Botica de la náyade
+9
Dal
Jack
Vlad
Muffie
Giniroryu
Lops
Yber
Leonart
Tak
13 participantes
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Botica de la náyade
09/02/13, 12:03 am
Recuerdo del primer mensaje :
De camino a la botica iba pensando en lo extraña que había sido la fuga de Noel y Vac. Antes de salir, cuando por fin se dio cuenta de que ninguno de los dos estaba por allí, subió al cuarto de Noel y tras llamar varias veces entró al entender que estaba vacío. Así era, y la ventana aún seguía simplemente arrimada. La cerró meneando la cabeza y salieron todos del cuchitril, no sabiendo si iban a volver pronto o no. La fuga de aquellos dos le dio que pensar durante el camino. Con todo el trajín de la llegada de los frivy's no había vuelto a pensar en lo de Noel y Wen de aquella mañana. Noel tenía derecho a tomarse un respiro ese día, pero quizá le dolía un poco no haber sido él quien tratara de animarlo, le hubiera gustado hacer algo, y sin embargo ni siquiera creía ser capaz de encontrar dos palabras seguidas para empezar a hablar con él de lo que sea que hubiera pasado. En cambio Vac... con Vac estaba en buenas manos, sin duda, pero le seguía pesando que pudiera parecer que él se había desentendido.
No prestó atención a los frivy's más que para mirar con curiosidad sus caras ante todo lo nuevo que se les venía encima. Ellos no tenían la culpa de que los hubieran traído, pero solo habían sido un incordio, arruinando aún más una mañana de por sí arruinada. Gael se frotó la sien allí donde le palpitaba horas atrás, como si nunca se hubiese tomado la infusión de Vac, y trató de apartar los pensamientos del estilo «vaya mañana de mierda» y similares.
Cuando llegaron al mercado, Gael les pidió a los demás que se adelantaran o le esperaran, porque tenía que hacer algunas compras. El dinero no era mucho, pero le sirvió para comprarse una aguja curva de sutura e hilo de dos tipos diferentes, ambos resistentes. No le duraría mucho, pero confiaba en que pudieran hacer alguna misión más pronto.
Gracias a la adquisición se encontraba un poco de mejor humor cuando llegó a la botica de la náyade. Su mirada recorrió todo el local parándose en los pequeños detalles que aún faltaban por restaurar. No eran quienes para decir mucho, los del cuchitril, pero allí todavía hacía falta un buen repaso, y seguramente se estaba encargando Nia sola. Claro que ahora le llevaban un par de esclavos para ayudarla con el trabajo. Buscaron a la náyade por el local, y siguiendo su voz la encontraron en el patio charlando con dos viejy's. Gael se paró en seco, fastidiado por no haberse dado cuenta de aquella eventualidad. No habían pensado que a ella también podían haberle ofrecido esclavos y ahora... había demasiados. Miró a Adara de reojo, sin saber muy bien qué hacer.
-¡Buenos días! -saludó de todos modos-. Has escogido un buen local para la botica. Oye, por cierto, si necesitas ayuda más días para cualquier cosa avísame. -Estuvo a punto de hablar por todos, pero no quería meterlos en líos, así que dejó que se ofreciese quien estuviese dispuesto-. Sabemos bien lo que es tener que poner a punto una casa vieja.
La ángel negro le explicó a continuación que le habían traído los esclavos que les habían ofrecido en el cuchitril para que trabajasen en su botica.
De camino a la botica iba pensando en lo extraña que había sido la fuga de Noel y Vac. Antes de salir, cuando por fin se dio cuenta de que ninguno de los dos estaba por allí, subió al cuarto de Noel y tras llamar varias veces entró al entender que estaba vacío. Así era, y la ventana aún seguía simplemente arrimada. La cerró meneando la cabeza y salieron todos del cuchitril, no sabiendo si iban a volver pronto o no. La fuga de aquellos dos le dio que pensar durante el camino. Con todo el trajín de la llegada de los frivy's no había vuelto a pensar en lo de Noel y Wen de aquella mañana. Noel tenía derecho a tomarse un respiro ese día, pero quizá le dolía un poco no haber sido él quien tratara de animarlo, le hubiera gustado hacer algo, y sin embargo ni siquiera creía ser capaz de encontrar dos palabras seguidas para empezar a hablar con él de lo que sea que hubiera pasado. En cambio Vac... con Vac estaba en buenas manos, sin duda, pero le seguía pesando que pudiera parecer que él se había desentendido.
No prestó atención a los frivy's más que para mirar con curiosidad sus caras ante todo lo nuevo que se les venía encima. Ellos no tenían la culpa de que los hubieran traído, pero solo habían sido un incordio, arruinando aún más una mañana de por sí arruinada. Gael se frotó la sien allí donde le palpitaba horas atrás, como si nunca se hubiese tomado la infusión de Vac, y trató de apartar los pensamientos del estilo «vaya mañana de mierda» y similares.
Cuando llegaron al mercado, Gael les pidió a los demás que se adelantaran o le esperaran, porque tenía que hacer algunas compras. El dinero no era mucho, pero le sirvió para comprarse una aguja curva de sutura e hilo de dos tipos diferentes, ambos resistentes. No le duraría mucho, pero confiaba en que pudieran hacer alguna misión más pronto.
Gracias a la adquisición se encontraba un poco de mejor humor cuando llegó a la botica de la náyade. Su mirada recorrió todo el local parándose en los pequeños detalles que aún faltaban por restaurar. No eran quienes para decir mucho, los del cuchitril, pero allí todavía hacía falta un buen repaso, y seguramente se estaba encargando Nia sola. Claro que ahora le llevaban un par de esclavos para ayudarla con el trabajo. Buscaron a la náyade por el local, y siguiendo su voz la encontraron en el patio charlando con dos viejy's. Gael se paró en seco, fastidiado por no haberse dado cuenta de aquella eventualidad. No habían pensado que a ella también podían haberle ofrecido esclavos y ahora... había demasiados. Miró a Adara de reojo, sin saber muy bien qué hacer.
-¡Buenos días! -saludó de todos modos-. Has escogido un buen local para la botica. Oye, por cierto, si necesitas ayuda más días para cualquier cosa avísame. -Estuvo a punto de hablar por todos, pero no quería meterlos en líos, así que dejó que se ofreciese quien estuviese dispuesto-. Sabemos bien lo que es tener que poner a punto una casa vieja.
La ángel negro le explicó a continuación que le habían traído los esclavos que les habían ofrecido en el cuchitril para que trabajasen en su botica.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Botica de la náyade
15/04/15, 11:38 pm
La espera fue un sufrimiento que carcomió sus nervios. Munin sobre su hombro se mantenía firmemente sujeta notando la tensión del brujo y no haciendo nada más que observa alrededor con ojos brillantes y picándole suavemente en la oreja para sacarlo de su tensión. Evelhan se lo agradeció mentalmente, pues ya había notando que las estirges aunque no escucharle como tal si podía notar sus pensamientos, más bien como se sentía, cuando los transmitía con cierta fuerza, seguramente gracias al vinculo que el dominio le daba sobre ellas ellas.
Finalmente pudieron entrar y la imagen que recibió de Kud fue peor de lo que había esperado, por mucho que estuviera consciente parecía drogado hasta las cejas y su cuerpo todo vendado casi en su totalidad demostraba la gravedad de sus heridas. Aquello horrorizo a Evelhan y el miedo calo aun mas hondo en el, junto con una real inquietud al escuchar las palabras de Kin, dándole el peor presagio y la preocupación de Alice. Aquellas heridas que el vanara poseía era demasiado graVes para ser simplemente accidentales. EL movimiento de las onyce alrededor de su compañera tampoco le tranquilizaba por mucho que no pudiera entender lo que decían.
-Gracias por tratarlo -murmuro Evelhan mordiéndose el labio inferior con nerviosismo aunque siendo realmente con sus palabras, mientras Munin en su hombro clavaba ligeramente sus garras en su hombro, mientras miraba alrededor con la desconfianza grabada en cada una de sus plumas erizadas. El resto de estirges esperaban fuera del edificio como una pequeña nube negra de plumas a la espera. Toda aquella situación era muy confusa y la preocupación por Kud no ayudaba en nada. Estaba vivió y eso le aliviaba pero sus heridas eran realmente graves. ¿Quién podría ser tan animal para hacerle eso? Lo había dejado prácticamente inútil de cintura para abajo y siendo un vanara eso era igual que limitarlo al completo.
Kud tenía especialidad para meterse en líos, que usualmente el mismo se buscaba, cualquiera que hubiese vivido la cosecha con el podría confirmarlo. Pero esta era la primera vez que el brugho veía un resultado tan desastroso y le escamaba. Si algo sabia ser su amigo, era salir siempre de los apuros prácticamente ilesos, se los buscara el o no. Saber eso le planteaba seriamente la incógnita de que o quien había provocado semejantes heridas.
-Kud, ¿como acabaste así? ¿quien lo hizo?-preguntó Evelhan incomodo y tenso, siendo la única pregunta que se le ocurrió formular en su estado actual. Estar en ese lugar desconocido con transformados que no conocía ( a excepción de Skarog que no tardo en irse) y que, encima sin razón aparente habían ayudado a su amigo le incomodaba y bastante. Alice tenía razón en sus palabras al fin de cuentas, el tratamiento de Kud no debía haber sido fácil y por tanto tampoco sería barato y aunque Archi se ofreció a pagarlo no se sentía tranquilo. No podía hacer nada por Kud y aquello le lastimaba, solo observar y peguntar por su estado a la espera que las palabras de este dieran un poco de luz a la situación. Aunque recordando las palabras de Dama Urticaria añadió, mirándola
-Supongo sabes lo que le ha pasado ¿no? ¿podrías decirnos? Realmente no parece estar muy en sus cabales como para dar una explicaicon coherente - finalizo ansioso señalando con la mirada a su amigo. El no saber nada le desesperaba y no es como si pudiera confiar del todo en la mente de su compañero. Con tal cantidad de medicamentos que debía tener en el cuerpo para paliar el dolor, era probable que solo salieran incoherencias.
Finalmente pudieron entrar y la imagen que recibió de Kud fue peor de lo que había esperado, por mucho que estuviera consciente parecía drogado hasta las cejas y su cuerpo todo vendado casi en su totalidad demostraba la gravedad de sus heridas. Aquello horrorizo a Evelhan y el miedo calo aun mas hondo en el, junto con una real inquietud al escuchar las palabras de Kin, dándole el peor presagio y la preocupación de Alice. Aquellas heridas que el vanara poseía era demasiado graVes para ser simplemente accidentales. EL movimiento de las onyce alrededor de su compañera tampoco le tranquilizaba por mucho que no pudiera entender lo que decían.
-Gracias por tratarlo -murmuro Evelhan mordiéndose el labio inferior con nerviosismo aunque siendo realmente con sus palabras, mientras Munin en su hombro clavaba ligeramente sus garras en su hombro, mientras miraba alrededor con la desconfianza grabada en cada una de sus plumas erizadas. El resto de estirges esperaban fuera del edificio como una pequeña nube negra de plumas a la espera. Toda aquella situación era muy confusa y la preocupación por Kud no ayudaba en nada. Estaba vivió y eso le aliviaba pero sus heridas eran realmente graves. ¿Quién podría ser tan animal para hacerle eso? Lo había dejado prácticamente inútil de cintura para abajo y siendo un vanara eso era igual que limitarlo al completo.
Kud tenía especialidad para meterse en líos, que usualmente el mismo se buscaba, cualquiera que hubiese vivido la cosecha con el podría confirmarlo. Pero esta era la primera vez que el brugho veía un resultado tan desastroso y le escamaba. Si algo sabia ser su amigo, era salir siempre de los apuros prácticamente ilesos, se los buscara el o no. Saber eso le planteaba seriamente la incógnita de que o quien había provocado semejantes heridas.
-Kud, ¿como acabaste así? ¿quien lo hizo?-preguntó Evelhan incomodo y tenso, siendo la única pregunta que se le ocurrió formular en su estado actual. Estar en ese lugar desconocido con transformados que no conocía ( a excepción de Skarog que no tardo en irse) y que, encima sin razón aparente habían ayudado a su amigo le incomodaba y bastante. Alice tenía razón en sus palabras al fin de cuentas, el tratamiento de Kud no debía haber sido fácil y por tanto tampoco sería barato y aunque Archi se ofreció a pagarlo no se sentía tranquilo. No podía hacer nada por Kud y aquello le lastimaba, solo observar y peguntar por su estado a la espera que las palabras de este dieran un poco de luz a la situación. Aunque recordando las palabras de Dama Urticaria añadió, mirándola
-Supongo sabes lo que le ha pasado ¿no? ¿podrías decirnos? Realmente no parece estar muy en sus cabales como para dar una explicaicon coherente - finalizo ansioso señalando con la mirada a su amigo. El no saber nada le desesperaba y no es como si pudiera confiar del todo en la mente de su compañero. Con tal cantidad de medicamentos que debía tener en el cuerpo para paliar el dolor, era probable que solo salieran incoherencias.
- InvitadoInvitado
Re: Botica de la náyade
16/04/15, 09:20 pm
Marsi proyectó su ansiedad durante todo el camino a la botica contra Atol, dándole forma de hostilidad mal disimulada. El skarog solía entrenar en la Sede, y ella se lo había encontrado más de una vez, pero no pintaba nada allí, no tenía nada que ver con Kud ni con el grupo. ¿Qué pintaba él allí? ¿Acaso el sufrimiento de su amigo era algún tipo de entretenimiento para él? Le ponía enferma.
En cuando divisó al grupo de Serpentaria delante de la botica, se adelantó para ponerse a la altura de Alice y Dhelian. Hizo un amago de abrazo, pero al final se limitó a tomar una mano de cada uno y presionarla, como buscando alivio en el contacto. Tania convenció a la tipa enorme que guardaba la puerta de que les dejase entrar, pero se resistió tanto que el humo de Marsi aumentó por la rabia. ¿No se daba cuenta de que era una emergencia? Aquella estúpida granta sobrehormonada les estaba haciendo perder el tiempo.
Les hicieron esperar horas. Sin ningún mensaje sobre el estado del vánara, nada que pudiese tranquilizarles, ni siquiera lo que estaba ocurriendo. La dullahan pasó la mayor parte del tiempo dando vueltas por la sala de espera como un tigre enjaulado. No miraba a nadie, porque cualquier actividad, cualquier tic de sus compañeros solo conseguiría que se pusiese aún más nerviosa. Si se paraba a pensarlo, todo su entrenamiento diario y la experiencia que había ganado durante la criba no le servía para nada, en aquel momento volvía a ser una cosechada, tan inutil e impotente como hacía un año. Cada vez que Tania pasaba por delante hacía amago de ir a preguntarle algo, pero la chica pasaba como un relámpago, oviamente ocupada. Cuando empezaban los gritos, rondaba la puerta de la sala de operaciones como un gato asustado.
Al fin salieron a avisarles de que podían entrar. Marsi había borrado de su mente el encuentro bochornoso en Maciel, por lo que no reconoció a Vacuum. Le dio las gracias al pasar y en cuanto llegó a la altura de la cortina se quedó en el sitio. Había visto a Kud en mal estado, pero aquello se llevaba la palma. << Cuando se recupere voy a partirle las piernas otra vez. >> pensó furiosa. Incluso le dieron ganas de darle una colleja cuando les recibió con aquel saludo borracho y despreocupado. Pero estaba vivo, más o menos de una pieza, y la tal Urticaria les había dicho que se iba a poner bien. Las frases de agradecimiento se agolparon en la mente de Marsi, intentando salir todas a una. Ella no podía ayudar económicamente de ninguna forma, por lo que le aliviaba que Archi se ofreciese a pagar si hacía falta, aunque si no podía siempre quedaba la opción de turnarse entre varios para trabajar. Rocavarancolia no era precisamente la tierra de la caridad, y muy sospechoso le hubiese parecido que hubiesen salvado a Kud de gratis.
Otro tema espinoso que empezaba a cobrar importancia en todo eso era el hecho de que al parecer alguien había destrozado a Kud. No se había despeñado de ningún sitio, ni caído por unas escaleras ni había sido obra de ningún monstruo, planta carnívora o casa, había sido un transformado. Un pensamiento oscuro se extendió por las mentes de sus compañeros, como la advertencia de lo que seguía tras la respuesta que habían pedido. Marsi no tenía la mejor de las relaciones con Kud, pero seguía siendo parte de su grupo, de su nueva familia. Habían compartido ratos horribles y felices en su criba, y ahora compartían refugio, no pensaba pasar por alto que alguien lo había dejado en aquel estado.
En cuando divisó al grupo de Serpentaria delante de la botica, se adelantó para ponerse a la altura de Alice y Dhelian. Hizo un amago de abrazo, pero al final se limitó a tomar una mano de cada uno y presionarla, como buscando alivio en el contacto. Tania convenció a la tipa enorme que guardaba la puerta de que les dejase entrar, pero se resistió tanto que el humo de Marsi aumentó por la rabia. ¿No se daba cuenta de que era una emergencia? Aquella estúpida granta sobrehormonada les estaba haciendo perder el tiempo.
Les hicieron esperar horas. Sin ningún mensaje sobre el estado del vánara, nada que pudiese tranquilizarles, ni siquiera lo que estaba ocurriendo. La dullahan pasó la mayor parte del tiempo dando vueltas por la sala de espera como un tigre enjaulado. No miraba a nadie, porque cualquier actividad, cualquier tic de sus compañeros solo conseguiría que se pusiese aún más nerviosa. Si se paraba a pensarlo, todo su entrenamiento diario y la experiencia que había ganado durante la criba no le servía para nada, en aquel momento volvía a ser una cosechada, tan inutil e impotente como hacía un año. Cada vez que Tania pasaba por delante hacía amago de ir a preguntarle algo, pero la chica pasaba como un relámpago, oviamente ocupada. Cuando empezaban los gritos, rondaba la puerta de la sala de operaciones como un gato asustado.
Al fin salieron a avisarles de que podían entrar. Marsi había borrado de su mente el encuentro bochornoso en Maciel, por lo que no reconoció a Vacuum. Le dio las gracias al pasar y en cuanto llegó a la altura de la cortina se quedó en el sitio. Había visto a Kud en mal estado, pero aquello se llevaba la palma. << Cuando se recupere voy a partirle las piernas otra vez. >> pensó furiosa. Incluso le dieron ganas de darle una colleja cuando les recibió con aquel saludo borracho y despreocupado. Pero estaba vivo, más o menos de una pieza, y la tal Urticaria les había dicho que se iba a poner bien. Las frases de agradecimiento se agolparon en la mente de Marsi, intentando salir todas a una. Ella no podía ayudar económicamente de ninguna forma, por lo que le aliviaba que Archi se ofreciese a pagar si hacía falta, aunque si no podía siempre quedaba la opción de turnarse entre varios para trabajar. Rocavarancolia no era precisamente la tierra de la caridad, y muy sospechoso le hubiese parecido que hubiesen salvado a Kud de gratis.
Otro tema espinoso que empezaba a cobrar importancia en todo eso era el hecho de que al parecer alguien había destrozado a Kud. No se había despeñado de ningún sitio, ni caído por unas escaleras ni había sido obra de ningún monstruo, planta carnívora o casa, había sido un transformado. Un pensamiento oscuro se extendió por las mentes de sus compañeros, como la advertencia de lo que seguía tras la respuesta que habían pedido. Marsi no tenía la mejor de las relaciones con Kud, pero seguía siendo parte de su grupo, de su nueva familia. Habían compartido ratos horribles y felices en su criba, y ahora compartían refugio, no pensaba pasar por alto que alguien lo había dejado en aquel estado.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Botica de la náyade
16/04/15, 11:56 pm
El trabajo que le encargó la náyade no era complicado, pero como la operación se alargo tantas horas empezó a resultarle tedioso. No había opción, sin embargo, pues la vida del novato dependía de ellos y, aunque no había tenido nada que ver en aquello, se sentía responsable al ser amigo del descerebrado que le había machacado. Cuando los sedantes dejaron de hacerle efecto el vánara se volvió sumamente elocuente, pero Vac no entendía ni la mitad de lo que balbuceaba cuando no estaba gritando, por lo que se limitaba a asentir de vez en cuando dedicándole sonrisas tranquilizadoras.
—¿Me pregunto como habrá quedado Toima? —comentó en una ocasión, disfrazando con sarcasmo su sincera curiosidad.
Cuando Nia por fin terminó con Kud, el chico parecía una momia de tantos vendajes que tenía encima, pero al menos se pondría bien. La ulterana empezó a recoger la estancia tras encargarle que fuera a avisar a sus amigos y, en cuanto se hubo adecentado un poco eliminando cualquier rastro de sangre de su persona, el griego salió a la sala de espera para encontrarse con los novatos.
—Ya podéis entrar a ver a vuestro compañero —les comunicó tras saludarles, sin andarse mucho por las ramas—. Por aquí —indicó, haciéndoles un gesto para que franquearan la puerta.
Para bien o para mal no había tenido oportunidad de conocer a los nuevo vecinos aquel año, por lo que aun no sabía que había una nueva dullahan en la ciudad, y cuando la varmana pasó a su lado un escalofrío le recorrió la espalda. Por un segundo había creído ver un fantasma, pero descartó esa imagen de inmediato antes de que pudiera atormentarlo y se retiró tras hacerle una seña a Nia. Vac se llevó un cigarro a los labios mientras recorría la planta baja y salió por la puerta, encendiendo el comunicador en cuanto estuvo en la calle. Ya era hora de poner a sus amigos al corriente de la situación.
—Soy Vac —empezó, apoyándose en la fachada del local y exhalando la primera bocanada de humo.
—¿Me pregunto como habrá quedado Toima? —comentó en una ocasión, disfrazando con sarcasmo su sincera curiosidad.
Cuando Nia por fin terminó con Kud, el chico parecía una momia de tantos vendajes que tenía encima, pero al menos se pondría bien. La ulterana empezó a recoger la estancia tras encargarle que fuera a avisar a sus amigos y, en cuanto se hubo adecentado un poco eliminando cualquier rastro de sangre de su persona, el griego salió a la sala de espera para encontrarse con los novatos.
—Ya podéis entrar a ver a vuestro compañero —les comunicó tras saludarles, sin andarse mucho por las ramas—. Por aquí —indicó, haciéndoles un gesto para que franquearan la puerta.
Para bien o para mal no había tenido oportunidad de conocer a los nuevo vecinos aquel año, por lo que aun no sabía que había una nueva dullahan en la ciudad, y cuando la varmana pasó a su lado un escalofrío le recorrió la espalda. Por un segundo había creído ver un fantasma, pero descartó esa imagen de inmediato antes de que pudiera atormentarlo y se retiró tras hacerle una seña a Nia. Vac se llevó un cigarro a los labios mientras recorría la planta baja y salió por la puerta, encendiendo el comunicador en cuanto estuvo en la calle. Ya era hora de poner a sus amigos al corriente de la situación.
—Soy Vac —empezó, apoyándose en la fachada del local y exhalando la primera bocanada de humo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Botica de la náyade
17/04/15, 01:46 pm
Nia y Kudryavka
Kud brotó de risas ante la preocupación de sus compañeros. En un intento de calmarles, pero muy afectado por su embriagadez, citó una de sus frases favoritas imitando una voz metálica.
-No importa quienes seamos... Solo importa nuestro plan...-soltó con una voz seria para luego desternillarse unos segundos antes de aquejarse por el dolor. Volvió a mirar a sus compañeros y se llevó el índice a los labios, cubiertos por vendaje.-Shhhhhhhh...-
Más carcajadas.
La atención se tornó hacia Nia, quien jugueteaba despreocupadamente con un mechón de su pelo. En cuanto las miradas se posaron en ella, una sonrisa educada afloró en sus labios con las palabras de la humana de negro.
-En efecto, mis servicios no son gratuitos, pero los agradecimientos formales siempre son bienvenidos.-
En aquel momento, uno de los irrenses se dirigió a ella así que le miró a los ojos mientras hablaba. Planeaba pagarle por el mono. Aquello, lo convertia en un cliente sin más y el dinero sin duda le gustaba, pero las ambiciones de la ulterana le hacian sentir que aquel dinero iba a ser bastante amargo, aparte de que se sentia ligeramente mal por cobrar tal cantidad de dinero a un novato. Vac ya lo habia ofrecido antes, y ella no habia contestado, en parte porque creia que el griego era el último individuo que debiera pagar por Toima, de nuevo. Abrió la boca para responder la oferta del irrense, pero entonces el vánara comenzó a zarandearse en la cama, luchando por incorporarse.
-N-No, ¡No! ¡La cuenta aquí! ¡A mi la cuenta!-dijo, algo angustiado por la falta de movilidad.-¡Invito yo!-
Otra vez la misma sonrisa educada se formó en los labios de la náyade quien se giró de nuevo hacia el irrense.
-Parece ser que el paciente quiere gestionar el pago por su cuenta. O puede que sea los efectos del sedante. Mejor será que lo discutais cuando los efectos pasen.-se cruzó de brazos y suspiró levemente.-Y bueno, no quisiera que la primera impresión que tengais de mi sea de empresaria desalmada que le cobra a unos pobres novatos el extento por salvarle a uno la vida...-se miró las uñas. Dos caras de Nia se debatian mientras hablaba, como en una lucha interna: La Humanitaria y la Ambiciosa.-...pero quizás podamos trabajar en alguna manera de "gestionar" un pago.-
El vánara irrumpio de nuevo, señalando con su único indice movible.
-¡Sisisisisi!-dijo con una sonrisa de oreja a oreja y entonces se puso a canturrear
Nia torció los labios. La actitud y el ruido que montaba el mono le resultaban especialmente molestos, pero no podia decir nada en aquel momento.
-A los gastos de la operación habrá que sumar los de hospedaje, hospitalización y rehabilitación. Necesita quedarse aquí durante dos dias y luego puede volver a su refugio. Que decir sobre ello... Que no haga el más mínimo esfuerzo con las piernas. Andar, siempre con muletas. Ni a saltitos ni pata coja ni estar mucho tiempo de pie. Incluso de que mi alquimia haga efecto, los huesos de sus piernas van a ser muy toscos y va a necesitar pasar una rehabilitación intensiva. Después, puede que sus piernas vuelvan a estar como antes o, si me permitis el atrevimiento, puede que esten mejor que antes.-
Entonces, habiendo tratado la financiación de todo aquello, aun querian saber sobre el atacante. La mirada de Nia se desplomó lentamente hacia el suelo, meditabunda. Segundos después, recuperó la compostura y se dirigió al grupo.
-Haré algo mejor que deciros quien es, os diré que debeis manteneros alejados de él. Tiene poca paciencia para vosotros, los novatos y, si algo se de esta persona, es que no quereis ir a buscarla con el pretexto de la venganza. Siempre estará un paso por delante de vosotros, no importa lo que hagais. Y yo no tengo suficientes camas para todos vosotros.-
Nia intentaba sonar algo intimidante, como si hablase de Toima como de una especie de monstruo indestructible, poderoso y por encima de todo, sabio, cuando la opinión de Nia se acercaba más a la de ser alguien que se dió en la cabeza de pequeño y se quedó así mientras su cuerpo crecio entorno a ser una mole de irresponsable fuerza bruta.
-¡Es el Rey Brujo de Angmar! ¡Necios! ¡Ningun hombre puede matarle!-aulló Kudryavka mientras se retorcia cacareante.
Nia suspiró ante la aportación del ruso y dio su caso por dado. La primera intención de Nia era evitar más bajas, lo cual le recordó que debia de hablar con Vac al respecto. Los azules de Nia buscaron los verdes del hado y cuando toparon con ellos, le hizo un movimiento para que le siguiera. Girandose al grupo por última vez, se despidió.
-Bueno, creo que eso es todo, si teneis intención de quedaros a pasar la noche, avisad, pero me temo que no puedo proporcionaros camas sin cobraros un extra. De todas formas conoced estas tres normas: El horario de visitas termina a las nueve y teneis terminantemente prohibido acceder a las demás galerias. Los baños estan arriba. Y ahora, si me disculpais, os dejo tiempo a solas.-
Guió a Vac hacia el exterior de la sala de operaciones, donde entonces le confrontó, su temple rompiendose por completo, pasando de ser Dama Urticaria de vuelta a ser Nia.
-¡Menuda mole de idiotez! ¿Acaso tiene cerebro entre sus tentáculos? Toima ha llegado demasiado lejos esta vez.-su voz apretada y algo aguda, sonaba en parte a furiosa y decepcionada.-¿Avisaste a los del cuchitril, no?-
Kud brotó de risas ante la preocupación de sus compañeros. En un intento de calmarles, pero muy afectado por su embriagadez, citó una de sus frases favoritas imitando una voz metálica.
-No importa quienes seamos... Solo importa nuestro plan...-soltó con una voz seria para luego desternillarse unos segundos antes de aquejarse por el dolor. Volvió a mirar a sus compañeros y se llevó el índice a los labios, cubiertos por vendaje.-Shhhhhhhh...-
Más carcajadas.
La atención se tornó hacia Nia, quien jugueteaba despreocupadamente con un mechón de su pelo. En cuanto las miradas se posaron en ella, una sonrisa educada afloró en sus labios con las palabras de la humana de negro.
-En efecto, mis servicios no son gratuitos, pero los agradecimientos formales siempre son bienvenidos.-
En aquel momento, uno de los irrenses se dirigió a ella así que le miró a los ojos mientras hablaba. Planeaba pagarle por el mono. Aquello, lo convertia en un cliente sin más y el dinero sin duda le gustaba, pero las ambiciones de la ulterana le hacian sentir que aquel dinero iba a ser bastante amargo, aparte de que se sentia ligeramente mal por cobrar tal cantidad de dinero a un novato. Vac ya lo habia ofrecido antes, y ella no habia contestado, en parte porque creia que el griego era el último individuo que debiera pagar por Toima, de nuevo. Abrió la boca para responder la oferta del irrense, pero entonces el vánara comenzó a zarandearse en la cama, luchando por incorporarse.
-N-No, ¡No! ¡La cuenta aquí! ¡A mi la cuenta!-dijo, algo angustiado por la falta de movilidad.-¡Invito yo!-
Otra vez la misma sonrisa educada se formó en los labios de la náyade quien se giró de nuevo hacia el irrense.
-Parece ser que el paciente quiere gestionar el pago por su cuenta. O puede que sea los efectos del sedante. Mejor será que lo discutais cuando los efectos pasen.-se cruzó de brazos y suspiró levemente.-Y bueno, no quisiera que la primera impresión que tengais de mi sea de empresaria desalmada que le cobra a unos pobres novatos el extento por salvarle a uno la vida...-se miró las uñas. Dos caras de Nia se debatian mientras hablaba, como en una lucha interna: La Humanitaria y la Ambiciosa.-...pero quizás podamos trabajar en alguna manera de "gestionar" un pago.-
El vánara irrumpio de nuevo, señalando con su único indice movible.
-¡Sisisisisi!-dijo con una sonrisa de oreja a oreja y entonces se puso a canturrear
Nia torció los labios. La actitud y el ruido que montaba el mono le resultaban especialmente molestos, pero no podia decir nada en aquel momento.
-A los gastos de la operación habrá que sumar los de hospedaje, hospitalización y rehabilitación. Necesita quedarse aquí durante dos dias y luego puede volver a su refugio. Que decir sobre ello... Que no haga el más mínimo esfuerzo con las piernas. Andar, siempre con muletas. Ni a saltitos ni pata coja ni estar mucho tiempo de pie. Incluso de que mi alquimia haga efecto, los huesos de sus piernas van a ser muy toscos y va a necesitar pasar una rehabilitación intensiva. Después, puede que sus piernas vuelvan a estar como antes o, si me permitis el atrevimiento, puede que esten mejor que antes.-
Entonces, habiendo tratado la financiación de todo aquello, aun querian saber sobre el atacante. La mirada de Nia se desplomó lentamente hacia el suelo, meditabunda. Segundos después, recuperó la compostura y se dirigió al grupo.
-Haré algo mejor que deciros quien es, os diré que debeis manteneros alejados de él. Tiene poca paciencia para vosotros, los novatos y, si algo se de esta persona, es que no quereis ir a buscarla con el pretexto de la venganza. Siempre estará un paso por delante de vosotros, no importa lo que hagais. Y yo no tengo suficientes camas para todos vosotros.-
Nia intentaba sonar algo intimidante, como si hablase de Toima como de una especie de monstruo indestructible, poderoso y por encima de todo, sabio, cuando la opinión de Nia se acercaba más a la de ser alguien que se dió en la cabeza de pequeño y se quedó así mientras su cuerpo crecio entorno a ser una mole de irresponsable fuerza bruta.
-¡Es el Rey Brujo de Angmar! ¡Necios! ¡Ningun hombre puede matarle!-aulló Kudryavka mientras se retorcia cacareante.
Nia suspiró ante la aportación del ruso y dio su caso por dado. La primera intención de Nia era evitar más bajas, lo cual le recordó que debia de hablar con Vac al respecto. Los azules de Nia buscaron los verdes del hado y cuando toparon con ellos, le hizo un movimiento para que le siguiera. Girandose al grupo por última vez, se despidió.
-Bueno, creo que eso es todo, si teneis intención de quedaros a pasar la noche, avisad, pero me temo que no puedo proporcionaros camas sin cobraros un extra. De todas formas conoced estas tres normas: El horario de visitas termina a las nueve y teneis terminantemente prohibido acceder a las demás galerias. Los baños estan arriba. Y ahora, si me disculpais, os dejo tiempo a solas.-
Guió a Vac hacia el exterior de la sala de operaciones, donde entonces le confrontó, su temple rompiendose por completo, pasando de ser Dama Urticaria de vuelta a ser Nia.
-¡Menuda mole de idiotez! ¿Acaso tiene cerebro entre sus tentáculos? Toima ha llegado demasiado lejos esta vez.-su voz apretada y algo aguda, sonaba en parte a furiosa y decepcionada.-¿Avisaste a los del cuchitril, no?-
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Botica de la náyade
17/04/15, 07:24 pm
Una vez hubo informado a los cuchitrileros, el griego regresó al interior del edificio, enfilando las escaleras que llevaban al sótano y regresando a la sala de operaciones justo cuando Nia terminaba su discurso. Cuando sus ojos se encontraron con los de la niña está le hizo una seña para que la acompañara al pasillo y, sin comentar nada, el hado le franqueó el paso antes de seguirla.
Sin los novatos presentes la náyade dejó a un lado la fachada de Dama Urticaria y volvió a ser la de siempre, preguntándole con frustración que tenía el argos entre las orejas. Era una pregunta retórica, pero Vac no podía evitar preguntarse lo mismo, aunque no tampoco tenía una respuesta.
—Si, les he puesto al tanto y no tardaran en llegar —la informó, desviando la mirada hacia la puerta de la sala de operaciones—. Has hecho un buen trabajo ahí dentro, Nia —comentó—. Cada día me cuesta mas reconocer a la niña revoltosa con la que compartí cosecha —añadió con una sonrisa afectuosa. Aquel tiempo se le antojaba demasiado lejano.
Sin los novatos presentes la náyade dejó a un lado la fachada de Dama Urticaria y volvió a ser la de siempre, preguntándole con frustración que tenía el argos entre las orejas. Era una pregunta retórica, pero Vac no podía evitar preguntarse lo mismo, aunque no tampoco tenía una respuesta.
—Si, les he puesto al tanto y no tardaran en llegar —la informó, desviando la mirada hacia la puerta de la sala de operaciones—. Has hecho un buen trabajo ahí dentro, Nia —comentó—. Cada día me cuesta mas reconocer a la niña revoltosa con la que compartí cosecha —añadió con una sonrisa afectuosa. Aquel tiempo se le antojaba demasiado lejano.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Botica de la náyade
17/04/15, 10:35 pm
Las palabras de la náyade sobre el pago y el dinero que iba a costar casi me sacaron de quicio. ¿Qué pretendía? ¿Arruinarnos durante años? Hasta para cobrar se era frío en esta ciudad... Pero tenía sentido. Tenía su negocio y de alguna forma se había topado con el casi-cadáver de Kud y ... Y no, so loca. Por mucha inversión que fuera salvarle, ¿qué pasaba si nadie conseguía pagarle por ello? ¿Qué iba a hacer entonces, matarlo? ¿Matarnos y reciclarnos como "recursos" para curar a futuros pacientes? Eso tenía todavía más sentido.
En cuanto Urticaria acabó de "intentar" advertirnos sobre el atacante y el peligro que supondría vengarnos, Marsi envió un mensaje mental a todos los presentes, náyade incluida: No seremos novatos siempre.
—Muy bien dicho, Marsi.
Las palabras de Urticaria habían logrado el efecto contrario en mí y que la varmana nos dijera eso le había dado más intensidad al sentimiento de venganza que me corroía por dentro. ¿Qué le importaba a la curandera que nos hiciera trizas hoy o dentro de unos años cuando nos sintiéramos preparados? Es más, si pasaba un tiempo antes de enfrentarle, podríamos incluso pagarle los que sobreviviéramos! <<¿Eso no lo ves como inversión de futuro? Bah>> Entonces pensé en decir algo a la náyade, así que abrí la boca y dije:
—Pues... ¡Oye! Y se fue... —pero no perdí ni un segundo y señalé a tres onyces—. Vosotras. Seguidla y decidle: "lo único que se me ocurre es que algunos trabajemos para ella un tiempo". Ah, y si la escucháis hablando antes de que la alcancéis, de lo que sea, memorizadlo y decídmelo palabra por palabra a la vuelta.
Además del mensaje verbal, intenté que les llegara mi intención de que averiguaran lo que pudieran (si es que la otra decía algo al respecto) sobre lo que había pasado. Si había escogido a tres onyces era precisamente para eso, pues una podría entregar el mensaje y volver y las otras dos ocultarse hasta escuchar algo. Si nada se lo impedía, lo conseguirían más les valía conseguirlo.
En cuanto Urticaria acabó de "intentar" advertirnos sobre el atacante y el peligro que supondría vengarnos, Marsi envió un mensaje mental a todos los presentes, náyade incluida: No seremos novatos siempre.
—Muy bien dicho, Marsi.
Las palabras de Urticaria habían logrado el efecto contrario en mí y que la varmana nos dijera eso le había dado más intensidad al sentimiento de venganza que me corroía por dentro. ¿Qué le importaba a la curandera que nos hiciera trizas hoy o dentro de unos años cuando nos sintiéramos preparados? Es más, si pasaba un tiempo antes de enfrentarle, podríamos incluso pagarle los que sobreviviéramos! <<¿Eso no lo ves como inversión de futuro? Bah>> Entonces pensé en decir algo a la náyade, así que abrí la boca y dije:
—Pues... ¡Oye! Y se fue... —pero no perdí ni un segundo y señalé a tres onyces—. Vosotras. Seguidla y decidle: "lo único que se me ocurre es que algunos trabajemos para ella un tiempo". Ah, y si la escucháis hablando antes de que la alcancéis, de lo que sea, memorizadlo y decídmelo palabra por palabra a la vuelta.
Además del mensaje verbal, intenté que les llegara mi intención de que averiguaran lo que pudieran (si es que la otra decía algo al respecto) sobre lo que había pasado. Si había escogido a tres onyces era precisamente para eso, pues una podría entregar el mensaje y volver y las otras dos ocultarse hasta escuchar algo. Si nada se lo impedía, lo conseguirían más les valía conseguirlo.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Botica de la náyade
18/04/15, 12:48 am
Nia
Nia sacó un abanico y, grácilmente, se abanicó con algo de orgullo ante el elogio de Vac.
-No ha sido nada... pero gracias. Tú también has sido un muy buen enfermero Vac. ¿Quién sabe? Hay puestos de sobra desde que, bueno, los últimos quedaron vacantes.-Nia se encogió de hombros.-Aunque, la verdad, la mayor tonteria es lo que me ha costado en dinero el recuperarle las piernas, pero lo tendré de vuelta, de una manera u otra.-dijo despreocupada. Vac entonces mencionó algo que pertenecia a la nostalgia.-Bueno, eso es lo que tiene, que ya no soy una niña.-respondió con una sonrisa un tanto altiva mientras plegaba el abanico de vuelta.
A su espalda, tres sombras se esparcieron lentamnete entre los recovecos. La infame, siempre al lado de la náyade, no se habia fijado hasta hacia unos segundos. Y, algo confusa habia observado su desarrollo. Fuera lo que fuera, era completamente antinatural y, por lo tanto, lo primero que hizo fue apuñalar a toda prisa a la que tenia más cerca. Una hoja invisible, como el resto de la terra, sesgó la criatura sombria en dos. De un salto, cercenó el cuerpo de una segunda con unos tajos precisos y tan frios como el acero que lo causaba. Entonces, la tercera y última, pareció percatarse de lo que pasaba y entró en pánico, aceleró el ritmo y se coló (inadvertidamente, pues no podia ver a su atacante invisible) entre las piernas de esta y, con voz chillona empezó a hablarle a la náyade. Nia apenas logró captar su tono de protesta para cuando su voz chillona se calló, probando el acero de nuevo.
Nia parpadeó rápidamente. El corazón le dio un vuelco. ¿Qué estaba pasando? Muerte estaba luchando, sí pero el otro enemigo ¿era invisible? Se llevó la mano a la bolsa, preparada para defenderse, cuando captó los restos de las onyces y la voz de la infame en su oido.
-Oito leva kurum tasar.-
La ulterana se tensó por unos segundos, confusa y entonces su ceño se frunció, era una rabia casi de incredulidad. Se sentia ultrajada de que hubieran decidido espiarla, o eso suponia, pues la tercera y última intentó hablar con ella en vez de huir, lo cual podia llevar a ser una desgraciada broma, o bien, la ignorancia de alguno de los novatos.
-Onyces...-se giró hacia Vac con una cambiante incredulidad y enfado hasta que finalmente su expresión se habia aclarado, con algo del temple de Dama Urticaria de por medio y sabia lo que tenia que hacer.Con aquello el insidioso mensaje mental que, presuntamente, la dullahan envió pero que habia decidido ignorar para no fomentar una discusión, sabia que tenia que hacer algo al respecto. -Vac si me disculpas un momento, me gustaria recordarles una regla adicional a mis invitados.-
Sin esperar a que le contestara, la ulterana enfiló el cuarto de operaciones de nuevo y con el ceño tan fruncido que parecia que iban a juntarse sus cejas, empujó las puertas con algo de enfado.
-Me gustaria saber quien ha creido oportuno mandar tres de sus onyces a espiar a espaldas de una transformada veterana. En muchas culturas, seria de mala educación, en Rocavarancolia, es una plegaria de un necio cansado de vivir.-terminó ladrando.
Lo primero que se oyó en respuesta fue a Kud tarareando una melodia.
Nia sacó un abanico y, grácilmente, se abanicó con algo de orgullo ante el elogio de Vac.
-No ha sido nada... pero gracias. Tú también has sido un muy buen enfermero Vac. ¿Quién sabe? Hay puestos de sobra desde que, bueno, los últimos quedaron vacantes.-Nia se encogió de hombros.-Aunque, la verdad, la mayor tonteria es lo que me ha costado en dinero el recuperarle las piernas, pero lo tendré de vuelta, de una manera u otra.-dijo despreocupada. Vac entonces mencionó algo que pertenecia a la nostalgia.-Bueno, eso es lo que tiene, que ya no soy una niña.-respondió con una sonrisa un tanto altiva mientras plegaba el abanico de vuelta.
A su espalda, tres sombras se esparcieron lentamnete entre los recovecos. La infame, siempre al lado de la náyade, no se habia fijado hasta hacia unos segundos. Y, algo confusa habia observado su desarrollo. Fuera lo que fuera, era completamente antinatural y, por lo tanto, lo primero que hizo fue apuñalar a toda prisa a la que tenia más cerca. Una hoja invisible, como el resto de la terra, sesgó la criatura sombria en dos. De un salto, cercenó el cuerpo de una segunda con unos tajos precisos y tan frios como el acero que lo causaba. Entonces, la tercera y última, pareció percatarse de lo que pasaba y entró en pánico, aceleró el ritmo y se coló (inadvertidamente, pues no podia ver a su atacante invisible) entre las piernas de esta y, con voz chillona empezó a hablarle a la náyade. Nia apenas logró captar su tono de protesta para cuando su voz chillona se calló, probando el acero de nuevo.
Nia parpadeó rápidamente. El corazón le dio un vuelco. ¿Qué estaba pasando? Muerte estaba luchando, sí pero el otro enemigo ¿era invisible? Se llevó la mano a la bolsa, preparada para defenderse, cuando captó los restos de las onyces y la voz de la infame en su oido.
-Oito leva kurum tasar.-
La ulterana se tensó por unos segundos, confusa y entonces su ceño se frunció, era una rabia casi de incredulidad. Se sentia ultrajada de que hubieran decidido espiarla, o eso suponia, pues la tercera y última intentó hablar con ella en vez de huir, lo cual podia llevar a ser una desgraciada broma, o bien, la ignorancia de alguno de los novatos.
-Onyces...-se giró hacia Vac con una cambiante incredulidad y enfado hasta que finalmente su expresión se habia aclarado, con algo del temple de Dama Urticaria de por medio y sabia lo que tenia que hacer.Con aquello el insidioso mensaje mental que, presuntamente, la dullahan envió pero que habia decidido ignorar para no fomentar una discusión, sabia que tenia que hacer algo al respecto. -Vac si me disculpas un momento, me gustaria recordarles una regla adicional a mis invitados.-
Sin esperar a que le contestara, la ulterana enfiló el cuarto de operaciones de nuevo y con el ceño tan fruncido que parecia que iban a juntarse sus cejas, empujó las puertas con algo de enfado.
-Me gustaria saber quien ha creido oportuno mandar tres de sus onyces a espiar a espaldas de una transformada veterana. En muchas culturas, seria de mala educación, en Rocavarancolia, es una plegaria de un necio cansado de vivir.-terminó ladrando.
Lo primero que se oyó en respuesta fue a Kud tarareando una melodia.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Botica de la náyade
18/04/15, 02:07 am
Esperé en silencio mientras miraba tanto al camino que las onyces habían tomado como a mis compañeros. En cuanto mis sombras desaparecieron de mi vista, empezó a preocuparme que la náyade tuviera mecanismos de defensa por la Botica y que pudiera pasarles algo. Demasiadas posibilidades, demasia... <<¿Lo has notado?>> El vínculo que me unía a las onyces acababa de perder un segmento por así decirlo... Era como si tuviera conexión directa con decenas, cientos de personas... y de pronto una de esas conexiones se perdieran, sin avisar, de golpe. No dolía pero se notaba el vacío... Y como solía ocurrir, pues no solía enviarlas en solitario, volvió a suceder. Ese ya me lo esperaba.
—Les ha pasado algo... —susurré preocupada con la segunda muerte. Por esa misma preocupación me acerqué al pasillo que habían seguido.
Entonces noté otro corte en el vínculo y me paré. Suspiré y miré a los míos:
—Algo las ha matado...
No suspiraba por su pérdida sino porque hubieran o no conseguido averiguar algo, nunca lo sabría. Y porque si algo las había liquidado... Alguien podría haberse enterado. Es más, poquísimo tiempo después vi las puertas se abrieron <<¡Más problemas, yupi!>> y la náyade entró casi echando humo. Cuando nos acusó de espiarla, estaba tanto en el papel de inocente novata que casi me dio por reírme pero lo ahogué a tiempo. <<¿Cómo puede esperar que la espiemos? ¿Qué vamos a hacer, robarle algo?>>
—Espera, espera... ¿Que qué? ¡Mandé a mis onyces a darte un mensaje porque te fuiste dejándonos con la palabra en la boca! Y vas tú y... y las matas. Si no te parece bien que trabajemos para pagar la deuda, nos lo dices, pero no mates a mis onyces, joder... Porque doy por hecho que escuchaste el mensaje, ¿no? ¿O es que tenéis costumbre de matar lo que se os acerque, como intentaron con Kud?
¿Y para qué te íbamos a espiar?—inquirió una onyce que volaba sobre mi cabeza y aterrizó en mi pelo.
—Callad...
¡Ha matado a tres de las nuestras y dice que por espiarle! ¡Es absurdo!—se apuntó otra onyce. Esta se me subió al hombro izquierdo y no paraba de cambiar de forma, cada cual más amenazadora que la anterior.
¡Pues claro que queríamos espiar! Te íbamos a robar el negocio, ¿qué si no?—exclamó otra agarrándose a mi brazo derecho. Esa era una serpiente.
No tuve ni que abrir la boca ni mirarlas ni hacer ningún gesto: de improviso, dejaron de moverse y de hablar y todas, todas echaron a volar y salieron del edificio como si un vendaval se las hubiera llevado. Al final iba a ser cierto lo de la "telepatía" propia del vínculo. Sonreí para mis adentros por semejante logro. Si no hubiéramos estado ahí habría saltado de alegría. Entonces inspiré hondo y miré tanto a Urticaria como diciendo "¿y bien?" como a los demás, preocupada por sus reacciones. <<Buen sitio para matarse: una suerte de hospital para monstruos>>
—Les ha pasado algo... —susurré preocupada con la segunda muerte. Por esa misma preocupación me acerqué al pasillo que habían seguido.
Entonces noté otro corte en el vínculo y me paré. Suspiré y miré a los míos:
—Algo las ha matado...
No suspiraba por su pérdida sino porque hubieran o no conseguido averiguar algo, nunca lo sabría. Y porque si algo las había liquidado... Alguien podría haberse enterado. Es más, poquísimo tiempo después vi las puertas se abrieron <<¡Más problemas, yupi!>> y la náyade entró casi echando humo. Cuando nos acusó de espiarla, estaba tanto en el papel de inocente novata que casi me dio por reírme pero lo ahogué a tiempo. <<¿Cómo puede esperar que la espiemos? ¿Qué vamos a hacer, robarle algo?>>
—Espera, espera... ¿Que qué? ¡Mandé a mis onyces a darte un mensaje porque te fuiste dejándonos con la palabra en la boca! Y vas tú y... y las matas. Si no te parece bien que trabajemos para pagar la deuda, nos lo dices, pero no mates a mis onyces, joder... Porque doy por hecho que escuchaste el mensaje, ¿no? ¿O es que tenéis costumbre de matar lo que se os acerque, como intentaron con Kud?
¿Y para qué te íbamos a espiar?—inquirió una onyce que volaba sobre mi cabeza y aterrizó en mi pelo.
—Callad...
¡Ha matado a tres de las nuestras y dice que por espiarle! ¡Es absurdo!—se apuntó otra onyce. Esta se me subió al hombro izquierdo y no paraba de cambiar de forma, cada cual más amenazadora que la anterior.
¡Pues claro que queríamos espiar! Te íbamos a robar el negocio, ¿qué si no?—exclamó otra agarrándose a mi brazo derecho. Esa era una serpiente.
No tuve ni que abrir la boca ni mirarlas ni hacer ningún gesto: de improviso, dejaron de moverse y de hablar y todas, todas echaron a volar y salieron del edificio como si un vendaval se las hubiera llevado. Al final iba a ser cierto lo de la "telepatía" propia del vínculo. Sonreí para mis adentros por semejante logro. Si no hubiéramos estado ahí habría saltado de alegría. Entonces inspiré hondo y miré tanto a Urticaria como diciendo "¿y bien?" como a los demás, preocupada por sus reacciones. <<Buen sitio para matarse: una suerte de hospital para monstruos>>
No Hope. No Dreams. No Love.
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- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Botica de la náyade
19/04/15, 05:53 pm
Nia y Kudryavka
Una bandera roja saltó en la mente de Nia a medida que la chica se defendia. El labio de la náyade se torció levemente.
<<¿Se creerá esta novata que soy tonta?>> maldijo internamente.
-Hay tantos argumentos que deconstruir en lo que me acabas de decir que siento que estás bromeando conmigo.-declaró, genuinamente anonadada.-Primero de todo, lo que acabo de informarte, es de sentido común no acercarse a nadie por la espalda sin avisarle que estás antes, cosas que TUS onyces no hicieron pues estuvieron un rato sin hacer ni decir nada una vez me PERSIGUIERON al cuarto contiguo a tener una conversación PRIVADA cuando perfectamente podrias haberlo hecho tu sola para no levantar sospechas. Sin contar que, aparentemente, me querias transmitir un mensaje del cual ya he declarado mi posición abiertamente antes de salir a tener mi conversación PRIVADA. Mientes muy mal, novata.-
La mirada azul oceano de la náyade escudriñó a la bruja con desafio, para luego continuar. Alzó un dedo y vigorosamente les apuntó, mientras que hablaba, su voz tornandose tan afilada que podia cortar.
-Vais a necesitar más que meses de practicas con espadas y libros de magia para sobrevivir en esta ciudad. Esto, ha sido un aviso.-declaró vigorosamente y les lanzó una mirada desafiante antes de decir unas últimas palabras.
-¡Noyan barka uzzarrûm!-ladró en un tono imperioso, sin dirgirse a ninguno de los neotransformados. Entonces se dió media vuelta y salió de la sala, echando humo. De tener piernas, habria ido dando pisotones.
En cuanto las puertas se cerraron tras ella una voz profunda, pero inconfundiblemente femenina habló, dentro de la sala donde aparentemente solo estaban los transformados.
-Kat-ûm, wo deshie.-
Kud en su cama pasó a recostarse, ignorante de que aquella voz proveniese de una persona que no podia ver, todavia muy embriagado. y se tapó lo que tenia descubierta de cara con una mano.
-Geniaaal... ahora me va a envenenar los potitos...-bromeó con una risilla muy infantil al final.
Nia, al otro lado de la puerta, ahora asegurada que estaba sellada, activó los mecanismos de insonorización y la bloqueó por un momento, para estar segura de que la dejarian hablar en paz con Vac. Al haber colocado a Muerte en el interior del cuarto, se enteraria de lo que hablasen, que dudaba de que fuera nada conspiratorio en su contra, pero si reafirmatorio del descaro con el cual habian intentado espiarla a sus espaldas.
-¿Puedes creerlos?-dijo con voz chillona hacia Vac.-¡Mentirme directamente a la cara!-resopló, entre el enfado y la indignación.
-Y van a ir a por Toima ahora. Y yo ya no se que hacer. No se si preocuparme más por ellos o por él. ¿Puede alguien en esta ciudad dejar de ser un completo salvaje por tan solo cinco minutos?-
Una bandera roja saltó en la mente de Nia a medida que la chica se defendia. El labio de la náyade se torció levemente.
<<¿Se creerá esta novata que soy tonta?>> maldijo internamente.
-Hay tantos argumentos que deconstruir en lo que me acabas de decir que siento que estás bromeando conmigo.-declaró, genuinamente anonadada.-Primero de todo, lo que acabo de informarte, es de sentido común no acercarse a nadie por la espalda sin avisarle que estás antes, cosas que TUS onyces no hicieron pues estuvieron un rato sin hacer ni decir nada una vez me PERSIGUIERON al cuarto contiguo a tener una conversación PRIVADA cuando perfectamente podrias haberlo hecho tu sola para no levantar sospechas. Sin contar que, aparentemente, me querias transmitir un mensaje del cual ya he declarado mi posición abiertamente antes de salir a tener mi conversación PRIVADA. Mientes muy mal, novata.-
La mirada azul oceano de la náyade escudriñó a la bruja con desafio, para luego continuar. Alzó un dedo y vigorosamente les apuntó, mientras que hablaba, su voz tornandose tan afilada que podia cortar.
-Vais a necesitar más que meses de practicas con espadas y libros de magia para sobrevivir en esta ciudad. Esto, ha sido un aviso.-declaró vigorosamente y les lanzó una mirada desafiante antes de decir unas últimas palabras.
-¡Noyan barka uzzarrûm!-ladró en un tono imperioso, sin dirgirse a ninguno de los neotransformados. Entonces se dió media vuelta y salió de la sala, echando humo. De tener piernas, habria ido dando pisotones.
En cuanto las puertas se cerraron tras ella una voz profunda, pero inconfundiblemente femenina habló, dentro de la sala donde aparentemente solo estaban los transformados.
-Kat-ûm, wo deshie.-
Kud en su cama pasó a recostarse, ignorante de que aquella voz proveniese de una persona que no podia ver, todavia muy embriagado. y se tapó lo que tenia descubierta de cara con una mano.
-Geniaaal... ahora me va a envenenar los potitos...-bromeó con una risilla muy infantil al final.
Nia, al otro lado de la puerta, ahora asegurada que estaba sellada, activó los mecanismos de insonorización y la bloqueó por un momento, para estar segura de que la dejarian hablar en paz con Vac. Al haber colocado a Muerte en el interior del cuarto, se enteraria de lo que hablasen, que dudaba de que fuera nada conspiratorio en su contra, pero si reafirmatorio del descaro con el cual habian intentado espiarla a sus espaldas.
-¿Puedes creerlos?-dijo con voz chillona hacia Vac.-¡Mentirme directamente a la cara!-resopló, entre el enfado y la indignación.
-Y van a ir a por Toima ahora. Y yo ya no se que hacer. No se si preocuparme más por ellos o por él. ¿Puede alguien en esta ciudad dejar de ser un completo salvaje por tan solo cinco minutos?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Botica de la náyade
20/04/15, 10:46 pm
Por suerte para Giz, la segunda vez que se encontró frente a la botica, sí que les recibieron. Con las ideas en orden y tras unas horas dándole vueltas a la situación, tenía claro que no podía haber pasado nada demasiado irreversible. Nía les recibió y el goliat no se andó con formalidades innecesarias.
—¿Sabes qué es lo que ha pasado en casa? ¿Está Tania aquí?
La náyade les explicó lo que sabía y Giz no sabía si llevarse la mano a la cara o qué hacer exactamente. No tenía ni idea de a quien culpar en aquella ocasión, pues Toima era una persona muy especial a la hora de tratar con los novatos, pero aquel monicaco parecía no tener un juicio muy sano. <<Como sus piernas ahora>> se permitió bromear. Lo único que le preocupaba un poco en aquel momento era el paradero de Tania, pero iba con el lagarto y, estando sana, no creía que le pudiera pasar nada.
—¿Deberíamos hablar con el novato? —le preguntó a sus amigos. Giz no estaba seguro de si sería necesaria alguna amenaza de andar por casa para evitarle más roturas de hueso en el futuro o si no merecía la pena siquiera con aquel especimen.
—¿Sabes qué es lo que ha pasado en casa? ¿Está Tania aquí?
La náyade les explicó lo que sabía y Giz no sabía si llevarse la mano a la cara o qué hacer exactamente. No tenía ni idea de a quien culpar en aquella ocasión, pues Toima era una persona muy especial a la hora de tratar con los novatos, pero aquel monicaco parecía no tener un juicio muy sano. <<Como sus piernas ahora>> se permitió bromear. Lo único que le preocupaba un poco en aquel momento era el paradero de Tania, pero iba con el lagarto y, estando sana, no creía que le pudiera pasar nada.
—¿Deberíamos hablar con el novato? —le preguntó a sus amigos. Giz no estaba seguro de si sería necesaria alguna amenaza de andar por casa para evitarle más roturas de hueso en el futuro o si no merecía la pena siquiera con aquel especimen.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Botica de la náyade
21/04/15, 02:11 am
Kin
Kin no prestó mucha atención a las preguntas realizadas por sus amigos a la náyade, aunque sí a sus respuestas, que fueron largas y, para él en ese momento, tediosas. Acababan de ver a Kud, embriagado por los sedantes y hecho trizas, y ya estaba hablando de pagos y detalles sin que el principal afectado pudiera opinar siquiera. «Aunque tampoco encuentro tanta diferencia con el Kud sobrio, todo hay que decirlo». Escuchar de la propia náyade que no había que temer por su salud le había quitado un gran peso de encima. Lo único que quedaba era el gran pago que se intuía, pero eso podía apartarlo del pensamiento por el momento.
Lo que no le hizo gracia fue la advertencia de la náyade. Sintió una gran frustración, que era en buena parte debida a que los había considerado poco más que basura en el zapato del atacante de Kud y, por otro lado, a la imposibilidad de venganza. Había tenido sentimientos encontrados todo ese tiempo al respecto. El sufrimiento de Kud le hacía desear uno igual o mayor para quien lo hubiera causado, pero por otro lado el chico estaba bien y tenían delante la posibilidad de dejarlo estar sin que nadie más saliese lastimado.
—Tranquila, preferiría dormir en el suelo antes que darte una moneda de más —murmuró entre dientes, agriamente, cuando la náyade se retiró. De haber tenido tiempo de opinar habría dicho que prefería que Kud no se quedase solo, pero la idea de tener que llenar más las arcas de la náyade por una miserable cama le corroía.
Se quedó cerca del vánara todo el tiempo, sin intervenir, por eso le cogió por sorpresa el asunto de las onyces. Estaba tan acostumbrando a escuchar a Alice darles órdenes, a verlas ir y venir, que ni se percató de que habían salido o de que el hecho podía ser malinterpretado. Pero, malinterpretado o no, la reacción de dama Urticaria le pareció exagerada e histérica. Empezaba a estar muy harto de recibir siempre un trato de ninguneo por todos los transformados de fuera de los refugios, y por una vez estaba de acuerdo con buena parte de la población de onyces. Pero volvió a hacer el esfuerzo titánico de callarse, por el bien de Kud, y porque las onyces eran asunto de Alice antes que de nadie más. Luego, cuando todo aquello terminase, haría lo posible por no volver a ver a Urticaria delante.
Gael
Por fin pudieron catar la verdad detrás de aquel misterio que los traía de cabeza. Tania estaba bien, como no era el caso del cerebro de Toima. Gael se preguntó una y otra vez cómo era posible que aquel novato hubiese llamado a la puerta menos indicada en el peor momento, para toparse con el descerebrado más grande de toda la ciudad –y también el que más probabilidades tenía de hacerlo pulpa sin necesidad de que se lo pidiese–. Por quien sintió auténtica lástima fue Tania, inocente de todas las lamentables estupideces de aquella noche y aun así metida en ello hasta el cuello. «No se le puede dejar solo… es que simplemente no se puede».
No conocía de nada al novato, pero se imaginó que sería el típico chaval con los humos muy subidos. No tenía nada en contra de bajarle los humos a gente así, a la larga deberían hasta agradecerlo, pero lo que había hecho Toima iba un paso más allá. «Para empezar, ¿a quién se le ocurre aceptar?». Y por supuesto, el novato tendría amigos. Gael tenía demasiados recuerdos desagradables e indelebles de situaciones semejantes. Las Azura y Pyro, que se habían buscado la ruina, y la venganza que lo siguió. Después Yloh, aunque había sido completamente inocente. No podía olvidar cómo se sintió, y para un novato aquella frustración podía derivar en un suicidio.
—No me gustaría que este asunto quedase en un malentendido con los novatos. Aunque me jode, va a haber que tomar responsabilidad por Toima. El chaval es claramente idiota, pero dudo que esté solo. No me gustaría dejar asuntos pendientes. —Miró a la náyade antes de seguir hablando—. ¿Se le puede visitar ahora o habrá que esperar a mañana?
Kin no prestó mucha atención a las preguntas realizadas por sus amigos a la náyade, aunque sí a sus respuestas, que fueron largas y, para él en ese momento, tediosas. Acababan de ver a Kud, embriagado por los sedantes y hecho trizas, y ya estaba hablando de pagos y detalles sin que el principal afectado pudiera opinar siquiera. «Aunque tampoco encuentro tanta diferencia con el Kud sobrio, todo hay que decirlo». Escuchar de la propia náyade que no había que temer por su salud le había quitado un gran peso de encima. Lo único que quedaba era el gran pago que se intuía, pero eso podía apartarlo del pensamiento por el momento.
Lo que no le hizo gracia fue la advertencia de la náyade. Sintió una gran frustración, que era en buena parte debida a que los había considerado poco más que basura en el zapato del atacante de Kud y, por otro lado, a la imposibilidad de venganza. Había tenido sentimientos encontrados todo ese tiempo al respecto. El sufrimiento de Kud le hacía desear uno igual o mayor para quien lo hubiera causado, pero por otro lado el chico estaba bien y tenían delante la posibilidad de dejarlo estar sin que nadie más saliese lastimado.
—Tranquila, preferiría dormir en el suelo antes que darte una moneda de más —murmuró entre dientes, agriamente, cuando la náyade se retiró. De haber tenido tiempo de opinar habría dicho que prefería que Kud no se quedase solo, pero la idea de tener que llenar más las arcas de la náyade por una miserable cama le corroía.
Se quedó cerca del vánara todo el tiempo, sin intervenir, por eso le cogió por sorpresa el asunto de las onyces. Estaba tan acostumbrando a escuchar a Alice darles órdenes, a verlas ir y venir, que ni se percató de que habían salido o de que el hecho podía ser malinterpretado. Pero, malinterpretado o no, la reacción de dama Urticaria le pareció exagerada e histérica. Empezaba a estar muy harto de recibir siempre un trato de ninguneo por todos los transformados de fuera de los refugios, y por una vez estaba de acuerdo con buena parte de la población de onyces. Pero volvió a hacer el esfuerzo titánico de callarse, por el bien de Kud, y porque las onyces eran asunto de Alice antes que de nadie más. Luego, cuando todo aquello terminase, haría lo posible por no volver a ver a Urticaria delante.
Gael
Por fin pudieron catar la verdad detrás de aquel misterio que los traía de cabeza. Tania estaba bien, como no era el caso del cerebro de Toima. Gael se preguntó una y otra vez cómo era posible que aquel novato hubiese llamado a la puerta menos indicada en el peor momento, para toparse con el descerebrado más grande de toda la ciudad –y también el que más probabilidades tenía de hacerlo pulpa sin necesidad de que se lo pidiese–. Por quien sintió auténtica lástima fue Tania, inocente de todas las lamentables estupideces de aquella noche y aun así metida en ello hasta el cuello. «No se le puede dejar solo… es que simplemente no se puede».
No conocía de nada al novato, pero se imaginó que sería el típico chaval con los humos muy subidos. No tenía nada en contra de bajarle los humos a gente así, a la larga deberían hasta agradecerlo, pero lo que había hecho Toima iba un paso más allá. «Para empezar, ¿a quién se le ocurre aceptar?». Y por supuesto, el novato tendría amigos. Gael tenía demasiados recuerdos desagradables e indelebles de situaciones semejantes. Las Azura y Pyro, que se habían buscado la ruina, y la venganza que lo siguió. Después Yloh, aunque había sido completamente inocente. No podía olvidar cómo se sintió, y para un novato aquella frustración podía derivar en un suicidio.
—No me gustaría que este asunto quedase en un malentendido con los novatos. Aunque me jode, va a haber que tomar responsabilidad por Toima. El chaval es claramente idiota, pero dudo que esté solo. No me gustaría dejar asuntos pendientes. —Miró a la náyade antes de seguir hablando—. ¿Se le puede visitar ahora o habrá que esperar a mañana?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Botica de la náyade
21/04/15, 02:13 pm
Krono Rádem
Archime engrosó el número de aquellos que no habían podido responderle nada a la náyade debido a su repentina salida de la sala. El kairós sabía que se encontraban en el establecimiento de dama Urticaria y que había demasiado que agradecerle y por ello no consideraba adecuado contrariarla, pero sí había sentido la necesidad de puntualizar que no había lógica alguna en una búsqueda de venganza contra la que la ulterana parecía creer necesario advertirles. El kairós, teniendo tiempo de meditar al respecto después, cayó en la cuenta, no obstante, de que muy probablemente Kudryavka sí podría encajar en el perfil de “persona inconsciente” que sería capaz de algo como aquello. Pero su condición de víctima lo descartaba, por lo que el irrense desechó la idea de que alguno de sus otros compañeros pudieran llegar a pensar siquiera en cometer tamaña imprudencia, más teniendo como ejemplo el grave estado del vánara y no ganando nada con una acción como aquella.
El asunto de las onyces y el malentendido producido al respecto incomodaron sobremanera al ingeniero, ya que si había algo que podía destemplar su permanente humor neutro eran los conflictos sin sentido. No halló ningún hueco entre el intercambio de acusaciones en el que poder hacerse oír y ya que el asunto no escaló a un conflicto mayor simplemente optó por lo que casi siempre hacía: soportar su frustración en el más completo silencio y sin que repercutiese en su comportamiento externo. A su manera de ver, dama Urticaria había reaccionado de forma desproporcionada, aunque comprendía las sospechas ya que la decisión de Alice no había sido lógica, especialmente porque era evidente que nadie se fiaba de sus onyces. Ello no era nada extraño si se tenía en cuenta la clase de comentarios desagradables y funestos que hacían.
Por otra parte, cuando la ulterana abandonó la estancia, Kudryavka dio muestras en forma de comentario sarcástico de que su estado había mejorado gracias al auxilio de la náyade. Para el ingeniero, por mucho que les hubiera dedicado palabras poco amables, el hecho de que hubiese salvado la vida del vánara tenía mucho más peso que cualquier otra cosa y por tanto sus sentimientos hacia dama Urticaria eran de gratitud.
Noel
Noel habló poco en el tiempo que transcurrió desde que aparecieron primero Wen y después Jack hasta que Vac les avisó por el comunicador de que se dirigiesen a la botica. Se había reído de forma irónica cuando la vouivre había comentado que Toima parecía haber hecho una fiesta salvaje y pensando que ojalá se tratase de eso. Conociendo al ulterano, probablemente les había metido de cabeza en algún lío aunque por el momento la preocupación por Tania primaba sobre el resto.
Por suerte ello no les duró mucho, ya que por fin Nia los recibió en la botica y pudieron saber que la nublina se encontraba en perfectas condiciones. No era ese el caso de un novato descerebrado a quien por lo visto le había parecido una buena idea poner su vida estúpidamente en peligro aquella mañana. Y después estaba el otro descerebrado, al que no había querido ni ver y era mejor que siguiese sin hacerlo a pesar de que le tentaba darse la vuelta y volver corriendo al cuchitril para hacer algo que probablemente debería haber hecho antes. No obstante, tan solo bufó con exasperación mientras Gael hablaba. Dejó que Nia respondiese a su pregunta y se mostró de acuerdo con el fuego fatuo aunque no lo expresó en voz alta.
—Necesitamos a Tania —fue lo primero que dijo desde que habían llegado, mientras ya empezaba a sacar el comunicador de su bolsillo puesto que la ulterana no conocía el paradero de la nublina—. Es la única persona que se encontraba allí cuyas conexiones neuronales son correctas y probablemente solo ella pueda ayudarnos a aclarar esto. —Se expresó sin imprimir su característico tono sarcástico a sus palabras mientras manipulaba el aparato rúnico para que su voz le llegase solo a ella—. ¿Tania? ¿Dónde estás? ¿Puedes venir a la botica, por favor?
Archime engrosó el número de aquellos que no habían podido responderle nada a la náyade debido a su repentina salida de la sala. El kairós sabía que se encontraban en el establecimiento de dama Urticaria y que había demasiado que agradecerle y por ello no consideraba adecuado contrariarla, pero sí había sentido la necesidad de puntualizar que no había lógica alguna en una búsqueda de venganza contra la que la ulterana parecía creer necesario advertirles. El kairós, teniendo tiempo de meditar al respecto después, cayó en la cuenta, no obstante, de que muy probablemente Kudryavka sí podría encajar en el perfil de “persona inconsciente” que sería capaz de algo como aquello. Pero su condición de víctima lo descartaba, por lo que el irrense desechó la idea de que alguno de sus otros compañeros pudieran llegar a pensar siquiera en cometer tamaña imprudencia, más teniendo como ejemplo el grave estado del vánara y no ganando nada con una acción como aquella.
El asunto de las onyces y el malentendido producido al respecto incomodaron sobremanera al ingeniero, ya que si había algo que podía destemplar su permanente humor neutro eran los conflictos sin sentido. No halló ningún hueco entre el intercambio de acusaciones en el que poder hacerse oír y ya que el asunto no escaló a un conflicto mayor simplemente optó por lo que casi siempre hacía: soportar su frustración en el más completo silencio y sin que repercutiese en su comportamiento externo. A su manera de ver, dama Urticaria había reaccionado de forma desproporcionada, aunque comprendía las sospechas ya que la decisión de Alice no había sido lógica, especialmente porque era evidente que nadie se fiaba de sus onyces. Ello no era nada extraño si se tenía en cuenta la clase de comentarios desagradables y funestos que hacían.
Por otra parte, cuando la ulterana abandonó la estancia, Kudryavka dio muestras en forma de comentario sarcástico de que su estado había mejorado gracias al auxilio de la náyade. Para el ingeniero, por mucho que les hubiera dedicado palabras poco amables, el hecho de que hubiese salvado la vida del vánara tenía mucho más peso que cualquier otra cosa y por tanto sus sentimientos hacia dama Urticaria eran de gratitud.
Noel
Noel habló poco en el tiempo que transcurrió desde que aparecieron primero Wen y después Jack hasta que Vac les avisó por el comunicador de que se dirigiesen a la botica. Se había reído de forma irónica cuando la vouivre había comentado que Toima parecía haber hecho una fiesta salvaje y pensando que ojalá se tratase de eso. Conociendo al ulterano, probablemente les había metido de cabeza en algún lío aunque por el momento la preocupación por Tania primaba sobre el resto.
Por suerte ello no les duró mucho, ya que por fin Nia los recibió en la botica y pudieron saber que la nublina se encontraba en perfectas condiciones. No era ese el caso de un novato descerebrado a quien por lo visto le había parecido una buena idea poner su vida estúpidamente en peligro aquella mañana. Y después estaba el otro descerebrado, al que no había querido ni ver y era mejor que siguiese sin hacerlo a pesar de que le tentaba darse la vuelta y volver corriendo al cuchitril para hacer algo que probablemente debería haber hecho antes. No obstante, tan solo bufó con exasperación mientras Gael hablaba. Dejó que Nia respondiese a su pregunta y se mostró de acuerdo con el fuego fatuo aunque no lo expresó en voz alta.
—Necesitamos a Tania —fue lo primero que dijo desde que habían llegado, mientras ya empezaba a sacar el comunicador de su bolsillo puesto que la ulterana no conocía el paradero de la nublina—. Es la única persona que se encontraba allí cuyas conexiones neuronales son correctas y probablemente solo ella pueda ayudarnos a aclarar esto. —Se expresó sin imprimir su característico tono sarcástico a sus palabras mientras manipulaba el aparato rúnico para que su voz le llegase solo a ella—. ¿Tania? ¿Dónde estás? ¿Puedes venir a la botica, por favor?
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Botica de la náyade
22/04/15, 11:58 pm
Nia, Tania y Kud
Y así que la puerta llamó y Nia fue a abrirla. Al otro lado, los cuchitrileros que se habian encontrado con el desastre de la pelea a la vuelta de las incursiones a la tierra. Nia les recibió y entonces si que cerró la botica para el público. La falta de mano de obra era especialmente aguda en aquel día en la que la ulterana ya estaba agotada físicamente. Antes de explicarles nada, se tomó una dosis de poción revitalizante concentrada y la vitalidad volvió a ella una vez más.
La náyade les explico lo que Tania les habia contado en un principio, les aclaró donde estaban y lo que habian hecho desde los pocos minutos desde que habian entrado a su puerta. Además, explicó su preocupación hacia las posibles represalias y las futuras víctimas que esto podria llegar a descadenar.
-Estoy de acuerdo con Giz y Gael, sinceramente. Aunque algunos me han parecido abiertamente maleducados, se nota que el miedo y la confusión puede nublarles el buen juicio. Creo que soy capaz de organizar una pequeña reunión entre los dos grupos para aclarar la situación.-
Nia les pidió unos minutos, en los que les dejó solos en la tienda en sí mientras subia a un piso superior y, ahí, se puso a preparar uno de los cuartos más grandes de la Botica. Mientras, Noel, habia contactado con Tania. La nublina respondió por el intercomunicador. Parecia estar jadeando y su voz estaba algo entrecortada, pero accedio a volver a la botica con algo de tristeza.
Para cuando alcanzó el edificio, los cuchitrileros estaban siendo reunidos en la dicha sala. Era una sala de alfombras y tapices de color cerúleo. Una larga mesa ovalada presidia el centro, con bellos sillones de terciopelo turquesa. Un largo manto de colores azules fluctuantes entre el cyan y el marino estaba esparcido por la mesa. Mientras los cuchitrileros se iban sentando, Nia iba preparando platos tazas y cucharillas de sobra para todos los participantes, bastante acelerada, aclaró que en cuestión de segundos los haria llamar a aquella sala, y que mientras, podian hablar de antemano entre ellos. Pero poca cosa se podia hablar, así que la náyade recorrió las escaleras de vuelta hacia abajo. Concentrandose en su temple de vuelta, desbloqueó la puerta y la abrió, cruzando el umbral, pero sin dejar que se cerrara la puetra tras de si, les contó como los de el grupo al cual pertenecia el agresor habian venido a hablar con ellos y que estaban en una sala más arriba, indicando que la acompañasen si quisieran, alegando que Vac se iba a quedar a cuidar al enfermo.
Todos parecieron estar de acuerdo y Nia les guió escaleras arriba hacia la sala. Les invitó a sentarse en el lado opuesto de la mesa ovalada y entonces desapareció unos instantes mientras hacian las presentaciones.
Tania tenia grabado en el rostro la tristeza y la sobrecarga emocional de aquel día. Apenas podia mirar a los novatos sin sentirse culpable, pero sabia que era necesario que ella estuviera ahí, así que intentó aguantarlo como pudo.
Mientras, de vuelta abajo, Kud intentó un pequeño saludo hacia su "guardián".
-Pues... parece que me he quedado a solas con Tyki Mikk.-comentó casualmente mientras tamborileaba con los únicos dedos al descubierto que tenia.
Arriba, apenas unos minutos después de que entrasen los neotransformados en la sala, Nia apareció con una gran bandeja de bolleria y pastas que colocó en el centro y tres teteras cargadas de té mentolado. Lenta y con gracia, comenzó a vertir el té en la taza que tenia cada comensal de frente y, con unas pinzas a servir un bollo y unas pastas a cada uno, lo quisieran o no, tras lo cual, se sentó en su sitio y comenzó a dar un sorbo a su propia taza.
Y así que la puerta llamó y Nia fue a abrirla. Al otro lado, los cuchitrileros que se habian encontrado con el desastre de la pelea a la vuelta de las incursiones a la tierra. Nia les recibió y entonces si que cerró la botica para el público. La falta de mano de obra era especialmente aguda en aquel día en la que la ulterana ya estaba agotada físicamente. Antes de explicarles nada, se tomó una dosis de poción revitalizante concentrada y la vitalidad volvió a ella una vez más.
La náyade les explico lo que Tania les habia contado en un principio, les aclaró donde estaban y lo que habian hecho desde los pocos minutos desde que habian entrado a su puerta. Además, explicó su preocupación hacia las posibles represalias y las futuras víctimas que esto podria llegar a descadenar.
-Estoy de acuerdo con Giz y Gael, sinceramente. Aunque algunos me han parecido abiertamente maleducados, se nota que el miedo y la confusión puede nublarles el buen juicio. Creo que soy capaz de organizar una pequeña reunión entre los dos grupos para aclarar la situación.-
Nia les pidió unos minutos, en los que les dejó solos en la tienda en sí mientras subia a un piso superior y, ahí, se puso a preparar uno de los cuartos más grandes de la Botica. Mientras, Noel, habia contactado con Tania. La nublina respondió por el intercomunicador. Parecia estar jadeando y su voz estaba algo entrecortada, pero accedio a volver a la botica con algo de tristeza.
Para cuando alcanzó el edificio, los cuchitrileros estaban siendo reunidos en la dicha sala. Era una sala de alfombras y tapices de color cerúleo. Una larga mesa ovalada presidia el centro, con bellos sillones de terciopelo turquesa. Un largo manto de colores azules fluctuantes entre el cyan y el marino estaba esparcido por la mesa. Mientras los cuchitrileros se iban sentando, Nia iba preparando platos tazas y cucharillas de sobra para todos los participantes, bastante acelerada, aclaró que en cuestión de segundos los haria llamar a aquella sala, y que mientras, podian hablar de antemano entre ellos. Pero poca cosa se podia hablar, así que la náyade recorrió las escaleras de vuelta hacia abajo. Concentrandose en su temple de vuelta, desbloqueó la puerta y la abrió, cruzando el umbral, pero sin dejar que se cerrara la puetra tras de si, les contó como los de el grupo al cual pertenecia el agresor habian venido a hablar con ellos y que estaban en una sala más arriba, indicando que la acompañasen si quisieran, alegando que Vac se iba a quedar a cuidar al enfermo.
Todos parecieron estar de acuerdo y Nia les guió escaleras arriba hacia la sala. Les invitó a sentarse en el lado opuesto de la mesa ovalada y entonces desapareció unos instantes mientras hacian las presentaciones.
Tania tenia grabado en el rostro la tristeza y la sobrecarga emocional de aquel día. Apenas podia mirar a los novatos sin sentirse culpable, pero sabia que era necesario que ella estuviera ahí, así que intentó aguantarlo como pudo.
Mientras, de vuelta abajo, Kud intentó un pequeño saludo hacia su "guardián".
-Pues... parece que me he quedado a solas con Tyki Mikk.-comentó casualmente mientras tamborileaba con los únicos dedos al descubierto que tenia.
Arriba, apenas unos minutos después de que entrasen los neotransformados en la sala, Nia apareció con una gran bandeja de bolleria y pastas que colocó en el centro y tres teteras cargadas de té mentolado. Lenta y con gracia, comenzó a vertir el té en la taza que tenia cada comensal de frente y, con unas pinzas a servir un bollo y unas pastas a cada uno, lo quisieran o no, tras lo cual, se sentó en su sitio y comenzó a dar un sorbo a su propia taza.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Botica de la náyade
23/04/15, 01:19 pm
No solo era el pago algo difícil con lo que les tocaría lidiar, lo peor era al ambiente en aquel lugar, incomodo y bastante tenso, ninguno estaba especialmente cómodo con lo ocurrido con Kud, menos cuando la información que tenían era prácticamente nula. También estaba la advertencia de Dama Urticaria que hizo el ambiente aun peor, y que Marsi resumió en pocas palabras “De verdad que se creen en un pedestal. Peligroso o no, no es como si pudiéramos quedarnos sin hacer nada mientras le dan una paliza a un amigo, malta sea” pensó con fastidio. Cuando Alice puso en movimiento a sus onyces, Dhelian no dijo nada y tan solo observo el movimiento de las sombras negras alejarse, el también quería algunas respuestas pero con las estirges era mas complicado conseguirlas sin que se dieran cuenta. Al menos en esa situación.
La reacción que aquello provoco en Dama Urticaria le sorprendió, una reacción bastante exagerada a su parecer y algo dramática. ¿Qué esperaba que hicieran? ¿Quedarse allí esperando como muebles hasta que alguien se dignara a explicarles quien demonios había lisiado a Kud? Porque no estaba nadie muy por la labor de decir nada y aquello era frustrante. Ser novatos no les convertía en idiotas a los que no había que darles cuentas. “Es un asco ser un recién transformado, nadie te toma en serio...” pensó Dhelian suspirando al descubrir que seguían igual que al principio ya que las onyces de su amiga no volvieron.
Un tiempo después volvió Dama Urticaria, por suerte, pues ya se impacientaba a sentirse vigilado entre las sombras y sin saber nada, ya que Kud seguía solo diciendo incoherencias, para informarle de los amigos del atacante de Kud estaba allí para hablar con ellos. Aquello inquieto a Dhelian y tenso a Munin sobre su hombro que erizo las plumas de su lomo con desconfianza. ¿Había necesidad que todo un grupo viniera a hablar con ellos? “Dudo que la persona que daño a Kud haya acabado tan mal como el, o estaría aquí siendo tratado ¿sabrán algo o también estarán a oscuras como nosotros?" estaba ansioso y preocupado pues aquello no despertaba ni su simpatía ni su confianza, por mucho que esa fuese a ser una aparente simple charla. Aun así parecía que la única forma de enterarse de una vez de lo ocurrido era hablar con aquellos transformados, por lo que tras compartir algunas miradas con sus compañeros estuvo de acuerdo en ir, esperando que esos amigos fuesen menos violentos y sádicos que el que le rompió las piernas al vanara. O al menos que lo fueran durante aquella conversación.
Con un suspiro la siguió, dejando a Munin escondiéndose en el gorro de su sudadera, observando con sus pequeños ojos negros todo lo que pasaría, para poder graznar en un tono inaudible en su oído cuando quisiera. Llegando finalmente a un salón donde había un pequeño grupo de transformados ya esperándoles.
La imagen de cada uno de estos se grabo en la mente de Dhelian, de todos ellos, siendo el más…monstruo, por ser suave, aquel con alas y cola de reptil emplumada. Bueno él, el reptil con gorguera y la llama azul con apariencia humana, apariencia que le hizo parpadear despacio creyendo que alucinaba por un segundo. “Y nosotros éramos el grupo raro” pensó no sin cierto sarcasmo, no pudiendo ni imaginarse como seria el que dañó a Kud viendo aquel panorama. Ellos tres eran los que más destacaban; ellos, el semi mariposa que antes estaba en la sala de operaciones y por supuesto la chica medusa. El resto eran aparentemente normales en apariencia, estando entre estos la tal Tania que era la que parecía saber todo el asunto.
Dama Urticaria escogió ese momento para poner un servició de té como si fuese lo más normal del mundo “¿Qué le pasa a esta mujer? Hace un rato nos cobraba hasta por dormir aquí… ¿y ahora no sirve té y pastitas? O esta envenenado o no quiere sacar aun más dinero” desconfió Dhelian mirando lo servido, sin tocarlo. De todos modos, se equivocara o no, no podía comer nada de lo que le había puesto delante y esperaba que sus amigos también sospecharan y no lo hicieran. Seguía sin fiarse de todo aquel escenario de charla superficial y amena, analizando con detenimiento al grupo allí reunido, tan disparejo como ellos mismos. Por lo que tras un segundo de duda decidió decir lo que llevaba ya un buen rato queriendo saber, traspasando su timidez natural para ello.
-Entonces...¿por fin van a decirnos como acabo nuestro amigo así o tendremos que seguir recibiendo respuestas vagas? -pregunto Dhelian observando a los transformados un poco desesperado y frustrado ya a esas alturas por no saber nada, como también evidentemente molesto a pesar de que su tono fue suave. Intentando ser lo mas tranquilo y cordial posible dada la situación y sus nervios. Solo querían saber quien y porque hizo eso, así de simple ¿Tan complicado era darles una explicación coherente para esa salvajada? Porque mira que les estaba costando decirles. ¿O es que no tenían una explicación y ya? Si solo había sido un ataque unilateral sin razón aparente, aquello se iba a volver realmente caótico.
La reacción que aquello provoco en Dama Urticaria le sorprendió, una reacción bastante exagerada a su parecer y algo dramática. ¿Qué esperaba que hicieran? ¿Quedarse allí esperando como muebles hasta que alguien se dignara a explicarles quien demonios había lisiado a Kud? Porque no estaba nadie muy por la labor de decir nada y aquello era frustrante. Ser novatos no les convertía en idiotas a los que no había que darles cuentas. “Es un asco ser un recién transformado, nadie te toma en serio...” pensó Dhelian suspirando al descubrir que seguían igual que al principio ya que las onyces de su amiga no volvieron.
Un tiempo después volvió Dama Urticaria, por suerte, pues ya se impacientaba a sentirse vigilado entre las sombras y sin saber nada, ya que Kud seguía solo diciendo incoherencias, para informarle de los amigos del atacante de Kud estaba allí para hablar con ellos. Aquello inquieto a Dhelian y tenso a Munin sobre su hombro que erizo las plumas de su lomo con desconfianza. ¿Había necesidad que todo un grupo viniera a hablar con ellos? “Dudo que la persona que daño a Kud haya acabado tan mal como el, o estaría aquí siendo tratado ¿sabrán algo o también estarán a oscuras como nosotros?" estaba ansioso y preocupado pues aquello no despertaba ni su simpatía ni su confianza, por mucho que esa fuese a ser una aparente simple charla. Aun así parecía que la única forma de enterarse de una vez de lo ocurrido era hablar con aquellos transformados, por lo que tras compartir algunas miradas con sus compañeros estuvo de acuerdo en ir, esperando que esos amigos fuesen menos violentos y sádicos que el que le rompió las piernas al vanara. O al menos que lo fueran durante aquella conversación.
Con un suspiro la siguió, dejando a Munin escondiéndose en el gorro de su sudadera, observando con sus pequeños ojos negros todo lo que pasaría, para poder graznar en un tono inaudible en su oído cuando quisiera. Llegando finalmente a un salón donde había un pequeño grupo de transformados ya esperándoles.
La imagen de cada uno de estos se grabo en la mente de Dhelian, de todos ellos, siendo el más…monstruo, por ser suave, aquel con alas y cola de reptil emplumada. Bueno él, el reptil con gorguera y la llama azul con apariencia humana, apariencia que le hizo parpadear despacio creyendo que alucinaba por un segundo. “Y nosotros éramos el grupo raro” pensó no sin cierto sarcasmo, no pudiendo ni imaginarse como seria el que dañó a Kud viendo aquel panorama. Ellos tres eran los que más destacaban; ellos, el semi mariposa que antes estaba en la sala de operaciones y por supuesto la chica medusa. El resto eran aparentemente normales en apariencia, estando entre estos la tal Tania que era la que parecía saber todo el asunto.
Dama Urticaria escogió ese momento para poner un servició de té como si fuese lo más normal del mundo “¿Qué le pasa a esta mujer? Hace un rato nos cobraba hasta por dormir aquí… ¿y ahora no sirve té y pastitas? O esta envenenado o no quiere sacar aun más dinero” desconfió Dhelian mirando lo servido, sin tocarlo. De todos modos, se equivocara o no, no podía comer nada de lo que le había puesto delante y esperaba que sus amigos también sospecharan y no lo hicieran. Seguía sin fiarse de todo aquel escenario de charla superficial y amena, analizando con detenimiento al grupo allí reunido, tan disparejo como ellos mismos. Por lo que tras un segundo de duda decidió decir lo que llevaba ya un buen rato queriendo saber, traspasando su timidez natural para ello.
-Entonces...¿por fin van a decirnos como acabo nuestro amigo así o tendremos que seguir recibiendo respuestas vagas? -pregunto Dhelian observando a los transformados un poco desesperado y frustrado ya a esas alturas por no saber nada, como también evidentemente molesto a pesar de que su tono fue suave. Intentando ser lo mas tranquilo y cordial posible dada la situación y sus nervios. Solo querían saber quien y porque hizo eso, así de simple ¿Tan complicado era darles una explicación coherente para esa salvajada? Porque mira que les estaba costando decirles. ¿O es que no tenían una explicación y ya? Si solo había sido un ataque unilateral sin razón aparente, aquello se iba a volver realmente caótico.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- InvitadoInvitado
Re: Botica de la náyade
23/04/15, 09:22 pm
Marsi necesitó toda su fuerza de voluntad para mantener la compostura en esa situación. Era como si todos los peligros que habían pasado durante la criba no significasen nada, eran como críos ante los ojos de los viejos monstruos. Pero no podían hacer mucho, estaban en territorio ajeno, y dependían que la medusa para la recuperación de su compañero. Aunque resultaba algo extraño... recoger a un novato medio muerto y salvarle la vida para luego cobrarle una obscena suma de dinero... Era incluso ruin.
Puso la mano sobre el hombro de Alice a la segunda bronca, pidiéndole silenciosamente que lo dejase pasar. Tendrían que aguantar sus condiciones, aunque luego decidieran no seguir su ''consejo'' de no tomarse la revancha. Permanecieron en silencio, ella un poco alejada de Kud, pues sus incoherencias y su ebria felicidad la ponían nerviosa, hasta que volvieron a buscarles.
Conocía a la mayoría de los nuevos monstruos, solo de vista. Algunos habían coincidido con ella más de una vez en el Mago Tuerto, cuando iba a visitar al violinista. Según tenía entendido eran mercenarios, lo cual no le tranquilizaba en absoluto. Urticaria los reunió a todos en una sala claramente preparada para recibir invitados, y les sirvió té y pastas por alguna razón que la dullahan no alcanzaba a comprender. Le llegó el aroma del té, potente, perfecto para esconder cualquier otro olor.
Tal vez estaba siendo demasiado paranoica, puede que solo fuera algún tipo de protocolo de la alquimista, o que quisiera quedar bien delante de los mercenarios. Puso las manos alrededor de la taza, sintiendo el calor, y decidió esperar a que los demás probasen la comida primero antes de empezar. La pregunta de Dhelian fue bastante acertada, si iban a darles respuestas ella encantada de oírlas.
Puso la mano sobre el hombro de Alice a la segunda bronca, pidiéndole silenciosamente que lo dejase pasar. Tendrían que aguantar sus condiciones, aunque luego decidieran no seguir su ''consejo'' de no tomarse la revancha. Permanecieron en silencio, ella un poco alejada de Kud, pues sus incoherencias y su ebria felicidad la ponían nerviosa, hasta que volvieron a buscarles.
Conocía a la mayoría de los nuevos monstruos, solo de vista. Algunos habían coincidido con ella más de una vez en el Mago Tuerto, cuando iba a visitar al violinista. Según tenía entendido eran mercenarios, lo cual no le tranquilizaba en absoluto. Urticaria los reunió a todos en una sala claramente preparada para recibir invitados, y les sirvió té y pastas por alguna razón que la dullahan no alcanzaba a comprender. Le llegó el aroma del té, potente, perfecto para esconder cualquier otro olor.
Tal vez estaba siendo demasiado paranoica, puede que solo fuera algún tipo de protocolo de la alquimista, o que quisiera quedar bien delante de los mercenarios. Puso las manos alrededor de la taza, sintiendo el calor, y decidió esperar a que los demás probasen la comida primero antes de empezar. La pregunta de Dhelian fue bastante acertada, si iban a darles respuestas ella encantada de oírlas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Botica de la náyade
23/04/15, 10:40 pm
La bruja alucinó con la respuesta de Urticaria y las onyces habrían estallado en carcajadas si el vínculo con ellas no hubiera funcionado. Onyx se limitó a mirarla con el ceño apretado y esperó a que se fuera. Si Marsi no le hubiera puesto el brazo en el hombro, quizá no se hubiera pensado el decirle cuatro cositas y habría metido la pata. Pero esperó y luego masculló en voz baja:
—Jodida ciudad —y, pensando pensando, recordó una canción dde la tierra—. Cuando acabemos el instituto, todo será mejor — y luego añadió unas frases más, canturreando con el ritmo de la original—. Cuando acabemos la criba, todo será mejor. Cuando acabemos de adaptarnos, todo será mejor... Cuando seamos más poderosos sí que será mejor —y miró a sus amigos muy seria, para luego sonreír.
Lo que sucedió poco después la dejó a cuadros. Les llevaron a una sala con una mesa ovalada y monstruos de todo tipo hicieron su entrada. Lo peor no era que algunos de ellos incluso habían aparecido en aquel sueño tan raro, sino que la náyade empezó a servir pastas y té. Pastas. Y té. Y uno de ellos, el rubio, rechazándolo entre risas mientras sacaba una petaca.
—No me seas robot, Urticaria, que soy Jack..., vampiro, ¿recuerdas?
Otro vampiro. Al menos ahora sabía lo que era (pues por apariencia podría haber sido un brujo o cualquier cosa), porque del resto no tenía ni idea, "Antorcha humana" aparte. Y encima estábamos con ellos en aquella farsa de hospital dirigido por una tacaña, borde y desconfiada pija <<¿Una pija? Creía que me libraría de la gente pija en este mundo. Pues no>> Pero, aunque el asunto del sueño no fuera lo peor, sí que le daba curiosidad, y por eso mismo no pudo callarse lo que dijo. Estaría fuera de lugar, vale, pero no sabía quiénes eran y que estuvieran todos juntos era una especie de "lujo".
—Sois cosechadores, ¿no? —inquirió cuando se hicieron las presentaciones—Soñé con algunos de vosotros —añadió según los señalaba con la cucharilla— y vuestros cosechados de Sendar en mi cosecha...
Su idea original había sido preguntar de qué demonios iba aquello, pero mejor mantener la calma. Eso sí, le costó sentarse, pues si la náyade desconfiaba de ellos, novatos, ¿cómo no iba a desconfiar Onyx de aquella sarta de espantos, algunos enormes y amenazadores? No tocaría la comida ni loca, pues ¿qué le costaba a Urticaria envenenarles y pedirles luego alguna obscena cantidad de dinero por salvarles? Ni loca.
Cuando habló Dhelian, asintió varias veces y miró tanto a los suyos como a los otros. No soportaba aquella situación tan ridícula.
—Eso mismo. ¿Van a explicarnos o hay que tomar el té primero? —dijo con burla. <<¿De qué carajo va esto?>>
—Jodida ciudad —y, pensando pensando, recordó una canción dde la tierra—. Cuando acabemos el instituto, todo será mejor — y luego añadió unas frases más, canturreando con el ritmo de la original—. Cuando acabemos la criba, todo será mejor. Cuando acabemos de adaptarnos, todo será mejor... Cuando seamos más poderosos sí que será mejor —y miró a sus amigos muy seria, para luego sonreír.
Lo que sucedió poco después la dejó a cuadros. Les llevaron a una sala con una mesa ovalada y monstruos de todo tipo hicieron su entrada. Lo peor no era que algunos de ellos incluso habían aparecido en aquel sueño tan raro, sino que la náyade empezó a servir pastas y té. Pastas. Y té. Y uno de ellos, el rubio, rechazándolo entre risas mientras sacaba una petaca.
—No me seas robot, Urticaria, que soy Jack..., vampiro, ¿recuerdas?
Otro vampiro. Al menos ahora sabía lo que era (pues por apariencia podría haber sido un brujo o cualquier cosa), porque del resto no tenía ni idea, "Antorcha humana" aparte. Y encima estábamos con ellos en aquella farsa de hospital dirigido por una tacaña, borde y desconfiada pija <<¿Una pija? Creía que me libraría de la gente pija en este mundo. Pues no>> Pero, aunque el asunto del sueño no fuera lo peor, sí que le daba curiosidad, y por eso mismo no pudo callarse lo que dijo. Estaría fuera de lugar, vale, pero no sabía quiénes eran y que estuvieran todos juntos era una especie de "lujo".
—Sois cosechadores, ¿no? —inquirió cuando se hicieron las presentaciones—Soñé con algunos de vosotros —añadió según los señalaba con la cucharilla— y vuestros cosechados de Sendar en mi cosecha...
Su idea original había sido preguntar de qué demonios iba aquello, pero mejor mantener la calma. Eso sí, le costó sentarse, pues si la náyade desconfiaba de ellos, novatos, ¿cómo no iba a desconfiar Onyx de aquella sarta de espantos, algunos enormes y amenazadores? No tocaría la comida ni loca, pues ¿qué le costaba a Urticaria envenenarles y pedirles luego alguna obscena cantidad de dinero por salvarles? Ni loca.
Cuando habló Dhelian, asintió varias veces y miró tanto a los suyos como a los otros. No soportaba aquella situación tan ridícula.
—Eso mismo. ¿Van a explicarnos o hay que tomar el té primero? —dijo con burla. <<¿De qué carajo va esto?>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Botica de la náyade
24/04/15, 03:24 am
Gael se alegró de tener la posibilidad de escuchar la historia directamente de boca de Tania cuando esta confirmó que iría a contarla. Solo quedaba lidiar con los novatos, y el fuego fatuo esperaba que estuviesen tranquilos durante el proceso. Ni Tania ni ellos le habían hecho nada, y todos tenían el mismo derecho a saber la verdad.
Se acomodaron en la sala que Nia dispuso para el encuentro y, mientras lo hacían, apareció Tania. No tenía buena cara, y el fuego fatuo la miró con preocupación. Se acercó a ella antes de coger asiento y le tocó el hombro brevemente para llamar su atención.
—¿Estás bien? Cuando esto acabe ve a donde quieras y no te preocupes de nada más, ¿vale? Nosotros nos encargamos de Toima.
Solo pudo dedicarle una sonrisa cansada a la nublina «santa paciencia tienes, Tania», porque luego tuvo que retener también a otra persona que no paraba de moverse.
—Nia, por favor, ¡no hace falta que pongas comida! —Ante la imposibilidad de detenerla, se terminó rindiendo, llegando incluso a ofrecer ayuda.
Cuando los novatos entraron, se encontraron un grupo de personas ya sentadas alrededor de una mesa, en una habitación que olía extrañamente rico. Lo primero que le dio en la vista a Kin fueron los tres cuchitrileros que mejor conocía: Giz, Noel y Koval. Estaban allí sentados, con un tazón humeante de té delante, como una burla del azar. Veía sus caras hasta en la sopa últimamente, y por eso mismo hizo una mueca nada más verlos.
Era un poco diferente para Gael, que ya contaba con encontrarse con al menos algún macielero, aunque no supiera quién era el agredido de entre todos los novatos. Allí estaban los mismos irrenses que habían visto hacía tan poco en Luna Alta, entre otros tres que no conocía. En cierto modo se alegraba de habérselos topado de nuevo poco antes y que aquel no fuera el primer encuentro desde su escenita en el torreón. De entre los otros tres le llamó la atención la dullahan, cuya existencia ya conocía pero no había identificado con la varmana de la cosecha.
Gael no supo qué cara poner durante el encuentro y trató de mantener una seriedad neutra. Saludó con la cabeza y observó cómo tomaban asiento, tratando de leer sus expresiones pero sin mirarlos demasiado fijamente para no incomodar. A Kin incomodar no le preocupaba, y se centró en escrutar a los tres que conocía para tratar de averiguar algo más, aunque también dirigió breves miradas inquisitivas a los desconocidos. Parecían estar todos en sus cabales, y eso que en concreto no ponía la mano en el fuego por la cordura de los vendedores de dildos. Al menos tenían la decencia de dar la cara, y la náyade había dicho que pertenecían a su grupo, no que el agresor en persona fuese a estar allí. Aun así pensaba andar con pies de plomo por si era un engaño para que no montasen en cólera.
Durante las presentaciones, la bruja de las onyces hizo una curiosa afirmación. Gael la miró un poco sorprendido, pero respondió a su pregunta.
—Sí, así es.
No supo qué más decir, puesto que se estaba preguntando en qué momento había tenido aquel sueño y si, por ejemplo, algún soñador había tenido que ver con ello. Tampoco importaba demasiado, porque el tema que tenían que tratar desplazó enseguida a cualquier otro.
Kin no vio la necesidad de añadir nada a las preguntas que ya habían hecho sus amigos. Quería explicaciones y parecía que, por fin, iba a tenerlas. Por otro lado, y al igual que sus compañeros, miraba extrañado la bebida y la comida de la mesa, dispuesta para todos los invitados sin excepción. El irrense creía haber calado perfectamente a la náyade y no pensaba probar bocado porque no llevaba ni una moneda encima. Aunque eso no le impedía preguntar.
—Urticaria, ¿a cuánto cobras las pastas?
En el otro lado de la mesa, Gael escupió sobre su taza una pequeña parte del té que había empezado a beber a sorbitos, fallando estrepitosamente en la tarea de disimular una risilla fugaz.
Se acomodaron en la sala que Nia dispuso para el encuentro y, mientras lo hacían, apareció Tania. No tenía buena cara, y el fuego fatuo la miró con preocupación. Se acercó a ella antes de coger asiento y le tocó el hombro brevemente para llamar su atención.
—¿Estás bien? Cuando esto acabe ve a donde quieras y no te preocupes de nada más, ¿vale? Nosotros nos encargamos de Toima.
Solo pudo dedicarle una sonrisa cansada a la nublina «santa paciencia tienes, Tania», porque luego tuvo que retener también a otra persona que no paraba de moverse.
—Nia, por favor, ¡no hace falta que pongas comida! —Ante la imposibilidad de detenerla, se terminó rindiendo, llegando incluso a ofrecer ayuda.
Cuando los novatos entraron, se encontraron un grupo de personas ya sentadas alrededor de una mesa, en una habitación que olía extrañamente rico. Lo primero que le dio en la vista a Kin fueron los tres cuchitrileros que mejor conocía: Giz, Noel y Koval. Estaban allí sentados, con un tazón humeante de té delante, como una burla del azar. Veía sus caras hasta en la sopa últimamente, y por eso mismo hizo una mueca nada más verlos.
Era un poco diferente para Gael, que ya contaba con encontrarse con al menos algún macielero, aunque no supiera quién era el agredido de entre todos los novatos. Allí estaban los mismos irrenses que habían visto hacía tan poco en Luna Alta, entre otros tres que no conocía. En cierto modo se alegraba de habérselos topado de nuevo poco antes y que aquel no fuera el primer encuentro desde su escenita en el torreón. De entre los otros tres le llamó la atención la dullahan, cuya existencia ya conocía pero no había identificado con la varmana de la cosecha.
Gael no supo qué cara poner durante el encuentro y trató de mantener una seriedad neutra. Saludó con la cabeza y observó cómo tomaban asiento, tratando de leer sus expresiones pero sin mirarlos demasiado fijamente para no incomodar. A Kin incomodar no le preocupaba, y se centró en escrutar a los tres que conocía para tratar de averiguar algo más, aunque también dirigió breves miradas inquisitivas a los desconocidos. Parecían estar todos en sus cabales, y eso que en concreto no ponía la mano en el fuego por la cordura de los vendedores de dildos. Al menos tenían la decencia de dar la cara, y la náyade había dicho que pertenecían a su grupo, no que el agresor en persona fuese a estar allí. Aun así pensaba andar con pies de plomo por si era un engaño para que no montasen en cólera.
Durante las presentaciones, la bruja de las onyces hizo una curiosa afirmación. Gael la miró un poco sorprendido, pero respondió a su pregunta.
—Sí, así es.
No supo qué más decir, puesto que se estaba preguntando en qué momento había tenido aquel sueño y si, por ejemplo, algún soñador había tenido que ver con ello. Tampoco importaba demasiado, porque el tema que tenían que tratar desplazó enseguida a cualquier otro.
Kin no vio la necesidad de añadir nada a las preguntas que ya habían hecho sus amigos. Quería explicaciones y parecía que, por fin, iba a tenerlas. Por otro lado, y al igual que sus compañeros, miraba extrañado la bebida y la comida de la mesa, dispuesta para todos los invitados sin excepción. El irrense creía haber calado perfectamente a la náyade y no pensaba probar bocado porque no llevaba ni una moneda encima. Aunque eso no le impedía preguntar.
—Urticaria, ¿a cuánto cobras las pastas?
En el otro lado de la mesa, Gael escupió sobre su taza una pequeña parte del té que había empezado a beber a sorbitos, fallando estrepitosamente en la tarea de disimular una risilla fugaz.
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