Emporio del ocultismo Maldita sea
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Giniroryu
Yber
Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Emporio del ocultismo Maldita sea
04/12/20, 06:14 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Local pequeño de tres habitaciones que hace esquina con la calle principal del mercado, ostenta un nombre que le queda grande. Alquilado por Saria Omen, quien lo ha intentado reformar con su bajo presupuesto: pintó las paredes de un rojo oscuro, arregló las estanterías cojas y niveló las baldas, reforzó la cerradura de la puerta y se encargó de parchear pequeños desperfectos.
Al ser un local tan pequeño, cuando lo abre, Saria suele montar un pequeño tenderete en la calle y se queda fuera para charlar con los dependientes de tiendas vecinas y con los viandantes. A estos últimos les ofrece sus servicios, les da explicaciones generales o acuerda con ellos pequeñas transacciones, ya que suele tener piedras vibrantes, colgantes y amuletos meramente decorativos en cestitas monas, listos para vender. Muchos son robados de Ordesta, otros tantos de carácter artesanal.
Saria utiliza su visión porcentual para ajustar presupuestos y no duda en sacar tajada de borrachos y gente perdida o poco avispada que pasee por la calle, siempre y cuando la suerte juegue muy a su favor. Los días en los que los porcentajes no auguran nada bueno, Saria cuelga un cartel en la puerta que reza: “Lo sentimos. Hoy cerramos por mala racha”. No vuelve hasta el día siguiente.
Al ser un local tan pequeño, cuando lo abre, Saria suele montar un pequeño tenderete en la calle y se queda fuera para charlar con los dependientes de tiendas vecinas y con los viandantes. A estos últimos les ofrece sus servicios, les da explicaciones generales o acuerda con ellos pequeñas transacciones, ya que suele tener piedras vibrantes, colgantes y amuletos meramente decorativos en cestitas monas, listos para vender. Muchos son robados de Ordesta, otros tantos de carácter artesanal.
Saria utiliza su visión porcentual para ajustar presupuestos y no duda en sacar tajada de borrachos y gente perdida o poco avispada que pasee por la calle, siempre y cuando la suerte juegue muy a su favor. Los días en los que los porcentajes no auguran nada bueno, Saria cuelga un cartel en la puerta que reza: “Lo sentimos. Hoy cerramos por mala racha”. No vuelve hasta el día siguiente.
- Interior:
- La habitación principal da a la puerta de entrada y es la más amplia. Se trata de la parte pública de la tienda y tiene las paredes cubiertas de estanterías cochambrosas, hasta arriba de velas, huesos de animales (y de ordeses) y otros ingredientes sencillos para maldiciones. Al fondo a la derecha hay un pequeño mostrador de la altura de Saria en el cual descansa siempre algún libro de literatura ordesa. Detrás del mostrador es común ver una cesta con ovillos, agujas, parches, cajas de galletas llenas de instrumentos metálicos y proyectos de costura a medio terminar.
La segunda habitación es una cocinita pequeña, readaptada como consulta: en el centro hay una mesa camilla con tres sillas de mimbre y un candelabro con velas de luz tenue para dar algo de ambiente. Saria pasa a sus clientes allí dentro para charlar con ellos, descubrir qué maldición se ajusta mejor a sus necesidades, negociar la obtención de los ingredientes y establecer el precio. En una de las paredes de la consulta hay una humedad que ocupa buena parte de su superficie y que cambia de forma cada día; Saria ha intentado limpiarla cientos de veces, pero siempre vuelve. Al final la ha llamado Bonanza y, cuando no hay clientes, charla con ella.
La última habitación es un baño diminuto al que a veces llega el agua y a veces no.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
04/08/23, 10:49 pm
A la bruja le estaba costando estar en contacto con sus amistades de la ciudad desde que había perdido a sus dos personas favoritas, una asesinada y el otro que había decidido poner tierra de por medio sin dar explicaciones (y a quien no iba a buscar). No le costaba admitir que estaba dolida y que le daba miedo recuperar lazos o crear otros nuevos, pero también echaba de menos su energía alegre y todos los buenos ratos que sabía que podía compartir, anécdotas que construir... Le vino genial el encuentro de brujas en la cocina de Serpentaria, por ejemplo.
Por esa misma época, también le llegó una carta de Saria. Al principio no supo que era de ella. Como recibir correo er una cosa tan extraña, la abrieron las onyces por ella mientras su bruja observaba. Tampoco quería hacerlo ella por si se trataba de algún mensaje del daeliciano, y si lo era lo tiraría sin más. Sin embargo, cuando leyeron el mensaje y pudo ver mejor el sobre, no se lo podía creer. ¿Primero Yttria y Ulmara, y ahora Saria? Y claro, seguramente habría más amistades allí reunidas. ¡Estupendo! Había disfrutado muchísimo el ratito con las dos brujas, así que tomó el mensaje de la ordesa con ilusión. ¡Inauguración, por fin! ¿Por fin? Había perdido gran parte del trato con ella y no se acordaba de si había abierto el negocio hacía poco o mucho... En cualquier caso, lo celebró brevemente en su habitación de la torre y se preparó para la cita.
Se armó con un peto vaquero lleno de bolsillos por delante y detrás, hechos con sus propios remiendos, unos tenis, una camiseta verde, un sombrero picudo de bruja y a la calle. Por supuesto, todo rincón de su ropa a rebosar de onyces, incluso el hueco bajo el sombrero. Llegaría un poco justo, no obstante, porque se paró a comprar zumos. No sabía qué sabores podrían gustar y se entretuvo más de la cuenta eligiendo un poco de todo. Justa y acalorada, porque al final con la ilusión de ver a su gente, echó a correr en lugar de recordar que conocía hechizos o que tenía cierto dominio sobre ciertas criaturas que podían ayudar para ir más rápido. O algo por el estilo.
Por fin llegó a vislumbrar el Emporio y dos figuras en la entrada. Ni rastro de sus sombras, más allá del rastro de oscuridad que salía de sus bolsillos. Tan solo la bruja, su bolso sin fondo, sus pintas, su tradicional trenza y perlas de sudor en la cara. Y una amplia sonrisa. ¡Qué ganas tenía de estar allí!
—Ho... ¡Hola! ¿Anda, Oz... Heraldo y Naeleth? —se corrigió a toda prisa. No se acordaba de las implicaciones del cambio de nombre y no quería ofender. Tenía muchas cosas enterradas con respecto a sus amistades, y muy mala cabeza—. ¡Qué bien! ¿Qué tal estáis?
Por esa misma época, también le llegó una carta de Saria. Al principio no supo que era de ella. Como recibir correo er una cosa tan extraña, la abrieron las onyces por ella mientras su bruja observaba. Tampoco quería hacerlo ella por si se trataba de algún mensaje del daeliciano, y si lo era lo tiraría sin más. Sin embargo, cuando leyeron el mensaje y pudo ver mejor el sobre, no se lo podía creer. ¿Primero Yttria y Ulmara, y ahora Saria? Y claro, seguramente habría más amistades allí reunidas. ¡Estupendo! Había disfrutado muchísimo el ratito con las dos brujas, así que tomó el mensaje de la ordesa con ilusión. ¡Inauguración, por fin! ¿Por fin? Había perdido gran parte del trato con ella y no se acordaba de si había abierto el negocio hacía poco o mucho... En cualquier caso, lo celebró brevemente en su habitación de la torre y se preparó para la cita.
Se armó con un peto vaquero lleno de bolsillos por delante y detrás, hechos con sus propios remiendos, unos tenis, una camiseta verde, un sombrero picudo de bruja y a la calle. Por supuesto, todo rincón de su ropa a rebosar de onyces, incluso el hueco bajo el sombrero. Llegaría un poco justo, no obstante, porque se paró a comprar zumos. No sabía qué sabores podrían gustar y se entretuvo más de la cuenta eligiendo un poco de todo. Justa y acalorada, porque al final con la ilusión de ver a su gente, echó a correr en lugar de recordar que conocía hechizos o que tenía cierto dominio sobre ciertas criaturas que podían ayudar para ir más rápido. O algo por el estilo.
Por fin llegó a vislumbrar el Emporio y dos figuras en la entrada. Ni rastro de sus sombras, más allá del rastro de oscuridad que salía de sus bolsillos. Tan solo la bruja, su bolso sin fondo, sus pintas, su tradicional trenza y perlas de sudor en la cara. Y una amplia sonrisa. ¡Qué ganas tenía de estar allí!
—Ho... ¡Hola! ¿Anda, Oz... Heraldo y Naeleth? —se corrigió a toda prisa. No se acordaba de las implicaciones del cambio de nombre y no quería ofender. Tenía muchas cosas enterradas con respecto a sus amistades, y muy mala cabeza—. ¡Qué bien! ¿Qué tal estáis?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
06/08/23, 09:52 pm
Kin no llegó a intercambiar más palabras con Archi, solo devolverle el saludo con la mano, antes de que Saria apareciese al otro lado de la puerta. Les alcanzó mientras esta abrazaba al kairós, así que el siguiente fue él. La ordesa ya los había acostumbrado a aquel tipo de gestos desde la cosecha, así que le devolvió el abrazo sin poder evitar sonreír por su efusividad.
Esa sonrisa no tardó en convertirse en una carcajada cuando les dijo que estaban particularmente guapos.
—Eso es que ya nos recordabas más feos de lo que somos, vamos a tener que vernos más a menudo —bromeó, siguiéndola al interior.
No se detuvo, pero avanzó despacio para poder observar los detalles de la tienda que pronto dejarían atrás. Estaba llena de excentricidades que le recordaban a su amiga y dejaban claro que el local tenía bien ganado el nombre que le había puesto.
El lugar al que se dirigían era otra habitación que contaba con una cocina y parecía un poco más hogareña, independientemente de las humedades. Había una cantidad de comida exagerada sobre la mesa, así que se sintió un poco ridículo tendiéndole a la anfitriona la bandejita de galletas.
—Esto es para ti, Saria, para agradecerte la invitación. —Dejó que Archi respondiera primero a sus preguntas. Lo que mencionó este ya lo había hablado alguna vez con él mientras comían, pero no eran temas agradables que recordar. El raigaurum vivía más tranquilo centrándose en sus objetivos por el momento, y le estaba funcionando bien para distraerse.
»Yo bien, también. Muy ocupado últimamente —respondió por su parte—. Aunque casi lo prefiero antes que tener tiempo de preocuparme demasiado por todo lo que está pasando…
Quería haberse interesado entonces por la mala sombra, pero le interrumpieron las voces ominosas de Heraldo. Kin se quitó del medio para no bloquear el paso y dejar que la ordesa pudiese salir al recibidor. Ya continuarían la conversación cuando estuviesen todos dentro, así no tenían que repetir preguntas.
Esa sonrisa no tardó en convertirse en una carcajada cuando les dijo que estaban particularmente guapos.
—Eso es que ya nos recordabas más feos de lo que somos, vamos a tener que vernos más a menudo —bromeó, siguiéndola al interior.
No se detuvo, pero avanzó despacio para poder observar los detalles de la tienda que pronto dejarían atrás. Estaba llena de excentricidades que le recordaban a su amiga y dejaban claro que el local tenía bien ganado el nombre que le había puesto.
El lugar al que se dirigían era otra habitación que contaba con una cocina y parecía un poco más hogareña, independientemente de las humedades. Había una cantidad de comida exagerada sobre la mesa, así que se sintió un poco ridículo tendiéndole a la anfitriona la bandejita de galletas.
—Esto es para ti, Saria, para agradecerte la invitación. —Dejó que Archi respondiera primero a sus preguntas. Lo que mencionó este ya lo había hablado alguna vez con él mientras comían, pero no eran temas agradables que recordar. El raigaurum vivía más tranquilo centrándose en sus objetivos por el momento, y le estaba funcionando bien para distraerse.
»Yo bien, también. Muy ocupado últimamente —respondió por su parte—. Aunque casi lo prefiero antes que tener tiempo de preocuparme demasiado por todo lo que está pasando…
Quería haberse interesado entonces por la mala sombra, pero le interrumpieron las voces ominosas de Heraldo. Kin se quitó del medio para no bloquear el paso y dejar que la ordesa pudiese salir al recibidor. Ya continuarían la conversación cuando estuviesen todos dentro, así no tenían que repetir preguntas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
08/08/23, 02:11 am
Saria sonreía de oreja a oreja en aquel instante, estaba tan feliz que ningún ardid que ocurriera en Rocavarancolia podría cargarse aquella mañana. ¿Que se moría la reina nueva? Pues hueco en el trono para la siguiente… Así funcionaba la ciudad y así funcionaba ella también, dentro de su locura matemática. Mientras los suyos estuvieran bien, esa mañana no pasaba nada.
—Si sirve para que nos veamos, pienso llamaros feos a todos hasta que se me seque la lengua —le dijo al RaigAurum—. Me alegro de que estéis bien, de veras.
Al contrario que Kin, la ordesa sabía que la comida siempre duraba menos de lo que aparentaba, por lo que las galletas le hicieron especial ilusión. Se acercó un pelín para olerlas y, como no podía ser de otra sombra, las ojeó con precaución, una por una.
—¡Gracias, Kin! Tienen muy buena pinta —reconoció, y metió la mano en la bandeja para coger una de ellas—. ¡Esta es para mí! —exclamó, pero no hizo nada con la galleta—. Y sobre lo de… —el timbre la interrumpió y la mala sombra perdió el hilo de su pensamiento. Iba a citar a uno de sus autores favoritos de libros de superación, una persona árbol que escribía bajo el seudónimo de Palo Cogelho, o algo así, pero se olvidó de cuál de entre las muchas citas era y la reclamaban fuera—. ¡Voy a abrir!
Cruzó el local en un par de zancadas y, en cuanto se dio la vuelta, metió con disimulo la galleta que había cogido dentro de la bolsa sin fondo de su marsupio. <<No sé qué te traes entre manos, galletita, pero no me fío de ti. No quiero que me arruines el día, lo siento>>. El resto de galletas estaban azarosamente perfectas, pero esa… Algo no le gustó a la mala sombra y decidió castigarla fuera de este plano. Hecho esto, abrió por fin la puerta para encontrarse con Heraldo, Naeleth y Onyx.
—¡Pero bueno! ¿Dos brujas y un descarado? El chiste se cuenta solo —se rio, antes de volver a las formalidades—. ¡Buenos días, chicos! Pasad y poneos cómodos.
La mala sombra los guiaría a todos hasta la habitación de la consulta, que hoy hacía las veces de saloncillo.
—Estábamos hablando de las desapariciones, pero no sé si preferís cambiar de tema a otro menos cenizo. También podéis hacer uso de todo lo que hay en la mesa —dijo, señalando la comida.
Ella misma cogió otra galleta de las que había traído Kin y, esta vez sí, le dio un buen bocado.
—Si sirve para que nos veamos, pienso llamaros feos a todos hasta que se me seque la lengua —le dijo al RaigAurum—. Me alegro de que estéis bien, de veras.
Al contrario que Kin, la ordesa sabía que la comida siempre duraba menos de lo que aparentaba, por lo que las galletas le hicieron especial ilusión. Se acercó un pelín para olerlas y, como no podía ser de otra sombra, las ojeó con precaución, una por una.
—¡Gracias, Kin! Tienen muy buena pinta —reconoció, y metió la mano en la bandeja para coger una de ellas—. ¡Esta es para mí! —exclamó, pero no hizo nada con la galleta—. Y sobre lo de… —el timbre la interrumpió y la mala sombra perdió el hilo de su pensamiento. Iba a citar a uno de sus autores favoritos de libros de superación, una persona árbol que escribía bajo el seudónimo de Palo Cogelho, o algo así, pero se olvidó de cuál de entre las muchas citas era y la reclamaban fuera—. ¡Voy a abrir!
Cruzó el local en un par de zancadas y, en cuanto se dio la vuelta, metió con disimulo la galleta que había cogido dentro de la bolsa sin fondo de su marsupio. <<No sé qué te traes entre manos, galletita, pero no me fío de ti. No quiero que me arruines el día, lo siento>>. El resto de galletas estaban azarosamente perfectas, pero esa… Algo no le gustó a la mala sombra y decidió castigarla fuera de este plano. Hecho esto, abrió por fin la puerta para encontrarse con Heraldo, Naeleth y Onyx.
—¡Pero bueno! ¿Dos brujas y un descarado? El chiste se cuenta solo —se rio, antes de volver a las formalidades—. ¡Buenos días, chicos! Pasad y poneos cómodos.
La mala sombra los guiaría a todos hasta la habitación de la consulta, que hoy hacía las veces de saloncillo.
—Estábamos hablando de las desapariciones, pero no sé si preferís cambiar de tema a otro menos cenizo. También podéis hacer uso de todo lo que hay en la mesa —dijo, señalando la comida.
Ella misma cogió otra galleta de las que había traído Kin y, esta vez sí, le dio un buen bocado.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
11/08/23, 02:23 pm
Enseguida pudo oír ruido al otro lado de la puerta, así como detrás de sí mismo. Se trataba de Naeleth, a quien no tardó en seguirle Onyx. No se le escapó su esfuerzo por llamarlo por su nuevo nombre, el cual apreció. Se alegraba sinceramente de verlas, pues aunque habían convivido durante mucho tiempo últimamente no se veían tanto como deberían. Especialmente con Onyx, quien sabía que estaba pasando por un mal momento. Se decidió a cuidar un poco más de sus amistades.
—Buenos días, Naeleth, Onyx. Qué bueno veros. —A pesar de la ocasión informal, seguía siendo bastante formulaico con los saludos—. Y sí, justo acabo de-
Cuando estaba cerca de acabar la frase, la puerta se abrió. El comentario de Saria nada más verlos le pareció bastante gracioso, así que sonrió ligeramente. Tremendo alarde de expresividad por parte del ominario.
—Buenos días, Saria, Kin, Krono. Muchas gracias por la invitación. —Al menos ahora no decía el nombre completo de todos—. Oh, podemos hablar de lo que queráis. Entiendo que estéis con ese tema, es bastante preocupante…
Heraldo fue primero a por una infusión. Aquello le iba a sentar bien.
—Buenos días, Naeleth, Onyx. Qué bueno veros. —A pesar de la ocasión informal, seguía siendo bastante formulaico con los saludos—. Y sí, justo acabo de-
Cuando estaba cerca de acabar la frase, la puerta se abrió. El comentario de Saria nada más verlos le pareció bastante gracioso, así que sonrió ligeramente. Tremendo alarde de expresividad por parte del ominario.
—Buenos días, Saria, Kin, Krono. Muchas gracias por la invitación. —Al menos ahora no decía el nombre completo de todos—. Oh, podemos hablar de lo que queráis. Entiendo que estéis con ese tema, es bastante preocupante…
Heraldo fue primero a por una infusión. Aquello le iba a sentar bien.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
12/08/23, 03:23 pm
Archime
El kairós, por supuesto, no sabía cómo responder a las bromas y ya era bastante que sabía identificarlas como tal, por lo que permaneció en silencio durante el intercambio de las mismas. Cuando llamaron a la puerta la conversación se interrumpió de todas formas, por lo que mientras Saria iba a abrir se quedó unos instantes con Kin, observando la comida. No sabía qué era más correcto: si coger algo de lo que había puesto la ordesa o imitarla a ella y tomar una de las galletas que había llevado el demonio raigaurum. Ya que se encontraba en su casa, decidió finalmente hacer lo mismo que la anfitriona y se levantó de su sitio para coger una de las galletas del otro irrense, volver a su asiento y probarla. Tras algunos mordiscos y unos segundos de silencio dirigió su mirada a Kin.
—Tienen buen sabor —comentó escuetamente antes de seguir masticando.
Lo pensaba de verdad y apreciaba la comida casera de sus amigos, aunque pudiese ser complicado que se trasluciese en su impasible tono.
Heraldo, Alice y Naeleth habían llegado, por lo que imitando al otro irrense, se levantód de su asiento para recibirlos y saludarlos.
>>Buenos días, Heraldo —respondió a su saludo. Después se giró hacia las brujas—. Y para vosotras también, Alice y Naeleth.
Recibiría cualquier saludo que quisiesen ofrecerle, devolviendo por ejemplo un apretón de manos a la bruja del hielo, antes de volver a su asiento y esperar para ver qué debería hacer o decir a continuación.
Naeleth
Apenas había terminado de asentir a Heraldo cuando escuchó la voz de Alice. Se giró hacia su amiga con una gran sonrisa y le dio un abrazo en cuanto la tuvo lo suficientemente cerca.
—¡Estoy bien! Pero echo algo de menos vivir con todos vosotros —comentó tímidamente.
Aquel comentario tenía incluso más fuerza con la presencia de la onycemante, quien era probablemente la persona con la que sentía más cercanía después de Gres, y hacía incluso más tiempo que no veía a la asreniana. A Heraldo, por supuesto, también lo tenía en muy buena estima, pero aunque ya había superado el respeto que le imponía y lo consideraba un buen amigo, no podía decir que congeniasen hasta el mismo punto. Tampoco creía que el ochrorio fuese muy dado a abrazos, igual que sabía que en cuanto se cruzase con Archi no le saludaría de aquella manera.
A quien si ofreció otro abrazo fue a la mala sombra en cuanto les abrió la puerta, riendo ante su pequeña broma. A ella también la echaba mucho de menos.
—Sí: eres muy amable —añadió al agradecimiento de Heraldo—. ¡Hola, chicos! —saludó a los irrenses.
Ofreció una mano al kairós con una sonrisa sin decir nada más porque conocía de sobra al chico como para saber qué probablemente era mejor así y, tras dudar un poco, también se la ofreció a Kin pero con algo más de efusividad. No había convivido con él y su relación con el demonio raigaurum era un poco menos cercana por lo que quizás tampoco fuese adecuado abrazarle.
>>He oído que te has mudado tú también hace poco, ¿verdad? —le preguntó mientras escogía un sitio donde sentarse, cerca de Alice.
Pronto se le dio a conocer que habían estado hablando sobre el asunto de las desapariciones. No le extrañaba que saliese aquel tema a colación, y ella misma lo tenía muy presente. Algunos de sus pacientes le expresaban sus miedos por la situación de la ciudad. Había mucha incertidumbre, sobre todo, y conocía tanto gente que no sabía dónde se encontraba alguno de sus seres queridos como otros que temían ser los siguientes. Por supuesto, por confidencialidad profesional no podía hablar acerca de ello, pero podía intervenir en la conversación por otro lado.
—Sé que Irianna está buscando a algunos de ellos: es su primer trabajo como dama Enigma. Me pidió hace poco que si me enteraba de algo que le pudiese servir en su investigación se lo hiciese saber.
Entendía que como bruja mentalista hubiese acudido a ella, pero lo cierto era que, fuese lo que fuese que estuviera ocurriendo, se estaban preocupando bien por no dejar rastros.
El kairós, por supuesto, no sabía cómo responder a las bromas y ya era bastante que sabía identificarlas como tal, por lo que permaneció en silencio durante el intercambio de las mismas. Cuando llamaron a la puerta la conversación se interrumpió de todas formas, por lo que mientras Saria iba a abrir se quedó unos instantes con Kin, observando la comida. No sabía qué era más correcto: si coger algo de lo que había puesto la ordesa o imitarla a ella y tomar una de las galletas que había llevado el demonio raigaurum. Ya que se encontraba en su casa, decidió finalmente hacer lo mismo que la anfitriona y se levantó de su sitio para coger una de las galletas del otro irrense, volver a su asiento y probarla. Tras algunos mordiscos y unos segundos de silencio dirigió su mirada a Kin.
—Tienen buen sabor —comentó escuetamente antes de seguir masticando.
Lo pensaba de verdad y apreciaba la comida casera de sus amigos, aunque pudiese ser complicado que se trasluciese en su impasible tono.
Heraldo, Alice y Naeleth habían llegado, por lo que imitando al otro irrense, se levantód de su asiento para recibirlos y saludarlos.
>>Buenos días, Heraldo —respondió a su saludo. Después se giró hacia las brujas—. Y para vosotras también, Alice y Naeleth.
Recibiría cualquier saludo que quisiesen ofrecerle, devolviendo por ejemplo un apretón de manos a la bruja del hielo, antes de volver a su asiento y esperar para ver qué debería hacer o decir a continuación.
Naeleth
Apenas había terminado de asentir a Heraldo cuando escuchó la voz de Alice. Se giró hacia su amiga con una gran sonrisa y le dio un abrazo en cuanto la tuvo lo suficientemente cerca.
—¡Estoy bien! Pero echo algo de menos vivir con todos vosotros —comentó tímidamente.
Aquel comentario tenía incluso más fuerza con la presencia de la onycemante, quien era probablemente la persona con la que sentía más cercanía después de Gres, y hacía incluso más tiempo que no veía a la asreniana. A Heraldo, por supuesto, también lo tenía en muy buena estima, pero aunque ya había superado el respeto que le imponía y lo consideraba un buen amigo, no podía decir que congeniasen hasta el mismo punto. Tampoco creía que el ochrorio fuese muy dado a abrazos, igual que sabía que en cuanto se cruzase con Archi no le saludaría de aquella manera.
A quien si ofreció otro abrazo fue a la mala sombra en cuanto les abrió la puerta, riendo ante su pequeña broma. A ella también la echaba mucho de menos.
—Sí: eres muy amable —añadió al agradecimiento de Heraldo—. ¡Hola, chicos! —saludó a los irrenses.
Ofreció una mano al kairós con una sonrisa sin decir nada más porque conocía de sobra al chico como para saber qué probablemente era mejor así y, tras dudar un poco, también se la ofreció a Kin pero con algo más de efusividad. No había convivido con él y su relación con el demonio raigaurum era un poco menos cercana por lo que quizás tampoco fuese adecuado abrazarle.
>>He oído que te has mudado tú también hace poco, ¿verdad? —le preguntó mientras escogía un sitio donde sentarse, cerca de Alice.
Pronto se le dio a conocer que habían estado hablando sobre el asunto de las desapariciones. No le extrañaba que saliese aquel tema a colación, y ella misma lo tenía muy presente. Algunos de sus pacientes le expresaban sus miedos por la situación de la ciudad. Había mucha incertidumbre, sobre todo, y conocía tanto gente que no sabía dónde se encontraba alguno de sus seres queridos como otros que temían ser los siguientes. Por supuesto, por confidencialidad profesional no podía hablar acerca de ello, pero podía intervenir en la conversación por otro lado.
—Sé que Irianna está buscando a algunos de ellos: es su primer trabajo como dama Enigma. Me pidió hace poco que si me enteraba de algo que le pudiese servir en su investigación se lo hiciese saber.
Entendía que como bruja mentalista hubiese acudido a ella, pero lo cierto era que, fuese lo que fuese que estuviera ocurriendo, se estaban preocupando bien por no dejar rastros.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
16/08/23, 03:11 am
Si no lo había hecho ella había sido porque había llegado a la carrera y sudorosa, pero se fundió en el abrazo con Nae en cuanto su amiga le saludó así. Tenía que decirle de quedar y hacer algo, echar un rato y lo que fuera. Ozz también le saludó como siempre y la bruja le sonrió de vuelta. No le dio tiempo a decir nada pues entonces se abrió la puerta.
—Dos brujas, un descarado y una mochila llena de zumo de onyces, mi estimadísima Saria —le corrigió de broma entre risas, y también se fue para darle un abrazo. Una vez en el interior, saludó a los demás cruzando manos y gestos amistosos—. ¡Hey, chicos! Un poco cenizo sí que es el tema, ¿eh? Debe ser una mierda para la gente estar buscando a sus seres queridos en una ciudad como esta, pero a mí no me falta nadie. No obstante, si mis onyces o yo escuchamos algo, avisaremos.
No quería cambiar de tema bruscamente pero la verdad era que le importaba solo un poco el asunto. Ya bastante tuvo con Marsi o con la torre de las pesadillas. Seguro que, como las otras veces, no podría defenderse. Y, también como las ocasiones anteriores, debía haber gente más capaz e importante que ella encargándose de aquella crisis, así que quería seguir con su vida sin más, siempre y cuando no tuviera que ocuparse de buscar a alguna de sus amistades. Empezó a sacar los cartones de zumo antes de tomar asiento. Mezcló algunos de ellos en un vaso y después, cogería galletas y las mojaría en este, distraídamente.
—¿Qué tal os va? ¡Ah! Tengo que pasarme por vuestra clínica también algún día, Nae.
Lo segundo lo recordó como algo pendiente porque también echaba de menos su compañía de cuando compartieron los últimos tiempos en la cosecha. Qué movida aquellos días, y sobre todo la transformación y la despedida del torreón. Necesitaba hacer recuerdos nuevos, más alegres, por mucho que Rocavarancolia insistiera en recordarle dónde estaban.[/color]
—Dos brujas, un descarado y una mochila llena de zumo de onyces, mi estimadísima Saria —le corrigió de broma entre risas, y también se fue para darle un abrazo. Una vez en el interior, saludó a los demás cruzando manos y gestos amistosos—. ¡Hey, chicos! Un poco cenizo sí que es el tema, ¿eh? Debe ser una mierda para la gente estar buscando a sus seres queridos en una ciudad como esta, pero a mí no me falta nadie. No obstante, si mis onyces o yo escuchamos algo, avisaremos.
No quería cambiar de tema bruscamente pero la verdad era que le importaba solo un poco el asunto. Ya bastante tuvo con Marsi o con la torre de las pesadillas. Seguro que, como las otras veces, no podría defenderse. Y, también como las ocasiones anteriores, debía haber gente más capaz e importante que ella encargándose de aquella crisis, así que quería seguir con su vida sin más, siempre y cuando no tuviera que ocuparse de buscar a alguna de sus amistades. Empezó a sacar los cartones de zumo antes de tomar asiento. Mezcló algunos de ellos en un vaso y después, cogería galletas y las mojaría en este, distraídamente.
—¿Qué tal os va? ¡Ah! Tengo que pasarme por vuestra clínica también algún día, Nae.
Lo segundo lo recordó como algo pendiente porque también echaba de menos su compañía de cuando compartieron los últimos tiempos en la cosecha. Qué movida aquellos días, y sobre todo la transformación y la despedida del torreón. Necesitaba hacer recuerdos nuevos, más alegres, por mucho que Rocavarancolia insistiera en recordarle dónde estaban.[/color]
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
16/08/23, 01:50 pm
El raigaurum soltó una carcajada por la respuesta que le dio la mala sombra a su broma. No podía decir que no echase de menos su lengua mordaz y, ya puestos, sus excentricidades.
—Seguro que no hace falta llegar a esos extremos, pero te lo admito si no dejamos pasar tanto tiempo la próxima vez —le respondió.
Se preocupó un poco al ver que observaba las galletas como si las escanease. Podía imaginar que ya las había tomado más veces si la tienda estaba en su mismo barrio, pero a lo mejor no eran de su gusto. No se quedó tranquilo hasta que escogió una para ella y se marchó a abrir la puerta.
Archi también estaba probando una, por lo que le sonrió cuando comentó que estaban buenas.
—Creo que el banquete que nos tiene preparado Saria aún tiene mejor pinta —comentó con una media sonrisa. Además, había muchos dulces sobre la mesa. Iban a salir de allí cebados.
Kin se asomó desde la habitación-cocina para ver quién entraba por la puerta y se alegró al reconocerlos. Si cada vez se pasaba menos por la sede, a los de Serpentaria no los había visto en meses. Tal vez la última con la que había tenido contacto fue Alice cuando le ayudó con las partes difíciles de su casa. Se sentía mal en realidad por haber descuidado tanto visitar a parte de sus colegas de la criba, pero le consolaba saber que no era una excusa y realmente había estado ocupado.
Al reunirse todos los recibió con una gran sonrisa.
—¡Alice! ¿Qué tal todo? ¿Te va bien con tu negocio? —saludó primero a la onycemante, que era probablemente con quien más relación tenía del antiguo grupo de Letargo—. ¿Y qué tal vosotros, Heraldo y Naeleth? Me enteré de lo de tu clínica —le dijo a la criomante—. Debe ser muy rentable en esta ciudad —bromeó mientras le devolvía el apretón de manos. Ella también había oído sobre su mudanza, imaginó que a través de Alice—. ¡Sí! Aún me estoy adaptando a vivir por mi cuenta —le respondió.
Era un alivio ver que estaban todos bien, sin cambios (quitando la obviedad respecto a Heraldo). Kin sí tenía un pequeño cambio escondido bajo la chaqueta, que eran sus brazos nuevos, apreciable solo si se fijaban en los dedos más afilados que tenía ahora, pero esperaría al momento apropiado para mostrárselos. Tras los saludos habían vuelto al tema de los secuestros, y era bastante sombrío como para dejar momentáneamente de lado lo de ponerse al día con novedades. Casi agradeció que Alice fuese la primera en intentar cambiar de tema, porque aunque no le afectaba personalmente, estaba preocupado. Primero, porque no sabía si podía ocurrirle a otra persona de su entorno en cualquier momento, y segundo, porque sí conocía a una de las desaparecidas, aunque solo de convivir en la sede. No había tenido tanto contacto con la bruja de los espejos como con el grupo de amigos de Milo, y en cierto modo era un alivio, porque si hubiesen secuestrado a alguno de ellos lo estaría pasando realmente mal. No se quitaba de la cabeza lo vulnerables que eran los niños, por ejemplo.
—Ojalá se sepa algo pronto —dijo. Prefería dejarlo ahí. Tras eso escogería silla al lado de Archi y respondería a la pregunta de la onycemante—. Yo no me puedo quejar, pero de momento no tengo muchas novedades que contar, solo planes. —Miró al resto, esperando sus respuestas con interés.
—Seguro que no hace falta llegar a esos extremos, pero te lo admito si no dejamos pasar tanto tiempo la próxima vez —le respondió.
Se preocupó un poco al ver que observaba las galletas como si las escanease. Podía imaginar que ya las había tomado más veces si la tienda estaba en su mismo barrio, pero a lo mejor no eran de su gusto. No se quedó tranquilo hasta que escogió una para ella y se marchó a abrir la puerta.
Archi también estaba probando una, por lo que le sonrió cuando comentó que estaban buenas.
—Creo que el banquete que nos tiene preparado Saria aún tiene mejor pinta —comentó con una media sonrisa. Además, había muchos dulces sobre la mesa. Iban a salir de allí cebados.
Kin se asomó desde la habitación-cocina para ver quién entraba por la puerta y se alegró al reconocerlos. Si cada vez se pasaba menos por la sede, a los de Serpentaria no los había visto en meses. Tal vez la última con la que había tenido contacto fue Alice cuando le ayudó con las partes difíciles de su casa. Se sentía mal en realidad por haber descuidado tanto visitar a parte de sus colegas de la criba, pero le consolaba saber que no era una excusa y realmente había estado ocupado.
Al reunirse todos los recibió con una gran sonrisa.
—¡Alice! ¿Qué tal todo? ¿Te va bien con tu negocio? —saludó primero a la onycemante, que era probablemente con quien más relación tenía del antiguo grupo de Letargo—. ¿Y qué tal vosotros, Heraldo y Naeleth? Me enteré de lo de tu clínica —le dijo a la criomante—. Debe ser muy rentable en esta ciudad —bromeó mientras le devolvía el apretón de manos. Ella también había oído sobre su mudanza, imaginó que a través de Alice—. ¡Sí! Aún me estoy adaptando a vivir por mi cuenta —le respondió.
Era un alivio ver que estaban todos bien, sin cambios (quitando la obviedad respecto a Heraldo). Kin sí tenía un pequeño cambio escondido bajo la chaqueta, que eran sus brazos nuevos, apreciable solo si se fijaban en los dedos más afilados que tenía ahora, pero esperaría al momento apropiado para mostrárselos. Tras los saludos habían vuelto al tema de los secuestros, y era bastante sombrío como para dejar momentáneamente de lado lo de ponerse al día con novedades. Casi agradeció que Alice fuese la primera en intentar cambiar de tema, porque aunque no le afectaba personalmente, estaba preocupado. Primero, porque no sabía si podía ocurrirle a otra persona de su entorno en cualquier momento, y segundo, porque sí conocía a una de las desaparecidas, aunque solo de convivir en la sede. No había tenido tanto contacto con la bruja de los espejos como con el grupo de amigos de Milo, y en cierto modo era un alivio, porque si hubiesen secuestrado a alguno de ellos lo estaría pasando realmente mal. No se quitaba de la cabeza lo vulnerables que eran los niños, por ejemplo.
—Ojalá se sepa algo pronto —dijo. Prefería dejarlo ahí. Tras eso escogería silla al lado de Archi y respondería a la pregunta de la onycemante—. Yo no me puedo quejar, pero de momento no tengo muchas novedades que contar, solo planes. —Miró al resto, esperando sus respuestas con interés.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
16/08/23, 05:22 pm
Después de irse a dormir tras una larga noche en el trabajo a Keiria le había despertado el sonido de un sobre deslizándose bajo la puerta de su habitación, pero había remoloneado entre las sábanas unos minutos más y no había llegado a pillar al mensajero. La factura de la misiva no dejaba muchas dudas en cuanto al autor de la misma, pero a pesar de todo la voz de Saria la sobresaltó cuando resonó con aquel tono de ultratumba entre las cuatro paredes de su cuarto. La invitaba formalmente a un brunch en el Emporio, el negocio que había abierto hacía ya un tiempo pero que no había sido inaugurado oficialmente, y señalaba la hora de asistencia a partir de las doce de la mañana.
La kitsune miró su reloj preocupada, pues no tenía muy claro qué hora era, pero al ver que aún faltaba un rato se permitió respirar con tranquilidad y empezar su rutina diaria. Primero entrenó en una sala desocupada y después se dió una buena ducha, disfrutando durante un rato del agua caliente. Luego se vistió con una blusa blanca de cuello mao, una falda larga a cuadros de tonos oscuros y un jersey de punto de color verde musgo que se arremangó para poder enrrollar los puños de la blusa por encima. Completó su atuendo con unos calcetines altos y unos botines marrones, recogiéndose el pelo en un moño algo descuidado antes de salir hacia el mercado.
Le habían invitado a un almuerzo, pero no le parecía de recibo presentarse sin nada, así que tras hacer la compra preparó un cóctel de frutas frescas en un bol de buen tamaño, regándolo con un poco de zumo de naranja y un hechizo de frío para que no se oxidara de camino al Emporio. Había empezado con tiempo el día, pero para cuando por fin se puso en marcha hacia la reunión se le había acabado casi por completo, por lo que estaba bastante segura de que sería la última en llegar.
—Siempre igual… —murmuró para sí, escondiéndose bajo la ilusión de un zorrillo para caminar tranquilamente. Era una costumbre que había adquirido con el tiempo cuando no quería entretenerse de camino a alguna parte, pues dada la cantidad de gente que conocía debido a sus trabajos las posibilidades de entablar conversaciones inoportunas eran bastante altas.
Al final solo fueron unos minutos de retraso, pero la última invitada por fin llamó a la puerta del negocio de la malasombra. Cuando Saria abriera la puerta no vería a la ulterana, sin embargo, pues esta estaba tan sumida en sus pensamientos que se le había olvidado deshacer la ilusión que la ocultaba y un animalillo peludo ocupaba una pequeña parte de su posición frente a la entrada.
La kitsune miró su reloj preocupada, pues no tenía muy claro qué hora era, pero al ver que aún faltaba un rato se permitió respirar con tranquilidad y empezar su rutina diaria. Primero entrenó en una sala desocupada y después se dió una buena ducha, disfrutando durante un rato del agua caliente. Luego se vistió con una blusa blanca de cuello mao, una falda larga a cuadros de tonos oscuros y un jersey de punto de color verde musgo que se arremangó para poder enrrollar los puños de la blusa por encima. Completó su atuendo con unos calcetines altos y unos botines marrones, recogiéndose el pelo en un moño algo descuidado antes de salir hacia el mercado.
Le habían invitado a un almuerzo, pero no le parecía de recibo presentarse sin nada, así que tras hacer la compra preparó un cóctel de frutas frescas en un bol de buen tamaño, regándolo con un poco de zumo de naranja y un hechizo de frío para que no se oxidara de camino al Emporio. Había empezado con tiempo el día, pero para cuando por fin se puso en marcha hacia la reunión se le había acabado casi por completo, por lo que estaba bastante segura de que sería la última en llegar.
—Siempre igual… —murmuró para sí, escondiéndose bajo la ilusión de un zorrillo para caminar tranquilamente. Era una costumbre que había adquirido con el tiempo cuando no quería entretenerse de camino a alguna parte, pues dada la cantidad de gente que conocía debido a sus trabajos las posibilidades de entablar conversaciones inoportunas eran bastante altas.
Al final solo fueron unos minutos de retraso, pero la última invitada por fin llamó a la puerta del negocio de la malasombra. Cuando Saria abriera la puerta no vería a la ulterana, sin embargo, pues esta estaba tan sumida en sus pensamientos que se le había olvidado deshacer la ilusión que la ocultaba y un animalillo peludo ocupaba una pequeña parte de su posición frente a la entrada.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
18/08/23, 01:26 pm
Los intercambios de puyas con Saria siempre estaban a la orden del día y nada le hacía más feliz que tener una excusa para meterse con sus amigos de forma inofensiva y dentro de unos límites sanos. Quizás a Archi menos, porque le preocupaba que se lo tomara de forma literal, pero Kin podía esperar que le llamase feo de vez en cuando y Saria esperaba que el demonio se la devolviera.
En cuanto entró Heraldo, le hizo una leve reverencia a modo de saludo y luego se dejó abrazar por Naeleth y Onyx. Viendo como se reunían todos sus amigos allí, la mala sombra se dio cuenta de cuánto los había echado de menos a todos y se dijo, momentáneamente, que a lo mejor no debía estar tan pendiente de la mala suerte para decidir si se juntaban o no.
—La verdad es que sí… —comentó sobre el trabajo de Naeleth y lo bien que venía en Rocavarancolia—. Está todo el mundo medio majara —se rio. A pesar de todas las cosas a las que se había enfrentado la ciudad, Saria todavía no estaba preparada para admitir que le vendría bien ir al psicólogo. Con respecto al tema cenizo, añadió—: Yo también confío en que sepan algo pronto y se quede en un susto.
La realidad era que Saria dudaba que algo tan extraño quedase sin víctimas, pero no quería decirlo así, ni en ese momento. Prefirió que la conversación virase a las actualizaciones mutuas, ver cómo les iba a todos, ponerse al día. No se le pasó por alto la mención del demonio a ciertos planes, por los que no dudaría en preguntar si nadie más lo hacía. Sin embargo, antes, tuvo que volver a la puerta para abrir a alguien.
Lo que no esperaba era encontrarse un zorro.
—Pero bueno, ¡qué cosita! —fue lo primero que dijo, agudizando la voz como cuando hablaba a bebés o animales. Su instinto defectuoso la llevó a agacharse para verle de cerca, pero su expresión cambió ligeramente y escudriñó los porcentajes a su alrededor. Aunque no era peligroso, algo no le terminaba de cuadrar—. ¿Cómo ha podido un zorrillo tan mono llamar a la puerta de esa forma? —preguntó, esbozando una sonrisa, esta vez con un tono más serio, más normal.
Tenía una corazonada con nombre propio, pero prefería que la criatura respondiera por sí misma.
En cuanto entró Heraldo, le hizo una leve reverencia a modo de saludo y luego se dejó abrazar por Naeleth y Onyx. Viendo como se reunían todos sus amigos allí, la mala sombra se dio cuenta de cuánto los había echado de menos a todos y se dijo, momentáneamente, que a lo mejor no debía estar tan pendiente de la mala suerte para decidir si se juntaban o no.
—La verdad es que sí… —comentó sobre el trabajo de Naeleth y lo bien que venía en Rocavarancolia—. Está todo el mundo medio majara —se rio. A pesar de todas las cosas a las que se había enfrentado la ciudad, Saria todavía no estaba preparada para admitir que le vendría bien ir al psicólogo. Con respecto al tema cenizo, añadió—: Yo también confío en que sepan algo pronto y se quede en un susto.
La realidad era que Saria dudaba que algo tan extraño quedase sin víctimas, pero no quería decirlo así, ni en ese momento. Prefirió que la conversación virase a las actualizaciones mutuas, ver cómo les iba a todos, ponerse al día. No se le pasó por alto la mención del demonio a ciertos planes, por los que no dudaría en preguntar si nadie más lo hacía. Sin embargo, antes, tuvo que volver a la puerta para abrir a alguien.
Lo que no esperaba era encontrarse un zorro.
—Pero bueno, ¡qué cosita! —fue lo primero que dijo, agudizando la voz como cuando hablaba a bebés o animales. Su instinto defectuoso la llevó a agacharse para verle de cerca, pero su expresión cambió ligeramente y escudriñó los porcentajes a su alrededor. Aunque no era peligroso, algo no le terminaba de cuadrar—. ¿Cómo ha podido un zorrillo tan mono llamar a la puerta de esa forma? —preguntó, esbozando una sonrisa, esta vez con un tono más serio, más normal.
Tenía una corazonada con nombre propio, pero prefería que la criatura respondiera por sí misma.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
19/08/23, 02:22 pm
Cuando Saria abrió la puerta Keiria le dedicó una amplia sonrisa, pero al ver que los ojos de su amiga se desviaban al suelo se dio cuenta por fin de que no había desecho la ilusión del zorro. El tono que usó la mala sombra para dirigirse a la criatura le resultó gracioso, así que la kitsune no pudo evitar el impulso de acuclillarse para acercar su boca a la del animalillo y poder hablar desde su altura alargando un poquito el chiste.
—¿Es este el Emporio del ocultismo Maldita sea? —preguntó modulando la voz para parecer una criaturilla dubitativa, ignorando deliberadamente la duda sobre como había llamado a la puerta—. Una carta gritona que me entregaron me dijo que aquí había una fiesta, ¿pero a lo mejor el mensajero creía que el zorro al que iba dirigida era más grande? —inquirió con un bufido divertido.
En verdad era una chorrada, pero aquella tontería le subió un poco el ánimo y Keiria se enderezó deshaciendo la ilusión con un gesto de la mano. La kitsune apareció por fin frente a la malasombra, sacudiéndose la falda con las manos mientras el bol de frutas levitaba suavemente a su lado.
—¿Cómo estás, Saria? —dijo por fin, abriendo tímidamente los brazos para ofrecerle un abrazo—. Yo te veo estupendamente, la verdad. —la piropeó con una sonrisa vulpina que esta vez su amiga sí podría ver.
—¿Es este el Emporio del ocultismo Maldita sea? —preguntó modulando la voz para parecer una criaturilla dubitativa, ignorando deliberadamente la duda sobre como había llamado a la puerta—. Una carta gritona que me entregaron me dijo que aquí había una fiesta, ¿pero a lo mejor el mensajero creía que el zorro al que iba dirigida era más grande? —inquirió con un bufido divertido.
En verdad era una chorrada, pero aquella tontería le subió un poco el ánimo y Keiria se enderezó deshaciendo la ilusión con un gesto de la mano. La kitsune apareció por fin frente a la malasombra, sacudiéndose la falda con las manos mientras el bol de frutas levitaba suavemente a su lado.
—¿Cómo estás, Saria? —dijo por fin, abriendo tímidamente los brazos para ofrecerle un abrazo—. Yo te veo estupendamente, la verdad. —la piropeó con una sonrisa vulpina que esta vez su amiga sí podría ver.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
22/08/23, 10:09 pm
Heraldo Rocuo conocía ya sobre el hecho de que Dama Enigma se encontraba investigando las desapariciones. Sabiendo lo que sabía sobre estas, parecía que la investigadora no había tomado un primer caso pequeño, precisamente. Esperaba que los desaparecidos estuvieran a salvo, así como que Enigma no se pusiera en peligro. Aunque intuía que ninguna de ellas iba a ser sencilla.
Al sacerdote no se le escapó el cambio de tema repentino de Onyx. Por lo que dedujo, no se trataba de su mejor momento para tratar algo así. Decidió seguirle y cambiar el tema.
—Pues no me puedo quejar, todo va bastante bien —respondió a las preguntas generales del resto—. Restaurar y preparar mi nueva casa me mantiene atareado cuando no lo hacen los mismos pregones. ¿Cómo os va todo a vosotros?
Fue escuchando las respuestas a medida que el resto iban poniéndoles al día. En general, parecía que no le iba mal a nadie. Y aquello era algo de lo que sin duda podía alegrarse.
No tardó en llegar aún otra invitada: Keiria. Lo cierto es que se estaba reuniendo un buen grupo, aunque todos bien avenidos. La saludó con su habitual protocolo y coincidió con ella en que parecía una buena fiesta ya aquella. Se relajó pensando que, igual, al final era aquello todo lo que Saria quería de ellos ese día.
Al sacerdote no se le escapó el cambio de tema repentino de Onyx. Por lo que dedujo, no se trataba de su mejor momento para tratar algo así. Decidió seguirle y cambiar el tema.
—Pues no me puedo quejar, todo va bastante bien —respondió a las preguntas generales del resto—. Restaurar y preparar mi nueva casa me mantiene atareado cuando no lo hacen los mismos pregones. ¿Cómo os va todo a vosotros?
Fue escuchando las respuestas a medida que el resto iban poniéndoles al día. En general, parecía que no le iba mal a nadie. Y aquello era algo de lo que sin duda podía alegrarse.
No tardó en llegar aún otra invitada: Keiria. Lo cierto es que se estaba reuniendo un buen grupo, aunque todos bien avenidos. La saludó con su habitual protocolo y coincidió con ella en que parecía una buena fiesta ya aquella. Se relajó pensando que, igual, al final era aquello todo lo que Saria quería de ellos ese día.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
23/08/23, 08:42 pm
Archime
Había asentido a Kin cuando dijo que el banquete de Saria tenía mejor pinta, pero como nadie más había cogido todavía ninguna de aquellos alimentos decidió esperar. Tenía ganas de probarlos, desde luego, pero no tenía claro si era de mala educación hacerlo sin que estuviesen todos.
Atendió a las conversaciones, pero no sabía qué más aportar al respecto. Era un alivio que ninguno de sus allegados hubiesen sido afectados, aunque sí sabía debido a algunos clientes y a Milo de la desaparición de algunas personas concretas, especialmente de las dos últimas Lunas. Tenía sentido que hubiesen acudido a Irianna y esperaba que la nebulomante pudiese ayudarles, pero el kairós tampoco era particularmente optimista al respecto. Le apenaba tener que admitir que las probabilidades estaban en contra de los afectados, tanto desparecidos como quienes los buscaban, pero Rocavarancolia no se caracterizaba por su seguridad.
Atendió a lo que se decía, interesado por todo lo que tuvieran que comentar sus amigos pero sin saber muy bien qué decir. Por suerte, otros sí tenían más claras las preguntas que debían hacer al respecto. Llamaron una vez más a la puerta, por lo que solo quedaba esperar que finalmente se reuniesen todos y ver si alguien empezaba a comer… O acabaría preguntando si podía hacerlo. Probablemente.
Naeleth
Le sonrió a Alice cuando dijo que debería pasarse por su clínica y también a Kin ante su amable comentario.
—La verdad es que en cuanto empezaron a conocernos un poco sí que empezó a llegar bastante gente pidiendo ayuda… —admitió con una risa tímida—. Me gustaría invitaros también para mostraros mi casa y lugar de trabajo en una reunión parecida a esta, un día que a Lulú le venga bien para que podáis conocerle. Bueno, supongo que los que seguís en Serpentaria os habréis cruzado con él varias veces, aunque pasa bastante tiempo con Baste…
Aquel era un tema delicado para su socio y tampoco quería añadir mucho más. El ordés, por suerte, ya había accedido a recibir ayuda y se encontraba en pleno tratamiento, pero tanto ella como el surcamentes no dejaban de ser bastante nuevos en todo aquello, y con una mente tan compleja como la de la paranoia no era fácil trabajar.
>>Me alegro de que os esté yendo bien a todos: yo tampoco echo en falta a nadie conocido, por suerte, aunque me preocupan los desaparecidos de todos modos, claro… —Se notaba que la preferencia general era cambiar de tema, por lo que tras asentir a los breves comentarios al respecto de sus amigos, a continuación se giró hacia Heraldo—. No sabía que tú también estabas en proceso de mudarte. ¿En qué zona se encontrará tu futura casa?
En ese momento, alguien llamó a la puerta y la ordesa volvió a salir del cuarto para recibir a quién hubiese llegado, aunque era fácil suponer de quién podía tratarse. Su vista se posó entonces en la comida y el hambre le recordó que no había desayunado en preparación para aquello. Se preguntó si tal vez debería haber llevado algo ella misma, pero cocinar cosas elaboradas no era su fuerte y no había tenido mucho tiempo para pensar en ello.
Había asentido a Kin cuando dijo que el banquete de Saria tenía mejor pinta, pero como nadie más había cogido todavía ninguna de aquellos alimentos decidió esperar. Tenía ganas de probarlos, desde luego, pero no tenía claro si era de mala educación hacerlo sin que estuviesen todos.
Atendió a las conversaciones, pero no sabía qué más aportar al respecto. Era un alivio que ninguno de sus allegados hubiesen sido afectados, aunque sí sabía debido a algunos clientes y a Milo de la desaparición de algunas personas concretas, especialmente de las dos últimas Lunas. Tenía sentido que hubiesen acudido a Irianna y esperaba que la nebulomante pudiese ayudarles, pero el kairós tampoco era particularmente optimista al respecto. Le apenaba tener que admitir que las probabilidades estaban en contra de los afectados, tanto desparecidos como quienes los buscaban, pero Rocavarancolia no se caracterizaba por su seguridad.
Atendió a lo que se decía, interesado por todo lo que tuvieran que comentar sus amigos pero sin saber muy bien qué decir. Por suerte, otros sí tenían más claras las preguntas que debían hacer al respecto. Llamaron una vez más a la puerta, por lo que solo quedaba esperar que finalmente se reuniesen todos y ver si alguien empezaba a comer… O acabaría preguntando si podía hacerlo. Probablemente.
Naeleth
Le sonrió a Alice cuando dijo que debería pasarse por su clínica y también a Kin ante su amable comentario.
—La verdad es que en cuanto empezaron a conocernos un poco sí que empezó a llegar bastante gente pidiendo ayuda… —admitió con una risa tímida—. Me gustaría invitaros también para mostraros mi casa y lugar de trabajo en una reunión parecida a esta, un día que a Lulú le venga bien para que podáis conocerle. Bueno, supongo que los que seguís en Serpentaria os habréis cruzado con él varias veces, aunque pasa bastante tiempo con Baste…
Aquel era un tema delicado para su socio y tampoco quería añadir mucho más. El ordés, por suerte, ya había accedido a recibir ayuda y se encontraba en pleno tratamiento, pero tanto ella como el surcamentes no dejaban de ser bastante nuevos en todo aquello, y con una mente tan compleja como la de la paranoia no era fácil trabajar.
>>Me alegro de que os esté yendo bien a todos: yo tampoco echo en falta a nadie conocido, por suerte, aunque me preocupan los desaparecidos de todos modos, claro… —Se notaba que la preferencia general era cambiar de tema, por lo que tras asentir a los breves comentarios al respecto de sus amigos, a continuación se giró hacia Heraldo—. No sabía que tú también estabas en proceso de mudarte. ¿En qué zona se encontrará tu futura casa?
En ese momento, alguien llamó a la puerta y la ordesa volvió a salir del cuarto para recibir a quién hubiese llegado, aunque era fácil suponer de quién podía tratarse. Su vista se posó entonces en la comida y el hambre le recordó que no había desayunado en preparación para aquello. Se preguntó si tal vez debería haber llevado algo ella misma, pero cocinar cosas elaboradas no era su fuerte y no había tenido mucho tiempo para pensar en ello.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
24/08/23, 09:02 pm
Si por ella fuera, no hablaría más del asunto de las desapariciones. Y no lo haría, así que puso su atención en las novedades de sus amistades y en sus propios temas.
—Mi negocio va bien, ¡gracias! ¿Todo en orden con tu casa, Kin? Yo voy recibiendo encargos menores de vez en cuando y también me han pedido ayuda para alguna reforma mayor, como una bruja de Serpentaria. Ay, yo tampoco sabía que te estabas mudando, chico. Avísame si necesitas algo y aprovéchate, y os digo lo mismo, que con vosotros acepto pizzas o cerveza como parte del pago —les dijo, primero mirando a Ozz y luego al resto, y se rió, pero no era una broma por completo.
Iba bien en serio. Un plan de tarde "de tranquis" de comida, bebida y tirar paredes o levantar nuevas no era un mal plan ni para la bruja ni para sus onyces compensaba no poder permitirse todo lo que le costaría a un desconocido.
—Oye, ¿qué os pasa con las galletas? Podéis coger de mis zumos también. Yo he empezado a comer sin decir nada; espero que nadie me maldiga con cien años de mala suerte o algo así —siguió bromeando, sin dejar de remojarlas en zumo y engullir—. Y cuando nos digas, allí nos plantamos, Nae. —le guiñó un ojo a la bruja. No sabía qué pasaba con Baste y Lulú. Ella solo quería ver a su amiga y el casoplón que se hubieran montado por curiosidad profesional.
Llamaron a la puerta y ni se giró a mirar, pero sonrió cuando reconoció una voz de sus tantas visitas a la Taberna. Era irónico que hubiera gente de su misma "promoción" que conocía más del después que de la misma cosecha en sí.
—Mi negocio va bien, ¡gracias! ¿Todo en orden con tu casa, Kin? Yo voy recibiendo encargos menores de vez en cuando y también me han pedido ayuda para alguna reforma mayor, como una bruja de Serpentaria. Ay, yo tampoco sabía que te estabas mudando, chico. Avísame si necesitas algo y aprovéchate, y os digo lo mismo, que con vosotros acepto pizzas o cerveza como parte del pago —les dijo, primero mirando a Ozz y luego al resto, y se rió, pero no era una broma por completo.
Iba bien en serio. Un plan de tarde "de tranquis" de comida, bebida y tirar paredes o levantar nuevas no era un mal plan ni para la bruja ni para sus onyces compensaba no poder permitirse todo lo que le costaría a un desconocido.
—Oye, ¿qué os pasa con las galletas? Podéis coger de mis zumos también. Yo he empezado a comer sin decir nada; espero que nadie me maldiga con cien años de mala suerte o algo así —siguió bromeando, sin dejar de remojarlas en zumo y engullir—. Y cuando nos digas, allí nos plantamos, Nae. —le guiñó un ojo a la bruja. No sabía qué pasaba con Baste y Lulú. Ella solo quería ver a su amiga y el casoplón que se hubieran montado por curiosidad profesional.
Llamaron a la puerta y ni se giró a mirar, pero sonrió cuando reconoció una voz de sus tantas visitas a la Taberna. Era irónico que hubiera gente de su misma "promoción" que conocía más del después que de la misma cosecha en sí.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
25/08/23, 01:16 pm
Kin rio al escuchar lo que ya imaginaba de boca de Naeleth. Puede que no fuese aún muy conocida, pero era cuestión de tiempo que se corriese la voz de su clínica. Igual que se corrió rápido con la de Archi. Ambos habían cubierto muy bien dos necesidades típicas de aquella ciudad.
—Creo que no conozco todavía a Lulú, no —admitió. Si Naeleth le incluía en una invitación futura no le importaría ir a ver la clínica y saber dónde estaba. Nunca se sabía cuándo podía hacer falta.
Al preguntarle Alice si todo iba bien en su casa, le respondió con una sonrisa maliciosa.
—Que va, ya se me ha caído el tejado encima. Si quieres pasarte un día a ver el destrozo eres bienvenida.
Era obvio que la estaba vacilando e invitando a la vez. En el fondo le apenaba que algunos de sus amigos aún no se hubiesen acercado a conocer su rincón, pero le había ocurrido a él algo parecido con las mudanzas del resto. De hecho le cogió por sorpresa escuchar que Heraldo también estaba preparando su propio hogar. Poco a poco se iban emancipando todos, y sin darse cuenta de cómo había ocurrido se habían vuelto ciudadanos corrientes de aquella ciudad de locos… que por otra parte también tenía su lado mundano. Experimentarlo le había ayudado mucho a superar su recelo post criba.
El raigaurum iba a empezar a servirse comida ahora que Alice había abierto la veda, pero una llamada más a la puerta le distrajo. Esperó a ver de quién se trataba y cuando pudo ver a Kei la saludó efusivamente con la mano y una gran sonrisa.
—¡Vente, Kei! Que te vas a quedar sin silla—bromeó—. ¿Cómo has estado?
—Creo que no conozco todavía a Lulú, no —admitió. Si Naeleth le incluía en una invitación futura no le importaría ir a ver la clínica y saber dónde estaba. Nunca se sabía cuándo podía hacer falta.
Al preguntarle Alice si todo iba bien en su casa, le respondió con una sonrisa maliciosa.
—Que va, ya se me ha caído el tejado encima. Si quieres pasarte un día a ver el destrozo eres bienvenida.
Era obvio que la estaba vacilando e invitando a la vez. En el fondo le apenaba que algunos de sus amigos aún no se hubiesen acercado a conocer su rincón, pero le había ocurrido a él algo parecido con las mudanzas del resto. De hecho le cogió por sorpresa escuchar que Heraldo también estaba preparando su propio hogar. Poco a poco se iban emancipando todos, y sin darse cuenta de cómo había ocurrido se habían vuelto ciudadanos corrientes de aquella ciudad de locos… que por otra parte también tenía su lado mundano. Experimentarlo le había ayudado mucho a superar su recelo post criba.
El raigaurum iba a empezar a servirse comida ahora que Alice había abierto la veda, pero una llamada más a la puerta le distrajo. Esperó a ver de quién se trataba y cuando pudo ver a Kei la saludó efusivamente con la mano y una gran sonrisa.
—¡Vente, Kei! Que te vas a quedar sin silla—bromeó—. ¿Cómo has estado?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
29/08/23, 05:48 pm
La mala sombra asintió con solemnidad fingida cuando el zorro le preguntó si aquel era el emporio y abrazó a Keiria con su efusividad característica en cuanto apareció ante ella. El cumplido la kitsune le arrancó una sonrisa.
—Eso es que hoy me he levantado con suerte, ¡y veo que no soy la única! —respondió—. Pasa, pasa, ¡ponte cómoda!
Aprovechó la vuelta al interior para pasar por la mesa y servirse zumo, extendiendo su ofrecimiento con un gesto a todos los que quisieran. Pilló también otra galleta y buscó cualquier silla libre para prestar atención a lo que se hablaba. El tema había cambiado a uno más amable: las casas. Y, aunque algunas sabía que estaban en marcha, le sorprendió la noticia de que Heraldo también planeaba mudarse y había empezado ya con el proyecto de casa. Saria le dedicó una mirada a la humedad de la pared, Bonanza, y supo que, en el futuro, aquel local acabaría siendo su casa en Rocavarancolia. De momento era un alquiler, se había gastado los ahorros en ponerse las alas, pero la mala sombra sentía que le iría bien. Habían abierto un casino recientemente, además… Pero eso era un pensamiento para otro rato.
—¡Genial! —dijo tras la invitación de Naeleth. Lulú y Baste le generaban mucha curiosidad, de no ser porque la mala sombra no podía ver cómo funcionaría, ya habría dado por hecho que eran pareja. Baste en concreto era un tipo extraño, su cara era difícil de mirar y su personalidad no parecía más agradable tampoco—. Si queréis que me asegure de que vuestras casas están limpias de energías raras, también acepto pizzas —se ofreció, tras la onycemante. La parte más importante de aquel trabajo la haría sin querer, solo con mirar cuando la invitaran, e incluso si no se lo pedían, la mala sombra les alertaría de cualquier anomalía—. Y así de paso os podré juzgar por cómo las habéis decorado —bromeó, sabiendo que probablemente su gusto era el más cuestionable de todos.
>>¡Por cierto, Kin! ¿De qué planes hablabas antes? —al girarse hacia él, le dio sin querer con el ala a la mesa y apretó los labios para que no se le notara la vergüenza.
—Eso es que hoy me he levantado con suerte, ¡y veo que no soy la única! —respondió—. Pasa, pasa, ¡ponte cómoda!
Aprovechó la vuelta al interior para pasar por la mesa y servirse zumo, extendiendo su ofrecimiento con un gesto a todos los que quisieran. Pilló también otra galleta y buscó cualquier silla libre para prestar atención a lo que se hablaba. El tema había cambiado a uno más amable: las casas. Y, aunque algunas sabía que estaban en marcha, le sorprendió la noticia de que Heraldo también planeaba mudarse y había empezado ya con el proyecto de casa. Saria le dedicó una mirada a la humedad de la pared, Bonanza, y supo que, en el futuro, aquel local acabaría siendo su casa en Rocavarancolia. De momento era un alquiler, se había gastado los ahorros en ponerse las alas, pero la mala sombra sentía que le iría bien. Habían abierto un casino recientemente, además… Pero eso era un pensamiento para otro rato.
—¡Genial! —dijo tras la invitación de Naeleth. Lulú y Baste le generaban mucha curiosidad, de no ser porque la mala sombra no podía ver cómo funcionaría, ya habría dado por hecho que eran pareja. Baste en concreto era un tipo extraño, su cara era difícil de mirar y su personalidad no parecía más agradable tampoco—. Si queréis que me asegure de que vuestras casas están limpias de energías raras, también acepto pizzas —se ofreció, tras la onycemante. La parte más importante de aquel trabajo la haría sin querer, solo con mirar cuando la invitaran, e incluso si no se lo pedían, la mala sombra les alertaría de cualquier anomalía—. Y así de paso os podré juzgar por cómo las habéis decorado —bromeó, sabiendo que probablemente su gusto era el más cuestionable de todos.
>>¡Por cierto, Kin! ¿De qué planes hablabas antes? —al girarse hacia él, le dio sin querer con el ala a la mesa y apretó los labios para que no se le notara la vergüenza.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
02/09/23, 12:00 pm
La kitsune le devolvió el abrazo a su amiga con la misma efusividad, riendo suavemente cuando le lanzó un cumplido de vuelta y aceptando su invitación para seguirla al interior del emporio. Antes de reunirse con los demás comprobó si su ropa estaba en orden, sin embargo, alisando los pequeños pliegues que se habían formado en su falda al agacharse con una mano mientras se colocaba un mechón suelto detrás de la oreja con la otra. El cuenco de frutas flotó tras ella hasta el salón donde estaban sus compañeros y se posó con suavidad en un hueco libre de la mesa.
—¡Hola! —saludó con entusiasmo en cuanto Kin se dirigió a ella, repartiendo abrazos y estrechamientos de manos entre los presentes según las preferencias de cada uno—. No me puedo quejar, la verdad, mucho trabajo y todo eso pero de momento estoy genial. —le respondió al demonio raigaurum con una sonrisa.
Después, tras sacarle la lengua al irrense por su broma, se sentó en una de las varias sillas libres que había aún disponibles e intentó seguir la conversación. La ibolense no estaba del todo segura, pero por lo poco que había oído decir a Saria aparentemente trataba sobre mudanzas, y mientras la ordesa se ofrecía a ser inspectora de energías negativas ella procedió a servirse un vaso de zumo y llenar un plato vacío con algo de picoteo.
Cuando el ala de su amiga chocó con la mesa su primer impulso fue preguntarle si se encontraba bien o le había dolido, pero al ver su expresión decidió desviar la atención sobre el asunto.
—¿Qué planes son esos, Kin? —se interesó en su lugar tras la mala sombra, mirándole fijamente mientras al mismo tiempo iba llenándose los carrillos de uvas. Su intención era resultar inquisitiva, pero en realidad lo único que estaba consiguiendo era parecerse a una ardilla.
—¡Hola! —saludó con entusiasmo en cuanto Kin se dirigió a ella, repartiendo abrazos y estrechamientos de manos entre los presentes según las preferencias de cada uno—. No me puedo quejar, la verdad, mucho trabajo y todo eso pero de momento estoy genial. —le respondió al demonio raigaurum con una sonrisa.
Después, tras sacarle la lengua al irrense por su broma, se sentó en una de las varias sillas libres que había aún disponibles e intentó seguir la conversación. La ibolense no estaba del todo segura, pero por lo poco que había oído decir a Saria aparentemente trataba sobre mudanzas, y mientras la ordesa se ofrecía a ser inspectora de energías negativas ella procedió a servirse un vaso de zumo y llenar un plato vacío con algo de picoteo.
Cuando el ala de su amiga chocó con la mesa su primer impulso fue preguntarle si se encontraba bien o le había dolido, pero al ver su expresión decidió desviar la atención sobre el asunto.
—¿Qué planes son esos, Kin? —se interesó en su lugar tras la mala sombra, mirándole fijamente mientras al mismo tiempo iba llenándose los carrillos de uvas. Su intención era resultar inquisitiva, pero en realidad lo único que estaba consiguiendo era parecerse a una ardilla.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Emporio del ocultismo Maldita sea
04/09/23, 09:17 pm
—Sí —respondió a la nublina—. Estuve durante un tiempo revisando residencias abandonadas en diversas zonas. Al final encontré una apropiada en una antigua zona residencial bastante cercana al Anfiteatro y al Barrio de los Mil Dioses.
A Heraldo le pareció graciosa la recriminación cariñosa de Onyx.
—Ay. Juraría que te lo había comentado ya, Onyx —le dijo—. Pero igual hasta se me pasó. Actualmente me encuentro limpiando el jardín, la casa en sí no requiere muchas reparaciones, por suerte. Pero aún así puedes pasarte a ayudar cuando te apetezca. Igual tenemos que… ¿Cómo decías? ¿Solicitar unas pizzas y abrir unas cervezas?
»Pero bueno. Me encantaría invitaros también cuando termine. Así como me gustaría aceptar esa invitación tuya, Naeleth.
Heraldo aprovechó que se hablaba de comida para empezar a tomar algo de esta también. Mientras, se quedó un rato oyendo mientras sus compañeros comentaban sobre sus planes, así como se mostró interesado por los que fueran que mencionó Kin.
A Heraldo le pareció graciosa la recriminación cariñosa de Onyx.
—Ay. Juraría que te lo había comentado ya, Onyx —le dijo—. Pero igual hasta se me pasó. Actualmente me encuentro limpiando el jardín, la casa en sí no requiere muchas reparaciones, por suerte. Pero aún así puedes pasarte a ayudar cuando te apetezca. Igual tenemos que… ¿Cómo decías? ¿Solicitar unas pizzas y abrir unas cervezas?
»Pero bueno. Me encantaría invitaros también cuando termine. Así como me gustaría aceptar esa invitación tuya, Naeleth.
Heraldo aprovechó que se hablaba de comida para empezar a tomar algo de esta también. Mientras, se quedó un rato oyendo mientras sus compañeros comentaban sobre sus planes, así como se mostró interesado por los que fueran que mencionó Kin.
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