Sede de los Taumaturgos (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

El ataque de risa de Tap fue tal que su cuerpo se sacudió en el aire como si sufriera espasmos. El aparato fonador emitió ruidos incomprensibles que no eran más que el poltergeist intentando hacer ver al idrino lo gracioso que había sido verle la cara en plena descarga eléctrica. Cuando por fin se calmó, Saren le preguntó sobre su cuerpo y Tap comenzó a hablar tan rápido que las palabras se trababan y no salían. Tuvo que coger aire antes de intentarlo de nuevo, esta vez más despacio que la anterior.

—Es de metal irrense y plástico—explicó—. Fabricado por dama Hálito, demi… demiur… demiurga—se le atascaba la palabra. La mención a la violeta le hizo sentir algo de pena. Perder a los pocos gigantes que merecían la pena nunca era divertido. Continuó su charla moviendo cada una de las secciones en las que se dividía y haciendo una mención obvia al aparato que le permitía hablar—. Además lo estoy armando. Como lo de la electric… electricicicicidad—de nuevo se le atascaron las palabras y Tap sacudió la cabeza de manera inútil—. Electricidad. Todavía me que-queda hasta que… aprenda del todo. Pero bueno.

Tap estaba tan eufórico por su nuevo cuerpo que le daba igual las trabas que su ponía. Valoraba la mejora y lo veía todo un pelín más positivo. Un pelín suficiente como para que no quisiera matar al gigante que tenía enfrente en ningún momento. Era probable que el hecho de que fuera Saren y no otro, como Pablo, por ejemplo, también tuviera que ver. Pero lo importante era que, en aquellos momentos, el poltergeist se encontraba a gusto.

—Y tú, ¿Q-qué eres? ¿Y qué haces? Sales muy a menudo de la Sede—Tap estaba realizando esas mismas preguntas a todos los gigantes que decidía que eran dignos de relacionarse. Sobre todo porque según las respuestas, así sabría si lo seguían siendo, si era mejor alejarse de ellos o, simplemente, sabía si podía alegrarse porque la Luna Roja les castigaba con algún aspecto injusto de sus transformaciones. Sabía lo felices que fueron muchos gigantes cuando descubrieron que como poltergeist no podría hablar, así que no pensaba esconder la diversión que le producía saber que ahora a algunos les mataba el sol o que estaban catatónicos durante todo el día en la cama.

Los pasos cercanos del cambiante me sacaron de mi sopor. Maniobró con mi pierna hasta dejarla en una posición donde pudiera curarme, y entonces vi lo mal que estaba. No era grave, pero tenía razón antes cuando pensaba que no podría levantarme. Lo que dijo mientras tanto me hizo volver a pensar en qué había pasado. Pero estaba claro:

—Tú no has hecho hechizos difíciles... Quiero decir, investigué sobre hechizos y sin pararme a pensar en el nivel, me lancé a practicarlos. Y pasa factura.

Terminado el hechizo, probó a que la pierna respondiera y luego yo seguí moviéndola un poco más. Luego me tendió una mano y me levanté. <<¿Quejas? Bah, reconócelo, no es de cobardes la intangibilidad>>

—Ninguna queja. Estuvo bien. Y gracias por la pierna, pero no necesito más ayuda, ya me apaño—le respondí sonriendo.

Me despedí de él palmeándole la espalda sin mucha fuerza y me fui a la ducha. Una vez aseado, me metí en mi cuarto y me tiré en la cama cual fardo. No me dormí sino que estuve pensando en mejorar el estudio de la magia y en pasar las noches rocavarancolesas en los mundos donde la alternancia día-noche fuese inversa. <<Y el hechizo de DL, que no se me olvide>> Pero acabé durmiéndome.

Al final de todo Skarog y ayudarlo a curarse, el helión le dio el visto bueno antes de marcharse. DL lo siguió con la mirada antes de volver a su cuarto un rato para preparar sus apuntes de runas con los que que trabajaría en cuanto bajara a ducharse. Cosa que no tardo en hacer encotnrandose apenas a Skarog ya dirigiéndose a su cuarto mientras el tomaba el baño para ducharse volviendo a su cuarto tras terminar un tanto adormilado tras haberse relajado un poco bajo el agua.

No se puso inmediatamente sino que se echo un rato a dormir dejando activo al recuperación de sus costillas mientras descansaba.Ya cuando despertó era casi de noche, así que bajo a comer algo para volver luego de vuelta a su habitación y practicar un rato el tatuarse la runa en la piel. Dado que no sabia si esta era correcta se aburrió al cabo de un rato así que se puso a estudiar hechizos que había estado aprendiendo durante ese tiempo hasta que se quedo dormido a altas horas de la noche.

Al día siguiente sin tener demasiadas ganas de cambiar se quedo con su actual aspecto de niño bajando a desayunar y programándose ese día el ir a visitar Shizel a la Serpentaria pues llevaba varios días sin verlo desde ese día que se abrió un poco con el. De paso le preguntaría algo sobre su próximo viaje a F.O.N.E.R.A.

Sigue en la Torre Serpentaria.

Salto


Karime se encontraba eufórica. Desde que había decidido formar parte del ejército, había confiado en su triunfo en las pruebas, pero, como siempre, en su interior existía el miedo a fracasar, a no ser lo suficientemente buena. Ese miedo era el que le hacía mejorar cada día y no la dejaba rendirse nunca.

Tras las pruebas, Atol y Karime habían montado una pequeña fiesta en la sede con todos sus amigos para celebrar su admisión. Zmey también había pasado las pruebas el mismo día que ellos y, aunque no le felicitó con la efusividad con la que lo hizo con el libense, no le negó un estrechamiento de mano y un abrazo algo incomodo. Aunque habían invitado a todos a la fiesta, Saren prefirió celebrarlo con Zmey en vez de con ellos, cosa que no pasó desapercibida para la libense, a la que le molestó bastante. A pesar de eso, nunca se lo echó en cara, ya que, aunque en el interior de Karime existía una dicotomía respecto a todo lo que tenía que ver con Zmey, en ningún momento creyó que se mereciera pasar el día solo.

Las siguientes semanas fueron frenéticas. Visitó durante algunos días a la manada con la intención de asegurarse de que todos se encontraran bien, de informarles sobre su viaje y de contar con la aprobación de Roja. Fue al mercado varias veces buscando regalos adecuados, ya que Atol le había conseguido maquillaje a buen precio de la botica y pretendía ir con su ropa libense. Gracias a que pasó horas y horas buscando, la loba pudo dar con un precioso libro de recetas de varios mundos para su padre, acompañándolo por algunos ingredientes clave; una preciosa daga para Lima con empuñadura de madera verde del macetero y metal irrense con algunas tallas, y algunos detallitos para Lah y otros conocidos. Sabía que a su madre no le haría ilusión ni le gustaría nada de lo que le comprara, por lo que le llevaría un pergamino que acreditara que pertenecía al ejército de Rocavarancolia. Buscar un regalo para Ilol sería más difícil. Karime sabía perfectamente las cosas que le gustaban, pero debía tener en cuenta que llevaba algo más de un año perteneciendo a la reina como andrógino y no sabía cuánto podía haber llegado a cambiarlo. Finalmente, decidió regalarle algo simbólico: un colgante de un lobo tallado en madera.

Los días anteriores al viaje los dedicó a su apariencia. Como había decidido volver a Libo con la misma ropa con la que había ido, dedicó bastantes horas a lavarla y remendarla, con los conocimientos que le había aportado Aleksei o con la magia que le aportaban sus amigos, hasta el punto de que parecía casi nueva. Gracias a los productos de la botica, consiguió que su piel perdiera esa sensación de aspereza constante que le había dado la criba y se arregló las uñas lo suficiente como para no espantar a un estéticien. A lo que más tiempo le dedicó fue a su pelo. No recordaba haberse lavado la melena tan a conciencia desde la fiesta que celebró su madre por su último logro conseguido, y ni siquiera había sido ella la que lo había hecho, sino su padre. Nerviosa por no estar adecuada, se cepilló durante horas, e incluso pidió ayuda a terceros para que también cepillaran su pelaje. La obsesión por la buena apariencia la llevó incluso a lavar en profundidad su parche.

Cuando estuvo completamente preparada: limpia, maquillada y vestida, se miró al espejo y sonrió. No había parecido tan libense desde que llegó a la ciudad.

Dos días después de la incursión al Macetero, Shizel se encontraba llamando a la puerta de Skarog en la sede. El idrino se había tomado el tiempo justo para preguntar a DL qué hechizos le había pedido y empezar a ponerse al día con los básicos de esas ramas antes de visitar la sede en busca del helión. Sabía por Karime cuál era el horario base de los soldados de los ejército, así que según sus cálculos debería estar en casa en ese momento.

Llevaba sus apuntes encima por si acaso. Eran dos vertientes diferentes de los hechizos de camuflaje: uno era el hechizo de tiniebla, que proveía al usuario de una cobertura puramente física, y el otro era el de distorsión, más provisto de variantes, pero cuyo funcionamiento parecía ser sencillo. No necesitaría el de distorsión en FONERA si no iban a salir extramuros ya que no tendría necesidad de cubrir sus huellas mágicas, pero había oído de otros mundos que sí disponían de detecciones de ese tipo (el más accesible parecía ser Ochroria, pero se le caía la baba ante la posibilidad de visitar Carabás en un futuro) donde ese sortilegio sí podía serle útil, además de en la propia Rocavarancolia.

También tenía que empezar a hacer pruebas con el ilusionismo puro, pero no había tenido tiempo. Lo había estado mirando por encima, y parecía que de momento el cambio más fácil de obrar era el del color de su pelo. Sólo requería delimitar el área que quería someter a la ilusión (en su caso del nacimiento del pelo en adelante) y planear en el sortilegio los cambios necesarios en el tono, saturación y opacidad. Podía hacerse intuitivamente en lugar de con una fórmula fija, pero necesitaba hacerse cargo de cómo modificar cada cosa por separado para poder hacerlo con control. Empezaría haciendo pruebas con un mechón y posteriormente cuando estuviera más seguro en sus cejas y ojos.

Saludó al helión cuando le abrió y ante su expresión interrogante empezó a explicarse.
-DL me ha comentado que te encargó un par de hechizos de camuflaje- dijo sin más preámbulos-. A mí también me interesaría aprenderlos y he pensado que trabajando juntos podríamos sacar adelante ese esfuerzo en menos tiempo, si no te supone un inconveniente con tus horarios de trabajo- era muy idrino ofrecer al interlocutor una excusa educada para rechazar una oferta de ser necesario.

En cuatro días había tenido tiempo de sobra para reestructurar mis prácticas de magia. Se acabó el ir a hechizos concretos, máxime si estos eran de nivel alto. Empezaría desde abajo hacia arriba, como debiera haber hecho, pero pensaba que no habría consecuencias. Obviamente, esto lo pude aplicar directamente a la petición de DL: los dos hechizos eran distintos en complejidad y nivel, así que empecé por el de tiniebla. Lo bueno de estudiar ambos hechizos era que me serviría para mis incursiones. No empecé directamente con el hechizo sino que estuve buscando en la biblioteca algunos similares e inferiores en complejidad. Por ejemplo, el de búsqueda de huellas mágicas. Lo que sí tenía claro desde que había empezado a estudiarlos era que no eran lo mío. Si acaso los de búsqueda, pero los de ocultación... A ver, sabía que eran necesarios, pero no me sentía cómodo sabiendo que en alguna ocasión tendría que depender de ellos. Dicho de otra forma, prefería la confrontación directa. Pero eran útiles para ir a los mundos vinculados, y no sólo eso sino que obligatorios en algunos casos. En Asrena no hacían especialmente falta, y realmente cuando iba no me acercaba a población alguna; pero si quería ir a otros sí que los necesitaría. Bueno, esos y otros.

Y yo no era el único con intención de visitar otros mundos. DL, por ejemplo, necesitaba estos hechizos para FONERA, y había estado al día siguiente de nuestro entrenamiento en el Macetero, con otros dos de Serpentaria. Precisamente, uno de estos apareció en mi habitación aquel día.

Estaba repasando los gestos y sonidos del hechizo de tiniebla cuando llamaron a la puerta. No me hacía ni pizca de gracia que me interrumpieran, pero por otro lado nadie podía saber que estaba ocupado <<Tendré que hacer un cartelito y ponerlo por fuera>> Así que me levanté del escritorio y abrí con una expresión neutra que duró bien poco por la sorpresa. <<¿Shizel? ¿Qué querrá este de mí? Se lleva bien con Karime, no me pediría a mí entrenamiento físico...>>

Pareció leer en mi cara y se explicó. <<Ah, vale>> Me encogí de hombros y me hice a un lado para que entrara.

—De acuerdo. Aunque, eso sí, apenas he tocado lo que me pidió—le dije, señalando la mesa con apuntes en toda su superficie—He empezado con el de tiniebla, como puedes ver. Te seré sincero: esta no es mi rama favorita de la magia, se lo ofrecí a DL por curiosidad, aunque eso no quita que sea fiel a mi palabra. Así que me vienes de perlas, chaval.

Por supuesto que podría apañarme solo, pero no quizá en el tiempo que DL esperaba tenerlos listos. Sin embargo, ahora que íbamos a ser dos, la cosa mejoraba. <<Y de paso te relacionas un poco, que estás todo el día entrenando y metido en tu cabeza>>

-Gracias- dijo Shizel con sencillez cuando el helión le dejó pasar, y localizó inmediatamente el cúmulo de apuntes desordenados encima del escritorio. El skrýmir sufría de un síndrome similar, y como siempre se había servido de la magia para solucionarlo. Tomó nota mental de comentarle dicho sistema al helión más tarde.

-¿Me dejas echarles un vistazo a tus apuntes?- preguntó. Una vez se pusieron cómodos Shizel hojeó pensativo los referentes al embrujo de tiniebla, localizando los aspectos que Skarog había transcrito y que él necesitaba para analizar. Comparó la transcripción gestual y la vocal por separado, buscando porciones concretas.
-Esta secuencia significa que por defecto este embrujo se ancla a uno mismo- señaló al helión tras meditarlo un rato. Posteriormente cambió a la siguiente sección y le señaló otra cosa-. Esta parte vocal es la que hay que toquetear si quieres que sea una nube más densa y que abarque progresivamente más...- cambió a otra-. Y entre estas dos sílabas es donde podemos meter modificadores para convertir este hechizo en uno de área.

Después de la transformación, y también como resultado de la mayor disciplina que había desarrollado para aprender, Shizel disfrutaba del ejercicio mental que suponía desentrañar un hechizo nuevo hasta hacerlo familiar. Más seguro al haber empezado a localizar aquellos básicos, levantó la vista del papel para preguntarle al helión:
-¿Tú normalmente cómo trabajas para aprender un hechizo nuevo? ¿Lo memorizas del tirón o usas otro método?

Atendí a lo que el idrino fue señalando y traté de memorizarlo. Pero me descubrió algo que hasta entonces no había creído posible: las cláusulas de los hechizos eran variables. <<Entonces sí que es un idioma de verdad, con múltiples opciones, y no con el lenguaje cerrado que yo creía... ¡Imagina las posibilidades de eso!>> Pero entonces me hizo una pregunta y volví al tema que teníamos entre manos.

—Lo memorizo del tirón, de golpe... Pero mi método no es nada útil: antes iba buscando hechizos concretos y me mataba a intentarlos... Ya no. Así que cualquier recomendación al respecto te la agradecería. Hmm... Imagino que lo mejor es familiarizarme con los detalles del hechizo que has mencionado hasta el punto de poder modificar las cláusulas sin que me explote algo en la cara. Quiero decir, ir paso por paso, punto por punto...

La conversación siguió y siguió hasta que nos volcamos del todo en el hechizo en cuestión. Ahora podía tener un acercamiento distinto a las instrucciones, algo totalmente nuevo, y no estaría exento de dudas... pero intentaría recurrir lo menos posible a Shizel, sólo en donde me atascara de verdad. Veamos... <<Aquí no deduzco nada nuevo, ¿lo ha dicho todo él ya? Hmhm... Eh, espera, ¿entonces esto se podría modificar para "dibujar" con las tinieblas una "persona" y engañar a alguien?>> Se lo planteé al idrino y su respuesta afirmativa me animó a seguir. Esto podía aplicarse a todos los hechizos que conocía... En cuanto acabara con este, podría ponerme a probar con los otros. <<Eh, eh, paciencia, cafre, que luego te pasa lo que te pasa>>

A Shizel no le costaría mucho notar la forma enérgica, casi violenta, con la que trabajaba los apuntes, pero eso no me excluía de ser eficiente. Para nada.

Skarog pidió indicaciones, y Shizel le proporcionó algunas. Le contó que él solía analizar las partes de los hechizos antes de aprenderlos, para poder dividirlas en unidades funcionales que le permitían memorizar el embrujo por partes. Desentrañando lo que significaba cada porción y para qué servía era mucho más fácil plasmarla en la mente.

El helión trabajaba bien y se empleaba a fondo, y lejos de distraerse por la compañía Shizel se descubrió centrado trabajando en la parte que le tocaba. Se estaba encargando de adelantar trabajo buscando si tenían que usar modificadores específicos para aquel hechizo o si bastaban los genéricos, pero sólo trastearían con eso cuando pudiesen realizar el hechizo por cuenta propia.

Fue consciente con humor de que podía ser contraproducente trabajar con quien podría acabar siendo su rival en el torneo, y así se lo hizo saber al helión cuando se tomaron un descanso. El libense ni siquiera parecía haber tomado en cuenta la posibilidad y el skrýmir le convenció para ello alegando que para practicar los hechizos en sí les convenía estar despejados, lo que el propio helión completó con la propuesta de una merienda.
-¿Cómo llevas las prácticas? ¿Tenéis algo montado al respecto en el ejército?- Shizel envidiaba aquella facilidad que debía tener Skarog para agenciarse duelistas de prácticas experimentados.

Los consejos de Shiz sobre cómo aprender los hechizos me vinieron bastante bien. Tenía que reconocer que las prisas y aprenderlo todo de golpe —o intentarlo— era más proclive al fracaso. O no al completo fracaso sino a no saber expandir los "límites" que antes pensaba que los hechizos tenían. Este nuevo método podía parecer ser más lento, pero proporcionaba una profundización en la magia que antes no había tenido, así que era todo lo contrario. Además, más de la mitad de mi transformación era mágica, por lo que esta era una buena forma para familiarizarme con la magia, sus cláusulas modificables y todas las variantes posibles de un hechizo.

Al cabo de un rato de arduo estudio, cotilleando de vez en cuando las notas del idrino, este aventuró que podríamos enfrentarnos en el Torneo y respondí con una carcajada. La conversación siguió por ahí, hablando de si hacíamos algo en el ejército al respecto del Torneo. Y, extraño en mí, me vi haciendo un descanso.

—Algo hacemos entre compañeros. El ejército de por sí no proporciona práctica alguna al respecto, pero nosotros nos juntamos y nos retamos a duelos o lucha con armas. ¿Y tú? Viviendo en Serpentaria, rodeado de todo tipo de empollones mágicos, también irás bien preparado, ¿no?—lo último, sobre todo lo de la gente del torreón, lo dije con humor.

Luego me estiré y al hacerlo mi estómago me recordó por qué prefería no hacer descansos: en cuanto paraba, me daba hambre. Así que, de pie como estaba, le palmeé con fuerza, amistoso, uno de los hombros a Shiz y le dije:
—¿Hace algo de merienda para recuperar energía? Luego seguimos, serán diez minutos—le aseguré, pues no sabía... Bah, no, en realidad no me fiaba de dejarle solo en mi cuarto. Además, yo tenía ganas de seguir cuanto antes, pero primero me zamparía algo.

Así que bajamos a la cocina y, una vez allí, le enseñé dónde estaba cada cosa para que se hiciera lo que gustase mientras yo me hacía un buen bocadillo de carne. Y agua. <<¿Cuándo entenderán que la cerveza es más sana que el agua?>>

Shizel soltó una risotada.
-Te lo creas o no, el empollón de Serpentaria soy yo. El resto se las apaña para conseguir vida aparte de los grimorios- comentó medio en serio medio en broma. "Quién me ha visto y quién me ve..."-. Ahora en serio, sí que es verdad que muchos participan en el torneo, pero la mayoría prefieren guardarse sus tácticas en lugar de hacer prácticas conjuntas. Y les entiendo.

El skrýmir se vio sumido en un conflicto cuando se le dio libertad para que cocinase lo que quisiese. Y como siempre solía hacer en esas ocasiones disimuló haciéndose un bocadillo.
-Sobre la recepción en Libo... ¿os han informado exactamente de qué se va a hacer? ¿Vais a tener que hacer alguna demostración?- inquirió. Si el tema proseguía en esa dirección, rellenaría el resto de la pausa con preguntas sobre dicho mundo vinculado y su cultura para tener un buen dominio de ésta antes de la visita.

—Creo que nos presentarán a la ciudadanía, nos preguntarán qué hemos aprendido, en qué nos hemos transformado y... creo que ya. No creo que nos pidan demostración alguna, otra cosa es que alguien tenga mucha curiosidad y pregunte más allá de toda discreción.

Luego seguimos hablando un rato sobre Libo, respondiendo alguna que otra pregunta que Shiz tuviera sobre su cultura y cómo comportarse allí durante la fiesta. Así me di cuenta de que tenía algunas lagunas en mi memoria por la falta de costumbre y la influencia de Rocavarancolia. Pero acabado el descanso, el estudio del hechizo volvió a ocuparnos y pude ignorar el hecho de haber olvidado detalles libenses. Sin embargo, aún le daba vueltas a la pregunta inicial del idrino: ¿cómo recibirían el tema de la magia? <<Quieto ahí. Siempre que piensas en eso, acabas pensando en las Brujas Antiguas y en que eres hombre. Deja el maldito tema y céntrate en el hechizo>>

Y eso hice.

Shizel tomó buena nota de las indicaciones de Skarog: siempre era conveniente ir con información de primera mano para no meter la pata en un sitio nuevo, y menos en una recepción importante.

Emplearon el resto de la tarde en desentrañar el hechizo de tiniebla y memorizarlo, y para cuando terminaron el skrýmir estaba seguro de que la próxima vez que se vieran podrían empezar a hacer pruebas realizándolo en lugar de sobre la teoría. De todas formas planeaba empezar a echarle un vistazo al de distorsión por encima en Serpentaria, solo por ver cómo funcionaba.

Se despidió del helión y quedaron en volver a encontrarse periódicamente para trabajarlos. Shizel se sentía optimista al comprobar que tenía un compañero eficiente y pensó que era posible que aún estuviese a tiempo de acompañar a DL a FONERA.

Sigue en la Torre Serpentaria.

A la vuelta del Macetero y tras despedirse de los otros dos en la explanad,a se fue a la sede.El tener esa conversación sobre los hechizos con Shizel le había recordar que el tenia su propio trabajo con las runas, pues aunque tuviera un circuito hecho este no valía anda hasta que no pudiera probarlo. Y algo le decía que no iba a funcionar a la primera y le tocaría volver a iniciar.

Al no tener los hechizos con los cuales andaba peleándose Skarog, debía intentar hacer la practica con otros a su alcance. Tenia que hacer un nuevo circuito copiando el ya hecho, pero cambiando la runa de tiniebla que había aprendido, por una que conocía mejor, como era el de levitación. Si el circuito funcionaba con una runa con un hechizo diferente anclado, debería funcionar también con el de tinieblas. Lo importante era cambiar la runa de cada hechizo.

Por ello a partir de ese día, rehízo el circuito desde el inicio en otro papel tomándoselo con calma, pues no solo estaba con las runas sino que seguía peleándose con su entrenamiento y con su transformación. A esta le daba bastante importancia, pues era con la que tendría que vivir y para ello necesitaba no dejar de estudiar fisonomía y la condenada anatomía. Al igual como había hecho desde que descubrió que podía curarse sin necesidad de magia, empezó a hacerse cortes cada vez mas profundo y dolorosos, mientras controlaba su propio cuerpo,  los tejidos y la sangre que circulaba por debajo de su piel para ir cerrando las heridas, coagulando y cerrando los cortes conforme iba realizándolos. Cuando terminaba estaba adolorido y mareado y mas de una ves tuvo que terminar el trabajo  con un hechizo de curación al no haber cerrado bien la herida, pero al menos era algo. Aun no se atrevía a tratar con  sus órganos internos, así que los cortes eran superficiales aun. Aunque si había comprobado, por mero accidente, que podía regenerarse cuando se corto un dedo en uno de sus entrenamientos, de forma bastante torpe a decir verdad.

Su cara de dolor y estupefacción cuando vio como su dedo se convertía en una masa amorfa blancuzca al separarse de su cuerpo, fue digna de risa. Y lo fue aun mas el notar que daba igual cuantos miembros perdiera, podía regenerarse, el hueso, musculo y piel como si nada hubiese ocurrido. Aun así prefería no averiguar aun si podía hacer lo mismo con su estomago o un pulmón, zonas donde en un un enfrentamiento eran mas como una diana. 

Aparte de eso y de su sadismo contra su propio cuerpo, también intento alguno nuevas variantes de cambios, mas animalescas y menos humanoides. Para ello tomaba como ejemplo a los colaespinas y sus movimientos como animales que andaban a cuatro patas, intentando convertirse y ya que era un animal que había tratado por dentro y por fuera, no debería costarle tanto.

Por otro lado, también notó que Shizel y Skarog terminando poniéndose juntos con los hechizos de los que el helión se encargaba. Sabiendo como era el helión con ese tema y como el propio Shizel con la magia no intervino, el tenía bastante con las runas.

Renovar el circuito con un nuevo hechizo fue un éxito, sabiendo que podría funcionar tan solo cambiando la runa que necesitaba. Las dibujo sobre su piel y sobre el papel para hacer la prueba, sobre su piel algo no muy difícil realmente si sabias las formas exactas de cada trazo y de tanto que las había repetido ya veía runas por todos lados.  "Necesito comer algo, así me despejo" pensó saliendo del cuarto y bajando por algo de comer ala cocina, encontrándose con alguien entrando a la sede, un cabello rojo y una piel de un color bien conocido que le hizo parpadear confundido, pensando que un tío raro había entrado y que lucia de forma extrañamente similar a Shizel.

-¿Shizel?- pregunto abriéndolo incrédulo y entretenido al verlo lucir así- ¿Pero que te hiciste? ¿Lo pagaste o conseguiste hacerlo por tu cuenta? -pregunto observandolo interesado y viendo que era un trabajo bastante bueno-Casi pareces un foner rojo, te ves extraño tan colorido colorido- añadió DL con humor mirando atentamente los cambios que para el verlo en los demás resultaba bastante singular, siendo que era evidente que el resto debía echar mano de magia para cambiar de aspecto.Aspecto que el no había cambiado del suyo normal, a excepción de llevar el pelo rubio-Vienes a seguir con los hechizos ¿no? ¿como os va?- pregunto con calma yendo a la cocina definitivamente por algo de comer pidiéndole con un gesto que le siguiese a esta para hablar..

Shizel sonrió con malicia ante la sorpresa de DL incluso antes de que éste dijese nada. "Estupendo, eso es que funciona."
-¿Qué, me queda bien?- le pinchó divertido-. Me lo he hecho yo mismo, hombre. Estaría bueno pagar cuando he estado estudiando precisamente ese campo- le había ofendido un poco la duda.

-Es el objetivo- le explicó al cambiante en la cocina mientras éste recogía algo de comer-. Con esto, y en cuanto aprenda a encubrir mis orejas y con un cambio de color de piel podré hacerme pasar por un rojo. Algunos no lo tenemos tan fácil como tú- se encogió de hombros finalizando con una risa-. Aunque no te niego que me resulta extraño mirarme al espejo.

>>La parte teórica la tenemos bien trabajada- informó al foner cuando preguntó sobre sus progresos-. Con el hechizo de tiniebla haremos hoy unas cuantas pruebas, y el de distorsión vamos a ponerlo en práctica por primera vez. Sería bueno que en algún momento de hoy te pasases para incluso llegar a anclarte el de tiniebla en el circuito definitivo.

Quedaron en comentárselo a Skarog, y apuntes en mano Shizel se encontró de nuevo, esta vez acompañado, llamando a la puerta del helión.

—¡Entra, está abierto!—exclamé desde el interior cuando llamaron. Di por hecho que era Shiz, y así fue.

Seguiríamos con los hechizos, aunque como ya teníamos la parte teórica bien cogida, hoy empezaríamos con la parte práctica. Previamente, tuvimos que meternos de lleno con los gestos y sonidos del hechizo: los que hacían funcionar cada parte del hechizo, los que servían de enlace entre los importantes, los que eran modificables y, por supuesto, cómo eran modificables... Pero eso seguía siendo teoría.

Pero eso ya estaba memorizado. Tocaba ya realizar los gestos y los sonidos y cualquier otra indicación necesaria para su correcto funcionamiento. <<No deja de ser como un idioma, realmente. Un ejemplo: si cambio tal sonido del hechizo de invocar llamas, podía modificar tal o cual aspecto del fuego; de igual manera, si en vez de decir "entra, está abierto" hubiera dicho "entra de una maldita vez", ¡el efecto sería bien distinto!>>

Lo que no causó efecto alguno fue ver al idrino con el pelo y los ojos rojos. Me recordaba a RR, de Maciel, así que no tuve que pensar mucho para enlazarlo con su gusto por visitar mundos: Fonera. DL le acompañaba, así que me levanté del escritorio con intención de ordenar un poco para que hubiera más sitio.
—¿Te quedas también? ¿Cómo llevas el circuito? Podríamos probarlo ya incluso, siendo optimistas.

Ver que había sido el propio Shizel quien había logrado aquello por su cuenta y en poco tiempo le hizo gracia, definitivamente cuando se ponía con algo era testarudo hasta que le salia. 

-Cambiar el color de la piel es lo mas fácil, al menos yo lo veo así, cambiar formas, como en tu caso con las orejas si pienso yo que te costara mas. -añadió como punto de vista propio, pues el para cambiar también necesitaba visualizar y tener los detalles de lo que quería cambiar en la cabeza y el color era mas fácil que las formas- Para formas es mejor si  puedes tocar, así al recrearla con magia debería salirte mas exacta. Y no hablo de las orejas solo, digo en general - añadió con una leve risa mientras iba al cuarto de Skarog, ausentadose un momento para ir a su propia habitación algo mas lejos en el pasillo. Volvió con el circuito de runas que tenia hecho en papel entrando al cuarto donde el helión estaba haciendo espacio. Habían avanzado bastante en los hechizos por como Shizel se lo explico, quedaba la parte mas practica, una en lo que se apuntaría como observador, pero ya de paso tenia el circuito a mano.

-Me quedo y traigo el circuito conmigo. Puedo ponérmelo en la piel cuando quiera pero prefiero asegurarme de que si explota, explote en el papel primero -añadió DL encogiéndose un poco de hombros con humor, pensando que había mas posibilidad de que sus runas fallaran a que lo hiciera el hechizo de ellos- Shizel viene a FONERA el podría hacerme el hechizo allí mismo de hacer falta...pero prefiero tener un seguro y así evitar conjurar lo mas posible. -añadió mientras se sentaba ojeando con interés todo lo que tenia sobre los hechizos y notando algunas diferencias en la escritura de estos de como los recordaba cuando se los entrego a Skarog- ¿Te ha enseñado su método de aprender magia? ¿El de dividir el hechizo por partes? Intente estudiar así también. -añadió DL con humor mientras ojeaba uno de los papeles con el hechizo pulcramente escrito de una forma perfectamente entendible para el. Una cosa era que lo entendiera otra que pudiera ser capaz de modificar un hechizo, para ello necesitara mas estudio en magia y bastante tenia por ahora. Ya se pondría mas adelante.

No le hizo falta ningún comentario de Skarog para saber que el camuflaje seguía funcionando bien: bastó con que lo mirase un par de segundos de más, aunque no reaccionase, para confirmar que seguía activo.

Dejó que DL le explicase el propósito de su visita y posteriormente se pusieron a practicar. A Shizel no le importaba tener público, para él añadía un componente de diversión a la escena.
Ya que era el primero que el foner anclaría a su circuito optaron por empezar por el embrujo de tiniebla. El skrýmir ejecutó los pasos, con la seguridad de quien los ha aprendido de memoria pero sin la soltura de quien ha hecho uso del hechizo muchas veces, y frente a él fueron condensándose hebras de humo negro. Cuando terminó el cuerpo del hechizo lo alargó con movimientos circulares de la muñeca derecha que lo instaban a generar más hilachas.
-Parece que el modificador de adición no es complicado- comentó al respecto. Dejó quieta la mano derecha e hizo un lento movimiento descendente con la izquierda que fue haciendo que poco a poco las briznas de humo negro fueran desvaneciéndose. Terminó con un movimiento brusco y lo que quedaba desapareció de golpe-. Y el de cese tampoco- finalizó satisfecho-. Skarog, ¿te sabes lo bastante bien los de modelamiento para que intentemos dominarlos?