Una copa en los bajos fondos
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- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Una copa en los bajos fondos
22/12/20, 04:37 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El xipe totec andaba sentado en uno de los tugurios de mala muerte que tan frecuentes eran entre los bajos fondos. En su juventud había sido bastante más... clasista, por así decirlo, y jamás le habrían encontrado en un sitio como aquel. La vida, sin embargo, da muchas vueltas, y había acabado aficionándose mucho al ambiente opresivo y miserable que se respiraba en aquellos lugares. Además, desde cierto punto de vista pegaba mucho con la decadencia general de Rocavarancolia.
Leip se había pedido una bebida que le parecía particularmente sabrosa de aquel lugar, una mezcla destilada mediante magia de diversos licores de mundos vinculados. La adición en los últimos meses de diversas hierbas procedentes de Ormivas había potenciado su sabor.
Levantó la vista cuando escuchó llegar a la persona a la que había estado esperando y sonrió, ofreciéndole una respetuosa inclinación de cabeza como saludo.
—Ah, dama Azahar. Tan engalanada como siempre.
El xipe totec andaba sentado en uno de los tugurios de mala muerte que tan frecuentes eran entre los bajos fondos. En su juventud había sido bastante más... clasista, por así decirlo, y jamás le habrían encontrado en un sitio como aquel. La vida, sin embargo, da muchas vueltas, y había acabado aficionándose mucho al ambiente opresivo y miserable que se respiraba en aquellos lugares. Además, desde cierto punto de vista pegaba mucho con la decadencia general de Rocavarancolia.
Leip se había pedido una bebida que le parecía particularmente sabrosa de aquel lugar, una mezcla destilada mediante magia de diversos licores de mundos vinculados. La adición en los últimos meses de diversas hierbas procedentes de Ormivas había potenciado su sabor.
Levantó la vista cuando escuchó llegar a la persona a la que había estado esperando y sonrió, ofreciéndole una respetuosa inclinación de cabeza como saludo.
—Ah, dama Azahar. Tan engalanada como siempre.
- YberGM
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Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Una copa en los bajos fondos
06/01/21, 12:26 am
Dama Azahar estaba disfrutando de la bebida dulce que le habían servido para una charla tan alegremente ácida con Leip.
—Lo único que redimiría a ese manco —hablaba, literalmente, de Barael--, es que fuera un quirurgo o un pegaso. Lo mismo para los papás y mamás de Letargo. —Se econgió de hombros de forma tan sutil que apenas se percibió bajo sus túnicas—. Algunos monstruos parecen estar hechos para servir --había cierta desidia en aquel concepto.
Dama Azahar llegó a creer en la generosidad como una cualidad positiva, hace ya tiempo, pero había crecido tanto por sí misma y había repudiado tanto esa humildad cuando venía de fuera (de aquellos años lejanos en los que parecía pena por ella), que nadie generoso le resultaba digno a estas alturas. Como si hubiera siempre detrás una intención perturbadora tras cada buena intención; como claramente ocurría en los pegasos o en los quirurgos que no podían ser criaturas plenas en el vacío, o como sin duda ocurrió cuando su antigua amiga la aracnomante fingió ser un alma caritativa con aquella mala sombra.
De repente, su mente conectó ideas y soltó una carcajada ronca y cascada.
—Ahora que lo pienso, me encantaría que el manco fuera un quirurgo, qué ironía tan jugosa... —Dio un sorbo más a su copa y añadió—. ¿Cómo te sentirías si alguno de esos fuera otro xipe totec?
—Lo único que redimiría a ese manco —hablaba, literalmente, de Barael--, es que fuera un quirurgo o un pegaso. Lo mismo para los papás y mamás de Letargo. —Se econgió de hombros de forma tan sutil que apenas se percibió bajo sus túnicas—. Algunos monstruos parecen estar hechos para servir --había cierta desidia en aquel concepto.
Dama Azahar llegó a creer en la generosidad como una cualidad positiva, hace ya tiempo, pero había crecido tanto por sí misma y había repudiado tanto esa humildad cuando venía de fuera (de aquellos años lejanos en los que parecía pena por ella), que nadie generoso le resultaba digno a estas alturas. Como si hubiera siempre detrás una intención perturbadora tras cada buena intención; como claramente ocurría en los pegasos o en los quirurgos que no podían ser criaturas plenas en el vacío, o como sin duda ocurrió cuando su antigua amiga la aracnomante fingió ser un alma caritativa con aquella mala sombra.
De repente, su mente conectó ideas y soltó una carcajada ronca y cascada.
—Ahora que lo pienso, me encantaría que el manco fuera un quirurgo, qué ironía tan jugosa... —Dio un sorbo más a su copa y añadió—. ¿Cómo te sentirías si alguno de esos fuera otro xipe totec?
- Zarket
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Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Una copa en los bajos fondos
06/01/21, 07:36 pm
—No sé si les redimiría o terminaría de arruinarles —confesó Leip. Desde luego que aquellos niñitos parecían tener como único fin servir a otros. Que tuvieran que usar sus dones para ello a costa de su propio bienestar sería una maravilla. O, quizás, les enroscara hasta la náusea en el insoportable papel de héroes mártires que habían decidido tomar.
El xipe totec tomó un sorbo para pensar en la respuesta. Muchas veces en los últimos tiempos había rezado (o algo parecido) a la Luna Roja para que no le condenara con la pesadilla de contemplar un congénere tan débil, estúpido y quejica como los monstruos que empezaban a inundar Rocavarancolia. Lo cierto es que nunca había llegado a pensar en qué haría si ese deseo no se cumplía.
—Desde luego no dejaría que un debilucho insultara las hazañas que yo, y muchos más, hemos logrado. Ha habido suficiente xipe totecs estúpidos a lo largo de la historia de Rocavarancolia, no hace falta añadir otro. Supongo que lo mataría. O le enseñaría —una sonrisa perversa empezó a extenderse por la cara de Leip al recordar un detalle en particular—. Quizás le pondría la misma prueba que Esmael le impuso al cachorro de la última cosecha de Denéstor Tul. El ángel negro.
»¿Y tú? ¿Qué harías con una nueva momia?
El xipe totec tomó un sorbo para pensar en la respuesta. Muchas veces en los últimos tiempos había rezado (o algo parecido) a la Luna Roja para que no le condenara con la pesadilla de contemplar un congénere tan débil, estúpido y quejica como los monstruos que empezaban a inundar Rocavarancolia. Lo cierto es que nunca había llegado a pensar en qué haría si ese deseo no se cumplía.
—Desde luego no dejaría que un debilucho insultara las hazañas que yo, y muchos más, hemos logrado. Ha habido suficiente xipe totecs estúpidos a lo largo de la historia de Rocavarancolia, no hace falta añadir otro. Supongo que lo mataría. O le enseñaría —una sonrisa perversa empezó a extenderse por la cara de Leip al recordar un detalle en particular—. Quizás le pondría la misma prueba que Esmael le impuso al cachorro de la última cosecha de Denéstor Tul. El ángel negro.
»¿Y tú? ¿Qué harías con una nueva momia?
- YberGM
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Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Una copa en los bajos fondos
07/01/21, 02:55 am
—Pobre Esmael...
La momia dejó escapar una carcajada. Entendía de sobra al xipe totec, tanto por lo de su supuesto congénere como por lo que proponía, haciendo referencia a los ángeles negros.
—¿Yo? Correría en dirección contraria. Lo último que necesito a estas alturas es a una momia llorica pidiéndome clemencia —se rio con maldad. Ella una vez fue esa momia llorica, aunque su recuerdo ahora yace en las profundidades, cubierto de polvo e idelización—. Yo aprendí a cuidarme sola, si una nueva momia quiere llegar a ser alguien, tiene que abrazar el dolor hasta que pueda quitárselo con sus propias manos descarnadas.
Le hizo un gesto al camarero, que se acercó enseguida. Se preguntó brevemente en qué estaría pensando este, viendo a dos carcamales echar pestes de gente como él. Pues daba igual si era de hace doce cosechas, seguiría siendo un crío. La verdad, a la momia le divertía aquello.
—Ponnos algo para picar.
La momia dejó escapar una carcajada. Entendía de sobra al xipe totec, tanto por lo de su supuesto congénere como por lo que proponía, haciendo referencia a los ángeles negros.
—¿Yo? Correría en dirección contraria. Lo último que necesito a estas alturas es a una momia llorica pidiéndome clemencia —se rio con maldad. Ella una vez fue esa momia llorica, aunque su recuerdo ahora yace en las profundidades, cubierto de polvo e idelización—. Yo aprendí a cuidarme sola, si una nueva momia quiere llegar a ser alguien, tiene que abrazar el dolor hasta que pueda quitárselo con sus propias manos descarnadas.
Le hizo un gesto al camarero, que se acercó enseguida. Se preguntó brevemente en qué estaría pensando este, viendo a dos carcamales echar pestes de gente como él. Pues daba igual si era de hace doce cosechas, seguiría siendo un crío. La verdad, a la momia le divertía aquello.
—Ponnos algo para picar.
- Zarket
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Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Una copa en los bajos fondos
08/01/21, 08:18 pm
—Tuvo una paciencia que no me esperaba de él —al menos a juzgar por lo que había escuchado del antiguo Señor de los Asesinos, y lo que se había enterado de aquel entrenamiento. Leip nunca había interactuado demasiado con el ángel negro, pero sí lo había envidiado y admirado— Yo no la habría tenido, desde luego.
El recuerdo de aquel niño pusilánime era el epítome de lo que Leip odiaba de los nuevos ciudadanos. La debilidad, el drama, el rechazo... Había habido monstruos así antiguamente, claro, pero también había habido muchos otros que habían abrazado la posibilidad de ser parte de Rocavarancolia desde el principio. Desde la criba, desde su cosecha, o incluso desde antes, como había sido su propio caso. El xipe totec los echaba de menos. A su edad ya no tenía la paciencia necesaria para esperar a que los nuevos monstruos de aquella ciudad aprendieran a amarla.
—La tuya no es, desde luego, una transformación para débiles. Creo que la mayoría de los cosechados de ahora se tiraría al abismo si la tuviera —había un desdén notable en la voz del xipe totec. La transformación de dama Azahar no era la mejor para quienes fueran de poco aguante o de alma débil, justo los dos tipos de persona que Leip más había despreciado desde que tenía memoria. Cuando se marchó el camarero le miró de reojo con una sonrisa ladeada—. Si esto fuera como en los antiguos tiempos temería que envenenara mi comida por hablar mal de gente a la cual se acerca más que a nosotros.
Hablaba por experiencia. Una de las primeras veces que había estado a punto de morir tras su primera Luna Roja fue por veneno en la comida vertido por un vouivre después de oírle cómo se burlaba de una congénere que había matado hacía poco. También había comentado a su oyente (un comerciante muerto desde hacía casi un siglo del cual había olvidado prácticamente todo) que la gente que aquella transformación servía únicamente como fuente de riqueza. Eso, probablemente, había influido en el intento de asesinato.
El recuerdo de aquel niño pusilánime era el epítome de lo que Leip odiaba de los nuevos ciudadanos. La debilidad, el drama, el rechazo... Había habido monstruos así antiguamente, claro, pero también había habido muchos otros que habían abrazado la posibilidad de ser parte de Rocavarancolia desde el principio. Desde la criba, desde su cosecha, o incluso desde antes, como había sido su propio caso. El xipe totec los echaba de menos. A su edad ya no tenía la paciencia necesaria para esperar a que los nuevos monstruos de aquella ciudad aprendieran a amarla.
—La tuya no es, desde luego, una transformación para débiles. Creo que la mayoría de los cosechados de ahora se tiraría al abismo si la tuviera —había un desdén notable en la voz del xipe totec. La transformación de dama Azahar no era la mejor para quienes fueran de poco aguante o de alma débil, justo los dos tipos de persona que Leip más había despreciado desde que tenía memoria. Cuando se marchó el camarero le miró de reojo con una sonrisa ladeada—. Si esto fuera como en los antiguos tiempos temería que envenenara mi comida por hablar mal de gente a la cual se acerca más que a nosotros.
Hablaba por experiencia. Una de las primeras veces que había estado a punto de morir tras su primera Luna Roja fue por veneno en la comida vertido por un vouivre después de oírle cómo se burlaba de una congénere que había matado hacía poco. También había comentado a su oyente (un comerciante muerto desde hacía casi un siglo del cual había olvidado prácticamente todo) que la gente que aquella transformación servía únicamente como fuente de riqueza. Eso, probablemente, había influido en el intento de asesinato.
- YberGM
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Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Una copa en los bajos fondos
15/01/21, 04:20 pm
La momia bufó en un intento de risa sarcástica.
—Yo tampoco habría sido tan paciente, pero le concedo a Esmael que eran circunstancias especiales —apuntó. Le costaba admitir que el papel de los neófitos de esa luna fuera tan relevante para salvar a Rocavarancolia de colapsar bajo su propio peso, pero le encantaba echarles la culpa de que los restos supervivientes tuviesen tan mal estado—. Si hubiere una momia en esta ciudad pusilánime, su patetismo probablemente competiría con el de Cerril y su panda de imbéciles. ¡Y mira que es difícil!
Esos mercenarios eran una panda de bufones a los que la momia no contrataría ni para animar un cumpleaños. Simplemente patéticos, vergonzosos. Eran una muestra del decaimiento de Rocavarancolia, una mancha imborrable para dama Azahar, que en ese instante ignoraba al camarero y se centraba únicamente en el plato que les había acercado.
—Fíjate, a veces echo de menos que intenten envenenarme —dijo, divertida, agitando la copa con la mano para formar un pequeño remolino—, o que intenten matarme. Es absurdo, pero es la verdad. —Durante el incidente de la torre de los Soñadores, un grupo de gente lo intentó. Y si bien no eran tan zarrapastrosos como los de Cerril, fracasaron estrepitosamente. En su momento la momia hervía de rabia, entre otras cosas por la falta de sueño, pero ahora el recuerdo provocaba añoranza en su anciano corazón de monstruo—. ¿A ti no te pasa?
—Yo tampoco habría sido tan paciente, pero le concedo a Esmael que eran circunstancias especiales —apuntó. Le costaba admitir que el papel de los neófitos de esa luna fuera tan relevante para salvar a Rocavarancolia de colapsar bajo su propio peso, pero le encantaba echarles la culpa de que los restos supervivientes tuviesen tan mal estado—. Si hubiere una momia en esta ciudad pusilánime, su patetismo probablemente competiría con el de Cerril y su panda de imbéciles. ¡Y mira que es difícil!
Esos mercenarios eran una panda de bufones a los que la momia no contrataría ni para animar un cumpleaños. Simplemente patéticos, vergonzosos. Eran una muestra del decaimiento de Rocavarancolia, una mancha imborrable para dama Azahar, que en ese instante ignoraba al camarero y se centraba únicamente en el plato que les había acercado.
—Fíjate, a veces echo de menos que intenten envenenarme —dijo, divertida, agitando la copa con la mano para formar un pequeño remolino—, o que intenten matarme. Es absurdo, pero es la verdad. —Durante el incidente de la torre de los Soñadores, un grupo de gente lo intentó. Y si bien no eran tan zarrapastrosos como los de Cerril, fracasaron estrepitosamente. En su momento la momia hervía de rabia, entre otras cosas por la falta de sueño, pero ahora el recuerdo provocaba añoranza en su anciano corazón de monstruo—. ¿A ti no te pasa?
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Una copa en los bajos fondos
05/03/21, 07:51 pm
—A esos borrachos podría vencerlos hasta un niño de Nubla —rezongó el xipe totec. A Leip le gustaba el alcohol, pero siempre revestido de una capa de superioridad, élite, estilo y clase. Y, por encima de todo, le gustaba el poder. Alguien incapaz de matar a un enemigo (ya fuera por reparos morales o por simple incapacidad mágica o física) le daba más asco que la más inmunda de las criaturas.
Sonrió un poco al escuchar la pregunta de dama Azahar y se apoyó sobre su barbilla. Por un momento se permitió recordar las fiestas enloquecidas, repletas de sacrificios solo porque se lo podían permitir. Los edificios flotantes, los movimientos secretos en las sombras para conseguir más, para tener más, para ser más. El continuo frenesí que había sido la vida, sin tiempo para las dudas, el miedo o la nostalgia, porque siempre había algo que hacer, que aprender, que obtener. Los intentos de asesinato habían formado parte de ello. Una continua oleada de adrenalina tan paradójica como certera. La proximidad de la muerte hacía siempre que la vida fuera más preciosa, más magnífica, más importante, más alegre.
—Sí, lo echo de menos —admitió, intentando resistirse al viaje de la nostalgia—. Éramos tantos, tan poderosos, tan intrépidos... ¿Qué mayor proeza que conseguir matar a uno de los nuestros sin perder nuestra vida?
Se echó contra el respaldo, con los labios apretados en una tensa mueca que no se podía definir, de ninguna de las maneras, como una sonrisa.
—Ahora la mayor proeza parece ser conseguir cazar en Ulterania sin poner en peligro a Rocavarancolia.
Suponía que por eso seguía prestando atención a las sucesivas cosechas. Porque ansiaba que apareciera alguien capaz de recordarle tiempos antiguos, de hacerle creer de verdad que la gloria podría volver a alcanzarse. Leip estaba cansado de temer morir mientras su casa, su hogar, estaba en ruinas.
Sonrió un poco al escuchar la pregunta de dama Azahar y se apoyó sobre su barbilla. Por un momento se permitió recordar las fiestas enloquecidas, repletas de sacrificios solo porque se lo podían permitir. Los edificios flotantes, los movimientos secretos en las sombras para conseguir más, para tener más, para ser más. El continuo frenesí que había sido la vida, sin tiempo para las dudas, el miedo o la nostalgia, porque siempre había algo que hacer, que aprender, que obtener. Los intentos de asesinato habían formado parte de ello. Una continua oleada de adrenalina tan paradójica como certera. La proximidad de la muerte hacía siempre que la vida fuera más preciosa, más magnífica, más importante, más alegre.
—Sí, lo echo de menos —admitió, intentando resistirse al viaje de la nostalgia—. Éramos tantos, tan poderosos, tan intrépidos... ¿Qué mayor proeza que conseguir matar a uno de los nuestros sin perder nuestra vida?
Se echó contra el respaldo, con los labios apretados en una tensa mueca que no se podía definir, de ninguna de las maneras, como una sonrisa.
—Ahora la mayor proeza parece ser conseguir cazar en Ulterania sin poner en peligro a Rocavarancolia.
Suponía que por eso seguía prestando atención a las sucesivas cosechas. Porque ansiaba que apareciera alguien capaz de recordarle tiempos antiguos, de hacerle creer de verdad que la gloria podría volver a alcanzarse. Leip estaba cansado de temer morir mientras su casa, su hogar, estaba en ruinas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Una copa en los bajos fondos
12/03/21, 12:56 am
Una carcajada cascada se abrió paso por la garganta bicentenaria de la momia. De verdad que daban pena esos mercenarios. Llamarles así era insultar al resto de sus colegas de oficio. Se preguntó con toda la maldad que albergaba bajo la piel cómo se sentiría el nuevo astrario al ver a uno de sus hermanos así. O la ursántropa. O cualquier guerrero. Por suerte para el chaneque parecía el único vivo y ningún neonato podría reírse de él por no haber conseguido cumplir su precio en años, como se rumoreaba. ¡Qué patético!
—Somos la resistencia en esta Rocavarancolia pusilánime —se quejó, dándole la razón en el proceso—. Algún día ocurrirá algo. Un suceso terrible como ningún otro visto por estos bebés. Dejarán que un nuevo arácnido viva con libre albedrío, o desatarán la magia de otra torre asesina llena de la mierda arcana de sabrán los dioses qué mago loco. Entonces seguro que se acuerdan de nosotros —acabó con amargura—. Y nosotros estaremos aquí. Como siempre.
Dama Azahar se conservaba como una columna de piedra, erosionada e inmóvil. Anclada y autoengañada, empeñada en sostener un recuerdo roto y recompuesto con rabia, pesar y añoranza. Con la cara arrugada, descompuesta en una mueca de asco y orgullo, volvió a beber de la copa.
—Somos la resistencia en esta Rocavarancolia pusilánime —se quejó, dándole la razón en el proceso—. Algún día ocurrirá algo. Un suceso terrible como ningún otro visto por estos bebés. Dejarán que un nuevo arácnido viva con libre albedrío, o desatarán la magia de otra torre asesina llena de la mierda arcana de sabrán los dioses qué mago loco. Entonces seguro que se acuerdan de nosotros —acabó con amargura—. Y nosotros estaremos aquí. Como siempre.
Dama Azahar se conservaba como una columna de piedra, erosionada e inmóvil. Anclada y autoengañada, empeñada en sostener un recuerdo roto y recompuesto con rabia, pesar y añoranza. Con la cara arrugada, descompuesta en una mueca de asco y orgullo, volvió a beber de la copa.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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