Burdel de Dama Espasmo (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Gritos, una manzana, una persona moribunda... Las ideas y los sucesos se me agolpan en la cabeza, que me empieza a doler de la tensión del momento. Caín dice algo y me parece entender la palabra tablas. ¿Las necesitarán para curarlo? Y sin decir ni mu, corro hasta la habitación y traigo varias tablillas para que cojan la que más les cuadre. Las suelto en el suelo y retrocedo aterrado por la imagen. Siento un ligero picor en los ojos pero contengo las ganas de echarme a llorar como un idiota.

-Un momento-le hago un gesto para que pare.
Cojo mis dos dagas y las aparto.Después saco dos cuchillos de mis botas y los tiro atrás. De mis mangas saco otros dos. después,unos 4 de mis bolsillos. Freejey empieza a impacientarse.
-Espera un momento por favor-me río nervioso.
Me quito un cuchillo del cinturón y otro de los calzoncillos y me coloco en guardia,empiezo a dar saltitos de izquierda a derecha y me pongo una protección casera en los nudillos.
-Cuando quieras!

-Por fin...

Me lanzo hacia él, llevo el palo en alto, para que parezca que voy a atacar desde arriba, pero en el último momento hago un giro, y le lanzo un ataque en diagonal desde abajo.

No ataco con fuerza, pero podría dolerle si le alcanzo de lleno... de todas formas, si nos hacemos daño, puedo usar el hechizo de cura

Hago lo que un enemigo se esperaría,me tiro al suelo como Messi pero sin regodearme. El palo me roza la cabeza,ay. Pero no es el momento de llorar. Me levanto y empiezo a atosigarle con patadas ascendentes en parábola,pero las bloquea con el maldito palo.Me agacho para esquivar el palo y le golpeo en la barbilla con un Mai empi (codo) ascendente y retrocedo unos 2 pasos. Es duro el minino.

-¡Ay!

No me esperaba un ataque desde abajo, aun que no creo que pudiera esquivarlo fácilmente ni aun que lo hubiera visto venir.

Sujeto el palo desde el centro y le empiezo a dar vueltas a mi alrededor, para confundir y que el enemigo no vea hasta el último momento desde donde voy a atacar.

Me acerco, lanzo un golpe vertical de arriba a abajo, y me preparo para bloquear el contra ataque.

Pongo el antebrazo para bloquear,una tontería,porque me ha dado de lleno en el codo derecho,y casi hubiera sido mejor llevarme el golpe. De repente tengo una idea,después del golpe,esquivo el segundo y de un salto me pego a el,para que no blanda el palo.
-Buh!
Preparo mis dos brazos y la gfolpeo con ambos Seikensuki en los dos hombros. Retrocedo otra vez,pero con el brazo derecho casi muerto.

Los golpes en los hombros me hacen retroceder varios pasos.

Me paro un momento para respirar y para valorar mis posibilidades.

Alexander está consiguiendo golpearme después de parar mis ataques y conseguir que baje la defensa... es mejor cambiar de táctica.

Ahora sujeto el palo con firmeza y cargo en una estocada directa al pecho de mi contrincante.
Consigue esquivarla, y nos enzarzamos en una sucesión de ataques contra ataques y bloqueos durante un buen rato.

Como ahora lucho mas defensivo, Alex no tiene casi oportunidades de atacarme, pero yo tampoco puedo hacer demasiado.

Estamos así un buen rato, hasta que ambos estamos muy cansados, pero eso mas que frenar la lucha, nos hace luchar de forma mas directa, para acabar cuanto antes.

Después de esquivar un ataque, giro sobre mi mismo y dirijo el palo en una estocada hacia el esternón de mi adversario, que no se lo esperaba, lo que le hace retroceder.

Damos por acabado ahí el combate, por que si seguimos así, nos vamos a herir en serio.

- Tiempo, ¡Tiempo!, creo que es mejor dejarlo ahora, (hago una pausa para recuperar el aliento) Ha sido un buen entrenamiento, tenemos que repetirlo pronto jajaja. ¿Que tal si bajamos a beber un poco? Estoy sediento.

Alex acepta y nos vamos a la cocina a por agua.

Cain trata de repasar hechizos, pero no puede, tampoco se concentra con la guía de remedios, con el atlas, con el bestiario... Los libros están repartidos a su alrededor, cada uno abierto por una página distinta, y Cain sentado en el suelo con las piernas estiradas y la espalda contra la pared. Ojea el libro de remedios con aire desganado cuando de pronto se para en seco y vuelve atrás. Una poción afrodisíaca; eso le hace atar algunos cabos. Cierra el libro, dejando los demás en el suelo y baja a la tercera planta. Revisa la zona en la que había estado Dirke y encuentra un frasco de feromonas que se había derramado en la alfombra. Lo que Cain no entiende es... si había dormido con él, ¿por qué no le había afectado entonces? Salió de la habitación con el frasquito en la mano, meditando una posible respuesta.

Miro al suelo y compruebo con una expresión entre orgullo y pena cómo me han quedado las zapatillas. He estado toda la tarde cosiendo retales de kimonos viejos y otras prendas de ropa en mal estado hasta hacer las zapatillas y he aprovechado los trozos de madera para hacer las plantillas. Tenía las manos echas polvo, con varias heridillas y algún callo en las yemas, pero no le doy mucha importancia. Todo esto me ha servido de distracción mientras lo hacía. Pero al no tener las ruedas, de momento no puedo fabricarme los patines y la distracción acaba aquí. Busco rápidamente algo que poder aprovechar por la habitación, para no darle vueltas a la cabeza.

Sin embargo, no hay nada de nada, así que finalmente decido bajar al salón. Con un poco de suerte... Rectifico, con un mucho de suerte, tal vez encuentre algo para no pensar.

Cain guardó el bote en el bolsillo, aun sin entender por qué se había retrasado el efecto en Dirke. Recogió todos los libros y fue a bajarlos al salón. Mientras bajaba las escaleras pensó en qué podría hacer para cenar... y si tomaba un baño antes? Casi todos estaban ocupados o fuera (o en coma) así que el burdel estaba tranquilo... y en parte lo agradecía. Al llegar al salón vio a Dirke allí y se quedó helado. No sabía qué decir, qué hacer,ni siquiera estaba seguro de poder mirarle a la cara... El sentimiento de culpa le cayó como un yunque y le hizo bajar la mirada avergonzado. Murmuró un ''lo siento'' y dejó los libros en la mesa.

Cain entra y deja una pila de libros sobre la mesa. Con dificultad, escucho un "lo siento" de su parte y me quedo mirándolo entre avergonzado e interrogativo. No debería sentirlo, no así al menos, ya que la culpa ha sido en parte mía.
-Yo... Tú... no... preoc...-maldigo en mi mente a la vez que cierro los ojos, como si así invocara el vocabulario que se me ha olvidado de pronto. Entonces pienso que lo mejor es intentarlo de otra manera. Me acerco a él y le doy un fuerte y rápido abrazo-. Pasar nada-digo al separarme de él, tratando de esbozar una sonrisa creíble, algo difícil cuando lo que realmente quiero es echarme a llorar o tirarme de los pelos por no entender lo que ha pasado. Estoy demasiado confuso por todo lo de hoy, y lo peor (o no) de todo, es que a pesar de cómo ha acabado la cosa, creo que me ha gustado lo que he sentido en ese momento...

Cain se sorprendió por el abrazo. Habría esperado cualquier cosa salvo eso, cualquier cosa. Aunque en primer lugar, el chico no había salido corriendo ni había huído de él <<No se lo ha tomado tan mal...>> pensó. Estuvo tentado de darle otro abrazo pero eso habría sido tal vez demasiado. En su lugar, sacó el frasco vacío de perfume y lo dejó sobre la mesita
-Culpa suya- dijo señalándolo de forma acusadora, con un leve tono de broma.

Esbozo una ligera sonrisa al ver el gesto de Cain y me quedo mirando al frasco con cara de circunstancia. No he entendido la primera palabra de las que me ha dicho, a pesar de que me suena.
-¿Coloñia?-le pregunto acento alemán, además de con serias dudas de que haya dicho eso realmente. Cojo el frasco- ¿Echar a mí?-le pregunto al tiempo que hago gestos con las manos.

Cain reprime un facepalm. Guarda el frasco de nuevo, no tenía ganas de explicarle toda la situación, y mucho menos con mímicas.
-Olvídalo- le dice estirándose- Quieres comer? Baño? - le pregunta. A él le apetecía un baño, aunque no estaba seguro de que al chico le hiciese mucha gracia bañarse con él después de eso.

Me pongo colorado ante la sola idea del baño, me da demasiada vergüenza como para aceptar la propuesta, así que me llevo la mano a la barriga y chapurreo:
-Yo comer, hambre mucho y todo día nada comida- lo miro interrogativo, para saber si él irá a darse un baño o vendrá a comer, desviando de vez en cuando la mirada al suelo.

-Muy bien...- dice Cain asintiendo- vamos a preparar algo- Se lleva a Dirke a la cocina y piensa en qué podrían hacer... No tienen huevos, no tienen aceite no tienen pescado... Cain se fija en una especie de brócoli alienígena. Lo cuece bien y luego lo tritura hasta hacer una crema de color verde, le añade algo de queso para suavizarla y unas virutas de algo que olía como la nuez moscada. Cuando ya cree que está listo, le ofrece una cucharada a Dirke, soplando antes para enfriarla. Parece que le gusta, por lo que pone la mesa solo para dos y lleva los cuencos rebosantes de crema.

Conforme Cain acaba de cocinar, un intenso y delicoso olor llega a mi nariz. Aspiro fuertemente el aire <<sea lo que sea sabe bien, seguro>>. Después de poner la mesa para ambos, Cain me ofrece una cuchara. La cojo y cargo un poco de crema del plato. Me la llevo a la boca y no puedo evitar poner un gesto de sorpresa. Sabe muchísimo mejor de lo que cabría esperarse.

Le alzo un pulgar, ya que no sé decir en rocavarancolés lo buena que está, y sigo cargando cucharadas, quizá a demasiada velocidad. Mientras tenga la boca llena, hablar será de mala educación, y por tanto no estropearé aún más la situación con mi perfecto dominio del lenguaje de la idiotez, que abarca ambos: alemán y rocavarancolés.

Cain sonrió ligeramente ante la señal de aprovación de Dirke. Come con ganas, aunque no está seguro de si es porque de verdad le ha gustado o por evitar alguna conversación. Empieza a comer, insultándose mentalmente por no saber como manejar la situación, aunque al menos el ambiente estaba menos tenso... Dirke parecía menos nervioso y él mismo también se había calmado al ver que todo fue cosa de las feromonas << No te mientas pequeño bastardo, te gustó>> Tenía razón... y a esa distancia aún podía olerle... a través del aroma de la comida... Un poco de crema manchaba el labio de Dirke y a Cain le dieron ganas de lamerlo... se contuvo contentándose con relamerse sus propios labios. Sin darse cuenta se había vuelto a poner tenso, con la mirada fija en el chico, pero los ojos entrecerrados para disimularlo...