Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
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24 participantes
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
15/12/13, 04:28 am
Recuerdo del primer mensaje :
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.
—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.
Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.
—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
29/10/18, 01:05 am
Nime supo que se adentró demasiado rápido en el edificio cuando algunos de sus compañeros empezaron a hacerle preguntas a la que los había recibido. Retrocedió para ver de qué se trataba y vio la alegría de Eitne al recibir una explicación para lo que le había pasado. Ella también sonrió, empezando a decir:
—¡Lo sabía! ¿Ves, ves? —Y lo felicitó con una palmada en la espalda.
Guille también tenía un montón de preguntas, y en cuanto fueron respondidas Nime se adentró de nuevo en el edificio. Los siguió a todos hasta el salón y observó los grabados decorativos de cerca y con gran interés. Se abstrajo durante varios minutos, a pesar de que a veces le costaba enfocar las imágenes, porque aunque no entendía nada adoraba las historias sobre conflictos bélicos.
Cuando por fin se dirigía a ver la cocina pudo ver a Rena acelerando el paso escaleras arriba y supo que algo iba mal por su lenguaje corporal.
—¿Qué pasa? ¿Qué le pasa? —añadió dirigiéndose a quienes estuviesen más cerca—. ¡Rena! —la llamó justo al empezar a seguirla. Escuchó una puerta, pero cuando llegó arriba no supo de cuál se trataba—. ¿Rena?
—¡Lo sabía! ¿Ves, ves? —Y lo felicitó con una palmada en la espalda.
Guille también tenía un montón de preguntas, y en cuanto fueron respondidas Nime se adentró de nuevo en el edificio. Los siguió a todos hasta el salón y observó los grabados decorativos de cerca y con gran interés. Se abstrajo durante varios minutos, a pesar de que a veces le costaba enfocar las imágenes, porque aunque no entendía nada adoraba las historias sobre conflictos bélicos.
Cuando por fin se dirigía a ver la cocina pudo ver a Rena acelerando el paso escaleras arriba y supo que algo iba mal por su lenguaje corporal.
—¿Qué pasa? ¿Qué le pasa? —añadió dirigiéndose a quienes estuviesen más cerca—. ¡Rena! —la llamó justo al empezar a seguirla. Escuchó una puerta, pero cuando llegó arriba no supo de cuál se trataba—. ¿Rena?
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
31/10/18, 12:06 am
Rena oyó la voz angustiada de Nime en el pasillo.
-¡Estoy aquí! -respondió. Su voz sonaba rara después de tanto tiempo sin usarla. Parecía más ronca que antes. Carraspeó antes de seguir hablando -Ahora salgo.
Le fue más sencillo encontrar ropa de su talla allí de lo que le había sido en el torreón. Parecía que allí contaban con más habitantes de tallas grandes. Se puso unos pantalones de una tela suave y motivos raros que iban anudados a la cintura y una camiseta lisa sin mangas. No encontró ningún zapato por ningún sitio así que no tuvo más remedio que salir descalza, por suerte el suelo allí era de madera y no de fría roca.
-Estoy aquí -repitió, saliendo al pasillo. Intentó sonreir -Parece que yo también me he destransformado.
-¡Estoy aquí! -respondió. Su voz sonaba rara después de tanto tiempo sin usarla. Parecía más ronca que antes. Carraspeó antes de seguir hablando -Ahora salgo.
Le fue más sencillo encontrar ropa de su talla allí de lo que le había sido en el torreón. Parecía que allí contaban con más habitantes de tallas grandes. Se puso unos pantalones de una tela suave y motivos raros que iban anudados a la cintura y una camiseta lisa sin mangas. No encontró ningún zapato por ningún sitio así que no tuvo más remedio que salir descalza, por suerte el suelo allí era de madera y no de fría roca.
-Estoy aquí -repitió, saliendo al pasillo. Intentó sonreir -Parece que yo también me he destransformado.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
31/10/18, 12:52 am
Adru había girado la cabeza para escuchar a los demás y asintió enérgicamente hacia Sinceridad mientras se incorporaba impulsándose con el movimiento de sus piernas para levantarse del sofá. Olvidó que ahora tenía cuernos muy largos y se dio un golpe contra ellos justo al inclinarse. Dejó escapar un leve “ouch” pero sin detenerse y se acercó al resto.
—Yo también quiero saber cómo se llama lo que soy, igual que Eitne.
Mientras Guille hacía un montón de preguntas que nadie sabía responder, de pronto Rena echó a correr escaleras arriba de forma extraña. La sinhadre corrió tras Nime, adelantando a la libense mientras una copia suya quedaba en mitad de las escaleras. No sabían dónde se había metido Rena, pero las nuevas orejas de la edeel captaron el sonido familiar de la voz de la irrense tras una de las puertas se acercó a ella
—¿Rena, estás bien? Espera, he oído tu voz, eso quiere decir…
La irrense salió del cuarto y tal como ya sospechaba, había dejado de ser un oso.
>>Pero tú seguías transformada hasta ahora… Aunque no eres de humo como Eitne, no debéis de ser lo mismo… Y Eorlir sigue transformado pero puede hablarnos a la cabeza aunque también es un oso. —La sinhadre adquirió un gesto pensativo e inmediatamente después sonrió mientras daba un pequeño salto delante de los presentes—. En realidad creo que esto de averiguar cómo funcionamos ahora puede ser muy divertido. ¿Por qué aparecerán Adrus fantasma a veces? Yo también quiero saber cosas sobre mi nuevo yo.
—Yo también quiero saber cómo se llama lo que soy, igual que Eitne.
Mientras Guille hacía un montón de preguntas que nadie sabía responder, de pronto Rena echó a correr escaleras arriba de forma extraña. La sinhadre corrió tras Nime, adelantando a la libense mientras una copia suya quedaba en mitad de las escaleras. No sabían dónde se había metido Rena, pero las nuevas orejas de la edeel captaron el sonido familiar de la voz de la irrense tras una de las puertas se acercó a ella
—¿Rena, estás bien? Espera, he oído tu voz, eso quiere decir…
La irrense salió del cuarto y tal como ya sospechaba, había dejado de ser un oso.
>>Pero tú seguías transformada hasta ahora… Aunque no eres de humo como Eitne, no debéis de ser lo mismo… Y Eorlir sigue transformado pero puede hablarnos a la cabeza aunque también es un oso. —La sinhadre adquirió un gesto pensativo e inmediatamente después sonrió mientras daba un pequeño salto delante de los presentes—. En realidad creo que esto de averiguar cómo funcionamos ahora puede ser muy divertido. ¿Por qué aparecerán Adrus fantasma a veces? Yo también quiero saber cosas sobre mi nuevo yo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
31/10/18, 02:01 am
Eitne no podía dejar de darle vueltas a lo que le había dicho Cicatriz, una loba que se le antojó amable y dulce, ignorante del efecto hipnótico que iba provocando en la gente. Bestia del crepúsculo sonaba a criatura poderosa de cuentos, tal vez incluso aparecía en alguno de los de su abuela y no lo recordaba. Se imaginaba a sí mismo poderoso, con quién sabe qué nuevas habilidades en su forma nocturna (pues estaba claro que lo único que hacía de día era brillar y sonar como si se hubiese comido el cencerrillo de un retoño de vhadkhita).
—¡Llevabas razón! —le dijo a Pam con voz cantarina. Sonaba tan dulce con el cascabel en la garganta que tal vez empalagara incluso a otros daelicianos, pero Eitne se sentía feliz—. ¡Gracias! ¡Es verdad! ¡Sííííí! —Respondió de nuevo a la mona y también a Adru y a Nime y a todos los que se alegraron por él—. ¡Yo también quiero ir a ese sitio! —añadió tras Sinceridad.
Ahora que se le había pasado cualquier rastro de tristeza, el niño intentaba prestarle atención a todo lo que ocurría y se decía a su alrededor. A la vez, sin embargo, no dejaba de preguntarse qué sería de él. Estaba examinando los cajones de la cocina (todos a rebosar de frutas, carnes, bebidas, condimentos…), cuando decidió por sí mismo que lo más importante de día sería comer, que de noche lo atravesaba todo y eso incluía la comida. Una buena alimentación era importante para estar sano, se lo decían siempre en casa.
Los gritos llegaron mientras él se llenaba los bolsillos con cerezas. El niño asió las muletas y se desplazó todo lo rápido que pudo hasta el piso del que provenían. Encontró por las escaleras una de las copias que Adru iba dejando por todas partes y no pudo evitar frenar al verla. La remanencia desapareció ante sus narices y Eitne sonrió, olvidándose de los gritos que habían llamado su atención.
Las últimas palabras de Adru fueron lo primero que escuchó.
—Yo creo que eres tan rápida que alucinamos todos —rio, llenando el pasillo de cascabeles, allí donde pudieran escucharlos. Eitne lo decía en serio.
Estaba tan acostumbrado a ver a Rena en su forma humana (y tan poco en su forma osuna) que tardó en entender lo que había pasado. Entonces se le iluminó la cara y añadió:
—¡Rena! ¡Te ha pasado como a mí! ¡Solo tienes que esperar de nuevo a la noche! —su voz sonó clara solo para Rena. El resto solo podrían saber lo que decía Eitne si leían sus labios.
—¡Llevabas razón! —le dijo a Pam con voz cantarina. Sonaba tan dulce con el cascabel en la garganta que tal vez empalagara incluso a otros daelicianos, pero Eitne se sentía feliz—. ¡Gracias! ¡Es verdad! ¡Sííííí! —Respondió de nuevo a la mona y también a Adru y a Nime y a todos los que se alegraron por él—. ¡Yo también quiero ir a ese sitio! —añadió tras Sinceridad.
Ahora que se le había pasado cualquier rastro de tristeza, el niño intentaba prestarle atención a todo lo que ocurría y se decía a su alrededor. A la vez, sin embargo, no dejaba de preguntarse qué sería de él. Estaba examinando los cajones de la cocina (todos a rebosar de frutas, carnes, bebidas, condimentos…), cuando decidió por sí mismo que lo más importante de día sería comer, que de noche lo atravesaba todo y eso incluía la comida. Una buena alimentación era importante para estar sano, se lo decían siempre en casa.
Los gritos llegaron mientras él se llenaba los bolsillos con cerezas. El niño asió las muletas y se desplazó todo lo rápido que pudo hasta el piso del que provenían. Encontró por las escaleras una de las copias que Adru iba dejando por todas partes y no pudo evitar frenar al verla. La remanencia desapareció ante sus narices y Eitne sonrió, olvidándose de los gritos que habían llamado su atención.
Las últimas palabras de Adru fueron lo primero que escuchó.
—Yo creo que eres tan rápida que alucinamos todos —rio, llenando el pasillo de cascabeles, allí donde pudieran escucharlos. Eitne lo decía en serio.
Estaba tan acostumbrado a ver a Rena en su forma humana (y tan poco en su forma osuna) que tardó en entender lo que había pasado. Entonces se le iluminó la cara y añadió:
—¡Rena! ¡Te ha pasado como a mí! ¡Solo tienes que esperar de nuevo a la noche! —su voz sonó clara solo para Rena. El resto solo podrían saber lo que decía Eitne si leían sus labios.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
31/10/18, 10:20 am
Se dejó caer en el sofá al lado de la pequeña abejonejo, mirando alrededor, todavía como aletargada. La situación le parecía algo injusta. No para ella, claro, ella encantada de estar a salvo y calentita en un lugar bonito. Pero para los que no lo habían conseguido… para Lebra, para Nad… El pelo mojado le cayó sobre la cara cuando la agachó para frotarse los ojos. Una pizca de tristeza se había colado entre la euforia de la Luna.
Mónica levantó la vista y sonrió a Sinceridad cuando esta le habló.
—Sí. Quiero saber qué soy —lo dijo al tiempo que la niña con la que compartía sofá («¿Adru? Hm. Necesito un mote por ahora»), y rio brevemente por la casualidad. Era cierto, no eran los únicos sin saber. De hecho, ya no eran solo ellos tres. Qué raro el pensarlo.
Mientras el resto de niños preguntaba acerca de la osa y algunos se dirigían al piso superior, la roquense mencionó el dilema de Lorenzo. ¡Cierto! Mon se levantó con rapidez, con un punto de culpabilidad por no haberlo pensado. Es cierto, ¿cómo iban a hacer? ¿Habría… establos? ¿Sería correcto el hecho de sugerir unos establos? ¿Cómo rayos dormían los caballos?
—Puf… es verdad, ¿y Lorenzo? A lo mejor encontramos a alguien a quien preguntar… ¿Vamos?
Mónica levantó la vista y sonrió a Sinceridad cuando esta le habló.
—Sí. Quiero saber qué soy —lo dijo al tiempo que la niña con la que compartía sofá («¿Adru? Hm. Necesito un mote por ahora»), y rio brevemente por la casualidad. Era cierto, no eran los únicos sin saber. De hecho, ya no eran solo ellos tres. Qué raro el pensarlo.
Mientras el resto de niños preguntaba acerca de la osa y algunos se dirigían al piso superior, la roquense mencionó el dilema de Lorenzo. ¡Cierto! Mon se levantó con rapidez, con un punto de culpabilidad por no haberlo pensado. Es cierto, ¿cómo iban a hacer? ¿Habría… establos? ¿Sería correcto el hecho de sugerir unos establos? ¿Cómo rayos dormían los caballos?
—Puf… es verdad, ¿y Lorenzo? A lo mejor encontramos a alguien a quien preguntar… ¿Vamos?
- Los motes de los letarguinos… hasta que Mon se acostumbre a ellos:
- -Adru: ¿? (entre Abejonejo y Flash).
-Eitne: Cachorrillo.
-Neil: ¿? (barajando Grititos).
-Guille: ¿?
-Nime: ¿? (por ahora «con la que soñó Since»).
-Pam: ¿?
-Rena: ¿? (por ahora «OMG no me mates»).
-Milo: ¿?
-Rox: ¿?
-Zob: ¿?
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
31/10/18, 04:13 pm
El basilisco había oído a Rena también, pero se hizo a un costado cuando Nime y la capitana pasaron corriendo. Afortunadamente para él, no había pasado nada malo. Por primera vez Zob se alegro de no haber reaccionado mas rápido, si hubiese corrido a ver que le pasaba a su amiga se habría encontrado a una Rena en pelotas . Aunque después de lo que había pasado las últimas 48 horas, eso hubiera sido lo menos sorprendente, Zob sabía que podría vivir habiéndose perdido aquella escena.
Lo que si llamo la atención del nublino fue que encontrara ropa de la talla de su amiga allí. Al parecer aquel lugar cuidaba bastante bien de la gente una vez transformada. El minarete parecía bastante amplio también por dentro, el pasillo era espacioso, cuidado, todo parecía demasiado para solo ellos, así que salió al pasillo a caminar por él. Buscaba con la mirada a alguien mas, quería conocer si había más ciudadanos allí, como Vivian, que hacían día a día. Pero las viejas costumbres no se olvidaban tan pronto, y menos después de tanto tiempo con el miedo y la tensión a flor de piel en las calles. Se detuvo esperando a sus amigas antes de hablarles.
- Chicasss... Tal vez deberiamosss buscar habitación para cada uno antesss de poder averiguar que somoss...incluso alguien aquí podría explicarnos mejor....no sse...cualquier cossa... También esstaria guay ir a ver aquel otro lugar donde podemoss vivir... - hasta hace unos meses a Zobriel lo guiaban las leyendas, después la consigna de "sobrevivir junto con sus amigos", y ahora simplemente era un....."bueno ya, esta vivan aquí" y eso lo estaba poniendo un poco demasiado ansioso. Miro medio segundo a todos antes de apartar la vista para seguir subiendo y encontrar una habitación donde poder tratar de controlarse y respirar.
Lo que si llamo la atención del nublino fue que encontrara ropa de la talla de su amiga allí. Al parecer aquel lugar cuidaba bastante bien de la gente una vez transformada. El minarete parecía bastante amplio también por dentro, el pasillo era espacioso, cuidado, todo parecía demasiado para solo ellos, así que salió al pasillo a caminar por él. Buscaba con la mirada a alguien mas, quería conocer si había más ciudadanos allí, como Vivian, que hacían día a día. Pero las viejas costumbres no se olvidaban tan pronto, y menos después de tanto tiempo con el miedo y la tensión a flor de piel en las calles. Se detuvo esperando a sus amigas antes de hablarles.
- Chicasss... Tal vez deberiamosss buscar habitación para cada uno antesss de poder averiguar que somoss...incluso alguien aquí podría explicarnos mejor....no sse...cualquier cossa... También esstaria guay ir a ver aquel otro lugar donde podemoss vivir... - hasta hace unos meses a Zobriel lo guiaban las leyendas, después la consigna de "sobrevivir junto con sus amigos", y ahora simplemente era un....."bueno ya, esta vivan aquí" y eso lo estaba poniendo un poco demasiado ansioso. Miro medio segundo a todos antes de apartar la vista para seguir subiendo y encontrar una habitación donde poder tratar de controlarse y respirar.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
31/10/18, 04:53 pm
Alguien a quien preguntar... ¡Ojalá! Pero por allí no aparecía nadie más que la mujer aquella y los nuevos. Sin saberlo, se sintió tan culpable como su amiga por haber descuidado al español.
—Nos va a convertir en comida para caballos por dejarle fuera... —miró a su alrededor con el temaño de su amigo en mente y señaló las escaleras—: Esas escaleras parecen lo suficientemente anchas para él...
Luego la acompañó a buscarle, agarrada del brazopara no perderse de vista con tanta gente. Iba pensando en voz alta cómo arreglar el dilema. Lo que tenía claro eran dos cosas: se estaba agobiando con las voces y sombras de gente a uno y otro lado de las paredes, y que ellos tres compartirían planta, ¡como mínimo! Le vendría bien salir de la zona común en busca del centauro.
—Podríamos buscarle un cuarto y ayudarle a subir... ¿Y ponerle las mantas y el colchón en el suelo? No dormirá de pie, ¿no?
>>Mira, ahí está. ¡Lorenzo!
—Nos va a convertir en comida para caballos por dejarle fuera... —miró a su alrededor con el temaño de su amigo en mente y señaló las escaleras—: Esas escaleras parecen lo suficientemente anchas para él...
Luego la acompañó a buscarle, agarrada del brazopara no perderse de vista con tanta gente. Iba pensando en voz alta cómo arreglar el dilema. Lo que tenía claro eran dos cosas: se estaba agobiando con las voces y sombras de gente a uno y otro lado de las paredes, y que ellos tres compartirían planta, ¡como mínimo! Le vendría bien salir de la zona común en busca del centauro.
—Podríamos buscarle un cuarto y ayudarle a subir... ¿Y ponerle las mantas y el colchón en el suelo? No dormirá de pie, ¿no?
>>Mira, ahí está. ¡Lorenzo!
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
31/10/18, 05:35 pm
La puerta de la Sede se abrió en ese momento y los que todavía se encontrasen con esta a la vista pudieron ver entrar a una nublina menuda, vestida con un jersey gris azulado y una falda de cuadros, que se acercaba hacia ellos con una leve sonrisa.
—Hola, bienvenidos a la Sede de los Taumaturgos. Soy Naeleth, bruja del hielo y mentalista, y vivo en el otro refugio: la Torre Serpentaria.
Naeleth se mostraba mucho más segura que cuando tan solo era una recién bendecida por la Luna, aunque no había perdido del todo su timidez. Suponía que los que se encontraban allí no eran todos los recién transformados que faltaban, pero parecía que había llegado a tiempo para prácticamente recibir a uno de los grupos al menos.
>>Vinieron muy pocos a Serpentaria este año, así que decidí pasarme por aquí por si necesitáis ayuda... A estas horas la mayoría suele estar durmiendo, siendo el día que es —explicó con una risa.
La bruja, además de llanamente querer ayudar, quería darse a conocer ya que había estado trabajando duro para ser una buena mentalista.
—Hola, bienvenidos a la Sede de los Taumaturgos. Soy Naeleth, bruja del hielo y mentalista, y vivo en el otro refugio: la Torre Serpentaria.
Naeleth se mostraba mucho más segura que cuando tan solo era una recién bendecida por la Luna, aunque no había perdido del todo su timidez. Suponía que los que se encontraban allí no eran todos los recién transformados que faltaban, pero parecía que había llegado a tiempo para prácticamente recibir a uno de los grupos al menos.
>>Vinieron muy pocos a Serpentaria este año, así que decidí pasarme por aquí por si necesitáis ayuda... A estas horas la mayoría suele estar durmiendo, siendo el día que es —explicó con una risa.
La bruja, además de llanamente querer ayudar, quería darse a conocer ya que había estado trabajando duro para ser una buena mentalista.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
01/11/18, 01:15 pm
Nime respiró tranquila al escuchar la voz de Rena. Tampoco se le pasó por la cabeza de inmediato que oír su voz no era normal, y cuando se dio cuenta se sintió tonta. Rena parecía la de siempre, aunque sin brazo. Ni rastro de pelo u orejas o garras. Varios se congregaron a su alrededor, pero nadie tenía respuestas para lo que acababa de pasar. Aunque ya no parecía tan extraño tras lo de Eitne, la mujer que los había recibido ya se había marchado y no podían preguntarle al respecto.
—Pues tenemos que ponernos a buscar para saber más —dijo. Se sentía nerviosa cada vez que pensaba en su propio cambio. Volvió a toquetear los cristales con cierta inseguridad. Le gustaría buscar un espejo en el minarete y a la vez temía encontrarlo.
Zob pensaba que antes de nada debían agenciarse una habitación. Nime no tenía muy claras sus prioridades, pero admitió que quería dejar en algún lado el macuto que se había hecho con sus cosas. Se preguntó si habría habitaciones comunes como en el torreón o si eran todas individuales, pero no tuvo tiempo de abrir ninguna puerta antes de que se escuchase de nuevo la de la entrada.
—¿Habrá vuelto la loba? —Tal vez se había dejado algo sin explicar, así que Nime volvió a bajar las escaleras para ver de quién se trataba. No llegó a escuchar su presentación, pero sí la segunda parte del mensaje de la recién llegada, que había resultado ser otra persona cuyo color de piel era como el de Zob. Los habitantes de la ciudad la ponían algo nerviosa, pero decidió ignorar aquella sensación tras examinar de cerca a la chica—. ¿Nos vas a ayudar? ¿Podemos hacer preguntas? ¿Sabes cosas sobre nuestros cambios?
Miró hacia Rena y esperó que ella misma hiciese la pregunta correspondiente acerca de lo que le acababa de pasar.
—Pues tenemos que ponernos a buscar para saber más —dijo. Se sentía nerviosa cada vez que pensaba en su propio cambio. Volvió a toquetear los cristales con cierta inseguridad. Le gustaría buscar un espejo en el minarete y a la vez temía encontrarlo.
Zob pensaba que antes de nada debían agenciarse una habitación. Nime no tenía muy claras sus prioridades, pero admitió que quería dejar en algún lado el macuto que se había hecho con sus cosas. Se preguntó si habría habitaciones comunes como en el torreón o si eran todas individuales, pero no tuvo tiempo de abrir ninguna puerta antes de que se escuchase de nuevo la de la entrada.
—¿Habrá vuelto la loba? —Tal vez se había dejado algo sin explicar, así que Nime volvió a bajar las escaleras para ver de quién se trataba. No llegó a escuchar su presentación, pero sí la segunda parte del mensaje de la recién llegada, que había resultado ser otra persona cuyo color de piel era como el de Zob. Los habitantes de la ciudad la ponían algo nerviosa, pero decidió ignorar aquella sensación tras examinar de cerca a la chica—. ¿Nos vas a ayudar? ¿Podemos hacer preguntas? ¿Sabes cosas sobre nuestros cambios?
Miró hacia Rena y esperó que ella misma hiciese la pregunta correspondiente acerca de lo que le acababa de pasar.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
02/11/18, 02:35 am
Rena aún estaba un poco aturdida por el repentino cambio de forma y no le ayudaban los enanos correteando a su alrededor aunque agradecía que se preocupasen. Le revolvió el pelo a Eitne, no entendía por qué su forma de hablar le daba ganas de estrujarle los mofletes.
-Eitne se transformó antes que yo, a lo mejor va por turnos pero no tenemos nada que ver en aspecto, ¿por qué él y yo nos hemos destransformado y el resto seguis igual?
Estaba claro que necesitaban información y no tenía pinta de que la señora peluda con morro fuera a volver para darle explicaciones, parecía ocupada. En el piso de abajo vio libros, tal vez ya que habían vuelto a la civilización habría alguna base de datos a la que pudieran acceder.
-Esperad, si esto es un edificio oficial tendría que haber algo como una recepción o alguna persona a cargo, ¿decía algo en los papeles que nos dieron?
El de Rena se había quedado abajo, en la calle. Tendrían que darse una vuelta e inspecionar el edificio más a fondo. Estaba a punto de decirle a Zob que ella se quedaría con la habitación de la que acababa de salir si nadie la ocupaba cuando oyó voces por las escaleras. Todos bajaron a cotillear.
Era una desconocida, al parecer habitante de la ciudad. Se presentó como una persona normal y fue clara, concisa y sin pizca de autoridad en al voz. Eso fue suficiente para que la Rena irrense confiase en ella. Aun así se aseguró de quedar un poco adelantada de los pequeños.
-Hola. Eh… sí, acabamos de llegar esta mañana y estamos un poco perdidos. ¿De qué va todo esto? ¿De pronto nos mandan a vivir a un sitio bonito y no tenemos que matarnos por la comida? ¿Cómo funciona? ¿Dónde están los encargados? ¿Qué tenemos que hacer ahora? ¿Dónde hay servicios médicos?
Esto último no lo dijo solo por su brazo, estaba pensando en la pierna de Eitne. Aunque tuviese todas las patas en su forma de nube seguía estando cojo la mitad del día y allí había demasiadas escaleras. Expresar todas esas preguntas de golpe le provocó angustia. Estaban perdidos de verdad, ninguno tenía ni puñetera idea y para colmo ahora parecía que debían averiguar como cojones funcionaban sus cuerpos.
-Ah, otra cosa… a dos de nosotros se nos ha… ¿revertido la transformación? La tia peluda le dijo a Eitne que volvería a transformarse por la noche pero yo me acabo de convertir ahora. Antes era… un oso, de esos con garras y de pronto ya no lo soy. ¿Sabes si nos acabará pasando a todos?
-Eitne se transformó antes que yo, a lo mejor va por turnos pero no tenemos nada que ver en aspecto, ¿por qué él y yo nos hemos destransformado y el resto seguis igual?
Estaba claro que necesitaban información y no tenía pinta de que la señora peluda con morro fuera a volver para darle explicaciones, parecía ocupada. En el piso de abajo vio libros, tal vez ya que habían vuelto a la civilización habría alguna base de datos a la que pudieran acceder.
-Esperad, si esto es un edificio oficial tendría que haber algo como una recepción o alguna persona a cargo, ¿decía algo en los papeles que nos dieron?
El de Rena se había quedado abajo, en la calle. Tendrían que darse una vuelta e inspecionar el edificio más a fondo. Estaba a punto de decirle a Zob que ella se quedaría con la habitación de la que acababa de salir si nadie la ocupaba cuando oyó voces por las escaleras. Todos bajaron a cotillear.
Era una desconocida, al parecer habitante de la ciudad. Se presentó como una persona normal y fue clara, concisa y sin pizca de autoridad en al voz. Eso fue suficiente para que la Rena irrense confiase en ella. Aun así se aseguró de quedar un poco adelantada de los pequeños.
-Hola. Eh… sí, acabamos de llegar esta mañana y estamos un poco perdidos. ¿De qué va todo esto? ¿De pronto nos mandan a vivir a un sitio bonito y no tenemos que matarnos por la comida? ¿Cómo funciona? ¿Dónde están los encargados? ¿Qué tenemos que hacer ahora? ¿Dónde hay servicios médicos?
Esto último no lo dijo solo por su brazo, estaba pensando en la pierna de Eitne. Aunque tuviese todas las patas en su forma de nube seguía estando cojo la mitad del día y allí había demasiadas escaleras. Expresar todas esas preguntas de golpe le provocó angustia. Estaban perdidos de verdad, ninguno tenía ni puñetera idea y para colmo ahora parecía que debían averiguar como cojones funcionaban sus cuerpos.
-Ah, otra cosa… a dos de nosotros se nos ha… ¿revertido la transformación? La tia peluda le dijo a Eitne que volvería a transformarse por la noche pero yo me acabo de convertir ahora. Antes era… un oso, de esos con garras y de pronto ya no lo soy. ¿Sabes si nos acabará pasando a todos?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
02/11/18, 02:22 pm
Adrune
La sinhadre rio ante la ocurrencia de Eitne.
—¿Tú crees que soy tan rápida? No me he fijado mucho, la verdad… Pero igual sí que es porque soy muy rápida… Hum…
Zobriel había llegado en ese momento hablando sobre buscar habitación, pero a la edeel no le dio tiempo de comentar nada al respecto porque había oído la puerta principal abrirse y Neil llegó enseguida corriendo por las escaleras para decirles que una chica había aparecido para ofrecer ayuda. La edeel bajó a toda prisa, dejando una nueva copia tras de sí en medio de las escaleras, y enseguida vio a la recién llegada.
>>¡Hola, soy la Capitana! Neil me dijo que venías a ayudarnos… ¿Tú sabes lo que soy yo?
Naeleth
Naeleth observó a los que se habían acercado a ella con varias preguntas, sintiéndose un poco abrumada de pronto, pero manteniendo una sonrisa amable. Asintió a la niña libense con los cristales en el cuerpo, aunque no tendría buenas noticias para ella porque desconocía cuál era su transformación.
—Sí, he venido a ayudaros, aunque no conozco todos vuestros cambios, me temo... ¡Pero os ayudaré en todo lo que pueda! Me presento de nuevo: soy Naeleth, mentalista y bruja del hielo.
Como era de esperar, el grupo tenía muchas preguntas y la nublina trató de prestar atención a cada una de las cuestiones que se le planteaban. La irrense a la que le faltaba su brazo mecánico se dirigió a ella con una retahíla de cuestiones que eran de esperar y la nublina alzó la cabeza, tratando de ordenar sus pensamientos.
—Veréis... A partir de ahora se os considera ciudadanos de Rocavarancolia de pleno derecho. El período de tiempo entre que llegasteis y hasta el día de la aparición de la Luna Roja se le llama "criba". Nadie puede intervenir para bien o para mal durante ese tiempo: está prohibido por el Consejo. Si alguien os hubiese ayudado os habrían matado a todos... Es así como funciona.
Estaba tratando de explicarlo de la forma más neutral posible. No es que estuviera totalmente de acuerdo con las leyes de intervención, pero después de varios años en la ciudad todo el mundo se acababa acostumbrando a que así eran las cosas.
>>Aquí no hay encargados... Quiero decir, estos edificios pertenecen al Consejo pero no suelen pasarse por aquí salvo que ocurra algo después de recibir a los recién llegados. La comida y otras cosas como la ropa se reponen automáticamente cuando hace falta, así que no tenéis que preocuparos por eso. En cuanto a médicos... Bueno, hay varios en la ciudad, aunque probablemente necesitéis dinero para pagarlos... Conozco a un irrense que antes vivía en la Torre Serpentaria que ahora tiene una clínica de implantes: seguro que te puede ayudar con tu brazo —le dijo directamente a Rena.
Le hizo gracia cómo se presentó la sinhadre y se giró hacia ella.
—Pues... sé que eres un gamusino, pero me temo que no sé demasiado de tu transformación, lo siento... —A continuación, la irrense le hizo otra pregunta y volvió a prestarle atención—. ¿Por la noche? Bueno, no sé cuál es esa transformación pero seguro que es distinta que la tuya... Creo que debes de ser una ursántropa. Pero no: no os ocurrirá a todos. En tu caso es que puedes convertirte en oso cuando quieras, solo que todavía necesitas práctica. De hecho, podrás transformar solo partes de tu cuerpo concretas con el tiempo. Eso solo lo hacen los licántropos y los animorfos, cada transformación funciona diferente... La mayoría conservan los cambios todo el tiempo. Los brujos como yo no solemos tener muchos cambios en la apariencia: de hecho parece que hay varios brujos entre vosotros —sonrió mirando a su alrededor.
La sinhadre rio ante la ocurrencia de Eitne.
—¿Tú crees que soy tan rápida? No me he fijado mucho, la verdad… Pero igual sí que es porque soy muy rápida… Hum…
Zobriel había llegado en ese momento hablando sobre buscar habitación, pero a la edeel no le dio tiempo de comentar nada al respecto porque había oído la puerta principal abrirse y Neil llegó enseguida corriendo por las escaleras para decirles que una chica había aparecido para ofrecer ayuda. La edeel bajó a toda prisa, dejando una nueva copia tras de sí en medio de las escaleras, y enseguida vio a la recién llegada.
>>¡Hola, soy la Capitana! Neil me dijo que venías a ayudarnos… ¿Tú sabes lo que soy yo?
Naeleth
Naeleth observó a los que se habían acercado a ella con varias preguntas, sintiéndose un poco abrumada de pronto, pero manteniendo una sonrisa amable. Asintió a la niña libense con los cristales en el cuerpo, aunque no tendría buenas noticias para ella porque desconocía cuál era su transformación.
—Sí, he venido a ayudaros, aunque no conozco todos vuestros cambios, me temo... ¡Pero os ayudaré en todo lo que pueda! Me presento de nuevo: soy Naeleth, mentalista y bruja del hielo.
Como era de esperar, el grupo tenía muchas preguntas y la nublina trató de prestar atención a cada una de las cuestiones que se le planteaban. La irrense a la que le faltaba su brazo mecánico se dirigió a ella con una retahíla de cuestiones que eran de esperar y la nublina alzó la cabeza, tratando de ordenar sus pensamientos.
—Veréis... A partir de ahora se os considera ciudadanos de Rocavarancolia de pleno derecho. El período de tiempo entre que llegasteis y hasta el día de la aparición de la Luna Roja se le llama "criba". Nadie puede intervenir para bien o para mal durante ese tiempo: está prohibido por el Consejo. Si alguien os hubiese ayudado os habrían matado a todos... Es así como funciona.
Estaba tratando de explicarlo de la forma más neutral posible. No es que estuviera totalmente de acuerdo con las leyes de intervención, pero después de varios años en la ciudad todo el mundo se acababa acostumbrando a que así eran las cosas.
>>Aquí no hay encargados... Quiero decir, estos edificios pertenecen al Consejo pero no suelen pasarse por aquí salvo que ocurra algo después de recibir a los recién llegados. La comida y otras cosas como la ropa se reponen automáticamente cuando hace falta, así que no tenéis que preocuparos por eso. En cuanto a médicos... Bueno, hay varios en la ciudad, aunque probablemente necesitéis dinero para pagarlos... Conozco a un irrense que antes vivía en la Torre Serpentaria que ahora tiene una clínica de implantes: seguro que te puede ayudar con tu brazo —le dijo directamente a Rena.
Le hizo gracia cómo se presentó la sinhadre y se giró hacia ella.
—Pues... sé que eres un gamusino, pero me temo que no sé demasiado de tu transformación, lo siento... —A continuación, la irrense le hizo otra pregunta y volvió a prestarle atención—. ¿Por la noche? Bueno, no sé cuál es esa transformación pero seguro que es distinta que la tuya... Creo que debes de ser una ursántropa. Pero no: no os ocurrirá a todos. En tu caso es que puedes convertirte en oso cuando quieras, solo que todavía necesitas práctica. De hecho, podrás transformar solo partes de tu cuerpo concretas con el tiempo. Eso solo lo hacen los licántropos y los animorfos, cada transformación funciona diferente... La mayoría conservan los cambios todo el tiempo. Los brujos como yo no solemos tener muchos cambios en la apariencia: de hecho parece que hay varios brujos entre vosotros —sonrió mirando a su alrededor.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
02/11/18, 03:30 pm
Guillermo habia salido corriendo a buscar una habitación, en medio de su búsqueda se dio cuenta que algo pasaba, habia mucho ruido y Guillermo volvió corriendo para no perderse nada, fue entonces cuando vio a la nublina que estaba contestando preguntas y llamaba a la Capitana "gamusino". Pero al detectar a Rena su atención fue desviada y fue rápidamente a darla un abrazo:
-Reeeenaaaaa!!!! Antes eras más blandita- dijo mientras apretaba el abrazo.
Naeleth acabo su frase y Guillermo comenzó a gritar:
-Y yo y yo?? que soy yo??- dijo muy ilusionado pegando saltitos. Mientras cruzaba los dedos y repetía mentalmente "quiero ser de Hufflepuff, de Hufflepuff, de Hufflepuff"
-Reeeenaaaaa!!!! Antes eras más blandita- dijo mientras apretaba el abrazo.
Naeleth acabo su frase y Guillermo comenzó a gritar:
-Y yo y yo?? que soy yo??- dijo muy ilusionado pegando saltitos. Mientras cruzaba los dedos y repetía mentalmente "quiero ser de Hufflepuff, de Hufflepuff, de Hufflepuff"
- ☽◯☾:
BRUJA 1.ªHabla.BRUJA 2.ªPregúntanos.BRUJA 3.ªÁ todo te responderemos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
02/11/18, 04:08 pm
Estaban pasando muchas cosas a su alrededor y Pelusa solo se enteraba de la mitad, el movimiento de sus compañeros estaba mareandola, por lo que intento quedarse quieta, cerca de las escaleras por donde pronto había visto salir corriendo a Rena. Quizo seguirla y ver que ocurría, encontrar un cuarto donde meterse y no volver a salir hasta que todod a su alrededor se calmase, pero mas pronto que tarde, Rena volvió aparecer. Ya no siendo un oso. La confusión fue mas que patente para la mona del queso cuando la vio allí siendo de nuevo Rena. <<Se ha destransformado igual que Eitne ¿Son lo mismo? >> pensó confundida, no entendiendo realmente que estaba pasando.
Intentar mantener la mente en todas las conversacionales y en sus propios pensamientos mientras la confusión de sensaciones se le echaban encima, era por demás , complicado. Pelusa se masajeo el puente de la nariz, escuchando la incredulidad de Rena y la confusión que había realmente en todos ellos.
Fue ahí que Pelusa escucho la puerta de entrada abrirse y con ella una corriente de aire que le puso todo lo vellos del punta, haciéndole soltar un leve gruñido de fastidio. << De verdad que necesito una burbuja donde meterme, antes de acabar o loca...o matando a alguien por moverse>> pensó apretando los dientes, viendo ala chica recién llegada con una mirada algo airada por hacer que entrara corrientes de aire. La mona del queso suspiro, cansada , viendo como la chica se acercaba a ellos y se presentaba de buenas maneras, haciendo que esta le mirase con una ceja alzada bajando e a poco su nivel de molestia al escuchar especialmente una palabra primordial “ayudarles”.
Se había dicho que no quería explicaciones sobre que era porque no iba a enterar ni de la mitad, pero pensándolo bien... <<¿Como busco en esa biblioteca sin saber ni como se llama esto que soy? ¡Puedo llevarme la vida! Necesito saber mínimo por donde empezar...>> pensó con algo de frustración también por tener que salirse de su propia decisión. Pero esa chica, ¿Naeleth? estaba ahí dispuesta a ayudarles, respondiendo la retahila de preguntas de Rena y Adru, que sinceramente eran preguntas mas que necesarias de saber, dado que el panfleto mucho de eso no decía.
Ante la respuesta de que eran sus compañeras miro a ambas con atención, por unos instantes. Gamusino y Ursantropo. <<¿Entonces...se entiende que Rena y Eorlir son distintos? Porque Rena no podías hablarnos a la mente y Eorlir si >> suponía realmente que debía ser algo así, aunque tampoco era algo seguro, tal vez había variaciones entre mismas transformación o vete tu a saber. Suspiro cansada de darle vueltas y aun no muy satisfecha se acerco un poco a Naeleth, pero antes de lograr decir cualquier cosa, Guille con esa usual hiperactividad que nadie en la vida parecía fuese a arrebatarle, se le adelanto con cuestiones sobre su trasformación. Que sinceramente a esas alturas pensaba que algo que ver con las manos tenía, pero seguro, porque no parecían tener ningún cambio físico, al igual que Milo o Neil <<¿Serán lo mismo?>> se preguntó mirando a los mencionados con atención, antes de volver su vista a Guille primero.
-Guille...calmate...- gruño Pam mirándolo con cierta frustración con tanto saltito cerca suya-Puedes preguntag...sin tener que moverte tanto, demonios...- susurro la niña antes de mirar a la chica con cierta duda aun en su rostro, antes de finalmente decidirse a hablar, prefiriendo de algún modo no mencionar nada sobre sus antenas frente a ella. Aunque estuviera dispuesto a ayudarle, seguía sin fiarse demasiado en nadie sobre eso de mostrar su debilidad mas evidente en ese momento, realmente. No estaba siendo paranoica, simplemente, precavida de sobra tras todos esos meses de penurias.
-Mi nombre es Pelusa...gracias por respondeg nuestras preguntas – dijo Pelusa viendo atentamente a la chica que estaba siendo tan amable con ellos, de algún modo- ¿Tienes alguna idea de lo que puedo ser? Incluso si solo sabes el nombre...esta bien...o decirme por donde empezar a buscar en la biblioteca- logró preguntar sin que se le trabase la lengua por primera vez, observándola y girandose un poco para levantar un poco su jersey que hacia de vestido para mostrarle parte de sus alas de mariposa para que tuviera un imagen mas clara- Y también...¿sabes como podemos llegar a dicha biblioteca? -añadió pues sinceramente eso en cuestión le interesaba enormemente saberlo.
Intentar mantener la mente en todas las conversacionales y en sus propios pensamientos mientras la confusión de sensaciones se le echaban encima, era por demás , complicado. Pelusa se masajeo el puente de la nariz, escuchando la incredulidad de Rena y la confusión que había realmente en todos ellos.
Fue ahí que Pelusa escucho la puerta de entrada abrirse y con ella una corriente de aire que le puso todo lo vellos del punta, haciéndole soltar un leve gruñido de fastidio. << De verdad que necesito una burbuja donde meterme, antes de acabar o loca...o matando a alguien por moverse>> pensó apretando los dientes, viendo ala chica recién llegada con una mirada algo airada por hacer que entrara corrientes de aire. La mona del queso suspiro, cansada , viendo como la chica se acercaba a ellos y se presentaba de buenas maneras, haciendo que esta le mirase con una ceja alzada bajando e a poco su nivel de molestia al escuchar especialmente una palabra primordial “ayudarles”.
Se había dicho que no quería explicaciones sobre que era porque no iba a enterar ni de la mitad, pero pensándolo bien... <<¿Como busco en esa biblioteca sin saber ni como se llama esto que soy? ¡Puedo llevarme la vida! Necesito saber mínimo por donde empezar...>> pensó con algo de frustración también por tener que salirse de su propia decisión. Pero esa chica, ¿Naeleth? estaba ahí dispuesta a ayudarles, respondiendo la retahila de preguntas de Rena y Adru, que sinceramente eran preguntas mas que necesarias de saber, dado que el panfleto mucho de eso no decía.
Ante la respuesta de que eran sus compañeras miro a ambas con atención, por unos instantes. Gamusino y Ursantropo. <<¿Entonces...se entiende que Rena y Eorlir son distintos? Porque Rena no podías hablarnos a la mente y Eorlir si >> suponía realmente que debía ser algo así, aunque tampoco era algo seguro, tal vez había variaciones entre mismas transformación o vete tu a saber. Suspiro cansada de darle vueltas y aun no muy satisfecha se acerco un poco a Naeleth, pero antes de lograr decir cualquier cosa, Guille con esa usual hiperactividad que nadie en la vida parecía fuese a arrebatarle, se le adelanto con cuestiones sobre su trasformación. Que sinceramente a esas alturas pensaba que algo que ver con las manos tenía, pero seguro, porque no parecían tener ningún cambio físico, al igual que Milo o Neil <<¿Serán lo mismo?>> se preguntó mirando a los mencionados con atención, antes de volver su vista a Guille primero.
-Guille...calmate...- gruño Pam mirándolo con cierta frustración con tanto saltito cerca suya-Puedes preguntag...sin tener que moverte tanto, demonios...- susurro la niña antes de mirar a la chica con cierta duda aun en su rostro, antes de finalmente decidirse a hablar, prefiriendo de algún modo no mencionar nada sobre sus antenas frente a ella. Aunque estuviera dispuesto a ayudarle, seguía sin fiarse demasiado en nadie sobre eso de mostrar su debilidad mas evidente en ese momento, realmente. No estaba siendo paranoica, simplemente, precavida de sobra tras todos esos meses de penurias.
-Mi nombre es Pelusa...gracias por respondeg nuestras preguntas – dijo Pelusa viendo atentamente a la chica que estaba siendo tan amable con ellos, de algún modo- ¿Tienes alguna idea de lo que puedo ser? Incluso si solo sabes el nombre...esta bien...o decirme por donde empezar a buscar en la biblioteca- logró preguntar sin que se le trabase la lengua por primera vez, observándola y girandose un poco para levantar un poco su jersey que hacia de vestido para mostrarle parte de sus alas de mariposa para que tuviera un imagen mas clara- Y también...¿sabes como podemos llegar a dicha biblioteca? -añadió pues sinceramente eso en cuestión le interesaba enormemente saberlo.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
02/11/18, 07:47 pm
Lorenzo
El centauro sentiase del todo fuera de lugar. Algo avergonzado y para nada acostumbrado a su transformación, suspriaba a menudo y se paseaba, intentando darle algun uso a sus frágiles nuevas piernas cuya cordinacion fallabale exageradamente. A falta de espaturrarse ni siquiera osaba ir al trote, optando por una serie de fuertes pisadas detras de la otra, haciendole parecer un pinguino moviendose y meciendose de un lado a otro.
Cuando las dos preocuparonse de encontrarle un lugar, el diestro non podia evitar sentirse que molestaba, intentando persuadirlas que no habia que mosquear a aquellas personas dentro del torreon. Aunque su mayor miedo residia en las escaleras. A pesar de aparentemente ser capaz de caber por ellas, no estaba ni remotamente confiado en su habilidad para subirlas, muy vacilante, el diestro ojeabalas para después negar con la cabeza y denegarse.
—No, y no... No hace falta... conformomo con un sofá y unos cojines. Non creo que sea necesario montar tamaño jaleo para mi...—
No sabria si se acostumbraria a esto. Pero sabia que fuera lo que fuese, le esperaban momentos duros en el futuro.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
02/11/18, 08:08 pm
El golpe fue inesperado, tenía demasiadas cosas en la cabeza y luchaba por contenerse por lo que desde luego no lo vio venir y recibió el puñetazo de lleno. La sorpresa hizo que se enterase del dolor ya en el suelo, con un par de dientes menos y una bonita contusión pues el cerebro le había rebotado bastante por culpa de la fuerza. No sabía ni donde se encontraba cuando noto el chispazo del anillo contra su piel, provocándole un dolor infernal en su cabeza y acelerando el recubrimiento de piel de su nueva cola. Se llevó su mano izquierda a la cabeza, dejando por costumbre la derecha a otra cosa.
Pronto se sintió arrastrado confuso por todo lo que pasaba a su alrededor y el golpe. No pudo hacer más si no sufrir la recomposición de su cerebro y todo su cuerpo lo más quieto que pudo. Inútil en todo aquel estropicio.
Para cuando el dolor se fue los escombros dejaban otra vez pasar la hermosa luz de la Luna que a ojos del nublino no hacía más que burlarse en el cielo de él y de todos ellos. Comprendía, sin nunca haberlo querido, la naturaleza de su don, de su nuevo yo.
No entendía su comportamiento pero sí que por la respuesta no lo habría ni buscado, así que no le dio las gracias a Tuétano aunque si se despidió de Tersa sin acercarse a la quebrantahuesos, pero no por ella si no huyendo de aquel hedor que tiraba de él, que lo inundaba de ira solo por no atenderle.
Barael miraba a la Luna. ¿Por qué? Miraba a su nueva mano, peluda y con garras. ¿Por qué? Miraba a la broma. ¿Por qué? Él que quería mirar hacia el futuro se hallaba atado al pasado, él que quería sentimientos se pasaría la vida aguantando los de otros, él que quería la prosperidad se había vuelto un usurpador de tumbas, un ladrón, un desecho.
Miraba a la Luna en el cielo, al brillo burlándose de él mientras los truenos hacían sus carcajadas. No era necesario, la Luna no necesitaba cambiar nada, ella seguiría ahí, con o sin la ciudad.
Un par de lágrimas se ahogaron en la tormenta.
Otra persona vino y él se dejó llevar, paseando por las calles, hundido en sus propias cavilaciones, solo la palabra biblioteca le hizo alzar la cabeza.
Todo ahora le parecía lejano y vacio, su don era una burla, ya no volvería a poder estar con su familia y su hermano ahora estaba con otros. Recordaba levemente como había detenido a Sox, como no había ido en su ayuda... Era lo lógico, era lo que tenía que hacer pero aún así... ¿Cuántas veces se había lanzado como un idiota a por otros pese a sus advertencias?
Una loba llena de heridas les paso un papel y el firmó sin mirar mucho. Quería perderse en la estructura de aquel lugar pero... simplemente no le salía.
Nuevo refugió, ellos querían estar todos en la misma planta, bien, era lo que tenían que hacer. Barael sin prisa empezó a revisar habitaciones libres, matando el tiempo. Pronto subiría a la siguiente planta a seguir mirando.
Aquella puerta llamó su atención, terriblemente decorada a vista de Barael con varios tonos llamativos y peluches.
Mejor lejos.
Al final por la insistencia típica de su hermano simplemente se mudó a su lado.
Había un espejo y ahí pudo verse, hecho un desastre, la ropa ensangrentada y ya casi no se reconocía. La ligera barriga había dado paso a unos abdominales bien marcados, sus músculos eran prácticamente el doble de lo que recordaba y aquella mandíbula le daba un aspecto mucho más rudo. Retiró los labios para ver sus nuevos dientes y se sorprendió enseñando toda la dentadura sin problemas. Su nueva mano recubierta de pelo y su cola que empezaba a lucirlo también eran imposibles de ignorar.
No queda nada. Y ni siquiera pude decir adiós.
Cogió una muda y fue a ducharse. Otra vez los grifos como en el palacete, otra vez agua caliente de la nada. Se abrazó a aquel calor y se dejo llevar empezando a reírse, primero bajo, sofocado por la angustia y luego sin control, pues todo tenía sentido, aquella broma era perfecta y sobretodo, estaban vivos.
Probablemente alguien le hubiera escuchado pero le daba igual. Simplemente subió a la azotea y se separó de la conversación, disfrutando de la lluvia y el viento, inmerso en sí mismo, acostumbrándose a la cola pasada por el agujero en el pantalón hecho a mano. No habían podido subir a su propio tejado y aquello era como estar por encima de todo. Era una sensación extraña pero reconfortante, al menos habían pasado la prueba.
Poco a poco alzaron la voz y empezó otra discusión, para variar. Barael se arrimó entonces, llevaba una gabardina con capucha para evitar el frio y mojar las partes en las que ahora tenía pelaje. Y era lo más parecido a sus largos ponchos que encontró por la habitación.
-Todos le agradecemos Tay, simplemente han pasado muchas cosas y tenemos mucho en lo que pensar. Siento si ha parecido otra cosa. -Acto seguido miró al carabés. -Los espíritus son algo relativamente común por aquí y nadie sacaría nada de timar a unos novatos, probablemente conserve más de ella misma que ninguno de nosotros y nadie ha tenido que hacer nigromancia para que pase por lo que se Simplemente pasa. Relajaos por favor. Estamos vivos, tenemos... -Paro un breve momento y se repitió. -Tenemos cada uno nuestro don. Es momento de que planeéis que hacer y no de discutir.
Miró a Rad, acababa de llegar y todo esto seguramente lo descolocaría.
-Yo me voy a descansar.
Con todo Barael no había cenado y apenas comido al final, por lo que después de un buen rato a solas en su habitación pegado a la cama bajó a por comida. Había bastante estruendo cerca de la puerta así que se acercó a mirar.
Había bastante gente y tres niños con ellos, pronto vio caras conocidas. Parecía que estaban asaltando a preguntas a alguien. Se acercó sin molestar y alzó la mano para hacerse notar un poco.
-A mi también me gustaría saber de la biblioteca, tenía pensado ir en breves. -Pasó la mirada por los nuevos y sus ojos finalmente se posaron en la gente que fue al faro.
-Es bueno veros. -Dijo con una pequeña sonrisa.
Pronto se sintió arrastrado confuso por todo lo que pasaba a su alrededor y el golpe. No pudo hacer más si no sufrir la recomposición de su cerebro y todo su cuerpo lo más quieto que pudo. Inútil en todo aquel estropicio.
Para cuando el dolor se fue los escombros dejaban otra vez pasar la hermosa luz de la Luna que a ojos del nublino no hacía más que burlarse en el cielo de él y de todos ellos. Comprendía, sin nunca haberlo querido, la naturaleza de su don, de su nuevo yo.
No entendía su comportamiento pero sí que por la respuesta no lo habría ni buscado, así que no le dio las gracias a Tuétano aunque si se despidió de Tersa sin acercarse a la quebrantahuesos, pero no por ella si no huyendo de aquel hedor que tiraba de él, que lo inundaba de ira solo por no atenderle.
Barael miraba a la Luna. ¿Por qué? Miraba a su nueva mano, peluda y con garras. ¿Por qué? Miraba a la broma. ¿Por qué? Él que quería mirar hacia el futuro se hallaba atado al pasado, él que quería sentimientos se pasaría la vida aguantando los de otros, él que quería la prosperidad se había vuelto un usurpador de tumbas, un ladrón, un desecho.
Miraba a la Luna en el cielo, al brillo burlándose de él mientras los truenos hacían sus carcajadas. No era necesario, la Luna no necesitaba cambiar nada, ella seguiría ahí, con o sin la ciudad.
Un par de lágrimas se ahogaron en la tormenta.
Otra persona vino y él se dejó llevar, paseando por las calles, hundido en sus propias cavilaciones, solo la palabra biblioteca le hizo alzar la cabeza.
Todo ahora le parecía lejano y vacio, su don era una burla, ya no volvería a poder estar con su familia y su hermano ahora estaba con otros. Recordaba levemente como había detenido a Sox, como no había ido en su ayuda... Era lo lógico, era lo que tenía que hacer pero aún así... ¿Cuántas veces se había lanzado como un idiota a por otros pese a sus advertencias?
Una loba llena de heridas les paso un papel y el firmó sin mirar mucho. Quería perderse en la estructura de aquel lugar pero... simplemente no le salía.
Nuevo refugió, ellos querían estar todos en la misma planta, bien, era lo que tenían que hacer. Barael sin prisa empezó a revisar habitaciones libres, matando el tiempo. Pronto subiría a la siguiente planta a seguir mirando.
"Deja una nota si necesitas un abrazo"
Aquella puerta llamó su atención, terriblemente decorada a vista de Barael con varios tonos llamativos y peluches.
Mejor lejos.
Al final por la insistencia típica de su hermano simplemente se mudó a su lado.
Había un espejo y ahí pudo verse, hecho un desastre, la ropa ensangrentada y ya casi no se reconocía. La ligera barriga había dado paso a unos abdominales bien marcados, sus músculos eran prácticamente el doble de lo que recordaba y aquella mandíbula le daba un aspecto mucho más rudo. Retiró los labios para ver sus nuevos dientes y se sorprendió enseñando toda la dentadura sin problemas. Su nueva mano recubierta de pelo y su cola que empezaba a lucirlo también eran imposibles de ignorar.
No queda nada. Y ni siquiera pude decir adiós.
Cogió una muda y fue a ducharse. Otra vez los grifos como en el palacete, otra vez agua caliente de la nada. Se abrazó a aquel calor y se dejo llevar empezando a reírse, primero bajo, sofocado por la angustia y luego sin control, pues todo tenía sentido, aquella broma era perfecta y sobretodo, estaban vivos.
Probablemente alguien le hubiera escuchado pero le daba igual. Simplemente subió a la azotea y se separó de la conversación, disfrutando de la lluvia y el viento, inmerso en sí mismo, acostumbrándose a la cola pasada por el agujero en el pantalón hecho a mano. No habían podido subir a su propio tejado y aquello era como estar por encima de todo. Era una sensación extraña pero reconfortante, al menos habían pasado la prueba.
Poco a poco alzaron la voz y empezó otra discusión, para variar. Barael se arrimó entonces, llevaba una gabardina con capucha para evitar el frio y mojar las partes en las que ahora tenía pelaje. Y era lo más parecido a sus largos ponchos que encontró por la habitación.
-Todos le agradecemos Tay, simplemente han pasado muchas cosas y tenemos mucho en lo que pensar. Siento si ha parecido otra cosa. -Acto seguido miró al carabés. -Los espíritus son algo relativamente común por aquí y nadie sacaría nada de timar a unos novatos, probablemente conserve más de ella misma que ninguno de nosotros y nadie ha tenido que hacer nigromancia para que pase por lo que se Simplemente pasa. Relajaos por favor. Estamos vivos, tenemos... -Paro un breve momento y se repitió. -Tenemos cada uno nuestro don. Es momento de que planeéis que hacer y no de discutir.
Miró a Rad, acababa de llegar y todo esto seguramente lo descolocaría.
-Yo me voy a descansar.
~Al dia siguiente.~
Con todo Barael no había cenado y apenas comido al final, por lo que después de un buen rato a solas en su habitación pegado a la cama bajó a por comida. Había bastante estruendo cerca de la puerta así que se acercó a mirar.
Había bastante gente y tres niños con ellos, pronto vio caras conocidas. Parecía que estaban asaltando a preguntas a alguien. Se acercó sin molestar y alzó la mano para hacerse notar un poco.
-A mi también me gustaría saber de la biblioteca, tenía pensado ir en breves. -Pasó la mirada por los nuevos y sus ojos finalmente se posaron en la gente que fue al faro.
-Es bueno veros. -Dijo con una pequeña sonrisa.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
03/11/18, 03:08 pm
Mientras trataban de convencer a Lorenzo de que no era molestia ayudarle mientras cogía un par de cojines para ayudarle a acomodarse («¿Los caballos se sientan? Nunca he visto sentarse a un caballo. ¿Se sientan?»), alguien entró por la puerta. Parte de Mon todavía esperaba que alguien les dijera que esto era una broma y que tenían que irse, o peor, que descubrieran que todo era una trampa, por lo que, sin darse cuenta, retrocedió un par de pasos y la miró con desconfianza. Parecía maja, sin embargo, y los demás niños del otro grupo comenzaron a bajar y a saludarla, animados. Y, al parecer, la osa ya no era una osa. Qué raro. Mon frunció el ceño.
—Hola —respondió la humana cuando la bruja se volvió a presentar, sonriendo esta vez. Vale, sí, parecía agradable. Y sin embargo, una de las cosas que dijo le borró la sonrisa: «Nadie puede intervenir para bien o para mal durante ese tiempo: está prohibido por el Consejo. Si alguien os hubiese ayudado os habrían matado a todos… Es así como funciona». Mon se acordó de la carta del caracol y miró a Sinceridad, apretándole la mano, aunque decidió no decir nada. No era cuestión de cabrear a la única persona que parecía querer echarles una mano. Y todavía quería saber qué era.
De repente, el niño rubiales salió de entre su grupo, gritando animadísimo (algo que sorprendió a Mónica e hizo que riera un poco entre dientes), reprendido posteriormente por otra chica del otro grupo… y, de pronto alguien nuevo se les unió. «Es bueno veros», escuchó. La humana giró la cabeza como un dardo y observó al recién llegado de hito en hito, incapaz de reconocerle al principio, pero luego esbozando una sonrisa cada vez más grande.
—… ¿Barael? —. Habían sobrevivido también. Su grupo había sobrevivido. Y parecía estar bien. A Mónica se le llenaron los ojos de lágrimas en un segundo, emocionada.
—Hola —respondió la humana cuando la bruja se volvió a presentar, sonriendo esta vez. Vale, sí, parecía agradable. Y sin embargo, una de las cosas que dijo le borró la sonrisa: «Nadie puede intervenir para bien o para mal durante ese tiempo: está prohibido por el Consejo. Si alguien os hubiese ayudado os habrían matado a todos… Es así como funciona». Mon se acordó de la carta del caracol y miró a Sinceridad, apretándole la mano, aunque decidió no decir nada. No era cuestión de cabrear a la única persona que parecía querer echarles una mano. Y todavía quería saber qué era.
De repente, el niño rubiales salió de entre su grupo, gritando animadísimo (algo que sorprendió a Mónica e hizo que riera un poco entre dientes), reprendido posteriormente por otra chica del otro grupo… y, de pronto alguien nuevo se les unió. «Es bueno veros», escuchó. La humana giró la cabeza como un dardo y observó al recién llegado de hito en hito, incapaz de reconocerle al principio, pero luego esbozando una sonrisa cada vez más grande.
—… ¿Barael? —. Habían sobrevivido también. Su grupo había sobrevivido. Y parecía estar bien. A Mónica se le llenaron los ojos de lágrimas en un segundo, emocionada.
- Los motes de los letarguinos… hasta que Mon se acostumbre a ellos:
- -Adru: ¿? (entre Abejonejo y Flash).
-Eitne: Cachorrillo.
-Neil: ¿? (barajando Grititos).
-Guille: ¿?
-Nime: ¿? (por ahora «con la que soñó Since»).
-Pam: ¿?
-Rena: ¿? (por ahora «OMG no me mates»).
-Milo: ¿?
-Rox: ¿?
-Zob: ¿?
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo III)
03/11/18, 11:24 pm
Con Lorenzo "acomodado" como buenamente pudieron en los sofás, las dos chicas dirigieron su atención a la puerta cuando alguien hizo acto de presencia. Otra chica, con aire a nublina como Lebra, les saludó. Se quedó con el nombre y con otros detalles, como "bruja", "congelación" y "mentalista", pero no entendió nada... excepto que les ayudaría. Pero algo hizo clic en su cabeza y si no hubiera sido por Mónica, habría empezado a gruñir. ¡El comité de bienvenida, la condenada ciudad, se dignaba a tratarles como personas, por fin!
La bruja explicó y explicó. Blablabla, atados de manos, blabla, ciudadanos de Rocavarancolia, blabla, criba, blabla... Y seguían estando a su suerte, básicamente, aunque tuvieran alojamiento aparentemente gratuito en esos refugios, porque mencionó algo de dinero pero no les dijo en ningún momento que les fueran a cobrar. Pero no lo entendía, no entendía nada. ¿Para qué traerles si los iban a dejar vivir a su aire? ¿Sin propósito? <<"Tomad, un año de penurias hasta que la Luna os transforme y luego sobrevivid mientras podáis como monstruos en una ciudad de engendros". ¿Para qué? Al menos los nublinos tenían un propósito: convertirse en más dioses, pero ¿de qué sirve que haya tantos "dioses"?>>
Sin embargo, la conversación que se montó a su alrededor le hizo fijarse en otro tema quizá más acuciante: ¿qué era cada uno? La bruja les respondía como buenamente podía, porque eran un montón, y Sinceridad no sabía si alzar la voz para coger turno o esperar a que hubieran terminado todos... Pero como no había cambiado tanto, se contentó con pedir el nombre. Si realmente había una biblioteca <<¡Una biblioteca! ¡Cuando lo cuente en casa no lo van a creer!>>, y si realmente podían buscar allí sus transformaciones, con el nombre y los cambios que notaba le bastaba.
Argos mag... ¿magnámico? ¿Mágnicot? Daba igual, Argos era suficiente respuesta. Se lo iba agradecer cuando una silueta cruzó su campo de visión, añadiendo peso a las idas y venidas del mareo, y escuchó una voz familiar, aunque lejana. Su amiga ya había identificado su origen y la roquense se giró, estupefacta, al lado de la chica. El nublino había cambiado bastante, como pudo comprobar mirándole con ambas manos... <<¿Eso es una cola?>> Pero ahí estaba. <<Y peludito>>
Estaba hecha un lío con cómo debía tratarles, la verdad, porque, entre otras cosas, no tenían mucha excusa para no haberse reencontrado antes y no quería que ese hecho, u otros, creasen asperezas. <<Todos saben que no me llevaba excepcionalmente bien con casi ninguno, así que... ¿Como antes?>> Se decidió rápido: le alegraba verle, de veras, como le habría alegrado verle en aquellos primeros meses tras volver de una expedición a por cestas, por ejemplo, solo que una expedición muy, muy larga. Así que le devolvió la sonrisa.
—¡Barael! ¿Cómo estás, y los demás? Tenemos mucho que contarnos... —. Dicho eso, atrajo a Mónica hacia sí y le dio un suave achuchón. Necesitaba la distracción para reordenar su cabeza—. ¡Oye, no te vayas a echar a llorar aquí con todos los nuevos! —bromeó y luego señaló a los sinhadres que andaban por ahí por si Barael no los había llegado a ver—. Al final nos hemos reencontrado todos. Los sinhadres perdidos y nuestros compañeros de torreón... —<<¿"Todos"?>>A continuación, volvió a mirar al nublino—. ¿Pero cómo estáis?
No quería preguntar nada que pudiera suponer un dilema o despertar malos recuerdos a nadie, pues no sabían cuántos habían sobrevivido en el torreón, dicho en plata. Había recordado flashes de la convivencia en el torreón y después, al preguntarle, recordó las muertes de Nad y Lebra, de hecho, pero la pérdida de la nublina era una carga solo compartida solo por ellos tres y no era justo cargar a nadie más con ello.
La bruja explicó y explicó. Blablabla, atados de manos, blabla, ciudadanos de Rocavarancolia, blabla, criba, blabla... Y seguían estando a su suerte, básicamente, aunque tuvieran alojamiento aparentemente gratuito en esos refugios, porque mencionó algo de dinero pero no les dijo en ningún momento que les fueran a cobrar. Pero no lo entendía, no entendía nada. ¿Para qué traerles si los iban a dejar vivir a su aire? ¿Sin propósito? <<"Tomad, un año de penurias hasta que la Luna os transforme y luego sobrevivid mientras podáis como monstruos en una ciudad de engendros". ¿Para qué? Al menos los nublinos tenían un propósito: convertirse en más dioses, pero ¿de qué sirve que haya tantos "dioses"?>>
Sin embargo, la conversación que se montó a su alrededor le hizo fijarse en otro tema quizá más acuciante: ¿qué era cada uno? La bruja les respondía como buenamente podía, porque eran un montón, y Sinceridad no sabía si alzar la voz para coger turno o esperar a que hubieran terminado todos... Pero como no había cambiado tanto, se contentó con pedir el nombre. Si realmente había una biblioteca <<¡Una biblioteca! ¡Cuando lo cuente en casa no lo van a creer!>>, y si realmente podían buscar allí sus transformaciones, con el nombre y los cambios que notaba le bastaba.
Argos mag... ¿magnámico? ¿Mágnicot? Daba igual, Argos era suficiente respuesta. Se lo iba agradecer cuando una silueta cruzó su campo de visión, añadiendo peso a las idas y venidas del mareo, y escuchó una voz familiar, aunque lejana. Su amiga ya había identificado su origen y la roquense se giró, estupefacta, al lado de la chica. El nublino había cambiado bastante, como pudo comprobar mirándole con ambas manos... <<¿Eso es una cola?>> Pero ahí estaba. <<Y peludito>>
Estaba hecha un lío con cómo debía tratarles, la verdad, porque, entre otras cosas, no tenían mucha excusa para no haberse reencontrado antes y no quería que ese hecho, u otros, creasen asperezas. <<Todos saben que no me llevaba excepcionalmente bien con casi ninguno, así que... ¿Como antes?>> Se decidió rápido: le alegraba verle, de veras, como le habría alegrado verle en aquellos primeros meses tras volver de una expedición a por cestas, por ejemplo, solo que una expedición muy, muy larga. Así que le devolvió la sonrisa.
—¡Barael! ¿Cómo estás, y los demás? Tenemos mucho que contarnos... —. Dicho eso, atrajo a Mónica hacia sí y le dio un suave achuchón. Necesitaba la distracción para reordenar su cabeza—. ¡Oye, no te vayas a echar a llorar aquí con todos los nuevos! —bromeó y luego señaló a los sinhadres que andaban por ahí por si Barael no los había llegado a ver—. Al final nos hemos reencontrado todos. Los sinhadres perdidos y nuestros compañeros de torreón... —<<¿"Todos"?>>A continuación, volvió a mirar al nublino—. ¿Pero cómo estáis?
No quería preguntar nada que pudiera suponer un dilema o despertar malos recuerdos a nadie, pues no sabían cuántos habían sobrevivido en el torreón, dicho en plata. Había recordado flashes de la convivencia en el torreón y después, al preguntarle, recordó las muertes de Nad y Lebra, de hecho, pero la pérdida de la nublina era una carga solo compartida solo por ellos tres y no era justo cargar a nadie más con ello.
No Hope. No Dreams. No Love.
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