Ofiuco Aquae

♪ I wish I had a riiiver I could skaaate awaaay on ♪

Por algún motivo me ha venido esta canción a la cabeza, aunque no tiene absolutamente nada que ver con la situación ahora. Es que joder, ya me dirás. Yo aquí con todo el chill flotando en las termas y cantando en mi cabeza una canción invernal. ¡Pero una bonita!

—Venga yaaa. ¡No os habéis acostumbrado antes al lujo porque no habéis querido! —Respondo a los quejicas estos. Por otro lado…— ¡Ajá Giz! Este es el paso que necesitábamos para alcanzar nuestro destino. Nuestro lujoso y decadente destino. Tú ya sabes de lo que hablo —esta vez me dirijo a Erika.

»¡Estos necesitan que los malcriemos más, Wen! Que sí, que vivimos en el Cuchitril, pero eso no significa que vivamos en un cuchitril. Aquí hay ya unos ciertos estándares que cumplir, oye. ¿Qué van a decir los vecinos sino? —Estoy siguiéndoles la broma, claro.

La verdad es que este sitio es un pasote. Wen ha prestado mucha atención a los detalles tanto con la decoración como con las mismas funcionalidades. Está hecho de tal manera que… Te relaja. Supongo que ayuda que desde que entré ya me sentía en un lugar totalmente distinto para empezar. Es de diez, fijísimo.

Cain se había sentido un poco mal con que ni Ariven ni Vivia le hubiesen acompañado. No le habían engañado con la excusa de que estaban ocupadas, sabía que querían que pasase más tiempo con sus amigos, pero ellas también eran amigas de Wen.

‘’No se preocupe, jefe, ya iremos a la fiesta grande’’ -le habían dicho. El invocador dejó escapar un largo suspiro y se hundió un poco más en el agua. Tal vez si supiese relajarse cuando estaban presentes no le harían semejantes encerronas para que socializara fuera del trabajo.

Aun así estaba encantado de estar ahí. El sitio era impresionante, no se había cansado de decírselo a Wen desde que vio los primeros planos hasta la gran revelación cuando lo terminó. La decoración era elegante pero sin dejar de lado la practicidad y la comodidad, y los hechizos para darle ambiente eran un toque inmejorable. ¿Cuántos sitios había en la ciudad donde pudiese sentir esa paz? Cain podía contarlos con los dedos de una mano. Y le sobraban dedos.

Llevaba puesto un bañador negro y dorado de Versace que le había regalado Jau y aún no había tenido ocasión de estrenar, y su bata a juego y su parche descansaban a unos metros de la piscina. Se había recogido el pelo. Daba gracias a que no tuvieran que llevar gorritos como en los spas de la Tierra o su coquetería no habría podido soportarlo.

-Formáis parte de la élite de la ciudad, ya va siendo hora de que lo aceptéis -regañó a los cuchitrileros con una sonrisa. Tenían buena reputación, buenos contactos y una posición bastante cómoda para vivir un trabajo y una ciudad tan peligrosa. El comentario de Adara le hizo reír - ¡Sí, malcríalos, Wen! ¡Haz que sucumban a la vida de ricos!

Cain se apoyó con los brazos cruzados en el borde de la piscina. Había espacio suficiente para nadar, incluso para alguien tan grande como Noel. Hacía años que el invocador no nadaba, pero no quería dejarse en ridículo con su pésima forma física.

-Por cierto, Wen, las chicas me han pedido que te recuerde que llevan mucho tiempo haciendo publicidad de tu negocio y que exigen pago en vales de descuento. Seguramente te lo dirán ellas mismas en la fiesta pero si no te lo digo yo antes es posible que atenten contra mi vida.

Wen estaba entusiasmada con la fiesta, sumergida en el agua, rodeada de sus amigos, vistiendo su bañador negro de dos piezas unidas con tiras cruzadas y el pelo recogido en una coleta alta. La había planeado como un momento tranquilo y agradable que tener con sus amigos después de todo el estrés y el trabajo que había sido la construcción de las termas donde podrían disfrutar del local de lo que había conseguido antes de entrar de lleno en el estrés y el trabajo que sería regentar las termas.

La vouivre estaba muy orgullosa de cómo había quedado el local donde hasta el último detalle había sido configurado cuidadosamente. Por todo el local se respiraba un aire de lujo clásico que era precisamente la idea que había querido trasmitir. Pero no todo el local estaba realmente acabado. Si bien su terma privada y despacho estaban completamente construidos, se encontraban vacíos de muebles, exceptuando por una cajonera, una silla y la mesa plegable que había estado usando como mesa de trabajo en el local durante las reformas. Teniendo en cuenta que durante los primeros meses Wen tendría que encargarse de ser anfitriona de las termas de forma casi exclusiva y no tendría mucho tiempo para hacer uso de su despacho, la británica había decidido tomarse la decoración y amueblado de su despacho con calma, decidiendo contactar con ese nuevo restaurador de muebles que había llegado a la ciudad para su espacio personal y no encargarle a Per piezas específicas que casaran a la perfección con el estilo de las termas como había hecho con el resto de muebles. Esperaba poder crear un espacio completamente suyo como nunca antes había tenido.

-Oh, no -respondió a la pregunta de Noel con una sonrisa-. La terma que lleva nuestro nombre está justo debajo de mi despacho. Es un poco más estrecha que esta, pero más larga, pero aún no está lista. Tendrás que esperar para disfrutarla.

Esa terma había sido creada exclusivamente para Wen, de acuerdo a su tamaño como serpiente y a sus preferencias, por lo que no contaba con todo el catálogo que el resto de termas tenía, ya que ella no necesitaba tanta variedad de elección, como fuego, niebla, sonido de guerra u olor a sangre. Era una terma de agua dulce de distintos mundos incluido syv, con sonidos armoniosos de naturaleza y paisajes tranquilos de bosques, playas, montañas nevadas o nocturnos. Era una terma creada completamente por y para ella, lo que no significaba de ninguna manera que en algún momento hubiera pensado que sería la única en usarla. Wen esperaba que sus amigos hicieran uso de las termas como clientes, tanto individuales como grupales, donde podrían relajarse y desconectar rodeados de un paisaje, olor y sonido totalmente a la carta, pero eso no quería decir que no querría de vez en cuando compartir su tiempo en una de las termas con ellos y, exceptuando esta fiesta privada de inauguración, no habría otra piscina donde hacerlo que la suya personal.

-Bueno, como criatura parcialmente acuática estoy encantada con mis aguas. Como mujer de negocios, deseando recibir cuanto antes a mi principal fuente de ingresos -contestó con una sonrisa socarrona a Giz recolocándose bajo el brazo de Noel para podes disfrutar mejor del agua que le rodeaba.

Wen rió complacida con el intercambio entre Jack y Erika, guiñándole un ojo de vuelta a esta última antes de hablar.

-Tranquilo, Jack, hoy es un día de celebración, nos podemos tomar un descanso. De hecho, me siento hasta generosa. Creo que no te voy a cobrar el baño de hoy -comentó estirándose de forma despreocupada.

A la vouivre le hizo gracia la discusión sobre el lujo que se generó. Ella misma solo había comenzado a ser partidaria de tener cosas bonitas y agradables tras su transformación y muy derivado de esta venía la parte del lujo y las cosas brillantes, pero también estaba muy en sintonía con la sensación general del Cuchitril de ser, a pesar de todo, gente simple que se contentaba con cosas sencillas. Por muy contrario a la realidad que pareciera aquello en Rocavarancolia.

-Bueno, algunos todavía parecen reticentes -comentó dándole una mirada significativa a Noel y Gael-. Pero creo que por el momento podemos empezar con pequeñas cosas.

Mientras hablaba una de las bandejas, las cuales tenían anclados hechizos de levitación para que fuera más fácil para los empleados mantenerlas en equilibrio mientras servían las bebidas, se había acercado levitando hacia ellos con un par de botellas de champán y copas de tubo para todos. En la barra, Wen y Virgo, quien había decidido no unirse a la fiesta ya que prefería estar en su habitación descansando con un libro, habían preparado bebidas varias y algunos aperitivos, pero la vouivre creía que la ocasión requería empezar con champán y con todo aquello sobre el lujo le habían dado la excusa perfecta.

Antes de comenzar a servir el champán, Wen recordó que le había preparado algo especial para el fuego fatuo y con la emoción de sus amigos viendo por primera vez su trabajo terminado se había olvidado.

-Oh, Gael, casi se me olvida. Tú también puedes bañarte si quieres. Esa de ahí que tiene la puerta abierta es individual y está preparada para ti -le indicó señalando la habitación más próxima y la única con la puerta levemente abierta-. Solo darle a un botón y como si acabaras de caer en una bacanal de piromantes. No tienes por qué usarla si no quieres, pero pensé que era injusto que fueras el único que no disfrutara de mi trabajo.

Aunque la terma individual era la más próxima a donde se encontraban, estaba lo suficientemente lejos como para que Gael necesitara gritar un poco para poder hablar, pero Wen ya tenía amuletos con hechizos de amplificación del sonido anclados que había preparado para esta ocasión.

-Pretendía darles descuento igualmente, no creo que esperaran algo diferente -contestó a Caín bufando por la tontería de sus amigas-. De todas maneras, creo que también las invitaré a comer al mesón en cuanto el negocio arranque porque si tengo que descontarles más de lo que pretendo, terminaré pagándoles yo a ellas.

—Eso es.
Le había dado la razón a Gael, aunque eso no le impidió reírse con la referencia de Giz al descapotable protagonista de su mayor locura hasta la fecha en la Tierra.
>>¿Y cuándo lo hemos negado? —preguntó retóricamente a Adara cuando esta dijo que no se habían acostumbrado porque no habían querido—. ¿Qué vecinos, por cierto? ¿Los colaespina? —continuó la broma.

Le sacó la lengua brevemente a Wen cuando hizo alusión a que el fuego fatuo y él no se querían adaptar al lujo, pero el comentario que definitivamente le hizo reír fue el de Cain.
—Aunque pueda parecerlo no pretendo ofender a nadie con esto, pero… Si nosotros, que nos autodenominamos “cuchitrileros” somos la élite de la ciudad es que el estándar está muy bajo.

En realidad no añadió nada más porque no quería arriesgarse a ofender al brujo, pero no entendía en absoluto qué criterio se suponía que se seguía para saber si alguien era “la élite”. A fin de cuentas Rocavarancolia no tenía clases sociales ni nada parecido, por suerte.

La vouivre explicó entonces que había preparada una terma especial para Gael y, aunque no era la primera vez que lo pensaba, cada vez era más evidente el esfuerzo y dedicación que la chica había puesto en aquel proyecto. El propio draco no era precisamente vago, pero no se creía capaz de llevar adelante algo tan grande como eran aquellas termas y estaba verdaderamente orgulloso de su pareja.

El fuego fatuo rio con el comentario de Giz, recordando la anécdota a la que se refería.
—Que conste que no escogimos un coche caro porque tengamos caché, sino porque no nos dan una mierda de pena la gente que se los puede permitir —le respondió gesticulando con desprecio, sin perder la sonrisa.

Gael se divertía mucho con los comentarios de sus amigos, pero al igual que le pasó a Noel, el de Caín no podía pasarlo por alto.
—¡La élite! ¿Qué pensará la gente que realmente esté peleando por convertirse en la élite al ver el aspecto de nuestra casa? —bromeó antes de romper a reír.

Todo el mundo parecía estar pasándoselo en grande, y precisamente por eso a Gael no le importaba ser el único que no se estaba bañando, pero sus ojos brillaron de emoción cuando Wen le ofreció la terma privada. Le parecía feo irse de allí, pero desde luego no iba a marcharse sin probar aquel invento de la vouivre.
—Eres la mejor, Wen —le dijo con una sonrisa, a medida que levitaba marcha atrás hacia la puerta que le habían señalado—. Disculpadme un momento, tengo que probarlo yo también para poder evaluar el servicio.

Gael buscó el botón al que se había referido su amiga y lo pulsó. Las llamas brotaron de la bañera hasta cubrirla, sin consumir el mobiliario a su alrededor. El fuego fatuo se frotó las manos y se sumergió en las llamas, que a él le proporcionaban una sensación similar a entrar en una sauna sin humedad. Era más agradable de lo que había pensado que sería, ya que hasta ese momento nunca se le había ocurrido relajarse sobre un incendio.
—¡Diez sobre diez! —oirían decir a Gael.

La coña sobre su estatus dentro de la ciudad parecía ir por el mismo camino que el coche que estrellaron, siempre en el mejor de los sentidos. Cada aportación ensanchaba la sonrisa tímida del goliat, que se preguntaba de qué manera podrían malcriarlo más. Holgaba decir que hasta hace poco jamás se habría planteado bañarse en una terma y, a partir de ahora, sería algo que ocurriría a menudo; la expectación del goliat era real.

—Eso es verdad —dijo tras el fuego fatuo. La gracia de estrellar aquel coche en concreto fue lo caro que era: el golpe sería insignificante para un porcentaje altísimo de humanos y las únicas personas a las que le podría doler eran las que menos le importaban—. Una pena que no pudiéramos ver las caras de los dueños.

La respuesta de Wen también colaboró al buen ánimo del goliat, que no pudo sino asentir. Veían tan poco a la vouivre transformada en serpiente, por motivos evidentes, que a veces se le olvidaba que aquella forma también tenía sus propias necesidades. Estaba seguro de que las termas no solo lograrían cubrirlas sino que lo harían por todo lo alto. No había más que ver lo bien equipadas que estaban, hasta el punto en que podían ofrecer servicios incluso para el fuego fatuo. Entre eso y la labia de Wen (que quedaba patente con los tiras y aflojas entre ella y el vampiro), el goliat solo podía augurarle un buen futuro a su negocio.

—Cuando los mercenarios de Cerril nos superen, confío en que Wen nos pueda mantener a todos —se rio.

Acto seguido Gael procedió a probar su terma de fuego y el goliat se abstrajo observándola.

Erika se rió con la respuesta de la vouivre y el vampiro alzó su copa en su dirección también entre risas.
—Si no te decides... Antes solía hacer descuentos para parejas —sonrió burlón tanto a Wen como al draco.
—¡Pero será posible! ¡Ni una tregua!
—Es que esto me recuerda al Burdel y claro...

La bruja le cortó, pero esta vez fue de forma más gráfica. Le había cogido de la coleta y tiró hacia ella en diagonal, hacia abajo.
—Menos mal que eres un masoquista y que si Noel y Wen te descuartizaran por liante ninguno sacaría nada de provecho... —señaló la bruja con una sonrisa sin mirar al vampiro sino a los demás.

Y el mencionado vampiro primero desvió la mirada, turbado, pero después se echó a reír. La habría cortado entre frase y frase, pero... Esa salida no se la esperaba, le había escuchado perplejo y no se le ocurría nada para responderle. Mucho menos con el pelo aún entre sus dedos. No duró mucho la risa, sin embargo, pues Erika le hizo girar la cabeza para que le mirase. No solían tener gestos así en público y sus amigos podrían ver un poco sonrojado al rubio, y es que era verdad que las termas habían despertado recuerdos en ambos. Jack tragó saliva, se relamió a medias porque recibió una mirada severa por ello, y finalmente abrió la boca.
—¿Tregua?
—¡Así me gusta! —y entonces le soltó—. Vamos a comportarnos, anda —remató entre risas que el otro secundó.

Después, se distrajeron con los demás. Que Wen hubiera pensado en todos y algunas termas pudieran oler a sangre o que incluso Gael tuviera una de fuego era una pasada «¿Y cómo sería una terma de sangre en lugar de agua? Eso tengo que probarlo». También, los comentarios y bromas sobre el "paseo" en coche por la Tierra de los Cuchitrileros estuvo entretenido, mientras que las conversaciones sobre acostumbrarse al lujo o no trajeron recuerdos un poquito malos al vampiro. Seguía pensando que prefería invertir su dinero en sus amistades o incluso en la ciudad antes que gastársela en caprichos o lujos, y si eso significaba estar fuera de lo que fuera que fuese la élite... mejor para él, la verdad.
—Si hacéis un negocio de estrellar coches o fastidiar a gilipollas en general, os puedo dar las señas del cabronazo de mi padre para la próxima vez —"bromeó" el vampiro al respecto. Eso sí, a él sí le habría gustado verle la cara. Si no había llegado a intentar buscarle era porque perdería mucho tiempo y dedicar una visita a la Tierra solo para eso no le merecía la pena, sinceramente.

—¿Veis, veis? —¡Los comentarios de Cain y Wen me avalan!— ¡Somos la élite! Sea lo que sea que signifique eso.

Remato haciendo una pedorreta con la boca. Me río ante los comentarios del resto de cuchitrileros. Tienen que acostumbrarse aún estos. Que si, no viviremos entre los lujos de los grandes palacetes, ¡pero simplemente porque tampoco nos da por ahí! Hay muchísimas más formas de ser “la élite” aquí. Y diría que tener cierto renombre es una de ellas.

Peeero como sea. Vaya vaya, Wen no he reparado ni siquiera en sus propias comodidades. Pero es que esta ciudad no es la mejor para pegarse un chapuzón… ¡Y ni aunque lo fuera! Nada como unos buenos baños para alguien como ella. Es que joder, ya yo estoy en la gloria.

—¿Espera qué?

¿He oído bien? Un baño para… ¿Gael? Oh mieeerda, quiero ver esto. Me acerco tras Gael y me asomo a la puerta mientras lo enciende.

—¡Ohhh joder! ¡Qué guapo! ¡Esto es glorioso, brutal!

En serio, me encanta. So fucking… insane… ¡Cool! Espera un segundo… Veamos, ¿cómo era eso? Buah, demasiado tiempo sin usarlo. ¡Ah sí! Primero así y luego muevo hacia adelante… Vale, vamos allá. Rápidamente empujo un poquito la llama esta y… ¡Ja! ¡Salpicadura de fuego de lleno a la cara de Gael! Y con esto me vuelto corriendo volando a la otra bañera. ¡Y yo que me descojono!

Cain podría haberse ofendido por la respuesta de Noel, pero en su lugar se echó a reír.

-No voy a negártelo, tienes razón. El listón está bajo.

Sentía que la ciudad se le estaba quedando pequeña, incluso con los desastres y desgracias que no paraban de ocurrir todos los años. Por eso los proyectos como el de Wen o los de los novatos le hacían tanta ilusión.

-Como los mercenarios de Cerril os superen os desheredo -amenazó con una media sonrisa que parecía a punto de convertirse en risa en cualquier momento. -Un día tenéis que contarme con detalle esa aventura en la Tierra. Y si no habéis ido ya, os recomiendo Milán como vuestro próximo destino al que ir a estampar coches caros.

De debajo de su bata salió un pequeño ojo con patitas que correteó tras Gael hacia el baño de fuego. Así podría cotillear sin tener que salirse de la piscina.

-Es alucinante -comentó -Me sé de una demonio de fuego a la que le va a encantar esto.

Ya empezaba a pensar que le iba faltando el alcohol allí cuando una bandeja se les acercó con copas. << Esta chica está en todo>> pensó complacido cogiendo la suya.

Wen sonrió al ver a Gael disfrutando de la terma de fuego y en seguida activó el sistema de hechizos de ampliación de voz para que pudieran escucharse perfectamente sin que ni el fuego fatuo ni ellos tuvieran que gritar.

-Con críticos como tú no voy a tener problemas en hacerme de oro rápidamente -bromeó tras la nota de Gael.

Una vez se aseguró de que todas las copas estuvieran llenas, cogió la suya y dejó que la bandeja levitara frente a sus amigos parando uno por uno hasta que todos tuvieron su copa.

-Para que los de Cerril os superen tendríais que haber perdido todos la pierna izquierda hace tiempo... y la derecha... y los dos brazos. Y haberos quedado sordos, mudos y ciegos. Y tener algún tipo de enfermedad mágica incurable que os impidiera llenar vuestras reservas mágicas -expuso de forma pensativa-. Na, creo que aún así les ganaríais por paliza.

Wen puso una mueca de desagrado cuando Jack dijo lo del descuento de parejas y sonrió burlonamente cuando Erika le cogió de la coleta.

-Tienes suerte de que Erika tenga todo mi aprecio y cariño o tu línea de pensamiento te hubiera llevado a ser la primera foto en mi mural de personas non gratas -comentó fingiendo enfado. Luego añadió al ver su sonrojo por las acciones de Erika-. De hecho, tampoco estoy muy contenta con esta línea de pensamiento tampoco. Abstente de contaminar mis aguas, sanguijuela.

Tras una mueca desdeñosa en su dirección, se giró hacia Adara que en ese momento se había acercado a la terma de fuego y le había "salpicado" fuego a Gael, antes de corretear de vuelta riendo.

-Mira la élite de la ciudad mostrando el más alto decoro, distinción y educación -le susurró socarrona al draco.

La bandeja del champán se mantuvo levitando al rededor del grupo, tanto por si alguien quería rellenar la copa como si no quería mantenerla en las manos y prefería dejarla ahí. Además del champán, Wen tenía preparadas otras bandejas con otras bebidas y algo para picar.

-Aquí la tendré apalancada todo su tiempo libre, pobre de mi -bromeó cuando Caín hizo alusión a Ariven-. O también puede ser mi estratagema precisamente para que salga del burdel. Ofreceros solo aguas cálidas cuando tenéis vuestras propias termas no parece un buen negocio para mi, he tenido que tirar de imaginación. Con Vivia, por ejemplo, he tirado más por la vía de la nostalgia y he añadido al catálogo aguas rosas, púrpuras y azules de Idris.

No se quería mover del lado de Wen en ese momento pero tenía verdadera curiosidad por la terma de fuego así que decidió usar un hechizo de amplificación sensorial para ver mejor desde la distancia. Vio a Gael rodearse de llamas, en una imagen que resultaba épica y divertida al mismo tiempo. Cuando Adara se aproximó para “salpicar” al español se echó a reír y aún más con el comentario de la vouivre al respecto.
—Somos gente seria y tenemos que mantener nuestra reputación incluso cuando nadie nos ve —ironizó.

Puso los ojos en blanco y dejó escapar un suspiro ante los comentarios de Jack: no era la primera vez que bromeaba con algo parecido y su reacción era siempre la misma. Por suerte Erika estaba allí para salvar la situación, aunque la misma se volvió un tanto… incómoda en poco tiempo y el draco prefirió apartar la mirada negando con la cabeza con diversión. La vouivre se estaba encargando perfectamente de la situación.

Por suerte Cain se había tomado su comentario con humor y la conversación se centró en la mención de Giz a aquellos zarrapastrosos que fingían tener un grupo de mercenarios.
—Sí, me parece que ni aunque lo intentásemos con todas nuestras ganas iba a ocurrir —le respondió al brujo tras la enumeración de Wen—. Están a otro nivel.

Las menciones a su última expedición en la Tierra siempre le arrancaban una sonrisa.
—Por supuesto —respondió al invocador—. Es la anécdota perfecta para una fiesta. Anotaremos Milán como próximo lugar donde tener un accidente aparatoso. Y después la dirección que nos proporcione Jack.
Sabía por algunas cosas que había contado el vampiro que no lo decía completamente en broma.

En algún momento que pasó una bandeja flotante cerca de él tomó un trago del champán que esta ofrecía, pero como no era demasiado fan de aquella bebida posó enseguida la copa de vuelta. Le apetecía nadar, pero también estaba a gusto charlando con el resto. Decidió sacar otro tema de conversación primero.

—A propósito… ¿Qué pasó con la invitación que le enviaste al saco de arena? Sé que había entrado en modo ermitaño y apenas sabíamos nada de él, pero se me hace raro que no viniese hoy.
Al sueco no le caía bien el espectro de arena y en parte prefería no tenerle por allí, pero lo cierto era que empezaba a resultar un poco preocupante. No dejaba de ser un amigo de Wen y no quería que le ocurriese nada malo.

Gael cerró los ojos y dejó que las llamas calentasen, aún más, su cuerpo. Escuchaba las voces de sus amigos a cierta distancia, pero en ese momento no estaba prestando atención a lo que decían. «No debería quedarme aquí mucho rato o me voy a perder toda la conversación» pensaba, justo cuando Wen lo sorprendió con un hechizo para escucharlos a todos mejor.

La salpicadura de Adara lo cogió por sorpresa y le hizo abrir los ojos, pero era muy diferente de lo que se sentía cuando salpicaban a uno con agua. Al fin y al cabo solo era un aumento de temperatura momentáneo sobre su piel. Gael la miró desconcertado cuando salió corriendo.
—Si te gusta esta bañera atrévete a entrar, Adara —la llamó, sabiendo que no sonaba tentador en absoluto.

Gael empezaba a recuperar el hilo de la conversación, aún sin participar, hasta que escuchó la pregunta de Noel y volvió a abrir los ojos, apoyándose en el borde de la bañera y mirando en dirección a sus amigos a través de la puerta abierta.
—¿Alguien lo ha visto alguna vez últimamente? —preguntó con preocupación. El saco de arena sabía cuidar de sí mismo y pasaba más tiempo fuera de la ciudad que en ella –probablemente lo que lo había salvado durante el ataque del último psicópata de turno–, pero realmente no le había visto delante en meses.

Al goliat le encantó lo fácil que les estaba resultando poner a parir a los mercenarios de Cerril. Realmente eran tan mediocres dentro y fuera de su trabajo que no sonaron exageradas ninguna de las cosas que se vertieron sobre ellos.

—La Luna les ha concedido el don de ser los peores en todo lo que se propongan, hay que respetar eso —se rio—. Y tampoco querría perder la herencia de Caín, claro.

Aprovechó para servirse una copa del champán que los orbitaba y se relajó mientras escuchaba al resto hablar de Milán y de más coches estrellados en un futuro no tan lejano. Se relajó tanto, de hecho, que de forma inconsciente abrió la gola para empaparse también de todos los hechizos que ponían en marcha la complicada maquinaria de las termas. Para él hacía el baño más agradable, pero desde fuera, todavía en el agua, parecía un nenúfar manteniendo a flote una cabeza. Cabeza con la cual negó en rotundo tras la mención del espectro de arena.

—Ahora que lo decís… No. Yo tampoco me he cruzado con él desde hace mucho tiempo.

Giz se sentía un poco indiferente ante la idea de que el espectro brujo estuviera por allí y quizás lo que más le preocupaba de su mutis era Wen. Había perdido a muchos amigos y compañeros de cosecha en muy poco tiempo; la vouivre se merecía un descanso. Y es que, ahora que lo pensaba, tanto tiempo sin verle era una mala señal. El desierto Malyadar albergaba peligros a temer incluso por alguien capaz de controlar la arena y el tiempo.

El vampiro y la bruja reían y charlaban con los demás. Jack, por cierto, hizo un brindis por su parte cuando mencionaron hacerle esa visita a su padre, y también se rió a carcajadas cuando vio la reacción de Adara.

Un poco más adelante, sin embargo, frunció el ceño con algo que se empezaron a preguntar todos. Dejó la copa en el borde de la terma y fue mirando de uno en uno según aportaban algo al respecto.
—Hum... Yo esperaba verle aquí, la verdad. Llevo días intentando contactar con él pero no responde. No sabéis nada de él, ¿entonces? Joder... ¿Sabemos dónde vivía ahora o contactos habituales?

Era Rocavarancolia a fin de cuentas, así que era normal que se preocupara, incluso aunque no fueran amigos y solo le buscara por trabajo en esta ocasión. Esperaba equivocarse, no obstante, y que en verdad el brujo estuviera en el desierto a su aire pasando de la ciudad o entretenido con algo a fondo aquí o allá... Bueno, el desierto también podría haberle devorado, y si así había sido no lo sabrían nunca. Pero alguien debía conocerle en la ciudad, o al menos conocer sus últimos movimientos. Algo, maldita sea, aunque fuera por ayudar a sus amigos a encontrarle.

—¡Más te gustaría! —grito en respuesta a Gael y le dirijo una pedorreta con la lengua sacada. A veces eres infantil como tú sola, Adara…

En fin, a ver qué es esto que nos han traído para acá… ¿Champán? O algún otro tipo de vino espumoso. Lo que sea. Joder, ¿bañarse en unas termas mientras tomamos bebida cara? Esto sí que es el culmen de la decadencia. ¡Os lo dije!

Cuántas peticiones para estampar coches aquí y allá. Para ser sincera, me da un poquito de envidia lo que la liaron y lo bien que lo pasaron. Pero bueno, es lo que hay, yo estaba a mis cosas…

—¡Oh, sí, lo pasasteis en grande bitches! —Comento—. Para la próxima vez yo también sugiero ir para Mónaco, eso está petado de ricachones de mierda con cochazos de lujo.

Me encantan los comentarios y bromas que hacen con el tema. Está claro que esto es una fiesta en toda regla y el ambiente es fabuloso con esta gente. Pero bueno, a pesar de todo la conversación acaba llegando a un tema un poquito más serio… Sí, ¿dónde coño se habrá metido Matt? Hace siglos que no se le ve el… granito de arena. Joder, Adara, tienes que dejar los chascarrillos cuando empiezas a ir piripi.

—Sí, yo tampoco lo he visto desde hace… Yo qué sé. No me acuerdo. No sé tampoco muy bien dónde vivía ni quién podría saber de él aparte de nosotros. —La verdad es que es un tanto preocupante. También esperaba verlo por aquí.

-Nuestras termas están bien pero se echa de menos algo más… amplio. Especialmente Vivia y Jau, están deseando poder nadar en condiciones -respondió Cain, sonriendo -Y seguro que Vivia aprecia el detalle.

El ojo, que se había escondido para no recibir la ‘’salpicadura’’ de Adara se colocó más cerca de Gael. Si el fuego fatuo lo miraba giraría sobre sí mismo, enfocando y desenfocando la visión. Cain quería poder verlos a todos mientras hablaban.

La pregunta de Noel, y las consecuentes reacciones del resto le hicieron preocuparse un poco. No concretamente por Matt, el tipo ni le iba ni le venía, pero no dejaba de ser un amigo de Wen.

-¿Quieres que pregunte a un par de personas? -le ofreció a la vouivre. No tenía noticias de ningún evento destacable en el que estuviese implicado el espectro de arena, y aunque no solía salir mucho del desierto por lo que tenía entendido cuando lo hacía solía llamar la atención.

En cuanto Wen comprobó que todos habían probado el champán, ordenó al resto de bandejas que levitaran fuera de la barra y se repartieran entre sus amigos. En cuanto a comida no había mucha cantidad ni variedad, pero sí había traído suficiente alcohol para que todos estuvieran satisfechos. No es como si sus amigos estuvieran obligados a beber o comer, pero no había querido que faltara nada de lo que se suponía que una fiesta necesitaba, aunque esto estaba siendo muchísimo más informal de los cientos de preparativos y detalles que Virgo y ella habían tenido en cuenta para la inauguración.

Al principio, cuando Noel preguntó por Matt, Wen iba a restarle importancia, pero el resto de sus amigos comenzaron a comentar como hacía mucho que no sabían nada de él ni habían tenido noticias, lo que hizo que la vouivre frunciera el ceño.

-Pues, no me había parado a pensarlo, pero es verdad que no lo veo desde hace muchísimo tiempo -contestó la británica-. No me había preocupado porque, bueno, es Matt. Todos sabemos lo inconsistente e impredecible que es. Supuse que todo este tiempo había estado dando tumbos por el desierto y que había estado tanto tiempo ahí que se había olvidado de la civilización, pero no llegó de vuelta la invitación mágica que le envié así que supuse que la había recibido y pretendía venir, al menos a la inauguración -expuso confiando en que aquello fuera lo que había pasado, aunque sí considero la propuesta de Caín-. Gracias, pero por el momento no creo que sea necesario. Seguramente nos bendiga con su grumosa presencia en un par de días.

La vouivre no quería pensar mucho en la posibilidad de que le hubiera pasado algo a Matt, sobre todo porque con alguien como el californiano lo más probable es que se estuviera preocupando en vano. Además, como ya había dicho, Matt era inconsistente y con él nunca se sabe cuándo va a aparecer hasta que aparece. La invitación había sido enviada y ni había sido rechazada ni había vuelto por si misma, así que Wen confiaba en que aparecería en las termas el día indicado.