Entrevistas a los personajes

Tak escribió:PREGUNTAS PARA ADARA

Gael: Adara, Adara, Adara… Dime, ¿no te da vergüenza a tu edad cocinar solo de pascuas en ramos?
—¿Para qué? Si disfruto mucho más de vuestra comida. Además, ¿quién caza siempre las mejores piezas?

Gael: ¿Qué se te pasaba por la cabeza al principio, en el cuchitril, viviendo rodeada de niñatos (y un Toima)? ¿Piensas que la edad marca alguna separación conviviendo?
—No te creas, no ha sido una experiencia muy tra… ¡Sí, sí lo ha sido! —Lloro un poco, pero de mentirijilla—. ¡Tú no sabes lo duro que es ver cómo me quedo bajita al lado de todos vosotros! Bueno, casi. Giz sigue siendo el tapón.
»Pero bueno, respondiendo a la pregunta… Para nada, habéis demostrado de sobras que eso no es verdad. Bueno, hay uno que no, que sigue siendo un niñato. Como un bebé gigante. Ya sabes tú quién…

Gael: ¿Con qué juegos de mesa equiparías el cuchitril? Estoy haciendo una lista seria, de verdad.
—Algunas barajas de cartas estarían bien para empezar, me sé algunos juegos de distintas partes de la Tierra que podrían ser interesantes.

Gael: ¿Cuál es tu segunda mascota del cuchitril predilecta? Ya descuento a Purr de serie.
—Posiblemente el lagarto de Toima, Torbellino. ¡Tiene todas las ventajas de su amo sin las desventajas!
Creo que me estoy pasando con el bebé gigante.
—¡Tranquilo, Toima! ¡Si en el fondo te aprecio!

Kin: ¿Quién tiene más cara por lo general, tú o tu amigo en llamas?
Gael: ¿Aún molesto por lo de las cartas?
Kin: Qué va, solo fascinado. Con vuestra jeta.
—¿Jeta? Sí, un rato. Tampoco me importa mucho si te molesta.

Ayne: ¿Qué te supuso tu precio? ¿Te acostumbraste rápido a él? ¿Todavía sientes algún remordimiento?
—Al principio no me hacía mucho a la idea, pero me acostumbré bastante rápido. De algún modo creo que ya debía estar predispuesta mentalmente desde antes de que saliera la luna. Aunque no me diera cuenta.

Eara: ¿Habrías preferido un precio menos drástico?
—En su momento tal vez. Ahora mismo creo que es muy práctico: rebano unas cuantas cabezas y tengo magia. Mucho más fácil que no otros.

Nime: ¡Tu color de piel es genial! Aunque las piedritas serías más bonitas en rojo, ¿no crees? ¿Te gustaría cambiarte en algo?
—Yo estoy genial tal como soy, guapa. ¿Aunque te imaginarías que me pudiera cambiar de color las piedras? Ostras, ¡menuda idea que me has dado! Seguro que puedo hacerlo de alguna forma mágica. Tengo que pensar en ello, ¡pero no tiene que ser difícil!

Yo: ¿Contra qué otro rocavarancolés disfrutarías más teniendo una buena pelea?
—No sabría decirte uno que preferiría, pero a cambio te confesaré algo. Que quede entre nosotras, ¿vale?
»Pues mira, llámame loca si quieres. Pero el caso es que me encantaría pelear contra el rey. Sí, ya sabes, Andras Sula. ¿Crees que es verdad que es más joven que yo? No es que eso sea algo que me ponga por encima, claro. Solo me resulta bastante curioso.


PREGUNTAS PARA HERALDO ROCUO

Gael: ¿Practicas canto gregoriano?
—Comprendo tu pregunta, Alice me habló de ese estilo de canto terrícola. Con sus diferencias, pero podría decir que sí, practico canto gregoriano.
»Más allá de tu pregunta, la verdad es que me parece curiosa la coincidencia por ser en los dos planetas propio de organizaciones eclesiásticas. Los dioses así lo habrán querido.

Gael: ¿Qué opinas de Miseria Nombre?
—No he tenido el placer de conocerle, Koval. Aunque sé que es un ominario como yo.

Kin: ¿Qué tenéis tú y Archi en contra de hablar normal? Sois frustrantes.
—He sido en parte educado por la Iglesia Espiritual, quienes me enseñaron el protocolo adecuado bajo la luz de los dioses. Comprendo que en la situación en la que estoy seguir estrictamente el método sería un error, y por ello intento no propasarme ni resultar críptico. Sin embargo, librarse del todo de las formas en las que he sido educado no es ni sencillo ni necesario.

Ayne: ¿Te has sentido mal alguna vez por los actos que requiere cargarse de magia para ti?
—Ayne, soy consciente que podría aprovechar la excusa de mi precio para torturar libremente a mi voluntad. Pero no incurrir en este abuso es precisamente una prueba de fidelidad a los dioses que tanto me han dado y de que puedo desempeñar mis tareas monacales adecuadamente. Puedo haber errado alguna vez en mi juicio, por supuesto, pero nunca haré el mal para conseguir más poder, eso sería desagradecido.

Eara: ¿Te molesta que llegue de pronto tanta gente nueva a la torre?
—¡Para nada! Siempre es grato ver más vida que ha sobrevivido a pesar de la maldad innata de esta ciudad pagana.

Nime: ¡Oh! ¿Me puedo quedar alguna cara que te sobre? Verás qué cara se le queda a Eitne si se la pongo en la almohada mientras duerme.
—Por supuesto, Nime — dijo el corpulento ochrorio mientras reía levemente.

Yo: ¿Cuánto cariño le has cogido a tus compañeros de criba? ¿Cuánto arriesgarías por ellos?
—A pesar de que puedo parecer algo frío con ellos, les tengo real aprecio. Debe ser que las dificultades unen a la gente, pero realmente los que quedaron vivos han demostrado su valía y daría mucho por ellos, a pesar de que me he distanciado un poco de algunos. —Su mirada adquirió un deje triste—. Que la Acromía Primordial haya abrazado gentilmente al resto.

Yo: ¿Echas de menos tu vida en Ochroria en algún ámbito?
—Entre otras cosas más serias, últimamente echo de menos la comida. Es cierto que aquí he probado muchas cosas que no podía ni imaginar. También lo es que me pasé mi tiempo en la Iglesia Espiritual sin casi saber lo que comía, aunque dudo que variara mucho. Sin embargo, recuerdo cosas muy ricas de mi niñez que me gustaría poder comer de nuevo.

Yo: ¿Podrías escribir algún libro lleno de frases lapidarias para la biblioteca?
El ominario sonrió divertido ante esta pregunta.
—Sé que suele sorprender mi afición por este tipo de oraciones, pero dudo que pudiera escribir algo que no fuera un refrito de otros muchos compendios de sentencias que ya hay en las iglesias de mi tierra.



PREGUNTAS PARA SAKRILT

Gael: ¿Te preocupaba tener los días contados en tu sociedad?
—A tomar por culo todos. Me la pela.

Gael: ¿De quién has aprendido semejante vocabulario?
—Vete a la mierda, nenaza.

Kin: ¿Es en serio? ¿Es que de ese planeta no sale ningún clinger normal?
—¡Subnormal lo serás tú! ¡Vamos, ven si tienes cojones! Te voy a partir la cara, retrasaurio de mierda.

Ayne: ¡Ugh! ¡Bicho, bicho! (Señala a Sakrilt, asqueado).
Eara: Vas a ofenderla, esta especie es inteligente…
Yo: Según Lops, ella no.
Ayne: Hmm… ¿Cuántas esperanzas tienes de sobrevivir?
—¿Sobrevivir a qué? ¿Me estás amenazando, simio alopécico?

Nime: ¡¡Bicho gigante!! ¿Puedo quedarme contigo?
Kin: Estos no son mascotas, enana, aunque parezcan encantadores. (Nime le saca la lengua). Críos… (Murmura poniendo los ojos en blanco. La niña salta y se le cuelga de un cuerno. Empieza una pelea de críos que obliga a que los echen de escena).
—Niñatos.

Yo: Vale, pues ahora te ha tocado A TI. Haz un huevo frito, dinos cómo y enséñanos una foto del resultado =D.
—Vete a que te dé por culo la cola de un estegosaurio, tú a mí no me das órdenes.

Yo: ¿Qué cosas le harías a Lops por insultarte?
—Le cortaría los cojones, los metería en una sartén y luego se los haría comer. ¿No querías huevos fritos, imbécil? —Imagen censurada del resultado.

Yo: ¿Cuál de tus compañeros merece más un martillazo en la cabeza? ¿Y quién te gusta más por ahora?
—El mono ese que se me tiró encima. Puto gilipollas de mierda.

Giniroryu escribió:Para Adara:

Yo:
—¿Por qué escogiste el kárate?
—Pues me apetecía practicar algún deporte y un amigo de Edimburgo me convenció para empezar. No hay más secreto. Bueno, luego me fue gustando más y más a medida que fui avanzando y mejorando, por eso practiqué luego también en el kobudō.

—¿Qué opinas de que a  la bolsa de OTP le guste señalarte como pedófila?
—No me importa en lo más mínimo —me encojo de hombros.

Noel:
—¿Alguna vez has sentido la tentación de mandarnos a tomar viento e irte a vivir sola? Va, confiensa, seguro que pensabas que éramos unos criajos insoportables. De hecho estoy seguro de que sigues pensando eso de Toima... Pero lo cierto es que yo también.
—Hemos tenido roces, pero ya es lo que suele suceder. Es agradable vivir con vosotros y no me habéis vuelto a dar otro cabreo como el de esa vez que os metisteis en los subterráneos cuando recién os habíais transformado —ahora me río del asunto, pero la verdad es que lo pasé un rato mal.
»Excepto Toima, claro.

—¿Crees que no te habría importado tener un precio como el mío?
—Me hubiera acostumbrado y tal vez hasta le habría cogido algo de gustillo. Aunque no te lo cambiaría. Matar a secas es muy práctico.

—Y en la línea de lo anterior, le robo a Gin la pregunta de la Danza del Devenir de los Oscuros Impulsos —Sonríe con insolencia. En la distancia se oye una voz que dice "whatever, tronco"—. ¿Tendrías escrúpulos con algún precio? ¿Cuáles te costarían menos?
—En lo general, la respuesta es la misma que la anterior. Sobre escrúpulos… espero que ningún precio implique hacer nada con cucarachas —menudo escalofrío me ha venido, no me he podido aguantar.

—¿Sabes que tienes parte de la culpa de que tuviera que ponerme un traje ridículo e ir a la puerta de Maciel a "venderles" dildos? Quiero decir, perdí la apuesta porque fuiste la primera en darte cuenta de que Wen y yo salíamos juntos (aunque la peor parte del castigo por perder fue cortesía del saco de arena, todo hay que decirlo). ¿En qué lo notaste exactamente?
—Soy consciente y no me arrepiento —no hay quien se crea mi sonrisa inocente—. Sobre la segunda pregunta: por favor, para mí sois como dos libros abiertos.

Irianna:
—¿Tienes alguna historia interesante que aun no hayas compartido sobre tus viajes por tu mundo?
—No sé, un poco por aquí, un poco por allí… ¿Sabes que una vez me monté en un elefante? Por si no sabes lo que es, son como una especie de vaca gris y más grande con unas orejas gigantescas y una nariz que parece un tentáculo.
»Fue en Tailandia, en un viaje de placer con mi madre. Yo tendría… ¡15 años, sí! Dimos un paseo guiado con ellos por la selva y quedé encantadísima. Unos seres preciosos, ¡monísimos! Ojalá me pudiera traer uno. Lo llamaría Destroyer 3000.


Para Heraldo Rocuo:

Yo:
—¿No es un poco pretencioso eso de ponerse de apellido el nombre de la Iglesia, hamijo?
—Con este apellido, dejo claro mi origen y mi intención de seguir las enseñanzas de la Iglesia Espiritual Rocuo, donde me inicié en el destino que los dioses tenían preparado para mí. Así que no, no lo considero pretencioso.

Irianna:
—¿Has conocido a Miseria Nombre?
—No he tenido ese placer, Irianna. Ojalá algún día pueda.

—¿Qué parte de tu transformación te costó aceptar más: el precio o el hecho de haber perdido tu rostro?
—Si bien al principio me impactó más la pérdida del rostro y el cambio de la voz, fue después con el precio con lo que me costó más encontrar su relación con la voluntad de los dioses. Finalmente, tras profundas reflexiones, logré por fin comprender que tenía que ver con una de mis tareas para las que había sido llevado a la ciudad.


Para Sakrilt:

Yo:
—Te voy a lavar la boca con lejía. No, no es una pregunta.
—Cómeme el coño.

Noel:
—¿Me guardas rencor por traerte a Rocavarncolia o lo prefieres a tu mundo lleno de carpinteros inútiles?
Noel se siente tentado a añadir algo sobre la carpintería pero lo deja pasar con un "mejor no" mientras intenta evitar descojonarse en la cara de la clinger.
—Más te vale explicarme qué hago aquí y qué tengo que hacer si no quieres que te abra ese cráneo de subnormal que tienes.

—Si no hubieras pensado que soy un enderth... ¿Te habría producido más desconfianza?
—Se dice “ender”, cenutrio. Y en ningún momento he confiado en ti.

Adrune:
—¡Haaaala, eres un insecto gigante, cómo mola! ¿Te gustaría venirte a mi casa? Te presentaré a Neil y nos hará tarta de frambuesas. (Otra que tal baila).
—Métete las frambuesas por el chirri.

Para todos:

Yo:
—¿Qué opináis los unos de los otros?
Adara:
—Rocuo es muy inteligente y, aunque se expresa un poco raro, sabe llevarse bien con la gente. También es bastante frívolo, a veces debe dar un poco de miedo.
»Sakrilt es bastante estúpida.
Heraldo Rocuo:
—Adara es muy leal y que se preocupa mucho por los suyos. Sin embargo, no puedo estar de acuerdo con su afición por la matanza y lo poco que le importa el bien del resto de la gente. Algún día se encontrará con el juicio de los dioses por ello.
»Sakrilt me parece una joven alma perdida que necesita ser conducida a buen puerto. Aún puede ser salvada.
Sakrilt:
—Una guarra y el otro pa’l manicomio.

—¿A quién odiáis más ahora mismo?
Adara: —Después de lo que pasó con los de Gar, no odio a nadie especialmente.
Heraldo Rocuo: —No es preciso odiar, pero hay muchos grandes pecadores que merecen castigo en esta ciudad.
Sakrilt: —¿Y a ti qué coño te importa?

—Nombrad algo de lo que os sintáis especialmente orgullosos.
Adara: —De mí misma. Por completo.
Heraldo Rocuo: —De saber que, a pesar de habitar en esta ciudad, no he sido corrompido ni se ha desviado mi fe.
Sakrilt: —De poder mandar a la mierda a los gilipollas de mi mundo.

Irianna:

*Insertar aquí la pregunta que ya todos sabemos*
Adara: —Nunca he sido muy aficionada a la lectura. Tuve cierta pasión por Agatha Christie, Harry Potter en su momento y algún que otro más.
Heraldo Rocuo: —Estoy habituado a las vidas de santos y tomos de reflexión teórica eclesiástica. También me resulta relajante distraer mi mente con libros sobre matemáticas. Y por supuesto, últimamente estoy dedicado a los volúmenes que me permiten obtener información sobre esta ciudad y otros mundos.
Sakrilt: —¿Lo qué? Ah, van bien para partir la cara a la gente.

Adrune:
—Si tuvierais que cazar un lagarto, ¿qué método utilizaríais? —Los mira intensamente de forma evaluadora.
Adara: —Depende del tamaño del lagarto. Si es pequeñito seguramente recurriría a la magia, si es grande me divertiría con una buena persecución y/o enfrentamiento.
Heraldo Rocuo: —Con magia, sin duda.
Sakrilt: —¿Y para qué coño tengo que cazar yo un lagarto?