Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
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Lathspell
Bellota
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Yber
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Jack
Dal
Alicia
Rocavarancolia Rol
Naeryan
Evanna
Leonart
Poblo
Muffie
Red
24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
25/01/19, 04:55 am
Cuanto más se divertían entre ellas más seguro se encontraba Barael con lo que había hecho.
Desvió la mirada hacia Zarpa cuando le habló pero pronto volvió a centrarse en Sura al comprender que eso había sido solo para el.
-Suelo levantarme muy temprano así que no hay problema, solo necesito saber las horas. Vivimos aquí así que si no te veo te lo diré a ti, a ella, o te dejaré una nota por debajo de tu puerta si no os encuentro. No hay nada que no me guste especialmente así que siéntete libre. Me siento cómodo con un escudo y me gustan las bastardas y los estoques por su rango y flexibilidad al luchar. En cuanto a lo de las curaciones... me había quedado manco y en la luna me estalló una nueva mano así que seguramente mi cuerpo se cure solo en mayor o menor medida como en las historias. ¿Es eso un problema? -Las palabras del nublino salieron algo más animadas, planes condiciones y en general situaciones precisas eran de buen gusto para él.
Desvió la mirada hacia Zarpa cuando le habló pero pronto volvió a centrarse en Sura al comprender que eso había sido solo para el.
-Suelo levantarme muy temprano así que no hay problema, solo necesito saber las horas. Vivimos aquí así que si no te veo te lo diré a ti, a ella, o te dejaré una nota por debajo de tu puerta si no os encuentro. No hay nada que no me guste especialmente así que siéntete libre. Me siento cómodo con un escudo y me gustan las bastardas y los estoques por su rango y flexibilidad al luchar. En cuanto a lo de las curaciones... me había quedado manco y en la luna me estalló una nueva mano así que seguramente mi cuerpo se cure solo en mayor o menor medida como en las historias. ¿Es eso un problema? -Las palabras del nublino salieron algo más animadas, planes condiciones y en general situaciones precisas eran de buen gusto para él.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
02/02/19, 06:25 pm
Pam tenia razón en muchas cosas, era hasta cierto punto como la parte realista del nublino. La mención del veneno era cierta, y el trabajo era también algo que lo preocupo. Ya había trabajado antes, pero las labores del campo en Nubla eran por el bien de todos, y todos ayudaban. Aquí era distinto, y dado su problema con los ojos que la Luna le había dado, la mente del basilisco pensaba en que podría trabajar. ¿Lo tendrían escupiendo todo el día para conseguir veneno para flechas? Sacudió la cabeza y continuo su camino por las escaleras.
Zob acompaño a Pam hasta arriba, siendo consciente de su propia inconsciencia. Es decir, solo cuando hablaba con ella se daba cuenta de algunas cosas en sí mismo, lo de la cola era otro ejemplo muy exacto. No era algo que le diera vueltas en la cabeza, pero si era curioso que justo en ese momento la sintiera balancearse de lado a lado. "Cosas de mouns.....¡dioses!, cosas de dioses, si si" . A fin de cuentas, con la mona del queso era con quien había hablado mas durante todo ese tiempo. Ya en su mente no estaba aquella primera vez que la vio con un cuchillo en la mano cerca de la fuente. Ahora ya eran amigos.
Una vez en la sala solo pudo asentir a la afirmación de Rena. Bueno, era cierto que había mas gente viviendo allí, pero el cabreo que tuvo, mas la forma osa que ahora tenia...era fácil imaginar todo. Se agacho para ver mejor los desgarros de las garras de su amiga osa, tal vez no tuviera fuerza, pero el podría llegar a cortar algo con sus garras. Al menos eso esperaba el. No vio y ni siquiera pensó en lo que Pam estaba haciendo, había bajado sus garras para rozar el muñeco caído asintiendo sobre el comentario de los músculos de la cola cuando escucho su petición. Cuando se giro, Zob bien pudo ser el reflejo exacto de cualquier serpiente terrestre. No pestañeo, con ninguno de sus pares de parpados. No dijo nada ni se movió, solo se quedo allí mirando a Pam.
Era cierto que la mona parecía un niño pequeño mas. Pero las cosas que había aprendido en Nubla aun estaban dentro de él. La piel de su cara tomo un tono más rojizo y por fin reaccionaron sus ojos. Se levanto sin decir nada asintiendo de nuevo sin saber bien a que le estaba diciendo sí. Camino paso a paso tratando de evitar verla como si Pam ahora tuviera ojos en todo el cuerpo y fuese peligroso mirarla directamente. Al fin cuando llego su lado estiro la mano y recobro el sentido de si mismo, mas para no quedar como tonto frente a ella que por decisión propia. Cerro el puño antes de abrirlo y acercar con cuidado los dedos evitando que las garras tocaran las alas.
- De....de hecho parecen como ssi pudieran esstar firmess..... - no se atrevía a apretarlas mucho entre sus garras por temor a dañarlas, pero si sentía que fácilmente podrían estar tersas y firmes. sin embargo si las movió suavemente para probar si con algún movimiento se empezaban a desenrollar solas. - Trata de abrirlas. No sé cómo funciona essto, pero intenta sentirlassss....voy a ssepararlas...- Con su otra mano poso sus dedos sin presionarlas contra la espalda de Pam, pero si trato de buscar una forma de empujarlas ligeramente hacia ambos lados para que ella terminara de desplegarlas. - ¿Funciona? ¿ssientes algo? No quiero tocarlas con lasss garrass....pero podría abrir y cerrar para que ssse te haga fácil - dijo antes de empujarlas ligeramente en dirección opuesta, hacia el centro de la espalda de la mona. Quizás solo necesitaban un poco de movimiento para empezar a funcionar bien.
Y nuevamente gracias a su amiga, Zob aprendió a valorar su cola. En el único día que llevaba siendo lo que era, había saltado un par de veces al sentarse sobre ella o al golpear algo sin querer. Pero definitivamente era algo mas fácil de lidiar que unas alas siendo tocadas por un nublino sonrojado y con garras en las manos.
Zob acompaño a Pam hasta arriba, siendo consciente de su propia inconsciencia. Es decir, solo cuando hablaba con ella se daba cuenta de algunas cosas en sí mismo, lo de la cola era otro ejemplo muy exacto. No era algo que le diera vueltas en la cabeza, pero si era curioso que justo en ese momento la sintiera balancearse de lado a lado. "Cosas de mouns.....¡dioses!, cosas de dioses, si si" . A fin de cuentas, con la mona del queso era con quien había hablado mas durante todo ese tiempo. Ya en su mente no estaba aquella primera vez que la vio con un cuchillo en la mano cerca de la fuente. Ahora ya eran amigos.
Una vez en la sala solo pudo asentir a la afirmación de Rena. Bueno, era cierto que había mas gente viviendo allí, pero el cabreo que tuvo, mas la forma osa que ahora tenia...era fácil imaginar todo. Se agacho para ver mejor los desgarros de las garras de su amiga osa, tal vez no tuviera fuerza, pero el podría llegar a cortar algo con sus garras. Al menos eso esperaba el. No vio y ni siquiera pensó en lo que Pam estaba haciendo, había bajado sus garras para rozar el muñeco caído asintiendo sobre el comentario de los músculos de la cola cuando escucho su petición. Cuando se giro, Zob bien pudo ser el reflejo exacto de cualquier serpiente terrestre. No pestañeo, con ninguno de sus pares de parpados. No dijo nada ni se movió, solo se quedo allí mirando a Pam.
Era cierto que la mona parecía un niño pequeño mas. Pero las cosas que había aprendido en Nubla aun estaban dentro de él. La piel de su cara tomo un tono más rojizo y por fin reaccionaron sus ojos. Se levanto sin decir nada asintiendo de nuevo sin saber bien a que le estaba diciendo sí. Camino paso a paso tratando de evitar verla como si Pam ahora tuviera ojos en todo el cuerpo y fuese peligroso mirarla directamente. Al fin cuando llego su lado estiro la mano y recobro el sentido de si mismo, mas para no quedar como tonto frente a ella que por decisión propia. Cerro el puño antes de abrirlo y acercar con cuidado los dedos evitando que las garras tocaran las alas.
- De....de hecho parecen como ssi pudieran esstar firmess..... - no se atrevía a apretarlas mucho entre sus garras por temor a dañarlas, pero si sentía que fácilmente podrían estar tersas y firmes. sin embargo si las movió suavemente para probar si con algún movimiento se empezaban a desenrollar solas. - Trata de abrirlas. No sé cómo funciona essto, pero intenta sentirlassss....voy a ssepararlas...- Con su otra mano poso sus dedos sin presionarlas contra la espalda de Pam, pero si trato de buscar una forma de empujarlas ligeramente hacia ambos lados para que ella terminara de desplegarlas. - ¿Funciona? ¿ssientes algo? No quiero tocarlas con lasss garrass....pero podría abrir y cerrar para que ssse te haga fácil - dijo antes de empujarlas ligeramente en dirección opuesta, hacia el centro de la espalda de la mona. Quizás solo necesitaban un poco de movimiento para empezar a funcionar bien.
Y nuevamente gracias a su amiga, Zob aprendió a valorar su cola. En el único día que llevaba siendo lo que era, había saltado un par de veces al sentarse sobre ella o al golpear algo sin querer. Pero definitivamente era algo mas fácil de lidiar que unas alas siendo tocadas por un nublino sonrojado y con garras en las manos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
03/02/19, 08:14 pm
El brujo escuchó con atención al kairos y al demonio raigaurum, asimilando poco a poco todos aquellos retazos de información. A pesar de que era mucha cantidad de golpe sus compatriotas eran bastante confiables y aún no se había perdido, pero iba a tener mucho que sopesar una vez se quedara a solas.
—Gracias. —agradeció cuando el biomecánico le tendió su tarjeta, recogiéndola con un gesto fluido y echándole una rápida ojeada sin dejar de prestar atención a la conversación.
Lo del hechizo de guía era un buen punto, pero esperaba no necesitar recargarlo, pues en su estado actual solo serviría para llamar la atención sobre su incapacidad para realizar magia.
—¿La clínica queda muy lejos de aquí? —preguntó en cuanto vio la oportunidad, guardándose la tarjeta en el bolsillo de la cazadora.
Mentalmente ya se había decantado por la oferta de trabajo de Krono, pero a pesar de todo las que sugirió Kin también sonaban interesantes. Lo del ejército en concreto no, pero el tema del granero prometía y era una buena segunda alternativa si lo de la clínica no salía bien.
—No tengo ni idea de cuál es ese método ulterano, pero si sirve para que Eitne vuelva a andar sin muletas me sirve —comentó con una sonrisa cuando le dieron respuesta a su pregunta sobre el daeliciano—. ¡Seguro que le encanta la noticia! —le respondió a Rena, aceptando su propuesta de decírselo en cuanto regresarán de la salida. Cuando el kairos le informó de que la actualización estaba instalada el norteño encendió su terminal a toda prisa.
Durante uno instantes se olvidó de todo lo demás, completamente absorto en su ordenador personal después de tantos meses de abstinencia informática. Casi se había olvidado de como era navegar por sus carpetas comprendiendo los comandos y el idioma de los archivos.
—Genial. —rió por lo bajo, conteniéndose a duras penas para no dar saltos de alegría. Cualquier no irrense que le viera tan emocionado por algo así podría pensar que estaba chiflado.
La conversación tomó derroteros más oscuros, sin embargo, y cuando volvió a atrapar su atención no le gustó nada lo que oyó. Ya se imaginaba todo aquello de las prohibiciones desde que había llegado a la ciudad, pues nadie estaba al tanto de la realidad rocavarancolesa en Irraria, pero confirmarlo le revolvía el estómago.
—Yo me voy a abstener de dar señales de vida de momento —acertó a decir con seriedad, apagando su terminal mientras la felicidad de hacía unos instantes le abandonaba rápidamente—. Solo perjudicaría a mi familia. —aclaró, pensando para si en su madre, sus hermanas, y sus amigos antisistema.
Durante unos segundos observó a Kin mientras pensaba en Ippon, preguntándose si tendría noticias de su amigos, pero sacudió la cabeza y apoyó su mano orgánica en el hombro de Rena para transmitirle su apoyo. Él hacía años que no veía a sus seres queridos y estaba acostumbrado a mantenerse alejado, pero para su amiga y para los demás letarguinos debía de haber sido una de las cosas más difíciles de estar en aquella ciudad
—Gracias. —agradeció cuando el biomecánico le tendió su tarjeta, recogiéndola con un gesto fluido y echándole una rápida ojeada sin dejar de prestar atención a la conversación.
Lo del hechizo de guía era un buen punto, pero esperaba no necesitar recargarlo, pues en su estado actual solo serviría para llamar la atención sobre su incapacidad para realizar magia.
—¿La clínica queda muy lejos de aquí? —preguntó en cuanto vio la oportunidad, guardándose la tarjeta en el bolsillo de la cazadora.
Mentalmente ya se había decantado por la oferta de trabajo de Krono, pero a pesar de todo las que sugirió Kin también sonaban interesantes. Lo del ejército en concreto no, pero el tema del granero prometía y era una buena segunda alternativa si lo de la clínica no salía bien.
—No tengo ni idea de cuál es ese método ulterano, pero si sirve para que Eitne vuelva a andar sin muletas me sirve —comentó con una sonrisa cuando le dieron respuesta a su pregunta sobre el daeliciano—. ¡Seguro que le encanta la noticia! —le respondió a Rena, aceptando su propuesta de decírselo en cuanto regresarán de la salida. Cuando el kairos le informó de que la actualización estaba instalada el norteño encendió su terminal a toda prisa.
Durante uno instantes se olvidó de todo lo demás, completamente absorto en su ordenador personal después de tantos meses de abstinencia informática. Casi se había olvidado de como era navegar por sus carpetas comprendiendo los comandos y el idioma de los archivos.
—Genial. —rió por lo bajo, conteniéndose a duras penas para no dar saltos de alegría. Cualquier no irrense que le viera tan emocionado por algo así podría pensar que estaba chiflado.
La conversación tomó derroteros más oscuros, sin embargo, y cuando volvió a atrapar su atención no le gustó nada lo que oyó. Ya se imaginaba todo aquello de las prohibiciones desde que había llegado a la ciudad, pues nadie estaba al tanto de la realidad rocavarancolesa en Irraria, pero confirmarlo le revolvía el estómago.
—Yo me voy a abstener de dar señales de vida de momento —acertó a decir con seriedad, apagando su terminal mientras la felicidad de hacía unos instantes le abandonaba rápidamente—. Solo perjudicaría a mi familia. —aclaró, pensando para si en su madre, sus hermanas, y sus amigos antisistema.
Durante unos segundos observó a Kin mientras pensaba en Ippon, preguntándose si tendría noticias de su amigos, pero sacudió la cabeza y apoyó su mano orgánica en el hombro de Rena para transmitirle su apoyo. Él hacía años que no veía a sus seres queridos y estaba acostumbrado a mantenerse alejado, pero para su amiga y para los demás letarguinos debía de haber sido una de las cosas más difíciles de estar en aquella ciudad
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
04/02/19, 11:19 pm
Los recién transformados se tomaban las cosas bastante mejor de lo que habría esperado. No se mostraron reaccios a trabajar para pagar la deuda a pesar del fastidio inicial. Por un momento temió que los fuesen a tachar de oportunistas, o al menos a Archi. Pero, oportunistas o no, necesitaban los implantes.
—El granero está… bien, supongo. Yo trabajo allí, así que puedo enseñarte donde queda o contarte más o menos qué se hace por allí —le respondió a Rena cuando se interesó por el trabajo en el granero—. Sobre sitios para divertirse… —comenzó, algo dubitativo— los hay. Pero no se parecen demasiado a lo que estamos acostumbrados. No están mal, eso sí. Hay locales con música, mugre, y un poco de todo. También sirven bebidas asquerosamente amargas, así que ojo con esas.
La conversación había virado hacia temas más difíciles y Kin pudo ver cómo les afectaba, de maneras algo diferentes a cada uno, el hecho de que su relación con Irraria había cambiado de forma irreversible. Asintió cuando habló Milo, no sabiendo qué otra cosa decir. Ya conocía su situación, y era de esperar que para él fuese más complicado hacer cualquier movimiento.
—Tu estatus en Irraria ha cambiado, pero entiendo que no quieras líos —le dijo. Luego miró a Rena para responder a sus preguntas—. Podrás verles, pero de momento no. No os dejan salir de la ciudad hasta que se ponga la Luna, más o menos dentro de un mes, pero después podréis ir a otros mundos si os acompaña alguien más veterano. Si quieres puedo llevarte a donde se coge red cerca de los invernaderos de Ío para entonces.
»Podréis ir solos a la mayoría de mundos cuando la Luna vuelva a salir, aunque os piden tener recursos para no llamar la atención y todo eso. Si en Irraria hacéis algo que se cargue la imagen que tienen de Rocavarancolia os cae el consejo encima. Tenéis suerte de no tener cambios físicos. Para ir a Irraria son un coñazo. —Al decir aquello se dio un toquecito en un cuerno. Se lo pensó un segundo antes de continuar, pero añadió—. Tenéis aún algo de tiempo para pensar qué queréis hacer respecto a Irraria. A veces es menos difícil cortar toda relación, pero es una decisión muy personal.
Había días en que no sabía si había hecho lo correcto al reconectar con la gente que le importaba, pero tampoco se arrepentía. Aquella era una cuestión con la que cada rocavarancolés tenía que lidiar tarde o temprano, y la respuesta rara vez estaría clara desde el principio.
—El granero está… bien, supongo. Yo trabajo allí, así que puedo enseñarte donde queda o contarte más o menos qué se hace por allí —le respondió a Rena cuando se interesó por el trabajo en el granero—. Sobre sitios para divertirse… —comenzó, algo dubitativo— los hay. Pero no se parecen demasiado a lo que estamos acostumbrados. No están mal, eso sí. Hay locales con música, mugre, y un poco de todo. También sirven bebidas asquerosamente amargas, así que ojo con esas.
La conversación había virado hacia temas más difíciles y Kin pudo ver cómo les afectaba, de maneras algo diferentes a cada uno, el hecho de que su relación con Irraria había cambiado de forma irreversible. Asintió cuando habló Milo, no sabiendo qué otra cosa decir. Ya conocía su situación, y era de esperar que para él fuese más complicado hacer cualquier movimiento.
—Tu estatus en Irraria ha cambiado, pero entiendo que no quieras líos —le dijo. Luego miró a Rena para responder a sus preguntas—. Podrás verles, pero de momento no. No os dejan salir de la ciudad hasta que se ponga la Luna, más o menos dentro de un mes, pero después podréis ir a otros mundos si os acompaña alguien más veterano. Si quieres puedo llevarte a donde se coge red cerca de los invernaderos de Ío para entonces.
»Podréis ir solos a la mayoría de mundos cuando la Luna vuelva a salir, aunque os piden tener recursos para no llamar la atención y todo eso. Si en Irraria hacéis algo que se cargue la imagen que tienen de Rocavarancolia os cae el consejo encima. Tenéis suerte de no tener cambios físicos. Para ir a Irraria son un coñazo. —Al decir aquello se dio un toquecito en un cuerno. Se lo pensó un segundo antes de continuar, pero añadió—. Tenéis aún algo de tiempo para pensar qué queréis hacer respecto a Irraria. A veces es menos difícil cortar toda relación, pero es una decisión muy personal.
Había días en que no sabía si había hecho lo correcto al reconectar con la gente que le importaba, pero tampoco se arrepentía. Aquella era una cuestión con la que cada rocavarancolés tenía que lidiar tarde o temprano, y la respuesta rara vez estaría clara desde el principio.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
05/02/19, 04:45 pm
-Por supuesto, las horas son las mismas siempre a excepción de no poder o de concretar otra hora distinta - repuso.
Una sonrisa peligrosa atravesó la cara de la naga cuando el nublino reveló que poseía regeneración.
-No, ningún problema. Eso significa que puedo ser más dura sin riesgos permanentes - dijo la ulterana.
Varsai movió la cola con alegría. Por fin su maestra iba a darle una paliza a alguien que no era ella.
-Mañana no habrá entrenamiento, tengo cosas que hacer - anunció. Entre ellas una era investigar la transformación del novato para poder elegir un entrenamiento adecuado.
-A ti te veo en la taberna mañana de tarde - le dijo a Varsai antes de irse.
"Es un poco seca cuando está entrenando, pero es buena gente" le contó a Barael. "Ahora si me disculpas voy a darme una ducha que tengo cosas que hacer después. Si necesitas algo puedes buscarme en mi habitación del segundo piso. Tiene un paisaje pintado en la puerta, es fácil de reconocer".
Una sonrisa peligrosa atravesó la cara de la naga cuando el nublino reveló que poseía regeneración.
-No, ningún problema. Eso significa que puedo ser más dura sin riesgos permanentes - dijo la ulterana.
Varsai movió la cola con alegría. Por fin su maestra iba a darle una paliza a alguien que no era ella.
-Mañana no habrá entrenamiento, tengo cosas que hacer - anunció. Entre ellas una era investigar la transformación del novato para poder elegir un entrenamiento adecuado.
-A ti te veo en la taberna mañana de tarde - le dijo a Varsai antes de irse.
"Es un poco seca cuando está entrenando, pero es buena gente" le contó a Barael. "Ahora si me disculpas voy a darme una ducha que tengo cosas que hacer después. Si necesitas algo puedes buscarme en mi habitación del segundo piso. Tiene un paisaje pintado en la puerta, es fácil de reconocer".
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
05/02/19, 11:30 pm
Por mucho que aún tuviera tiempo de sobra para pensarlo Rena había tomado su decisión. No iba a abandonar a sus padres, usaría ese tiempo para elaborar una historia que los tuviera tranquilos y a salvo.
-Si al final quieres venir puedo enseñarte mi pueblo de mierda -le susurró a Milo dándole una palmada suave en la espalda -Si no, no me importa traerte lo que me pidas de Irraria.
Krono ya se había marchado, quedaron los tres irrenses en la sala común a la espera de que volviesen los excursionistas. Zob y Pelusa se habían ido también. Rena se acomodó en un sillón frente a la chimenea, que se había encendido en cuanto la luz del sol bajó lo bastante. Alcanzó su vaso que estaba a medio terminar y lo apuró de un trago.
-Bueeeeno, así que locales con música y mugre. ¿Qué tipo de música escuchan en esta ciudad? Tengo curiosidad.
También tenía algo de miedo, sabiendo lo que sabía de los ciudadanos. Aunque parecía que algunas personas se salvaban, puede que tuvieran música decente y todo. << Pero, ¿quién cojones quiere beber algo amargo?>>
-Si al final quieres venir puedo enseñarte mi pueblo de mierda -le susurró a Milo dándole una palmada suave en la espalda -Si no, no me importa traerte lo que me pidas de Irraria.
Krono ya se había marchado, quedaron los tres irrenses en la sala común a la espera de que volviesen los excursionistas. Zob y Pelusa se habían ido también. Rena se acomodó en un sillón frente a la chimenea, que se había encendido en cuanto la luz del sol bajó lo bastante. Alcanzó su vaso que estaba a medio terminar y lo apuró de un trago.
-Bueeeeno, así que locales con música y mugre. ¿Qué tipo de música escuchan en esta ciudad? Tengo curiosidad.
También tenía algo de miedo, sabiendo lo que sabía de los ciudadanos. Aunque parecía que algunas personas se salvaban, puede que tuvieran música decente y todo. << Pero, ¿quién cojones quiere beber algo amargo?>>
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
06/02/19, 03:36 am
Kin estaba casi sorprendido de haber evitado ser un desastre dando explicaciones, y en general de haber sido capaz de saltarse su reticencia inicial con los desconocidos para ayudar a los recién llegados. Que no estuviesen enfadados solo hacía las cosas un poco más fáciles, igual que el sentimiento de culpabilidad que acumulaba durante las cosechas por el hecho de ignorarlas.
Cuando Archi decidió irse asumió que tal vez también debía retirarse y darles algo de espacio para digerir la información nueva. Pero los que habían salido a pasear todavía no habían vuelto y, antes de que decidiese qué hacer, Rena volvió a dirigirse a él. Sin Archi allí aquello ya no era una bienvenida, sino una conversación entre compañeros de refugio, y no quería cerrarle las puertas a ninguno de aquellos dos.
—Un poco de todo —le respondió a la ursántropa—, pero lo que más se oye es música tradicional. Aquí no son raros los instrumentos, a diferencia de los ordenadores —añadió con una mueca—. Hay mucha variedad incluso dentro de cualquier género. Puedes imaginártelo por la cantidad de mundos que hay vinculados.
Él mismo no hacía tanto que había empezado a interesarse por música no irrense. No se podía vivir expuesto a tantas culturas diferentes e ignorarlas por completo.
Cuando Archi decidió irse asumió que tal vez también debía retirarse y darles algo de espacio para digerir la información nueva. Pero los que habían salido a pasear todavía no habían vuelto y, antes de que decidiese qué hacer, Rena volvió a dirigirse a él. Sin Archi allí aquello ya no era una bienvenida, sino una conversación entre compañeros de refugio, y no quería cerrarle las puertas a ninguno de aquellos dos.
—Un poco de todo —le respondió a la ursántropa—, pero lo que más se oye es música tradicional. Aquí no son raros los instrumentos, a diferencia de los ordenadores —añadió con una mueca—. Hay mucha variedad incluso dentro de cualquier género. Puedes imaginártelo por la cantidad de mundos que hay vinculados.
Él mismo no hacía tanto que había empezado a interesarse por música no irrense. No se podía vivir expuesto a tantas culturas diferentes e ignorarlas por completo.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
10/02/19, 06:02 pm
En otras circunstancias y posiblemente hacia tan solo unas semanas atrás, Pelusa no habría aceptado que la tocaran a ese grado y mucho menos habría dado ella misma el permiso de hacerlo, pero las cosas cambiaban, especialmente cuando lo veía como un fin utilitario mas que otra cosa.¿Que seguía sin agradarle demasiado? Pues en cierto modo si, pero por el momento lo veía como un mal menor. Necesitaba averiguar como funcionaban sus alas exactamente, así que aquella era la prioridad en su mente.
Una vez con toda la parte superior descubierta, espero que Zobriel pudiera ayudarla con lo dicho y viendo que parecía tomarse su tiempo en decidirse, la mona del queso le miro por encima del hombro con una ceja alzada, cambiando la atención que había puesto en sus alas para pasarlas a el. Zobriel no le miraba como sino quisiera poner sus ojos, ya no solo en su rostro, sino en ninguna parte suya.<<¿Y a este que le pasa ahora?>> pensó un tanto extrañada al principio, antes de notar como cuidadosamente tocaba sus alas. <<Parecen bastante sensibles así que supongo deben tener nervios o algo así, al igual que las antenas....pero las antenas no puedo controlar que sienten o no sienten, así que supongo que las alas funcionan mas como un especie de brazos, pero mas endebles...debería poder desplegarlas de forma consciente>> pensó bastante centrada en como Zobriel intentaba mover sus alas e intentaba quedarse con la extraña sensación, pero hacia que empezara poco a poco a reconocer aquellas alas de color oscuros como algo propio de su cuerpo tras haberlas mantenido reguardadas y cubiertas desde que las obtuvo.
-Mm si..creo que si, noto una cierta tirantez en donde debería unirse las alas con mi espalda, no duele ni nada, pero si noto la conexión...es extraño- dijo Pelusa un poco curiosos por la sensación tan poco familiar pero que no se le hacia tan extraña, imaginaba que el plegarlas y desplegarlas a placer seria cuestión de ir conociéndolas y practicar con ello, como los críos al aprender a andar. <<Espero que esto se aun poco mas rápido que eso o va a ser un fastidio >> pensó bastante centrada pero tranquila. Noto como las alas se movía a su espalda hacia los lados de alguna forma ante el toque del basilisco, incluso sin verlas y estas temblaron ligeramente como si buscasen por su cuenta encontrar su propia natural forma, tras haber estado medio enroscadas sobre si mismas todo ese tiempo.
Miro un poco por encima del hombro apenas viendo las manos de Zobriel sobre sus alas mientras las extendida con cuidado hacia los lados. Pelusa frunció ligeramente el ceño por la sensación y curiosa sin saber muy bien como ordenar a esos miembros extras el moverse, intento imitar la acción con su ala izquierda que Zobriel acababa de hacer, pero a la inversa, en vez de buscar entenderla mas, intento enroscarla sin éxito inicial pero la sensación si la reconoció. Una cierta satisfacción la invadió al empezar a reconocer un poco mejor su propio nuevo cuerpo.
Ansiosa y emocionada por aquello, miró un poco por encima del hombro hacia Zobriel, sin buscar su mirada, notando apenas en el atisbo, como el rostro del Zobriel había adquirido una tono mas oscuro de lo habitual, signo inequívoco que su cara estaba sonrojada. La niña que inicialmente no entendido su reacción al intentar no mirarla, al verlo todo rojo empezó a medio entenderlo, aunque le resultase un tanto ridículo y un poco gracioso. << Había olvidado lo sensibles que son a la desnudez, aunque resulta un poco gracioso esta reacción, cuando tengo la apariencia física de una cría como Nime o menor, aunque no lo sea >> pensó alejando un poco sus alas de sus manos antes de hablarle, no fuese a ser que con lo que iba a decir le sobresaltase a tal punto que dañase sus alas sin querer.
-Te avergüenza verme semidesnuda- comentó Pelusa mas afirmándolo que preguntándolo, como quien no quiere la cosa con un sutil tono apenas perceptible de algo de algo maldad y entretenimiento- Es curioso notar lo diferente que tratamos la desnudez en cada mundo. En fin...imagino que por tu reacción...en Nubla esto solo es habitual en la intimidad y no de natural frente a otros sino hay otras intenciones detrás, ¿o algo así, no?... pobre de ti, no lo tuve en cuenta. Igual tranquilo, tu bien notoria timidez no saldrá de aquí - bromeo Pelusa sin avergonzarse en lo mas mínimo ni lucir especialmente compleja por aquello, mas bien su tono tenia un cierto rintintin de diversión ante lo curiosos que era verlo todo avergonzado. Pensando en ello, siguió buscando mover sus alas por cuenta propia, a ver si con suerte lograba mínimo poder plegarlas y desplegarlas con cierta soltura, o al menos por cuenta propia y sin ayuda, antes que los de la biblioteca llegasen.
Una vez con toda la parte superior descubierta, espero que Zobriel pudiera ayudarla con lo dicho y viendo que parecía tomarse su tiempo en decidirse, la mona del queso le miro por encima del hombro con una ceja alzada, cambiando la atención que había puesto en sus alas para pasarlas a el. Zobriel no le miraba como sino quisiera poner sus ojos, ya no solo en su rostro, sino en ninguna parte suya.<<¿Y a este que le pasa ahora?>> pensó un tanto extrañada al principio, antes de notar como cuidadosamente tocaba sus alas. <<Parecen bastante sensibles así que supongo deben tener nervios o algo así, al igual que las antenas....pero las antenas no puedo controlar que sienten o no sienten, así que supongo que las alas funcionan mas como un especie de brazos, pero mas endebles...debería poder desplegarlas de forma consciente>> pensó bastante centrada en como Zobriel intentaba mover sus alas e intentaba quedarse con la extraña sensación, pero hacia que empezara poco a poco a reconocer aquellas alas de color oscuros como algo propio de su cuerpo tras haberlas mantenido reguardadas y cubiertas desde que las obtuvo.
-Mm si..creo que si, noto una cierta tirantez en donde debería unirse las alas con mi espalda, no duele ni nada, pero si noto la conexión...es extraño- dijo Pelusa un poco curiosos por la sensación tan poco familiar pero que no se le hacia tan extraña, imaginaba que el plegarlas y desplegarlas a placer seria cuestión de ir conociéndolas y practicar con ello, como los críos al aprender a andar. <<Espero que esto se aun poco mas rápido que eso o va a ser un fastidio >> pensó bastante centrada pero tranquila. Noto como las alas se movía a su espalda hacia los lados de alguna forma ante el toque del basilisco, incluso sin verlas y estas temblaron ligeramente como si buscasen por su cuenta encontrar su propia natural forma, tras haber estado medio enroscadas sobre si mismas todo ese tiempo.
Miro un poco por encima del hombro apenas viendo las manos de Zobriel sobre sus alas mientras las extendida con cuidado hacia los lados. Pelusa frunció ligeramente el ceño por la sensación y curiosa sin saber muy bien como ordenar a esos miembros extras el moverse, intento imitar la acción con su ala izquierda que Zobriel acababa de hacer, pero a la inversa, en vez de buscar entenderla mas, intento enroscarla sin éxito inicial pero la sensación si la reconoció. Una cierta satisfacción la invadió al empezar a reconocer un poco mejor su propio nuevo cuerpo.
Ansiosa y emocionada por aquello, miró un poco por encima del hombro hacia Zobriel, sin buscar su mirada, notando apenas en el atisbo, como el rostro del Zobriel había adquirido una tono mas oscuro de lo habitual, signo inequívoco que su cara estaba sonrojada. La niña que inicialmente no entendido su reacción al intentar no mirarla, al verlo todo rojo empezó a medio entenderlo, aunque le resultase un tanto ridículo y un poco gracioso. << Había olvidado lo sensibles que son a la desnudez, aunque resulta un poco gracioso esta reacción, cuando tengo la apariencia física de una cría como Nime o menor, aunque no lo sea >> pensó alejando un poco sus alas de sus manos antes de hablarle, no fuese a ser que con lo que iba a decir le sobresaltase a tal punto que dañase sus alas sin querer.
-Te avergüenza verme semidesnuda- comentó Pelusa mas afirmándolo que preguntándolo, como quien no quiere la cosa con un sutil tono apenas perceptible de algo de algo maldad y entretenimiento- Es curioso notar lo diferente que tratamos la desnudez en cada mundo. En fin...imagino que por tu reacción...en Nubla esto solo es habitual en la intimidad y no de natural frente a otros sino hay otras intenciones detrás, ¿o algo así, no?... pobre de ti, no lo tuve en cuenta. Igual tranquilo, tu bien notoria timidez no saldrá de aquí - bromeo Pelusa sin avergonzarse en lo mas mínimo ni lucir especialmente compleja por aquello, mas bien su tono tenia un cierto rintintin de diversión ante lo curiosos que era verlo todo avergonzado. Pensando en ello, siguió buscando mover sus alas por cuenta propia, a ver si con suerte lograba mínimo poder plegarlas y desplegarlas con cierta soltura, o al menos por cuenta propia y sin ayuda, antes que los de la biblioteca llegasen.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
11/02/19, 09:11 pm
Rena arrugó un poco el morro con lo de ‘’música tradicional’’, aunque visto el escaso nivel tecnológico de la ciudad tampoco le sorprendía demasiado. Era raro, si se paraba a pensarlo, teniendo como tenía tantos mundos a su disposición a los que podía compiar la tecnología, pero había muchas cosas allí que no tenían ningún sentido.
Aun así, lo cierto es que tenía ganas de escuchar música alienígena. No era totalmente novata en el tema gracias al reproductor de Rox y a la costumbre de Guille y Eitne de ponerse a cantar incluso si no venía a cuento. Le pidió a Kin que los llevase alguna vez a ese sitio roñoso, o en su defecto que les trajese música al refugio para poder montar su propia fiesta. Sonaba a idea cojonuda: una fiesta, unas vacaciones, un descanso para dar por terminada una época horrible y tomar fuerzas para todos los cambios locos a los que iban a tener que enfrentarse. Rena necesitaba desesperadamente fingir que no estaban en una ciudad grotesca y genocida y que no habían perdido a un montón de compañeros y varios miembros, quería volver a ser una adolescente idiota aunque solo fuera por un par de días, incluso un par de horas.
-Hey, ha sido genial hablar contigo, gracias por todos los consejos -le dijo a Kin -Te dejo a cargo de Milo, que me han dicho que en este sitio hay agua caliente y necesito una ducha pero ya. Milo, dame un toque al cuarto cuando lleguen estos, estaré en el cuarto ordenando cosas.
Dicho esto desapareció escaleras arriba.
La ducha fue gloriosa. No tenían demasiada intimidad pero tenían agua corriente por lo que se acabó lo de subir y bajar cubos, igual que andar persiguiendo al mágico de turno para que le calentase la bañera. Echaba de menos esa forma tan básica de autonomía. Su dormitorio era más grande que el que tenía en su casa y la cama infinitamente más cómoda que los colchones llenos de bichos del torreón. No había decoración prácticamente pero sí luz natural, los muebles imprescindibles y un sitio para lavarse la cara sin tener que ir hasta el baño. Rena seleccionó la ropa del baúl, eligiendo la que podía servirle y dejando a un lado la que no para ofrecérsela a otros inquilinos a modo de intercambio. Iba a tener que preguntarle a algún veterano sobre donde conseguir ropa decente.
Cuando el grupo de excursionistas volvió Rena bajó a toda prisa para recibirles. Estaban todos intactos y además contentos. Encuanto oyó el relato de la pequeña aventura en el cementerio se acercó a Eitne y le contó lo que Milo y ella habían hablado con Krono.
-Dice que no tiene ningún problema en hacerte una pierna nueva, como nuestros brazos, que ha estudiado cómo hacer implantes a peña no irrense. ¿Qué te parece? Si quieres podemos hasta presentártelo antes de tomar una decisión
Le hacía ilusión que el pequeñajo tuviera un implante y pudiese corretear de día igual que podía hacerlo ahora de noche, sin embargo había visto suficientes reacciones a la historia de los brazos irrenses en sus amigos alienígenas como para pensar que cabía la posibilidad de que lo rechazara.
Aun así, lo cierto es que tenía ganas de escuchar música alienígena. No era totalmente novata en el tema gracias al reproductor de Rox y a la costumbre de Guille y Eitne de ponerse a cantar incluso si no venía a cuento. Le pidió a Kin que los llevase alguna vez a ese sitio roñoso, o en su defecto que les trajese música al refugio para poder montar su propia fiesta. Sonaba a idea cojonuda: una fiesta, unas vacaciones, un descanso para dar por terminada una época horrible y tomar fuerzas para todos los cambios locos a los que iban a tener que enfrentarse. Rena necesitaba desesperadamente fingir que no estaban en una ciudad grotesca y genocida y que no habían perdido a un montón de compañeros y varios miembros, quería volver a ser una adolescente idiota aunque solo fuera por un par de días, incluso un par de horas.
-Hey, ha sido genial hablar contigo, gracias por todos los consejos -le dijo a Kin -Te dejo a cargo de Milo, que me han dicho que en este sitio hay agua caliente y necesito una ducha pero ya. Milo, dame un toque al cuarto cuando lleguen estos, estaré en el cuarto ordenando cosas.
Dicho esto desapareció escaleras arriba.
La ducha fue gloriosa. No tenían demasiada intimidad pero tenían agua corriente por lo que se acabó lo de subir y bajar cubos, igual que andar persiguiendo al mágico de turno para que le calentase la bañera. Echaba de menos esa forma tan básica de autonomía. Su dormitorio era más grande que el que tenía en su casa y la cama infinitamente más cómoda que los colchones llenos de bichos del torreón. No había decoración prácticamente pero sí luz natural, los muebles imprescindibles y un sitio para lavarse la cara sin tener que ir hasta el baño. Rena seleccionó la ropa del baúl, eligiendo la que podía servirle y dejando a un lado la que no para ofrecérsela a otros inquilinos a modo de intercambio. Iba a tener que preguntarle a algún veterano sobre donde conseguir ropa decente.
Cuando el grupo de excursionistas volvió Rena bajó a toda prisa para recibirles. Estaban todos intactos y además contentos. Encuanto oyó el relato de la pequeña aventura en el cementerio se acercó a Eitne y le contó lo que Milo y ella habían hablado con Krono.
-Dice que no tiene ningún problema en hacerte una pierna nueva, como nuestros brazos, que ha estudiado cómo hacer implantes a peña no irrense. ¿Qué te parece? Si quieres podemos hasta presentártelo antes de tomar una decisión
Le hacía ilusión que el pequeñajo tuviera un implante y pudiese corretear de día igual que podía hacerlo ahora de noche, sin embargo había visto suficientes reacciones a la historia de los brazos irrenses en sus amigos alienígenas como para pensar que cabía la posibilidad de que lo rechazara.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
18/02/19, 06:14 pm
-N-No ess esso e-exactamente, esss algo que me inculcaron desde pequeño, aunque...no me da vergüenza...bueno ssi, ess decir, sssupongo que me da v-vergüenza avergonzzarme, no lo otro.. bueno esso...tampoco es que sssea muy raro en nubla, pero essso.. - balbuceo Zob ante las palabras de Pam. De hecho no tenia que sentirse así pero no pudo evitarlo, aunque estaba tentado a decirle que no era tan importante, un poco de su orgullo cedió al final - Graciass, sssupongo que puedo ssseguir ssiendo un mo...dioss decente y modelo para loss pequeñosss
Dejo las alas unos momentos mirándolas con cuidado, en realidad aprecian bastante frágiles pero algo le decía que eran suficientemente fuertes para hacer volar a su amiga aun cuando no pudiera conseguir magia de momento. Se dedicaron un rato a golpear los monigotes que habían sobrevivido a su amiga ursantropa, aunque no se sentía mas fuerte. Claro que ellos no sabían que estaban reforzados mágicamente, así que los golpes y ataques de garras que el basilisco hacia en ellos no resultaban muy eficientes, al menos no de vista. Sostuvo también uno de ellos poniéndose detrás y animando a Pam a golpearlo. No sintió realmente el efecto del golpe de su amiga, aunque sonó bastante apagado como para suponer que la mona podría golpearlo fuertemente en el estomago si algún día la hacía cabrear. Se pasaron un rato desfogándose ahí, golpes, patadas, hasta se atrevió a amenazar a uno antes de que reírse por la mirada que le lanzo Pam. Zobriel no sabía si por cosas buenas o malas, pero esa parte de ser lo que era, le gusto muchísimo, incluso imaginó algún otro ataque, pero morder los muñecos o mirarlos fijamente a una inexistente cara, habría hecho que la poca dignidad de aquel día se terminara agotando.
- Tal vez deberiamosss bajar.....a fin de cuentasss....ahhh...no pensse que estuviera en tan mala condición para...essssto..Ojala alguien nosss ayude en otro momento... - dijo agitado el nublino. Dio un par de pasos alejándose ya del monigote y acercándose a Pam pero en un último impulso se giro, tratando de hacer una de las tonterías que habían pasado por su mente, y azoto con fuerza su cola para golpear al muñeco de entrenamiento. El resultado fueron unas garras cerradas al instante y una cola adolorida y caída en el suelo. Aun con el dolor en ella la tomo entre sus manos antes de hacer una perfecta actuación que no engañaba a nadie. - C-Creo que esso podría funcionar...pero ya esss ssuficiente por hoy ...¿Bajamoss?
Dejo las alas unos momentos mirándolas con cuidado, en realidad aprecian bastante frágiles pero algo le decía que eran suficientemente fuertes para hacer volar a su amiga aun cuando no pudiera conseguir magia de momento. Se dedicaron un rato a golpear los monigotes que habían sobrevivido a su amiga ursantropa, aunque no se sentía mas fuerte. Claro que ellos no sabían que estaban reforzados mágicamente, así que los golpes y ataques de garras que el basilisco hacia en ellos no resultaban muy eficientes, al menos no de vista. Sostuvo también uno de ellos poniéndose detrás y animando a Pam a golpearlo. No sintió realmente el efecto del golpe de su amiga, aunque sonó bastante apagado como para suponer que la mona podría golpearlo fuertemente en el estomago si algún día la hacía cabrear. Se pasaron un rato desfogándose ahí, golpes, patadas, hasta se atrevió a amenazar a uno antes de que reírse por la mirada que le lanzo Pam. Zobriel no sabía si por cosas buenas o malas, pero esa parte de ser lo que era, le gusto muchísimo, incluso imaginó algún otro ataque, pero morder los muñecos o mirarlos fijamente a una inexistente cara, habría hecho que la poca dignidad de aquel día se terminara agotando.
- Tal vez deberiamosss bajar.....a fin de cuentasss....ahhh...no pensse que estuviera en tan mala condición para...essssto..Ojala alguien nosss ayude en otro momento... - dijo agitado el nublino. Dio un par de pasos alejándose ya del monigote y acercándose a Pam pero en un último impulso se giro, tratando de hacer una de las tonterías que habían pasado por su mente, y azoto con fuerza su cola para golpear al muñeco de entrenamiento. El resultado fueron unas garras cerradas al instante y una cola adolorida y caída en el suelo. Aun con el dolor en ella la tomo entre sus manos antes de hacer una perfecta actuación que no engañaba a nadie. - C-Creo que esso podría funcionar...pero ya esss ssuficiente por hoy ...¿Bajamoss?
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
20/02/19, 01:37 pm
Escucharlo trabarse incluso mas de lo habitual intentando explicarle algo que no tenia realmente necesidad de explicar, hizo que Pelusa alzara ligera una ceja con extrañeza. No le había comentado aquello esperando excusa o una explicación realmente, tan solo le molestaba un poco. No era un misterio para ella que Zobriel era bastante tímido, lo había atestiguado durante toda la cosecha.
Aun así el agradecimiento porque no fuera a decir nada y poder seguir siendo un modelo a de dios a seguir, hizo que soltar aun ligero bufido.
-Antes de un 'dios'...eres Zobriel, a no ser que decidas cambiar tu nombre, claro - añadió la niña sin mirarle mas centrada en familiarizarse con sus alas aunque imaginaba le llevara algo de tiempo- No necesitas ser un modelo a seguir, solo ser tu, tanto 'dios' como nublino - indico la niña quitandole problemas. Ella misma no se consideraba ningún modelo a seguir ni quería serlo, ni antes ni ahora. Al fin de cuentas su actitud, carácter y personalidad se habían forjado a base de malos tratos y no era algo que le desease a nadie, no al menos a nadie no ordes, y menos si le caían bien.
Tras esa corta conversación pelusa continuo practicando un poco en familiarizarse con sus alas para ver si podía desplegarlas y luego volver a cerrarlas por si sola pero aun eran un ente algo extraño unido a su cuerpo. le frustraba apero entendía que no iba a lograrlo a la primera, por lo que decidido que practicaría un poco aquello hasta lograr cerrarlas y desplegarlas sin problemas en lo siguientes días. Por el momento, viendo que Zobriel había comenzando a golpear uno de los muñecos de practica, lo observo atentamente curioso. A simple vista no aprecia estar realizando mucho daño al muñeco, no al menos si lo comparaban con el destrozo ocasionado por Rena.
<<¿Acaso somo mas débiles físicamente que ella?>> pensó arrugando un poco el ceño ante la posibilidad. Ciertamente no le extrañaría nada teniendo en cuenta la nueva forma de la irrense y lo frágil en si mismo que ella misma se veía, pero igual le resultaba un poco decepcionante. Y en ella podría entenderlo ¿pero Zobriel no había mejorado físicamente también?¿Porque el muñeco seguía intacto entonces con tantas patadas y puñetazos? <<¿Solo somos buenos en magia entonces? Porque si es así en mi caso parece una broma u algo. Sino puedo golpear a nadie y hacer daño sustancial no va a servirme de mucho...que si, tengo mi lengua para ello, pero se que los ataques verbales pueden provocar reacciones físicas en la gente. ¿De que me servirá dañar a alguien hablando, si luego me deja espachurrada contra el suelo de un puñetazo porque tengo las habilidades físicas de un bicho?>>pensó arrugando la nariz porque seguía sin encajarle nada las cosas. Ademas los movimientos de Zobriel en aquel espacio lograba que el aire a su alrededor se moviera, provocandole unos ciertos mareos y migrañas, pues las antenas seguía bastante sensibles.
Cuando fue su turno de golpear el muñeco que antes era victima de lados puños patadas y garras de Zobriel Pelusa,l golpeo con todas sus fuerzas el muñeco intentando averiguar si surtía algún efecto o cambio cual fuera en el muñeco en ella misma. Miró sus pequeñas manos que ciertamente aunque tenia esa textura nueva que le hacia parecer mas resistente, no parecía de verdad que unas manos tan pequeñas pudieran hacer mucho daño<< Mmm ¿puede ser porque no tengo ningún entrenamiento y no se como golpear adecuadamente? Zobriel usaba un arco y yo no peleaba cuando estábamos en el torreón, ninguno de los dos eramos especialmente fan de enfrentamientos físicos. >> recordó la niña, mirando fijamente al muñeco por un instante, como si este le hubiese ofendido o pudiera darle alguna respuesta. Evidentemente no obtuvo nada y con un suspiro fastidiado, volvió a golpearle.
Un puñetazo, otro puñetazo, una patada, otro puñetazo, realmente no tenía idea de si era golpes buenos o malos, si hacían algún efecto o no, tan solo se estaba sacando toda las frustración que sentía en esos momentos. Frustración y cierta rabia contenida que no entendía del todo, pero que parecía liberarse en cada golpe. Sentía como podría estar perfectamente horas así sin cansarse, lo cual era una sensación nueva. ¿Sería parte de su transformación? Un hondo suspiro salio de sus labios mientras recobraba el aliento y observaba sus manos, tenía los nudillos ligeramente rojos pero su piel no parecía para nada dañada después de tantos golpes. De haber hecho eso antes de transformarse estaba segura que sus nudillos estarían hechos polvo en ese momento.
Descansó unos momentos recorriendo su cuerpo con la mirada intrigada por la peculiar fortaleza a los golpes que parecía poseer. Al menos había descubierto que su piel parecía bastante resistente al daño, lo cual era un alivio, al menos si le golpeaban no quedaría espachurrada la mínima << Estaría bien saber de seguro, si podría devolver el golpe y que duela mas que la picadura de un mosquito, pero bueno...>> pensó mirando en dirección a su compañero cuando escuchó a Zobriel amenazando inútilmente a unos de los muñecos de entrenamiento con el que entrenaba y lo miró con una ceja alzada como si estuviera realmente perdiendo el juicio.
-Idiota -murmuro la niña con una mezcla de diversión y resignación de que la estupidez surgida por la emoción no era curable. Al menos no le resultaba molesto ese tipo de idiotez y hasta ella misma consideraba eso un logro.
La niña le dejó enfrentarse al muñeco que con mas dignidad no reacciono a sus amenazas, y se dedico a seguir practicando y familiarizarse con sus alas, no volteo a verle hasta que Zobriel volvió a hablarle visiblemente falto de cierto aliento y cansado. En ese rato había logrando medio desplegar las alas, en las cuales ya podían atisbarse un poco mejor de como lucirían una vez estuvieran abiertas del todo, de color lavanda y negros con puntitos blancos. Pelusa se sintió satisfecha por aquel pequeño avance, e intentaba cerrarlas de nuevo para poder vestirse cuando Zobriel le habló.
-Apenas si entrenamos nuestro físico...en la cosecha es normal que seamos ineficaces incluso contra eso- dijo señalando al muñeco que seguía ahí impertérrito como si se burlara de ellos de alguna forma por no haber logrado hacerle mayor daño. Pelusa frunció ligeramente el ceño, conteniendo la estupidez que quería surgir de ella, de amenazar al maldito muñeco de practicas como antes había hecho Zobriel. No era tan infantil, no caería en semejante acto de muestra de estupidez, contra un objeto inanimado que ni siquiera le podía responder- Realmente no nos quedara otra que pedir ayuda a alguien que sepa algo de lucha cuerpo a cuerpo – dijo la mona del queso que aunque no quería volverse maestra en el tema si quería tener base para defenderse, pues por el momento y hasta nuevo aviso, la magia no sería algo usable. Necesitaba tener otras formas para protegerse a su disposición mientras eso ocurría; y para ello pretendía también buscar algún arma que le fuese de utilidad, algo que haría cuando se adaptase un poco a su nuevo cuerpo- Si, tal vez ya hasta han vuelto los que salieron, y Milo y Rena hayan terminado con los irrenses- dijo Pelusa mientras lograba a dura apenas cerrar un poco mas sus alas y colocarse el vestido por encima, medio cubriendo las alas salvo la parte que quedo expuesta hasta las pantorillas.
Dicho eso agarró la mano de Zobriel para jalar ligeramente de el en dirección a las escaleras para bajar al primer piso y darse encuentro con los recién llegados, entre ellos un Eitne convertido de nuevo en aquel felino negro. Soltó la mano del basilisco acercándose a Rena cuando escuchó de boca de la irrense sobre aquella buena noticia. ¿¡Eitne podría de nuevo tener su pierna!?
-Eso es increíble, pero debe ser realmente caro de costear ¿no? Habría que buscar formas de obtener dinero en este lugar- afirmo Pelusa que dudaba mucho que eso fueran a hacerlo gratuitamente a Eitne si es que este aceptaba, cosa que de algún modo estaba segura que haría. Al fin de cuentas el daeliciano lo había pasado realmente mal por su pierna.
Aun así el agradecimiento porque no fuera a decir nada y poder seguir siendo un modelo a de dios a seguir, hizo que soltar aun ligero bufido.
-Antes de un 'dios'...eres Zobriel, a no ser que decidas cambiar tu nombre, claro - añadió la niña sin mirarle mas centrada en familiarizarse con sus alas aunque imaginaba le llevara algo de tiempo- No necesitas ser un modelo a seguir, solo ser tu, tanto 'dios' como nublino - indico la niña quitandole problemas. Ella misma no se consideraba ningún modelo a seguir ni quería serlo, ni antes ni ahora. Al fin de cuentas su actitud, carácter y personalidad se habían forjado a base de malos tratos y no era algo que le desease a nadie, no al menos a nadie no ordes, y menos si le caían bien.
Tras esa corta conversación pelusa continuo practicando un poco en familiarizarse con sus alas para ver si podía desplegarlas y luego volver a cerrarlas por si sola pero aun eran un ente algo extraño unido a su cuerpo. le frustraba apero entendía que no iba a lograrlo a la primera, por lo que decidido que practicaría un poco aquello hasta lograr cerrarlas y desplegarlas sin problemas en lo siguientes días. Por el momento, viendo que Zobriel había comenzando a golpear uno de los muñecos de practica, lo observo atentamente curioso. A simple vista no aprecia estar realizando mucho daño al muñeco, no al menos si lo comparaban con el destrozo ocasionado por Rena.
<<¿Acaso somo mas débiles físicamente que ella?>> pensó arrugando un poco el ceño ante la posibilidad. Ciertamente no le extrañaría nada teniendo en cuenta la nueva forma de la irrense y lo frágil en si mismo que ella misma se veía, pero igual le resultaba un poco decepcionante. Y en ella podría entenderlo ¿pero Zobriel no había mejorado físicamente también?¿Porque el muñeco seguía intacto entonces con tantas patadas y puñetazos? <<¿Solo somos buenos en magia entonces? Porque si es así en mi caso parece una broma u algo. Sino puedo golpear a nadie y hacer daño sustancial no va a servirme de mucho...que si, tengo mi lengua para ello, pero se que los ataques verbales pueden provocar reacciones físicas en la gente. ¿De que me servirá dañar a alguien hablando, si luego me deja espachurrada contra el suelo de un puñetazo porque tengo las habilidades físicas de un bicho?>>pensó arrugando la nariz porque seguía sin encajarle nada las cosas. Ademas los movimientos de Zobriel en aquel espacio lograba que el aire a su alrededor se moviera, provocandole unos ciertos mareos y migrañas, pues las antenas seguía bastante sensibles.
Cuando fue su turno de golpear el muñeco que antes era victima de lados puños patadas y garras de Zobriel Pelusa,l golpeo con todas sus fuerzas el muñeco intentando averiguar si surtía algún efecto o cambio cual fuera en el muñeco en ella misma. Miró sus pequeñas manos que ciertamente aunque tenia esa textura nueva que le hacia parecer mas resistente, no parecía de verdad que unas manos tan pequeñas pudieran hacer mucho daño<< Mmm ¿puede ser porque no tengo ningún entrenamiento y no se como golpear adecuadamente? Zobriel usaba un arco y yo no peleaba cuando estábamos en el torreón, ninguno de los dos eramos especialmente fan de enfrentamientos físicos. >> recordó la niña, mirando fijamente al muñeco por un instante, como si este le hubiese ofendido o pudiera darle alguna respuesta. Evidentemente no obtuvo nada y con un suspiro fastidiado, volvió a golpearle.
Un puñetazo, otro puñetazo, una patada, otro puñetazo, realmente no tenía idea de si era golpes buenos o malos, si hacían algún efecto o no, tan solo se estaba sacando toda las frustración que sentía en esos momentos. Frustración y cierta rabia contenida que no entendía del todo, pero que parecía liberarse en cada golpe. Sentía como podría estar perfectamente horas así sin cansarse, lo cual era una sensación nueva. ¿Sería parte de su transformación? Un hondo suspiro salio de sus labios mientras recobraba el aliento y observaba sus manos, tenía los nudillos ligeramente rojos pero su piel no parecía para nada dañada después de tantos golpes. De haber hecho eso antes de transformarse estaba segura que sus nudillos estarían hechos polvo en ese momento.
Descansó unos momentos recorriendo su cuerpo con la mirada intrigada por la peculiar fortaleza a los golpes que parecía poseer. Al menos había descubierto que su piel parecía bastante resistente al daño, lo cual era un alivio, al menos si le golpeaban no quedaría espachurrada la mínima << Estaría bien saber de seguro, si podría devolver el golpe y que duela mas que la picadura de un mosquito, pero bueno...>> pensó mirando en dirección a su compañero cuando escuchó a Zobriel amenazando inútilmente a unos de los muñecos de entrenamiento con el que entrenaba y lo miró con una ceja alzada como si estuviera realmente perdiendo el juicio.
-Idiota -murmuro la niña con una mezcla de diversión y resignación de que la estupidez surgida por la emoción no era curable. Al menos no le resultaba molesto ese tipo de idiotez y hasta ella misma consideraba eso un logro.
La niña le dejó enfrentarse al muñeco que con mas dignidad no reacciono a sus amenazas, y se dedico a seguir practicando y familiarizarse con sus alas, no volteo a verle hasta que Zobriel volvió a hablarle visiblemente falto de cierto aliento y cansado. En ese rato había logrando medio desplegar las alas, en las cuales ya podían atisbarse un poco mejor de como lucirían una vez estuvieran abiertas del todo, de color lavanda y negros con puntitos blancos. Pelusa se sintió satisfecha por aquel pequeño avance, e intentaba cerrarlas de nuevo para poder vestirse cuando Zobriel le habló.
-Apenas si entrenamos nuestro físico...en la cosecha es normal que seamos ineficaces incluso contra eso- dijo señalando al muñeco que seguía ahí impertérrito como si se burlara de ellos de alguna forma por no haber logrado hacerle mayor daño. Pelusa frunció ligeramente el ceño, conteniendo la estupidez que quería surgir de ella, de amenazar al maldito muñeco de practicas como antes había hecho Zobriel. No era tan infantil, no caería en semejante acto de muestra de estupidez, contra un objeto inanimado que ni siquiera le podía responder- Realmente no nos quedara otra que pedir ayuda a alguien que sepa algo de lucha cuerpo a cuerpo – dijo la mona del queso que aunque no quería volverse maestra en el tema si quería tener base para defenderse, pues por el momento y hasta nuevo aviso, la magia no sería algo usable. Necesitaba tener otras formas para protegerse a su disposición mientras eso ocurría; y para ello pretendía también buscar algún arma que le fuese de utilidad, algo que haría cuando se adaptase un poco a su nuevo cuerpo- Si, tal vez ya hasta han vuelto los que salieron, y Milo y Rena hayan terminado con los irrenses- dijo Pelusa mientras lograba a dura apenas cerrar un poco mas sus alas y colocarse el vestido por encima, medio cubriendo las alas salvo la parte que quedo expuesta hasta las pantorillas.
Dicho eso agarró la mano de Zobriel para jalar ligeramente de el en dirección a las escaleras para bajar al primer piso y darse encuentro con los recién llegados, entre ellos un Eitne convertido de nuevo en aquel felino negro. Soltó la mano del basilisco acercándose a Rena cuando escuchó de boca de la irrense sobre aquella buena noticia. ¿¡Eitne podría de nuevo tener su pierna!?
-Eso es increíble, pero debe ser realmente caro de costear ¿no? Habría que buscar formas de obtener dinero en este lugar- afirmo Pelusa que dudaba mucho que eso fueran a hacerlo gratuitamente a Eitne si es que este aceptaba, cosa que de algún modo estaba segura que haría. Al fin de cuentas el daeliciano lo había pasado realmente mal por su pierna.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
21/02/19, 05:23 pm
Eitne no había dejado de correr en todo lo que llevaba de noche. A veces se adelantaba al grupo, otras dejaba que avanzasen para luego correr tras ellos y alcanzarlos como no podía hacer de día. En más de una ocasión ofreció a sus amigos echar carreras en las que lo importante era participar. Era lo importante porque Eitne no habría podido ganar a Adru incluso si hubiera sido un león durante toda su vida y porque de verdad daba igual. El miedo a los mil terrores de la ciudad había amargado sus ganas de jugar durante la cosecha y ahora renacían limpias.
—¡El último en llegar a la Sede es un huevo podrido! —gritó en cuanto torcieron la última esquina que les separaba de casa.
Llegó a la sede jadeando, fatigado como nunca. La oscuridad de su cuerpo ondulaba con el aire, pues la bestia del crepúsculo todavía no sabía solidificar su cuerpo y este se dispersaba y se deformaba levemente con el viento. De pie frente a la puerta, a cuatro patas, el león miraba a todos sus amigos con una sonrisa llena de dientes y una mirada de ojos amplios y brillantes. Emanaba un aura de felicidad que contrastaba enormemente con su apariencia felina, oscura y casi monstruosa. Eitne se sentía muy bien y quizás era un problema, porque proyectaba su alegría en el resto, sin saber cómo se sentía cada uno respecto a sus propios cambios.
—Me… —Le costaba respirar—. Me encanta esto… ¿No es… genial?
En cuanto llegó a la sala común se dejó caer e hizo un ejercicio consciente para respirar hondo, necesitaba recuperar todo el aire que le pedía el cuerpo. Estaba tumbado cual alfombra gaseosa sobre el suelo cuando Rena bajó a recibirles. Eitne le dedicó un eufórico “Rena, ¡hola!” y se sentó sobre sus cuartos traseros para escucharla. El niño que había llegado a la ciudad hace meses quizás se habría asustado ante la proposición de Krono, o se habría negado en rotundo por cuestiones religiosas. Pero en aquel momento las creencias de Eitne se habían adaptado a la vez que él.
—¡Ala! ¿Voy a ser como Milo y como tú? ¿Y no la perderé cuando llegue la noche? —el niño ya se imaginaba con una pata robótica, igual que los brazos de sus amigos irrenses, cuando Pam habló de algo que él nisiquiera había considerado—. Jo… Si hacen falta dineros… ¿Serán muchos, muchos? ¿Los podemos pedir en algún sitio?
—¡El último en llegar a la Sede es un huevo podrido! —gritó en cuanto torcieron la última esquina que les separaba de casa.
Llegó a la sede jadeando, fatigado como nunca. La oscuridad de su cuerpo ondulaba con el aire, pues la bestia del crepúsculo todavía no sabía solidificar su cuerpo y este se dispersaba y se deformaba levemente con el viento. De pie frente a la puerta, a cuatro patas, el león miraba a todos sus amigos con una sonrisa llena de dientes y una mirada de ojos amplios y brillantes. Emanaba un aura de felicidad que contrastaba enormemente con su apariencia felina, oscura y casi monstruosa. Eitne se sentía muy bien y quizás era un problema, porque proyectaba su alegría en el resto, sin saber cómo se sentía cada uno respecto a sus propios cambios.
—Me… —Le costaba respirar—. Me encanta esto… ¿No es… genial?
En cuanto llegó a la sala común se dejó caer e hizo un ejercicio consciente para respirar hondo, necesitaba recuperar todo el aire que le pedía el cuerpo. Estaba tumbado cual alfombra gaseosa sobre el suelo cuando Rena bajó a recibirles. Eitne le dedicó un eufórico “Rena, ¡hola!” y se sentó sobre sus cuartos traseros para escucharla. El niño que había llegado a la ciudad hace meses quizás se habría asustado ante la proposición de Krono, o se habría negado en rotundo por cuestiones religiosas. Pero en aquel momento las creencias de Eitne se habían adaptado a la vez que él.
—¡Ala! ¿Voy a ser como Milo y como tú? ¿Y no la perderé cuando llegue la noche? —el niño ya se imaginaba con una pata robótica, igual que los brazos de sus amigos irrenses, cuando Pam habló de algo que él nisiquiera había considerado—. Jo… Si hacen falta dineros… ¿Serán muchos, muchos? ¿Los podemos pedir en algún sitio?
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
25/02/19, 01:05 am
Rox no rechazó la oferta de Evelhan Kaw. A pesar de todo, no se mostró reacio a la idea de que les acompañara (al menos a otros mundos como excursión), cayendo en que, a fin de cuentas, él no hacía las reglas. Asintió con una sonrisa y le dio las gracias en voz alta, tomando su palabra. Durante unos instantes tuvo la inquietud de preguntar por la Tierra, por la fecha exacta en la que podría volver a casa, pero prefirió callar y conformarse con el gesto. Si la respuesta no le complacía, posiblemente perdiese la felicidad con la que se había hecho, y prefería vivir en la ignorancia, preocupándose únicamente por su nuevo cuerpo por lo menos un par de días.
A la vuelta a la Sede se animó a participar en las carreras. Gracias a los nuevos cambios físicos de sus compañeros, Rox se encontraba lejos de ser la mitad de rápido que ellos, pero eso era lo de menos. Correr sin la necesidad de huir por las calles de Rocavarancolia, sin miedo alguno, era como que te dejasen pasear por el plató de la peor película de terror que has visto nunca. Reconoces los elementos que te han causado pesadillas, pero sabes que nada va a hacerte daño. Rox sabía que esto último no era 100% el caso, pero bajo la influencia de la Luna, el chute de energía y acompañados de un león gigante con cuernos, en su cabeza no cabía la posibilidad de ser sorprendidos por nada. A lo sumo, lo contrario. Aunque pudiera adelantar sin complicaciones a los brujos, se dejó ganar y llegó el último a posta, sin tener que fingir demasiado no poder más y estar agotado. Tanto tiempo encerrado en el torreón sin el ejercicio al que acostumbraba en la Tierra se hacía de notar en su resistencia y músculos. Simuló una mueca de decepción al ganarse el título de huevo podrido, aunque era obvio que le daba igual. El australiano estaba disfrutando como un crío de aquella nueva libertad.
Para cuando entraron, el cambiante estaba tan lleno de ánimos que no quedaba rastro de su enfado hacia los que esperaban en la Sede. Sin percances de por medio, ser el único adulto a cargo acompañados de un leopardo había terminado como una mera anécdota. A diferencia de otras veces, a la alegría no le siguieron malas noticias, como venía siendo costumbre. Justo lo contrario. Cuando Rena les contó la posibilidad de darle una pierna nueva a Eitne, los ojos se le iluminaron. Pam dio en el clavo después, sin embargo, sospechando que efectivamente no todos los favores eran gratis en la ciudad. Los irrenses no tardaron en explicarles la solución al problema, pero el cambiante no supo cómo tomarse exactamente aquella respuesta. Endeudarse sonaba poco amigable, por muy majos que pudieran ser los otros irrenses con los que habían hablado.
Llegaron nuevas dudas, dudas que no esperaba volver a pasar tan lejos de su planeta natal. Ahora desde luego no podía defraudar las grandes expectativas de sus padres, obligado a pasar por una carrera universitaria que no quería hacer, pero sí que tenía que preocuparse por encontrar un trabajo. Pero, ¿qué tipo de trabajos podía ofrecerle la ciudad? No solo era eso; le costaba pensar en trabajar para el mundo que le había arrebatado tanto, sobre todo cuando recién habían acabado su calvario. Pero tenían que hacerlo. Al menos, pensó, estarían ayudando al pequeño daeliciano.
Le sorprendió que Milo ya hubiera conseguido un posible puesto, y aunque le produjera cierto recelo todo el tema, bromeó con lo rápido que requerían sus dotes de hacker. Él por su parte, no sabía para qué exactamente podría serle útil a nadie, al menos no dependiendo de sus hilos hasta que supiera usarlos. Ni con esas, pudiendo transformarse en lo inimaginable, veía qué diantres podía hacer. El ejército desde luego no era una opción que se replantease.
A la vuelta a la Sede se animó a participar en las carreras. Gracias a los nuevos cambios físicos de sus compañeros, Rox se encontraba lejos de ser la mitad de rápido que ellos, pero eso era lo de menos. Correr sin la necesidad de huir por las calles de Rocavarancolia, sin miedo alguno, era como que te dejasen pasear por el plató de la peor película de terror que has visto nunca. Reconoces los elementos que te han causado pesadillas, pero sabes que nada va a hacerte daño. Rox sabía que esto último no era 100% el caso, pero bajo la influencia de la Luna, el chute de energía y acompañados de un león gigante con cuernos, en su cabeza no cabía la posibilidad de ser sorprendidos por nada. A lo sumo, lo contrario. Aunque pudiera adelantar sin complicaciones a los brujos, se dejó ganar y llegó el último a posta, sin tener que fingir demasiado no poder más y estar agotado. Tanto tiempo encerrado en el torreón sin el ejercicio al que acostumbraba en la Tierra se hacía de notar en su resistencia y músculos. Simuló una mueca de decepción al ganarse el título de huevo podrido, aunque era obvio que le daba igual. El australiano estaba disfrutando como un crío de aquella nueva libertad.
Para cuando entraron, el cambiante estaba tan lleno de ánimos que no quedaba rastro de su enfado hacia los que esperaban en la Sede. Sin percances de por medio, ser el único adulto a cargo acompañados de un leopardo había terminado como una mera anécdota. A diferencia de otras veces, a la alegría no le siguieron malas noticias, como venía siendo costumbre. Justo lo contrario. Cuando Rena les contó la posibilidad de darle una pierna nueva a Eitne, los ojos se le iluminaron. Pam dio en el clavo después, sin embargo, sospechando que efectivamente no todos los favores eran gratis en la ciudad. Los irrenses no tardaron en explicarles la solución al problema, pero el cambiante no supo cómo tomarse exactamente aquella respuesta. Endeudarse sonaba poco amigable, por muy majos que pudieran ser los otros irrenses con los que habían hablado.
Llegaron nuevas dudas, dudas que no esperaba volver a pasar tan lejos de su planeta natal. Ahora desde luego no podía defraudar las grandes expectativas de sus padres, obligado a pasar por una carrera universitaria que no quería hacer, pero sí que tenía que preocuparse por encontrar un trabajo. Pero, ¿qué tipo de trabajos podía ofrecerle la ciudad? No solo era eso; le costaba pensar en trabajar para el mundo que le había arrebatado tanto, sobre todo cuando recién habían acabado su calvario. Pero tenían que hacerlo. Al menos, pensó, estarían ayudando al pequeño daeliciano.
Le sorprendió que Milo ya hubiera conseguido un posible puesto, y aunque le produjera cierto recelo todo el tema, bromeó con lo rápido que requerían sus dotes de hacker. Él por su parte, no sabía para qué exactamente podría serle útil a nadie, al menos no dependiendo de sus hilos hasta que supiera usarlos. Ni con esas, pudiendo transformarse en lo inimaginable, veía qué diantres podía hacer. El ejército desde luego no era una opción que se replantease.
- ♪♫♬:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/02/19, 12:01 am
La vuelta a su nuevo hogar fue tan divertida como la excursión en sí. Adru pudo seguir dando rienda suelta a su exceso de energía corriendo junto a los demás, aunque era bastante más rápida que cualquiera de sus compañeros. El gamusino se sentía pletórico con su nueva capacidad y estaba deseosa de probar cuánta velocidad podría alcanzar. De vez en cuando daba la vuelta, pasando cerca de sus remanencias y dedicándoles una mirada curiosa antes de seguir su camino. Neil todavía tenía que explicarle para qué servían.
El humor de la edeel no hizo sino mejorar una vez de vuelta con los que se habían quedado. Todo eran buenas noticias aquel día –pues Adru ya se había olvidado del reencuentro con Hyun- y Rena y Eitne podrían recuperar sus miembros perdidos. El sinhadre festejó la alegría de la bestia del crepúsculo con algún que otro salto que no terminó con ella dándose con la cabeza en el techo por poco. También se habló de trabajo, y la sinhadre se preguntó si habría algún huerto en el que pudiera ayudar y al mismo tiempo que Neil pudiese cultivar flores y hacer apicultura.
Después de cenar una deliciosa comida preparada por su aurva, la mejor en mucho tiempo ya que no sabía mal como cuando estaban en el torreón, Adru llevó a Neil de la mano a elegir un buen cuarto para ambos. Se quedaron con uno que tenía dos camas y lo primero que hizo la edeel fue acercarlas aunque sin juntarlas del todo. Mientras seguía comiendo una porción del postre que había preparado el brujo de la cera se sentó en un taburete que había en su nuevo cuarto en pose desangelada para que Neil le leyese acerca de los gamusinos y le explicase en qué consistían las remanencias.
Los días siguientes los pasó principalmente poniendo en práctica lo que había aprendido escuchando a su aurva, a quien cada poco consultaba para asegurarse de que había entendido bien cómo funcionaban sus nuevos poderes. También tenía que seguir practicando con sus armas y a luchar con los puños y los pies como le había enseñado Ain, lo cual aprendió que se llamaba combate cuerpo a cuerpo. Aceptaba entrenar con cualquiera, aunque la edeel tenía ciertos problemas controlando su nueva fuerza y tal vez no fuese la pareja de entrenamiento más popular de la sede.
Aquella noche Neil le había dicho que tenía que contarle algo, por lo que se encontraba expectante en su cuarto, apoyada de espaldas al escritorio esperando a que el brujo le dijese qué tenía en mente.
El humor de la edeel no hizo sino mejorar una vez de vuelta con los que se habían quedado. Todo eran buenas noticias aquel día –pues Adru ya se había olvidado del reencuentro con Hyun- y Rena y Eitne podrían recuperar sus miembros perdidos. El sinhadre festejó la alegría de la bestia del crepúsculo con algún que otro salto que no terminó con ella dándose con la cabeza en el techo por poco. También se habló de trabajo, y la sinhadre se preguntó si habría algún huerto en el que pudiera ayudar y al mismo tiempo que Neil pudiese cultivar flores y hacer apicultura.
Después de cenar una deliciosa comida preparada por su aurva, la mejor en mucho tiempo ya que no sabía mal como cuando estaban en el torreón, Adru llevó a Neil de la mano a elegir un buen cuarto para ambos. Se quedaron con uno que tenía dos camas y lo primero que hizo la edeel fue acercarlas aunque sin juntarlas del todo. Mientras seguía comiendo una porción del postre que había preparado el brujo de la cera se sentó en un taburete que había en su nuevo cuarto en pose desangelada para que Neil le leyese acerca de los gamusinos y le explicase en qué consistían las remanencias.
Los días siguientes los pasó principalmente poniendo en práctica lo que había aprendido escuchando a su aurva, a quien cada poco consultaba para asegurarse de que había entendido bien cómo funcionaban sus nuevos poderes. También tenía que seguir practicando con sus armas y a luchar con los puños y los pies como le había enseñado Ain, lo cual aprendió que se llamaba combate cuerpo a cuerpo. Aceptaba entrenar con cualquiera, aunque la edeel tenía ciertos problemas controlando su nueva fuerza y tal vez no fuese la pareja de entrenamiento más popular de la sede.
Aquella noche Neil le había dicho que tenía que contarle algo, por lo que se encontraba expectante en su cuarto, apoyada de espaldas al escritorio esperando a que el brujo le dijese qué tenía en mente.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/02/19, 03:58 pm
La carrera de la vuelta a la sede fue muy divertida, a pesar de todo. Correr de noche por aquella ciudad y sentirse bien eran dos cosas que no pegaban. Nime había olvidado casi lo que era tener la calle para ella, la normalidad de jugar fuera de casa sin preocuparse. No se sentía tan segura como en Libo, pero seguía siendo un cambio enorme.
En su nueva casa los recibieron con buenas noticias. O, al menos, a ella no le preocupaba lo de endeudarse al no saber las consecuencias que podía traer no pagar. Pensaba que, mientras trabajasen, tendrían dinero, aunque sí se preguntaba cómo podría ganar dinero ella. Era más importante saber que Eitne podría volver a andar –de día– y Rena tener dos brazos. Visto así, la tecnología parecía tan milagrosa como la magia, y más o menos igual de incomprensible.
Los días empezaron a pasar sin que Nime supiese por dónde. Estaban en una época de adaptación, así que la niña no se exigía demasiado. La comida estaba a su alcance sin tener que ir a por ella, tenían todo lo necesario en el refugio, y no necesitaban hacer nada para subsistir. Era fácil poder relajarse por fin, y lo único realmente interesante que hizo la niña fue ir a la biblioteca a cambiar unos libros por otros. Lo que cogió, de hecho, fueron cuentos.
Su aparente falta de interés en dominar su transformación se debía a que todavía seguía enfadada con la desaparición de su capacidad para hacer magia. Siempre le había costado, pero ahora todo lo que le quedaban eran aquellos impactos que ni siquiera era capaz de dominar. Las veces que lo intentaba, que no eran pocas, no acababa de encontrar el mecanismo que los desataba. Mucho menos podría controlar su fuerza o dirección con precisión.
No se había abierto demasiado a la gente externa a su grupo en ese tiempo, pero tampoco solía tener esa necesidad, ya que lo raro era que la dejasen sola. Pero Nime tenía curiosidad por mucha gente que veía día a día, y no tardaría en tantearlos tarde o temprano. A pesar de ser considerados ciudadanos, todavía había muchas cosas que no sabían y aquello abría una brecha considerable entre ellos y la gente que se había transformado en años anteriores.
En su nueva casa los recibieron con buenas noticias. O, al menos, a ella no le preocupaba lo de endeudarse al no saber las consecuencias que podía traer no pagar. Pensaba que, mientras trabajasen, tendrían dinero, aunque sí se preguntaba cómo podría ganar dinero ella. Era más importante saber que Eitne podría volver a andar –de día– y Rena tener dos brazos. Visto así, la tecnología parecía tan milagrosa como la magia, y más o menos igual de incomprensible.
Los días empezaron a pasar sin que Nime supiese por dónde. Estaban en una época de adaptación, así que la niña no se exigía demasiado. La comida estaba a su alcance sin tener que ir a por ella, tenían todo lo necesario en el refugio, y no necesitaban hacer nada para subsistir. Era fácil poder relajarse por fin, y lo único realmente interesante que hizo la niña fue ir a la biblioteca a cambiar unos libros por otros. Lo que cogió, de hecho, fueron cuentos.
Su aparente falta de interés en dominar su transformación se debía a que todavía seguía enfadada con la desaparición de su capacidad para hacer magia. Siempre le había costado, pero ahora todo lo que le quedaban eran aquellos impactos que ni siquiera era capaz de dominar. Las veces que lo intentaba, que no eran pocas, no acababa de encontrar el mecanismo que los desataba. Mucho menos podría controlar su fuerza o dirección con precisión.
No se había abierto demasiado a la gente externa a su grupo en ese tiempo, pero tampoco solía tener esa necesidad, ya que lo raro era que la dejasen sola. Pero Nime tenía curiosidad por mucha gente que veía día a día, y no tardaría en tantearlos tarde o temprano. A pesar de ser considerados ciudadanos, todavía había muchas cosas que no sabían y aquello abría una brecha considerable entre ellos y la gente que se había transformado en años anteriores.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
26/02/19, 08:07 pm
A Rena se le contagió la alegría del daeliciano. Había aceptado la propuesta, y eso le quitaba de encima un gran peso que llevaba arrastrando desde el incidente durante la criba. Aunque fuera de forma insegura, aunque tuvieran dudas, empezaban a tener medios a su alcance para manejarse en la ciudad.
-Genial, cuando Milo vaya a ver a Krono para la entrevista puedes ir con él.
Ella aún tenía que aprender a controlar su transformación, no era el momento de ponerse con el tema de su brazo, y a eso se dedicó los días siguientes.
El ambiente de la Sede lo hacía todo más fácil, en especial la diferencia en la sensación de seguridad y tener la comida a su alcance, lo cual era una salvación pues Rena ahora comía casi tres veces más de lo normal.
No tuvo demasiadas oportunidades para socializar fuera de su grupo, pues pasaba la mayor parte del tiempo entrenando y estudiando, sin embargo se aseguraba de saludar y ser por lo menos agradable con todos los habitantes de la Sede con los que coincidía en las comidas o en las zonas comunes. Les habían dado una buena bienvenida y quería demostrar su agradecimiento.
Tendría tiempo de conocer gente nueva cuando borrase su primera tarea de la lista. Estaba ansiosa por hacerlo.
----------------------------
Al día siguiente de la excursión al cementerio y el encuentro de los irrenses:
Dos días de resaca era mucha resaca y Twix no podía permitirse perder más el tiempo así que por muy mal que se encontrase esa mañana, terminó de redactar los carteles de búsqueda de empleados. Hizo uno para la Sede y otro para Serpentaria. Le interesaban sobre todo los novatos, pues aunque había ahorrado un fondo para sueldos gracias a sus trapicheos y adelantos de trabajos antes de que empezase a ganar dinero con el negocio iba a tener que dar parte de ese sueldo en especie, y alguien que llevase ya un tiempo en la ciudad habría encontrado la forma de hacerse con lo que la veela podía ofrecer.
Llegó a la Sede temprano con la intención de invitar a Samika a un brunch en cuanto hubiesen acabado cada una con sus tareas. Sabia que en la entrada había un gran tablón de anuncios y ahí colgó el cartel, fijado con chinchetas de purpurina.
-Genial, cuando Milo vaya a ver a Krono para la entrevista puedes ir con él.
Ella aún tenía que aprender a controlar su transformación, no era el momento de ponerse con el tema de su brazo, y a eso se dedicó los días siguientes.
El ambiente de la Sede lo hacía todo más fácil, en especial la diferencia en la sensación de seguridad y tener la comida a su alcance, lo cual era una salvación pues Rena ahora comía casi tres veces más de lo normal.
No tuvo demasiadas oportunidades para socializar fuera de su grupo, pues pasaba la mayor parte del tiempo entrenando y estudiando, sin embargo se aseguraba de saludar y ser por lo menos agradable con todos los habitantes de la Sede con los que coincidía en las comidas o en las zonas comunes. Les habían dado una buena bienvenida y quería demostrar su agradecimiento.
Tendría tiempo de conocer gente nueva cuando borrase su primera tarea de la lista. Estaba ansiosa por hacerlo.
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Al día siguiente de la excursión al cementerio y el encuentro de los irrenses:
Dos días de resaca era mucha resaca y Twix no podía permitirse perder más el tiempo así que por muy mal que se encontrase esa mañana, terminó de redactar los carteles de búsqueda de empleados. Hizo uno para la Sede y otro para Serpentaria. Le interesaban sobre todo los novatos, pues aunque había ahorrado un fondo para sueldos gracias a sus trapicheos y adelantos de trabajos antes de que empezase a ganar dinero con el negocio iba a tener que dar parte de ese sueldo en especie, y alguien que llevase ya un tiempo en la ciudad habría encontrado la forma de hacerse con lo que la veela podía ofrecer.
Llegó a la Sede temprano con la intención de invitar a Samika a un brunch en cuanto hubiesen acabado cada una con sus tareas. Sabia que en la entrada había un gran tablón de anuncios y ahí colgó el cartel, fijado con chinchetas de purpurina.
SE BUSCA PERSONAL PARA TIENDA DE MODA
Emprendedora rocavarancolesa busca personal para un proyecto de negocio de boutique de moda y arreglos. Los puestos disponibles son:
-Costureros (Se requieren conocimientos básicos de costura)
-Artesanos, obreros y peones de obra
-Encargados de tienda/dependientes (se evaluará apariencia según estándares frivys)
Sueldo mensual y contrato por escrito (con sello y todo). Interesados pregunten por dama Isis en la torre Serpentaria.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
28/02/19, 03:16 am
—Gracias —Sox ni siquiera había tenido tiempo de plantearse nada, ni de preguntarse cuál sería el nombre de lo que tenía. Después de todo lo sucedido con la salida de la Luna sólo había sido capaz de pensar en dormir. El cuerpo se lo había pedido, igual que ahora algo dentro de él bullía, le reclamaba actividad. Músculos nuevos, sangre nueva que iba sustituyendo poco a poco a la anterior. Alzó las cejas ante las novedades del propio cuerpo de Eriel—. Luego salimos y escupes fuera de mi cuarto si quieres.
Se encaramó a la cama con el libro sobre las piernas cruzadas. Se desplazó un poco más hacia el lateral al darse cuenta de que ahora sus alas ocupaban más espacio, para hacerle hueco a su amigo.
—Cristales —repitió con recelo, y deslizó la yema de los dedos sobre la ilustración. La idea no le inducía mucha tranquilidad—. Aún no me ha salido ninguno.
>>Al menos no parece que sean muy grandes —observó con cierto alivio al fijarse mejor. La imagen le recordaba un poco a las motas que tenía Rad en la piel ahora, sólo que carentes de color. Encontrar un parecido, aunque fuera remoto, le fue reconfortante. Restauraba cierta normalidad a toda la noción de estar transformándose.
Dentrelar, rezaba con sencillez la nota a pie de página, comandante de los ejércitos de Rocavarancolia durante el reinado de Jeremías el Inacabado. La piel de Sox todavía no había alcanzado el negro puro de la criatura que aparecía pintada, pero las alas eran las suyas. El dibujo era antiguo y la criatura sobre el papel parecía irreal, salida de una de las gestas monumentales que contaba el libro de historia sobre Rocavarancolia. Algo que sólo podía existir dentro, en el tiempo pasado de la ciudad. Sox se sorprendió a sí mismo encontrándola majestuosa.
—Puedo afilarlas —se sorprendió en voz más alta de lo que pretendía, tras encontrar el pasaje referente a las alas. El texto refería que muchos ángeles negros las endurecían como escudo o para decapitar a sus enemigos, pero Sox lo achacó a exageraciones típicas de la gloria de Rocavarancolia. Recordó algo más que había dicho Eriel y lo buscó entre las páginas—. El precio de la magia...
Todo su cuerpo se tensó visiblemente conforme leía el párrafo. No oiría a Eriel al principio si intentaba llamar su atención, el ceño cada vez más fruncido.
—Hay un error —terció con rigidez—. Yo tenía magia antes de llegar aquí. La he tenido toda la vida.
Se encaramó a la cama con el libro sobre las piernas cruzadas. Se desplazó un poco más hacia el lateral al darse cuenta de que ahora sus alas ocupaban más espacio, para hacerle hueco a su amigo.
—Cristales —repitió con recelo, y deslizó la yema de los dedos sobre la ilustración. La idea no le inducía mucha tranquilidad—. Aún no me ha salido ninguno.
>>Al menos no parece que sean muy grandes —observó con cierto alivio al fijarse mejor. La imagen le recordaba un poco a las motas que tenía Rad en la piel ahora, sólo que carentes de color. Encontrar un parecido, aunque fuera remoto, le fue reconfortante. Restauraba cierta normalidad a toda la noción de estar transformándose.
Dentrelar, rezaba con sencillez la nota a pie de página, comandante de los ejércitos de Rocavarancolia durante el reinado de Jeremías el Inacabado. La piel de Sox todavía no había alcanzado el negro puro de la criatura que aparecía pintada, pero las alas eran las suyas. El dibujo era antiguo y la criatura sobre el papel parecía irreal, salida de una de las gestas monumentales que contaba el libro de historia sobre Rocavarancolia. Algo que sólo podía existir dentro, en el tiempo pasado de la ciudad. Sox se sorprendió a sí mismo encontrándola majestuosa.
—Puedo afilarlas —se sorprendió en voz más alta de lo que pretendía, tras encontrar el pasaje referente a las alas. El texto refería que muchos ángeles negros las endurecían como escudo o para decapitar a sus enemigos, pero Sox lo achacó a exageraciones típicas de la gloria de Rocavarancolia. Recordó algo más que había dicho Eriel y lo buscó entre las páginas—. El precio de la magia...
Todo su cuerpo se tensó visiblemente conforme leía el párrafo. No oiría a Eriel al principio si intentaba llamar su atención, el ceño cada vez más fruncido.
—Hay un error —terció con rigidez—. Yo tenía magia antes de llegar aquí. La he tenido toda la vida.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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