Ofiuco Aquae

—Supongo —respondió a Gael mientras nadaba torpemente—. La verdad no estaría mal visitar ese nuevo mundo despoblado y nadar un poco en el mar. No soy muy de playa, pero visitar un mar que no esté lleno de mierda de toda clase podría estar bien.

Cuando se le acercó Erika se detuvo y le devolvió la sonrisa.
—No tengo ningún problema en admitir que no voy a ganar ningún premio de natación, así que aprecio la ayuda. A fin de cuentas parece que entre unas cosas y otras a partir de ahora nadar tranquilamente va a ser algo posible.

Antes de que pudiesen empezar, no obstante, Adara intervino y el sueco alzó una ceja ante su muestra de soberbia. Rio con los comentarios de Cain y Wen y después se dirigió a Erika.
—Lo siento, creo que voy a tener que cambiar de profesora porque ha llegado “la fucking master” —le dijo en tono sarcástico.
Tenía curiosidad también por esa demostración y por cómo respondería a los piques.

Gael se rió escuchando las respuestas a lo que había dicho Adara. Le habría encantado entrar al trapo en los piques sobre nadar, pero ya no estaba en posición de competir en el agua nunca más. Aun así no se le había olvidado la mención a visitar uno de los nuevos mundos vinculados, y que no se pudiese meter en el agua no quería decir que no fuese a disfrutar de una playa limpia y soleada.
—Este no es el mejor sitio para competir, que no son piscinas olímpicas precisamente. Vayamos un día a una playa como es mandado y allí competís en serio. Podemos hasta poner penalizaciones a los perdedores, como en los viejos tiempos.
Aquello podía ser muy divertido, siempre y cuando se ciñesen a hacer tonterías en el propio mundo vinculado despoblado. Era un buen cambio de aires ir a un sitio donde hagas lo que hagas no puedas meter la pata con los locales.

La bruja se reía nadando con sus amigos, pero cuando llegó Adara se detuvo y se cruzó de brazos en el agua.
—A la fucking master la encierro en una burbuja y se acabó, tranquilo —le dijo al draco, pero le sacó la lengua a Adara entre risas—. A la playa me apunto, Gael . ¿No te podrías hacer con un cuerpo acuático para acompañarnos? —le preguntó también.

Había duda en su voz, porque realmente no sabía si podría o no ni lo que implicaba. ¿A lo mejor con más magia no le salía rentable? Pero también se había imaginado al fuego fatuo dentro de algún delfín de la tierra, o alguna monstruosidad del mar de Rocavarancolia, y podía ser digno de ver.

¿Al estilo pato? Estilo… pato. Sé que no se refiere a eso, pero lo primero que me viene a la cabeza es una imagen de mí misma en postura de pato nadando sobre el agua. Y claro, por supuestísimo me da la risa tontísima. ¡Desde luego Adara, estás como una regadera!

—Por favor, sería estúpida si no usara todos los medios a mi disposición —digo en respuesta al resto, pero especialmente a la acusación de Wen—. Y… Bueno, creo que nunca he visto nadar a un murciélago, así que juzga por ti mismo.

Sin más, me lanzo a nadar. Tal como he hecho varias veces, acompaño el resto mis brazos y piernas con el de mis alas. Vamos, que para mí el secreto está en mover las alas con el resto de las extremidades, todo juntito para aprovechar el impulso extra que me dan las alas. Y joder si se avanza rápido. No cuelo hechizos de impulso esta vez, por eso. Esta piscina es muy pequeña y, además, estos son para cuando necesito esprintar. Cuando llego al otro lado, me impulso con la misma pared con un movimiento sencillo y vuelvo de la misma forma que vine. Una pena que no haya más espacio, pero aun así diría que he nadado bastante bien.

—¿Entonces qué? ¿Estilo pato, murciélago o burbuja? —Quiero sonar chulita, pero no puedo evitar que se me escape la risita mientras digo esto.

Adara no lo hizo mal, no iba a mentir. A Cain siempre le gustaba ver a los monstruos con anatomías insólitas en movimiento. Era algo fascinante, y más con un físico y musculatura tan definidos como el de la ángel negro.

Cuando la demostración terminó, el invocador borró su expresión de fascinación y la cambió por una sonrisa burlona.

-Hmmm veamos... -dijo acariciándose la barbilla -Yo diría que murciélago. ¿No os parece? -preguntó al resto.

Le sorprendió descubrirse interesado en la propuesta de Gael. Una excursión fuera de la ciudad, ¡y a la playa nada menos!

-Me apunto a eso. Hace tiempo que no me meto en una buena apuesta.

A Wen la idea de la playa no le hizo tanta gracia como al resto de su grupo. Ciertamente la idea de una escapada para bañarse, hacer un picnic, jugar a algún juego y simplemente relajarse en un agradable clima le atraía y podía verse disfrutando del calorcito y el bonito paisaje, pero sabía que, por mucho que amara el agua, la arena y, sobre todo, la sal marina resecaría muchísimo su piel. Por suerte para ella, conocía varios hechizos y sabía dónde adquirir determinados ungüentos para evitar que su piel se secara, lo que convertiría un gran problema para ella en una pequeña molestia fácil de ignorar. Si al final su plan de excursión salía adelante, tendría que prepararse muy bien para ello, pero supuso que una excursión con sus amigos fuera de la ciudad merecería la pena.

Mientras Adara realizaba su demostración, Wen la observó con ojo crítico fingiendo darle al acto mayor importancia del que tenía y luego miro al resto de sus amigos asintiendo a las palabras de Cain.

-Murciélago sin duda -afirmó fingiendo seriedad-. Al menos, parece estar tan ciega como uno de ellos -bromeó al final.

Dejó escapar una risotada ante la propuesta de Gael.
—A ver, que yo no hago ascos a una competición amistosa y mientras no sea juez el saco de arena no tengo miedo a las penalizaciones, pero… Tampoco soy idiota. Mi capacidad natatoria ahora mismo es la de un chucho cojo. Si hay categoría a mi nivel aún.

Contuvo el gesto cuando Erika preguntó a Gael sobre introducirse en un gesto acuático: sabía el problema que tenía el fuego fatuo con el agua, pero sería mejor que le respondiese él.

Prestó atención a la demostración de Adara. Ciertamente la ángel negro sabía nadar aprovechando sus alas y con un buen estilo. Claro que después de haberse autodenominado “la fucking máster” no era algo que le fuese a decir así sin más.
—No soy experto, pero… Murciélago —asintió brevemente respondiendo a la pregunta de Cain después de que lo hiciese Wen.

La idea de la playa parecía haber calado bastante bien, pero aunque no pensaba realmente competir nadando contra nadie sí que quería aprender a manejarse mejor. No sabía muy bien cómo podía hacerlo, pero les pediría ayuda a las chicas presentes, que eran las mejores nadadoras del grupo. Sobre todo, habiéndola visto ahora en acción, sin duda quien más le podría ayudar sería Adara debido a lo evidente.

—Pues deberíamos buscar un día para hacer una excursión al mar. Habrá que investigar un poco sobre los nuevos mundos. Hemos hablado de ese mundo deshabitado, pero la verdad es que siento curiosidad por Mjörne. Tras el gran desastre ahora es un mundo compuesto por islas y en la gran mayoría no vive nadie.

Gael terminó abandonando la terma de fuego para ver la demostración de natación improvisada, sonriendo divertido ante los esfuerzos de sus amigos alados por usar sus apéndices extra como refuerzo y no como impedimento. No necesitó ni votar ante la pregunta de la ángel negro porque la unanimidad en las opiniones del resto no dejaba espacio para la duda. Le distrajo de responder, de hecho, la pregunta de Erika.
—Podría, claro, incluso uno no acuático para protegerme. Pero no sé, le he perdido el gusto al agua, es un poco agobiante sumergirse. Prefiero hacerlo solo si lo tengo que hacer por narices. —Rio para quitarle hierro al asunto. Aunque era una fobia que podía controlar, se preguntaba a dónde había ido a parar aquella parte de sí mismo que disfrutaba del agua, que incluso lo había hecho cuando se acababa de transformar.

Mientras Noel hablaba de las posibilidades que tenían para la excursión, la mirada de Gael se perdía en las puertas que llevaban a zonas de las termas que todavía no habían visitado. ¿Habría más termas especiales listas para usar en otras salas?
—Mjörne suena bien, tenemos que patearnos todos los mundos tarde o temprano —dijo distraídamente.

La bruja se mordió la lengua cuando vio a la ángel negro nadando. Había aprendido a sacarle partido a las alas bastante bien, y lo demostró con creces. ¡Parecía que volaba bajo el agua! Cuando volvió con ellos y se les plantó un poco chula, Erika aplaudió un poco y aceptó la "derrota".
—Mis disculpas, señorita, nada usted bastante bie, y seguro que Noel puede llegar a hacerlo igual. Es más, si competimos, me pido la categoría sin alas —acabó riéndose.

Después se dirigiría a Gael para sonreírle.
—Ay, vaya, lo siento. Y bueno, entonces tómate tu tiempo y no te preocupes, lo tendremos en cuenta.

En ese momento se sumó el vampiro, que venía buceando. Emergió con los demás y lo hizo con el índice levantado.
—Yo me apunto a la excursión también, pero que sea algún mundo sin un sol abrasador o que sea de noche, porfa —se rió a su vez.
—¿No quieres ser el emo del grupo envuelto en oscuridad en pleno día?
—No, quiero ser quien gane la carrera en la categoría sin extremidades extra —le sacó la lengua y se rieron los dos.

Sí, sí. Tal como tenía pensado, todos votan a murciélago. No es como si mis alas de por sí no dieran pistas ya, claro. Sus reacciones son graciosas, eso se lo tengo que dar.

—¡Playa! Es una idea maravillosa. Me sé de algunas que están guapísimas. —Y rarísimas unas pocas también—. Pero también me apunto a descubrir alguna nueva.

Sí, sin duda molaría. Suelo ir a menudo ni que sea a cazar o a cambiar de aires, pero creo que ya hacía bastante que no iba en grupo a pasar el día. Me da un poco igual dónde, la cosa es ir y hacer el canelo por ahí.

—No te preocupes, te puedo echar una mano cuando quieras Noel. Nuestras alas son distintas, pero creo que… No sé, las bases serán parecidas. Me imagino.

Giz se mantuvo callado, que no aburrido. Le encantaba observar a sus compañeros hacer el tonto o el serio y escucharles conversar aunque no tuviera mucho que añadir. Además, el agua de la terma era super agradable y tan solo contribuía al buen ambiente que sentía en ese instante. Seguía pensando en el paradero de Matt, pero a la vez se decía a sí mismo que no pasaba nada con él: podría estar en una de las miles de playas a su alcance, igual que ellos estaban pensando en buscar una.

—Creo... Oye, Gael, ¿qué te parece que seamos los jueces? —le preguntó al fuego fatuo, dando por hecho a la vez que le apetecía participar en aquella escapada. Él sabía que no tenía posibilidades de ganar sin magia y, aunque no lo diría, su apuesta secreta era Wen, si encontraban un lugar a salvo de miradas indiscretas—. Tengo ganas de ver qué clase de fauna esconde ese mundo.

Las incursiones a los mundos vinculados siempre le fascinaban, aunque cada vez se encontraba con menos tiempo para realizarlas él y se obligaba a pedir ayuda a Zobriel o a otros novatos que necesitaran dinero fácil.

Cuando Erika dijo que si había finalmente competencia ella se pedía la categoría sin alas, Wen sonrió con picardía antes de hablar.

-¿Eso quiere decir que va a haber dos categorías de competición? ¿Puedo apuntarme yo a las dos? Técnicamente tengo dos formas así que entraría dentro de las normas restrictivas. Aunque, claro, sería muy injusto que yo participara en las dos. Estaría feo no daros la posibilidad de ganar al menos una categoría. Al fin y al cabo, soy una profesional -comentó con fingida indiferencia dándole un trago a su copa.

Antes de su transformación, Wen había sido una nadadora mediocre en el mejor de los casos, aunque nunca le había tomado importancia ya que su notoria velocidad corriendo era lo único que le importaba, pero la transformación de vouivre era más acuática de lo que podía parecer a simple vista, razón por la cual las termas eran tan importantes para ella, y le había permitido una velocidad de nado tanto en forma de serpiente como de humana excepcionales. Nunca había competido con ninguno de sus amigos en el agua, por lo que realmente no sabía sí su victoria era tan clara, pero sospechaba que no le iba a suponer demasiadas dificultades, sobre todo en la categoría con alas donde ella era más natural.

-Yo estaré de acuerdo en vuestra decisión sobre la playa o el mundo escogido, me fío de vuestro criterio -contestó cuando Noel sugirió investigar sobre nuevos mundos vinculados para elegir la playa-. Solo pediré que sea un par de meses después de la inauguración de las termas, si es posible. No me siento especialmente cómoda dejándolas sin mi tan pronto.

La británica realmente no tenía interés en tomar parte de la decisión sobre el mundo o la playa, ya que sabía que cada mundo y playa tenía su encanto y le gustarían todas las opciones, pero cuando Jack dio su opinión no pudo resistirse a retractarse.

-He cambiado de idea, sí que quiero formar parte en la elección de la playa. Mi voto es por la más soleada y con los días más largos posibles -dijo con socarronería. Luego se giró para mirar al vampiro-.Oh, Jack, es realmente bonito que pienses que puedes ganarme nadando. Me enterneces -añadió la vouivre haciendo un gesto sentido con la mano en el corazón-. Así se hace, pequeño chupasangre, lucha por tus sueños aunque sean tristemente imposibles.

—Exacto: sería un desperdicio tener a nuestra disposición todos estos planetas y no visitarlos todos —se mostró de acuerdo con el comentario de Gael.

A continuación asintió a la propuesta de Adara.
—Me siento más torpe que un elefante en una cacharrería ahora mismo, así que no rechazaré el ofrecimiento. No creo que importe mucho el tipo de alas… ¿no? Bueno, o eso espero.

Se rio con los comentarios de Wen.
—Lo sentimos, tú no puedes participar. Estás descalificada automáticamente por profesional; esta es una competición para noobs—. La chica pidió entonces si podían planear la visita a la playa para dentro de un tiempo y el draco asintió—. Yo no tengo prisa ninguna. Además, tendré que aprender a nadar primero o quedaré en ridículo.

Las pullas y los piques continuaron un rato más, pero pronto se moverían tanto figurada como literalmente, porque la vouivre iba a hacerles un tour por las instalaciones.

Gael le sonrió a Erika quitándole importancia a lo que le había explicado momentos antes. Gracias a eso, Giz le propuso ser los jueces, y al fuego fatuo se le iluminó la mirada.
—¡Pues claro! Seremos como esos jueces quisquillosos de los programas de talentos —le dijo al goliat, encantado de poder participar de alguna manera en el concurso a pesar de sus taras.

Cuando escuchó las palabras de Jack no pudo evitar menear la cabeza con efusividad.
—Ah, no, no. Eres el único vampiro del grupo, si aquí haces vida diurna también la puedes hacer en la playa —bromeó, junto con varios de los demás que también le respondieron—. Aunque tampoco me opongo a quedarnos por allí hasta que se haga de noche. Así llueve un poco a gusto de todos.

Las pullas sobre quién ganaría o perdería no le afectaban a él, pero cuando Noel dijo que tenía que practicar primero, protestó.
—Sería mejor si os lanzaseis de cabezas al concurso sin preparación. Por lo menos los jueces nos íbamos a reír más.
No quería un concurso serio, ni siquiera uno justo. Al menos estaba seguro de que, fuese como fuese, lo iban a pasar en grande.

El plan de la playa iba tomando forma entre bromas e ideas, y la pareja estaba en su salsa. Los piques iban y venían y se reían como siempre.

Al vampiro le hizo especial gracia el giro de la británica, y chasqueó los dedos antes de responderle.
—Que conste que nuestra serpiente favorita ha cambiado de idea gracias a mí —y entonces le sacó la lengua y se rió.

Erika se sumó a las bromas.
—No le hagáis caso, es perfectamente capaz de no derretirse al sol... Pero mientras os picáis entre ustedes dos, la carrera la ganaré yo —dijo con aires de suficiencia—. O puedo sobornar a los jueces si hace falta, solo tengo que hacerles reír —bromeó.
—¿Podemos decir que es trampa aprovecharse de los piques, de las condiciones climáticas y demás? —y remató la pregunta salpicándole agua a la bruja—. Yo lo que propongo es una hoguera en la orilla de noche, y también podemos hacer una barbacoa para comer de día también, y bailar y beber... Echo de menos las fogatas de campamento.

Asiento con un “¡aaajá!” a lo que dice Noel. La verdad es que te vendría bien aprender tío, nunca sabes cuándo puedes necesitarlo… Vale que es cierto que podemos usar magia, pero eh. Cuantos más recursos tiene uno, mejor.

—La verdad es que tiene pinta de habrá bicharracos muy guapos por ahí —respondo a Giz—Buah, quiero irme de caza para allá.

Desde que volví de mi… Viaje retiro espiritual crisis treintañera o lo que fuera que hice, le he pillado aún más el gusto a cazar y recoger comida en los distintos mundos. Es, no sé, como un reto para mí. Algo que me mantiene activa, concentrada y a la vez me relaja. Me mola.

Los comentarios de Wen hace que me ponga a reír a carcajadas, en especial el que le ha soltado a Jack.

—¡Eh! ¿A quién llamas noob tú? —respondo a Noel. A continuación me dirijo a Wen—. ¡No nos quites la ilusión! Es cierto que tienes una ventaja injusta, pero nunca se sabe lo que puede pasar en la pista…

Sonrío y aparto la mirada haciendo como que finjo inocencia. La verdad es que me gustaría un concurso que fuera un pelín justo, así que tampoco puedo aceptar lo que dice Gael. Pero… dejemos que lo pase bien con sus planes de disfrutar a costa de Noel. Qué malo.

—¡Eso suena maravilloso Jack! —Exclamo en respuesta a su idea. Tuve un buen puñado de fiestas así cuando estaba en la Tierra… ¡Y aquí, con esta gente, va a ser aún mejor!

La verdad es que se está tan genial aquí en el agua, que me da a hasta pena cuando Wen nos dice si queremos ir a hacer una visita por el resto de las termas. Pero bueno, oye… después de todo lo que ha pasado para construirlo, es lo normal que quiera fardar de lo que ha logrado. Y con razón.

Mjorne era un mundo del que todavía no sabía mucho y eso quedaba como tarea pendiente, pero no descartaba apuntarse a la excursión. Echaba de menos el mar, un mar que no diese absoluto asco, claro está.

-Apuntadme a mi también como juez. Se me da bien eso de criticar a la gente -dijo. No era especialmente competitivo, y desde luego no iba a apuntarse a una competición que no supiese que iba a ganar al cien por cien.

Se terminó la copa, se tomó otra más. Los piques continuaron y Cain se abstuvo de participar salvo con pequeñas aportaciones para meter cizaña. Wen les propuso enseñarle las instalaciones y el invocador se apresuró a salir de la piscina. Había sido espectador de casi todo el proceso, pero el producto final era un misterio y tenía muchas ganas de verlo. Se secó con un hechizo y se puso la bata. Entre amigos no tenía por qué vestirse. El ojo insectoide correteó hacia él y le trepó al hombro dispuesto a estudiarlo todo con detalle.