Sede de los Taumaturgos
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Sede de los Taumaturgos
02/08/11, 06:38 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Refugio para neotransformados. Se trata de un minarete de madera rojiza de cinco plantas decorado con cenefas y arabescos. El interior es amplio principalmente iluminado por antorchas. Se divide en dependencias individuales donde imperan los muebles de madera ignífuga, los colores cálidos y el cuero. También hay áreas comunes como una cocina, dos salas de entrenamiento bien equipadas, un pequeño estudio y un salón decorado con tapices que narran batallas importantes de la historia de la ciudad.
Los pomos de las puertas de los cuartos ocupados se vuelven de color rojo y una placa con el nombre de la o las personas que lo ocupan aparece en medio de la puerta.
Los pomos de las puertas de los cuartos ocupados se vuelven de color rojo y una placa con el nombre de la o las personas que lo ocupan aparece en medio de la puerta.
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- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos
17/10/21, 06:28 pm
—Perdón. —Musitó. Quería disculparse con Rox por tener que aguantarle así, con Killikki por no saber como lidiar con aquello ni como haberla ayudado cuando comenzó a marchitarse, con Iemai y su hermana Aery´s por no haber podido hacer nada más, con todas las personas de frivo que había condenado participando en traerlas aquí, con su padre por empujarle a su muerte y finalmente con su madre, por simplemente haber nacido.
Y ahí, tirado en una cocina extraña en un lugar que ya ni tan siquiera era aquel torreón acogedor al que había llamado hogar, sentado mientras lloraba al lado de un desconocido tras confesarse y que este tuviera la amabilidad de quedarse en su llanto y tratar de consolarle con su tacto, Neariel se hundía en el pensamiento de que apenas uno de esos perdones servía para algo. Que para todo lo demás era demasiado tarde.
Las palabras de Rox caían como martillazos sobre él. ¿Grupo? ¿A quien siquiera podría soltarle aquello? Quizás a Ulmara o a Fleur y Maila... Pero nunca había querido cargarles con aquello, sobre todo tras el asesinato de una de sus compañeras.
Lo demás dolía, sin embargo... "La perdiste hace tiempo".
Se encogió sobre sí mismo con aquello al punto que un llanto seco se atoró en su garganta. La luz recorrió aquellos cuernos por la subida de emociones, tan solo para apagarse de nuevo cuando su voz salió al fin como otro sollozo.
Pero en el fondo llevaba sabiendo aquello mucho tiempo. ¿Hacía cuanto que se perdieron muchos de los pequeños gestos? ¿Hacía cuanto que no podría ir a abrazarla sin más y que se riesen y todo estuviese bien? Recordó lo estúpidamente feliz que le hacía tan solo despertar con ella a su lado, y mientras el sol se colaba en rayos por la habitación acurrucarse junto a ella sin querer hacer nada más. Recordaba los besos, sus manos juntas, todo lo que la Luna roja parecía haber traído de vuelta brevemente.
Pero también trajo algo terrible sobre ellos.
El ángel lloró durante al menos medio minuto sin contestar, tomando el vaso y el papel agradecido con su vecino enormemente aunque no lo lograra transmitir por como estaba.
—C-creo que hablaré con un alguna de ellos si... —se sonó con el papel, tomó una gran bocanada de aire y se incorporó en el sitio. Seguía triste, sin luz y con los ojos hinchados pero haber podido romper y confesar todo le había quitado un peso de encima. Ese ruido blanco estaba ahí pero el remolino que lo comprimía por dentro parecía haberse ido.
Volvió a tomar aire, aún se sentía temblar pero fue al fregadero y tras abrir el agua fría se frotó la cara para limpiarse las lagrimas y despejarse.
—Ey... —Se giró a mirarle. —Gracias. De verdad. Creo que necesitaba oírlo. —pasó la mano por su pelo para peinarse un poco con el agua y se secó con más papel.
Y ahí, tirado en una cocina extraña en un lugar que ya ni tan siquiera era aquel torreón acogedor al que había llamado hogar, sentado mientras lloraba al lado de un desconocido tras confesarse y que este tuviera la amabilidad de quedarse en su llanto y tratar de consolarle con su tacto, Neariel se hundía en el pensamiento de que apenas uno de esos perdones servía para algo. Que para todo lo demás era demasiado tarde.
Las palabras de Rox caían como martillazos sobre él. ¿Grupo? ¿A quien siquiera podría soltarle aquello? Quizás a Ulmara o a Fleur y Maila... Pero nunca había querido cargarles con aquello, sobre todo tras el asesinato de una de sus compañeras.
Lo demás dolía, sin embargo... "La perdiste hace tiempo".
Se encogió sobre sí mismo con aquello al punto que un llanto seco se atoró en su garganta. La luz recorrió aquellos cuernos por la subida de emociones, tan solo para apagarse de nuevo cuando su voz salió al fin como otro sollozo.
Pero en el fondo llevaba sabiendo aquello mucho tiempo. ¿Hacía cuanto que se perdieron muchos de los pequeños gestos? ¿Hacía cuanto que no podría ir a abrazarla sin más y que se riesen y todo estuviese bien? Recordó lo estúpidamente feliz que le hacía tan solo despertar con ella a su lado, y mientras el sol se colaba en rayos por la habitación acurrucarse junto a ella sin querer hacer nada más. Recordaba los besos, sus manos juntas, todo lo que la Luna roja parecía haber traído de vuelta brevemente.
Pero también trajo algo terrible sobre ellos.
El ángel lloró durante al menos medio minuto sin contestar, tomando el vaso y el papel agradecido con su vecino enormemente aunque no lo lograra transmitir por como estaba.
—C-creo que hablaré con un alguna de ellos si... —se sonó con el papel, tomó una gran bocanada de aire y se incorporó en el sitio. Seguía triste, sin luz y con los ojos hinchados pero haber podido romper y confesar todo le había quitado un peso de encima. Ese ruido blanco estaba ahí pero el remolino que lo comprimía por dentro parecía haberse ido.
Volvió a tomar aire, aún se sentía temblar pero fue al fregadero y tras abrir el agua fría se frotó la cara para limpiarse las lagrimas y despejarse.
—Ey... —Se giró a mirarle. —Gracias. De verdad. Creo que necesitaba oírlo. —pasó la mano por su pelo para peinarse un poco con el agua y se secó con más papel.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Sede de los Taumaturgos
19/10/21, 12:07 am
Se sintió culpable y falto de tacto por haber dicho aquello, y esos eran los adjetivos menos agresivos que se le ocurrían para describirse. Gilipollas estaba siendo su favorito.
Cuando sus manos quedaron libres volvió a colocar una sobre el brazo del frivy, presionando con menos incomodidad que antes, con más sentimiento. Perder a un ser querido era doloroso, pero perderlo en vida de esa forma no se le quedaba atrás. Rox fue consciente entonces de la suerte que tenía de que ninguno de sus seres queridos fuera “problemático” o una criatura moralmente ambigüa, ni que decir de aquel al que amaba. Igualmente, si bajaba la guardia su “instinto” de cambiante (por decirlo de algún modo) haría que le picasen los ojos ante la honda pena de Nea. Empatizar no era problema, el problema es que le resultaba demasiado fácil hacerlo.
—Lo siento —le miró de forma comprometida a la vez que le acarició el brazo. Al menos había sacado algo bueno, y es que sí tenía grupo. Ante este nuevo trocito de información solo asintió con la cabeza, reafirmando silenciosamente que su opinión sería más valiosa que la de un desconocido. Dejó que se lavara el rostro, quedándose tenso en el sitio sin saber que hacer con sus propias manos hasta que se cruzó de brazos. No creía merecer el agradecimiento y se encogió de hombros ligerísimamente por ello. Le sonrió escuetamente—. No, nada… Perdona yo por haber sido brusco.
>>Hmm, oye, ¿has desayunado? ¿Quieres una infusión o algo…? —se giró hacia la estantería, sacando a la de ya cosas para el desayuno: miel no daeliciana, pan, tazas… Quería darle algo de hospitalidad que no involucrara destrozarle la psique.
Cuando sus manos quedaron libres volvió a colocar una sobre el brazo del frivy, presionando con menos incomodidad que antes, con más sentimiento. Perder a un ser querido era doloroso, pero perderlo en vida de esa forma no se le quedaba atrás. Rox fue consciente entonces de la suerte que tenía de que ninguno de sus seres queridos fuera “problemático” o una criatura moralmente ambigüa, ni que decir de aquel al que amaba. Igualmente, si bajaba la guardia su “instinto” de cambiante (por decirlo de algún modo) haría que le picasen los ojos ante la honda pena de Nea. Empatizar no era problema, el problema es que le resultaba demasiado fácil hacerlo.
—Lo siento —le miró de forma comprometida a la vez que le acarició el brazo. Al menos había sacado algo bueno, y es que sí tenía grupo. Ante este nuevo trocito de información solo asintió con la cabeza, reafirmando silenciosamente que su opinión sería más valiosa que la de un desconocido. Dejó que se lavara el rostro, quedándose tenso en el sitio sin saber que hacer con sus propias manos hasta que se cruzó de brazos. No creía merecer el agradecimiento y se encogió de hombros ligerísimamente por ello. Le sonrió escuetamente—. No, nada… Perdona yo por haber sido brusco.
>>Hmm, oye, ¿has desayunado? ¿Quieres una infusión o algo…? —se giró hacia la estantería, sacando a la de ya cosas para el desayuno: miel no daeliciana, pan, tazas… Quería darle algo de hospitalidad que no involucrara destrozarle la psique.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Sede de los Taumaturgos
23/10/21, 06:03 pm
—Aún no la verdad. —confesó. —Rae me dio algún zumo mágico para la resaca y Abri estaba haciendo "tortitas", o algo así. Por eso vine a por- —miró al tarro resquebrajado en su mano, poniendo una mirada cansada por el asunto— mermelada.
—¿Quieres algo tú de allí? Sobró comida de la fiesta. Aunque esa infusión me vendría bien. —Sentía el cansancio golpearle. A la par que se había liberado un poco notaba como todo aquello lo había drenado enormemente. Ya no le parecía tan mala idea que Raelene le pusiera de nuevo a dormir. Pero había taantas cosas por ver. Era casi una nueva ciudad que explorar, los mundos que ahora podría ver, magia mucho más allá de lo que habían sido capaces como en los libros que habían leido. Incluso un nuevo yo, con un nuevo nombre.
Neariel sentía el tirón de la Luna ayudándole a mantenerse en marcha, su energía clamando desde anoche que abriera las alas y se echara a los cielos. «Quizás debería intentarlo... »
—De todas maneras... te debo una. Si hay algo que pueda hacer por ti a futuro, no dudes en pedírmelo —sonrió.
No era mucho pero un ligero brillo retorno a sus cuernos y ojos. Leve, sutil, pero presente en la cabeza del ángel.
—¿Quieres algo tú de allí? Sobró comida de la fiesta. Aunque esa infusión me vendría bien. —Sentía el cansancio golpearle. A la par que se había liberado un poco notaba como todo aquello lo había drenado enormemente. Ya no le parecía tan mala idea que Raelene le pusiera de nuevo a dormir. Pero había taantas cosas por ver. Era casi una nueva ciudad que explorar, los mundos que ahora podría ver, magia mucho más allá de lo que habían sido capaces como en los libros que habían leido. Incluso un nuevo yo, con un nuevo nombre.
Neariel sentía el tirón de la Luna ayudándole a mantenerse en marcha, su energía clamando desde anoche que abriera las alas y se echara a los cielos. «Quizás debería intentarlo... »
—De todas maneras... te debo una. Si hay algo que pueda hacer por ti a futuro, no dudes en pedírmelo —sonrió.
No era mucho pero un ligero brillo retorno a sus cuernos y ojos. Leve, sutil, pero presente en la cabeza del ángel.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Sede de los Taumaturgos
24/10/21, 12:05 am
El cambiante frunció el ceño ligeramente al escuchar que estaban haciendo tortitas… en el cuarto. No sabía que tenían montado ahí dentro para tener una cocina -o si eran tortitas mágicas-, pero le hizo preguntarse por qué seguían viviendo en una habitación y no se mudaban a una casa de verdad. Si eran ellos recién cumplidos el año y ya estaban viendo casas… Se sacudió los pensamientos de encima y negó con la cabeza a su ofrecimiento.
—No, no —se frotó los ojos para quitarse el sueño y siguió con el objetivo desayuno. Lo habría hecho aceptase Nea o no. Puso el agua a calentar y pan a tostar para él mientras tanto, despachando la deuda con un gesto de mano como si espantara una mosca con pocas ganas.
—Nada, nada… Tómalo como una compensación por no poder hacer nada con… las putas cribas —resopló—. Y tampoco es que haya hecho gran cosa —sonrió apenado—. Por cierto, ¿te has transformado en un ángel o algo así?
—No, no —se frotó los ojos para quitarse el sueño y siguió con el objetivo desayuno. Lo habría hecho aceptase Nea o no. Puso el agua a calentar y pan a tostar para él mientras tanto, despachando la deuda con un gesto de mano como si espantara una mosca con pocas ganas.
—Nada, nada… Tómalo como una compensación por no poder hacer nada con… las putas cribas —resopló—. Y tampoco es que haya hecho gran cosa —sonrió apenado—. Por cierto, ¿te has transformado en un ángel o algo así?
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos
24/10/21, 11:38 pm
Rena se había quedado sopa nada más tocar el colchón cuando volvieron a la Sede. No recordaba la última vez que había corrido tanto, gritado tanto ni hecho más el canelo, pero a pesar de la paliza durmió apenas unas horas antes de que su estúpida rutina de levantarse temprano y la energía que le daba la Luna Roja le pidiesen ponerse en movimiento de nuevo. No estaba cansada, sentía que podía comerse varios mundos vinculados y hacer malabares con otros tantos, pero se había pasado el momento de salir a la calle a gritar como una loca así que pensó en desayunar algo y subir luego a hacer algunos ejercicios a la sala de entrenamiento. Iba a bajar en pijama como siempre, pero alguien le recordó que esa mañana debían llegar los nuevos transformados, así que tuvo que darse la vuelta a ponerse algo un poco más decente. Una cosa era desayunar en pijama con la gente con la que llevas un año compartiendo casa, y otra era causar una imagen cochambrosa a perfectos desconocidos.
Bajó ya con su toalla, unos pantalones que un humano confundiría con unos de adidas y una sudadera gris sin mangas. La Sede estaba en silencio, la mayoría de inquilinos debía estar de resaca, pero pudo oler a pan tostado desde las escaleras. Cuando llegó a la puerta olió a Rox antes de verlo, pero al nuevo lo vio antes de identificar su olor. Y como para no verlo.
-Hostias… -murmuró para sí.
No era el primer armario ropero con el que se cruzaba en la ciudad (ni en la Sede) pero aquellas alas lo hacían parecer todavía más enorme. Después de la impresión inicial pudo notar que no tenía muy buena cara, algo que no debía ser extraño siendo quien era y dadas las fechas en las que estaban, pero le descolocó que Rox también tuviese los ojos enrojecidos.
-¿Va todo bien? -preguntó frunciendo el ceño y dirigiendo la pregunta específicamente hacia su amigo.
Bajó ya con su toalla, unos pantalones que un humano confundiría con unos de adidas y una sudadera gris sin mangas. La Sede estaba en silencio, la mayoría de inquilinos debía estar de resaca, pero pudo oler a pan tostado desde las escaleras. Cuando llegó a la puerta olió a Rox antes de verlo, pero al nuevo lo vio antes de identificar su olor. Y como para no verlo.
-Hostias… -murmuró para sí.
No era el primer armario ropero con el que se cruzaba en la ciudad (ni en la Sede) pero aquellas alas lo hacían parecer todavía más enorme. Después de la impresión inicial pudo notar que no tenía muy buena cara, algo que no debía ser extraño siendo quien era y dadas las fechas en las que estaban, pero le descolocó que Rox también tuviese los ojos enrojecidos.
-¿Va todo bien? -preguntó frunciendo el ceño y dirigiendo la pregunta específicamente hacia su amigo.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Sede de los Taumaturgos
25/10/21, 08:37 pm
Él no olió a Rena, pero sí escuchó sus pasos. La osa no sabría cuanto se alegraba de verla. Entre dos la situación sería menos tensa, y con suerte animarle también sería más fácil. La saludó con una mano que luego llevó a su cabeza para peinarse y expresión comprometida que venía a significar “luego te cuento”, sin demostrar urgencia o gravedad.
—Ey Rena. Sí, tranqui… —dijo con tono abierto a objeciones y miró al frivy de forma significativa: no respondía por él. No invadiría su privacidad delante suya—. Este es Nea, Neariel. Llegó esta noche. Estábamos hablando de… ya sabes, de todo un poco —se giró para dirigirse al otro con una pequeña sonrisa—. Y ella es Rena, mi compi y mejor amiga de criba.
—Ey Rena. Sí, tranqui… —dijo con tono abierto a objeciones y miró al frivy de forma significativa: no respondía por él. No invadiría su privacidad delante suya—. Este es Nea, Neariel. Llegó esta noche. Estábamos hablando de… ya sabes, de todo un poco —se giró para dirigirse al otro con una pequeña sonrisa—. Y ella es Rena, mi compi y mejor amiga de criba.
- ♪♫♬:
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Sede de los Taumaturgos
26/10/21, 12:02 am
Abrió los ojos un tanto sorprendido con las palabras del cambiante. Escuchar a otra persona sentir culpa por todo lo que estaba pasando le era... extraño. Pero a la vez esclarecedor y aliviante. Frunció el ceño más confuso consigo mismo que con su vecino, aunque no le dió tiempo a pensar mucho. Estaba a punto de contestar un "sí que has hecho" cuando apareció otra persona la cual no conocía. Aunque parecían conocerse entre ellos. <<Pensándolo dos segundos es lo lógico. >>
—Sí, ha sido una noche... dura. — Se encogió de hombros con una sonrisa dolida, sabiendo que no hacía falta explicar muchas cosas para entender cómo podía ser la salida de la Luna. Se secó las manos con un trapo limpio y se acercó a su nueva vecina. Ese simple gesto, el acercamiento, empeoró el efecto de su aura sin que él lo quisiera. Paso a paso la diferencia de altura y corpulencia se hacían más notables, e incluso con su cara afable y expresión abatida haría saltar un poco los nervios.
—Encantado de conocerte. —Dijo con la voz algo ronca por la llorera y extendiendo su mano para estrechársela a ella. —Tienes un gran amigo aquí... —declaró. —Me acaba de ayudar bastante, aunque se niegue a reconocerlo. —Bromeó un poco al tiempo que giró la cabeza para mirar a Rox.
—Ah y si. Soy un ángel, —se llevó la mano a un lateral del pelo algo confuso e inseguro —o al menos eso es lo que ponía el libro.
—Sí, ha sido una noche... dura. — Se encogió de hombros con una sonrisa dolida, sabiendo que no hacía falta explicar muchas cosas para entender cómo podía ser la salida de la Luna. Se secó las manos con un trapo limpio y se acercó a su nueva vecina. Ese simple gesto, el acercamiento, empeoró el efecto de su aura sin que él lo quisiera. Paso a paso la diferencia de altura y corpulencia se hacían más notables, e incluso con su cara afable y expresión abatida haría saltar un poco los nervios.
—Encantado de conocerte. —Dijo con la voz algo ronca por la llorera y extendiendo su mano para estrechársela a ella. —Tienes un gran amigo aquí... —declaró. —Me acaba de ayudar bastante, aunque se niegue a reconocerlo. —Bromeó un poco al tiempo que giró la cabeza para mirar a Rox.
—Ah y si. Soy un ángel, —se llevó la mano a un lateral del pelo algo confuso e inseguro —o al menos eso es lo que ponía el libro.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Sede de los Taumaturgos
27/10/21, 08:33 pm
Qwara salió del Fumadero Abandonado rumiando alguna apuesta convincente, pero el cerebro aún le funcionaba lento y no daba con nada más original que lo que ya había dicho Ulmara. A pesar de todo asintió convencida ante su última pregunta, quitándose hojitas secas de la camiseta con aire distraído mientras caminaban por las calles húmedas.
—Si a mi me ha salido cornamenta fijo que a alguien le han crecido alas —opinó, intentando recordar cuales eran los malestares de sus compañeros en el momento en el que habían abandonado el torreón—. De hecho quizás a Rúa también le hayan salido cuernos, porque a ella también le dolía la frente cuando te fuiste corriendo, así que mi apuesta va por eso —dijo esbozando una sonrisa divertida—. Por cierto, no se en tu mundo pero en el mío lo de regalar droga es como muy exclusivo. —comentó con solemnidad, haciendo complicado averiguar si estaba hablando en serio o no.
El aire matutino despejó en parte su mente y la ifrit respiró profundamente notando cómo se deshacía poco a poco el embotamiento de sus sentidos. Ahora que estaba menos mareada empezaba a acusar el hambre, pero lo que más necesitaba en aquel momento era una buena ducha y algo de ropa limpia, por eso apresuró en parte el paso.
—Oye —la llamó en cierto momento, fijándose en un edificio rojo que no habían llegado a ver la noche anterior—. ¿Qué dijeron en ese mensaje que se nos apareció anoche? ¿No mencionaba algo sobre unos refugios a disposición de los nuevos ciudadanos? —preguntó.
El comunicado estaba algo borroso en su memoria, pues la tormenta y la emoción de la transformación habían consumido casi toda su atención, pero con la torre a la vista empezó a recordar algunas cosas.
—¿Y si los demás ya han dejado Sendar y se han ido a alguno de esos sitios? Ya hace rato que amaneció y decía algo sobre abandonar los torreones a primera hora… —señaló, deteniendo sus pasos a la altura del minarete rojizo e intercambiando una mirada dubitativa con la cercana.
Antes de que su amiga le respondiera su cuerpo se movió solo, sin embargo, y de un par de zancadas se plantó frente a la puerta y alzó el puño para llamar con fuerza.
—¡¿Hay alguien en casa?! —preguntó en voz alta, girándose después hacia la bruja con cara de disculpa y algo de apuro en la mirada—. Quizás nos puedan dar indicaciones…
—Si a mi me ha salido cornamenta fijo que a alguien le han crecido alas —opinó, intentando recordar cuales eran los malestares de sus compañeros en el momento en el que habían abandonado el torreón—. De hecho quizás a Rúa también le hayan salido cuernos, porque a ella también le dolía la frente cuando te fuiste corriendo, así que mi apuesta va por eso —dijo esbozando una sonrisa divertida—. Por cierto, no se en tu mundo pero en el mío lo de regalar droga es como muy exclusivo. —comentó con solemnidad, haciendo complicado averiguar si estaba hablando en serio o no.
El aire matutino despejó en parte su mente y la ifrit respiró profundamente notando cómo se deshacía poco a poco el embotamiento de sus sentidos. Ahora que estaba menos mareada empezaba a acusar el hambre, pero lo que más necesitaba en aquel momento era una buena ducha y algo de ropa limpia, por eso apresuró en parte el paso.
—Oye —la llamó en cierto momento, fijándose en un edificio rojo que no habían llegado a ver la noche anterior—. ¿Qué dijeron en ese mensaje que se nos apareció anoche? ¿No mencionaba algo sobre unos refugios a disposición de los nuevos ciudadanos? —preguntó.
El comunicado estaba algo borroso en su memoria, pues la tormenta y la emoción de la transformación habían consumido casi toda su atención, pero con la torre a la vista empezó a recordar algunas cosas.
—¿Y si los demás ya han dejado Sendar y se han ido a alguno de esos sitios? Ya hace rato que amaneció y decía algo sobre abandonar los torreones a primera hora… —señaló, deteniendo sus pasos a la altura del minarete rojizo e intercambiando una mirada dubitativa con la cercana.
Antes de que su amiga le respondiera su cuerpo se movió solo, sin embargo, y de un par de zancadas se plantó frente a la puerta y alzó el puño para llamar con fuerza.
—¡¿Hay alguien en casa?! —preguntó en voz alta, girándose después hacia la bruja con cara de disculpa y algo de apuro en la mirada—. Quizás nos puedan dar indicaciones…
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos
28/10/21, 12:37 am
Rena aceptó la explicación de su amigo, aunque luego le preguntaría en privado los detalles. Fue a ofrecerle un saludo irrense y unas palabras de bienvenida al novato pero su aura de ángel hizo de las suyas y la ursántropa estuvo a punto de retroceder un paso, incluso creció varios centímetros de forma imperceptible, como preparándose físicamente para saltar a su forma animal si lo necesitaba. Por suerte su sentido común lo evitó. Era algo absurdo: no era más que un novato, y si Rox estaba ahí tan tranquilo, por mucha cara tristona que llevase, era porque aquel tío no suponía un peligro. Se recompuso y completó el saludo, explicándole cómo se hacía y dedicándole una sonrisa.
-Así nos saludamos en mi mundo. Bienvenido oficialmente a la ciudad -dijo -Si al final te instalas aquí en la Sede no dudes en pedirnos lo que necesites. Nosotros solo llevamos un año aquí así que tenemos fresco eso de ser novato.
Le ofreció desayuno, uno algo más completo que las tostadas esmirriadas que solía hacerse Rox.
-Es imposible que se llene con eso solo, el chaval está creciendo, o acaba de crecer, o yo que sé lo que le ha hecho la Luna pero necesita energía – empezó, pero entonces llamaron a la puerta -No os mováis, voy yo. Y tú cambia esa cara que parece que alguien se ha comido tus galletas -le dijo a Rox.
En la puerta había dos chicas que no reconocía y con mucha pinta de perdidas. Estaban hechas una verdadera pena, cubiertas de roña y agujeros, y no podían ser otra cosa que nuevas transformadas. Rena miró con descaro a la de los cuernos enormes y ojos encendidos. Quería decirle lo mucho que molaba su transformación, pero no sabía si ella opinaría lo mismo.
-Buenas -saludó, intentando ser lo menos amenazante posible -Aquí debería haber alguien del Consejo, pero imagino que se les han pegado las sábanas -dijo mirando a ambos lados de la calle -Supongo que sois recién transformadas. ¿Queréis pasar? Justo estábamos hablando con otro novato y… oh ¡OOOOOOH! ¿Tú eres la tempestomante? -exclamó de pronto señalando a Ulmara. La noche anterior se había corrido la voz muy rápido de que había una tempestomante entre los novatos y que se lo estaba pasando muy bien con su dominio. Rena solo había podido oír la descripción de boca de otros y ver la tormenta en la lejanía. -¡Joder, cómo mola!
-Así nos saludamos en mi mundo. Bienvenido oficialmente a la ciudad -dijo -Si al final te instalas aquí en la Sede no dudes en pedirnos lo que necesites. Nosotros solo llevamos un año aquí así que tenemos fresco eso de ser novato.
Le ofreció desayuno, uno algo más completo que las tostadas esmirriadas que solía hacerse Rox.
-Es imposible que se llene con eso solo, el chaval está creciendo, o acaba de crecer, o yo que sé lo que le ha hecho la Luna pero necesita energía – empezó, pero entonces llamaron a la puerta -No os mováis, voy yo. Y tú cambia esa cara que parece que alguien se ha comido tus galletas -le dijo a Rox.
En la puerta había dos chicas que no reconocía y con mucha pinta de perdidas. Estaban hechas una verdadera pena, cubiertas de roña y agujeros, y no podían ser otra cosa que nuevas transformadas. Rena miró con descaro a la de los cuernos enormes y ojos encendidos. Quería decirle lo mucho que molaba su transformación, pero no sabía si ella opinaría lo mismo.
-Buenas -saludó, intentando ser lo menos amenazante posible -Aquí debería haber alguien del Consejo, pero imagino que se les han pegado las sábanas -dijo mirando a ambos lados de la calle -Supongo que sois recién transformadas. ¿Queréis pasar? Justo estábamos hablando con otro novato y… oh ¡OOOOOOH! ¿Tú eres la tempestomante? -exclamó de pronto señalando a Ulmara. La noche anterior se había corrido la voz muy rápido de que había una tempestomante entre los novatos y que se lo estaba pasando muy bien con su dominio. Rena solo había podido oír la descripción de boca de otros y ver la tormenta en la lejanía. -¡Joder, cómo mola!
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos
28/10/21, 03:00 pm
Ulmara le dio el visto bueno a las apuestas de la ifrit y sonrió como una niña pequeña cuando escuchó que regalar droga era algo muy especial en la Tierra. Era la primera vez que lo oía y en cierta forma le sorprendía, pero lo aceptó como dato veraz.
—El mensaje… —a Ulmara le costó ubicarlo en su memoria, ocupada en otros cien momentos diferentes de lo que vivieron anoche—. No sé qué de los traumaturgos y no sé qué de una torre y que fuéramos allí, sí... ¿O no?
Entre ambas, más gracias a Qwara que a ella misma, lograron unir las cuatro piezas del puzle y la cercana dio la razón a la ifrit en que era mejor buscar uno de esos refugios para dar con sus compañeros, en lugar de volver a Séndar para tener que volver a irse. Ulmara no barajaba la posibilidad de que les hubiera ocurrido nada. Nadie podía morir aquella noche, así que era todo cuestión de encontrarse. Y el sitio apareció enseguida ante ellas.
—¿Holaaa? —gritó tras Qwara, que se lanzó sin pensarlo a la puerta.
No tardó en abrirles una muchacha con un brazaco metálico (y otro de carne y hueso), vestida con ropa cómoda y limpia, al contrario que ellas. Ulmara no tuvo dudas de que se trataba de una irrense y, a pesar de que tenía ingredientes de sobra para resultar imponente, fue simpática con ellas y la bruja se relajó, al menos hasta que se refirió a... ¿Ella? ¿Cómo tempestomante?
—¿Soy yo? —le preguntó a Qwara con cierta duda, que se desvaneció en cuanto la chica que les abrió añadió que molaba. Ahí Ulmara se vino un poco arriba—. Soy yo, definitivamente. La… ¿Cómo has dicho? Espera. Perdón. Me llamo Ulmara, ella —se presentó con cierta vergüenza repentina, ofreciéndole la mano derecha para tener una oportunidad de tocar la prótesis.
Aferrada a su brazo izquierdo seguía la maceta, por si no parecía ya lo suficientemente estúpida. Aun así, Ulmara estaba disfrutando lo de caminar por el mundo sin rumiar cada paso que daba y ahora se moría de ganas de ver la sede por dentro y averiguar de qué otro novato hablaba la irrense.
—El mensaje… —a Ulmara le costó ubicarlo en su memoria, ocupada en otros cien momentos diferentes de lo que vivieron anoche—. No sé qué de los traumaturgos y no sé qué de una torre y que fuéramos allí, sí... ¿O no?
Entre ambas, más gracias a Qwara que a ella misma, lograron unir las cuatro piezas del puzle y la cercana dio la razón a la ifrit en que era mejor buscar uno de esos refugios para dar con sus compañeros, en lugar de volver a Séndar para tener que volver a irse. Ulmara no barajaba la posibilidad de que les hubiera ocurrido nada. Nadie podía morir aquella noche, así que era todo cuestión de encontrarse. Y el sitio apareció enseguida ante ellas.
—¿Holaaa? —gritó tras Qwara, que se lanzó sin pensarlo a la puerta.
No tardó en abrirles una muchacha con un brazaco metálico (y otro de carne y hueso), vestida con ropa cómoda y limpia, al contrario que ellas. Ulmara no tuvo dudas de que se trataba de una irrense y, a pesar de que tenía ingredientes de sobra para resultar imponente, fue simpática con ellas y la bruja se relajó, al menos hasta que se refirió a... ¿Ella? ¿Cómo tempestomante?
—¿Soy yo? —le preguntó a Qwara con cierta duda, que se desvaneció en cuanto la chica que les abrió añadió que molaba. Ahí Ulmara se vino un poco arriba—. Soy yo, definitivamente. La… ¿Cómo has dicho? Espera. Perdón. Me llamo Ulmara, ella —se presentó con cierta vergüenza repentina, ofreciéndole la mano derecha para tener una oportunidad de tocar la prótesis.
Aferrada a su brazo izquierdo seguía la maceta, por si no parecía ya lo suficientemente estúpida. Aun así, Ulmara estaba disfrutando lo de caminar por el mundo sin rumiar cada paso que daba y ahora se moría de ganas de ver la sede por dentro y averiguar de qué otro novato hablaba la irrense.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Sede de los Taumaturgos
29/10/21, 01:50 am
Se encogió de hombros para no negarle el cumplido a Nea aunque no estuviera muy convencido de ello, picándose sin embargo cuando Rena se metió con su buena fe.
—Esto no era lo único que le iba a ofrecer, abuela —chasqueó la lengua antes de darle un bocado a sus rechazadas tostadas—. ¡Ja, lo sabía! —dijo apartándose las miguitas de la boca. Tampoco es que la del frivy fuera una transformación difícil de adivinar—. Os imaginaba menos… —“mamados”— grandes.
La puerta de la entrada sonó y Rox se puso recto. Recordó entonces que aún quedaban novatos por llegar y que seguía en “pijama” (sinceramente iba más desnudo que en pijama), y encima Rena le hizo ser consciente de sus pintas de perro regañado. Rápidamente le robó la cara y puso una mueca de asco con ella mientras se abrochaba (mal) los botones de la camisa.
—¿¡Mejor así o me he pasado de feo!? —tan pronto la irrense le dio la espalda volvió a sus pintas originales, esta vez con menos pena negra y más peluquería. Confiaba lo suficiente en su experiecia como para no necesitar su fiel espejito a la hora de volver a su propio rostro—. A lo mejor son más de tu quinta —le dijo a Nea dándole otro bocado al pan.
Se asomó para ver y sobre todo oír mejor, abriendo bien los ojos cuando la ursántropa alzó la voz y delató la presencia de la bruja de las tormentas en concreto. Que diluviera el día de luna era normal todos los años; que la tormenta tuviera vida propia no tanto. Debía haberse vuelto loquísima con su dominio.
—¿Las conoces? —le preguntó al frivy sin dejar de mirar a la puerta y lo poco que veía de ellas desde allí. Alcanzaba a ver dos siluetas y los bordes de unos cuernos detrás de Rena, y esa en concreto emitía un brillo más cálido que el del ángel antes de apagarse.
—Esto no era lo único que le iba a ofrecer, abuela —chasqueó la lengua antes de darle un bocado a sus rechazadas tostadas—. ¡Ja, lo sabía! —dijo apartándose las miguitas de la boca. Tampoco es que la del frivy fuera una transformación difícil de adivinar—. Os imaginaba menos… —“mamados”— grandes.
La puerta de la entrada sonó y Rox se puso recto. Recordó entonces que aún quedaban novatos por llegar y que seguía en “pijama” (sinceramente iba más desnudo que en pijama), y encima Rena le hizo ser consciente de sus pintas de perro regañado. Rápidamente le robó la cara y puso una mueca de asco con ella mientras se abrochaba (mal) los botones de la camisa.
—¿¡Mejor así o me he pasado de feo!? —tan pronto la irrense le dio la espalda volvió a sus pintas originales, esta vez con menos pena negra y más peluquería. Confiaba lo suficiente en su experiecia como para no necesitar su fiel espejito a la hora de volver a su propio rostro—. A lo mejor son más de tu quinta —le dijo a Nea dándole otro bocado al pan.
Se asomó para ver y sobre todo oír mejor, abriendo bien los ojos cuando la ursántropa alzó la voz y delató la presencia de la bruja de las tormentas en concreto. Que diluviera el día de luna era normal todos los años; que la tormenta tuviera vida propia no tanto. Debía haberse vuelto loquísima con su dominio.
—¿Las conoces? —le preguntó al frivy sin dejar de mirar a la puerta y lo poco que veía de ellas desde allí. Alcanzaba a ver dos siluetas y los bordes de unos cuernos detrás de Rena, y esa en concreto emitía un brillo más cálido que el del ángel antes de apagarse.
- ♪♫♬:
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Sede de los Taumaturgos
29/10/21, 06:14 am
Diario mental de Kiki transformada. Día uno después de salida la Luna. La vida sigue apestando mucho.
La flamante o escarchante nueva jackfrost estaba en una esquina odiándose a sí misma. El cerebro de la humana había usado varios de sus mecanismos de protección para casos de borrachera la noche anterior. En primer lugar, antes de ir tocando puerta por puerta hasta descubrir un cuarto desocupado, encontró una sala de entrenamiento vacía. Se acomodo en una muy incómoda esquina detrás de unos monigotes y trato de dormir. Agradecía a la Luna, a los dioses y a lo que sea que la hubiera transformado en Jack Frost, porque ahora no sentía frio, pero eso no remediaba el suelo duro, plano e incómodo, más aun con la vestimenta que tenía. Segundo, se acurruco en una esquina, lo mas lejana posible de cualquier cosa esperando que no malograra nada con la niebla mientras trataba de dormir, cosa que ocurrió muy muy escasamente por minutos.
La noche anterior aun retumbaba en su sistema, como recuerdos desastrosos, y como alcohol metabolisandose y como adrenalina aun disipándose, y como arrepentimiento mas duradero de lo normal, y como más cosas más, pero estaba ya mas calmada y sobria, tanto de Luna como de alcohol. Se levanto con el cuello rígido y varios músculos tensos al máximo y decidió apurar lo inevitable. Se había enemistado con las amigas del chico del que estaba enamorada, él quizás la odiaba, y con razón, y por lo que recordaba haber leído, su vida de ahora en adelante iba a ser un poco mas rara. Entre niebla, hielo, y cuernos.
Bajó las escaleras un poco tiesa con el cuerpo entero doliéndole aun y escuchando voces. Al parecer, el destino no le iba a dejar irse así por así. Giró a la izquierda en una maniobra desesperada cuando vio que había un pequeño grupo en la puerta misma, al que no quiso interrumpir ni hablar ni escuchar, solo paniqueo por dentro mientras iba hacia cualquier otro lado y termino entrando en la cocina, seguida de una niebla que la seguía como un vestido largo que no combinaba con la escasa y ajustada ropa que le quedaba. Y allí confirmo que su suerte SIEMPRE iba de mal a peor. Noto su presencia antes que el aura del ángel la golpeara, y titubeo un poco antes de dar otro paso más. ¿Tan acostumbrada estaba al enorme frivy? Se le congeló la respiración y antes de poder decidir algo, su cerebro había entrado en modo “respuesta política de pánico ante multitudes con las que no quieres hablar”. Levanto la vista fijándose que estaba acompañado de alguien mas que no era ni Raelene ni Dama Abrazos, y mínimamente mas aliviada, continuo avanzando con inercia hasta estar cerca de ambos, como si fuese normal caminar a una cocina que no sabía que existía y quedarse alado de las sillas sin sentarse.
—ehhh….Ho-Hola….y hola Nery’s buenos días….yo… —¿Qué mas podía decir? Tenia muchas opciones, pero sabia que todas eran malas, unas más y otras menos.
-solo esperare a que la puerta se desocupe para poder irme de aquí, no molestare
-no me hagan caso solo desayunare algo, aunque ni siquiera se si puedo tomar algo caliente sin lastimarme
-soy nueva, es un gusto conocerte, veo que conoces a mi….
¿Mi qué? ¿Novio? ¿ex novio? ¿chico con el que nunca quiso definir nada pero al que adoraba? ¿alienígena que la salvo y cuido? No, no, definitivamente cada paso que daba esa conversación en su cabeza era peor y peor. Se sentía como en uno de esos libros de aventuras fantásticas para pequeños donde había elegido mal y ahora cualquier camino la llevaba al desastre. Y peor aún, no podía hacer trampa y regresar a la página anterior para continuar con la segunda opción. La única solución que había era la más fácil y normal: ser adulta.
—Lo siento, no quería interrumpirlos. pero me gustaría….
¿Hablar? ¿Aclarar las cosas? ¿Interrumpir tu desayuno y/o conversación por motivos egoístas? ¿dejar de ser imbécil? ¿tomar una buena decisión por primera ves en muchas horas? La mente de Kiki estaba cansada. Según ella y varios libros de biología humana, el cerebro no se cansa de hacer sinapsis, pero sentía su mente pesada, y agobiada y le costaba pensar. Movio la cabeza pesadamente y no terminó la frase, pero si se rindió y se movió de nuevo caminando un poco más, fijándose en que la niebla ya estaba dentro y terminó apoyándose en uno de los estantes esperando la respuesta del ángel y rogando que no fuese muy grosero inundar una habitación con niebla.
La flamante o escarchante nueva jackfrost estaba en una esquina odiándose a sí misma. El cerebro de la humana había usado varios de sus mecanismos de protección para casos de borrachera la noche anterior. En primer lugar, antes de ir tocando puerta por puerta hasta descubrir un cuarto desocupado, encontró una sala de entrenamiento vacía. Se acomodo en una muy incómoda esquina detrás de unos monigotes y trato de dormir. Agradecía a la Luna, a los dioses y a lo que sea que la hubiera transformado en Jack Frost, porque ahora no sentía frio, pero eso no remediaba el suelo duro, plano e incómodo, más aun con la vestimenta que tenía. Segundo, se acurruco en una esquina, lo mas lejana posible de cualquier cosa esperando que no malograra nada con la niebla mientras trataba de dormir, cosa que ocurrió muy muy escasamente por minutos.
La noche anterior aun retumbaba en su sistema, como recuerdos desastrosos, y como alcohol metabolisandose y como adrenalina aun disipándose, y como arrepentimiento mas duradero de lo normal, y como más cosas más, pero estaba ya mas calmada y sobria, tanto de Luna como de alcohol. Se levanto con el cuello rígido y varios músculos tensos al máximo y decidió apurar lo inevitable. Se había enemistado con las amigas del chico del que estaba enamorada, él quizás la odiaba, y con razón, y por lo que recordaba haber leído, su vida de ahora en adelante iba a ser un poco mas rara. Entre niebla, hielo, y cuernos.
Bajó las escaleras un poco tiesa con el cuerpo entero doliéndole aun y escuchando voces. Al parecer, el destino no le iba a dejar irse así por así. Giró a la izquierda en una maniobra desesperada cuando vio que había un pequeño grupo en la puerta misma, al que no quiso interrumpir ni hablar ni escuchar, solo paniqueo por dentro mientras iba hacia cualquier otro lado y termino entrando en la cocina, seguida de una niebla que la seguía como un vestido largo que no combinaba con la escasa y ajustada ropa que le quedaba. Y allí confirmo que su suerte SIEMPRE iba de mal a peor. Noto su presencia antes que el aura del ángel la golpeara, y titubeo un poco antes de dar otro paso más. ¿Tan acostumbrada estaba al enorme frivy? Se le congeló la respiración y antes de poder decidir algo, su cerebro había entrado en modo “respuesta política de pánico ante multitudes con las que no quieres hablar”. Levanto la vista fijándose que estaba acompañado de alguien mas que no era ni Raelene ni Dama Abrazos, y mínimamente mas aliviada, continuo avanzando con inercia hasta estar cerca de ambos, como si fuese normal caminar a una cocina que no sabía que existía y quedarse alado de las sillas sin sentarse.
—ehhh….Ho-Hola….y hola Nery’s buenos días….yo… —¿Qué mas podía decir? Tenia muchas opciones, pero sabia que todas eran malas, unas más y otras menos.
-solo esperare a que la puerta se desocupe para poder irme de aquí, no molestare
-no me hagan caso solo desayunare algo, aunque ni siquiera se si puedo tomar algo caliente sin lastimarme
-soy nueva, es un gusto conocerte, veo que conoces a mi….
¿Mi qué? ¿Novio? ¿ex novio? ¿chico con el que nunca quiso definir nada pero al que adoraba? ¿alienígena que la salvo y cuido? No, no, definitivamente cada paso que daba esa conversación en su cabeza era peor y peor. Se sentía como en uno de esos libros de aventuras fantásticas para pequeños donde había elegido mal y ahora cualquier camino la llevaba al desastre. Y peor aún, no podía hacer trampa y regresar a la página anterior para continuar con la segunda opción. La única solución que había era la más fácil y normal: ser adulta.
—Lo siento, no quería interrumpirlos. pero me gustaría….
¿Hablar? ¿Aclarar las cosas? ¿Interrumpir tu desayuno y/o conversación por motivos egoístas? ¿dejar de ser imbécil? ¿tomar una buena decisión por primera ves en muchas horas? La mente de Kiki estaba cansada. Según ella y varios libros de biología humana, el cerebro no se cansa de hacer sinapsis, pero sentía su mente pesada, y agobiada y le costaba pensar. Movio la cabeza pesadamente y no terminó la frase, pero si se rindió y se movió de nuevo caminando un poco más, fijándose en que la niebla ya estaba dentro y terminó apoyándose en uno de los estantes esperando la respuesta del ángel y rogando que no fuese muy grosero inundar una habitación con niebla.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Sede de los Taumaturgos
30/10/21, 06:06 pm
Imitó el saludo si mucho problema, claramente entretenido con la explicación de Rena y la interacción entre ella y Rox. Su mente agradecía ese tipo de distracciones, cosas sencillas y nuevos estímulos que le hacían olvidarse un rato de todo lo pasado.
—Creo que me instalaré aquí, si. —La presencia de sus amigas y la aparente promesa de vecinos agradables hacía que la balanza se inclinase mucho.
Estaba calmándose... pero por supuesto aquella mañana iba a ser movida. En cuanto escuchó las voces se revolvió, inquieto y sorprendido. Los nervios comenzaron a atacarle de nuevo. Aún no estaba preparado para lidiar con aquello con sus compañeros de torreón, no tan pronto. ¿Y qué les iba a decir? ¿Necesito ayuda con Kiki? ¿Socorro va a matar gente? Como no perderla...
El martillazo de antes volvió a resonar en él. "Ya la perdiste hace tiempo." «¿Siquiera la he tenido alguna vez? » Se preguntó llevándose la mano a aquella cicatriz negra, con los ojos entrecerrados.
Se giró para mirar curioso y sorprendido los cambios de su vecino, tan solo para soltar una pequeña carcajada comedida tapándose la boca con la mano. Ya no le importaba si era magia o poderes rollos místicos, tan solo otra peculiaridad más de la ciudad que contemplar.
—Sí —declaró con un suspiro. —Sí que las conozco. —Miró al suelo algo decaído y tras un par de segundos tomó aire e intentó recomponerse como pudo, irguiéndose y mejorando la cara un poco. —¿Mejor así de feo? —se giró para el cambiante algo nervioso mostrándole su porte, siguiendo un poco la broma de antes.
Y su voz le congeló en el sitio, todo su cuerpo tensándose. Rox podría ver de primera mano cómo se quedaba petrificado con los ojos muy abiertos y cara de circunstancia, aún de espaldas a la nueva voz. Sus alas se abrieron ligeramente y su luz se disparó tanto en sus ojos como en los cuernos perdiendo todo rastro del azul de los primeros y de la forma mineral de los segundos. Los nervios le atacaron y aquel remolino volvió a retorcer sus entrañas haciéndole tener ganas de vomitar. Podía escuchar a su nuevo corazón bombear con tal fuerza en sus oídos que mitigaba los sonidos a su alrededor.
No quería darse la vuelta, tenía miedo de hacerlo y sin embargo algo dentro de él pudo más que los nervios y el miedo. Él enorme e imponente ángel se giró, nervioso al punto de marearse por la situación. Ahí estaba. Tan preciosa como el siempre la veía ahora incluso más con los toques de la Luna, con la niebla rodeándola dándole un aura feérica de invierno. Extrañamente se sintió aliviado al verla ahí, ver que no había hecho alguna tontería aquella noche.... y parte de él simplemente quiso ir y fundirse en un abrazo con ella, besarla y disfrutar de su cercanía en silencio durante un largo rato. Ojalá todo fuese perfecto. Ojalá todo fuese como en un cuento de hadas...
—B-buenos... días... —miró hacia el suelo, incómodo sin saber muy bien qué hacer. ¿Cómo se supone que debería estar? ¿Enfadado con ella, decepcionado de lo que pasó, aliviado de que le hable de nuevo? Lo único que estaba era nervioso y triste. Y cada vez tenía más ganas de volver a la habitación a hacerse una bola de mantas y aceptar la oferta de Raelene de hacerle dormir.
—Em, Ulmara y Qwara acaban de llega, creo. Vamos a saludarlas... —y se giró tomando la ruta de escape fácil. Necesitaba recomponerse, tiempo para pensarlo todo y lo estaba ganando como podía. Aunque según se asomó no supo si fue para peor o mejor. Ver a Ulmara ahí, la persona de todo Sendar con quien seguramente se atreviera más a hablar del asunto, le avivaba los nervios.
Aún así se acercó a ellas, por la espalda de Rena, lo cual solo con los reflejos de su luz por las paredes era escalofriante. Como si un cazador se acercara por tu espalda. Para sus compañeras pasaría algo similar, ver aquello acercándose con los ojos y los cuernos en completa incandescencia, incluso con mala cara, hacía que su aura pulsara todas las alertas de peligro de los presentes.
—Ey —las contempló por un segundo. —Guau, estáis geniales. ¿Todos podemos brillar ahora entonces? —bromeó de manera un tanto nerviosa.
—Creo que me instalaré aquí, si. —La presencia de sus amigas y la aparente promesa de vecinos agradables hacía que la balanza se inclinase mucho.
Estaba calmándose... pero por supuesto aquella mañana iba a ser movida. En cuanto escuchó las voces se revolvió, inquieto y sorprendido. Los nervios comenzaron a atacarle de nuevo. Aún no estaba preparado para lidiar con aquello con sus compañeros de torreón, no tan pronto. ¿Y qué les iba a decir? ¿Necesito ayuda con Kiki? ¿Socorro va a matar gente? Como no perderla...
El martillazo de antes volvió a resonar en él. "Ya la perdiste hace tiempo." «¿Siquiera la he tenido alguna vez? » Se preguntó llevándose la mano a aquella cicatriz negra, con los ojos entrecerrados.
Se giró para mirar curioso y sorprendido los cambios de su vecino, tan solo para soltar una pequeña carcajada comedida tapándose la boca con la mano. Ya no le importaba si era magia o poderes rollos místicos, tan solo otra peculiaridad más de la ciudad que contemplar.
—Sí —declaró con un suspiro. —Sí que las conozco. —Miró al suelo algo decaído y tras un par de segundos tomó aire e intentó recomponerse como pudo, irguiéndose y mejorando la cara un poco. —¿Mejor así de feo? —se giró para el cambiante algo nervioso mostrándole su porte, siguiendo un poco la broma de antes.
Y su voz le congeló en el sitio, todo su cuerpo tensándose. Rox podría ver de primera mano cómo se quedaba petrificado con los ojos muy abiertos y cara de circunstancia, aún de espaldas a la nueva voz. Sus alas se abrieron ligeramente y su luz se disparó tanto en sus ojos como en los cuernos perdiendo todo rastro del azul de los primeros y de la forma mineral de los segundos. Los nervios le atacaron y aquel remolino volvió a retorcer sus entrañas haciéndole tener ganas de vomitar. Podía escuchar a su nuevo corazón bombear con tal fuerza en sus oídos que mitigaba los sonidos a su alrededor.
No quería darse la vuelta, tenía miedo de hacerlo y sin embargo algo dentro de él pudo más que los nervios y el miedo. Él enorme e imponente ángel se giró, nervioso al punto de marearse por la situación. Ahí estaba. Tan preciosa como el siempre la veía ahora incluso más con los toques de la Luna, con la niebla rodeándola dándole un aura feérica de invierno. Extrañamente se sintió aliviado al verla ahí, ver que no había hecho alguna tontería aquella noche.... y parte de él simplemente quiso ir y fundirse en un abrazo con ella, besarla y disfrutar de su cercanía en silencio durante un largo rato. Ojalá todo fuese perfecto. Ojalá todo fuese como en un cuento de hadas...
—B-buenos... días... —miró hacia el suelo, incómodo sin saber muy bien qué hacer. ¿Cómo se supone que debería estar? ¿Enfadado con ella, decepcionado de lo que pasó, aliviado de que le hable de nuevo? Lo único que estaba era nervioso y triste. Y cada vez tenía más ganas de volver a la habitación a hacerse una bola de mantas y aceptar la oferta de Raelene de hacerle dormir.
—Em, Ulmara y Qwara acaban de llega, creo. Vamos a saludarlas... —y se giró tomando la ruta de escape fácil. Necesitaba recomponerse, tiempo para pensarlo todo y lo estaba ganando como podía. Aunque según se asomó no supo si fue para peor o mejor. Ver a Ulmara ahí, la persona de todo Sendar con quien seguramente se atreviera más a hablar del asunto, le avivaba los nervios.
Aún así se acercó a ellas, por la espalda de Rena, lo cual solo con los reflejos de su luz por las paredes era escalofriante. Como si un cazador se acercara por tu espalda. Para sus compañeras pasaría algo similar, ver aquello acercándose con los ojos y los cuernos en completa incandescencia, incluso con mala cara, hacía que su aura pulsara todas las alertas de peligro de los presentes.
—Ey —las contempló por un segundo. —Guau, estáis geniales. ¿Todos podemos brillar ahora entonces? —bromeó de manera un tanto nerviosa.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Sede de los Taumaturgos
01/11/21, 04:31 am
Ulmara se unió a su reclamo junto a la puerta y una de las inquilinas no tardó en acercarse para abrirles. Resultó ser una chica irrense de pelo verde con un físico imponente, una chica que a pesar de las pintas de pordioseras que gastaban las trató con más amabilidad de la que les había demostrado aquella ciudad durante la criba. Fue como un soplo de aire fresco y a la ifrit le cayó bien inmediatamente, más aún cuando se emocionó visiblemente al reconocer a la cercana.
—¿Es famosa? —le preguntó con curiosidad a la veterana, mirando a continuación a su amiga y comprendiendo que lo que fuese ahora tenía un nombre super chulo—. Pues entonces yo quiero un autógrafo —añadió con una sonrisa divertida—. Yo soy Qwara, por cierto. —se presentó apresuradamente tras la bruja, recordando que debían ser educadas y empleando por su parte el saludo que le había enseñado Reira.
Aceptando su amabilidad la siguieron hacia el interior del minarete, apenas pasada la entrada, y aunque desde allí no podían ver muy bien la cocina si se percataron de que había alguien ocupándola. «¿Será el novato que mencionó?» se preguntó la sudafricana, flexionando los dedos en un gesto nervioso mientras esperaban a que la ursántropa les diera más indicaciones.
—¿Sabes por algún casual en qué… ? —empezó a inquirir, pero la pregunta murió en sus labios cuando algo a la espalda de su interlocutora atrapó por completo su atención.
La expresión de Qwara pasó en apenas una fracción de segundo de la confusión al miedo, pues la enorme figura que se aproximaba por el pasillo disparaba todas las alarmas de cualquier persona sensata, y de forma inconsciente se pegó a su amiga buscando cualquier tipo de apoyo. Se sentía como un ciervo frente a los faros de un coche, además de forma literal si tenía en cuenta el destello cegador que rodeaba lo que debía ser la cabeza de aquel individuo, y aunque su cerebro le decía que saliera corriendo sin mirara atrás sus piernas se negaban a moverse. Estuvo a punto de caerse de culo debido a esta pugna interna, pero al final la voz de la amenazante criatura rompió en parte el hechizo y una pequeña dosis de racionalidad se deslizó entre sus instintos de huida más primarios.
—¿Nery’s… ? —acertó a decir, abriendo los ojos de par en par al reconocer al frivy en aquella mole descomunal.
Preguntarle cómo era posible que hubiera crecido tanto teniendo en cuenta los cambios que ella misma había experimentado a lo largo de la noche era una estupidez, pero aunque hubiese querido hacerlo el aura intimidante de su compañero no le dejaba pensar con claridad. La ifrit no se había percatado de ello pero las glándulas de sus muñecas habían reaccionado a su temor y ahora sus manos, cerradas en sendos puños por la tensión, estaban empapadas con un líquido translúcido que ardería furiosamente ante la más mínima chispa.
—¿Es famosa? —le preguntó con curiosidad a la veterana, mirando a continuación a su amiga y comprendiendo que lo que fuese ahora tenía un nombre super chulo—. Pues entonces yo quiero un autógrafo —añadió con una sonrisa divertida—. Yo soy Qwara, por cierto. —se presentó apresuradamente tras la bruja, recordando que debían ser educadas y empleando por su parte el saludo que le había enseñado Reira.
Aceptando su amabilidad la siguieron hacia el interior del minarete, apenas pasada la entrada, y aunque desde allí no podían ver muy bien la cocina si se percataron de que había alguien ocupándola. «¿Será el novato que mencionó?» se preguntó la sudafricana, flexionando los dedos en un gesto nervioso mientras esperaban a que la ursántropa les diera más indicaciones.
—¿Sabes por algún casual en qué… ? —empezó a inquirir, pero la pregunta murió en sus labios cuando algo a la espalda de su interlocutora atrapó por completo su atención.
La expresión de Qwara pasó en apenas una fracción de segundo de la confusión al miedo, pues la enorme figura que se aproximaba por el pasillo disparaba todas las alarmas de cualquier persona sensata, y de forma inconsciente se pegó a su amiga buscando cualquier tipo de apoyo. Se sentía como un ciervo frente a los faros de un coche, además de forma literal si tenía en cuenta el destello cegador que rodeaba lo que debía ser la cabeza de aquel individuo, y aunque su cerebro le decía que saliera corriendo sin mirara atrás sus piernas se negaban a moverse. Estuvo a punto de caerse de culo debido a esta pugna interna, pero al final la voz de la amenazante criatura rompió en parte el hechizo y una pequeña dosis de racionalidad se deslizó entre sus instintos de huida más primarios.
—¿Nery’s… ? —acertó a decir, abriendo los ojos de par en par al reconocer al frivy en aquella mole descomunal.
Preguntarle cómo era posible que hubiera crecido tanto teniendo en cuenta los cambios que ella misma había experimentado a lo largo de la noche era una estupidez, pero aunque hubiese querido hacerlo el aura intimidante de su compañero no le dejaba pensar con claridad. La ifrit no se había percatado de ello pero las glándulas de sus muñecas habían reaccionado a su temor y ahora sus manos, cerradas en sendos puños por la tensión, estaban empapadas con un líquido translúcido que ardería furiosamente ante la más mínima chispa.
- InvitadoInvitado
Re: Sede de los Taumaturgos
01/11/21, 11:59 pm
-Tempestomante -repitió Rena -O bruja de las tormentas. Es como… joder, claro, aún no sabréis nada de vuestros cambios, ¿o sí? Creo que tenemos algunos libros por la Sede, o si no siempre está la biblioteca – La bruja le ofreció la mano en un saludo humano, cosa que le llamó la atención pues no parecía humana. Tal vez había convivido con alguno, o puede que el pico y las plumas fueran cosa de la Luna Roja. Le estrechó la mano con una sonrisa -Soy Rena. Er… ¿ella?
La que podria ser humana si le quitaba los cuernos y los fuegos artificiales le saludó a la manera irrense, y Rena le correspondió divertida y un poco confusa.
-¿Famosa? Creo que toda la ciudad vio el espectáculo de anoche con la tormenta y rápidamente se corrió la voz. Alguno de los veteranos reconoció la transformación.
No sirvió de nada que su nariz le alertase de la cercanía del ángel, pues su instinto actuó más rápido que su cerebro racional. Rena se giró con rapidez, cambiando su brazo izquierdo a una garra y su hocico a un morro osuno, con la intención de asestar un zarpazo a la posible amenaza. La luz la cegaba, por lo que aún tardó unos instantes en reconocer al novato, pero por suerte lo hizo justo a tiempo para que la garra no encontrase carne blanda.
-¡Cooooooooooooooooooño! -gruñó, su voz aún ronca por el cambio parcial -¡Qué puto susto! ¡No puedes acercarte así a la gente, lechuguino, casi te saco los higadillos! -le regañó, retirando la garra. Definitivamente tenía que ser algo mágico, pues con los tres trastos bajo su custodia y los capullos de sus amigos ya estaba más que acostumbrada a los sobresaltos. -Vas a tener que aprender prontito a controlar los efectos especiales o nos vas a dar un disgusto.
Parecía que los tres novatos se conocían. No tenía muy claro si eran amigos o no pero por lo menos no detectaba más hostilidades aparte del muy razonable cague que provocaban los cambios del ángel, así que para no seguir ocupando la entrada y no dar pie a ningún silencio incómodo invitó a las dos chicas a entras.
-Puesss yo iba a ofrecerle a vuestro amigo grandullón aquí un desayuno, por si os apetece apuntaros. Seguro que estáis mejor en la cocina que aquí en la calle.
Nadie le había dicho a Rena que las bienvenidas a novatos iban a ser tan raras. Tendría que haberle preguntado a Kin días antes. Y para colmo la cocina se había llenado de pronto de niebla y no tenía pinta de ser cosa de otro brujo.
-Buah, que puto frío de pronto -comentó al entrar -Vale, yo iba a hacer huevos revueltos pero si alguno es vegano también puedo hacer tortitas de platanoy…. Parece que tenemos otra nueva.
Había una chica siniestra con cara muy triste en la cocina. Debía ser la causante de la niebla y del frío. Bien. Fantástico. Miró a Rox pidiendo explicaciones.
La que podria ser humana si le quitaba los cuernos y los fuegos artificiales le saludó a la manera irrense, y Rena le correspondió divertida y un poco confusa.
-¿Famosa? Creo que toda la ciudad vio el espectáculo de anoche con la tormenta y rápidamente se corrió la voz. Alguno de los veteranos reconoció la transformación.
No sirvió de nada que su nariz le alertase de la cercanía del ángel, pues su instinto actuó más rápido que su cerebro racional. Rena se giró con rapidez, cambiando su brazo izquierdo a una garra y su hocico a un morro osuno, con la intención de asestar un zarpazo a la posible amenaza. La luz la cegaba, por lo que aún tardó unos instantes en reconocer al novato, pero por suerte lo hizo justo a tiempo para que la garra no encontrase carne blanda.
-¡Cooooooooooooooooooño! -gruñó, su voz aún ronca por el cambio parcial -¡Qué puto susto! ¡No puedes acercarte así a la gente, lechuguino, casi te saco los higadillos! -le regañó, retirando la garra. Definitivamente tenía que ser algo mágico, pues con los tres trastos bajo su custodia y los capullos de sus amigos ya estaba más que acostumbrada a los sobresaltos. -Vas a tener que aprender prontito a controlar los efectos especiales o nos vas a dar un disgusto.
Parecía que los tres novatos se conocían. No tenía muy claro si eran amigos o no pero por lo menos no detectaba más hostilidades aparte del muy razonable cague que provocaban los cambios del ángel, así que para no seguir ocupando la entrada y no dar pie a ningún silencio incómodo invitó a las dos chicas a entras.
-Puesss yo iba a ofrecerle a vuestro amigo grandullón aquí un desayuno, por si os apetece apuntaros. Seguro que estáis mejor en la cocina que aquí en la calle.
Nadie le había dicho a Rena que las bienvenidas a novatos iban a ser tan raras. Tendría que haberle preguntado a Kin días antes. Y para colmo la cocina se había llenado de pronto de niebla y no tenía pinta de ser cosa de otro brujo.
-Buah, que puto frío de pronto -comentó al entrar -Vale, yo iba a hacer huevos revueltos pero si alguno es vegano también puedo hacer tortitas de platanoy…. Parece que tenemos otra nueva.
Había una chica siniestra con cara muy triste en la cocina. Debía ser la causante de la niebla y del frío. Bien. Fantástico. Miró a Rox pidiendo explicaciones.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Sede de los Taumaturgos
03/11/21, 04:40 am
Ulmara paladeó mentalmente lo que acababa de decirle la ursántropa. <<Tempestomante. Soy una bruja de las tormentas>>. Después le sonrió divertida al verla adaptarse al formato de saludo cercano y asintió para asegurarle que lo había hecho bien. Lo siguiente que le dijo no le gustó tanto, no porque fuera algo feo, sino porque a la cercana no le gustaba la idea de ser famosa.
—Joder. Qué vergüenza…. —dijo, torciendo un poco el morro momentáneamente. El comentario de Qwara la hizo bufar y volver a su estado risueño—. Si me paso el dedo por la ropa te puedo firmar con la churre —le respondió divertida, pellizcándose la camiseta con gesto de asco.
Por desgracia, a Ulmara se le cortó el cuerpo poco después, una vez entraron al vestíbulo del refugio. Algo que no alcanzaba a ver tras Rena le erizó el plumaje y toda la alegría desapareció para dar paso a un miedo completamente inesperado. Por si no fuera suficiente, la respuesta de la ursántropa fue la guinda del pastel. El morro, la garra, la velocidad de respuesta a aquel terror que las había invadido a todas… Y luego escuchó a Nery’s y fijó sus ojos vidriosos en él. La bruja no se había dado cuenta, pero había retrocedido un par de pasos y había alzado los puños. Así estaba cuando procesó la mole alada frente a ella, agradeciendo la cercanía repentina de Qwara con una expresión de congoja.
—¡HUEVOS, NERY’S! —el grito le salió del alma. Luego, con la risa nerviosa a la que había dado paso el miedo, se giró a Qwara y le dijo—. ¡Mira, alas y cuernos! —y volvió a fijarse en el frivy y en su nuevo aspecto. Había crecido, las alas eran gigantes y los cuernos tenían algo extraño que no sabía identificar, pero ¿era normal que le tuviera tanto miedo? No dejaba de ser uno de sus amigos, se dijo, y bajó los puños con un recelo estúpido, acercándose despacio—. ¿Pueden ser huevos Y tortitas? —preguntó a la ursántropa mientras se calmaba, para evitar pensar en cualquier asunto serio. La bruja deseaba inconscientemente volver a la euforia desbordante de antes.
Así, se acercó al umbral que les separaba de la cocina. La recibió un frío extraño y luego la fuente de este, que no era otra que Kiki. Estaba rodeada de una niebla que le daba un aire místico y melancólico y Ulmara no sabía si seguía siendo cosa de Nery’s, pero sentía una vibración extraña en el ambiente que no le gustaba. Estuvo a punto de dejar escapar un “¡Más cuernos!”, pero en su lugar alzó la mano con un gesto incómodo.
—¡Hey! —dijo, y se cruzó de brazos, acercándose un poco a Qwara para protegerse del frío y la incomodidad—. Aquí pasa algo, ¿verdad? —le susurró a la ifrit.
No se había dado cuenta de la sustancia que cubría las palmas de su amiga, abrumada por todo lo que se había presentado ante ellas. Había aún más gente, de hecho, una persona más. Y entonces no se le ocurrió nada mejor que saludar con un gesto de mano y olerse el sobaco de forma mal disimulada.
En minuto y medio Ulmara había olvidado que era una bruja, pero dioses... ¡Qué mal olía!
—Joder. Qué vergüenza…. —dijo, torciendo un poco el morro momentáneamente. El comentario de Qwara la hizo bufar y volver a su estado risueño—. Si me paso el dedo por la ropa te puedo firmar con la churre —le respondió divertida, pellizcándose la camiseta con gesto de asco.
Por desgracia, a Ulmara se le cortó el cuerpo poco después, una vez entraron al vestíbulo del refugio. Algo que no alcanzaba a ver tras Rena le erizó el plumaje y toda la alegría desapareció para dar paso a un miedo completamente inesperado. Por si no fuera suficiente, la respuesta de la ursántropa fue la guinda del pastel. El morro, la garra, la velocidad de respuesta a aquel terror que las había invadido a todas… Y luego escuchó a Nery’s y fijó sus ojos vidriosos en él. La bruja no se había dado cuenta, pero había retrocedido un par de pasos y había alzado los puños. Así estaba cuando procesó la mole alada frente a ella, agradeciendo la cercanía repentina de Qwara con una expresión de congoja.
—¡HUEVOS, NERY’S! —el grito le salió del alma. Luego, con la risa nerviosa a la que había dado paso el miedo, se giró a Qwara y le dijo—. ¡Mira, alas y cuernos! —y volvió a fijarse en el frivy y en su nuevo aspecto. Había crecido, las alas eran gigantes y los cuernos tenían algo extraño que no sabía identificar, pero ¿era normal que le tuviera tanto miedo? No dejaba de ser uno de sus amigos, se dijo, y bajó los puños con un recelo estúpido, acercándose despacio—. ¿Pueden ser huevos Y tortitas? —preguntó a la ursántropa mientras se calmaba, para evitar pensar en cualquier asunto serio. La bruja deseaba inconscientemente volver a la euforia desbordante de antes.
Así, se acercó al umbral que les separaba de la cocina. La recibió un frío extraño y luego la fuente de este, que no era otra que Kiki. Estaba rodeada de una niebla que le daba un aire místico y melancólico y Ulmara no sabía si seguía siendo cosa de Nery’s, pero sentía una vibración extraña en el ambiente que no le gustaba. Estuvo a punto de dejar escapar un “¡Más cuernos!”, pero en su lugar alzó la mano con un gesto incómodo.
—¡Hey! —dijo, y se cruzó de brazos, acercándose un poco a Qwara para protegerse del frío y la incomodidad—. Aquí pasa algo, ¿verdad? —le susurró a la ifrit.
No se había dado cuenta de la sustancia que cubría las palmas de su amiga, abrumada por todo lo que se había presentado ante ellas. Había aún más gente, de hecho, una persona más. Y entonces no se le ocurrió nada mejor que saludar con un gesto de mano y olerse el sobaco de forma mal disimulada.
En minuto y medio Ulmara había olvidado que era una bruja, pero dioses... ¡Qué mal olía!
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Sede de los Taumaturgos
04/11/21, 01:07 am
Se mordió la lengua para no llamarle cabrón cuando se dijo a sí mismo feo. El frivy distaba de serlo. Le devolvió una pequeña risa apenada, pues se le seguía notando el dolor del conflicto a simple vista.
—Mejor, sí.
De nuevo notó la presencia de alguien antes de su llegada, pero esta vez no fue solo el sonido de sus pasos, sino el frío que le subió por los pies desnudos antes de verla. El aspecto de la nueva no era discreto y menos lo fue el pánico de Nea: no había que ser un genio para saber que esa era la chica de la que le había hablado. Al cambiante le recordó a un cadáver, a uno que ha pasado días abandonado en un estanque helado (¡con su niebla y todo!) y ha sido decorado con astas de ciervo en su funeral. Sabiendo los detalles que sabía la incomodidad cayó sobre él como plomo.
—Buenos días —la saludó con una sonrisa cordial que venía a maquillar su inquietud, vigilando el mal aspecto que tenía el otro. La cosa es que tan pronto acabó frase el ángel huyó en dirección a Rena y las recién llegadas, dejándole solo con la novia cadáver. Puede que entendiera su reacción, pero igual se cagó en los muertos del frivy por ello—. Eh-… —se rascó el cuello—. Bueno, bienvenida a la Sede. Llegásteis anoche, ¿verdad? ¿Cómo te llamas?
Hubo gritos y gruñidos en la entrada que le hicieron asomarse. Claro que había sido el ángel. Cayó según le reprochaban con el que sería su antiguo nombre, aunque seguía sin tener claro si había aura o daba cague de forma natural por lo gigante que era. Ambas, posiblemente. Por suerte para él Rena se trajo en seguida al grupito a la cocina, salvándole de tratar con otra nueva con conflictos en los que no pintaba nada solo y permitiéndole ver a las otras dos. Les echó un largo vistazo para quedarse con sus rasgos, desde los imponentes cuernos a la roña que las cubría.
—¡Hola! —saludó de vuelta, refugiándose cerca de su amiga. Cerca de la otra se le estaban helando los dedos, a lo mejor al lado de lava girl se le pasaría—. Bienvenidas vosotras también. Os ha pasado una tormenta encima, ¿no? —bromeó a sabiendas de qué era una de ellas—. Yo soy Rox, por cierto. Ah, um- antes de que a mi compi le de por cebaros con harina… Ahí está el salón, por si os queréis sentar y acomodaros un rato —señaló en su dirección—, y arriba tenéis los dormitorios y los baños. También hay salas de entrenamiento y en fin, que os sintáis como en casa. Estamos para lo que necesitéis.
—Mejor, sí.
De nuevo notó la presencia de alguien antes de su llegada, pero esta vez no fue solo el sonido de sus pasos, sino el frío que le subió por los pies desnudos antes de verla. El aspecto de la nueva no era discreto y menos lo fue el pánico de Nea: no había que ser un genio para saber que esa era la chica de la que le había hablado. Al cambiante le recordó a un cadáver, a uno que ha pasado días abandonado en un estanque helado (¡con su niebla y todo!) y ha sido decorado con astas de ciervo en su funeral. Sabiendo los detalles que sabía la incomodidad cayó sobre él como plomo.
—Buenos días —la saludó con una sonrisa cordial que venía a maquillar su inquietud, vigilando el mal aspecto que tenía el otro. La cosa es que tan pronto acabó frase el ángel huyó en dirección a Rena y las recién llegadas, dejándole solo con la novia cadáver. Puede que entendiera su reacción, pero igual se cagó en los muertos del frivy por ello—. Eh-… —se rascó el cuello—. Bueno, bienvenida a la Sede. Llegásteis anoche, ¿verdad? ¿Cómo te llamas?
Hubo gritos y gruñidos en la entrada que le hicieron asomarse. Claro que había sido el ángel. Cayó según le reprochaban con el que sería su antiguo nombre, aunque seguía sin tener claro si había aura o daba cague de forma natural por lo gigante que era. Ambas, posiblemente. Por suerte para él Rena se trajo en seguida al grupito a la cocina, salvándole de tratar con otra nueva con conflictos en los que no pintaba nada solo y permitiéndole ver a las otras dos. Les echó un largo vistazo para quedarse con sus rasgos, desde los imponentes cuernos a la roña que las cubría.
—¡Hola! —saludó de vuelta, refugiándose cerca de su amiga. Cerca de la otra se le estaban helando los dedos, a lo mejor al lado de lava girl se le pasaría—. Bienvenidas vosotras también. Os ha pasado una tormenta encima, ¿no? —bromeó a sabiendas de qué era una de ellas—. Yo soy Rox, por cierto. Ah, um- antes de que a mi compi le de por cebaros con harina… Ahí está el salón, por si os queréis sentar y acomodaros un rato —señaló en su dirección—, y arriba tenéis los dormitorios y los baños. También hay salas de entrenamiento y en fin, que os sintáis como en casa. Estamos para lo que necesitéis.
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