea el único que es mi hermano de sangre, pero los demás es como si lo fuerais también, diversidad de especies incluída. En cuanto al "lobo solitario" no tan solitario... —Suspiró con cansancio antes de continuar—. Si él también nos considera su familia no sé a que espera para demostrarlo. Es tal y como ha dicho Giz, a veces tengo la sensación de que no confía en nosotros, o yo qué sé. Tania me da la impresión de que está en las mismas, aunque no perdemos nada por preguntarle. En cuanto a Vac, ni idea, pero es cierto que cuando se largó a Ulterania sin avisar tan solo contó con él por algún motivo.
Si lo pensaba bien, el argos tendía a recurrir bastante al hado infernal para cuestiones que parecían tener mayor importancia en su cabeza hueca. El sueco chasqueó la lengua por lo bajo al darse cuenta de que todo apuntaba a que el ulterano lo consideraba un crío todavía.

La pregunta de Giz consiguió que Nia explicase con todo lujo de detalles todo lo que sabía de su sociedad que pudiese relacionarse con la situación de Toima y las tonterías que quisiera que se le pasasen por la cabeza. Fue largo, y ninguno de ellos la interrumpió. Tocó muchos temas, demasiados, llegando a hacer que casi perdiese la relación entre ellos en algún punto. Pero, en definitiva, había entendido perfectamente lo que Nia quería decir. Y Toima seguía siendo un idiota por comportarse de ese modo con ellos. Ya debía saber que comprenderían cualquier cosa que les contara, y eso era preferible a vivir amargado y amargando a los demás. A pesar eso, inevitablemente se había ablandado. Era un alivio saber que, probablemente, el ulterano los tuviese en alta estima a pesar de cómo se comportaba, porque empezaba a ser dudoso a aquellas alturas. Después de lo que había hecho por su culpa durante toda la noche, ahora se sentía como se habría sentido entonces si se retirase en mitad de la persecución. Pero era un poco tarde para rectificar, seguía siendo cierto que se cabrearía si le iban a buscar.
—¿Y por qué debería irse a Ulterania justamente hoy? No creo que le haya dicho nada a nadie... Ah, y tampoco es que se llevase nada más que lo que llevaba encima cuando se fue. Sin magia no puede colarse así como así en ciertos mundos vinculados… Pero de hacerlo, tiene razón Noel, probablemente volvería a recurrir a Vac. —«Meh, chaquetero» —. A ver… me sabe mal no ir buscarle, pero también me fastidia que le encontremos y nos mande a pastar por hacerlo. Estaría genial que después de varios años ya hubiese aprendido a tratar con su “familia”.

Nia

La ulterana se encogió de hombros.
-Por desgracia, no se que pasa por la cabeza de ese gigante idiota, así que eso dependeria ya de lo que él considerara más importante. Tan solo son mis apuestas, tampoco teneis que tomarloslo como la historia oficial, pero vamos. Probablemente sea más de lo que nunca haya contado a nadie...-terminó su taza.

Escuchó las palabras de Noel.
-Entonces ¿crees que podria estar confabulado con Vac?-preguntó la ulterana frunciendo el ceño y cruzandose de brazos.-Podria ser... Podria ser...-terminó por asentir, dandole la razón al draco.

Fue entonces cuando respondió a Gael.
-Bueno, no dije que fuese hoy, pero que probablemente sea pronto.-contestó algo insegura, llevandose un indice al carrillo, pensativa.- Por algún motivo, tengo la impresión de que lo que intenta es "ser digno" de teneros como familia, teniendo en cuenta lo infantil que es para algunas cosas y lo bruto para otras... No me extrañaria que, fuese lo que fuese que pasara con su familia, sea algo que no quiera que os ocurra a vosotros...-acabó negando con la cabeza.-No. Seguramente sean tonterias mias. Pero por un momento me pareció plausible.-dijo preparando de nuevo su pipa.

Y ahí acabó la visita a la botica. Nia les despidio con la mano y una sonrisa, además de una petición, que le informaran en cuanto supieran algo de Toima y, sobretodo, si alguna vez se dignaba a hablar de lo que le impulsaba ser así.

El lugar estaba relativamente cerca. Cerca porque estaba en la misma zona y relativamente porque me perdí un par de veces, aunque conseguí indicaciones sin mucho problema. <<Cómo es posible que haya tanta afluencia en esta zona... y que nunca nos hayamos topado con nadie durante la cosecha... Aunque tampoco estuvimos por aquí, pero aun así>>

Pasé al interior y me saludó un individuo que di por hecho sería un empleado.
-Venía a hablar con Dama Urticaria. ¿Se encuentra disponible?-inquirí.

Mientras, observé sin mucho detenimiento el interior, más por hacerme una idea en caso de tener que escapar que por otra cosa. Seguía sin fiarme mucho... <<Pero es dinero y reportaba otros beneficios así que a ver cómo va la cosa>>

El frivy se encontraba disponiendo unas cajas un tanto pesadas en un aparador cercano a la entrada. Con las campanillas de la puerta resonando, alzó la mirada para comprobar al libense que entonces acababa de entrar. Atendió a sus palabras y, justo cuando estaba apunto de llamar a la náyade, escaleras abajo, una voz tronadora gritó.
-¡Boticaria! ¡Tienes a un visitante pálido!-exclamó Matanza que habia permanecido inmovil hasta el momento, sobre su palanquín.
Se escuchó un débil y aislado "¡Vooy!" y entonces, mientras esperaban, el cocodrilo le dirigió una amenazadora y minuciosa mirada a Atol, recorriendole de pies a cabeza, como evaluando el peligro que podria suponer. Con un gruñido sarnoso, se dió por satisfecho y volvió a su posición en el palanquin. Al fondo de la tienda se asomó Nia. Llevaba una bata rosada y unas gafas protectoras, el pelo recogido en una larga coleta. Levitando, se acercó a la entrada donde el joven esperaba.
-Ven, Helión Atol , llegas en buen momento.-dijo, ofreciendole seguirla a la trastienda. De camino ordenó al frivy que atendiera a dos clientas que acababan de entrar en la tienda y se estaban pasando con las dosis de prueba de los perfumes.

Una vez le guió a su laboratorio, le ofreció una silla. Más que una silla era una banqueta, no muy grande.
-Disculpa que no tenga mejor asiento, pero aqui donde me ves, siempre ando tan liada que no tengo tiempo para sentarme.-comentó con una modesta sonrisa.-Entonces, entiendo que estas de acuerdo que empecemos las pruebas ya, ¿no?-

El encargado avisó a su jefa pero otra voz me sorprendió. Provenía de un enorme reptil humanoide <<¿Vigilante?>> que me miró de forma evaluadora. No le di motivos, ni los tendría, ya que por mucho que hiciera, no era más que un recién transformado.

Dama Urticaria apareció al poco y la saludé con una inclinación de cabeza. La seguí a la trastienda pero no me senté sino que me crucé de brazos.

-Podemos. Solo habría que preparar un calendario teniendo en cuenta las pruebas del ejército (que aún no sé cuándo son) y negociar el salario. Ya me he encargado de ver cómo andan los precios de la ciudad así que no soy estafable en ese sentido.-le dije, quizá demasiado directo. En cuanto aclaramos esos detalles, sacudí los brazos y los relajé junto a las piernas.-Tú dirás, ¿jefa?-lo último lo dije casi bromeando, inseguro de si era la fórmula adecuada en este caso.